VARIACIONES EN EL CREDO DEL CONCILIO DE NICEA AL DE CLACEDONIA

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Análisis sobre las variaciones del Credo de Nicea en las afirmaciones dogmáticas realizadas en el Concilio de Calcedonia. CONCILIO DE NICEA. El primer concilio ecuménico de la historia de la iglesia fue convocado por el emperador Constantino en Nicea en Bitinia (hoy Isnik, Turquía). El objetivo principal del Consejo fue para tratar de sanar el cisma en la Iglesia provocada por el arrianismo. Esto se procedió a hacer teológicamente y políticamente por la producción casi unánime de una confesión teológica (el Credo de Nicea) por más de 300 obispos que representan a casi todas las provincias orientales del Imperio La cuestión que culminó en Nicea surgió de una tensión no resuelta dentro de la herencia teológica de Orígenes sobre la relación del Hijo con el Padre. La enseñanza del arrianismo está bien documentada. La idea central de control es el único, incomunicable, la naturaleza indivisible, trascendente del ser divino singular. Esto es lo que los arrianos se refiere como el Padre. El hijo es a final de cuentas quien da plenitud a la creación pero creatura al fin al igual que el Espíritu Santo. "Engendrado" debe ser tomado en el sentido de "hecho", por lo que el Hijo es un una criatura. Esto arroja la incertidumbre hacia el reconocimiento de Cristo como un ser el cual al no pertenecer al mismo nivel substancial a Dios Padre está sujeto a un juicio moral distinto, Arrio enseñaba esto como doctrina. Durante mucho tiempo la confesión de Eusebio se cree que se formó la base del Credo de Nicea, el cual fue modificado por el consejo. Sin embargo, parece claro que ese no fue el caso, la estructura y el contenido de este último es significativamente diferente de la anterior. Cabe señalar que este credo no es el que se recita en las iglesias hoy en día como el Credo de Nicea. Aunque es similar en muchos aspectos, ésta es significativamente más largo que el anterior y le faltan algunas frases clave de Nicea. La teología expresada en el Credo de Nicea es decididamente anti-arriana. Al principio de la unidad de Dios se afirma. Pero el Hijo se dice que es "Dios verdadero de Dios verdadero". A pesar de confesar que el Hijo es engendrado, el credo añade las palabras "del Padre" y "no se hacen." Es positiva afirmó que es "del ser (ousia) del Padre" y "de una sustancia (homoousia) con el Padre." Una lista de frases Arian, entre ellos "había cuando él no estaba", y las afirmaciones de que el Hijo es una criatura o de la nada, están expresamente anatematizado. Así, una ontológica y no meramente funcional divinidad del Hijo fue confirmada en Nicea. Lo único que confesó el Espíritu, sin embargo, es la fe en él. CONCILIO DE CALCEDONIA. Tuvo lugar en el 451 y fue el más numeroso de la antigüedad: casi 400 Obispos casi todos de Oriente. El Papa San León Magno fue representado por tres Legados. El Concilio duró poco tiempo, un mes. El momento álgido fue la lectura del Tomo Leonino. Cuando los padres Conciliares lo oyeron, clamaron a una voz. “Pedro ha hablado por la boca de León”. He aquí el texto central aprobado:

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Análisis sobre las variaciones del Credo de Nicea en las afirmaciones dogmáticas realizadas en el Concilio de Calcedonia.

CONCILIO DE NICEA.

El primer concilio ecuménico de la historia de la iglesia fue convocado por el emperador Constantino en Nicea en Bitinia (hoy Isnik, Turquía). El objetivo principal del Consejo fue para tratar de sanar el cisma en la Iglesia provocada por el arrianismo. Esto se procedió a hacer teológicamente y políticamente por la producción casi unánime de una confesión teológica (el Credo de Nicea) por más de 300 obispos que representan a casi todas las provincias orientales del Imperio

La cuestión que culminó en Nicea surgió de una tensión no resuelta dentro de la herencia teológica de Orígenes sobre la relación del Hijo con el Padre.

La enseñanza del arrianismo está bien documentada. La idea central de control es el único, incomunicable, la naturaleza indivisible, trascendente del ser divino singular. Esto es lo que los arrianos se refiere como el Padre. El hijo es a final de cuentas quien da plenitud a la creación pero creatura al fin al igual que el Espíritu Santo.

"Engendrado" debe ser tomado en el sentido de "hecho", por lo que el Hijo es un una criatura. Esto arroja la incertidumbre hacia el reconocimiento de Cristo como un ser el cual al no pertenecer al mismo nivel substancial a Dios Padre está sujeto a un juicio moral distinto, Arrio enseñaba esto como doctrina.

Durante mucho tiempo la confesión de Eusebio se cree que se formó la base del Credo de Nicea, el cual fue modificado por el consejo. Sin embargo, parece claro que ese no fue el caso, la estructura y el contenido de este último es significativamente diferente de la anterior. Cabe señalar que este credo no es el que se recita en las iglesias hoy en día como el Credo de Nicea. Aunque es similar en muchos aspectos, ésta es significativamente más largo que el anterior y le faltan algunas frases clave de Nicea.

La teología expresada en el Credo de Nicea es decididamente anti-arriana. Al principio de la unidad de Dios se afirma. Pero el Hijo se dice que es "Dios verdadero de Dios verdadero". A pesar de confesar que el Hijo es engendrado, el credo añade las palabras "del Padre" y "no se hacen." Es positiva afirmó que es "del ser (ousia) del Padre" y "de una sustancia (homoousia) con el Padre." Una lista de frases Arian, entre ellos "había cuando él no estaba", y las afirmaciones de que el Hijo es una criatura o de la nada, están expresamente anatematizado. Así, una ontológica y no meramente funcional divinidad del Hijo fue confirmada en Nicea. Lo único que confesó el Espíritu, sin embargo, es la fe en él.

CONCILIO DE CALCEDONIA.

Tuvo lugar en el 451 y fue el más numeroso de la antigüedad: casi 400 Obispos casi todos de Oriente. El Papa San León Magno fue representado por tres Legados. El Concilio duró poco tiempo, un mes. El momento álgido fue la lectura del Tomo Leonino. Cuando los padres Conciliares lo oyeron, clamaron a una voz. “Pedro ha hablado por la boca de León”. He aquí el texto central aprobado:

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”Siguiendo a los Santos Padres, enseñamos todos concordemente que ha de confesarse uno sólo y mismo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto en la humanidad, verdadero Dios y verdadero hombre, de alma racional y cuerpo, consustancial al Padre según la divinidad y consustancial a nosotros según la humanidad, en todo semejante a nosotros, excluido el pecado (Heb 4, 15); antes de los siglos engendrado por el Padre según la divinidad, y según la humanidad por la Virgen Madre de Dios, en los últimos tiempos.

Creemos en un solo y mismo Cristo Señor Hijo Unigénito, en dos naturalezassin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, no habiendo sido nunca suprimida la diferencia de las naturalezas por motivo de la unión, al contrario, salvada la propiedad de ambas naturalezas, que concurren en una sola Persona y en una sola hipóstasis, no partido o dividido en dos personas, sino un mismo y solo Hijo Unigénito Dios Verbo Señor Jesucristo… como el mismo Jesucristo nos enseñó, y como nos trasmitió el Símbolo de los Padres”.

Destaca en primer lugar la fórmula “una Persona en dos naturalezas”, y no “dos naturalezas en una Persona”. Calcedonia pensó mucho esta expresión. Cuando se dice “dos naturalezas unidas en la Persona” no se dice un error, pero sí se hace una formulación imperfecta. Es más perfecta “una Persona en dos naturalezas” este es el lenguaje acertado.

NICEA Y CALCEDONIA.

Nicea y Calcedonia son sin duda los Concilios decisivos para la Cristología; los de mayor importancia. El de Nicea explicó la fe apostólica en la divinidad de Cristo definiendo la consubstancialidad del Verbo con el Padre. El Concilio de Calcedonia, completó lo iniciado en el de Éfeso, y supone prácticamente la culminación de la teología sobre el Verbo Encarnado. La unión de las naturalezas, sin mezclarse, tiene lugar en la Persona. Pero a algunos de los seguidores de San Cirilo no les gustaba hablar de dos naturalezas después de la unión, porque les parecía que era acercarse al nestorianismo.

DEL DOGMA AL KERIGMA: UNA CONFRONTACIÓN.

La identidad en la contradicción proclamada en pascua entre el crucificado y el Resucitado, convertida en Calcedonia en la unidad (personal) en la dualidad (de naturaleza). Por tanto, entre kerigma y el dogma hay una continuidad “estructural” que, frente a todos los reduccionismos propuestos en la atormentada andadura histórica de la fe cristiana, ha sabido mantener la paradoja propia del cristianismo, sin vaciarlo en una u otra forma de “sabiduría” de este mundo.

Espíritu y carne no son ya vistos como dos estadios del proceso Salvador, sino como

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humillación y exaltación milagros y resucita.

En Calcedonia y en las controversias relacionadas con ella se asiste a una contracción o reducción dogmática del kerigma, en virtud de la cual los acontecimientos de Cristo “por nosotros” no se mencionan ya en la definición conciliar, aparece una tendencia formalista, fruto de la recíproca provocación y de las intolerancias entre los representantes del conflicto cristológico, que intenta fijar la fe en una fórmula suscita y conceptualmente precisa.

En Calcedonia ante todo como una especie de tipo metodológico, en el que se debe imitar su esfuerzo creador para traducir el mensaje cristiano a los diversos contenidos de pensamiento y de praxis en los que viene a encontrarse. La fe de la Iglesia al decir no a los reduccionismos propuestos, nestoriano y monofisistas, que diluían el misterios de la unidad inseparable e indivisa de las dos solidaridades esenciales y distintas de Cristo en la condición divina y con la humana, dijo si al anuncio inaudito de pascua, confesando su valor para todo tipo y lugar. La obra del concilio no fue totalmente negativa, justamente la negación en la negación fue de un valor positivo.

Una cristología que pretendiese pararse en él sería una reflexión sin vida, una cristología de muerte y no la confesión del Viviente, que hoy y siempre está presente para el hombre.

La confrontación entre la formula de Calcedonia y el kerigma indica un camino mostrando lo que está vivo y lo que está muerto en la definición dogmática.

DIFERENCIAS ENTRE LOS CREDOS:

Credo de Nicea. Credo de Calcedonia.

+ Se confiesa la preexistencia de Jesús y su igualdad en substancia con Dios.

+ Se adopta el kerigma dentro de la declaración de fe.

+ Se sabe que es un hijo consubstancial al padre.

+ Vendrá después de los tiempos a visitar a su pueblo y juzgarlo.

+ Se ataca a Arrio y sus herejías.

+ Influencia de la filosofía aristotélica.

+ Se centra en la distinción de las naturalezas de Cristo.

+ Se acentúa lo Divino en lo humano de Jesús.

+ Reconocer el alma dentro del cuerpo, no detenerse en mirar los actores del credo sino el credo en sí mismo.

+ Se ataca a Nestorio por su desapego en la parte intelectual de las personas.

El texto de calcedonia se ve como una confirmación de orientación ontológico – especulativa, es peculiar la carencia de verbos en el credo de Calcedonia, la abundancia de sustantivos, pocos de los cuales son términos concretos, muchos tomados del lenguaje técnico elaborados en las escuelas teológicas y filosóficas.

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Muchos pueden ser los porques de las dos declaraciones dogmáticas lo que es cierto y convergente es que en cualquiera de ellas, se rescata la esencia de este cristianismo unificante, es Dios quien ha dado su palabra, la mantiene y le da cumplimiento en Cristo mismo Dios, animado en sí mismo por la fuerza de la Triada metafísica el Espíritu de Amor, el Espíritu Santo. Si bien en Cristo todo tiene su fundamento y consistencia, como cristianos decir “CREO” encierra el apego más profundo a decir amo, pienso, existo, vivo. La declaración del creer no sólo es un auto de confianza sino un auto de conciencia viva que nos debe llevar a preguntarnos ¿En verdad valoramos todos estos subsidios dogmáticos que tenemos a la mano y se nos han concedido como dones?

Bibliografía: Forte, Bruno. Jesús de Nazaret, historia de Dios, Dios de la historia. Ediciones Paulinas, Madrid 1983, pp. 131 – 136.