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VENGANZA DE AMOR

Lucy Monroe

Ready- Venganza de Amor 7-01-08:venganza de amor.qxp 7/1/08 12:11 Pgina 5

Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicacin, incluido el diseo de lacubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningnmedio, ya sea elctrico, qumico, mecnico, ptico, de grabacin o de fotocopia, sin la autori-zacin escrita de los titulares de los derechos de la propiedad intelectual.

Ttulo original: ReadyTraduccin: Rita Karina Plasencia

2005 Lucy Monroe. Reservados todos los derechos 2008 ViaMagna 2004 S.L. Editorial ViaMagna. Reservados todos los derechos. 2008 por la traduccin Rita Karina Plasencia. Reservados todos los derechos.

Primera edicin: Febrero 2007

ISBN: 978-84-96692-83-1

Depsito Legal: M-1229-2008

Impreso en Espaa / Printed in Spain

Impresin: Brosmac S.L.

[email protected]

Editorial ViaMagnaAvenida Diagonal 640, 6 PlantaBarcelona 08017www.editorialviamagna.comemail: [email protected]


Para mi hermana Diane.Eres una parte muy especial de mi vida,

te quiero muchsimo.

Un agradecimiento especiala mi amigo David Counard, un ex Ranger del Ejrcito

que respondi pacientemente preguntasque para m valen horas de trabajo.

Gracias!


CAPTULO 1

Lise estaba acostumbrada a llevarse por delante pare-des, pero esto de caer en medio del trfico era algo completa-mente distinto.

De modo que, una fraccin de segundo antes delcontacto de sus manos con el cemento fro en un intento pordetener la cada, supo que el brusco empujn entre sus om-platos que la haba derribado de bruces no haba sido fruto desu imaginacin. No ms que el chirrido de los neumticoscuando los coches clavaron los frenos o el alarido agudo deuna mujer detrs de ella.

Se arrodill sobre el pavimento intentando incorpo-rarse, pero sinti que su cuerpo continuaba movindosemientras alguien tiraba de ella hacia el bordillo. Aterriz con-tra un muro de cuerpos.

Debe tener ms cuidado dijo una voz recia y pro-funda.

Una mujer vestida de pies a cabeza de azul y plateado,los colores de los Seahawks1, dijo:

Debe tener cuidado, despus de un partido la aceraest tan atestada como la calzada.

Lise forz sus pulmones a aspirar el glido aire de no-viembre y resoll:

Alguien me empuj. Estuvo a punto de caersenuevamente del bordillo al intentar girar para ver la gente a

91- Los Seahawks de Seattle, equipo de futbol americano. (N. de la T.)


sus espaldas. Alguien me empuj repiti con voz agu-da. Alguno de vosotros ha visto quin fue?

De qu est usted hablando? le pregunt unhombre mayor, con expresin incrdula.

Yo no vi nada dijo una mujer que llevaba una par-ka roja.

Una mujer negra, ya mayor, le dio una palmadita en elhombro al tiempo que le deca:

Creo que usted est equivocada.Probablemente est desorientada apunt quien la

acompaaba.Las voces continuaron, una confusa mezcolanza de so-

nidos en la cabeza de Lise. Pero una cosa s le qued clara. Nadie lo haba visto.Una vez ms.El semforo cambi y una oleada de peatones se aba-

lanz hacia la calzada y rode a Lise.Temblando an por lo que acababa de sucederle, ella

permaneci sin moverse, observando a la masa de gente quepasaba a su lado.

No hubo miradas malvolas dirigidas a ella, ni fue ob-jeto de excesiva atencin por haber estado a punto de ser atro-pellada por un coche. Nada que pudiera indicar quin era l, elhombre que la haba empujado fuera del bordillo.

Sera un hombre? Ni siquiera saba eso y esa igno-rancia era lo que ms la aterraba.

No tena la menor idea de dnde buscar al enemigo nide cmo reconocerlo. Sin embargo, haba credo que estara asalvo en la lluviosa y fra Seattle, a miles de kilmetros de supequeo pueblo natal en Texas.

Se haba equivocado.

***

Con la vista clavada en el correo electrnico annimo,Lise sinti que se le revolva el estmago.

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Era el tercero en tres das. Esto, sumado a las llamadastelefnicas molestas y a la rosa de color rojo sangre que habaencontrado sobre el asiento del conductor en su coche cerradocon llave, bastaba para aterrorizarla.

Seorita Barton, espero que disfrute de sus vacacionesde Accin de Gracias en Canyon Rock. El vuelo desde Por-tland estar atestado de pasajeros. Siempre es as en los dasfestivos, pero la familia siempre debera pasar unida las fies-tas. Seguramente su hermano, su cuada y su nueva sobrinaGenevieve la extraan. Esa preciosa bebe crecer sin que us-ted pueda verla, no conocer a su ta. Est segura de quemudarse tan lejos fue una buena idea?

El mensaje no era completamente annimo. Llevaba unafirma: Nmesis. No era el nombre verdadero del acosador, Liseestaba segura de eso. Era escritora. Saba quin era Nmesis: ladiosa de la venganza. Cuanto ms pasaba el tiempo, ms se con-venca de que quien la acosaba era hombre.

No una diosa, sino un demonio.Sentada ante su escritorio, la sacudi un estremeci-

miento; estaba helada hasta la mdula. Ya haba subido la ca-lefaccin, aunque saba que eso no servira de nada.

El fro que senta era interno.Por qu Nmesis haba nombrado a Genevieve? Aun-

que no era la primera vez que el acosador mencionaba a su fa-milia, nunca antes se haba referido a uno de ellos llamndolopor su nombre.

Acaso este mensaje era una especie de amenaza con-tra su pequea sobrina?

Desech de plano la idea de ir a casa para las vacacionesante la certeza de que el acosador estaba al tanto de sus planesde viaje. No saldra furtivamente de Seattle para conducir treshoras hacia el sur y luego volar desde PDX2. No si l iba a es-tar esperndola al llegar a destino, listo para hacerle quiensabe qu a su familia.

***

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2- Cdigo asignado por la IATA (Asociacin Internacional de Transporte areo) al Aero-puerto Internacional de Portland, el mayor del estado de Oregon. (N. de la T.)


Joshua se detuvo frente a la puerta del piso de Lise.Pese a no haber planeado hacer escala en SeaTac3 du-

rante su viaje a Texas, no haba tenido opcin. El bienestaremocional de su hermana menor dependa de que l pudierahacer entrar en razn a Lise Barton.

Bella se senta muy mal porque Lise haba llamadopara cancelar su visita en Accin de Gracias. Su hermanacrea ser la culpable de que su flamante cuada se hubieramudado a Seattle y se negara a regresar a casa durante los dasde fiesta. Bella haba soltado algunas tonteras acerca de su te-mor de que, a causa de su matrimonio con Jake, el hermano deLise, sta se hubiera sentido desplazada.

Segn su hermana, Lise haba dicho que tena un resfroal que no quera exponer a la bebe. A Bella esto le haba parecidorazonable, pero luego Lise haba dicho que tampoco iba a poderir para Navidad debido a una imprevista fecha lmite.

Bella estaba segura de que la excusa era falsa. Por loque ella saba, Lise planificaba sus fechas de entrega con unao de anticipacin. A l no le constaba que aquello fueracierto, pero esa chica sexy y tmida, autora de excelente fic-cin para mujeres, no dara prioridad a su trabajo sobre unacontecimiento familiar importante. Poda asegurarlo. Anestaba atnito por la mudanza de ella al otro extremo del pas.Estaba demasiado apegada a Jake, a Bella y a la nia comopara que tal traslado tuviera sentido.

Pero cuando a Bella se le haba escapado que Lise habacancelado su viaje despus de enterarse de que l estara tam-bin en el rancho en esos das, Joshua haba descubierto culera el verdadero problema. Lise no quera volver a verlo.

Estaba aqu para resolver ese problema.Golpe la puerta, alegrndose al ver que por lo menos

tena mirilla. Le haba resultado tan sencillo entrar a ese edifi-cio seguro, que senta vergenza ajena por la empresa que ha-ba instalado el sistema de seguridad y por el presunto guar-dia que estaba en el escritorio del vestbulo de entrada.

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3- Suburbio de Seattle que recibi su nombre del Aeropuerto Internacional Seattle-Tacoma,al cual rodea. (N. de la T.)


Oy un fuerte ruido al otro lado de la puerta. Luego,slo silencio. Golpe de nuevo, esta vez con ms fuerza.

No obtuvo respuesta.Grit el nombre de ella, pero desde el interior no lleg

sonido alguno.Se habra cado y lastimado? No siempre estaba del

todo alerta y la haba visto caminar directo a una pared cuan-do sus ojos se nublaban con una mirada especial.

La puerta tembl bajo su puo.Nada todava.Examin las cerraduras. Demasiado sencillas para ser

de verdadera utilidad en mantener fuera a un delincuente. Nolo dud ms.

Abri la puerta ms rpido que si hubiera usado la llave.Una leve rfaga a su izquierda lo puso en guardia al

instante, listo para el combate. Sus reflejos, afinados tras seisaos como Ranger del Ejrcito y una dcada como mercena-rio, no le fallaron. Gir en direccin hacia aquel sonido apaga-do que haba odo, con la mano en alto para detener el golpe.

Intercept el atizador justo antes de que lo golpeara enla cabeza e inmediatamente le hizo a su atacante una llave decabeza. Todo esto antes de advertir que se trataba de Lise.

Apart el atizador de hierro fundido y al hacerla girarpara mirarla de frente el cabello rubio oscuro vol alrededorde la cara de ella.

Qu diablos crees que ests haciendo?Los grandes ojos color avellana le devolvieron esa mi-

rada vidriosa con la que su profesin lo haba familiarizado.La mirada del terror.Jadeaba y le temblaban los brazos, cubiertos por una

sudadera.Qu demonios estaba sucediendo?Por qu no abriste la puerta?Su boca se movi, pero no consigui emitir sonido al-

guno.

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l la sacudi con suavidad.Habla, Lise.Ella parpade y los ojos se le llenaron de lgrimas.Maldicin. La atrajo contra s, rodendola con sus brazos. Realmente la haba asustado al entrar a la fuerza en su

piso. No haba considerado esa posibilidad al forzar la cerra-dura. Tendra que haberlo pensado.

Era una chica de un pequeo pueblo de Texas que aho-ra viva en la gran ciudad.

Obviamente no se haba aclimatado del todo.Su cuerpo temblaba contra el de Joshua, quien se sen-

ta un verdadero canalla.No quise asustarte, pequea.Los dedos de Lise se aferraban a la camisa de l, apre-

tando con tal fuerza la tela que era ms probable perder untrozo de camisa que conseguir que ella lo soltara. Apret lacara contra el pecho de l, como si literalmente lo estuvieraintentando excavar.

Joshua? Fue el primer sonido inteligible que emita en ms de

un minuto.S?Qu ests haciendo aqu?Le dijiste a Bella que no iras a Texas para Accin de

Gracias.Lise se estremeci.No. No voy a ir.No pareca estar resfriada. Su voz, por lo general sua-

ve, sonaba forzada, pero no de un modo que pudiera malin-terpretarse como el resultado de una garganta irritada.

l le frot la espalda.Simplemente le pareci que era lo adecuado en ese

momento.Su respuesta fue relajar casi imperceptiblemente los

dedos que aferraban la camisa. l continu, hablndole en el

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mismo tono de voz que haba usado para calmar al nio quehaba liberado en su ltima misin. Emple palabras simila-res: le dijo que todo estaba bien, que l no permitira que lesucediese nada, que ella iba a estar bien.

Le llev casi ms tiempo del que le haba llevado cal-mar al nio conseguir que ella se relajara lo suficiente comopara apartarse de l. Cuando lo hizo y pudo mirarla a la carapor primera vez, se estremeci. Haba visto nieve con mscolor que su tez, a no ser por las manchas amoratadas debajode los ojos. Le temblaban los labios, contrados en una muecade afliccin.

Lise, t no perteneces a Seattle.Cocmo? Parpade, haciendo un evidente es-

fuerzo por recomponerse y sus labios temblorosos lograronformar unas palabras.

Por qu lo dices?Es bastante obvio para m que no ests adaptndote

al estilo de vida de la ciudad. Recibes una visita inesperada yprcticamente te pones frentica.

Ella sacudi la cabeza y solt una risa profunda. Creme, volver a Texas no ayudar.Por qu no?Mis problemas viajan conmigo.Qu se supone que significa eso?Ella no respondi, pero esta vez l no aguard una res-

puesta. La empuj con suavidad hacia el dormitorio.Puedes contrmelo en el avin. Ve a buscar tus co-

sas. Tenemos un vuelo a las ocho en punto.No. Ella se zaf de la mano que la guiaba, se detuvo y rode

su propio cuerpo con los brazos, cubriendo el logotipo de losDallas Cowboys4 que tena su sudadera.

No puedo ir, Joshua. Tena un acento sureo muy marcado y su voz estaba

al borde mismo de la histeria.

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4- Equipo profesional de ftbol americano con sede en el rea metropolitana de Dallas/FortWorth, al norte de Texas.


Por qu no?Ella trag saliva y desvi la mirada, con el cuerpo rgi-

do por la tensin.Tengo miedo.De qu?No quiero que mi familia salga lastimada por mi

causa. Su mirada era a un tiempo suplicante y salvaje. Sivoy a Texas ahora podra ponerlos en peligro a todos, inclusoa la pequea Genevieve.

l reprimi una palabrota.Explcate.Alguien me est acosando.

***

Lise flexionaba los dedos, sintiendo que la tensin detodo su cuerpo se concentraba all.

Ante el anuncio, la reaccin de Joshua haba sido un si-lencio absoluto. Permaneci all de pie, como una formidablesombra oscura en el pasillo, intentando escrutarle el alma consus ojos castaos. Su inmovilidad era tan completa como susilencio, lo cual desconcertaba a Lise; pero al menos no le dijoque estaba loca o imaginando cosas.

Sabes quin es la persona que est acosndote?pregunt finalmente.

No.Por qu crees que te estn acosando?No es slo que lo crea, lo s. Pese a la sencillez de

las preguntas, a su cerebro le costaba elaborar respuestas en elestado de estrs en que se hallaba en ese momento. He reci-bido correos electrnicos annimos que hacen que resulte ob-vio que me estn vigilando.

Intentaste rastrear los mensajes?S. Hizo una pausa para recobrar el hilo de la con-

versacin. No dio resultado.

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Eso es lo nico que ha sucedido hasta ahora?Es suficiente.No era una respuesta completa, pero no estaba dis-

puesta a contarle ms en ese momento.S, es suficiente dijo l, sorprendindola.El hecho de que Joshua le hubiera credo, cuando nadie

ms lo haba hecho (ni el sheriff de su ciudad, ni la polica deSeattle) estaba empezando a penetrar en su mente cuando lhabl de nuevo.

Puedes contarme en el avin el resto de lo que te tie-ne tan asustada. No hay forma de que crea que ests as dedescontrolada por algunos mensajes.

No haba tiempo para explicaciones. Tena que sacarlode all y luego marcharse ella. No saba dnde ira, pero no ibaa sentarse a esperar que Nmesis se presentara en el umbralde su casa como lo haba hecho Joshua.

Lo cogi del brazo y comenz a empujarlo hacia lapuerta.

Gracias por venir. Dile a Jake y a Bella que los amo.Sus frases brotaban entrecortadamente y no estaba del

todo segura de qu estaba diciendo, ni tampoco tena impor-tancia, mientras fuera algo que lo hiciera marcharse.

l se detuvo delante de la puerta y no se movi. No me voy a ninguna parte, Lise.Por supuesto que s, te vas a Texas.No sin ti dijo, apoyndole sobre los hombros sus

manos, cuya tibieza y fuerza la hicieron sentir segura; perosa era una ilusin que ella no poda permitirse. Yo cuidarde nuestra familia. No permitir que nadie les haga dao, aellos o a ti.

En cualquier otra circunstancia, ella le hubiera credo,pero ahora el enemigo desconocido corra con ventaja. En el ins-tante en que abordaran un vuelo comercial, Nmesis sabradnde estaba ella. l poda adelantrseles a llegar a Texas o bienseguirlos. Cualquiera de las dos cosas implicaba un riesgo dema-siado grande para Jake, Bella y la pequea Genevieve.

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Ni siquiera t puedes detener el disparo de un fran-cotirador o evitar que le corten los frenos a un coche o

Me ests diciendo que te han sucedido todas esascosas? pregunt, interrumpiendo la letana de miedos quehaban atormentado su mente consciente e inconsciente du-rante das.

Podran sucederme y si ocurren no quiero que mifamilia est por all.

La mente de Lise estaba otra vez dividida entre intentardeterminar cul era la mejor ruta de escape para no alertar a sutorturador oculto y pensar en algo para sacar de all a Joshua.

Ella abri bruscamente la puerta. Llamar a Bella para tranquilizarla, vale? Lo hara tan pronto se detuviera en un lugar con te-

lfono.En ese preciso momento todo lo que quera hacer era

subir a su coche y conducir sin detenerse jams, dejando atrsesa vida que ya no era capaz de controlar.

Sin decir palabra, Joshua se limit a empujar la puertacon el taln volviendo a cerrarla. Su mirada color caf no sehaba despegado ni por un instante de la de Lise. Reclinndo-se contra la puerta, se cruz de brazos y aguard, en una acti-tud que deca a las claras que esperara eternamente si fueranecesario pero que se saldra con la suya.

Algo se quebr dentro de Lise.Vale. Poda quedarse esperando all hasta que las ra-

nas criaran pelo, pero ella ira a preparar su maleta. Se mar-chara. No con Joshua ni a Texas, donde pondra en peligro asu familia, pero se ira. Gir sobre sus talones y se dirigiapresuradamente a su cuarto, sus pensamientos fragmenta-dos ocupados por el confuso revoltijo de cosas que necesitaballevarse consigo.

Estaba arrojando su ropa de cualquier modo dentro deun bolso de viaje, cuando la asust un pitido y la pila de ropainterior que traa en brazos cay al suelo.

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Se qued mirando fijamente el revoltijo de algodnmulticolor durante varios segundos, antes de advertir que elpitido era el sonido del telfono.

Levant de su base el auricular del telfono inalmbrico.Diga?Lise, tu visitante se fue sin llevarte con l.Su corazn, que ya lata como enloquecido, se le subi

a la garganta al or esa voz digitalizada que a estas alturas co-noca demasiado bien.

Quin habla?Deberas haberte marchado con l. Se supone que la

familia debe pasar junta las fiestas.Por qu me hace esto? grit, sintiendo esfumar-

se el poco control que le quedaba.Ojo por ojo, Lise.De qu est hablando? Nada de esto tena senti-

do. Su vida no tena sentido. No s que quiere usted de m!Un brazo fuerte le rode los hombros y lanz un alari-

do antes de advertir que era Joshua.Se te oye alterada se mof la voz inhumana.Los labios de Joshua se acercaron a su oreja.Es l?Ella asinti, moviendo la cabeza tan violentamente que

le doli el cuello, pero de su garganta no sali sonido alguno.Entonces supongo que para el Da de Accin de Gra-

cias slo estaremos t y yo, juntos en nuestras desoladas sole-dades. Yo tampoco puedo pasarlo en familia.

Un clic marc el fin de la llamada.Sinti un suave golpecito en la mejilla.Lise. Era la voz de Joshua. l estaba ah. No estaba sola.Cunto tiempo haba estado de pie, paralizada por el

miedo? No tena idea.El telfono dijo con la voz ronca que brot de una

garganta inexplicablemente seca. Qu dijo?

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Algo sobre pasar Accin de Gracias juntos. Losojos se le llenaron de estpidas lgrimas de debilidad. Pen-s que te habas marchado y se burl de m por estar sola.

Al orla Joshua entrecerr los ojos. Tenemos que sacarte de aqu.Ella lo mir, sin comprender bien lo que deca. Es que

segua machacando con eso de llevrsela a Texas?Guarda algo de ropa. Nos vamos.Ningn problema. Poda dejar que Joshua la sacara del

piso y luego desaparecer.Vale.Iremos a un hotel dijo l, sin que ella se lo pre-

guntara.Eso sonaba tan bien... Las lgrimas que le quemaban

los ojos se derramaron. S. A un hotel. Lejos de aqu.l no respondi. Simplemente recogi del suelo la pila

de bragas de algodn y las lanz dentro del bolso de viaje. Qu ms necesitas?Yo lo har. El incontenible alivio de marcharse de all le dio fuer-

zas a su mente para afrontar el problema de preparar su equi-paje. En menos de cinco minutos estaba lista.

l mir el pequeo bolso de viaje de cuero color burde-os y luego a ella.

Vmonos.

***

Nmesis arroj violentamente su dispositivo de audio,frotndose los ojos enrojecidos y nublados por la falta de sueo.

No haba previsto que ella abandonara el piso. Se su-pona que no deba marcharse de all.

No tolerara interferencia alguna en sus planes.Lo invadi la furia, como un nudo en su estmago, y el

deseo de atacar lo abrum mientras se volva para descargar

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un puetazo contra la pared junto a su ordenador, imaginan-do el rostro de Lise Barton en ese preciso lugar.

El dolor le subi por el brazo, llenndole el estmagode bilis.

Apret la mano magullada contra su pecho agitado yse oblig a pensar. Era difcil. Sus pensamientos se fragmen-taban, persiguiendo recuerdos que no poda evocar.

Se haba marchado del piso pero no se atrevera a ir aTexas a pasar Accin de Gracias. No mientras pensara que lla perseguira.

Ella quera proteger a su familia.Sus labios se torcieron en una mueca cnica. Seguro.

Lo ms probable era que ella deseara pasar estos das de vaca-ciones escribiendo sus insidiosos libros. Como fuera, no seira lejos. Tena que volver a su piso y cuando lo hiciera, l es-tara esperndola vigilndola, como siempre.

No, el que se hubiera ido con ese hombre no malogra-ba sus planes. l haba hablado de pasar la noche en un hotel.Nmesis se las arreglara para encontrarlos. Era muy buenopara rastrear informacin con el ordenador, aunque esa des-treza no le hubiera servido para conservar su empleo despusde lo que Lise Barton les haba hecho a l y a su familia.

Con un ademn brusco apart un bocadillo a mediocomer que se haba secado y endurecido mientras l escu-chaba la discusin entre el hombre y esa arpa rompehoga-res. Sac el archivador de debajo del bocadillo mordisquea-do, abri el sobre de papel manila y comenz a repasar lalista de personas con las que esta mujer mantena contactofrecuente.

Haba llamado Joshua al hombre, pero en la lista no fi-guraba nadie con ese nombre.

Nmesis se senta carcomido por la frustracin.No poda rastrear al hombre sin saber su apellido. Ten-

dra que investigar ms antes de poder empezar a husmear enlos registros de las tarjetas de crdito para encontrarlos.

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Y cuando lo lograra, quizs su venganza tambin seabatiera sobre se que se atreva a ponerse del lado de la arpa.

***

A Joshua le llev treinta minutos de maniobras evasi-vas el convencerse de que nadie los segua.

Durante ese tiempo no dijo una palabra y tampoco lohizo Lise, pero su lado del coche an emanaba tensin. Unavez que hubo tomado la carretera I-5 norte, encendi la radio,y dej que una suave msica clsica llenara el coche.

Qu hermosa msica. Eran las primeras palabras que pronunciaba Lise desde

que haban salido del piso y las dijo en un tono de voz casinormal.

La msica calma los nervios.Ella lanz una risa breve y sin humor.Supongo que debo parecerte muy estresada.Un poco dijo l secamente.Ella se rode el cuerpo con los brazos como si tuviese

fro, aunque la calefaccin mantena clido el interior del co-che pese a la baja temperatura exterior.

A decir verdad, me siento estresada.Hace cunto tiempo que este hombre est aco-

sndote?Recib el primer correo hace seis meses. Se quit los guantes, confirmando que no tena fro,

sino que estaba alterada. No s cunto tiempo habr estado vigilndome N-

mesis antes de eso.Y qu deca?Que no debera comprar tanta comida basura. Yo

acababa de ir a la tienda por unos chocolates. El trabajo queestaba haciendo me daba ataques de hambre y no tena ganasde cocinar, as que compraba mucha comida fcil de preparary tentempis

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En su voz suave resonaba una dolorida vulnerabilidad. Parece que te vigilaba muy de cerca.Ella se estremeci.S.Qu hiciste al recibir el email?Lo borr, como hago con todo el correo basura. Me

pareci raro, pero nunca pens que fuera el principio de algosiniestro. No deca nada sobre por qu me escriba.

Ahora su voz sonaba calmada y sin emocin, en mar-cado contraste con la casi histeria que haba mostrado antes.

Nunca lo dice... ni en sus correos, ni en sus llama-das. Slo se asegura de que yo sepa que me est vigilando.

Cundo te diste cuenta de que se trataba de un pro-blema grave?

Cuando me llam. Entonces s que me asust. Ha-blaba a travs de un digitalizador computarizado y era real-mente espeluznante, sabes?

Hablaste con el sheriff?No en aquel momento suspir ella. Todava

crea que era capaz de manejarlo sola. No me haba amenaza-do, ni nada por el estilo.

Qu sucedi para hacerte cambiar de opinin?Cmo sabes que cambi de opinin? pregunt

ella, curiosa.No te habras mudado lejos de tu familia y de tu casa

si hubieras visto otra solucin viable. Por lo tanto, me imagi-no que acudiste a las autoridades, pero no pudieron hacernada por ti.

Fue ms bien un tema de no querer que de no poderhacer algo por m. Pero s, tienes razn, sucedi algo que mehizo dar cuenta de que no estaba segura.

Qu pas?l se meti en mi piso. Un da llegu a casa despus de

visitar a Bella en el rancho y encontr las suficientes alteracio-nes en las cosas que haba sobre el escritorio de mi ordenadorcomo para darme cuenta de que alguien haba estado all.

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Qu dijo el sheriff cuando denunciaste esto? Pens que yo estaba buscando publicidad, que era

todo un invento para atraer la atencin de los medios.Y por qu diablos se le ocurrira semejante estu-

pidez?Cuando l estuvo trabajando para la polica de

Houston, una mujer hizo exactamente eso. Era instructora dedefensa personal y la publicidad gratuita le consigui unagran cantidad de clientes, supongo.

Se neg a tomarte en serio porque una vez habasido engaado por una denuncia falsa?

Joshua no poda creerlo.Aquella vez se haban malgastado muchos recursos

humanos y los detectives involucrados en el caso haban que-dado como unos idiotas, amn de realmente hartos de todoese asunto del acosador. El sheriff termin dejando su empleoy mudndose a Canyon Rock. Quera una evidencia concretade que me estaban acosando antes de abrir una investigaciny yo no poda proporcionrsela.

Imbcil. Yo pens lo mismo en ese momento, pero tengo que

reconocer que no insist demasiado. No quera que Jake se en-terara y las cosas se saben rpido en una ciudad pequea. Asque me fui a casa e hice cambiar las cerraduras, pero Nmesisse las arregl para entrar otra vez.

Lo denunciaste?S, pero esta vez el sheriff fue realmente agresivo.

Me dijo que no tena los recursos humanos necesarios paramantener vigilado mi piso y que yo todava no tena evidenciaconcreta. Despus de todo, no se haba llevado nada.

Desgraciado.Ella se encogi de hombros.Entonces te mudaste al otro extremo del pas para

escapar del acosador.Haba investigado algo sobre el tema y ledo acerca

de varios casos en los que el acosador haba hecho dao a la fa-

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milia o a los seres queridos de su vctima. Eso me perturb.Se retorci las manos y desvi la cara mirando por la venta-nilla de su lado. Empec a tener pesadillas. Luego, en unade las llamadas, Nmesis mencion que me haba visto con micuada y mi sobrinita. Fue entonces cuando decid mudarme.

l entenda el porqu de la decisin, pero desgraciada-mente no haba sido la eleccin ms inteligente. El marcharsedel pequeo pueblo en el que todo el mundo la conoca habaaumentado su vulnerabilidad ante el acosador.


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