Valle de Los Caballos Salvajes, El - Zane Grey

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EL VALLE DE LOS CABALLOS SALVAJES ZANE GREY

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El valle de los caballos salvajes

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IEl Panhandle era una amplia extensin de tierra purprea, sin cercar y azotada por los vientos. Bill Smith, el ganadero, erigi en ella una choza y mir hacia el porvenir con ojos llenos de esperanza. Cierto da, cuando se hallaba arando tan lejos de su casa que apenas poda verla-casa que haba abandonado aquella maana temerosamente a causa de un acontecimiento que esperaba que sucediera-, observ que su esposa Margaret se diriga hacia l a lo largo del borde del campo roturado. La mujer llevaba aquel da la comida al marido, a pesar de las rdenes que ste le haba dado en contra. Bill dej caer las vendas del caballo sobre la manilla del arado y se acerc a su esposa, que se detuvo fatigada y se sent junto al lmite de la tierra removida, oscura y frtil, y de la lnea de hierba amarillenta. Bill se propona regaar a su mujer por haberle llevado la comida; pero result que le llevaba algo ms: un hijo! El nio haba nacida en la pradera abierta, sobre el terreno fragante y fresco, bajo el acerado sol y el viento fro que provena del Llano Estacada. Llegaba al mundo protestando contra aquel modo primitivo de nacer. Bill refiri frecuentemente que el recin nacido hizo su aparicin gritando de un modo enrgico que demostraba la fortaleza de sus pulmones, apropiados a lo robusto y excepcional de su tamao. A pesar de las protestas de la madre, Bill insisti en llamar Panhandle a su hijo. Los primeros recuerdos de Panhandle eran los de sus esfuerzos por trepar hasta lo alto del armario que haba en la choza, y de su cada de cabeza, con lo que derram cierta cantidad de sangre sobre su blanco vestido. Su inmediata aventura, ms venturosa que la anterior, consisti en mascar tabaco encontrado en el bolsillo de su padre. Esto le hizo ponerse muy enfermo. Su madre pens que se haba envenenado, y, como Bill se encontraba ausente, corri a pedir socorro a los vecinos ms prximos. Cuando la mujer regres, acompaada de una vecina, Panhandle haba conseguido escupir todo el tabaco y se preparaba para nuevas conquistas. En otra ocasin, Panhandle mostr una creciente tendencia a manifestar su propia capacidad para bastarse a s mismo. y se escap de su hogar. Debido a la corta longitud de sus piernas y a lo limitado de su aliento, no pudo llegar muy lejos. Su voluntad y la firmeza de sus propsitos eran terribles. Atraa al chiquillo la llamada del oscuro desierto? Sus padres le haban visto con mucha frecuencia mirando atentamente la purprea lejana. Pero Panhandle, cuando realiz la fuga, cay dormido en el fondo de un pozo de riego que se hallaba cubierto de verdor. Lo echaron de menos al cabo de poco tiempo, y el padre y la madre y todos los obreros de la granja corrieron de un lado para otro buscndole afanosamente. Sin embargo, nadie lo encontr. En el apresuramiento de la bsqueda, alguno de los obreros abandon el trabajo que estaba realizando en las presas de riego, y el agua, al correr, despert al' muchacho rudamente y le apart de sus sueos. Mojado y sucio, gritando cuanto sus pulmones le permitan, Panhandle se arrastr hasta su casa, con gran consuelo para su afligida madre. -Maldito! -exclam Bill ante varios de sus vecinos-. Este chiquillo va a ser exactamente lo mismo que yo jams he podido estar un momento en casa. Un ao ms tarde, Bill Smith vendi la granja y se dirigi a una parte ms occidental de Texas, donde adquiri las posesiones de un colono v dividi su tiempo entre stas y el trabajo de construccin de un gran canal de riego. Panhandle comenz entonces a vivir en un rancho que era mucho ms solitario que el primer hogar que haba conocido, puesto que su padre estaba ausente la mayor parte del tiempo. A1 principio, el vecino ms prximo fue el to de Panhandle, que viva en la pradera,2

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a dos millas de distancia. Su casa era solamente una oscura mancha en el horizonte, una mancha a la cual no era imposible llegar, segn pensaba Panhandle; pero muy lejana. Panhandle se habra arriesgado a recorrer la larga distancia si no hubiera sido por su madre, que se mostraba temerosa de aquella regin tan nueva para ella. Panhandle no olvidara jams el modo tamo su madre se asust al vera un vagabundo loco que lleg hasta su casa, y, en otra ocasin, ante varios campesinos mejicanos borrachos. Indudablemente, Panhandle tena un alma aventurera. Cierto da descubri que una mofeta haba cavado un hoyo bajo el prtico frontero de la casa y que all dio a luz a sus pequeuelos. Panhandle no les tena miedo, y ni los molestaba ni los asustaba. Al cabo de cierto tiempo jugaba con ellos como si fuera un compaero de la misma especie, y un da en que estaba divirtindose a su lado, su madre lo encontr. La mujer se sinti asustada, enfurecida y horrorizada al mismo tiempo, y suplic a Panhandle que de en paz a las pequeas y sucias mofetas. Panhandle sola prometer y olvidar inmediatamente. Su madre le castigaba continuamente, pero todo era intil. Finalmente, la mujer se vio obligada a adoptar unas medidas severas. Varios colonos se haban instalado cerca de la casa, y la seora Smith los visit con la esperanza de poder encontrar algn vaquero o labrador que fuese a destruir los animalitos. Sucedi que no pudo hallar a nadie, sino a la seora Hardman y a su nico hijo, que se llamaba Dick? tena siete aos y era demasiado alto para su edad y un atrevido y guapo muchacho de cabello rojo. La seora Smith lleg a un acuerdo con Dick y lo llev a su casa consigo. Panhandle se opuso terminantemente a que sus queridos animalitos fuesen asesinados o expulsados por aquel muchacho a quien no haba visto nunca. No le agradaba su aspecto. Pero Dick apenas prest atencin al pequeo, excepto en una ocasin en que la seora Smith los dej a solas y entonces derrib a Panhandle de un golpe. Por una vez Panhandle no grit. Se puso en pie, con los ojos llenos de furor, plido, los puos aprestados, v no articul palabra. Algo naci en aquel instante en el fondo de su alma dulce. Dick hizo un agujero en la pared de rocas que sustentaba el prtico, y con una escoba encendida a modo de antorcha se arrastr por el orificio para expulsar a las mofetas. Repentinamente, Panhandle experiment alegra y temor al or un grito lanzado por Dick. El muchacho sali del agujero presurosamente, de espaldas. Llevaba consigo un olor que estuvo a punto de asfixiar a Panhandle; tan extrao, tan crudo, tan terrible era. Dick tena los ojos cerrados. En aquellos momentos estaba ciego, y saltaba de un lado para otro como una gallina a la que hubieran cortado la cabeza, mientras gritaba desesperadamente. Lo que haba sucedido era cosa desconocida de Panhandle; pero le agradaba. -Cobarde, cobarde! - grit descaradamente al mismo tiempo que se alejaba de Dick. Ms tarde, Panhandle vio que sala humo del agujero situado bajo el prtico. La mofeta madre y sus pequeuelos salieron atropelladamente y corrieron entre los yerbajos. Panhandle oy el crujido de las llamas. Dick haba dejado caer la antorcha bajo el prtico. Gritando a pleno pulmn, Panhandle corri en busca de su madre. Pero era demasiado tarde. No haba hombres en las cercanas, y nada pudo hacerse. Panhandle permaneci llorando, junto a su madre, observando cmo su pequeo hogar era destruido completamente por el incendio. La culpa del accidente, en opinin de Panhandle, la tena Dick. Panhandle mir de un lado para otro para buscarle; pero Dick haba desaparecido. Panhandle no olvidara jams a aquel muchacho. La madre y el hijo se encaminaron a casa de su to, donde pasaron la noche. Muy pronto comenz a construirse un nuevo hogar en el mismo punto que haba ocupado el anterior. Era ms una choza que una casa, porque los materiales de construccin escaseaban y la proximidad del invierno exiga una rpida construccin. El invierno lleg pronto, y Panhandle y su madre estaban solos. Haca fro en la choza, y ambos se acurrucaban junto al fuego. Tenan mucho que comer, mas se encontraban muy incmodos en aquella choza de una sola habitacin. Bill Smith iba a su casa muy raramente. Aquel otoo, el valle se llen de3

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colonos "nideros" los llamaban, y estos recin llegados pasaban frecuentemente ante la choza, procedentes de la ciudad, borrachos y pendencieros. Panhandle permaneca mucho tiempo despierto en su cama. Durante aquellas horas de soledad, el zumbido del viento de la pradera, el lamento de los lobos y el ladrido de los coyotes se convirtieron en una parte de su existencia. Entonces comprendi por qu su madre cerraba la puerta con cerrojo, colocaba algn trasto detrs de ella, pona el hacha junto a su cama y el revlver bajo la almohada. Aun en aquellos instantes" suspir) porque llegara el momento de ser lo suficientemente fuerte y robusto para protegerla. El solitario invierno, con sus innumerables horas de soledad' para la seora Smith y el chiquillo, ejerci una in-calculable influencia sobre el carcter de ste. La madre le ense mucho, muchos modos y muchas cosas, muchas palabras y sentimientos que se convirtieron en una parte integrante de su vida. Al fin termin aquel largo invierno. Cuando lleg la primavera, las embestidas del viento, que ya no era fro, adquirieron una violencia terrible. Panhandle permaneci despierto muchas noches, agitndose al' lado de su madre, temiendo que el albergue fuera derribado por el viento sobre sus cabezas. Muchos das el sol se oscureca y no se poda cocinar ni efectuar trabajo alguno mientras la tormenta de polvo recorra su camino enojadamente. A medida que avanzaba la primavera y los tornados perdan intensidad, un nuevo y fascinador juego entr en la vida de Panhandle. Este juego consista en sentarse tras la pequea ventanita y observar cmo los vaqueros pasaban ante l. Cmo los admir! Iban camino de los lugares en que se haban de realizar los rodeos primaverales de que su padre le haba hablado. El chiquillo sola abrir los ojos desmesuradamente para verlos, para contar los caracoleantes caballos de largas crines, los esbeltos jinetes con sus gran des sombreros, sus pauelos brillantes, sus revlveres v chaparreras, sus botas y sus espuelas. Y qu lazos! Cmo fascinaban al muchacho! Cuerdas que zumbaban y caan sobre un novillo fugitivo! Era un juego al que decidi dedicarse cuando fuese mayor. Y su madre, al descubrir su inters, le hizo una pequea reata v le ense a arrojarla, a hacer con ella crculos y nudos; le dijo tambin que las personas que posean caballo arrojaban lazos y criaban reses. Panhandle esperaba siempre el paso de los vaqueros. Y cuando pasaban, sola correr hacia el otro lado de la choza, donde haba un agujero cubierto por un pingajo, a travs del cual miraba hasta quedar cegado por el polvo. Aqullos fueron unos das completos para el muchacho, das que provocaron en l asombro y temor, ansiedad y respeto y extraos anhelos. Ms tarde su padre llev un da a casa un potrillo negro con tres pies blancos y una mancha blanca en la cara. Panhandle se entusiasm. Para l! Podra haber estallado de alegra, pero no acert a pronunciar ni una sola palabra. Result que su madre no le permiti montar el potrillo sino en los casos en que ella misma lo conduca de las riendas. Esto despert en el muchacho un dolor tan grande como la alegra que le provocaba la posesin del animal. Tener un caballito hermoso, v no poder montarlo...! Unos firmes propsitos se formaron en su imaginacin, brillaron y se convirtieron en una obstinada y firme determinacin. Cierto da se apoder, de Curly, lo condujo hasta detrs del granero, donde nadie poda verle, y, montndolo, se alej en direccin al manantial. Panhandle se hall solo consigo mismo. Era libre. Se encontraba sobre el lomo de un caballo. Hecho sorprendente y maravilloso! Curly pareci comprender el espritu de su jinete; despus de beber en la fuente, rompi a correr al trote. Panhandle se mantuvo sobre l como pudo, y volvi el caballito en direccin a la casa. Curly trot ms velozmente. Panhandle sinti que el viento le agitaba el cabello. Suba y bajaba. Gritando, de alegra, hundi las manos en la abundante crin y se sujet a ella. Al llegar a lo alto de la pendiente, su alegra disminuy con el temor. Curly continu su trote cuesta abajo en direccin a la casa. i Ms y ms y ms aprisa! Panhandle saltaba a cada momento a mayor altura, caa sobre el cuello del caballo v volva a caer sobre las ancas, hasta4

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que, repentinamente, se vio obligado a aflojar la presin de las manos v fue derribado. Cav al suelo con un ruido sordo y qued tan dolorido y aturdido que apenas pudo levantarse. Su madre se detuvo junto a l, con el rostro plido, con los ojos llenos de reproches. -Oh, mam..., no estoy- herido! - exclam el muchacho. Bill Smith se acercaba en aquellos momentos y escuch, frotndose la puntiaguda barbilla, mientras la madre exageraba elocuentemente la culpabilidad del chiquillo. -Bien; djale montar si quiere -contest Bill Smith-. Es un muchacho valiente. Le puse un nombre apropiado. Va a ser un gran vaquero. Panhandle Smith! Le llamaremos, para abreviar, Pan. Pan oy estas palabras, y su corazn palpit alegremente. Cunto quiso a su padre en aquel momento! "Vaquero significaba ser uno de los grandes caballistas de aquellos terrenos. Sera uno de ellos. Desde aquel da en adelante vivi sobre el lomo de Curly. Aprendi a cabalgar, a mantenerse sobre el animal con firmeza, a conservar el asiento sobre el lomo desnudo del caballito, a moverse con l al mismo tiempo que avanzaba. Un da, Pan se encaminaba hacia su casa, de regreso de la de su to, y al llegar a una extensin del terreno muy llana, forz al caballo a que corriese a la mayor velocidad que le fuese posible. El viento le azotaba, el movimiento le entusiasmaba y el hecho de dirigir al caballo provoc y fij en l un extrao sentimiento: era un vaquero. De repente, Curly puso una de las patas sobre un hoyo del terreno. Y sucedi algo importante. Pan se sinti arrojado, disparado a travs del aire. Cay sobre la tierra, y su visin se borr; cuando volvi en s descubri que haba golpeado la blanda tierra con el rostro v se haba despellejado la nariz y la barbilla; pero no estaba gravemente contusionado. Aqulla era su primera cada en realidad importante. Curly le esperaba un poco separado de l y estaba cojo; Pan comprendi que no poda ocultar las pruebas de su osada, y decidi decir la verdad. Pan encontr a su padre en el granero. -Oye, maldito establero - le pregunt su padre -; se ha desbocado el caballo? -No, pap - replic Pan haciendo un esfuerzo -. Le he obligado a correr mucho. -Ah, ya lo veo! - continu su padre; y despus de reconocer cuidadosamente al muchacho, comenz a examinar el caballo. Envalentonado por lo que su padre le haba llamado, Pan fue directamente en busca de su madre. La mujer grit al verle. Y los gritos de la mujer llegaron al corazn del padre. -Pero, mam, esto no es nada. Soy solamente un maldito establero... An no tena Papi seis aos cuando concurri al primer rodeo, lo que sucedi en los primeros das de aquel mismo verano. Su entusiasmo por aquel acontecimiento fue nublado por la vergenza, puesto que tuvo que aparecer ante todos los vaqueros con un caballo sin ensillar, y porque tema que sucediera exactamente lo que sucedi. -Eh, ah viene el jinete sonso del Llano Loco! -dijo tino de los vaqueros al mismo tiempo que se aproximaba a Pan con el rojo rostro iluminado por una sonrisa. -Muchacho, ests montando un caballo magnfico; pero has olvidado ensillarlo observ otro en tanto que guiaba los grises ojillos. -Compaeros, ste es Panhandle Smith, el hijo del colono que vive junto al ro. He odo decir que Pan monta estupendamente a pelo. Aquellos alegres muchachos, alto., y esbeltos, aunque fornidos, que parecan respirar vida y el espritu de la llanura, se reunieron en torno a Pan, con lo que demostraron que no ha habido jams un vaquero a quien no le hayan agradado los jvenes. -Ove, nio, voy a cambiar mi silla por la tuya - elijo uno de los vaqueros que primeramente se haba dirigido a l. El corazn ele Pan lata violentamente. Cmo podan sospechan lo muy atractivos, lo muy maravillosos que todos le parecan? Si no hubiera estado montando a pelo a Curly...!! Y los vaqueros, se rean de l. Las lgrimas no estaban muy lejos de sus ajos. -Oye, joven, me apuesto contigo lo que quieras a que ese caballo que tienes no puede correr con la rapidez suficiente para acatarrarse - dijo uno de los vaqueros.5

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-Yo apuesto a que s - aadi un tercero. -Pan, hazles esto-dijo el vaquero que pareca conocerle; y siguiendo coso la accin a las palabras, se coloc el pulgar sobre la nariz y movi el dedo -. Hazlo, Pan. Con eso, los obligars a callarse. Pan se encontr forzado a hacer lo que se le ordenaba; y al hacerlo provoc un coro de risas alegres. Y de este modo, a aquella temprana edad, Panhandle Smith fue iniciado en la hilaridad, en las artimaas v en el espritu que erais comunes a aquellos despreocupados jinetes. Cuando comenz el rodeo, Pan descubri que no haba sido olvidado. -Ven conmigo, Pan - grit uno de los vaqueros -. Ven a ayudarme... Oblgalos a volver grupas, muchacho. Pan cabalg como el viento, radiante y emocionado, enajenado por la felicidad. Algn otro jinete sola ordenarle: -Acomtelos, vaquero! Oblgalos a retroceder! Y Pan, sin saber apenas lo que haca, vea con ojos llenos (le asombro que los aojos parecan ser conducidos v obligados por l a tomar una direccin. Siempre haba algn vaquero junto a l, algn vaquero que corra con rapidez, que le diriga gritos, que le converta en una parte (le las personas gire realizaban el rodeo. A la hora meridiana, tu hombre, irs viejo, sin duda el propietario del ganado, interrumpi la labor. Una voz spera procedente de no se saba dnde, grit: -A comer! El ranchero, al ver a Pan, se acerc a l y le pregunt: -Oye, forastero, has trado tu comida contigo? -No..., seor -tartamude Pan-. Mi mam me dijo que volviera pronto. -Bueno, qudate a comer conmigo-replic el hombre con amabilidad -. Es posible que esos toros se demanden, y en ese caso tendremos nunca necesidad de tu ayuda. Un momento ms tarde Pan vio a aquel hombre de ojos negros y grandes en el crculo gire componan los hambrientos vaqueros; los vaqueros no volvieron a divertirse a costa (le Pan-, porque el chiquillo era ya uno de ellos. A Pan le result ciertamente difcil sentarse con las piernas cruzadas al modo de los vaqueros con un plato puesto sobre las rodillas; pero no tuvo dificultad alguna para devorar el jugoso bistec, las patatas hervidas y las galletas calientes que Tex, su anfitrin, le pona en el plato. Despus de la comida, los vaqueros reanudaron el trabajo. -Qudate junto al fuegos, muchacho - dijo Tex. A continuacin, Pan vio inca ternera que era arrastrada por el terreno. Un vaquero a caballo sostena la cuerda. -El hierro! - grit. Pan se inmoviliz temblando mientras uno de los que tiraban de la cuerda se apeaba para sujetar a la ternera, que iba mugiendo e intentando saltar. Tena los ojos desorbitados y la boca llena de espuma. El vaquero la derrib y oblig a caer de espaldas, con las patas al aire. Uno de los marcadores, con el hierro enrojecida al fuego, se acerc. La ternera mugi. Se extendi por el aire el olor de la piel quemada, el humo del pelo chamuscado y una nubecita de humo blanco, todo lo cual repugn a Pan. Despus, uno de los vaqueros se aproxim a l. -Me parece que aqulla es tu mam, que viene a buscarte. El vaquero levant a Pan para sentarlo en su caballo v lo condujo hacia el terreno sin cercar, desde donde Pan pudo ver a su madre, que se aproximaba anhelante y ansiosa y con los grandes ojos dilatados. -Le suplico que me perdone, seora-habl el vaquero mientras se quitaba el sombrero-. Ha sido culpa nuestra que su hijo se haya quedado durante tanto tiempo. Lamento mucho haberla llenado de impaciencia. No reprenda a su hijo. Es un muchacho muy simptico, y no hay duda de que, en lo futuro, so convertir en un gran vaquero.6

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IIAs fue como Pan, a la temprana edad de cinco aos, recibi el estmulo que necesitaba para encauzar su vida por el rgido sendero que seguan los vaqueros. Sola llamarse a s mismo Tex. Y si su madre olvidaba utilizar este nombre tan seductor, se senta ofendido. Adopt el modo de andar, de hablar y de cabalgar de Tex. A todas las horas del da, lo mismo dentro que fuera de su casa, jugaba a realizar rodeos. Piedras, clavos, astillitas..., todo serva para desempear el papel de ganado. Tena una imagen en madera que representaba a l y a su caballo. La mayora del tiempo lo pasaba a lomos de Curly, en el encerradero o en el campo abierto, rodeando a una imaginaria ganadera. Durante la noche, sus sueos estaban llenos de vaqueros, de carros, de caballos y de novillos mugidores. Cada vez que vea algn vaquero montado sobre un gil caballo, en el cerebro de Pan se intensificaba esta impresin, y en su corazn se grababa ms vvidamente la imagen de su porvenir. Era para aquello, para ser aquello para lo que haba nacido. Colonos y ms colonos, que tomaban para s terrenos de ciento sesenta acres cada uno, iban llegando continuamente en sus carros cubiertos a aquella tierra prometedora. Algunos de esos hombres, como el padre de Pan, se vean obligados a trabajar durante una parte de tiempo lejos, de la casa para ganar el dinero que tanto necesitaban. Jim Blake, el ltimo de aquellos colonizadores, haba escogido un terreno situado en una zona pantanosa y profunda que Pan cruzaba siempre cuando iba a visitar a su to. Era un lugar hermoso, cubierto de hierba y algodoneros, por el que se deslizaba una delgada corriente de agua, un lugar solitario y escondido junto al cual haban pasado anteriormente otros colonizadores. Pan encontr cierto da a Jim y cabalg a su lado. Jim era joven, agradable, alegre; un granjero y aspirante a ranchero que careca de los signos caractersticos de los vaqueros. Pan crea que esto era una gran desventaja, pero lleg a apreciar a Jim y le dio a conocer los progresos que haba hecho en equitacin. Llegaron los das de otoo, grises y tristes, durante los cuales el fro viento azotaba la llanura y unas nubes amenazadoras se cernan sobre las cumbres de las montaas. Otro invierno se acercaba. A Pan le molestaba pensarlo. Nieve, hielos, vientos heladas le 2mpediran montar a Curly. En estas circunstancias cabalg continuamente, mucho ms de lo que su madre le permita. Sus padres quisieron que fuera con ellos al casero cierto sbado. Iban a llevar el carro para adquirir las provisiones invernales. El ansia de aventuras de Pan estuvo a punto de decidirle a realizar el viaje, pero prefiri quedarse junto a Curly. Su madre se opuso, pero el padre dijo que no haba inconveniente en que permaneciese en la casa. -Pan, puedes ir a casa de to George para llevarle ciertas cosas. Pero ten cuidado de que no te sorprenda una tormenta. De este modo lleg la ocasin en que Pan se encontr solo por primera vez en su vida, dueo de s mismo y libre para obrar del modo que mejor 1e pareciese. Y no fue muy pronto a casa de to George. Su to era simptico, pero no conceda a Pan fa libertad que ste anhelaba. As, entre unas y otras de las: importantes tareas que su papel de vaquero le impona, las horas transcurrieron rpidas, y ya haba pasado mucho tiempo cuando, al fin, decidi cruzar la pradera para dirigirse a la colonizacin de su to. Pan no necesitaba nunca un pretexto para galopar, pero en aquella ocasin dispuso de uno que lo justificaba. Las dos millas de recorrido no requeriran el empleo de mucho tiempo. Debera apresurarse a regresar, horque verdaderamente pareca que una tormenta comenzaba7

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a descender desde las negras cumbres. Pan comprendi que deba haber realizado aquella misin a una hora ms temprana del da. El fro viento le azotaba el rostro y le arrancaba lgrimas de los ojos. Curly trot con su paso rpido y fcil sobre la frecuentada senda. La hierba amarillenta se doblaba, los cardos rodaban por el pardo terreno. No haba sol. Todo el Oeste estaba envuelto en unas nubes pardas. Muy pronto se encontr Pan corriendo a travs de la zona en que viva Blake. Los, algodoneros estaban casi desnudos. Solamente pequeas cantidades de hojas permanecan adheridas a las ramas, y a cada momento una hoja volaba revoloteando hacia el suelo. All, en el terreno pantanoso, Pan percibi los aromas del otoo, aroma jugoso y olor a madera. Una vez traspasada el terreno pantanoso, puso el potrillo al galope, y al cabo de muy poco tiempo _pudo llegar a casa de to George. i No haba nadie! El caballo y el carro tampoco estaban. Pan dej a la puerta el paquete que llevaba y emprendi el regreso. Al pasar al trote ante el portillo de Blake, oy una dbil voz que le sobresalt; detuvo a Curly, escuch y mir. La choza de Blake se hallaba al fondo, oculta a su vista por los algodoneros. Sin embargo, el granero, con su cobertizo abierto a uno de los costados, estaba situado exactamente detrs del portillo. Las vacas haban sido llevadas all para ordearlas. Una ternera hambrienta intentaba robar leche a su madre. Los polluelos comenzaban a cacarear. Pan no crey que ninguno de estos animales pudiera haber proferido el sonido que oy y que le haba parecido una llamada. Estaba a punto de reemprender la marcha cuando, repentinamente, lleg hasta l un extrao grito que pareca provenir del granero o del cobertizo. El grito le excit ms que le asust. Desmont, empuj el ancho portillo de madera y entr. Bajo el abierto cobertizo encontr a la seora Blake tumbada sobre un montn de heno que evidentemente acababa de bajar del desvn. Al ver a Pan, su plido y convulso rostro experiment un cambio. -Oh...! Gracias a Dios! - exclam la mujer. -Est usted herida? - pregunt Pan con presurosa compasin-. Se ha cado usted del desvn? -No; pero tengo unos dolores terribles. -Ah!... Est usted enferma? -S. Y estoy sola. Quieres hacerme el favor... de ir en busca de tu madre? -Pap y mam han ido al poblado -contest desconsoladamente Pan ---,. Y no hay nadie en casa de to George. -Entonces, debes comportarte como un hombre valiente. Bill Smith, al regresar apresuradamente a su casa en compaa de su esposa y de Jim Blake, sufri un retraso originado por la tormenta. Era ms de medianoche cuando llegaron a la casa. Encontraron a Curly con las bridas colgantes, inmvil en la niebla, junto al granero. La seora Smith se alarm. Bill y Jim, aun cuando se preocuparon, no se mostraron tan temerosos como ella. Con unas linternas comenzaron a seguir las huellas que Curly haba dejado sobre la nieve. La esposa de Bill no quiso quedarse atrs. Pronto llegaron al domicilio de Blake, aunque las huellas del potrillo fueron difciles de descubrir y de seguir. Encontraron a Pan completamente despierto, acurrucado detrs de la vaca, fiel a la confianza que en l se haba depositado. La seora Blake no se encontraba en mal estado, si se tienen en cuenta las circunstancias, ni tampoco lo estaba el recin nacido. Era una nia, a quien Jim puso en aquel momento el nombre de Luty, que era el de su esposa. Los hombres transportaron a la madre y a la nena a la casa, mientras la seora Smith los sigui junto al sooliento Pan. Encendieron unas hogueras en la abierta chimenea y en la cocina, y dejaron que la seora Smith atendiera a la madre. Ambas mujeres oyeron que los hombres hablaban; pero Pan no oy nada, porque se haba acostado, envuelto en mantas, en un rincn. -Demonio de criatura! -exclam Bill -. Jams he visto nadie que pueda competir con l.8

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-Es posible que Pan haya salvado dos vidas. Dios le bendiga! - replic Blake emocionadamente. -Quin sabe? Es posible... Qu cosas ms extraas suceden! Jim, ese hijo mo naci en un campo roturado. Y ahora, nace el tuyo... en un establo, sobre el heno. -S, es extrao - murmur Blake -. Pero debemos esperar que sucedan acontecimientos de esa naturaleza en gran Oeste. -Bien: Pan y Luty no podran haber tenido un nacimiento ms apropiado. Debera servir para que las das criaturas se unieran para toda 1'a vida. -Quieres decir que deben desarrollarse juntos y casarse uno con otro? Seria estupendo! Queda hecho el trato, Bill. Pan, dormido en el rincn de la otra habitacin, y Luty, sollozando junto al pecho de su madre, fueron destinados el uno al otro por sus padres. El invierno transcurri del mismo modo que el anterior; solamente se diferenci de aqul en que Pan tuvo el consuelo de entregarse a su eterno juego de los rodeos. Cuando ser Luty lo suficientemente mayor para jugar conmigo? -preguntaba frecuentemente. La niita no haba desaparecido jams de su imaginacin, aun cuando no volvi a verla desde su arribada a este mundo. La nia pareca formar el tercer eslabn de la cadena de su vida: Curly, los vaqueros y Luty. No saba de qu modo armonizara con; los otros dios eslabones. Pero estos tres acontecimientos sobresalan en su memoria de entre las nieblas del pasado. Al fin, la nieve se derriti, la pradera se cubri de una alfombra de verdor, los rboles se llenaron de hojas y los pjaros volvieron a cantar nuevamente. Todo esto era hermoso, pero insignificante al lado de Curly. Pan estaba ms fuerte y era ms travieso que nunca. El padre de Pan fue a la casa una o dos veces cada mes durante la .primavera, y siempre llegaba tarde y sala de ella a una hora temprana. Cunto suspiraba Pan por la venida de su padre! Despus lleg la cuarta poca de la vida de Pan. Su padre le llev una silla. Estaba muy lejos de ser nueva; era de construccin mejicana, se hallaba cubierta de cuero y tena una enorme y dorada perilla. A Pan 1e entusiasm casi tanto como le entusiasmaba Curly ; y cuando la silla no estaba sobre el lomo del caballo, adornaba la verja o una silla de la casa, siempre con Pan encima, que obraba como Tex, a quien imitaba. El quinto, y seguramente el ms grande de todos los acontecimientos que se sucedieron en el rpido desarrollo de la carrera de Pan, aun cuando l no lo supo entonces, ocurri cuando su madre le llev a que viese a su nena, Luty Blake. Pareca ser que ambas parejas de padres la llamaban festivamente la nena de Pan, lo que no le desagradaba, pero le haca sentirse singularmente tmido. Esto sucedi desde mucho tiempo antes de que su madre pudiera llevarle a que conociese a su protegida. La primera impresin que, recibi Pan de Luty fue al verla arrastrndose por el suelo para aproximarse a l. i Qu diferente era en realidad del recuerdo que l conservaba de un rebujo moviente envuelto en una toalla! Era muy robusta y guapa. Estaba ataviada con un vestidito blanco. Tena los pies y las piernas gordezuelos. Sus manos tenan un rosado color y su rostro era como una rosa silvestre punteada por las dos violetas que eran los ojos; y su cabello era como oro hilado. Aun cuando todas estas cosas fuesen maravillosas, todas quedaban oscurecidas por su deliciosa sonrisa. La timidez de Pan se borr, y se sent en el suelo para jugar con la chiquilla. Sac del bolsillo pequeas astillitas, guijarros y piedrecitas, con todo lo cual jug a hacer rodeos. Luty se interes halagadoramente por el juego de Pan, pero le impeda jugar con tranquilidad, puesto que le abrazaba y se agarraba de la manera ms tenaz y sostenida a sus dedos. Desde aquel da, los Smith visitaron todos los domingos del verano el hogar de los Blake, y se hicieron muy buenos amigos. Bill y Jim hablaban sobre el negocio de ganados. Las madres cosan y conversaban esperanzadamente acerca del porvenir. Pan no perdi ninguna de aquellas visitas domingueras, y lleg el tiempo en que realiz el desplazamiento9

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por su propia cuenta. Luty era la vaquera ms agradable- de todo el mundo, y no opona ningn obstculo a que l fuese Tex. Hasta hizo todo lo que le fue posible por llamarle de este modo. Y se arrastraba detrs de l y le agasajaba con una indeclinable adoracin. Las personas mayores los miraban una y otra vez y sonrean. A medida que pasaban las semanas y los meses aumentaba el nmero de colonos, y las manchas que constituan las reses se extendan ms y ms por el terreno. Cuando lleg el invierno, algunos de los colonos, entre los que se hallaban Pan y su madre, se trasladaron a Littleton para enviar a los nios al colegio. La primera maestra de Pan fue Emma Jones. Pan simpatiz con ella inmediatamente de verla, lo que sucedi la primera vez que fue a su casa para llevarle a la escuela. Pan no estaba acostumbrado a tratar con desconocidos. Los hombres que haba en las calles, los muchachos mayores que l, todos le molestaban. Los vaqueros escaseaban en el pueblo, lo que constituy una gran desilusin para Pan. Littleton perdi mucho en su concepto. Result que Pan era zurdo. A la seorita Jones le pareca que era incorrecto que una persona escribiera con la mano izquierda, por lo que at la de Pan fuertemente a la mesa y le oblig a trazar letras con la mano derecha. Qu temporada ms terrible y ms antiptica para Pan! La presencia de tantos nios y nias le desconcertaba, aun cuando no era remiso para hacer amistades; pero quera a Curly y la pradera. Prefera hallarse junto a Luty. Y lo que ms apreciaba de todo, lo que ms anhelaba, era hallarse junto a los vaqueros. Dick Hardman entr de nuevo en la vida de Pan, funestamente, inevitablemente, como si el porvenir hubiera preparado algo inescrutable v siniestro, como si los das de escuela, los das de juventud' y los das de virilidad hubieran sido proyectados enmaraadamente antes del nacimiento. Dick se encontraba, en un curso ms avanzado e hizo que esta circunstancia fuese conocida de Pan. Se haba convertida en un, muchacho ms alto, ms guapo, ms atrevido, que tena una mata de cabello rojo tan brillante como una llama. Llamaba a Pan. el pequeo domador de mofetas e incitaba a los dems muchachos a que lo ridiculizasen. De este modo, el oculto resentimiento que se esconda en las profundidades de Pan comenz a adquirir bros y se, convirti de nuevo en: una llama que hall en s misma el combustible necesario cara convertirse en odio. Pan dijo a su madre lo que Dick haba indicado a los chicos que le llamasen. Y se sorprendi en verdad al ver que su madre se indignaba profundamente. En cierto modo, la exaltacin de la madre fortaleci el resentimiento de Pan. El' chiquillo tena su misma sangre, su mismo fuego, su mismo orgullo, aun cuando fuera solamente un nio. Despus, los interminables das de escuela terminaron por una temporada. El verano haba llegado. Pan regres a sus queridas llanuras, a los campos abiertos, a Curly, a Luty. Pero Luty haba cambiado mucho, puesto que ya poda permanecer en pie ante l y llamarle Tex. El chiquillo reanud sus antiguos juegos con ella, y cuando lleg la ocasin le concedi el honor de sentarla sobre Curly. Si la chiquilla no hubiera llenado anteriormente de cario su corazn, aquella imagen suya cuando se encontraba sobre el caballo, riendo y sin temor, lo habra conseguido. Otro to suyo se haba trasladado a la regin para colonizar ms tierras. Pan dispuso de un nuevo lugar donde ir, ms, lejano, en un terreno bravo y que le agradaba mucho ms. Cada vez que iba a casa de- su to, vea vaqueros. Cierto da, cuando Pan se encontraba en casa de este nuevo to, sucedi una cosa terrible, la verdadera primera tragedia de Pan. Un vaquero haba dejado abierta la puerta del granero. Curly entr en ella y se acerc al grano. Antes de que pudiera impedrselo, comi enormemente y bebi despus de' un modo copioso. Este exceso lo mat. Cuando Pan sali de su estado de estupefaccin y al comprobar la magnitud de la prdida que haba sufrido, se llen de afliccin. No poda ser consolado. Pas horas y horas sentado sobre su silla de montar y llorando. Tard mucho tiempo en volver a visitar a la pequea Luty. Su padre no pudo comprarle un nuevo caballo, y tard muchsimo tiempo antes de que pudiera conseguir otro.10

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Pasaron los das y las semanas, lleg el otoo, el invierno y con l nuevos das de escuela, tediosos, abrumadores; y de nuevo apareci la primavera. Los vaqueros abundaban en la floreciente regin, pero Pan evitaba reunirse con ellos, avergonzado y disgustado, porque, careciendo de su querido Curly, no poda hacerles compaa. Su dolor por la muerte del caballito no cesaba nunca, aun cuando haba llegado a un estado de madurez en que cualquier caballo debera haberle librado de su melancola. Generalmente jugaba a solas, aunque lo haca algunas veces en compaa de Luty. Esta era el nico punto brillante para l en toda la verde pradera. La chiquilla haba comenzado a desarrollarse rpidamente; su dorado y rizosa cabello pareca atraerle. Aquel otoo los colonos erigieron una escuela propia, que se encontraba a tres millas escasas del hogar de Pan. -Pan, puedes ir a pie? -le pregunt Bill Smith al mismo tiempo que le clavaba una mirada escrutadora. -S, pap; pero... pero... -contest Pan, incapaz de terminar de expresar el pensamiento tan querido de su corazn. -Ah! Y antes de que pase mucho tiempo Luty tendr edad suficiente para ir tambin aadi su padre-. Supongo que podrs llevarla. -S, pap. - Y para Pan constituy una gran alegra el hacer esta promesa. -Bien; eres un buen muchacho-declar el padre-. Y no tendrs que ir a pie a la escuela. He adquirido dos caballos para ti. -Dos! -exclam Pan sin poder contener su alborozo-. Oh, oh, oh! Los dos caballos llegaron al cabo de poco tiempo al hogar de los Smith. Sus nombres eran Pelter y Pilldarlick. Pelter era pinto y arisco, lindo, aunque tena una mirada aviesa. Pilldarlick no era bonito, pero s pequeo, fuerte, airosa y de paso fcil. Pan pens que acabara por querer ms a Pelter aunque Pilldarlick fuese, seguramente, -un nombre de vaquero y, por tanto, perfectamente satisfactorio. Sin embargo, result que Pan no pudo cabalgar a Pelter, que era un caballo medio loco. Pilldarlick era mucho mejor de lo que pareca, y muy pronto llen el vaco que exista en le corazn de Pan. El primer da que el chiquillo mont a Pilldarlick para ir a la escuela fue un da que se escribi en letras rojas en la vida de Panhandle Smith, vaquero. Haba muchos chicos y chicas que fueron a la escuela, de los cuales solamente una minora dispona de caballos que montar. Pan fue la atraccin de todas las miradas cuando lleg al patio montando a Pilldarlick. Fue el da ms feliz de la vida de Pan... Y lo fue hasta el momento en que Dick Hardman lleg sobre un fogoso caballo mesteo negro. -De dnde has sacado ese jamelgo? - grit Dick al ver a Pan -. Y tienes una silla que no es ms que un poco de cuero sobre otro poco de estopa. -Eres un embustero! -contest a voces Pan mientras se apeaba, fieramente, de Pilldarlick. El muchacho de cabeza roja baj de su silla y se dirigi hacia Pan. Comenzaron a pelearse. El instinto fue la gua de Pan, que mordi, ara y dio patadas. Pero Dick, que era el mayor de los dos, comenz a obtener la mejor parte de la batalla, y al cabo de muy pocos momentos estaba golpeando rudamente a Pan y continu hacindolo hasta que la nueva maestra acudi en socorro de ste. -Basta! - orden la maestra mientras separaba a los beligerantes- Solamente pelean los gatos y los perros. -Y... tambin... los vaqueros - dijo fatigosamente Pan. -Pero no los vaqueros buenos. Solamente los malos - replic la maestra mientras se alejaba en unin de Pan. -Te dar lo tuyo cuando te encuentre - grit amenazadoramente Dick -. No eres ms que un tonto presumido.

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IIILa seorita Amanda Hill, la maestra, toc la campana para llamar a los colegiales, y la clase comenz una vez ms. Dick Hardman se sentaba al otro extremo de la misma estancia que Pan, y desde detrs de la espalda de la maestra comenz a hacer visajes dirigidos a Pan; y, lo que fue ms importante, se puso el dedo pulgar ante la nariz y lo movi despectivamente. Pan comprendi lo que aquello quera decir, y, con la rapidez del relmpago, devolvi el cumplido. Llego el descanso. Antes de que la mitad de los colegiales hubiera salido de la clase, Dick y Pan haban ya corrido hacia el granero, donde la maestra no poda verlos y donde se acometieron mutuamente como gatos enfurecidos. No necesit Dick mucho tiempo para dar a Pan la verdadera primera paliza de su vida. El labio partido, la nariz ensangrentada, el ojo morado, la sucia cara, la rota blusa... fueron cosas que denunciaron a Pan, por 1o menos a los ojos de la maestra. La mujer le retuvo a su lado cuando la clase concluy, y, en lugar de regaarle, le habl con dulzura y amabilidad. Pan sali de su estado de huraa y comenz a experimentar cario por la maestra. Pero, de todos modos, no nudo prometer que no volvera a luchar. -Suponga usted que Dick Hardman volviera a hacerme burla otra vez! -dijo quejosamente Pan. El muchacho no comprenda cules eran sus verdaderos sentimientos. Quera agradar y obedecer a aquella amable mujercita, pero haba algo en su interior que se opona a ello-. Qu dir mi... pap... cuando sepa que me han vencido? - solloz. Ella consigui finalmente obligar a Pan a 'hacer voluntariamente la promesa de no volver a reir con Dick. A pesar de la proximidad de Dick Hardman, aquel invierno que haba de pasar en la escuela prometa ser feliz y productivo para Pan. Haba en ella tres altos muchachos, ya vaqueros, que acudan a las clases de fa seorita Hill. Pan se inclin inmediatamente hacia ellos, y, con gran satisfaccin por su parte, los vaqueros aceptaron su amistad. Ms tarde, su antiguo amigo, el vaquero a quien conoci en el rodeo, lleg a las llanuras con una manada de ganado procedente de Texas. Las reses tenan como marca ON, que era nueva para Pan, el cual 'llevaba un registro de todas' las marcas' que haba visto, y no cesaba de dibujarlas en algn papel. Moore y tres de sus vaqueros fueron a alojarse en la casa de Pan y encerraron en la cuadra sus caballos. La copa de Pan estaba llena. Los das volaban. La nieve v el fro no le importaban. Ni siquiera el estudio, ni siquiera el siempre malicioso Dick Hardman pudieron hacer que su espritu decayese. Moore se propona permanecer durante todo el invierno en aquella regin y esperar la llegada de la primavera para dirigirse ms hacia el Norte. El apodo de vaquero que tena Moore era Pug; y otro vaquero cuyo verdadero nombre no haba odo Pan se llamaba Slats. Entre ambos enseriaron a Pan todas las' canciones del vaquero, desde el Ti yi oop oop ya ya hasta Enterradme en la pradera solitaria. Todas las noches Pan los escuchaba cantar en su dormitorio junto al fuego, y muchas veces se haca preciso reprenderle para que hiciera sus deberes escolares. Otro de los vaqueros se llamaba Hookey. Segn decan Pug y Slats, su nariz pareca la de un loro, y el' pobre vaquero tena el aspecto de un coyote enloquecido. Hookey cogi antipata a Pan y siempre buscaba la manera de enfurecerlo. Los vaqueros se iban siempre por la maana, antes de que Pan se levantase, pero cuando el chiquillo regresaba de la escuela, generalmente sola encontrarlos en su casa. Slats, que crea ser un tenorio, sola decir -Bueno, qu te ha dicho hoy tu maestra de escuela acerca de m?12

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Y Hookey acostumbraba ridiculizar a Pilldarlick, lo que tena ms fuerza para afligir a Pan que cualquier otra cosa de este mundo. Cierto da Pan dio rienda suelta a su clera y persigui a Hookey arrojndole piedras hasta que le oblig a refugiarse en la bodega; y cada vez que Hookey asomaba la cabeza, Pan le arrojaba con certera puntera una piedra amenazadora. La madre de Pan acudi en ayuda del vaquero. Despus de esto, Hookey compr una nueva silla para su caballo y regal la vieja a Pan. Esto aplac las hostilidades. El corazn de Pan sufri un cambio. No importaba que Hookey le atosigase o atormentase. Nada de lo que hiciera podra ser suficiente para enojarle. Pan comenz a ver a Hookey con un aspecto diferente. El chiquillo era inexpresablemente feliz poseyendo un caballo y una silla; y sola cantar generalmente: Mi trabajo consiste en ensillar caballos y tirar de las riendas. Cierto da llegaron dos hombres desconocidos a la posesin de los Smith. Ambos tenan los rostros duros, ojos grises y escrutadores; ambos llevaban armas de fuego, y uno de ellos luca una estrella brillante en el chaleco. Aquellos dos hombres se llevaron a Hookey consigo. Despus que se fueron, los vaqueros dijeron a Pan que Hookey estaba reclamado por ladrn de caballos. Pan experiment, una terrible pesadumbre, y tard mucho tiempo en olvidar a su amigo Hookey. Aquel invierno pas con rapidez. Pan fue feliz durante su transcurso. El estudio no le pareci tan odioso como haba supuesto, acaso porque posea un caballo y una silla. Poda cabalgar de un lado para otro. Frecuentemente se detena para ver a Luty, que ya era lo suficientemente despierta para desear ir a la escuela; y la maestra haba conquistado el cario del muchacho. Pan se abstuvo de pelear nuevamente con Dick Hardman, hasta cierto da en que, hallndose en el descanso, Dick le llam el nio mimado de la maestra. Esto irrit a Pan, tanto ms porque la verdad de lo que deca su enemigo le avergonzaba. Por esta causa, en aquella ocasin, aun cuando apenas haba vuelto a reir con ningn muchacho, fue el primero en golpear. Descarg con sorprendente rapidez un golpe terrible en la nariz del corpulento Dick. Cuando Dick se puso en pie aullando y jurando, tena el rostro desfigurado por la sangre y por la suciedad. A continuacin comenz una batalla que dej chiquita a la que anteriormente sostuvieron en el granero. Pan se haba desarrollado considerablemente. Era fuerte y gil. Y cuando la sangre brava de su madre se encenda en l, era tan fiero como un joven salvaje. Pero Dick volvi a vencerle nuevamente. La seorita Hill, apenada y triste, envi a Pan a su casa con una nota. Sus padres se hallaban en ella cuando Pan lleg. Loas dos se asustaron al verle aparecer. -Qu muchacho ms ensangrentado, ms sucio y ms pingajoso l -exclam horrorizada su madre. -S? Pues si vieras a Dick Hardman...! - replic Pan. El chiquillo crea que haba destrozado para siempre su amistad con la seorita Amanda Hill. Pero muy pronto descubri con gran sorpresa y alegra que no era as. Al da siguiente la maestra le retuvo a su lado despus de la salida de la escuela, llor junto a l, le bes y le habl larga y cariosamente. Lo nico que Pan nudo recordar fue -Tu odio a Dick Hardman producir un resultado terrible si no te decides a expulsarlo de tu corazn. -Maestra, por qu no... habla usted de este mismo modo a Dick? - tartamude Pan, vencido, como siempre, por la terneza de la mujer. -Porque Dick es un muchacho de una clase diferente a la tuya-contest ella; pero jams explic lo que haba querido significar. Durante la poca de Navidad, los padres de los chiquillos celebraron una fiesta en los locales de la escuela. Todos los que residan en la llanura, aun a varias millas de distancia, se reunieron all. Por primera vez Pan se sinti satisfecho de la cantidad de vaqueros que vio. La seorita Amanda tena unos atractivos a los cuales no podan resistirse los vaqueros. Aquella noche Pan recit su primera composicin, titulada: El goloso Dick, enfermo por comer caramelos.13

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A Pan le pareca una cosa tonta, pero la dijo por agradar a la seorita Amanda y porque contena una indirecta contra Dick Hardman. Con gran sorpresa por su parte; recibi unos aplausos clamorosos. Despus de la cena comenz el baile. Algunos de los vaqueros se emborracharon. Se produjeron peleas, dos de las cuales presenci Pan v le causaron gran emocin y temor. Era bastante ms de la medianoche cuando se rindi al sopor que le acometa. Cuando despert, al amanecer, el baile continuaba. Pas el invierno. Lleg la primavera, y en ella se celebraron tantos rodeos que Pan no pudo recordarlos todos. Despus transcurri el verano rpido y feliz. Aquel otoo, un tercer to de Pan se instal en el valle. Era un hermano mayor del padre de Pan, a quien llamaba el viejo to Ike. Era un soltern extrao, viva solo y no se mostraba propicio a las amistades. A Pan se le advirti que no se aproximase a l. El viejo to Ike era duro y antiptico; una novia infiel le haba destrozado el corazn en sus das juveniles. El viejo to Ike mat de un tiro al rival y corri a la guerra. Despus de haber servido durante todo el resto de la guerra civil, luch contra los indios, y vivi una vida turbulenta en diferentes aspectos. Pero la prohibicin sirvi solamente para que Pan experimentase ms el deseo de conocer al viejo to Ike. Corri presuroso a verlo y se encontr a un hombre de rostro triste y viejo, que estaba sentado a solas. Pan dijo valientemente -To, soy Pan Smith, el hijo de su hermano Bill, y he venido a visitarle porque estoy seguro de que voy a ser buen amigo de usted. La acogida del viejo no estuvo exenta de amabilidad. Pan y su to trabaron amistad rpidamente. Todos los domingos, Pan visitaba, a su to Ike utilizando para ello cierta cantidad del tiempo que se supona dedicaba a Luty. La nia lloraba y recriminaba a Pan por aquella desercin, pero Pan se limitaba a contestar con una risa. Siempre que quisiera poda estar junto a Luty. La muchacha se haca ms amable y hermosa a medida que creca, circunstancias que llegaban al corazn a Pan; pero prefera or las historias de guerra del viejo y los relatos de luchas contra los indios, mejor que hallarse en compaa de Luty. Pasaron los meses y Pan creci y se fortaleci. Su constitucin fsica prometa que habra de adquirir muy pronto la que corresponde, al verdadero jinete. Cuando lleg la primavera y Pan cumpli doce aos, su Madre consinti en que trabajase a cambio de un sueldo en los rodeos. Pan se uni a un gran equipo. Este equipo se compona de ms de cincuenta vaqueros, dos carros, dos cocinas, vehculos de abastecimiento, y una cantidad grandsima de caballos. Pan pudo cabalgar dos caballos distintos cada da. Aquel trabajo coloc a Pan ms cerca del paraso de lo que jams haba estado. Si no hubiera sido por un inconveniente, habra resultado completamente perfecto; y este inconveniente era que Pan no tena botas. Un, vaquero y buen jinete sin botas de .montar! En el calor de la accin, entre el remolino vertiginoso de las vacas y de las terneras mugidoras, cuando el seco polvo se elevaba para introducirse! en la nariz de Pan y formar una pasta espesa en su sudoroso rostro, cuando las cuerdas zumbaban, los vaqueros gritaban, el hierro de marcar chirriaba, todo lo que el muchacho senta era lo que de bravo y silvestre haba en ello, la delicia y el encanto del riesgo, la excitacin, el movimiento v_ la vida constantes. Sin embargo, durante las horas de descanso, siempre se vea atormentado por su falta de equino de jinete. -Oye, muchacho, quin te ha hecho, esas botas altas de jinete? - le pregunt un vaquero. -Cambio mis espuelas por las tuyas-aadi otro. Y estas brumas se repetan una y otra vez. Los vaqueros no podan evitarlo. Era una cosa innata en ellos, propia del ambiente y del espritu de la singular vida que vivan. De todos: modos, Pan los quera, y todos ellos eran cariosos con l.14

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Sus mejores amigos en aquel equipo eran Si y Slick, ambos jinetes y pendencieros, cuyos verdaderos nombres no conoci Pan. El rodeo fue prolfico en experiencias maravillosas. Una noche, cuando una tormenta amenazaba estallar, el capataz llam al vaquero que no estaba de servicio -Habladlas en voz baja, muchachos, porque estn preparadas. Quera decir que sera muy probable que las reses iniciasen una desbandada; y cuando comenzaron a brillar lo,'; relmpagos y la lluvia comenz a caer, la vacada ech a correr con un estruendo horroroso. Pan se cal hasta los huesos y se perdi entre la lluvia. Cuando volvi al campamento, solamente se hallaban en l el cocinero v los carros. A la maana siguiente los vaqueros llegaron aisladamente, cada uno de ellos conduciendo una parte de las reses desbandadas. Cuando se desayunaban, una maana, Pan oy un grito. -chale el' guante, vaquero! -Od! 'Mirad ese proscrito que viene por all! Pan solamente tuvo tiempo de ver un caballo rojo terriblemente fatigado que entr en el' crculo de los vaqueros. Su jinete iba disparando continuamente, y se ape entre todos ellos. Y entonces se produjo una desbandada! Aquel diablo rojo interrumpi el desayuno y se perdi a todo correr. Cmo se rieron los vaqueros del pobre caballista que haba sido arrojado a tierra! -Oye, te has roto el cuello?-grit uno de ellos-. Si no ha sido as, deberas habrtelo partido, maldito! Y Si, el domador de caballos, dijo -Charlie, me parece una desconsideracin que te dediques a lanzarnos contra el estmago a tu caballo favorito. ' Una de las cosas' ms sorprendentes que sucedieron durante aquel invierno fue la fuga de la seorita Amanda Hill con un vaquero, A Pan no le agradaba mucho aquel individuo, pero el incidente le realz a sus ojos y aument mucho la admiracin que experimentaba por los vaqueros. Pan no olvid jams el primer da de escuela de Luty, cuando la llev sentada sobre el caballo detrs de l, apretndole el gaote, como observ uno de los vaqueros. Pan no se dio cuenta por completo de aquel aspecto de su viaje, puesto que estaba acostumbrado a tener a Luty asida continuamente a l. La observacin del vaquero le molest. Cuando -lleg 'a las puertas' de la escuela baj a la muchacha de una manera bastante brusca y fue al corralillo para encerrar su caballo. Luty era pequea y Pan corpulento, hecho que se grab en la conciencia de l con las risas de las muchachas y las bromas de los chicos. Pero nada de esto ocasion cambio alguno en su actitud respecto a Luty, a quien continu llevando a la escuela y despus a su casa durante todo el invierno sobre su caballo. Al llegar el verano siguiente, Pan comenz a trabajar para su to Ike. A medida que Pan creca, el tiempo le pareca mucho ms corto que cuando era pequeo. Tena mucho que hacer. Y, de repente, descubri que ya haba cumplido los quince aos. Su madre celebr una fiesta el da de su aniversario, fiesta que se grab en su recuerdo por las atenciones que sus compaeros prodigaron a Luty, que era, sin punto de comparacin, la ms hermosa de las muchachas' del valle. Pan no saba exactamente a qu atribuir su enojo a la extraa actitud de propietario que haba asumido con relacin a ella. El tiempo haba de ensearle algo ms acerca de aquel estado de nimo en que se encontraba. Un nuevo incidente sucedi al da siguiente en la escuela, a la hora del medioda. En aquellos' ltimos das de noviembre reinaba todava un veranillo indio, o veranillo de San Martn, y los alumnos coman bajo los rboles. Repentinamente, Luty lleg corriendo junto a Pan, quien, como siempre, se hallaba prodigando cuidados a su caballo. La muchacha llevaba despeinado el dorado cabello. Iba llorando. Sus grandes ojos violeta estaban llenos de lgrimas. -Pan..., sal ahora mismo... y dale una zurra a Dick Hardman -exclam apasionadamente. -Luty! ... Qu te ha hecho? -pregunt Pan.15

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-Siempre me est molestando... cuando t no ests delante... No te lo haba dicho... porque saba que te pegaras con l..., pero lo que me ha hecho ahora,... Me ha agarrado y me ha besado... delante de todos los muchachos! Pan mir fijamente el rostro de la jovencita, humedecido por las lgrimas, y observ que Luty era diferente a como haba sido. Ya no era una nia. Por una razn extraa para su comprensin,, se enfureci, con ella y, empujndola a un lado, se acerc al grupo de muchachos, que los estaban mirando de reojo. Dick Hardman, que ya era un chico rollizo y fuerte, retrocedi y se introdujo entre el grupo de espectadores. Pan hizo lo mismo violentamente, obligando a los chicos a retirarse, hasta que se encontr frente a frente con su adversario. Las oscuras pecas parecan sobresalir de un modo prominente en el cetrino rostro de Dick. Algo en el aspecto y en la expresin de Pan le intimidaron. Pero se irgui despectivamente. -Eres un cerdo! -le grit fieramente Pan, y le golpe con todas sus fuerzas. Al cabo de una hora ambos continuaban luchando todava. Se haban ido zurrando desde la arboleda hasta el patio de la escuela, desde aqu hasta la carretera y desde la carretera nuevamente hasta el patio. Ensangrentados, desgarrados, negros, ambos plegaron, destrozaron y araaron. La maestra, retorcindose las manos, llam a los otros chicos para que separasen a los beligerantes-. Ya lo haban intentado, pera intilmente, puesto que lo nico que consiguieron fue recibir golpes y puntapis. Las muchachas, casi todas, gritaban y lloraban. Mas no Luty! Con los ojos dilatados, con el rostro plido, la nia contemplaba la 'lucha. Todos los espectadores, aun los ms jvenes, parecan reconocer que aquella pelea era diferente a todas las que hasta entonces haban visto. Finalmente, la maestra envi a varios muchachos a pedir ayuda a algunas de las cercanas granjas. Dick sola esconder la cabeza y lanzarse contra Pan, con el intento de golpearle en el abdomen. Dos veces consigui derribar por este medio a Pan, con lo que obtuvo una situacin de ventaja. Pero el astuto Pan, que se anticip a un tercer y ltimo ataque de esta clase, levant la rodilla con terrible, fuerza y golpe con ella a Dick en el rostro. Dick cay al suelo a plomo, se retorci, dio vuelta sobre la espalda y grit horrorosamente. Repentinamente, ces de gritar, se levant sobre una rodilla, escupi sangre y algo ms, que repiquete al chocar contra el suelo... Un diente! Tembloroso, llevse una de las sucias manos a la ensangrentada boca. Uno de los dientes anteriores haba desaparecido de la boca, y algunos otros se encontraban flojos. La vanidad, el rasgo ms destacado del -carcter de Dick, sufri con ello un golpe terrible. Se puso en pie, se tambale, recogi una piedra y mir a Pan de modo colrico. Voy... a... matarte! Y arroj la piedra con intenciones siniestras, Pero Pan pudo rehuir el proyectil y salt contra su contrincante. Dick corri hacia la escuela y se agach en su carrera para recoger piedras y lanzarlas contra su perseguidor. Los vociferantes muchachos se dispersaron, las chiquillas corrieron. Pan no estaba dispuesto a dejarse vencer en ninguna modalidad de la lucha. Devolvi las piedras, una por una, y acert con la ltima a dar a Dick en la parte inferior de una pierna. Como una bestia herida, Dick rugi y, entrando en la escuela, cerr la puerta tras de s violentamente. Pero Pan se lanz tras l, agarr una piedra grande y la arroj tan enrgicamente, que rompi la puerta y arranc los goznes. Pan entr y recibi en el rostro el impacto de la larga regla de, la maestra, arrojada por Dick. La recogi, la blandi, como un arma y se lanz contra su enemigo. Dick corri a lo largo de la pizarra y, cogiendo un borrador tras otro, los arroj contra su perseguidor. La puntera fue muy mala. Su resistencia comenzaba a agotarse. Su valor haba desaparecido. En cuanto a Pan, la larga lucha pareca haberle dotado de renovado furor y renovada fortaleza. Lo cierto era que un fuego devastador, orbe arda en sus venas, se haba encrespado hasta el rojo blanco, indomable e inextinguible. De pronto, Dick se dirigi a la mesa de la maestra. Una idea, una inspiracin se mostr en la rapidez de sus movimientos. Pan adivin su propsito, y, saltando sobre las mesas de16

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los alumnos, intent adelantarle. Demasiado tarde! Cuando Pan saltaba desde el ltimo pupitre al tablado, Dick se volvi... con el largo cortapapeles de la maestra en la mano, con los' prominentes ojos baados por el odio ms ciego. Ms' tarde, cuando los chicos que se hallaban en el exterior pudieron mirar a interior de la estancia, no vieron ni oyeron a los luchadores; pero, temiendo que se encontrasen ocultos bajo los bancos, dispuestos para una nueva descarga de proyectiles, ninguno de ellos se atrevi a entrar. La maestra se haba apresurado a correr, carretera abajo, para salir al encuentro de los hombres a quienes algunos de los muchachos haban avisado. Y tales hombres eran Jim Blake y Bill Smith, que regresaban de las llanuras a su hogar. Cuando entraron en la sala de la escuela, seguidos temerosamente de la maestra, junto a la que iba Luty, que fue el' nico ahormo que tuvo el valor necesario para hacerlo, descubrieron que la pelea haba terminado. Dick yaca inconsciente, tumbado en el suelo, con la frente baada en sangre. Pan se hallaba sentado, acurrucado ms bien, en la plataforma, hosco v arisco, con el rostro, las manos y la camisa ensangrentadas. -Aaah! Me parece que esta vez has peleado como un verdadero vaquero, eh? pregunt el padre de Pan a su hijo -. Levntate. Djame que te mire... Jim, reconoce a ese otro muchacho que est en el suelo. Mientras Pan intentaba doloridamente ponerse en pie, Blake se arrodill junto a Dick. -Bill, este gallo de pelea ha recibido una paliza de todos los diablos -dijo, Blake. -Eres un vaquero rufin! -estall indignado Smith mientras extenda uno de sus largos brazos en direccin a Pan-. Pero... qu diablos?... Muchacho, has recibido una pualada -S..., pap..., con el cortapapeles... de la maestra... -contest dbilmente Pan. Se puso en pie con dificultad' y se llev la mano derecha al hombro izquierdo, donde, entre los dedos manchados de sangre, asomaba la rota hoja del, cortapapeles. La indignacin de Bill Smith se convirti en alarma y angustia. Algo severo y triste ocup su lugar. Exactamente en aquel' momento, Luty, se separ de la maestra y se coloc ante l. -Oh! ... Por favor..., no lo castigue usted, seor Smith - exclam conmovida -. Todo ha sido por culpa ma... Fui yo quien comprometi a Dick. Le hice burla. Me dijo cosas que no eran... agradables... Le di una bofetada... Y luego me agarr... y me bes... Fui a buscar a Pan..., se lo dije... Oh! Eso hizo que Pan luchase con l... Smith fij la mirada en el rostro grave y plido de la nia, cuyos distendidos ojos violeta estaban llenos de suplicante ansiedad. La indignacin de Bill Smith comenz a desvanecerse. Pareci repentinamente sorprendido al apreciar algo que jams haba visto antes de aquel momento. -No, Luty; no lo castigar - prometi lentamente -. Le aprecio ms ahora, cuando s que ha luchado en tu favor.

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IVNo volvieron a encontrarse durante todo el verano. El invierno fue muy duro. Pan abandon la escuela y permaneci en su casa, trabajando para su madre y jugando mergos que en cualquier temporada anterior. -He odo decir a Dick que te matar cualquier da -le dijo con seriedad' un vaquero-. No eches en saco roto mis palabras, muchacho, es un mal hombre. -Ah! -sta fue la respuesta que Pan dio al mismo tiempo que se alejaba. No le agradaba que le recordasen a Dick. Cuando oa mentarlo, una chispa elctrica pareca reavivar el rescoldo que an encerraba en el pecho y convertirlo en fuego. Cuando lleg la primavera, Pan se uni ansiosamente a los vaqueros que realizaban los rodeos, con ms inters que nunca, puesto que una parte del ganado y del equipo que realizaba las tareas era de la pertenencia de su padre. Los cuarenta caballistas esperaban en la extensin de las llanuras la llegada de los carros. Estaban entre ellos cinco vaqueros del equipo de Big Sandy, que pertenecan al mismo grupo que Pan. Estos vaqueros haban llegado de la regin de Crow Roost. Old Dutch John, un personaje famoso en aquella zona, diriga el carro de las provisiones. Se hizo inmediatamente buen amigo del padre de Pan, circunstancia que atrajo al muchacho hacia el viejo cocinero. Era un hombre que no poda hablar, sin salpicar sus palabras de innumerables juramentos, y, si necesitaba contestar con un sencillo si o con un no menos sencillo no a cualquier pregunta, no lo haca sin acompaar estos monoslabos de una larga serie de palabrotas. Al da siguiente el equipo se dirigi hacia el oeste de Dobe Creek, donde rode y recogi acaso un millar de reses. Pete Blaine y, otro vaquero enlazaron las terneras, y Pan ayud a sujetarlas. Al otro da los vaqueros rodearon Blue Lakes, donde el ganado abundaba. El viejo John grit a los muchachos: -Eh, vaqueros, basta por hoy! Habis cercado demasiadas reses en un solo da. Aquellos dos lagos estaban siempre secos, excepto durante la primavera; y en aquellos das se encontraban llenos de hierba verde, que alfombraba la llanura hasta donde la vista poda alcanzar. El lunes, las largas hileras de reses se movieron entre nubes de polvo en direccin al lugar designado para hacer el rodeo. Cuando las manadas se reunieron, la propia llanura pareci moverse. Al hallarse reunidas tantas y tantas reses, componan un mar blanco y rojo, del que brotaba un incesante mugido confuso. Pareca imposible separar las terneras y las vacas de las otras cabezas de ganado. Pero docenas de arriesgados vaqueros, corriendo en sus caballos de ac para all, pudieron muy pronto comenzar a hacer la separacin. Fue un espectculo que entusiasm a Pan mucho ms que los anteriores. Los carros se hallaban alineados junto al lago, con las enormes cubiertas de lona blanca brillante el sol; y en la altura, sobre una elevacin del terrestre estaban el tunante o carro dormitorio, tan lleno de pastos enrollados, que pareca un almiar. Ms all de orilla del lago, cuatrocientos hermosos caballos de silla ataban, coceaban y se mordan mutuamente. Y al otro o sonaban el'' estrpito que promova la manada principal de la vacada, el ruido de los cascos de los' caballos de los vaqueros, el gritero de los hombres y el mugido de las reses. Cuando todas las terneras y las vacas fueron separadas, un vaquero de cada uno de los equipos de los diferentes ganaderos d la regin se reuni con los dems para reclamar la pertenencia de alguna de las reses y determinar la marca a que perteneca. Despus, la manada de vacas viejas, de toros y novillos, de aojos y terneros haba de ser conducida nuevamente hacia la parte ms despejada de la llanura.

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Se encendieron hogueras. Y, puesto que no haba lea en aquellos terrenos, se hicieron con huesos de bfalo. Fueron necesarios los esfuerzos de muchos vaqueros para reunir la cantidad' de huesos necesarios. A la hora del crepsculo, cuando concluye- el marcado de las reses, cada vaquero cogi un caballo para realizar la guardia. Pan consigui uno de ellos, llamado Old Paint. -Oye, muchacho-le dijo uno de los' vaqueros de Crow Nest-, no ests preparando un caballo demasiado bueno para el trabajo nocturno? -Oh, creo que no! -respondi riendo Pan. -Ven aqu, Blowy! -grit el vaquero a otro-. Mira lo que he descubierto. Un muchacho zancudo y de rostro rojo se separ de los dems v se acerc, entre un sonido de espuelas, para ver el caballo de Pan. - Que el diablo me lleve, Ben Bolt, si este caballo no es Old Calico! -exclam con sorpresa y alegra -. Dnde, lo has encontrado, chiquillo? -Lo compr mi padre-respondi Pan. -Escucha lo que voy a decirte: no ates nunca ese caballo a una estaca. Es el mejor caballo vaquero que jams he conocido. El vaquero que lo cri y le ense todo lo que sabe fue compaero mo hace mucho tiempo. Y ya est muerto. Sera capaz de levantarse de su tumba, chiquillo, si supiera que su caballo estaba atado a una estaca. -S? -contest Pan-. La verdad es que no s mucho acerca de este caballo. Lo llamamos Old Paint. Todava no lo he montado. Pap se lo compr el invierno pasado a una seora que quera que arrastrase un carro. Pero el caballo se rebelaba. La seora dijo que le ech encima agua caliente y... -Seora? Diablos! - grit el vaquero al mismo tiempo que enrojeca an ms-. No poda ser una seora si trataba a un caballo tan bueno de ese modo... Oye, oye, muchacho, yo te proporcionar un buen caballo para el trabajo nocturno. Deja en libertad a Old Cal y, cuando necesites correr mucho o hayas de ir a toda prisa a cualquier parte, no dejes de montarlo. Lo mejor ser que cuando lo hagan te ates bien los estribos y te afirmes bien en ellos, si tienes inters en conservar tu asiento, porque ese caballo es seguro que intentar librarse del vaquero que se le ponga encima. -Perfectamente, dejar a Old Calico en libertad - contest Pan-. Y no olvidar lo que has dicho de l. Blowy seal uno de 'sus caballos. -Muchacho, sube a ese otro caballo, y jams irs al paso. -Gracias; tengo muchos caballos-dijo Pan. -Ah! Muchos caballos? Yo tambin tengo muchos, compaero; pero he elegido ste para seguridad de mis amigos. Pan ensill el caballo indicado. Y muy pronto vio que era el mejor que hasta entonces haba montado. Este suceso le granje la amistad, de Blowy, que era un charlatn incansable y al que toda el equipo apreciaba. Pan aprendi algo de cada uno de los vaqueros con quienes se reuni; y 1o que aprendi no siempre fue lo mejor y ms conveniente. Aquel rodeo constituy la verdadera presentacin de Pan a las llanuras. Cuando lleg la ocasin en que los diferentes componentes del equipo se separaron para llevarse su propio ganado, el patrn dijo a Pan: -Ven a trabajar conmigo. Pan enrojeci agradablemente sorprendido, dio gracias y dijo que deba trabajar para su padre. Despus, l y el vaquero que le acompaaba, Joe Crawley, se despidieron de sus compaeros provisionales, y principalmente y con mayor pesar de Old Dutch, y emprendieron el camino con sus propias reses. Cruzaron el antiguo campo de batalla indio en que el coronel Shivington dio a sus soldados una orden que se hizo famosa -Matadlos a todos! Las liendres cran piojos! Pan y Joe se dirigieron hacia Limestone Creek con su pequea manada y sus caballos. Pan quiso montar Old Calico, pero el caballo se haba alejado hasta perderse de vista.19

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-Las moscas se muestran activas, muchacho -dijo Joe, que era ms viejo y tena ms experiencia que Pan-. Me parece que vamos a tener barro en abundancia durante el mes prximo. Haba un algo en el aire, acaso tormenta, que produca inquietud a los animales. Pan y Joe tuvieron que vigilar constantemente para dominar a su ganado, tanto de da como de noche. Los animales no podan caminar. Detenindose donde se hallaban, los clon vaqueros se vieron forzados a hacer guardia hasta el amanecer, y entonces intentaron conducir su ganado. Pero no consiguieron moverlo hasta despus de transcurridas varias horas llenas de esfuerzos. Finalmente, las reses se encontraron refrescadas y comenzaron a caminar. Los dos muchachos llegaron en las ltimas horas de la tarde a Limestone, donde hallaron tres vacas hundidas en el barro hasta los ojos, de las que solamente eran visibles la parte alta de las cabezas y los cuernos. Necesitaron mucho tiempo y gran trabajo para librarlas de su situacin; acamparon cerca del lugar aquella noche y, puesto que haban llegado a sus terrenos, dejaron las vacas y las terneras en libertad. A la maana siguiente, Pan y Joe cabalgaban hasta el prximo pantano, donde encontraron diecisiete reses encenagadas. -Siempre lo mismo! -exclam Joe -. Qu aficin tienen estas condenadas vacas a meterse en el barro! Tuvieron que forcejear hasta medioda para salvarlas. En otro pantano hallaron otras veinticuatro reses en la misma situacin. -Cuntos pantanos ms hay en Limestone? - pregunt Pan. -Solamente otros cuatro, que son los peores - contest con un gemido Joe -. Si las vacas se meten en esos pantanos, como han hecho all arriba, tu pap tendr que comprar muy pronto nuevas reses. Haba seis mil cabezas de ganado abrevando a lo largo del arroyo. Cuando el agua estaba baja, se metan en el barro por centenares. -Esto presenta mal aspecto, Pan - observ el vaquero -. Creo que vamos a necesitar ayuda. Regresaron al campamento, cenaron, tomaron caballos descansados y pasaron media noche sacando a las reses del barro. Al amanecer, los dos muchachos se hallaban trabajando de nuevo. Algunas de las vacas que se empantanaron haban muerto; otras tenan el cuello retorcido, y fue necesario matarlas. En la parte ms baja del arroyo las cosas presentaban un aspecto todava ms negro. El remanso ms grande de todos los de aquellos terrenos pareca, visto desde lejos, como un pequeo lago lleno de patos. -Estoy maldiciendo al mundo por secciones sucesivas! -gru Joe -. Bueno, muchacho, vete arroyo abajo, y haz la cuenta ms aproximada que sea posible de las vacas que veas en estas condiciones. Yo ir mientras tanto buscar hombres y carros. Trasladaremos el campamento aqu. Esto es lo peor que he visto en mi vida. Vamos a perder muchsimo ganado. Hay una cantidad terrible de barro grumoso en el fondo. Y por Satans!, vamos a tener que detenemos aqu Dios sabe cunto tiempo. Aquel otoa, Jim Blake vend su hacienda y se traslad con su familia a Nuevo Mjico. No haba encontrado prosperidad en el valle, donde las cosas' iban de mal en peor. Pan no lleg a casa a tiempo de despedirse de Luty, lo que le doli intensamente. No olvidaba a la chiquilla, que se haba convertido en uno de los factores principales de su vida. Luty le dej una nota de despedida, sencilla y leal, esperanzadora y, sin embargo, desconcertante. No era tan infantil como las primitivas! El tiempo volaba, y Luty creca y se desarrollaba. Los Hardman se alejaron tambin del valle, a un lugar que ninguno de sus vecinos pareca conocer. Pero Pan tuvo seguridad de dos hechos: que Dick se haba metido en un tiroteo, en el' que haba herido al' hijo de un ranchero, y que, procedente de una fuente desconocida e inesperada, los Hardman haban obtenido una importante cantidad' de dinero, o la haban heredado.20

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Pan olvid muy pronto a su enemigo de la infancia. Aqul fue el ltimo invierno que pas en su casa. Fue a la llanura de Limestone a la llegada del invierno, y, segn decan los vaqueros, adquira rpidamente las cualidades caractersticas de los mejores caballistas de la poca. Al regresar a su hogar, Pan encontr que su padre haba realizado algunas operaciones ruinosas y que no marchaba muy bien desde el punto de vista econmico. Muchos nuevos colonos codiciosos estaban instalados en las inmediaciones de su hacienda. Los cuatreros v ladrones de reses haban llegado, procedentes del Norte, realizando innumerables robos. Durante la ausencia de Pan, una nueva hermanita suya haba nacido, lo que fue una noticia feliz para l'. Y cuando jugaba con la pequeuela, sola acordarse de Luty. Qu habra sido de ella? Al recordarla, pensaba que, ms o menos tarde, habra de ir a buscarla. Pan decidi que no podra permanecer ocioso durante el invierno. Poda haber tenido muchsimos quehaceres en su casa, donde habra trabajado sin recompensa monetaria, pero ni siquiera quiso tomarlo en consideracin. Por esta razn tom la resolucin de unirse a otros vaqueros aventureros que proyectaban dirigirse al Sur, y regresar en la primavera con algunas de las grandes manadas que eran conducidas hacia el Norte. Pero a Pan le entusiasm la magnfica extensin del campo del Estado de la Estrella Solitaria v trabaj all como caballista por espacio de dos aos, en los que inevitablemente se inclin hacia la vida turbulenta y libre de los vaqueros. En algunas ocasiones enviaba dinero a su madre, pero lo haca con poca frecuencia, porque casi siempre tena contradas deudas. La mujer le escriba regularmente, y sus cartas constituan el nico eslabn que le una con los viejos recuerdos de su hogar. Pensaba algunas veces en Luty, en las cabalgadas solitarias, en las guardias nocturnas, y todo ello le pareca un sueo dulce y melanclico. Jams tuvo noticias de ella. Luca nuevamente la primavera cuando Panhandle volvi a la tierra que llevaba su mismo nombre. Como si la suerte lo hubiera dispuesto de este modo, encontr un equipo de vaqueros que conduca unas manadas a Montana, labor que habra de durar hasta el siguiente otoo. Con gran desconsuelo por su parte, la historia de sus aventuras y de sus atrevimientos le haba precedido. Los malos rumores viajan aprisa. Por ellos, Pan fue ms respetado y querido de todos aquellos caballistas. Pero tema que 1-as murmuraciones hubieran llegado tambin, a odos de su madre. Ira a su casa el prximo otoo para cerciorarse de que su madre estaba bien y para convencerla de que l no era uno de esos vaqueros camorristas y malos. A la llegada del otoo sufri la decepcin de verse privado de las ganancias de aquel largo verano; y se encontr sin trabajo y sin dinero. No quiso hacer el camino hasta su hogar pidiendo proteccin v comida en los ranchos que hallase a su paso, por lo que decidi colocarse en casa de un ranchero de Montana. De este modo comenz a despreciar los amarillos desiertos de aquel estado meridional, las agudas rfagas de aquel penetrante viento, el hielo y la nieve. La primavera lo encontr cabalgando hacia el Sur, hacia los terrenos que haba abandonado. Pero las corrientes de la vida le arrastraban, con el rpido paso de los meses, tan velozmente como los caballos mesteos que montaban; y no lleg a su hogar. El Cimarrn, el Platte, el Arkansas lo vieron en sus llanuras y en sus valles, donde los cascos de sus caballos se marcaron en todos los caminos; y despus de haberse alejado, lo recordaron como a ningn otro vaquero. A la edad de veinte aos, Panhandle Smith pareca mucho ms viejo: llevaba marcada en la expresin y en el aspecto la huella de la vida dura, de las rudas compaas, de las condiciones adversas que el destino le reserv en su aspecto de vaquero americano. Haba asimilado la mayora de las virtudes de estos personajes, y casi todos sus vicios. Pero siempre se mantuvo alejado de las mujeres. Sus camaradas le hacan infinitas bromas motivadas por su temor a los seres del bello sexo, pero jams le comprendieron. Pan nunca perdi el respeto hacia las mujeres, que su madre le haba inculcado, ni su primer y nico amor por Luty Blake.21

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Una noche de verano, Pan se hallaba haciendo guardia nocturna en sustitucin de uno de sus compaeros, que se haba enamorado, de la hija del ranchero para quien ambos trabajaban. Jim estaba verdaderamente chiflado por la muchacha, a la que asediaba un vaquero rival, perteneciente a otro equipo. Aquella noche tena que ser la decisiva. Pan no pudo por menos que rerse de su compaero. Era pintoresco, era pattico el verlo tan pronto sumergido en las profundidades de la desesperanza como elevado al cielo, segn soplasen los vientos del caprichoso talante de la seorita. Pan haba cabalgado o trabajado en muchas ocasiones junto a algn otro vaquero afligido de la misma dolencia. Aquella noche, sin embargo, Pan se vio acometido de una molesta melancola. Acaso fuese la expresin de un anhelo, de algo que no saba de qu modo definir. La noche era extraa, bochornosa, opresiva y silenciosa, rota slo por el incesante mugido de las vacas y por el sordo zumbido de los truenos que brotaban de entre las nubes negras y revueltas. Una luna amarillenta y espectral se asomaba por el horizonte. La llanura se extenda oscura, solitaria, silvestre. No se, mova el viento. Los lobos y los coyotes permanecan silenciosos. De pronto, a Pan le pareci que el mundo estaba completamente desierto. Fue un sentimiento inexplicable. La llanura, la soledad, la manada de reses a su custodia, los camaradas dormidos, los caballos en torno a sus estacas..., todas estas cosas, siempre tan elocuentes para l, perdieron de sbito su importancia. Al fin comprendi que experimentaba la nostalgia de su hogar. Y cuando el tiempo de su guardia concluy, Pan estaba determinado a abandonar aquel empleo y dirigirse a su casa.

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VCamino de su hogar, Panhandle Smith cruz la llanura de Limestone, que era el campo en que se desarrollaron sus primeras actividades como vaquero. No haba cambiado mucho, aun cuando el ganado no abundase en ella tanto como anteriormente. Tan conocidos como aos antes le eran los pantanos en que l y su compaero - cul era el nombre de aquel vaquero?-pasaron tantos das y tantas noches entregados a un trabajo penoso. Pan acamp en el vado rocoso en que un arroyo se una al Limestone. Se hallaba a treinta millas de Littleton, ms all de Las nimas, y su caballo estaba cansado. Prepar su parca cena, desenroll el lecho y, como en centenares de otras noches, se tumb bajo el cielo abierto. No nudo dormir durante mucho tiempo. Cuanto ms se acercaba a su hogar, tanto ms extraos y profundos eran sus pensamientos. Al cabalgar al da siguiente no dej de mirar atentamente por todas partes en busca le ganado que llevase la marca perteneciente a su padre? Pero no pudo verla. Al fin, cuando se hallaba prxima la hora del' crepsculo, despus de pasar junto a millares de reses, lleg a la sorprendente conclusin de que su padre no tena ya reses en aquellos terrenos. Demasiados colonos y demasiadas verjas! Lleg a Littleton cuando la oscuridad se adueaba del cielo. Littleton se haba convertido en un poblado de cierta importancia. Pan se instal en una habitacin del nuevo hotel y despus de la cena sali con el propsito de buscar a alguien a quien conociera. Era sbado y la ciudad estaba llena de caballistas y de rancheros. Pan esperaba encontrar algn antiguo conocido en cualquier momento; pero, con gran sorpresa, no hall a ninguno. Finalmente, entr en la tienda de Campbell, que estaba instalada desde haca mucho tiempo en aquella regin. John Campbell, de fuerte constitucin, con su barba larga y rostro rojizo, pareca exactamente lo mismo que era cuando Pan iba a su casa a comprarle unos centavos de caramelos. Sin embargo, haba pasado mucho tiempo y Campbell no le reconoci. -Buenos das, forastero: dgame en qu puedo servirle -contest al saludo de Pan; y midi al alto jinete con ojos curiosos. -Oiga, John, usted tena costumbre de regalarme algn caramelo cada vez que vena a la ciudad - dijo riendo Pan. -S, he hecho lo mismo con todos los Tom, Dick y Harry de esta regin - replic el viejo mientras se sobaba la barba- Pero no me acuerdo de usted. -Soy Panhandle Smith - anunci Pan dndose un poquito de importancia. Acaso, si no era reconocido personalmente, podra tener la suerte de que tambin su reputacin fuera desconocida de aquel hombre. -'Claro que eres Pan, por todos los diablos! -exclam Campbell cordialmente; y hubo una inconfundible alegra en el apretn de manos que le dio-. Pero nadie podra reconocerte. Oye, has crecido mucho. Hemos odo hablar muchsimo de ti... Aunque nada durante los ltimos aos... Vaquero, has debido de vivir bastante intensamente la vida de los vaqueros, si lo que se dice es cierto. -No debe usted creer todo lo que oiga decir, seor Campbell - replic sonriendo Pan -. Me agradara tener noticias de mis padres. -No lo has odo? - pregunt Campbell dubitativamente. -Qu? - dijo rpidamente Pan al ver que la expresin de su colocutor adquira un tinte de gravedad -. Hace dos aos o algo ms que recib una carta de mi madre. -Deberas haber venido hace mucho tiempo - dijo Campbell -. Tu padre perdi el ganado. Tena negocios en comn con Hardman, de los cuales es posible que no hayas odo hablar. Por estos alrededores hay muchos rancheros que juran que Hardman no proceda23

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siempre lealmente. Bien; tu padre vendi sois posesiones y se march. Creo que esto sucedi hace un ao. -Adnde fueron? -Tu pap no me lo dijo; pero despus he odo decir que sigui las huellas de Hardman fue al occidente de Nuevo Mjico. Marco es el nombre del lugar. Es una nueva colonizacin. Hay minas de oro y de plata. Se dirigen all nuevos ganaderos con sus equipos. Y ltimamente he odo decir que se cran en aquella zona muchos caballos salvajes. -Ah! - exclam Pan con profunda tristeza y no menos sorpresa al or estas noticias. -Es un lugar abierto, sin fronteras - declar Campbell -. Algunos vaqueros que han venido por aqu han hablado de Marco. Dijeron que la vida era fcil en esa nueva colonizacin. -Por qu se march pap? - pregunt Pan, intrigado. -No podra decirlo con seguridad, pero s que estaba indignado con Hardman; y lo pintoresco del caso es que no lo estuvo hasta cierto tiempo, despus de que ste se march. Es posible que entonces averiguara alguna cosa que antes no conociera. Y t puedes averiguar lo que haya sucedido si te dedicas a preguntar a los rancheros que han sido explotados por Hardman. -Ah! -murmur pensativamente Pan-. No pienso molestarme en hacer averiguaciones. Mi padre me lo dir... Qu ha sido de Jim Blake? -Jim, cierto tiempo antes, aun cuando creo que varios aos despus de que te marchases de tu casa, fue capataz del equipo de Hardman. Y fue el primero en irse a Marco. Supongo que Hardman le envi para que explorase el terreno. -Llev Jim a su familia consigo? - pregunt Pan. -No; pero la familia fue a unirse con l poco tiempo despus. En realidad, ahora que 1o recuerdo, varios colonos de estos alrededores han ido tambin all. Creo que aquella regin del Oeste est floreciendo mucho, Pan; en sta nuestra hay demasiada gente. -Marco... Cmo se va all? -Por la carretera vieja de, California. Pan se refugi en la soledad de su habitacin y, envuelto en la oscuridad, insomne, experiment los acerbos dolores del remordimiento. Sin apenas darse cuenta del paso de los aos, siempre con el propsito de volver a su casa para ayudar a sus padres y a su hermanita, para aproximarse nuevamente a casa, nunca olvidada Luty, haba sido apresado por la vida turbulenta de la llanura, que le haba retenido durante demasiado tiempo. Los pretextos no tenan valor. Qu habra sucedido si no le hubiera sido posible ahorrar algn dinero, si hubiese cado en el nmero de aquellos a quienes su antigua maestra de escuela haba llamado vaqueros malos? El orgullo, la negligencia, el amor a las llanuras y a las tierras nuevas, a las nuevas aventuras, le haban impedido cumplir debidamente con sus padres. Aquella hora fue verdaderamente negra y vergonzosa para Panhandle Smith. En lugar de ahogar su dolor en la bebida, como habra sido natural que hiciera un vaquero, permiti que este dolor imperara en l. Mereca las angustias de los reproches que a s mismo se haca, de las intiles preguntas, de los redivivos recuerdos que despertaban en l anhelos mucho ms fuertes que los que le haban puesto de nuevo en el camino que conduca a su hogar. Al da siguiente Pan vendi su equipo, con excepcin de las escasas pertenencias que ms apreciaba, y tom una diligencia que se diriga al Oeste. Una vez en camino consigui desechar su meditativa y tormentosa actitud' y gradualmente despert a la evidencia de que estaba dirigindose a una nueva regin, hacia una nueva aventura, la ms grande de su vida, en la cual debera ofrecer compensaciones a su madre y a Luty. De una manera natural, Pan inclua a Luty en el' pequeo crculo de las personas a quienes amaba. Luty, a quien haba abandonado en busca de espacios ms abiertos, para montar caballos y conducir reses, por el polvo, la tormenta y el rodeo, por las largas cabalgadas diurnas y por las guardias nocturnas, por la mesa de juego: la botella, la pistola..., por todo aquello que haca que la vida fuera tan encantadora para el vaquero americano...24

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El viajar en diligencia no era una cosa nueva para Pan, aun cuando anteriormente no hubiera hecho nunca un viaje ms largo de un da. El conductor del coche, Jim Wells, era viejo en aquella regin. Haba sido correo a caballo, minero, trajinero y carretero, y en aquellos momentos, con el pelo ya gris y con los huesos molidos, le agradaba encaramarse al asiento de conductor del coche, masticar tabaco y hablar. Sus agudos ojillos averiguaron prontamente la clase de hombre que era Pan. -Coge tus bultos y sube, muchacho - dijo -. Oye, Cmo diablos te llamas?: -Soy Panhandle Smith - replic Pan con desenvoltura -. Vengo de Sycamore Bend. -Dnde demonios he odo yo ese nombre? Tengo muy buena -memoria para los nombres y las caras. Me parece que ese nombre tuyo lo o en Cheyenne el pasado verano... Ahora lo recuerdo. Un vaquero llamado Panhandle recorri las calles montado sobre un caballo rojo que era mejor que todos los que all haba. Es, posible que aquel vaquero fueras t? -Supongo que es posible -contest sonriendo Pan-, pero si sabe usted algo ms acerca de m, le suplico que haga el favor de guardrselo debajo del sombrero, viejo. -Ja, ja! -ri Wells al mismo tiempo que sedaba unos sonoros manotazos en la rodilla-. Por todos los diablos! Lo har si puedo. En el coche va una anciana seora que tiene mucho miedo a los ladrones; y tambin va una joven. La he visto mirando detenidamente tus espuelas, tu estatura y ese revlver que llevas, que parece estar esperando que lo desenfunden. Y tambin va un jugador, si es que puedo preciarme de conocerlos. Me parece que me voy a divertir mucho en este viaje. Despus de la parada siguiente, donde los viajeros comieron, Pan volvi al coche y encontr a la seorita sentada en el asiento del conductor. La joven tena unos ojos grises y serios y unas mejillas plidas. -Me he permitido ocupar su asiento-dijo con timidez-. Pero creo que hay bastante sitio para usted. -Gracias. Ir en el interior del coche. -Pero si no se sienta usted aqu... podra sentarse cualquier otro... y yo..., l... tartamude en tanto que se ruborizaba un poco. - Oh, en ese caso me agradar sentarme a su lado! -la interrumpi Pan mientras suba al coche para hacer lo que haba indicado. Pan se haba dado cuenta del aspecto de un individuo de ojos de guila, vestido llamat