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Quiz mis memorias sean algo efmeras en este instante pero en

algn sitio debo mantenerlas y en el pequeo espacio que existe en mi

cabeza no hay ms cupo para ellas, no siento siquiera que sea el

momento adecuado para comenzar pero el tiempo se ha encargado de

modificar y deteriorar mis recuerdos a un punto en que no puedo siquiera

estar seguro de que me pertenezcan; en fin, quise comenzar esta historia

haciendo esta aclaracin por si acaso perdiese el hilo de la misma.

Recuerdo esa tarde cuando le vi por primera vez, escondida entre las

hojas marrones de aquel roble, postrada sin movimiento alguno en una

rama como si fuera tan solo una extensin de esta, su porte tan elegante,sus ojos tan obscuros como la noche misma y su calma tan

impenetrable, tan inalcanzable, observando al mundo desde lo alto como

haciendo burla de la desgracia de aquellos infortunados obligados a

andar sobre el camino. Aquella majestuosa ave que segua con su mirada

cada uno de mis pasos y me mostraba desprecio al momento que

pausaba mi camino para admirarla, fueron varios los das que detuve micamino de regreso a casa intentando comprender si era posible para el

hombre alcanzar tal quietud.

Fue hasta un par de semanas despus que note algo extrao en esta

ave, sus ojos comenzaban a perder ese brillo tan magnifico, se poda

observar la perdida de tono en su plumaje tan perfecto y su respiracin

cada vez ms leve, como poda yo haber sido tan torpe, me habaconcentrado tanto en captar toda la belleza de esta ave que no me

percate del dao que tena y del porque tras el paso de los das ella

segua estando en el mismo lugar, tan inerte como siempre. Decid

entonces escalar a lo alto de ese roble e intentar bajar al ave, siendo lo

ms cauteloso que me era posible, pero casi al punto de alcanzarla

postre mi mano sobre la rama que se encontraba al lado de donde estabael ave y al intentar levantar mi peso en ella se parti emitiendo un sonido

tan fuerte similar al crujido de una castaa, lo cual hizo que el ave

extendiera por completo sus alas como advirtindome que no me

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acercara, pero era este un espectculo tan impresionante que por un

momento me sent fuera de mi ser, completamente asombrado por la

belleza de la cual presuma este animal. Tras un momento de

permanecer merluzo ante lo que admiraban mis ojos, pude percatarme de

pequeas manchas de sangre en su plumaje y de una cuerda a medio

roer alrededor de su pata izquierda de la cual perteneca la sangre en el

plumaje pues existan pequeas mordeduras producto del intento por

zafarse de la cuerda que le rodeaba, fue hasta que cerro sus alas cuando

decid tomar el ave en mis manos y al contrario de lo que imagine, no

opuso resistencia alguna.

Al bajar del rbol, apenas tocando el suelo, corr hacia mi hogar y al

estar en l, sub al tico con el ave en brazos y la postre suavemente

sobre una de las vigas sobresalientes, baje por una tina con agua clida y

al volver busque entre las cajas empolvadas que ah se encontraban un

trozo de tela y al encontrarle lo humedec un poco limpie la herida del

ave, corte la cuerda por completo y envolv sobre su pata el trozo de telahmedo.

Regrese de nuevo a la primera planta en busca de comida para mi

nueva compaera, y no encontr ms que una mazorca a medio comer,

sub entontes con un poco ms de agua y la mazorca en las manos y las

coloque al alcance de mi nueva ave compaera, esta inclino su cabeza

para beber un poco de agua pero no toco siquiera la mazorca de mazque le haba acercado mas no me preocupe en el momento pues al

beber, el ave encogi su cuerpo y se ech a dormir y con esto decid

hacer lo mismo, asegure la ventana del tico y baje hacia mi habitacin

con una sonrisa en mi rostro y la satisfaccin de haber ayudado a un

pobre animal aunque con la preocupacin de que esta no hubiera tocado

siquiera la comida que le haba llevado.

Al da siguiente sal hacia el estudio de trabajo temprano por la

maana como sola hacerlo a diario, aunque esta vez no se cruzaban por

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mi mente los miles de problemas con los que tena que vivir. El lugar se

encontraba cerca de mi casa, tan solo deba cruzar por entre la plaza

principal, y tras la biblioteca casi oculta, entre un par de matorrales se

encontraba mi lugar de trabajo. Al llegar al estudio encontr mis cosas en

la acera y mi llave no entraba ms en la cerradura, al observar por la

ventana me di cuenta que haba un papel pegado en ella, en el cual poda

leerse lo siguienteO al menos lo que recuerdo que deca--.

Querido Damian:

Te pido una disculpa por el desalojo tan repentino y sin aviso, tus

pagos se encontraban atrasados por hace ya un par de meses y mi padre

al darse cuenta decidi echarte y buscar a alguien ms que ocupe el

lugar.

--V

Tome mis cosas, las cuales no eran ms que una pequea lmpara,

lapiceros y un par de libros dentro de una caja de zapatos, y me

encamine de nuevo a casa, pero antes decid visitar la biblioteca para leer

un poco sobre el ave que se encontraba en mi tico.

Seleccione un par de libros de zoologa y un tercero de ornitologa,

me dedique a buscar entre las pginas la imagen de esta ave hasta

encontrar alguna lo ms parecida y no me tomo mucho tiempo, observeentonces el nombre el cual era Lechuza de campanario un ave rapaz

cuya alimentacin se basaba en ratones, insectos y aves ms pequeas

segn mencionaba la descripcin contenida en el libro. Coloque de nuevo

los libros en su lugar y regrese al estudio donde record haber

encontrado alguna vez un pequeo ratn, vaci la caja de zapatos y pase

horas buscando en los alrededores pero no tuve suerte, escucheentonces un silbido leve, muy tenue y lo segu despacio hasta llegar a

uno de los matorrales y entre la maleza encontr un nido, en el, un par de

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aves quienes haban roto recin el cascaron, las coloque de inmediato

dentro de la caja, tome mis pertenencias y corr de nuevo a casa.

Llegue a casa ms agitado que de costumbre aunque no le di mucha

importancia, sub velozmente hacia donde se encontraba mi majestuosaamiga y al verla pude sentir de nuevo esa calma, esa serenidad extrema

que podra ser envidiada por el monje ms devoto.

--Ven aqu Venusdije mientras le mostraba el contenido de la caja

que portaba en mis manos. El ave vol hacia a m con la poca fuerza que

podan ejercer sus alas y en un veloz movimiento arrebato de mis manos

las pequeas e indefensas avecillas. Fue tal mi impresin que la caja

cayo de mis torpes manos y cerr los ojos como por instinto, y al abrirlos

pude divisar sobre la viga como Venus sostena entre sus garras a la

pobre ave quien emita un chillido tan molesto que se desvaneca

conforme Venus cerraba su garra, se escuch un pequeo crujido y el

chillido molesto ceso por completo y de un bocado desapareci el ave en

sus garras.

Tarde en reaccionar pues me era imposible comprender como un

animal tan bello, tan perfecto poda poseer tanta crueldad y el hecho de

que al ver esto corra por m una sensacin de asombro y satisfaccin tan

grande me atemorizaba un poco. Di un paso hace adelante y escuche de

nuevo el crujido pero esta vez provena debajo de m, alce mi bota pararevisar y bajo ella se encontraba la otra pequea avecilla quien debi

haber cado cuando solt la caja, pens en levantarla y acerca a Venus

para que se alimentara de ella, pero me fue imposible, el ave estaba tan

maltrecha ya y el hecho de que no podra verla morir en manos de Venus

me pareci un desperdicio, tome el pequeo cuerpo destrozado del ave

en mis manos y camine hacia a la cocina, arroje el ave a la basura, recog

del suelo mis libros que haba lanzado al llegar a casa, y al no saber que

ms hacer en el da decid tomar una siesta.

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Despert horas despus, y la obscuridad se poda observar tras mi

ventana mas no estaba seguro si el sol se haba ocultado o estaba por

salir. Levante la mirada y sobre el reposo de mi cama pude observar a

Venus y a sus enormes ojos observndome tan framente de la misma

manera en la que observo a su pequea presa mientras la asesinaba.

--Qu ests haciendo aqu?pregunte esperando respuesta de

Venus, al no ver reaccin alguna sal de la cama y repet mi pregunta

agitando mis manos, me di cuenta entonces que no era yo a quien

observaba, sino un pequeo ratn que se encontraba al otro lado de mi

cama. Espere paciente a que Venus se arrojara a atraparlo pero parecaque ella tan solo se dedicaba a observarlo, en mi torpeza encend la luz

para observar mejor y esto hizo que el ratn escapase de nuevo a su

escondite. Venus giro su cabeza hacia a m y sent en su mirada el

desprecio de antes. Pudiste atraparlo y no lo hicistele dije,-- preferiste

tan solo observarlo escapar, as que deja de verme de esa manera y

regresa al tico.

Venus vol entonces hacia la puerta y regreso a la viga en la que sola

reposar, cerr entonces la puerta del tico pensando en lo tonto que fui al

dejarla abierta, aunque realmente no recordaba si lo haba hecho o no.