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    RAFAEL E. VILLASEOR M. 55

    El Tonalmatl.Ordenamiento social en el tiempo y el espacio en Mesoamrica

    RAFAEL E. VILLASEORM.

    El calendario es un medio que permite al hombre llevar un registro de actividades que habrn de realizarse a lo largode un periodo regido por ciclos astronmicos. Los primeros pobladores mesoamericanos debieron hacer sus observacionesastronmicas, con el tiempo se elaboraron registros que les permitieron llevar la cuenta de los das, dando origen al calen-dario. El presente escrito muestra cmo los tonalmatl fueron utilizados para llevar a cabo el ordenamiento social en eltiempo y el espacio en Mesoamrica.

    Estudios Mesoamericanos Nueva poca, 8, enero-junio 2010

    Introduccin

    El tiempo y el espacio son las propiedades ms uni-versales de las cosas que delimitan el pensamien-to, puesto que no es posible concebir los objetosy los hechos sin contextualizarlos dentro de estasdos categoras del entendimiento; stas son ideasesenciales que dominan la vida intelectual de losindividuos y los pueblos. En el caso que nos atae,para situar las cosas en el tiempo y el espacio, sonnecesarios puntos de referencia tomados de la vidasocial, as, el calendario expresa el ritmo de las ac-tividades sociales, conformando su regularidad (cfr.Durkheim, 1982: 8, 9; Villaseor, 2007: 151).

    Para el caso de los calendarios mesoamericanos,es comn encontrar referencias al tonalpohuallime-xica, o al tzolkinde los mayas como un calendariode 260 das; sin embargo, prefiero referirme a este

    elemento cultural como una cuenta de 260 das.El calendario es un medio que permite al hombrellevar un registro de actividades que habrn de rea-lizarse a lo largo de un periodo regido por ciclosastronmicos, como pudiera ser el Sol, para uncalendario solar o la Luna para uno lunar. En esesentido, los primeros pobladores mesoamericanosdebieron hacer sus observaciones astronmicas, yde esa manera tuvieron los medios para correlacio-narlas con estaciones y pocas del ao, propiciaspara sus diversas actividades. Con el tiempo, ce-den a la observacin del cielo el clculo a partir de

    anotaciones para determinar los mismos momen-tos favorables (cfr. Seler, 1960: 516), lo que impli-ca la elaboracin de un registro que permita llevarla cuenta de los das a fin de realizar los clculoscon la mayor precisin posible; de esta manerase origina el calendario que obedece a un aspectofuncional (Villaseor, 2007: 179), el de conferirun orden a las diversas actividades humanas.

    De lo anterior queda claro que estas dos cate-goras del entendimiento ordenan todas las activi-dades de la sociedad, siendo el calendario un ele-mento que permite llevar a cabo tal ordenamiento.No obstante, surge la cuestin de cmo el tonalpo-hualli1 o el tzolkn rigen tal ordenamiento, pues-to que no corresponden, en el sentido estricto, aun calendario; ya que esta cuenta de 260 das noconcuerda con los ciclos astronmicos que rigen lavida en la Tierra.

    En el presente texto me propongo mostrar lamanera en que los tonalmatl fueron utilizadospara llevar a cabo este ordenamiento social en eltiempo y el espacio en Mesoamrica. Expongouna gran variedad de actividades que fueron regis-tradas en los cdices y su conexin con los das,segn se conforma el tonalpohualli, para propiciartal ordenamiento. El trabajo ha sido separado endos secciones bsicas: la primera que consiste deuna descripcin terica de los tonalmatl, y la se-gunda que comprende la presentacin de algunasimgenes que permiten comprobar el examen te-

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    rico que se describe en la parte inicial. Finalmentese presentan algunas conclusiones en referencia a lainformacin suministrada a lo largo del ensayo.

    Aspectos generales

    En virtud de que es frecuente encontrar en la lite-ratura la alusin indistinta a las palabras tonalmatlo tonalpohualli para referirse al mismo concepto,he decidido iniciar con una breve acotacin etimo-lgica de estas palabras.

    Etimologas

    Tonalmatl: palabra que proviene de las races tona-llique significa da o destino ymatlque se refie-re a papel o libro, en este caso el medio fsico quecontiene o en el que se plasma la informacin deinters, por lo que se puede comprender que la pa-labratonalmatlse utiliza para denotar un libro enel que se hace un registro de los das o los destinos.Por otro lado, tonalpohualli incorpora la raz po-

    hualli, que quiere decir cuenta, implicando un sig-nificado de cuenta de los das o cuenta de los des-tinos y que consiste precisamente en llevar la cuen-ta de veinte trecenas, esto es un total de 260 das(Len-Portilla, 2005: 6). En cuanto a los mayas,no se sabe con certeza el nombre que le daban aesta cuenta; sin embargo, William Gates acuel trmino tzolkincon base en la locucin kichechol qiij, el orden de los das, que ha sido acep-tado por los investigadores modernos (Vo, 2000:

    134).Como se ver ms adelante, en el tonalmatlse

    llevan entre otras muchas cosas, registros del tonal-pohualli, por lo que se concluye que se trata de unlibro donde se reporta un registro de la cuenta delos das o sus destinos; esto es, una cuenta calend-rica de 260 das.

    Pero, qu es el tonalmatl?

    Se puede describir como un manual o breviarioque carga consigo un registro de tipo de cmpu-

    to calendrico, y que muestra una serie de interre-laciones con diversos elementos de la concepcinmesoamericana del mundo (Len-Portilla, 2005:10). Estas interrelaciones incluyen entre otras, el

    universo de los dioses, los rumbos del mundo, lasdiversas actividades humanas y el orden csmico;por supuesto, todas estas unidades se relacionan yse describen en este manual. Finalmente se puededecir que el tonalmatles un libro preparado paraconsultar, elaborar diagnsticos y realizar prons-ticos concernientes a las diversas actividades de lasociedad, enmarcadas o influenciadas por la cuentade los das: el tonalpohualli.

    Clasificacin de los tonalmatl

    Para obtener la informacin que los tonalmatlpro-porcionan, es importante conocer su procedencia,lo que permitir contextualizar de manera apropia-da su contenido, adems de otorgar una clasifica-cin que resulta de gran utilidad.

    En primera instancia, las fuentes para stos seencuentran en cierto tipo de cdices, siendo los de

    origen prehispnico, de naturaleza calendrico-ri-tual los que destacan para este efecto. Entre estosse tienen cdices de origen nahua, tanto los llama-dos del Grupo Borgia Borgia, Laud, Vaticano B,CospiyFejrvry-Mayer, como los denominadosaztecas Borbnico y Tonalmatl de Aubin.Tambin existen los cdices mayas Dresde, ParsyMadrid, y aunque de stos no se cuenta consu nombre original, se ha decidido incluirlos comoparte de aquellos que compendian los tonalmatl,puesto que, al igual que los de origen nahua, en-tran en la clasificacin de cdices de naturalezacalendrico-ritual. Otros cdices que se pudieranconsiderar dentro de estas fuentes son los mixtecosVindobonense y Zouche-Nuttall, con la salve-dad de que estos ltimos son ms de naturalezahistrica, con un mnimo contenido calendrico-ritual (Galarza, 1997: 14, 15).

    Para el estudio de los tonalmatles importante

    considerar algunos cdices que fueron elaboradostemprano al inicio de la poca Colonial, que demanera anloga a los arriba mencionados, tam-

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    bin incluyen informacin del tipo calendrico-ritual. Tal es el caso de obras como el Telleriano-Remensis, el Vaticano A y el Tudela. La inclusinde stos como parte de los tonalmatl se debe

    principalmente al hecho de que contienen infor-macin muy similar, y en algunos casos, se puededecir idntica a la que aparece registrada en losprehispnicos. La ventaja de stos es que al ha-ber sido elaborados ya en la poca de la Colonia,contienen glosas en caracteres latinos que resultande gran utilidad para su comprensin y por endepara el estudio de los diversos temas relacionadoscon los cdices.

    Su divisin interna

    La totalidad de su contenido se caracteriza por es-tar dividida en secciones, cada una de las cualesproporciona un tratamiento especializado de con-formidad con el tema que all se presenta (Len-Portilla, 2005: 6). En prcticamente todos los ca-sos se incluye el cmputo de das y su relacin conlas deidades, as como los rituales asociados a ellos;

    en los que se describen los correspondientes a losdas o a los dioses que han de ser atendidos en esteperiodo (Mohar, 1997: 57-59) de acuerdo con eltema particular de la seccin tratada.

    Cmo son utilizados

    Fundamentalmente son utilizados con el propsi-to de dar a conocer los destinos de los consultan-tes, sean stos buenos, malos o indiferentes. En

    particular tratan temas a los que se recurren, talescomo el inicio de la siembra o la cosecha; el daapropiado para la entronizacin; o de conformi-dad con el da de nacimiento de un individuo, laimposicin del nombre; cules son los destinos dela unin matrimonial, el inicio o fin de un viaje,o una guerra, entre otros muchos temas (Galarza,1997: 13).

    Asimismo son utilizados por el modo en que

    ejercen su influencia. Para el consultante resultade primordial importancia, puesto que se llega aconocer a qu deidad estar vinculado como ar-

    quetipo de su vida y como consecuencia de ello eldios al que deber tener en especial consideracinen su acercamiento con lo sobrenatural. Los tona-lmatltambin describen las caractersticas de per-

    sonalidad de los individuos, suministran informa-cin sobre desgracias, o son utilizados como ayudaen la elaboracin del diagnstico de enfermedades(cfr. Ojeda, 1997: 52). De la misma manera, esespecialmente patente su influencia al dar indica-ciones respecto de actividades rituales, ya que sonespecficos al sealar con precisin, la naturaleza yacciones de stos, las caractersticas de las ofrendasy dems actividades relacionadas, de conformidadcon el da en que stos se realicen. Por ltimo sepuede decir que eran utilizados como un vehculoque les permita establecer comunicacin con losseres sobrenaturales, sus dioses.

    En este punto cabe hacer mencin que los al-manaques contenidos incorporan divisiones deltonalpohuallio del tzolkin, marcados por ciertosgrupos de das, los que son utilizados para diag-nosticar la actividad correspondiente. Si un eventosucede en cierto momento, el signo del tonalpo-

    huallide esa ocasin es el que rige la porcin delalmanaque, para ese tipo de eventos, que habrde consultarse, y de ah se determinan las caracte-rsticas que tendr tal suceso, as como el ritual ola ofrenda que habr de seguirse para tener buenxito.

    Los rasgos que los caracterizan

    En estos instrumentos suele existir una correla-

    cin estrecha entre la pictografa que representadioses, ofrendas y sacrificios, entre otras cosasy los glifos que se adjuntan a la misma. Es usualque la propia escena y los glifos que la acompa-an tengan implicaciones de orientacin csmica.En ocasiones los dioses no se personifican con lasconvenciones pictogrficas que los caracterizan,sino que se identifican por el glifo de su nombrecalendrico y con frecuencia se representan con

    los atavos que distinguen a otros nmenes, lo quepermite ver la interrelacin y la comn y frecuentetransmutacin dentro del panten indgena.

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    Otro rasgo caracterstico de los tonalmatlde las culturas nhuatl o mixteca es la grafade los numerales, que se escriben por medio debarras y puntos, al estilo de los numerales mayas,

    o simplemente por medio de puntos. En el primercaso, salvo en los cdices mayas, en los cdices deestas culturas, los numerales de barras y puntosson utilizados generalmente para indicar cantida-des de objetos, como por ejemplo las cantidadesde una ofrenda. En el segundo caso los puntospueden significar el guarismo que acompaa alsigno del da, o pueden representar, dependiendodel contexto en el que se encuentren, das del to-nalpohualli, o la cantidad de das necesarios parallegar de un da, identificado glficamente a otro(Len-Portilla, 2005: 11). Por supuesto, en el casode los cdices mayas, todos los numerales se ex-presan en su caracterstica notacin de puntos ybarras; aunque aqu cabe aclarar, que en las cuen-tas de tiempo es comn encontrar una diferenciaentre los numerales que representan al guarismodel da y los que expresan nmeros de distancia, laque por lo general se manifiesta con una variacin

    en el color del numeral.

    La informacin que suministran

    Una de las cuestiones de mayor inters es conocerla informacin que proporcionan los tonalmatl.En primer lugar existe el de las correspondencias;esto es: a cada da le corresponde un destino y undios patrono, y al numeral asociado un sino va-riable. Adicionalmente se presenta una amplia va-

    riedad de periodos de tiempo que son afectadospor estas correspondencias, sealando periodos co-mo los das, las trecenas y las veintenas. Tambinse tiene el influjo de los destinos operando en es-pacios de tiempo de mayor duracin, tales comolos periodos de 52 das una quinta parte deun tonalpohualli, o los de 65 das un cuar-to de tonalpohualli, o el tonalpohualli mismo260 das, as como el xihuitl365 das,

    el xiuhpohualli52 aos de 365 das cada uno(Len-Portilla, 2005: 11 y 12), o para el caso delos mayas el katun20 tunes de 360 das.

    Del mismo modo, se registran otros tipos deciclos que se ven afectados, en este sentido, setrata de periodos registrados con el propsito demostrar el influjo que ejercen los planetas en las di-

    versas actividades de las sociedades prehispnicas.De esta manera, se tienen referencias a fenmenosastronmicos tales como la revolucin sindicade Venus, de la Luna y de Mercurio, entre otros.

    Respecto de las influencias que se manifiestanen estos cursos de tiempo, existen bsicamentetres periodos, de 13, 20 y 9 das. En el primercaso se tienen las influencias de los Seores de losDas, en los que en algunos casos se encuentra elregistro de stos, correspondiendo cada uno a unda de la trecena. Con frecuencia a stos se incor-poran los Acompaados o Acompaantes, que serefieren2 a los 13 voltiles, en este caso 12 aves yuna mariposa. Tambin se tiene la relacin de 20Seores de los Das, asociados con cada uno de losdas o de los veinte signos del tonalpohualli. Y porltimo est la influencia de los nueve Seores de laNoche, los cuales se presentan cclicamente de ma-nera ininterrumpida,3 ejerciendo su influencia du-

    rante las horas nocturnas de cada da.En resumen, los tonalmatlson registros de ca-rcter adivinatorio, utilizados en diversas ceremo-nias y con el propsito de elaborar augurios, seanestos de ao nuevo, relacionados con el ciclo delluvias, actividades agrcolas, de cacera, u otras ta-les como el tejido, o para denotar las conductas yfunciones de los dioses, adems de utilizarse en lapronunciacin de augurios y presagios, entre otrosmuchos aspectos que se consideran.

    Interpretacin y lectura

    Estos cdices son interpretados y tambin puedenser ledos, de hecho como se ver, para compren-der la totalidad de su informacin, ambos acerca-mientos son indispensables y se llevan a cabo demanera simultnea. Para ello se cuenta con algu-nos elementos bsicos de lectura que es necesario

    conocer y entender como tales; estos son: la ima-gen, la posicin u orientacin, el tamao, el colory el texto glfico. Tambin hay que recurrir a las

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    varias ayudas que se tienen para su interpretaciny lectura, como: 1) la comparacin de textos picto-grficos paralelos; 2) la comparacin de las picto-grafas con las glosas que se incorporaron por par-

    te de los espaoles; 3) la comparacin de textosescritos con caracteres latinos en lengua maya, n-huatl o espaol, como son los trabajos de fray Die-go de Landa, los libros de Chilam Balmen susvarias versiones, la obra de fray Bernardino deSahagn o la de fray Diego Durn, fray Franciscode las Navas, o Antonio de Guevara entre otrosmuchos y para las diversas culturas mesoamerica-nas segn el caso; y finalmente 4) la comparacincon los mitos prehispnicos registrados en diversasfuentes (Anders, Jansen y Reyes, 1993: 52-69), al-gunas de las ya mencionadas, u otras como en LaHistoire du Mechique, La leyenda de los Soles, o His-toria de los mexicanos por sus pinturas.

    Para el caso prctico de la interpretacin y lec-tura de estos cdices, en primer lugar es necesariorealizar la identificacin de las imgenes, lo queimplica determinar los elementos que conformanlas escenas y diferenciarlos como principales y se-

    cundarios o accesorios, as como en virtud de laconstante representacin de los dioses del pantenmesoamericano, identificar el cambio e inter-cambio de atavos y emblemas de los dioses.

    En segundo lugar se requiere comprender el sig-nificado de los glifos. Por ejemplo, en el caso de larepresentacin de un bastn, ste puede constituirun signo de mando, pero tambin es representati-vo de ancianidad. Las cuentas de jade y las plumasde quetzal, por su asociacin significan riqueza o

    algo precioso. En otras ocasiones la identificacinno es tan sencilla ni directa, como el caso del cora-zn y la sangre que se asocian generalmente con elsacrificio, y a su vez se relacionan con el cacao, loque le confiere un valor de riqueza. Otro ejemploes el tocado o la cabeza de la diosa Tlazoltotl quese utiliza para representar la mala fortuna.

    En tercer lugar es necesario comprender que elconjunto pictrico no necesariamente representa

    emblemas o atributos de los dioses, sino que pue-den constituir smbolos mnticos.4 Aqu se trata dealgunas representaciones de dioses que en ocasiones

    se incorporan en la escena no como deidades a lasque hay que adorar, servir o entregar las ofrendas.Este es el caso, a manera de ejemplos, de la diosaChalchiuhtlicue, que en ciertas circunstancias se

    exhibe como una imagen que denota desgracias opobreza, o Tlazoltotl que se utiliza con el signi-ficado de carnalidad, o Mayahuel empleada pararepresentar la embriaguez (Reyes, 1997: 24-33).

    El ordenamiento social en el tonalmatl

    Habiendo presentado hasta este punto algunosaspectos generales de los tonalmatl, a continua-cin se consideran ejemplos concretos de lo ante-riormente expuesto. Esto permitir ver la maneracmo los mesoamericanos realizaron el ordena-miento de todas sus actividades sociales. En estecaso se entiende por actividades sociales, todasaquellas en las que participa cualquier miembrode la sociedad; dentro de las que se encuentranlas actividades religiosas, econmicas agrcolas,comerciales, mercantiles, productivas, de tributa-

    cin, etctera, as como las polticas de go-bierno, blicas, y dems y las familiares e indi-viduales, lo que incluye las actividades propias delconocimiento o intelectuales.

    Ordenacin del tiempo y el espacio

    El tonalpohualliintegra la medida del tiempo y elespacio csmico, representado por cuatro rumbosy la cuenta de 260 das agrupados en 20 trecenas.

    Estos rumbos csmicos son descritos mediante co-lores,5 o se identifican con glifos, como es el casoen el CdiceMadrid (pp. 75, 76). En la pgina 1del Fejrvry-Mayer(figura 1) se aprecia que cadarumbo tiene una pareja de dioses que forman unconjunto con la deidad central, Len-Portilla (2005:18-21) propone que constituyen a los nueve Seo-res de la Noche y de los cuales se hablar poste-riormente. Por otro lado, en la escena correspon-

    diente del Madrid(figura 2) los personajes que ahse encuentran representados no conforman a estegrupo.

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    Figura 1. Fejrvry-Mayer p. 1

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    Figura 2. Cdice Madrid pp. 75, 76

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz,

    Austria; archivo electrnico FAMSI)

    El CdiceBorgia(49-52) hace la representacinequivalente, aunque formada por cuatro imgenes(figura 3), en las que se incluyen otras escenas, las

    cuales muestran luchas, el encendido del fuegonuevo para cada ao que inicia, los rboles consus aves, un templo y un rbol de sacrificio, pa-rejas en sus casas, tronos y la personalizacin delos das, entre otros elementos (Anders, Jansen yReyes, 1993: 261-277). Sin embargo, se puedenapreciar los cambios de color en las escenas, noslo de los rboles, sino de algunos de los perso-najes que la integran, indicativo de los diferentesrumbos csmicos y por ende de la conformacindel universo. En este caso, en las cuatro pginas,se puede observar una pareja que desciende, el Ci-huacatl, en la base del rbol central y el dios quemanda, un tonallequeh. Cada uno de estos tieneun color y el mismo en cada folio, stos son losque definen los rumbos, al margen de los aspectosmnticos que se registran en estas pginas.

    Muy parecida a la imagen del Cdice Fejrvry-Mayer(1), es la de las pginas 75 y 76 del Madrid

    (figura 2), en las que se muestra un tzolkincom-pleto de 260 das, dividido en sus veinte trecenas.Se incluye la representacin de los veinte signos de

    los das en un cuadrado central, cada uno de stoslocalizado en la cara del cuadrado del rumbo cs-mico que le corresponde. A diferencia de las im-

    genes del Fejrvry-Mayer, que indica el rumbopor medio del color, aqu los rumbos se expresanglificamente. Por otro lado, tambin se represen-tan diversas escenas en el interior de las seccionestrapezoidales y en la parte central a la pareja pri-mordial y el axis mundi, conformando de esta ma-nera el complejo tiempo-espacio.

    Las pginas 21 y 22 del CdiceBorbnico(figura4) muestran los cuatro tlalpillio indicciones6 quegeneran el periodo total de 52 aos, y se apreciaque para cada ao existe uno de los Seores de laNoche que lo rige. En realidad, cada uno de estosSeores de la Noche que aparecen para cada ao,no rigen al ao entero, sino slo la porcin co-rrespondiente del da epnimo, el que le da nom-bre al ao y est exhibido en cada cuadrete (Caso,1969: 112-129). Cada uno de estos Seores de laNoche son los mismos que aparecen en cada tre-cena que contenga igual signo y guarismo. Lo que

    cabe destacar en este punto es la pictografa de laescena central en la que se representa a Oxomocoy Cipactonal como ancianos penitentes, prestos al

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    sacrificio, que se deduce por los elementos acce-sorios. Ntese que ambos son los Seores del arteadivinatorio y se les identifica como los inventoresdel calendario, lo que les confiere gran importan-cia en la escena central de una de las pginas queconforman uno de los periodos ms importantesen la vida prehispnica y registrados en la estruc-

    tura calendrica (Del Paso y Troncoso, 1993: 77-96).

    Un elemento comn que aparece en la plsti-ca mesoamericana, particularmente en la reginmaya, es el cordn, que se ha interpretado comoun signo que denota el ordenamiento del mundoprehispnico. Esto se presenta en las pginas 22 a24 del Cdice Pars(figura 5) en las que se apreciala preparacin para el ordenamiento del cosmosy donde se observan dos manifestaciones del diosA sentadas sobre las fauces de un par de serpien-tes que surgen de una cueva7 ser una cuevaen una montaa? y bordeados por un arcoformado con la banda celeste, sobre la cual des-cansan los cuatro pawahtunes. Ahora bien, todosestos elementos se encuentran entrelazados por elcordn umbilical del cielo, en una representacinque muestra, como ya se dijo, el ordenamien-to del cosmos. En esta escena se puede apreciar

    la separacin de la esfera celeste y el inframundopor medio de la banda celeste, con los pawahtunesen la parte superior y los dioses de la muerte en

    la inferior. En ltima instancia, toda la escena ysus elementos se integran al cosmos en un todo,por medio de esta cuerda-cordn umbilical (Love,1994: 87). Abundando sobre este asunto, en la

    siguiente pgina se tiene una descripcin en eltexto glfico, 2 columna, 2 a 4 renglones delasiento del trono del Corazn Csmico, pues semuestra un glifo con la representacin del cordnumbilical del cielo y debajo de ste otro ms quese conforma por tres piedras en las cuales se asien-ta el Corazn Csmico (Schele y Grube 1997:210, 211).

    Con frecuencia estas pginas (Pars: 23, 24)se han descrito como una especie de zodiaco quemuestra una banda celeste el cuerpo de unaserpiente de la cual cuelgan las constelacionesrepresentadas por diversos animales. De hecho,segn Schele y Grube (1997: 210, 211) estos cuel-gan de lo que se conoce comnmente como el gli-fo para eclipse, entre los cuales se encuentra elnmero maya 8.8, esto es 168 das, que de acuer-do con su interpretacin, se acerca bastante al in-tervalo entre eclipses de 177 das. Opino que esta

    cifra no tiene referencia alguna con dicho fenme-

    Figura 3. Cdice Borgia pp. 49-52

    (Tomado de Akademische Druckund

    Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    Figura 4. Cdice Borbnico, p. 21

    (Tomado de Akademische DruckundVerlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

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    no, pues es claro que los mayas conocan el perio-do de temporadas de eclipses (cfr. Dresde: 30-37).

    Por su parte, Bruce Love (1994: 90-99) prefiereconsiderarlas como pginas de constelaciones. Ex-

    plica que los nmeros antes referidos representanintervalos entre las diversas constelaciones, cadauna de las cuales cuelga, en forma de criaturasamenazantes, de estos llamados grifos de eclipse.

    As que stos corresponden, ms apropiadamente,a los momentos en los que el Sol transita de laluz a la oscuridad o viceversa. Por esa razn estasconstelaciones-criaturas amenazan o ejercen su in-fluencia en el Sol, no lo devoran, lo cual permiteentenderlas como signos de la noche (Tedlock,1992: 179-185), una especie de zodiaco que ejercesu influencia y ha de ser considerado en el ordena-miento del cosmos.

    El orden csmico

    El ordenamiento del cosmos implic para los me-soamericanos un conocimiento profundo y unadetenida observacin de los movimientos de loscuerpos celestes, que correlacionaron con la obser-vacin de los fenmenos naturales. Esto les per-miti ver en el comportamiento de los astros loque resultara, por ejemplo, de las cosechas para

    determinado periodo de tiempo. As se tiene elmovimiento de Venus, al que Anders, Jansen y

    Figura 5. Cdice Pars pp. 22, 23

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    Figura 6. Cdice Borgia, pp. 53, 54

    (Tomado de Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    Reyes (1993: 289-293) denominan Los Ataquesde Venus en su estudio sobre las pginas 53 y54 del Cdice Borgia(figura 6), donde se muestrala divisin del tonalpohuallien periodos de 5 x 4

    x 13 das. En este caso se presenta a Venus comoTlahuizcalpantecuhtli, quien ataca a la sociedad yla naturaleza. Cuando ste aparece en los das ci-

    paclti, ataca a Chalchiuhtlicue o lo que ella repre-senta, en los das catla Tezcatlipoca Negro, en losdas atla Xiuhtecuhtli y en los das catla lo quesimboliza el trono de los guerreros valientes.

    De manera similar, en las pginas 24 a 29 delCdice Dresde (figura 7),8 en lo que se conocecomo las tablas de Venus, los mayas realizan unordenamiento de fechas y de los cinco ciclos ca-ractersticos de ste. Se representan cada una delas estaciones Venus como Estrella de la Maa-na, invisible en la conjuncin superior, EstrellaVespertina, e invisibilidad en la conjuncin infe-rior con su augurio correspondiente. En el tex-to glfico de la columna izquierda de cada pginase incluye a los dioses mayas afectados, desde unaperspectiva maya, por lo que se registran 20 dio-

    ses. En contraste, en las escenas iconogrficas y enel texto de las columnas del lado derecho, se mues-tran los ataques de Tlahuizcalpantecuhtli en cincorepresentaciones, identificado como Chak Ek, enlo que es una concepcin mexicana de estos ata-ques, por lo que slo se ven cinco deidades mexi-canas destruyendo a cinco deidades mayas.

    El sostn del cielo

    Como se relata en diversas fuentes, la concepcinmesoamericana del mundo incluye a cuatro enti-dades que sostienen el cielo desde las cuatro es-quinas del mundo. En los tonalmatltambin seincluyen stos como parte del orden del universomesoamericano. Por ejemplo, en las pginas 49 a53 del CdiceBorgia(figura 8) se muestra una di-visin de la veintena en cuatro periodos de cincodas, cada uno de stos compuesto por dos con-

    juntos; el primero de dos das, en el que aparece eldios que carga el cielo con el da portador del ao,y en referencia al da anterior; y el segundo que

    Figura 7. Cdice Dresde pp. 24-29

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    consiste de los tres das siguientes acompaado deotro dios que lleva un chicauastli(Anders, Janseny Reyes 1993: 279-284). De esta manera hay unordenamiento que afecta esta divisin de la vein-

    tena, y tambin es utilizado para identificar cadauno de los aos para as ubicarlos en los periodosmayores de 52 aos. La filiacin que se hace delos diferentes participantes de esta actividad es lasiguiente:

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    EL TONALMATL64

    texto glfico hace referencia aChak-am-Che, Pie-dra adivinatoria que dice se coloca en los cuatrorumbos lakin, nohol, chikin, xaman y se re-fiere a los cuatro Chaks colocados en las cuatro

    direcciones del mundo10 (Schele y Grube, 1997:200-207), con lo que este ordenamiento se descri-be relacionado con los aos en su transcurso de 52en 52 y con los cargadores que sostienen el cielo.

    El orden en los Das Nocturnos

    La influencia de los Seores de la Noche se ma-nifiesta en las actividades cotidianas, aunque noaparecen en escena hasta que les llega el tiempocorrespondiente para actuar, que sucede durantelos periodos de la noche; es en este sentido que sepuede apreciar la manera como se genera un or-denamiento de los dioses. En las escenas que serepresentan en los diversos tonalmatlestos nue-ve nmenes se relacionan con los elementos queaquellas contienen. Esto puede incluir ofrendasy rituales, as como signos mnticos por mediode los cuales se llevaban a cabo las actividades de

    adivinacin y se declaraban los augurios para lospropios periodos, segn se observa en la pgina 14del CdiceBorgia(figura 10) y pginas 2 a 4 delFejrvry-Mayer(figura 11).11 La secuencia en questos entran en actividad siempre es la misma sinalteracin con la reserva expresada en la nota3 (Len-Portilla, 2005: 22-27; Anders, Jansen

    AO RUMBO DIOSCARGADOR DIOSCONSONAJA

    catl Oriente Tlahuizcalpantecuhtli Xipe

    Tcpatl Norte Dios del fuego Mictlantecuhtli

    Calli Poniente Quetzalcatl Tonacatecuhtli

    Tochtli Sur Mictlantecuhtli Cintotl

    En el rea maya se tiene la misma concepcin,tal como se expresa en el Cdice Dresde(55-58) elcual se ha dividido en tres secciones donde se na-rra este hecho (figura 9). En la seccin A se hacereferencia al ltimo da de wayeben el que el Wayu Mam9 son cuatro: Kan, Chak, Sak y Ekcarga a un dios respectivamente a Kawil, alDios Jaguar, al Dios del maz y al Dios de la muer-te. La seccin B refiere el da del nuevo ao elcargador del ao Ben, Etznab, Akbal, Lamat re-gistrados en la primera columna y se representaal dios cargado por el Way u Mamsentado en untemplo con diversos artefactos; incensario, platosy vasijas con ofrendas y tamales. Finalmente, en

    la seccin C el mismo dios, del que Landa (1985:137-147) dice que es colocado en una esquina a laentrada del pueblo, aparece en la escena, en sta el

    Figura 8. Cdice Borgia, pp. 49-53

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    Figura 9. Cdice Dresde, pp. 55-58

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

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    y Reyes, 1993: 105-108), que por orden de apa-ricin son:

    1) Xiuhtecuhtli 2) Itztli 3) Tonatiuh-Piltzintecuhtli

    4) Cintotl 5) Mictlantecuhtli 6) Chalchiuhtlicue

    7) Tlazoltotl 8) Tepeyllotl 9) Tlloc

    Para el caso de la cultura maya, los nueve glifosG no exactamente los mismos que los Seoresde la Noche, aunque s correspondiendo a la mis-

    ma ciclicidad de nueve das, s se presentan sininterrupcin, como se da cuenta en el glifo G dela Serie Secundaria en las inscripciones de monu-

    mentos, estelas, dinteles, tableros y dems textosglficos, del periodo Clsico. En realidad, el hechode que no se manifieste la alteracin ya descrita,permite la reconstruccin de fechas y su ubicacinen largos periodos de tiempo; a partir de fechas deRueda de Calendario en las que aparece escrito elglifo G, ya que su recurrencia misma fecha deRueda de Calendario, mismo glifo G acontececada 468 aos. Haciendo referencia a los Seoresde la Noche, Thompson (1960: 208) mencionaque los dioses marchaban uno tras otro como re-gidores de las horas de la oscuridad, dice: Godssucceeded one another as rulers of the hours of

    darkness. As se conocen los Seores de la No-che mayas con las caractersticas que stos repre-sentaban, y por ende el tipo de influencia que ejer-

    Figura 10. Cdice Borgia, p. 14

    (Tomado de Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    EL TONALMATL66

    G1, Dios C, con caractersti-cas de un mono.

    G2, Posiblemente una deidadde la lluvia.

    G3, Posiblemente una deidadde la lluvia.

    G4, Posiblemente el Dios delmaz.

    G5, Posiblemente el Dios delinterior de la Tierra.

    G6, Alguna deidad joven noidentificada.

    G7, Dios Jaguar del interiorde la Tierra.

    G8, Tal vez el Dios Mam, delinterior de la Tierra.

    G9, Dios Sol en su viaje nocturno por el inframundo.

    Ordenamiento de das y dioses

    De manera similar a lo que ocurre con los nue-ve Seores de la Noche, para las horas diurnas, acada da le corresponde la actividad de una deidadparticular. En este caso existen dos concepcionesdiferentes. La primera (figura 12) corresponde ala de los 13 Seores de los Das que se incorporanen las trecenas, como es el caso del Cdice Bor-bnico(3-20), o el Tonalmatl de Aubin. En stosse representa una deidad para cada da, siendo untotal de 13 los Seores de la Noche. Surgen en elmismo orden en cada una de las veinte trecenas,independientemente de que en trecenas diferentescada deidad se encuentre coligada a un signo deda distinto, adems de aparecer asociados a losTrece Voltiles 12 aves y una mariposa (DelPaso, 1993: 67-77). Los 13 Seores de los Dasson:

    1) Xiuhtecuhtli 2) Tlaltecuhtli 3) Chalchiuhtlicue

    4) Tonatiuh 5) Tlazoltotl 6) Mictlantecuhtli

    7) Cintotl 8) Tlloc 9) Quetzalcatl

    10) Tezcatlipoca 11) Chalmecatecuhtli12) Tlahuizcalpan-tecuhtli

    13) Citlalinicue

    En el segundo caso (figura 13), se tienen veinte

    Seores que se asocian cada uno a uno de los sig-nos de los das. Este es el concepto que se manejaen cdices del Grupo Borgia, tal como el propio

    Figura 11. Cdice Fejrvry-Mayer, pp. 2-4

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    ceran durante el tiempo que les corresponderaactuar, de acuerdo con lo expuesto por Thompson(1960: 208-210).

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    Cdice Borgia(9-13). En esta ocasin, en virtud deque cada Seor est mancomunado con uno de losdas, su influencia siempre ocurrir en dicho dasin importar la posicin que ocupe en la trecena, ysu influencia se explica por el carcter mntico delas imgenes con las que se asocia cada uno de ellos(Anders, Jansen y Reyes, 1993: 91-104), los que seenlistan a continuacin:

    1) Tonacate-cuhtli

    2) Quetzalcatl 3) Tepeyllotl 4) Huehuecyotl

    5) Chalchiuh-tlicue

    6) Metztli-Tecciztcatl

    7) Tlloc 8) Mayahuel

    9) Xiuhtecuhtli10) Mictlante-cuhtli

    11) Xochipilli-Macuilx-chitl

    12) Pahtcatl

    13) Itztlaco-liuhqui

    14) Tlazoltotl15) Tezcatli-poca

    16) Itzpaplotl-Itzcueye

    17) Tonallh-queh

    18) Chalchiu-htotolin

    19) Tonatiuh 20) Xochiquetzal

    Orden de los nmeros y la cuenta de los das

    Adicionalmente, tambin se manifiesta el orden enlos nmeros de los das, que resultan representados

    por los Trece Voltiles, a los que Anders, Jansen yReyes (1993: 347-351) han definido como avesagoreras, lo que les da una connotacin mntica.En las pginas del Cdice Borbnico(3-20)12 don-de se muestra cada una de las trecenas (figura 12),adems de la escena central, en las divisiones peri-metrales se incluye con cada da al Seor del mis-mo acompaado de su voltil. A diferencia de esto(figura 14), en el Cdice Brgia(71), cada uno deellos se relaciona con uno de los das de la trecena,de hecho, con el numeral correspondiente, y se re-presentan en una pgina por separado, siendo larelacin como sigue:

    1) Nexhuitzilin 2) Quetzalhuitzilin 3) Cocotzin

    4) Zolin 5) Cacalotl 6) Chicoatli

    7) Papalotl 8) Tlotli 9) Chalchiuhtotolin

    10) Tecolotl 11) Chiconcuetzalli 12) Quetzaltototl

    13) Toznene

    Ahora bien, este ordenamiento no slo implicala relacin entre das y dioses, sino que incluye unordenamiento de los das como tal. ste se confor-ma por veinte trecenas divididas en cuatro gruposde cinco, de tal manera que cada grupo se asociacon uno de los cuatro rumbos, y cada una tendrel influjo de una deidad particular, al margen de lainfluencia que exista para cada da (Anders, Jansen

    y Reyes, 1993: 75-90). Las 20 trecenas se agrupanen cuatro grupos, cada uno referido a uno de losrumbos csmicos, como se puede ver en el acomo-

    Figura 12: Cdice Borbnico p. 5 (Tomado de

    Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz,

    Austria; archivo electrnicoFAMSI

    )

    Figura 13. Cdice Borgia, pp. 9-13

    (Tomado de Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    EL TONALMATL68

    do de los das en diversas trecenas del Cdice Borgiacomo las de las pginas 3 y 4 (figura 15) donde se

    muestran las cinco trecenas 1 ocelotl, 2 trecena;1 miquiztli, 6 trecena; 1 tcpatl, 10 trecena; 1 itz-cuintli, 14 trecena; y 1 ehcatl, 18 trecena quese asocian al Norte, acomodadas en cinco renglonesy constituyen con las dems pginas de esta seccinun conjunto total de 52 columnas. En las partes su-perior e inferior de estas pginas tambin se puedenapreciar las imgenes mnticas que conforman lospronsticos para cada da.

    Los aos y el dios de la lluvia

    Las pginas 27 y 28 del Cdice Borgia(figura 16)exhiben un par de cuadros que relacionan las

    cuentas de los aos con las actividades agrcolas,por medio de la representacin del dios de la llu-

    via. De esta manera se expresan pronsticos delclima y las cosechas, con cinco manifestacionesdel dios de la lluvia, en las que comparte atributosde otras deidades y por medio de las cuales se de-claran las afectaciones a las cosechas en diferentesaos catl-Oriente, tcpatl-Norte, calli-Ponien-te, y tochtli-Sur. En las imgenes se muestran elao y el da del inicio de cada periodo de 65 dasun cuarto de tonalpohualli (Anders, Jansen yReyes, 1993: 167-174).

    De acuerdo con la concepcin cosmolgica me-soamericana, los aos y otros aspectos de la vidapodan dividirse en cuatro clases, cada una conciertas caractersticas propias como se expresa enel siguiente cuadro (Nowotny, 2005: 25 y 26):

    RUMBO CUARTODELTONALPOHUALLI CARGADORDELAOCOLORDEL

    TLLOCESTACINDELCLIMA COSECHA

    Oriente 1er cuarto Caa Negro Lluvia Buena

    Norte 2 cuarto Pedernal Amarillo Seca Plaga insectos

    Poniente 3er cuarto Casa Azul Lluvia Inundacin

    Sur 4 cuarto Conejo Rojo Seca Plaga ratones

    Figura 14. Cdice Borgia p. 71

    (Tomado de Akademische Druck und Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    En las imgenes del Borgiase muestran los das

    de inicio de cada periodo de 65 das, as como loscargadores de aos y los colores del dios de la llu-via indicativos de su rumbo csmico. No obstan-te, el quinto dios, el central, tambin est presentey su explicacin por el momento escapa a nuestroconocimiento, aunque Anthony Aveni (1999) su-giere que se relacionan con los ciclos de Venus; sinembargo, Nowotny (op. cit.) propone que pudieratratarse de un aspecto de las lluvias nocturnas. Loque s queda claro es que para los pueblos prehis-

    pnicos haba una estrecha relacin entre los aosy la influencia que los dioses ejercan sobre las co-sechas, a grado tal que exista un ordenamientoregistrado en sus tonalmatl.

    El templo de Cihuacatl

    En las pginas 29 a 48 del Cdice Borgia, hay unaseccin completa que presenta nueve ritos, a los

    que Anders, Jansen y Reyes (175-245) clasificancomo Ritos para la Luz, la Vida y el Maz. Algu-nos ritos comprenden varias pginas del cdice y

    otros simplemente una, en las que se representan

    diversas ceremonias en un conjunto de templos,bajo la supervisin del Ciuacoatl. Este conjuntode escenas constituye un centro ceremonial en elque se ubican edificios y varios elementos geogr-ficos de acuerdo con su posicin relativa en el es-pacio, como templos con sus patios, altares y pla-zas, as como el juego de pelota, un ro y cuevas.Estos elementos conllevan un simbolismo relacio-nado con el tema de los ritos que aqu se consi-deran, tales como el surgimiento de la luz y del

    maz a partir de un estado de muerte y oscuridad.En stos, las figuras humanas se entrelazan en unaserie de actividades rituales con gran solemnidad,que en la prctica diaria gradualmente se fueronliberando de los propios mitos, pero que en estasrepresentaciones se ilustran casi en exclusiva mitoscosmognicos y antropognicos (Nowotny, 2005:266).

    Toda esta seccin del Borgia forma una gran

    unidad (figura 17), en la que las varias subseccio-nes que la conforman se entrelazan por medio defiguras de Quetzalcatl. Probablemente se trate

    Figura 15. Cdice Borgia pp. 3 y 4

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    Figura 16. Cdice Borgia, pp. 27, 28

    (Tomado de Akademische Druck

    und Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

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    EL TONALMATL70

    A continuacin se enuncia una sntesis del re-lato que Anders, Jansen y Reyes (192-194) hacencon relacin a estos eventos, que muestran el or-denamiento csmico que se concibe en los centros

    ceremoniales y en la prctica de los diversos ritua-les:

    En el Templo de Ciuhacatl se renen los sacerdotesespiritados, se levantan en trance los nahuales en lascuatro direcciones y el centro como serpientes re-molinos. En medio del aposento, en su corazn, seha marcado una rueda negra de conjuros dondese coloca el gran brasero azul. Lo rodea el coralillopeligroso de la diosa Madre. All el dios Venus Muer-

    to hace pasar por debajo de su maxtlatlel cordn dela penitencia. Los cuatro espiritados se van a los cua-tro rumbos y el quinto, el negro, se va al centro.

    En este relato dan una descripcin de lo que elcompositor de la pgina 29 del Borgiaha expre-sado grficamente. Se puede ver cmo en dichotemplo se lleva a cabo una funcin de ordena-miento csmico y de prevencin en el que diver-sos actores, como los que ellos llaman sacerdotes

    espiritados y los naguales, salen a los cinco rumboscsmicos, si se tiene en cuenta el central cenit-nadir, el axis mundi, como un quinto rumbo. Sa-len con una serie de conjuros para llevar a cabociertas actividades rituales que dan inicio a partirdel momento en que Venus muere est en con-

    juncin con el Sol y por tanto invisible y que alaparecer como Estrella de la Maana dejar sentirsus efectos. Esto requiere que sea atendido de ma-nera apropiada por los sacerdotes a fin de evitarlos efectos adversos que sta pueda tener sobre lascosechas. As se ve cmo se ordenan los ritualesque tienen que ver con el crecimiento del maz enmedio de la ocurrencia de ciertos fenmenos ce-lestes, como son las diversas estaciones de Venus.

    El orden de las fiestas, sus ritos y ofrendas

    Otra de las caractersticas de estos cdices es la re-

    lacin que se establece con las diversas fiestas, par-ticularmente las relativas a las veintenas, descritascon cierto detalle por Sahagn (2000, L. II: 135-

    Figura 17. Cdice Borgia, pp. 29-31

    (Tomado de Akademische DruckundVerlagsanstalt, Graz,

    Austria; archivo electrnico FAMSI)

    de sacerdotes de esta deidad que cruzan de unasubseccin a otra a travs de las aberturas exis-tentes en el cuerpo de Cihuacatl que representasu propio templo. En cada una de stas se lleva a

    cabo un ritual en una secuencia definida y ordena-da (Nowotny, 2005: 267 y 268).

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    RAFAEL E. VILLASEOR M. 71

    termina por los das del tonalpohualli, sino por lafecha de la veintena, segn se explica en Sahagny Durn (ibid.).

    No obstante lo anterior, se ha decidido incorpo-

    rar informacin referente a estas festividades por loque se expone a continuacin. Al hacer un anlisisde las fiestas y las descripciones que se suminis-tran de ellas y al compararlas con las representa-ciones pictogrficas de los cdices como las re-gistradas en las pginas 23 a 36 del Borbnico (verfigura 18; cfr. Del Paso y Troncoso, 1993: 107-113), se puede concluir lo siguiente: 1) que secontemplan dentro de un orden cronolgico y ri-tual, 2) que son fiestas relativas a actividades coti-dianas, y 3) que se llevan a cabo en honor a susdioses con la participacin de la sociedad en sutotalidad y con el objeto de hacer solicitudes con-cretas (cfr. Broda, 1971; 2004).

    En relacin con estas fiestas, est el asunto delos ritos y las ofrendas, algunos de ellos parte de lasfestividades mismas, y otros de manera aislada perocon algn fin particular y especfico. De esta ma-nera se tiene en los tonalmatlpginas dedicadas

    ex-profesoa estas actividades, como de la 5 a 14 delFejrvry-Mayer (figura 19) en las que aparecen

    Figura 18. Cdice Borbnico, pp. 23-25

    (Tomado de Akademische Druck und

    Verlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    266) y Durn (1995, Tratado III: 219-293), en-tre otros cronistas. En este punto es convenientehacer una acotacin sobre el ciclo de fiestas regis-tradas en el cempoalmatl, que se distinguen por

    no corresponder con los ciclos del tonalmatlde260 das. Estas fiestas se rigen por el calendariosolar de 365 das que conciernen a las fiestas de las18 veintenas, por lo que su observancia no se de-

    Figura 19. Cdice Fejrvry-Mayer, p. 7

    (Tomado de Akademische Druck undVerlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

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    EL TONALMATL72

    ofrendas, la deidad a la que stas se dedican, quepuede estar representada iconogrficamente o por

    medio de su nombre calendrico, as como los daspropicios para llevar a cabo esta actividad. Ademsse indica la manera cmo han de realizarse stas,as como las cantidades y distribucin de los ele-mentos ofrecidos (Len-Portilla, 2005: 28-47).

    Los cdices mayas tambin suministran este ti-po de informacin, como se ve en la seccin B delas pginas 62 y 63 del CdiceDresde (figura 20),que muestra a cuatro dioses Chaak. stos, de acuer-do con su representacin y el texto glfico asociado

    a cada escena, se instalan en el rumbo que les co-rresponde de conformidad con el elemento sobreel cual se sientan en la banda celeste al Orien-te, en el camino al Norte, en el agua al Poniente,

    en la ceiba al Sur por un periodo de 13 dascada uno, en los das 3 manik, 3 ajaw, 3 ben y3 kimi respectivamente.13 A la par, cada uno destos Chaaktiene su ofrenda tamal de pescado,

    tamal de iguana, tamal de guajolote, entre otros(Schele y Grube, 1997: 220 y 221).

    La vida familiar

    Ordenar las diversas actividades de la sociedadinvolucr tambin la vida familiar, lo que inclu-ye entre otras cosas las relaciones maritales. Enpalabras de Anders, Jansen y Reyes (1993: 309-322) el Cdice Borgia (58-60) aunque esto noes exclusivo de dicho cdice (figura 21), puestoque aparece con caractersticas similares en los c-dices LaudyFejrvry-Mayer contiene una seriede pronsticos para los matrimonios, elaboradospor medio de la suma de los numerales conteni-dos en los nombres calendricos de cada miembrode la pareja, refirindose a cuestiones religiosas yaludiendo al mundo de los dioses. Esto muestraque evidentemente llevaron a cabo una detallada

    observacin del comportamiento humano, quemediante un proceso de sistematizacin los lleva sintetizar las posibilidades de xito o las carac-tersticas de una relacin de pareja. Por medio de

    Figura 20. Cdice Dresde p. 62B, 63B.

    Dibujos de W. Gates (Tomado de Akademische

    Druck-und Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo

    electrnico FAMSI)

    Figura 21. a) Cdice Borgia, p. 59; b) Cdice Laud p. 33

    (Tomados de Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    RAFAEL E. VILLASEOR M. 73

    dentemente a la deidad arquetipo de su vida, paracontinuar con el corte del cordn umbilical y ter-minar con el amamantamiento. Estas actividadesse encuentran relacionadas con los das del tonal-

    pohualliy ciertos dioses, los cuales, en el CdiceBorgia(15-17), se identifican con los patronos delos das all marcados, puesto que estn sentadossobre pieles de jaguar. Por tanto, rigen las activi-dades indicadas para los recin nacidos (Anders,

    Jansen y Reyes, 1993: 109-115), y puesto que sonla deidad arquetipo de su vida, representan su car-ga a lo largo de sta.

    El ordenamiento del cuerpo

    En este mundo ordenado de los pueblos mesoame-ricanos, el cuerpo humano no poda ser excluido.Si se considera que, como el caso de las unionesmatrimoniales, los pronsticos seguramente eranproducto de una detenida observacin del com-portamiento humano, de la misma manera, la sa-lud y la enfermedad seran observadas y relaciona-das con las influencias de los dioses y los das en

    que stos entran en actividad. De esta manera semuestra en los tonalmatl, como el Cdice Borgia(53) o el Vaticano B (96), la representacin de lapiel de un venado en la que a cada parte del cuer-po se incorpora uno de los signos de los das (fi-gura 23). Es importante considerar que la piel devenado era empleada como uno de los elementossoporte de los tonalmatl, para la escritura, que seestimaba una actividad sagrada, lo que le confiereuna connotacin especial a la representacin del

    cuerpo para este fin, con la piel del venado. De es-ta manera se utiliza el cuerpo del venado para ex-plicar la existencia del ser humano y con ello, alordenar el cuerpo se ordena su significado en eltiempo, puesto que en l se inscriben los caracteresy los destinos de cada da. De igual forma es muyprobable que esta informacin fuera utilizada conpropsitos curativos y de explicacin de las enfer-medades (Anders, Jansen y Reyes, 1993: 285-288).

    A este respecto cabe aclarar que si bien la repre-sentacin del Vaticano A(fo. 54r) presenta una no-table influencia europea, en esencia, la informacin

    Figura 22. Cdice Fejrvry-Mayer, pp. 24, 25, 28

    en orden descendente

    (Tomado de Akademische DruckundVerlagsanstalt, Graz, Austria;

    archivo electrnico FAMSI)

    correlacionar esta informacin con el tonalpohualliles permiti aplicarla a su arte adivinatorio, ex-plicando o confiriendo as un cierto orden en elmatrimonio.

    Otro aspecto de la vida familiar registrado enlos tonalmatles la vida de los neonatos, que sepuede apreciar en los cdices Borgia (15-17) yFejrvry-Mayer(23-29). Len Portilla (2005: 64y 76) indica que el significado adivinatorio o ca-lendrico de esta seccin del Fejrvry-Mayer esincierto, pero parecen representar una serie de sa-crificios, al trmino de los cuales los sacrificadosson recompensados por las diosas que los alimen-tan. En estas secciones (figura 22) se observa quehay cuatro bloques que se presentan en secuenciay que corresponden mejor con algunas actividadespropias de los recin nacidos. stas consisten en laapertura de ojos, seguida de la presentacin, evi-

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    que sta suministra, junto con la glosa anexa, per-miten notar que ya desde tiempos prehispnicos lacorrelacin que se haca entre las varias partes delcuerpo junto con los signos de los das era utilizadapor los tonalpohuque (Lpez Austin, 1989: 399 y400). En su glosa se explica que se verificaba si elda y la hora en que el paciente se enfermaba co-rrespondan con el signo y se medicaba en conse-cuencia. Por otra parte, el Cdice Tudela(fo. 124vy 125r) presenta una versin muy similar de la piel

    del venado con sus signos de los das asignados aciertas partes de sta, aunque con variaciones res-pecto de las equivalentes del Vaticano By del Bor-

    gia. En su glosa explica cmo seran los destinosde los nacidos segn sus signos, correlacionndoloscon la parte del cuerpo que les corresponda (Vise-ca, Aranda y Ramos, 1998: 150 y 151).

    Conviene mencionar que respecto de las varia-ciones en las posiciones de los signos en relacincon el cuerpo, no se tiene una explicacin de la ra-zn de estas diferencias entre las representacionesde los distintos cdices. En la glosa del Tudelaloscomentarios son incluyentes, indistintamente del

    lado del cuerpo al que sealan (Nowotny, 2005:36, 120, 121, 22-228; Lpez Austin, 1989: 400;Viseca, Aranda y Ramos, 1998: 145, 157, 158),

    Figura 23. a) Cdice Vaticano B p. 96; b) Cdice Borgia p. 53; c) Cdice Vaticano A folio 54r

    (Tomado de Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    por lo que la aclaracin de este punto queda pen-diente para futuras investigaciones, puesto querebasa los alcances del presente trabajo. El asuntoen cuestin y que aqu interesa expresar, es simple-

    mente que sea cual sea el uso dado a esta porcinde los tonalmatl, queda claro que para los nahuasexista un ordenamiento cosmolgico del cuerpo,expresado por los signos del calendario sagrado.

    Tiempo, espacio y magia

    ntimamente relacionado con el tema anterior, aquse expone ste que nos remite al mbito de lo so-brenatural, los creadores, los dioses, para cerrarun crculo ms de ese sinfn de ciclos en la vida,que caracterizan a las culturas mesoamericanas.En los cdices existen imgenes de diversas dei-dades que incluyen, como parte de su composi-cin, una distribucin de los signos de los dasdel tonalpohuallirodeando su cuerpo (figuras 24y 25), stas se encuentran en los cdices Borgia(17, 56, 73), Fejrvry-Mayer(44), Laud(2) yVa-ticano B(75 y 76). De manera similar a lo expre-

    sado en la seccin anterior, existen diferencias enlas ubicaciones de los signos de estas representa-ciones, asunto que no se tratar aqu.

    El Cdice Borgia (17) incorpora una represen-tacin de Tezcatlipoca como un dios que dominalos tiempos y las partes del cuerpo, ya que a lo lar-go de la misma se incluyen los veinte signos de los

    das coligados a ciertas partes de su cuerpo, lo quedetermina los destinos de los das y las almas (An-ders, Jansen y Reyes, 1993: 117-119). En una es-cena paralela del Fejrvry-Mayer(44), tambin seexhibe a Yayauhqui Tezcatlipoca como seor de losdas y destinos, actividad que realiza con la fuerzade las Cihuateteo. Aqu se representa un tonalpo-huallicompleto con sus veinte trecenas orientadasa cada rumbo, por lo que se puede apreciar que enla escena convergen los rumbos csmicos con lostiempos y la magia (Len-Portilla, 2005: 106-107).

    Tambin existen representaciones de Tlloc(Laud: 2), por un lado, y Ehcatl-Quetzalcatl conMictlantecuhtli (Vaticano B: 75), espalda con es-palda, por el otro. Ambos rodeados, en la imagencentral, por los signos de los das, y los segundosenmarcados a su vez por un periodo de 25 das.Dichos ejemplos muestran la importancia que enla cosmovisin mesoamericana tenan la relacin

    entre los seres sobrenaturales (fueran parte de loscreadores o no) y la concepcin del tiempo. Estarelacin es tan estrecha que les permita dar un or-

    Figura 24: a) Cdice Fejrvry-Mayer, p. 44; b) Cdice Borgia, p. 17

    (Tomado de Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    den a todos los aspectos de la sociedad; todo aque-llo que conformaba su universo.

    Algunas conclusiones

    De lo antes expuesto, queda clara la concepcinde ordenamiento que existi en distintas cultu-ras de Mesoamrica, como se puede apreciar tantopara las culturas de tradicin nahua como maya.Se puede concluir que el tonalmatlera un instru-mento por medio del cual se realizaba un ordena-miento social, en las dos categoras universales delentendimiento que menciona Durkheim (op. cit.):el tiempo y el espacio, ya que se ordena el cosmosal ubicar las posiciones en el cielo y en el horizon-te al momento de aparecer u ocultarse las estrellasy los planetas. Tambin se ordena el tiempo, noslo por medio de las cuentas calendricas par-ticularmente, en este caso, del tonalpohuallisinoque se relacionan con otros fenmenos naturales ycelestes. El tonalpohualliy el tzolkin, para cada unade las culturas que los utilizaron, ms que corres-

    ponder a un calendario, como ya se mencion, esuna cuenta de das que se suceden en secuencia,y que asignan el nombre del da a la fecha deter-minada por el calendario solar. El nombre del da

    tiene su connotacin mntica, de ah se desprendela influencia para la calidad y cualidad de ste, ypor tanto los augurios y presagios correspondien-tes, suministrando el ordenamiento necesario para

    todas las actividades del hombre.Una de las caractersticas de la relacin entre el

    calendario solar y el tonalpohuallies la variacin delos nombres de los das para una misma fecha endistintos aos. Debido a ello los almanaques deltonalmatl tienen periodos de das que compren-den la totalidad del tonalpohualli para un eventodeterminado, de ah que su utilizacin pueda ade-cuarse para cualquier da, independientemente dela fecha en la que ste ocurra. Esto otorga una granflexibilidad al uso de los tonalmatl, lo que permiteestablecer el orden requerido en todas las activida-des humanas y de los entes sobrenaturales. Comose ha mostrado en el presente trabajo, stas inclu-yen el ordenamiento de las categoras del entendi-miento, tiempo-espacio, de lo intangible como elcosmos, los cielos, los dioses, las noches y los das.Tambin se ordenan cuestiones tangibles como lostemplos, y las prcticas de la vida sagrada como sus

    fiestas, sus ritos y ofrendas, o de las seglares comolas relativas a la vida familiar y al cuerpo humano.Como se mostr, los templos de los ritos de la

    vida, la luz y el maz, se orientan hacia los rum-

    Figura 25: a) Cdice Laud, p. 2; b) Cdice Vaticano, B p. 75

    (Tomado de Akademische Druckund Verlagsanstalt, Graz, Austria; archivo electrnico FAMSI)

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    bos csmicos, adems de dar orden a las laboressagradas y cotidianas, que incluyen el arreglo delas tareas agrcolas, los rituales, las festividades, elorden de las funciones religiosas y de la naturaleza;

    en una palabra: se ordena el conjunto de las acti-vidades de la sociedad. Este ordenamiento socialest ntimamente vinculado con el mito, el rito,la astronoma y la magia, y se expresa por mediodel tonalpohualli(cfr. Ojeda, 1997: 51) y del to-nalmatl, el cual se emplea, por consiguiente, confines mnticos y de presagios para el futuro me-diante augurios favorables y desfavorables del des-tino humano.

    Notas

    1A lo largo de este trabajo se utiliza preferentemente,el trmino tonalpohualli como genrico, para referirse ala cuenta de 260 das, para las menciones que son apli-cables tanto a la cultura nahua como la maya. No obs-tante, cuando se trata especficamente de cdices de ori-gen maya, se utiliza el trmino acostumbrado tzolkin.

    2 En algunas publicaciones (Caso, 1967: 26) he en-

    contrado esta denominacin para referirse a los nueveSeores de la Noche.

    3 Francisco del Paso y Troncoso (1993: 77-96) refiereque al trmino del ciclo de 260 das, en virtud de que260 no es divisible entre nueve 2609 = 28 y sobran8, al final del Cdice Borbnico se elimina el ltimoSeor de la Noche: Tlloc, o se tiene el influjo de losdos ltimos en conjunto, Tepeyllotl y Tlloc. Esto sehace con el propsito de que siempre, en todos los to-nalpohualli, el primer dace cipactliinicie con el mismo

    Seor de la Noche: Xiuhtecuhtli.4 Crisipo define la mntica como la facultad de co-nocer, de ver y de explicar los signos mediante los cua-les manifiestan los dioses su voluntad a los hombres(Abbagnano, 2004: 681). Es precisamente en este sen-tido que aqu utilizo el trmino mntico, como signosutilizados para el ejercicio de dicha facultad, la cual lle-vaban a cabo los tonalpohuque.

    5 La mayora de los autores afirma que estos rumbosson Este-Norte-Oeste-Sur y para los cuales se designaun color aun cuando cambie de cdice a cdice, o decultura a cultura, de acuerdo con estudios realizadospor Franz Tichy (1991) se puede pensar que los rum-

    bos csmicos son aquellos que designan posiciones im-portantes del Sol o del horizonte segn fechas definidascomo los solsticios, das de paso del Sol por el cenit, olos das de la mitad del ao, as que es posible que estos

    rumbos no correspondan exactamente a la concepcinoccidental de los cuatro puntos cardinales.6 Una indiccin corresponda, en la antigua Roma,

    a un periodo de 15 aos, tal vez por esa razn algunoscronistas del siglo XVI utilizaron esta palabra para refe-rirse a cada uno de los cuatro periodos de 13 aos queconforman el ciclo total de 52.

    7 Bruce Love (1994: 83) afirma que las serpientessurgen de los ojos de una cabeza muerta o crneo delabios poco usuales.

    8 La paginacin del Dresdecorresponde a la propues-

    ta por J. Eric Thompson (1988).9 Que bien pueden corresponder a los Kan u Uaye-

    yab, Chak u Uayeyab, Sak u Uayeyab, y Ek u Uayeyabque menciona Landa y que son colocados en la casa delprncipe.

    10 El ttulo de Chak Te, puede referirse a lo mismoque Kolom Te, rboles del mundo.

    11 La paginacin del Fejrvry-Mayer corresponde ala propuesta por Len-Portilla (2005).

    12 Actualmente este cdice slo muestra 18 de las 20

    trecenas, debido a que las dos primeras hojas, que conte-nan las primeras dos trecenas, fueron arrancadas.

    13 stos son los primeros 52 das de la cuenta inicialrepresentada en estas pginas del cdice. Sin embargo,es necesario hacer la cuenta de los intervalos de das se-gn se indica en esa seccin y se ver que se instalan adi-cionalmente en otros grupos de das; cada uno siempredurante 13, y concluyendo la ronda de intervalos de 52de los cuatro Chaaken los das etznab, ok, ik, yhix.

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