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¡Venga Tu Reino! Elenco de meditaciones para misioneros Programa Adopta un pueblo ©COPY RIGHT Todos los derechos reservados Centro de Promoción Integral, A.C. www.demisiones.com

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  • Venga Tu Reino!

    Elenco de meditaciones para misioneros Programa Adopta un pueblo

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    Todos los derechos reservados

    Centro de Promocin Integral, A.C.

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  • NDICE

    I. Meditacin 1: Epifana (1) 2 II. Meditacin 2: Epifana (2) 3 III. Meditacin 3: La Cuaresma (1) 4 IV. Meditacin 4: La Cuaresma (2) 5 V. Meditacin 5: La Santsima Virgen Mara (1) 6 VI. Meditacin 6: La Santsima Virgen Mara (2) 7 VII. Meditacin 7: La Santsima Virgen Mara (3) 8 VIII. Meditacin 8: La Santsima Virgen Mara (4) 9

    IX. Meditacin 9: La Eucarista (1) 10

    X. Meditacin 10: La Eucarista (2) 12 XI. Meditacin 11: El Espritu Santo (1) 13

    XII. Meditacin 12: El Espritu Santo (2) 14 XIII. Meditacin 13: La vida de gracia (1) 15

    XIV. Meditacin 14: La vida de gracia (2) 16

    XV. Meditacin 15: La vida de gracia (3) 17 XVI. Meditacin 16: La vida de gracia (4) 18 XVII. Meditacin 17: La confianza 19

    XVIII. Meditacin 18: El Adviento (1) 20

    XIX. Meditacin 19: El Adviento (2) 22 XX. Meditacin 20: La Navidad (1) 23 XXI. Meditacin 21: La Navidad (2) 24

  • I. Meditacin 1: La Epifana (1)

    Su sabidura les hizo encontrarle Que junto al oro, incienso y mirra, junto a los Reyes me veas tambin a m. San Mateo 2, 1-12 Jess naci en Beln de Judea en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusaln preguntando: Dnde est el Rey de los judos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo. Al enterarse el rey Herodes, se sobresalt, y todo Jerusaln con l; convoc a los sumos sacerdotes y a los escribas del pas y les pregunt dnde tena que nacer el Mesas. Ellos le contestaron: En Beln de Judea, porque as lo ha dicho el profeta: "Y t, Beln, tierra de Judea, ni eres ni mucho menos la ltima de las ciudades de Judea, pues de ti saldr un jefe que ser el pastor de mi pueblo Israel"... Entraron en la casa, vieron al nio con Mara, su madre, y cayendo de rodillas, lo adoraron; despus, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra. Lectura Los Reyes Magos no eran como los pastores, no eran del pueblo de al lado, venan de lejos. eran sabios, sin embargo su sabidura les haba hecho encontrarte. El cielo les haba enseado muchas cosas, entre otras que detrs de todo aquel orden haba un Creador, una mente que haba hecho toda esa maravilla para disfrute del hombre. Y ahora llegaba el gran momento, el de reconocer al que todo eso haba ordenado. Haban encontrado la verdadera ciencia, la verdadera sabidura. Meditacin Los sabios de todas las naciones son los que son capaces de encontrarte. Qu pena, Seor, tantos estudios, tantas universidades, tantas lecturas, tanta ciencia y no ser capaces de encontrar la verdadera sabidura. Conozco muchas cosas, las entiendo, las s explicar, creo en ellas, me dejo llevar de muchas opiniones, de lo que oigo y veo, pero no soy a veces capaz de encontrarte. Me encierro en mi pequea ciencia de andar por casa y no soy capaz de mirar ms all del techo que yo mismo me construyo. Que rompa, Seor, ese lmite, que sea capaz de trascender mi pequeez y me deje llevar de esa semilla de ti que llevo dentro. Djame seguir el ejemplo de esos magos, hazme partir con lo mejor que tengo a adorarte. Que junto al oro, incienso y mirra, junto a los Reyes me veas tambin a m. No te traigo nada especial pero pongo ante t mi inteligencia, mis ansias de saber, para que seas t quien la eduque y quien la llene. Oracin Seor llena mi inteligencia y mi saber de t. Que la ciencia de los hombres tan necesaria y tan buena para seguir con la obra de tu creacin no ciegue mi vista y me impida verte en el horizonte de mi ser. Actuar Tomar conciencia que mi inteligencia y mi saber son un don del Seor que estn a su servicio.

  • II. Meditacin 2: La Epifana (2)

    Una fe a toda prueba Los reyes magos nos ensean a vivir la fe en los momentos difciles de la vida. San Mateo 2, 1-12 Jess naci en Beln de Jud en tiempo del rey Herodes. Por entonces, Magos de Oriente llegaron a Jerusaln preguntando: Dnde est el Rey de los judos que acaba de nacer? Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo... Despus de or al rey, los Magos se pusieron en camino, y la estrella que haban visto en oriente los gui hasta que lleg y se detuvo encima de donde estaba el nio. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegra. Entraron en la casa, vieron al nio con su madre Mara y postrndose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra. Lectura En este Evangelio se nos presenta con asombrosa sencillez cmo se van cumpliendo las Escrituras que hacen referencia a la venida de Cristo. Los magos, guiados por una estrella, buscan al rey de los judos. Herodes, temeroso de que le quiten el reinado, cree en las profecas. Los escribas, fariseos y maestros de la ley son los ms incrdulos ante ellas. Los magos irn a Beln, encontrarn a Jess y lo adorarn como haba anunciado el Antiguo Testamento. Meditacin Un hlito de misterio y de leyenda envuelven la figura de estos magos. Realmente no se sabe cuntos eran, slo se sabe que venan de algn lugar de Oriente. Seguan una estrella. Esto ya nos ofrece una pista para imaginar el valor y la fe de estos hombres. No es fcil ponerse a caminar kilmetros y kilmetros en camello siguiendo una seal que no se sabe con certeza qu indica y a dnde les dirige. Ms an, esta estrella desaparece pero ellos no desisten y siguen buscando. En nuestra vida de cristianos tenemos la estrella de la fe, pero en algunos momentos puede menguar, ocultarse aparentemente. Lo importante es confiar y seguir esperando, seguir buscando. Ante las dificultades, como los magos, no hay que desfallecer. La estrella volvi a aparecer y los llev hasta la gruta de Beln. Lo ms fascinante de este Evangelio es cmo los reyes, al encontrarse ante un nio envuelto en paales que se encontraba en una cueva para animales, supieron descubrir a Dios, lo adoraron y le ofrecieron lo mejor que tenan. Cuntas veces descubrimos que los caminos de Dios no son nuestros caminos, que sus planes no son los nuestros! De repente fallece un ser querido, nos va mal en estudios o nos quedamos sin trabajo o sufrimos algn revs en la vida, y no somos capaces de ver las cosas desde Dios, con sus ojos. Los reyes magos nos ensean a vivir la fe en los momentos difciles de la vida. Esta fiesta de la Epifana nos invita a adorar de rodillas con fe y amor al nio Dios que se nos manifiesta desde su humanidad con todo su amor. Oracin Te adoro Jess en la cuna del pesebre como los Reyes Magos. Te ofrezco mi pobre nada, que es todo lo que tengo. Me arrodillo ante tu Majestad y te pido que infundas en mi vida una fe viva, operante y luminosa, una esperanza gozosa e inquebrantable y un amor ardiente y generoso. Actuar En los momentos de mayor dificultad, confiar mucho en l, transmitir paz a los dems.

  • III. Meditacin 3: La Cuaresma (1)

    La alegra tras el dolor Vale la pena comunicar la vida que hemos recibido gratuitamente para que otros descubran su propia vida y tengan ganas de vivir. San Juan 16, 20-23 Os aseguro que lloraris y os lamentaris, mientras que el mundo se sentir satisfecho; pero vuestra tristeza se convertir en alegra. Cuando una mujer va a dar a luz, siente tristeza, porque le ha llegado la hora; pero cuando el nio ha nacido, su alegra le hace olvidar el sufrimiento pasado y est contenta por haber trado un nio al mundo. Pues lo mismo vosotros: de momento estis tristes; pero volver a veros y de nuevo se alegrar vuestro corazn con una alegra que nadie os podr arrebatar. Lectura Cristo sabe que sus discpulos estn tristes. Lo ve y los consuela. Afirma que despus del dolor vendr la alegra, que despus del sufrimiento, vendr el gozo. Con Cristo, cualquier pesar traer regocijo, nos llevar a la alegra. La alegra del verdadero apstol, que, pese a persecuciones y calumnias, puede seguir transmitiendo el mensaje de Cristo, por la accin directa de Dios, que jams nos deja solos. Meditacin Qu seguridad nos da Cristo en esta vida. El hombre calla ante el dolor, ante la muerte, ante la injusticia, ante el ms all, ante la traicin del mejor amigo. Slo El tiene una respuesta para todo: nos ensea a sufrir con gozo y a transformar el dolor en redencin. Nos ensea a afrontar la muerte con esperanza, pues por la muerte estaremos ms cerca de l. Nos ensea a amarnos sin lmites, sin egosmos, desinteresadamente. Nos ensea a vivir as, desde hoy, ese ms all que ya es actual cuando vivimos con honestidad, con sentido de responsabilidad nuestra vida cristiana y humana. El dolor nos asusta, huimos de l cuando no le encontramos un sentido. Pero cuando nuestra vida se ilumina con un sentido profundo y trascendente, somos capaces, como la madre que da a luz, de abrazar el sufrimiento con alegra, incluso escogerlo libremente, pues su fruto, ver la felicidad en el rostro de mi hermano, supera con creces nuestro dolor. Vale la pena comunicar la vida que hemos recibido gratuitamente para que otros descubran su propia vida y tengan ganas de vivir. Oracin Seor Jess, te agradezco que seas mi seguridad ms profunda, la nica que no se tambalea cuando las cosas fallan. Te agradezco que me ayudes a encontrar, contigo, un sentido a los momentos difciles y al sufrimiento. Te agradezco que me ames, que cuentes conmigo a pesar de mis fallos y mi pequeez. Confo en ti. Actuar Ser positivo el da de hoy y tratar de ver las cosas por el lado bueno.

  • IV. Meditacin 4: La Cuaresma (2)

    El dolor, un compaero de viaje Con tu resurreccin vences la muerte y el dolor, hacindolos realidades pasajeras. San Juan 16, 16-20 En aquel tiempo dijo Jess a sus discpulos: Dentro de poco dejarn de verme; pero, dentro de otro poco volvern a verme... Estis preocupados por el sentido de mis palabras: Dentro de poco dejaris de verme, pero dentro de otro poco volveris a verme. Yo os aseguro que lloraris y os lamentaris, mientras que el mundo se sentir satisfecho. Estaris tristes, pero vuestra tristeza se convertir en alegra. Lectura: Jess no niega el sufrimiento pero tampoco lo explica. Es una realidad de la vida humana. Sin embargo, sale al encuentro de todos los que sufren, sus palabras nos dan esperanza, nuestra tristeza se convertir en alegra. Sus apstoles estn confundidos, no entienden lo que dice el Maestro en su ltima cena. Pocas horas despus, Cristo ser apresado y crucificado. Prepara a sus discpulos para que tengan confianza, no niega el dolor y el desconcierto, pero asegura que acabar, y que l vendr a consolar los corazones afligidos. Meditacin: Al hacerte hombre, Seor, quisiste pasar tambin por el dolor. El sufrimiento es parte de la vida, no lo podemos evitar. Sin embargo, T tambin lo viviste, y as nos enseas a poner los ojos en ti. Cuntas veces buscamos explicaciones para lo que es un misterio! Con tu muerte nos enseas a enfrentarlo con valenta, con la seguridad de que terminar. Tu resurreccin es tambin un mensaje para m. Con ella vences a la muerte y al dolor, se convierten en compaeros pasajeros, tras las cuales te encontramos a ti, que eres la vida. Ensame, Seor a tener esperanza. Que sepa afrontar las dificultades con confianza, porque T me aseguras que despus se transformarn en alegra. Oracin: Te pedimos Seor que nos des hoy la fortaleza para enfrentar las dificultades sin buscar entenderlas ni buscar culpables, sino que hagamos de ellas un camino para llegar a ti. Actuar: Intentar ver el lado bueno de todo lo que me suceda hoy.

  • V. Meditacin 5: La Santsima Virgen Mara (1)

    A quin visita Mara hoy? A quin acude para contarle la gran noticia? San Lucas 1, 39-56 Mara se encamin presurosa a un pueblo de las montaas de Judea. Entr en casa de Zacaras y salud a Isabel. Y cuando Isabel oy el saludo de Mara, el nio salt en su seno... Entonces Mara dijo: Mi alma glorifica al Seor y mi espritu se llena de jbilo en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva. Desde ahora me llamarn dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en m cosas grandes el Poderoso. Su nombre es santo, y su misericordia es eterna con aquellos que le honran. Lecturas: Mara, embarazada, se dirige a Aim Karin, donde vive su prima Isabel. El camino es cansado y difcil, no sabemos cmo viaj, probablemente nadie la acompaaba. Sin embargo, Mara no se detiene en las dificultades, sigue adelante para llevar a otros la alegra de Jess hecho hombre. Meditacin: Mara no se queda inmvil despus de conocer la noticia que dividir en dos la historia de la humanidad y de cada hombre: se levanta y va donde su prima que, segn el anuncio del ngel, se encuentra embarazada. Este pasaje nos da mucho que pensar, y nos muestran el corazn de Mara, presto, abierto, bondadoso, agradecido. Su corazn estalla de alegra, Dios ha visitado a su pueblo. Esta alegra no puede guardrsela, y la comparte con Santa Isabel. A quin visita Mara hoy? A quin acude para contarle la gran noticia? El corazn de Mara se llena, adems, de bondad. Su prima puede necesita ayuda, y hacia ella va. No se mira a s misma, embarazada y en una situacin difcil para toda mujer, ms en ese tiempo. Sale de ella y acude al prjimo, buscando as ayudarle. a quin visito yo? a quin ayudo o busco ayudar? Mara entona el Magnificat. Agradece en primer lugar a Dios. Se sabe esclava, se sabe pequea. Y por eso mismo Dios se ha fijado en ella. Dios busca lo pequeo para hacer su obra. Cunto busco yo lo pequeos? no prefiero ms bien lo grande? Y sin embargo, Dios obra distinto. Mara nos ensea hoy a obrar en la manera de Dios, y no tanto de los hombres. Oracin: Mara, aydame hoy a acercarme a Jess y a mis hermanos como lo haces t, con alegra, prontitud, paciencia y entrega. Pide a Cristo por m, para que as me de la gracia de asemejarme ms a ti en la vivencia de mi cristianismo. Actuar: Ayudar a quien me lo pida con alegra y paciencia.

  • VI. Meditacin 6: La Santsima Virgen Mara (2)

    Ella dijo S Una de nosotros, una hija de Adn y Eva, est ya para siempre con Dios, y nos acompaa con su cario de Madre en nuestro caminar hacia Dios. San Lucas 1, 39-56 Por aquellos das, Mara se puso en camino y fue de prisa a la montaa, a una ciudad de Jud. Entr en la casa de Zacaras y salud a Isabel. Y cuando Isabel oy el saludo de Mara, el nio salt en su seno. Entonces Isabel, llena del Espritu Santo, exclam a grandes voces: Bendita t entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre... Dichosa t que has credo! Porque lo que te ha dicho el Seor se cumplir. Entonces Mara dijo: Mi alma engrandece al Seor, y mi espritu se alegra en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva. Desde ahora me llamarn dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en m cosas grandes el Poderoso. Su nombre es santo y su misericordia es eterna con aquellos que lo honran. Lectura Mara es grande porque ha credo. El canto del Magnificates el reflejo de una vida que acoge la bendicin de Dios. La solemnidad de la Asuncin nos alegra y nos recuerda de un modo muy ntimo: una de nosotros, una hija de Adn y Eva, est ya para siempre con Dios, y nos acompaa con su cario de Madre en nuestro caminar hacia la patria eterna del cielo. Meditacin Por qu la Virgen Santsima es grande? Su grandeza est en su humildad: se ha hecho la esclava del Seor. Dios la ha predestinado, la ha elegido, la ha hecho un instrumento dcil y alegre para que pueda iniciarse la gran obra de nuestra salvacin: la Encarnacin de Cristo. Al contemplar a Mara podemos mirar al cielo con un cario especial. All estn Cristo y su Madre. Todos los hombres somos conocidos, somos esperados, somos ayudados en el camino de la vida. No es fcil vivir sin el amparo de una madre. Mara nos precede y nos acompaa. Nos indica el sendero, el modo de dar un s a Dios sin lmites, sin temores, sin tacaeras. Dios lo merece todo, y quien se da a Dios recibe el ciento por uno. Mara es grande porque reconoci y acept el Actuar de Dios sobre su vida. Nos toca a nosotros seguir su ejemplo. Si lo hacemos, el mundo ser un poco mejor y un poco ms feliz. Oracin Mara, concdeme la gracia de sentir una esperanza profunda en la vida eterna. Aydame a vivir como cristiano, a poner mi existencia en las manos de Dios, a dejarme llevar por l y a dar mi vida con generosidad al servicio de la Iglesia, como cristiano, segn la invitacin que Dios me hace en mi estado de vida. Actuar Hacer una breve visita a Mara para pedir por las almas del purgatorio.

  • VII. Meditacin 7: La Santsima Virgen Mara (3)

    Mara, modelo de amor La Santsima Virgen, Reina del cielo y nuestra madre cercana. San Lucas 1, 46-55 Dijo Mara: Engrandece mi alma al Seor y mi espritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarn bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generacin en generacin a los que le temen. Despleg la fuerza de su brazo, dispers a los que son soberbios en su propio corazn. Derrib a los potentados de sus tronos y exalt a los humildes. A los hambrientos colm de bienes y despidi a los ricos sin nada. Acogi a Israel, su siervo, acordndose de la misericordia -como haba anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos. Lectura La presencia celeste de Mara nos anima en el combate cotidiano, y nos permite elevar los ojos para sobrellevar, con fe y con esperanza, las dificultades y los problemas de cada da. Meditacin Es bueno contemplar a Mara. Ella es Madre de Cristo, Ella es el modelo de la nueva creatura redimida. Ahora, desde el cielo, nos acompaa, nos conduce hacia Cristo, como lo hizo en Can, como lo hizo al pie de la Cruz. Hablar con la Madre es penetrar en el misterio de Cristo. Nuestra oracin se hace splica por las necesidades del mundo y de la Iglesia, por la paz, por la justicia, por el sufrimiento de tantos hermanos nuestros que viven en enfermedad fsica o en angustia moral. As hemos de vivir nuestro trato con la Virgen. As podemos rescatar el rezo del Santo Rosario, como nos ha pedido Juan Pablo II en su carta Rosarium Virginia Mariae. Un Rosario que es camino para crecer en el amor y para acercarnos al misterio del amor de Dios. Dios ha hecho cosas grandes en Mara, y Ella ha sido generosa y disponible al Actuar de Dios sobre su vida. Tambin en m Dios puede realizar maravillas. Slo hace falta abrir el corazn a la fe y dejarme guiar por ese Dios que, si nos pide un gesto de generosidad, es para poder ratificar con ms firmeza su Alianza de amor con el gnero humano. Oracin Virgen Mara, concdeme vivir como discpulo de Cristo, y aydame a caminar, en nuestro peregrinar terreno, con la mirada puesta en el Amor de Dios, con la esperanza en ese cielo en el que T nos esperas como Madre amorosa y fiel. Actuar Rezar al menos un misterio del Rosario hoy ofrecindolo por las necesidades del Papa y de la Iglesia.

  • VIII. Meditacin 8: La Santsima Virgen Mara (4) Rosario: sinopsis del Evangelio El Rosario es una meditacin grfica, con imgenes, de los misterios de Jesucristo. San Lucas 1, 26-38 En aquel tiempo, el ngel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado Jos, de la estirpe de David; la virgen se llamaba Mara. El ngel, entrando en su presencia, dijo: Algrate, llena de gracia, el Seor est contigo... No temas Mara, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirs en tu vientre y dars a luz un hijo, y le pondrs por nombre Jess... Y Mara dijo: Aqu est la esclava del Seor, hgase en m segn tu palabra. Y la dej el ngel. Lectura Qu gran privilegio tenemos por haber vivido en primera persona, hace poco tiempo, la promulgacin de la carta del Papa Juan Pablo II sobre el Rosario. Adems de enriquecernos con los nuevos misterios luminosos, nos ensea con palabras sencillas a valorar y a apreciar esta oracin secular, tan llena de sentido. Lo que poda ser una repeticin aburrida, pasa a ser un repaso grfico de los misterios del Evangelio, que meditados en nuestro corazn, a ejemplo de Mara, nos llenan de frutos espirituales y apostlicos. Meditacin Dios te salve, llena de gracia, el Seor est contigo. Has sido bendecida entre todas las mujeres por el fruto incomparable de tus entraas. El Altsimo se ha fijado en ti, en tu humildad, en tu sencillez. Ante su propuesta de ser madre del Creador has respondido con un S incondicional, con una hoja en blanco donde Dios ir escribiendo su plan de salvacin a los hombres por medio de ti. Gracias a ti, un torrente de bendiciones se ha vertido sobre toda la humanidad. Gracias a tu generosidad, nuestras obras, nuestros dolores, nuestra vida entera, han sido cubiertos por la redencin de tu Hijo. Todo esto lo repasamos en cada avemara, y tambin pedimos que intercedas por nosotros, pecadores, que en este valle de lgrimas, vamos consumiendo nuestro tiempo hasta la hora de nuestra muerte. All, t, como la mejor Madre, estars aguardando a cada uno de tus hijos e hijas para acompaarnos hasta el Padre, a fin de gozar con l por los siglos de los siglos. Oh Mara, Madre de nuestras vidas, consuelo de los afligidos, refugio de los pecadores, condcenos hacia la Verdad y aparta de nuestra vida todo lo que nos separe de ti. Oracin por tu inmaculada concepcin, oh Mara, purifica mi cuerpo y santifica mi alma. Actuar Invitar a una persona a rezar el rosario.

  • IX. Meditacin 9: La Eucarista (1) Tres regalos en uno Jesucristo mismo que entrega su Cuerpo y su Sangre por amor a cada uno de nosotros, para salvarnos de la muerte y del pecado. San Juan 13, 31-33a. 34-35 Cuando Judas sali del cenculo, dijo Jess: Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios ser glorificado en l. Y si Dios va a ser glorificado en el Hijo del hombre, tambin Dios lo glorificar a l. Y lo va a hacer muy pronto. Hijos mos, ya no estar con ustedes por mucho tiempo. Os doy un mandamiento nuevo: Que os amis unos a otros. Como yo os he amado, as tambin amaos unos a otros. Por este amor reconocern todos que son discpulos mos. Lectura Cristo, en el momento supremo de su vida, se rene con sus discpulos en el Cenculo. Ah les abre su corazn y les ofrece sus mejores regalos: la institucin de la Eucarista, el sacerdocio y el mandamiento nuevo del amor. Estos regalos, en realidad, son uno solo: Jesucristo mismo que entrega su Cuerpo y su Sangre por amor a cada uno de nosotros, para salvarnos de la muerte y del pecado. Al inicio de la ltima Cena se produce el dilogo sobre quin va a entregar a Jesucristo. El Maestro est tenso e incmodo con la presencia del traidor. An as ha tratado todos los modos para el corazn de Judas se abra y no obre para su perdicin. Ahora ha salido Judas del cenculo. Jess respira. Su corazn se expande y ofrece el primero de sus regalos: os doy un mandamiento nuevo, que os amis unos a otros como yo os he amado. Meditacin El mandamiento nuevo de Jess es un regalo, no es una orden o una imposicin. Eso significa que si lo vivimos, seremos felices, recibiremos un bien que llenar nuestro corazn. Jess nos invita a amar pero como El nos ha amado. Muchas veces tratamos de amar a los dems. Estamos convencidos de que el mundo ira mucho mejor si todos nos amaramos ms. Pero a veces pensamos que amamos pero no amamos como Jess nos ha enseado. A veces nos gusta hacer favores porque nos sentimos bien, nos lo agradecen, nos sonren. Otras nos gusta ayudar porque as nos sentimos tiles. En otras ocasiones hacemos las cosas por que as pensarn bien de nosotros. O ayudamos slo a determinadas personas que nos caen bien, que nos agradan y de quienes buscamos el aprecio. Pero todo esto no es verdadero amor. En realidad estamos buscando sacar algo para nosotros. Yo doy algo pero recibo a cambio aprecio, gratitud, consideracin. El amor que Jesucristo nos ensea es un amor desinteresado. Hay muchas personas en nuestros das que no se han enterado de lo que Jesucristo ha hecho por ellas. Pero Jesucristo muri por cada uno de nosotros en la Cruz an sabiendo que muchos nunca le agradeceramos que hubiera muerto por salvarnos. Jess curaba a los enfermos y hua de los agradecimientos y aclamaciones. Cambi el agua en vino en Can sin que se supiera que El lo haba hecho. Jess nos ensea que la verdadera felicidad est en amar al otro sin esperar recompensa. Ayudarle sin que se de cuenta. Hablar bien, pensar bien, apoyar y ayudar a aquellos que no nos caen bien y a quienes nosotros tampoco somos gratos. El fruto de este tipo de amor es aquella alegra y resplandor del que habla Jesucristo: La seal por la que conocern que sois discpulos mos ser que os amis unos a otros. Oracin Seor Jess, gracias por amarme desinteresadamente, desde siempre, sin esperar nada a cambio. Quiero corresponder a tu amor amando a todos.

  • Actuar Ser generoso hoy ayudando a los que me rodean sin buscar ser reconocida.

  • X. Meditacin 10: La Eucarista (2)

    Gracias por amarme En la redencin de las almas l hace lo difcil, abre la puerta del cielo y nos invita a pasar. T y yo slo tenemos que dirigirnos a esa puerta y entrar. San Lucas 22, 14-20 Llegada la hora, se sent Jess con sus discpulos y les dijo: He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volver a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios. Y, tomando una copa, pronunci la accin de gracias y dijo: Tomad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beber desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios. Lectura Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros... Jess sabe lo que le va a ocurrir, el padecimiento, el dolor, la humillacin, y todo esto lo esperaba con ansia. Qu tena en su corazn Jess mientras pronunciaba estas palabras? Meditacin Piensa, medita, reza. Cunto amor humano y divino, cunta entrega, y lo ms sorprendente, cunta confianza en nosotros. En todos y cada uno de nosotros. Esto lo hace porque confa en ti y en m. En la redencin de las almas l hace lo difcil, abre la puerta del cielo y nos invita a pasar. T y yo slo tenemos que dirigirnos a esa puerta y entrar. A veces nos parece tan difcil, y en ocasiones lo es, por eso es importante no olvidar nunca que Cristo es quien hizo lo verdaderamente difcil. Y es gratificante saber que nos ha dejado un modo de recordarlo en la Santa Misa donde cada da se repite este sacrificio, este milagro. Muchas veces en la oracin te he dicho que quiero sufrir por ti, que quiero padecimientos para ofrecrtelos como desagravio, lo he pedido de corazn, lo sigo pidiendo de corazn, sin embargo cuando llega la ms mnima contrariedad me altero, me enfado, pataleo como un beb, a veces desconfo,... soy pequeo. Gracias por amarme tanto, gracias por cuidarme, gracias por sufrir por m, gracias por salvarme, gracias por confiar. Oracin Dios mo, gracias por crearme, gracias por amarme, gracias por mostrarte, gracias por elegirme, gracias por darte a nosotros. Gracias. Actuar Vivir con conciencia la Santa Misa.

  • XI. Meditacin 11: El Espritu Santo (1)

    El tiempo del Espritu En Pentecosts comienza el tiempo del espritu con una realidad sorprendente: los apstoles hablan y dan gloria a Dios en todas las lenguas. San Juan 20, 19-23 Al anochecer del da de la resurreccin, estaban reunidos los discpulos en una casa con las puertas bien cerradas, por miedo a los judos. Jess se present en medio de ellos y les dijo: La paz est con vosotros. Y les mostr las manos y el costado. Los discpulos se llenaron de alegra al ver al Seor. Jess les dijo de nuevo: La paz est con vosotros. Y aadi: Como el Padre me ha enviado, as tambin os envo yo. Sopl sobre ellos y les dijo: Recibid el Espritu Santo. A quienes les perdonis los pecados, Dios se los perdonar; y a quienes se los retengis, Dios se los retendr. Lectura: Los discpulos estn asustados despus de la muerte de Cristo. Estn escondidos de los judos, no saben qu hacer ahora que el maestro ya no est. En esta situacin se aparece Jess, y les da el Espritu Santo, para que sea l quien los fortalezca y dirija en su misin. Los Hechos de los Apstoles (Hech 2, 1-32) nos muestran al Espritu Santo venir sobre la Iglesia en oracin. Es el Espritu quien guiar ahora el actuar y las palabras de los seguidores de Cristo, a partir de ese momento la Iglesia cuenta con el Defensor que Cristo prometi, que no ceja en su empeo de santificar a la Iglesia y a los hombres. Meditacin: En Pentecosts comienza el tiempo del espritu. Y comienza con una realidad sorprendente, los apstoles hablan y dan gloria a Dios en todas las lenguas. El mensaje de Cristo satisface todos los corazones, y la Iglesia, que posee este mensaje, debe ir a compartirlo con todas las naciones. La paz que nos trae Cristo no nos la podemos quedar, debemos compartirla con todos los hombres, pues la vida que l nos trae es para todos. La dimensin apostlica nace de la urgencia de compartir con los hombres la novedad, la riqueza del mensaje salvador de Jesucristo. El Espritu Santo es quien gua a la Iglesia, y la hace abrirse a todos los pueblos y naciones. Es l quien va marcando su paso, y hace que hoy, veinte siglos despus, la Iglesia siga dando las respuestas que el hombre busca. La vemos dialogando, acogiendo, defendiendo al hombre. Tambin ahora habla todas las lenguas, porque es la obra de Dios, y Dios quiere consigo a todos sus hijos. Yo soy parte de esa Iglesia, y la misin de llevar su mensaje es tambin ma. Qu hago yo para acercar a mis hermanos a Cristo? Comparto en mis distintas realidades estudios, trabajo, descanso, familia- la alegra de ser cristiana? Oracin: Gracias, Seor por guiar a tu Iglesia con tu Espritu. Hazme amarla cada vez ms como obra tuya, y defenderla como hijo, de los ataques que recibe.

    Actuar: Dejar al Espritu Santo actuar en mi vida, siendo dcil a las cosas que me va diciendo.

  • XII. Meditacin 12: El Espritu Santo (2) Consolado y consolador Debo ser consuelo para el hermano que sufre, para el compaero de trabajo o estudio, para el hijo o el padre enfermo. San Juan 14, 23-29 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Parclito, el Espritu Santo, que el Padre enviar en mi nombre, os lo ensear todo y os recordar todo lo que yo os he dicho. Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazn ni se acobarde Lectura: Antes de irse, Jess nos promete enviar al Espritu Santo. Ser l quien nos lo explicar todo y nos consolar. Parclito significa eso, consolador. Dios no quiere dejar solos a los hombres, se queda en la Eucarista y enva a quien puede renovar el corazn, consolar, iluminar, explicar aquello que no entiende. Nos deja adems la paz, paz que tanto pedimos y buscamos, y que encontramos en Dios, en su amor. El mundo no nos puede dar esa paz, porque nuestro corazn est hecho para Dios. Meditacin: Jess sabe cunto necesitan los hombres el consuelo y la paz. l conoce la angustia y la soledad, y no querindolo para nosotros, no nos deja solos. Enva a su Espritu. Este consuelo debe llenar nuestro corazn, y transformarse en alivio para otras almas. Yo debo ser consuelo para el hermano que sufre, para el compaero de trabajo o estudio, para el hermano o el padre enfermo. Si Cristo nos deja su alegra, debemos de compartirla con quien no la tiene. Durante toda su vida, Cristo reparti amor y paz. Son los dos dones que nos deja en su despedida. Lo que hemos recibido, debemos compartirlo; de esa manera estaremos siendo realmente cristianos. Oracin: Jess, permteme ser alegra para los que estn a mi alrededor, consuelo para los que sufren, paz para los que sufren angustia. Que a travs mo puedan los hombres encontrarte a ti, para que lleguen as al verdadero amor y paz. Actuar: Sonrer a aquellos con quienes me encuentre, ofreciendo una palabra de apoyo a quien lo necesite.

  • XIII. Meditacin 13: La vida de gracia (1)

    Mis ovejas escuchan mi voz Si no lo conocemos, no podemos descubrir en sus palabras la respuesta a eso que tanto buscamos San Juan 14, 6-14 En aquel tiempo, Jess dijo a Toms: "Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por m. Si vosotros me conocis a m, conoceris tambin a mi Padre. Ya desde ahora lo conocis y lo habis visto". Lectura Los judos, con los ojos velados y el corazn fro, no creen en Jesucristo. Han sido testigos de innumerables curaciones, milagros, grandes seales. An as, no reconocen la voz del pastor que lo nico que desea es saciar su sed, darles la vida eterna. Jesucristo quiere hacerles entender que nadie les ama ms que l, que si realmente lo conociesen, no dudaran en seguir su voz. Meditacin Cunta similitud entre nosotros y los judos que rodeaban a Jess y le cuestionaban. Cuntas veces le exigimos explicaciones, cuntas veces le reprochamos su aparente silencio ante algunas dificultades o situaciones adversas. Nos sentimos perdidos. Sin embargo, Jesucristo nos abre los ojos y nos dice que aprendamos a reconocer su voz. Nos hace ver que, si no lo conocemos, no podemos descubrir en sus palabras la respuesta a eso que tanto buscamos. Nos hace caer en la cuenta de que con l no corremos peligro. Nos da la certeza en la vida, porque estamos en las manos del Padre. Nos hace una promesa que nadie en el mundo puede hacernos: la promesa de la vida eterna. l quiere saciar nuestra sed. Jesucristo pronuncia el nombre de cada uno con el gran anhelo de que le sigamos. Oracin Seor, ensame a descubrir tu voz en mi vida diaria. Ensame a buscarte en mi interior, en cada situacin que T permites. Quiero encontrarte en las alegras que me regalas. Quiero saber que T ests conmigo en las dificultades que se me presentan. Gracias, Seor, por cuidar de m, por no desistir en llamarme una y otra vez. Actuar Vivir el da de hoy tratando de descubrir la voz de Dios en los acontecimientos que se me presenten.

  • XIV. Meditacin 14: La vida de gracia (2)

    Filiacin divina Ser hijos en el Hijo, enseanza que Jess nos transmite con su vida y ejemplo: mi alimento es hacer la voluntad del Padre San Juan 5 , 17-30 Os aseguro que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta; l hace nicamente lo que ve hacer al Padre; lo que hace el Padre, eso tambin hace el Hijo. Pues el Padre ama al Hijo y le manifiesta todas sus obras; y le manifestar todava cosas mayores, de modo que vosotros mismos quedarn maravillados. Yo no puedo hacer nada por mi cuenta. Juzgo segn lo que Dios me dice, y mi juicio es justo, porque no pretendo actuar segn mi voluntad, sino que cumplo la voluntad del que me envi. Lectura Jess revela que es Hijo de Dios, tambin, su amor y unin con el Padre, y busca en todo su Voluntad. Esta revelacin de s mismo, ser la causa que mueva a los judos a perseguirlo hasta su muerte. Meditacin La vida cristiana consiste en tomar conciencia del amor que Dios nos tiene a cada uno y vivir esa conviccin desde el amor que responde abrazando las actitudes y criterios del Evangelio, opuestos tantas veces a los de la sociedad en que vivimos. De este modo intensificamos la relacin filial con Dios que nos hace partcipes de su verdad y de su amor. Esta filiacin la recibimos en el Hijo y la alimentamos y acrecentamos con la recepcin de los sacramentos, tanto de la Confesin como de la Eucarista. Ser hijos en el Hijo, (de su plenitud todos hemos recibido, gracia sobre gracia), nos adentra en su vida divina. Por ello, Jess nos ensea cmo vive su filiacin con el Padre, con la conciencia clarsima de que nada hace por s mismo, que todo le es dado por el Padre, y nos marca la direccin concreta de ese caminar: buscar en todo su voluntad. Remarca incluso que se es su alimento, hacer lo que agrada al Padre. sta es la vida ntima de Jess y nos la revela para ensearnos el camino, pues l mismo se defini como el camino, la verdad y la vida. Adentrarnos en la persona de Jess, en su intimidad, en este momento de la cuaresma ha de llevarnos a optar siempre por la Voluntad de Dios Padre en unin personal con Cristo Jess, en su misterio pascual de muerte y vida. Oracin Padre, perdona el no haber vivido como hijo y haz que mi nuevo caminar est bien dirigido. Actuar Concretar hoy en qu aspecto he de mejorar mi relacin con el Padre.

  • XV. Meditacin 15: La vida de gracia (3) Amar siempre Qu bien se est en la casa del Padre! No tengamos miedo de volver a la casa del Seor! San Lucas 15 3-7 En aquel tiempo, Jess dijo esta parbola: Quin de vosotros que tiene cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a buscar la que se perdi hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone contento sobre sus hombros; y llegando a casa, convoca a los amigos y vecinos, y les dice: "Alegraos conmigo, porque he hallado la oveja que se me haba perdido". Os digo que, de igual modo, habr ms alegra en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no tengan necesidad de conversin. Lectura Jesucristo propone a quienes le escuchan una parbola. Una vez ms, Dios Encarnado propone al ser humano una opcin de vida sin imponer nada. Respeta al mximo la dignidad de la persona que ha creado, dotndola de libertad de accin. se es el camino del amor de Dios a los hombres: un camino lleno de proposiciones que no busca ms que el bien de sus criaturas, especialmente de aquellas ms dbiles que se dejan llevar por el pecado. Meditacin En esta parbola Jess utiliza un escenario muy cercano al hombre de su tiempo, como es el campo y el trabajo de pastor, para acercarnos la misericordia y el amor de Dios Padre para con nosotros. En esta escena campestre del pastor y sus ovejas, aqul representa al Padre que constantemente est involucrado, interesado, preocupado por las vidas de sus ovejas y sobre todo, de aquellas que se pierden por culpa del pecado y que reiteradamente ayuda a encontrar el camino de vuelta al rebao, al hogar, a la casa del Padre. Qu bien se est en la casa del Padre! No tengamos miedo de volver a la casa del Seor! Debemos vencer el orgullo, la soberbia y reconocer nuestras cadas que nos alejan del amor de Dios. Utilicemos todos los medios que la Iglesia Catlica nos ofrece para llevar una vida de gracia. Recurramos con frecuencia al sacramento de la confesin, a la Eucarista, a la direccin espiritual, a la lectura y meditacin de la Palabra de Dios, como medios eficaces que nos acercan y permiten vivir junto a Dios. Resaltemos la alegra del Pastor-Padre cuando recobra o encuentra una oveja descarriada. Enseguida desea compartir su alegra con los dems. Para Dios, la conversin de un pecador es motivo de jbilo y de gloria, que desea compartir con todas su criaturas. Jesucristo ha venido a salvar a todos,, especialmente a los pecadores. No ha venido a sanar el corazn de los sanos sino de los enfermos. Reconozcmonos como enfermos de espritu para que Jess nos busque y nos sane. Muchos lo hicieron y consiguieron una amistad eterna con l. Oracin Sagrado Corazn de Jess, se T mi pastor y yo la oveja descarriada que encuentra una vez ms tu ardiente corazn en la noche oscura del campo! Actuar Hoy buscar incrementar mi amistad con Cristo con algn acto concreto (confesin, una visita a la capilla, una comunin espiritual).

  • XVI. Meditacin 16: La vida de gracia (4) Amaos... No reducir los mandamientos de Dios a nimiedades. No mato a nadie, pero expongo arriesgadamente mi vida a situaciones peligrosas? San Mateo 5. 17-19 En aquel tiempo, dijo Jess a sus discpulos: No creis que he venido a abolir la ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarn el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la ltima letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo ensee as a los hombres ser el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y ensee ser grande en el reino de los cielos. Lectura Jesucristo sigue hablando a sus discpulos sobre la nueva ley, la ley del amor, que ha venido a traernos. Aclara que esta ley no deroga la ley del Antiguo Testamento, sino que la perfecciona. Meditacin Somos fieles en el seguimiento de Cristo? En muchas ocasiones omos decir: No robo ni mato, no hago mal a nadie. Reducimos as la ley de Dios a nimiedades o considerando el pecado nicamente como crmenes contra la humanidad. Jess nos dice que viene a dar cumplimiento a la ley, nos pide ese cumplimiento. Pero para cumplir la ley hay que conocerla y no siempre nos interesa profundizar en ella. Cojamos un mandamiento de la Ley de Dios, por ejemplo, no matars. Es evidente que quitar la vida a otro es un gran pecado y esto casi ninguno de nosotros lo hacemos, pero nos callamos frente al aborto? Atentamos contra nuestra salud fumando o bebiendo en exceso, no cuidando nuestro cuerpo? Somos dciles a las recomendaciones de los mdicos cuando estamos enfermos? Comemos en exceso o en defecto? Conducimos temerariamente? Cruzamos con el semforo en rojo poniendo en peligro nuestra vida o la de otros? Cualquier atentado contra nuestra salud o la de otros, cualquier riesgo premeditado atenta contra el mandamiento No matars. Es cierto que en muchas ocasiones dudamos y no sabemos qu camino seguir, y aqu tambin Jess nos da la respuesta: Amaos los unos a los otros... Cuando no sepamos qu hacer o decidir, busquemos la senda del amor, porque esa siempre nos lleva a Cristo. Oracin Seor, dame luz para discernir en los momentos de duda y fuerza para seguirte. Actuar Profundizar en un mandamiento de la Ley de Dios.

  • XVII. Meditacin 17: La confianza Confiar siempre Dios es confianza, nos pide confianza. Cuando sabemos que alguien es sincero no necesitamos pruebas de su sinceridad, no dudamos de l. San Mateo 5, 33-37 En aquel tiempo, dijo Jess a sus discpulos: -Habis odo que se dijo a los antiguos: No jurars en falso y Cumplirs tus votos al Seor. Pues yo os digo que no juris en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusaln, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir s o no. Lo que pasa de ah viene del Maligno. Lectura Jess sigue haciendo una revisin de los mandamientos de la Ley de Dios dados a Moiss. En esta ocasin habla de no tomar el nombre de Dios en vano, de no jurar. Pero va ms all, el juramento surge como una necesidad de confirmar la verdad frente a una duda. El otro me cree porque juro, es decir, que el otro inicialmente duda de mi palabra, y entonces surge la necesidad de jurar como fruto de la desconfianza. Meditacin Dios es confianza, nos pide confianza. Cuando sabemos que alguien es sincero no necesitamos pruebas de su sinceridad, no dudamos de l. La desconfianza surge cuando alguien ha mentido o nos ha engaado. Tambin puede ser que como algunas personas en el pasado nos engaaron pues ya no confiamos en nadie. A los catlicos Dios nos pide dos cosas, por un lado sinceridad, que no engaemos a otros, que no nos engaemos a nosotros mismos, que seamos fieles a nuestras palabras, firmes en nuestras creencias. Por otro lado, confianza en los dems, porque la induccin tambin es pecado. Si no exigimos un juramento al otro ser ms difcil que l jure y, en este sentido, ayudamos a evitar la ocasin de pecar. Es importante resaltar la fidelidad que se nos pide en el evangelio de hoy, fidelidad en la vida cristiana, en el trato con los otros, en el seguimiento de Cristo. Oracin Jesucristo, fiel amigo de mi alma, aydame a corresponder con fidelidad a todo tu amor. Actuar Hoy confiar en Dios ante algo que me cueste especialmente.

  • XVIII. Meditacin 18: El Adviento (1)

    Anunciacin a Jos Los misterios ms intrincados, las historias ms enrevesados, todo tienen para Dios una claridad sencilla; lo va hilvanando con su providencia infinita. San Mateo 1, 18-24 El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: Mara, su madre, estaba desposada con Jos y, antes de vivir juntos, result que ella esperaba un hijo por obre del Espritu Santo. Jos, su esposo, que era justo y no quera denunciarla, decidi repudiarla en secreto. Pero, apenas haba tomado esta resolucin, se le apareci en sueos un ngel del Seor que le dijo: Jos, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a Mara, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espritu Santo. Dar a luz un hijo, y t le pondrs por nombre Jess, porque l salvar a su pueblo de los pecados... Cuando Jos se despert, hizo lo que le haba mandado el ngel del Seor y se llev a casa a su mujer. Lectura Antes de los desposorios definitivos de Mara y Jos, Mara ya se encontraba con un hijo en su seno, engendrado por el Espritu Santo. Jos sabe que si la delata, ser condenada por adltera ante la sociedad. Por otra parte, l no haba engendrado a este nio. Por ello, decide despedir a la virgen en secreto. Aparece un ngel para pedirle, de parte de Dios, que acepte al nio como suyo y lo introduzca as en la estirpe de David, como anunciaban las profecas. Por esto el ngel se dirige a Jos como hijo de David y le pide que no tenga reparos en aceptar a Mara con el nio que ha de venir. En especial, le pide que le imponga el nombre de Jess, Dios salva, al nio. Por medio de este rito de imponer el nombre, el padre acepta un nio como hijo suyo. De esta forma, Jess entra en la descendencia de David gracias a la obediencia de Jos a Dios y a las Escrituras. Meditacin Dios tiene su camino para cada una de sus creaturas. Todo tiene su razn de ser en la mente de Dios. Los misterios ms intrincados, las historias ms raras, todo tiene para Dios una claridad sencilla; lo va hilvanando con su providencia infinita. Hemos meditado mucho en la proposicin que hace Dios a Mara, por medio del Arcngel Gabriel, de ser Madre de Dios. San Jos tambin tiene un papel importantsimo. No por ello, Dios deja de interpelarle, mandndole un ngel para pedirle que se preste al proyecto divino. Mara dara a Jess su carne mortal; Jos le dara su linaje. Mara y Jos desempearn papeles distintos en el plan de Dios, pero ambos insustituibles. Jos es el varn justo, justo porque quera proceder fielmente segn la ley y la verdad, sobre todo obedeciendo a Dios, que es el Fiel por excelencia. Cuando Dios le cambia los planes y le pide el compromiso de casarse y vivir virginalmente con Mara aceptando a Jess como hijo suyo, no duda en acatar la voluntad de Yav. Su vida est al servicio de Dios, en funcin del querer de Dios. Especial matrimonio, especial paternidad. Qu cambios respecto a lo que el bueno de Jos hubiera esperado cuando viva en Nazaret antes de comprometerse con Mara! Qu ejemplo de disponibilidad y prontitud al plan divino! Oracin Danos la gracia, Seor, de tener los ojos y los odos abiertos a tu voz que nos habla en lo profundo de nuestras conciencias y seguir lo que nos pidas.

  • Actuar Hoy aceptar con gusto mi misin en la vida y me entregar a ella con fe y generosidad, siguiendo los criterios de Dios.

  • XIX. Meditacin 19: El Adviento (2)

    Canto de gozo El amor crece en la persona que se percibe amada San Lucas 1, 46-56 En aquel tiempo, Mara dijo: Proclama mi alma la grandeza del Seor, se alegra mi espritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillacin de su esclava. Desde ahora me felicitarn todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por m: su nombre es Santo. Y su misericordia llega a sus fieles de generacin en generacin. l hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazn, derriba del trono a lo poderosos y enaltece a los humildes... Mara se qued con Isabel unos tres meses y despus volvi a su casa. Lectura Al recibir la noticia del arcngel Gabriel de que Isabel, en su avanzada edad, esperaba un nio, Mara haba salido inmediatamente a prestarle servicio y ayuda. Al llegar a la casa y recibir el saludo de Isabel, Mara agradece y alaba a Dios por el bien que le ha hecho, habindole escogido como la madre del Salvador. Mara dice un canto de accin de gracias en lo personal y en favor de los pobres de Israel, que ven as acercarse su redencin. Mara se hace representante de las esperanzas de todo Israel en su alabanza a Dios. Meditacin Accin de gracias, qu virtud tan rara. A pesar de la humildad y pobreza de la propia vida, Mara da gracias a Dios porque ha puesto en ella su mirada. Reconoce que muchas veces Dios se vale de lo sencillo y humilde para llevar a cabo sus planes de salvacin. El que ella sea la elegida la envuelve en un sentimiento de amor a Dios que as la ha sealado, no slo para s, sino ante todos nosotros: y todas las generaciones me llamarn bienaventurada. El amor crece en la persona que se percibe amada. Amor con amor se paga. Cada uno de nosotros somos destinatarios personales de un amor y obrar de Dios Nuestro Seor, desde nuestra creacin y a lo largo de la vida con el sin fin de bendiciones que Dios nos da. Tambin Mara piensa en las almas: todo el pueblo que ser redimido por su Hijo. Todas las promesas de Dios a los antepasados ahora se cumplen en este nio. Dios es misericordioso y tiene compasin de los dbiles. Los que cuentan para Dios no son los que estn llenos de s mismos y viven de vanidades humanas ante los dems, sino los humildes que se dedican a cumplir la voluntad de Dios aunque sea desapercibidamente. Dios hace grandes cosas con pequeos instrumentos. Oracin Gracias, Seor, por todo lo que nos has dado, desde el don de la vida, de la familia, del nacimiento a tu gracia por el Bautismo, por la Iglesia y los sacramentos, por el mundo y seres con los que me rodeas. Actuar Hoy har una visita a una Iglesia, repasar las bendiciones recibidas de Dios en mi vida, y se las agradecer de corazn.

  • XX. Meditacin 20: La Navidad (1) Hoy Dios mo quiero ser un pastor ms que vence sus miedos, que llega a ti, que te alaba como nico Dios y te glorifica sin cesar San Lucas 2, 1-20 En el principio ya exista la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra haba vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas, y la tiniebla no la recibi... Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoci. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios... Y la Palabra se hizo carne y acamp entre nosotros, y hemos contemplado su gloria. Meditacin El Rey del cielo nace en unas circunstancias que le acercan a la pobreza extrema. Nace hijo de una familia humilde, pero no es suficiente. Para que la entrega sea total, tena que ser en un pesebre. Nace ms criatura que ninguno. En la posada no los reciben. Cuntas veces he hecho yo as... Pero Seor, ahora que te conozco no me dejes volver a hacerlo, quiero recibirte siempre. Si el posadero hubiera sabido... Dame entendimiento. Si el posadero hubiera acogido a todos, aunque no te reconociera no hubieras nacido en un pesebre. Por qu, eso es lo que me pides, verdad? Que reciba a todos porque en ellos estas T. Naces, y el ngel se aparece a los pastores. Ellos tienen miedo, como nosotros, por eso los entendemos. Los pastores comenzaron a decirse unos a otros: Vamos, pues, hasta Beln... No sabemos qu hubiera ocurrido si el ngel slo hubiera visitado a uno, pero lo hizo a un grupo, y quiz esto nos ensea la senda para llegar a ti, porque se decan unos a otros..., se apoyaban unos a otros... En la Iglesia actualmente hay muchos grupos: religiosos y laicos de los que formar parte, porque es ms fcil llegar a ti en grupo que en solitario, y es muy importante que cada uno busque en cul estar. Unidos en la fe es mas fcil mantenerse fiel. Hoy Dios mo quiero ser un pastor ms que vence sus miedos, que llega a ti, que te alaba como nico Dios y te glorifica sin cesar. Feliz cumpleaos, Jess! Oracin Transforma mi corazn en un corazn de nio para amarte plenamente. Actuar Dedicar unos minutos del da a contemplar el misterio de la Navidad.

  • XXI. Meditacin 8: La Navidad (2)

    Volver a empezar Hoy todo tiene que ser alegra, porque llega el nio Jess, porque se cumple la promesa del Padre, porque se renueva el misterio otra vez. San Mateo 1, 20-25 Mara, su madre, estaba desposada con Jos, y, antes de vivir juntos, result que ella esperaba un hijo por obra del Espritu Santo. Jos, su esposo, que era justo y no quera denunciarla, decidi repudiarla en secreto. Pero, apenas haba tomado esta resolucin, se le apareci en sueos un ngel del Seor que le dijo: Jos, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a Mara, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espritu Santo... Lectura Por fin llega el da tan esperado. Hoy nace l, Jess, el Salvador. La espera a veces tan larga, tan costosa, tiene su recompensa. l, que cuando llega a nuestra vida la llena de alegra y esperanza. El Evangelio nos recuerda la sencillez y la sublimidad de este momento. Meditacin Nos preparamos, preparamos la casa, hacemos una cena especial, nos juntamos con la familia, preparamos nuestro corazn, para celebrarlo. Algunos sienten la Navidad como algo triste porque estn solos. Notan la ausencia de algn ser querido o tienen problemas. Y no nos damos cuenta de que es Jess quien llena nuestra soledad y alegra nuestra vida cuando nos preparamos para recibirlo. Muchas veces en esta sociedad inundada de materialismo convertimos la celebracin de la llegada del Mesas en la fiesta del consumo, transformando los medios para celebrarlo en un fin, nos agobiamos por los adornos, la comida, los regalos... y un montn de cosas absurdas que nos alejan del misterio que rememoramos. Hoy todo tiene que ser alegra, porque llega el nio Jess, porque se cumple la promesa del Padre, porque se renueva el misterio otra vez. Alegra, esperanza, celebracin porque a pesar de todas nuestras debilidades el nio vuelve, y debemos recibirle con corazn de nios para que renueve nuestra vida, para empezar a vivir aqu en su reino, como uno de los suyos, con amor inocente, ilusionado, pleno. Oracin Que la Navidad inunde de alegra y amor nuestros corazones, que los transforme en generosos. Actuar Hoy no dejar que las prisas y el estrs me agobien, y usar la sonrisa como protagonista del da.