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D E S C A R G A G R A T U I T A D E M A E S T R A J A R D I N E R A N . º 1 7 2 - O C T U B R E 2 0 1 1

B U S C A M Á S M A T E R I A L C O M P L E M E N T A R I O E N www.ediba.com

Cuidemos los bosques (Complemento de las páginas 4 y 5 de la revista de octubre.)



Animales autóctonos(Complemento para “Cuidemos nuestros bosques”, de las

páginas 4 y 5 de la revista de octubre.)



Grilla para el calendario mensual(Complemento del póster 1 de la revista de octubre.)

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Flashcards (Complemento de la página 12 de la revista de octubre.)

witch castle monster

sweets costumeghost

ba

t

pu

mp

kin



La bruja (Complemento para “Historias de personajes” de la página 14 de la revista de octubre.)



Juego “Buscadas” (Lámina para complementar la página 12 de la revista de octubre.) Parte 1 de 2.

Una propuesta para jugar siguiendo pistas y prestando mucha atención. Recorta las pistas para descubrir las brujitas buscadas en la próxima página.



TIENE SOMBRERO CON

ESTRELLAS.

SU MASCOTA CROA

QUE TE CROA.

SU HOBBY ES HACER

CHISPORROTEAR SU

VARITA.

TIENE SOMBRERO

CON ESTRELLAS.

SU MASCOTA ES MUY

PELUDA. SU HOBBY ES

PREPARAR PÓCIMAS

BURBUJEANTES.

TIENE SOMBRERO

CON LUNA.

SU MASCOTA NO SABE

VOLAR, PERO VUELA.

SU HOBBY ES

VIAJAR EN ESCOBA.

TIENE SOMBRERO

CON LUNA.

SU MASCOTA USA

CHUPÓN.

SU HOBBY ES LEER

HECHIZOS Y CONJUROS.

BUSCADA

Juego “Buscadas”(Complemento de la página 12 de la revista deoctubre.) Parte 2 de 2.

• Pistas para descubrir las brujitas buscadas.

• Lámina para fotocopiar y pintar.



Diario de vida de Colón (Complemento de las páginas 16 y 17 de la revista de octubre.)

En la revista de octubre te invitamos a realizar un libro diario gigantejunto a los niños de tu salón.

Aquí te brindamos un resumen de su biografía para recortar y pegaren el libro junto a las ilustraciones de los niños.

Mi nombre es Cristóbal Colón y nací hace muchísimos años, allá por el 1451, en Génova, un pueblito de Italia. Mi papá se llamaba

Doménico Colombo y mi mamá, Susana Fontanarrosa. Desde pequeño me interesé por el mar y sus secretos y soñaba con ser un

gran navegante. Para eso dediqué mis días al arte de la cosmografía, pasaba mi tiempo mirando y leyendo los mapas que

circulaban en aquella época y estudiando geografía. En mi juventud trabajé en la navegación mercante como aprendiz de

marinero. Mi mayor sueño era llegar a las Indias, pues, según decían, había grandes tesoros. Y como bien dicen los que me

conocen, “era muy obstinado e ingenioso”.

Su majestad, la reina Isabel (1486 – 1492)Para poder realizar mi sueño necesitaba dinero para construir los barcos y navegar hacia las Indias. Además, tenía que convencer a

todos de que mi sueño era posible, pues la Tierra era redonda y no plana como algunos sostenían. El esfuerzo más grande fue pedir

ayuda a los Reyes Católicos de España para solventar mi viaje. ¡Tardaron seis años en apoyar mi proyecto!… Según dicen, la reina

vendió sus joyas para darme algunas monedas valiosas.

No solo conseguí apoyo económico sino que me otorgaron el título de Almirante de las islas y tierra firme que descubriera y el

nombramiento de Virrey y Gobernador de dichas tierras.

¡Mi sueño comenzaba a cumplirse!

¡Listos para zarpar a la gran aventura!

En pocos meses ya había preparado dos hermosas carabelas a las que llamé “Santa María” y “Niña” y otra nave, la “Pinta”. Los

hermanos Martín y Vicente Pinzón tomaron comando de las dos carabelas y yo dirigí la nave. El mar era el mejor regalo; sin

embargo, el cruce del océano fue una verdadera odisea. Navegué junto a mis hombres interminables días y eternas noches. Según

recuerdo, más de dos meses en los que solo veíamos agua, agua ¡y más agua! Hasta que una mañana del mes de octubre, los

marineros de la Pinta vieron las primeras señales de la cercanía de la tierra alegrando a toda la tripulación con su señal de “TIERRA

A LA VISTA”.

12 de octubre de 1492Nunca olvidaré la llegada a la Isla Guanahaní, a la que llamé San Salvador. Entre sus árboles, palmeras verdes, la más rica variedad

de frutas y aves que jamás haya visto, aparecieron los habitantes del lugar, con su cuerpo casi desnudo, sus cabellos largos y gruesos

como cerdas de cola de caballos, la piel del color de los canarios, ni negros ni blancos, así eran los “indios” de Guanahaní. Claro,

nosotros los llamábamos “indios” pues estábamos seguros de haber llegado a las Indias. Jamás imaginamos que estábamos frente a

un nuevo continente: AMÉRICA. Allí conocimos el maíz, aves tan raras como los papagayos, lo dulce del azúcar, ¡y lo que nunca

olvidaré es el chocolate! ¡Mmmmm! ¡Se me hace agua la boca de solo pensar!

También descubrimos otra isla, a la que bauticé La Española… ¡Nunca vi nada más maravilloso!

¡Uno...; dos…; tres y cuatro viajes! Cuatro fueron los viajes que realicé a las nuevas tierras. También me dediqué a enseñarles a los hombres cómo ir y volver de esas

nuevas tierras. Desde ese día, dos culturas se encontraron. Al principio costó mucho aceptar las diferencias y comprender que

cada uno es valioso y necesario. Comprender esto llevó muchos años con sus momentos de sufrimiento, lucha y con alegrías y

logros.

Mis memorias, 1501 “De muy pequeña edad entré en la mar navegando, y lo he continuado fasta hoy. Ya pasan de cuarenta años que yo voy en este

uso. Todo lo que falta hoy se navega, todo lo he andado” (extraído de Memorias de Colón).

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