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MODELO EDUCATIVO UMCE.
VERSION EQUIPO REDACTOR
DICIEMBRE 2015.
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ÍNDICE
PRESENTACIÓN 3
INTRODUCCIÓN 5
MARCO CONCEPTUAL
PRINCIPIOS ORIENTADORES O FUNDANTES DEL MODELO EDUCATIVO UMCE 8
MODELO EDUCATIVO 12
ÁMBITOS DE FORMACIÓN 15
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PRESENTACIÓN
Las Universidades públicas de hoy y a futuro se ven desafiadas a responder a las
políticas y requerimientos propios de escenarios cada vez más complejos, con bases
ideológicas y pedagógicas en tensión, expresadas hoy en Chile, en una profunda
inequidad y brecha socioeconómica, que mantiene a estudiantes y profesores
movilizados por transformaciones de fondo respecto de la calidad y equidad educativa.
Este contexto, obliga a producir y explicar nuevos planteamientos y propuestas
formativas innovadoras, definiendo desde perspectivas socio-constructivistas los
sustentos epistémicos transformadores necesarios, los principios y valores para la
formación de profesionales, de un país inscrito en el mundo globalizado y plural en
desarrollo.
La Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación, en tanto que entidad
pública, debe responder a las demandas de nuestra sociedad con un Modelo Educativo
que impacte en la formación de futuros profesionales. Son ellos quienes aportarán al
país con su mirada crítica, humanista y con un quehacer transformador e innovador.
La existencia del altos niveles de inequidad socio-económica así como los complejos
escenarios de las demandas sociales, referidas en particular, al ámbito de la Educación;
compromete a la UMCE a responder al desafío de transformaciones profundas en la
formación de profesionales.
El Modelo Educativo recoge los nuevos desafíos, que trazados de modo plural y
democrático, en una perspectiva socio constructivista encuentra los fundamentos
epistémicos que permiten generar un Modelo Educativo consistente y coherente a los
nuevos contextos en los cuales se desempeñarán los profesionales del futuro.
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INTRODUCCIÓN
Durante las últimas décadas, uno de los principales ejes de la discusión en Chile se ha
centrado en la calidad y la equidad de la educación, generando un escenario social,
cada vez más complejo. Las profundas inequidades fundadas en las enormes brechas
socioeconómicas; obliga a proponer alternativas innovadoras para la formación de los
profesionales, que desarrollarán sus actividades en las próximas décadas.
Las Universidades públicas, se ven desafiadas a responder a las transformaciones
sociales y a su vez garantizar la calidad de su tarea formadora. En esta tarea, el
fortalecimiento de la investigación y la experimentación en los campos pertinentes
permite alcanzar los más altos niveles, así asegurar una educación inclusiva para
contribuir a disminuir la desigualdad y generar conocimiento.
La UMCE, como heredera de la mayor tradición en formación de profesores de nuestro
país, asume en el presente Modelo, tanto la identificación de los fundamentos
epistémicos y principios propuestos, así como el nuevo rediseño curricular de enfoque
transformativo, definido desde una mirada sistémica y socio/constructiva. Este
enfoque permite proyectar una formación profesional, situada en contextos reales,
que se adecua y da cabida a las necesidades cambiantes de los complejos escenarios,
que enfrenta la sociedad y la educación el día de hoy.
Este Modelo Educativo representa una visión de conjunto, desde el sentido de un
proceso formativo que requiere ser coherente, en cuanto a mostrar una lógica que
articula propósitos con experiencias de un sujeto que se compromete como
protagonista para alcanzarlos. Logra la consistencia, en cuanto dialoga con los
contextos reales en el cual el proceso formativo tiene lugar, y de igual forma, con las
situaciones propias del sistema educativo donde al egresado le corresponderá actuar.
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MARCO CONCEPTUAL
1.1 Misión y propósito de la UMCE
La Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación es una institución estatal y
pública, cuya misión consiste en servir a los propósitos de la educación, en todas sus
manifestaciones, atendiendo, especialmente, la formación profesional docente - inicial
y continua - para todos los niveles, sectores y modalidades del sistema educacional
chileno. Incluye, además, la relación entre educación y salud; sin perjuicio de otras
opciones que le demande la sociedad. Asimismo, la UMCE declara su compromiso de
permanente búsqueda de la calidad para el cumplimiento de su tarea universitaria, la
que se materializa en el ejercicio de una docencia pertinente, inclusiva, innovadora y
actualizada, que se nutre con la investigación científica que le es propia, desde la
constante y dinámica interacción con el medio social, cultural y natural.
1.2 Elementos epistemológicos del Modelo Educativo
La formación docente demanda de las instituciones superiores el realizar opciones
ideológicas que se relacionan con la concepción de sociedad y de ser humano que
éstas defienden, las que se constituirán en fundamentos que orientarán las decisiones
curriculares que se tomen al momento de la formación. (Perrenoud, 2009).
Partiendo de esta premisa, la UMCE explicita los fundamentos que orientan su
proyecto formativo en un contexto definido como complejo y dinámico, en el cual se
cruzan las urgencias sociales y las necesidades de una formación profesional que
recoja y trascienda aquellos requerimientos.
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Fundamentos filosóficos:
El Modelo educativo de la UMCE dialoga con la experiencia como criterio objetivo para
la construcción de conocimiento. A partir de esta premisa, dicho Modelo puede
eventualmente ser modificado, corregido o alimentado de acuerdo al dinamismo de
los procesos de implementación.
Este modelo educativo valida la obtención del conocimiento científico en factores
sociales, psicológicos y de gestión orientados a formar a un profesional, sobre la base
de disponer de conocimientos, habilidades y destrezas que permitan aprendizajes a
partir del análisis de la propia práctica; innovando, investigando y experimentado a
partir de la reflexividad de las propias experiencias de vida y de socialización durante
su período de formación inicial.
Fundamentos sociológicos:
El Modelo educativo de la UMCE en su quehacer educativo, se sustenta en la
concepción de persona cuyas características y potencialidades le permitan construirse
como un ser humano consciente, inclusivo, trascendente, creativo e innovador
desarrollándose en todas sus dimensiones. La formación humana y valórica que
promueve la UMCE, sitúa al sujeto como un ser humano en constante construcción,
comprometido con una sociedad democrática y la valoración a los derechos humanos,
reflexivo-crítico, conscientes de su responsabilidad social como agente transformador
de su contexto.
La necesidad de formar en la reflexión crítica se considera como un proceso
fundamental en la formación, para ello es necesario precisar que esta característica del
ser humano, está fundada sobre la larga trayectoria filosófica de “lo racional”. En este
sentido, la reflexión no adopta cualquier forma, sino los principios de la lógica y la
racionalidad, entendidas de manera integral como una capacidad constitutiva del ser
humano. La racionalidad crítica se ejerce, por tanto, sin negarse a la argumentación y
el debate, que permiten la reflexión intersubjetiva, con la participación de otros. 6
Otra característica no menos importante de la racionalidad es que dialoga con una
realidad que se le resiste y que no se devela completamente. Ella opera en un ir y venir
incesante entre la instancia lógica y la instancia empírica; es el fruto del debate
argumentado de las ideas y no la propiedad de un sistema de ideas (Moran, 2002).
1.3 La Formación en contexto, compromiso con la sociedad y educación
permanente.
Los nuevos desafíos educativos, requieren estar en permanente contacto con la
sociedad, y, sus demandas sobre la formación de profesionales para construcción de
un país democrático, justo y solidario. En este sentido, el modelo de formación UMCE
es concebido como un modelo procesual cuyo punto de iniciación temprana a la vida
universitaria, la formación inicial, y, finalmente en la formación continua y postgradual
atienden a formar profesionales, para preparase en un contexto dinámico, y, en el
cual; el proceso educativo debe dar cuenta de los requerimientos para desempeñarse
en contexto complejos.
En los diversos ámbitos de formación, se busca formar a un profesional situado en el
contexto, donde se relevan las alianzas con otras instituciones que permitan construir
una mirada universal, amplia y diversa de acuerdo a las necesidades educativas del
país.
En el marco de una educación permanente, y a lo largo de la vida, desde la perspectiva
de la Formación Continua y postgradual; se contempla una aproximación al ámbito
educativo y el compromiso con la detección temprana de talentos. Asimismo, la
obtención del Título Profesional y el Grado de Licenciado le ofrecen la posibilidad la
oportunidad al estudiante de continuar sus estudios en Programas de Magister y
Doctorado.
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1.4 Contexto educativo y foco del proceso educativo.
La UMCE como institución formadora de profesionales, que se desenvolverán en el
área de la educación, ubica como eje central al estudiante, orientando todo el
quehacer de la Comunidad Académica, hacia la potenciación de sus capacidades e
intereses para su futuro desempeño profesional transformador, y, en el caso de los
profesores, a la transformación de la educación pública.
Respondiendo de esta forma al sello institucional y su compromiso con el ámbito
público, así como “atender a todas las manifestaciones de la educación -tanto inicial y
continua- para todos los niveles, sectores y modalidades del sistema educacional
chileno” (UMCE, 2012). Lo anterior, ubica a la UMCE en el desafío de formar desde
planteamientos pertinentes, inclusivos y contextualizados al siglo XXI incluyendo la
relación entre educación y salud, sin perjuicio de otras demandas que requiera la
sociedad actual.
El eje articulador de las experiencias formativas está centrado en el aprendizaje, las
que dotan de racionalidad y sentido a las prácticas, en las que participan los futuros
profesionales, para que alcancen el perfil de egreso necesario para desarrollar su rol
profesional. Para ello, la flexibilidad de las diversas propuestas formativas, permiten,
construir diferentes trayectorias, para vivir el proceso formativo de un profesional de
nivel universitario en espacios formales y no formales.
El concepto de experiencia de aprendizaje, hace referencia genérica al proceso interno
que experimenta un sujeto para aprender. Dicho proceso, se ilustra como una
dinámica de estructuración, des-estructuración y re- estructuración de los marcos de
referencia que le permiten a un sujeto percibir la realidad, pensar, sentir y actuar. Para
ello, la UMCE dialoga con situaciones de la realidad, en la cual el proceso formativo
tiene lugar con situaciones propias del sistema donde al egresado le corresponderá
actuar. En este sentido, se requiere ser congruente en cuanto a la progresión del
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proceso formativo durante el período de permanencia del estudiante en el ámbito
universitario y el acompañamiento permanente de estos; a través de procesos de
seguimiento y monitoreo del desarrollo de sus potencialidades.
PRINCIPIOS ORIENTADORES DEL MODELO EDUCATIVO UMCE
“situaciones complejas, es decir, allí donde en un mismo espacio y tiempo no solo hay orden, sino
también desorden; allí donde no solo hay determinismo sino también azar; allí donde emerge la
incertidumbre, es necesaria la actitud estratégica del sujeto frente a la ignorancia, el desconcierto, la
perplejidad y la lucidez” (Morín, 2005: 14).
Se construye el Modelo Educativo a partir de seis principios orientadores, que
promueven el desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje de experiencias formativas
de los futuros profesionales:
Transformacional: entendido como la propuesta desde una mirada epistémica
socio crítica de la formación. Los elementos transformacionales impulsan a la
UMCE ante los desafíos del siglo XXI y habilita con herramientas propias para
actuar y proponer desde la complejidad y la diversidad. 9
Integralidad: entendida como unidad de sentido, construida desde la base de
una visión global y sistémica de la enseñanza y el aprendizaje.
Flexibilidad: entendida como una propiedad que permite adecuarse y dar
cabida a las necesidades diversas interpretaciones y acciones, tomando en
cuenta la singularidad de los contextos.
Reflexividad: entendida desde la complejidad desde pensar crítico sobre la
praxis, como se interpreta y transforma la realidad.
Proyectividad: entendida desde una perspectiva transformadora para avanzar
hacia una renovación e innovación de la educación, atendiendo a mejorar la
calidad, la inclusión y equidad social.
Plasticidad: entendida como una propiedad que permite perfeccionar el
modelo de acuerdo a contextos reales, diversos y dinámicos promoviendo la
mejora continua de las propuestas formativas.
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MODELO EDUCATIVO UMCE
Un Modelo educativo es entendido como: “Un conjunto integrado de componentes
estratégicos relacionados orgánicamente para facilitar el aprendizaje” (Corvalán &
Tardiff, 2014). En este sentido, el Modelo Educativo UMCE, se diferencia por sus
ámbitos de experiencias formativas que contempla para que los estudiantes
construyan aprendizajes integrados, contextuales y transformadores.
El Modelo Educativo de la UMCE centra su foco en el ámbito de formación en la
reflexión de la propia práctica; centrando el proceso educativo para vivenciar ejercicios
de transferencia de lo aprendido con otras personas, asumiendo roles de profesor-
estudiante, y, otorgando la oportunidad de aprender a aprender sobre la base del
análisis de su propia práctica. Para ello, el vínculo con el sistema (escolar o de salud)
implica, establecer una relación bidireccional de colaboración mutua entre la
Universidad y el sistema; creando comunidades de aprendizaje profesional,
integradas por académicos, profesionales en formación y profesionales del sistema,
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con el objeto de promover la formación integral de niños y jóvenes, contribuyendo así
al desarrollo de un sistema educativo más equitativo e inclusivo.
Con ello, los profesionales fortalecen y potencian directamente la práctica desarrollada
y toman decisiones educativas para incidir en el aprendizaje de sus educandos.
El Modelo Educativo propuesto organiza la experiencia del estudiante en cinco ámbitos
formativos articulados entre sí, favoreciendo el compromiso con su formación
asumiendo el protagonismo de la trayectoria formativa.
Se identifica la centralidad del modelo educativo UMCE, en la acción práctica de la
experiencia formativa como elemento transformacional, progresivo y flexible del
contenido específico del campo profesional. Este saber se configura como un territorio
de problematizaciones como una base conceptual y material que permite dialogar con
la realidad y la teoría.
Consecuentemente, el quehacer del profesional de la educación es el contenedor
sustancial del saber pedagógico, la praxis es la herramienta metodológica para acceder
a la acción pedagógica como objeto de conocimiento, se trata de una reflexión en el
quehacer en contextos reales. En este modelo se articulan conceptos, prácticas, teorías
y discursos de diferentes orígenes.
Los ámbitos formativos del Modelo son cinco:
El concepto de “rol profesional” y el concepto de “acción práctica” permiten reconocer
que el ejercicio profesional implica disponer de aprendizajes donde las decisiones sean
tomadas con fundamentos teóricos y prácticos, comprobando si estas experiencias de
enseñanza y aprendizaje propuestos al estudiante permitan el logro del perfil de
egreso
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1. Un ámbito de Formación disciplinar – pedagógico, definido por el desarrollo
de conocimientos y experiencias, en coherencia al campo profesional. En los
profesionales docentes, en particular, permite al estudiante el dominio de
saberes pedagógicos y disciplinarios, articulados entre sí, donde desarrolla la
formación teórica y su aplicación a los contextos de vida cotidiana y
profesional, en prácticas pedagógicas, institucionalizadas en diversos
contextos.
2. Un ámbito de Formación de reflexión en la propia práctica, que permita a los
estudiantes transferir lo aprendido y pensar críticamente sobre su
quehacer, asimilando esta experiencia a una modalidad de formación en
servicio de creciente complejidad y empoderamiento profesional. Para ello, las
comunidades de aprendizaje que se desarrollen a partir de la vinculación
bidireccional entre el sistema (escolar y de salud) y la Universidad constituyen
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espacios para la construcción de saberes profesionales basados en el
desempeño en contextos reales.
3. Un ámbito de Formación en renovación e innovación, referidas a la formación
para contribuir a la transformación en contextos complejos, en los que
desenvuelva el futuro profesional, a partir de las aplicaciones y adaptaciones de
propuestas pertinentes y creativas.
4. Un ámbito de Formación en investigación y experimentación referida a las
estrategias de construcción de aprendizaje que propicie el desarrollo de los
campos disciplinarios y pedagógicos que permitan avanzar en las propuestas de
innovación como asimismo, orientar los procesos formativos que
retroalimenten la educación escolar y universitaria.
5. Un ámbito de Formación de desarrollo integral, referido a la interacción en el
entorno universitario y social para que los sujetos aprendan más profundo y
más eficientemente, que propicien el desarrollo de capacidades de auto-
aprendizaje y de participación en comunidades de aprendizaje.
En resumen, este modelo educativo se orienta a formar a un profesional para el
ejercicio de un rol sobre la base de disponer de habilidades para aprender de manera
sistemática, articulando la teoría con su aplicación en procesos prácticos centrando su
foco en el aprender a partir del análisis de la propia experiencia para transformar e
innovar en los diversos contextos de desempeño; relevando los procesos de
reflexividad para construir una sociedad democrática y solidaria.
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