Vigilia Adviento 2017nuestras celebraciones la corona de Adviento. Cada uno de los elementos que la...

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VIGILIA DE ADVIENTO 2017 “TU COMPROMISO MEJORA EL MUNDO”

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VIGILIA DE ADVIENTO 2017

“TU COMPROMISO MEJORA EL MUNDO”

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EL SENTIDO DEL ADVIENTO

El aspecto profano del Adviento y la Navidad está cada vez más impregnado en nuestra sociedad actual y ello ha hecho que en el seno de la Iglesia surja de la fe misma una aspiración a un Adviento auténtico y nos preguntemos realmente ¿cuál es ese núcleo de la vivencia del Adviento?

Podemos tomar como punto de partida la palabra «Adviento»; este término no significa «espera», como podría suponerse, sino que es la traducción de la palabra griega parusía, que significa «presencia», o, mejor dicho, «llegada», es decir, presencia comenzada.

En la antigüedad se usaba para designar la presencia de un rey o señor, o también del dios al que se rinde culto y que regala a sus fieles el tiempo de su parusía. Es decir, que el Adviento significa la presencia comenzada de Dios mismo. Por eso nos recuerda dos cosas:

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1º que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado, y que Él ya está presente de una manera oculta

2º que esa presencia de Dios acaba de comenzar y aún no es total, pero está en proceso de crecimiento y maduración.

Su presencia ya ha comenzado, y somos nosotros, los creyentes, quienes, por su voluntad, hemos de hacerlo presente en el mundo. Es por medio de nuestra fe, esperanza y amor como Él quiere hacer brillar la luz continuamente en la noche del mundo.

Lorenzo Monaco. Natividad. 1409. Metropolitan Museum of Art. Nueva York

De modo que las luces que encendamos en las noches oscuras de este invierno serán a la vez consuelo y advertencia: certeza consoladora de que «la luz del mundo» se ha encendido ya en la noche oscura de Belén y ha cambiado la noche del pecado humano en la noche santa del perdón divino; por otra parte, la conciencia de que esta luz solamente puede —y solamente quiere— seguir brillando si es sostenida por aquellos que, por ser cristianos, continúan a través de los tiempos la obra de Cristo.

La luz de Cristo quiere iluminar la noche del mundo a través de la luz que somos nosotros; su presencia ya iniciada ha de seguir creciendo por medio de nosotros. Debemos recordar que el inicio que se produjo en Belén ha de ser en nosotros inicio permanente, que aquella noche santa es nuevamente un «hoy» cada vez que un

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hombre permite que la luz del bien haga desaparecer en él las tinieblas del egoísmo. El niño - Dios nace allí donde se obra por inspiración del amor del Señor, donde se hace algo más que intercambiar regalos.

Adviento significa presencia de Dios ya comenzada, pero también tan sólo comenzada. Esto implica que el cristiano no mira solamente a lo que ya ha sido y ya ha pasado, sino también a lo que está por venir. En medio de todas las desgracias del mundo tiene la certeza de que la simiente de luz sigue creciendo oculta, hasta que un día el bien triunfará definitivamente y todo le estará sometido: el día que Cristo vuelva. Sabe que la presencia de Dios, que acaba de comenzar, será un día presencia total. Y esta certeza le hace libre, le presta un apoyo definitivo.

Joseph Ratzinger. El sentido del adviento

SILENCIO ORANTE

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CANTO: Preparad el camino al Señor

PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR Y ESCUCHAD LA PALABRA DE DIOS PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR Y ESCUCHAD LA PALABRA DE DIOS

Voz que clama en el desierto “preparad el camino al Señor” Haced rectas todas sus sendas “preparad el camino al Señor”

PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR Y ESCUCHAD LA PALABRA DE DIOS PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR Y ESCUCHAD LA PALABRA DE DIOS

LA CORONA DE ADVIENTO. ENCENDIDO DE LA 1ª y 2ª VELA

Es tradición entre nosotros que esté presente en nuestras celebraciones la corona de Adviento. Cada uno de los elementos que la componen está lleno de significado. El círculo representa el ciclo ininterrumpido de las estaciones; las hojas verdes perennes simbolizan la persistencia de la vida en medio del duro invierno, y las velas encendidas la permanencia de la luz en medio de la oscuridad de este tiempo.

Encendemos, Señor, estas dos primeras velas como señal de ese descenso, esa encarnación, como los que encienden sus linternas para salir, en la noche, al encuentro del amigo que viene; como quien enciende la luz de su casa para que quien camina en la noche vea una luz que le orienta y le acoge.

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LECTURA DE LA CARTA A LOS TESALONICENSES

"Estad siempre alegres. Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros. No extingáis el Espíritu; no despreciéis las profecías; examinadlo todo y quedaos con lo bueno. Absteneos de todo género de mal. Que Él, el Dios de la paz, os santifique plenamente, y que todo vuestro ser, el espíritu, el alma y el cuerpo, se conserve sin mancha hasta la Venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama y es él quien lo hará."

San Pablo, I Tesalonicenses, 5, 16-24

CAMINAMOS CON MARÍA. ENCENDIDO DE LA 3ª Y 4ª VELA

SILENCIO BREVE

Al encender las dos últimas velas, miramos a María, nuestra Madre. Nadie esperó con más ansia y amor. La cuna nos lo recuerda. Nosotros queremos prepararnos así: en una esperanza que engendra vida.

Caminamos con esa María que canta al Señor por lo que ha hecho en ella, y por lo que hace en nuestra sociedad derribando a los poderosos, acogiendo a los hambrientos.

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LECTURA DEL EVANGELIO (Jn, 1-5 9-14)

"En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio junto a Dios. Todo se hizo por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En la Palabra había vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la venció. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, si creen en su nombre. Estos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios. Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que recibió del Padre, por ser su Hijo único, lleno de amor y verdad." Juan, I, 1 -14

[SILENCIO ORANTE]

Murillo. La adoración de los pastores. 1668. Wallace Collection, Londres

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REFLEXIÓN AL PRÓLOGO DE JUAN

Ningún texto de Nuevo Testamento capta la maravilla de la Navidad mejor que el prólogo del cuarto Evangelio. El Logos, la Palabra de Dios; aquel Logos hecho carne y que habitó entre nosotros. ¿Puede haber una expresión más hermosa, y a la vez más profunda, del significado del nacimiento del Hijo de Dios? Ese Hijo es para nosotros, pues, Misterio de la Encarnación Reveladora de la Gloria de Dios en tres aspectos fundamentales:

1. LOGOS, VERBO, PALABRA El Logos es fuente de vida y esta vida no se ha quedado escondida; brilla y se manifiesta. Es Luz, luz que brilla en las tinieblas. Luz frente a oscuridad, oscuridad que supone el rechazo de la obra salvadora de Cristo.

2. JUAN ES TESTIGO DE ESA LUZ EN EL MUNDO La Palabra era la Luz verdadera y el mundo no la recibió. Israel tampoco. Pero el gran privilegio que trae consigo la luz es hacerse Hijo de Dios y esto se consigue de un modo inusitado: creyendo en el Nombre del Verbo, en el Logos.

3. LA PALABRA SE HIZO CARNE Y ACAMPÓ ENTRE NOSOTROS El gran anhelo de Dios es vivir con nosotros y se ve realizado cuando la Palabra de Dios se ha hecho Carne y ha habitado entre nosotros La Verdad es la fidelidad y coherencia de Dios a su Palabra, empeñada en transformar la Historia. Por lo tanto, la Encarnación del Logos y su vida entre nosotros es la expresión del Amor incondicional de Dios por nosotros, sus hijos.

“Y hemos visto su Gloria, la Gloria que recibió del Padre”: por ello, nosotros tenemos que ser “antorchas” que brillan al servicio de la Verdad que es Cristo

ORACIÓN EN FORMA DE CREDO

[Alternado a dos coros]

[CORO A]

Creo en Dios Padre que interviene en la historia de los hombres y mujeres animando una historia de liberación que culminará en los cielos nuevos y la tierra nueva.

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[CORO B]

Creo en Jesucristo, que trabajó por la causa de la fraternidad y por ello fue asesinado; siendo fiel hasta el final se puso en manos de Dios Abbá, y Dios le resucitó y le hizo el único Señor en quien encontrar vida auténtica.

[CORO A]

Creo en el Espíritu Santo, que mueve los corazones de hombres y mujeres, y trabaja en el mundo para que vaya emergiendo un Reino de libertad, igualdad, justicia y paz.

[CORO B]

Creo en la Iglesia, el pueblo nuevo convocado por el Señor como signo que vaya recordando la fraternidad en medio de la sociedad, siendo signo de salvación y así vaya dando razones para seguir esperando y trabajando en medio de una sociedad injusta. [CORO A]

Creo en los cielos nuevos y la tierra nueva, el abrazo del Padre más allá de la muerte, tras haber caminado en esta vida como seres acompañados por esa Presencia misteriosa de cuyo aliento y vida bebíamos, comíamos y vivíamos.

Cruz de San Damián. 1205. Basílica de Sta. Clara de Asís

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ORACIÓN DE LOS FIELES

[Diálogo entre una persona que hace la petición y todos los demás, que respondemos]

[P] Por la Iglesia, para que, siguiendo el ejemplo de María, se esfuerce cada día por responder a lo que Dios espera de ella, viviendo en fidelidad al Evangelio y a los pobres. ROGUEMOS AL SEÑOR: [Todos] ¡Te lo pedimos, Señor!

[P] Por todos los que sufren en sus carnes los efectos de la violencia, el terror, la guerra, por todos los que han de abandonar sus hogares, que encuentren manos abiertas y solidarias. ROGUEMOS AL SEÑOR: [Todos] ¡Te lo pedimos, Señor!

[P] El día 3 de diciembre es el Día Internacional de la Discapacidad: que estemos siempre cercanos a las necesidades de las personas con discapacidad, y dejemos que la fuerza del Espíritu del Resucitado nos ayude a levantar las barreras de comunicación y accesibilidad. ROGUEMOS AL SEÑOR: [Todos] ¡Te lo pedimos, Señor!

[P] Por nuestros gobernantes, para que el bullicio de estas fiestas no impida que celebremos el gran regalo de la Encarnación. ROGUEMOS AL SEÑOR: [Todos] ¡Te lo pedimos, Señor!

[P] Para que los habitantes de los países en que aconteció la primera Navidad. Por los cristianos que allí tratan de vivir su fe: que la paz basada en la justicia se abra paso en sus vidas. ROGUEMOS AL SEÑOR: [Todos] ¡Te lo pedimos, Señor!

[P] Para que la Virgen María, que esperó con amor e ilusión el nacimiento de su Hijo, sea para nosotros el estímulo que nos ayude a preparar su venida. ROGUEMOS AL SEÑOR: [Todos] ¡Te lo pedimos, Señor!

[P] Por quienes formamos parte de esta comunidad cristiana. Para que abiertos al adviento, aportemos lo mejor que hay en cada uno de nosotros para poner en práctica la evangelización que nos habla de salir, acoger y proponer. ROGUEMOS AL SEÑOR: [Todos] ¡Te lo pedimos, Señor!

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MARÍA ADMIRADA SIEMPRE

Mi mente está turbada por el temor, concédeme la fuerza para alabarte. No sé explicar cómo estás callado, cuando sé que en Ti retumban los truenos.

Has nacido de mí como un pequeño, pero eres fuerte como un gigante; eres el Admirable, como te llamó Isaías cuando profetizó sobre Ti. He aquí que todo Tú estás conmigo, y sin embargo estás enteramente escondido en Tu padre. Las alturas del cielo están llenas de majestad, y no obstante, mi seno no ha sido demasiado pequeño para Ti. Tu Casa está en mí y en los cielos. Las criaturas celestes me miran con admiración y me llaman Bendita. Que me sostenga el cielo con su abrazo, porque yo he sido más honrada que Él. El cielo, en efecto, no ha sido tu madre; pero lo hiciste tu trono. ¿Cuánto más venerada es la Madre del Rey que su trono! Te bendeciré, Señor, porque has querido que fuese tu Madre; te celebraré con hermosas canciones”

San Efrén de Siria, Himno 18

“He mirado asombrado a María que amamanta a Aquel que nutre a todos los pueblos, pero que se ha hecho niño. Habitó en el seno de una muchacha. Aquel que llena de sí el mundo. Un gran sol se ha recogido y escondido en una nube espléndida. Una adolescente ha llegado a ser la Madre de Aquel que ha creado al hombre y al mundo. Ella llevaba un niño, lo acariciaba, lo abrazaba, lo mimaba con las más hermosas palabras y lo adoraba diciéndole: Maestro mío, dime que te abrace. Ya que eres mi Hijo, te acunaré con mis cantinelas; soy tu Madre, pero te honraré. Hijo mío, te he concebido, pero Tú eres más antiguo que yo; Señor mío, te he llevado en mi seno, pero Tú me sostienes en pie.

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CANTO FINAL: La Virgen sueña caminos (Carmelo Erdozáin)

La Virgen sueña caminos, está a la espera; la Virgen sabe que el niño, está muy cerca. De Nazaret a Belén hay una senda; por ella van los que creen, en las promesas.

Los que soñáis y esperáis, la buena nueva, abrid las puertas al Niño, que está muy cerca. El Señor, cerca está; él viene con la paz El Señor cerca está; él trae la verdad.

En estos días del año, el pueblo espera que venga pronto el Mesías, a nuestra tierra. En la ciudad de Belén, llama a las puertas, pregunta en las posadas, y no hay respuesta.

Los que soñáis y esperáis la buena nueva,

La tarde ya lo sospecha: está alerta. El sol le dice a la luna, que no se duerma. A la ciudad de Belén, vendrá una estrella, vendrá con todo el que quiera, cruzar fronteras.

Los que soñáis y esperáis, la buena nueva, abrid las puertas al Niño, que está muy cerca. El Señor, cerca está; él viene con la paz El Señor cerca está; él trae la verdad

Icono de la Capilla de Santa María Madre de Dios