VIVARIVUM : Criterios para la planificación, programación, diseño y ...

185
CRITERIOS PARA LA PLANIFICACIÓN, PROGRAMACIÓN, DISEÑO Y CONSTRUCCIÓN DE VIVEROS, CENTROS Y HOTELES DE EMPRESA Unión Europea Fondo europeo de desarrollo regional Una manera de hacer Europa Departament de Governació i Relacions Institucionals

Transcript of VIVARIVUM : Criterios para la planificación, programación, diseño y ...

CRITERIOS PARA LA PLANIFICACIÓN,

PROGRAMACIÓN, DISEÑO Y

CONSTRUCCIÓN DE VIVEROS,

CENTROS Y HOTELES DE EMPRESA

Unión EuropeaFondo europeo de desarrollo regionalUna manera de hacer Europa

Departament de Governació i Relacions Institucionals

Promotores del proyecto:

El contenido de este trabajo cuenta con el aval de:

Unión EuropeaFondo europeo de desarrollo regionalUna manera de hacer Europa

Departament de Governació i Relacions Institucionals

© Diputación de Barcelona 1a edición, mayo 20142a edición, mayo 2015Depósito legal B 11380-2015

Trabajo realizado por el Servicio de Tejido Productivo del Área de Desarrollo Económico Local de la Diputación de Barcelona

Coordinación Albert Torras Conangla, jefe de la Subsección de Diagnosis, Seguimiento y Evaluación del Servicio de Tejido Productivo del Área de Desarrollo Económico Local de la Diputación de Barcelona.

Redacción, elaboración de gráficos y proyectos prototipo Sonia Cantacorps Carmona, arquitecta de la Subsección de Diagnosis, Seguimiento y Evaluación del Servicio de Tejido Productivo del Área de Desarrollo Económico Local de la Diputación de Barcelona.

Redacción de los capítulos 2.1.2 y 2.2.2 Pere Fuertes Pérez y Magda Mària Serrano, doctores arquitectos y profesores agregados del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès, Universidad Politécnica de Cataluña.

Redacción de los capítulos 1.6 y 2.5 Albert Cuchí Burgos, doctor arquitecto y profesor titular del Departamento de Construcciones Arquitectónicas I de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès, Universidad Politécnica de Cataluña.

Documentación e investigación Pere Fuertes, Magda Mària, Roger Sauquet, Eduard Callís, Carles Marcos y Anna Puigjaner, profesores e investigadores del grupo de investigación HABITAR, del Departamento de Proyectos Arquitectónicos, Universidad Politécnica de Cataluña, junto con Albert Cuchí, profesor e investigador del grupo de investigación AIEM - Arquitectura, energía y medio ambiente, de la misma UPC.

Revisión experta de contenidos Maravillas Rojo, presidenta de Barcelona Activa de 1995 a 2007, directora del Inem de Barcelona de 1991 a 1995 y secretaria general de Empleo de 2008 a 2010. Actualmente dirige el programa @EmprenSocial de la Generalitat de Catalunya.

Pere Fuertes Pérez, doctor arquitecto y profesor agregado del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès, Universidad Politécnica de Cataluña.

Magda Mària Serrano, doctora arquitecta y profesora agregada del Departamento de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès, Universidad Politécnica de Cataluña.

Albert Cuchí Burgos, doctor arquitecto y profesor titular del Departamento de Construcciones Arquitectónicas I de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès, Universidad Politécnica de Cataluña.

Diseño gráfico de los interiores y de la cubierta David Domínguez Turigas (DaDo) y José Miguel Nieto Pascual.

Traducciónmots - Jordi Curell

Impressió SYL - Servicios Integrales de Artes Gráficas.

Earth ©Xaime Aneiros

2.1

2.52.6

2.2

2.42.3

ANEXOS

PROGRAMA DE USOS

FACTORES DE SOSTENIBILIDAD 2

PROYECTOS PROTOTIPO

IMPLANTACIÓN EN EL LUGAR

ACONDICIONAMIENTO DE LOS ESPACIOS

DISEÑO DEL ESPACIO DE TRABAJO

2 . 1 . 1

2 . 5 . 1

2 . 6 . 1

2 . 2 . 1

2 . 4 . 12 . 3 . 1

2 . 3 . 2

El vivero de servicios: las unidades del sistema pág. 109

¿Cómo se define la calidad ambiental de un vivero? pág. 309

Proyecto prototipo de un vivero de servicios pág. 334

La orientación y las obstrucciones pág. 210

Sistemas de instalaciones del vivero de servicios pág. 287

El confort de los módulos de trabajo del vivero de servicios pág. 235

El diseño de los módulos de trabajo del vivero industrial pág. 270

2 . 1 . 2

2 . 5 . 2

2 . 6 . 2

2 . 2 . 2

2 . 4 . 2

2 . 1 . 3

2 . 5 . 32 . 6 . 3

2 . 2 . 32 . 1 . 4

Desarrollo del programa: versatilidad, adaptabilidad y flexibilidad pág. 155

Actuaciones concretas para los tres vectores clave pág. 314

Proyecto prototipo de un vivero industrial pág. 338

Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero de servicios pág. 217

Sistemas de instalaciones del vivero industrial pág. 297

El vivero industrial: las unidades del sistema pág. 167

Protocolo de actuación durante las fases de realización del proyecto pág. 329 Proyecto prototipo de un vivero mixto pág. 342

Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero industrial pág. 226

Desarrollo del programa: exigencias y adaptabilidad pág. 198

PARTE IIRECOMENDACIONES PARA EL DISEÑO ARQUITECTÓNICO

pág. 354

pág. 108

pág. 308

pág. 332

pág. 210

pág. 106

pág. 286pág. 234

1.1 1.2

1.6

1.7

1.4

1.3

1.5

APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE VIVERO DE EMPRESA

PRESENTACIÓN

INTRODUCCIÓN

COMO LEER ESTA GUÍA

LOS USUARIOS Y LAS ACTIVIDADES

FACTORES DE SOSTENIBILIDAD 1

RATIOS Y PROPORCIONES

LA IMAGEN CORPORATIVA

CONDICIONANTES PREVIOS: PLANIFICACIÓN

EL PROYECTO: ETAPAS DE REALIZACIÓN

1 . 1 . 1 1 . 2 . 1

1 . 6 . 1

1 . 7 . 1

1 . 4 . 1

1 . 3 . 1

1 . 5 . 1

La evolución de los viveros de empresa. El caso de la demarcación de Barcelona pág. 26

Profesionales, empresarios y trabajadores de los módulos de trabajo pàg. 36

Ajustar el programa pág. 97

Viveros de empresas de servicios pág. 101

La creación de una marca propia pág. 68

Análisis del contexto territorial pág. 41

Las ventajas del estudio de programación pág. 84

1 . 1 . 2 1 . 2 . 2

1 . 6 . 2

1 . 7 . 2

1 . 3 . 2

1 . 5 . 2

1 . 2 . 3

1 . 6 . 3

1 . 7 . 3

1 . 3 . 3

1 . 5 . 3

1 . 2 . 4

1 . 6 . 4

1 . 7 . 4

1 . 3 . 4

1 . 2 . 5

1 . 3 . 5

El vivero de empresas: definición y tipologías pág. 28

Personal técnico y administrativo del centro pág. 37

Aprovechar los edificios existentes pág. 98

Centros de empresas de servicios pág. 104

Localización de la infraestructura pág. 43

El plan especial de determinación de usos pág. 87

Clientes y colaboradores de las empresas alojadas pág. 38

Reducir el impacto de la movilidad pág. 98

Hoteles de empresas de servicios pág. 105

Características del solar pág. 52

Fases del proyecto arquitectónico pág. 87

Asistentes a las actividades de formación y networking pág. 38

Considerar la actividad de las empresas alojadas pág. 99

Viveros, centros y hoteles de empresas industriales pág. 105

Edificio nuevo o rehabilitación de uno ya existente pág. 54

Personas emprendedoras asesoradas por el servicio de emprendeduría pág. 39

El vivero dentro de un edificio heterogéneo: usos recomendables y usos que hay que evitar pág. 64

1 . 1 . 3 Formas de trabajo pág. 32

PARTE 1 . PLANIFICACIÓN Y PROGRAMACIÓN

pág. 26

pág. 08

pág. 10

pág. 20

pág. 36

pág. 24

pág. 96

pág. 100

pág. 68

pág. 40

pág. 84

98

promoción económica, a recapacitar adecuadamente sobre la finalidad del vivero, centro u hotel de empresas que quieren proyectar (incluida la idoneidad de contar con uno) y el papel que han de ejercer en su territorio, reflexión que hay que efectuar en profundidad mucho antes de consignar partidas en el presupuesto y encargar proyectos ejecutivos.

Y, por último, porque los arquitectos que efectúen su propuesta arquitectónica podrán disponer de recomen-daciones y orientaciones útiles para plantear correctamente el modelo de centro por el que el ayuntamiento haya decidido apostar.

Por todas estas razones invito a todos los entes locales que quieran disponer de un espacio de alojamiento empresarial, y también a los que ya tienen uno, a leer atentamente esta guía, ya que haciéndolo muy probablemente reafirmarán de manera eficaz y eficiente la competitividad de las empresas de sus territorios. Sin duda, esta es la voluntad de sus alcaldes y alcaldesas y también, evidentemente, de la Diputación de Barcelona.

Ferran Civil Arnabat

Vicepresidente primero y presidente delegado del Área de Desarrollo Económico Local

Modestamente, desde el Área de Desarrollo Económico Local de la Diputación de Barcelona creemos que una de las formas de aportar mayor valor a nuestros entes locales es proporcionarles herramientas útiles para guiar y orientar las decisiones de carácter estratégico que, en virtud del principio de autonomía local, deben tomar para mejorar la calidad de vida y el bienestar de sus territorios. En particular, cuando estas decisiones se refieren a inversiones importantes en equipamientos (no sólo desde la perspectiva del coste y del mantenimiento, sino también desde el impacto que tendrán), estas herramientas resultan aún más útiles en el momento de decidir qué es lo mejor para un municipio o un conjunto de municipios.

En este sentido, creo sinceramente que la guía que el lector tiene ahora en sus manos será un instrumento de enorme utilidad para los municipios que quieran dotar de una infraestructura de apoyo a su tejido productivo (en el caso que nos ocupa, un vivero, un centro o un hotel de empresas), así como para aquellos que ya tienen una y se plantean remodelarla.

Y creo que será una herramienta especialmente útil por los siguientes motivos:

En primer lugar, porque evidencia que desde el mundo local se pueden realizar políticas de desarrollo económico mediante infraestructuras que hagan que su tejido productivo resulte más competitivo. En un momento de crisis económica tan evidente como el actual, es importante impulsar políticas que favorezcan la creación y consolidación de empresas desde los entes locales con el objetivo de crear riqueza y ocupación.

En segundo lugar, porque esta guía ayudará a los equipos municipales, y en particular sus concejalías de

PRESENTACIÓN

1110

Con esta firme voluntad, en el año 2008, la Diputación de Barcelona firmó un convenio con el Departamento de Gobernación y Relaciones Institucionales de la Generalitat de Catalunya para cogestionar el tramo local del Eje 1 del Programa Operativo FEDER Cataluña 2007-2013 con el objetivo de que los entes locales de las comarcas de Barcelona pudiesen realizar inversiones en infraestructuras de fomento de la competitividad de su tejido productivo. A través de dicho programa, la Diputación de Barcelona contribuyó de forma decisiva a que los entes locales tuviesen oportunidad de emplear parte de los fondos FEDER para infraestructuras y equipamientos de promoción económica que pudiesen asumir no sólo a través de la cofinanciación de la inversión, sino también priorizando dentro del mismo Programa Operativo del FEDER infraestructuras factibles para los entes locales. En este sentido, un espacio para el alojamiento de empresas es claramente una de estas infraestructuras.

Los viveros y centros de empresas, unos equipamientos con larga tradición en nuestro país (muy particularmente, en las comarcas de Barcelona), son un instrumento muy eficaz para fomentar el tejido productivo local por diferentes razones y circunstancias:

Los viveros de empresas han contribuido históricamente a arraigar las iniciativas empresariales en el propio terri-torio donde han nacido, lo que adquiere especial relevan-cia en comarcas con dificultades para retener a sus perso-nas emprendedoras.

Igualmente, los centros locales de servicios a las empre-sas que incorporan el servicio de alojamiento empresa-rial tienen mayor capacidad para vertebrar y estructurar un verdadero catálogo de servicios de valor añadido para sus personas emprendedoras y empresas.

Hay que tener presente asimismo que la oferta agrega-da de módulos y naves era todavía, hasta hace pocos años, bastante limitada y que existía –y aún sigue existiendo hoy– un amplio recorrido de mejora para satisfacer una demanda de alojamiento empresarial con servicios de va-lor añadido para las empresas de reciente creación, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, si te-nemos en cuenta las demandas específicas de empresas de determinados sectores.

El papel de los espacios de alojamiento empresarial de iniciativa local

INTRODUCCIÓN

Desde que se iniciaron, en los años ochenta, las políticas locales de desarrollo económico han contado con un firme apoyo por parte de la Diputación de Barcelona a partir del convencimiento de que desde la proximidad, actuando sobre los mercados de trabajo locales y dando apoyo al tejido productivo, se podía ser más efectivo para ayudar a crear riqueza y ocupación. La configuración de estructuras técnicas de apoyo a las personas en paro, a las personas emprendedoras y a las empresas locales ha ayudado decisivamente durante las últimas tres décadas a alcanzar unos niveles de bienestar y cohesión social muy importantes. La vocación de la Diputación de Barcelona de ayudar a los municipios en la aplicación de políticas locales de desarrollo económico ha sido clave para contribuir a la configuración de las estructuras mencionadas, ya sea a través de apoyos económicos o mediante apoyos técnicos (formación, asistencia técnica, herramientas, etc.).

No obstante, una de las asignaturas pendientes de las políticas locales de desarrollo económico ha sido la creación de infraestructuras específicas de promoción económica desde el mundo local, probablemente –dada la falta de financiación local– por la insuficiencia de recursos específicos al tener que asumir cierto tipo de inversiones de elevada dimensión. Por este motivo, desde hace ya algunos años, la Diputación de Barcelona, y en particular el Área de Desarrollo Económico Local, ha impulsado actuaciones de apoyo dirigidas a la creación de infraestructuras específicas para el tejido productivo como, por ejemplo, dotar de fibra óptica a los polígonos de actividad económica, ofrecer a las empresas que se alojan en ellos centros de servicios de proximidad o, también, crear espacios para el alojamiento de empresas, especialmente para las de reciente creación.

Los espacios de alojamiento empresarial y las políticas locales de desarrollo económico

1312

En primer lugar, y como en todos los equipamientos, es muy relevante diseñar los espacios recapacitando muy bien acerca de quién los utilizará y qué hará en ellos. En este sentido, los viveros tendrán impacto en la medida en que sus espacios aporten el máximo de valor a los usos previstos: el trabajo de las empresas alojadas, el trabajo del personal del vivero, las actividades de asesoramien-to, las reuniones de trabajo, las actividades formativas, las reuniones informales, las comidas, las actividades de car-ga y descarga (en su caso), etc.

En segundo lugar, hay que procurar que la funcionalidad de los espacios se adecue al mensaje que se quiere co-municar hacia el exterior; en este sentido, desde la arqui-tectura del vivero deben trabajarse adecuadamente una serie de aspectos (como la centralidad del edificio, la ima-gen de marca, la permeabilidad, la calidad, la moderni-dad, el dinamismo o la innovación) para que el centro sea capaz de comunicar y revalorizar el hecho de empren-der no sólo a sus usuarios, sino también al conjunto de la población.

Por consiguiente, la tesis sobre la que se sustenta esta guía es que los viveros de empresas de iniciativa local tienen que generar el máximo impacto posible en el tejido productivo de su territorio y que esto se logra, entre otros elementos, dotando a los espacios que los conforman de la máxima funcionalidad posible, tanto desde la perspectiva del uso al que están destinados como de la proyección que queremos que tengan.

La decisión sobre el modelo de vivero de empresas y su diseño arquitectónico

Ahora bien, pese al impulso que los viveros de empresas han recibido en las comarcas de Barcelona en los últimos años, desde la Diputación hemos constatado algunos aspectos mejorables tanto en el proceso de decisión que llevan a cabo los entes locales al plantearse un centro de estas características como en el posterior diseño del centro en cuestión.

En primer lugar, hay que señalar que dotarse de un vivero no es necesariamente la decisión más adecuada para cualquier ente local y que, si se tiene en cuenta tanto el coste de la inversión como el posterior mantenimiento del mismo, hay varios elementos previos que merece la pena considerar.

Por último, hay que destacar la capacidad de los centros con alojamiento empresarial para generar un gran núme-ro de actividades que interesan a un volumen significativo de empresas más allá de las que estrictamente se alojan en los mismos, lo que los convierte en equipamientos de referencia empresarial para el territorio.

En este sentido, este último punto entronca directamente con alguna de las funciones que un vivero de iniciativa local (y por consiguiente de carácter público) debe desarrollar a diferencia de un equipamiento de iniciativa privada. Efectivamente, un vivero de iniciativa local tiene tres funciones fundamentales adicionales más allá del simple alojamiento de empresas:

En primer lugar, y la más importante, velar por la viabilidad de las empresas que se alojan en él a través de un conjun-to de servicios de asesoramiento, de formación, etc.

En segundo lugar, realzar la iniciativa emprendedora, es decir, prestigiar el hecho de emprender y de convertirse en empresario o empresaria. En este sentido, se trata de que en un vivero «pasen cosas» en el ámbito empresarial (jor-nadas, premios, actividades de networking, visitas de es-cuelas...) para aumentar el reconocimiento social de la fi-gura de los empresarios y conseguir que cada vez existan más vocaciones empresariales en nuestros municipios.

En tercer lugar, convertirse en una herramienta de peda-gogía social que demuestre al territorio en el que se ubica que se puede aprender a emprender. Aun cuando los em-presarios «nacen», también es verdad que «se hacen», y un vivero de empresas público tiene que intentar demostrar y enseñar a la población que este aprendizaje es posible.

Por lo tanto, un vivero de iniciativa pública no debería limitarse a contribuir a la consolidación y crecimiento de las empresas que acoge, sino que debería proyectarse en el entorno y ser un centro de referencia en su territorio capaz de reconocer socialmente la emprendeduría y de demostrar que las capacidades necesarias para emprender se pueden adquirir.

Asumiendo, por lo tanto, esta doble función social que ejercen los viveros de empresas de iniciativa local (aparte de la que propiamente tiene cualquier vivero de velar por la viabilidad de las empresas que en él se alojan), se trata de que los espacios que acogen las actividades tengan la funcionalidad adecuada, y este es precisamente el argumento central de la guía que ofrecemos. Pero hay que entender esta funcionalidad en un doble sentido:

1514

El contenido de esta guía

que les han encargado el proyecto y, sobre todo, que dispongan de recomendaciones y orientaciones útiles para facilitar la plasmación del modelo en el diseño.

Por consiguiente, y de acuerdo con todas las consideraciones mencionadas, hemos creído conveniente elaborar esta guía para la construcción de viveros de empresas que, como otras guías existentes referentes a otro tipo de equipamientos, pretende ayudar al mundo local a diseñar y construir centros que maximicen su impacto. En momentos como el actual, en los que es necesario aprovechar al máximo los recursos disponibles, aún es más importante la reflexión y planificación previa para que los recursos públicos que se destinan a las inversiones tengan el máximo retorno social y económico posible.

La presente guía se estructura en dos partes claramente diferenciadas, cada una de ellas dirigida a un colectivo diferente.

La primera parte, titulada «Planificación y programación», se dirige especialmente a los responsables de promoción económica(1) y su principal objetivo es ayudarles a recapacitar sobre los requerimientos y condicionantes previos que hay que considerar a la hora de planificar un vivero de empresas. En esta fase inicial, por lo tanto, se trata de decidir qué vivero se quiere tener y qué se quiere hacer en él, un planteamiento previo indispensable para que el vivero en cuestión se convierta en un instrumento eficaz y tenga un verdadero impacto sobre el tejido productivo del territorio. Igualmente, esta parte de la guía ayudará a los responsables de la instalación a trasladar el diseño básico del vivero a los arquitectos que redactarán su proyecto arquitectónico para que lo tengan en consideración.

Resumen de los capítulos que conforman la primera parte de la guía:

Aparte de las cuestiones tratadas en la introducción, en los capítulos 1.1 y 1.2 se ofrece una aproximación general a la na-turaleza de los viveros de empresas. Precisamente por esto, entre otros aspectos, se especifica el origen de este tipo de equipamientos y la tipología de servicios que prestan y de usuarios que acogen.

El capítulo 1.3 detalla los condicionantes previos que hay que tener presentes para planificar un vivero, por cuya razón pro-pone el análisis del contexto territorial a fin de corroborar la idoneidad de la creación de un vivero en un municipio deter-minado, el estudio del lugar donde se situará, las característi-

(1) No obstante, algunos ca-pítulos, también pueden in-teresar especialmente a los arquitectos porque explican qué es un vivero de empre-sas y qué se hace en él.

El principal elemento que hay que tener en cuenta es que un vivero de empresas ha de constituir un instrumento de promoción económica al servicio de una estrategia local determinada (no necesariamente municipal) y no un objetivo en sí mismo. Esto significa que conviene tener claro de qué modelo de vivero se quiere disponer: a qué tipo de empresas se quiere ayudar, qué sectores de actividad se quiere potenciar, qué sinergias territoriales tendrá el vivero con su entorno, qué dimensión ha de tener, etc. Las respuestas a estas preguntas son fundamentales para decidir si tiene sentido disponer de un vivero de empresas de iniciativa local o no. Justo es decir que a veces se constata la voluntad de tener un vivero más bien como oportunidad surgida por la existencia de un equipamiento municipal al que hay que asignar un uso que como necesidad previa de complementar una oferta de servicios a personas emprendedoras y empresas coherente con las necesidades del territorio y con una estrategia local determinada.

Por otra parte, hay que tener también muy claro que los viveros de iniciativa local han de ser concebidos como espacios donde determinados proyectos empresariales se benefician de un conjunto de servicios de alto valor añadido que en la oferta inmobiliaria del mercado privado resultan difícilmente accesibles o inexistentes, ya sea económica o territorialmente. Dicho de otro modo, aun cuando un vivero es un espacio para el alojamiento de empresas, el servicio de alojamiento no debería ser el nuclear de dicho equipamiento sino el pretexto para que las empresas que están empezando (tanto las alojadas como las que no lo están) puedan acceder a determinados servicios, actividades y redes a los que en otro lugar no tendrían acceso.

Además, y aparte del modelo, también existen un conjunto de condicionantes muy importantes que afectan a la planificación del vivero de empresas, como la localización del centro en la trama urbana, la singularidad del edificio en el que se ubica y la creación de una imagen de marca, los factores de sostenibilidad del equipamiento, la idoneidad de rehabilitar un edificio antiguo o de construir uno nuevo, o la convivencia con otros servicios municipales. Así pues, los responsables municipales, en caso de que quieran sacar adelante la inversión, también deberán planificar a conciencia toda esta serie de elementos antes de redactar un proyecto arquitectónico.

Una vez resueltas todas estas cuestiones es cuando llega el momento de los arquitectos, que tienen que plasmar en un proyecto arquitectónico el modelo de vivero que los responsables de promoción económica han pensado previamente. Por lo tanto, es importante que conozcan bien lo que se espera de un vivero, lo que esperan de él concretamente los responsables municipales

1716

en el caso del vivero de servicios como en el caso del vive-ro industrial. En este sentido, el capítulo contiene una des-cripción gráfica y escrita a modo de ficha para cada unidad de uso, unos organigramas de espacios que expresan vi-sualmente las relaciones que deben mantener entre sí las diferentes unidades descritas (así como el carácter básico u opcional de cada una) y, por último, el desarrollo del pro-grama descrito de acuerdo con los requerimientos de fle-xibilidad, adaptabilidad y versatilidad que exige el uso ca-racterístico de los diferentes espacios.

En el capítulo 2.2 se presentan los criterios y aspectos re-levantes que hay que tener en cuenta al definir el proyecto arquitectónico en la fase de contextualización y concreción, es decir, el tratamiento de la orientación, los condicionan-tes del entorno y la adaptación del edificio a las caracterís-ticas del lugar y del solar.

En el capítulo 2.3 se han recogido una serie de recomen-daciones selectivas sobre las características técnicas es-pecializadas que, bien diseñadas, darán un valor añadido al proyecto ejecutivo del vivero, que, recordémoslo, es ante todo un edificio destinado a trabajar. En este sentido, el ca-pítulo se centra en los factores clave (iluminación, acústica, etc.) que determinan el confort de los módulos de traba-jo específicos de un vivero de servicios y de uno industrial.

El capítulo 2.4 hace referencia al acondicionamiento de los espacios y contiene aspectos que conviene transmitir al equipo técnico que ejecute el diseño de las instalaciones del edificio. En concreto, se detallan los requerimientos es-pecíficos que se derivan del uso característico de los espa-cios, tanto en el caso de los viveros de servicios como en el de los industriales.

En el capítulo 2.5 se presentan los vectores clave que de-finirán la calidad ambiental del futuro edificio y que deben tenerse presentes durante las diferentes fases de redac-ción del proyecto arquitectónico. Asimismo, se detallan los indicadores que permiten cuantificar el impacto ambiental del edificio y se especifican una serie de estrategias y ac-tuaciones concretas para cada uno de los vectores.

Finalmente, en el capítulo 2.6 se presenta una propuesta de proyecto prototipo para el caso de un vivero de servi-cios, uno industrial y uno mixto; esta propuesta, elaborada tan solo a título de ejemplo, ayudará tanto a los promoto-res del vivero como a los propios arquitectos a visualizar

cas que debería tener el solar, los pros y contras de cons-truir un edificio nuevo o de rehabilitar uno ya existente y, por último, el examen de los diferentes aspectos que hay que tener presentes en caso de que el vivero se sitúe en un edificio con otros usos.

El capítulo 1.4 recapacita sobre la necesidad de que el vi-vero tenga una imagen de marca propia creada a partir del lugar donde se ubica el edificio, la visión exterior que presenta y el diseño de los espacios interiores que lo con-figuran.

El objetivo del capítulo 1.5 es explicar cuáles son las dife-rentes etapas de realización del proyecto, desde el estudio de programación y el Plan especial de determinación de usos hasta las diferentes fases del proyecto arquitectóni-co; incluye asimismo un calendario orientativo del tiempo que supone ejecutar todas estas operaciones.

El capítulo 1.6 recoge una serie de consideraciones que, desde el punto de vista de la sostenibilidad, hay que tener presentes a la hora de planificar un equipamiento como un vivero de empresas.

Finalmente, el capítulo 1.7 establece algunas ratios y pro-porciones operativas sobre la distribución y dimensión de los espacios, unos datos que pueden ser muy útiles para efectuar las primeras aproximaciones a las necesidades espaciales de un vivero de empresas.

La segunda parte de la guía, titulada «Recomendaciones para el di-seño arquitectónico», está dirigida a los arquitectos municipales, tan-to a los encargados de redactar el proyecto ejecutivo de un vivero de empresas como a los encargados de definir el programa y de encar-gar el proyecto a otros arquitectos. En este sentido, a lo largo de la guía los arquitectos encontrarán –aparte de todo lo que deben sa-ber sobre los viveros de empresas– orientaciones y recomendacio-nes que les ayudarán a definir cómo tiene que ser el diseño del vive-ro que hay que construir o remodelar para que se ajuste plenamente a los usos que los responsables de promoción económica han defi-nido previamente.

Resumen de los capítulos que conforman la segunda parte de la guía:

En el capítulo 2.1 se determinan las características espa-ciales y funcionales de las distintas unidades de uso que constituyen el programa de un vivero de empresas tanto

1918

Por último, hay que mencionar que esta guía ha sido diseñada y re-dactada por el Servicio del Tejido Productivo del Área de Desarrollo Económico Local de la Diputación de Barcelona, pero para elaborar-la ha sido fundamental la colaboración de la Escuela Técnica Supe-rior de Arquitectura del Vallès de la Universidad Politécnica de Cata-luña, del Servicio de Equipamientos y Espacio Público de la Diputa-ción de Barcelona y de un gran número de responsables de viveros de iniciativa local de la demarcación y de arquitectos. A todos ellos, muchas gracias.

de forma integrada el conjunto de criterios, indicaciones y recomendaciones desarrollados a lo largo de la guía.

En definitiva, la guía no solo pretende que los responsables de promo-ción económica conceptualicen adecuadamente un vivero y los arqui-tectos redacten buenos proyectos arquitectónicos, sino que también quiere facilitar el diálogo entre unos y otros de manera que el proyec-to final responda a un modelo de vivero coherente con una estrategia local de desarrollo económico determinada e incorpore todas las fun-cionalidades que requiere.

Esta guía se ha elaborado en tres fases:

En la primera fase se ha desarrollado, por una parte, una in-vestigación bibliográfica sobre la materia en cuestión y, por otra, un trabajo de campo específico en tres viveros de em-presas de la demarcación de Barcelona: el Centro de Empre-sas del Baix Llobregat del Ayuntamiento de Cornellà de Llo-bregat, la Incubadora de Glòries de Barcelona Activa y la In-cubadora de la Fundación TecnoCampus Mataró-Maresme.

En la segunda fase se han discutido las principales conclu-siones extraídas en la fase de investigación y se han coteja-do con la experiencia de diferentes gestores de viveros de ini-ciativa local y con arquitectos redactores de proyectos ejecu-tivos de viveros.

En la tercera y última fase se ha realizado la redacción estric-ta del documento y la elaboración del material gráfico. Hay que señalar que todos los gráficos, dibujos y fotografías de la guía han sido elaborados por los autores de forma expresa para el documento, excepto en los casos en los que se indica la fuente en el propio pie de figura.

Es importante destacar que hay que contextualizar las prin-cipales ideas y recomendaciones contenidas en esta guía en el momento en el que se ha confeccionado, es decir, a caba-llo de los años 2012 y 2013, y que, por consiguiente, el con-junto de orientaciones que ahora presentamos serán válidas principalmente en este contexto concreto. Así pues, es posi-ble que en un futuro más o menos lejano algunas de las afir-maciones y tesis que sostiene esta guía queden obsoletas y presenten algunas carencias.

Como se ha elaborado esta guía

2120

dedicado a la descripción de las diferentes unidades de uso y a las características que presentan. Y, del mismo modo, los arquitectos deberían dar una ojeada a la primera parte de la guía, especialmente al capítulo 1.2, en el que se explica qué es un vivero de empresas y quién lo habita, y al capítulo 1.4, donde se pone de relieve la necesidad de crear una imagen de marca del vivero.

Llegados a este punto, habría que explicar cómo se ha enfocado la lectura de la guía. Nuestra principal intención es que el texto sea una herramienta de trabajo práctica, por lo que nos ha parecido importante estructurarlo a partir de dos niveles de lectura. Así pues, por una parte, la guía está pensada para ser leída de forma lineal, continua –empezando por los planteamientos genéricos y terminando por los detalles, tal como corresponde al desarrollo normal de las diferentes fases de un proyecto arquitectónico– y, por otra, a partir de la consulta puntual de aquellos capítulos que puedan interesar a cada tipo de lector en un momento determinado. Por esta razón, el texto se estructura en cinco niveles de capitulación, tres de los cuales aparecen en el índice inicial de la guía. Además, al final de la segunda parte, justo antes de los anexos, se ha incluido un índice desarrollado con los cinco niveles de concreción detallados y enlazados a las páginas correspondientes. Por consiguiente, a modo de ejemplo, si un arquitecto quiere consultar las recomendaciones específicas en cuanto a la elección del modelo de luminarias, encontrará el enlace directo a este apartado (en este caso, nivel 5) en el índice mencionado, sin necesidad de repasar todo el capítulo 2.3 para encontrar la información que necesita.

La segunda parte de la guía se dirige especialmente tanto a programadores como arquitectos. Esta precisión es importante porque a veces el texto habla, por ejemplo, de evaluar qué unidades de uso se consideran indispensables o no en un vivero –comentario claramente dirigido a programadores– y, a veces, del diseño de éstas –comentario dirigido a los arquitectos redactores–; sin embargo, es necesario que el programador sea consciente de las características técnicas del diseño de los espacios para configurar un buen programa y, al mismo tiempo, que el arquitecto redactor entienda la lógica de uso de los espacios, el método de dimensionamiento y las necesidades derivadas del programa (flexibilidad, adaptabilidad, etc.) para realizar un buen proyecto.

En la segunda parte de la guía, además, ha habido que separar en capítulos diferentes las recomendaciones dirigidas al vivero de servicios y las dirigidas al vivero industrial dadas las grandes diferencias arquitectónicas que existen entre uno y otro; en cambio, esta separación no ha resultado tan necesaria en la primera parte de la guía, donde muchas de las recomendaciones contenidas pueden ser aplicables a ambas tipologías.

Tal como hemos explicado anteriormente, esta guía se divide en dos partes diferenciadas y dirigidas a lectores diferentes. Plantear el texto de esta manera no ha sido una decisión fácil ni inmediata, sino que es fruto de una reflexión profunda con el objetivo de mejorar su funcionalidad. Al inicio de este proyecto, cuando nos planteamos realizar una guía para la construcción de nuevos viveros, pensamos que se dirigiría principalmente a los arquitectos encargados de redactar el proyecto arquitectónico. Sin embargo, a medida que profundizamos en los factores determinantes para lograr el éxito de un nuevo vivero nos percatamos de la importancia que tienen los diferentes agentes que intervienen a lo largo de todo el proceso de creación del equipamiento. En efecto, las decisiones que afectan y conducen a este proceso –algunas más específicas y estratégicas y otras más operativas– las toman toda una serie de agentes diferentes, por lo que es evidente que hay que armonizarlas si quiere conseguirse un proyecto final coherente. Por esta razón hemos creído conveniente dedicar una parte de la guía a los agentes que intervienen previamente en la labor del arquitecto redactor para facilitarles la toma de decisiones e implicarlos en la creación del nuevo equipamiento.

No obstante, tal como podrá verse a lo largo del texto mediante las numerosas referencias a capítulos concretos que aparecen en las notas a pie de página, las dos partes de la guía están muy relacionadas. Uno de los objetivos que se pretende alcanzar es que los dos tipos de públicos a quienes va dirigida (por una parte, promotores del proyecto, es decir, técnicos de promoción económica, concejales, etc. y, por otra, arquitectos, sean programadores o proyectistas) adquieran conciencia del papel que desempeñan todos los agentes que intervienen en el proceso. Así pues, recomendamos que los técnicos de promoción económica, concejales, etc., hojeen también la segunda parte de la guía, especialmente el capítulo 2.1,

COMO LEER ESTA GUÍA

2322

Hay que explicar también la lectura del capítulo 2.1, titulado «Programa de usos», de la segunda parte de la guía. En dicho capítulo, las descripciones de cada una de las unidades de programa se presentan a modo de ficha, tal como hemos dicho en la introducción. Cada ficha contiene una descripción gráfica, una lista de usuarios y un dimensionamiento aproximado en metros cuadrados ponderado según el tamaño del centro, las características que hay que tener en cuenta y el equipamiento esencial que debe contener el espacio. No obstante, aunque a partir de la lectura de las fichas la descripción de los espacios puede parecer muy exhaustiva, es imprescindible complementar la información con la que se detalla en el apartado «Desarrollo del programa» del vivero de servicios o del vivero industrial, según el caso. Asimismo, los organigramas de usos completan el texto puesto que permiten ver de forma esquemática el conjunto de unidades de usos y la relación que se establece entre ellas.

Por último, hay que señalar que para elaborar los capítulos de carácter más técnico se han utilizado manuales y guías de prestigio reconocido, que aparecen siempre referenciados en forma de nota a pie de página y recogidos por temáticas en la bibliografía final. En este sentido, se han discernido y resumido las recomendaciones y criterios que más influyen en el caso concreto de los viveros de empresas y, al mismo tiempo, se han añadido los conocimientos personales de los autores y los obtenidos a raíz de la labor de seguimiento de los proyectos subvencionados con el Eje 1 del PO FEDER Cataluña 2007-2013.

PARTE 1PLANIFICACIÓN Y PROGRAMACIÓN

PLANIFICACIÓN Y PROGRAMACIÓN

Enredos ©Xaime Aneiros Enredos ©Xaime Aneiros

2726

A partir del año 1989, con los recursos aportados por el programa Casas de Oficios de Vive-ros de Empresa (COVE), 1989-1991, de la Dirección Provincial del Instituto Nacional de Em-pleo (INEM), empezaron a proliferar los viveros de empresas en la demarcación de Barcelona, lo que la convirtió en pionera en todo el Estado. Fueron mayoritariamente edificios de nueva planta de grandes dimensiones con un número considerable de módulos de empresa. Dentro de este grupo de viveros encontramos los centros de Barberà del Vallès, Sant Boi de Llobre-gat, Cornellà de Llobregat, Sabadell, Terrassa, etc.

En 1992, con la desaparición de los fondos del programa COVE, el desarrollo de estas infraes-tructuras experimentó una importante caída en la demarcación. Algunas cerraron y otras se transformaron en centros de empresas, lo que redujo considerablemente los servicios que se ofrecían a las empresas alojadas en ellos.

En contraste con esta situación, en la década de los noventa empezaron a aparecer viveros de empresas ligados al mundo universitario que se dirigían principalmente a los alumnos que salían de estas universidades. En la actualidad, prácticamente todas las universidades cata-lanas (públicas y privadas) disponen de viveros de empresas, así como de programas para la promoción de la emprendeduría. Son ejemplos de ello la incubadora K2M del Campus Nord y el programa Innova, ambos de la Universidad Politécnica de Cataluña, el espacio de inno-vación EUREKA, de la Universidad Autónoma de Barcelona, o el edificio CREÀPOLIS, de ESA-DE, entre otros.

En el año 2006 se inicia el Censo de Centros Locales de Servicios a las Empresas (CLS) de la Diputación de Barcelona, que constata la existencia de 17 viveros de empresas en la demarca-ción de Barcelona. Este censo se ha ido actualizando año tras año desde 2006 y, según los da-tos de 2012, actualmente en la demarcación de Barcelona existen 33 entes locales que cuen-tan con viveros de empresas. Estudiando los datos de los años intermedios puede observar-se un aumento progresivo de estos centros desde 2006, con un aumento más significativo en 2011. Dicho aumento responde a dos coyunturas:

Por una parte, la situación de crisis económica que sufre la demarcación de Barcelo-na desde el año 2008, que ha favorecido que la promoción económica haya pasado a ser un tema prioritario para los entes locales, que han invertido más recursos en la ampliación de los servicios que prestan. Gracias al rodaje y a la experiencia acu-mulada, muchos entes locales han diseñado estrategias económicas para su terri-torio con acciones enfocadas tanto a la creación como a la consolidación de empre-sas. Dentro de esta nueva concepción, el vivero de empresas se enmarca claramen-te como un aspecto más de las políticas de apoyo a las personas emprendedoras y a los empresarios y, por consiguiente, en ningún caso se entiende como un servi-cio puramente inmobiliario. Esta estrategia es la que ha provocado un nuevo impul-so a los viveros de empresas.

Por otra parte, dicho aumento también responde al Eje 1 del Programa Operativo (PO) FEDER Cataluña 2007-2013, cogestionado por el Área de Promoción Económi-ca y Empleo de la Diputación de Barcelona y la Generalitat de Catalunya, que se ha destinado en gran parte a la construcción de nuevos viveros de empresas; al final del periodo, el despliegue de este programa supondrá un aumento del 50% del núme-ro de módulos de empresa de la demarcación.

CAPÍTULO 1.1APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE VIVERO DE EMPRESA

1 . 1 . 1 La evolución de los viveros de empresa. El caso de la demarcación de Barcelona

Los instrumentos de apoyo a la creación de empresas emergen, nor-malmente, a raíz de situaciones de crisis socioeconómica que ponen de relieve la necesidad de que existan herramientas para ayudar a contrarrestar la destrucción de puestos de trabajo y favorecer la crea-ción de nuevas empresas viables y estables. Es precisamente den-tro de este contexto de crisis de la metalurgia británica donde, en los años setenta, nació la idea –siguiendo el modelo americano pero con especificidades propias– de reconvertir los edificios industriales que habían caído en desuso en los primeros viveros de empresas euro-peos (o incubators). En adelante, seguirían el ejemplo británico otros países como Francia (que sigue teniendo una política potente de vi-veros de empresas, las denominadas pépinières), Bélgica o España.

En España, sin embargo, el desarrollo de los primeros viveros de empresas coincide con una época de bonanza, a finales de los años ochenta. En concreto, siguiendo el ejemplo británico de reconversión de edificios fabriles en desuso, las primeras experiencias aparecen en el País Vasco, en un entorno industrial en declive.

En la demarcación de Barcelona, la primera experiencia la encontra-mos en la incubadora de Glòries de Barcelona Activa, en Barcelona ciudad, en el año 1988, un ejemplo más de reconversión de una anti-gua fábrica, concretamente los antiguos talleres de carpintería de la conocida empresa Hispano Olivetti. Este primer vivero de empresas se situaba estratégicamente en un nuevo sector económico en cre-cimiento.

Figura 1.1.1.a

Diagramas que representan cada tipología de centro. De izquierda a derecha: vivero, centro y hotel de empresa.

Quieren expresar la relación entre el nivel de consolida-ción de las empresas alo-jadas, representado por el número de V en verde, y los servicios que cada tipología de centro les ofrece, repre-sentados por el número de V en gris. Así, podemos ob-servar como, a medida que las empresas van creciendo y se van consolidando en el mercado, se van reducien-do los servicios de acom-pañamiento y seguimiento, hasta llegar a convertirse únicamente en unos pocos servicios básicos en el caso de los hoteles de empresa.

2928

Viveros / incubadoras de empresas Son espacios destinados a alojar empresas de recien-te creación en fase germinal. El objetivo de los viveros de empresas es dar apoyo a las em-presas alojadas para superar con éxito los primeros años de actividad y mejorar así la super-vivencia de las empresas en el territorio.

Además de un espacio de calidad donde ubicar la empresa temporalmente con un precio bo-nificado, los viveros de empresas ofrecen otros muchos servicios de valor añadido, como servicios de acompañamiento y seguimiento de los proyectos empresariales (incubación del proyecto), acciones de formación, actividades de networking, apoyo a la gestión y programas de internacionalización. Estos servicios se dirigen a un ámbito que trasciende a las empresas alojadas alcanzando también al resto de empresas de nueva creación del territorio.

El alojamiento de las empresas en el centro es temporal, normalmente de tres años, el pe-riodo que se considera necesario para que una empresa pueda consolidarse (cinco años en el caso de empresas industriales). De esta manera se logra una rotación continua de las empre-sas ubicadas en el vivero y se llega a un número más elevado de usuarios.

Los viveros de empresas permiten diferentes formas de alojamiento, desde el alquiler de un lugar de trabajo en espacios compartidos (el coworking) hasta el alquiler de uno o varios mó-dulos a modo de despachos independientes.

Dentro del concepto de vivero de empresas, y en clave de guía arquitectónica, es necesario distinguir dos tipologías edificatorias:

Viveros de empresas de servicios, sectoriales –es decir, especializados en secto-res de actividades concretas como empresas de base tecnológica, agroalimenta-rias, etc.– o generalistas.

Viveros de empresas industriales, sectoriales o generalistas.

Pero hay que señalar que existen centros que combinan las dos tipologías dentro de un mis-mo edificio.

novadores e interdisciplinares. Este objetivo pasa por una organización física enfocada a facilitar el trabajo en equipo y a estimular las ocasio-nes de encuentro. Así, la flexibilidad del espacio, las facilidades del tra-bajo en red y con red, así como la existencia de unos ámbitos comu-nes y compartidos cómodos y agradables han pasado a ser factores fundamentales en el diseño de los nuevos viveros.

Hasta ahora hemos utilizado genéricamente el término vivero de em-presas, el más popular, para referirnos de forma global a los centros de alojamiento empresarial. Sin embargo, la estrategia en la que se enmarcan estos equipamientos, los servicios que ofrecen y la diversi-dad de usuarios a los que se dirigen hacen que el concepto de vivero de empresas incluya diferentes tipologías de centros.

1 . 1 . 2El vivero de empresas: definición y tipologías

De forma genérica, el término vivero de empresas se utiliza para describir las organizaciones que dan apoyo a las personas empren-dedoras y a las empresas en las diferentes etapas del proyecto em-presarial, desde la creación hasta la consolidación, pasando por el crecimiento y la expansión.

Al definir el término business incubator (vivero de empresas), la Co-misión Europea propone una definición consensuada de sus funcio-nes y características principales:(2)

En el caso concreto de los viveros de empresas promovidos y ges-tionados desde el ámbito público local (los más extendidos en la de-marcación de Barcelona), se comparte el objetivo común de fomen-tar y estimular el desarrollo económico local y la creación de empleo mediante la promoción de negocios viables que aporten valor añadi-do al tejido empresarial. Para lograrlo ofrecen una serie de servicios de apoyo destinados a garantizar la supervivencia de las empresas y a acelerar el crecimiento en los momentos de mayor vulnerabilidad. En definitiva, se trata de ofrecer un ambiente de apoyo inmejorable para el crecimiento y consolidación de los buenos proyectos empresaria-les del territorio.

Por otra parte, los viveros de empresas han evolucionado en los úl-timos años hacia la creación de comunidades que estimulen la inte-racción, la colaboración y el trabajo en equipo entre las empresas alo-jadas en los mismos. La interacción juega a favor de la capacidad de supervivencia y crecimiento de las empresas puesto que les permite ampliar la cartera de clientes y favorece la aparición de proyectos in-

(2) Centre for Strategy and Evaluation Services. Final Report. Benchmarking of Business Incubators [en lí-nea]. [S. l.]: 2002. <http://cses.co.uk/studies/> [Con-sulta: 6 de febrero de 2014.]

«Un vivero de empresas es una organización que acelera y sistematiza el proce-so de creación de empresas viables mediante la provisión de un apoyo exhaustivo e integrado que incluye un espacio de alojamiento, servicios de acompañamien-to y asesoramiento empresarial, así como servicios de networking y clustering.

Mediante la provisión de servicios de "ventanilla única" y la reducción de los gastos generales de las empresas debido a que comparten costes, los viveros de empre-sas contribuyen a mejorar significativamente las posibilidades de supervivencia y crecimiento de empresas de nueva creación.

Un vivero de empresas exitoso generará un flujo constante de nuevas empresas con ocupación superior a la media y con potencial de generación de riqueza. Las diferencias en los objetivos estratégicos de cada vivero de empresas, los criterios de admisión y de salida, la especialización de los proyectos alojados y la configu-ración precisa de las instalaciones y servicios distinguirá a unos viveros de otros.»

3130

Figura 1.1.2.a

Cuadro resumen de las ti-pologías de los equipa-mientos de alojamiento empresarial.

Vivero de empresas.

TIPOLOGÍAS SERVICIOS OFRECIDOS PERMANENCIA ESQUEMA

Servicios

Servicios

Servicios

Generalista

Generalista

Generalista

Empresas de nueva creación

Empresas consolidadas

Empresas en proceso de consolidación

- Servicios de alojamiento.

- Servicios básicos ligadosa la infraestructura

- Servicios grupales (dinamización y formación)

- Servicios individualizadosde monitorización y acom-pañamiento

- Servicios de alojamiento.

- Servicios básicos ligadosa la infraestructura

- Servicios grupales (dinamización y formación)

- Servicios de alojamiento.

- Servicios básicos ligadosa la infraestructura

Temporal:

-De 1 a 3 años para empresas de servicios.

-De 4 a 5 años para empresas industriales.

Temporal:

- 5 años para empresas de servicios.

- De 5 a 10 años para empresas industriales.

Indefinida

Generalista

Generalista

Generalista

Industrial

Industrial

Industrial

Sectorial

Sectorial

Sectorial

Sectorial

Sectorial

Sectorial

Centro de empresas.

Hotel de empresas.

Centros de empresas Son espacios destinados a alojar temporalmente empresas jóvenes en fase de consolidación. Los precios son más elevados que en el caso de los viveros de empresas y los espacios de mayor tamaño. Aun cuando es aconsejable que se mantenga la rotación de las empresas alojadas para aumentar el impacto del equipamiento en el territorio, algunos centros de empresas optan por un periodo de alojamiento ilimitado.

Se ofrecen servicios básicos (espacios comunes, administración, recepción de llamadas, etc.) y servicios de carácter grupal como, por ejemplo, formación y fomento de redes rela-cionales, pero, a diferencia de los viveros de empresas, no incluyen servicios personalizados de información y asesoría en los diferentes ámbitos de la gestión empresarial.

En cualquier caso, los servicios ofrecidos desde los centros de empresas no se dirigen ex-clusivamente a las empresas alojadas, sino que están abiertos a todas las empresas del territorio.

Se distinguen también las dos tipologías edificatorias anteriores, es decir, de servicios e in-dustriales, que pueden combinarse igualmente en un mismo edificio.

Hoteles de empresas Son espacios destinados a alojar empresas consolidadas de forma indefinida. En estos equipamientos los precios son más elevados que en el caso de los cen-tros de empresas, pero suelen estar bonificados. Disponen de espacios muy grandes y en muchos casos se entregan «en bruto» para que la empresa los personalice según sus nece-sidades. En el caso de los hoteles de empresas no se produce una rotación forzada de las em-presas que se alojan en ellos.

Se ofrecen únicamente servicios básicos (espacios comunes, administración, recepción de llamadas, etc.), que pueden abrirse también al resto de empresas del territorio (alquiler de sa-las de reuniones, aulas, salas de conferencias, etc.).

Los beneficios de este tipo de centros llegan a muy pocas empresas por lo que sólo tienen sentido cuando el territorio ya dispone de las dos tipologías de centros mencionadas ante-riormente.

Los criterios y recomendaciones de esta guía se refieren sobre todo a los viveros de empre-sas o incubadoras, porque este es el modelo más extendido en la demarcación de Barcelona y, al mismo tiempo, el que produce mayor impacto en el desarrollo económico del territorio. Sin embargo, muchos de los criterios referidos a los viveros de empresas son igualmente vá-lidos en el caso de los centros y hoteles de empresas. En caso contrario, se matizará la reco-mendación para cada tipología. (Figura 1.1.2a)

Por último, hay que recordar que los viveros, centros y hoteles de empresas pueden promo-cionarse desde el ámbito público o privado, según se reproduzca el modelo europeo o el mo-delo americano, respectivamente. Por otra parte, los centros de negocios privados compar-ten muchas características comunes con los hoteles de empresas, y ofrecen exclusivamente servicios básicos ligados a la infraestructura. Es importante combinar y equilibrar las ofertas pública y privada de manera que sean complementarias.

3332

pacios compartidos (salas de reuniones, aulas, etc.) y de los espacios comunes (office, sala de descanso, etc.).

Una empresa de vivero ha de tener asimismo una actitud abierta y estar predispuesta a es-tablecer contactos e iniciar proyectos comunes. Esta actitud maximizará el impacto del vive-ro, que no sólo servirá para dar servicios que supongan un ahorro económico y/o mejoren la supervivencia de la empresa, sino que también influirá, a la larga, en la sinergia empresarial del territorio. Por este motivo, están ganando cada vez mayor peso el servicio de networking que ofrecen algunos viveros y las organizaciones físicas que facilitan el trabajo en equipo y en red, en las que la existencia de unos ámbitos comunes y compartidos del vivero, agradables y cómodos, es fundamental. Al mismo tiempo, algunos viveros cuentan incluso con espacios virtuales que refuerzan la red y permiten compartir proyectos de forma abierta o restringida.

La proliferación y evolución de las tecnologías ha dado lugar a la aparición de un nuevo mo-delo de profesional nómada y flexible que necesita muy pocos elementos para trabajar: el apoyo de un ordenador portátil, un teléfono móvil o una tablet táctil. La mayoría de estos profesionales trabajan desde su casa, con lo que se ahorran gastos infraestructurales; pero esta manera de trabajar supone a menudo un aislamiento y una barrera para el crecimien-to empresarial de la empresa, además de generar una rutina diaria un poco claustrofóbica.

El coworking es una nueva tipología de espacio de trabajo nacida en Estados Unidos (2005, San Francisco) desde el ámbito privado, especializada en este tipo de profesionales, mi-croempresas y personas emprendedoras. El concepto es simple: múltiples profesionales compartiendo un espacio preparado para trabajar individualmente, pero en comunidad. De hecho, el rasgo característico del cowoking radica en esta última palabra.

Para los profesionales autónomos, la red de contactos, clientes y colaboradores que se ge-nera alrededor de su actividad es fundamental, ya que cuanto más crezca esta red, más cre-cerán también las oportunidades de negocio. Y, sin duda, un ambiente de trabajo abierto, en el que se puedan compartir inquietudes, aptitudes y experiencias, fomenta la aparición de nuevas ideas y proyectos o mejora los ya existentes. Existen muchos profesionales que son conscientes de la importancia del trabajo en red y esta es la causa del nacimiento de esta nueva tipología de alojamiento empresarial.

En un espacio de coworking no puede faltar la figura del gestor o gestora, cuya misión es te-ner conocimiento de todos los perfiles profesionales y actividades empresariales que se en-cuentren en el espacio de coworking para generar conexiones y oportunidades y, al mismo tiempo, velar por la interacción de los usuarios y por la creación de una atmósfera positiva, creativa y agradable.

1 . 1 . 3 . aEl coworking

1 . 1 . 3 Formas de trabajo

Las empresas que se alojan en los viveros de empresas tienen un perfil característico que debe beneficiarse de la forma de trabajo que ofrecen dichos centros. Generalmente, las em-presas de vivero tienen una idea de negocio clara y distintiva, pero también una falta de cono-cimientos empresariales específicos. Esta carencia es la que se intenta suplir principalmen-te en los viveros de empresas, a partir del apoyo y de los servicios que en ellos se ofrecen.

Por otra parte, se trata de empresas de dimensión moderada (de dos a ocho trabajadores) en fase de crecimiento, expansión o consolidación y, por lo tanto, ávidas de establecer contactos y aumentar su presencia en el mercado. En este sentido, hay que señalar que no todas las em-presas del mercado cumplen este perfil y que, además, el hecho de alojar una empresa con un perfil diferenciado puede ir, en algunos casos, en detrimento del resto de empresas aloja-das. Por este motivo se suele efectuar (y se recomienda efectuar) una selección de las empre-sas susceptibles de acceder al centro. Los parámetros de selección de los viveros varían se-gún el centro, pero generalmente comparten elementos comunes. Así, de las empresas que quieren ser alojadas se suele valorar positivamente, entre otros aspectos:

La innovación del proyecto empresarial, no solo por lo que respecta a la novedad del producto o servicio que ofrecen, sino también a la forma de comercialización, gestión, inversión...

La viabilidad del plan de empresa o del proyecto empresarial.

El beneficio que suponen para el tejido productivo local.

El beneficio para la comunidad (actividades con base social, medioambiental, etc.).

El impacto en el empleo local, es decir, los puestos de trabajo directos e indirectos que pueden generar.

La pertenencia al municipio, que implica estar dadas de alta en el censo social del mismo.

El el caso de los viveros sectoriales, el hecho de que se dediquen a una actividad del sector determinado.

Aparte de estos factores, más referidos al proyecto empresarial, también habrá que tomar en consideración la filosofía de trabajo de la empresa. En este sentido, las empresas de vive-ro disponen de su espacio privado y personal (generalmente un espacio independizado pensa-do para el trabajo individual, con capacidad para un número de puestos de trabajo determina-do), pero a la vez tienen que integrarse en el centro y utilizar los espacios compartidos y comu-nes que ofrece (lo que, además, les supondrá una reducción importante del precio del alquiler, puesto que el alquiler normalmente se fija de acuerdo con la superficie del módulo que ocu-pan). Por consiguiente, conviene seleccionar empresas que aseguren una presencia mayorita-ria en el centro (se descartan, por ejemplo, perfiles comerciales) y un uso frecuente de los es-

3534

La preincubación, por lo tanto, se puede utilizar con el objetivo de gestar proyectos especial-mente interesantes que, precisamente por la innovación que aportan, pueden ser más vul-nerables en sus primeras etapas. Generalmente se trata de proyectos procedentes del ser-vicio de atención a personas emprendedoras que se encuentran en una fase avanzada del proyecto empresarial y con un interés futuro por ubicarse en el vivero de empresas de la en-tidad (en caso de que exista).

El emprendedor o emprendedora en preincubación dispone generalmente de un puesto de trabajo propio en un espacio compartido con otros emprendedores que trabajan en su pro-yecto empresarial y al mismo tiempo puede hacer uso de los espacios comunes y compar-tidos del centro (salas de reuniones, de descanso, etc.) y de los servicios que se ofrecen (for-mación, acompañamiento, networking, etc.). A cambio de ello tiene que abonar una con-traprestación económica que suele estar muy bonificada. La permanencia en el centro es limitada y los contratos se renuevan periódicamente (cada 3-6 meses).

En algunos casos, los viveros incluyen espacios destinados a las per-sonas emprendedoras en fase de creación del plan de empresa. Se trata de los denominados clubs de personas emprendedoras u open spaces. Estos espacios están abiertos a todos los ciudadanos que es-tén creando un proyecto empresarial (una persona emprendedora), que podrán acceder gratuitamente al asesoramiento técnico del cen-tro durante la elaboración del plan de empresa y, a la vez, a un espa-cio de trabajo abierto y compartido –sin lugares reservados ni hora-rios– con el resto de personas emprendedoras y usuarios del servicio.

Generalmente, los espacios de trabajo están equipados con mobiliario diverso, como en el caso de los espacios de coworking, a fin de crear diferentes zonas y ambientes: zonas de trabajo individual, zonas para el trabajo en equipo con mobiliario de reunión informal, zonas de des-canso, etc. Suelen contar con algunos lugares equipados con ordena-dores provistos de acceso a la red y software específico y, en su gran mayoría, están preparados para poder trabajar con el equipo perso-nal portátil y conexión Wi-Fi. En muchos casos, el espacio se comple-menta con una pequeña biblioteca formada por literatura especializa-da en el ámbito empresarial, normativas y recursos prácticos.

Además, el servicio de preincubación ofrece formación grupal para las personas emprendedoras en fase de creación de una empresa y puede incluir, en casos de gran envergadura, aulas de formación ex-clusivas.

1 . 1 . 3 . cEl servicio de atención a personas emprendedoras

Figura 1.1.3 .a

En las fotografías, dos de los espacios del club de personas emprendedoras de la incubadora de Glòries de Barcelona Activa, el ma-yor club de personas em-prendedoras de la demar-cación. A la izquierda, una zona de trabajo más tradi-cional, equipada con orde-nadores que disponen de software específico para desarrollar el plan de em-presa. A la derecha, una zona más distendida para trabajar informalmente o reunirse.

Fuente: la fotografía de la izquierda ha sido cedida por Barcelona Activa. ☒

El vínculo que los profesionales y/o microempresas establecen con el centro es temporal, con contratos mensuales, bimestrales o semestrales, según la relación que se establezca con el centro. Así pues, dentro del concepto de coworking hay diferentes maneras de traba-jar que implican también diferentes niveles de relación con el centro:

Reserva de un espacio (no fijo) equipado para trabajar con terminales portátiles: esta modalidad podría definirse como un cibercafé especializado (donde todos los clientes son actores del mundo empresarial) con servicios comunitarios añadidos (salas de reuniones, formación, actividades grupales) y asesoramiento individuali-zado. Los usuarios pueden reservar un espacio para unas horas determinadas al día o a la semana con flexibilidad total y los contratos tienen una duración muy cor-ta (mensuales o bimestrales).(3)

Reserva de uno o varios (máximo cuatro) puestos de trabajo fijos en un espacio compartido: en esta modalidad, los usuarios pueden instalar maquinaria fija (orde-nadores de sobremesa, teléfono, etc.), además de disponer de mobiliario exclusivo. La reserva del espacio es obligatoriamente de 24 horas y los contratos tienen una duración superior (semestrales o anuales).

En ambas modalidades, el centro suele incluir en el precio de alquiler los servicios de reprografía e impresión, recepción de llamadas, teléfono e internet.

Así pues, el coworking, que nació de la iniciativa privada, se ha ido implementando última-mente en los viveros de empresas públicos. El coworking más común en los centros de la de-marcación de Barcelona es la segunda modalidad, con un puesto de trabajo fijo. Sin embar-go, hay que tener en cuenta la facilidad con la que puede adecuarse una sala para el cowor-king tipo cibercafé, los ingresos extra que supone y el impacto positivo que puede tener sobre el centro gracias a la actividad y el dinamismo que genera. Además, como ventaja añadida, los espacios de coworking pueden servir como etapa inicial de una empresa que en el futuro se quiera alojar en un módulo independiente del vivero. El coworking puede ser también, por consiguiente, un laboratorio de experimentación para el vivero que se vaya adaptando y cam-biando según las necesidades del mercado.

(3) No debe confundirse con un club de personas emprendedoras o un ser-vicio de preincubación (ver los subapartados 1.1.3.b y 1.1.3.c). En un espacio de coworking, los usuarios son autónomos o microem-presas ya constituidas que han de tener garantizada en cualquier caso la disponibi-lidad de un puesto de tra-bajo (aunque no sea fijo) y, además, el acceso a la co-munidad (por ejemplo, una plataforma virtual donde compartir currículo y pro-yectos).

(4) Es el caso del espa-cio de coworking La Canti-na, en la incubadora Toulon Var Technologies de Toulon, Francia. Dichter, Giordano; Huwart, Jean-Yves; Vanrie, Philippe. «Technical Notes #01. Coworking: Collabotati-ve spaces for microentrepre-neurs» [en línea]. Bruselas: European Business Innova-tion Center Network, 2012. <http://www.ebn.eu/assets / a s s e t s / p d f / q u a l i t y / coworking%20technicalnotes .pdf> [Consulta: Consulta: 6 de febrero de 2014]

1 . 1 . 3 . b La preincubación

Algunos viveros han innovado en el ámbito del coworking fijando exi-gencias de entrada diferentes del resto de espacios de alojamiento. En estos casos no se pide un proyecto rentable a corto plazo, sino simple-mente un proyecto interesante e innovador(4) que en un futuro se pueda convertir en una empresa. Esta variante de alojamiento ha permitido el nacimiento de nuevas empresas que difícilmente se habrían creado sin este apoyo y acompañamiento previo.

Las personas emprendedoras que tienen acceso a la preincubación han de estar trabajando en un proyecto que haya alcanzado cierto grado de madurez y que conlleve un alto nivel de implicación, aunque todavía no se encuentre en la fase de generar ingresos. De esta manera, el pro-yecto empresarial se desarrolla en un entorno inmejorable, lo que au-mentará las posibilidades de que termine convirtiéndose en una em-presa rentable.

3736

1 . 2 . 2Personal técnico y administrativo del centro

En situaciones de puntas de trabajo (entregas importantes, encargos de última hora, etc.), pue-de ser que las empresas alojadas necesiten ampliar temporalmente su plantilla y alargar el horario laboral hasta muy entrada la noche o durante los fines de semana. Hay que tener pre-sentes estas necesidades sobrevenidas de las empresas y ser lo suficientemente flexibles para que el centro las pueda satisfacer. Esto significa, entre otras cosas, tener la posibilidad de adap-tar una sala de reuniones temporalmente como espacio de trabajo, disponer de mobiliario ex-tra para estas ocasiones, adaptar de forma rápida el sistema de control de accesos para los usuarios temporales y, especialmente, permitir un acceso indefinido al centro durante las 24 horas del día los 365 días del año. Así pues, con el objetivo de afrontar estas contingencias, el gestor o gestora del vivero ha de tener las herramientas adecuadas para gestionar eficiente-mente los espacios, los recursos y los insumos (ver el glosario del anexo) del edificio.

En este caso hablamos principalmente de los trabajadores del ayuntamiento o ente local que gestiona la infraestructura. Según la dimensión del centro, se tratará de una plantilla más o menos numerosa. La plantilla básica o mínima debería estar formada por:

Recepcionista: persona o personas encargadas de atender las visitas de usuarios externos y de gestionar las llamadas telefónicas, el correo y la paquetería. Trabajan a jornada completa, con horario de mañana y tarde. Habitualmente, el servicio de recepción se alarga hasta las 19 o 20 horas. El puesto de trabajo de estas personas se sitúa en la recepción del centro, junto al acceso, y es necesario que permanez-can en el mismo durante toda la jornada laboral.

Personal administrativo: persona o personas encargadas de la gestión administra-tiva del centro, es decir, administración de facturas, consumos, gestión de solicitu-des, contratos, etc. Trabajan a jornada completa, en horario de mañana o de maña-na y tarde. Su lugar de trabajo es una mesa equipada en las oficinas del centro. El personal administrativo puede acumular mucha documentación por lo que es im-portante que disponga de un espacio de archivo.

Conserje o personal de mantenimiento: persona encargada del mantenimiento ge-neral de las instalaciones. Puede ser personal compartido con otros equipamientos del ente local. No obstante, debido a la continua rotación de usuarios que se produ-ce en los módulos de trabajo, y para obtener la máxima eficiencia, se requiere que sea una persona con un conocimiento profundo del funcionamiento de las insta-laciones del centro y capacitada para reprogramar los diferentes sistemas del edi-ficio en cada situación de ocupación. Debe disponer de un almacén donde guar-dar las herramientas que necesita para desarrollar su labor, así como una central de control.

Personal técnico de apoyo especializado: persona o personas encargadas del acompañamiento y apoyo de valor añadido a las empresas alojadas en el cen-tro o vinculadas al mismo. Normalmente tiene que haber, como mínimo, un técni-co o técnica interno a jornada completa. En algunos casos, la plantilla puede com-plementarse con colaboradores externos, con personal técnico compartido entre

Para definir las necesidades espaciales, funcionales y técnicas del edificio es esencial identi-ficar a los diferentes colectivos de usuarios que habitarán el vivero. Así pues, en un vivero de empresas pueden distinguirse los siguientes grupos de usuarios:

Son los principales usuarios del edificio, los que vivirán en él como si fuera su casa. Serán rotativos, por lo que es posible que vayan cambiando de rutinas a lo largo de los años, ya sea debido a la renovación temporal de empresas o a la evolución de estas a lo largo de los años de estancia, desde la etapa inicial como empresa germinal hasta el final, como empre-sa más consolidada (posiblemente con más personal, más reuniones y más interacción con las empresas alojadas en el centro).

Se trata de usuarios que habitarán el edificio durante la jornada laboral diurna (entre las 8 y las 20 horas), si bien por lo que respecta a horarios y disponibilidad de espacios compartidos, los usuarios han de encontrar en el vivero las mismas facilidades de acceso y permanencia que tendrían en una empresa situada fuera del centro. En este sentido, el vivero no debe im-poner restricciones y, en momentos puntuales, tiene que poder permitir la presencia de es-tos usuarios más allá de la jornada estándar.

Por otra parte, y como consecuencia de esta presencia continuada, son usuarios que pre-visiblemente desayunarán, comerán y merendarán en el centro o en bares y restaurantes próximos y que, por lo tanto, serán los principales usuarios de las zonas comunes que el centro ofrezca.

En muchos casos, la persona emprendedora responde a un perfil poco receptivo por lo que respecta a la interacción. Suele costarle mantener relaciones con otros compañeros aloja-dos en el centro y puede llegar a ser muy celoso de su trabajo y su negocio. Esta es una de las características que ha de intentar corregir el personal técnico que da apoyo a las perso-nas emprendedoras, puesto que la posibilidad de establecer contactos y encontrar colabora-dores es uno de los beneficios de alojarse en un vivero de empresas. Así pues, con el objeti-vo de fomentar las relaciones personales y profesionales, se organizan acciones de networ-king entre las empresas alojadas en el centro.

1 . 2 . 1 Profesionales, empresarios y trabajadores de los módulos de trabajo

CAPÍTULO 1.2 LOS USUARIOS Y LAS ACTIVIDADES

3938

Aunque en un vivero de empresas el asesoramiento a las personas emprendedoras no es im-prescindible, a menudo es un servicio añadido que convive con el resto de prestaciones ofreci-das por el centro. Esta convivencia, bien gestionada, puede contribuir al éxito del vivero ya que conlleva un flujo de usuarios constante y ayuda a crear un adecuado ambiente de negocios.(5)

Los usuarios de este servicio tienen una afluencia continua al centro, sobre todo por la tarde, lo que puede dar lugar a algún problema de seguridad y, por lo tanto, hay que tener en cuen-ta al diseñar los accesos.

1 . 2 . 5Personas emprendedoras asesoradas por el servicio de emprendeduría

(5) Es el caso, por ejemplo, de la incubadora de Glòries de Barcelona Activa (que se encuentra en funciona-miento desde el año 1989), que en 2009 incorporó el servicio de atención a las personas emprendedoras en la planta baja del centro. Este nuevo espacio está siempre «inundado» de jó-venes y personas empren-dedoras con mucha inicia-tiva, por lo que desde este punto de vista puede con-siderarse un éxito. Es muy destacable el ambiente que en él se respira, acompaña-do de una estética en con-cordancia con la actividad que genera.

Figura 1.2.5.a

Elaboración propia con ca-rácter orientativo a partir de los centros en funcio-namiento del Directori dels espais d'allotjament em-presarial d'iniciativa local (Directorio de los espacios de alojamiento empresa-rial de iniciativa local) de la demarcación de Barcelona.

USUARIOS ESPACIOS QUE OCUPAN

HORARIOS CARACTERÍSTICAS%

(ocupación)

Empresas 69%

13%

4%

12%

2%

Recepcionista

Conserje

Administrativos

Técnicos de apoyo

Dirección

Personal

Clientes

Asistentes a la formación

Personas emprendedoras

- Módulos de trabajo (compartido o individual)

- Espacios relacionales

- Salas de reunión

- Salas de reunión y salas de espera

- Espacios de circulación y relacionales

- Aulas

- Salas de reunión- Oficinas de atención

- Recepción

- Centro de control - Almacén

- Oficinas

- Oficinas- Salas de reunión- Salas de formación

- Despacho de dirección

- Mayoritariamente,de 8 a 20 h

- Esporádicamente, noches y fines de semana

- Mayoritariamente, mañanas de 10 a 15 h

- Mayoritariamente, tardes de 15 a 20 h

- Mañana y tarde - Afluencia superior por

las tardes

- De 8 a 20 h

- De 8 a 15 h

- De 8 a 15 h

- De 8 a 20 h

- De 8 a 20 h (flexible)

- Poco receptivos a la interacción, hay que dinamizarlos.

- Asiduidad diaria, sensibles al transporte público y/o a la dispo-nibilidad de aparcamiento.

- Rotativos - Usuarios principales de los espa-

cios de relación. - Usuarios de los servicios que ro-

dean al centro- Pueden necesitar ampliaciones

puntuales de puestos de trabajo. - Necesitan almacenamiento.

- Aglomeraciones puntuales.- Focos de ruido. - Necesitan espacios de espera y

descanso. - Potenciales clientes de las em-

presas y del centro.

- Complementarios: aportan acti-vidad y dinamismo.

- Potenciales clientes del centro y de las empresas.

- Sensibles al transporte público.

- Usuarios desconocedores del cen-tro: circulaciones claras.

- Potenciales clientes de otras em-presas o del centro.

- Sensibles a la estética de los espa-cios que ocupan.

- Preferencia por el transporte pri-vado.

- Recepción de llamadas, correo, pa-quetería, etc., de las empresas alo-jadas y domiciliadas.

- Control del acceso.

- Gestión de las instalaciones. - Gestión de los cambios y mudanzas. - Posibilidad de que sea un técni-

co compartido con otros equipa-mientos.

- Gestión de los gastos e ingresos del centro: contratos, facturas, etc.

- Necesitan espacio de archivo.

- Personal interno o compartido con otros viveros.

- Captación y selección de las em-presas que se alojarán en el centro.

- Apoyo experto a empresas y em-prendedores.

- Dinamización y organización de las actividades de formación.

- Supervisión, control y promoción de las actividades del centro.

varios centros o, incluso, con empresas alojadas en el propio centro que ofrezcan servicios gratuitos al resto de empresas a cambio de bonificaciones. Estas perso-nas tienen que efectuar labores diversas, como realizar la selección de las empre-sas que se ubicarán en el centro, promover campañas de difusión u organizar se-siones de dinamización y de formación especializada. Su lugar de trabajo es una mesa equipada en las oficinas del centro y preparada para poder atender visitas. Conviene situarlas cerca de las personas emprendedoras y de las empresas aloja-das porque tienen un contacto continuo con ellas.

Director o directora del centro: persona encargada de gestionar y supervisar las ac-tividades que se desarrollan en el centro. En las experiencias analizadas en la de-marcación de Barcelona, se implica mucho en la vida cotidiana del vivero (man-tiene contactos con las personas emprendedoras, participa en las actividades de networking y de formación, etc.), por lo que sus funciones lo ocupan de forma ex-clusiva durante toda la jornada laboral. Suele disponer de despacho propio, anexo a la zona de trabajo del personal técnico y del personal administrativo.

1 . 2 . 3

1 . 2 . 4

Clientes y colaboradores de las empresas alojadas

Asistentes a las actividades de formación y networking

A menudo son visitantes que acceden por primera vez al centro y no conocen la configu-ración interna del edificio, por lo que esta deberá presentar un recorrido claro e intuitivo. Se pueden mover libremente por el vivero, pero también se puede prever que el personal del centro los guíe hasta espacios determinados como, por ejemplo, una sala de reuniones o bien que permanezcan en recepción o en una sala de espera hasta que un responsable de la empresa los acompañe.

Es importante cuidar la estética y representatividad de los espacios que ocuparán estos usuarios (recepción, sala de espera, circulaciones y salas de reuniones) dado que influyen en la imagen de las empresas alojadas. En este sentido, hay que tener en cuenta que es-tos usuarios actuarán como potenciales canales de difusión del centro –o incluso serán fu-turos clientes del mismo– en la medida en que queden bien impresionados por los espa-cios y servicios que ofrece.

Las visitas pueden producirse a lo largo de todo el día, aunque en general suelen ser más comunes en horario de mañana, entre las 10 y las 14 horas. Se trata de visitas programadas con antelación y de las que el centro y la recepción han de tener conocimiento.

Son visitantes que asisten esporádicamente al centro. Así pues, al igual que en el caso an-terior, no conocen la configuración interna del edificio por lo que el recorrido que tengan que efectuar debe ser claro e intuitivo.

Se trata de grupos de personas relativamente numerosos, algo que, por otra parte, puede perturbar el ambiente de trabajo de las personas emprendedoras alojadas. En cualquier caso, es necesario que dispongan de un espacio de espera y descanso para los momentos anterio-res, intermedios y posteriores a las actividades de formación que tienen lugar en las aulas y mayoritariamente en horario de tarde.

4140

1 . 3 . 1 Análisis del contexto territorial

Habrá que efectuar un estudio de la situación económica y empresa-rial del municipio. Tal como se ha señalado antes, un vivero de em-presas es un tipo de infraestructura que va mucho más allá del he-cho de ofrecer servicios estrictamente inmobiliarios. Por consiguien-te, el vivero de empresas debe ser un instrumento más dentro de la estrategia económica del municipio, con una cartera de servicios es-tudiada y adaptada a las necesidades.

Por lo tanto, antes de plantear un primer equipamiento de alojamien-to empresarial en un municipio es del todo aconsejable que el ente local tenga una trayectoria suficientemente consolidada en el servi-cio de apoyo a la creación y consolidación de empresas y, en concre-to, cuente con un centro local de servicios a las empresas en funcio-namiento.(6) (Figura 1.3.1.a)

Por otra parte, hay que evitar la creación de infraestructuras sobre-dimensionadas respecto al público potencial del territorio, que están condenadas al fracaso por falta de recursos.(Figura 1.3.1.b)

En este sentido, debe tenerse en cuenta que un centro de alojamiento empresarial es un instrumento de promoción económica caro, cuya viabilidad económica depende directamente de los ingresos obteni-dos a través del alquiler de los espacios, por lo que es esencial garan-tizar un porcentaje de ocupación elevado de los espacios del centro –alrededor del 80%– y, para conseguirlo, hay que equiparar la oferta a la demanda potencial.

Esta reflexión, que es válida también para el resto de equipamientos públicos, en el caso de los viveros de empresas debe sopesarse con el concepto de masa crítica, porque si el vivero quiere influir en la ten-dencia de creación de empresas de un territorio necesita una masa crítica suficiente. Es fácil llegar a la conclusión de que la simple oferta de un espacio físico a bajo precio a un número determinado de em-presas del territorio no es suficiente para influir en la creación de nue-vas empresas. Para llegar a ser un verdadero foco de irradiación de actividad económica, el vivero tiene que ir más allá y convertirse en un espacio de colaboración, un polo de actividad donde se respire am-biente de negocios y un lugar de referencia en el que sea posible en-contrar apoyo e información, compartir experiencias y crear sinergias entre personas emprendedoras.

En este sentido, hay que evitar infraestructuras demasiado pequeñas que no puedan asumir este papel y se conviertan en meros espacios de alquiler a buen precio, unos espacios que producirían un impac-to casi inapreciable en el territorio a costa –con toda probabilidad– de un balance económico negativo. Estudios previos a la elaboración de

Figura 1.3.1.a

Experiencia en el asesoramien-to a empresas y emprendedores: CLSE de larga trayectoria.

Figura 1.3.1.b

Evitar viveros sobredimensiona-dos. Dimensionar la infraestruc-tura según la demanda.

CLSE

SM

L

Los viveros de empresas tienen un rasgo característico que los diferencia del resto de equi-pamientos públicos: no responden a una demanda social directa (tal como puede suceder en el caso de los centros de tercera edad, guarderías o bibliotecas), sino que son fruto de la po-lítica de promoción económica del municipio. Y esto se debe a que el impacto de las accio-nes de promoción económica no es apreciable de forma directa por la gran mayoría de la po-blación ya que los destinatarios de estas acciones son los empresarios y las personas em-prendedoras del municipio. No obstante, la calificación de equipamiento es consecuente con la función de servicio a un sector de la población y con el concepto de interés público (en for-ma de repercusión en el conjunto de la ciudadanía), puesto que se trata de un equipamiento para la promoción del trabajo.

Parece normal, por lo tanto, que los equipamientos de alojamiento empresarial lleguen me-jor al discurso político en tiempo de crisis. Hoy en día, las acciones de promoción económica y apoyo a las personas emprendedoras son muy habituales, aun cuando hay que evitar to-mar decisiones poco meditadas que se vean condenadas al fracaso por falta de una reflexión previa.

Las experiencias con mayor éxito de la demarcación se basan en planes estratégicos y hojas de ruta de larga trayectoria. De acuerdo con estas experiencias, antes de encargar la redac-ción del proyecto arquitectónico al equipo de arquitectos se recomienda realizar una reflexión previa a través de un estudio de programación o un estudio de viabilidad que tenga en cuen-ta los siguientes parámetros

Análisis del contexto territorial.

Localización de la infraestructura.

Características del solar.

Edificio nuevo o rehabilitación de uno ya existente.

El vivero dentro de un edificio heterogéneo: usos recomendables

y usos que hay que evitar.

CAPÍTULO 1.3CONDICIONANTES PREVIOS: PLANIFICACIÓN

>

(6) Los centros locales de servicios a las empresas (CLSE) son departamen-tos municipales cuyo obje-tivo es desarrollar el tejido empresarial de su territo-rio ayudando a crear, con-solidar y hacer crecer nue-vas empresas y mejorando la competitividad de las ya existentes. Su actividad se centra en acompañar a las personas emprendedoras y a las empresas en los pro-cesos de gestación, crea-ción, puesta en marcha y consolidación de sus ini-ciativas empresariales me-diante varios instrumentos como, por ejemplo, concur-sos de ideas, seminarios de fomento de la cultura em-prendedora, asistencia téc-nica, análisis de los proyec-tos empresariales o apoyo al efectuar los trámites ne-cesarios.

4342

Figura 1.3.1.f

Análisis de la competen-cia: oferta pública y privada existente.

<

(7) Es el caso, por ejem-plo, del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès, que tiene un convenio con dos centros privados de nego-cios de la ciudad: el SCTrade Center y el Esade Creàpo-lis. A raíz de dicho convenio, las personas emprendedo-ras atendidas por el Ayun-tamiento pueden acceder a estos centros con una boni-ficación en el coste mensual del alquiler, que es subven-cionado por el propio Ayun-tamiento de Sant Cugat.

1 . 3 . 2 Localización de la infraestructura

En la mayoría de los casos, la ubicación del vivero responde a la apa-rición en escena de una oportunidad sobrevenida de ocupar un edifi-cio que ha quedado en desuso, más que al resultado de una reflexión sobre el entorno adecuado para la infraestructura.

Esta falta de reflexión previa puede deberse a que, a diferencia de otros equipamientos como, por ejemplo, los educativos o sanitarios –cuya ubicación se predefine en el planeamiento urbanístico general de los municipios–, los urbanistas no suelen planificar por adelanta-do la ubicación de los viveros de empresas.

De hecho, esta característica podría ir a favor de los viveros dado que traslada la reflexión al momento determinado en el que nace el pro-yecto de crearlos. La realidad, sin embargo, es que en la mayoría de casos los viveros suelen quedar relegados a solares o edificaciones disponibles en el momento oportuno, sin una valoración cuidadosa de los pros y contras del entorno.

Sin embargo, la ubicación de estas infraestructuras dentro de la ciudad es un aspecto clave puesto que pueden convertirse potencial-mente en un nuevo polo de actividad económica del municipio. En al-gunos casos, pueden servir como motor para la recuperación eco-nómica de un tejido obsoleto, sobre todo en combinación con otros equipamientos complementarios.

esta guía establecen la superficie mínima de estas infraestructuras en unos 2.000 m2 de superficie construida, y no sólo para generar un impacto notable sino también para garantizar la viabilidad económi-ca del centro. En el caso de municipios pequeños, esta consideración puede reclamar la actuación conjunta y mancomunada de varias ad-ministraciones locales.(Figura 1.3.1.c)

No es el objetivo de esta guía profundizar en la metodología de aná-lisis social y económico del municipio previa a la decisión de cons-truir o no un equipamiento de alojamiento empresarial. Sin embar-go, enunciaremos algunos de los factores clave que hay que analizar para iniciar la reflexión:

Análisis de la población activa del municipio (entre 16 y 64 años), así como de la demografía empresarial y el índice industrial (consultar el Anuario Económico de España ela-borado por "la Caixa"). Con estos y otros datos complemen-tarios, puede obtenerse una radiografía del estado del terri-torio y de la existencia o no de una masa crítica de clientes potenciales del futuro centro.(Figura 1.3.1.d)

Análisis del tipo de actividad económica del territorio, dis-tribución de la población ocupada por sectores de activi-dad, preexistencia de clústeres empresariales que requie-ran una reactivación, etc. Este análisis servirá para deci-dir la tipología de centro que necesita el territorio: vivero de empresas de servicios, industrial, mixto, tecnológico o sec-torial..(Figura 1.3.1.e)

Análisis de la oferta de espacios de alojamiento empre-sarial existentes en el área de influencia del futuro centro. Habrá que analizar la oferta privada de los centros de ne-gocios (calidad, disponibilidad, servicios y precios) y de los centros públicos de otros entes vecinos (grado de ocupa-ción, tipo de espacios, tipología de alojamiento y servicios ofrecidos). Este análisis es importante en tanto en cuanto puede llegar a suponer un cambio rotundo de la estrate-gia a seguir. Si se da el caso de que ya existe mucha ofer-ta, la actuación de la Administración deberá enfocarse ha-cia la colaboración con los centros ya existentes.(7) (Figura 1.3.1.f)

Es posible que el resultado de este análisis previo recomiende no rea-lizar el equipamiento por falta de demanda o que ponga de manifies-to la necesidad de emprender otras alternativas más viables, econó-micas y efectivas para la Administración.

Figura 1.3.1.c

Garantizar una masa críti-ca suficiente para influir en el desarrollo económico del territorio.

Figura 1.3.1.e

Estudio del tipo de actividad económica del territorio.

Figura 1.3.1.d

Análisis de la población activa, de la demografía empresarial y del índice industrial.

Ten

dèn

cia

4544

El primer factor que hay que considerar para decidir la situación del futuro vivero es el tipo de centro que se quiere impulsar y, por consi-guiente, la estrategia a seguir. Como es lógico, no tendrá los mismos requerimientos un vivero sectorial que un vivero genérico o uno in-dustrial. Un vivero ligado a la producción manufacturera, por ejem-plo, deberá situarse cerca de una zona donde se den usos industria-les. En cambio, un vivero sectorial de diseño, por ejemplo, debería construirse en torno a determinados espacios como, por ejemplo, escuelas universitarias de diseño o áreas urbanas donde proliferen talleres de artistas, galerías de exposiciones o clústeres en desa-rrollo.

Tomando esta consideración como prioritaria, existen una serie de características comunes a todos los viveros. En calidad de generado-res de actividad económica y social, los viveros pueden actuar como potentes atractores y establecer sinergias con otros equipamientos o dotaciones afines.

Como atractor, el vivero:

Tiene capacidad de transformar el lugar donde se inserta,

Una vez implantado, puede actuar como catalizador de otras operaciones públicas o privadas.

Por otra parte, el vivero también se nutre de los servicios y comer-cios que existen en su entorno –al tiempo que puede reavivarlos (Figu-

ra 1.3.2.b) –,especialmente de aquellos que permiten complementar su actividad cotidiana y por lo tanto habrá que tomarlos en consideración cuando se programe la construcción del centro.

Como ejemplo de transformación del entorno, la incubadora de Glòries de Barcelona Activa supuso la primera actuación de recon-versión del barrio del Poblenou y hoy en día se ha generado alre-dedor del vivero un entorno inmejorable, con el Centro Comercial Glòries justo al lado y el nuevo distrito 22@.

En este sentido, los aspectos que se valoran positivamente, en or-den de relevancia, son:

1 . 3 . 2 . aSinergia territorial

Figura 1.3.2.b

El vivero se nutrirá de los servicios de la zona actuan-do al mismo tiempo como atractor.

P

N

XY

SINERGIA TERRITORIAL

Transportepúblico

Ejes viarios

ACCESIBILIDAD

VISIBILIDAD E

IDENTIFICACIÓN

DE MARCA

CARACTERÍSTICAS

DEL SOLAR

CALIFICACIÓN URBANÍSTICA

LOCALIZACIÓN

Figura 1.3.2.a

>

Así pues, hay que realizar un ejercicio de evaluación de los factores que aparecen en el siguiente gráfico:

4746

Proximidad a asociaciones empresariales, cámaras de comercio y otros agentes de promoción económica:

Tal como sucede en el caso de las oficinas de promoción económica de los ayuntamientos, se trata de agentes –públicos o privados– que dan apoyo a las personas emprendedoras por lo que también es recomendable que haya entidades de este tipo cerca de los viveros; de he-cho, pueden compartir incluso edificio (más adelante se detallarán los usos compatibles con los viveros cuando forman parte de un edificio heterogéneo).

Proximidad a áreas de negocios de la ciudad, edificios de oficinas y centros de negocios:

Para las personas emprendedoras que se ubican temporalmente en el vivero, disponer de un entorno dotado de espacios privados donde poder continuar su actividad siempre es po-sitivo. Además, desde el vivero se pueden impulsar acciones de colaboración público-priva-da dirigidas tanto a las empresas que salen del centro como a las que se vinculan al mismo, lo que maximizará el impacto producido en el área de negocios. Asimismo, las empresas de las áreas de negocios también podrán beneficiarse de los servicios y la formación que ofre-ce el vivero.

Proximidad a suelos de uso industrial:

La proximidad a las áreas industriales de los municipios puede ser positiva según la tipología del centro. En efecto, los viveros industriales se situarán en entornos urbanos destinados a estos usos dentro del planeamiento urbanístico. Hay que señalar, no obstante, que no es fre-cuente encontrar viveros de empresas exclusivamente industriales, sino que acostumbran a ser centros mixtos que también ofrecen alojamiento a empresas de servicios.

El emplazamiento en polígonos de actividad económica (PAE) tiene aspectos positivos y ne-gativos:

Entre los positivos hay que destacar que existen muchas actividades empresaria-les que necesitan tanto un espacio industrial como una oficina. En algunos casos, las empresas ubicadas en viveros exclusivamente de servicios completan su acti-vidad con espacios industriales privados.

Entre los negativos, hay que señalar que normalmente los polígonos industriales son zonas mal comunicadas en cuanto a transporte público y alejadas de la activi-dad comercial y los servicios, que normalmente radican en el casco urbano.

Por consiguiente, es importante efectuar una reflexión de acuerdo con los datos obtenidos en el análisis del tipo de actividad económica del territorio y, al mismo tiempo, con los obtenidos del estudio del tipo de actividades que quiere alojar el futuro centro.

En caso de que finalmente se opte por ubicar el vivero dentro de un PAE del municipio, es re-comendable situarlo en parcelas limítrofes con zonas urbanas de usos mixtos (terciarios y re-

Proximidad a ejes comerciales, restaurantes, bares, etc.:

Existen muchos comercios y servicios que facilitan la actividad de las empresas, por cuya ra-zón la mayoría de empresas de servicios prefieren los centros urbanos para instalarse. Sin embargo, una ubicación excesivamente céntrica puede resultar contraproducente ya que di-ficulta mucho la accesibilidad (embotellamientos, calles peatonales, direcciones complejas, etc.). Así pues, hay que encontrar un término medio en un área urbana bien provista de ser-vicios (evitando barrios exclusivamente residenciales) y que tenga la mejor accesibilidad po-sible, con tráfico fluido, óptima conexión con las vías interurbanas y dotaciones de transpor-te público.

Por lo tanto, se valorará sobre todo la proximidad a aquellos comercios y servicios que permi-tan complementar la actividad cotidiana del centro, es decir:

Comercios como, por ejemplo, papelerías, copisterías, librerías, etc.

Servicios como, por ejemplo, gestorías, empresas de paquetería y mensajería, ofi-cinas bancarias, notarías, bufetes de abogados, empresas de alquiler de vehículos, bares y restaurantes, etc.

De hecho, una vez puesto en marcha, es posible que el centro atraiga diferentes actividades por lo que sería conveniente emplazar el vivero en un lugar que permita la futura implanta-ción de este tipo de comercios y servicios (es decir, que tenga disponibilidad de locales, so-lares edificables, etc.).

Proximidad a las oficinas de promoción económica del ayuntamiento:

Tener cerca las oficinas de este servicio es muy positivo, hasta el punto de que las dependen-cias del personal dedicado al apoyo a las personas emprendedoras y a las empresas a me-nudo se trasladan al vivero, lo que aporta actividades y usuarios de valor añadido al centro.

Proximidad a centros de investigación y enseñanza superior:

Gran parte de las personas emprendedoras de los viveros provienen del mundo universita-rio. En muchas ocasiones se trata de profesionales que tienen muy claro el producto o servi-cio que quieren vender, pero que poseen pocas capacidades directivas y nociones empresa-riales básicas. Por este motivo, situar el futuro centro en un entorno universitario es positivo porque el vivero puede establecer sinergias con el centro educativo.

Algunos de los viveros con mayor éxito de la demarcación trabajan conjuntamente con cen-tros universitarios que, fruto de esta colaboración, han incorporado, por una parte, el fomen-to de la emprendeduría a su programa educativo y, por otra, proveen continuamente al vive-ro de personas emprendedoras con valor añadido. Por lo tanto, este aspecto no influye sólo en la ubicación física del vivero, sino también en la estrategia de promoción económica en la que se enmarcará el futuro centro.

4948

1 . 3 . 2 . b Accesibilidad

Otro factor que hay que considerar al elegir la ubicación del vivero es la accesibilidad del em-plazamiento, tanto por lo que respecta al transporte público y privado (motorizado y no mo-torizado) como a la disponibilidad de aparcamiento alrededor del centro. Pero en este análi-sis habrá que tener en cuenta que las preferencias de accesibilidad varían según los diferen-tes tipos de usuarios del vivero.

Por lo tanto, hay que distinguir entre:

Usuarios habituales (personal de las empresas alojadas y del propio centro): estos usuarios son sensibles a la disponibilidad de transporte público (estaciones de au-tobús, metro, tren, carriles bici...) y aparcamiento. La ubicación del vivero dentro del casco urbano consolidado suele implicar que se pueda acceder fácilmente al mis-mo con transporte público y no tanto con transporte privado (sobre todo en coche). Contrariamente, el emplazamiento en la periferia suele implicar mayores dificul-tades para el acceso mediante transporte público y, en cambio, mejor dotación de aparcamientos.

Usuarios no habituales (clientes, personas emprendedoras, asistentes a las activi-dades de formación): estos usuarios a menudo efectúan primeras visitas al cen-tro o se detienen en él de camino hacia otros destinos por lo que suelen preferir el transporte privado. Por esta razón les interesa sobre todo la proximidad –medida en tiempo– a las vías de comunicación interurbanas y, en consecuencia, valoran la previsión de plazas de aparcamiento y la rapidez de los accesos. En este sentido, la ubicación del vivero en espacios urbanos consolidados puede penalizarlos frente a otras ubicaciones más periféricas pero mejor comunicadas.

Hay que tener en cuenta que los usuarios habituales son los primeros interesados en ofre-cer una buena accesibilidad a los usuarios eventuales teniendo en cuenta que se trata de sus propios clientes. Por el contrario, el trabajo en redes y entornos virtuales tergiversa la relación física con el lugar y puede conllevar una disminución del número de visitas al centro restando así peso a los usuarios no habituales.

En cada caso habrá que efectuar una estimación del peso relativo de cada perfil de usuarios y valorar la preeminencia de unos sobre otros o la posibilidad de identificar situaciones urbanas que respondan simultáneamente a las particularidades de ambos perfiles.

Normalmente, las nuevas centralidades urbanas dan una buena respuesta en cuanto a cri-terios de accesibilidad, ya que suelen disponer de una buena oferta de transporte público (di-señado con el objetivo de garantizar el éxito de la nueva centralidad) y, al mismo tiempo, tie-nen disponibilidad de aparcamiento y buenos ejes de comunicación para el transporte privado.

Por otra parte, hay que recordar que toda actuación pública debe defender la promoción de la movilidad sostenible, por lo que este es otro argumento a favor de ubicar el vivero en una zona que cuente con buenos transportes públicos y que permita utilizar los ecológicos (como la bi-

sidenciales), estratégicas en cuanto a comunicaciones (próximas a las paradas de autobús, a los principales ejes rodados, a carriles bici, etc.) y estratégicas también por lo que respecta a vi-suales e imagen de marca (estos dos factores se desarrollarán más adelante).

También se valorará positivamente que existan superficies de aparcamiento de vehículos pesa-dos en la proximidad, ya sea en las calles circundantes o en bolsas de aparcamiento.

Tal como sucede con los comercios y servicios privados, hay oficinas de la Administración pú-blica que pueden ser de interés para las empresas ubicadas en el centro, dados los trámites que han de realizar (como, por ejemplo, las oficinas de Correos, las de Hacienda, las de la Se-guridad Social, las del Servicio de Empleo o las de Atención Ciudadana). Pero hay que señalar que aun cuando la presencia de estos servicios en el entorno urbano se considera positiva, no es conveniente que se sitúen dentro del mismo edificio del vivero.

Aun así, hay que tener presente que uno de los servicios avanzados que se está implantan-do en los viveros de empresas es la ventanilla única empresarial (VUE), que reduce significa-tivamente los desplazamientos y tiempos de espera de los empresarios cuando tienen que comunicarse con la Administración. Si se ha previsto ofrecer este servicio desde el vivero, la proximidad a los edificios administrativos mencionados pasaría a ser un aspecto poco rele-vante.

Figura 1.3.2.c

Imagen de la antigua pági-na web de Barcelona Activa como entorno urbano inte-rrelacionado.

Fuente: Imagen cedida por Barcelona Activa

Proximidad a otros equipamientos o edificios administrativos de interés para las empresas:

5150

Figura 1.3.2.d

La Incubadora de Glòries de Barcelona Activa se em-plaza en el distrito tecnoló-gico 22@, junto a una cen-tralidad comercial (el Centro Comercial Glòries) y un gran nudo viario como es la pla-za de Les Glòries. Hay que recordar que el plan 22@ es muy posterior (2001) a la entrada en servicio del vi-vero. Además, la incubado-ra ocupa unos talleres de la antigua fábrica Hispano Oli-vetti, lo que le presta un va-lor significativo.

Barcelona Activa es un caso paradigmático de imagen corporativa, puesto que combina una larga trayecto-ria, un servicio de calidad y todos los elementos comu-nicativos necesarios para generar marca.

Fuente: imagen aérea cedi-da por el Ayuntamiento de Barcelona (22@).

Oficinas BCN Activa

C.C. Glòries

IncubadoraGlòries

UniversidadPompeu Fabra

DISTRITO 22@

1 . 3 . 2 . dCalificación urbanística

Los viveros de empresas de ámbito local pueden ubicarse en parcelas calificadas como equipamiento (siempre que no tengan predefinido un uso público diferente) o parcelas cali-ficadas como zonas (ver glosario del anexo) del planeamiento que admitan el uso terciario, de oficinas y servicios, y/o industrial.

Evidentemente, para el ente local resulta mucho más económico ubicarlo en parcelas califi-cadas como equipamiento dado que el suelo es gratuito. No obstante, puede llegar a parecer contradictorio que se desarrollen actividades privativas en suelo público y esta contradicción puede generar dudas al conceder las correspondientes licencias ambientales de actividades a las empresas que se alojan en él.

Para evitar este conflicto es necesario tramitar un plan especial de determinación de usos de la parcela en cuestión a través del cual se determine el uso de vivero de empresas y se re-gule la obtención de licencia por parte de las empresas alojadas. Posteriormente, habrá que incluir en el proyecto la evaluación ambiental de las actividades del centro, que definirá –en-tre otros aspectos– el tipo de actividades que se admitirán en él..(9)

(9) Para ampliar la informa-ción referente a estos as-pectos, consultar el capítulo 1.5, «El proyecto: etapas de realización».

1 . 3 . 2 . cVisibilidad e identificación de marca

cicleta), lo que mejorará la calidad ambiental del municipio. Cuando menos, habría que plan-tear soluciones estratégicas como, por ejemplo, buscar una ubicación con un buen servicio de transporte público (y reforzar así el uso de este tipo de transporte en detrimento del privado in-dividual) y establecer convenios con aparcamientos privados del entorno del centro, ya sea para los usuarios del vivero que lo requieran o para sus clientes, lo que ahorrará costes de inversión.

En este sentido, es importante no olvidar que los viveros industriales situados en polígonos de actividad económica no tienen por qué quedar relegados exclusivamente a la accesibilidad en transporte motorizado privado y que también necesitan disponer de transporte público y/o ca-rriles bici. Por lo tanto, al planificar la ubicación de este tipo de viveros hay que tener en cuenta las estaciones próximas de transporte público (normalmente de autobuses) y garantizar plazas de aparcamiento para bicicletas cerca del centro o dentro del propio solar.

En cualquier caso, hay que compatibilizar los requisitos propios de una buena accesibilidad con los de sinergia territorial mencionados en el apartado anterior y los propios de la estrategia de promoción económica planificada como, por ejemplo, la consolidación y/o reactivación de un sector urbano determinado.

Así pues, de acuerdo con todo lo que se ha mencionado hasta ahora, en la fase de planificación del vivero se recomienda realizar un estudio de movilidad de las diferentes opciones de ubica-ción planteadas para tomar la decisión sobre una base objetiva, sobre todo en el caso de proyec-tos de gran envergadura.

Una imagen de marca potente del centro puede favorecer en muchos casos a las empresas que se alojan en el mismo,(8) siempre que la pertenencia al vivero les aporte cierto prestigio, más allá del beneficio económico. Del mismo modo, la marca del vivero se irá nutriendo con el tiempo de las empresas que se han alojado en el centro, las cuales, dentro de una estrategia económica, habrán sido convenientemente elegidas y seleccionadas.

La identificación del vivero dentro del tejido del que forma parte pue-de ser clave para su éxito.

En este sentido:

La colocación en ejes viarios principales o nudos de comu-nicaciones puede reforzar la visibilidad del edificio y, com-plementariamente, también la imagen de marca.

De la misma forma, puede ser un punto a favor de la ima-gen de marca la colocación del vivero en áreas urbanas estratégicas, como las nuevas centralidades, los parques tecnológicos, los polígonos industriales o las zonas univer-sitarias.

Igualmente, ubicarlo junto a espacios urbanos abiertos (plazas y avenidas) mejora la visibilidad del edificio y, al mismo tiempo, le aporta representatividad.

(8) Ver el capítulo 1.4 de esta guía, «La imagen cor-porativa».

5352

fachada

medianera

Figura 1.3.3.c

Evitar solares entre paredes medianeras.

Figura 1.3.3.d

Evaluar la incidencia de luz y ruido.

Figura 1.3.3.e

Prever reservas de suelo para ampliaciones o espa-cios públicos anexos al ac-ceso.

(10) Este aspecto se desa-rrolla en el capítulo 2.2, «Im-plantación en el lugar», de la segunda parte de la guía, concretamente en el apar-tado 2.2.1, «La orientación y las obstrucciones». Sin em-bargo, el criterio para valo-rar la conveniencia del solar puede simplificarse con las consideraciones menciona-das en este capítulo.

En este sentido, se desaconsejan los solares entre paredes medianeras o con gran profundidad edificable,(Figura 1.3.3.c) en especial los que tengan la dimensión larga del perímetro hipotecada. El vivero de Almogàvers Business Factory es un ejemplo de vivero entre medianeras, pero fue necesario establecer una servidumbre (ver el glosario del anexo) con la parcela vecina para abrir una gran entrada de luz a tra-vés de la medianera.

Se recomienda efectuar una primera evaluación de la incidencia de luz a partir del análisis de la orientación de las fachadas mayores del solar. En general, habrá que valorar positivamente las orientaciones norte-sur y negativamente las este-oes-te. Asimismo, un solar rodeado de edificios de gran altura y calles estrechas tendrá una menor incidencia de luz natural.(10)

Por otra parte, si consideramos el confort del espacio de trabajo, un solar próximo a infraestructuras viarias con mucho tránsito, a infraestructuras ferroviarias, etc., se verá afectado por el ruido que estas producen. Así pues, habrá que prever una in-versión superior en los elementos de cerramiento –en especial por lo que respec-ta a las aberturas– para garantizar un ambiente agradable en el interior del vivero.(Figura 1.3.3.d)

En el capítulo 1.7, «Ratios y proporciones», se dan indicaciones para poder calcular, a priori, la superficie de solar mínima necesaria de acuerdo con diferentes factores. Más allá de esta dotación mínima, podrá estimarse una reserva extra de suelo por los siguientes motivos:(Figura 1.3.3.e)

Para configurar un espacio público anexo al acceso al vivero, que aporta-rá dinamismo al centro, mejorará su imagen ya que destacará dentro de la trama urbana y, al mismo tiempo, generará un lugar de encuentro al aire libre. Este espacio puede ser especialmente conveniente en caso de edificios heterogéneos donde el vivero conviva, por ejemplo, con un cen-tro de convenciones.

Pero en previsión de futuras ampliaciones del edificio hay que vigilar que este espacio «sobrante» no quede abandonado empeorando así la ima-gen del edificio. Sería conveniente, por lo tanto, urbanizarlo mínimamen-te, lo que permitiría, además, utilizarlo como sala de descanso al aire li-bre, sala que se podría reubicar en la cubierta del edificio, por ejemplo, cuando se construya la ampliación del vivero.

En el caso de los viveros industriales, la actividad se desarrolla únicamente en la planta baja (aunque puede incorporar un vivero de servicios en la primera plan-ta). Debido a este aspecto hay que evitar solares con grandes desniveles, ya que en ellos la adaptación al terreno puede resultar complicada. Es oportuno señalar que los polígonos industriales se sitúan normalmente en zonas llanas y que raramen-te se delimitan parcelas con grandes desniveles.

No obstante, también es posible construir el vivero en suelo calificado como zona (ver el glo-sario del anexo) cuando se admita el uso terciario, de oficinas y servicios, y/o industrial, y siempre que se trate de parcelas de propiedad –o en cesión de uso– del ente local. Este as-pecto permite plantear la disociación del vivero, es decir, ubicar los servicios ofrecidos y los es-pacios comunes en sistemas de equipamientos (ver el glosario del anexo) desvinculando físi-camente los espacios de trabajo en edificios o locales próximos. En la aplicación de este mo-delo debe considerarse que:

Se reduce el tiempo necesario para poner en marcha el centro (dado que no es pre-ciso tramitar el plan especial) y al mismo tiempo las empresas pueden ajustarse legalmente a las condiciones que imponen sus actividades.

La hipotética reducción de los vínculos entre las nuevas empresas queda compen-sada por el hecho de que este modelo puede activar el tejido en el que se implan-ta. Planteado en sentido inverso, este podría ser un buen modelo de implantación cuando un ámbito urbano determinado presenta una situación de obsolescencia.

La dispersión de las empresas vinculadas puede dificultar la labor de seguimien-to y acompañamiento por parte de la Administración por lo que, en consecuencia, será necesaria una gestión mucho más activa que en el caso de los centros unita-rios para lograr los mismos objetivos (en cuanto a comunicación con las empre-sas, dinamización, tutela, lanzamiento de programas, difusión de la formación im-partida, etc.).

Las dimensiones y características de los solares disponibles son, en últi-ma instancia, un factor más a considerar a la hora de decidir la ubicación del vivero. Tal como veremos en la segunda parte de la guía, en los apar-tados 2.2.2. y 2.2.3, «Adaptación al solar: sistemas organizativos del vive-ro de servicios y del vivero industrial», respectivamente, el vivero de em-presas es adaptable a diferentes configuraciones, lo que facilita su ajuste al solar y a sus proporciones.(Figura 1.3.3.a)

En el caso de los viveros de servicios, el programa se puede desarrollar en varias plantas(Figura 1.3.3.b) sin que ello afecte a su funcionamiento. Pero es conveniente garantizar un número mínimo de módulos de empresa por planta que no debería ser inferior a seis (tomando en consideración que un módulo puede convertirse en coworking y así aumentar el núme-ro de empresas por planta).

Es importante que se trate de un solar con una buena superficie de fa-chada para intentar garantizar al máximo el acceso a la luz natural de to-das las unidades privativas del vivero (los módulos), teniendo en cuen-ta que la distribución interna del vivero es muy compartimentada debido a las dimensiones –relativamente reducidas– de los módulos y que esto, si no se dispone de mucha superficie de fachada, dificulta el acceso de la luz natural.

1 . 3 . 3 Características del solar

Figura 1.3.3.a

El programa de vivero es adaptable a diferentes formas.

Figura 1.3.3.b

El vivero de servicios admite el desarrollo en varias plantas.

5554

Por lo tanto, los principales atractivos o puntos fuertes de la reutilización y/o reha-bilitación de edificios son:

Reaprovechamiento inteligente de los recursos disponibles: la reutiliza-ción de edificios supone en sí misma una ventaja, siempre que se haga de manera inteligente y sin intervenciones traumáticas para el edificio ori-ginal.

Ahorro económico: en edificios bien conservados, la rehabilitación pue-de suponer una reducción importante de los costes de inversión para el ente local, lo que puede resultar decisivo a la hora de analizar la viabilidad del proyecto. Sin embargo, hay que asegurarse del estado de conserva-ción del inmueble con un estudio previo que determine el nivel de inter-vención que será necesario.

Sostenibilidad: con el mismo resultado e impacto (un vivero con capaci-dad para un número determinado de empresas), la energía utilizada para rehabilitar un edificio existente en buen estado de conservación es mucho menor que la energía dedicada a una construcción nueva.

Ahorro de tiempo y considerable reducción del impacto medioambiental respecto a actuaciones de derribo y obra nueva, aunque en determinados casos pueda suponer un gasto económico superior, que puede reducirse si se actúa de forma inteligente (con diferentes grados de confort y acaba-do según las zonas de actividad).

Ausencia de las restricciones legales que afectan a los edificios patrimo-niales, que se encuentran sometidos a ciertos grados de protección que pueden limitar el proyecto.

Por el contrario, los principales inconvenientes son:

Flexibilidad de los espacios: según el tipo de estructura y sistemas cons-tructivos del edificio, las opciones de flexibilidad de los espacios pueden verse limitadas. En general, los edificios con estructura de muros de car-ga serán menos adaptables. Aún así, existe un buen número de edificios que no presentan limitaciones en este sentido.

Confort: según el año de construcción del edificio y la calidad de la en-volvente y de las carpinterías, puede ser inferior a la que se exige hoy en día. Según el tipo de intervención que se desarrolle, habrá que plantear la conveniencia de rehabilitar las fachadas o no. En caso negativo, deberá asumirse un grado de confort inferior al que se conseguiría con un edi-ficio de nueva planta.

Por otra parte, es importante que la Administración sea consciente de que inter-venir en edificios existentes no siempre supone un ahorro económico, sino que a veces incluso resulta más caro que el derribo y nueva construcción. Valorar si se asume o no este sobrecoste –teniendo en cuenta las ventajas que al mismo tiem-po puede suponer– es una de las reflexiones previas que hay que efectuar. Pero es

(12) Ver el capítulo 1.4 de esta guía, «La imagen cor-porativa».

El crecimiento responsable es un paradigma que hay que asumir definiti-vamente en la planificación y uso del territorio como bien escaso y no re-novable.

Como equipamiento destinado al trabajo y formado por combinaciones de módulos agregables, espacios compartidos y servicios de apoyo, el vive-ro se adapta a diferentes tipologías edificatorias, adaptabilidad que permi-te plantear la construcción de edificios de nueva planta o la reutilización de edificios ya existentes.

Hay que señalar, recuperando la idea original de los primeros viveros, que rehabilitar antiguos edificios emblemáticos –estén catalogados o no–, es-pecialmente los de carácter industrial, puede ser un buen punto de parti-da para generar marca, ya que estos edificios disfrutan por adelantado de popularidad entre los ciudadanos del municipio.(12)

Además, prolongar el uso de edificios en buenas condiciones de conser-vación (independientemente del uso al que se destinasen inicialmente) es una estrategia sostenible en sí misma. El término clave es la energía con-tenida en el edificio (la que fue necesaria para construirlo), que puede su-poner un ahorro ambiental muy significativo.

Así pues, reutilizar un edificio será una buena inversión siempre que el nuevo uso al que se dedique sea compatible con las características ar-quitectónicas, constructivas y estéticas del edificio original, especialmen-te si se encuentra en buen estado de conservación. Es clave analizar esta compatibilidad antes de tomar la decisión de intervenir en el edificio exis-tente, por lo que habrá que priorizar la compatibilidad antes que la dispo-nibilidad y/u oportunidad. Este análisis debe llevarse a cabo a través de un estudio técnico previo que debería ser preceptivo.

1 . 3 . 4Edificio nuevo o rehabilitación de uno ya existente

(11) Consultar el Lli-bre d’estil dels Sectors d’Activitat Econòmica, (Li-bro de estilo de los sec-tores de actividad eco-nómica), editado por el INCASÒL, en concreto el capítulo «Directrices bási-cas del sistema de apar-camiento, logística y distri-bución», donde se detallan de acuerdo con cada tipo de vehículo pesado. De-penderá, por lo tanto, de las necesidades logísticas que puedan preverse (di-mensiones de los vehícu-los que han de acceder al centro, frecuencia, etc.).

Es importante asimismo que el solar esté delimitado por viales amplios, preparados para la circu-lación de vehículos pesados (con secciones de firme resistentes, radios de giro adaptados, etc.).(11)

El solar ha de tener acceso asimismo a todos los suministros de los servicios urbanísticos (electricidad, agua, saneamiento, gas y telecomunicaciones). Entre estos suministros, hay dos que merecen una atención especial:

Por una parte, el suministro eléctrico, porque según las actividades que se desarro-llen en el vivero habrá que prever la instalación de una o varias estaciones transfor-madoras propias.

Por otra, las telecomunicaciones, porque es recomendable disponer de una red de fi-bra óptica, sobre todo en los casos de viveros mixtos que mezclan el uso industrial y el de servicios.

5756

1 . 3 . 4 . b Consideraciones tipológicas de los edificios habitualmente susceptibles de reconversión

A continuación efectuaremos un breve análisis de las ventajas e inconvenientes que presentan las diferentes tipologías de edificios habitualmente más susceptibles de reconversión. Hay que acla-rar que esta clasificación tan solo pretende servir de ejemplo práctico de referencia y que no es ex-haustiva en cuanto a tipologías arquitectónicas ni comprende la gran diversidad de edificios exis-tentes, sino que responde únicamente a la experiencia que la Diputación de Barcelona ha acumu-lado en los casos recogidos en la demarcación.

(14) Hay un análisis detallado de las tipologías edificatorias de los edificios patrimoniales en el siguiente apartado de este mismo capítulo.

tes de inversión para el ente local, que puede resultar decisiva al analizar la viabilidad del proyecto. Sin embargo, hay que asegurarse del estado de conservación del in-mueble con un estudio previo que determine el nivel de intervención que requerirá.

La sostenibilidad: en caso de edificios en buen estado de conservación, la restaura-ción supone un ahorro energético respecto a una nueva construcción.

Por el contrario, los principales inconvenientes de este tipo de edificios son:

La flexibilidad de los espacios: algunos edificios patrimoniales pueden tener dis-tribuciones muy rígidas y compartimentadas debido a su naturaleza constructiva y sistema estructural, en especial si funcionan con paredes de carga (hay que ma-tizar que esta característica puede variar mucho según la familia de edificios a la que pertenezcan).(14)

Las fachadas: del mismo modo que el sistema constructivo determina la rigidez de los espacios, suele afectar también a la fachada, que puede resultar insuficien-te en cuanto a aberturas. Además, normalmente las fachadas de los edificios patri-moniales están protegidas y no pueden modificarse, lo que puede acabar afectan-do a la flexibilidad del espacio interior.

El nivel de conservación estructural: los edificios patrimoniales son antiguos, por lo que han sufrido forzosamente el deterioro de los elementos constructivos que los conforman debido al paso del tiempo. Este deterioro a menudo viene agravado por un escaso mantenimiento en los años previos a la adquisición del inmueble por parte del ente local, lo que puede requerir intervenciones estructurales muy impor-tantes que aumenten desmesuradamente el presupuesto de la rehabilitación. Los estudios previos de patologías permiten efectuar la diagnosis del estado de conser-vación del edificio y determinan el grado de intervención que será necesario por lo-grar la estabilidad estructural. Por consiguiente, es recomendable realizarlos antes de encargar el proyecto ejecutivo y, preferiblemente, antes de tomar la decisión de ubicar el vivero en el inmueble.

El confort: tanto el volumen de los diferentes espacios como la composición de las fachadas y elementos divisorios pueden afectar negativamente al confort de los espacios de trabajo ya que conllevan pérdidas energéticas y molestias acústi-cas. Para contrarrestarlo es necesario efectuar intervenciones arquitectónicas muy agresivas que podrían no respetar el valor patrimonial del edificio existente.

(13) Más adelante, profundi-zaremos en los contenidos de este estudio.

preciso aclarar que normalmente los posibles sobrecostes son provocados por la serie de fac-tores que se detallan acto seguido:

El mal estado de conservación de un edificio que hay que conservar por cuestiones de catalogación: en tal caso, el sobrecoste no es atribuible al uso como vivero, sino a la voluntad de recuperar el edificio por su valor. Atendiendo a esta realidad, habrá que sopesar si el valor simbólico del edificio en cuestión puede ser una ventaja para el propio vivero y un punto de partida para la generación de la imagen de marca y, al mismo tiempo, si reúne las características adecuadas para reconvertirse en vivero o si, por el contrario, sería más adecuado destinarlo a otro uso.

Las dificultades para adaptar el edificio elegido al uso de vivero: en este caso el so-brecoste se produce por la intensidad y alcance de las reformas necesarias. Siem-pre hay que descartar estas intervenciones, pero sobre todo en el caso de los edifi-cios catalogados que, además, corren el riesgo de perder valor como consecuencia de intervenciones demasiado agresivas.

La voluntad de la Administración de conseguir un nivel de acabados que no se co-rresponde con las características del edificio, sino con el estándar de un edificio de oficinas de gama alta. Como en el caso anterior, hay que descartar este tipo de in-tervenciones y asumir las limitaciones y cierto grado de adaptación de las premi-sas del proyecto a las circunstancias del edificio existente (jugando con gradientes de confort y de acabados según las zonas).

En todos los casos, se aconseja realizar un estudio técnico, que debería ser preceptivo, pre-vio a la decisión, estudio que ha de evaluar todos los aspectos mencionados, establecer el gra-do de compatibilidad y diagnosticar el estado del edificio y sus carencias técnicas.(13)

Reutilización de edificios patrimoniales 1 . 3 . 4 . a

A menudo, los edificios susceptibles de reutilización a disposición de los entes locales son pa-trimoniales y cuentan con diferentes grados de protección. La rehabilitación del patrimonio ar-quitectónico presenta una serie de ventajas e inconvenientes propios que pueden distinguirse de la reutilización de edificios no catalogados.

Así, los principales atractivos o puntos fuertes de un edificio patrimonial son:

El emplazamiento: generalmente están situados en zonas céntricas del casco urba-no, en ubicaciones privilegiadas que pueden dar respuesta a muchas de las necesi-dades de localización mencionadas.

El valor simbólico y representativo: se trata de edificios conocidos por la ciudadanía y que, generalmente, tienen implícito cierto nivel de prestigio y se identifican con el municipio.

La reducción de costes energéticos y económicos: en edificios en buen estado de conservación, la restauración puede suponer una reducción importante de los cos-

5958

■ Climatización de las zonas comunes: tal como hemos comentado en el punto anterior, la reducción de altura libre se produce en el interior de los módulos, reservándose la altura original del edificio industrial para los pasillos. Esta actuación –completamente lógica desde el punto de vis-ta arquitectónico y compositivo– obliga a climatizar grandes volúmenes de forma comunitaria y, en consecuencia, supone un aumento del gas-to energético si no se considera adecuadamente.

■ Falta de fachada exterior en los módulos de trabajo: debido a la comparti-mentación de estos grandes espacios con poca superficie de fachada hay que adoptar configuraciones que no permiten el acceso a la fachada de un gran número de módulos de trabajo. En algunos casos resulta necesario se-parar los módulos de la fachada (aunque tengan acceso a la misma) porque la configuración de aberturas no es compatible con la nueva distribución.

Edificios industriales del siglo XIX (Vapores, harineras, mataderos y azucareras)

Tal como sucede en el caso de los edificios industriales del siglo XX, son muy compatibles con el uso de vivero de empresas y con un coste de rehabilitación asociado de tipo medio

Aspectos positivos:

■ Grandes espacios de proporciones alargadas: esta configuración del es-pacio interior permite, como en el caso anterior, distribuciones libres.

■ Mayor superficie de fachada: por su forma, este tipo de edificios indus-triales tienen más superficie de fachada que los de los casos anteriores, por lo que los módulos de trabajo pueden acceder más fácilmente a la luz y a la ventilación naturales.

Figura 1.3.4.b

En el vivero IG-Nova Tec-noespai de Igualada (del arquitecto Carles Cres-po) se observa la diferen-cia de altura entre los mó-dulos y el pasillo. Puede apreciarse también la di-mensión del conducto de climatización necesario para acondicionar los es-pacios.

Figura 1.3.4.c

En la mayor parte de casos son edificios muy compatibles con el uso de vivero industrial y con un bajo coste de rehabilitación asociado.

Aspectos positivos:

■ Grandes espacios sin cambios de nivel: este tipo de construcciones se caracterizan por disponer de grandes salas no compartimenta-das, lo que permite una distribución prácticamente libre de los mó-dulos de trabajo.

■ Luz natural: en muchos casos, las cubiertas disponen de aberturas que permiten la entrada de luz natural cenital.

■ Sistema estructural: se trata de edificios con una antigüedad en ge-neral no superior a los 100 años que normalmente cuentan con sis-temas estructurales eficientes y bien dimensionados. No suelen ne-cesitar grandes intervenciones estructurales.

■ Valor simbólico: la reconversión de antiguas fábricas de éxito indus-trial ayuda a conformar la imagen de marca del vivero y le añade un gran valor significativo.

Aspectos negativos:

■ Altura interior: por lógica de uso, los espacios del edificio industrial sue-len tener dobles alturas que no son compatibles con la nueva distribu-ción de espacios reducidos, lo que supone la adopción de soluciones que rebajen el techo del interior de los módulos de trabajo. Este techo rebaja-do deberá ser capaz de aislar térmica y acústicamente el módulo de tra-bajo, lo que implica un aumento de los costes.

No obstante, hay que tener en cuenta que la agregación de cubículos o contenedores dentro de un gran espacio singular de gran altura produ-ce una percepción global y única de todo el espacio que ayuda a fomen-tar la imagen de comunidad que va asociada a los viveros. Además, esta gran altura permite un trazado óptimo y registrable de las nuevas ins-talaciones por fuera de los módulos (especialmente las que tienen un volumen muy grande, como las conducciones de aire, por ejemplo) así como trabajar con ventilaciones naturales a una altura que no interfie-re el uso, lo que supondrá un ahorro de climatización durante el verano.

Edificios industriales del siglo XX (Fábricas de dientes de sierra, modernistas, racionalistas, etc.)

>

Figura 1.3.4.a

En esta imagen puede verse un ejemplo de la configuración en dos al-turas de la incubadora de Glòries de Barcelo-na Activa.

6160

En muchos casos tienen una buena ubicación y una dimensión adecuada. Por el contra-rio, en este tipo de edificios la distribución de los espacios y su sistema constructivo –ge-neralmente muy rígido– pueden dar lugar a problemas de funcionamiento. En especial, son más difíciles de adaptar los edificios con distribuciones de pasillo lateral separado de las estancias/aulas por paredes de carga.

Edificios conventuales, hospitalarios o escolares con estructura de muros de carga

Figura 1.3.4.d

El Centro de servicios a la em-presa y la emprendeduría Can Gavarra, en Polinyà (arquitecta: Sandra Ribas) es un ejemplo de vivero desarrollado en una an-tigua masía que, debido al cre-cimiento del municipio, había quedado rodeada de un polígo-no industrial. En este caso se ha ampliado la superficie disponi-ble con un edificio anexo, que es el que acoge los módulos de alquiler, mientras que la masía propiamente dicha queda reser-vada para las oficinas de admi-nistración y los espacios com-partidos y comunes (salas de reuniones, aulas, office, etc.).

■ Estado de conservación: las masías necesitan un mantenimiento conti-nuo y gran parte de las que pasan a manos de los entes locales se en-cuentran en un estado de abandono importante. Por consiguiente, las intervenciones para conseguir la adecuación estructural del edificio tie-nen un coste elevado.

■ Confort del espacio de trabajo: debido a su sistema constructivo, las ma-sías pueden disponer de salas con poca incidencia de luz natural o de gran altura, circunstancias que pueden provocar, si no se efectúa un di-seño arquitectónico adecuado, que el nivel de confort aportado por las instalaciones de alumbrado y climatización ocasione un gasto energéti-co y económico más elevado que en otros edificios.

Masías y casas solariegas

No son, en sí mismas, especialmente compatibles con el uso del vivero de empresas por la falta de superficie total y su distribución rígida. En cualquier caso, puede ampliarse la superfi-cie disponible con construcciones anexas y, al mismo tiempo, relegar los usos compartidos y las oficinas abiertas o de apoyo al edificio de la propia masía.

Aspectos positivos:

■ Valor simbólico: este factor aporta representatividad al espacio de nego-cios y facilita la imagen de marca del vivero.

■ Buena ubicación, ya sea porque la masía dispone de una situación cén-trica dentro del municipio o porque se sitúa en la periferia y está rodea-da de un polígono industrial (lo que la convierte en un punto de referen-cia del centro).

■ Espacios: la dimensión de los diferentes espacios interiores es compa-tible con las dimensiones recomendadas para los módulos de trabajo.

Aspectos negativos:

■ Superficie: el uso original de la masía es el de vivienda rural. En conse-cuencia, se trata de edificios con una superficie total relativamente pe-queña que en muchos casos puede ser insuficiente y requiere una am-pliación de la edificación con uno o varios edificios anexos.

■ Rigidez del sistema estructural: el sistema constructivo y estructural de las masías es extremadamente rígido. Una buena rehabilitación, respe-tuosa con el edificio original, debe conservar dentro de lo posible el valor constructivo del edificio. Esto supone que la distribución interior venga predefinida y, aunque a priori pueda resultar compatible, no será flexible y/o adaptable a las necesidades de uso a lo largo del tiempo.

Aspectos negativos:

■ Mayor necesidad de adecuación estructural debido a que son edificacio-nes más antiguas y posiblemente más deterioradas o, cuando menos, con unas sobrecargas admisibles para la estructura que no se adecuan a las normativas actuales del nuevo uso. No obstante, en muchos casos se trata de edificios que han tenido un buen mantenimiento ya que se han ido adaptando a diferentes usos públicos a lo largo del tiempo (es-cuelas de hostelería, escuelas taller, etc.).

6362

Aspectos negativos:

■ Rigidez de la estructura: en muchos casos, la estructura de este tipo de edificios se realiza a través de muros de carga, lo que limita las posibi-lidades de distribución de los espacios. En general, se necesitarán es-pacios de circulación complementarios al deambulatorio que rodea el claustro, puesto que generalmente los módulos tendrán que ser más pequeños que los espacios originales. Puede resultar complicado in-sertar esta segunda circulación debido a la rigidez de la estructura.

■ Circulaciones: dada la configuración original de estos edificios, el gasto en espacios de circulación es muy elevado, circunstancia que también acabará repercutiendo en el coste de mantenimiento del centro.

1 . 3 . 4 . c Protocolo de actuación

Cuando se plantea la rehabilitación de un edificio para adecuarlo al uso de vivero conviene realizar un trabajo previo de análisis y valoración del edificio existente para evaluar la idonei-dad del edificio y el alcance de la actuación.

Este trabajo previo debe incluir las siguientes fases:

Elaboración del programa de usos y superficies del vivero de empresas, sin tener en cuenta las características del edificio que se quiere rehabilitar.

Valoración de la ubicación del edificio existente según el resto de parámetros des-critos anteriormente en este mismo capítulo (sinergia territorial, accesibilidad y vi-sibilidad).

Elaboración de un estudio(15) que valore el grado de compatibilidad entre la cons-trucción existente y el nuevo programa. Para evaluar esta compatibilidad habrá que descomponer el programa del vivero en sus atributos espaciales, funcionales, di-mensionales, etc. Asimismo, habrá que evaluar otros aspectos como, por ejemplo, las dimensiones de los diferentes espacios, las alturas libres, el sistema estructu-ral (materiales, luces, sobrecargas), los sistemas constructivos, la envoltura exte-rior (fachadas, cubiertas), el grado de aislamiento y la inercia térmica, las dimen-siones de los espacios, las profundidades edificables, las alturas, la superficie (y vo-lumen) de planta, el factor de forma, la facilidad para el trazado de instalaciones, la normativa de accesibilidad, las condiciones de evacuación, la procedencia de la luz y su nivel de intensidad, la situación, la orientación, etc. En caso de tratarse de un edi-ficio patrimonial, habrá que analizar la catalogación del edificio así como las restric-ciones en la intervención y las posibilidades de ampliación.

Valoración del carácter arquitectónico del edificio como entorno de trabajo por lo que respecta a la identificación de marca. Esta condición no hace referencia al va-lor patrimonial del edificio (no es preciso que esté catalogado), sino al valor añadido que supone trabajar en unos espacios con un valor significativo asociado que una nueva arquitectura difícilmente podrá asumir desde el principio.

(15) Podría tratarse de un estudio previo de progra-mación (ver el capítulo 1.5 de esta primera par-te de la guía).

Suelen ser de dimensiones adecuadas para acoger un vivero de empresas. Además, tienen el valor añadido del patio central que puede convertirse en un espacio de en-cuentro idóneo para los usuarios del vivero. Por el contrario, en muchos casos se tra-ta de edificios con estructuras rígidas de muros de carga que restringen las posibili-dades de distribución de los espacios.

Aspectos positivos:

■ Valor simbólico: generalmente son edificios conocidos en la ciu-dad.

■ Superficie: la superficie total del edificio suele ser compatible con el uso de vivero de empresas e incluso puede alojar otros usos.

■ Espacio exterior: el patio interior del claustro puede convertirse en el espacio común y de relación por excelencia del vivero.

Edificios de estructura claustral

Aspectos positivos:

■ Buena ubicación: normalmente disponen de una situación cén-trica dentro del municipio.

■ Valor simbólico: a menudo son edificios conocidos en la ciudad.

■ Superficie: la superficie total del edificio suele ser compatible con el uso de vivero de empresas e incluso puede alojar otros usos.

Aspectos negativos:

■ Espacios: la dimensión de las aulas o estancias en muchos ca-sos resulta excesiva para un módulo de empresa. Según el tipo de distribución del edificio original, es difícil subdividir estos espa-cios de manera que quede garantizado el acceso a la luz natural y el acceso independiente a todos los módulos desde los espa-cios de circulación.

■ Circulaciones: dada la configuración original de estos edificios, el gasto en espacios de circulación es muy elevado, circunstancia que también acabará repercutiendo en el coste de mantenimien-to del centro.

■ Sistema estructural: el sistema estructural más habitual en este tipo de edificios es el de muros de carga, que son sustituidos por pilares de fábrica de ladrillo y armaduras de cubierta en la planta bajo cubierta, lo que supone un problema añadido al adecuar la distribución de los espacios.

6564

ro, al tiempo que fomentan el networking. Si se gestiona adecuadamente la agenda del centro de congresos o del recinto ferial, priorizando las actividades relacionadas con los negocios y el emprendeduría, puede convertirse en un factor clave de éxito.

Escuelas y centros universitarios: dado que un porcentaje elevado de las personas emprendedoras que se alojan en viveros de empresas tienen procedencia universitaria, hay que considerar muy positiva la convivencia con estos usos. En este sentido, es especialmente provechosa la conviven-cia cuando se crean sinergias entre el centro docente y el vivero, por ejemplo, dando preferencia de acceso al vive-ro a los alumnos y ex alumnos de la universidad. Algu-nos viveros sectoriales conviven con centros de estudios superiores de la misma especialidad, lo que permite es-timular por partida doble el desarrollo económico del sec-tor en cuestión.

No obstante, dada la gran concurrencia de alumnos, es conveniente segregar los accesos del vivero y del centro universitario, aunque puedan compartir espacios. Hay que señalar que esta observación es también válida para los demás usos compatibles y una forma de mejorar la inver-sión y la futura gestión.

Cafeterías y restaurantes: pueden convertirse en un punto de encuentro y estimulan las relaciones personales. Cabe la posibilidad de llegar a convenios con la empresa con-cesionaria y conseguir descuentos para los empresarios alojados.

Por otra parte, se consideran usos neutrales, en el sentido de que no aportan ningún beneficio al vivero pero tampoco perjudican su ima-gen:

Las mediatecas, los archivos, las bibliotecas, las salas de cultura y exposiciones, los centros cívicos y los hoteles.

Por último, se consideran usos que hay que evitar:

Las oficinas del servicio de empleo, porque frecuentemen-te dan lugar a largas colas en el acceso del vivero que pue-den deteriorar la imagen del mismo.

El organismo de gestión tributaria, las oficinas de la Segu-ridad Social, etc., porque habitualmente generan aglome-raciones de usuarios no vinculados al mundo empresa-rial y, en consecuencia, no aportan valor añadido al centro.

Usos recom

endablesU

sos neutralesU

sos a evitar

Preincubación / Club de personas emprendedoras

Oficinas de promoción económica, Cámara de Comercio,

asociaciones de empresarios, etc.

Centro de convenciones

Centros y hoteles de empresa

Escuelas y centros universitarios

Laboratorios y centros de investigación

Recintos feriales

Biblioteca especializada

Restaurantes y cafeterías

Hotel

Centro cívico

Sala de cultura

Biblioteca y mediateca

Guarderías

Centros de formación ocupacional

Escuelas (primaria y secundaria)

Organismo de gestión tributaria

Oficinas de la Seguridad Social

Servicios sociales

Centros de atención primaria

Centros de atención al ciudadano

Servicio local de empleo

>

Figura 1.3.5.a

Realización de un estudio previo de patologías para evaluar el estado de conserva-ción del edificio y valorar económicamente la viabilidad de la reutilización que, por consiguiente, deberá ser beneficiosa para el municipio.

Muchos viveros de empresas conviven con otros usos dentro del mismo edificio. Siempre que los usos sean compatibles con la activi-dad empresarial, este aspecto puede ser un punto a favor del vivero dado que dichos usos generan actividad y atraen usuarios suscepti-bles de convertirse en futuros clientes.

Pero hay que evitar usos que den lugar a aglomeraciones no rela-cionadas con el mundo empresarial ya que pueden afectar a la ima-gen del centro y, en consecuencia, a la de las empresas alojadas en el mismo.

Así pues, se consideran usos compatibles y complementarios:

Las oficinas de atención a personas emprendedoras (pre-incubación, club de personas emprendedoras, etc.): este tipo de instalaciones originan una actividad cotidiana liga-da al acceso del centro, lo que genera buenas sensacio-nes al usuario que tiene un primer contacto con el edificio.

Viveros, centros y hoteles de empresas: es recomendable mezclar dentro de un mismo edificio las diferentes tipolo-gías de alojamiento empresarial –siempre que se trate de un equipamiento de grandes dimensiones– dado que con-llevan un incremento de la actividad empresarial (visitas de clientes, partners, inversores, etc.). Además, ofrecen la oportunidad de realizar el seguimiento y acompañamien-to de la empresa en las diferentes etapas de crecimiento, desde la preincubación hasta la consolidación. Las empre-sas tendrán asimismo oportunidad de trasladarse al es-pacio disponible de la tipología de alojamiento que les co-rresponda en cada etapa, una vez hayan agotado el tiem-po máximo de estancia en la tipología anterior, lo que, por añadidura, puede dar cierta garantía de que las empresas formadas en el vivero proseguirán su trayectoria en el mu-nicipio.

Centros de congresos o convenciones y recintos feriales sectoriales: los congresos, las convenciones y las ferias sectoriales generan una gran afluencia de público y per-miten promocionar a las empresas instaladas en el vive-

1 . 3 . 5 El vivero dentro de un edificio heterogéneo: usos recomendables y usos que hay que evitar

6766

Centro de convenciones

Auditorio

Sala de actos y formación

Incubadora

Centro de empresas

Administración y espacios comunes

Atención a emprendedores

Aparcamiento

>

Figura 1.3.5.b

La incubadora del TecnoCam-pus Mataró-Maresme (TCM) comparte edificio y acceso con un centro de convenciones, un centro de empresas y unas ofi-cinas de atención a las perso-nas emprendedoras, usos que conviven perfectamente con la incubadora y le aportan un va-lor añadido. El centro de con-venciones puede atraer nue-vos clientes, mientras que el centro de empresas permite que las empresas de la incu-badora puedan alargar su es-tancia en el recinto, además de aumentar su masa crítica.

Las guarderías, escuelas primarias, etc., porque ocasionan aglomeraciones en franjas horarias determinadas que afectarían a la accesibilidad del centro.

Los centros de atención primaria y otros servicios sociales (centros de la tercera edad, centros de atención a la mujer, etc.), porque están vinculados a usuarios des-ligados del mundo empresarial, lo que podría afectar a la imagen corporativa del vivero.

6968

La creación de una imagen de marca es una labor mucho más com-pleja que el diseño de un logotipo. El concepto de marca va mucho más allá, tal como se desprende de la definición anterior. Para el or-ganismo promotor, la marca ha de ser la filosofía a seguir, la estra-tegia a través de la cual logrará sus objetivos. Para las empresas y personas emprendedoras, la marca será el conjunto de percepcio-nes y asociaciones que extraerán de la interpretación de los estímu-los que les lleguen: logotipos, eslóganes, colores, experiencias, dis-curso, etc.(17)

Tal como sucede en el ámbito privado, la estrategia comunicativa de la marca del vivero debe basarse en tres ejes: el discurso, la persona-lidad diferencial y el territorio de actuación.(18) Es importante que esta estrategia comunicativa se diseñe a largo plazo y tenga consecuen-cias en la manera de actuar de la organización.

Será necesario, por consiguiente, poner en práctica rigurosamente la filosofía y valores que difundirá la marca. Por ejemplo, si uno de los mensajes clave de la marca del vivero es que sólo pueden acceder a él las empresas más viables e innovadoras del territorio, habrá que ser muy riguroso al establecer el proceso de selección de esas empresas. Una selección poco seria (que podría derivar de la necesidad de ocupar rápidamente los módulos) desprestigiará a la larga toda la estrategia comunicativa de la marca y, por lo tanto, anulará sus efectos positivos.

Pero, ¿qué es una marca?

«La marca es el conjunto de expectativas, memorias, historias y relacio-nes basadas en valores, atributos y beneficios que, guiados por una filo-sofía, crea una identidad diferencial con el objetivo de construir una rela-ción basada en una promesa de intercambio.»(16)

Figura 1.4.1.a

Imagen de la web del vive-ro VITempresa, del ImpeVic, un ejemplo de integración del concepto de imagen de marca en un vivero de em-presas de ámbito local de la demarcación.

(16) Ábalos, Carlos. La marca: identidad y estrate-gia. Buenos Aires: La Crujía, 2010, p. 27.

(17) Ábalos, 2010, p. 19-20.

(18) Ábalos, 2010, p. 66-132.

CAPÍTULO 1.4LA IMAGEN CORPORATIVA

1 . 4 . 1 La creación de una marca propia

Dotar al vivero de empresas de una imagen de marca propia que lo-gre transmitir la filosofía, la estrategia y los objetivos del equipamien-to es positivo principalmente por tres motivos:

Para atraer a personas emprendedoras y empresas.

Para desvincular el servicio que ofrece el vivero de la mar-ca propia del ayuntamiento y, por consiguiente, de cual-quier connotación política.

Para favorecer la imagen de las empresas alojadas o vin-culadas al centro, en la medida en que pertenecer al mis-mo suponga un privilegio y un distintivo ante sus clientes (sobre todo cuando estas empresas han sido previamen-te seleccionadas).

Como consecuencia indirecta, la imagen de marca del centro contri-buye a fomentar el espíritu emprendedor en el territorio, dado que comunica la filosofía y los valores del vivero (emprendeduría, inno-vación, creatividad, singularidad, calidad, responsabilidad, competiti-vidad, profesionalidad, etc.).

Del mismo modo, ante los clientes y colaboradores de las empresas alojadas, la imagen de marca permite alejar al vivero de empresas del concepto de vivienda social (que puede hacer que la empresa pa-rezca poco viable) y, en cambio, acercarlo al concepto beca (puesto que las becas se conceden únicamente a los alumnos aventajados).

7170

<

(20) Jan Van Ree, Herbert; Martens, Yuri; Van Meei, Ju-riaan. Cómo planificar los espacios de oficinas. Guía práctica para directivos y di-señadores. Barcelona: Gus-tavo Gili, 2012, p. 35.

Figura 1.4.1.c

El Semillero de Proyectos de la Ciudad Tecnológica de Valnalón (Asturias) ocupa las dependencias de la an-tigua fábrica siderúrgica de Duro Felguera. Los edificios llevan implícita una histo-ria empresarial que ha for-mado parte de la vida de la mayoría de familias del te-rritorio y su valor significati-vo es sin duda la insignia de la marca ValNalón.

Autor de la fotografía: Jorge Luis Lorenzo Tato.

>

sas y, en especial, de un vivero de empresas determinado. En consecuen-cia, el vivero reclama referentes propios por lo que, al planearlo, el edificio de oficinas no será necesariamente un referente arquitectónico.

En general, las «empresas de vivero» valoran los diseños de los espacios que desprenden una imagen de modernidad, creatividad e innovación. En encuestas realizadas a las empresas alojadas en algunos de los viveros de la demarcación que tienen una marca propia (la Incubadora de Glòries, la Almogàvers Business Factory y el VITempresa), la mayoría han valo-rado positivamente este aspecto diferencial de su vivero. Según sus pa-labras, la imagen de marca da más fuerza a las empresas instaladas en el vivero y más confianza a los clientes, sobre todo porque el valor de la marca de sus viveros radica en la calidad de las empresas que han naci-do y se han alojado en ellos.

No obstante, la imagen corporativa que transmite la arquitectura no pue-de entenderse aisladamente de todas aquellas otras aportaciones que se mueven en el entorno visual, en especial la comunicación gráfica, que también incluye la presentación del vivero en las redes. Además, tenien-do en cuenta el aumento del trabajo y las gestiones en línea, es necesa-rio que el diseño arquitectónico y el diseño gráfico transmitan un mismo mensaje, si bien hay que ser consciente de que los periodos de obsoles-cencia de la arquitectura y de la comunicación gráfica son diferentes.

Así pues, existe un conjunto de criterios que hay que tener en cuenta en la fase de planificación y proyecto, criterios que desarrollaremos acto se-guido.

En resumen, disponer de una buena imagen de marca es dotar al vivero de una esencia, per-sonalidad o distinción que se materializa gráficamente en forma de logotipos, colores corpo-rativos, arquitecturas, etc., pero es importante que detrás de esta imagen haya una buena es-trategia y una buena ejecución. Con los años, la imagen corporativa del vivero se irá nutrien-do de los casos de éxito de las empresas que se hayan beneficiado de alguna de sus ventajas.

Naturalmente, habrá que promocionar la marca en los diferentes medios de comunicación disponibles (prensa escrita, radio y televisión), realizar campañas publicitarias, organizar con-cursos y premios, participar en ferias del sector (BIZ Barcelona, Jornadas de Emprendeduría, etc.) e incluso participar en algunos actos significativos para la ciudad (actividades deportivas, fiestas municipales, etc.).

Por otra parte, teniendo en cuenta el avance continuo de la tecnología en el entorno de inter-net, es cada vez más imprescindible tener una actitud activa en la red y diseñar una página web bien estructurada que transmita los valores y el trabajo del equipamiento en cuestión. Por lo tanto, esta debería incluir toda una serie de elementos diversos, como la información necesa-ria para facilitar el acceso al centro, servicios en línea, fotografías, planos, visitas virtuales, inte-racción con redes sociales, etc.

Sin duda, muchos viveros tienen la filosofía y los objetivos claros, pero no han hecho el esfuer-zo de trasladarlos a una experiencia comunicativa. Ir más allá y plasmar esta filosofía en una marca beneficia al vivero dado que lo diferencia del resto, entendiendo como resto no sólo a la oferta privada, sino también a otros viveros que siguen filosofías diferentes.

Hoy en día, el medio comunicativo de las marcas puede llegar a in-vadir los cinco sentidos: la vista (con el diseño gráfico, la creación de ambientes, la arquitectura, la escenografía, etc.), el oído (con los soni-dos, la música, las voces), el olfato (con perfumes y aromas), el gus-to (con sabores) y el tacto (con la elección de materiales). Pero la vis-ta sigue siendo nuestro sentido predominante por lo que el 90% de las comunicaciones de marca se realizan en el terreno visual.(19) Entre los diferentes recursos comunicativos del terreno visual, la arquitectura y la creación de ambientes interiores son dos de los más importantes dentro la experiencia comunicativa de una marca.

El diseño arquitectónico del edificio y de los espacios interiores pue-de convertirse en una herramienta más para comunicar la filosofía e identidad de la marca. En este sentido, ya hace muchos años que al-gunas empresas (en especial las más grandes) han transformado sus oficinas para convertirlas en la expresión visible de la filosofía e identi-dad que las caracteriza.

Sin embargo, la mayoría de edificios de oficinas y centros de negocios del sector privado presentan una imagen neutra y plana,(20) por lo que conferir un rasgo distintivo al diseño arquitectónico del vivero de em-presas puede ser un punto de partida para transmitir a los visitantes la idea de que no se trata de una oficina más, sino de un vivero de empre-

¿Y en qué afecta esto a la arquitectura de los viveros?(19) Ábalos, 2010, p. 116-117

Figura 1.4.1.b

Fotografía de las oficinas centrales de la empresa Jo-hnson Wax, proyecto del año 1935 del arquitecto Frank Lloyd Wright. La empresa pidió al arquitecto unas ofi-cinas que desprendiesen la idea del sueño americano, unas oficinas donde el tra-bajador se sinitiera contento y realizado, de igual a igual con sus compañeros, como en una gran familia. El pro-yecto fue un éxito no sólo arquitectónico sino también económico porque logró mejorar el rendimiento de la compañía en un 25%.

Fuente: Imagen cedida por Wikiarquitectura.

7372

<

Figura 1.4.1.f

Visión de la fachada princi-pal de la segunda incuba-dora de Barcelona Activa, la Almogàvers Business Fac-tory (arquitectos: La Gran-ja Design; diseño gráfico, Supperstudio), un ejemplo donde la arquitectura se re-viste de una envolvente re-novable para compatibilizar los diferentes tempos entre el diseño gráfico y el dise-ño arquitectónico. Este es un ejemplo menos sutil de extrapolación de la imagen de marca a la visión exte-rior del edificio vivero.

Fuente: imagen cedida por Barcelona Activa.

Dicho esto, hay que subrayar que no se trata de dar fórmulas totali-tarias limitando la libertad y creatividad de los arquitectos proyectis-tas, quienes serán los encargados de formalizar la demanda concre-ta en cada caso y con su propio estilo, sino que se trata simplemente de trasladar la importancia de estos aspectos para que sean tenidos en consideración.

De todos modos, la idea de la imagen corporativa y de cierta ne-cesidad de identidad, así como la singularidad de la imagen exte-rior, no deben ser el punto de partida del proyecto, sino que hay que partir de la generación de un modelo propio de agregación de las unidades de uso del programa, tal como veremos en la segunda par-te de la guía. En todo caso, la singularidad debería ser el resultado del desarrollo del modelo, pero no un objetivo a priori del proceso.

1 . 4 . 1 . a

1 . 4 . 1 . b

Criterios relacionados con la ubicación

Criterios relacionados con la imagen exterior de los edificios

Tal como se explica en el subapartado 1.3.2.c, «Visibilidad e identificación de marca», del capí-tulo 1.3, existen una serie de variables relacionadas con el emplazamiento del vivero que pue-den beneficiar a la generación de la imagen corporativa o, cuando menos, contribuir a crearla.

A modo de síntesis, los aspectos que favorecen la identificación de marca son:

La colocación del vivero en ejes viarios principales o nudos de comunicaciones.

La colocación del vivero en áreas urbanas estratégicas como, por ejemplo, nuevas centralidades, parques tecnológicos o polígonos industriales, zonas universitarias, etc.

La ubicación del vivero anexa a espacios urbanos abiertos (plazas y avenidas).

Un punto de partida para generar la imagen corporativa a partir de la arquitectura del edifi-cio es la visión exterior que ofrece dicho edificio. Efectivamente, la visión del volumen y las fachadas puede suponer un reclamo, así como provocar una primera idea en el visitante.

A modo de ejemplo, las dos torres del TecnoCampus Mataró-Maresme (TCM) son rápida-mente identificables desde las vías de acceso a la ciudad. Su ubicación estratégica va liga-da a una buena visibilidad de los edificios desde los viales circundantes y el diseño arquitec-tónico también contribuye a ello ya que la sencillez y rotundidad de los dos paralelepípedos ha generado una imagen contundente que ha sido rápidamente asimilada por la ciudadanía.

La volumetría y la imagen exterior del TCM es tan característica que incluso ha servido de base para generar el logotipo de la marca del centro.(Figura 1.4.1.d)

En este caso, la voluntad de creación de una marca se ha alineado con la situación estratégi-ca del equipamiento (ya que se emplaza en un acceso principal de Mataró) y con la arquitec-tura que presenta exteriormente, muy característica.

Así pues, los edificios exentos suponen un grado más elevado de libertad morfológica para el equipo de arquitectos y pueden favorecer la generación de arquitecturas singulares. Es im-portante matizar que el concepto de arquitectura singular no debe asimilarse a costes des-orbitados. En el caso del TCM, se puede constatar que una arquitectura de formas simples puede convertirse en un emblema.

Figura 1.4.1.d

A la izquierda, una vista del recinto desde satélite. A la derecha, el logotipo del centro, que tal como puede observarse se ha configu-rado de forma casi miméti-ca a la imagen aérea.

Fuente: imagen aérea cedi-da por © Instituto Cartográ-fico de Cataluña.

Figura 1.4.1.e

Visual de las torres del TCM (de Oriol Bohigas, MBM Ar-quitectes, SL) que puede apreciarse desde uno de los viales de acceso al municipio de Mataró.

Fuente: imagen cedida por la Fundación TecnoCampus Ma-taró-Maresme.

7574

Por último, la imagen exterior de los viveros es especialmente importante en el caso de los vi-veros industriales, puesto que no sólo servirá para distinguir el vivero del resto de edificaciones del polígono de actividad económica en cuestión (que normalmente tienen una estética poco cuidada), sino también para provocar un efecto contagio, lo que a la larga mejorará la imagen de toda la zona industrial.

Figura 1.4.1.i

Fotografías del Centro de Empresas Industriales de Sabadell (arquitectos: LKS), en fase final de construcción en el momento de redactar esta guía. Una de las carac-terísticas destacables del proyecto es el cuidado dise-ño de la imagen exterior. La fachada de los módulos in-dustriales se ha constituido con diferentes materiales y en ella se reserva un espa-cio delimitado para el rótulo de la empresa, lo que, a su vez, confiere cierta unifor-midad a los módulos.

Fuente: imágenes cedidas por el Ayuntamiento de Sa-badell.

Figura 1.4.1.j

Imagen exterior de la Fac-toría Industrial de Madrid, de Madrid Emprende (Ar-quitectos LKS). Puede apre-ciarse como se ha trabajado la estética de las fachadas con la introducción de rótu-los que permiten diferenciar las naves entre sí y que, al mismo tiempo, confieren al conjunto una imagen uni-forme.

Fuente: imagen cedida por Madrid Emprende.

Una opción alternativa a la generación de nuevas arquitecturas singulares es, tal como hemos señalado anteriormente, reutilizar las ya existentes en el municipio: el patrimonio. La rehabili-tación de un edificio conocido, ya sea por su valor arquitectónico o por su historia, será sin duda un buen punto de partida para generar la imagen corporativa, porque el simple hecho de re-habilitar el edificio en cuestión trascenderá mucho más que iniciar una nueva obra. Igualmen-te, la historia del edificio irá siempre ligada al vivero. Ciertamente, la reutilización de arquitectu-ras existentes puede originar viveros más singulares que la generación de edificios de nueva planta, que posiblemente acabarán dando lugar a variantes del edificio de oficinas corporativo.

Barcelona Activa ha apostado en dos ocasiones por rehabilitar edificios industriales, uno de ellos vinculado a un gran pasado industrial: la antigua fábrica Hispano Olivetti. Asimismo, los tres viveros de Vic, dos de ellos construidos recientemente, ocupan edificios emblemáticos de la ciudad, concretamente partes de la antigua Fàbrica del Sucre y el hospital de la Casa de Con-valecencia.(Figura 1.4.1.h)

Figura 1.4.1.g

Diferentes ejemplos de incorporación del logotipo de la marca a un punto visible de la fachada.

Figura 1.4.1.h

Imágenes de los tres vi-veros de empresas de la ciudad de Vic. A la iz-quierda, el VITempre-sa, una antigua nave in-dustrial que es a la vez vivero y mediateca; a la derecha, la Casa de Con-valecencia, un antiguo hospital donde el vivero convive con un centro de investigación de la Uni-versidad de Vic. Abajo, el edificio del Sucre, una antigua fábrica textil que acoge el vivero y oficinas del Ayuntamiento.

Fuente: la fotografía de la Casa de Convalecen-cia ha sido cedida por el Ayuntamiento de Vic.

En cualquier caso, tal como sucede en la arquitectura comercial, para el logotipo del vivero hay que prever un punto notorio del edificio, lo que implica analizar la visibilidad que presen-tan sus superficies exteriores.(Figura 1.4.1.g)

7776

No obstante, hay que tener presente que, contrariamente a unas ofi-cinas pensadas para una sola empresa, en un vivero la marca propia tiene que convivir con la marca de cada una de las empresas que se alojarán en él, por lo que es esencial establecer un buen diálogo en-tre ellas. A continuación profundizaremos en aspectos clave de esta convivencia.

De acuerdo con las experiencias positivas de un gran número de vi-veros de la demarcación, es muy recomendable incorporar ele-mentos transparentes en la divisoria que independiza a los mó-dulos de los espacios de circulación.

Estos tabiques de cristal incrementan la capacidad de comunicación de las empresas (identidad, producto, equipo...) más allá del nivel bá-sico de comunicación que permite la simple exposición del logotipo y, al mismo tiempo, dan mayor dinamismo a los espacios de circu-lación. Además, promueven la colaboración y el networking entre las empresas porque permiten que se conozcan mejor. Por otra parte, a los visitantes ocasionales del centro les ofrecen la oportunidad de co-nocer a las empresas alojadas mientras circulan por los pasillos de camino hacia los espacios compartidos.

Además, este elemento transparente puede evolucionar hasta trans-formarse en un espacio de escaparate, de manera que el pasillo del vivero se asimile a una calle, donde las tiendas exponen sus produc-tos al exterior (en el caso que nos ocupa, serán las empresas las que «invadirán» el espacio de circulación con sus productos). Aunque a priori podría parecer que un tabique de cristal puede ejercer por sí solo esta función de escaparate, para que las empresas hagan uso del mismo requiere un diseño explícito que lo identifique claramen-te. (Figura 1.4.1.l)

Otras opciones de exposición de productos en zonas comunes ex-presamente reservadas para este uso a la larga han fracasado. Pare-ce que la clave del éxito de esta opción (los escaparates) radica en la inmediatez y proximidad del espacio de exposición en cuestión, que no supone un esfuerzo o molestia y es fácil de actualizar a lo largo del tiempo.

Figura 1.4.1.l

Arriba, uno de los escapa-rates de la incubadora del TCM (interiorista: Xavier Martín), con los productos de la empresa alojada ex-puestos. Abajo, un elemen-to similar pero no tan ex-plícito en la incubadora de Glòries y que no conlleva la misma respuesta por parte del usuario.

El espacio de exposición

1 . 4 . 1 . c Criterios relacionados con el diseño interior

Por último, el ámbito con más posibilidades para trasladar la imagen de marca es el diseño interior de los espacios, porque aquí el proyectista disfruta de mayor libertad (cromática, mor-fológica, material, etc.), dado que no está influido por los criterios de estética urbana y supone una repercusión mucho menor en los costes de construcción global.

Un sistema habitual para implantar la marca es incorporar «imágenes de marca», es decir, lo-gotipos, eslóganes y colores corporativos. Esta es una forma de branding muy literal y direc-ta, pero también existen estrategias más sutiles para construir una marca.(21) Detallamos al-gunas a continuación:

Dado que la mayoría de oficinas del ámbito privado son más bien monocromáti-cas(22) y «aburridas», optar por un diseño más animado y con colores podría dotar al vivero de un rasgo diferenciador.

Incorporar ciertos tipos de materiales, como los procedentes de reciclaje, por ejemplo, que dan una imagen de modernidad y juventud, así como de compro-miso y responsabilidad.

Dotar al vivero de espacios de circulación amplios, bien iluminados, que favorez-can los encuentros y generen ámbitos de reunión informal en zonas semiprivadas –con butacas, mesas de pie central, etc.–, produce la sensación de que el negocio se desarrolla en todos los rincones del edificio.

Incorporar dobles alturas y diseñar espacios de gran profundidad visual, lo que ayuda a dar imagen de comunidad. Esta estrategia es más fácil de aplicar en los casos de rehabilitación (por ejemplo, de antiguas naves industriales), donde no su-pone un sobrecoste sino que aparece más bien como consecuencia natural de las necesidades programáticas del vivero.

Asimilar los grafismos de señalización de los espacios de circulación del vivero como parte de los elementos del branding, de manera que desarrollen la doble función de guiar al visitante a través del edificio (ubicación de los lavabos, escale-ras, recepción, etc.) y, al mismo tiempo, den a conocer la imagen corporativa y el carácter del vivero.(Figura 1.4.1.k)

(21) Jan Van Ree; Martensi; Van Meei, 2012, p. 27.

(22) Jan Van Ree; Martensi; Van Meei, 2012, p. 35.

Figura1.4.1.k

A la izquierda, señalización de las salidas de emergen-cia del aparcamiento del vi-vero Almogàvers Business Factory (arquitectos: La Granja Design; diseño gráfi-co: Supperstudio); a la dere-cha, grafismo corporativo de los espacios de circulación. El grafismo de este elemen-to de señalización (que se complementa con la señali-zación exigida por la norma-tiva de incendios) sigue la misma línea de los demás eslóganes y elementos de branding que se reparten a lo largo de los espacios co-munes del vivero (e inclu-so de la fachada). Todo elllo contribuye a dar la imagen de juventud y creatividad que caracteriza al centro.

>

7978

Existe una gama muy variada de técnicas para incorporar estos logotipos,(Figura 1.4.1.n) desde las más sencillas, que funcionan a modo de portanombres, hasta las más so-fisticadas, que incorporan retroiluminación. Todas son válidas siempre y cuando que-de garantizada una buena visibilidad del logotipo (dándole a la empresa el protagonis-mo que merece) y se consiga una visión de conjunto homogénea. En este sentido, se desaconseja la identificación de los módulos exclusivamente mediante numeración.

Es importante prever asimismo un dispensador de tarjetas como el que podemos observar en la fotografía,(Figura 1.4.1.o) que sería conveniente colocar cerca del logotipo.

Figura 1.4.1.n

Diferentes técnicas de colo-cación del logotipo. La más sofisticada, en la incubado-ra del TecnoCampus Ma-taró-Maresme (TCM), in-corpora retroiluminación, aunque para las empresas que llegan se trata simple-mente de encargar un vini-lo a medida. Pero la carac-terística más destacable del modelo del TCM radica en el tamaño del espacio del logotipo, muy superior al resto, lo que da más pro-tagonismo a las empresas dentro del espacio de cir-culación.

Figura 1.4.1.o

Visitante del vivero IG-NO-VA Tecnoespai de Igualada (Arquitecto: Carles Cres-po), mostrando interés por la tarjeta de visita expues-ta de una de las empresas alojadas.

El proyectista tendrá que prever un espacio preparado para situar el logotipo de las empresas alojadas en el acceso de cada módulo de empresa, espacio que no debe desvincularse del escaparate o tabi-que de cristal, sino que conviene un diseño integrado de la fachada del módulo, que estará constituido por la puerta de acceso, el espa-cio de rotulación del logotipo y el elemento «escaparate» (tal como sucede en el caso de la fachada de una tienda de una calle).(Figura 1.4.1.m)

El espacio del logotipo

Figura 1.4.1.m

Vista interior de un espa-cio de circulación de la in-cubadora del TCM, un caso ejemplar sin duda en cuan-to al diseño interior del es-pacio enfocado a la ge-neración de una imagen corporativa característica (interiorista: Xavier Martín). La fachada del módulo se diseña de forma integrada; cada módulo consta de una parte maciza con un color característico que delimita y enfatiza la puerta de acce-so -también opaca- y el es-pacio del logotipo (en este caso, segregado del esca-parate). Además, la repre-sentación de la empresa se complementa con el esca-parate.

Más allá de la colocación de un logotipo junto al acceso, los escapa-rates o tabiques de cristal pueden ser la carta de presentación de la empresa, que puede llegar a ocupar todo el elemento transparente. Y es que hay que tener en cuenta que la superficie de la que disponen, mayor que la de un mero portanombres, permite insertar en ella toda una serie de elementos diversos. Volviendo al símil de las calles, la imagen de la empresa equivaldría a la rotulación de cada local hacia el espacio público. No obstante, en este supuesto habría que estudiar en qué condiciones se produce la convivencia entre la marca del vive-ro y las marcas de las empresas que se alojan en él.

Pero hay que tener en cuenta que un factor determinante para el éxi-to de este espacio de exposición es la actividad que se genere en el pasillo, actividad que, por una parte, se puede forzar desde el proyec-to arquitectónico, dispersando, por ejemplo, los espacios comunes y las salas de reunión por el edificio y, por otra, también puede ser pro-piciada por la gestión del centro mediante visitas guiadas (que pue-den ser programadas o improvisadas) de interés para las empresas.

8180

Figura 1.4.1.r

Sala de reuniones transfor-mable en auditorio en Dis-ney Store Headquarters, Pasadena, California (ar-quitectos: Clive Wilkinson Architects, en colaboración con DEGW). Autor de la fo-tografía: Benny Chan de Fo-toworks.

Fuente: imágenes cedidas por Clive Wilkinson Archi-tects - Courtesy of Clive Wil-kinson Architects.

Figura 1.4.1.s

Fotografías de los dos nue-vos espacios de relación, diseñados por alumnos de la escuela Elisava, de la in-cubadora de Glòries de Bar-celona Activa (arquitec-tos del proyecto original: Elías Torres y José Anto-nio Martínez Lapeña). Aba-jo, la sala relacional u offi-ce, un espacio muy versátil que, por ejemplo, permi-te tomar un café mientras se mantiene un encuentro informal con un socio o un cliente después de celebrar una reunión. Al fondo pue-de apreciarse The cloud, un espacio concebido para se-siones de brainstorming. Arriba, el comedor, con una mesa continua pensada ex-presamente para estimu-lar las primeras conversa-ciones.

Fuente: la imagen del espa-cio office ha sido cedida por Barcelona Activa.

Es evidente que el mobiliario es una de las herramientas con mayor potencial del diseño interior. Además, el mobiliario de oficina ha evo-lucionado mucho en los últimos años, con estilos de gran calidad es-tética y, al mismo tiempo, muy funcionales.

Un buen mobiliario puede mejorar considerablemente la versatilidad de los espacios. Tal como puede observarse en el ejemplo,(Figura 1.4.1.r) un espacio de circulación puede transformarse fácilmente en un au-ditorio con la simple reorganización del mobiliario (mediante un jue-go de piezas totalmente refrescante).

En un vivero de empresas, una parte importante del mobiliario la en-contramos en los espacios de uso comunitario (ámbitos de reunión, office, recepción, etc.). Se pueden lograr resultados muy satisfactorios trabajando únicamente con el mobiliario de estos espacios. La escue-la de diseño Elisava lo ha demostrado con los dos nuevos espacios de descanso que ha diseñado para la incubadora de Glòries y que han dado un nuevo impulso al carácter dinámico y juvenil que ya tenía el proyecto original.(Figura 1.4.1.s)

Pero la mayor parte del mobiliario que contendrá el edificio se con-centra en el interior de los módulos de las empresas. La incorpora-ción o no de mobiliario propiedad del vivero al interior de los módu-los no es una decisión puramente estética, ya que en ella intervienen otros factores.

El mobiliario Además, en un espacio próximo al acceso del edificio también habrá que prever un panel-resumen de todas las empresas alojadas en el centro que recoja su logotipo y ámbito de negocio. Este panel puede ser una pantalla táctil interactiva, como en el caso del vivero de Almo-gàvers Business Center, que permite consultar un directorio con toda la información que las empresas han querido incorporar al mismo (experiencia, filosofía, etc.).

Figura 1.4.1.p

Volviendo el ejemplo del vi-vero IG-NOVA Tecnoespai de Igualada (Arquitecto: Car-les Crespo), en la fotografía puede observarse el direc-torio instalado en el acceso del centro. Se trata de un vi-nilo impreso con el plano del vivero donde cada empre-sa coloca su tarjeta de visi-ta en el módulo que ocupa. Se trata de un ejemplo inno-vador porque se ha conse-guido un directorio atractivo y útil de forma muy sencilla y económica.

Figura 1.4.1.q

A la izquierda, visión exterior de uno de los módulos del vivero de Almogàvers Bu-siness Factory (arquitectos: LaGranja Design). A la dere-cha, visión interior del módu-lo que, tal como puede ob-servarse, es completamente neutro.

Sea cual sea el nivel de expresividad de los espacios interiores que se hayan diseñado, es importante garantizar un espacio interior de mó-dulo neutro para que la empresa arrendataria pueda personalizarlo.

En este sentido, hay que focalizar la expresión de la marca en los es-pacios comunes, en especial en las zonas de circulación y espacios relacionales, y mantener más neutras las salas de reuniones y com-pletamente desprovisto el interior de los módulos. De lo contrario, se invade el espacio personal de la empresa y puede crearse un conflic-to evidente. Así pues, se desaconseja especialmente intervenir en los elementos verticales interiores de los módulos con materiales carac-terísticos o colores corporativos del centro, para que puedan ser las propias empresas alojadas quienes los personalicen. Por este moti-vo, y dado el efecto neutro que produce, se recomienda que predomi-ne el color blanco.

La neutralidad del módulo

8382

Así, la incorporación del mobiliario de los módulos de las empresas presenta es-tas tres ventajas:

Reduce la inversión inicial de la empresa en proceso de creación, lo que supone una ayuda más a la persona emprendedora y convierte el vivero en un espacio plug and play.

Homogeneiza el espacio y ayuda a configurar una imagen o estética cor-porativa del vivero.

Facilita las mudanzas a otros módulos en caso de que la empresa nece-site más o menos espacio del que ya dispone.

Por el contrario, también conlleva inconvenientes:

El mobiliario estándar no siempre se adapta a los requerimientos de to-das las empresas del vivero. Efectivamente, hay empresas que necesi-tan elementos muy diferentes del mobiliario ordinario de oficina como, por ejemplo, las de diseño de moda.

Deja muy poco margen de personalización a la empresa arrendataria. Además, la personalización de los espacios del vivero permite que los visitantes que se pasean por él puedan ver con una simple ojeada las di-ferentes actividades que se desarrollan en el mismo, y esta visión cam-biante le aporta riqueza espacial y dinamismo, características que po-drían perderse con un mobiliario homogéneo.

Puede provocar cierto malestar en las empresas, ya que podrían pensar que no se les da completa libertad en «su casa» y eso, en consecuencia, dificultaría la comercialización de los espacios.

Hay que renovarlo a lo largo de los años, ya que un mobiliario desfasa-do o deteriorado supondría una mala imagen para las empresas y pro-blemas para la comercialización de los espacios, por lo que la imagen de marca del centro también resultaría afectada.

Existen también soluciones intermedias, como amueblar el 50% de los módulos que se quieran alquilar o establecer en el reglamento criterios estéticos que las empresas arrendatarias deberían respetar al amueblar los módulos respectivos.

Por lo que respecta a esta cuestión, los gestores de los centros han de decidir la es-trategia que quieren seguir antes de encargar el proyecto y de acuerdo con el mo-delo de vivero. Además, en esta decisión influyen también otros aspectos como, por ejemplo, las técnicas de flexibilización de los espacios, que trataremos más ade-lante.

8584

No se realiza una evaluación de la decisión política.

No se evalúan con antelación los costes y la viabilidad económica del fu-turo centro.

Suelen darse numerosas modificaciones de los proyectos arquitectóni-cos debido a las reflexiones que van surgiendo a lo largo del proceso, modificaciones que provocan retrasos, malestar y, en algunos casos, so-brecostes.

El proyectista asume muchas decisiones que no le corresponden (como la definición del programa detallado).

Inversiones equivocadas, edificios sin uso, costes de inversión y explota-ción inalcanzables, equipamientos no adaptados a los usos, improvisa-ción y descontrol de los costes, etc.

En ayuntamientos modestos, la Administración puede quedar debilita-da como interlocutor del proyectista si no dispone de técnicos adecuados para efectuar el seguimiento del proceso.

Incorporar a este proceso los estudios de programación supone un control conti-nuo de la operación y del proyecto al tratarse de una herramienta complementaria y paralela al proceso de redacción de los proyectos de construcción. Esencialmen-te, el estudio de programación da a la Administración un instrumento de control del proceso y auditoría de los resultados.

Existen tres tipos de estudios: el estudio previo de programación, el estudio de pro-gramación general y el estudio de programación detallada, que se realizan con an-terioridad o paralelamente a las fases de anteproyecto, proyecto básico y proyecto ejecutivo (las etapas necesarias en la redacción de proyectos de obra)(25)

El estudio previo de programación concreta la demanda municipal, ana-liza la viabilidad técnica y económica, detalla un preprograma y presen-ta diferentes alternativas de inversión indicando sus costes. Este estudio va dirigido a los promotores (el ente local) para que tomen la decisión de sacar adelante el proyecto o pararlo. El resultado del estudio previo siempre debe plantear, como mínimo, dos o más opciones alternativas.

El estudio de programación general tiene el objetivo de elaborar un do-cumento que permita al proyectista ponerse en contexto (objetivos, so-lar elegido, entorno) y disponer de todas las variables necesarias para la realización del anteproyecto (programa general de usos, descripción de los espacios, las actividades y los usuarios, etc.).

(25) Chapon; Mauduit; Olivret, 1995 , p. 41-106.

CAPÍTULO 1.5EL PROYECTO: ETAPAS DE REALIZACIÓN

1 . 5 . 1 Las ventajas del estudio de programación

Desde principios de los años noventa, la Diputación de Barcelona, a través del Servicio de Equipamientos y Espacio Público (SEEP) y si-guiendo el ejemplo de Francia, promueve los estudios de programa-ción como herramienta de apoyo para mejorar la calidad de las cons-trucciones públicas y, por consiguiente, gestionar mejor las finanzas públicas.(23)

El procedimiento habitual de redacción de los proyectos arquitectóni-cos, cuando no se produce la reflexión complementaria de los estu-dios de programación, presenta las deficiencias siguientes:24):

La construcción de un nuevo equipamiento de iniciativa local como el vivero de empresas conlleva un proceso relativamente largo de fa-ses que se van sucediendo. Es esencial que el personal de promoción económica (departamento desde donde se inicia e impulsa general-mente un proyecto de vivero de empresas) esté presente en dicho proceso de manera que pueda realizar aportaciones de valor añadido en los momentos oportunos.

Pero en la mayoría de casos esta participación no se produce, siendo uno de los motivos que el personal del departamento de promoción económica desconoce las diferentes etapas y plazos que hay que se-guir para elaborar un proyecto de obra. Por esta razón hemos creído conveniente efectuar un breve resumen del proceso y de cada una de las fases que requiere y hacer hincapié en los momentos en los que hay que intervenir.

(23) Chapon, Yves; Mauduit, Philippe; Olivret, François: La programació d’edificis i espais públics. Barcelona: Di-putació de Barcelona, 1995.

(24) Chapon; Mauduit; Olivret, 1995 , p. 23-29.

8786

OBRA

PROYECTO BÁSICO Y EJECUTIVO

ANTEPROYECTOESTUDIO DE

PROGRAMACIÓN DETALLADO

ESTUDIO DE PROGRAMACIÓN

GENERAL

POSIBLES VÍAS ALTERNATIVAS

DECISIÓN DE NO ACTUAR Y POR QUÉ

ESTUDIO DE PROGRAMACIÓN PREVIO

DEMANDA INICIAL

PROGRAMACIÓN DE LA OPERACIÓN (ENTE PROMOTOR)

FASES DEL PROYECTO TÉCNICO (PROYECTISTA)

DECISIÓN DE ACTUAR

(27) De acuerdo con el pá-rrafo 1.d) del artículo 24 de la Ley 3/2012, de modificación del texto refundido de la Ley de urbanismo LUN 1/2010 (o ley que la sustituya), que modifica el artículo 67, Pla-nes especiales urbanísticos de desarrollo, del texto refun-dido de la Ley de urbanismo LUN 1/2010, «(...) si el pla-neamiento urbanístico gene-ral no lo concreta, [los planes especiales] pueden concre-tar el uso del equipamiento comunitario y la titularidad pública o privada».

1 . 5 . 2

1 . 5 . 3

El plan especial de determinación de usos

Fases del proyecto arquitectónico

Tal como se ha comentado en el subapartado 1.3.2.d, «Calificación ur-banística», del capítulo 1.3, una vez se ha decidido el emplazamiento del vivero, si la parcela se encuentra en suelo calificado como equi-pamiento habrá que tramitar el correspondiente plan especial de de-terminación de usos.

Este plan especial ha de determinar el uso de vivero de empresas para la parcela en cuestión y, al mismo tiempo, regular la posibilidad de obtención de licencia ambiental de actividad para todas las empre-sas que se instalen en él mediante el procedimiento habitual de soli-citud de licencia (según lo defina la legislación de actividades vigente).

La aprobación inicial, provisional y definitiva del planeamiento deriva-do corresponde a los ayuntamientos.(27) Los planes especiales de de-terminación de usos son figuras de planeamiento muy sencillas y re-lativamente ágiles. En cualquier caso, la redacción de los proyectos arquitectónicos podrá efectuarse en paralelo a la tramitación urba-nística a fin de acelerar todo el proceso.

Una vez se ha realizado la tramitación urbanística necesaria (en su caso) y se ha elaborado el preprograma, hay que encargar a los técnicos com-petentes (arquitectos, ingenieros, etc.) la redacción de los correspondien-tes proyectos arquitectónicos.

Es totalmente imprescindible que durante el proceso de redacción de los diferentes proyectos arquitectónicos se garantice la participación de los futuros gestores del equipamiento. Así pues, conviene establecer un pro-grama de seguimiento con reuniones periódicas a las que asista el perso-nal de los diferentes departamentos implicados en el proyecto y, en parti-cular, el departamento de promoción económica.

Los proyectos se pueden redactar internamente (a través de los arquitec-tos e ingenieros del departamento de proyectos y obras del ente local) o se pueden encargar a un equipo de arquitectos externo. En caso de que los redacten técnicos externos, habrá que abrir un proceso de contrata-ción. La legislación en materia de contratos determina el procedimiento a seguir de acuerdo con la magnitud del proyecto. Independientemente de los requisitos exigibles según el importe al que asciende el contrato, y que deberán respetarse en todo caso, hay que valorar si es conveniente o no convocar un concurso de proyectos.

El estudio de programación detallado tiene el objetivo de reunir toda la informa-ción necesaria para la redacción del proyecto básico y de ejecución. Por consiguien-te, es necesario que en el mismo conste una descripción cuidadosa de las exigen-cias y necesidades técnicas de cada uno de los espacios. Este estudio ha de tener en cuenta la interpretación formal del programa general que haya realizado el an-teproyecto.

El coste de los estudios de programación se sitúa por debajo del 1% del coste de las obras, por lo que es un importe mínimo en comparación con los beneficios que aporta.(26) El equipo que efectúa los estudios de programación debe ser multidisciplinar para asegurar de que en él se recogen todos los puntos de vista.

El esquema general de la programación es el siguiente:

(26) Chapon; Mauduit; Olivret, 1995, p. 111.

Figura 1.5.1.a

Elaboración de los auto-res a través de las pautas expresadas en el libro Chapon; Mauduit; Olivret, 1995, p. 33.

8988

1 . 5 . 3 . b El proyecto básico y ejecutivo

El proyecto básico y el proyecto de ejecución desarrollan la propuesta contenida en el anteproyecto y definen las características técnicas de las instalaciones, estruc-turas, construcción, etc. Estos documentos se dirigen a profesionales relacionados con la construcción por lo que incluyen un lenguaje específico que no es fácilmen-te comprensible para personas ajenas al mundo de la arquitectura y la ingeniería. Por este motivo, es necesario haber incorporado en la fase anterior los comenta-rios y aportaciones del personal vinculado al proyecto que pueda tener dificultades para hacer un seguimiento de este nivel de concreción.

La diferencia entre el proyecto básico y el proyecto ejecutivo es la definición y el de-talle a los que llegan cada uno, además de la responsabilidad civil que tienen aso-ciada. El proyecto básico es un paso intermedio que tiene sentido sobre todo en el ámbito privado, ya que sirve para obtener la licencia de obras y agilizar el proce-so (trámite que no se da en los procesos públicos). No obstante, en los proyectos de promoción pública –en los que no es inadecuado encargar la redacción conjun-ta de ambos proyectos– puede servir para incorporar observaciones del ente pro-motor sobre nuevos aspectos críticos que surjan a raíz del mayor grado de con-creción.

El proyecto ejecutivo es el documento que ha de contener toda la información necesaria para ejecutar las obras. Es la fase del trabajo que desarrolla el proyec-to básico e incluye todos los detalles y especificaciones sobre los materiales y so-bre los elementos y sistemas constructivos, estructurales y de instalaciones. Es

Por lo tanto, el anteproyecto es la fase que admite mayor discusión ya que el proyectista, gracias a este menor grado de detalle, podrá asumir las modificacio-nes con cierta facilidad. En efecto, si la propuesta presenta deficiencias espaciales, deberán detectarse en esta fase dado que en las sucesivas la capacidad de res-puesta se reduce considerablemente.

Como mínimo, el documento del anteproyecto ha de incluir estos elementos:

Una memoria donde se explique el concepto arquitectónico, la distri-bución de los espacios, las nociones básicas de la estructura, el siste-ma constructivo y el sistema de instalaciones, tomando siempre como base las estrategias de ocupación y funcionamiento ambiental de la propuesta.

Los planos (planta, secciones y alzados), croquis y perspectivas nece-sarios para entender la propuesta formal.

Un avance del presupuesto a partir de una estimación basada en mó-dulos (precio/m2) por aplicación de superficies globales, así como de los costes de mantenimiento, especialmente de energía.

La ley permite convocar un concurso de proyectos en el marco de los procedimientos de ad-judicación de contratos de servicios. En un concurso de proyectos, los equipos participan-tes han de presentar, a parte de la documentación requerida en los procedimientos usuales, la propuesta formal del programa planteado (con planos, perspectivas, etc.). Posteriormen-te, un jurado competente valorará las diferentes propuestas y elegirá la que mejor se ade-cue a las necesidades planteadas. De esta manera, se incorpora al proceso de adjudicación del contrato el nivel de excelencia y competitividad de los equipos para dar respuesta al pro-grama planteado.

Una de las ventajas de los concursos de proyectos es que estimulan la creatividad de los equi-pos redactores, que normalmente formulan propuestas de gran calidad estética y funcional. Conviene, no obstante, que sean concursos de ideas y no de proyectos básicos, que suponen un nivel de concreción innecesario. Por el contrario, el inconveniente de los concursos de pro-yectos es que alargan el plazo de contratación, lo que supone, según el caso, que haya que va-lorar la necesidad de convocarlo o no.

Por lo tanto, en la contratación de proyectos de redacción de viveros se aconseja convocar un concurso de empresas si:

Se trata de proyectos de una magnitud importante (ya sea por lo que respecta al coste o porque suponga la intervención en un edificio catalogado de gran valor para la ciudad).

Si se quiere garantizar una calidad plástica y estética elevada que sirva de punto de partida para generar la imagen de marca del vivero.

Una vez se ha decidido el equipo de arquitectos, las diferentes fases del proyecto arquitec-tónico son las siguientes:

El anteproyecto(28)

El proyecto básico y ejecutivo

La licencia de actividades

Las obras 1 . 5 . 3 . aEl anteproyecto

En esta fase, el equipo redactor establece los rasgos fundamentales del proyecto, diseña los conceptos arquitectónicos básicos en torno a los que se articulará y formaliza una propuesta global.(29)

El anteproyecto ha de recoger la propuesta formal con un bajo nivel de concreción de los aspectos técnicos (estructuras, instalaciones...), de los que tan sólo se plantea la estrategia general a seguir; asimismo, para que el ente promotor pueda evaluar mejor la idoneidad del proyecto, es necesario que el lenguaje de los planos y de las perspectivas visuales sea inteligible.

(29) Descripción del Colegio de Arquitectos de Cataluña.

(28) En el caso de los proyec-tos de rehabilitación, previa-mente al encargo del ante-proyecto hay que aplicar la metodología explicada en el apartado 1.3.4, «Edificio nue-vo o rehabilitación de uno ya existente», del capítulo 1.3.

9190

siguiente, es imprescindible conocer las limitaciones legislativas con el objetivo de incorporar las modificaciones necesarias a los proyectos ejecutivos. En este sentido, y para evitar sorpre-sas a posteriori, es imprescindible garantizar el intercambio de información entre los técnicos redactores del proyecto ambiental y los del proyecto arquitectónico.

Para poner de relieve la importancia de este aspecto imaginaremos el caso hipotético de un centro concebido para impulsar un sector determinado de actividad empresarial del territo-rio: si la aprobación del proyecto se tramita sin especificar el tipo concreto de actividad indus-trial que se quiere desarrollar (por desconocimiento del técnico o técnica que lo encarga debi-do a que no pertenece al departamento de promoción económica) y en el momento de solicitar la primera licencia particular resulta que las instalaciones no satisfacen todos los requerimien-tos exigibles y hay que realizar obras importantes, presumiblemente el centro no podrá asu-mir dichas obras y, por lo tanto, deberá cambiar de estrategia y admitir otro tipo de actividades que sean compatibles.

En este ejemplo, por lo tanto, la estrategia económica se tendrá que reinventar porque la fase de redacción del proyecto no se ha gestionado correctamente. Precisamente, uno de los objeti-vos de esta guía es evitar este tipo de circunstancias.

1 . 5 . 3 . d Las obras

Finalmente, la última fase del proceso es la ejecución de las obras que, para garantizar la transparencia de las inversiones, sería recomendable que sufrieran el mínimo de variaciones posibles. Unos proyectos cuidados, completos, participativos y bien gestionados facilitan mucho el desarrollo de las obras (en especial, de las obras de rehabilitación) y contribuyen a mi-nimizar el riesgo de que tengan que modificarse.

La contratación de las obras es compleja y se alarga considerablemente en el tiempo, circunstancia que deberá tenerse en cuenta en el momento de planificar el calendario global del proyecto. La Ley de contratos del sector público (R. D. 30/2011) establece el tipo de procedimiento aplicable según el importe de la licitación:

Para obras sencillas con presupuesto inferior a 50.000 euros se puede realizar un contrato menor con adjudicación direc-ta, sin necesidad de convocar concurso público. Se trata de un procedimiento rápido que puede durar entre uno y tres meses.

En cambio, para obras con presupuesto superior a 50.000 eu-ros pero inferior a 200.000 euros habrá que efectuar un proce-dimiento negociado sin publicidad. En este tipo de licitación, de tres a cinco empresas son invitadas a participar en un concur-so con unos criterios de valoración establecidos en unos plie-gos de cláusulas particulares redactados y aprobados por el ente local. Este procedimiento suele alargarse de tres a seis meses.

completamente imprescindible que el proyecto sea expuesto al personal de promoción eco-nómica antes de llevarlo a aprobación y con el margen de tiempo necesario para incorporar, en caso necesario, alguna modificación.

Por otra parte, es conveniente sopesar la necesidad de encargar una auditoría del proyecto o que la efectúen los propios servicios municipales. El objetivo de la auditoría es valorar la ca-lidad del proyecto de ejecución (no del edificio proyectado), controlar las cuestiones económi-cas, analizar la coherencia entre las diferentes partes que lo conforman, asegurar el cumpli-miento de la normativa, etc.

A veces pueden ser necesarios otros proyectos parciales o complementarios para satisfacer normativa o que no estén incluidos en los contenidos del proyecto ejecutivo como, por ejem-plo, proyectos de diagnosis de edificios existentes, estudios de patologías, proyectos de urba-nización (en su caso), proyectos de telecomunicaciones, estudios básicos de seguridad y sa-lud, proyectos de interiorismo, diseño o elección de mobiliario, etc. Es importante tener pre-sentes estos documentos, que deberían redactarse en paralelo a los proyectos de ejecución para no alargar todavía más los plazos.

1 . 5 . 3 . cLa licencia ambiental del vivero de servicios y del vivero industrial

La evaluación ambiental de los proyectos de equipamientos y servi-cios de titularidad municipal se integra en el procedimiento de apro-bación del proyecto correspondiente.(30) Por lo tanto, en paralelo a la redacción de los proyectos de carácter constructivo, habrá que reali-zar los trámites correspondientes de evaluación ambiental (equiva-lentes a la solicitud de licencia ambiental de actividades que efectúan los promotores privados).

La legislación en el ámbito de las actividades es muy cambiante y, por este motivo, no procederemos a una descripción detallada de las exigencias actuales según cada tipo de actividad. Lo que hay que te-ner presente, cuando menos, es que la justificación ambiental de ac-tividades del proyecto llevado a aprobación deberá incorporar la fun-ción pública que ejerce el centro como agente de promoción eco-nómica del municipio,(31) de tal manera que, posteriormente, cada empresario o empresaria pueda solicitar su licencia personal.

La justificación ambiental global del vivero asegurará el cumpli-miento de los requerimientos exigibles para las circulaciones y es-pacios comunes (salidas de emergencia, sectorización, etc.) y deberá expresar el interés público que supone el equipamiento como agen-te de desarrollo económico del territorio y los tipos de actividades que se admitirán en el mismo (que posteriormente deberán refle-jarse en el reglamento del centro). Dentro de este interés para la co-munidad se enmarcarán las diferentes empresas que soliciten su li-cencia particular.

Este aspecto es muy relevante en el caso de los viveros industria-les, puesto que las exigencias en materia estructural y de protección contra incendios varían mucho según el tipo de actividad. Por con-

(30) Ley 20/2009, de 4 de di-ciembre, de prevención y con-trol ambiental de las activida-des.

(31) Consultar el subapartado 1.3.2.d, «Calificación urbanísti-ca», del capítulo 1.3. del capí-tol 1.3.

9392

Para obras con presupuesto superior a 200.000 euros pero inferior a 1.000.000 de euros habrá que iniciar un procedimiento negociado con publicidad. En este tipo de licitación se efectúa una publicidad previa del concurso, de manera que todas las empresas que tengan noticia del mismo pueden presentarse. Una vez presen-tadas las solicitudes, el ente local elige las empresas que cumplen mejor el per-fil solicitado y de tres a cinco empresas son invitadas a participar en un concurso con unos criterios de valoración establecidos en unos pliegos de cláusulas particu-lares redactados y aprobados por el ente local. Este procedimiento suele alargar-se de cuatro a seis meses.

Por último, para obras con un presupuesto superior a 1.000.000 de euros habrá que efectuar un procedimiento abierto. En este tipo de licitación se hace publicidad del concurso, de manera que está abierto a todas las empresas que tengan noticia del mismo. A diferencia del procedimiento negociado, todas las empresas deben pre-sentar su oferta junto con la solicitud y de acuerdo con unos criterios establecidos en los pliegos de cláusulas administrativas particulares, a los que todos los licitado-res deben tener acceso. Este procedimiento suele alargarse de seis a ocho meses.

Por otra parte, la dirección facultativa de las obras, tal como sucede en el caso de la redacción de los proyectos, puede ser asumida por el personal interno del ente local o puede ser con-tratada a un equipo externo. Si se contrata externamente, es completamente necesario que personal cualificado interno proceda a un seguimiento exhaustivo del avance de las obras, de manera que se implique al resto de agentes vinculados en el proyecto en caso de que aparezcan imprevistos que lo modifiquen sustancialmente (por ejemplo, un cambio impor-tante en el sistema de climatización que pueda afectar a la futura gestión del centro).

Si la Administración no cuenta con personal técnico cualificado disponible para efectuar el se-guimiento de las obras, hay que valorar la incorporación al proceso de un técnico o técnica (project manager) que la represente y vele por sus intereses (por ejemplo, controlando la ca-lidad de la ejecución, el tiempo y recursos empleados, implicando al resto de agentes del pro-yecto en caso necesario, etc.).

1 . 5 . 3 . eCalendario orientativo

Tal como hemos visto, el proceso de creación de un nuevo equipa-miento es largo y conlleva toda una serie de pasos que se van su-cediendo en el tiempo. No obstante, este proceso puede optimizarse ejecutando en paralelo algunas acciones. Hemos confeccionado un calendario del desarrollo del proceso –elaborado a raíz de la experien-cia de la Diputación de Barcelona en la gestión de los viveros de em-presas construidos con el Eje 1 del PO FEDER 2007-2013– y hemos destacado aquellos pasos que son necesarios para poder ejecutar el paso siguiente y las acciones que se pueden ejecutar en paralelo. Hay que precisar que se trata de un calendario meramente orientati-vo y que, además, los plazos pueden acortarse o alargarse de acuer-do con la dimensión del proyecto. Por esta razón hacemos constar en verde los plazos que son obligados por ley (y, por lo tanto, inamovi-bles) y en gris los plazos estimativos y que pueden variar según la di-mensión y/o complejidad del proyecto en cuestión.

Redacción del estudio de programación previo y de un estudio previo de patologías en casos de rehabilitación (2-3 meses)

Redacción del plan especial de determinación de usos (2 meses)

Aprobación inicial del plan especial de determinación de usos (15 días, máx. 3 meses) (1)

Aprobación definitiva del plan especial de determinación de usos(15 días, máx. 2 meses) (3)

Envío de documentación a la CTU y publicación de la aprobación definitiva(15 días, máx. 1 mes)

Preparación y aprobación del pliegos para la contratación de la redacción del proyecto básico y ejecutivo, de la dirección de obras y, en su caso, del proyecto de urbanización (2 meses) (5)

Exposición pública del plan especial de determinación de usos (1 mes)

Informe de la Comisión Territorial de Urbanismo (CTU) (2 meses) (2)

Aprobación inicial del anteproyecto (15 días)

Exposición pública del anteproyecto(1 mes)

Aprobación definitiva del anteproyecto (1 mes)

Presentación de solicitudes (10 días), selección de invitados y presentación de ofertas (15 días) (6)

Informes de los organismos competentes(1 mes)

Redacción del anteproyecto (2 meses)

Redacción del estudio de programación (1-2 meses)

Redacción del estudio de programación general (1-2 meses)

Contratación del anteproyecto (1-2 meses) (4)

Redacción de estudios previos, en su caso (p.ej.: diagnosis estructural del edificio existente) (2-3 meses)

1 mes

1 año

0 años

Figura 1.5.3.a

> (1) Los planes especiales de determinación de usos son formulados por el ayuntamiento, se-gún el artículo 109 del Reglamento de la Ley de urbanismo (RLUC). Corresponde también al ayuntamiento aprobarlos, según el artículo 85 del texto refundido de la Ley de urbanismo (Ley 3/2012).

(2) Si algún informe es desfavorable o se pre-sentan alegaciones durante el periodo de expo-sición pública, habrá que modificar la documen-tación del plan y volver a realizar el proceso.

(3) Según el artículo 81 del texto refundido de la Ley de urbanismo (Ley 3/2012), la aproba-ción definitiva de este tipo de planes especiales (que se corresponden con los descritos en el ar-tículo 67.1d del mismo texto) corresponde a los ayuntamientos siempre que se trate de equipa-mientos comunitarios de interés exclusivamen-te local y que sean promovidos de acuerdo con las determinaciones de un POUM o de un PAUM. Según el artículo 85 del mismo texto, en el caso de los planes urbanísticos derivados en los que la competencia de aprobación definitiva corres-ponda al Ayuntamiento, el acuerdo de aproba-ción definitiva puede adoptarse directamente una vez cumplido el trámite de información pú-blica, prescindiendo de la aprobación provisional.

(4) En caso de que el anteproyecto sea redacta-do por los técnicos municipales, se ahorrará el plazo necesario para la contratación de un equi-po externo.

(5) En caso de que el proyecto ejecutivo y la di-rección de obras sean asumidos por los técnicos municipales, se ahorrará el plazo necesario para la contratación de un equipo externo.

(6) Plazos establecidos por el texto refundido de la Ley de contratos del sector público (R. D. 30/2011) para procedimientos negociados en contratos de servicios. Según el importe de la li-citación, este plazo se puede reducir o ampliar de acuerdo con el tipo de procedimiento que deba aplicarse.

(7) Plazo establecido por el texto refundido de la Ley de contratos del sector público (R. D. 30/2011) para procedimientos abiertos en con-tratos de obras. Según el importe de la licitación, este plazo se puede reducir o ampliar de acuer-do con el tipo de procedimiento que deba apli-carse.

Valoración de las solicitudes y adjudicación del concurso (2-3 meses)

Redacción del proyecto básico y ejecutivo(4-12 meses)

Revisión y aprobación definitiva del proyecto ejecutivo (1 mes)

Valoración de las solicitudes y adjudicación del concurso (3-5 meses)

Firma del acta de replanteo definitiva e ini-cio de las obras (15 días)

Ejecución de las obras (4-18 meses)

Recepción de las obras (15 días)

Puesta en marcha del equipamiento (1 mes)

Formalización del contrato(15 días)

Valoración de las solicitudes y adjudicación del concurso (2-4 meses)

Formalización del contrato(15 días)

Firma del acta de replanteo definitiva e ini-cio de las obras (15 días)

Suministro de mobiliario y equipamiento (1-2 meses)

Recepción de las obras (15 días)

Presentación de ofertas (26 días) (7)

Formalización del contrato(15 días)

Preparación y aprobación de pliegos para la contratación de las obras y elaboración del acta de replanteo previo, el informe favora-ble de la oficina de supervisión de proyectos y la documentación acreditativa de la dispo-nibilidad de terrenos (2 meses)

Contratación, en su caso, de las obras de urbanización. Presentación de solicitudes (10 días), selección de invitados y presenta-ción de ofertas (15 días) (6)

Ejecución de las obras (3-6 meses)

Contratación de la compra de mobiliario y equipamiento (1-2 meses)

3 años

2 años

97

FACTORES DE SOSTENIBILIDAD 1

CAPÍTULO 1.6

La primera forma de disminuir nuestro impacto ambiental es redu-cir, una de las tres R que forman la tríada del consumo responsable junto con reutilizar y reciclar. Reducir hasta lo estrictamente necesa-rio lo que necesitamos para realizar nuestras actividades es la ma-nera más eficiente de reducir el impacto ambiental que generan, y las necesidades de alojamiento suponen una demanda muy grande de recursos. Reducir la disponibilidad de espacios a las necesidades reales es, por consiguiente, una primera regla ineludible.

El edificio que alojará el vivero, centro u hotel de empresas se origi-na en un programa de necesidades que se ha enunciado, tal como se explicaba en el capítulo 1.5, «El proyecto: etapas de realización», en el proceso de programación; y este proceso de programación es consecuencia de las decisiones de planificación del centro, de la per-cepción de que su creación es necesaria y del dimensionamiento que se hace del mismo para convertirlo en un factor dinamizador de la economía local, lo que, consecuentemente, determina el número y magnitud de las actividades y servicios que en él se quieren alojar.

Tal como se ha comentado en el capítulo 1.3, «Condicionantes pre-vios: planificación», los condicionantes previos que determinan la planificación del centro deben ayudar a establecer su adecuada di-mensión y la previsión de su futura evolución. Y este, precisamen-te, es un factor clave. En efecto, determinar las necesidades iniciales del proyecto y de su posible evolución a lo largo del tiempo es fun-damental para que el estudio de programación permita ajustar el programa funcional del edificio a la demanda real, y, al mismo tiem-po, se tenga en cuenta –de la manera más eficiente posible– la evo-lución de las necesidades en el tiempo y la manera de satisfacerlas con la máxima economía de diseño y recursos.

El primer paso para alcanzar la sostenibilidad de un edificio es dis-poner de un programa ordenado de las necesidades de ocupación de los espacios, así como de las características que presentan y como hay que organizarlos y distribuirlos, lo que permitirá asegurar la de-manda racional de dichos espacios y servicios y, al mismo tiempo, una ocupación y un uso máximos pero no abusivos. Efectivamen-te, no hay nada tan insostenible como tener espacios vacíos, espa-cios que hay que acondicionar y mantener –gastando recursos y ge-nerando impactos– sin sacar provecho de ellos a lo largo del tiem-po. Tener espacios vacíos significa cargar estos recursos e impactos –en definitiva, estos costes– a las actividades que los ocupan por poco tiempo.

Ajustar el programa1 . 6 . 1

Las decisiones que afectan a la sostenibilidad del edificio del vivero, centro u ho-tel de empresas –que, en realidad, afectan a la sostenibilidad de las actividades al-bergadas en el mismo– parten de las decisiones de planificación y programación del edificio. Si estas decisiones son correctas desde este punto de vista, las deci-siones que se tomen posteriormente sobre el diseño arquitectónico, la construc-ción y el uso del edificio se moverán en una vía segura que garantizará el mínimo impacto ambiental. De lo contrario, las decisiones posteriores, por muy eficientes que sean respecto a la sostenibilidad, partirán con un insuperable handicap inicial que no permitirá alcanzar la mejor situación posible.

Así pues, ¿cuáles son los factores decisivos que deben considerar la planificación y la programación del edificio desde el punto de vista de la sostenibilidad? Bási-camente, estos cuatro:

Ajustar el programa a las necesidades reales.

Aprovechar, si es posible, edificaciones o recursos ya existentes.

Reducir el impacto de la movilidad para acceder al edificio.

Considerar la actividad de las empresas que se alojan en él.

Estos cuatro factores pueden afectar de forma decisiva a la demanda de recur-sos necesarios –y a los impactos ambientales asociados a la disponibilidad de dichos recursos– para acondicionar el edificio y mantenerlo en funcionamiento. A continuación los analizaremos brevemente.

9998

Después de reducir, reutilizar es la segunda regla para minimizar el impacto am-biental de cualquier actividad. También en el caso de la construcción reutilizar el parque existente suele ser la mejor opción ambiental, sobre todo cuando nues-tros pueblos y ciudades han tenido un desarrollo tan extenso en los últimos años y disponen de un parque de edificios tan grande, a menudo desempleado o in-frautilizado.

Por otra parte, emprender una nueva actividad –como, por ejemplo, promover la actividad empresarial– no implica necesariamente construir un nuevo edifi-cio para albergarla porque a menudo existen inmuebles vacíos, incluso dentro del mismo patrimonio municipal, que pueden acoger esta nueva actividad. Por lo tanto, en el momento de efectuar la programación hay que evaluar la posibilidad de ubicar el nuevo centro en uno de estos edificios disponibles y analizar si sa-tisface las necesidades exigidas, qué reformas serían necesarias, qué costes de mantenimiento se derivarían de ello, etc.(32)

Además de todo lo que supone en cuanto a ahorro de ocupación de suelo nuevo y de urbanización, rehabilitar un edificio ya existente como sede del vivero, centro u hotel de empresas también ahorra impactos asociados a la obtención de los ma-teriales de construcción necesarios para construir un equipamiento nuevo, que quedan reducidos a las posibles reformas para adecuar el edificio antiguo al nue-vo uso. Esto puede suponer un ahorro de más del 50% de los impactos ambien-tales ligados a la construcción de un edificio.

En muchos casos, aprovechar un edificio que ya existe también implica aprove-char su situación en el medio urbano, frecuentemente muy céntrica si el edifi-cio en cuestión ya tiene cierta antigüedad y, como consecuencia de ello, accesi-ble desde el resto del municipio y bien conectada a la red de transporte público.

Hay que tener en cuenta que los desplazamientos de quienes trabajan en un vi-vero (de casa al trabajo y del trabajo a casa) suponen impactos ambientales muy elevados, por ejemplo en forma de emisiones de gases de efecto invernadero, impactos que varían según el medio de transporte utilizado y pueden ser incluso mayores que los que genera el propio edificio durante su uso. Por ejemplo, en el año 1999, en la Escuela de Arquitectura del Vallès situada en Sant Cugat del Va-llès, la movilidad de los profesores, estudiantes y personal administrativo gene-raba el doble de emisiones que los consumos necesarios para hacer funcionar el edificio. Pero estas emisiones, al no contabilizarse centralizadamente –como es el caso de los consumos del edificio–, sino distribuidas y asumidas entre cada uno de los usuarios, son emisiones «ocultas», aunque vayan ligadas a la actividad que alberga el centro y a las decisiones de implantación del equipamiento.

Aprovechar los edificios existentes

Reducir el impacto de la movilidad

1 . 6 . 2

1 . 6 . 3

(32) Para ampliar la infor-mación sobre este aspecto, consultar el apartado 1.3.4, «Edificio nuevo o rehabilita-ción de uno ya existente», de esta primera parte de la guía.

Por último, el impacto ambiental del edificio recae sobre la actividad que alberga y, por consiguiente, sobre las empresas que se alojan en el centro. Efectivamente, más allá de los impactos del edificio y de la movilidad, estas empresas, según la ac-tividad que desarrollen, utilizarán recursos y generarán residuos, residuos que son equiparables a los domésticos si realizan actividades esencialmente de oficina y a los industriales si efectúan actividades transformadoras. En cualquier caso, el edifi-cio del vivero es el lugar donde los recursos se transforman en residuos debido a la actividad de las empresas que se alojan en él. Por lo tanto, el vivero también es el primer escalón para minimizar el impacto ambiental gestionando adecuadamente estos residuos y logrando la máxima tasa de recuperación posible.

Normativamente, el diseño de los edificios tiene que considerar la gestión de resi-duos. No obstante, si durante los procesos de planificación y programación del cen-tro se analizan las posibles empresas que se alojarán en él y se evalúa el tipo y can-tidad de residuos que previsiblemente generarán, es factible optimizar el diseño del edificio de acuerdo con los gestores de residuos –municipales o industriales–, lo que permitirá tratarlos con la máxima eficiencia y el mínimo riesgo.

Considerar la actividad de las empresas alojadas 1 . 6 . 4

La modalidad de transporte elegida para realizar estos desplazamientos es deter-minante. Siguiendo con el mismo ejemplo de la Escuela de Sant Cugat, el 40% de los usuarios que se desplazaban en automóvil generaban el 90% de las emisiones derivadas de la movilidad, mientras que el resto, que empleaba transporte público, casi no producía emisiones. Lo mismo ocurre en un vivero de empresas, tal como se ha podido constatar en una primera evaluación del impacto de la movilidad en la Incubadora del TecnoCampus Mataró Maresme, ubicada en Mataró.

Así pues, desde el punto de vista de la sostenibilidad, disponer de una buena co-nexión a la red de transporte público para acceder al edificio es un factor clave, pero no el único, porque el propio centro puede promover la movilidad sostenible si no favorece el uso del automóvil privado (por ejemplo, no ofreciendo espacios de aparcamiento dentro del edificio) y, en cambio, facilita el uso de la bicicleta (con aparcamientos vigilados y duchas) o el acceso al metro, bus, carril bici y otras re-des de transporte público. Aplicando estas medidas haremos que resulten viables planes de movilidad sostenible que reducen considerablemente el impacto am-biental de los desplazamientos. Asimismo, la necesidad de utilizar el vehículo pri-vado para visitas de negocios –necesidad que en un vivero puede ser importante– se puede solucionar, por ejemplo, ofreciendo a los empresarios un pequeño par-que de coches propiedad del vivero en régimen de alquiler por horas.

Así pues, es deseable que, al proceder a la programación, se plantee un primer es-tudio de movilidad que evalúe las demandas que generan las actividades que al-bergará el edificio y las posibilidades de potenciar el transporte público o la movili-dad sostenible desde el propio centro.

101100

RATIOS Y PROPORCIONES

CAPÍTULO 1.7

¿En qué medida es posible establecer ratios y proporciones operativas para la pla-nificación de viveros de empresas? Realmente, en este tipo de equipamientos es una labor complicada porque estos centros se dimensionan, principalmente, se-gún la estrategia económica que persiguen.

Efectivamente, un centro destinado a alojar empresas industriales es muy dife-rente de un centro destinado a alojar empresas de servicios en la modalidad de coworking,(33) taunque ambos centros sean viveros de empresas.

Del mismo modo, las dimensiones de los módulos independientes variarán de acuerdo con el tamaño previsto de las empresas que se instalarán en ellos, ya sea por el tipo de actividad que desarrollen (viveros sectoriales) o por su antigüedad y estado de consolidación (viveros, centros u hoteles).

Por otra parte, la dotación de espacios relacionales o comunitarios, aulas y/o sa-las de actos dependerá de la masa crítica de usuarios externos del vivero, de la di-námica de funcionamiento del centro y de la existencia o no de otros espacios si-milares en equipamientos cercanos.

Aun así, del análisis cuantitativo de varios viveros de la demarcación se derivan ciertas constantes.(34) En este sentido, hemos hecho el esfuerzo de transformar estas constantes en ratios y parámetros que sean útiles al efectuar las primeras aproximaciones a las necesidades espaciales de un futuro equipamiento de alo-jamiento empresarial.

No obstante, hay que señalar que este capítulo es una herramienta más dentro de la planificación y que deberá contextualizarse siempre y en cada caso. Los re-sultados obtenidos de la aplicación de las ratios y los parámetros que se expo-nen a continuación sirven para efectuar el primer tanteo de superficies, que se irán adaptando a las necesidades que vayan surgiendo durante la concreción del proyecto.

(33) Para conocer las parti-cularidades del coworking, consultar el subapartado 1.1.3.a, «El coworking», del capítulo 1.1.

(34) En concreto, las ratios y proporciones que se ex-ponen a continuación se han extraído del análisis detallado de la distribución de superficies de 10 vive-ros de empresas de la de-marcación, algunos de lar-ga trayectoria y otros más recientes.

Es totalmente imposible determinar una ratio empresa/superficie construida única y válida para cualquier vivero de empresas de servicios. El principal motivo es la sustancial diferen-cia de ocupación que existe entre alojar empresas en espacios de coworking y alojar empre-sas en módulos independientes. Por esta razón, la ratio se ha establecido añadiendo la varia-ble del tanto por ciento de empresas que se alojarán en esta modalidad.

Para consultar la tabla, hay que formularse previamente las siguientes preguntas:

¿Qué número de empresas se quiere alojar en el vivero?

¿Qué tanto por ciento de empresas se alojarán en espacios de coworking?

Así pues, para un vivero de empresas que quiera alojar, por ejemplo, a 30 empresas, con un 50% en modo coworking, se establece una ratio de entre 40 y 60 m2 de superficie construi-da por empresa, lo que nos da una superficie total de entre 1.200 y 1.800 m2. El valor con-creto que habrá que considerar dependerá de la superficie media de los módulos (según la variabilidad de tamaños) y de la cantidad de espacios comunes que se hayan previsto. Por ejemplo, si se prevén módulos reducidos (de entre 15 y 30 m2) y una mínima dotación de au-las (porque ya se cuenta con otras instalaciones complementarias), habría que utilizar el va-lor menor.

Al revés, si el dato de partida es la superficie construida disponible, por ejemplo, en un edifi-cio ya existente que se está evaluando para reconvertirlo en vivero de empresas, la tabla si-guiente relaciona la superficie disponible con el número de empresas (mínimo y máximo) que podrán alojarse en él de acuerdo con el porcentaje de empresas en régimen de cowor-king. A través de esta tabla se puede evaluar si el edificio original cubriría las necesidades previstas o si, por el contrario, habría que ampliarlo y en qué condiciones:

Viveros de empresas de servicios 1 . 7 . 1

1 . 7 . 1 . aSuperficie construida por empresa

100

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0

20 - 30

25 - 45

30 - 40

30 - 50

35 - 55

40 - 60

45 - 70

45 - 75

50 - 80

55 - 85

60 - 90

Sup. construida (m2) disponible

% c

owor

king

Figura 1.7.1.a

Nº de empresas en coworking* 100

Nº de empresas en módulos

103102102

100

Sup. construida (m2) disponible

% c

owor

king

90

80

70

60

50

40

30

20

10

0

400 500 600 800 1000 1200 1500 1800 2200 2500 3000 3500 4000

16

14

12

10

9

8

7

6

5

5

5

25

20

16

16

14

12

11

11

10

9

8

20

17

15

12

10

10

8

8

7

6

6

30

24

20

20

17

15

13

13

12

11

10

26

22

20

16

14

13

11

10

9

8

8

40

32

26

26

22

20

17

17

16

15

13

33

28

25

20

18

16

14

13

11

11

10

50

40

33

33

28

25

22

22

20

18

16

40

34

30

24

21

20

17

16

14

13

12

60

48

40

40

34

30

26

26

24

22

20

50

42

37

30

27

25

21

20

17

16

15

75

60

50

50

42

37

33

33

30

27

25

60

51

45

36

32

30

25

24

21

20

18

90

72

60

60

51

45

40

40

36

33

30

73

62

55

44

40

36

31

29

25

24

23

110

88

73

73

62

55

48

48

44

40

36

83

71

62

50

45

41

35

33

29

27

26

125

100

83

83

71

62

55

55

50

45

41

100

85

75

60

54

50

42

40

35

33

31

150

120

100

100

85

75

66

66

60

55

50

116

100

87

70

63

58

50

46

41

38

36

175

140

116

116

100

87

77

77

70

64

58

133

114

100

80

72

66

57

53

47

44

42

200

160

133

133

114

100

88

88

80

73

66

13

11

10

8

7

6

5

5

4

4

4

20

16

13

13

11

10

8

8

8

7

6

1 . 7 . 1 . b Proporciones

En un vivero de empresas de servicios que combine alojamiento en módulos y en cowor-king, los espacios de trabajo ocupan aproximadamente el 50% de la superficie útil del cen-tro (con una tolerancia del 5%).

La estabilidad en la proporción de los módulos de trabajo sobre la superficie útil total res-ponde a una lógica de funcionamiento del centro (dotación proporcional de servicios comu-nes y asesoramiento) y a una lógica económica, ya que son la principal fuente de ingresos del vivero en cuestión.

Del análisis de los diferentes viveros de empresas de la demarcación podemos extraer el va-lor medio del porcentaje que ocupa cada conjunto de espacios o usos en el total de la super-ficie del vivero. El gráfico que se presenta al final de la página hace una síntesis que puede servir de guía para planificar los proyectos.(35) (Figura 1.7.1.c)

Basándonos en este esquema, una reflexión más cuidadosa sobre la superficie útil total ne-cesaria requeriría establecer una previsión de la cantidad y tamaño de los módulos de los que se quiere disponer, así como de las empresas en coworking que se prevén (con una ra-tio de 10 m2 por empresa), y duplicar la superficie obtenida. Por ejemplo:

Para realizar la conversión a superficie construida hay que aplicar un factor de 1,15 sobre la superfi-cie útil total:

14 módulos de 18 m2

7 módulos de 36 m2

3 módulos de 63 m2

8 coworking de 10 m2

Total: 773 m2

Sup. útil total: 1.546 m2

Sup. útil total: 1.546 m2

Sup. construida total: 1.777 m2

(35) Para conocer con ma-yor detalle las caracterís-ticas de cada conjunto de espacios, consultar el ca-pítulo 2.1, «Programa de usos», de la segunda parte de esta guía.

Servicios técnicos 6,00%

Circulaciones22,00%

Espacio abierto polivalente 5,00%

Espacio relacional4,00%

Asesoramiento y consulta4,50%

Reuniones4,00%

Aulas4,50%

Módulos 50,00%

Figura 1.7.1.b

1 . 7 . 1 . cSuperficie del solar(36)

Una vez calculada la superficie construida que ocupará el futuro centro, podemos valorar la superficie de solar necesaria.

El programa del vivero de servicios puede desarrollarse, tal como ya hemos apuntado, en va-rias plantas. Es el momento, por lo tanto, de evaluar los parámetros urbanísticos de la parce-la o parcelas candidatas: ocupación, número de plantas, edificabilidad, etc.

En parcelas reguladas mediante el sistema de ordenación de edificación aislada, hay que fi-jarse en el techo máximo edificable sobre rasante, la ocupación y el número de plantas ad-mitidas y, al mismo tiempo, tener en cuenta esta serie de aspectos:

El techo máximo edificable sobre rasante debe ser superior a la superficie construi-da total, calculada según las ratios del apartado anterior.

Si se aceptan varias plantas, hay que calcular la ocupación máxima de la parcela, que se establece en tanto por ciento. Con este porcentaje, que se aplica sobre la su-perficie de suelo de la parcela, se obtiene la superficie máxima por planta que po-dremos construir. Habrá que analizar dicha superficie para garantizar que el núme-ro de módulos por planta sea superior a seis. Para evaluarlo es necesario:

■ Aplicar al área obtenida un porcentaje del 60%, que en viveros de varias plantas es la media de ocupación de los espacios de trabajo (módulos) en las plantas destinadas exclusivamente al alojamiento y espacios co-munes (sin aulas y espacios de apoyo o administrativos), con el factor de sup. útil / sup. constr. ya aplicado.

■ Dividir el resultado por la superficie media de los módulos del futuro vivero.(37)

En parcelas reguladas mediante el sistema de volumetría específica hay que fijarse en la edi-ficabilidad neta, la ocupación máxima edificable, el perímetro regulador o alineaciones de vo-lúmenes (o gálibos), el perfil regulador (o altura reguladora) y el número máximo de plantas y, al mismo tiempo, tener en cuenta esta serie de aspectos:

La edificabilidad neta, que determina el techo máximo edificable sobre rasante se-gún la superficie de suelo, deberá ser superior a la superficie construida total, cal-culada según las ratios del apartado anterior.

Si se aceptan varias plantas, hay que calcular la ocupación máxima de la parcela (en caso de determinarse) en tanto por ciento, con lo que se obtendrá la superficie máxima por planta que podremos construir. Sin embargo, en la mayoría de casos habrá que ajustarse a los límites determinados por el perímetro y la altura regula-dora o por los gálibos definidos en las alineaciones de volúmenes.

(36) Completar la informa-ción con el apartado 1.3.3, «Características del solar», del capítulo 1.3.

(37) Para poder evaluar esta superficie media, con-sultar el capítulo 2.1, «Pro-grama de usos», de la se-gunda parte de esta guía.

Figura 1.7.1.c

105104

En edificios de varias plantas hay que analizar igualmente la superficie resultante para garantizar que el número de módulos por planta será superior a seis (aplican-do al área obtenida un porcentaje del 60% y dividiendo el resultado por la super-ficie media de los módulos del futuro vivero), con el factor de sup. útil / sup. cons-tr. ya aplicado.(38)

Por último, en parcelas reguladas mediante el sistema de alineación a vial (que, recordémos-lo, habrá que evitar cuando se trate de solares entre medianeras con proporciones alarga-das pero no tanto cuando se trate de solares que formen esquina, en un chaflán, o en caso de que la parcela ocupe toda la manzana) hay que fijarse en la profundidad edificable, el nú-mero máximo de plantas y la altura reguladora y, al mismo tiempo, tener en cuenta esta se-rie de aspectos:

La profundidad edificable determina la superficie máxima de cada planta del futu-ro equipamiento. En este tipo de ordenación, la edificación se extiende hasta el pe-rímetro de la parcela, excepto en la fachada interior, donde la profundidad edifica-ble determinará el espacio libre interior de manzana que habrá que respetar. Debe-rá analizarse esta superficie para garantizar que el número de módulos por planta sea superior a seis (según el método explicado en el caso de los anteriores siste-mas de ordenación).

El número máximo de plantas deberá multiplicarse por la superficie obtenida me-diante la aplicación de la restricción de la profundidad edificable. El resultado deberá ser superior a la superficie construida total, calculada según las ratios del apartado anterior. La altura reguladora limitará la altura libre de cada planta.

Por último, habrá que dividir el resultado por la superficie media de los módulos del futuro vivero.(39)

Por otra parte, habría que valorar también la posible inclusión de aparcamientos en el sub-suelo, así como el dimensionamiento de uno o más centros de transformación o de otros usos relacionados con el vivero.

Comparados con los viveros, los centros de empresas:

Tienen módulos de empresas de mayor tamaño (o, por lo menos, la proporción de módulos grandes es superior a la de los módulos pequeños).

Tienen una menor dotación de servicios avanzados, lo que repercute sobre todo en la superficie destinada al asesoramiento y consulta.

Disponen de una superficie total de alojamiento superior por lo que, en este senti-do, son instalaciones más generosas.

Estas características se compensan entre sí: la primera, por sí sola, supondría un aumen-to de la ratio superficie construida/empresa, pero en cambio la segunda y la tercera la redu-cen. En consecuencia, las ratios y proporciones asignadas a los viveros pueden aplicarse a los centros de empresas.

Centros de empresas de servicios 1 . 7 . 2

(39) Para poder evaluar esta superficie media, con-sultar el capítulo 2.1, «Pro-grama de usos», de la se-gunda parte de esta guía.

(38) Para poder evaluar esta superficie media, con-sultar el capítulo 2.1, «Pro-grama de usos», de la se-gunda parte de esta guía.

Para los hoteles de empresas se recomienda utilizar el segundo método de cálculo, con la particularidad de que la superficie destinada al alojamiento empresarial ha de preverse en un 60% del total.

Así pues, habrá que:

Determinar la superficie útil que se destinará al alojamiento empresarial.

Multiplicar el resultado por 2, lo que permite obtener directamente la superficie construida necesaria.

La superficie necesaria para desarrollar una actividad industrial varía mucho en función de las características que definen la actividad en cuestión. Del mismo modo, la manera de ocu-par el espacio disponible también cambia según la organización de los procesos productivos.

Además, el análisis que se ha realizado de diferentes viveros industriales en funcionamiento concluye que la superficie de los módulos puede variar entre 60 y 400 m2, por lo que no ten-dría sentido determinar una ratio de superficie construida por empresa (ni establecer propor-ciones), ya que habría que admitir un intervalo tan grande que resultaría inservible.

Así pues, para evaluar la superficie construida necesaria y alcanzar los objetivos que se plantean habrá que realizar un preprograma que recoja toda una serie de aspectos diversos como, por ejemplo, las necesidades espaciales de las empresas a las que se quiere destinar el vivero –en caso de que sea sectorial–, las opiniones de las personas emprendedoras del municipio con proyectos de actividades industriales, un análisis de los establecimientos de la zona y del porcentaje de ocupación que tienen, etc.

En este predimensionamiento es importante tener presente que generalmente en el inte-rior de los módulos industriales se admite hacer obras y construir altillos por lo que, en con-secuencia, habrá que prever este incremento de la edificabilidad en el momento de calcu-lar la superficie construida total y confirmar que se ajusta al techo edificable y a los paráme-tros urbanísticos de la parcela.

Hoteles de empresas de servicios

Viveros, centros y hoteles de empresas industriales

1 . 7 . 3

1 . 7 . 4

PARTE 2

Fotografía: : [email protected]

RECOMENDACIONES PARA EL DISEÑO ARQUITECTÓNICO

109108

mo, al inicio de este apartado se incorpora un cuadro resu-men que categoriza y agrupa todas las unidades descritas.

En segundo lugar, se han elaborado unos organigramas de espacios que quieren expresar visualmente las relaciones que deben mantener entre sí las diferentes unidades des-critas, así como el carácter básico u opcional de cada una de ellas.

Finalmente, en el último apartado se desarrolla el progra-ma descrito de acuerdo con los requerimientos de flexibi-lidad, adaptabilidad y versatilidad que exige el uso caracte-rístico de los espacios, con una serie de consideraciones y criterios que hay que tener en cuenta durante el diseño del proyecto arquitectónico.

2 . 1 . 1El vivero de servicios: las unidades del sistema

A continuación describiremos las unidades de uso del vivero de servicios, que pueden ser bá-sicas u opcionales para el funcionamiento correcto del equipamiento (la descripción contenida al inicio de cada «ficha de características» incide en esta condición). Habrá que evaluar en cada caso, a través del estudio de programación, qué unidades se consideran indispensables y en qué cantidad.

Por otra parte, para dotar de proporcionalidad a las diferentes unidades de uso que componen el vivero, este se ha planteado como un sistema agregable tomando como unidad básica el ám-bito individual de trabajo y no el módulo (y, por extensión, su identificación con la empresa). El planteamiento como sistema implica poder operar según reglas de agregación y crecimiento, lo que define el vivero como un sistema de puestos de trabajo individuales agrupables en mó-dulos de trabajo, dotados de espacios compartidos y de servicios de apoyo y con proyección en su entorno de influencia.

Iniciar el «sistema agregable» con el ámbito individual de trabajo permite:

Establecer criterios dimensionales válidos en el diseño de los espacios de trabajo.

Asignar la superficie de los espacios de trabajo de acuerdo con el número de per-sonas que la ocuparán.

Entender las diferentes modalidades de trabajo que coexisten en el vivero como parte de un mismo sistema modular recombinable.

Establecer en fase de proyecto y en la futura gestión del vivero un grado elevado de flexibilidad que permita diferentes fórmulas de agregación y segregación.

Así pues, las unidades de uso del «sistema agregable» que considera esta guía son:

CAPÍTULO 2.1PROGRAMA DE USOS

Tal como se ha explicado a lo largo de la primera parte de esta guía, la funcionalidad de los espacios que acogen un vivero de empresas es decisiva si se quieren alcanzar los objetivos que persigue este instrumento de promoción económica. Así pues, para garantizar el éxito del equipamiento es esencial elaborar un buen diseño del pro-grama de usos, por lo que a continuación nos centraremos en los aspectos fundamentales y recomendaciones que hay que tener pre-sentes a la hora de definirlo.

En este primer capítulo se determinan las características espacia-les y funcionales de las diferentes unidades de uso que conforman –o pueden conformar– un vivero de empresas, características que también son válidas para el caso de los centros y los hoteles. Con todo, ha sido necesario separar la descripción del programa de usos del vivero de servicios y la del vivero industrial dadas las grandes di-ferencias espaciales que presentan las unidades de uso de cada ti-pología y las diferentes relaciones que pueden establecerse entre ellas. Sin embargo, el vivero de servicios y el industrial comparten un gran número de unidades de uso que, para no repetir información, serán descritas en los apartados que corresponden al vivero de ser-vicios (por orden de lectura) y mencionadas únicamente en los apar-tados del vivero industrial.

Para describir el programa de usos de cada tipología, la información se ha organizado en tres apartados incidiendo cada uno de ellos en un aspecto diferente:

En primer lugar, se efectúa una descripción gráfica y por escrito de cada unidad de uso a modo de ficha de caracte-rísticas y se detallan los usuarios que utilizarán estas uni-dades, las dimensiones aproximadas que deben tener, el equipamiento que han de incluir y las características princi-pales que hay que valorar a la hora de diseñarlas. Asimis-

111110

Espacios de circulación

O�ce60-100 m²(0,40 m² por ámbito individual de trabajo)

Sala de descanso + biblioteca36-54 m²

Sala de juegos 36 m²

ESPACIOS COMUNES ESPACIOS DE APOYO

VestíbuloVariable en función del centro

Recepción9-18 m²

Conserjería9-18 m²

Servicios higiénicos 1 inodoro cada 15 ámbitos individuales de trabajo

AdministraciónEn función de la dimensión del centro

Despacho de atención de los especialistas9-10 m²

Despacho de dirección16-18 m²

Sala de reuniones30-36 m²

ArchivoEn función de las necesidades del centro

Sala de descanso exterior80-100 m²

Aparcamiento Variable en función del centro

Zona de reprografía6-9 m²

Sala de espera16-18 m2

Módulo de o�cina independiente pequeño16-20 m²

Módulo de o�cina independiente mediano28-36 m²

Módulo de o�cina independiente grande 42-60 m²

Ámbito de trabajo individual: 7-9 m²

MÓDULOS DE TRABAJO

Módulo de coworking36-72 m²

Módulo almacén 6-9 m²

ESPACIOS COMPARTIDOS

Ámbito de reunión informal7-9 m²

Sala de reuniones / Aula30-36 m²

Aula grande80-100 m²

Sala de conferencias160-200 m²

Figura 2.1.1.a

113112

Descripción gráfica

> Variantes

2,7 - 3,0 m

2,7

- 3,

0 m

2,7

- 3,

0 m

2,7

- 3,

0 m

2,7 - 3,0 m

2,7 - 3,0 m

2 . 1 . 1 . a Ámbito individual de trabajo

Descripción:

> Es el espacio que ocupa un puesto de trabajo estándar de oficina –una mesa equipada–, equivalente también a un espacio para reu-niones de 3-4 personas o a un pequeño archivo de documentación.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 7 i 9 m2

> El ámbito de trabajo tipo para una persona se corresponde con un cuadrado de unos 2,7-3 m de lado que conforma un área de entre 7,3 y 9 m2. Esta es la superficie que se considera necesaria para acoger un espacio de trabajo personal confortable más el correspondiente espa-cio para la circulación, de manera que el ámbito resulte un elemen-to agregable.

Equipamiento:

> El ámbito de trabajo ha de poder contener un mobiliario estándar de oficina: una mesa de trabajo (de 1,80 x 80 cm como mínimo), una si-lla, una cajonera y unos estantes. Características:

> Se recomienda que cada ámbito disponga de luz natural, aunque sea de forma indirecta, y que cumpla los parámetros de confort ópti-mos en cuanto a iluminación artificial y climatización.

> Además, cada ámbito ha de disponer de suministro eléctrico y de los servicios de telecomunicaciones básicos de voz y datos. ☒

Figura 2.1.1.b

115

> Transparencia Características:

> En primera instancia, los módulos son espacios destinados al tra-bajo diario y, como tales, tienen que ser confortables. En consecuen-cia, es necesario que garanticen al máximo el acceso a la iluminación y ventilación naturales, unas proporciones agradables y una buena acústica; deben disponer igualmente de instalaciones adecuadas de climatización, electricidad, iluminación artificial, etc.(3)

> Además, han de ser flexibles para facilitar el trabajo en grupo o el crecimiento de las empresas. Así pues, en el proyecto hay que obser-var la posibilidad de poder agrupar los módulos con el objetivo de for-mar unidades más grandes (la versatilidad, la adaptabilidad y la rela-ción con los módulos vecinos se tratan en el subapartado 2.1.2.a «Ne-cesidades cotidianas» de este mismo capítulo).

> Conviene que las divisiones entre módulos sean opacas para que las empresas puedan utilizarlas para el mobiliario y personalizarlas; además, la opacidad también servirá para evitar comunicaciones vi-suales incómodas que provoquen distracciones.

> Contrariamente, cada módulo ha de permitir un grado elevado de interacción con los espacios comunes y de relación para garantizar el objetivo inherente al vivero de crear red. En este sentido, se recomien-da un elemento transparente (con más o menos cobertura, tal como puede verse en el esquema) en la divisoria con el espacio de circula-ción. Este elemento puede convertirse en un «escaparate» enfocado hacia los espacios comunes de circulación (tercer esquema). El esca-parate permite mostrar permanentemente el trabajo que la empre-sa desarrolla y, al mismo tiempo, mejorar la transparencia y conecti-vidad entre los trabajadores del vivero. Asimismo, limita el ámbito de trabajo sin opacificarlo por lo que se convierte en un espacio que per-mite dar a conocer los productos o servicios que ofrece la empresa alojada en el centro.(4)

> Hay que prever un espacio para la identificación de la empresa (lo-gotipo, rótulo...) en la fachada del módulo orientada hacia a los espa-cios de circulación y espacios comunes. ☒

(3) Las necesidades de con-fort se tratan en el capítulo 2.3, «Diseño del espacio de trabajo».

(4) Consultar el subaparta-do 1.4.1.c, «Criterios rela-cionados con el diseño in-terior", del capítulo 1.4, «La imagen corporativa» de la primera parte de la guía.

>

Figura 2.1.1.c

Fotografía de uno de los módulos de oficina inde-pendientes de la incuba-dora del TecnoCampus Mataró-Maresme, con su característico escaparate. Tal como puede observar-se, este elemento transpa-rente permite que los visi-tantes vean la actividad de la empresa desde el pasi-llo y, al mismo tiempo, los productos expuestos en el escaparate.

Descripción gráfica

> Usuarios

Módulo de oficina independiente pequeño (16-20 m2)

Módulo de oficina independiente mediano (28-36 m2)

Módulo de oficina independiente grande (42-60 m2)

> Variantes

Descripción:

> Es un espacio independiente destinado a alojar a una única empre-sa y adecuado para que en él trabajen en colaboración dos o más per-sonas. Los módulos son espacios pensados principalmente para el trabajo individual, ya que el trabajo grupal y las reuniones deben reali-zarse en los espacios compartidos y comunes previstos por el centro.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 14 y 54 m2 (de dos a seis ámbitos in-dividuales de trabajo).

> Los módulos pueden ser –y, de hecho, es recomendable que sean(1)– de diferentes tamaños. Conviene dimensionarlos según los ámbitos individuales de trabajo que integren en el interior. Se plantean, como mínimo, tres tamaños básicos de módulos, que se combinarán en mayor o menor proporción según la estrategia del centro.

> En viveros de grandes dimensiones y hoteles de empresas pueden llegar a plantearse módulos más grandes.

Equipamiento:

> Hay dos opciones: que el mobiliario sea propiedad del vivero o bien que lo aporte la empresa. En el primer caso se flexibiliza el uso del vivero y los movimientos internos entre módulos son muy sencillos (solo hay que trasladar la documentación en papel y los equipos in-formáticos en caso de mudanza). Sin embargo, esta primera opción dificulta que las empresas configuren su propia «imagen».(2) Por el contrario, el segundo caso facilita la personalización de los espacios. Pueden estudiarse alternativas intermedias, como equipar sólo un tanto por ciento de los módulos o establecer ciertas normas y crite-rios estéticos en el reglamento del vivero.

2 . 1 . 1 . b Módulos de trabajo

Son los espacios cerrados destinados a alojar una o varias empresas. Suponen aproximadamente el 50% de la superficie total del progra-ma. Su configuración interna dependerá de la tipología de alojamiento que se ubique en ellos y del tipo de empresa que alojen.

MÓDULO DE OFICINA INDEPENDIENTE

(1) Consultar el apartado 2.1.2, «Desarrollo del pro-grama: versatilidad, adap-tabilidad y flexibilidad», de este mismo capítulo.

(2) Consultar el capítulo 1.4, «La imagen corporativa».

117116

Descripción gráfica

> Usuarios

> Mobiliario

1 >

2 >

Módulo de coworking de empresas

con un solo puesto de trabajo (36-72 m2)

Módulo de coworking de empresas con

más de un puesto de trabajo (36-72 m2)

Módulo de coworking de empresas con

uno o varios puestos de trabajo (36-72 m2)

> Variantes

> Flexibilidad

> Box de concentración

Descripción gráfica

> Usuarios

> Mobiliario

1 >

2 >

Módulo de coworking de empresas

con un solo puesto de trabajo (36-72 m2)

Módulo de coworking de empresas con

más de un puesto de trabajo (36-72 m2)

Módulo de coworking de empresas con

uno o varios puestos de trabajo (36-72 m2)

> Variantes

> Flexibilidad

> Box de concentración

Características:

> Tal como sucede en el caso de los módulos independientes, en los módulos de coworking se trabaja diariamente, por lo que deben ser espacios confortables. Por lo tanto, también deben garantizar al máximo el acceso a la iluminación y ventilación naturales. Es impor-tante sobre todo conseguir una sala con buena acústica, por lo que se aconseja utilizar materiales fonoabsorbentes en las paredes y el techo.

> Todos los puestos de trabajo han de estar equipados con conexión a la red eléctrica, tecnología Wi-Fi y servicios de telefonía y datos.

> Como estos espacios han de poder adaptarse a las necesidades que van surgiendo a lo largo del tiempo, se recomienda dotarlos a ser posible de pavimento técnico, que aportará una gran flexibilidad en el momento de realizar modificaciones temporales en la distribución de los puestos de trabajo. Esta necesidad puede surgir, por ejemplo, al incorporar una microempresa de dos o más personas. En el esque-ma gráfico podemos observar como se consigue generar tres zonas de trabajo con una simple reorganización del mobiliario.

> Por su naturaleza, los módulos de coworking son totalmente com-patibles con divisiones transparentes que permitan ver la actividad que se está produciendo en el interior.

> Además, los usuarios de los módulos de coworking, dinamizadores natos, suelen ser quienes más utilizan los espacios relacionales del centro, por lo que aún resulta más necesario dotar de transparencia a estos espacios y, al mismo tiempo, estudiar detenidamente como se colocarán respecto a las otras unidades de uso, de manera que el ambiente del coworking, se contagie al resto del centro.

> Hay que prever un espacio para la identificación de las empresas en la fachada del módulo, orientado hacia los espacios de circulación y espacios comunes.

Elementos complementarios:

Box de concentración:

> Los módulos de coworking pueden complementarse con un peque-ño box anexo para aquellas ocasiones en las que resulte imprescin-dible cierta intimidad (llamadas importantes, necesidad de concentra-ción especial, etc.).

> Este box, con una superficie de 8 a 10 m2 y equipado con una mesa para reuniones de tres o cuatro personas, tendrá un uso versátil: en al-gunos casos cubrirá esta necesidad de intimidad y en otros podrá con-vertirse en una sala de reuniones o trabajo en grupo.

Descripción:

> Es un espacio de trabajo destinado al alojamiento temporal de au-tónomos y microempresas, que mayoritariamente sólo necesitan un puesto de trabajo. Estos empresarios conviven con otros profesiona-les compartiendo una sala del vivero.

> No obstante, pueden alquilarse a la vez uno o más puestos de tra-bajo, con un máximo de 2-3 puestos por empresa. Dependiendo de los centros, el coworking de empresas unipersonales se segrega del coworking de empresas de dos o más trabajadores.

> Este tipo de espacios no tiene cabida en los hoteles de empresas.

Usuarios:

> Profesionales y microempresas alojados en el vivero.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 28 y 72 m2 (de cuatro a ocho ámbitos individuales de trabajo).

> Pueden admitirse superficies mayores, con más ámbitos individua-les de trabajo, en salas que tengan muy buena acústica y dispongan de elementos fonoabsorbentes en las paredes, techo y/o mobiliario.

Equipamiento:

> El coworking es un espacio plug and play y, por consiguiente, ha de estar completamente equipado.

> Normalmente, los espacios de requieren una mesa de trabajo ge-nerosa (mínimo, 1,80 x 80 cm), una silla, un armario con llave y una cajonera; es importante que la mesa sea de oficina (con canaleta para pasar los cables, cajas de enchufes y otras conexiones, etc.).

> Por lo que respecta a informática, el centro aporta también (gratis o con recargo) una impresora compartida y un teléfono.

> Al distribuir el mobiliario, en los espacios de coworking se aplican dos estrategias diferentes: agrupar los puestos de trabajo para favo-recer el networking (1) o bien dotar a cada ámbito de cierta intimidad con elementos a media altura, lo que favorece la concentración (2).

MÓDULO DE COWORKING

119118

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripció gràfica

> Usuaris

> Mobiliari

1 >

2 >

Mòdul de coworking d’empreses amb

un sol lloc de treball (36-72 m2)

Mòdul de coworking d’empreses amb

més d’un lloc de treball (36-72 m2)

Mòdul de coworking d’empreses amb

un o diversos llocs de treball (36-72 m2)

> Variants

> Flexibilitat

> Box de concentració

Descripción:

> El vivero puede disponer de almacenes pequeños, que no han de estar conectados directamente a los módulos de trabajo. Los alma-cenes se alquilan a las empresas que los necesiten, con indepen-dencia de su dimensión.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 6 i 9 m2.

Características:

> Se recomienda utilizar puertas con llave maestreada.

> Pueden situarse en zonas interiores porque no necesitan ilumi-nación natural ni estar ubicados cerca de los módulos de trabajo.

> No es preciso que haya tantos almacenes como empresas, sino que su porcentaje puede estimarse en función del tipo de empre-sas que se prevé alojar en el vivero. ☒

MÓDULO ALMACÉN> Tiene que ser un espacio dotado de todas las instalaciones nece-sarias para trabajar correctamente (electricidad, telecomunicaciones, pizarras, elementos que dinamicen el trabajo grupal...).

> Hay que señalar que con el empleo de materiales fonoabsorben-tes estos boxes no deberían ser obligatoriamente espacios comple-tamente cerrados; por el contrario, pueden ser un elemento más in-tegrado en el espacio.

Zona de reprografía:

> Es habitual que la sala de coworking incorpore una impresora/fo-tocopiadora compartida por todos los usuarios. Hay que prever la ubicación de estos aparatos ya que pueden causar molestias (ruido, paso constante de personas, etc.) a los usuarios que trabajan en su proximidad. Sobre todo, hay que tener presente este aspecto en es-pacios de coworking grandes donde convivan un número considera-ble de usuarios. ☒

Figura 2.1.1.d. Módulo de coworking del VITempresa. Tal como podemos ver, se ha optado por una configu-ración continua del mobi-liario, que está claramente optimizado para el traba-jo de oficina. En este caso, el espacio dispone de un pavimento técnico. Al fon-do puede observarse el box anexo, con un usuario haciendo uso del mismo como espacio para la con-centración.

121120

Superficie de la empresa: 99 m²

Superficie de la empresa: 189 m²

PROLONGACIONES PUNTUALES

PROLONGACIONES EXCEPCIONALES

2 . 1 . 1 . c Espacios compartidos

Los espacios compartidos son las salas que están a disposición de las empresas y de la gestión del centro, aunque es la administración del vivero quien gestiona los horarios. En cualquier caso, han de en-tenderse como ampliaciones de superficie temporales de las empre-sas, que sólo los utilizan cuando tienen necesidad.

Veámoslo:

Superficie de la empresa: 18 m²

Superficie de la empresa: 54 m²

Superficie de la empresa: 27 m²

PROLONGACIONES HABITUALES

Figura 2.1.1.e. Esquema gráfico de la superficie que puede llegar a alcanzar una empresa de vivero en de-terminadas ocasiones.

>

123122

Descripción gráfica

> Usuarios

> Variantes

> Configuración

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

> Colocación

Descripción:

Es un espacio para reuniones de cinco a diez personas que puede utilizarse también como aula si los horarios se gestionan adecuada-mente por usos. Las aulas pueden ser utilizadas tanto por los dina-mizadores del centro como por las empresas que necesiten impartir formación a otras empresas, a clientes o a los trabajadores.

> En momentos puntuales de gran demanda pueden utilizarse como módulos de trabajo, ya sea compartido o individual.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, per-sonal del centro, clientes, asistentes a formación y personas empren-dedoras.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 30 i 36 m2.

Equipamiento:

> Mobiliario flexible y adaptable a distintas configuraciones (reuniones convencionales, aulas, mesas en forma de herradura, etc.). De acuer-do con el grado de variabilidad del espacio (mesas o sillas con mesi-lla), se necesitará un espacio de almacenamiento anexo.

> Es un espacio adecuado para expresar la marca del centro, sin in-cluir logotipos o branding pero sí incorporando al mobiliario y a la de-coración los rasgos que la caracterizan.

Características:

> Han de ser espacios cerrados y bien aislados acústicamente.

> Pueden tener cerramientos transparentes, pero es necesario que uno de ellos como mínimo permita la colocación de pizarras, proyec-tores y/o pantallas.

> Deben tener varios puntos de conexión a la red eléctrica y acceso a la red de datos del centro (mediante Wi-Fi o cable).

> Según la masa crítica, puede ser recomendable equipar por lo me-nos una sala con tecnología para celebrar videoconferencias que, a su vez, podrá alquilarse a otros usuarios externos.

SALA DE REUNIONES/AULAÁMBITOS DE REUNIÓN INFORMAL

Descripción:

> Son pequeños espacios abiertos o semiabiertos para reuniones es-pontáneas de dos a cuatro personas.

> Son espacios adecuados para conversaciones no confidenciales que incentivan el encuentro y las relaciones entre los empresarios alojados en el vivero.

> Se utilizan por orden de llegada, sin reserva ni coste adicional.

Usurarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, per-sonal del centro y clientes.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 7 i 9 m2.

Equipamiento:

> Mobiliario atractivo y de carácter informal (butacas, taburetes, etc.), pero al mismo tiempo confortable.

> Se recomienda disponer de algunos ámbitos en localizaciones di-versas –relacionadas con los módulos de trabajo– y con diferentes configuraciones de mobiliario.

Características:

> Se pueden abrir al espacio común de circulación o descanso, pero hay que confinarlos mínimamente para garantizar la privacidad de quienes se reúnen en ellos.

> Se recomienda que sean espacios bien iluminados y agradables.

> Pueden ser espacios informales situados en el exterior (terrazas, patios, cubiertas accesibles, etc.). ☒

Figura 2.1.1.f

Ejemplo de espacio de re-unión informal en el vivero Almogàvers Business Fac-tory de Barcelona Activa (arquitectos: LaGranja De-sign). En este vivero, los es-pacios de reunión informal tienen mucho éxito, pero hay que tener en cuenta que el acceso a las salas de re-uniones no es gratuito. Por consiguiente, la configura-ción de las diferentes tipolo-gías de espacios de reunión también dependerá del sis-tema de gestión del centro en cuestión.

>

124

Descripción gráfica

> Usuarios

> Variantes

> Espacios complementarios

> Versatilidad sala-módulo

> Colocación dispersa AULA GRANDE

Descripción:

> Es un espacio destinado a impartir formación, con un aforo máximo de 30 personas. Mayoritariamente, lo utiliza el centro para impartir formación a los empresarios que se alojan en él y a los empresarios del territorio, pero se puede abrir al uso exter-no del vivero (o de las empresas alojadas en él) mediante un al-quiler por horas.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vive-ro, personal del centro, clientes, asistentes a la formación y per-sonas emprendedoras.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 63 i 81 m2.

> Mediante la incorporación de un tabique acústico móvil, se puede subdividir en dos espacios destinados a formaciones más modestas o a salas de reuniones.

Equipamiento:

> Mobiliario flexible y adaptable a distintas configuraciones (re-uniones convencionales, aulas, mesas en forma de herradura, etc.). Ha de disponer de todos los recursos (proyector, ordenador, láser, sistema de altavoces, etc.) de forma permanente para ce-lebrar conferencias y actos similares.

> Es un espacio adecuado para expresar la marca del centro, sin incluir logotipos o branding pero sí incorporando al mobiliario y a la decoración los rasgos que la caracterizan.

Características: > Han de ser espacios cerrados y bien aislados acús-ticamente.

> Han de tener acceso a iluminación natural, pero hay que prever un sistema para conseguir niveles bajos de iluminación. Se recomienda asimismo que existan diferentes posibilidades de iluminación artificial y con-trol independiente de la climatización.

> Han de contar con varios puntos de conexión a la red eléctrica y acceso a la red de datos del centro (me-diante Wi-Fi o cable).

> Conllevan aglomeraciones de usuarios no familiari-zados con el centro, por lo que hay que situarlos cer-ca de la entrada y de la recepción, con recorridos sim-ples y cortos.

> Deben disponer de un espacio anexo suficiente-mente dimensionado para los momentos previos y posteriores a los actos (recepción de visitas, informa-ción, presentación de productos, pausas...). La proxi-midad a espacios de acceso/circulación/relación evita tener que destinar una superficie de espacio común considerable sólo para este uso complementario dis-continuo y da mayor visibilidad a los actos. Las di-mensiones de estos espacios son similares a las de la sala (mismo aforo simultáneo). ☒

> Se recomienda dispersar estas salas entre los módulos de traba-jo a partir del criterio de proximidad (son prolongaciones temporales del espacio de las empresas) y como estrategia de venta (los escapa-rates de las empresas estarán más expuestos a las visitas externas).

> En caso de que el centro disponga de varias salas, se recomienda situar una cerca del acceso del centro o, cuando menos, cerca de los elementos de circulación vertical –si existen– para poder alquilarla a usuarios externos.

> Por sus características, estas salas pueden ser intercambiables con los módulos de empresa. Un módulo puede convertirse en sala con pequeños ajustes técnicos (mobiliario, proyectores, etc.), y al contra-rio, una sala puede transformarse en módulo de forma ocasional o permanente, según la demanda y disponibilidad de este servicio. ☒

Figura 2.1.1.g Sala de reunio-nes del IG-NOVA Tecnoes-pai, perfectamente equipada para la realización de video-conferencias.

127

Descripción gráfica

> Usuarios

> Variantes

Características:

> Ha de ser un espacio cerrado y bien aislado acústicamente. Ade-más, es necesario que garantice una buena acústica interior (sin re-sonancias, reverberaciones, etc.).

> Se aconseja dotar a la sala de una mínima pendiente para me-jorar la visión. Asimismo, debería disponer de una tarima para el conferenciante, una cabina de control (y, en su caso, una de traduc-ción), etc.

> No es imprescindible que tenga acceso a iluminación natural, pero en todo caso hay que garantizar una buena iluminación artificial y la posibilidad de oscurecer completamente la sala. Además, hay que prever diferentes posibilidades de iluminación para crear niveles va-riables, así como control independiente de la climatización.

> Conlleva aglomeraciones de usuarios no familiarizados con el cen-tro, por lo que debe situarse cerca de la entrada y la recepción, con recorridos simples y cortos.

> Ha de disponer de un espacio anexo suficientemente dimensiona-do para los momentos previos y posteriores a los actos que se ce-lebren. Este espacio se podría compartir con el equivalente descri-to para el caso de las aulas grandes, con la misma capacidad que la sala. ☒

2 . 1 . 1 . d Espacios comunes

Son los espacios abiertos a toda la comunidad del vivero. No se gestiona su horario ni existen preferencias de uso. Son los ámbitos con mayor potencial para generar imagen de marca a través del diseño de los distintos elementos que los configuran (cerramientos, mobiliario, de-coración, etc.). También es desde estos ámbitos donde más se puede influir en la relación que mantienen las empresas del vivero, ya que deben fomentar el encuentro y la comunicación.

Efectuando un símil urbano, si los módulos de trabajo equivalen a la vivienda, los espacios compartidos y de apoyo corresponderían a los equipamientos. Lo que posibilita la existencia de los dos anteriores es el espacio público, que funciona como mecanismo de enlace. El caso de un vivero es perfectamente comparable a esta estructura urbana compacta constituida por edificios de viviendas y de equipamientos (tanto de proximidad como de interés general) vinculados entre sí por calles, avenidas y plazas. La comparación con la ciudad compacta es pertinente porque establece un paralelismo muy claro e inteligible entre los ámbitos y espa-cios del edificio y sus equivalentes a escala urbana, pero sobre todo porque se demuestra útil como herramienta proyectual, en especial a la hora de establecer el carácter y las dimensio-nes de los espacios comunes del edificio entendiéndolos como mecanismos de enlace y apo-yo de actividades de relación.

Descripción:

> Sala recomendable únicamente para centros muy grandes o que comparten el edificio con otros equipamientos.

> Para optimizarla, hay que ofrecérsela a otras empresas o a even-tos ajenos al vivero. De lo contrario, no se recomienda introducirla en un programa de vivero.

> En viveros situados en polígonos industriales, puede suponer un servicio de valor añadido para el polígono.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, per-sonal del centro, asistentes a formación y personas emprendedoras.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 160 y 200 m2, con un aforo de 60-100 personas.

> El espacio se puede subdividir mediante la incorporación de tabi-ques acústicos móviles y reconvertirlo en aulas grandes.

Equipamiento:

> El espacio ha de disponer de todos los recursos necesarios de for-ma permanente para celebrar conferencias y actos similares, por lo que ha de estar equipado con proyector, altavoces, puntos de cone-xión para audio y TV, sistemas de voz y datos, telefonía, etc.

> Para que los empresarios y las asociaciones valoren positivamente la sala, hay que equiparla con una buena tecnología que la convier-ta en un espacio de prestigio. Por lo tanto, hay que prever un espacio para cabinas de traducción y control audiovisual.

> Conviene que contenga un mobiliario flexible y adaptable a diferen-tes configuraciones (aula, convención, cenas, etc.).

> Es un espacio adecuado para expresar la marca del centro, sin in-cluir logotipos o branding pero sí incorporando al mobiliario y a la de-coración los rasgos que la caracterizan.

> Hay que prever un pequeño almacén que puede utilizarse para de-jar mobiliario y otros materiales.

SALA DE CONFERENCIAS

129128

Descripción gráfica

> Usuarios

> Variantes

> Elementos complementarios

(5)

ESPACIOS DE CIRCULACIÓN

Descripción:

> Son los espacios destinados a conectar las diferentes unidades del sistema, así como los escenarios de gran número de encuentros es-pontáneos de los usuarios del centro.

Usuarios:

> Todos: empresarios y personal de las empresas alojadas en el vive-ro, personal del centro, asistentes a formación y personas empren-dedoras.

Dimensiones:

> Dependerán de la forma del centro.

> Hay que evitar pasillos de ancho inferior a 1,80 m.

> Suponen aproximadamente el 22% de la superficie construida to-tal del vivero.

Características:

> La circulación tiene que ser clara puesto que a menudo las empre-sas del vivero reciben visitas externas. Se recomienda que desde los ámbitos de circulación los visitantes puedan advertir qué tipo de em-presas conviven en el vivero y qué trabajos realizan.

> Hay que evitar los pasillos estrechos y mal iluminados, ya que constituyen los espacios de encuentro por antonomasia. Así pues, los espacios de circulación tienen que diseñarse con esta premisa, más que como simples mecanismos de conexión.

> Hay que incidir especialmente en la definición formal de estos es-pacios; en este sentido, se podría efectuar un símil con una calle irre-gular o una calle comercial donde los retranqueos de los escaparates invitan a dar unos pasos hacia el interior de las tiendas o bien los pro-ductos expuestos invaden la acera y resultan más visibles.

> Se aconsejan dispositivos de apropiación como, por ejemplo, «rin-cones» cualificados agregados a los espacios de circulación o a las escaleras; del mismo modo, son necesarias «plazas» que no pierdan la relación de proximidad con la circulación.

> El diseño de la «fachada» de los módulos de trabajo es determinan-te para configurar la imagen de los espacios de circulación, por lo que deberá tenerse muy en cuenta. ☒

(5) Consultar el apartado 2.2.2, «Adaptación al so-lar: sistemas organizativos del vivero de servicios», del capítulo 2.2 de esta segun-da parte de la guía.

Así pues, es necesario cualificar el espacio común para dar respues-ta satisfactoria a diferentes escalas, desde «rincones» hasta «plazas», considerando la actividad de una sola persona, una pequeña reunión informal o un tiempo de descanso y, evidentemente, procurando es-pacios de encuentro para los usuarios que sirvan de apoyo a las po-líticas activas de incremento de relación y creación de vínculos entre las empresas alojadas en el vivero.

Por lo tanto, las unidades de uso de los espacios comunes son:

>

Figura 2.1.1.i

Plaza universitaria del Tecno-Campus Mataró-Maresme.

Fuente: imagen cedida por el TecnoCampus Mataró-Ma-resme.

Figura 2.1.1.h Imagen carto-gráfica de la ciudad de Barce-lona, donde se destaca el pa-pel del espacio público como conector de los espacios de vivienda y de los equipamien-tos, al tiempo que configura zonas de descanso y ocio.

Fuente: imagen cartográfica cedida por © Instituto Carto-gráfico de Cataluña.

131130

Descripción gráfica

> Usuarios

> Variantes

> Elementos complementarios

> Puede complementarse con un espacio de biblioteca.

> Hay que activar estos espacios a partir de pequeñas actividades cotidianas (café, comida, reunión informal, prensa diaria, etc.), ya que la simple existencia del espacio no garantiza su éxito. Las actividades esporádicas o extraordinarias, dada la naturaleza que las define, no tienen la misma capacidad de activación espacial.

> Se desaconseja incluir un televisor, ya que no contribuye a generar relaciones personales, sino más bien al contrario. ☒

Figura 2.1.1.j Espacio de des-canso del TecnoCampus Ma-taró-Maresme.

Fuente: imagen cedida por el TecnoCampus Mataró-Ma-resme.

Descripción:

> Es un espacio destinado al ocio y descanso de los empresarios y de su personal en horario laboral, aunque a veces también se convierte en un espacio de encuentro y reunión informal.

> Puede actuar como catalizador para generar otras actividades de relación no regladas.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, per-sonal del centro y, esporádicamente, clientes.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 30 i 36 m2.

> El número de salas se establecerá en función de la dimensión del centro. Como mínimo, se recomienda una sala de descanso por cen-tro y una por cada 30 empresas alojadas.

Equipamiento:

> Se recomienda un mobiliario informal y cómodo que combine zo-nas de butacas con zonas de mesas y sillas.

Características:

> La sala de descanso tiene que distinguirse de los espacios de cir-culación, pero no es necesario que sea un elemento completamente cerrado. Segregar los espacios de circulación de los espacios de rela-ción no permite que los primeros generen actividad, por lo que se re-duce la interacción entre las personas en los segundos. Así pues, se valora positivamente que no se especialicen espacios de relación y de circulación por separado.

> Por su naturaleza, el espacio de encuentro ha de ser identificable como tal y estar concentrado en uno o dos lugares del edificio, según la dimensión que tenga.

> Puesto que es un espacio de descanso, tiene que ser agradable, con luz natural y bien climatizado. Los espacios iluminados invitan al des-canso, a atender una llamada, a mantener una reunión informal, etc.

SALA DE DESCANSO

133132

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

> Colocación

Patio de manzana privado

Cubierta en planta baja

Azotea

Figura 2.1.1.k

Visión del espacio exterior habilitado en el vivero Almogàvers Business Factory, situado junto al offi-ce interior y equipado con mesas, hamacas e ilu-minación.

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción:

> Es un espacio alternativo para relacionarse, comer o descansar. Es-tas actividades se pueden potenciar en el exterior del edificio, aprove-chando cubiertas accesibles equipadas como terrazas amuebladas.

> Se trata de un espacio que tiene mucho éxito. Algunos viveros lo han habilitado con el tiempo a petición de los usuarios.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, per-sonal del centro y, esporádicamente, clientes.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 80 i 100 m2.

Equipamiento:

> Mesas y sillas adecuadas para descansar y comer, ceniceros y pa-peleras. También conviene incorporar elementos de sombra.

> Se pueden incluir otros elementos de descanso como, por ejemplo, gandulas o similares. Hay que prever una mínima iluminación artifi-cial del espacio.

Características:

> Se recomienda que este espacio no quede muy alejado del office para poder trasladar la comida y bebida de un lugar a otro.

> Conviene que sea un espacio bien orientado y abrigado del viento.

> Las cubiertas accesibles a cota de planta pueden acondicionarse fá-cilmente como espacio de relación exterior.

> En condiciones adecuadas, incluso la cubierta superior del edificio –con la accesibilidad necesaria– puede asumir este papel, tal como se observa en el conocido edificio de Willis Faber & Dumas Headquar-ters de Norman Foster o bien en la Nave Ivanow (espacios de crea-ción y difusión artística) de Barcelona, que utiliza como espacios de actividades la terraza superior y el patio de acceso. ☒

SALA DE DESCANSO EXTERIOROFFICE

Descripción:

> Es un espacio para comer o descansar. Es el ámbito de encuentro de los usuarios del centro por excelencia. En viveros pequeños, la sala de descanso y el office pueden constituir una única pieza.

Usuarios:

> Empresarios, personal de las empresas alojadas y personal del centro.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 60 y 100 m2. Variará según la dimen-sión del centro.

> Se recomienda una superficie mínima de 20 m2 y de 0,50 m2 por cada ámbito de trabajo individual.

Equipamiento:

> Ha de estar equipado con un mostrador largo, un fregadero con agua fría y caliente, microondas, nevera, cafetera, etc. Puede disponer de máquinas expendedoras de alimentos y bebidas.

> Se recomiendan mesas continuas para fomentar los encuentros.

Características:

> Se puede abrir a los espacios de circulación pero tiene que distinguir-se de ellos.

> También es recomendable que cuente con un buen nivel de luz natu-ral, porque al fin y al cabo es un espacio de descanso y ocio entre ho-ras de trabajo.

> Tiene que de situarse en zonas centrales del edificio y procurar redu-cir todo lo posible la distancia respecto de los módulos de trabajo más alejados.

> Hay que activarlo a partir de pequeñas actividades cotidianas (café, comida, reunión informal, prensa diaria, etc.), ya que la simple existen-cia del espacio no garantiza su éxito. Sin embargo, se desaconseja in-cluir un televisor ya que no contribuye a generar relaciones personales, sino más bien al contrario. ☒

135134

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

VIVER O

EMPRESAS

DE

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción:

> Es el espacio donde esperan los clientes que asisten a una reunión con los empresarios alojados en el vivero. En centros pequeños se recomienda que sea parte del vestíbulo o de un espacio de relación.

Usuarios:

> Clientes y personas emprendedoras.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 16 i 18 m2

Equipamiento:

> Ha de estar equipado con butacas cómodas y es aconsejable que también cuente con un dispensador de agua.

Características:

> Ha de ser un espacio de promoción del centro y de las empresas que se alojan en él. En este sentido, hay que trabajar su diseño e ima-gen y asegurarse de que la actividad empresarial del vivero tenga presencia en el mismo, por ejemplo, con un panel que recoja las em-presas que se alojan y/o se han alojado en él, una pantalla interacti-va, un vídeo, un espacio para tarjetas de contacto y boletines de pu-blicidad, etc. ☒

SALA DE ESPERASALA DE JUEGOS

Descripción:

> Es un espacio alternativo para jugar y relacionarse, comer o des-cansar.

> No es imprescindible y sólo se recomienda en viveros con una gran masa crítica.

Usuarios:

> Todos: empresarios y personal de las empresas alojadas en el vive-ro, personal del centro y, esporádicamente, clientes.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 30 i 36 m2

Equipamiento:

> Mobiliario informal y distendido. Hay que generar un ambiente diná-mico y juvenil, incorporar pizarras para puntuaciones, etc.

> Se recomiendan juegos en equipo rápidos, ampliamente conocidos y que puedan generar campeonatos o liguillas, como ping-pong, fút-bol de mesa, dardos, cartas, etc.

> Hay que evitar los juegos individuales como, por ejemplo, las vi-deoconsolas y los juegos de larga duración como el ajedrez o algu-nos juegos de mesa.

> Se recomienda incorporar una máquina expendedora de bebidas.

Características:

> Es necesario que sean espacios bien aislados acústicamente, ya que pueden generar mucho ruido. No es indispensable que tengan iluminación natural ni que se sitúen cerca de los espacios de trabajo, aunque hay que tener presente que han de disponer de buena venti-lación y climatización (en especial cuando incorporen juegos que ge-neren actividades aeróbicas).

> Si el espacio funciona por sí mismo, no es preciso dinamizarlo. ☒

137136

Descripción gráfica

> Usuarios

> Variantes

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción:

> Es el espacio dedicado a la maquinaria compartida para imprimir y/o encuadernar documentación. Es un espacio opcional.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero y personal del centro.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 9 i 15 m2.

Características:

> No ha de ser necesariamente un espacio completamente cerrado, pero hay que aislarlo para reducir el impacto acústico que puede pro-vocar la maquinaria. Conviene que disponga de cerramientos absor-bentes acústicos.

> Debe situarse en zonas próximas a los módulos de trabajo y no debe-ría estar a más de 20 metros del módulo más alejado.

> Puede acompañarse de una pequeña mesa de trabajo, por lo que, a su vez, puede desempeñar la función de sala de reuniones informales, sobre todo si el espacio está parcialmente aislado.

> Se recomienda disponer de maquinaria que permita clasificar y gra-par los documentos e imprimir de manera segura (con contraseña). ☒

Descripción:

> Los servicios han de estar separados por sexos e incluir los servi-cios para discapacitados que exige la normativa, siendo aconsejable que estén integrados en la división por sexos.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, per-sonal del centro, asistentes a formación, clientes y personas empren-dedoras.

Dimensiones:

> Dotación aproximada: un servicio inodoro por cada 15 ámbitos indi-viduales de trabajo. ☒

ZONA DE REPROGRAFÍA

SERVICIOS HIGIÉNICOS

VESTÍBULO

Descripción:

> Es el espacio de acceso al centro y de acogida de los visitantes. Pue-de convertirse en un espacio de encuentro.

> Genera en los visitantes la primera impresión del centro.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, per-sonal del centro, asistentes a formación, clientes y personas empren-dedoras.

Dimensiones:

> La superficie variará según la dimensión del centro y de los espa-cios compartidos de gran tamaño de los que disponga (aulas y sa-las de conferencias).

Equipamiento:

> Se recomienda incorporar mecanismos y espacios para controlar el acceso, especialmente en el caso de edificios heterogéneos, donde se mezclen actividades internas y externas al centro.

Características:

> Es el espacio por excelencia para expresar la marca del centro y de las empresas que se alojan en él. En este sentido, la imagen de un vestíbulo de hotel, más representativa que activa, puede ser contra-producente.

> El vivero es un edificio destinado a trabajar, en el que se valora la ac-tividad de las empresas y como interrelacionan entre sí. Así, el primer contacto con el edificio ha de permitir visualizar este dinamismo.

> Tiene que incorporar un expositor de las empresas alojadas, ya sea a modo de mural, con una pantalla interactiva o acompañado de una zona de exposición.(6)

> Se recomienda que el vestíbulo esté cerca de otras actividades com-patibles con el acceso que aseguren las funciones cotidianas como, por ejemplo, un club de personas emprendedoras.

> Se tiene que complementar con los espacios de recepción y con-serjería. ☒

(6) Consultar el capítulo 1.4 «La imagen corporativa», de la primera parte de la guía.

139138

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

2 . 1 . 1 . eEspacios de apoyo

Estas unidades, que conforman la parte del programa destinada a la consultoría experta y a la gestión y administración del vivero, tie-nen un horario determinado por la dirección del centro y un régimen de acceso limitado. Conviene que dispongan de iluminación natural y que se pueda acceder a ellas desde el vestíbulo. Dado el carácter que las define, se podrían vincular a la recepción del centro, pero en cual-quier caso deberían tener cerca un espacio compartido para celebrar las reuniones entre los especialistas y las empresas. Conviene asi-mismo no desvincularlos mucho de los espacios de trabajo, ya que esto no favorecería la relación con los empresarios alojados en el vi-vero. Por lo que respecta a la organización espacial, las oficinas ban-carias serían uno de sus referentes.

Figura 2.1.1.l

APARCAMIENTO

Descripción:

> Espacio destinado al estacionamiento de vehículos (coches, motos y bicicletas) de los usuarios habituales del vivero.

> El aparcamiento de vehículos motorizados se recomienda única-mente en centros grandes, situados en zonas con gran deficiencia de plazas de aparcamiento y/o mal comunicadas mediante transpor-te público, así como en edificios heterogéneos donde el vivero convi-va con otros usos que también necesitan aparcamiento. Como alter-nativa más económica, se pueden establecer convenios con aparca-mientos privados de la zona.

> El aparcamiento de vehículos no motorizados (bicicletas), que re-quiere una reserva de espacio mínima y es un medio de transpor-te que hay que promover, es recomendable en todo tipo de centros.

Usuarios:

> Habitualmente, empresarios, personal de las empresas alojadas y personal del centro.

> Ocasionalmente, los empresarios pueden ofrecer sus plazas de aparcamiento a los clientes. En este sentido, el centro podría plantear una reserva de plazas rotativas.

Dimensiones:

> La superficie variará según la dimensión del centro y de los ámbitos individuales de trabajo que se prevean. Pueden aplicarse los baremos que exige la normativa para el uso de oficinas.

Características:

> Para ahorrar superficie de solar, conviene que el aparcamiento sea subterráneo, pero hay que tener presente el sobrecoste que supon-drá para el proyecto la construcción de una o varias plantas subte-rráneas.

> En edificios que se construyan por fases, el área de suelo reserva-da para la ampliación puede funcionar provisionalmente como apar-camiento del centro.

> Implica una puerta de acceso al edificio, por lo que, respecto a la imagen corporativa del centro, hay que tener presente el diseño del acceso al aparcamiento y de los espacios de tránsito entre el aparca-miento y la recepción. ☒

141140

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

SALA DE REUNIONES

Descripción:

> Es un espacio destinado a las reuniones del equipo directivo o de los responsables de las diferentes unidades.

> Alternativamente, en él se pueden celebrar entrevistas y reu-niones entre los técnicos de apoyo especialistas y los empresa-rios y/o personas emprendedoras.

Usuarios:

> Personal del centro, principalmente. Esporádicamente, puede ser utilizado por los empresarios y sus clientes.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: 36 m2

Características:

> Si se sitúa estratégicamente, en momentos puntuales de mucha de-manda puede ser utilizada por las empresas alojadas en el vivero. ☒

ARCHIVO

Descripción:

> Es el espacio destinado al almacenamiento de la documentación de uso menos frecuente del centro. Puede ser un espacio exclusivo para el personal del centro o cumplir asimismo funciones de archi-vo para las empresas.

Usuarios:

> Personal del centro y, opcionalmente, empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero.

Dimensiones:

> Variables, según las necesidades de cada vivero.

Características:

> No necesita luz natural, climatización ni telecomunicaciones, pero sí ventilación.

> No es imprescindible que se sitúe en un lugar especialmente próximo a la zona de administración. ☒

DESPACHO DE DIRECCIÓN

DESPACHO DE ATENCIÓN DE LOS ESPECIALISTAS

Descripción:

> Es el espacio de trabajo del director o directora del centro.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 10 i 18m2.

Características:

> Se recomienda que tenga acceso a iluminación natural y un ámbito de reunión interno.

> Ha de estar anexo al área de administración. ☒

Descripción:

> Son espacios destinados al personal técnico especialista del vivero que trabaja al servicio de las empresas. Se utilizan para celebrar entrevis-tas privadas con los empresarios y las personas emprendedoras ase-soradas.

> Según la masa crítica del vivero, un mismo espacio con el horario con-venientemente regulado puede servir para diferentes especialistas.

Usuarios:

> Personal del centro y personas emprendedoras

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 10 i 18m2.

Características:

> Se trata de un despacho pequeño, con un ámbito individual, que ha de disponer de un ordenador y una mesa para atender a los vi-sitantes.

> Si el espacio es utilizado por especialistas internos y externos, ha-brá que prever un puesto de trabajo alternativo compartido en la sala de administración para los técnicos internos (de manera que el des-pacho sólo se utilizaría ocasionalmente para las entrevistas). ☒

143142

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

RECEPCIÓN

Descripción:

> Es el espacio destinado a funciones de información y, al mismo tiempo, de secretaría o conserjería, recepción de paquetería, correo, etc. Es aconsejable que esté situado cerca del acceso.

Usuarios:

> Todos: empresarios y trabajadores alojados en el vivero, personal del centro, asistentes a formación, clientes y personas emprendedo-ras.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 9 i 18 m2.

> La superficie variará según la dimensión del centro y la afluencia de gente prevista. También variará si se trata de una recepción compar-tida con otros usos.

Equipamiento:

> Ha de estar equipado con un mostrador largo y un espacio adjun-to de archivo.

> Debe incorporar cajoneras para la domiciliación del correo de las empresas y una centralita informática.

> Hay que prever, como mínimo, dos puntos de conexión a la red eléctrica y de voz y datos.

Características:

> Hay que estudiar detenidamente la imagen que ofrece, ya que constituye el primer contacto de los usuarios con el centro.

> Se recomienda situarlo anexo al vestíbulo, en la planta de acce-so del edificio.

> Hay que tener presente que en él trabajará una persona de ma-nera prácticamente constante durante toda la jornada, por lo que es necesario que sea confortable (iluminación adecuada, climatización, etc.). ☒

ADMINISTRACIÓN

Descripción:

> Sala o salas desde donde se gestiona el centro

Usuarios:

> Personal del centro.

Dimensiones:

> Las dimensiones de estos espacios dependerán de la magnitud del vivero (y, en algunos casos, de la posibilidad de administrar el vivero conjuntamente con otros equipamientos del mismo edificio).

> Como aproximación general, se pueden dimensionar a partir de la previsión de puestos de trabajo, mediante el ámbito individual de tra-bajo.

Características:

> Puede compartir espacio con los ámbitos para los especialistas, siempre que el mobiliario asegure el grado de privacidad necesa-rio o se disponga de despachos de atención personalizada indepen-dientes.> Ha de contener todos los servicios de telefonía y electricidad ne-cesarios. Puede combinar asimismo mesas de trabajo con peque-ños espacios de reunión y almacenamiento de documentación de uso frecuente.

> Ha de ser un espacio próximo a una sala de reuniones.

> Es conveniente que no quede segregado de los módulos de traba-jo para que el personal del centro y los empresarios puedan cruzar-se por los pasillos y compartir espacios comunes, lo que favorecerá la fluidez de las relaciones entre unos y otros. ☒

145144

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

2 . 1 . 1 . f Apreciaciones para los centros y hoteles de empresas

Los centros y hoteles de empresas comparten en gran medida las unidades del programa del vivero de servicios. No obstante, hay que destacar las diferencias más relevantes.

Centros de empresas

Los centros de empresas se diferencian de los viveros en que se dirigen a empresas jóvenes –pero no de creación reciente– en fase de consolidación. En la mayoría de los casos, esto supo-ne que las empresas que se alojan en ellos sean más grandes que las de los viveros por lo que se da una mayor demanda de módulos de oficina independientes medianos o grandes, y me-nos demanda de los pequeños. Asimismo, el coworking tiene menor presencia, hasta el punto de que en estos centros es una unidad de uso opcional.

Del mismo modo, en los centros de empresas los módulos tipo almacén tienen más sentido que en el caso de los viveros, dado que las empresas que se alojan en ellos hace más tiempo que se han creado y por lo tanto también tienen un mayor volumen de documentación.

La presencia de escaparates y elementos transparentes para delimitar los módulos de trabajo y espacios de circulación es completamente necesaria en el caso de los viveros, pero admite va-riantes en el caso de los centros de empresas. Por consiguiente, se aconseja incluir elementos tamizadores que permitan diferentes grados de privacidad según las preferencias de cada em-presa (algo que hay que evitar siempre en los viveros).

Por otra parte, estos centros no ofrecen servicios de acompañamiento personalizado de los proyectos empresariales, sino que se centran en los servicios grupales, que se ofrecen tam-bién al resto de empresas del territorio. Por lo tanto, los ámbitos de trabajo para los especialis-tas se reducen mucho, excepto que el centro quiera ofrecer atención a las personas empren-dedoras del territorio

Hoteles de empresas

Los hoteles de empresas están abiertos a cualquier empresa, tenga la antigüedad que ten-ga. Además, establecen contratos de alquiler ilimitados, sin fijar un periodo máximo de es-tancia. Ofrecen únicamente servicios básicos relacionados con la infraestructura, por lo que no es preciso prever los espacios destinados a asesoramiento, ya sea individual o grupal. Así pues, la incorporación de aulas o salas de actos es opcional, hasta el extremo que a menu-do sólo se consideran espacios arrendables a las empresas alojadas en el centro o al resto de empresas del territorio y corren el riesgo de quedar infrautilizados.

La estrategia más eficiente en el caso de los hoteles de empresas es acabar «en bruto» los módulos de trabajo, de manera que la empresa arrendataria pueda disponer de la superfi-cie que necesita y adecuar el espacio a sus exigencias. Esto supone que inicialmente la em-presa tenga que efectuar una inversión importante pero, en general, dado el perfil de empre-sa al que se dirigen los hoteles –y más aún si tenemos en cuenta que los alquileres son ili-mitados–, se trata de costes asumibles. Habrá que prever, sin embargo, la llegada de todas las instalaciones a los espacios de trabajo y dejar para la empresa las ramificaciones inte-riores de su módulo.

CONSERJERÍA

Descripción:

> Es el espacio habitual del conserje y donde estarán las centra-litas de las instalaciones

Usuarios:

> Conserje y personal de seguridad.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 9 i 18 m2

Equipamiento:

> Debe disponer de un mostrador, un ordenador y un espacio para las centralitas de los servicios de seguridad.

Características:

> Es conveniente que se sitúe cerca del acceso al centro y jun-to a la recepción.

> Tiene que contar con una zona abierta provista de un mostrador –que puede ser compartido con recepción– desde el que se vea el ac-ceso al centro, y de un espacio cerrado donde se situarán el espacio de trabajo en cuestión y las centralitas. ☒

146

pacios se deban situar en la misma zona del edificio, ya que la re-lación entre los espacios y, por consiguiente, como se colocan en el edificio la determinan los conectores (las flechas).

Espacios tramados: son susceptibles de ser compartidos con otros equipamientos que se ubiquen bajo el mismo techo o en las proximidades del vivero.

Avatares: representan a los diferentes usuarios descritos en el ca-pítulo 1.2, «Los usuarios y las actividades», de la primera parte de la guía, y se distribuyen entre las unidades de uso según el poten-cial que tienen de utilizarlas.

Elementos punteados: son exclusivos para el organigrama del hotel de empresas y representan los espacios acabados «en bru-to» y que acabarán de adecuarse después de las obras del pro-yecto.

En el caso concreto de los módulos de trabajo, se dibujan, a título de ejemplo, dos o tres unidades que incorporan las diferentes variantes descritas. En nin-gún caso quieren significar el número y la dimensión de módulos totales que ha de tener el programa, que se determinarán a partir del análisis territorial.

La forma que adquiere el organigrama tampoco debe confundirse con la for-ma final que tendrá el proyecto arquitectónico, que evidentemente será defi-nida por los arquitectos proyectistas a raíz de la interpretación del programa, de los condicionamientos urbanísticos y del edificio, en caso de intervenciones de reutilización. Del mismo modo, tal como podrá verse, el organigrama, en-tre otros aspectos, no distingue plantas, no dibuja los espacios de circulación y no sitúa el programa en relación con el entorno; esta labor corresponde a los arquitectos que elaborarán el proyecto.

De acuerdo con todo lo que se ha mencionado en los apartados anteriores, ofrecemos tres tipos de organigrama diferentes que responden cada uno de ellos a una tipología de equipamiento en concreto (vivero, centro y hotel, res-pectivamente).

El organigrama de espacios es una herramienta que pretende sintetizar gráficamente las in-formaciones más relevantes que se han ido explicando a lo largo de la descripción de las di-ferentes unidades funcionales del programa.

En este sentido, muestra visualmente la relación que debe establecerse entre las diferentes unidades –básicas u opcionales– del programa, la relación que estas mismas unidades tienen con el acceso y los usuarios que las ocuparán, la posibilidad de que se compartan con otros equipamientos, la necesidad de que dispongan o no de luz natural, los focos de ruido, etc.

Cada organigrama incluye una leyenda que describe el significado de los símbolos. A conti-nuación efectuamos una descripción previa:

Espacios con el contorno delineado mediante líneas discontinuas: son espacios abiertos, distinguibles, pero no necesariamente cerrados.

Espacios con el contorno delineado mediante una línea continua y gruesa: son es-pacios cerrados mediante divisorias. No obstante, hay que recordar que estas divi-sorias pueden ser transparentes u opacas, según las recomendaciones contenidas en las descripciones de cada unidad de uso.

Flechas que unen dos unidades o más: expresan la necesidad de proximidad en-tre los dos espacios conectados o, por lo menos, la existencia de una comunicación clara y directa entre ellos.

Color negro o gris: representan respectivamente el carácter de unidad básica (im-prescindible para el buen funcionamiento del programa) o de unidad opcional (que se puede prever o no de acuerdo con las dimensiones o la estrategia del centro).

Recuadros con línea discontinua: agrupan espacios que comparten una caracterís-tica destacable (como la generación de ruido). Pero esto no significa que dichos es-

También hay que tener en cuenta que los hoteles de empresas pueden alojar empresas gran-des, con superficies de más de 200 m2 y con varios grupos de trabajo y jefes o responsables que necesiten un despacho propio. Es posible asimismo que en el interior de los módulos de trabajo se configuren ámbitos de reunión internos, por lo que hay que prever la posibilidad de que los espacios comunes y compartidos del centro se utilicen menos.

De acuerdo con la serie de características que hemos mencionado, en el caso de los hoteles de empresas se descartan los módulos de coworking.

2 . 1 . 1 . g Organigrama de espacios

Sala de conferencias + espacio de espera

Office Sala de descanso + biblioteca

Despacho de dirección

Módulos de oficina independiente

Administración

Sala de reuniones de la gestión

Archivo administración

Sala de reuniones/aula

Módulos almacén

Módulo de coworking

Sala de descanso exterior

ESPACIOS PARA EL ALOJAMIENTO DE EMPRESAS - ESPACIOS PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL

ESPACIOS QUE NO NECESITAN LUZ NATURAL

ZONAS GENERADORAS DE RUIDO

Aula grande + espacio de espera

ESPACIOS DE TRABAJO DEL PERSONAL DEL CENTRO

LEYENDA

Despacho de atención de los especialistas

Espacios que pueden ser comunes a otros equipamientos

Espacios abiertos básicos en un vivero de empresas de servicios

Espacios abiertos opcionales en un vivero de empresas de servicios

Espacios cerrados básicos en un vivero de empresas de servicios

Espacios cerrados opcionales en un vivero de empresas de servicios

Agrupaciones de espacios que comparten una característica destacable

Relaciones directas: garantizar proximidad en la medida de lo posible

Usuarios de los espacios: empresas, clientes, personal, asistentes a actividades de formación y personas emprendedoras, respectivamente

Vestíbulo y recepción

Servicios higiénicos

Conserjería

ACCESO VEHÍCULOS ACCESO PRINCIPAL

Ámbitos de reunión informal

Sala de espera

Zona de reprografía

Aparcamiento

Sala de juegos

Figura 2.1.1.m ORGANIGRAMA DE ESPACIOS VIVERO DE EMPRESAS DE SERVICIOS

Módulos de oficina independientes

Sala de conferencias + espacio de espera

Office Sala de descanso + biblioteca

Despacho de dirección

Administración

Sala de reuniones de la gestión

Archivo administración

Sala de reuniones / aula

Módulos almacén

Módulo de coworking

Sala de descanso exterior

ESPACIOS PARA EL ALOJAMIENTO DE EMPRESAS - ESPACIOS PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL

ESPACIOS QUE NO NECESITAN LUZ NATURAL

ZONAS GENERADORAS DE RUIDO

Aula grande + espacio de espera

ESPACIOS DE TRABAJO DEL PERSONAL DEL CENTRO

ACCESO PRINCIPAL

ACCESO VEHÍCULOS

Despacho de atención de los especialistas

Vestíbulo y recepción

Conserjería

Ámbitos de reunión informal Sala de espera Zona de reprografía

Aparcamiento

Servicios higiénicos

Figura 2.1.1.n ORGANIGRAMA DE ESPACIOS CENTRO DE EMPRESAS DE SERVICIOS

LEYENDA

Espacios que pueden ser comunes a otros equipamientos

Espacios abiertos básicos en un vivero de empresas de servicios

Espacios abiertos opcionales en un vivero de empresas de servicios

Espacios cerrados básicos en un vivero de empresas de servicios

Espacios cerrados opcionales en un vivero de empresas de servicios

Agrupaciones de espacios que comparten una característica destacable

Relaciones directas: garantizar proximidad en la medida de lo posible

Usuarios de los espacios: empresas, clientes, personal, asistentes a actividades de formación y personas emprendedoras, respectivamente

Sala de conferencias + espacio de espera

Office Sala de descanso + biblioteca

Despacho de dirección

Administración

Sala de reuniones de la gestión

Archivo administración

Sala de reuniones/aula

Módulos almacén

Sala de descanso exterior

ESPACIOS PARA EL ALOJAMIENTO DE EMPRESAS - ESPACIOS PARA EL TRABAJO INDIVIDUAL

ESPACIOS QUE NO NECESITAN LUZ NATURAL

ZONAS GENERADORAS DE RUIDO

Aula grande + espacio de espera

ESPACIOS DE TRABAJO DEL PERSONAL DEL CENTRO

Módulos de oficina independiente

Ámbitos de reunión informal Sala de esperaZona de reprografía

Aparcamiento

Vestíbulo y recepción

Servicios higiénicos

Conserjería

ACCESO PRINCIPAL

ACCESO VEHÍCULOS

LEYENDA

Espacios acabados «en bruto» que los arrendatarios adecuarán según sus necesidades.

Espacios que pueden ser comunes a otros equipamientos

Espacios abiertos básicos en un vivero de empresas de servicios

Espacios abiertos opcionales en un vivero de empresas de servicios

Espacios cerrados básicos en un vivero de empresas de servicios

Espacios cerrados opcionales en un vivero de empresas de servicios

Agrupaciones de espacios que comparten una característica destacable

Relaciones directas: garantizar proximidad en la medida de lo posible

Usuarios de los espacios: empresas, clientes, personal, asistentes a actividades de formación y personas emprendedoras, respectivamente

Figura 2.1.1.o ORGANIGRAMA DE ESPACIOSHOTEL DE EMPRESAS DE SERVICIOS

155

2 . 1 . 2Desarrollo del programa: versatilidad, adaptabilidad y flexibilidad

Una vez determinado el programa del vivero, es importante destacar una serie de conside-raciones y criterios que deben tenerse en cuenta antes de diseñar el proyecto arquitectónico.

El vivero es un edificio dinámico que, a diferencia de otros equipamientos, necesita mucha fle-xibilidad en los espacios. Las empresas llegan al vivero, se marchan, crecen, decrecen, cola-boran entre sí, etc., por lo que el proyecto tiene que considerar esta variabilidad tan caracte-rística para conseguir que el edificio presente una buena capacidad de adaptación a todas las necesidades que se derivan de este uso cambiante.

Las necesidades que reclaman la versatilidad, adaptabilidad y flexibilidad de los espacios son las siguientes:

Necesidades cotidianas: son resultantes de la actividad diaria de las empresas.

Necesidades periódicas: son las resultantes de la necesidad puntual de ampliación de superficie de las empresas hacia los espacios compartidos.

Necesidades especializadas: son las resultantes de la necesidad de tutela y acom-pañamiento de las empresas.

Necesidades derivadas del paso del tiempo: son las resultantes de la necesidad de adaptar el edificio a los cambios que se produzcan en el tejido productivo a lo largo de los años de funcionamiento del equipamiento.

2 . 1 . 2 . aNecesidades cotidianas

Las necesidades cotidianas de las empresas quedan cubiertas por los módulos de trabajo, formados a su vez por los ámbitos individuales de trabajo y las dotaciones que comparten las personas que los ocupan (mesas auxiliares, mesas de reunión de pequeño formato, elementos de almacenamiento, etc.). En consecuencia, es necesario que estos es-pacios se diseñen con la máxima versatilidad posible.

Con este objetivo, y partiendo del ámbito individual de trabajo,(7) se pue-den establecer las siguientes condiciones:

(7) Consultar la descripción del ámbito individual de tra-bajo en el apartado 2.1.1, «El vivero de servicios: las uni-dades del sistema», de este mismo capítulo.

2 . 1 . 1 . h Definición del programa

Una vez establecidas las unidades de uso del sistema y analizadas las características elemen-tales que las definen, así como el carácter obligatorio u opcional de cada una de ellas, definire-mos el programa concreto para el nuevo equipamiento, programa que dependerá del análisis territorial previo que se haya realizado en función de los parámetros comentados en la prime-ra parte de esta guía.

Así pues, hay que decidir:

El número y dimensión de módulos de trabajo según la masa crítica y el tipo de empresas a las que se dirigirá el equipamiento, sobre la base del número de ám-bitos individuales de trabajo.

Los espacios compartidos y los espacios comunes en proporción al número de empresas alojadas en el centro y las que están vinculadas al mismo.

Los espacios de apoyo de acuerdo con los servicios que se ha previsto ofrecer.

Los espacios que se podrán compartir con otros usos o equipamientos que convi-van bajo el mismo techo o en las proximidades del vivero.

Tal como se ha comentado en el capítulo 1.5, «El proyecto: etapas de realización», esta concre-ción se puede efectuar a través de un estudio de programación que, además, establecerá di-ferentes posibilidades según los recursos que se quiera invertir.

El resultado de esta labor de análisis y concreción será un programa definido que servirá de base al arquitecto proyectista para diseñar la propuesta arquitectónica. Este programa no ha de ser una simple relación de espacios y superficies, sino que es necesario que se comple-mente con las definiciones –gráficas y escritas–, las características y las exigencias que se han definido a lo largo de este capítulo.

En el momento de definir y diseñar el proyecto arquitectónico también hay que tener presen-tes el resto de contenidos de esta segunda parte de la guía.

157156

Zonas liberadas de instalacionesZonas liberadas de instalaciones

Ámbito de trabajo

individual (7-9 m2)

Figura 2.1.2.a

Figura 2.1.2.b

Figura 2.1.2.c

Figura 2.1.2.d

Figura 2.1.2.e

E2

E3E1

Figura 2.1.2.f

(10) Si el centro gestiona el mobiliario y la señal de da-tos y voz, las mudanzas in-ternas pueden limitarse al traslado del hardware y la documentación de la em-presa. En este supuesto puede pensarse en incluir en el contrato tipo la dis-ponibilidad de la empresa en cuestión a ser traslada-da dentro del propio centro para facilitar el crecimiento de otras empresas.

(11) Tanto en el caso de las mamparas desmontables como en el caso de los ta-biques de cartón yeso, es de vital importancia prever ba-rreras fónicas entre el forja-do y el falso techo para evi-tar el puente acústico.

dificultad de encontrar la proporción adecuada e implica que una empresa en cre-cimiento o decrecimiento deberá proceder a una mudanza interna en el vivero.(10) Sin embargo, ha sido muy bien acogida por parte de las empresas alojadas en vi-veros ya existentes.

(B) Individualmente en cada módulo, previendo los mecanismos para conectar módulos contiguos. Esta estrategia no presenta el problema de acertar una pro-porción determinada entre módulos de superficies distintas y permite una gran va-riabilidad de superficies disponibles, pero en cambio no garantiza el crecimiento hacia los módulos vecinos, que pueden estar igualmente ocupados. Se plantean diferentes vías de actuación:

■ Incorporar soluciones móviles o desmontables: estos recursos tienen la ventaja de que no requieren obras ni gastos a lo largo de los años, pero suponen sobrecostes exagerados en la inversión inicial a fin de garantizar un buen funcionamiento acústico, por lo que son poco viables económica-mente si se aplican de forma generalizada en todo el vivero.

■ Incorporar tabiques de cartón yeso:(11) tienen la ventaja de que son una so-lución constructiva extendida y económica, pero en cambio no constitu-yen una respuesta inmediata ni ágil porque montarlos y desmontarlos re-quiere unas obras, aunque mínimas (ruido, suciedad, gestión de gastos, etc.). Además, hay que liberar completamente estos tabiques de instala-ciones para minimizar las obras, lo que significará una reducción de la ver-satilidad interior del módulo. En este sentido, se recomienda liberar como máximo el 50% de la superficie divisoria,(Figura 2.1.2.f) un porcentaje suficien-te para generar una comunicación amplia sin que suponga una reducción tan importante de la versatilidad interior.

Tal como hemos visto anteriormente, el ámbito de trabajo tiene una superficie que corresponde a la ubicación de la mesa equipada más la reserva de espacio libre suficiente para compartir con otros usua-rios.(Figura 2.1.2.a)

Una sola mesa equipada puede ser la base de una empresa uniperso-nal, pero no da opción a un espacio segregado porque constituiría un módulo poco adaptable, un gasto en espacios de circulación exagera-do y una atmósfera de trabajo alejada del objetivo básico de creación de comunidad. En casos de empresas unipersonales, se pueden reunir varias mesas equipadas en un mismo espacio de coworking. La nece-sidad ocasional de privacidad o de espacios de concentración se pue-de garantizar con la configuración de ámbitos adecuados a los espacios comunes del edificio como, por ejemplo, boxes (8) individuales.(Figura 2.1.2.b)

Dos o más mesas equipadas pueden compartir dotaciones como, por ejemplo, una mesa de trabajo extra, incluidas en la ratio media de 9 m2 por persona.(Figura 2.1.2.c)

En empresas de dos individuos, la configuración de dos mesas con do-taciones compartidas puede dar lugar a un módulo exclusivo o bien constituir un espacio de trabajo compartido con otros de la misma entidad,(Figura 2.1.2.d) configurando un módulo de coworking. Puesto que se trata igualmente de un módulo (de una superficie limitada), el mó-dulo de coworking lo es en lo referente al uso, pero no necesariamente significa una configuración singular, de manera que puede reconvertir-se en módulo exclusivo para una empresa más grande y al revés. Por este motivo se recomienda que la superficie máxima de los módulos de coworking sea equivalente al módulo de oficina independiente de mayor superficie que ofrezca el centro.

Dadas las características espaciales similares que presentan los mó-dulos de oficina independientes y las salas de reuniones (mismo dise-ño y dimensiones), estos dos espacios pueden ser intercambiables, lo que permite disponer de un espacio de trabajo extraordinario para mo-mentos concretos y, al mismo tiempo, incorporar nuevas salas de re-uniones o variar la ubicación a lo largo de los años de funcionamiento del vivero según la evolución de la demanda.(Figura 2.1.2.e)

Más allá del ámbito individual de trabajo, los módulos independientes de oficina han de garantizar la flexibilidad de superficie necesaria para poder alojar empre-sas de dimensiones heterogéneas y variables (crecientes o decrecientes) en el tiempo. Esta flexibilidad se puede obtener de varias maneras:(9)

(A) En el conjunto de los módulos, combinando unidades de diferen-tes dimensiones en determinada proporción. Esta estrategia tiene la

(8) Consultar el subaparta-do 2.1.1.b, «Módulos de tra-bajo», de este mismo capí-tulo y, en concreto, la ficha «Módulo de coworking».

(9) Estas consideraciones son válidas para los vive-ros y centros de empresas. Los hoteles de empresas se configuran a partir de loca-les yermos que a posteriori las empresas arrendatarias distribuyen a su gusto, por lo que al diseñarlos no tiene sentido pensar en mecanis-mos de flexibilidad en fase de proyecto. Sin embargo, el reglamento interno de

los hoteles deberá estable-cer el sistema constructivo que emplearán las empre-sas para realizar sus distri-buciones, sistema que tiene que ser, en cualquier caso, fácilmente desmontable.

159158

FLEXIBILIDAD MÓDULOS DE LA MISMA SUPERFICIE COMUNICADOS

FLEXIBILIDAD MÓDULOS DE DIFERENTES SUPERFICIES

FLEXIBILIDAD MÓDULOS DE DIFERENTES SUPERFICIES COMUNICADOS

(A)

(B)

(C)

Figura 2.1.2.h

El vivero de proyectos de in-vestigación en el campus de arquitectura de Sant Cu-gat del Vallès (edificio CRITT, ETSAV, UPC) es un ejemplo de esta fórmula. Delante de cada módulo de trabajo se ha previsto un ámbito ane-xo, integrado en el espacio de circulación, que se utiliza como escaparate abierto del material elaborado y que, en ocasiones, puede ser espa-cio de reunión. Unas sim-ples divisorias cada dos mó-dulos aseguran las mínimas condiciones de trabajo ne-cesarias.

Fuente: imagen cedida por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura del Vallès.

Por otra parte, la contratación de las empresas para proyectos pue-de suponer necesidades temporales de ampliación de la superficie de trabajo individual, por lo que el modelo tiene que ser ágil y poder cubrir rápidamente esas puntas de demanda. En este sentido, habrá que pensar un sistema de respuesta inmediata como, por ejemplo:

Tolerar temporalmente aumentos del grado de ocupación de los módulos (que, tal como se señalaba al principio de este apartado, si se dimensionan a partir del ámbito indivi-dual de trabajo pueden admitir la incorporación de mesas auxiliares dentro del mismo ámbito).

Reservar un pequeño porcentaje de módulos permanen-temente disponibles para satisfacer esta eventualidad, te-niendo en cuenta que el porcentaje de ocupación de la mayoría de viveros se situa alrededor del 80% de la ofer-ta como consecuencia de la continua rotación de empre-sas. En los casos en los que esto no sea viable (porque existan listas de espera o por alguna circunstancia simi-lar), las salas de reuniones, que tienen características se-mejantes a los módulos de trabajo, podrían cumplir este mismo papel.

Habilitar una parte del espacio común adyacente a los módulos como ámbito de trabajo abierto. Esta posibilidad debería preverse inicialmente para evitar molestias acús-ticas y de naturaleza semejante.

■ Incorporar una puerta regulada con llave:(12) esta estrategia tiene la venta-ja de dar una respuesta inmediata, sin sobrecostes iniciales ni obras, pero en cambio no permite que la empresa ocupe un solo espacio más exten-so. No obstante, esto no constituye un problema en sí mismo, ya que una misma empresa puede ocupar dos o más módulos y disponer así de es-pacios diferenciados e independizables para equipos de trabajo, activida-des, etc. Además, se pueden plantear anchos de paso superiores a los de una puerta convencional (con dobles batientes o puertas correderas) que mejoren la comunicación visual entre los espacios.

(C) De manera combinada, intentando obtener las ventajas de cada modalidad (módulos de diferente superficie y comunicación entre módulos contiguos).

(12) Habrá que establecer la dimensión adecuada, la for-ma de accionamiento óp-tima y la correcta posición dentro del módulo; en este sentido, podría ser un me-canismo de dos puertas, tal como hacen algunos ho-teles, que mejore el aisla-miento acústico y la segu-ridad entre módulos y que pueda ser utilizado como armario por parte de uno de los módulos en caso de no estar conectado con el otro.

>

Figura 2.1.2.g

Las estrategias de flexibilidad comentadas se resumen en el siguiente esquema:

161160

En el caso concreto de las salas de reuniones/aulas se puede establecer, según se deduce de los vive-ros existentes en la demarcación, cierta constante de cerca de una sala por cada 15 empresas, con inde-pendencia de la superficie de los módulos. No es aplicable, en este caso, la simultaneidad de uso (cuan-tas más empresas, menos salas de reuniones por empresa y al revés).

Las salas de reuniones más necesarias son las de superficie y proporciones equiparables a un módu-lo de trabajo, de manera que cualquier módulo se pueda acondicionar en un momento de necesidad como sala de reuniones o aula (y al revés, que una sala de reuniones pueda ser reabsorbida como mó-dulo de trabajo o trasladarse a cualquier otro lugar del edificio). De esto se deduce, por lo tanto, que no es preciso prever las salas de reuniones/aulas de forma muy diferenciada a la de los módulos de trabajo

Por otra parte, las aulas y salas de reuniones pueden ser polivalentes si el vivero asume su gestión im-plícita siguiendo un criterio de solapamiento de usos y, por consiguiente, de reducción de superficie de programa. En caso de que la estrategia se demostrase problemática con el tiempo, la similitud entre los módulos de trabajo y estos espacios compartidos permitiría las transformaciones necesarias a costa de reducir el número total de módulos de trabajo.

Figura 2.1.2.i

Fotografía del pasillo principal de la incubadora de Glòries de Barcelona Activa. A la derecha puede distinguirse un aula que funciona también como sala de reuniones y que se diferen-cia del resto de módulos por el gran cerramiento de cristal. Aun así, la dimensión y confi-guración del aula es muy simi-lar a la de los módulos de tra-bajo. Por lo tanto, se trata de un espacio muy polivalente que puede ser utilizado como aula, como sala de reuniones y, en caso de extrema necesidad, como módulo de trabajo.

Fuente: imagen cedida por Bar-celona Activa.

Las salas de reuniones/aulas2 . 1 . 2 . b Necesidades periódicas

Las necesidades periódicas de las empresas se satisfacen en los espacios compartidos, ex-ternos a los módulos. Dichos espacios, que actúan como prolongaciones temporales de los módulos de trabajo, pueden ser compartidas entre varios módulos o ser comunes a la tota-lidad de los usuarios del centro según la naturaleza que los defina y la intensidad de uso que tengan.

Respecto a estos espacios compartidos, y partiendo de los módulos de trabajo configurados, se pueden establecer las siguientes consideraciones:

Por una parte, es necesario introducir el concepto de masa crítica (ver el glosario del anexo), del que se deriva que para generar un espacio compartido o común de-terminado es necesario que exista una demanda suficiente. La masa crítica se re-fiere, en primera instancia, al número de empresas alojadas en el centro, pero tam-bién a las empresas del territorio, potenciales usuarios alternativos de estos espa-cios. Por consiguiente, habrá que definir los espacios compartidos de acuerdo con la masa crítica de usuarios potenciales, que podrá corregirse por:

■ La necesidad de proximidad a las otras unidades de uso (más imperio-sa en el caso de división por plantas), aplicable principalmente a ámbi-tos y espacios de reunión y, en determinadas ocasiones, a las aulas de formación. Por ejemplo, se podría establecer una distancia máxima en-tre un módulo de trabajo y una sala de reuniones, lo que podría impli-car una corrección en la proporción considerada a partir de la masa crí-tica estimada.

■ El tipo y dimensión de las empresas alojadas en el centro (un mismo nú-mero de empresas puede corresponder a un número muy variable de usuarios y perfiles profesionales). Por ejemplo, en un vivero donde pre-domine el coworking es previsible un uso más intensivo de los espacios compartidos que en un centro de empresas donde predominen los mó-dulos de tamaño mediano o grande.

Por otra parte, entendiendo los espacios compartidos como extensiones tempora-les de las empresas (forman parte de ellas solo cuando los necesitan), el criterio de proximidad consiguiente conlleva la dispersión de estos espacios entre los módu-los de trabajo. Además, esta dispersión, en especial la de las salas de reuniones/aulas, supone una acción natural de marketing(13) tanto del propio centro como de las empresas alojadas en el mismo, en la medida en que obliga al visitante a cir-cular por delante de los espacios de trabajo. No obstante, será necesario combi-nar la dispersión de los espacios compartidos con la inserción de los escaparates en los módulos y con la expresión de la imagen de marca del centro en los espa-cios de circulación.

Como ventaja añadida, en el caso de los edificios que se creen por fases, la dispersión de los espacios compartidos debería garantizar suficientemente que no se producirán distorsiones en la asignación de espacios en cada fase.

(13) Consultar el capítulo 1.4, «La imagen corporati-va», de la primera parte de la guía.

163162

Aparte de la decisión –de carácter principalmente económico– de incluir este servicio, el vivero puede beneficiarse claramente del servicio de aten-ción a personas emprendedoras si se utiliza adecuadamente el potencial para generar actividad (un gran volumen de personas con un elevado gra-do de necesidad de servicios de apoyo). En el caso de los clubs de personas emprendedoras se aconseja:

Vincularlos a los accesos del vivero para facilitar la entrada de usuarios externos.

Traspasar la actividad que generan al vestíbulo del edificio, con lo que se consigue que el ambiente de trabajo se respire en las propias puertas del vivero.

Situarlos en relación con los espacios de apoyo (por la demanda que tendrán los servicios expertos) y dimensionar el espacio de acogida necesario para absorber esta ubicación.

La configuración de los clubs de personas emprendedoras y espacios de preincubación parte de una reproducción, con variaciones, del concepto de vivero a una escala más reducida, de manera que podrían aplicarse crite-rios similares a los que se han utilizado para definir el propio vivero. Así pues, en ellos encontramos espacios para el trabajo individual (en el caso de los clubs, abiertos y libres para cualquier persona inscrita en el servicio), salas de trabajo grupal y reuniones, espacios de apoyo para las consultas con los técnicos especialistas y aulas de formación.

No obstante, a diferencia del vivero, tanto la preincubación como los clubs de personas emprendedoras no configuran módulos independientes, sino un es-pacio o espacios de trabajo que, por su naturaleza, pueden ser abiertos y di-mensionarse como aplicación básica de un ámbito de coworking o espacio compartido.

2 . 1 . 2 . dNecesidades derivadas del paso del tiempo

(15) Normalmente, se tra-taba de módulos excesiva-mente generosos que te-nían que subdividirse en módulos de menor dimen-sión. Esta subdivisión ha provocado, en muchos ca-sos, problemas acústicos y la aparición de módulos sin acceso a la iluminación y ventilación naturales.

(16) Son muchos los casos de viveros que a posteriori tienen que adecuar un office equipado con microondas, cafetera, mesas y asientos cómodos, etc. En todos los casos, ha sido una deman-da procedente de las em-presas alojadas en el centro. Del mismo modo, a veces los espacios de descanso (zonas de estar y reuniones informales) diseñados ini-cialmente, en la práctica re-sultan poco atractivos por motivos que no se han po-dido prever en el proyecto: menor nivel de iluminación natural del que se pensa-ba, sensación de incomodi-dad por ser un espacio de-masiado expuesto, etc. Por estos motivos, hay que de-dicar una especial atención al diseño de estos espacios.

(17) El caso más extendi-do en la demarcación sería el de centros concebidos como viveros de empre-sas que han pasado a ser centros de empresa pro-vocando que algunos de los servicios comunes del equipamiento queden in-frautilizados. Por el con-trario, se da también la in-corporación a posteriori de servicios de preincubación y clubs de personas em-prendedoras, lo que amplía exponencialmente la masa crítica (ver el glosario del anexo) de usuarios poten-ciales del centro.

La mayoría de viveros de la demarcación con cierta antigüedad han sufri-do transformaciones a lo largo del tiempo, originadas por distintas causas:

Por inadecuación de la dimensión media o mayoritaria de los módulos de oficina independientes a la demanda existente.(15)

Por falta de espacios especializados para el descanso, el en-cuentro y el apoyo técnico, o fracaso de los existentes.(16)

Por cambios en la estrategia de promoción económica del cen-tro.(17)

2 . 1 . 2 . c Necesidades especializadas

Las necesidades especializadas de las empresas son las que se satisfacen gracias a la con-sulta con expertos, habitualmente personal del propio vivero. En este caso, la existencia o no de la masa crítica necesaria determinará si es viable ofrecer estos servicios a las empresas y en qué condiciones horarias.

Hay que garantizar el acceso a estos espacios de apoyo a todas las empresas del vivero y, en ocasiones, también a empresas externas o que aún no se hayan constituido (personas em-prendedoras y usuarios de la preincubación). Así pues, se pueden efectuar las siguientes con-sideraciones:

Por las características propias que los definen, estos espacios de apoyo deberían agruparse formando un conjunto reconocible, sobre todo en caso de que los ser-vicios expertos se ofrezcan también a personas y empresas externas al centro (lo que es recomendable porque aumenta el impacto del vivero en el tejido producti-vo). Esta disposición permite que compartan diferentes elementos, como el mos-trador de atención, la sala de reuniones o el archivo.

También deberían estar situados cerca del acceso al centro, con una circulación clara. Sin embargo, conviene que no queden totalmente segregados de los espa-cios de trabajo y los espacios comunes y compartidos, lo que podría suponer una ruptura entre las empresas alojadas y la gestión del centro.(14)

Del mismo modo, se puede prever cierto solapamiento de espacios según la masa crítica, regulados por horario y compensados por atención básica no presencial vía correo electrónico.

En el caso de edificios que se creen por fases, la concentración de los espacios de apoyo se tiene que analizar específicamente para evitar una desproporción inicial.

En viveros que compartan edificios con centros y hoteles de empresas se puede explorar la posibilidad de que parte de los servicios expertos no los ofrezca el cen-tro, sino un número reducido y seleccionado de empresas alojadas a cambio de condiciones contractuales diferenciadas que deberían preverse anticipadamente. Esta estrategia conlleva al mismo tiempo un ahorro económico y espacial, pero puede suponer cierto distanciamiento entre la gestión del centro y las empresas.

Tal como se ha apuntado varias veces a lo largo de esta guía, algunos viveros incorporan el servicio de preincubación y/o club de personas emprendedoras, que se dedica a dar apoyo a las personas emprendedoras que quieren crear una empresa o están en vías de crearla. Por lo tanto, los usuarios de estos servicios no siempre son empresas alojadas en el vivero, sino personas que en el futuro posiblemente tendrán algún tipo de vinculación con el centro (ya sea como arrendatarios, usuarios externos de los espacios comunes o asistentes a las acti-vidades de formación).

(14) Inicialmente, en el Cen-tro de Empresas Baix Llo-bregat parte de las oficinas de gestión del equipamien-to se situaban en la planta baja, muy cerca de la entra-da. Sin embargo, se daba el caso de que algunos de los módulos de trabajo –distri-buidos en la primera planta de manera lineal, a partir de la escalera que los conecta al acceso– quedaban a más de 100 metros de distancia de los espacios de apoyo. Así pues, la administración y los espacios de apoyo del centro se trasladaron al lu-gar que ocupaba la antigua sala de actos, en una zona céntrica de la primera plan-ta, agrupándose todas las oficinas en un solo espacio. Esta nueva ubicación ha fa-vorecido mucho las relacio-nes entre las empresas y el personal de apoyo, y ha faci-litado el trabajo en equipo de la administración del centro.

165164

Planta baja

Planta segunda

Planta primera

Diferentes intervenciones en la distribución de los módulos de oficina independientes.

Incorporación de nuevos espacios de relación (office y sala de descanso).

Incorporación de un nuevo Centro para la Iniciativa Emprendedora de Barcelona Activa.

Figura 2.1.2.j

En la incubadora de Glòries de Barcelona Activa, las modificaciones empiezan por aprovechar un alma-cén industrial de la antigua Hispano Olivetti y prosiguen hasta hoy. Es un ejemplo de las tres causas indicadas: remodelación de la planta baja del edificio como espa-cio de preincubación y ser-vicios de apoyo, aparición de nuevos espacios de re-lación en las plantas prime-ra y segunda, y cambios in-troducidos en la dimensión y número de módulos de trabajo.

Es imposible prever con precisión las necesidades de la futura demanda a medio y largo plazo.

En términos económicos, no es factible incluir de forma gene-ralizada divisiones desmontables o elementos móviles de ca-lidad acústica suficiente como sistema de compartimentación flexible de todos los módulos de trabajo obteniendo así una fle-xibilidad ilimitada.

.

Adoptar sistemáticamente alguna de las fórmulas de flexibilidad asequibles que se proponen en el subapartado 2.1.2.a de este mismo capítulo para los módulos de trabajo, de manera que tengan diferentes dimensiones o se comuniquen entre sí. Posi-blemente, se podrían incorporar medidas similares al diseño de los espacios de apoyo y algunos espacios compartidos como, por ejemplo, las aulas.

Evitar la especialización excesiva de los diferentes ámbitos, de manera que, por ejemplo, un espacio de trabajo pueda conver-tirse en sala de reuniones o cualquier otro servicio, siempre que se haya previsto una modulación eficaz del sistema sobre la base de la unidad básica de los ámbitos individuales de traba-jo y un tipo de divisorias configurables con pocas o ninguna mo-dificación.

Partir de la pequeña escala, priorizando los espacios de dimen-siones equivalentes a los módulos pequeños y medianos, que permiten la polivalencia mencionada en el punto anterior. Sub-dividir espacios de gran tamaño conlleva más inconvenientes (imposibilidad de garantizar el acceso a fachada a todos los mó-dulos resultantes, problemas acústicos, proporciones incómo-das, dificultades de sectorización de las instalaciones, etc.) que agrupar espacios de pequeñas dimensiones, siempre que ten-gan unas proporciones adecuadas y un tamaño mínimo.

Resolver constructivamente las divisiones internas entre mó-dulos y también las de los espacios compartidos y de apoyo, de manera que se puedan actualizar sin un gasto inicial o posterior excesivo y controlando el volumen y naturaleza de los posibles residuos generados.

Esta es, en cualquier caso, una cuestión conflictiva generalizable a otros ca-sos y usos dado que:

Ante estas dificultades, hay que tomar algunas precauciones en la fase de proyecto y:

167166

Mientras que las tres primeras son medidas que confían en la capacidad del proyecto como he-rramienta de previsión y que, por lo tanto, han de permitir modificaciones en el uso que no im-pliquen transformaciones físicas de los espacios, la última es una medida que tan sólo tiene sentido si las primeras se han demostrado ineficientes o insuficientes con el paso del tiempo.

Figura 2.1.2.k

En el vivero Almogàvers Bu-siness Factory de Barcelona Activa, finalizado en el año 2011, los dispositivos de co-municación entre módulos ya se pensaron desde el ini-cio como parte del encargo del edificio. En la fotografía podemos observar una de las puertas colocadas en los tabiques divisorios que se-paran los diferentes módu-los de oficina independien-tes. Habrá que esperar, no obstante, para poder evaluar su eficacia.

2 . 1 . 3 El vivero industrial: las unidades del sistema

A continuación determinaremos las características espaciales y constructivas de las diferentes unidades de uso que conforman o pueden conformar un vivero de empresas industriales, ca-racterísticas que también serán válidas para los centros y los hoteles. Tal como sucedía en el caso del vivero de servicios, las unidades de uso que se describen pueden ser de carácter fun-damental u opcional (carácter que se puede encontrar expresado visualmente en el organigra-ma de usos del final del capítulo). En cada caso, habrá que evaluar qué unidades se consideran indispensables y en qué cantidad.

Gran parte de las unidades de uso del vivero de servicios son compartidas con el vivero indus-trial. La principal diferencia son los módulos de trabajo, la dotación de espacios compartidos y espacios comunes y los sistemas organizativos. Profundizaremos en estos tres aspectos a lo largo de todo el capítulo.

Los espacios de trabajo industrial pueden acoger un gran abanico de actividades diferentes: desde cadenas de producción con maquinaria pesada hasta espacios de almacenamiento con estanterías o sin. Además, en un módulo de dimensiones determinadas, el número de usua-rios que lo ocuparán y sus necesidades espaciales variarán notablemente según el tipo de ac-tividad que en él se desarrolle, por lo que resulta imposible definir un ámbito de trabajo indivi-dual. En este caso, la referencia modular viene determinada por la malla estructural y los re-querimientos dimensionales mínimos exigidos por la legislación de actividades (más adelante, en el apartado 2.1.4, «Desarrollo del programa: exigencias y adaptabilidad», profundizaremos en este aspecto).

A este efecto, se ha predefinido una malla estructural que permite incluir módulos de dimen-siones variables, de manera que pueda configurarse un sistema adaptable a las necesidades a lo largo del tiempo. Esta malla se corresponde con los sistemas constructivos más extendi-dos en el ámbito de la arquitectura industrial (hormigón prefabricado y estructura metálica). No obstante, es una malla aplicable también en el caso de edificios mixtos y sistemas estructura-les más convencionales, en los que el vivero industrial sea parte de la planta baja del edificio y la estructura tenga que soportar la carga de las plantas superiores (cuantas más plantas, se aconseja el rango inferior del módulo estructural definido, para reducir costes).

Por lo que respecta a los espacios compartidos, espacios comunes y espacios de apoyo, se mantiene la referencia del ámbito individual de trabajo por dos motivos:

Porque para estos espacios es una buena unidad de agregación dada la versatili-dad que ofrece como lugar de trabajo de oficina, ámbito de reunión informal y espa-cio de almacenamiento.

Para mantener la referencia de proporcionalidad respecto del vivero de servicios, puesto que en la mayor parte de casos el vivero industrial se complementa con mó-dulos de servicios.

Las características de algunos de estos espacios no varían respecto a las que ya se han descri-to para los viveros de servicios. Por consiguiente, en estos casos sólo ofrecemos una peque-ña descripción del espacio en cuestión y remitimos a la ficha descriptiva completa que apare-ce en el apartado dedicado al vivero de servicios (consultar la página de referencia en el índice del final de la guía). No obstante, lógicamente, siempre que existan diferencias se especifican todas las observaciones que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar los espacios del vi-vero industrial.

ESPACIOS COMPARTIDOS

Sala de reuniones / Aula30-36 m²

Aula grande80-100 m²

Sala de conferencias 160-200 m²

Office60-100 m²

Sala de descanso + biblioteca 36-54 m²

Sala de juegos 36 m²

ESPACIOS COMUNESESPACIOS DE APOYO

VestíbuloVariable según el centro

Recepción9-18 m²

Conserjería9-18 m²

Servicios higiénicos 1 inodoro cada 15 ámbitos individuales de trabajo

AdministraciónVariable según la dimensión del centro

Despacho de atención de los especialistas9-10 m²

Despacho de dirección16-18 m²

Sala de reuniones30-36 m²

ArchivoVariable según las necesidades del centro

Sala de descanso exterior80-100 m²

Vestuarios comunitariosaprox. 60 m²

Aparcamiento2-3 plazas por cada módulo industrial

Zona de exposicionesAprox. 60 m² (variable según el centro)

Muelle de carga y descarga 90 - 130 m²

ESPACIOS COMPLEMENTARIOSCafetería80-120 m2 variables según la masa crítica del PAEl

Sala de espera16-18 m2

25 metros

Módulo industrial pequeño50-70 m²

MÓDULOS DE ACTIVIDAD INDUSTRIAL

MÓDULO ESTRUCTURAL DE REFERENCIA

Módulo industrial mediano100-130 m²

Módulo industrial grande 200-250 m²

Módulo industrial excepcional350-400 m²

Ámbito de trabajo individual: 7-9 m²

7,50 - 8,50 m

7,50 - 8,50 m

12,00 - 16,00 m

7,50 - 8,50 m

Figura 2.1.3.a

171

7,50 - 8,50 m

7,50 - 8,50 m

12,00 - 16,00 m

7,50 - 8,50 m

> Variantes

Descripción gráfica

No obstante, es importante tener presente el riesgo de accidente que pueden suponer ciertas actividades por lo que, en este sentido, se considera completamente necesario que el centro y el ayuntamiento revisen los proyectos de adecuación de las empresas entrantes para asegu-rarse de que la actividad que desarrollarán sea compatible con las características constructi-vas del vivero y con los suministros de servicios previstos (en especial el eléctrico) y que, ade-más, no conlleva ningún riesgo ni molestia para el resto de usuarios.

Normalmente, se admite realizar obras internas y construir altillos, siempre que este incre-mento de edificabilidad se haya previsto en la fase de planeamiento. Por consiguiente, habrá que tener presentes las sobrecargas de dichos altillos en la fase de proyecto para fijar las limi-taciones pertinentes en el reglamento del vivero (limitación de sobrecarga, puntos de apoyo, tipo de estructuras admitidas, etc.). En los módulos de mayor dimensión se aconseja incor-porar al proyecto la construcción de los altillos para oficinas (ya que es muy previsible que las empresas interesadas en estos módulos quieran hacer uso de ellos), lo que en el futuro aho-rrará posibles problemas de gestión o mal uso.

<

Figura 2.1.3.b

Visión interior de la fachada principal de un módulo in-dustrial pequeño del Centro Àgora, del Ayuntamiento de Vilafranca del Penedès. Tal como puede apreciarse, se han incorporado aberturas para la entrada de luz natu-ral y una puerta de acceso de vehículos para la carga y descarga de material. En el momento de tomar la fo-tografía, el módulo no esta-ba ocupado, por lo que aún no se observa la presumi-ble adecuación interior que realizará la empresa que se aloje en él.

Descripción:

> Módulo estructural de referencia para dimensionar los espa-cios de trabajo industrial.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 55 y 65 m2. Características:

> Módulo compatible con diferentes sistemas estructurales: prefa-bricados de hormigón, estructura metálica y estructura in situ (pre-ferentemente, con sistemas híbridos o semiprefabricados).

> La variante de menor dimensión es compatible con construccio-nes de una planta o varias alturas.

> La variante de mayor dimensión está indicada para los módulos industriales grandes o excepcionales, de una única planta, con cu-bierta ligera y construcción con sistemas prefabricados pretensados y/o estructura metálica. ☒

Módulos de actividad industrial

Son los espacios cerrados destinados a alojar una única empresa que desarrolle una actividad industrial. En este sentido, se consideran in-dustriales las actividades dirigidas a la obtención, reparación, manteni-miento, transformación o reutilización de productos industriales, al en-vasado y embalaje, así como al aprovechamiento, recuperación y eli-minación de residuos o subproductos, sea cual sea la naturaleza de los recursos y los procesos técnicos utilizados. Cada módulo de trabajo in-dustrial tiene, por lo tanto, una titularidad diferenciada.

Los módulos de actividad industrial suponen la mayor parte de la su-perficie del programa porque tienen unos requerimientos espaciales muy superiores al resto de usos. Su configuración interna puede variar considerablemente según el tipo de empresa que alojen, por lo que la práctica habitual es acabar «en bruto» la construcción de estos módu-los para que la empresa arrendataria los adecue según las necesida-des concretas de la actividad que quiera desarrollar.

2 . 1 . 3 . a

2 . 1 . 3 . b

Módulo estructural de referencia

173172

> Variantes

1 Vinos del Penedès

USO NO INDUSTRIAL

Vinos del Penedès

1

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

4.00

3.00

7,50 - 8,50 m

7,50 - 8,50 m

7.00

3.40

1VinsdelPenedès

Módulo industrial pequeño (50-70 m2)

gonetas. Se recomienda una altura de paso de 4 m y un ancho de 3,5 a 4 m. Ade-más, para la evacuación de emergencia será necesaria una puerta abatible con eje de giro vertical, que puede estar incorporada a la puerta seccional.

> Hay que prever también un espacio en la fachada para la colocación de los contadores y del cuadro general, dado que la contratación con la compañía se efectuará de forma independiente.

> Es importante garantizar una buena estética de los acabados de la fachada para generar una imagen corporativa. Una buena imagen del centro favorecerá también la imagen del polígono donde se inserte y puede servir al mismo tiem-po de referencia para las nuevas construcciones provocando un efecto dominó. También hay que definir un espacio de rotulación que permita a la empresa iden-tificarse pero que mantenga asimismo la homogeneidad del conjunto.

> Es conveniente que la estructura se dimensione para poder incorporar un pe-queño altillo de oficinas en caso de que la empresa alojada en el centro esté in-teresada en construirlo. Al tratarse de un módulo de dimensiones reducidas, no se aconseja construir este altillo al inicio ya que el espacio destinado a la ac-tividad industrial quedaría muy limitado. En cambio, el sistema constructivo del módulo puede incluir los elementos perimetrales de apoyo del altillo para facili-tar su ejecución a posteriori. En caso de que la empresa decida construir el altillo, el reglamento del vivero tiene que determinar las características constructivas a las que deberá ajustarse, así como la sobrecarga admitida. Al finalizar el contra-to, la gestión del centro decidirá si la empresa tiene que desmontar o no la cons-trucción realizada. En el caso de los viveros mixtos (de servicios e industriales), en lugar de construir el altillo podría ofrecerse la posibilidad de situar las oficinas en un módulo de servicios, lo que contrubuiría a integrar a las empresas indus-triales en la comunidad del vivero.

> Debe poderse incorporar un lavabo individual, por lo que tiene que preverse un desagüe específico, aparte del general para la limpieza de la nave.

> Tal como vemos en los esquemas, los módulos industriales pueden incorpo-rarse en planta baja de edificios con otros usos, siempre que la normativa urba-nística lo permita y se cumplan las exigencias de sectorización de la normativa vigente en el campo de las actividades.

> Es aconsejable incorporar un acceso secundario en la fachada posterior que conecte más directamente el módulo con los espacios compartidos, comunes y de apoyo del centro (a través de un vestíbulo de independencia).

> Hay que prever un espacio en la cubierta para colocar la maquinaria de clima-tización que instalarán los empresarios, así como los pasos de las canalizacio-nes hasta la cubierta para evitar intervenciones a posteriori que conlleven riesgos para la impermeabilización. Es importante que esta maquinaria quede oculta a fin de favorecer la imagen corporativa del vivero. ☒

> Debe iluminarse de manera natural para reducir el gasto energéti-co en electricidad para iluminación. Las aberturas tienen que incor-porar sistemas de control de la luz directa a fin de de evitar sobreca-lentamientos en verano.

> Hay que aislar térmicamente las fachadas y la cubierta, preferible-mente configuradas a partir de elementos prefabricados o de cons-trucción en seco.(18)

> Tiene que adecuarse a las exigencias de la normativa vigente de actividades y protección contra incendios (hay que recordar que cada módulo será un establecimiento industrial independiente). Por lo tan-to, habrá que sectorizarlos convenientemente.(19)

> La fachada principal ha de incorporar un acceso para la carga y des-carga de material directo al exterior (no necesariamente a la vía pú-blica), con puerta seccional o similar para pequeños camiones o fur-

(18) Consultar el subapar-tado 2.3.2.a, "La envolven-te: fachadas y cubiertas», de esta segunda parte de la guía.

(19) Consultar el subaparta-do 2.1.4.a "Exigencias nor-mativas» de este mismo capítulo.

MÓDULO INDUSTRIAL PEQUEÑO

Descripción:

> Módulo destinado a una empresa con necesidades espaciales redu-cidas y un nivel de riesgo intrínseco bajo o medio (según la normativa vigente de actividades y protección contra actividades) de acuerdo con las características de los elementos separadores utilizados.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 50 y 70 m2 (un módulo estructural). Hay que garantizar una altura libre igual o superior a 7 m.

Equipamiento:

> Los módulos se entregan «en bruto» por lo que es el arrendata-rio o arrendataria quien los adecua de acuerdo con sus necesidades.

> Opcionalmente, puede incluirse el sistema de iluminación artificial.

> Es necesario que incorpore las conexiones de electricidad, agua, telecomunicaciones, circuito de agua contra incendios y desagüe de aguas residuales. El gas es opcional.

Características:

175174

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Mòdulo industrial mediano (100-130 m2)

ÚSO NO INDUSTRIAL

4.00

4.00

7,50 - 8,50 m

7,50

- 8

,50

m7.

00 -

8.0

0

3.404.00

Vinos del Penedès

1

Vinos del Penedès

1

> VariantesDescripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Mòdulo industrial mediano (100-130 m2)

ÚSO NO INDUSTRIAL

4.00

4.00

7,50 - 8,50 m

7,50

- 8

,50

m7.

00 -

8.0

0

3.404.00

Vinos del Penedès

1

Vinos del Penedès

1

> Variantes

espacio de otro uso en lugar de conectarse directamente al espacio exterior, hay que incluir un vestíbulo de independencia.

> Hay que dimensionar la estructura para poder incorporar un peque-ño altillo de oficinas. Al tratarse de un módulo de mayor dimensión, di-cho altillo puede preverse ya desde buen principio y construirlo junto con las obras del centro, porque la probabilidad de que las empresas de esta dimensión lo quieran incluir más adelante es alta. Así se evita-rán problemas posteriores de gestión o mal uso.

> En consecuencia, conviene prever aberturas específicas para la ilu-minación natural del altillo.

> Puede ser una nave adosada o formar parte de un edificio heterogé-neo con otros usos como, por ejemplo, un vivero de servicios, siem-pre que esté bien sectorizado.(20) ☒

(20) Consultar el subaparta-do 2.1.4.a, «Exigencias nor-mativas», de este mismo capítulo.

MÓDULO INDUSTRIAL MEDIANO

Descripción:

> Módulo destinado a una empresa que desarrolle una actividad in-dustrial con unas necesidades espaciales medias y un nivel de ries-go intrínseco bajo o medio (según la normativa vigente de activida-des), de acuerdo con las características de los elementos separado-res utilizados.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 100 y 130 m2 (dos módulos estruc-turales).

> Hay que garantizar una altura libre igual o superior a 7 m.

Equipamiento:

> El mismo que se ha descrito para el módulo industrial pequeño.

> En el caso de viveros industriales con un gran número de módulos que puedan quedar muy alejados de los servicios comunes, se acon-seja incluir un lavabo pequeño.

Características:

> Las mismas que se han indicado para el módulo industrial peque-ño, más las que se exponen a continuación.

> Es conveniente incorporar claraboyas para mejorar el acceso de la luz natural. No obstante, hay que vigilar el soleamiento de dichas cla-raboyas y evitar en lo posible colocarlas horizontalmente.

> La fachada principal tiene que incorporar un acceso para la carga y descarga de material directo al exterior (no necesariamente a la vía pública), con puerta seccional o similar para pequeños camiones o furgonetas. Se recomienda una altura de paso de 4 m y un ancho de 3,5 a 4 m.

> Conviene incorporar un acceso secundario por la fachada posterior que suponga una entrada más directa al altillo utilizado como oficina. En el caso de edificios heterogéneos, si este acceso comunica con un

177176

7,50

- 8

,50

m

7,50 - 8,50 m

7,50

- 8

,50

m

7,50 - 8,50 m

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Módulo industrial grande (200-250 m2)

8.00

- 1

0.00

3.404.00

4.00

1 Vinos del Penedès

Figura 2.1.3.c

Visión interior de la facha-da posterior de un módulo industrial de dimensiones grandes del Centro de Em-presas Industriales CPI del Ayuntamiento de Sabadell. En este vivero, que se ha edificado recientemente, se ha construido el altillo desde buen principio. Como puede observarse, se trata de un módulo muy bien iluminado, con claraboyas para la zona industrial y aberturas espe-cíficamente diseñadas para la zona de oficinas. Esta fa-chada posterior incluye también una puerta batien-te para el acceso de perso-nas que comunica directa-mente con la zona de oficina del módulo. Por su parte, la fachada principal (que no se aprecia en esta imagen) in-corpora una puerta genero-sa para el acceso de vehícu-los pesados.

Fotografía: Promoción Eco-nómica de Sabadell, SL.

Fuente: imagen cedida por el Ayuntamiento de Sabadell.

MÓDULO INDUSTRIAL GRANDE

Descripción:

> Módulo destinado a una empresa que desarrolle una actividad in-dustrial con unas necesidades espaciales altas y un nivel de riesgo intrínseco bajo o medio (según la normativa vigente de actividades), de acuerdo con las características de los elementos separadores uti-lizados.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 200 y 250 m2 (tres módulos estructu-rales). Hay que garantizar una altura libre de entre 8 y 10 m.

Equipamiento:

> El mismo que se ha descrito para el módulo industrial pequeño.

> Normalmente incluye también una cámara higiénica pequeña aca-bada.

Características:

> Las mismas que se han comentado para el módulo industrial pe-queño, más las que se exponen a continuación.

> La fachada principal debe incorporar un acceso para la carga y des-carga del material de los camiones. Se recomienda una altura de paso superior a 4 m y un ancho mínimo de 4 m.

> Es necesario incorporar un acceso secundario por la fachada poste-rior que suponga una entrada más directa al altillo utilizado como ofi-cina y que resuelva la evacuación en caso de emergencia.

> Es conveniente incorporar, ya en el proyecto, un altillo para traba-jos de oficina, cuya construcción previa evitará problemas futuros de gestión o mal uso. Este altillo debería tener aproximadamente en-tre 50 y 60 m2.

> Es conveniente incorporar claraboyas para mejorar el acceso de la luz natural. Hay que vigilar, no obstante, el soleamiento de estas cla-raboyas y evitar en lo posible colocarlas horizontalmente.

> Conviene prever aberturas específicas para la iluminación natural del altillo. ☒

179178

1 Vinos del Penedès

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Módulo industrial excepcional (350-400 m2)

7,50 - 8,50 m

7,50

- 8

,50

m

7,50 - 8,50 m

7,50

- 8

,50

m

7,50

- 8

,50

m

8.00

-10.

00

3.70

8.00

- 1

0.00

3.404.00

> Es conveniente incorporar, ya en el proyecto, un altillo para traba-jos de oficina cuya construcción previa evitará problemas futuros de gestión o mal uso. Dicho altillo debería tener aproximadamente en-tre 100 y 120 m2.

> Es conveniente incorporar claraboyas para mejorar el acceso de la luz natu-ral. Hay que vigilar, no obstante, el soleamiento de estas claraboyas y evitar en lo posible colocarlas horizontalmente.

> Conviene prever aberturas específicas para la iluminación natu-ral del altillo. ☒

Figura 2.1.3.d

Vista interior de un módu-lo industrial de la Facto-ría Industrial de Madrid. En la fotografía se observan los pequeños lavabos que se incluyen en cada nave. En este caso se ha optado por construir las naves sin el altillo, a la espera de que lo construya la empresa arrendataria. En los pilares se distinguen las ménsu-las preparadas para recibir el forjado del altillo. En el reglamento del vivero (do-cumento público) se fijan las características técnicas del altillo (sobrecarga y tipo de construcción), así como las condiciones de retorno cuando finalice el tiempo máximo de alquiler.

Fuente: imagen cedida por Madrid Emprende.

MÓDULO INDUSTRIAL EXCEPCIONAL

Descripción:

> Módulo destinado a una empresa que desarrolle una actividad industrial con unas necesidades espaciales generosas y un nivel de riesgo intrínseco bajo o medio (según la normativa vigente de actividades), de acuerdo con las caracte-rísticas de la estructura y los elementos separadores utilizados.

> Este tipo de necesidades no son habituales en empresas jóvenes, por lo que se considera un módulo excepcional, indicado tan sólo para viveros con gran número de módulos o centros y hoteles industriales.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 350 y 400 m2 (seis módulos estructurales). Hay que garantizar una altura libre de entre 8 y 10 m.

Equipamiento:

> El mismo que se ha descrito para el módulo industrial pequeño.

> Hay que incluir, como mínimo, una cámara higiénica pequeña. Se aconseja, no obstante, una dotación superior de lavabos (y/o vestua-rios) segregados por sexos.

> Se aconseja preparar la estructura para la implantación de un puente grúa de 10 toneladas (con ménsulas incorporadas a los pila-res de un mínimo de 60 cm de vuelo).

Características:

> Las mismas que se han indicado para el módulo industrial peque-ño, más las que se exponen a continuación.

> La fachada principal debe incorporar un acceso para la carga y des-carga del material de los camiones. Se recomienda una altura de paso superior a 4 m y un ancho mínimo de 4 m.

> Es necesario incorporar dos accesos secundarios por la fachada posterior que supongan una entrada más directa al altillo utilizado como oficina y que resuelvan la evacuación en caso de emergencia.

181180

Descripción gráfica

Descripción gráfica

Descripción gráfica

SALA DE REUNIONES/AULA

AULA GRANDE

SALA DE CONFERENCIAS

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Sala de reuniones/aula» del subapartado 2.1.1.c), aunque conviene efectuar algunas ob-servaciones: > En el caso de los viveros industriales resulta inviable dispersar las salas de reuniones a lo largo de los módulos de trabajo debido a los requisitos de protección contra incendios de las actividades indus-triales. Se situarán, por lo tanto, en la zona administrativa del cen-tro, aconsejándose distribuciones del edificio que velen por la máxi-ma proximidad entre la zona administrativa y la zona de módulos in-dustriales.(21)

> En el caso de viveros mixtos, se aconseja dispersar las salas en-tre los módulos de servicios. En el caso de viveros exclusivamente industriales, deben situarse próximas al acceso representativo, aun-que también deben comunicarse a través de un recorrido alternativo con los módulos industriales. ☒

Descripción:

Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Aula grande» del subapartado 2.1.1.c). ☒

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Sala de conferen-cias» del subapartado 2.1.1.c), aunque conviene efectuar algunas ob-servaciones:

> Bien gestionada, esta sala puede ser una fuente de ingresos im-portante para el centro. Las empresas ubicadas en PAE no disponen normalmente de instalaciones de estas características y pueden ser clientes potenciales.

> Sobre todo, son aconsejables en polígonos jóvenes que no dispon-gan de una alternativa privada, como los hoteles, para celebrar actos masivos, siempre que exista, eso sí, una masa crítica suficiente. ☒

2 . 1 . 3 . c Espacios compartidos

Como en el caso del vivero de servicios, los espacios compartidos del vivero industrial son las salas que están a disposición de las em-presas que se alojan en el mismo y también de la gestión del cen-tro, pero con disponibilidad y horarios concretados desde la adminis-tración del equipamiento. En el caso de los viveros industriales, es-tos espacios se destinan principalmente a las empresas alojadas en el propio vivero, pero también en gran medida a las empresas del po-lígono de actividad económica donde se ubique el centro. Este es un aspecto positivo ya que incrementa la masa crítica de empresas vin-culadas al vivero y, por lo tanto, da lugar a una mayor repercusión de las acciones que se realizan y de los servicios que se ofrecen en el mismo. Es muy importante, en este sentido, una buena comunica-ción entre la gestión del centro y el equipo redactor del proyecto para poder dimensionar los espacios según su uso previsible a partir de los resultados del análisis socioeconómico del entorno.

Dado que en muchos casos el aspecto interior de los módulos indus-triales es poco corporativo debido a la naturaleza de los trabajos que en ellos se desarrollan, en los viveros industriales los espacios comu-nes del centro asumen el papel corporativo mencionado. Así, las em-presas alojadas y vinculadas en el centro pueden recibir a sus clientes en un entorno estéticamente adecuado evitando, por consiguiente, una primera impresión negativa. Por lo tanto, hay que poner especial énfasis en la estética de estos espacios.

La mayoría de espacios compartidos de los viveros industriales coin-ciden con los de los viveros de servicios, por lo que siempre que los datos se repitan remitiremos a la información contenida en las fichas descriptivas anteriores. Veamos ahora la descripción gráfica de estos espacios compartidos, los rasgos que los diferencian de los espacios del vivero de servicios y la descripción completa de los que son exclu-sivos del vivero industrial.

>

(21) Consultar el apartado 2.2.3, «Adaptación al solar: sis-temas organizativos del vive-ro industrial», de esta segunda parte de la guía.

183182

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

25 metros

33 metros

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

MUELLE DE DESCARGA

Descripción:

> Espacio de uso compartido destinado a la carga y descarga de gran-des camiones o tráileres.

> Se recomienda únicamente en centros de módulos reducidos don-de pueda preverse la necesidad de este servicio debido al tipo de acti-vidad que desarrollan las empresas instaladas.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas en el centro.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 120 y 150 m2 en caso de muelles inte-riores y 60 m2 aproximadamente para muelles exteriores.

Equipamiento:

> Hay que prever un sistema de descarga (desnivel con rampa hi-dráulica, plataforma elevadora o carretilla elevadora de horquilla).

Características:

> Requiere un espacio adyacente suficiente para permitir la manio-bra de los camiones, dado que el radio de giro del remolque es de 12 m aproximadamente. Para tráileres de 16 m, y en caso de estaciona-miento interior, este espacio será de 25 m de ancho aproximadamen-te y, en caso de estacionamiento exterior, de 33 m. Este espacio pue-de reducirse si el muelle se coloca a 45º.

> Conviene incorporar un acceso secundario por la fachada poste-rior que permita trasladar internamente la mercancía a los módu-los industriales.

> La apertura para los camiones ha de tener una altura mínima de 5 m.

> El ancho mínimo de la apertura tiene que ser de 3,5 m, pero se re-comiendan anchos superiores para reducir las maniobras. ☒

SALA DE EXPOSICIONES

Descripción:

> Espacio de uso compartido destinado a alojar exposiciones tem-porales y demostraciones de productos de las empresas del vi-vero.

> También puede ser utilizado para la gestión del centro con el ob-jetivo de atraer exposiciones de interés para las empresas aloja-das en el vivero y empresas del territorio.

Usuarios:

> Expositores: empresarios y personal de las empresas alojadas en el vivero, el propio centro y otras empresas del territorio.

> Visitantes: todo el mundo (empresarios, personal, clientes, asis-tentes a formación y personas emprendedoras).

Dimensiones:

> Superficie aproximada: unos 60 m2 aproximadamente, variable según el número de módulos del centro y el número potencial de empresas que podrían vincularse.

Equipamiento:

> Plafones y vitrinas fácilmente renovables. Tienen que disponer-se de forma atractiva y conseguir que los visitantes puedan circu-lar cómodamente entre unos y otros.

> Según el sector industrial de que se trate, esta sala podría re-querir acceso para maquinaria.

Características:

> Debe situarse cerca del acceso, en el vestíbulo o en la sala de es-pera de los espacios de reunión y formación, de manera que su-ponga un polo de atracción. Hay que evitar, por lo tanto, lugares marginales o rincones que difícilmente atraerán a los visitantes.

> Ha de tener acceso a la luz natural, pero evitando el soleamien-to excesivo.

> Conviene reforzar la iluminación de las vitrinas y plafones con elementos que enfaticen su contenido. ☒

185184

Descripción gráfica

Descripción gráfica

Descripción gráfica

VIVER

D'EMPRESES

Descripción gráfica

Descripción gráfica

Descripción gráfica

SALA DE DESCANSO EXTERIOR

SALA DE JUEGOS

SALA DE ESPERA

VESTÍBULO

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Sala de descanso exterior» del subapartado 2.1.1.d), aunque conviene efectuar algunas observaciones:

> Es conveniente alejar esta sala de las zonas donde transiten vehícu-los pesados porque son lugares ruidosos y peligrosos.

> En caso de situarse en un patio interior, es necesario que esté mí-nimamente aislada respecto de otros espacios libres de la parcela. ☒

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han descrito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Sala de jue-gos» del subapartado 2.1.1.d). ☒

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Sala de espera» del subapartado 2.1.1.d). ☒

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Vestíbulo» del suba-partado 2.1.1.d), aunque conviene efectuar algunas observaciones:

> Se trata del vestíbulo de la zona administrativa del centro, donde se situarán también los espacios compartidos y los espacios comunes.

> Es conveniente que el acceso diario a los módulos industriales ten-ga que efectuarse por la zona administrativa, a través de este espa-cio. Para ello se puede conectar el acceso secundario de los módulos con el espacio administrativo a través de un pasillo directo y situar en este acceso el control para desactivar los dispositivos de alarma. ☒

SALA DE DESCANSO

OFFICE

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Sala de descan-so» del subapartado 2.1.1.d), aunque conviene efectuar algunas ob-servaciones:

> Esta sala tiene que situarse en la zona administrativa del centro pero, al mismo tiempo, hay que intentar que se pueda acceder a ella de la manera más directa posible desde las naves. ☒

Descripción:

> Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Office» del suba-partado 2.1.1.d), aunque conviene efectuar algunas observaciones:

> Hay que situarlo en la zona administrativa del centro pero, al mis-mo tiempo, hay que intentar que desde las naves se pueda acceder a él de la manera más directa posible.

> Superficie aproximada: entre 40 y 60 m2. No obstante, la superficie variará según la dimensión del centro. Se recomienda una superficie mínima de 20 m2 o de 0,50 m2 por cada 20 m2 de módulo industrial. ☒

2 . 1 . 3 . d Espacios comunes

Son los ámbitos donde previsiblemente nacerán relaciones personales y vínculos entre las empresas alojadas en el centro. En los viveros industriales, estos espacios tienen especial im-portancia ya que el entorno urbano inmediato no suele disponer de una oferta muy abundan-te de locales de ocio (cafeterías, restaurantes, espacios públicos, etc.). La configuración arqui-tectónica de los viveros industriales dificulta los encuentros porque contienen espacios que hay que sectorizar y conectar de manera directa con el exterior,(22) por cuya razón hay que ac-tivar los espacios comunes más que en ningún otro caso si se quiere conseguir que tengan éxito. Por lo tanto, es fundamental que el vivero vele para que resulten atractivos (con pren-sa escrita, rincones acogedores, buen café, buen surtido de vending, etc.) y, además, incentive los encuentros organizando actividades interesantes que atraigan a posibles clientes, colabo-radores o inversores externos, de manera que la zona administrativa del centro, donde se si-tuarán la mayoría de los espacios comunes, se convierta en un área a la que sea convenien-te acercarse cada día.

Tal como sucedía en el caso de los espacios compartidos, muchos espacios comunes del vi-vero industrial coinciden con los de los viveros de servicios por lo que, para no repetir datos, siempre que sea necesario remitiremos a la información contenida en las fichas descripti-vas anteriores.

(22) Consultar el subaparta-do 2.1.4.a, «Exigencias nor-mativas».

187186

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

Descripción gráfica

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

APARCAMIENTO

Descripción:

> Espacio de uso compartido destinado al estacionamiento de vehí-culos (coches, motos y bicicletas) a disposición de las empresas y de su personal.

> La mayoría de viveros industriales disponen de aparcamiento, que se ofrece a los usuarios habituales del centro de forma gratuita o bo-nificada.

Usuarios:

> Empresarios, personal de las empresas alojadas y personal del centro. Opcionalmente, también pueden reservarse algunas plazas para clientes si se trata de una zona con poca disponibilidad de apar-camiento.

Dimensiones:

> Dotación aproximada: una plaza cada 20 m2 de módulo industrial (2-3 plazas por módulo).

Características:

> Los viveros de empresas industriales se sitúan frecuentemente en zonas periféricas mal conectadas a la red de transporte públi-co y, además, los polígonos de actividad económica no disponen de muchas plazas de aparcamiento porque las fachadas están ocupa-das por las puertas de acceso de vehículos pesados, por lo que hay que prever una zona de aparcamiento reservada a los usuarios del centro.

> Generalmente, esta zona se habilita en el interior de las manzanas industriales, en el espacio libre no ocupado por la edificación.

> Hay que prever plazas de aparcamiento para vehículos no motori-zados (principalmente bicicletas) y, para evitar posibles hurtos, pro-curar que sean seguras (es decir, que se vean desde el interior del edificio, dispongan de sistemas robustos, etc.). ☒

SERVICIOS HIGIÉNICOS

VESTUARIOS

Descripción:

Las características de este espacio son las mismas que se han des-crito para el vivero de servicios (consultar la ficha «Servicios higiéni-cos» del subapartado 2.1.1.d), aunque conviene efectuar algunas ob-servaciones:

> Dotación aproximada: un servicio inodoro por cada 20 m2 de módulo industrial. ☒

Descripción:

> Espacio para la higiene personal a disposición de las empresas y de sus empleados. En la mayoría de casos este servicio se ofrece de forma gratuita.

Usuarios:

> Empresarios y personal de las empresas alojadas.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 60 y 80 m2.

Equipamiento:

> Lavabos con espejo, duchas, taquillas con llave, banquetas y váteres.

> Enchufes para accesorios personales.

Características:

> Ha de ser un espacio diferenciado de los servicios higiénicos que, a diferencia de los vestuarios, están destinados a los visitantes del centro (clientes, personas emprendedoras, etc.).

> Tienen que estar cerca de los módulos industriales, aunque con-viene situarlos en la zona administrativa del centro, de manera que también se acceda a ellos desde el vestíbulo para forzar el acerca-miento de los empresarios hacia esta zona. ☒

189188

Descripción gráfica

> Usuarios

> Configuración

CAFETERÍA-RESTAURANTE

Descripción:

> Espacio para comer o descansar gestionado generalmente a través de una concesión a una empresa privada. Es el ámbito de encuentro por excelencia de los usuarios del centro y del polígono.

> Solo se recomienda en centros de gran dimensión ubicados en po-lígonos que no dispongan de este servicio y con predominio de naves pequeñas y medianas.

> Habrá que evaluar, en cada caso, si este espacio asumirá el rol de cafetería y/o restaurante.

> Es una unidad de uso complementaria que no debe entenderse como espacio sustitutivo del office, cuya función, recordémoslo, es ofrecer un espacio de encuentro a los usuarios alojados en el cen-tro (que pueden comer en él sin horarios ni obligatoriedad de con-sumición).

Usuarios:

> Todo el mundo: empresarios, personal de las empresas alojadas y vinculadas al centro, clientes, asistentes a la formación y personas em-prendedoras.

Dimensiones:

> Superficie aproximada: entre 80 y 120 m2 aproximadamente, que puede variar según las necesidades de cada caso y la masa crítica potencial.

Equipamiento:

> Barra de bar equipada generalmente por la empresa concesionaria. Hay que prever la instalación de ventilación mecánica en la cocina y un separador de grasas para las aguas residuales.

Características:

> Tiene que poder funcionar independientemente del vivero, ya que probablemente también abrirá fuera del horario de funcionamien-to del centro, aunque ha de estar conectado al mismo directamen-te desde el vestíbulo.

> Conviene que la sala disponga de un acceso directo desde el exte-rior y de un segundo acceso que comunique directamente con el ves-tíbulo del centro y/o con los espacios de circulación principal.

2 . 1 . 3 . e

2 . 1 . 3 . f

Espacios de apoyo

Espacios complementarios

Al igual que en el caso de los viveros de servicios, conforman la parte del programa destina-da a la consultoría experta y a la gestión y administración del vivero. Estos espacios tienen que situarse en la zona administrativa del centro, cerca del vestíbulo y de los espacios comu-nes. No obstante, conviene que no queden completamente desvinculados de los módulos in-dustriales lo que podría provocar una ruptura entre la gestión y los empresarios alojados en el centro. Es importante situarlos en una zona de paso hacia los módulos industriales y que se vean directamente desde el pasillo que los conecta. Uno de los aspectos clave del vivero in-dustrial es colocar los espacios de apoyo de manera que se relacionen con los módulos y los espacios comunes, ya que la dinamización de los usuarios del centro depende en gran medi-da del personal de apoyo. Constituyen, por consiguiente, la piedra angular del vivero industrial.

Las características y configuraciones de los espacios de apoyo del vivero industrial coinciden con las del vivero de servicios; para profundizar en ellas consultar el subapartado 2.1.1.e, «Es-pacios de apoyo», de este mismo capítulo.

El vivero de empresas industriales puede asumir también el rol de centro de servicios a las empresas del polígono de actividad económica donde se ubica, sobre todo cuando lo que se pretende es revitalizar áreas industriales que sufren una falta de servicios de proximidad. Este segundo rol del vivero de empresas dependerá del tipo de empresas industriales de su entor-no, de los servicios preexistentes y de la masa crítica de empresas usuarias de estos servicios. En cualquier caso, la asunción de este rol es opcional y debe evaluarse detenidamente. Sin em-bargo, hay que subrayar que los usos que ofrece un centro de servicios de proximidad ayudan a que exista mucha actividad en él a lo largo del día y, al mismo tiempo, pueden atraer y acer-car a las empresas del entorno, que de esta manera conocerán el resto de servicios que en él se ofrecen. En este sentido, se ha considerado adecuado añadir como parte del posible progra-ma del vivero de empresas industrial uno de los usos más característicos y atrayentes de cual-quier centro de servicios de proximidad, la cafetería-restaurante.

190

2 . 1 . 3 . gApreciaciones para los centros y hoteles de empresas

Igual que sucedía en el caso del vivero de servicios, hay ciertas diferencias programáticas en-tre los viveros, centros y hoteles de empresa industriales, diferencias que ahora expondremos.

Para mejorar la flexibilidad y versatilidad del alojamiento ofrecido conviene combinar módulos de dimensiones distintas a fin de disponer de una amplia gama de espacios adaptable a dife-rentes actividades (este aspecto se desarrollará detalladamente en el apartado 2.1.4, «Desa-rrollo del programa: exigencias y adaptabilidad», que recomendamos consultar). A este efecto conviene combinar los cuatro tamaños de módulos descritos en una proporción determinada y de acuerdo con el tipo de centro. Por lo tanto, la diferencia principal entre viveros, centros y hoteles es la proporción o predominio de unos tamaños frente a otros. Así pues:

Por lo que respecta a los altillos interiores de oficina, en el caso concreto de los hoteles de empresas (que, recordémoslo, disfrutan de contratos de alojamiento ilimitado) conviene pre-ver la sobrecarga en la estructura pero dejar que los construyan los propios empresarios, de manera que puedan adaptarlos a sus necesidades específicas. Pero será necesario prever la iluminación y ventilación natural de estos futuros espacios para garantizar el confort de las áreas de trabajo tipo oficina. Conviene asimismo que todos los módulos estén preparados para poder disponer de un puente grúa con el objetivo de conformar espacios de buena ca-lidad, equivalente a la de los locales ofrecidos desde el ámbito privado.

Por otra parte, en el caso de los centros de empresas, los servicios de apoyo avanzados (acompañamiento, formación, networking, etc.) se reducen a servicios grupales y en el caso de los hoteles de empresas no se contemplan. Por lo tanto, en el caso de los centros hay que disminuir significativamente los ámbitos de trabajo destinados a los especialistas y en el caso de los hoteles no deben proyectarse excepto que se quiera ofrecer atención a las per-sonas emprendedoras y a las empresas del territorio.

En el caso de los hoteles de empresas, la incorporación de aulas es opcional, ya que sólo se alquilarán por horas a las empresas alojadas en el centro o a empresas del territorio. Gene-ralmente basta con una sala de actos subdivisible en espacios de menor dimensión.

En el caso de los viveros deberían predominar los módulos pequeños y medianos, con una dotación menor de módulos grandes y muy puntualmente módulos ex-cepcionales (salvo que se trate de un vivero sectorial destinado a una actividad con-creta en la que se pueda prever la necesidad de espacios grandes).

En cambio, en un centro de empresas deberían predominar los módulos media-nos y grandes, con una dotación inferior de módulos pequeños y excepcionales.

Por último, en los hoteles deberían predominar los módulos grandes y excepciona-les, con una dotación inferior de los medianos y pequeños.

2 . 1 . 3 . hOrganigrama de espacios

De acuerdo con todo lo que se ha mencionado en los apartados anteriores, ofrecemos tres tipos de organigrama diferente, cada uno de los cuales responde a una tipología de equipa-miento en concreto (vivero, centro y hotel de empresas industriales, respectivamente).(23)

(23) Consultar la des-cripción y leyenda del organigrama en el sub-apartado 2.1.1.g, «Orga-nigrama de espacios».

> Tiene que situarse cerca de los lavabos públicos del centro o, cuan-do menos, hay que prever una dotación mínima de estos servicios –de uso exclusivo para los clientes– en la cafetería-restaurante.

> En caso de optar por una cafetería, hay que prever un espacio de al-macenamiento cerrado que, si se trata de un restaurante, tendrá que complementarse con un espacio de cocina anexo. ☒

Despacho de dirección

Administración

Sala de reuniones de la gestión

ESPACIOS DE TRABAJO DEL PERSONAL DEL CENTRO

Despacho de atención de los especialistas

USO INDUSTRIAL - EXIGENCIA DE SECTORIZACIÓN

Módulo de actividad industrial pequeño

Módulo de actividad industrial mediano

Módulo de actividad industrial grande

Módulo de actividad industrial excepcional

Office Sala de descanso + biblioteca

Vestíbulo y recepción

Servicios higiénicos

Conserjería

Archivo administración

Sala/s de reuniones / aula

Sala de juegos

Sala de espera

Vestuarios comunitarios

Muelle de carga y descarga

Zona de exposiciones

ZONAS ABIERTAS A USUARIOS AJENOS AL VIVERO

ESPACIOS PARA EL ALOJAMIENTO DE EMPRESAS

Figura 2.1.3.e ORGANIGRAMA DE ESPACIOS VIVERO DE EMPRESAS INDUSTRIALES

Sala de conferencias + espacio de espera Aula grande + espacio de espera

ACCESO PRINCIPAL

Sala de descanso exterior

ACCESO VEHÍCULOS PERSONALES

ZONA ADMINISTRATIVA

ESPACIOS QUE NO NECESITAN LUZ NATURAL

ZONAS EXTERIORES

Cafetería

ACCESO CAFETERÍA

Aparcamiento

Agrupaciones de espaciosque comparten una característica destacable

Espacios básicos en un vivero industrial acabados «en bruto» que los arrendatarios adecuarán según sus necesidades

Espacios opcionales en un vivero industrial acabados «en bruto» que los arrendatarios adecuarán según sus necesidades

Espacios que pueden ser comunes a otros equipamientos

Espacios abiertos básicos en un vivero de empresas industriales

Espacios abiertos opcionales en un vivero de empresas industriales

Espacios cerrados básicos en un vivero de empresas industriales

Espacios cerrados opcionales en un vivero tde empresas industriales

Relaciones directas: garantizar proximidad en la medida de lo posible.

Usuarios de los espacios: empresas, clientes, personal, asistentes a actividades de formación y personas emprendedoras, respectivamente

REL

ACI

ÓN V

ISU

AL

DIR

ECTA

ACCESO VEHÍCULOS PESADOS

Despacho de dirección

Administración

Sala de reuniones de la gestión

ESPACIOS DE TRABAJO DEL PERSONAL DEL CENTRO

Despacho de atención de los especialistas

USO INDUSTRIAL - EXIGENCIA DE SECTORIZACIÓN

Módulo de actividad industrial pequeño

Módulo de actividad industrial mediano

Módulo de actividad industrial grande

Módulo de actividad industrial excepcional

Office Sala de descanso + biblioteca

Vestíbulo y recepción

Servicios higiénicos

Conserjería

Archivo administración

Sala/s de reuniones / aula

Sala de juegos

Sala de espera

Vestuarios comunitarios

Muelle de carga y descarga

Zona de exposiciones

ZONAS ABIERTAS A USUARIOS AJENOS AL VIVERO

ESPACIOS PARA EL ALOJAMIENTO DE EMPRESAS

Figura 2.1.3.f ORGANIGRAMA DE ESPACIOSCENTRO DE EMPRESAS INDUSTRIALES

Sala de conferencias + espacio de esperaAula grande + espacio de espera

ACCESO PRINCIPAL

Sala de descanso exterior

ACCESO VEHÍCULOS PERSONALES

ZONA ADMINISTRATIVA

ESPACIOS QUE NO NECESITAN LUZ NATURAL

ZONAS EXTERIORES

Cafetería

Aparcamiento

REL

ACI

ÓN V

ISU

AL

DIR

ECTA

ACCESO CAFETERÍA

Agrupaciones de espacios que comparten una característica destacable

Espacios básicos en un vivero industrial acabados «en bruto» que los arrendatarios adecuarán según sus necesidades

Espacios opcionales en un vivero industrial acabados «en bruto» que los arrendatarios adecuarán según sus necesidades

Espacios que pueden ser comunes a otros equipamientos

Espacios abiertos básicos en un vivero de empresas industriales

Espacios abiertos opcionales en un vivero de empresas industriales

Espacios cerrados básicos en un vivero de empresas industriales

Espacios cerrados opcionales en un vivero de empresas industriales

Relaciones directas: garantizar proximidad en la medida de lo posible.

Usuarios de los espacios: empresas, clientes, personal, asistentes a actividades de formación y personas emprendedoras, respectivamente

ACCESO VEHÍCULOS PESADOS

Despacho de dirección

Administración

Sala de reuniones de la gestión

ESPACIOS DE TRABAJO DEL PERSONAL DEL CENTRO

Despacho de atención de los especialistas

USO INDUSTRIAL - EXIGENCIA DE SECTORIZACIÓN

Módulo de actividad industrial pequeño

Módulo de actividad industrial mediano

Módulo de actividad industrial grande

Módulo de actividad industrial excepcional

Office Sala de descanso + biblioteca

Vestíbulo y recepción

Servicios higiénicos

Conserjería

Archivo administración

Sala/s de reuniones / aula

Sala de juegos

Sala de espera

Vestuarios comunitarios

Muelle de carga y descarga

Zona de exposiciones

ZONAS ABIERTAS A USUARIOS AJENOS AL VIVERO

ESPACIOS PARA EL ALOJAMIENTO DE EMPRESAS

Figura 2.1.3.g ORGANIGRAMA DE ESPACIOSHOTEL DE EMPRESAS INDUSTRIALES

Sala de conferencias + espacio de esperaAula grande + espacio de espera

ACCESO PRINCIPAL

Sala de descansoexterior

ACCESO VEHÍCULOS PESADOS

ACCESO VEHÍCULOS PERSONALES

ZONA ADMINISTRATIVA

ESPACIOS QUE NO NECESITAN LUZ NATURAL

ZONAS EXTERIORES

Cafetería

Aparcamiento

REL

ACI

ÓN V

ISU

AL

DIR

ECTA

ACCESO CAFETERÍA

Agrupaciones de espacios que comparten una característica destacable

Espacios básicos en un vivero industrial acabados «en bruto» que los arrendatarios adecuarán según sus necesidades

Espacios opcionales en un vivero industrial acabados «en bruto» que los arrendatarios adecuarán según sus necesidades

Espacios que pueden ser comunes a otros equipamientos

Espacios abiertos básicos en un vivero de empresas industriales

Espacios abiertos opcionales en un vivero de empresas industriales

Espacios cerrados básicos en un vivero de empresas industriales

Espacios cerrados opcionales en un vivero de empresas industriales

Relaciones directas: garantizar proximidad en la medida de lo posible.

Usuarios de los espacios: empresas, clientes, personal, asistentes a actividades de formación y personas emprendedoras, respectivamente

199

2 . 1 . 4 . aExigencias normativas

Establecimientos TIPO A:

Las exigencias en materia de seguridad contra incendios en edificios industriales están regu-ladas, en el momento de editar esta guía, por una normativa específica y diferenciada de la de edificios de otros usos. Se trata del Reglamento de seguridad contra incendios en estableci-mientos industriales (RD 2267/2004, de 3 de diciembre), en adelante RSCIEI. A continuación ve-remos las exigencias concretas de la norma que afectan a la configuración general del progra-ma y las relaciones entre las diferentes unidades de uso.

El RSCIEI categoriza los establecimientos industriales según la configuración que presenten y la ubicación que tengan respecto a otros establecimientos y otros usos. En este sentido, es im-portante tener en cuenta que cada módulo industrial es, según esta normativa, un estableci-miento industrial, puesto que «se entiende por establecimiento [industrial] el conjunto de edifi-cios, edificio o zona de este, instalación o espacio abierto de uso industrial o almacén [...] desti-nado a ser utilizado bajo una titularidad diferenciada [...]».

Entre las cinco categorías definidas, las aplicables en el caso de los viveros, centros y hoteles de empresas son la A y la B. La categoría A se refiere a los establecimientos industriales que for-man parte de un edificio con otros establecimientos –de uso industrial o no– con los que com-parten estructura y elementos divisorios. La relación con estos establecimientos se puede dar en horizontal o vertical:

Por lo tanto, se trata de conformar espacios con características constructivas básicas, con las conexiones de servicio de todas las instalaciones necesarias (agua, electricidad de media tensión, telecomunicaciones, saneamiento, agua para la extinción de incen-dios y, opcionalmente, gas) y fácilmente adaptables a las exigencias de cada actividad.

No obstante, hay algunas exigencias concretas en cuanto a la prevención de incen-dios que deberán tenerse en cuenta desde el proyecto inicial, ya que afectan a la es-tructura y envolvente de los módulos, así como a la relación que pueden tener con zonas de otros usos. Estas exigencias limitan mucho la flexibilidad de los espacios y la interrelación entre las zonas comunes y los módulos de trabajo. Con todo, estos dos aspectos también son un factor clave para un vivero industrial, por lo que habrá que estudiar la manera de compatibilizar las exigencias ambientales y de seguridad con las derivadas del programa de vivero.

A este efecto, definiremos a continuación las exigencias normativas que es preciso tener en cuenta al proyectar el vivero industrial, así como las necesidades derivadas del programa en cuanto a flexibilidad y adaptabilidad de los espacios.

<

Figura 2.1.4.a

2 . 1 . 4

2 . 1 . 3 . i

Desarrollo del programa: exigencias y adaptabilidad

Definició del programa

Las actividades de carácter industrial presentan una diferencia fundamental respec-to a las actividades de servicios: el riesgo de contaminación ambiental y de incen-dio que implican. Por este motivo, poner en marcha una actividad industrial supo-ne realizar un proceso administrativo más complejo que en el caso de una activi-dad de servicios. La ley determina varias exigencias según el tipo de actividad y las dimensiones del local que ocupa, cuyo cumplimiento conlleva diferencias impor-tantes en la adecuación arquitectónica de los locales. Por esta razón, en el ámbi-to privado la mayoría de naves industriales se comercializan «en bruto», siendo los propios empresarios quienes las adecuan según las necesidades propias de la ac-tividad que desarrollan.

En el caso de un vivero industrial sucede lo mismo que en el caso de las naves pri-vativas. Por lo tanto, si el vivero quisiera construirse de manera que estuviese pre-parado para alojar cualquier actividad sin necesidad de adecuación posterior, reque-riría una inversión inicial desproporcionada respecto al uso que tendrán los espacios en el futuro, ya que en él también se desarrollarán muy posiblemente actividades con exigencias menores. Además, la adecuación de los espacios podría resultar in-compatible con determinadas actividades. Así pues, se recomienda que los módu-los industriales también se entreguen «en bruto», tal como se hace desde el ámbi-to privado.

Una vez definidas las características de las unidades básicas del programa y la relación entre unas y otras hay que decidir, en función de los resultados del análisis territorial previo (consul-tar el capítulo 1.3, «Condicionantes previos: planificación»), una serie de cuestiones:

El número y dimensión de módulos de trabajo según la masa crítica y el tipo de em-presas a las que se dirigirá el equipamiento en función de la actividad que desarrollen.

Los espacios compartidos y los espacios comunes en proporción al número de em-presas alojadas en el centro y las que se vinculan al mismo.

Los espacios de apoyo de acuerdo con los servicios que prevé ofrecer el centro.

Los espacios que podrán compartirse con otros usos o equipamientos que se ubi-quen bajo el mismo techo o en las proximidades del vivero.

Una vez definido y consensuado el programa con los diferentes agentes que intervengan en el proyecto inicial, para definir y diseñar el proyecto arquitectónico habrá que tener presentes el resto de contenidos de esta segunda parte de la guía.

201200

< 3 metros < 3 metros

≤ 3m

TIPO B

TIPO B

TIPO A

TIPO A

1. ESTRUCTURA INDEPENDIENTE 2. CERRAMIENTO INDEPENDIENTE 3. CUBIERTA INDEPENDIENTE

1. ESTRUCTURA INDEPENDIENTE 2. CERRAMIENTO INDEPENDIENTE 3. CUBIERTA INDEPENDIENTE

1. ESTRUCTURA INDEPENDIENTE 2. CERRAMIENTO COMPARTIDO 3. CUBIERTA INDEPENDIENTE

1. ESTRUCTURA INDEPENDIENTE 2. CERRAMIENTO COMPARTIDO 3. CUBIERTA (compartida o independiente)

Ambas clasificaciones se refieren al diseño arquitectónico ya que, según la tipología de esta-blecimientos industriales (o módulos) que se configure (A o B) y la superficie de cada uno, po-drán albergar unas actividades u otras de acuerdo con el nivel de riesgo intrínseco que supon-gan. Esta condición se recoge en la siguiente tabla:(25)

Aunque en el momento de definir el programa del vivero se desconocen las actividades con-cretas que se desarrollarán en él, hay que estimar el nivel de riesgo intrínseco que se admi-tirá para los diferentes tipos de módulos del programa (pequeños, grandes, medianos y ex-cepcionales) a fin de tener en cuenta este aspecto en la redacción del proyecto arquitectónico; dicho de otra manera, es conveniente saber las consecuencias que implicará para el proyec-to alcanzar un nivel de riesgo u otro.

Para decidir el nivel de riesgo máximo que se admitirá en el vivero se aconseja analizar las ac-tividades potenciales que se ubicarán en el mismo (sobre la base del análisis socioeconómico del territorio) y solicitar el apoyo del departamento de actividades del ayuntamiento. A título de ejemplo, un taller de electricidad de 200 m2 supondría un nivel de riesgo intrínseco (NRI) me-dio (3), un taller de producción de aluminio de 70 m2 un NRI bajo (1), una carpintería de 200 m2 un NRI medio (4) y un almacén de artículos textiles de ropa interior de 230 m2 y 3 m de altura de almacenamiento un NRI alto (6).

Teniendo en cuenta las dimensiones habituales de los módulos de actividad industrial de los vi-veros, centros y hoteles de empresas (definidas en el apartado anterior) se recomienda, como punto de partida:

Adoptar la tipología A para los módulos pequeños y medianos.

Adoptar la tipología B para los módulos excepcionales.

Adoptar mayoritariamente la tipología A para los módulos grandes y, al mismo tiempo, reservar un pequeño porcentaje de módulos de tipología B para actividades de NRI alto pero con necesidades de superficie inferiores a las de los módulos ex-cepcionales (el caso del almacén de ropa interior, por ejemplo).

<

Figura 2.1.4.d

(25) Estas superficies se pueden incrementar me-diante superficies de fa-chada accesibles superio-res al 50% del perímetro o mediante la incorporación de rociadores. Pero estas medidas se han descarta-do para los viveros, la pri-mera porque supone un consumo desproporciona-do de superficie de fachada y la segunda porque implica un sobrecoste generalmen-te inalcanzable. Además, la instalación de rociadores también podría ser incom-patible con las modifica-ciones introducidas por las empresas como, por ejem-plo, la construcción de al-tillos.

TIPO A TIPO B

BAJO

Nivel de riesgo intrínseco

Nivel de riesgo intrínseco

Superficie máxima

Superficie máxima

BAJO(1) (1)2.000 m2 6.000 m2

(3) (3)500 m2 3.500 m2

2.000 m2(6) (6)

(2) (2)1.000 m2 4.000 m2

(4) (4)400 m2 3.000 m2

1.500 m2(7) (7)No admitido

(5) (5)300 m2 2.500 m2

No admitido(8) (8)

MEDIO MEDIO

ALTO ALTO

Establecimientos TIPO B:

La categoría B se refiere a los establecimientos que ocupan un edificio exento con estructura y cerramientos propios y situados a una distancia igual o inferior a 3 m de los edificios colindan-tes, según el siguiente esquema:

Es importante entender bien la definición de la tipología B, ya que es aplicable en el caso de es-tablecimientos industriales en hilera siempre que quede garantizada la independencia del ce-rramiento y de la estructura, tal como se observa en los siguientes esquemas:(24)

>

Figura 2.1.4.b

Figura 2.1.4.c

(24) Según la resolución de la Instrucción técnica com-plementaria SP 119:2012 de la Dirección General de Prevención, Extinción de In-cendios y Salvamentos de la Generalitat de Catalunya.

Por otra parte, los establecimientos industriales se clasifican también según el nivel de riesgo intrínseco que suponen (es decir, la probabilidad de generar un incendio y la gravedad potencial del mismo). Así, de acuerdo con el tipo de actividad que se desarrolle (de producción o almace-namiento), la materia prima que se necesite, los productos que se elaboren o almacenen, los procesos que se desarrollen y la superficie del local, se calcula el riesgo intrínseco que con-lleva, que puede establecerse mediante una escala de 1 a 8 y, al mismo tiempo, a partir de uno de estos tres niveles: bajo (1 y 2), medio (3, 4 y 5) y alto (6, 7 y 8).

203202

Fachada accesible

Fachada accesible

TIPO A

TIPO A

TIPO A

TIPO B

TIPO B

cada módulo, por lo que habrá que sectorizarlos con los mismos criterios que se han utilizado en el resto de la envolvente del módulo.

Por último, hay que tener en cuenta la longitud máxima de los recorridos de evacuación en caso de emergencia que se establecen para los diferentes niveles de riesgo intrínseco. Este as-pecto supone que, en determinados casos (y en los módulos grandes y excepcionales siem-pre), haya que colocar una segunda puerta de evacuación aparte de la situada en la fachada principal. Para agrupaciones de módulos en hilera este hecho resulta determinante porque será necesario duplicar la fachada accesible por la cara posterior.

<

Figura 2.1.4.g

2 . 1 . 4 . bNecesidades derivadas del programa

Necesidades cotidianas

Aun cuando las limitaciones normativas aportan una gran rigidez al programa, el vivero indus-trial necesita que sus espacios, como consecuencia del uso rotativo y temporal que se hace de ellos y de la disparidad de usuarios que los utilizan, sean flexibles. Como en el caso del vivero de servicios, se pueden distinguir cuatro conjuntos de necesidades que reclaman esta flexibi-lidad de los espacios:

Necesidades cotidianas: son las resultantes de la actividad diaria de las empresas.

Necesidades periódicas: son las resultantes de la necesidad puntual de ampliación de superficie de las empresas hacia los espacios compartidos.

Necesidades especializadas: son las resultantes de la necesidad de tutela y acom-pañamiento de las empresas.

Necesidades derivadas del paso del tiempo: son las resultantes de la necesidad de adaptar el edificio a los cambios que se produzcan en el tejido productivo a lo largo de los años de funcionamiento del equipamiento.

En un vivero industrial, las necesidades cotidianas de las empresas quedan cubiertas por los módulos de actividad industrial. Hemos reiterado a lo largo de este capítulo la gran diversidad de actividades que pueden alojarse en un vivero industrial, así como sus diferentes necesida-des. Debido a esta casuística es inviable una respuesta única y válida para todas las activida-des y precisamente por este motivo hemos recomendado anteriormente acabar los módulos «en bruto» a fin de dejar cierto margen a las empresas para que los adapten según sus nece-sidades concretas.

A este efecto, una estrategia que puede abaratar los costes del tipo B es situar estos estableci-mientos en los extremos, de manera que sólo haya que doblar un eje estructural y una pared divisoria, tal como se muestra en el esquema:

Además, para las actividades de riesgo medio en establecimientos tipo A y para las actividades de riesgo alto o medio en los establecimientos tipo B, se exige una longitud de fachada acce-sible de 5 m. Por lo tanto, como punto de partida se recomienda un ancho mínimo de los mó-dulos industriales de 5 m (recordemos que el módulo estructural planteado tiene una dimen-sión superior, entre 7,5 y 8,5 m).

Una de las exigencias normativas que supone una afectación importante en la relación en-tre las diferentes unidades de uso del programa es la obligatoriedad de independizar los esta-blecimientos industriales entre sí mediante elementos divisorios estables al fuego. Veámos-lo en esta tabla:

Las exigencias de estabilidad al fuego (EI) de los elementos divisorios son elevadas incluso para el NRI bajo, lo que, unido a las grandes alturas que requiere la actividad industrial, hace que resulte prácticamente obligado el empleo de determinados materiales constructivos para poder cumplir la normativa sin sobrecostes exagerados. Este es un aspecto que afecta a las posibilidades de flexibilidad y adaptabilidad de los módulos (una de las necesidades derivadas del programa) y que, además, limita mucho las posibilidades de relación con los usos no in-dustriales (los espacios compartidos, comunes y de apoyo), ya que las conexiones con dichos espacios tienen que realizarse obligatoriamente a través de un vestíbulo de indepen-dencia.

Además, en caso de módulos industriales situados en la planta baja de un edificio con otros usos (como, por ejemplo, un vivero de servicios), los pasos de instalaciones que circulan a tra-vés de las plantas con otros usos hasta llegar a la cubierta también forman parte del sector de

>

Figura 2.1.4.b.e

>

Figura 2.1.4.f

Con función portante

Sin función portante

REI - 120EI - 120Riesgo bajo

REI - 180EI - 180Riesgo medio

REI - 240EI - 240Riesgo alto

205204

■ En cambio, conviene utilizar sistemas constructivos desmontables como, por ejemplo, plafones sándwich metálicos, que son capaces de garantizar las exigencias de estabilidad al fuego requeridas sin necesi-dad de subestructura para alturas de entre 5 y 8 m. Estos plafones se pueden conservar almacenados una vez desmontada la divisoria y re-utilizarlos cuando la empresa deje el vivero. Además son ligeros por lo que pueden manipularse sin grandes grúas.

■ Pero hay que tener en cuenta que las divisorias metálicas de sectori-zación son elementos vulnerables a los impactos por lo que debería preverse un dispositivo que las protegiera de los golpes. Por otra parte, hay que vigilar que la construcción de los altillos, el trazado de instala-ciones, etc., no alteren sus propiedades a lo largo de los años.

■ Construir la divisoria con bloque de hormigón (del grosor y tipo que sea necesario para garantizar la estabilidad exigida) permite alcanzar altu-ras superiores y, por otra parte, su derribo mediante unas obras relati-vamente menores. No obstante, se trata de un sistema no reutilizable y que, en consecuencia, supone un gasto superior para el empresario, el centro y el medio ambiente.

■ Hay que evitar la configuración de divisorias mediante plafones de hor-migón prefabricado en toda la altura de la divisoria porque es una solu-ción constructiva difícilmente desmontable debido al elevado peso de las placas. En módulos de grandes alturas se puede plantear la construc-ción del tercio superior de la divisoria con plafones de hormigón y con-figurar la zona inferior con alguno de los dos sistemas amovibles men-cionados (preferiblemente el plafón de sándwich).

Figura 2.1.4.h

Visión interior de un módulo industrial del Vivero Indus-trial de la Cámara de Ávila, donde se ha utilizado el pla-fón sándwich metálico para resolver la divisoria entre módulos. Este elemento es desmontable y, de hecho, ya ha sido desmontado en al-guna ocasión por los em-presarios, que han reserva-do el material almacenado en su nave para cuando lo tengan que reconstruir.

Fotografía: José L. López Sanz , del Departamento de Comunicación de la Cámara de Ávila.

Fuente: imagen cedida por la Cámara de Ávila.

No obstante, desde el proyecto arquitectónico inicial pueden adoptarse una serie de medidas para aumentar la versatilidad de los espacios y la flexibilidad del edificio en su conjunto con el objetivo de poder dar alojamiento a empresas de dimensiones heterogéneas y, además, ofre-cer ampliaciones o reducciones de superficie a las instaladas en el centro durante algunos años. En concreto, se trata de las siguientes medidas:

Combinar, en el conjunto de los módulos, las diferentes modalidades descritas (módulos pequeños, medianos, grandes y excepcionales) en una proporción deter-minada (según se trate de un vivero, un centro o un hotel)(26) para poder proporcio-nar una oferta variada de superficies a los empresarios que lo necesiten, lo que, a su vez, también ampliará el abanico de actividades que podrán ubicarse en el cen-tro. Por otra parte, esta estrategia permite dar respuesta a la necesidad de amplia-ción de la superficie del módulo mediante una mudanza. No obstante, teniendo en cuenta la inversión que el empresario o empresaria habrá realizado previamente para adecuar el módulo inicial, es probable que prefiera la opción de ampliar su su-perficie disponible mediante el alquiler de un módulo complementario, que no es preciso que esté anexo al módulo inicial ni directamente conectado al mismo. En cualquier caso, encontrar la proporción adecuada entre módulos pequeños, me-dianos, grandes y excepcionales es uno de los retos del proyecto; en este sentido, es muy importante cotejar la propuesta con el análisis de las necesidades espacia-les que tendrán las empresas potenciales a las que se dirigirá el vivero, análisis que deberá efectuarse desde el ámbito de promoción económica.

Prever la posibilidad de conectar módulos contiguos, lo que permitirá, por una par-te, que en el centro se desarrollen actividades que necesitan un área superior a la que pueden ofrecer individualmente los módulos disponibles y, por otra, el creci-miento de empresas ya alojadas hacia módulos vecinos. En este último caso, la posibilidad de conectar módulos entre sí no sólo incluye la mera ampliación de la superficie hacia módulos adyacentes, sino también la unión de dos o más módu-los disponibles y adyacentes entre sí situados en una zona diferente del edificio, de manera que la empresa que lo necesite pueda mudarse a este nuevo espacio de mayor tamaño. En este sentido, las vías de actuación que pueden plantearse son las siguientes:

■ En el caso de los viveros industriales, se descarta instalar puertas regu-ladas con llave en la divisoria entre módulos; efectivamente, dada la alta exigencia de estabilidad al fuego que requiere la normativa de incendios, resultaría económicamente inviable incorporar una puerta de dimensio-nes útiles para el uso industrial que garantizase el nivel de estabilidad al fuego exigido. Además, hay que tener en cuenta que los empresa-rios tendrán que realizar una inversión inicial de adecuación de los lo-cales y, según la envergadura de dicha adecuación, derribar o desmon-tar el elemento divisorio entre módulos puede resultar un gasto menor completamente asumible. Del mismo modo, en caso de ampliación por crecimiento de la empresa, el empresario o empresaria deberá asumir, aparte del desmantelamiento de la divisoria, la adecuación del módulo ampliado y la posterior restitución del mismo. Por lo tanto, en este caso la carga económica también será seguramente mucho menor.

(26) Consultar el subapar-tado 2.1.3.f, «Apreciaciones para los centros y hoteles de empresas», de este mis-mo capítulo.

207206

Necesidades especializadas

En el vivero industrial, las necesidades especializadas de las empresas son, como en el caso del vivero de servicios, las que se satisfacen gracias a la consulta con expertos, habitualmen-te personal del propio centro. En el caso del vivero industrial se pueden aplicar las mismas consideraciones, recomendaciones y criterios recogidos en el subapartado 2.1.2.c, «Necesi-dades especializadas», del vivero de servicios.

Además, es imprescindible dotar de buena visibilidad a los espacios de apoyo respecto de los espacios de circulación, ocio y estancia habituales del personal de las empresas del vive-ro, visibilidad que tiene que producirse en ambos sentidos. Al efecto, conviene disponer di-

configuración global del edificio que evite la segregación total de la zona administrativa respec-to de la zona industrial.

Para evitar esta segregación, se pueden aplicar las siguientes estrategias:

Provocar recorridos cotidianos de los usuarios alojados en el centro por la zona administrativa a través de los espacios comunes.

Utilizar estos recorridos cotidianos (como, por ejemplo, el camino de acceso has-ta los vestuarios o el office) para incentivar la visión de la actividad de los espacios compartidos y de apoyo.

Ofrecer zonas de visibilidad a las empresas alojadas dentro del edificio administra-tivo (zonas de exposición a lo largo de los espacios de circulación, directorios inte-ractivos, etc.), que cumplirán la función de los «escaparates» que hemos comen-tado anteriormente en el caso del vivero de servicios.

Incorporar (en su caso y si hay masa crítica suficiente) módulos de servicios a la zona administrativa y, en consecuencia, configurar un vivero mixto. La incorpora-ción de módulos de servicios en un vivero industrial facilita la generación de co-munidad y aumenta la masa crítica y el peso del centro dentro del tejido productivo de la zona. Aún así, hay que tener en cuenta las recomendaciones y criterios arquitectónicos recogidos en esta guía para el caso del vivero de servicios. No obstante, antes de tomar la decisión de incorporar módulos de servicios a un vivero industrial deben tenerse presentes las necesidades propias del vivero de servicios, sobre todo respecto a la sinergia territorial y la accesibilidad, y evaluar el emplazamiento del vivero siguiendo los criterios recogidos en el capítulo 1.3, «Condicionantes previos: planificación» y, en concreto, en el apartado 1.3.2, «Loca-lización de la infraestructura».

Incorporar una cafetería/restaurante,(27) si la masa crítica del PAE lo permite y en el entorno no existe un servicio de este tipo o es de baja calidad. En un PAE, la ca-fetería/restaurante es un atractor de gran eficacia que puede seducir a empresa-rios y personal de las empresas externas al vivero, lo que al mismo tiempo pue-de acabar convirtiéndolo en un centro de servicios de proximidad para el polígono.

(27) Para profundizar en las principales características programáticas, consultar el subapartado 2.1.3.e, «Espa-cios complementarios del vivero industrial», de esta segunda parte de la guía.

Combinar las dos medidas anteriores para obtener las ventajas de cada modali-dad (módulos de diferente superficie junto con divisorias amovibles entre módu-los contiguos).

En cualquier caso, es muy importante revisar las exigencias normativas que requiere cada actividad de acuerdo con su nueva condición (más superficie) para no poner en peli-gro el resto de actividades del centro, incluidas las que se desarrollan en la zona administrativa.

Necesidades periódicas

Uno de los valores añadidos del vivero industrial es que satisface las necesidades periódicas de las empresas de forma gratuita o bonificada y, además, cerca del módulo. Las empresas aloja-das en el centro pueden disponer de espacios para el merchandising, espacios adecuados para reunirse con sus clientes y colaboradores y espacios para impartir formación a nuevos traba-jadores, presentar un producto, etc.

Extender el uso de estos espacios al resto de empresas del territorio (mediante alquileres bo-nificados por horas o alguna estrategia similar) es especialmente positivo en el caso de los vi-veros industriales, que se sitúan en polígonos de actividad económica y, por lo tanto, cerca de un gran número de empresas que necesitan los espacios mencionados (especialmente en los polígonos donde predomine la nave pequeña o mediana de 300-400 m2, más que en polígo-nos con predominio de grandes empresas). De esta manera, el vivero de empresas industria-les también asume el papel de centro de servicios para las empresas del polígono ampliándo-se así el impacto de este instrumento de promoción económica.

De acuerdo con estas consideraciones, las empresas del territorio vinculadas al centro tendrán un peso específico a la hora de determinar la masa crítica o demanda existente que tiene que servir para resolver la dotación de los espacios compartidos. Como punto de partida, se pue-de establecer una dotación mínima de una sala de reuniones/aula (ampliable a razón de una sala extra por cada 15 empresas) y de una aula grande por centro (aula que habrá que dina-mizar/publicitar con formación periódica y de calidad impartida por el propio centro o median-te otras acciones similares).

Las salas de reuniones más necesarias son, también en el caso del vivero industrial, las poli-valentes, que admiten diferentes configuraciones (variando la disposición del mobiliario) y que pueden alojar por lo tanto actividades de diversa índole y no exclusivamente reuniones. De esta manera se posibilita el solapamiento de usos, lo que permitirá reducir el programa dado que el mismo espacio podrá tener diferentes funciones a lo largo del día.

No obstante, en el vivero industrial no es viable la dispersión de estos espacios a lo largo de los módulos de alquiler según un criterio de proximidad debido a las exigencias normativas que tiene que satisfacer el centro (sectorización); de hecho, esta dispersión tampoco tendría senti-do porque en cualquier caso se trata de espacios donde se desarrollan actividades de natura-leza muy distinta a la de las actividades industriales. Por lo tanto, estos espacios se acumulan en la zona administrativa del centro, donde estarán también los espacios de apoyo y espacios comunes. De esta manera, la zona administrativa asume el rol de centro neurálgico, aunque, al mismo tiempo, corre el riesgo de quedar desvinculada de la zona empresarial. Por lo tan-to, uno de los grandes retos del proyecto arquitectónico de un vivero industrial es diseñar una

209208

En previsión de este tipo de transformaciones, se plantean las siguientes medidas:

Velar por el predominio de módulos de la dimensión adecuada según la tipolo-gía de alojamiento empresarial que se quiera ofrecer y el tipo de empresas que se quiera alojar.(29)

Partir de la pequeña escala, priorizando la menor dimensión recomendada para cada una de las tipologías, lo que facilita las transformaciones futuras (siempre que se utilicen las técnicas comentadas para aumentar la flexibilidad de los módulos).

Realizar un diseño modular de los espacios (mediante el módulo de referencia es-tructural).

Priorizar las configuraciones más abiertas del vivero,(30) que facilitan este tipo de transformaciones al aumentar la superficie de fachada accesible. Sin embargo, hay que tener presente que son también las que ocasionan una mayor segregación de la zona empresarial y la zona administrativa.

(29) Consultar el subapar-tado 2.1.3.f, «Apreciaciones para centros y hoteles de empresa».

(30) Consultar el apartado 2.2.3, «Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero industrial», del capí-tulo 2.2.

<

Figura 2.1.4.j

visorias transparentes que permitan observar la actividad interior y exterior de cada uno de estos espacios. Por lo tanto, la zona administrativa de trabajo del personal del centro se tie-ne que situar en relación con los espacios comunes más habitualmente utilizados por las empresas; sin embargo, el despacho o despachos de atención personalizada, que se utili-zan de forma ocasional, se pueden segregar de manera que se relacionen de forma más di-recta con el acceso principal por si es necesario atender a personas emprendedoras y per-sonas ajenas al centro.

Necesidades derivadas del paso del tiempo

En general, las transformaciones más habituales de los viveros industriales a lo largo del tiem-po han estado enfocadas a la subdivisión de módulos industriales en módulos de servicios. El problema de estas actuaciones es que el espacio transformado queda, en la mayor parte de los casos, segregado de la zona administrativa ya que el acceso a los módulos industriales se produce generalmente a través de pasillos exteriores o, cuando menos, tratados como super-ficies exteriores (espacios no climatizados y acabados de forma austera). Además, las caracte-rísticas térmicas y las aportaciones de luz natural de la envolvente son precarias (previstas en términos mínimos en los módulos industriales), lo que supone un gasto energético exagera-do en climatización y iluminación.

Solucionar el problema de la segregación de estos nuevos espacios desde el proyecto inicial puede ser complejo debido a las exigencias de la normativa de incendios. Sin embargo, las con-figuraciones más compactas del vivero van a favor de estas transformaciones.(28) Por otra par-te, y tal como se indicará más adelante, la incorporación de aislamiento térmico de forma ge-neralizada a la envolvente de los módulos industriales (especialmente a la cubierta) y un buen diseño de las aberturas también facilitan esta posible subdivisión y transformación en módu-los de servicios.

Un segundo fenómeno habitual en un vivero industrial es la subdivisión de módulos de gran-des dimensiones en dos o más módulos de superficie más reducida. Esta es, en muchos ca-sos, una transformación traumática, ya que según la configuración original resulta inviable in-corporar los cerramientos practicables adecuados para los nuevos módulos.

(28) Las diferentes posi-bilidades de configuración de las unidades del vive-ro industrial se tratan en el apartado 2.2.3, «Adaptación al solar: sistemas organiza-tivos del vivero industrial», del capítulo 2.2.

Figura 2.1.4.i

En la fotografía se observa la fachada de acceso a los módulos industriales del Centro de Empresas Baix Llobregat, donde surgió la necesidad de subdividir los módulos originales, dema-siado grandes, en tres mó-dulos más pequeños. Tal como podemos apreciar, la disposición inicial permitía el acceso de vehículos pe-sados y la entrada de luz natural por el montante su-perior, a lo que se ha teni-do que renunciar a raíz de la subdivisión.

211210

motivo, recomendamos completar la información que ahora ofrecemos con la que se reco-ge en el capítulo 2.5, «Factores de sostenibilidad 2», de esta segunda parte de la guía.

2 . 2 . 1 . aLa orientación (31)

Los usuarios agradecen la entrada directa de rayos solares; efecti-vamente, produce una sensación de conexión con el exterior y con la naturaleza, aporta vitalidad, buenas sensaciones y dota de un co-lor característico a los espacios. Pero, por el contrario, sobrecalien-ta, deslumbra y no es compatible con las pantallas electrónicas por-que implica un nivel de iluminancia (ver el glosario del anexo) exce-sivamente elevado. Por lo tanto, ejerce una afectación importante en un entorno destinado principalmente al trabajo de oficina como es el caso de un vivero de servicios.

Es necesario, por consiguiente, estudiar con especial cuidado la orientación de las fachadas de los módulos de trabajo, y este podría ser precisamente el punto de partida de la propuesta arquitectóni-ca. Hay que recordar igualmente que los espacios de apoyo (la zona de administración, los espacios para los técnicos especializados, etc.) son también entornos de trabajo y que es importante no olvidarse de los espacios de circulación –grandes dinamizadores–, procuran-do que las aberturas que se practicarán para iluminarlos creen unos espacios lo más agradables posible (por ejemplo, si se prevé incor-porar claraboyas habrá que asegurarse de que tienen un buen fun-cionamiento lumínico y térmico mediante sistemas de reflexión de la luz directa o similares).

La orientación ampliamente recomendada para los espacios de ofi-cina es la norte, porque proporciona una aportación constante de luz natural indirecta que evita las molestias mencionadas de la inciden-cia de luz directa. Otro aspecto positivo de esta orientación es el co-lor de la luz, que tiende a tonalidades más azuladas porque la luz indi-recta tiene una temperatura de color superior (ver glosario del anexo). Esta luz fría favorece el ambiente de trabajo y la concentración, mien-tras que la luz cálida, más agradable, se relaciona con el descanso y el esparcimiento.

No obstante, es completamente previsible que el vivero necesite aberturas, como mínimo, en dos orientaciones, además de tener que adaptarse a los condicionantes formales del solar, por lo que no ten-dría sentido una recomendación única.

En los casos en los que, debido a las condiciones del solar, resulte in-evitable la disposición de fachadas con orientaciones desfavorables, los espacios comunes y algunos espacios compartidos (como las au-las y las salas de conferencias) pueden acumularse a lo largo de esas

(31) Para la elaboración del contenido de este capítulo se han empleado como referen-cia los siguientes manuales de reconocido prestigio:

Comité Español de Iluminación; Instituto para la Diversifica-ción y Ahorro de la energía; Consejo Superior de los co-legios de Arquitectos de Es-paña. Aprovechamiento de la luz natural en la iluminación de edificios: guía técnica. Ma-drid: IDAE, Instituto para la Di-versificación y Ahorro de la Energía, 2005. También dis-ponible en línea en: <http://www.idae.es/index.php/mod. documentos/mem.descarga? file=/documentos_10055_GT_aprovechamiento_luz_ natural_05_ff12ae5a.pdf> [Consulta: 2 de diciembre de 2013].

Baker, Nick; Steemers, Koen. Daylight Design of Buildings: A Handbook for Architects and Engineers. Londres: James & James (Science Publishers), 2002.

Brandi, Ulrike [et al.].

Detail Practice: Lighting De-sign: Principles, Implemen-tation, Case Studies. Basel: Birkhäuser – Publishers for Architecture, 2006.

Robbins, Claude L.

Daylighting Design & Anàlisis. USA: Van Nostrand Renhold Company, 1986.

CAPÍTOL 2.2IMPLANTACIÓN EN EL LUGAR

Hasta ahora, las recomendaciones y criterios arquitectónicos que he-mos expuesto han sido más bien abstractos, sin tener en cuenta los factores externos que aparecen cuando se ponen en práctica. Esta es, cuando menos, la principal labor del proyectista: formular una pro-puesta que dé respuesta a todos los requerimientos funcionales del programa en un entorno determinado y con unas limitaciones for-males derivadas de toda una serie de aspectos diversos como, por ejemplo, las características del solar o de las construcciones existen-tes, los condicionantes urbanísticos, el entorno inmediato, el clima, las limitaciones presupuestarias, los plazos de puesta en funciona-miento, la normativa vigente, las limitaciones técnicas de las instala-ciones, la estructura, etc.

Así pues, a continuación definiremos los criterios y aspectos relevan-tes que deben tenerse presentes para la definición del proyecto arqui-tectónico en su fase de contextualización y concreción.

A lo largo del texto se ha destacado a menudo la importancia de la incidencia de la luz na-tural en diferentes unidades de uso del programa, a veces por tratarse de espacios destina-dos al trabajo diario y a veces por tratarse de espacios que debían ser agradables y atracti-vos. No obstante, la incidencia e intensidad de la luz depende en gran medida de la orienta-ción de la abertura a través de la cual llega, de sus características (dimensiones, colocación, elementos de tamizado, etc.) y, al mismo tiempo, de las obstrucciones o elementos de som-bra del entorno inmediato.

Del mismo modo, la orientación de las fachadas, el porcentaje de aberturas y las obstruc-ciones influyen, junto con otros factores, en el comportamiento bioclimático del edificio, dado que que la incidencia de luz natural supone, en muchos casos, una aportación extra de calor pero también un ahorro energético al reducir el consumo de iluminación artificial. Por este

2 . 2 . 1 La orientación y las obstrucciones

213212

estiuhivern

Orientación sur. Sistemas de protección solar habituales.

1. 1. Dimensión de la abertura

2. Aleros (de 1 m a la izquierda)

3. Lamas horizontales

N

O

S

E6:00 h

8:00 h10:00 h 12:00 h

14:00 h

16:00 h

18:00 h

20:00 h

21:00 h

veranoverano

invierno

invierno

Sur Este - Oeste

veranoverano

invierno

invierno

Sur Este - Oeste

También influyen la amplitud de las calles circundantes, el arbolado de los alrededores y la altura de las edificaciones vecinas. Si las calles son estrechas y los edificios tienen una altura superior a la del vivero, es muy probable que actúen como parasol natural, pero también re-ducirán mucho el nivel de iluminación de los espacios. Profundizare-mos más en este aspecto en la segunda parte de este mismo apar-tado, «Las obstrucciones».

Por último, la orientación sur es recomendable siempre que se pre-vean elementos de protección solar. La incidencia de la luz directa en las fachadas orientadas hacia el sur es mucho más fácilmente con-trolable que en el caso de las orientaciones este y oeste (aunque in-cide durante más horas al día), ya que el ángulo de inclinación de los rayos es más vertical. Funcionan especialmente bien los aleros o vo-ladizos y las lamas horizontales, pero existen un gran número de sis-temas alternativos igualmente válidos: toldos, brise-soleils, aleros in-tercalados con la abertura, etc.

En caso de utilizar elementos móviles habrá que valorar su durabili-dad y el mantenimiento que requieren. En este sentido, se recomien-da evitar elementos motorizados, que pueden implicar un coste de reparación excesivamente elevado y que a la larga se transforman en elementos fijos, con la consiguiente pérdida de funcionalidad. Es más aconsejable, en cambio, utilizar elementos que se controlen manual-mente a través de carpinterías practicables y con sistemas robustos que garanticen su durabilidad.

En resumen, en el momento de trabajar los primeros aspectos del proyecto es muy importante definir la orientación de las fachadas de los espacios de trabajo, priorizando las orientaciones norte. Además, habrá que prever un tratamiento individualizado de cada una de las fachadas del edificio según su orientación para garantizar que los es-pacios de trabajo serán confortables. Pasar por alto este aspecto pue-de suponer que los módulos de trabajo perjudicados encuentren mu-chas dificultades de comercialización, lo que podría llegar a suponer incluso el fracaso del centro o, cuando menos, que resultase alta-mente deficitario debido a los gastos derivados de los consumos exa-gerados de climatización e iluminación.

<

Figura 2.2.1.c

Orientación sur. Sistemas de protección solar habi-tuales.

fachadas, reservando la buena orientación para los módulos de tra-bajo.

Además, hay que proceder a un tratamiento diferenciado de cada fa-chada según su orientación, sobre todo si contienen aberturas de los módulos de trabajo. A continuación, profundizamos un poco en ello:

La orientación norte es recomendable por el tipo de luz que apor-ta, pero, por el contrario, si no se efectúa un buen diseño de la facha-da puede dar lugar a salas muy frías en invierno y, en consecuencia, disconfort térmico. Esto se agrava debido a la necesidad de practicar grandes aberturas con el objetivo de captar la máxima iluminación posible (ya que la intensidad de la luz es moderada), las cuales cons-tituyen –en mayor o menor proporción– un puente térmico y, por lo tanto, un punto extra de entrada del frío exterior. Para garantizar el confort es necesario que los acristalamientos sean de buena calidad y reduzcan el puente térmico y las condensaciones que del mismo se pueden derivar.

Así como la orientación norte es la más favorable para los espacios de trabajo, la más desfavorable y que, por consiguiente, conviene evi-tar, es la orientación oeste. Las orientaciones este y oeste suponen una incidencia de rayos directos con una inclinación muy horizontal que invade rápidamente los espacios provocando deslumbramien-tos muy molestos.(Figura 2.2.1.b) En la orientación este, esta incidencia se produce durante las primeras horas de la mañana y en la orientación oeste, durante las últimas de la tarde (las horas concretas varían se-gún la época del año). En orientación oeste, por lo tanto, el efecto ne-gativo de la incidencia horizontal se agrava por un sobrecalentamien-to en las peores horas del día, cuando el edificio hace horas que recibe la luz solar mientras se desarrolla actividad en su interior.

Por este motivo, en las orientaciones este y oeste es necesario prever:

Elementos exteriores e interiores que tamicen la luz direc-ta; en este sentido, son especialmente recomendables sis-temas de lamas verticales, preferiblemente móviles y/u orientables, para garantizar una mayor incidencia de luz en las horas valle y un mayor tamizado en las horas punta.

Acristalamientos especializados como, por ejemplo, los de baja emisividad, que reduzcan la aportación de calor. Son especialmente necesarios en las orientaciones oeste.

Figura 2.2.1.a

Esquema de la incidencia e inclinación del Sol, según orientaciones y horas del día, en el solsticio de verano en Barcelona.

Figura 2.2.1.b

Esquema representativo de la incidencia de luz directa en Barcelona en las orienta-ciones sur, este y oeste en el solsticio de invierno y el sols-ticio de verano con una aber-tura tipo.

215214

8:00 h

9:00 h

10:00 h

11:00 h

12:00 h

13:00 h

14:00 h

15:00 h

16:00 h

(a)

(b)

Sector visible de cielo

Punto de referencia Punto de referencia

Sectores visibles de cielo

Luz indirecta (ERC)

Luz directa del cielo (SC)

Luz indirecta reflejada (IRC)

Plano de trabajo

1.3 x

x

y

α α

La sombra que producen las obstrucciones varía según la altura de dichas obstrucciones, se-gún la orientación y según la hora del día. A partir de la carta estereográfica (consultar el glo-sario del anexo) de un lugar determinado, se puede obtener fácilmente el mapa de sombras de un día en concreto, mapa que se puede utilizar para definir la colocación del edificio en el solar de acuerdo con la incidencia de luz en el horario de funcionamiento del centro.

Como vemos en el ejemplo anterior, la sombra de las obstrucciones se puede utilizar en be-neficio del proyecto puesto que puede llegar a suponer un ahorro en elementos de protección solar o, como hemos señalado antes, un incremento de luminosidad en las fachadas orien-tadas al norte.

Aparte de la afectación en el nivel de iluminación de la estancia, las obstrucciones impiden la vi-sión del cielo, visión que los usuarios agradecen ya que supone una conexión con el exterior (cli-matología, sensación del paso del tiempo, etc.). La visión del cielo se evalúa de acuerdo con el ángulo de cielo visible, que es el formado por la arista superior de la obstrucción y el punto de re-ferencia de la abertura en cuestión.(35) La visión del cielo no sólo depende de la altura de las obs-trucciones, sino también del ancho de las mismas, ya que el cielo también se puede ver a tra-vés del espacio vacío que queda entre las obstrucciones, tal como se aprecia en este esquema:

Figura 2.2.1.f

En este ejemplo se plan-tea el caso, en Barcelona, de una obstrucción de tres plantas (10 m de altura) sobre un edificio propues-to de planta baja. Se ana-liza la orientación sur y se configura el mapa de som-bras del solsticio de invier-no. Se propone una coloca-ción del edificio de manera que la obstrucción propor-cione sombra a partir de las 15.00 horas, cuando los rayos empiezan a venir del oeste y pueden resultar molestos para los espacios de trabajo.

Figura 2.2.1.g

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del libro Baker; Steemers, 2002, p. 46.

(35) Baker; Steemers, 2002, p. 58-59.

Para analizar la visión del cielo de las estancias se puede utilizar el método de la línea sin cie-lo, línea a partir de la cual el usuario no tendrá visión directa del cielo en el plano de trabajo.

2 . 2 . 1 . b Las obstrucciones

Aparte de la orientación, los grandes obstáculos pueden tener una influencia importante en la cantidad de luz que incide en la fachada y en las características específicas que presenta dicha luz. En el apartado anterior hemos hablado de luz directa (la que llega directamente del cielo) y de luz indirecta (la que llega reflejada de otras superficies exteriores); sin embargo, existe un tercer componente: la luz indirecta reflejada por las superficies interiores de la estancia. El es-quema siguiente ilustra los tres componentes de la luz natural:

Así pues, el componente de luz directa no sólo dependerá de la orientación (que determina el ángulo, la intensidad y las horas de incidencia), sino también de las obstrucciones que lo deli-mitan. El efecto es bastante importante, puesto que para una obstrucción con una elevación de 30º, el consumo de iluminación artificial se puede incrementar en un 38%.(32) Pero, por otra parte, en entornos urbanos de gran densidad, y dependiendo de las características de los aca-bados de la fachada (y del nivel de reflectancia que tengan), las obstrucciones pueden supo-ner un incremento de luminosidad en el caso de las orientaciones norte gracias a la luz indi-recta reflejada.(33)

El efecto de las obstrucciones se agrava en el caso de parcelas deprimidas respecto de las obstrucciones en cuestión. Lo ilustramos en el esquema siguiente, en el que se observa que para obtener el mismo ángulo de incidencia de la luz del cielo habrá que distanciarse más de la obstrucción.(34)

Figura 2.2.1.d

Los tres componentes de la luz natural en un pun-to concreto son: el com-ponente que proviene di-rectamente del cielo (sky component, SC), el compo-nente que proviene de la luz reflejada en superficies ex-teriores (external reflected component, ERC) y el com-ponente que proviene de la luz reflejada en las superfi-cies interiores (internal re-flected component, IRC).

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del libro Baker; Steemers, 2002, p. 58

Figura 2.2.1.e

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del li-bro Comité Español de Ilumi-nación; Instituto para la Di-versificación y Ahorro de la energía; Consejo Superior de los colegios de Arquitec-tos de España, 2005, p. 37.

(32) Baker; Steemers, 2002, p. 46.

(33) El tratamiento de la luz natural en el interior de los módulos de trabajo se desarrollará en el capítu-lo 2.3, «Diseño del espacio de trabajo», de esta segun-da parte de la guía. Reco-mendamos, por lo tanto, consultarlo.

(34) Comité Español de Ilumi nación; Instituto para la Di versificación y Aho-rro de la energía; Conse-jo Superior de los colegios de Arquitectos de España, 2005, p. 37.

217216

Plano de visión

Línea sin cielo

Sección

Línea sin cielo

Planta

Planta

Plano de visiónLínea sin cielo

En general, se considerarán bien iluminadas las estancias donde la mayor parte del plano de trabajo quede por delante de la línea sin cielo.(36) No obstante, las profundidades y orientacio-nes a las que obliga frecuentemente el planeamiento urbanístico hacen inviable la aplicación restrictiva de las recomendaciones referidas a la orientación y visión del cielo. Por este motivo, se plantean una serie de observaciones que tienden a relativizar las medidas mencionadas:

La altura de las aberturas (y por lo tanto de los techos) afecta a la penetración de la luz y las condiciones óptimas de trabajo.(37)

La falta de visión del cielo y/o del exterior desde un módulo se puede compensar con la correcta situación de los espacios de relación.

El edificio puede recurrir a patios acristalados, elementos reflectores e ilumina-ción cenital cuando no exista la posibilidad de acceder directamente a las fachadas.

En síntesis, al situar el vivero dentro de la parcela, además de tener en cuenta la orientación de las fachadas también hay que analizar las obstrucciones del entorno y observar cómo afectarán al edificio que se está proyectando. Así pues, en primer lugar hay que buscar una colocación que favorezca la orientación correcta de los módulos de trabajo y posteriormente corregirla a partir del análisis de las obstrucciones y este es, precisamente, el procedimiento que hemos expuesto en el ejemplo del mapa de sombras,(Figura 2.2.1.f) en el que primero se de-cide la orientación norte-sur de las fachadas principales y después se corrige la situación fi-nal del volumen para aprovechar la sombra de tarde que proporciona la obstrucción.

(36) Baker; Steemers, 2002, p. 58-59.

(37) Para profundizar en esta cuestión, consultar el capítulo 2.3, «Diseño del es-pacio de trabajo».

2 . 2 . 2Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero de servicios

Un segundo aspecto que deriva del lugar donde se sitúe el equipa-miento y, en concreto, del solar es la forma final del edificio, ya que ha-brá que ajustar la configuración del programa a sus límites y propor-ciones. A continuación estudiaremos las diferentes posibilidades de agregación de las unidades de uso definidas en el capítulo 2.1, «Pro-grama de usos», que se han extraído del análisis de diferentes viveros de la demarcación.

La forma final que adoptará la combinación de las unidades de uso del programa dependerá de la prioridad que se conceda tanto a los dife-rentes factores que propician el crecimiento de las propias unidades como a los límites que impongan las condiciones del entorno en el que este sistema de crecimiento se inserte.

Figura 2.2.1.h

Generación de la línea sin cielo a partir de la vista en sección, determinada por la unión entre la arista superior de la obstrucción y la aris-ta superior de las aberturas del edificio que se está pro-yectando.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del li-bro Comité Español de Ilumi-nación; Instituto para la Di-versificación y Ahorro de la energía; Consejo Superior de los colegios de Arquitectos de España, 2005, p. 38-39.

Figura 2.2.1.i

Vista de la afectación en planta, cuando la obstruc-ción es continua y paralela a la fachada que se está es-tudiando.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del li-bro Comité Español de Ilumi-nación; Instituto para la Di-versificación y Ahorro de la energía; Consejo Superior de los colegios de Arquitectos de España, 2005, p. 38-39.

Figura 2.2.1.j

Línea del cielo en caso de que la obstrucción no sea continua. Tal como puede observarse, aunque la obs-trucción tenga la misma al-tura, si el elemento no es continuo la afectación es mucho menor.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del li-bro Comité Español de Ilumi-nación; Instituto para la Di-versificación y Ahorro de la energía; Consejo Superior de los colegios de Arquitectos de España, 2005, p. 38-39.

219218

(1)

(2)

(3)

(1)

(2)

(3)

(1)

(2)

(3)

(1)

(2)

(3)

2 . 2 . 2 . aPatrones de mejora

central ocupado por núcleos de servicios y comunicacio-nes verticales.

Este esquema se puede desarrollar también en versión rectangular, con los servicios y elementos de circulación vertical concentrados en el centro, una configuración bas-tante extendida en edificios de oficinas en altura.

Por otra parte, si el centro de la anilla no se ocupa, liberan-do este espacio y configurando un gran patio central, se podría asimilar tipológicamente a un claustro; esta orga-nización aporta un espacio exterior controlado e incremen-ta el perímetro de fachada para más ámbitos y espacios.

La última organización es el crecimiento en red (3): las unidades básicas y los espacios compartidos conforman paquetes lineales que liberan entre ellos los espacios co-munes necesarios para poder acceder desde dos lados. Al-guno de estos paquetes de módulos se comunica directa-mente con el exterior a través de la fachada, pero la ma-yoría quedan en el interior del espacio que los acoge. No obstante, es un modelo que podría incorporar patios de lu-ces o claraboyas si el número de plantas lo permite.

Este sistema de crecimiento en red, que reúne conjuntos de unidades que se extienden sobre el plano del suelo sin llegar al techo, recuerda la organización de los puestos en el interior de un mercado. Es más, la incorporación de ele-mentos de cristal y escaparates desde los módulos hacia los espacios de circulación también evoca los mostrado-res –y el funcionamiento– de este tipo de establecimientos.

Esta extrapolación de la forma final de los viveros con tres organizaciones geométricas y espa-ciales concretas, aptas para edificios administrativos y de concurrencia pública, y que a la vez son análogas a unas tipologías identificables en nuestra cultura, permite establecer una serie de pa-rámetros destinados tanto a la mejora del funcionamiento de los ejemplos presentados como a la definición de posibles patrones de organización de viveros de empresas en un entorno como el nuestro. La calle, el claustro y el mercado son unos magníficos modelos de crecimiento de uni-dades que presentan unas inmejorables condiciones funcionales, culturales y medioambientales.

Los esquemas tipológicos que muestran esquemáticamente las tres opciones de organización de los viveros de empresas tienen por objeto mejorar el funcionamiento general del edificio, el ren-dimiento de las superficies y las condiciones de habitabilidad. Estos patrones pueden servir como punto de partida para proyectar viveros de nueva planta o para reformar los que ya están en fun-cionamiento.

El factor de forma del edificio se rige, así pues, por:

Una idea general de articulación de las unidades básicas que configuran el vivero de empresas, es decir, la configu-ración del conjunto de los módulos de trabajo y de los es-pacios compartidos que las complementan.

La relación de este conjunto de unidades básicas con todos los espacios de apoyo necesarios, que pueden estar situa-dos en la misma planta, en otra planta o, incluso, en otro edificio.

La relación que las unidades básicas establecen con los es-pacios comunes de tránsito público, los sistemas de comu-nicación vertical y las fachadas o patios exteriores del edi-ficio.

Los límites establecidos por el emplazamiento (el entorno urbano, el clima, la cultura o la sociedad del lugar, la nor-mativa urbanística de la parcela, el presupuesto del que se dispone, el programa establecido, los materiales emplea-dos, los factores de representatividad del edificio, las nece-sidades de relación con otras instituciones próximas, etc.).

Por lo que respecta a la idea general de articulación de las unidades básicas del vivero de servicios, se pueden extrapolar, a partir del aná-lisis de los viveros de la demarcación de Barcelona, tres modelos de agregación diferentes:

El caso más sencillo de crecimiento de módulos de traba-jo es el crecimiento lineal (1): las unidades se anexionan entre sí, pero también a los espacios compartidos y a los espacios de apoyo, de forma lineal. Es decir, se organizan a uno y otro lado de los espacios comunes, sean pasillos o espacios de relación. Todas las unidades de trabajo dan di-rectamente al exterior y directamente a las fachadas. Este esquema de crecimiento lineal es análogo a la manera como se relacionan las plantas bajas de las viviendas con la calle en el contexto de una ciudad compacta.

El crecimiento anular (2) supone un grado más de com-plejidad de la organización interna de los módulos de tra-bajo de un vivero; efectivamente, en este caso las unidades básicas y los espacios compartidos se anexionan lineal-mente por adición, pero van girando 90º de vez en cuan-do de manera regular, hasta cerrar una anilla de propor-ción cuadrada. El pasillo y el espacio común que las ponen en relación comunican al mismo tiempo con un espacio

221220

(2a)

(2c)

(2b)

(2c)(2c)

Espacios comunes Espacios compartidos Espacios de apoyo Servicios técnicos y elementosde comunicación vertical

(1a)

(1c)

(1b)

(1c)(1c)

Espacios comunesEspacios compartidos Espacios de apoyo Servicios técnicos y elementos de comunicación vertical

En el caso del claustro, la organización tipo permite:

Distribuir los espacios de trabajo a lo largo del perímetro de toda la anilla con doble fachada: en el exterior y en el deam-bulatorio del claustro.

La posibilidad de dotar de transparencia y permeabilidad a la divisoria entre el espacio de trabajo y el deambulatorio del claustro.

La apertura total o mayoritaria del espacio central del claus-tro, de manera que esté a cielo abierto o protegido por una claraboya o un sistema reversible de control climático según las estaciones del año.

Una primera alternativa de situar los espacios compartidos en uno de los lados del claustro, aprovechando la orientación más desfavorable, junto con los núcleos de comunicación vertical y los lavabos (2a 2b).

Una segunda alternativa de situar los espacios compartidos en el centro del claustro, como protuberancias, de manera que queden frente a los núcleos de comunicación vertical y a los lavabos, situados en la fachada, o al revés (2b).

Una tercera alternativa de situar los espacios compartidos, como las salas de reuniones o el coworking, en las esquinas del claustro aprovechando la doble orientación, con los nú-cleos de comunicación vertical y los lavabos en el centro (2c).

La posibilidad de crecimiento lineal del patrón mediante la unión de varios claustros por uno de los lados de la anilla, precisamente el lado donde se ubiquen los núcleos de comu-nicación vertical y los lavabos, de manera que se genere una concatenación de claustros, alrededor de los cuales se orga-nicen los espacios de trabajo y los compartidos. (Figura 2.2.2.d)

Figura 2.2.2.c

Figura 2.2.2.d

<

En el caso de la calle, la organización tipo permite:

Distribuir los espacios de trabajo con doble fachada: al ex-terior y a la calle interior.

La posibilidad de dotar de transparencia y permeabilidad a la divisoria entre el espacio de trabajo y la calle interior.

Un reparto equitativo de los espacios compartidos como, por ejemplo, las salas de reuniones, a lo largo de la calle, ya sea porque se prolongue lateralmente o porque se en-sanche.

Una primera alternativa de situar la recepción y los servi-cios técnicos y de asesoramiento en el centro de la calle, de manera que queden frente a los núcleos de comunica-ción vertical y a los lavabos (1a).

Una segunda alternativa de situar los espacios comparti-dos en uno de los lados de la calle, aprovechando la orien-tación más desfavorable, junto con los núcleos de comu-nicación vertical y los lavabos (1b).

Una tercera alternativa de situar la recepción y los servi-cios técnicos y de asesoramiento en un extremo de la ca-lle, de manera que los núcleos de comunicación vertical y los lavabos se repartan a lo largo de la vía y los espacios compartidos queden al final (1c).

La posibilidad de crecimiento lineal del patrón mediante la unión de varias calles por los extremos, reubicando la re-cepción y los espacios compartidos en una posición más central.(Figura 2.2.2.b)

Figura 2.2.2.a

Figura 2.2.2.b

>

223222

(3c)

=

(3c)

=

(3b)

Espacios comunes Espacios compartidos Espacios de apoyo Servicios técnicos y elementos de comunicación vertical

(3a)

(3b)

Espacios comunes Espacios compartidos Espacios de apoyo Servicios técnicos y elementos de comunicación vertical

(3a)

La posibilidad de crecimiento en red del patrón mediante la unión de los elementos por alguno de sus lados (o por los cuatro), generando nuevos pasillos que se prolonguen en dos direcciones.(Figura 2.2.2.f)

Por último, también permite incorporar pequeños patios de luces (3c) —equivalentes a la superficie de 1 o 2 espa-cios de trabajo— en el centro del edificio para mejorar las condiciones de iluminación natural y ventilación de los es-pacios de trabajo que no se encuentran en fachada; a su vez, estos pequeños patios de luces podrán convertirse en espacios exteriores de descanso y encuentro.

En síntesis, en este apartado se constata que la capacidad de transfor-mación y/o ampliación de los edificios modulares requiere la equivalen-cia de los espacios que los conforman y un orden estructural claro y rít-mico, cualidades que permiten el intercambio de usos y el reaprovecha-miento de estructuras formales y materiales para nuevas condiciones.

Además, las propuestas basadas en tipologías como estas ofrecen es-pacios reconocibles e identificables para todo el mundo, de manera que tanto a los usuarios como a los visitantes del centro les resultará más fá-cil orientarse.

.

Figura 2.2.2.f

<

Figura 2.2.2.g

En el caso del mercado, la organización tipo permite:

Una distribución jerárquica de los espacios de trabajo con un primer nivel en el que se distribuyen a lo largo del períme-tro de todo el edificio con doble fachada: hacia el exterior y hacia los pasillos; y un segundo nivel de espacios de trabajo anexionados en dobles hileras con aberturas a los pasillos.

La posibilidad de dotar de transparencia y permeabilidad a la divisoria entre el espacio de trabajo y los espacios de circulación.

Una primera alternativa de situar los espacios compar-tidos en uno de los lados del mercado aprovechando la orientación más desfavorable, junto con los núcleos de co-municación vertical y los lavabos. Esta configuración en forma de peine tiene que prever la colocación de otros es-pacios compartidos en los puntos más alejados del pei-ne, en virtud del criterio de proximidad a los módulos (3a).

Una segunda alternativa de situar los espacios comparti-dos, como las salas de reuniones, en las filas centrales del mercado, aprovechando la luz y la ventilación de las facha-das para los espacios de trabajo. Por la misma razón, los núcleos de comunicación vertical y los lavabos, así como los servicios técnicos y de apoyo, también pueden situarse en esta posición central (3b).

>

Figura 2.2.2.e

225224

Estado inicial

x

y

x

y

x

y

x

y

x

y

x

y

x

y

x

y

y

x

Transformación

3a2a

3aa

x

y

y

x

y

x

x

y

x

y

x

y

y

x

x

y

Tal como puede observarse, en el caso de la derecha resulta difícil una subdivisión de los módulos de mayor profundidad en la que que-den garantizados el acceso desde el espacio de circulación y el ac-ceso a la fachada manteniendo una buena proporción de los módu-los en cuestión. Por su parte, en el caso de la izquierda resulta difícil configurar módulos de mayor dimensión sin que queden extrema-damente alargados y con una superficie de fachada totalmente des-proporcionada.

Así pues, vemos que las configuraciones asimétricas pueden ir en detrimento de la adaptabilidad de los espacios a las nuevas necesida-des que puedan surgir durante los años de funcionamiento del cen-tro, por lo que habrá que tener presente este aspecto al plantear asi-metrías o grandes profundidades de las diferentes unidades del pro-grama.

En este sentido, dotar a los espacios de circulación de luz natural pue-de mejorar la flexibilidad de dichos espacios a lo largo del tiempo, en caso de que sea necesaria la configuración asimétrica o de gran profundidad debido a las características del solar. Así pues, una parte de los nuevos módulos de menor dimensión se podrían iluminar de manera indirecta a través de los espacios de circulación, con lo que podría plantearse, por ejemplo, la configuración que aparece en el si-guiente esquema:

<

Figura 2.2.2.j

Posible transformación de los espacios en los que que-da garantizada la buena pro-porción y el acceso a la luz natural y a los espacios de circulación, aunque con una pérdida considerable de su-perficie de alquiler. El espa-cio de circulación se ha ilu-minado con un lucernario que aportará luz a los mó-dulos subdivididos a través del elemento escaparate.

(38) Del mismo modo, muy probablemente aumentará la superficie de los módulos sin visión del cielo. Consultar el apartado 2.2.1, «La orien-tación y las obstrucciones», de este mismo capítulo.

>

Figura 2.2.2.i

Posibles transformacio-nes que pueden surgir a lo largo de los años de fun-cionamiento de un centro. En verde, los espacios que mantienen unas buenas proporciones según la regla 2:1; en rojo, los espacios que no la cumplen.

>

Figura 2.2.2.h

Se han esquematizado dos posibilidades de configura-ción asimétrica: la de la iz-quierda se podría aplicar a un centro de menor en-vergadura, con previsión de alojar empresas peque-ñas de pocos trabajado-res, mientras que la de la derecha prevé espacios de mayor dimensión porque se dirige a empresas más grandes, con más necesidad de espacio o más consolida-das. Tal como puede obser-varse, se han establecido las profundidades a partir de la dimensión «a» del ámbito individual de trabajo y res-petando la proporción 2:1.

2 . 2 . 2 . b Asimetrías

Los tres modelos planteados, con sus variantes, parten de una profundidad fija de los mó-dulos de trabajo establecida por el módulo de oficina independiente pequeño, profundidad conseguida con la agregación de dos ámbitos de trabajo individual lo que es garantía de una buena proporción del espacio resultante.

Se pueden plantear otras profundidades de los módulos de trabajo siempre que quede garantizada una proporción de 2 a 1, en la que es recomendable que la profundidad sea el doble del ancho del módulo. No obstante, a la hora de definir diferentes profundidades de los módulos de trabajo (y de otras unidades del programa, como el coworking, las au-las, etc.) hay que tener en cuenta, además de la proporción óptima, las transformaciones en el tiempo que pueden sufrir unos espacios diseñados a priori en respuesta a una de-manda particular.

Dado que se ha recomendado como factor de flexibilidad la configuración de módulos de diferente superficie, podría pensarse en una evolución asimétrica del modelo calle (tam-bién aplicable a los otros dos modelos) en la que los módulos más grandes (y también las aulas, los espacios de coworking, la administración, etc.) quedasen en la parte más profunda, y los módulos reducidos y algunos espacios compartidos en la parte estrecha.

Veamos el esquema:

En su configuración inicial, ambas propuestas garantizan espacios de buenas pro-porciones; la propuesta de la derecha optimiza más la fachada, pero esto puede ir en contra de la incidencia de la luz natural en los espacios(38) (este aspecto se trata-rá más adelante en el capítulo 2.3, «Diseño del espacio de trabajo»).

Pero, con el tiempo, es posible que varíe la demanda de superficie por parte de las empresas y que el centro se quiera adaptar a esa nueva demanda. Analicemos las transformaciones:

227226

(1)

(2)

(3)

15 unidades. Más allá de esta cifra, el pasillo alcanza una longitud exagerada. Una evolución de esta opción es incorporar elementos de circulación vertical al pasillo intermedio para posibilitar el crecimiento en altura del resto de unidades del pro-grama. Este pasillo tiene que estar convenientemente sectorizado respecto de los diferentes establecimientos de uso industrial y uso administrativo para que pueda funcionar como vestíbulo de independencia entre sectores.

2 . 2 . 3 . aDiálogo entre el uso industrial y la zona administrativa

Cada uno de los tres modelos de agregación de los módulos industriales permite diferentes grados de diálogo con la zona administrativa del centro. El esquema general del edificio tiene que realizarse de acuerdo con las prioridades o preferencias del centro: ambiente de comuni-dad, máxima flexibilidad, aprovechamiento óptimo de la parcela, etc.

La zona administrativa, por su parte, puede desarrollar el programa en una o varias plantas convirtiéndose en la fachada representativa del centro y el acceso habitual. Por lo tanto, en caso de parcelas interiores hay que situarla en relación con el vial adecuando el acceso de ve-hículos hacia el interior de la parcela.

El tercer elemento que entra en juego es la colocación de las plazas de aparcamiento, ele-mento que ocupará el espacio libre de la parcela y necesitará medidas de seguridad y un cie-rre regulado según el horario de apertura del centro.

Por su parte, la agregación en hilera permite:

Una distribución de los módulos industriales con doble fachada accesible, que re-suelve la evacuación de emergencia en módulos grandes y excepcionales.

La segregación del recorrido de peatones, que supone la conexión directa con la zona administrativa, respecto del recorrido de vehículos pesados.

La posibilidad de cerrar, aislar e incluso climatizar el recorrido de peatones tratán-dolo a efectos del RSCIEI como un pasillo protegido (siempre que se incorpore una salida de emergencia hacia el exterior), para estimular la conexión con la zona ad-ministrativa.

Una primera alternativa de agrupación lineal con la zona administrativa situada en un extremo, que puede ser la fachada principal y representativa del centro. No obs-tante, se puede optar por colocar la zona administrativa de forma centrada, con el inconveniente de que se pierde la relación visual con la fachada activa de los mó-dulos industriales (1a y 1a').

Una segunda alternativa de agrupación anular siguiendo el perímetro de la parce-la, con acceso directo a los módulos desde el vial (1b).

Una tercera alternativa de crecimiento compacto en L, opción más indicada para vi-veros de dimensión reducida, con 10-12 unidades de alquiler (1c).

También en el caso del vivero industrial, la forma final que adoptará la combinación de las unidades de uso del programa se regirá igual-mente por una idea general de articulación de las unidades básicas del vivero, la relación de estas con los espacios compartidos, comu-nes y de apoyo, y los límites establecidos por el emplazamiento (el entorno urbano, la normativa urbanística de la parcela, el presupues-to disponible, etc.).

Por lo que respecta a la idea general de articulación de las unidades básicas del vivero industrial, se pueden extrapolar –a partir del aná-lisis de los viveros de la demarcación de Barcelona y de otros casos ejemplares de Cataluña y del resto del Estado español– tres modelos de agregación diferentes:

El caso más sencillo de crecimiento de módulos de activi-dad industrial es el crecimiento en hilera (1), en el que los módulos se anexionan por la fachada larga de forma se-riada. Una de las fachadas, preparada para la carga y des-carga de material con puertas tipo garaje, efectúa la fun-ción de acceso principal de vehículos pesados y la otra con-tiene el acceso peatonal, próximo a la escalera que sube al altillo interior utilizado como oficina y se convierte en el es-pacio de circulación de los usuarios hacia los espacios co-munes, compartidos y de apoyo. La circulación de peato-nes puede efectuarse por un espacio a cubierto o comple-tamente interior. Este tipo de agregación no es aconsejable en el caso de módulos pequeños porque requiere un gas-to exagerado en fachada exterior.

Aumentando un grado más la complejidad, encontramos el crecimiento en hilera adosada (2), que resuelve la pro-blemática del exceso de fachada de los módulos peque-ños. Por el contrario, debe descartarse para los módulos grandes y excepcionales, que necesitan la doble fachada para alcanzar las exigencias de longitud de los recorridos de evacuación de emergencia. Tiene el inconveniente de mezclar la circulación de vehículos y peatones relegando la conexión de los módulos con el resto de unidades del programa a los espacios exteriores abiertos, pero permite una gran flexibilidad de superficies mediante el empleo de divisorias amovibles.

Por último, combinando las dos formas de crecimiento an-teriores, encontramos la agrupación en hilera adosada con pasillo intermedio (3), opción aplicable a centros peque-ños o medianos con un número de módulos no superior a

2 . 2 . 3 Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero industrial

229228

(1a)

(1b)

(1c)

(1a')

Módulos industriales

Zona administrativa (espacios de apoyo, compartidos y comunes)

Aparcamiento

Acceso principal del centro

(1a)

(1b)

(1a')

(1c)

Módulos industriales

Zona administrativa (espacios de apoyo, compartidos y comunes)

Aparcamiento

Acceso principal del centro

La posibilidad de crecimiento, ampliación o construcción por fases, tanto de la agrupación de módulos de actividad industrial como de la zona administrativa, manteniendo la misma situación de diálogo entre las dos zonas. Figura 2.2.3.bFigura 2.2.3.a

231230

(2b)(2a)

OK

(2b)

(2a)Por último, la agregación en hilera adosada con pasillo intermedio permite:

La distribución de los módulos industriales con una única fachada accesible pero, a efectos del RSCIEI, con doble salida de evacuación al incorporar el acceso al pasillo protegido (siempre que disponga de una salida directa al exterior).

La segregación del recorrido de peatones, que supone la conexión directa con la zona administrativa, respecto del recorrido de vehículos pesados.

La posibilidad de cerrar, aislar e incluso climatizar el recorrido de peatones para es-timular la conexión con la zona administrativa, lo que ahorra superficie de fachada respecto de la agrupación lineal simple.

Una primera alternativa de crecimiento lineal con la zona administrativa situada en un extremo, que será el acceso principal. De esta manera se motiva la circulación cotidiana a través de la zona administrativa, que se conecta directamente con los módulos industriales sin necesidad de salir al exterior. Es una modalidad de centro compacto óptima para centros pequeños con módulos de dimensiones pequeñas o medianas. El pasillo actúa como vestíbulo de independencia permitiendo la se-gunda salida de evacuación en caso necesario (3a).

Una segunda alternativa de agrupación en forma de L que permite una dotación superior de módulos así como la generación de una zona exterior de aparcamien-to integrada (3b).

Figura 2.2.3.d

La posibilidad de crecimiento, ampliación o construcción por fases, tanto de la agrupación de módulos de actividad industrial como de la zona administrativa, manteniendo la misma situación de diálogo entre ambas zonas.

>

Figura 2.2.3.c

Por otra parte, la agregación en hilera adosada permite:

La distribución de los módulos industriales con una o dos fachadas accesibles que, a partir de la implementación del sistema modulable y de las divisorias amovibles, permite una gran versatilidad de los espacios tal como se observa en el esquema (2a). Por el contrario, esta solución tiene el inconveniente de que no existe comuni-cación directa entre módulos y la zona administrativa, lo que va en detrimento de la creación de comunidad.

Una primera alternativa de agrupación lineal con la zona administrativa situada en un extremo, que puede ser la fachada principal y representativa del centro (2a).

Una segunda alternativa de disposición de los módulos a partir de la creación de viales privados de acceso de vehículos pesados. Este esquema tiene la ventaja de que la calle privada puede efectuar la función de muelle de descarga comunita-rio. Además, se acentúa la generación de comunidad al mejorar la visibilidad entre módulos e incorporar un espacio comunitario de uso diario (2b).

233232

(3b)

(3c)

(3b)

(3a)

(3c) (3c')

Núcleos de comunicación vertical

Módulos industriales

Zona administrativa (espacios de apoyo, compartidos y comunes)

Aparcamiento

Acceso principal del centro

La posibilidad de crecimiento, ampliación o construcción por fases, tanto de la agru-pación de módulos de actividad industrial como de la zona administrativa, mante-niendo la misma situación de diálogo entre ambas zonas.(Figura 2.2.3.f)

<

Figura 2.2.3.f

Figura 2.2.3.e

La posibilidad de ampliación del pasillo de conexión para poder alojar núcleos de comunicación vertical, lo que permite una tercera alternativa de agrupación que consiste en situar la zona administrativa en la primera planta, directamente co-municada con los módulos industriales. Este esquema requiere la incorporación de vestíbulos de independencia entre el módulo industrial y el espacio interior de circulación, que a efectos del RSCIEI pasa a considerarse zona administrativa (3c).

235234

0 1 2 3 4 5 6m

1

5

10

Il·luminació

Pla de treball

90 cm

150 300 450 600 750 900 1050 lx

6.00 m0.000.00

dades de un proyecto de edificación, sino tan sólo las que hemos considerado decisivas para el diseño de los espacios de trabajo. Las recomendaciones contenidas en este capítulo se di-rigen, así pues a los técnicos redactores del proyecto arquitectónico en fase de detalle y con-creción (normalmente, el arquitecto o arquitecta).

Dada la disimilitud antes mencionada entre los espacios de trabajo del vivero de servicios y del vivero industrial, este capítulo se ha subdividido en dos apartados: el primero recoge los facto-res que tienen mayor incidencia en el confort del espacio de trabajo del vivero de servicios y el segundo los factores que deben tenerse en cuenta al diseñar los módulos del vivero industrial.

2 . 3 . 1El confort de los módulos de trabajo del vivero de servicios(40)

Los diferentes factores que influyen directamente en el confort de los usuarios y que se desarrollarán a largo de este capítulo son:

La iluminación natural

La iluminación artificial

El confort acústico

El confort higrotérmico

El equipamiento y los colores

Algunos de estos aspectos aparecen incorporados a los proyectos ar-quitectónicos de forma natural, ya que derivan de la percepción que todos tenemos del entorno inmediato y de nuestra experiencia dia-ria como ocupantes de los espacios. Sin embargo, en muchos ca-sos se descuidan algunos aspectos fundamentales que pueden pa-recer residuales como, por ejemplo, la colocación de los puntos de luz, la elección de las luminarias o cómo situarlas de acuerdo con las aberturas.

En este sentido, conocer los aspectos técnicos que rigen el compor-tamiento de estos factores ayudará a los proyectistas a configurar un diseño adecuado y a entender los ámbitos donde pueden actuar y los que quedan fuera de su alcance. En este capítulo también se plantean algunos instrumentos de respuesta a las necesidades concretas de confort, que en ningún caso deben entenderse como imposiciones o como la única solución planteable, sino sólo como ejemplos para es-timular la creatividad de los proyectistas.

(40) Los criterios son igual-mente aplicables a los es-pacios de oficina incorpora-dos a los módulos tipo nave de los viveros industriales. Dado que son generalmen-te los empresarios arren-datarios quienes realizan la adecuación interior del alti-llo de oficinas, será de todo punto beneficioso que la ad-ministración del centro les traslade las recomendacio-nes contenidas en estos ca-pítulos o, cuando menos, que incorpore un resumen de estas recomendaciones al reglamento de uso del centro para velar también por la buena calidad de los espacios de trabajo seden-tario del vivero industrial.

CAPÍTULO 2.3DISEÑO DEL ESPACIO DE TRABAJO

A lo largo de esta guía se ha puesto de relieve la importancia de los espacios comunes den-tro del vivero de empresas para asegurar que no queden olvidados en la fase de proyecto. Sin embargo, los usuarios del vivero pasarán la mayor parte de su tiempo en el interior de los es-pacios de trabajo, por lo que deben diseñarse de forma muy cuidada. Así pues, hay que pro-curar que estos espacios sean confortables y que se adecuen al máximo a las necesidades concretas del trabajo que se haya previsto desarrollar. Cuanto más adecuados sean estos es-pacios, más contribuirán al éxito del vivero puesto que un buen diseño se puede vender como un valor añadido del centro.

Diseñar un espacio de trabajo confortable no es sinónimo de grandes costes, sino más bien todo lo contrario: se trata de optimizar el espacio mediante los recursos arquitectónicos dispo-nibles en el proyecto. A título de ejemplo, un buen diseño de la fachada y de las aberturas re-ducirá el consumo eléctrico vinculado a la iluminación artificial y a la climatización,(39) garanti-zando al mismo tiempo un espacio confortable.

En el caso de los viveros de servicios, la mayoría de actividades que se desarrollan en los mó-dulos de trabajo tienen necesidades y características similares: son generalmente trabajos de oficina que requieren un puesto de trabajo adecuado para leer documentos y trabajar con ma-quinaria electrónica (ordenadores, tablets táctiles, smartphones, etc.). Así pues, como mínimo habrá que garantizar el confort del espacio de trabajo para realizar estos trabajos predomi-nantes en condiciones óptimas.

Los viveros industriales no quedan excluidos de esta reflexión. En primer lugar, tal como se apuntaba en el capítulo 2.1, «Programa de usos», la mayoría de módulos industriales incor-poran un espacio de oficina a modo de altillo. Las indicaciones que se darán para los módu-los de servicios son también aplicables en cierta medida a los altillos de oficina de los módu-los industriales. Por otra parte, es importante no descuidar el acondicionamiento de la nave donde se desarrollará la actividad industrial que, aunque se acabe «en bruto», deberá garan-tizar unas buenas condiciones de partida para que el empresario o empresaria sea capaz de adaptarla adecuadamente.

Así pues, en este capítulo se han recogido las características técnicas especializadas que, bien diseñadas, darán un valor añadido al proyecto ejecutivo del vivero, un edificio que, recordé-moslo, se destina antes que nada al trabajo. Por lo tanto, no recogemos todas las especifici-

(39) Aparte de los benefi-cios medioambientales que se indican en el subaparta-do 2.5.2.b «Energía» del ca-pítulo 2.5, «Factores de sos-tenibilidad 2», apartado que recomendamos consultar.

236

Zona con luz natural

Plano de trabajoH

2H

Zona con luz natural

45°

Plano de trabajo

Plano de trabajo

0 1 2 3 4 5 6m

1

5

10

Iluminación

Plano de trabajo

90 cm

150 300 450 600 750 900 1050 lx

6.00 m0.000.00

luz natural debe velar por una mayor dispersión de la luz hacia el fondo de las estancias para conseguir espacios con menos contrastes y, en consecuencia, más agradables para la visión humana, al tiempo que se reduce la necesidad de utilizar la iluminación artificial.

Los instrumentos a disposición del diseño arquitectónico para incrementar la cantidad de luz en el interior de los módulos de trabajo son:

El diseño específico de las aberturas.

La elección de los materiales de acabado de las superficies interiores y del entor-no inmediato.

La introducción de aberturas complementarias.

<

Figura 2.3.1.b

Esquema en sección.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del libro Brandi [et al.] , 2006, p. 20.

Figura 2.3.1.d

Aberturas representadas en alzado y gráficos en sec-ción. Gráficos elaborados manualmente a partir de cálculos lumínicos realiza-dos con el programa DIA-Lux. Ejercicio efectuado de acuerdo con el contenido del libro Baker; Steemers, 2002, p. 67.

<

Figura 2.3.1.c

Esquema en planta.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del li-bro BRANDY Brandi [et al.] , 2006, p. 20.

(45) Recordamos el subapar-tado «Asimetrías» del aparta-do 2.2.2. Según la regla de los 2H, una profundidad superior de los espacios de trabajo va en detrimento no sólo de su adaptabilidad a los cam-bios, sino también del repar-to de luz natural en dichos es-pacios.

(46) Tal como puede verse en la figura 2.3.1.d, con la misma superficie de abertura el aná-lisis de la incidencia de la luz natural en cielos claros nos indica que la colocación en vertical incrementará ligera-mente el nivel de luz de la es-tancia. El motivo principal de este aumento es la elevación de la altura del dintel que su-pone la colocación en vertical.

Por el contrario, un ancho de ventana inferior al de la estancia deli-mitará zonas oscuras a una y otra parte que se pueden simplificar con la regla de los 45º.(Figura 2.3.1.c) No obstante, la variación en el ancho es el parámetro que afecta menos a la distribución de la luz natural en el interior de las estancias.

Por lo que respecta al diseño específico de las aberturas laterales o ventanas, hay una regla que simplifica la relación entre la altura de las aberturas (o dintel) y la profundidad que alcan-za la luz natural, la regla que podemos apreciar en la figura 2.3.1.b.

Así pues, tal como decíamos más arriba, cuanta más altura de ventana, más penetración de luz natural habrá en el interior del módulo. No obstante, esta es una pauta que puede ser-vir únicamente como punto de partida(45) ya que, en realidad, un análisis más cuidadoso de-muestra que en el diseño de las aberturas, para una misma orientación, la incidencia de la luz en el espacio interior no depende sólo de la altura del dintel de las ventanas sino también de la anchura, de la altura del pretil y de la superficie que tengan. Sin embargo, esta simplifi-cación responde a que la variación de la altura del dintel afecta más al reparto de la luz que el resto de parámetros.(46)

El diseño específico de las aberturas

2 . 3 . 1 . a La iluminación natural (41,42)

En el apartado 2.2.1, «La orientación y las obstrucciones», se han in-troducido los componentes de la luz natural (luz directa, luz indirec-ta y luz interior reflejada) para tratar el papel que ejercen las obstruc-ciones del entorno en el nivel de intensidad de la luz y en la visión del cielo. De la misma forma, el diseño de las aberturas (ventanas y cla-raboyas) es fundamental en el reparto interior de la luz. A continua-ción profundizaremos en este aspecto.

En un espacio de trabajo, el análisis de la incidencia de la luz natu-ral debe efectuarse respecto al plano de trabajo, que se determina a una altura de entre 75-90 centímetros (la altura de las mesas de tra-bajo tipo oficina).

La forma más usual de incorporar aberturas a los espacios de tra-bajo tipo oficina es lateralmente, mediante aberturas en la fachada.(43) La altura de la ventana, entre otros factores, tiene una gran repercu-sión respecto a la profundidad a la que se quiere iluminar. Además, la penetración de la luz natural en las estancias con aberturas latera-les no es uniforme, sino que se concentra en la superficie adyacen-te a la abertura. Así pues, tal como muestra el gráfico siguiente, la in-tensidad de la luz natural según la profundidad de las estancias dibu-ja una curva exponencial:

Figura 2.3.1.a

En el gráfico de la izquier-da, con visión lateral de la estancia, se aprecia la cur-va exponencial que caracte-riza el reparto de la luz na-tural difundida en el interior de los espacios iluminados lateralmente. A la derecha, podemos observar un grá-fico en planta en el que los diferentes grises identifican distintos niveles de ilumi-nancia; el blanco correspon-de al nivel más alto y el gris oscuro al más bajo.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del libro Baker; Steemers, 2002, p. 63.

>

(41) Para la elaboración del contenido de este capítulo se han empleado como refe-rencia los siguientes manua-les de reconocido prestigio:

Baker, Nick; Steemers, Koen. Daylight Design of Buildings: A Handbook for Architects and Engineers. Londres: James & James (Science Publishers), 2002.

Comité Español de Ilumina-ción; Instituto para la Di-versificación y Ahorro de la energía; Consejo Superior de los colegios de Arqui-tectos de España. Aprove-chamiento de la luz natural en la iluminación de edi-ficios: guía técnica. Ma-drid: IDAE, Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, 2005. Tam-bién disponible en línea en: <http://www.idae.es/index .php/mod.documentos/ m e m . d e s c a r g a ? f i l e = / documentos_10055_GT_aprovechamiento_ luz_ natural_05_ff12ae5a.pdf> [Consulta: 2 de diciembre de 2013].

Brandi, Ulrike [et al.]. De-tail Practice: Lighting De-sign: Principles, Implemen-tation, Case Studies. Basel: Birkhäuser – Publishers for Architecture, 2006.

Robbins, Claude L. Day-lighting Design & Anàlisis. USA: Van Nostrand Renhold Company, 1986.

(42) Los diagramas lumíni-cos que aparecen en este apartado se han creado a través del software DIALux.

(43) Baker; Steemers, 2002, p. 63.

(44) Hay que tener presen-te que la incidencia de la luz natural es diferente si hace sol o está nublado. El com-portamiento de la luz bajo cielos nublados es homo-géneo para las diferentes orientaciones. En cambio, en cielos claros la orienta-ción del edificio modifica en gran medida la penetración y dispersión de la luz den-tro de los espacios. En el

Hay que apuntar que, generalmente, no se incorpora al cálculo la pe-netración de la luz directa del sol, que es muy cambiante y tiene una intensidad desproporcionada respecto de la luz difundida.(44) Dado que la entrada de luz directa no es aconsejable y tiene que evitarse en los espacios de trabajo (debido a los deslumbramientos y el sobrecalen-tamiento que produce), el análisis de la dispersión de la luz indirecta en el interior de los espacios es una herramienta adecuada para dise-ñar las aberturas de un vivero de empresas.

Aparte de la orientación, existen toda una serie de factores (la dimen-sión y colocación de las aberturas, la distancia que observan respec-to de los cerramientos laterales, el color y material de las paredes y techos, etc.) que influirán directamente en la penetración y dispersión de la luz natural en el interior de los módulos. Un buen diseño de la

clima mediterráneo predo-minan los cielos claros a lo largo del año. La diferencia fundamental es la cantidad de luz que penetra y la ma-nera como se va reducien-do a medida que nos aleja-mos de la abertura. Así, en orientaciones sur la curva presenta un trazo casi ex-ponencial y su pendiente va disminuyendo a medida que se gira hacia el norte. Para más información, consultar el libro (Robbins, 1986).

239

Plano de trabajo

Plano de trabajo

Alzado Sección

Alzado Sección

Planta

Planta

1x 450

400

350

300

250

200

150

100

1x 450

400

350

300

250

200

150

100

50

La elección de los materiales de acabado de las superficies interiores y del entorno inmediato influye en la dispersión de la luz en el interior de las estancias porque estos materiales actúan como reflectores de los rayos lumínicos que inciden sobre ellos. En este sentido, son es-pecialmente importantes el techo interior y el pavimento de los en-tornos urbanos adyacentes al edificio que, combinados, pueden llegar a incrementar notablemente la iluminancia interior. (Figura 2.3.1.g)

<

Figura 2.3.1.g

Esquema en sección.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del libro Baker; Steemers, 2002, p. 69.

Así pues, se recomienda incorporar materiales claros y con un buen nivel de reflexión de la luz difundida (lo que no debe confundirse con superficies brillantes). A modo orientativo, la reflectancia de los mate-riales más utilizados como techo son las siguientes:(48)

Para garantizar la reflexión del techo hay que evitar elementos des-colgados paralelos a las fachadas que contienen las aberturas por-que desviarán los rayos reflejados y generarán zonas de sombra en los techos. Estos elementos, en cambio, sí podrán ser perpendicula-res a las aberturas.

Además, el efecto multiplicador de la reflexión de los techos se pue-de incrementar mediante el diseño de los elementos de tamizado de la luz directa.

<

Figura 2.3.1.h

(48) Baker; Steemers, 2002, p. 225.

La elección de los materiales de acabado de las superficies y del entorno inmediato

Reflectancia de los techos más utilizados

Pintura blanca sobre yeso

Pintura blanca sobre falso techo acústico (perforado)

Pintura blanca sobre hormigón poco pulido

Pintura blanca sobre falso techo de fibras

0,8

0,7

0,6

0,5

Finalmente, la variación en la altura del pretil afectará también a la distribución interior de la luz. Las ventanas altas consiguen un repar-to de la luz mayor, sobre todo si se colocan enrasadas con el techo. No obstante, las ventanas altas presentan dos inconvenientes:

El primero, que se delimita una zona oscura junto a la fa-chada (lo que no es totalmente negativo si se aprovecha, por ejemplo, para colocar mobiliario de almacenamiento).

El segundo, y más importante, que los usuarios tienen li-mitada la visión del cielo, lo que crea una sensación de ais-lamiento respecto del mundo exterior que puede ser con-traproducente.

Figura 2.3.1.e

En estos gráficos se com-para la distribución de la luz por una misma superficie con iguales proporciones de abertura y colocando dicha abertura a dos alturas dife-rentes. Aunque la situación centrada, justo por encima del plano de trabajo, aporta más iluminancia a las zonas próximas a la abertura, la si-

En resumen, un incremento en la superficie de las aberturas, aun cuando aumenta el nivel de iluminancia, no mejora necesariamente el reparto de la luz hacia el interior de los módulos porque el reparto y dispersión de la luz está más relacionado con la forma de las aber-turas que con la superficie de las mismas.(47)

(47) Como ejemplo resu-men para entender visual-mente el contenido del tex-to, exponemos el ejercicio siguiente (figura 2.3.1.f): a partir de una ventana ini-cial de 1,5 m2 de superficie (con 1,50 m de ancho por 1 m de alto y 0,90 cm de pre-til) se compara el impac-to que tendrán en el nivel de iluminación interior las diferentes estrategias de ampliación de la superficie de abertura. Aunque en los tres casos se ha doblado la superficie de abertura, me-diante la elevación del din-tel se consigue el mayor incremento de iluminación en la zona más lejana a la misma.

Figura 2.3.1.f

Aberturas representadas en alzado y gráfico com-parativo en sección. Los gráficos se han elabora-do manualmente a partir de los cálculos lumínicos realizados con el progra-ma DIALux.∨

tuación elevada dispersa la luz de forma más homogé-nea por toda la estancia in-crementando la intensidad lumínica en la zona interior. (Gráficos en sección elabo-rados manualmente a par-tir de los cálculos lumínicos realizados con el programa DIALux.)

241240

0,00

0,00

6,00 m

6,00 m 1x

1000

800

600

400

200

0,00

0,00

6,00 m

6,00 m 1x

1000

800

600

400

200

0,00

0,00

6,00 m

6,00 m 1x

1000

800

600

400

200

A partir de los tres patrones de crecimiento planteados en el apartado 2.2.2, «Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero de servicios», se proponen diferentes variantes para mejorar la dispersión de la luz natural en el interior de los módulos:

En el caso del claustro, adoptar la variante con patio interior, que desplaza los es-pacios de circulación vertical y de servicios a la anilla de módulos de trabajo, es una mejora en sí misma respecto de las configuraciones con los elementos de circula-ción centrales siempre que se combine con el elemento escaparate. Así pues, los módulos de trabajo se iluminarían de forma directa a través del perímetro exte-rior y de forma indirecta a través del deambulatorio. Aún así, hay que tomar medi-das en cuanto al tamizado de la luz directa también para las fachadas interiores del claustro, que no sólo servirán para proteger del sobrecalentamiento y el deslum-bramiento en los pasillos, sino también en los espacios de trabajo.

En el caso del modelo calle, la aportación complementaria de luz natural se po-dría obtener a través de la integración de una claraboya en la cubierta de la calle en cuestión, que no sólo aportaría riqueza al espacio común (recordemos el papel de dinamizador), sino que también mejoraría la iluminación de los espacios de traba-jo a través del elemento escaparate.

En el caso de configuraciones en varias alturas, esta aportación complementaria se podría mantener mediante la configuración de una galería(Figura 2.3.1.n) que, ade-más de aportar riqueza visual al conjunto, podría suponer una medida a favor del comportamiento bioclimático del edificio.(52)

Figura 2.3.1.l

Figura 2.3.1.m

<

(52) Consultar el subaparta-do 2.5.2.b, «Energía», del ca-pítulo 2.5.

La introducción de aberturas secundarias se puede utilizar asimismo para mejorar la disper-sión de la luz natural en el interior de los módulos de trabajo. La configuración característica del vivero de empresas, así como la integración de los escaparates en los espacios de circu-lación, posibilita la incorporación de aberturas complementarias de luz natural de forma re-lativamente sencilla.

Un mecanismo que funciona especialmente bien son los aleros co-locados a 2/3 de altura de la abertura, cuando se extienden también hacia el interior de las estancias.(Figura 2.3.1.i) Estos elementos permiten redirigir la luz directa hacia el techo, donde se refleja, se dispersa y se conduce hacia el interior, reduciendo al mismo tiempo la entrada de rayos directos del sol. Hay que vigilar el detalle constructivo de estos elementos para evitar puentes térmicos.

Figura 2.3.1.i

Esquema en sección.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del libro Brandi [et al.], 2006, p. 34.

>

Figura 2.3.1.j

Esquema en sección.

Fuente: elaboración propia a partir de los gráficos del libro Brandi [et al.], 2006, p. 34.

>

Figura 2.3.1.k

Cálculos lumínicos realiza-dos con el programa DIA-Lux.

Ejercicio realizado de acuer-do con el contenido del libro: Baker; Steemers, 2002, p. 67.

(49) Consultar el capítulo 1.4, «La imagen corporati-va», en concreto las consi-deraciones para la imagen exterior de los edificios.

(50) Baker; Steemers, 2002, p. 66-67.

(51) En la figura 2.3.1.k puede apreciarse este efecto. Para una misma superficie de abertura de 6 m2 se observa una distribución más homo-génea de la luz en las opcio-nes con ventanas repartidas en dos fachadas, ya sean ad-yacentes u opuestas.

Una alternativa a los aleros intermedios es tratar de forma diferenciada la parte superior del elemento tamizador, por ejemplo con un elemen-to móvil de láminas inclinadas por la mayor parte de la abertura y un elemento fijo de láminas horizontales reflectoras en el tercio superior. (Figura 2.3.1.j)

En definitiva, el buen diseño de las aberturas, de los elementos de pro-tección solar y de los revestimientos puede ser uno de los aspectos clave del proyecto, y las soluciones adoptadas pueden, incluso, dar una estética característica al edificio que refuerce la imagen corporativa del centro.(49)

En último término, la introducción de aberturas complementarias no sólo incrementará el nivel de luz natural, sino que también favorece-rá su dispersión y reparto equilibrado.(50) Así, para una misma super-ficie de abertura, el reparto de la luz es más homogéneo en el caso de dos aberturas con la mitad de superficie en diferentes fachadas que en el caso de una única abertura más grande.(51) De esta mane-ra se pueden garantizar un mayor número de puestos de trabajo con buena iluminación.

De acuerdo con este efecto, colocar los espacios de mayor dimen-sión del vivero en las esquinas va a favor de una iluminación más ho-mogénea de dichos espacios: por ejemplo, un coworking o un mó-dulo de oficina grande funcionarán mejor si disponen de aberturas en dos fachadas.

La introducción de aberturas complementarias

243242

Así pues, hemos visto que el diseño de los espacios en función de la iluminación natural pue-de llegar a ser uno de los distintivos del proyecto y, a lo largo del tiempo, del propio centro, constituyendo además uno de los indicadores de confort más importantes. Un puesto de tra-bajo confortable necesita un buen tratamiento de la luz natural en todos sus componentes (luz directa, luz indirecta y luz interior reflejada) que garantice su reparto adecuado en el inte-rior del espacio y al mismo tiempo evite el deslumbramiento, los contrastes indeseados y el sobrecalentamiento.

2 . 3 . 1 . bLa iluminación artificial (53, 54)

La luz natural es una fuente de energía gratuita e ilimitada. Sin em-bargo, cambia mucho a lo largo del día y del año y según el clima. A modo de ejemplo, un cielo claro puede llegar a una iluminancia (ver glosario del anexo) de 50.000 lux, mientras que en un día muy nubla-do se llegaría sólo 2.000 lux.(55) En el apartado anterior nos hemos re-ferido a los mecanismos arquitectónicos que pueden servir para re-gular el nivel de luz en el interior de las estancias. Por norma general, una admisión del 5% de la iluminancia exterior acostumbra a dar lu-gar a salas bien iluminadas, pero esto sucede en condiciones de cie-lo claro; en las primeras horas de la mañana, al final de la tarde y en días nublados es necesario reforzar la iluminación natural con ilumi-nación artificial.

En consecuencia, en el diseño de la iluminación artificial hay que te-ner presente su doble función:

Por una parte, como complemento de la iluminación natu-ral cuando esta resulte insuficiente y para labores concre-tas que requieran un nivel lumínico muy alto (por ejemplo, trabajos de lectura o corrección que requieran un gran ni-vel de concentración).(56)

Por otra, como fuente única de luz cuando se dé la ausen-cia total de luz natural (en invierno puede suponer un nú-mero importante de horas de la jornada de trabajo).

En muchos casos, la iluminación artificial queda relegada a un se-gundo término dentro del proyecto arquitectónico, trabajándose a úl-tima hora, a veces durante la propia ejecución de las obras. La reali-dad, sin embargo, es que el diseño de la iluminación artificial es una labor compleja que requiere un análisis y una reflexión previos, so-bre todo cuando –tal como ocurre en el caso de los espacios que nos ocupan– influye decisivamente en el confort diario. Así pues, para di-señar un buen sistema de iluminación artificial para los espacios de trabajo del vivero es necesario:

(53) Para la elaboración del contenido de este capítulo se han empleado como re-ferencia los siguientes ma-nuales de reconocido pres-tigio:

Comité Español de Ilumina-ción; Instituto para la Di-versificación y Ahorro de la energía; Consejo Superior de los colegios de Arquitec-tos de España. Aprovecha-miento de la luz natural en la iluminación de edificios: guía técnica. Madrid: IDAE, Insti-tuto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, 2005. También disponible en línea en: <http://www.idae.es/ index.php/mod.documentos /mem.descarga? f i le=/ documentos_10055_GT_aprovechamiento_ luz_ natural_05_ff12ae5a.pdf> [Consulta: 2 de diciembre de 2013].

Baker, Nick; Steemers, Koen. Daylight Design of Buildings: A Handbook for Architects and Engineers. Londres: James & James (Science Publishers), 2002.

Jiménez, Carlos. Oficinas. Barcelona: Ceac, 1997.

(54) Los diagramas que aparecen en este apartado se han realizado mediante el software DIALux.

(55) Baker; Steemers, 2002, p. 60.

(56) El DB HE-3 del Código Técnico de la Edificación re-gula las características que deben cumplir los siste-mas de iluminación de nue-vas edificaciones o reha-bilitaciones. Se establecen parámetros de eficiencia energética y exigencias de regulación y control para el aprovechamiento máximo de la luz natural y el man-tenimiento de los sistemas durante su vida útil que son de obligado cumplimiento para los edificios de uso ad-ministrativo como un vivero de empresas.

Figura 2.3.1.n

A la izquierda, esquema que ejemplifica la incorpo-ración de una galería en el modelo calle. A la derecha, la calle interior del Centro de Empresas Baix Llobre-gat, iluminada a través de una claraboya que mejora notablemente la calidad del espacio.

>

Figura 2.3.1.o

>

Por último, en el caso del modelo de crecimiento tipo mercado es posible que mu-chos de los espacios de trabajo se iluminen sólo de forma indirecta a través del es-caparate y los pasillos. Para mejorar el acceso a la iluminación natural, aparte de incorporar un patio de luces (opción que ya se ha apuntado en la descripción del modelo), la iluminación general se podría potenciar mediante la incorporación de claraboyas siempre que se trate de edificios de una única planta. Algunos de los in-muebles susceptibles de reconversión disponen a priori de estas claraboyas para la iluminación de sus grandes salas, como en el caso de muchos edificios industria-les de principios del siglo XX. Este puede ser, por consiguiente, un valor añadido que hay que considerar, ya que no sólo mejorará la iluminación de los pasillos, sino que se puede utilizar, incluso, como aportación extra de luz natural al interior de los mó-dulos mediante, por ejemplo, la solución que se plantea a continuación:(Figura 2.3.1.o)

Por el contrario, en este caso, aplicar esta mejora en edificios de varias alturas es más difícil puesto que habría que recurrir a técnicas avanzadas de reconducción de luz natural seguramente inviables por ser demasiado caras (como, por ejem-plo, los cañones de luz).

245244

Una vez se han decidido los niveles de iluminancia, el paso siguien-te es decidir la distribución del sistema de iluminación. Dada la nece-sidad de contraste entre la luminancia del plano de trabajo y del am-biente, una buena estrategia es diseñar una iluminación general de un nivel lumínico medio con refuerzos de iluminación en el pues-to de trabajo, con lo que se logra el contraste mencionado. La ma-nera más práctica de implementar este sistema es mediante ilumi-naciones complementarias específicas en el puesto de trabajo como lámparas articuladas de mesa,(Figura 2.3.1r) ya que no limitan la flexibili-dad interior de los espacios de trabajo: efectivamente, los puestos de trabajo se podrán mover y redistribuir junto con la iluminación com-plementaria.(60) (60) Jiménez, 1997, p.41-47. Figura 2.3.1.r

Distribución del sistema de iluminaciónAnalizar la demanda y las necesidades del espacio de trabajo

Decidir la distribución del sistema de iluminación

Elegir las fuentes de luz o lámparas

Elegir los modelos de luminarias

Por lo que respecta a la demanda y necesidades del espacio de tra-bajo, es importante distinguir entre la iluminación general y la ilu-minación del plano de trabajo que, tal como veremos más adelan-te, puede ser aportada por la empresa alojada en el centro. En gene-ral, las normativas de iluminación establecen el nivel de iluminación para el trabajo de oficina en 500 lux. No obstante, esta es una afirma-ción muy genérica y la realidad es que hay actividades que requieren un nivel de iluminación superior y otras, inferior. Por ejemplo, los tra-bajos de gran concentración pueden necesitar un nivel alto de lumi-nancia (lectura de normativas, de documentos antiguos, revisión de presupuestos, traducciones, etc.),(57) mientras que para trabajar con aparatos electrónicos son más cómodos los niveles de iluminación moderados.

Niveles de iluminancia recomendados por la norma UNE-EN12464-1 para oficinas

Tipo de interior, trabajo y actividad

Archivo, copias, etc.

Escritura, escritura a máquina, lectura, tratamiento de datos

Dibujo técnico

Puestos de trabajo de CAD

Salas de conferencias y reuniones

Mostrador de recepción

Archivo 200

300

500

750

500

500

300

200

Iluminancia en lux

Tabla 1 de la norma UNE-EN 12464-1/ 2003: uniformidad y relación entre luminancias de áreas

circundantes inmediatas al plano de trabajo

Iluminancia del plano de trabajo

>750

500

300

200

500

300

200

La del plano de trabajo

Iluminancia de las áreas circundantes

>

Figura 2.3.1.p

Por añadidura, la visión humana se basa en el contraste de lumi-nancia: a mayor contraste, mayor agudeza visual. Por este motivo son recomendables diferentes niveles de luminancia entre el objeto de trabajo (que podría ser el libro o el documento situado encima de la mesa, el teclado o la pantalla del ordenador) y el resto del espacio. Aun así, este contraste ha de ser moderado (si es posible, a razón de 2:1),(58) ya que los contrastes muy elevados, aunque permiten ver con toda claridad, causan fatiga visual y al cabo de un periodo prolonga-do son molestos (es la sensación que tenemos, por ejemplo, cuando vemos la televisión a oscuras).(59)

(57) Jiménez, 1997, p.23-32.

(58) La norma UNE-EN 1264-1 establece la diferen-cia de iluminancia que ha de existir entre el plano de tra-bajo y la iluminación gene-ral a través de la tabla de la figura figura 2.3.1.q.

(59) Jiménez, 1997, p.58.Figura 2.3.1.q

Análisis de la demanda y de las necesidades del espacio de trabajo

247246

Por otra parte, hay que pensar en zonificaciones y diferentes encendidos, por lo que es re-comendable prever un encendido diferenciado para las luminarias próximas a la fachada, (Figura 2.3.1.t) que serán mucho menos necesarias que las más lejanas.(62)

Encendido 1

Encendido 2

Figura 2.3.1.t

Simulación de un módulo de oficina independiente peque-ño en diferentes situacio-nes de iluminación artificial según los encendidos que aparecen en el esquema. Tal como se indica en la prime-ra simulación, el puesto de trabajo más alejado necesi-tará un refuerzo de ilumina-ción que se consigue con el encendido 1 en la segunda simulación. Por la tarde, se puede activar el encendido 2 para iluminar todo el espacio.

(62) El DB HE-3 del Código Técnico de la Edificación de-termina la obligatoriedad o no de disponer de un siste-ma de regulación de la ilumi-nación artificial en la primera línea paralela de luminarias situadas a una distancia in-ferior a 3 m de las aberturas, de acuerdo con el área de la abertura y la distancia de las obstrucciones del entorno (a partir del ángulo θ).

La iluminación complementaria del escaparate tiene que disponer asimismo de un encendi-do independiente, al igual que la del puesto de trabajo. En este último caso, es necesario que, además, haya tantos encendidos como puestos de trabajo. Esto es especialmente relevante para los puestos de coworking, donde no sería acertado un encendido conjunto de un grupo de mesas, ya que cada usuario o usuaria puede desarrollar una actividad completamente di-ferente de la que realiza la persona de al lado. Para estos espacios se podría considerar, por lo tanto, una iluminación general que ofreciese las mínimas condiciones al módulo y que no de-pendiese de la presencia de usuarios, más una iluminación vinculada a cada puesto de traba-jo que se pudiera encender y apagar desde el mismo.

En cambio, dado que la iluminación del escaparate configura la imagen de los espacios de cir-culación y, en consecuencia, la imagen del propio vivero, debería tener una encendido contro-lado por el centro para garantizar su uso sin que suponga un sobrecoste para el empresario o empresaria alojado en el mismo. En este sentido, y avanzando un aspecto que se verá en detalle más adelante, se recomienda que el gasto eléctrico por consumo de iluminación ar-tificial de los módulos de oficina independientes pueda contabilizarse por separado del gas-to del resto del vivero. Habrá que prever, por consiguiente, un subcuadro eléctrico y un conta-dor para cada módulo.

En la misma línea, hay que sopesar también la incorporación de un sistema de regula-ción lumínica automático del edificio(63) regulado centralizadamente, que permitirá hacer un uso completamente eficaz de la iluminación natural. Estos sistemas evalúan la necesidad de encender o no la iluminación artificial por zonas dependiendo de si están ocupadas (mediante detectores de presencia) y del nivel de luz natural (mediante sensores de luz). Además, el sis-tema se puede optimizar instalando reguladores o dimmers, que permiten modificar la ilu-minancia de las lámparas según la demanda. Aunque la incorporación de estos sistemas su-

(63) Consultar también el subapartado 2.5.3.b, «Ener-gía», del capítulo 2.5.

Para el vivero de empresas se plantean dos alternativas:

En caso de que se decida amueblar los módulos de trabajo, también se podrá con-trolar la iluminación específica del puesto de trabajo. Esto sucederá siempre en los espacios de coworking, en los que el centro pone a disposición de los usuarios todo el equipamiento necesario y, por lo tanto, controla su iluminación al cien por cien.

En caso de que sean los usuarios quienes aporten el mobiliario, son también ellos los que tienen que decidir si quieren complementar o no la iluminación general con fuentes de luz específicas. En este sentido, las lámparas de mesa pueden ser en-tendidas como parte del equipamiento que cada empresa decide utilizar para po-tenciar la imagen de marca (esto incluye el tipo de luminaria, el tipo de lámpara, la temperatura de color, el IRC, etc., y también cierto grado de control personal sobre la iluminación del módulo y del plano de trabajo). Así, en el proyecto tan sólo habría que prever los enchufes y el cableado necesarios.

En cualquier caso, la estrategia de iluminación elegida deberá someterse a la consideración del centro para conocer su opinión.(61)

En el caso de los módulos de oficina independientes, un segundo refuerzo de iluminación se puede dirigir al escaparate. En este sentido, se puede plantear una iluminación direccio-nal tipo foco, como en los escaparates de las tiendas, o soluciones más sofisticadas como in-corporar la iluminación al propio escaparate a modo de pantalla retroiluminada (es el caso de la incubadora del TecnoCampus Mataró-Maresme). A diferencia de la iluminación del plano de trabajo, este refuerzo de iluminación se debería incorporar y diseñar desde el proyecto ar-quitectónico del centro, dado que influye directamente en la imagen de los espacios de circu-lación y, por lo tanto, tendría que ser una fuente de luz uniforme para todos los módulos. En cualquier caso, esta iluminación no puede estorbar a los puestos de trabajo; por ejemplo, se-ría un gran error que los focos produjesen reflejos en el cristal del escaparate o en la superfi-cie horizontal y que dichos reflejos afectasen a los usuarios.

(61) Si, por ejemplo, el pro-yectista apuesta por una ilu-minación general más baja con objeto de favorecer el contraste entre la luminan-cia del puesto de trabajo y el nivel de iluminación gene-ral, es totalmente impres-cindible que la futura geren-cia del centro lo sepa para informar a los usuarios y estos entiendan la impor-tancia de completar la ilu-minación de su espacio con lámparas de mesa (y no piensen, equivocadamente, que es un defecto del centro o del proyecto). Este caso, sin duda, sería un ejemplo de buena comunicación en-tre el proyectista y la geren-cia del centro.

Figura 2.3.1.s

Detalle de la pantalla retroilu-minada que conforma el es-caparate de la incubadora del TecnoCampus Mataró-Ma-resme. El efecto que genera aporta calidad ambiental al pasillo y al módulo.

249248

330440

440

440

440

440

440

440

550

550

550

550

550

550

550

550

550550 660660660

660

660

660

660 660

660

660

660

660660

660

660

660

660

660660

660

660

660660

660660

770

770

770770

6.00 m

0.00 m

0.00 m 3.00 m

330

330

330440

440440

440

440

440

550

550

550

550

550 550

550550

550

550

550

550 550

550

550

550

550550

550

550

550

550

660 660660

660

660660660

660660

660660

660660

660

660

660

660660660

660

660

660

6.00 m

0.00 m

0.00 m 3.00 m

Tal como puede observarse,(figura 2.3.1.u) se consigue un nivel de iluminan-cia más homogénea con un número mayor de luminarias repartidas a modo de malla que con un número menor pero de potencia superior, aunque el nivel de luminancia medio sea el mismo.

Las luces frías (más temperatura de color) son las más semejantes a la luz del día, por lo que pueden ser un buen complemento de la luz natural cuando esta resulta insuficiente.

Figura 2.3.1.u

Hay que intentar en lo posible homogeneizar la temperatura de color de las diferentes luminarias que se instalen. En el caso de las lámparas fluo-rescentes, la temperatura de color es poco precisa y puede variar mucho entre marcas. Este aspecto es importante para el mantenimiento ya que puede suponer el cambio de varias lámparas a la vez si ya no se fabrican las que se habían instalado inicialmente.

En un vivero de empresas se pueden desarrollar actividades muy distintas. Normalmente, en la iluminación general de oficinas no se da una impor-tancia capital a la temperatura de color, pero este aspecto cualitativo pue-de resultar fundamental, por ejemplo, en un vivero de empresas de diseño. Se aconseja utilizar lo más posible lámparas con un buen Índice de Repro-ducción Cromática siempre que no impliquen un sobrecoste inasumible o tengan un rendimiento muy bajo.

ponga sobrecostes en la fase de proyecto, hay que tener presente que optimizará en gran me-dida el consumo eléctrico del edificio y supondrá por lo tanto un ahorro periódico a lo largo de los años de funcionamiento del centro.

Por lo que respecta a la elección de la fuente de luz, es necesario co-nocer las particularidades y propiedades que caracterizan a la luz. Para caracterizar las fuentes de luz se toma de referencia la luz di-recta del sol, ya que es perfectamente blanca,(64) lo que significa que bajo la luz directa del sol somos capaces de ver con gran precisión y captar los colores en toda su plenitud. En cambio, las características de la iluminación artificial varían notablemente según la tecnología que se utilice para generar la luz, por lo que la elección de la fuente de luz es un aspecto importante.

El nivel de luminancia, la temperatura de color y el índice de re-producción cromática (IRC) (ver la definición en el glosario del ane-xo) son los tres factores fundamentales que definen la cantidad y ca-lidad de la luz.(65) El primero se refiere a la cantidad de luz, que depen-derá de la potencia de las luminarias y de su rendimiento (consumo versus potencia lumínica) y reparto (horizontal o vertical). Los otros dos conceptos definen la calidad de la luz, que es un factor tan impor-tante o más que la cantidad y muchas veces se descuida. La diferen-cia entre la temperatura de color y el IRC es que la temperatura de co-lor sólo da información sobre una sensación general del color de la luz, pero en cambio no se refiere, como sí hace el IRC, a la composi-ción de la luz y, por consiguiente, a su capacidad de reproducir los co-lores de forma verídica.

Así pues, al elegir las lámparas que se instalarán en los espacios de trabajo hay que evaluarlas de acuerdo con los tres factores comenta-dos y según los siguientes criterios:

Debe garantizarse, en todo caso, un buen rendimiento lu-mínico para reducir el consumo eléctrico del edificio, me-jorar el comportamiento bioclimático y ahorrar costes de funcionamiento (no sólo del consumo eléctrico de la ilumi-nación, sino también de la climatización porque se minimi-zan las pérdidas en forma de calor).

Hay que tener presente la vida útil de la fuente de luz, eva-luando también la inversión inicial así como la inversión que deberá realizarse para sustituir las bombillas fundidas. Hoy en día, la tecnología LED es la que proporciona una vida útil más larga a las lámparas, pero supone una in-versión inicial considerable que puede encarecer notable-mente el proyecto.

(64) Jiménez, 1997, p.22.

(65) Jiménez, 1997, p.13-23.

Elección de la fuente de luz

251250

Una alternativa a los difusores, que pueden resultar estéticamen-te poco atractivos, es la iluminación indirecta. Este tipo de luminarias enfocan la luz hacia el techo, que actúa como superficie reflectante. El problema de estas luminarias, que quizá estéticamente son más atractivas, es que una cantidad importante de luz es absorbida por el techo o la pared y, por lo tanto, se despedicia, por lo que se necesi-ta más potencia para llegar al mismo nivel lumínico. Sin embargo, es una alternativa planteable siempre que se tenga presente a la hora de definir los acabados de las paredes y techos afectados.

2 . 3 . 1 . cEl confort acústico (67)

<

Figura 2.3.1.w

Esquema en sección de ilu-minación indirecta. Apre-ciamos el papel que ejer-ce el techo como elemento reflector.

(67) Para la elaboración del contenido de este capítulo se han empleado como referen-cia los siguientes manuales de reconocido prestigio:

Arau, Higini. ABC de la acústi-ca arquitectónica. Barcelona: Ceac, 1999.

Daumal, Francesc De Paula. Arquitectura acústica 2 - Dis-seny. Barcelona: UPC, 2000.

Mommertz, Eckard (dir.); Müller-BBM. Acoustic and sound insulation: principles, planning, examples. Basel: Birkhaüser, 2009.

Recuero, Manuel. Acústica arquitectónica aplicada. Ma-drid: Paraninfo, 1999.

El ruido es un factor que a menudo se considera de forma insuficien-te al diseñar los elementos constructivos de los proyectos arquitectóni-cos de viveros de empresas. Con todo, hay que tener presente que el vi-vero es, en primera instancia, un espacio de trabajo, y los espacios de trabajo son especialmente sensibles a los comportamientos acústicos porque los ruidos pueden afectar a la capacidad de concentración de los usuarios y, a la larga, producir efectos negativos sobre la salud (estrés, jaquecas, etc.). Así pues, aparte de la iluminación, el segundo aspecto fundamental para conseguir una sensación de confort en el espacio de trabajo es un buen comportamiento acústico del espacio en cuestión. Es importante subrayar que estamos hablando de un buen comporta-miento acústico y no sólo de un buen aislamiento acústico, lo que signifi-ca que el espacio debe funcionar adecuadamente tanto para acoger los sonidos y/o ruidos que puedan producirse en el interior como para fil-trar los ruidos no deseados procedentes del entorno.

La diferencia entre sonido y ruido es totalmente subjetiva; si bien es ver-dad que está relacionada con el volumen o, mejor dicho, con el nivel de presión sonora de los sonidos (porque cualquier sonido demasiado es-tridente es molesto) y con su timbre o frecuencia (ya que, por ejemplo, ruidos agudos como los chirridos pueden ser especialmente desagra-dables), la realidad es que el ruido se define como todo sonido no desea-do. Así pues, una pieza musical puede ser sonido para un usuario y rui-do para otro. Por este motivo, y teniendo en cuenta la cantidad de usua-rios con distintas prioridades que pueden convivir en el centro, se puede entender la importancia de un buen acondicionamiento acústico de los puestos de trabajo.(68)

(68) Recuero, 1999, p.113.

En el Anexo 2 puede consultarse una definición esquemática de las fuentes de luz artificial más utilizadas para la iluminación de espacios interiores, así como las características destacables de cada una para el caso concreto de los viveros de empresas de servicios.

Por lo que respecta a la elección de los modelos de luminarias, en la iluminación general hay que tener muy presente el deslumbramiento que provoca la visión directa de las fuentes de luz. Cuando miramos una lámpara directamente, por ejemplo una bombilla tradicional, vemos toda la luz concentrada en el filamento interior y nos deslumbra porque tiene un nivel de bri-llo muy elevado (siempre, evidentemente, que no la miremos en condiciones de luz muy ele-vadas; efectivamente, una bombilla mirada a plena luz de día no nos deslumbrará, pero sí que lo hará el sol). Si este mismo nivel de luminancia lo vemos a través de un difusor, la luz se re-partirá por toda la superficie del difusor, de manera que se reducirá su brillantez y posiblemen-te dejará de deslumbrarnos.(66)

Aún así, el deslumbramiento se puede dar por visión directa de la fuente de luz o por el reflejo de esta fuente en los objetos del entorno como, por ejemplo, las pantallas de ordenador y otros aparatos electrónicos. Aunque las pantallas han evolucionado mucho en este sentido y la ma-yoría evitan los acabados especulares, el empleo de lámparas sin difusor produce reflexiones (más moderadas y difundidas en pantallas de buena calidad) y a la larga pueden aparecer ma-las posturas e incomodidad.

Una manera de evitar el deslumbramiento es colocar estratégicamente las lámparas, pero esto no es aplicable en el caso de un vivero de empresas ya que no sabremos por adelanta-do la distribución de los puestos de trabajo que querrán las empresas y, además, la flexibilidad del espacio se reduciría mucho. Por este motivo hay que utilizar luminarias con un alto grado de difusión que garanticen una iluminación general difusa y eviten la visión de la fuente de luz. Se recomienda también que sean lámparas direccionales, con una distribución de la luz con tendencia horizontal (las firmas de lámparas proporcionan diagramas lumínicos que permi-ten evaluar su direccionalidad). A partir de estos criterios, la gama que podemos encontrar en el mercado es verdaderamente amplia, hasta el punto de que existen luminarias con difuso-res prácticamente para todas las fuentes de luz (o lámparas), así como de diferentes tamaños, geometría y proporciones.

>

Figura 2.3.1.v

(66) Jiménez, 1997, p.24-29.

Elección de los modelos de luminarias

253252En

ergí

a

Tiempo

Sonido directo

Primeras reflexiones

Reverberación

La relación entre las diferencias del nivel de presión sonora y la percepción que te-nemos del aumento de intensidad no es directa, sino que responde a la siguiente relación: un aumento de 10 dBA se percibe como el doble de sonido y uno de 20 dBA como el cuádruple. Asimismo, la variación mínima apreciable por el oído hu-mano es de 3 dBA. En la misma línea, para que una conversación se pueda desa-rrollar sin problemas se requiere un nivel de presión sonora de la voz superior en 10-15 dB al ruido ambiente.

Las ondas sonoras pueden ser reflejadas, absorbidas o transmitidas por los diferentes obstáculos que encuentran cuando viajan (tal como sucede en el caso de la luz). El nivel de presión sonora en un lugar determinado es el resultado de la suma del sonido directo y del sonido reflejado. Sin embargo, el oído humano ad-mite un tiempo máximo entre la llegada del sonido directo y del sonido reflejado. A partir de ese tiempo, las ondas reflejadas se interpretan como resonancias o ecos y en la mayoría de casos resultan molestas. La variable que evalúa este aspecto es el tiempo de reverberación.

<

Figura 2.3.1.y

A la izquierda, croquis es-quemático de la dinámica de las ondas sonoras en un espacio delimitado reflector. El nivel de presión sonora para el receptor es la suma del sonido directo más las primeras reflexiones. En el esquema de la derecha se aprecia el momento en el que las reflexiones se con-vierten en resonancias, al transcurrir un tiempo deter-minado a partir del cual el oído humano interpreta que se trata de un sonido dife-rente. Aún así, la energía de estos sonidos reverberados será mucho más baja que la del sonido directo debido a que habrá recorrido una trayectoria mayor (observar las trayectorias en el esque-ma de la izquierda).

Fuente: Mommertz; Müller-BBM, 2009, p. 12.

Una vez conocidos los conceptos básicos del sonido, profundizaremos en las medidas preven-tivas que hay que tomar para garantizar el confort acústico de los espacios, medidas que pue-den agruparse dentro de los siguientes conceptos:

Detectar y prevenir las fuentes de ruido.

Garantizar un buen comportamiento acústico de los elementos constructivos.

En un vivero de empresas, las fuentes de ruido pueden tener diferentes orígenes. Por una parte, las fuentes de ruido exterior dependerán de los condicionantes del entorno: proximidad a vías rodadas de tránsito intenso, vías ferroviarias, industrias, zonas peatonales con gran-des aglomeraciones, etc. Es importante detectar y tener presentes estas fuentes de ruido en la fase de proyecto.

Detección y prevención de las fuentes de ruido

La acústica es una de las asignaturas pendientes de la arquitectura de los últimos años. El comportamiento acústico de los espacios y de los edificios se ha descuidado con excesiva frecuencia porque no se con-sidera una cuestión importante, por los sobrecostes que representa en proyecto y en las obras o bien por desconocimiento de las nocio-nes acústicas básicas. En este sentido, la nueva legislación constructi-va está provocando un cambio de mentalidad en los diferentes agen-tes de los proyectos constructivos porque considera los sobrecostes como gastos necesarios.

(69) Mommertz; Müller-BBM, 2009, p. 7-15.

>

Figura 2.3.1.x

Fuente: Mommertz; Müller-BBM, 2009, p. 9.

Las reglas que determinan el funcionamiento de la acústica son complejas y, tal como hemos señalado, poco conocidas, por lo que es necesario recoger las nociones acústicas básicas an-tes de entrar en las medidas preventivas más recomendables para conseguir el confort acús-tico de los espacios de trabajo del vivero:(69)

El sonido necesita un medio para propagarse, no se propaga en el vacío. En la ar-quitectura, este medio puede ser el aire o los elementos estructurales y constructi-vos del edificio. La principal diferencia entre un medio y otro es la velocidad de pro-pagación, ya que el sonido se traslada de 5 a 15 veces más rápido a través de los materiales sólidos. Por esta razón se distingue entre ruido aéreo (propagación por el aire) y ruido de impacto (propagación por medios sólidos). Las medidas preven-tivas varían para cada tipo de ruido.

Para medir el ruido se utiliza el nivel de presión sonora, que es la variable que nos indica el volumen o intensidad de un sonido. La unidad de intensidad acústica es el decibelio (dB). Sin embargo, el oído humano no es igual de sensible para to-das las frecuencias que es capaz de distinguir, sino que es más sensible a las fre-cuencias intermedias, por lo que en bajos niveles de presión sonora apreciaremos antes un sonido de frecuencias medianas que un sonido de frecuencias bajas o al-tas. Por este motivo, y con objeto de aproximar la medida del sonido a la percep-ción humana, se pondera el nivel de presión sonora según la sensibilidad al espec-tro de frecuencias del sonido. La ponderación que más se utiliza es la denominada ponderación A que, por lo tanto, es la que encontramos en la mayoría de exigen-cias normativas y datos de referencia que aparecen en las fichas de características de los elementos constructivos. Se expresa con una A en el subíndice: (dBA).

Nivel de presión sonora de los sonidos más comunes LpA (dB)

Reactor de un avión despegando (umbral del dolor)

Perforadora neumática, discoteca

Gritos, carretera con tránsito

Conversación normal, lavavajillas ruidoso

Cuchicheo, ventilación mecánica de oficinas

Dormitorio en una zona tranquila, estudio de grabación

120

100

80

60

40

20

Conceptos básicos del sonido

255254

Techo absorbente

Techo absorbente

Fuente de ruido

Techo absorbente

Línea de mira

Por añadidura, al diseñar las fachadas debe tenerse presente la afec-tación acústica. Las medidas acústicas serán más importantes si no se efectúa la zonificación que comentábamos en el párrafo anterior, ya que las necesidades de silencio de los espacios de trabajo serán supe-riores y, en consecuencia, se necesitará un aislamiento acústico me-jor. Además del diseño del detalle constructivo de la fachada, existen recursos formales que mejoran su comportamiento acústico, como incorporar aleros que tengan la cara inferior constituida por material absorbente:

Figura 2.3.1.aa

Fuente: Código Técnico de la Edificación Documento Bá-sico HR : Protección fren-te al ruido

Además habrá que tener muy presentes los puentes acústicos, que mayoritariamente serán las aberturas. Se aconseja incorporar cris-tales dobles o triples, con una cámara de aire superior a 8 mm, y cristales laminados de diferentes grosores en una y otra parte. Se necesitarán asimismo marcos acústicos que incorporen cámaras de aire y elementos elásticos separadores internos. Por consiguien-te, se recomienda solicitar a los industriales el índice de reducción acústica del conjunto de marcos y acristalamientos para evitar sor-presas in situ.

Respecto a las fuentes de ruido interiores, en primer lugar hay que integrar los requerimientos acústicos en cada decisión y elección que se efectúe a lo largo del proyecto dando preferencia a los equipos y sistemas constructivos con mejor comportamiento, consultando a los industriales datos específicos de los niveles de presión sonora de la maquinaria, velando por una buena aplicación y montaje de los sis-temas durante las obras y minimizando los ruidos innecesarios. Por ejemplo, para disminuir el ruido de las puertas cortafuegos que se cie-rran de golpe tan sólo hay que hacer algo tan sencillo como instalar retenedores magnéticos si se prevé una frecuencia de paso elevada; como vemos, esta solución no es costosa ni complicada, simplemen-te hay que pensar en ella.

Por otra parte, la zonificación de los espacios también puede aplicar-se según la sensibilidad que tengan al ruido; en este sentido, hay que prestar especial atención a la colocación de las cámaras de instala-ciones (en especial las de climatización), los ascensores, las escale-ras, los servicios y los locales técnicos, que no deberían adherirse a un módulo de trabajo (ya sea lateral, superior o inferiormente). Los espa-cios comunes (salas de reuniones, ámbitos de reunión informal, etc.) pueden servir de cojín. También es conveniente segregar los espacios comunes ruidosos siempre que esto sea compatible con el programa.

Por otra parte, las fuentes de ruido interior pueden ser de diferente na-turaleza:

Ruidos generados por instalaciones y/o materiales construc-tivos poco sensibles con los aspectos acústicos: conductos de ventilación ruidosos, subcuadros eléctricos y/o luminarias que emiten un zumbido, puertas cortafuegos que se cierran de golpe, dinteles metálicos que resuenan cuando llueve, sue-los y pavimentos que chirrían, etc.

Ruidos generados como consecuencia del uso de los espa-cios: conversaciones en módulos, salas de reuniones, au-las, pasillos, conversaciones telefónicas, etc.; uso de apara-tos electrónicos como fotocopiadoras, fax, etc.; circulación de usuarios por el edificio; música de ambiente en el interior de algunos módulos de oficina independientes, etc.

Para paliar y controlar estos ruidos (exteriores e interiores) hay que in-corporar al diseño del edificio los criterios objetivos de calidad acústica.

Por lo que respecta a los ruidos exteriores, en el apartado 1.3.2, «Lo-calización de la infraestructura», se ha puesto de relieve la necesidad de evaluar las fuentes de ruido que afectarán al solar con el objetivo de ana-lizar su conveniencia. Esto mismo es lo que hay que aplicar al decidir la ubicación del edificio dentro de la parcela (tal como sucede en el caso del aprovechamiento de la luz natural), alejándolo cuanto sea posible de las fuentes de ruido exterior.

Del mismo modo, la existencia de una fuente importante de ruido ex-terior debería influir en la distribución interior de los espacios. Una bue-na estrategia es, por ejemplo, acumular los espacios comunes (que son poco sensibles al ruido y a la vez generan ruido interno) en la fachada afectada por el ruido externo,(Figura 2.3.1.z) siempre que ello sea compatible con las necesidades programáticas (cotidianas, periódicas y especializa-das) recogidas en el apartado 2.2.2, «Adaptación al solar: sistemas orga-nizativos del vivero de servicios».

Figura 2.3.1.z

Ejemplo de aplicación del modelo calle en un empla-zamiento muy afectado por la incidencia de ruido de una vía rápida; tal como se aprecia, los espacios comu-nes se han situado en la fa-chada afectada, de manera que actúan como espacios amortiguadores.

>

257256

Elemento resistente

Cámara de aire

Absorbente Acabado perforado

Figura 2.3.1.ac

Fuente: ejemplo de produc-to existente en el mercado de http:// www.rehau.com.

El acabado del tablero o capa exterior puede ser de diferentes colores, texturas y materia-les (yeso, madera, chapa metálica microperforada, fibras...) siempre que tenga buena porosi-dad para que las ondas sonoras puedan traspasar la capa y llegar al material amortiguador. Un aspecto importante que debe tenerse en cuenta al elegir el sistema es la posibilidad de re-pintar la capa exterior, ya que, según el tamaño de los agujeros, podrán utilizarse únicamente ciertos tipos de pintura. En general, los sistemas que basan la porosidad de la capa exterior en agujeros grandes son los que se pueden repintar sin limitaciones. No obstante, no es necesa-rio pintar determinados materiales, como el aluminio, por ejemplo, porque se pueden limpiar.

La incorporación de materiales absorbentes es especialmente importante en los mó-dulos de coworking, en los que conviven un número importante de usuarios independien-tes. En el capítulo 2.1, «Programa de usos», ya se apuntaba que el número máximo de ámbi-tos individuales de trabajo de los espacios de coworking (se recomienda que no sean más de ocho) se puede aumentar si se utilizan elementos absorbentes; así pues, habrá que incorpo-rar techos absorbentes de buena calidad (en el mercado existe una gama muy amplia). Ade-más, algunas firmas de mobiliario han incorporado pantallas fonoabsorbentes de media altu-ra para la separación entre mesas, pantallas que son efectivas porque están cerca de la fuen-te del ruido (por ejemplo, un usuario o usuaria que está hablando por teléfono) y pueden ser un complemento muy adecuado en salas de gran altura.

El aislamiento acústico, por su parte, aumenta con la masa de los materiales. Sin embargo, incrementar el aislamiento a través del aumento de la masa de los materiales es difícilmente aplicable en la arquitectura actual, dado que los elementos divisorios ya no se utilizan como elementos estructurales y, por consiguiente, un aumento significativo de su peso implicaría sobredimensionar la estructura de los edificios y también sobrecostes. Una técnica alternativa para aumentar el aislamiento acústico de los elementos es la composición por capas. Efec-tivamente, hoy en día se ha avanzado mucho en esta cuestión mediante la superposición de capas, sobre todo en el caso de los sistemas de construcción ligera, pudiendo conseguirse ni-veles de aislamiento muy elevados. Los componentes esenciales del sistema son los paneles exteriores, la cámara de aire, el material amortiguador y la estructura interna. A partir de esta configuración mínima, el sistema puede sofisticarse (añadiendo paneles, cámaras, doblando la estructura, etc.) según las necesidades concretas de aislamiento.(71)

Los suministradores suelen informar de los índices de reducción acústica de los elementos (obtenidos en ensayos de laboratorio). No obstante, hay que aplicar un factor corrector como mínimo de 5 dBA debido a las transmisiones que se producirán por otras vías.(72) Esta es la de-

(71) Mommertz; Müller-BBM, 2009, p. 29-30.

Por ejemplo, las aulas grandes y las salas de convenciones se pueden segregar de los espacios de trabajo, mientras que, por el contrario, es conveniente que las salas de relación y las salas de reuniones-aula se dispersen entre estos espacios (tal como hemos señalado en varias ocasiones a lo largo de la guía).

Por último, hay que asegurar un buen acondicionamiento acústico de los locales median-te el detalle constructivo de los elementos de cerramiento (suelo, techo y elementos vertica-les). Las medidas que pueden tomarse en este sentido deben intentar mejorar el aislamiento acústico de los elementos, pero también su capacidad de absorción. Es importante destacar la diferencia entre aislamiento acústico y absorción acústica, ya que tienen funciones diferentes: el aislamiento acústico está relacionado con la capacidad de reflexión acústica de un mate-rial, y depende, en primera instancia, de la masa de dicho material; en cambio, la absorción acústica está relacionada con la capacidad de un material para transformar la energía de las ondas sonoras mediante la excitación de sus partículas y convertirla en calor por el efecto Joule. Por lo tanto, los materiales absorbentes reducen en gran medida la reflexión del sonido.

En el caso de los ruidos aéreos internos producidos por la actividad cotidiana del edificio (con-versaciones, aparatos informáticos, etc.) es tan importante el aislamiento acústico como la capacidad de absorción acústica de las superficies. Esto es así porque, tal como se apuntaba anteriormente en el subapartado «Conceptos básicos del sonido», el nivel de presión sonora en una estancia aumenta debido al sonido reflejado en los elementos de cerramiento. Este fe-nómeno, sumado a la necesidad de elevar la voz 10 dBA por encima del ruido ambiental, hace que el ruido aumente exponencialmente en estancias muy reflectantes. Además, hay que te-ner presente el problema de la reverberación, que puede darse fácilmente en un vivero debido a la gran presencia de cristal (material muy reflectante) y la escasa disposición de mobiliario.

Los materiales de construcción absorbentes se incorporan como una piel exterior del ele-mento divisorio dejando, a ser posible, una cámara de aire entre ambos de 50 mm como mí-nimo. Generalmente se componen de dos capas, la del acabado exterior, que tiene la misión de dejar pasar el mayor número de ondas sonoras posible (normalmente, tableros agujerea-dos de diferentes materiales), y la capa interior amortiguadora, que es la que actúa como ab-sorbente (lana de roca o similar).(70) Normalmente se aplican en los techos, pero también se pueden aplicar a modo de arrimaderos, cartelas, revestimientos verticales, etc.

Figura 2.3.1.ab

Fuente: dibujos elaborados a partir de los gráficos del libro Mommertz; Müller-BBM, 2009, p. 22.

(70) Generalmente, son materiales que también aíslan térmicamente por-que tienen una densidad muy baja. Hay que vigilar su comportamiento en caso de incendio. Por el contra-rio, las planchas de polies-tireno extrudido no sirven como absorbentes acústi-cos porque tienen una den-sidad muy elevada.

Comportamiento acústico de los elementos constructivos

(72) Mommertz; Müller-BBM, 2009, p. 28.

259258

b a

c

b

c

Transmisión por flancos Transmisión a través del elemento separador Transmisión por puente acústico al elemento separador Transmisión por puentes acústicos a los flancos

Encuentro entre 2 tabiques en T Detalle de esquinaEncuentro entre tabique y forjado (con banda elástica)

El diseño del encuentro entre las divisorias y el forjado, de manera que ambos ele-mentos tengan siempre continuidad con independencia que exista o no un falso techo.

El diseño del encuentro entre la pared divisoria que separa dos módulos y la di-visoria con el espacio de circulación. Este punto es importante porque interven-drán otros elementos, como la puerta de acceso y el escaparate, que serán puen-tes acústicos.

El diseño de los escaparates (del marco y de los acristalamientos), que deben ofre-cer el aislamiento acústico necesario entre los espacios de circulación y el módu-lo. Se aconseja reforzar el aislamiento de los escaparates próximos a los ámbitos de reunión informal, los espacios de relación y las salas de reuniones. Si se efectúa este análisis de los escaparates más afectados, se puede conseguir una reducción de costes frente a una solución estándar para todo el vivero.

La incorporación, como previsión, de barreras fónicas en el falso techo coincidien-do con las subdivisiones de los módulos de oficina independientes que se puedan prever en el futuro.

El diseño de las puertas de comunicación entre módulos (en caso de que existan), a ser posible, con doble puerta. El índice de reducción acústica aproximado de una do-ble puerta formada por dos puertas con un índice de reducción acústica de 32 y 37 dBA, respectivamente, puede llegar a 50 dBA.(73) En cambio, conseguir un índice de re-ducción acústica de 50 dBA con una única puerta requiere el uso de puertas de calidad superior que seguramente supondrán mayores sobrecostes.

El diseño de los techos en los viveros que configuren los módulos de trabajo a modo de cubículos o contenedores en espacios unitarios de gran altura.

Figura 2.3.1.af

Ejemplos de barreras fóni-cas en falso techo: a la iz-quierda, con falso techo es-tándar sin aislamiento; a la derecha, con falso techo ab-sorbente acústico.

(73) Mommertz; Müller-BBM, 2009, p. 32.

nominada transmisión por flancos, que se da a través de los elementos perpendiculares al elemento en cuestión. Además, con toda seguridad se producirán otras pérdidas a través de puentes acústicos provocados por pasos de instalaciones, elementos estructurales y uniones. El siguiente esquema ilustra los diferentes caminos que puede seguir el ruido:

Una vez visto este comportamiento, se puede entender que el aislamiento acústico de un es-pacio no depende exclusivamente del elemento vertical de separación con el vecino, sino tam-bién del techo, del suelo y de las divisiones perpendiculares. Los sistemas ligeros de construc-ción en seco (tabiques de cartón yeso y similares) tienen un buen comportamiento en trans-misión longitudinal (por flancos) siempre que se realice una buena ejecución conforme a las indicaciones del fabricante.

Figura 2.3.1.ad

Croquis esquemático de los diferentes caminos de la transmisión acústica entre estancias adyacentes, váli-do para la lectura planta y/o en sección.

Fuente: elaboración propia a partir de gráficos del Códi-go Técnico de la Edificación y del libro Mommertz; Mü-ller-BBM, 2009, p. 25.

Figura 2.3.1.ae

Detalle de los diferentes en-cuentros de un tabique de construcción ligera por ca-pas con un índice de reduc-ción acústica de 52 dBA.

Así pues, de acuerdo con todo lo que se ha mencionado respecto al acondicionamiento acús-tico de los espacios, al diseñar los módulos de trabajo hay que poner especial atención en:

El comportamiento acústico del interior de los módulos de trabajo y salas de reu-niones (valorando la inclusión de techos o arrimaderos absorbentes), en especial en casos de grandes alturas o en rehabilitaciones donde se detecte a priori un pro-blema de reverberación de los espacios.

261260

Por último, hay que tener presentes los ruidos de impacto (es decir, los que se producen por el impacto de los pasos al caminar, por el movimiento de sillas, por las vibraciones de instalacio-nes como la maquinaria de los ascensores, etc.). Es un tipo de ruido más difícil de reducir que el ruido aéreo puesto que se propaga a través de vibraciones inducidas directamente en los ma-teriales sólidos y, como ya hemos dicho anteriormente, las ondas sonoras viajan generalmen-te a mayor velocidad. En un vivero de empresas no son los ruidos más relevantes o molestos dado que los movimientos de personas y mobiliario son reducidos. Será cuestión, por consi-guiente, de cumplir las exigencias de la normativa vigente..

Sin embargo, habrá que prestar especial atención en caso de edificios heterogéneos o en caso de que una sala de conferencias o un aula grande se sitúe en un piso superior a los es-pacios de trabajo, debido a los movimientos habituales de mobiliario y las aglomeraciones de personas –con las pisadas consiguientes– que suponen.

La forma de evitar el ruido de impacto es independizando el pavimento del techo resisten-te mediante una capa elástica situada entre ambos. Esta solución permite incorporar cual-quier tipo de pavimento y es más eficaz que la incorporación de moquetas o pavimentos mullidos. En los casos más extremos se pueden utilizar pavimentos flotantes con acaba-dos de moqueta.

2 . 3 . 1 . dEl confort higrotérmico (74)

Uno de los factores más relevantes del confort es, sin duda, el bien-estar térmico. Pero el confort térmico en el espacio de trabajo es un lujo que no resulta compatible con todas las actividades. No obstante, en el caso de las actividades sedentarias que se desarrollan en los vi-veros de servicios, es un aspecto que afecta a la productividad de los usuarios debido al estrés térmico, que tanto puede producirse por frío como por calor, y que afecta notablemente a las personas que están realizando labores intelectuales.

El bienestar térmico depende de la temperatura del ambiente, pero también del nivel de humedad y de la velocidad del aire. Por esta ra-zón se añade la forma prefijada higro a la denominación de este tipo de confort. Los parámetros que nos sirven para cuantificar el bienestar térmico son, principalmente, la temperatura (Ta) seca (u operativa), la humedad relativa y la velocidad del aire en la zona de ocupación. Para una actividad metabólica sedentaria (como es el trabajo de oficina) se recomiendan los siguientes valores:

Periodo

Verano 23 a 25 <0,25 m/s

<0,25 m/s21 a 23 40 a 50

45 a 60

Invierno

Temperatura operativa (ºC) Humedad relativa (%) Velocidad del aire (m/s)

(74) Para la elaboración del contenido de este capítulo se ha empleado como refe-rencia el siguiente manual de reconocido prestigio:

Fumadó, Juan Luis. Clima-tización de edificios. Bar-celona: Ediciones del Ser-bal, 1996.

<

Figura 2.3.1.ah

Fuente: Reglamento de Ins-talaciones Térmicas de Edi-ficios.

Figura 2.3.1.ag

En la imagen podemos ob-servar algunas característi-cas de los elementos de ce-rramiento de los módulos de trabajo de la incubadora de Glòries de Barcelona Ac-tiva. Entre las múltiples vir-tudes del proyecto, una ca-rencia importante es la falta de aislamiento acústico en-tre los espacios de traba-jo. Esta deficiencia ha dado lugar a problemas de inso-norización a lo largo de los años, pero la solución no es sencilla ni económica. Como puede observarse en la foto, la causa de la falta de aislamiento es una suma de varios factores. El más importante es la falta de un techo aislante entre módu-los, que provoca una trans-misión por flancos muy im-portante. Aunque las placas del falso techo son absor-bentes, es la única barrera que se opone a las ondas sonoras en este plano. Por otra parte, los cerramientos verticales tampoco son los más adecuados. Entre mó-dulos, puede observarse la textura de una pared de blo-que de hormigón visto pin-tada (que, según el catálogo de elementos constructi-vos, aísla solo 41 dBA para un grosor de 14 cm). Por lo que respecta a la sepa-ración con el pasillo, se tra-ta de un tabique constituido a base de placas de madera barnizada macizas, sin ma-terial amortiguador interior. La madera tiene un buen comportamiento acústico, pero es insuficiente si no se complementa con materia-les absorbentes en cáma-ras de aire interior. Por últi-mo, el vidrio del escaparate, de una lámina, es un puen-te acústico de los flancos, al igual que la estructura me-tálica vista.

263262

Esquema representativo de la distribución de temperaturas en un sistema de suelo radiante en modo calefacción

Esquema representativo de la distribución de temperaturas en un sistema multisplit en modo calefacción

Estos sistemas funcionan mediante una unidad exterior (que puede situarse en la cubierta o en un espacio completamente ventilado) que genera frío y calor, y varias unidades evapora-doras interiores o splits que recirculan el aire de la estancia calentándolo o refrigerándolo, uti-lizando la energía térmica generada en la unidad exterior. La distribución o conexión entre las unidades exteriores e interiores se efectúa con líquido refrigerante por medio de tuberías, re-duciendo considerablemente el espacio que ocupa el sistema de climatización en compara-ción con los sistemas de distribución por aire.(Figura 2.3.1.ai)

Además, las unidades interiores son relativamente pequeñas y ofrecen una gran variedad de modelos, de manera que se pueden instalar vistas u ocultas, en el techo o en las paredes, con posibilidad de acoplamiento de conductos para una distribución más homogénea, etc. El con-trol de estas unidades interiores se realiza desde el interior de los módulos y de manera autó-noma, siendo posible desconectar o, mejor dicho, no conectar la unidad interior de un módu-lo que esté vacío.

Pero hay que tener en cuenta que, al contrario de los sistemas de distribución por aire, el siste-ma multisplit no resuelve la ventilación de los locales climatizados. Por lo tanto, será necesario complementar la instalación con un sistema de ventilación (que deberá ser mecánica, como mínimo, en uno de los dos sentidos –extracción o impulsión– para garantizar las exigencias de renovación de la normativa).

Un sistema alternativo aplicable también al vivero de servicios es la climatización a través de suelo radiante. Este sistema admite calefacción y refrigeración si la producción de calor se rea-liza con bomba de calor y supone un ahorro energético importante ya que actúa principalmen-te por radiación y en proximidad a la zona de ocupación.(Figura 2.3.1.aj) Además, aporta una sensa-ción de confort superior a la climatización de masas de aire. Tal como pasaba en el caso del sistema multisplit, habrá que prever, aparte, un sistema de ventilación y renovación del aire complementario.

Figura 2.3.1.ai

Esquemas representativos del sistema aire-aire y del sistema VRV. Tal como se observa, el primero implica un gasto importante de es-pacio para la distribución y poca variación de tempera-tura entre estancias. El sis-tema VRV, por el contrario, puede llegar a la autono-mía completa con una re-ducción importante de las dimensiones de los conduc-tos, tanto de distribución de energía calorífica como de ventilación.

Fuente: los dibujos de la fi-gura 2.3.1.ai se han elabo-rado tomando como refe-rencia varios esquemas contenidos a lo largo del li-bro: Fumadó, 1996.

<

Figura 2.3.1.aj

Pese a estos baremos orientativos, el confort térmico es muy perso-nal y varía de una persona a otra, por lo que supone el motivo de con-flicto más recurrente en los espacios de trabajo y una de las quejas más habituales de los usuarios de los viveros de empresas. Además, en un vivero de empresas, las diferencias se acentúan porque las ac-tividades varían en cada módulo, con lo que también varían los equi-pos electrónicos que se instalan (número y potencia de ordenadores, pantallas, etc.) y el calor que desprenden, la iluminación complemen-taria que se necesita, el número de ocupantes a lo largo del día (den-sidad de ocupación), etc.

Así pues, para garantizar el confort térmico en los múltiples espacios de trabajo del vivero hay que fijarse especialmente en:

La elección de un sistema de climatización adecuado a las ne-cesidades.

La distribución del aire climatizado en las zonas de ocupación.

En el momento de decidir el sistema de climatización del vivero es fundamental tener en cuenta la diversidad de actividades que se desarrollan en el mismo, ya que es muy aconse-jable garantizar la máxima independencia térmica entre módulos. Esta recomendación pue-de parecer exagerada, pero tiene su explicación. En el apartado 2.1.2, «Desarrollo del progra-ma: versatilidad, adaptabilidad y flexibilidad», se hablaba de admitir cierta tolerancia en el gra-do de ocupación de los módulos de trabajo como medida de flexibilidad, lo que significa que, en una punta de trabajo, una empresa puede sobreocupar su módulo, con lo cual se puede llegar, por ejemplo, a un ámbito de trabajo individual por persona de 6 m2, mientras que la empresa de al lado puede tener en el mismo momento una ocupación mínima, con ámbi-tos de trabajo individual por persona de 10-11 m2. Esta diferencia de ocupación puede supo-ner, incluso, la necesidad de calefactar el espacio más vacío y refrigerar el espacio sobreocu-pado para garantizar el confort térmico de todos los usuarios.

Además, también hay que tener en cuenta que es usual que el vivero tenga un porcentaje (pequeño) de módulos vacíos variable a lo largo del año, que no tienen necesidad de clima-tización alguna si se garantiza cierto aislamiento térmico entre módulos (aislamiento que, según el material utilizado, puede servir también como aislamiento acústico). En este senti-do, un sistema que ofrezca la posibilidad de desconectar la climatización de los espacios no ocupados reducirá los gastos de mantenimiento del vivero.

Hay que señalar que la elección del sistema de climatización tiene afectaciones importan-tes en el impacto ambiental que provocará el uso del edificio, por lo que la información de este capítulo debe complementarse con la recogida en el capítulo 2.5, «Factores de soste-nibilidad».

Los sistemas de volumen de refrigeración variable (VRV) o multisplit con recuperación de calor y distribución en cuatro tubos permiten esta flexibilidad de la demanda porque son capaces de pro-porcionar frío y calor simultáneamente a diferentes estancias con una producción centralizada.

Elección del sistema de climatización

265264

Alcance con efecto Coanda

Zona con velocidadmedia del aire > 0,25 m/s

v< 0,25 m/s

h <

30 c

m

Buena distribución: lamas orientadas hacia el suelo

v< 0,25 m/s

Estratificación por elevación:lamas horizontales

h >

50 c

m

Estratificación por caída: lamas horizontales. Velocidades y temp. inadecuadas en la zonade ocupación

v< 0,25 m/s

Trayectoria del aire impulsado a temp. ambiente

h >

50 c

m

Buena distribución: lamas orientadas hacia el techo

Trayectoria del aire impulsado a temp. ambiente

Alcance

Zona con velocidad media del aire > 0,25 m/s

v= 0,25 m/s

v< 0,25 m/s

Alcance

Zona con velocidad media del aire > 0,25 m/s

El aire rebota y llega a la zona de ocupación con velocidad excesiva

v< 0,25 m/s

Alcance

Zona con velocidad media del aire > 0,25 m/s

v= 0,25 m/s

v< 0,25 m/s Estratificación. Zona fuera del alcance. El aire queda estancado.

Para ampliar el alcance de una rejilla o split lateral se puede aprove-char el efecto Coanda.(Figura 2.3.1.am) El aire en movimiento tiende a afe-rrarse a las superficies, lo que aumenta el alcance del chorro de aire, tal como puede observarse en el esquema. El efecto Coanda también se utiliza para las rejillas inferiores (situadas en el suelo o en splits de pie), ya que así se consigue desplazar el aire hasta el techo, des-de donde se dispersa.

Además, hay que tener en cuenta la caída o la elevación que se pro-ducirá en el recorrido del chorro de aire cuando esté a temperatu-ra diferente de la del ambiente. El efecto caída o elevación (aire frío o caliente, respectivamente) se puede corregir mediante la orien-tación de las lamas de la rejilla.(Figura 2.3.1.an) Por este motivo es muy aconsejable utilizar rejillas con lamas orientables, como mínimo en sentido vertical, lo que permite regular el chorro de aire en verano y en invierno. Este puede ser también un motivo para canalizar el aire desde el split hasta una rejilla que ofrezca más posibilidades de orientación de las lamas que el propio aparato.

Figura 2.3.1.am

Esquema gráfico del efec-to Coanda. Fuente: Fumadó, 1996, p. 195.

Figura 2.3.1.an

Fuente: Fumadó, 1996, p. 198-199.

<

Otro factor que hay que valorar es la colocación de las salidas de aire climatizado respecto de las aberturas; en este sentido, es aconsejable que se coloquen cerca ya que minimizan el efecto del puente térmi-co y, al favorecer la evaporación, evitan la aparición de condensacio-nes superficiales:

Figura 2.3.1.ao

En un día de invierno, en el esquema de la izquierda el aire climatizado próximo a la abertura se enfriará de-bido al puente térmico que esta abertura produce, con lo que se genera una zona de disconfort. En orienta-ciones norte y aberturas de baja calidad se pueden pro-ducir condensaciones en la cara interna. A la derecha, la colocación de la unidad interior anexa a la abertura hace que el aire climatizado a mayor temperatura com-pense de manera inmedia-ta el frío que se transmiti-rá por el puente térmico, a la vez que evapora las con-densaciones superficiales y aprovecha el efecto Coanda para dispersarse.

Fuente: elaboración propia a partir de gráficos del libro Fumadó, 1996, p. 193.

<

Pese a las numerosas ventajas de la distribución de calor por suelo radiante, este sistema su-pone un sobrecoste importante por lo que el sistema más habitual para distribuir calor es la climatización y convección de masas de aire a través de splits. Aún así, habrá que fijarse espe-cialmente en la distribución del aire climatizado en el interior de los espacios a fin de evitar es-tratificaciones (es decir, zonas que queden por encima o por debajo de la temperatura de con-signa) y velocidades del aire excesivas en zonas de ocupación.

La impulsión del aire puede realizarse directamente desde el split o canalizarse y efectuarse a través de rejillas, difusores o toberas. Los medios más utilizados en los espacios de trabajo son las rejillas y los difusores, ya que las toberas están pensadas para grandes espacios que necesiten impulsar el aire a mucha distancia.

Las rejillas se utilizan normalmente para aportaciones desde un la-teral o desde el techo, mientras que los difusores se instalan única-mente en el techo. La impulsión directa desde splits vistos es equi-parable a la impulsión con rejillas, aunque esto dependerá del mo-delo y del fabricante. En este sentido, los fabricantes facilitan datos y esquemas de la distribución de aire que efectúa cada modelo en las fichas de características.

En caso de que se opte por la distribución mediante rejilla o salida directa del split desde un lateral, hay que tener en cuenta el alcance del aire climatizado. Se denomina alcance la zona donde la velocidad media del aire supera los 0,25 m/s (velocidad máxima recomendada en la zona de ocupación).(75) El alcance dependerá de la velocidad de salida del aire por la rejilla, que es definida por el fabricante. El eje de la rejilla debe situarse, como mínimo, 50 cm por encima de la zona de ocupación para que no se vea afectada.(Figura 2.3.1.ak)

Además, hay que tener presentes las siguientes consideraciones:

Si el alcance es excesivo y supera la longitud de la estancia, el aire rebotará contra la pared contraria e invadirá la zona de ocupación causando disconfort en los ocupantes de ese extremo.(Figura 2.3.1.al)

Si el aire impulsado no tiene el alcance suficiente, se pue-den producir heterogeneidades en las condiciones higrotér-micas del local, con zonas de aire estancado en las que no se efectuará una mezcla correcta entre el aire climatizado y el aire del ambiente.(Figura 2.3.1.al)

Figura 2.3.1.ak

Esquema en sección del cho-rro de aire de una rejilla late-ral.

Fuente: Fumadó, 1996, p. 193.

Figura 2.3.1.al

Fuente: Fumadó, 1996, p. 193-194.

(75) Fumadó, 1996, p. 193.

La distribución del aire climatizado

267266

H HHH

v< 0,25 m/s

0,25 m/s 0,5 m/s

Distancia mínima entre difusores o entre difusor y pared (2 veces el radio mínimo)

Por último, es importante recordar que a través de las instalacio-nes de climatización se producen, generalmente, los puentes acústi-cos más habituales de los edificios. Los conductos de distribución de aire pueden reflejar ondas sonoras interiormente y trasladarlas hasta otras estancias no adyacentes a la fuente de ruido. Conviene, cuando menos, efectuar la distribución de conductos a lo largo de los espa-cios de circulación, con derivaciones individuales para cada uno de los módulos, reproduciendo un esquema en forma de peine.

En este sentido, el sistema VRV multisplit, en el que la distribución se efectúa con tuberías de agua y no con conductos de aire, reduce considerablemente los puentes acústicos. Sin embargo, habrá que adoptar medidas correctoras en los conductos de ventilación (sobre todo en las conexiones con los conductos colectivos) y vigilar la colo-cación de la unidad interior.

2 . 3 . 1 . eEl equipamiento y los colores

En caso de optar por incorporar mobiliario en el interior de los módulos de trabajo y en gene-ral en los módulos de coworking, hay que tener presente qué confort, funcionalidad y durabi-lidad ofrece el mobiliario en cuestión. En el capítulo 1.4, «La imagen corporativa», se ha trata-do el papel que puede desempeñar el mobiliario como expresión visual de la marca del vivero. Sin embargo, la adopción de una estética corporativa tiene que ir de la mano de la funcionali-dad y el confort.

En este sentido, se recomienda mobiliario especializado de oficina, pensado y diseñado para el tipo de actividad que se realiza en un vivero de servicios. De esta manera quedarán garantizadas características básicas como las dimensiones, altura, rigidez y estabilidad de las mesas, la ergo-nomía y adaptabilidad de las sillas, etc.

Una opción alternativa a la distribución de aire desde un lateral es canalizarlo y expulsarlo a través de difusores. Los difusores aprovechan el efecto Coanda para distribuir el aire de manera horizontal aunque sea a través de una boca de techo. Con una buena colocación se pueden conseguir distribuciones muy homogéneas del aire climatizado en el interior de las estancias. Hay que pro-curar una distancia mínima entre difusores igual a dos radios mínimos, que es la distancia en la que el aire tiene una velocidad de 0,5 m/s, así como una distancia superior al radio mínimo respecto de los elementos verticales (pare-des, vigas descalzadas, etc.).

En el esquema puede observarse la diferencia entre los chorros de aire ge-nerados por rejillas laterales, inferiores y superiores (con aprovechamiento del efecto Coanda o sin) y la dispersión generada por los difusores.(Figura 2.3.1.ap)

Figura 2.3.1.ap

Fuente: elaboración propia a partir de gráficos del libro Fumadó, 1996, p.193-197.

Por otra parte, el movimiento de aire generado por la ventilación de los loca-les afecta también a la dispersión del aire climatizado. La ventilación se pue-de efectuar de manera completamente mecánica o con un sistema híbrido (en el que sólo la extracción o la impulsión son mecánicas). La ventilación por extracción actúa mediante el movimiento del aire por depresión, mien-tras que la ventilación por impulsión actúa mediante sobrepresión. La ven-tilación mecánica puede actuar por sobrepresión o por depresión según los caudales de cada circuito. Además, tiene la ventaja de que el aire aportado se puede climatizar ligeramente antes de introducirse en el local. Según el sis-tema de ventilación elegido, habrá que estudiar la colocación de las bocas de manera que el movimiento del aire generado favorezca la dispersión del aire climatizado. A continuación presentamos algunas posibilidades de distribu-ción del aire en el interior de los módulos:(76)

Figura 2.3.1.aq

Representación esquemáti-ca de diferentes opciones de distribución del aire en el in-terior de los módulos. El al-cance del aire climatizado se representa en gris y las líneas negras representan las corrientes de aire que se generarán a raíz de la ven-tilación mecánica (en todos los casos con extracción forzada y aportación natu-ral). Se representa también el puente acústico que se creará con los espacios de circulación según la solu-ción adoptada.

Fuente: elaboración propia a partir de gráficos del libro Fumadó, 1996, p.207.

(76 ) Para ver más posibili-dades, consultar el libro Fumadó, 1996, p.207.

269268

Deben evitarse los acabados brillantes o especulares que provocan reflejos y des-lumbramientos y causan incomodidad por mala postura.

Hay que evitar superficies de trabajo (mesas) oscuras, ya que se produce un con-traste demasiado exagerado con los documentos de trabajo (generalmente blan-cos). Este contraste, si bien permite ver los documentos con una gran definición, ocasiona fatiga visual al cabo de un periodo de tiempo prolongado. En la mayoría de casos, de forma inconsciente, los usuarios son conocedores de esta caracterís-tica y por este motivo tienden a rechazar los espacios de trabajo con mobiliario os-curo. Por lo tanto, la instalación de mesas de trabajo oscuras no sólo causará des-confort o fatiga a los usuarios, sino que probablemente dará lugar al rechazo cons-ciente o inconsciente de los espacios que las alojan.(Figura 2.3.1.as)

Además, el predominio de superficies oscuras contribuye a reducir el nivel de ilu-minación de los espacios, ya que absorben la mayor parte de luz. Este efecto crea espacios desvaídos y la necesidad de incrementar el nivel de iluminación artificial para contrarrestarlo, lo que supondrá gastos más elevados a final de mes.

Figura 2.3.1.as

Este espacio de coworking del Centro de Empresas Baix Llobregat es un ejem-plo de mobiliario oscuro. En este caso, además, la sen-sación de oscuridad se agra-va por el pavimento, que tie-ne la misma luminosidad que los muebles. Este cen-tro dispone de otros espacios de coworking con mobiliario de colores claros (grises cla-ros, maderas y blancos), que se comercializan con mucha más facilidad que el espacio de la fotografía. Según los usuarios del centro, el color del mobiliario es uno de los motivos principales del éxito de los otros espacios respec-to a este.

Figura 2.3.1.at

Los colores de mobiliario chillones o estridentes pueden generar estrés o excita-ción en los usuarios, por lo que dichos colores deben reservarse para superficies que queden en segundo término respecto de la visión enfocada al objeto de traba-jo. Es importante tener en cuenta este aspecto, por ejemplo, al decidir la colocación del mobiliario; efectivamente, si tuviéramos que decidir la colocación del mobiliario en un espacio con una pared pintada del color corporativo de la marca del vivero (de un rojo chillón, por ejemplo), sería conveniente que los puestos de trabajo no tuvie-sen una visión directa de la misma y, por lo tanto, situarlos de espaldas a la pared en cuestión o a 90º. Veámoslo gráficamente:

Al elegir el modelo concreto y el material de los acabados es importante tener presentes las si-guientes consideraciones:

Sobre todo en el caso de los espacios de coworking, se recomienda que las mesas incorporen en el plano de trabajo puntos de conexión a la red eléctrica y a la red de voz y datos (telefonía y datos por cable de banda ancha) a los que se pueda acceder cómodamente. Las mesas que incorporan estos mecanismos resuelven, a su vez, las molestas distribuciones de cableado de los equipos informáticos.

Las dimensiones mínimas de una mesa de trabajo individual son de 180 x 80 cm. Las mesas de medidas inferiores son insuficientes.

Las sillas tienen que ser ergonómicas y adaptables. Hay que tener presente que para un espacio de trabajo una silla es como una cama para una vivienda.

Figura 2.3.1.ar

Mobiliario del espa-cio de coworking del cen-tro Neàpolis, en Vilano-va i la Geltrú (arquitectos: Alonso&Bernadó, arquitec-tos técnicos). En la ima-gen en detalle de la derecha podemos apreciar el ca-jón que incorpora la mesa, que permite acceder có-modamente a la red eléc-trica (con cuatro puntos de conexión) y a la red de voz y datos.

271270

tan las actividades industriales dificulta la climatización de todo el es-pacio ya que el volumen de aire que hay que calentar o enfriar es ex-cesivamente elevado (aunque hay empresas que prefieren climatizar todo el espacio si, por ejemplo, la actividad que se efectúa requie-re agilidad manual). Sin embargo, desde la fase de diseño del deta-lle constructivo de los elementos que configuran la envolvente de los módulos se pueden adoptar medidas para aportar una mejora pasi-va al confort térmico de los espacios de trabajo.

Tal como se ha comentado anteriormente, la mejora de la envolvente facilita posibles transformaciones de los espacios a lo largo del tiem-po, de manera que en caso necesario dichos espacios podrán acoger usos que requieran climatización sin que la transformación suponga gastos energéticos desproporcionados.

Así pues, se recomienda:

Para las fachadas exteriores, utilizar elementos de cons-trucción preferentemente prefabricados que lleven el ais-lamiento incorporado, como plafones sándwich de cha-pa metálica o elementos de hormigón con aislamiento in-terior, con un grosor de aislamiento de entre 7 y 9 cm (a ser posible, con una transmitancia máxima del elemen-to de 0,70 W/m2k). Este tipo de cerramientos son fáciles de montar, duraderos y tienen buenos acabados. La solución elegida ha de mantener una buena estética, acorde con las recomendaciones del capítulo 1.4, «La imagen corporati-va», que en cualquier caso son también aplicables a los vi-veros industriales.

Figura 2.3.2.a

Detalle en alzado y sección de la fachada principal del nue-vo vivero de empresas in-dustriales de Sabadell (ar-quitectos: LKS). En la sección constructiva se aprecia la buena dotación de aislamien-to térmico en la fachada y la cubierta, así como la com-plejidad de materiales utiliza-dos en la fachada con el obje-tivo de conseguir una imagen distintiva. Se han reservado también los espacios nece-sarios para la rotulación y la conexión de servicios de las instalaciones.

Fuente: proyecto ejecutivo del Centro de Empresas Indus-triales de Sabadell, elaborado por LKS Arquitectos.

2 . 3 . 2 El diseño de los módulos de trabajo del vivero industrial

Las actividades industriales, debido a su naturaleza (actividades de almacenamiento con las puertas generalmente abiertas para la carga y descarga, actividades de soldadura o trabajos con metal...), no se desarrollan por lo general en un ambiente cien por cien confortable (falta de climatización, ruido de la maquinaria, etc.). Sin embargo, desde el diseño arquitectónico de los espacios se pueden aplicar una serie de medidas para mejorar la sensación de confort de los usuarios y que habrá que tener presentes en el momento de diseñar los módulos de tra-bajo del vivero industrial. Son las siguientes:

Aislar la envolvente (fachadas y cubierta).

Procurar una buena iluminación natural.

Procurar, en su caso, un buen diseño de la iluminación artificial.

Generar una buena ventilación.

Por otra parte, dadas las características espaciales de la arquitectura industrial, y como medi-da de mejora del diseño constructivo de los espacios, también se recomienda:

Priorizar el uso de elementos prefabricados

A continuación profundizaremos en las medidas mencionadas, algunas de las cuales se han tratado también en los apartados anteriores destinados al vivero de servicios (luz natural y luz artificial), en los que se han presentado los aspectos técnicos que rigen su comportamien-to. Así pues, para no duplicar información, nos referiremos únicamente a estos contenidos.

2 . 3 . 2 . a La envolvente (fachadas y cubierta)

En la edificación industrial no hay exigencia normativa de aislamiento térmico de la envolvente,(77) ya que muchas de las actividades indus-triales (como, por ejemplo, las de almacenamiento de ciertos mate-riales) no tienen necesidad de ello, otras suponen unos cambios de temperatura exagerados que hacen inviable la climatización de los espacios y, por lo tanto, no necesitan cerramientos aislantes (activi-dades de soldadura, hornos, etc.), y otras implican la realización de un trabajo físico que no tiene los mismos requerimientos de confort que el trabajo estático (carpinterías, talleres mecánicos, etc).

No obstante, existen un buen número de actividades industriales ma-nufactureras que se ven favorecidas por una mejora del comporta-miento térmico del espacio de trabajo (además, este tipo de activida-des son habitualmente las más susceptibles de ubicarse en un vivero industrial). De todos modos, la gran altura que generalmente necesi-

(77) El DB HE1 del Código Técnico de la Edificación no es de aplicación. Sin em-bargo, sí es aplicable el DB HS1, que tiene afectaciones en cuanto a la impermeabi-lización respecto al ambien-te exterior y el terreno.

273272

3.00 m

0.00 m

0.00 m 16.00 m

60 120 180 240 300 360 1x

3.00 m

0.00 m

0.00 m 16.00 m

130 155 260 325 390 455 1x

3.00 m

0.00 m

0.00 m 16.00 m

60 120 180 240 300 360 1x

3.00 m

0.00 m

0.00 m 16.00 m

130 155 260 325 390 455 1x

3.00 m

0.00 m

0.00 m 16.00 m

60 120 180 240 300 360 1x

3.00 m

0.00 m

0.00 m 16.00 m

130 155 260 325 390 455 1x

Figura 2.3.2.c

Simulación en planta.

Figura 2.3.2.d

Gráfico comparativo en sec-ción. El color verde corres-ponde a la figura 2.3.2.b y el azul a la figura 2.3.2.c.

Además, tal como ya hemos visto en el subapartado 2.3.1.a «La ilu-minación natural del vivero de servicios» (que recomendamos con-sultar), la distribución de la luz en el interior del local mejora de forma más notable con la incorporación de aberturas en diferentes facha-das que con el aumento de la superficie de la abertura en una única fachada. Según el sistema de agregación de los módulos industria-les,(79) el acceso a la luz natural en otros planos de la envolvente será factible en mayor o menor grado. Por consiguiente, habrá que incor-porar todas las aberturas complementarias posibles en la fachada posterior o en la cubierta del módulo para aumentar el nivel de ilumi-nación de la zona posterior del local, en especial en los módulos in-dustriales medianos, grandes y excepcionales.

Las siguientes figuras (figura 2.3.2.c) (figura 2.3.2.d) muestran (en dos tipos de gráficos diferentes, en planta y sección, respectivamente) la mejora en el reparto de la luz natural que supone la incorporación de una clara-boya en la parte posterior de la nave (en este caso, de 16 m de profun-didad). No obstante, en caso de construirse un altillo de oficinas en la zona posterior, este provocaría una zona de sombra en la planta baja.

(79) Consultar el apartado 2.2.3, «Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero industrial».

En este sentido, incorporar aberturas a la fachada posterior mejora notablemente el confort del altillo de oficinas y de su zona inferior, re-comendándose especialmente para los módulos grandes y excepcio-nales. Sin embargo, puede resultar insuficiente en módulos de gran profundidad donde se quiera conseguir un buen nivel de iluminan-cia de todo el conjunto. En el esquema siguiente,(Figura 2.3.2.e) se observa como, para un módulo de 16 m de profundidad, la curva de color verde que corresponde a la opción de iluminar el módulo con aberturas late-rales en las dos fachadas cortas, alcanza valores muy bajos en el cen-tro del espacio. En compensación, una opción válida y generalmente viable es incorporar claraboyas a lo largo de la cubierta que, tal como demuestra la curva naranja, aumentarán significativamente el nivel de iluminancia de forma constante en todo el módulo.

<

Figura 2.3.2.e.

Gráfico en sección.

Fuente: gráfico elaborado manualmente a partir de cálculos lumínicos realiza-dos con el software DIALux.

Para los elementos de cubierta, utilizar cubiertas ligeras que no sobrecarguen en exceso la estructura pero que, al mismo tiempo, incorporen un grosor de aislamiento tér-mico de entre 7 y 9 cm para alcanzar una transmitancia máxima de 0,50 W/m2K.

Para las aberturas en fachadas verticales, utilizar acrista-lamiento doble con cámaras de aire superiores a 8 mm y carpinterías estandarizadas con ruptura de puente térmi-co. Alternativamente, se pueden utilizar elementos de po-licarbonato alveolar o perfiles de cristal con cámara de aire. Además, habrá que tener en cuenta el factor solar e in-corporar elementos de sombra o de tamizado cuando sea previsible la entrada directa de radiación solar.

En el caso de las aberturas en la cubierta, se recomien-da colocarlas en vertical y orientadas al norte para evitar la entrada de radiación solar directa, con acristalamiento do-ble y carpintería con ruptura de puente térmico. Alterna-tivamente, se pueden utilizar elementos de policarbonato celular con un grosor mínimo de 10 mm.

2 . 3 . 2 . b La iluminación natural

En el subapartado 2.3.1.a, «La iluminación natural», se han introducido las nociones básicas que rigen la entrada de luz natural lateral, que es la forma más habitual de incorporar la luz a los espacios de trabajo tipo oficina. Entre otros cosas hemos visto que a medida que se ele-va la altura del dintel de una abertura aumenta el alcance de la luz en el interior de los locales.

En este sentido, las grandes alturas que necesita la actividad indus-trial facilitan el reparto de la luz en el interior de los módulos. Colo-cando aberturas en el tercio superior de la fachada de los módulos (si tienen una altura aproximada de 7 m) se consigue la entrada de luz natural hasta más de 8 m de profundidad.

En la figura(figura 2.3.2.b) (78) se observa el reparto de la luz natural en un módulo industrial medio con una abertura de 2 m de altura elevada 4 m respecto a la cota de calle, por encima de la puerta de acceso de vehículos de la fachada principal del módulo (la colocación más habi-tual de las aberturas en un módulo industrial). Resulta evidente que se necesitará un refuerzo de iluminación, como mínimo, en la zona posterior del módulo, más necesario todavía teniendo en cuenta que los altillos de oficinas se situarán en esa zona. Por otra parte, también se delimita una zona oscura en contacto con la fachada principal de-bido a la altura del pretil de la ventana. Para evitarlo, se pueden dise-ñar otras configuraciones de fachada que saquen partido del cerra-miento situado en la parte inferior de la fachada en cuestión, junto a la puerta de acceso.∧

Figura 2.3.2.b

Simulación en planta.

(78) Cálculos lumínicos rea-lizados con el software DIA-Lux.

275274

Est Oest

Módulo 1 Módulo 2

Solución NO válida

EI-t

EI-t/2

Módulo 1 Módulo 2

Solución válida

EI-t

EI-t/2

Módulo 1 Módulo 2

EI-t

Solución válida

≥ 1m

EI-t

EI-t/2

La colocación idónea es con orientación norte-sur, con algún ele-mento de sombra para la placa orientada al sur o, si no, con acris-talamiento translúcido de baja emisividad o similar. Una opción al-ternativa a esta tipología y que permite la orientación este-oeste es incorporar un elemento descolgado en el espacio intermedio. Dicho elemento actuará reflejando, dispersando y filtrando los rayos de ma-nera que no incidan directamente en el plano de trabajo(81) y mejoran-do la uniformidad de la iluminación interior.

En cualquier caso, una mejora notable de cualquier claraboya es in-corporar a la misma un dispositivo de ventilación o hacer que sea practicable de manera que, en verano, permita la salida del aire ca-liente (que tiene tendencia a acumularse en las zonas altas). Habrá que pensar en un mecanismo de control accesible o motorizado.

Por otra parte, al diseñar las aberturas de los módulos industriales deben tenerse en cuenta –de nuevo– las exigencias normativas en cuanto a sectorización de incendios que derivan de la aplicación del RSCIEI. En este sentido, el RSCIEI determina una distancia de segu-ridad mínima de un metro a ambos lados de la pared medianera de separación entre dos establecimientos industriales, que deberá tener una estabilidad al fuego mínima equivalente a la mitad de la exigida para la medianera.(82)

Figura 2.3.2.g

Esquema en sección.

Fuente: Baker; Steemers, 2002, p. 70.

Figura 2.3.2.h.

Esquema en sección.

Fuente: Instrucción Técnica Complementaria SP 108:2008 de la Dirección General de Prevención, Extinción de In-cendios y Salvamentos de la Generalitat de Catalunya.

(82) Según la Instrucción Técnica Complementaria SP 108:2008 de la Dirección General de Prevención, Ex-tinción de Incendios y Salva-mentos de la Generalitat de Catalunya.

También hay que mantener una distancia mínima de un metro entre las aberturas situadas en fachadas de dos sectores de incendios di-ferentes,(83) separadas horizontal o verticalmente según el esquema siguiente, que se puede interpretar tanto en planta como en sección: <

Figura 2.3.2.i.

Esquema en planta y/o sec-ción.

Fuente: Instrucción Técnica Complementaria SP 108:2008 de la Dirección General de Prevención, Extinción de In-cendios y Salvamentos de la Generalitat de Catalunya.

(83) Esta distancia se puede reducir mediante la coloca-ción de aleros.

Figura 2.3.2.f.

Esquemas en sección.

Fuente: Baker; Steemers, 2002, p. 70.

En cualquier caso, habrá que evitar la entrada de luz directa solar, que puede resultar molesta para muchas actividades y causar so-brecalentamientos. Para las aberturas laterales son válidos los cri-terios mencionados en los subapartados 2.2.1.a «La orientación», y 2.3.1.a «La iluminación natural» y en el capítulo 2.5, «Factores de sos-tenibilidad 2». Además, hay que recordar que las observaciones reco-gidas en el subapartado «La iluminación natural del vivero de servi-cios» son igualmente aplicables al altillo de oficinas de los módulos industriales.

Por otra parte, el diseño de las aberturas en cubierta es especialmen-te relevante ya que estas permiten una entrada de rayos más cons-tante a lo largo del día y son menos susceptibles de recibir sombra de edificaciones vecinas. El soleamiento continuo puede provocar so-brecalentamientos que hagan el espacio inhabitable en verano, sobre todo si no está bien ventilado.

La manera más simple de incorporar aberturas en cubierta es situar-las en el mismo plano, de forma horizontal. En cambio, las clarabo-yas contenidas en el plano de cubierta se desaconsejan especialmen-te, aun cuando puedan resultar más económicas, porque dejan pa-sar una gran cantidad de energía solar y ofrecen pocas posibilidades de incorporar dispositivos eficientes de ventilación natural. Además, existe un gran abanico de tipologías de claraboyas que juegan con la orientación y la reflexión de los rayos de luz para redireccionarlos y mejorar la dispersión de la luz en el interior de los locales.

En la figura(figura 2.3.2.f) se representan las modalidades más habitua-les de incorporación de claraboyas a la cubierta. Las tres primeras, las más desaconsejadas, son poco o nada sensibles a la orientación y conviene, si no existe ningún otro diseño alternativo, utilizar pla-cas translúcidas para filtrar parcialmente los rayos incidentes. En este sentido, se recomienda utilizar cerramientos de policarbonato alveo-lar que, aparte de tamizar parcialmente la luz incidente, tienen la ven-taja de ofrecer un buen aislamiento térmico.

Las tipologías 4, 5 y 6 tienen un comportamiento asimilable a las aberturas laterales, por lo que son sensibles a la orientación. Fun-cionan óptimamente cuando se orientan hacia el norte, permitien-do únicamente la entrada de luz difundida. Alternativamente, se pue-den orientar hacia el sur siempre que exista un dispositivo de venti-lación natural eficiente, ya que la entrada de luz directa es fácilmente controlable mediante aleros o lamas(80) (en el caso de estas últimas, habrá que pensar en un sistema de limpieza sencillo o colocarlas in-teriormente).

La tipología 7 es también un tipo de claraboya con características de abertura lateral pero en este caso con doble orientación.

1

2

3

4

5

6

7

(80, 81) Baker; Steemers, 2002, p. 70.

277276

> 3 m

> 2 m

>1 m

La agregación en hilera adosada hace inviable la incorporación de aberturas en la fachada posterior, por lo que la aportación complementaria de luz natural po-drá efectuarse únicamente a través de claraboyas en cubierta. En los esquemas se ha utilizado una de las siete tipologías de claraboyas descritas, pero la elección de la forma y la configuración de la misma en un proyecto real se tienen que efec-tuar de acuerdo con las características del emplazamiento y de la orientación de los módulos.

<

Figura 2.3.2.l

<

Figura 2.3.2.m

Por último, la agregación en hilera adosada con pasillo intermedio posibilita la incorporación de aberturas en la cubierta y en la zona elevada de la fachada poste-rior, siempre y cuando la altura de la cubierta del pasillo sea inferior a la de los mó-dulos. El pasillo, además, se puede iluminar mediante un a claraboya siempre que se respeten las distancias mínimas indicadas anteriormente.

En caso de que la zona administrativa y/o los módulos de servicios –en viveros mixtos– se si-túen en la primera planta (para conseguir una configuración compacta que acerque los módu-los industriales y la zona administrativa), es inviable insertar aberturas complementarias en la zona posterior de los módulos. Por este motivo hay que evitar esta configuración en los módu-

Hay que mantener asimismo una distancia mínima entre una clara-boya de cubierta y una ventana vertical situada en la fachada de un sector de incendios diferente, según se expresa en el siguiente es-quema:

>

Figura 2.3.2.k

De acuerdo con todo lo que se ha mencionado, y a partir de los tres patrones de agregación planteados en el apartado 2.2.3 «Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero indus-trial», se proponen diferentes variantes que se pueden adoptar con objeto de mejorar la dis-persión de la luz natural en el interior de los módulos:

La agregación en hilera simple es la que presenta menos dificultades para incor-porar aberturas complementarias, que pueden abrirse en la fachada posterior y en la cubierta y que además permitirán una ventilación cruzada del módulo. Las aber-turas de la fachada posterior se pueden ver limitadas si el acceso secundario se rea-liza a través de un pasillo interior. En este caso se aconseja deprimir la altura de la cubierta del pasillo y, una vez superada, incorporar las aberturas.

E1 < 60

E1 < 60

E1 < 60E1 < 60

d ≥ 2,5 m

h = 5 m

S1

S1 S2E1 E2

S1 S2E1 E2

Mejora de la incidencia de la luz natural para los tres patrones de agregación

Figura 2.3.2.j

Esquemas en sección.

Fuente: Instrucción Téc-nica Complementaria SP 108:2008 de la Dirección General de Prevención, Ex-tinción de Incendios y Salva-mentos de la Generalitat de Catalunya.

>

d (m)

h (m)

≥2,5

0,00

2,00

1,00

1,75

1,50

1,50

2,00

1,25

2,50

1,00

3,00

0,75

3,50

0,50

4,00

0,00

5,00

En este mismo sentido, son válidas las soluciones de distanciamiento que se presentan a continuación:

279278

>1 m

Por una parte, reduce la inversión que deberá realizar para adecuar el local.

Por otra, supone un ahorro mensual gracias a la mejora de la eficiencia energética del sistema.(85)

Una de las decisiones que hay que tomar en caso de incorporar el sistema de iluminación artificial en la fase de proyecto es el nivel lu-mínico que se quiere alcanzar. Ante la imposibilidad de saber qué ac-tividades concretas se desarrollarán en los módulos, podrá incorpo-rarse únicamente la iluminación general, siendo los empresarios quienes la reforzarán con una iluminación específica suplementaria en caso de efectuar trabajos de precisión.

Al diseñar el sistema de iluminación general de los módulos indus-triales hay que partir de las siguientes premisas:

Se recomienda una distribución de luminarias con dos en-cendidos que permitan alcanzar dos niveles lumínicos di-ferentes. Una buena opción es un nivel lumínico de 500 lux con los dos encendidos activados y uno de 250 lux con un solo encendido. Alternativamente, según el presupuesto disponible y el tipo de lámparas instaladas, se puede optar por sistemas de regulación o dimmers.

Hay que velar para que exista una iluminación uniforme en todo el espacio.(86)

Hay que tener en cuenta las aportaciones de luz natural. En el caso de módulos con una única abertura en la fa-chada principal es necesario prever dos encendidos dife-renciados: uno para la zona oscura y otro para la zona ilu-minada.

Deben evitarse sombras pronunciadas. Una distribución de fuentes de luz puntual de gran potencia acentuará las sombras, lo que no sucederá, en cambio, con una distribu-ción a base de múltiples fuentes menos potentes.

Son preferibles las fuentes de luz con un buen índice de reproducción cromática(87) (consultar el glosario del ane-xo) para evitar ambientes tristes o incompatibilidades con actividades que requieran una buena definición del color (como, por ejemplo, una imprenta).

(85) Si es el propio empre-sario o empresaria quien elige las lámparas y lumi-narias, es muy probable que no quiera asumir el sobre-coste inicial que suponen los sistemas más eficien-tes, ya que, recordémoslo, generalmente las empre-sas del vivero son jóvenes y con recursos limitados.

(86) Gas Natural Feno-sa. Catálogo de Tecnolo-gías: Iluminación Indus-trial [en línea] <http://www. e m p r e s a e f i c i e n t e .c o m / e s / c a t a l o g o - d e - tecnologias/iluminacion-industrial#ancla> [Consulta 2 de diciembre 2013].

(87) Gas Natural Feno-sa. Catálogo de Tecnolo-gías: Iluminación Indus-trial [en línea] <http://www. e m p r e s a e f i c i e n t e .c o m / e s / c a t a l o g o - d e - tecnologias/iluminacion-industrial#ancla> [Consulta 2 de diciembre 2013].

los industriales de gran profundidad y estudiar la incorporación de elementos que mejoren la di-fusión en profundidad de la luz natural, como aleros interiores o lamas horizontales de mate-rial reflector.(84)

Alternativamente, se pueden considerar soluciones más complejas, como perforar el nivel superior con patios o pozos de luz destinados exclusivamente a la iluminación y ventilación de los módulos industriales (que deberán estar completamente separados de la zona admi-nistrativa). Otra solución sería que, debido a la configuración del edificio, los módulos pudiesen disponer de fachadas laterales.

>

Figura 2.3.2.n

Esquema en sección.

(84) Consultar el subaparta-do 2.3.1.a, «La iluminación natural del vivero de servi-cios» para ver otras alter-nativas.

2 . 3 . 2 . c La iluminación artificial

En la fase de proyecto hay que decidir si los módulos industriales se quieren ofrecer con el sistema de iluminación artificial incorporado, aunque el resto de la instalación eléctrica no se desarrolle porque, tal como veremos en el capítulo 2.4, «Acondicionamiento de los espa-cios», concretamente en el apartado 2.4.2, «Sistemas de instalacio-nes del vivero industrial», generalmente son los propios empresarios quienes contratan el suministro a la compañía eléctrica.

Para tomar esta decisión hay que tener en cuenta, por una parte, que el nivel de iluminancia recomendable para el uso industrial es muy variable según el tipo de actividad que se desarrolle; efectivamente, este nivel oscila entre 100 y 1.000 lux (la norma UNE-EN 1624-1:2012 contiene una tabla que relaciona el tipo de actividad industrial con el nivel de iluminación recomendable). Esta variabilidad puede ser el principal motivo para dejar en manos de los empresarios la elección del sistema de iluminancia artificial. Sin embargo, incluir el sistema de iluminación en el proyecto inicial tiene la ventaja de que permite efectuar conjuntamente la reflexión sobre la iluminación natural y la artificial, de manera que se podrá optimizar el sistema y, por consi-guiente, reducir costes energéticos. Además, en este caso la gestión del centro tendrá mayor control sobre el tipo de lámpadas y lumina-rias instaladas, lo que le permitirá velar por el uso eficiente de la ener-gía, uso eficiente que beneficia, a su vez, al empresario o empresaria con un doble ahorro:

281280

■ Ventajas:

■ Inconvenientes:

■ No ocasiona restricciones del espacio ni incompatibilida-des con ciertas actividades industriales.

■ Es compatible con el puente grúa.

■ Es un sistema de gran eficacia energética y larga vida útil.

■ Produce sombras más acentuadas.

■ La potencia que se deriva de esta solución requiere un número reducido de luminarias para alcanzar el nivel de iluminación deseado. Sin embargo, el riesgo de que la luz no se distribuya correctamente, con zonas más ilumina-das que otras, es mayor.

■ Inconvenientes:

■ Restringe el espacio industrial y puede ser incompatible con actividades que necesiten grandes alturas.

■ Es incompatible con el puente grúa, por lo que no es apli-cable a los módulos excepcionales.

Efectuar una distribución de lámparas de descarga (vapor de mercurio, vapor de sodio, etc.) y luminarias con ángulos de apertura estrechos (campanas, focos o si-milares) que supongan más penetración de la luz. Esta solución, a su vez, tiene las siguientes ventajas e inconvenientes:

Figura 2.3.2.p

Cálculos lumínicos realiza-dos mediante el software DIALux.

Fuente: Gas Natural Fe-nosa. Catálogo de Tecno-logías: Iluminación Indus-trial [en línea] <http://www. e m p r e s a e f i c i e n t e .c o m / e s / c a t a l o g o - d e - tecnologias/iluminacion-industrial#ancla> [Consulta 2 de diciembre 2013].

Son más adecuadas las fuentes de luz con un rendimiento del color alto (ver glosa-rio del anexo) asimilables a la luz de día.

La gran dimensión y altura de los módulos industriales determina en gran medida el tipo de fuen-tes de luz y luminarias que se pueden utilizar en los mismos, hasta el punto de que algunos sis-temas se tendrán que descartar por falta de potencia o eficiencia. En este sentido, hay dos vías de actuación posibles:(88)

Bajar el plano de las luminarias hasta una altura de 3,5-4 m y efectuar una distribución de fluorescentes convencionales que conforme líneas continuas o carriles. Esta solu-ción tiene las siguientes ventajas e inconvenientes:

(88) Gas Natural Feno-sa. Catálogo de Tecnolo-gías: Iluminación Indus-trial [en línea] <http://www. e m p r e s a e f i c i e n t e .c o m / e s / c a t a l o g o - d e - tecnologias/iluminacion-industrial#ancla> [Consulta 2 de diciembre 2013].

Figura 2.3.2.o:

Cálculos lumínicos realiza-dos mediante el software DIALux.

Fuente: Gas Natural Fe-nosa. Catálogo de Tecno-logías: Iluminación Indus-trial [en línea] <http://www. e m p r e s a e f i c i e n t e .c o m / e s / c a t a l o g o - d e - tecnologias/iluminacion-industrial#ancla> [Consulta 2 de diciembre 2013].

■ Ventajas:

■ Aporta una buena distribución de la luz, sombras suaves y un rendimiento del color aceptable.

■ Permite utilizar luminarias con difusores industriales que dispersen la luz y eviten el deslumbramiento.

■ Admite regulación o dimmers.

■ Requiere un número elevado de luminarias, lo que va a fa-vor de la incorporación de dos o más encendidos, de ma-nera que el reparto de la luz seguirá siendo homogéneo.

■ Facilita la limpieza y mantenimiento de las fuentes de luz y luminarias.

283282

800

800

800 80

0

800

800

800

800

80080

080

0

700

700

700

700

700

700

700

700

700

700

600

600

600

600

600

600

600

600

500

500

500

450

450 45

045

045

045

0

450

4504

5045

0 450

450

450

450

450

450

450

450 45

045

045

045

045

036

036

036

0

360

360

360

360

360

360

360

270

270

270

180

630

630

630 63

063

0630

630

630

630 630

63063

063

063

056

0

560

560

560

560 56

0

560

560

560

560

56049

0

490

490

490

490 49

0

490

490

490

490

420

420

300

300 30

030

0300

300

300

300

300

300

300

300

300

300

300

300

250

250

250

250

250

250

250

250

200

Dado que la dimensión de los módulos de actividad industrial no supera en ningún caso los 1.000 m2 de superficie construida, la ventilación se puede diseñar de manera natural a razón de una superficie aerodinámica de 0,5 m2 cada 150 m2 de módulo.

Hay que disponer uniformemente las aberturas, repartidas en la parte alta del módulo, en fa-chada o cubierta según la accesibilidad que permita el sistema de agregación,(Figura 2.3.2.r) y debe-rán ser practicables de manera manual o automática, según la facilidad de acceso. En caso de que se haya previsto la incorporación de claraboyas para la iluminación natural, una buena op-ción es diseñar la ventilación en relación con dichas claraboyas, haciendo que sean practicables.

Además, hay que prever aberturas practicables para la entrada de aire en la zona inferior de la nave con objeto de asegurar una buena renovación del aire y evitar estratificaciones. Dichas aberturas deberían garantizar una superficie aerodinámica equivalente a la prevista para la ex-tracción.

Figura 2.3.2.r

En el caso concreto del sistema de agregación en hilera adosada con pasillo intermedio y con la zona administrativa en la primera plan-ta, la ventilación tiene que efectuarse a través de chimeneas que ya se tendrán que prever en la fase de proyecto. En el proyecto de ade-cuación se determinará si, además, hay que incorporar un ventila-dor mecánico.

Si el empresario o empresaria decide climatizar el módulo, las ne-cesidades de ventilación aumentarán. A este efecto es conveniente efectuar una buena previsión de los pasos de conductos hasta la cu-bierta con acceso para el mantenimiento o, si no, prever zonas en fa-chada con un revestimiento exterior calado, de manera que en caso de necesidad se pueda desmontar la capa interior y suponga una abertura auxiliar para la ventilación sin que quede alterada la esté-tica de la fachada.

De hecho, dada la diversidad de actividades industriales y las posibles necesidades de cada una, los módulos deberían prever sistemática-mente una reserva de paso de instalaciones hasta la cubierta para evitar la dependencia de la fachada. En cualquier caso, hay que tener presente la sectorización de estos pasos.

Por último, habrá que ventilar también la cámara higiénica que se in-corpore a los módulos medianos, grandes y excepcionales

Figura 2.3.2.s

■ Dificulta la incorporación de diferentes encendidos debi-do al número reducido de luminarias y produce una mala distribución de la luz cuando sólo se encienden la mi-tad, tal como puede observarse en el siguiente esquema comparativo:

■ Admite regulación, pero con limitaciones.

■ Dificulta el mantenimiento, limpieza y sustitución de las lámparas.

■ Sobrecoste; es un sistema más caro.

>

Figura 2.3.2.q:

Cálculos lumínicos realiza-dos mediante el software DIALux.

Pero hay que señalar que hoy en día existe una gama de luminarias fluorescentes de uso in-dustrial con ópticas muy intensivas para iluminar grandes alturas. No obstante, es un siste-ma más costoso que el de descarga.

Por último, hay que recordar que los altillos de oficinas incorporados a los módulos deberían iluminarse según los criterios recogidos en el subapartado 2.3.1.b «La iluminación artificial», del vivero de servicios.

2 . 3 . 2 . d La ventilación

Las necesidades de ventilación de los módulos industriales se determinan según la actividad que desarrolla cada empresa, por lo que deberán definirse en los correspondientes proyectos de adecuación interior que se efectúen después del proyecto global del centro. No obstante, al diseñar los módulos también habrá que tenerlas presentes porque prever las aberturas nece-sarias con antelación permite evitar actuaciones posteriores que puedan deteriorar la estéti-ca del conjunto o que supongan problemas constructivos (entradas de agua, principalmente).

285284

2 . 3 . 2 . e El uso de elementos prefabricados

Las ventajas de la construcción con elementos prefabricados son muchas: mejor control de calidad, reducción del plazo de ejecución en la obra, reducción de costes, reducción de residuos durante las obras, posibilidad de desmontaje en un futuro, etc. Cuanto mayor sea la obra, más notorias serán las ventajas de la construcción preindustrializada y, por consiguiente, también mayores el ahorro energético y el ahorro económico. En este sentido, las características es-paciales del vivero industrial (grandes superficies, grandes alturas, poca carga, necesidad de grandes luces, etc.) son adecuadas para el empleo de materiales y elementos constructivos prefabricados.

El uso de elementos estructurales prefabricados permite alcanzar luces superiores y liberar de pilares los módulos a unos costes razonables. Las vigas de hormigón pretensado y las ar-maduras metálicas pueden alcanzar luces de 20 m sin problemas si se combinan con correas y cubiertas ligeras (tipo Deck), eso sí, con secciones de jácena importantes que habrá que te-ner en cuenta al determinar la altura del módulo.

Del mismo modo, el empleo de elementos prefabricados en la conformación de los cerra-mientos de fachada supone una gran agilidad de montaje y, además, una mejora del com-portamiento térmico de la envolvente ya que los paneles suelen incorporar aislamiento tér-mico en el interior (de hormigón, metálicos o de otros materiales). Por otra parte, la estética de los acabados de estos elementos ha mejorado mucho en los últimos años, existiendo hoy en día en el mercado todo tipo de formatos, acabados y colores compatibles con aberturas de diferentes tamaños y tipos. Por lo tanto, los sistemas de cerramiento prefabricados también satisfacen las necesidades estéticas que requiere la imagen corporativa del vivero industrial.

287286

cos que se derivan del uso característico de los espacios (que se han recogido a partir de la experiencia de centros de larga trayectoria). A diferencia del capítulo anterior, en este se hace referencia a todas las unidades de uso de los centros y no sólo a los espacios de trabajo, es decir, los espacios compartidos, comunes y de apoyo.

Por otra parte, es evidente que el diseño de las instalaciones del edifi-cio tendrá una repercusión importante en su eficiencia energética, por lo que los criterios de este capítulo, que recogen las necesidades de-rivadas del uso cotidiano, deben complementarse con los contenidos del capítulo 2.5, «Factores de sostenibilidad 2».

Al diseñar las instalaciones del vivero también hay que tener presen-tes las posibles transformaciones que pueden sufrir los espacios a lo largo del tiempo de funcionamiento del mismo. Efectivamente, de poco servirían todas las recomendaciones espaciales y arquitectóni-cas recogidas a lo largo de esta guía si el diseño de las instalaciones no se correspondiera con los factores de flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de transformación. Es importante, por consiguiente, insta-lar sistemas que admitan ampliaciones y modificaciones a lo largo de los años de funcionamiento del centro y que no sean herméticos, ina-movibles o inaccesibles.

Hay que precisar, por último, que hemos distinguido los criterios y recomendaciones aplicables al vivero de servicios de los aplicables al vivero industrial, ya que la gestión de estos dos tipos de centros es muy diferente como consecuencia de las actividades divergentes que acogen.

2 . 4 . 1Sistemas de instalaciones del vivero de servicios

El vivero de servicios se caracteriza por integrar toda una serie de unidades privativas de di-mensiones reducidas que desarrollan actividades relativamente similares y que, en conse-cuencia, también tienen requerimientos semejantes. Esto permite que los módulos se en-treguen completamente acabados, a punto para iniciar la actividad sin necesidad de obras ni adaptaciones, lo que constituye una ayuda más que se ofrece a los empresarios. Esto conlle-va, sin embargo, que el diseño de las instalaciones de los módulos sea más complejo, ya que tienen que ser suficientemente versátiles para adaptarse a cada caso en particular. Además, es importante no olvidar que las unidades que conforman el vivero de servicios son privati-vas e independientes y que, por lo tanto, pese a tener requerimientos similares, han de poder funcionar de manera autónoma.

Un aspecto fundamental que hay que tener presente al diseñar las instalaciones del vivero de servicios es la propia gestión de estas instalaciones, porque el centro deberá controlar deta-lladamente los consumos individuales de cada módulo, de manera que pueda repercutirlos proporcionalmente en el precio del alquiler. Generalmente, esto ocasiona sobrecostes que, de

CAPÍTULO 2.4ACONDICIONAMIENTO DE LOS ESPACIOS

A priori, y como criterios generales, al diseñar las redes de instalacio-nes del edificio hay que alcanzar los objetivos siguientes:

Reducir el impacto ambiental y minimizar los costes ener-géticos y de mantenimiento.

Integrar el diseño de las instalaciones y el diseño arquitec-tónico de los espacios.

Facilitar la gestión y control de los diferentes sistemas y agilizar las continuas mudanzas de los usuarios.

Hay que señalar, no obstante, que diseñar los sistemas de instalacio-nes en un vivero de empresas es una labor complicada debido a la cantidad de usos privativos que conviven dentro del mismo edificio. Además, un diseño bien realizado debería facilitar la gestión del vi-vero; en este sentido, la gestión del centro ha de ser capaz de discer-nir los consumos de cada usuario y, al mismo tiempo, saber detalla-damente los consumos que corresponden a los espacios comunes y los que corresponden a las unidades privativas, los módulos. Cuan-to más especializado esté el sistema de control de las instalaciones, más sencilla será la gestión económica y financiera del centro, más equitativa será la cuota mensual de los usuarios y, en términos ener-géticos, más eficiente será el edificio.

Las indicaciones recogidas en este capítulo son las premisas concre-tas que conviene transmitir al equipo técnico que efectúe el diseño de las instalaciones del edificio (que, en muchos casos, es un equipo especializado dirigido por el equipo que ha redactado el proyecto ar-quitectónico). Por lo tanto, no determinamos los factores de cálculo ni las especificidades técnicas de los diferentes sistemas –labor que corresponderá al equipo técnico que desarrolle el proyecto de insta-laciones–, sino que ponemos de relieve los requerimientos específi-

289288

car fácilmente el consumo eléctrico del aparato, de ma-nera que, según dicho consumo, podrá deducirse la ener-gía calorífica demandada a la fuente de producción. Una acción que facilitará la gestión de los consumos es dispo-ner como mínimo de dos centrales de producción térmica, una que sirva a los módulos de empresa (para que pueda cuantificarse el consumo y repercutirlo proporcionalmen-te en el precio de alquiler) y la otra para el resto del centro.

En el caso de módulos grandes conviene prever la insta-lación de unidades autónomas independientes de mane-ra que, en caso de posibles subdivisiones de los módu-los, cada una pueda disponer de un control individual de la temperatura.

Aparte de los módulos de trabajo, hay que climatizar el resto de uni-dades de uso del centro, sin olvidar los espacios de circulación y los ámbitos de reunión informal. Este aspecto es fundamental pues-to que tiene una influencia directa en la creación de comunidad y en la estimulación del encuentro y las relaciones personales. En este sen-tido, es importante efectuar una apreciación: aunque se aconseja que la climatización de los módulos se haga autónomamente y con con-troles individuales situados en las diferentes unidades, la climatiza-ción de los espacios comunes tiene que poder controlarse de forma centralizada. Sin embargo, es probable que haya que consi-derar condiciones diferenciadas entre los disntintos ámbitos (debido a la orientación, el nivel de ocupación, etc.) que pueden ser difícilmente compatibles con el diseño de espacios sin compartimentar.

Un caso asimilable, y que puede tomarse de referencia para el di-seño de la climatización del vivero de empresas, es el caso de los hoteles, en los que encontramos una serie de habitaciones con re-querimientos individuales de climatización, unos espacios comunes continuamente climatizados (hall, pasillos, cafetería, spa, etc.) y unos espacios climatizados según demandas u horarios (salones de cere-monias, restaurantes, salas de convenciones, etc.), con la necesidad añadida, en el caso del vivero, de cuantificar los consumos de los es-pacios privativos.

Para garantizar la eficiencia de la instalación habrá que diseñarla por zonas, al igual que en el caso de los hoteles, según el uso que tenga cada una (continuo, ocasional, etc.). Deberá evaluarse la posibilidad de utilizar varios sistemas de climatización para zonas diferenciadas del edificio, en función de si la ocupación de los espacios es continua u ocasional y de si el sistema de renovación de aire se quiere integrar. En este sentido, hay que distinguir las recomendaciones según las di-ferentes unidades de uso:

acuerdo con la experiencia recogida en viveros de larga trayectoria, se aconseja asumir en la fase de proyecto.

Además, hay que recordar que el vivero también incorpora espacios de carácter público, zo-nas de trabajo administrativo y espacios para el ocio y las relaciones personales. En el caso concreto del vivero de servicios, estos espacios y zonas se colocan de manera dispersa entre los módulos de trabajo individual, pero en cuanto a instalaciones tienen requerimientos muy diferentes. Esto también debe tenerse en cuenta en el momento de diseñar las instalaciones porque hay que garantizar el mejor sistema para los dos tipos de espacios y evitar que el pro-yecto de instalaciones se desarrolle teniendo en cuenta tan sólo los requerimientos de un tipo de espacios en perjuicio de los demás.

2 . 4 . 1 . a Tratamiento del aire: climatización

La climatización de los espacios de un vivero de servicios es uno de los factores clave en el éxito o fracaso del centro. Por este motivo, las recomendaciones concretas para los módulos de trabajo se han tra-tado en el subapartado 2.3.1.d, «El confort higrotérmico», que reco-mendamos consultar. A modo de síntesis, debe recordarse:

Conviene elegir un sistema capaz de conseguir la máxima independencia térmica entre los módulos (como el siste-ma VRV), dada la disparidad de ocupación, de tipo de ac-tividades y de maquinaria que se puede dar en ellos, así como las diferencias térmicas que se derivan de las distin-tas orientaciones de las fachadas.

Conviene diseñar con cuidado la distribución del aire cli-matizado en el interior de los locales, procurando que se disperse correctamente, evitando las estratificaciones y asegurando que tenga la velocidad adecuada en la zona ocupada.

Hay que integrar el diseño del sistema de climatización y del sistema de ventilación de los módulos (natural o forza-da) para mejorar la dispersión del aire renovado sin perju-dicar la dispersión del aire climatizado.

Además, es preciso añadir que:

Hay que poder cuantificar el consumo de climatización de cada unidad privativa (o módulo individual de trabajo) con el objetivo de que la gestión del vivero pueda repercutir el gasto mensual correspondiente a cada empresa alojada en el centro. En este sentido, el sistema VRV con splits in-dividuales es una buena opción, ya que permite cuantifi-

291290

rentes espacios; se recomienda situarlo en una zona próxima a la recepción o a la conserjería.

■ En el caso concreto del office, hay que prever un control alternativo en el mismo espacio, para que los usuarios lo puedan utilizar en horarios extraordinarios (de noche o en fines de sema-na).

■ Teniendo en cuenta los grandes volúmenes que hay que climatizar, funcionará especialmen-te bien (sobre todo en los espacios de circula-ción) la climatización por conductos de aire y climatizadores con módulo de freecooling que aprovechan las condiciones térmicas exteriores cuando son favorables y, además, resuelven al mismo tiempo climatización y ventilación.

■ En caso de que haya sala de juegos, se reco-mienda que se pueda controlar independiente-mente desde la propia sala porque los requeri-mientos térmicos pueden ser muy diferentes de los del resto de espacios comunes, sobre todo si se realizan juegos aeróbicos (como ping-pong, por ejemplo).

Los espacios de apoyo (administración, recepción, despa-chos de atención personalizada):

■ Necesitan mayoritariamente climatización con-tinua durante toda la jornada de trabajo del per-sonal del centro, exceptuando el caso de los despachos de atención personalizada y la sala de reuniones, espacios que se utilizan de modo más ocasional.

■ Conviene que estos espacios dispongan de un control centralizado y programado.

■ En ellos se pueden aplicar los criterios de con-fort higrotérmico descritos en el caso de los módulos de trabajo.

■ El control de los despachos de atención perso-nalizada y de la sala de reuniones debería situar-se en los mismos espacios para que se pueda activar sólo cuando sea necesario, lo que redun-dará en beneficio de la eficiencia del sistema.

Los espacios compartidos: salas de reuniones, aulas y sala de conferencias:

■ Se caracterizan por su uso intermitente y regi-do por un horario, por lo que es necesario po-der controlar la climatización de forma indepen-diente y poder activarla según demanda.

■ Es preciso que el sistema sea capaz de alcanzar la temperatura de consigna rápidamente.

■ Han de prever un sistema de renovación mecá-nica del aire porque alcanzan grados de ocupa-ción elevados.

■ Teniendo en cuenta los grandes volúmenes que hay que climatizar, funcionará especialmen-te bien (sobre todo en aulas grandes y salas de conferencias) la climatización por conductos de aire y climatizadores con módulo de freecooling, que aprovechan las condiciones térmicas exte-riores cuando son favorables y, además, resuel-ven a la vez climatización y ventilación.

Los espacios comunes (office, sala de descanso, vestíbulo, etc.) y los espacios de circulación (incluidos los ámbitos de re-unión informal):

■ Son espacios que necesitan climatización continua, ya que se usan espontáneamente y sin un horario predeterminado. Es imprescindi-ble climatizar estos espacios para incentivar el encuentro informal entre los usuarios del vive-ro.

■ Hay que prever un sistema de ventilación y re-novación del aire, que puede ser natural.

■ Hay que vigilar especialmente la renovación del aire del office, que puede generar olores que no deberían propagarse. Conviene, en este sentido, prever una extracción independiente de este es-pacio, asimilable a la de una cocina.

■ Conviene que dispongan de un control centrali-zado que permita al personal del centro activar o desactivar el sistema de manera conjunta y regular la temperatura de consigna de los dife-

293292

Evitar al máximo la distribución de las canalizaciones a través de las divisorias de-bido a la poca versatilidad que aportan al espacio y la dificultad de introducir cam-bios a posteriori. Sin embargo, esta solución se podría plantear para los módu-los de menor dimensión en los que se haya previsto una distribución de mobilia-rio apoyado en el perímetro del espacio siempre que se compense con un número más elevado de puntos de conexión.

Efectuar las canalizaciones a través de bandejas vistas u ocultas en falsos techos registrables. Alternativamente, también se podrán instalar en falsos techos conti-nuos siempre que se garanticen un gran número de puntos de registro.

En viveros y centros de empresas –pero no en el caso de los hoteles– se descarta la aplicación generalizada de suelos técnicos dadas las dimensiones generalmente reducidas de los módulos que los configuran, puesto que esta aplicación generali-zada supondría un sobrecoste importante en el conjunto del edificio que no estaría suficientemente justificada. Sin embargo, sí podría plantearse en módulos grandes, aulas y espacios de coworking para aumentar la versatilidad de dichos espacios.

Así pues, para liberar los elementos divisorios de instalaciones eléctricas sin restar versatilidad a los módulos es conveniente efectuar las canalizaciones con alguno de estos sistemas:

A través de las divisorias laterales: en el caso de módulos pequeños y preferiblemen-te con tabiques de construcción en seco. Hay que prever un buen número de cone-xiones. En el caso de tabiques que separen dos módulos, y si no se ha previsto el sis-tema de doble puerta,(89) se aconseja liberar de instalaciones una zona suficiente para poder practicar una conexión entre los dos espacios.

A través de canaletas perimetrales a modo de zócalo o zanjas en el pavimento: este sistema aporta cierto grado de flexibilidad pero, en cambio, su durabilidad y estética son cuestionables.

A través de un falso techo con columnas de bajada: este sistema aporta mucha flexi-bilidad pero implica obstáculos visuales incómodos.

A través de canalizaciones distribuidas por el falso techo del piso inferior y conecta-das puntualmente a través del forjado: este sistema libera a los elementos divisorios de instalaciones pero aporta muy poca flexibilidad y posibles problemas acústicos y de sectorización de incendios (en su caso). Siempre se pueden efectuar nuevas co-nexiones a posteriori, pero será necesario perforar el forjado. No es aplicable en cen-tros de una sola planta en contacto con el terreno.

A través de canalizaciones distribuidas a través de un engrosamiento de material li-gero bajo el pavimento, con rosetas de conexión a ras de tierra: en este sistema los puntos de conexión son fijos pero los elementos divisorios se liberan de instalacio-nes. Los módulos admiten distribuciones más diversas que con los mecanismos si-tuados únicamente de forma perimetral. En cualquier caso, supone un sobrecoste que habrá que tener presente.

(89) Consultar el subapar-tado 2.1.2.a, «Necesidades cotidianas», de ésta segun-da parte de la guía.

(1)

(2)

(3)

(4)

(5)

De acuerdo con todo lo que se ha mencionado hasta ahora, y dada la gran diversidad de de-mandas que se pueden dar simultáneamente, conviene instalar, sobre todo en los centros grandes que cuentan con muchos módulos independientes, un sistema de control avanzado de la instalación de climatización. Este tipo de sistemas facilitan la gestión de los consumos y, además, son un elemento decisivo en el coste de funcionamiento del edificio.

2 . 4 . 1 . b Electricidad

La instalación eléctrica de un vivero de empresas es asimilable a la de un edificio de oficinas. En este sentido, al calcular la previsión de carga para el suministro de baja tensión se puede tomar como referencia la previsión que establece para este tipo de edificios la ITCBT-10 del Reglamento electrotécnico de baja tensión, de 100 W/m2, con un mínimo por local (o módu-lo) de 3.450 W a 230 V y coeficiente de simultaneidad 1 (al que habría que añadir, en su caso, el consumo del ascensor y del grupo electrógeno, que se puede estimar en un valor aproxi-mado de 12.000 W).

No obstante, en el diseño de la instalación hay que tener presentes las siguientes aprecia-ciones:

Debe existir una única conexión de servicio con la compañía suministradora, con un único contador de consumo.

Conviene que cada módulo incorpore un subcuadro eléctrico desde el cual derive toda la instalación eléctrica interior del módulo, incluida la toma de corriente de la unidad interior o split del sistema de climatización (en caso de que este sea el sis-tema elegido). De esta manera se facilitan las tareas de mantenimiento del vivero sin que afecten a las actividades que se desarrollan en los módulos.

También conviene que además exista un cuadro eléctrico que agrupe todos los subcuadros de los espacios de alquiler en cada planta.

Para poder discriminar los consumos de cada módulo conviene instalar contado-res de energía con posibilidad de efectuar un control de consumos históricos. Di-chos contadores se pueden situar en el mismo módulo o centralizadamente en el cuadro de planta.

Es conveniente, en general, dotar a los cuadros secundarios del edificio de un ana-lizador de red o de un contador que permita obtener lecturas de los consumos de energía, registros de potencia, indicación de intensidades y tensiones, etc.

Se recomienda, especialmente en centros grandes, contar con un sistema de con-trol y regulación centralizado para la instalación de climatización y electricidad (o baja tensión).

Por otra parte, es importante que las canalizaciones del cableado eléctrico sean accesibles para facilitar el mantenimiento y las modificaciones. A este efecto se recogen las siguien-tes recomendaciones:

295294

(1) (2) (3)

(4) (5) (6)

Por otra parte, hay que instalar una red de telecomunicaciones de banda ancha a través de fibra óptica con derivaciones individuales de cableado Ethernet y tantos puntos de conexión como ámbitos individuales de trabajo se hayan definido, sin olvidar los puntos de acceso a los espacios compartidos (salas de reuniones, aulas y sala de conferencias). Además, es conve-niente que el centro ofrezca conexión Wi-Fi abierta a todos los visitantes. La conexión Wi-Fi servirá para dar servicio a los clientes de los empresarios, a las personas emprendedoras, a los asistentes a formación e, incluso, a las empresas alojadas en el vivero que tengan una ne-cesidad muy moderada de acceso a la red. Por el contrario, no se aconseja que sea el único acceso a la red de los espacios de coworking, que tienen que poder conectarse a través del ca-ble (ya que la conexión es más estable y permite un mayor ancho de banda).

La gestión de las diferentes conexiones individuales a la red se puede realizar por varias vías:

A través de contrataciones individuales de cada empresa con cualquiera de las compañías suministradoras del mercado libre. Las empresas accederán a los ser-vicios al precio de mercado y tendrán que gestionar el alta y la baja con la operado-ra que hayan elegido, así como pagar la cuota mensual. En esta opción, el servicio de recepción de llamadas a través de centralita resulta más complicado, ya que no permite efectuar llamadas internas y hay que derivar las llamadas al número asig-nado por las compañías a cada empresa.

A través de una gestión centralizada por parte del propio centro, que asume el pa-pel de los suministradores de servicios gestionando los consumos y los anchos de banda disponibles para cada empresa así como la repercusión de estos servicios en el precio de alquiler mensual. Esta gestión centralizada permite efectuar una única macrocontratación con la que se puede obtener un importante ahorro en la cuota del servicio. Sin embargo, hay que señalar que la gestión del sistema centra-lizado es compleja por lo que el centro tiene que valorar si está dispuesto a asu-mirla.

A través de un convenio con una operadora que tenga la exclusividad del servicio de todo el edificio a cambio de una bonificación en la cuota mensual de los empre-sarios. Esta modalidad tiene la ventaja de que libera al centro de la gestión de las al-tas, bajas y consumos pero, en cambio, con el tiempo la bonificación puede quedar obsoleta en comparación con otras ofertas del mercado. Además, aunque la exclu-sividad implique un ahorro, algunas empresas pueden considerarla un aspecto ne-gativo si ya han establecido con antelación contratos con otras operadoras que uni-fiquen telefonía y/o datos de móviles y fijos.

Hay que añadir que en el caso del coworking la contratación con la operadora queda general-mente a cargo del centro, el cual repercute el coste en el precio mensual (de importe fijo) de alquiler del espacio.

Por último, en viveros de gran envergadura puede ser interesante disponer en el propio edifi-cio de un centro de datos a disposición de las empresas alojadas. Hay que tener presente que la inversión necesaria para acondicionar esta instalación es importante, por lo que se acon-seja únicamente en centros muy grandes o que compartan servicio con otros equipamientos (públicos o privados) del territorio.

A través de la incorporación de un pavimento técnico: este sistema aporta mucha fle-xibilidad pero también genera un gran sobrecoste que generalmente no es asumible. Se aconseja únicamente para espacios de grandes dimensiones: módulos grandes, espacios de coworking, aulas, etc. En algunos casos, los chasquidos de las piezas al caminar encima de las mismas pueden causar molestias acústicas.

>

Figura 2.4.1.a

Fuente: elaboración pro-pia a partir de gráficos del libro: Crane, Robin; Dixon, Malcolm. Oficinas. Barcelo-na: Gustavo Gili, 1996. (Co-lección Dimensiones en Ar-quitectura), p. 5.15.

2 . 4 . 1 . c Telefonía y telecomunicaciones

La instalación de telefonía y telecomunicaciones es de vital importancia en un vivero de ser-vicios ya que un buen número de empresas que se alojan en ellos utilizan estos sistemas como canal de negocio. Por este motivo es imprescindible poder ofrecer un servicio de cali-dad que garantice el ancho de banda necesario. Por lo que respecta a la instalación de telefo-nía, hay que tener presente que uno de los servicios básicos del vivero de empresas es la re-cepción de llamadas. A este efecto, hay que prever la instalación de una centralita que dé ser-vicio a todos los puntos de acceso de diferente titularidad. Existen dos alternativas para ofrecer este servicio:

A través de la instalación de una centralita convencional, a partir de la cual se de-rivarán las conexiones individuales de cada usuario. Hay que tener en cuenta, no obstante, que ampliar el número de puntos de conexión supondrá extender más cableado, por lo que es conveniente prever tantas líneas como ámbitos de trabajo individual se hayan definido.

A través de la instalación de una centralita de telefonía IP, que se distribuye a tra-vés de la red de datos independientemente del número de puntos de conexión, por lo que se puede ampliar y adaptar fácilmente a nuevas necesidades. La telefonía IP ofrece ventajas exclusivas, como la transmisión de vídeo e imágenes, y ahorra el coste fijo de la línea convencional. Este sistema, sin embargo, supone un sobrecos-te que habrá que tener presente.

(6)

297296

2 . 4 . 1 . eSistema de gestión integral de las instalaciones

Tal como se desprende de los apartados anteriores, la gestión de las instalaciones es un fac-tor clave para un vivero de empresas, por lo que resulta completamente recomendable in-corporar, si el presupuesto lo permite, un sistema de gestión integral de las instalaciones del edificio.

El sistema en sí permite controlar centralizadamente los siguientes procesos:

Regulación de la ventilación (a partir de diferenciales de presión, detectores de CO2

y detectores de presencia) en función de la demanda de ocupación de cada estan-cia y la demanda de temperatura (a partir de la consigna de la unidad interior de cli-matización).

Regulación del alumbrado interior de los espacios de circulación y zonas comunes según la ocupación y el nivel de luz natural (a través de detectores de presencia y sensores lumínicos).

Control centralizado del sistema de climatización de los espacios comunes, com-partidos y de apoyo, según horario y consigna de temperatura.

Regulación del sistema de control de accesos y de los dispositivos de alarma.

Control total y detallado del consumo y las averías de todos estos sistemas.

Para asegurar la versatilidad y adaptabilidad del sistema conviene efectuar las comunicacio-nes a través de protocolos internacionales de automatización de edificios, protocolos que per-miten estandarizar las conexiones y configuraciones de los diferentes elementos del sistema y, además, compatibilizar diferentes marcas. También posibilitan la incorporación de nuevos equipos y, en caso necesario, pasarelas de comunicación con otros protocolos.

2 . 4 . 2Sistemas de instalaciones del vivero industrial

El vivero industrial, a diferencia del vivero de servicios, se caracteriza por la capacidad de acoger actividades de naturaleza diversa, que a su vez están sometidas a requerimientos normativos muy exigentes que, además, varían notablemente de una actividad a otra. También varían mucho las necesidades propias de las empresas en cuanto a los servicios de instalaciones, así como las derivaciones internas que se efectúan. Por este y otros motivos expuestos anteriormen-te, los módulos industriales se entregan habitualmente «en bruto» con el objetivo de que los empresarios que se alojarán en ellos aca-ben de adecuarlos.

2 . 4 . 1 . d Sistema de control de accesos y dispositivos de seguridad

Hay que evaluar la instalación de un sistema de control de accesos al vivero según la dimensión del centro, el número de empresas diferentes que se prevea ubicar en él y el tipo de alojamien-to que ofrezca.

La gestión de los accesos de un vivero de empresas puede llegar a ser una labor complicada al existir una gran diversidad de usuarios que son rotativos (las empresas entran y salen, contratan empleados temporalmente, colaboran con otras empresas...). Además, la presencia excepcional de usuarios fuera del horario de apertura general del centro (noches y fines de semana) –un ser-vicio que, sin duda alguna, el vivero tiene que poder ofrecer a las empresas– se tiene que gestio-nar de forma segura y controlada.

El sistema de control de accesos tiene una serie de ventajas:

Permite controlar totalmente las entradas y salidas de los usuarios del vivero aumen-tando la seguridad del centro, de manera que el vivero tendrá la seguridad absoluta de que sólo acceden al mismo las personas autorizadas.

Facilita la gestión de múltiples llaves evitando que se hagan copias incontroladas.

Permite la variación periódica de los códigos de acceso aumentando así la seguridad del centro, sobre todo si se tiene en cuenta la rotación continua de usuarios.

Facilita la gestión de incorporaciones puntuales de personal, lo que evita que haya que efectuar múltiples copias de llaves.

Permite que el acceso de los usuarios al centro fuera del horario habitual de apertura se gestione con seguridad y control absolutos.

En viveros de grandes dimensiones o en viveros donde conviven otros usos como, por ejemplo, la preincubación, permite restringir el acceso a zonas determinadas según el usuario o usuaria.

A pesar de todas las ventajas que ofrece, hay que tener presente que el sistema de control de ac-cesos supone un sobrecoste inicial importante y, al mismo tiempo, un gasto periódico añadido de mantenimiento, actualización, gestión y reparación.

Por otra parte, se podría adoptar una solución mixta que consiste en instalarlo sólo para el acce-so general del centro y los espacios de apoyo, sin incluir el acceso individual de cada módulo, que se realizaría con cerradura y llave convencionales. Esta opción no ahorra la gestión de las llaves ni permite que se controlen las copias pero, en cambio, facilita la gestión del acceso al centro en horas extraordinarias de forma controlada y la variación periódica del código de acceso general.

299298

2 . 4 . 2 . aClimatización y ventilación

Los módulos industriales se entregan sin sistema de climatización incorporarado, pero hay que prever su futura implantación por parte de los empresarios. Estos, por su parte, según el tipo de actividad que desarrollen podrán decidir entre climatizar todo el módulo o tan sólo la parte co-rrespondiente al altillo de oficinas, o bien ventilar mecánicamente los dos ámbitos por separado.

Por lo tanto, hay que prever un espacio exterior o interior (pero suficientemente ventilado) para colocar la maquinaria de manera que cuando esta se instale no se estropee la imagen exterior del vivero. Además hay que prever un paso de conductos hasta este espacio suficientemente ancho para que se pueda trabajar cómodamente y los empresarios no necesiten modificar la cubierta para crear nuevos pasos, lo que evitará posibles problemas de humedades por malas prácticas. En cualquier caso, hay que tener presente la sectorización de incendios con relación al paso de conductos y la ubicación de la maquinaria.

Habitualmente, el espacio para la maquinaria se sitúa en la cubierta de los módulos, en una subestructura preparada para acoger la bancada de instalaciones y repartir la carga hacia la es-tructura principal de la cubierta. Esta subestructura tiene que estar convenientemente dimen-sionada y delimitar un espacio suficiente para acoger la maquinaria adecuada para la climati-zación de toda la nave. Es necesario, no obstante, adoptar las medidas adecuadas para que la maquinaria no cause un impacto visual negativo en la estética exterior del vivero, como, por ejemplo, extender el plano de fachada por encima del plano de cubierta y situarla detrás.

Del mismo modo, es conveniente prever zonas de la fachada con revestimientos calados y con la parte maciza de la fachada desmontable para que se puedan practicar aberturas para la ven-tilación sin alterar la estética exterior del centro.

Aparte de esta previsión para los módulos, hay que climatizar por completo la zona administra-tiva del centro. Al definir el sistema de climatización habrá que tener presentes las consideracio-nes mencionadas en el subapartado 2.4.1.a de este mismo capítulo para los espacios compar-tidos, comunes y de apoyo del vivero de servicios, que son igualmente aplicables en este caso.

En centros muy compactos, con módulos pequeños o medianos y una gran superficie de zona administrativa (sistema de agregación en hilera adosada con pasillo, o con la zona administra-tiva en la primera planta), se puede plantear la instalación comunitaria de la unidad exterior del sistema de climatización o del sistema de producción de energía térmica, suficientemente di-mensionada para dar servicio también a los módulos industriales y con toda la canalización ya ejecutada, de manera que los empresarios solo tengan que asumir los gastos de la instalación interior. Será necesario, no obstante, prever un sistema de medida del consumo individual de cada uno de los módulos.

No obstante, habrá que dotarlos de las conexiones de servicio nece-sarias y, en algunos casos, incluso podrá instalarse completamente algún servicio (como dispositivos de alarma, por ejemplo), lo que su-pondrá una ventaja añadida para las empresas que quieran alojarse en el vivero. Del mismo modo, también se pueden anticipar bande-jas de distribución en previsión del trazado de cableado de las empre-sas alojadas, lo que permitiría controlarlo y evitaría la perforación in-discriminada de los elementos de cerramiento y estructura. En cual-quier caso, es necesario que el acceso a los servicios se adecue a todas las tipologías de actividad que la configuración arquitectónica de los módulos permita alojar (consultar el subapartado 2.1.4.a «Exi-gencias normativas del vivero industrial»).

Por otra parte, el resto de unidades de uso del centro, que se con-centran en la zona administrativa, deberán incluir todos los servicios necesarios. Es importante conseguir un buen confort de esta zona porque ha de tener capacidad de atraer a las personas emprende-doras situadas en los módulos industriales. Además, no hay que ol-vidar que estos espacios tienen que ser flexibles y versátiles, ya que también son susceptibles de sufrir modificaciones o adaptaciones a lo largo del tiempo por cambios en la demanda de los usuarios (por ejemplo, puede surgir la necesidad de adaptar nuevos espacios co-munes o compartidos, transformar un aula en dos salas de reunio-nes, etc.)

Figura 2.4.2.a

Fotografía que ilustra la previsión de las conexio-nes de servicio de un mó-dulo industrial del vivero del Parque Tecnológico de la Cataluña Central, del Ayun-tamiento de Manresa (ar-quitectos: TAC arquitectes). Podemos observar, de iz-quierda a derecha: tuberías de líquido refrigerante en espera de una unidad inte-rior del sistema de climati-zación (en este caso, la uni-dad exterior va a cargo del centro), conexión de servi-cio de agua, de agua de in-cendios para BIE, de agua de incendios para rocia-dores, armarios eléctricos preparados para un equipo de medida y un cuadro eléc-trico, y conductos de im-pulsión y retorno de venti-lación.

>

301300

Veámoslo mediante un ejemplo simplificado: si en un vivero de diez naves se efectúan los cálculos según consumos estimativos de 100 kW por módulo y se instala una TE de 1.000 kW de potencia con co-nexiones de servicio dimensionadas para 100 kW, la máxima poten-cia que podrá contratar cada módulo será de 100 kW. Si, en cambio, se dimensionan las conexiones de servicio para 300 kW será posible más flexibilidad, controlando siempre que el total no supere los 1.000 kW del TE. Las empresas tendrán la opción de contratar en el interva-lo que va de 0 a 300 kW y, en caso de necesidad, se podrá aumentar la potencia del TE (siempre que se haya previsto un espacio para esta ampliación) hasta a los 3.000 kW. Este sería un ejemplo de escalabili-dad, aunque tiene el inconveniente de que el centro deberá gestionar y controlar la distribución de potencia entre los módulos.

En cualquier caso, hay que prever en fase de proyecto un espacio convenientemente dimensionado para la estación transformadora que cumpla todos los requerimientos de la compañía, sea accesible desde la vía pública y esté integrado en la edificación, de manera que no genere un impacto estético negativo que estropee la imagen cor-porativa del edificio.

2 . 4 . 2 . cAgua y saneamiento

Las actividades industriales necesitan agua sanitaria por varios motivos: para sacar adelante el proceso productivo, para limpiar la nave, para la higiene de los operarios, etc.

Existen dos opciones para el suministro de agua:

Efectuar una única contratación para todo el centro y repercutir en el precio del al-quiler un consumo estimativo de agua según la superficie de cada módulo, de ma-nera que los empresarios no tengan que gestionar el alta con la compañía ni abo-nar ningún coste adicional.

Disponer un armario para el contador de agua en cada módulo y prever múltiples contrataciones con la compañía, de manera que cada empresario o empresaria de-cida si quiere contratar o no el servicio y pague los gastos de consumo mensual de manera individual.

Con todo, hay que señalar que el consumo de agua en el uso industrial no es generalmente muy elevado, por lo que hay que valorar especialmente la posibilidad de efectuar la instala-ción de forma comunitaria, ya que puede suponer un importante ahorro de recursos.

Los módulos grandes, excepcionales y, según el tipo de distribución del centro, también los módulos medianos pueden incorporar la preinstalación de una pequeña cámara higiénica con inodoro y lavabo. Aparte de esta previsión, hay que dejar una segunda conexión de agua para la nave, enfocada a la limpieza o a los procesos productivos que hagan uso de ella.

2 . 4 . 1 . b Electricidad

A fin y efecto de calcular la previsión de carga para el suministro de baja tensión en los viveros industriales se puede tomar como referencia la previsión que establece para este tipo de edificios la ITCBT-10 del Reglamento electrotécnico de baja tensión, con un mí-nimo de 125 W por metro cuadrado y planta, con un mínimo por lo-cal (o módulo) de 10.350 W a 230 V y coeficiente de simultaneidad 1. En el caso de la zona administrativa del vivero industrial habría que aplicar los valores de referencia para edificios de oficinas, de 100 W por metro cuadrado y planta, con un mínimo por local (o módulo) de 3.450 W a 230 V y coeficiente de simultaneidad 1 (al que hay que añadir, en su caso, el consumo del ascensor y del grupo electrógeno, que se puede estimar en un valor aproximado de 12.000 W).

Por otra parte, hay que tener presente que los requerimientos eléc-tricos son una de las diferencias más relevantes que se pueden dar entre las distintas actividades industriales que se alojen en el vivero y uno de los principales motivos por los que los módulos se suelen en-tregar «en bruto». En el caso de los módulos industriales, a diferen-cia de los de servicios, conviene que cada usuario o usuaria contra-te directamente con la compañía suministradora, según sus requeri-mientos y la potencia eléctrica que necesite. Por lo tanto, cuando una empresa nueva acceda al centro deberá gestionar el alta o el cam-bio de titularidad (según el caso) de acuerdo con la potencia que de-see contratar.

Así pues, hay que prever un armario situado en fachada, accesible desde el exterior, para situar el contador eléctrico y el cuadro gene-ral. Por otra parte, hay que dejar prevista la conexión de servicio de electricidad en tensión trifásica para alimentar posibles cargas trifási-cas (habituales en la maquinaria industrial). De esta manera, los em-presarios tendrán libertad de efectuar la contratación en tensión mo-nofásica o en tensión trifásica, según sus requerimientos.

Además conviene determinar la potencia nominal necesaria según una estimación orientativa de las futuras actividades de las empre-sas alojadas, aplicando siempre un coeficiente de seguridad. No obs-tante, esta será una labor complicada y la opción del sobredimensio-namiento debe descartarse por el malgasto de recursos que supone. Puede resultar bastante interesante disponer de un sistema eléctri-co fácilmente escalable que pueda redimensionarse según las nece-sidades. Así, se podrían dimensionar la estación transformadora (TE) y los elementos generales de la instalación según las estimaciones estándar y, en cambio, sobredimensionar las derivaciones que darán servicio a cada módulo.

303302

Detección

Almacén

Almacén

+ 150 m2 + 300 m2

+ 200 m2

+ 200 m2

+ 500 m2

+ 500 m2

+ 300 m2

+ 300 m2 + 500 m2

+ 300 m2

+ 300 m2

+ 800 m2

+ 1.000 m2

+ 1.500 m2

+ 2.500 m2

+ 500 m2

+ 1.000 m2

No hi ha exigència

+ 800 m2o si no se dispone

de instalación automática de

extinción

+ 1.000 m2o si no se dispone

de instalación automática de

extinción

Producción

Producción

+ 300 m2

Alarma BIE

Alto

Medio

Bajo

Alto

Medio

Bajo

Alto

Medio

Bajo

Alto

Medio

Bajo

No aplica No aplica

No aplica

No aplica

No aplicaNo aplica

1 hasta 400 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 400 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 400 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 400 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 300 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 300 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 600 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

No hay exigencia

No hay exigencia

No hay exigencia

No hay exigencia

No hay exigencia

No hay exigencia

1 hasta 600 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 600 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

1 hasta 600 m2 y 1 extrac/ 200 m2 o fracción

+ 1.000 m2

+ 2.000 m2

No hay exigencia

Instalación automáticade extinción

Extintores

Tipo A

Tipo B

una ventaja añadida para los empresarios porque no deberán desti-nar ninguna partida a este particular. No obstante, hay que tener en cuenta que las instalaciones contra incendios requieren un mante-nimiento periódico y que, si el centro las incorpora, dicho manteni-miento quedará a su cargo (con la responsabilidad que esto conlle-va), si bien tendrán la ventaja de que podrán incorporarse al sistema central de control.

Se incorpore o no la instalación completa, es necesario estudiar la exigencia que fija el RSCIEI para cada sistema de protección de incen-dios según el tipo de actividad, la superficie y la construcción. A este efecto, hemos elaborado el siguiente cuadro resumen: Figura 2.4.2.b

Además del abastecimiento de agua de los módulos, hay que efectuar la instalación de los servicios higiénicos y los vestuarios comunitarios. La incorporación de vestuarios co-munitarios beneficia al centro por varios motivos:

Supone un ahorro para los empresarios (suministros, limpieza, manteni-miento, etc.), dado que, según la actividad que desarrollen, tienen obligación de disponer de ellos.

Supone un servicio añadido del centro, por lo que son un elemento más para ofrecer al comercializar los módulos.

Estimula el encuentro diario y el acercamiento de los empresarios a la zona administrativa del centro.

Ahorra la instalación de un sistema de producción de agua caliente sanitaria (ACS) en cada módulo. En caso de que una empresa lo necesite, deberá incor-porar un pequeño sistema de producción en el interior del módulo.

Efectivamente, para producir el ACS del centro hay que utilizar un sistema ecológico de producción de calor, con captación de energía solar o sistemas alternativos de recupe-ración de calor.(90)

Para la recogida del agua sanitaria suministrada a los módulos hay que prever asimismo un desagüe como mínimo en cada módulo y que el suelo presente una mínima pendien-te para asegurar que el agua no se quede estancada. En caso de que la cámara higiénica no se construya con las obras del centro, hay que incluir dos desagües: uno central para la limpieza de la nave y otro situado estratégicamente para la cámara higiénica, en pre-visión de que sea el empresario o empresaria quien la construya.

Además, debe existir una arqueta registrable por módulo, que opcionalmente puede in-corporar un separador de grasas con el objetivo de que las empresas obligadas a la ins-talación del mismo por exigencia normativa se ahorren el coste correspondiente.

Por último, hay que recordar que el saneamiento de todo el edificio deberá realizarse me-diante una red separativa de aguas pluviales y residuales.

2 . 4 . 2 . d Instalaciones de protección contra incendios

La instalación de protección contra incendios de cada módulo varía según el tipo de actividad que se desarrolle en él, de la superficie que tenga y del tipo de edificación que se haya desarrollado. La normati-va que actualmente rige las instalaciones exigibles en el ámbito de la protección contra incendios de los edificios industriales es el RSCIEI, con la excepción de algunas actividades que cuentan con una legis-lación propia.

Según el centro, los módulos pueden llevar incorporada o no la do-tación de instalaciones contra incendios, aunque incorporarla supone

(90) Consultar el subapar-tado 2.5.3.b, «Energía», y el 2.5.3.c, «Agua», del capítu-lo «Factores de sostenibili-dad 2» de esta segunda par-te de la guía.

305304

sonal del centro. Así pues, hay que prever la instalación de una cen-tralita desde la que se ramifiquen las derivaciones hacia los módulos industriales. En el caso del vivero industrial, se aconseja implantar el sistema tradicional de centralita y descartar la telefonía IP debido a los pocos puntos de acceso que se pueden prever.

En cuanto a la contratación del servicio de datos, en el vivero indus-trial se descarta la gestión centralizada, tal como sucedía en el caso de la telefonía IP, dado que el número reducido de puntos de acceso previstos difícilmente será suficientemente atractivo para conseguir una bonificación que mejore las ofertas del mercado.

Por otra parte, hay que efectuar la instalación completa de la red de voz y datos en la zona administrativa del centro con tantos puntos de conexión como ámbitos individuales de trabajo se definan (en este caso, del personal del centro), sin olvidar los espacios compartidos (salas de reuniones, aulas y salas de conferencias). Además, convie-ne prever especialmente el servicio gratuito de conexión Wi-Fi, que puede resultar un factor clave para acercar a los empresarios aloja-dos –y también a los del entorno– a la zona administrativa del centro.

Si se trata de un vivero mixto, con convivencia de módulos industria-les y de servicios, recomendamos revisar las sugerencias recogidas en el subapartado 2.4.1.c, «Telefonía y telecomunicaciones», del vive-ro de servicios.

2 . 4 . 2 . fDispositivos de seguridad

Debido a la configuración característica de los módulos industriales, que generalmente cuentan con una gran superficie de fachada acce-sible de forma directa desde los viales públicos, y debido también a que se sitúan en zonas periurbanas como los polígonos de actividad económica o PAE que quedan prácticamente desiertos durante las noches y fines de semana, conviene dotar al centro de un sistema de alarmas para prevenir robos.

El dispositivo de conexión y desconexión del sistema tendría que es-tar incorporado a la puerta de acceso al módulo que tenga una rela-ción más directa con la zona administrativa. Así, lo mejor sería que, para desconectarlo, los empresarios se viesen obligados a acceder al centro a través de la zona administrativa de forma cotidiana, pasan-do por delante de las zonas comunes, compartidas y de apoyo. Esto se puede conseguir fácilmente en los sistemas de agregación en hi-lera con pasillo interior y en hilera adosada con pasillo intermedio.

Del análisis de este cuadro se pueden extraer las siguientes conclusio-nes:

Construir los módulos grandes, y sobre todo los excepcionales, en la tipología B(91) ahorrará instalaciones de protección contra incendios.

No se prevé la necesidad de incorporar una instalación auto-mática de extinción a ninguna de las tipologías de módulos industriales propuestas por esta guía (pequeños, medianos, grandes y excepcionales), excepto en el caso de módulos ex-cepcionales que se utilicen para actividades de almacenamien-to si están construidos en la tipología A. Por lo tanto, con ca-rácter general, sólo habría que dimensionar el circuito de agua contra incendios para alcanzar las bocas de incendio equipa-das (BIE).

No se prevé la exigencia de BIE para los módulos pequeños y medianos, aunque se recomienda prever una conexión de ser-vicio de agua de incendios para posibles reformas (utilización de dos o más módulos de manera conjunta) y actividades con exigencias propias.

Vistas estas consideraciones, habrá que predimensionar la instala-ción contra incendios de los módulos industriales según cada caso y, por otra parte, efectuar la instalación completa para la zona adminis-trativa de acuerdo con la dotación que exige la legislación correspon-diente a este uso (en el momento de redacción de esta guía, el CTE).

(91) Consultar el subaparta-do 2.1.4.a, «Exigencias nor-mativas», de esta segunda parte de la guía.

2 . 4 . 2 . e Telefonía y telecomunicaciones

Hay que prever, también para los módulos industriales, el acceso a la red de telefonía y tele-comunicaciones garantizando un buen servicio y un ancho de banda generoso. Muchas de las empresas que se pueden ubicar en un vivero industrial trabajan a través de la red (por ejem-plo, empresas de venta a domicilio, imprentas, etc.), por lo que es importante poder ofrecer este servicio (ya que, precisamente, el trabajo a través de la red puede ser un ámbito de inno-vación de las empresas industriales). En este sentido, hay que señalar que en muchos casos los PAE no disponen del servicio de cableado de fibra óptica, lo que resulta de todo punto ne-gativo para el vivero, por cuya razón en la primera parte de la guía se recomienda elegir un solar que pueda tener acceso al mismo.

Así pues, habrá que dotar a cada módulo de un punto de acceso a la red de telecomunicacio-nes (preferiblemente de fibra óptica), que será conveniente situar en el altillo de oficinas si este se construye desde el inicio.

Por lo que respecta a la instalación de telefonía, conviene que el vivero de empresas industria-les ofrezca también el servicio de centralita (si bien no se ofrece en todos los viveros industria-les), que se situará en la zona administrativa y, por consiguiente, será gestionado por el per-

307306

Hay que tener en cuenta, no obstante, que esta instalación requiere un gasto continuo y un contrato con una empresa de seguridad, que quedará a cargo al centro si la instalación se efectúa de manera cen-tralizada. Este gasto, sin embargo, podrá repercutirse al fijar el precio de alquiler de los espacios.

En el caso de centros muy modestos que no puedan asumir la inver-sión inicial ni el gasto continuo que supone esta instalación (de acuer-do con los resultados del análisis de viabilidad económica que se haya realizado con antelación), los empresarios alojados siempre la pue-den incorporar a posteriori, sin que ello afecte en gran medida a la es-tructura y cerramientos del módulo y sin un gran gasto. Aun así, es muy posible que el coste mensual del servicio sea superior si se con-trata individualmente, lo que irá en contra de la economía de los em-presarios alojados en el centro.

2 . 4 . 2 . g Gas (opcional)

En el caso de los viveros industriales, la instalación del servicio de gas es opcional. Si bien el gas supone un ahorro para los usuarios que hagan un uso intensivo del mismo, ya que hoy en día es una fuente de energía más económica que la electricidad, también es verdad que en la mayoría de casos tiene poca demanda y se prescinde de dar de alta la instalación corres-pondiente. Por consiguiente, se aconseja instalar gas tan sólo cuando se prevea una deman-da especialmente intensiva debido al tipo de actividades que acogerá el vivero, sobre todo en el caso de viveros de empresas sectoriales.

309308

Identificar los recursos y residuos –es decir, los flujos materiales– que se activan para procu-rar y mantener la habitabilidad deseada es una primera cuestión clave. Ser capaces de me-dirlos, de percibir cómo afectan nuestras decisiones de diseño a su magnitud, es una segun-da cuestión importante. Por último, conocer qué estrategias podemos aplicar desde el diseño del vivero, centro u hotel de empresas para disminuir el impacto de estos flujos es decisivo.

Los flujos materiales implicados en la obtención y mantenimiento de la habitabilidad del cen-tro, que constituyen los vectores clave de la sostenibilidad ambiental del edificio, son los flu-jos que se necesitan para construirlo y mantenerlo, así como para producir las condiciones de habitabilidad en su interior. Concretémoslos:

Los materiales de construcción necesarios para edificar y mantener el centro a lo largo del tiempo con las calidades adecuadas.

Los materiales que aportan la energía necesaria para climatizar e iluminar el edificio y que, por lo tanto, asegurarán las condiciones de confort.

El agua necesaria para evacuar los residuos.

Estos tres flujos son los vectores clave de la relación del edificio con los recursos y los residuos y, en consecuencia, de su sostenibilidad y la de las actividades que aloja. Caracterizar estos flu-jos, cuantificarlos y establecer qué relación tienen con las decisiones de diseño del edificio es la labor que hay que efectuar para intervenir en la calidad ambiental del centro.

2 . 5 . 1¿Cómo se define la calidad ambiental de un vivero?

2 . 5 . 1 . aLos vectores clave

2 . 5 . 1 . bLos indicadores clave

Los tres flujos que determinan el comportamiento ambiental del edificio tienen diferentes im-plicaciones ambientales, por lo que hay que referirlos adecuadamente a la actividad del mis-mo de manera que exista una percepción lo más directa posible entre actividad e impacto ambiental. Tal como puede deducirse del resto de capítulos de esta guía, el programa de es-pacios del edificio y su configuración se adaptan con la máxima eficiencia a las necesidades de las actividades que tiene que acoger y, por lo tanto, de ello se puede derivar que existe una estricta relación proporcional entre la superficie del edificio y la cantidad de acti-vidades que alberga.

Esta suposición es, al mismo tiempo, una primera condición de sostenibilidad, en la medida en que el edificio esté dimensionado adecuadamente –sin excesos innecesarios, que se tra-ducirían en ineficiencia– a las necesidades de las actividades que alojará. Aunque ya sabemos que las actividades de un vivero evolucionan a lo largo del tiempo y que las demandas cam-bian a lo largo de la vida útil del centro, es importante adecuar el programa a las actividades,

CAPÍTULO 2.5FACTORES DE SOSTENIBILIDAD 2

Considerar la sostenibilidad ambiental en el diseño arquitectónico de un vivero, centro u hotel de empresas supone considerar que para atender adecuadamente a las actividades que en él se realizan –es decir, con el confort socialmente exigible– hay que utilizar recursos y gene-rar residuos, y que disponer de dichos recursos y retornar los residuos al medio provoca, a su vez, un impacto ambiental que hay que asociar a las actividades del centro. Por lo tanto, con-seguir que las actividades tengan el mínimo impacto ambiental supone, en primer lugar, ase-gurar que el edificio que las acoge también genere un mínimo impacto ambiental para apor-tar la habitabilidad requerida.

En el caso de los centros que albergan industrias con actividades transformadoras, hay que distinguir entre los recursos destinados a hacer que los espacios resulten habitables y los de-rivados directamente de los procesos productivos que estos espacios acogen. Esta distinción no siempre es sencilla y, además, a menudo habría que tener en cuenta las necesidades de los procesos productivos para aplicar estrategias integradas en la eficiencia de los recursos, tanto del edificio como de los propios procesos productivos. Desgraciadamente, la función de alojamiento provisional de las actividades hace que estas varíen con el tiempo, de mane-ra que el vivero acogerá procesos diferentes y demandas que también pueden ser muy cam-biantes. Así pues, y aun cuando hay que analizar todas las posibilidades caso por caso, en este capítulo hablaremos en general de viveros con actividades básicamente administrativas o con actividades que requieran espacios similares, es decir, los viveros de servicios.

Por lo tanto, hay que procurar minimizar los recursos necesarios para crear y mantener la habitabilidad que exige la actividad del centro y, al mismo tiempo, utilizar los recursos que generen el mínimo impacto ambiental para obtenerlos y transformarlos. Hay que tener en cuenta asimismo que todos los recursos empleados se convierten finalmente en residuos que hay que retornar al medio, por lo que también hemos de procurar que los residuos sean mínimos y que cuando se reintegren al medio ocasionen el mínimo impacto ambiental posi-ble. El objetivo debe ser disminuir el impacto ambiental ocasionado para alcanzar los niveles de confort deseados, impacto que se relaciona con la extracción, transformación y degrada-ción de los recursos y servicios que nos procura el planeta.

311310

MATERIALES

+- +- +-

ENERGÍA AGUA

Además, hay que tener presente que, aunque el uso de la energía es un indicador convenien-te, no todas las fuentes energéticas generan el mismo impacto, por lo que necesitamos dis-poner de un indicador complementario que nos informe sobre los principales impactos am-bientales que ocasiona la disposición y el uso de la energía. Dado que los principales impac-tos asociados al uso de la energía derivan del uso de combustibles fósiles, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) son un indicador suficientemente significativo de los impac-tos atribuibles al uso de la energía y permiten, por ejemplo, diferenciar el uso de energía de fuentes renovables.

El último flujo que necesita indicador es el consumo de agua de red. Cuantitativamente, el agua supone el flujo material más importante de los que discurren en nuestros edificios. Es un flujo caracterizado por una serie de circunstancias que lo convierten en un claro indica-dor de sostenibilidad: por una parte, porque es la única sustancia que se regenera de forma autónoma gracias a la energía solar, que activa una y otra vez el ciclo hidrológico; por otra, por-que desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de la biosfera, con la que com-petimos tanto por el uso de esta agua como por los servicios ambientales que ofrece. Y, por último, porque la empleamos mayoritariamente como vector de alejamiento y difusión de residuos; efectivamente, la evacuación de materia orgánica en una vivienda supone hasta el 90% del agua consumida.

El uso sistemático del agua como vehículo de alejamiento de materia orgánica degradada (puesto que habitualmente se pierden los nutrientes que contiene) se puede realizar única-mente si se dispone de grandes masas de agua, que es captada, tratada, movilizada y vertida desde y hasta puntos muy lejanos del lugar donde se utiliza mediante el consumo de cantida-des enormes de materiales y energía. Así pues, los impactos ambientales que genera el uso de agua de red están ligados a la extracción del agua del medio, a los procesos de potabiliza-ción, transporte y distribución y, finalmente, a los de depuración y retorno al medio. Aunque el empleo de la energía necesaria para efectuar estos procesos (entre 1 y 2 kWh por metro cú-bico) sea un indicador conveniente, podemos utilizar directamente como indicador la canti-dad de agua de red empleada, en este caso por persona y día dado que es un uso ligado mayoritariamente al efectuado de forma personal.

Por lo tanto, los indicadores clave para determinar la calidad ambiental de los viveros, centros y hoteles de empresas son:

Cantidad de materiales de construcción utilizados en la edificación, en kg/m2 útil.

Cantidad de energía consumida en la fabricación de estos materiales, en MJ/m2 útil (megajulios de energía por unidad de superficie útil –pisable– del edificio).

Cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero generados por el uso de la energía consumida en la fabricación de dichos materiales, en kg CO2 equivalente/m2 útil.

Cantidad de energía empleada en el uso del edificio, en MJ/m2 útil y año.

Cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero generada por el empleo de la energía necesaria para el uso del edificio, en kg CO2 equivalente/m2 útil y año.

Cantidad de agua de red empleada en el uso del edificio, en litros/persona y día.

Figura 2.5.1 .a

>

El flujo de materiales de construcción, por ejemplo, es muy heterogéneo y complejo: está constituido por muchos materiales que tienen un impacto ambiental muy distinto y frecuen-temente la información ambiental que se tiene de ellos es reducida o poco verificable. Un indi-cador directo de este flujo es el peso de los materiales empleados en el edificio por metro cuadrado construido como referencia de unidad funcional, que señala la cantidad de recursos empleados mediante un valor –la masa– que comparten todos ellos. Obviamente, es un valor que, pese a ser significativo, no describe por sí solo el impacto ambiental implícito en la dis-posición de estos materiales (ni siquiera la cantidad total de materiales que ha habido que re-mover del medio), por lo que hay que complementarlo con algún otro indicador que lo matice.

Este indicador puede ser la energía implicada en la extracción y transformación de los materiales de los que se ha dispuesto para construir el edificio. El consumo de energía es un indicador de actividad, de cantidad y de profundidad de los procesos de depuración y transfor-mación de los materiales y, por consiguiente, de los posibles impactos que estos procesos generan. Este indicador, junto con la masa de materiales utilizada por metro cuadrado de edi-ficio, sirve para valorar la implicación ambiental de dicha masa y, al mismo tiempo, se pue-de combinar con el indicador que evalúa el segundo flujo determinante de la implicación am-biental de la habitabilidad del edificio: el uso de materiales que aportan la energía necesaria para asegurar las condiciones de confort de los espacios interiores.

Por lo que respecta al uso de la energía en el edificio del vivero, disponemos de un valor de referencia que corresponde a la cantidad de energía gastada en los diferentes usos que garantizan la habitabilidad y funcionalidad del centro, teniendo en cuenta que hay energía que se utiliza para garantizar la habitabilidad, como la destinada a climatización e iluminación, y energía que soporta directamente las actividades alojadas en el centro, como la de los equi-pos informáticos, y que una y otra no dependen por igual del diseño del edificio.

por lo que para poder referir las implicaciones ambientales que el edificio genera podemos to-mar como unidad de actividad la unidad de superficie útil de edificio. Así pues, para poder com-parar y evaluar las implicaciones ambientales que suponen las actividades que se realizan en el vivero, centro u hotel de empresas, tomaremos la repercusión por metro cuadrado de edifi-cio como unidad funcional.

Estas implicaciones ambientales son diversas y diferenciadas según los tres flujos anterior-mente relacionados y hay que definirlas a través de indicadores que las caractericen, que per-mitan cuantificarlas y que, al mismo tiempo, supongan un número reducido y manejable.

313312

Definición del tipo de residuos y disposición de los espacios de recogida en los dife-rentes ámbitos del edificio.

Definición del proceso de traspaso de los residuos desde el edificio al sistema de recogida externo.

Definición, si procede, de los procesos intermedios de tratamiento, compactación y reaprovechamiento de los residuos, y definición de las distintas políticas y estra-tegias que se aplicarán para incentivar la minimización, efectuar la separación se-lectiva, etc.

2 . 5 . 1 . cLas estrategias clave

El consumo de recursos y la paralela generación y emisión de residuos al medio van ligados a unos factores (demanda, eficiencia y oferta de recursos) que actúan de forma lineal pero que, al mismo tiempo, se ordenan en una secuencia que determina la relación de unos res-pecto a otros. Las estrategias clave para alcanzar la sostenibilidad ambiental del centro su-ponen la intervención ordenada, desde la fase de diseño del edificio, sobre cada uno de estos factores (demanda, eficiencia y oferta) y para cada uno de los vectores clave (materiales, energía y agua) que condicionan la calidad ambiental del centro.

Los factores que determinan el consumo de recursos son, descritos ordenadamente, los si-guientes:

La demanda, es decir, la cantidad de recurso requerida para satisfacer la necesi-dad. La demanda de un recurso se define por las condiciones de confort o servi-cio que se quieren obtener y por el tiempo que dicho confort o servicio debe es-tar disponible.

Obviamente, la reducción de la demanda al mínimo es la primera estrategia de diseño que hay que aplicar; efectivamente, evitar una demanda innecesaria limi-tando la necesidad del recurso para satisfacer la demanda de confort o el nivel de servicio es la primera y más importante estrategia para reducir el consumo. Ajus-tar los niveles de confort o de servicio a los niveles razonables o normativos –sin un exceso innecesario, por ejemplo regulando adecuadamente la temperatura del aire– o ajustar el tiempo de confort o de servicio al tiempo estrictamente necesario –por ejemplo, apagando las luces que no están siendo utilizadas– son los criterios determinantes para reducir la demanda. Y más aún cuando la demanda de algunos recursos como, por ejemplo, la de energía para climatización, viene determinada, finalmente, por las decisiones de diseño.

La eficiencia de los sistemas técnicos que aportan el recurso, es decir, la relación entre la cantidad de recurso que realmente satisface la necesidad respecto a la can-tidad de recurso que finalmente se emplea. La eficiencia se basa en la adecua-ción del sistema técnico a la demanda que se quiere satisfacer y a menudo de-pende de muchos factores de diseño del sistema.

Por otra parte, existe otro factor en la calidad ambiental de la actividad del vivero que, aun-que no lo ocasione el propio edificio, debe tenerse en cuenta al diseñar el centro: la gestión de los residuos.

Para desarrollar su actividad, las empresas del vivero utilizan recursos que se transforman en residuos en el edificio del vivero. Las políticas ambientales van dirigidas a evitar la contamina-ción que genera el vertido de residuos en el medio, por lo que establecen sistemas de gestión con el objetivo de reutilitzarlos y reciclarlos. La gestión de los residuos se fundamenta en la ade-cuada separación y tratamiento diferenciado de los residuos desde el mismo momento en que se producen.

Es aquí donde el edificio cumple un papel determinante, dado que, al ser el lugar donde se ge-nera el residuo, es también el primer escalón en el proceso de gestión del mismo para reinte-grarlo al medio de la manera más adecuada o para retornarlo como recurso al sistema pro-ductivo. Esto implica que haya que censar el tipo y cantidad de residuos que se pueden produ-cir en el edificio, disponer de los espacios y medios pertinentes para gestionarlos (depósitos, lugares de almacenamiento, transferencia al gestor, etc.), así como planificar un plan de re-siduos adecuado si el tipo de actividades que se realizan en el vivero sobrepasan la genera-ción de residuos de tipo doméstico.

En viveros sin actividad industrial, el tipo de residuos que se puede producir es asimilable a los residuos domésticos, en cuyo caso las normativas generales y las ordenanzas municipales dan las indicaciones oportunas para que el edificio disponga de las reservas de espacio ade-cuadas y de las condiciones convenientes para asegurar una buena gestión de los mismos. En los viveros con actividad industrial, son las licencias de actividad y las regulaciones secto-riales las que determinan las condiciones espaciales y de servicio con las que debe contar el edificio para asegurar una adecuada gestión de los residuos.

En cualquier caso, el documento HS2 del Código técnico de la edificación (CTE) establece que el proyecto tiene que considerar qué residuos se generarán, cómo se gestionarán externa-mente y, a partir de aquí, definir qué mecanismos se tendrán en cuenta para satisfacer estas exigencias. Así pues, las pasos a seguir son:

Vectores

Agua

Energía

Materiales

Cantidad de agua de red empleada en el uso

del edificio

Cantidad de emisiones de gases de efecto

invernadero generadas

Cantidad de energía consumida en la

fabricación de los materiales

Cantidad de materiales

Cantidad de energía

Cantidad de emisiones de gases de efecto

invernadero

Litros/persona y día

kg CO2 equivalente/m2 útil y año

MJ/m2 útil

kg/m2 útil

MJ/m2 útil y año

kg CO2 equivalente/m2 útil

Indicadores Unidades de medidaFigura 2.5.1.b

>

315314

Tipologías de edificios kg/m2 MJ/m2 kg CO2 /m2

Oficinas convencionales

Oficinas corporativas

Hoteles

Viviendas de madera

Viviendas convencionales

1.950

2.379

1.661

507

1.464

7.042

11.006

6.563

2.932

5.380

786

1.035

678

293

600

Figura 2.5.1.c

Fuente: estudios concre-tos realizados por Socie-tat Orgànica Consultora Ambiental, SL.

tampoco se analizan; así pues, resulta muy difícil disponer de herra-mientas que faciliten este tipo de evaluaciones y concreten las me-joras que de ellas se podrían derivar (únicamente algunas bases de datos de materiales, como la base BEDEC del ITeC o, más reciente-mente, la CYPE, y algunas certificaciones de sostenibilidad en edifica-ción, como la VERDE, disponen de información ambiental para valo-rar estos factores, por lo que, insistimos, resulta difícil cuantificarlos).

Actualmente, según el tipo de edificio, la demanda directa de materia-les, la energía que se necesita para obtenerlos y las emisiones de GEI que se han generado al producirlos son:

Este consumo de materiales se distribuye a través de los diferentes subsistemas para cada uno de los elementos constructivos que con-figuran el edificio y que dan respuesta a las diferentes demandas. El análisis de esta distribución nos indica en cuáles de estos elemen-tos se concentran la mayor masa de materiales, el mayor consumo energético para obtenerlos y las mayores emisiones de GEI. Tal como puede observarse en el ejemplo de la tabla siguiente, los subsiste-mas cimientos, estructura y cerramientos exteriores suponen prácti-camente el 89% de la masa, el 72% del consumo energético y el 74% de las emisiones de GEI. Por consiguiente, diseñarlos correctamente será clave para lograr una mejora en la calidad ambiental del edificio.

La eficiencia de los sistemas técnicos se considera muchas veces un factor deter-minante en el ahorro de recursos y realmente lo es, pero siempre trabajando so-bre una demanda ajustada. En efecto, la eficiencia del sistema siempre se refiere muy directamente a la demanda (una determinada cantidad del recurso variable en el tiempo), por lo que una elevada eficiencia de los sistemas que satisfaga una de-manda exagerada puede suponer que el posterior ajuste genere ineficiencia en el sistema técnico proveedor del recurso.

La fuente del recurso, es decir, la calidad ambiental de la oferta de dicho recurso. Esta calidad ambiental depende de los impactos ambientales relacionados con la obtención y disponibilidad del recurso.

El origen del recurso guarda una relación significativa con el impacto ambiental que genera la satisfacción de la demanda. No es lo mismo utilizar un recurso renovable obtenido de manera que se asegure la reproducción del mismo que utilizar uno no renovable. Del mismo modo, tampoco es lo mismo que este recurso no renovable sea reutilizado o reciclado.

En resumen, las estrategias para reducir el uso de recursos y disminuir el impacto que gene-ran deben basarse en los factores mencionados, de manera que:

Se minimice su demanda.

Se obtenga la máxima eficiencia de los sistemas técnicos.

Se empleen recursos con el mínimo impacto ambiental asociado.

2 . 5 . 2 Actuaciones concretas para los tres vectores clave

2 . 5 . 2 . a Materiales de construcción

Consumo de materiales. Impactos y factores

La construcción de edificios es una de las actividades que requiere un uso más elevado de materiales –y, por lo tanto, de intervención en el medio para obtenerlos– y que genera más residuos. Por otra parte, en la obtención de estos materiales y en los procesos de transfor-mación que experimentan hasta dotarlos de las cualidades convenientes para ser utilizados se consumen cantidades significativas de energía, lo que a su vez supone la emisión de ga-ses de efecto invernadero (GEI).

Desgraciadamente, no existen determinaciones normativas sobre estos valores y, a pesar de la gran cantidad de energía y emisiones que pueden suponer a lo largo de la vida de un in-mueble, en las habituales recomendaciones para mejorar la sostenibilidad de los edificios

317316

Impactos

Capítulos

Consumo recursos (masa)

kg/m2 %

Consumo energía

MJ/m2 %

Emisiones CO2

kg CO2/m2 %

Movimiento de tierras

Cimientos

Estructuras

Cubiertas

Cerramientos ext.

Divisiones int.

Pavimentos

Falsos techos

Revestimientos

Carpintería int.

Instalaciones

Cerrajería

Ascensores

TOTAL

0

838

944

40

52

26

46

8

38

1

42

4

1

2.040

289

2.045

2.931

89

1.685

81

842

190

127

36

724

211

47

9.298

38

248

308

14

180

7

68

17

14

3

78

24

4

1.001

0

41

46

2

3

1

2

0

2

0

2

0

0

100

3

22

32

1

18

1

9

2

1

0

8

2

1

100

4

25

31

1

18

1

7

2

1

0

8

2

0

100

El seguimiento y control detallado de la generación y gestión de residuos en la fase de obra, con un objetivo secundario pero no por ello menos importante: recoger da-tos –en un sector que no dispone de ellos– para poder ir enriqueciendo un sistema que aporte información sobre la generación y valorización de residuos.

La formación de los equipos que redactan los proyectos y ejecutan las obras.

Lamentablemente, el impacto de la demanda de materiales para construir edificios, y de la energía y emisiones asociadas a ese proce-so, es hoy en día un dato desconocido, lo que para el proyectista su-pone un handicap importante porque al realizar su diseño no dispone de la información ni de las instrucciones necesarias para intentar re-ducir el alcance de dichos impactos.

No obstante, es evidente que en esta cuestión los criterios de eficien-cia más importantes son la economía de diseño, la compacidad de las formas y la limitación de las soluciones constructivas para que se cumplan estrictamente las exigencias y no se incremente innece-sariamente la cantidad total de materiales utilizados. Especialmente en los ámbitos de mayor impacto –como la estructura y los cimien-tos: 56% de las emisiones, 54% de la energía–, estos criterios de efi-ciencia son clave para decidir el diseño del centro (por ejemplo, habría que evitar cimientos especiales, sótanos que supongan estructuras de contención costosas, luces grandes y/o desequilibradas respecto a la estructura que fuercen grandes cantos de techos, etc.).

Una decisión poco eficiente en este sentido sería, por ejemplo, incluir un aparcamiento bajo el edificio del vivero porque obligaría a definir una malla estructural de luces importantes (necesaria para este uso) que se extendería al resto de plantas del edificio y, en consecuen-cia, las plantas destinadas a servicios (que no la necesitan) acabarían configurándose con una estructura poco eficiente para el uso que les corresponde. Sucede lo mismo en el caso de viveros mixtos, tanto in-dustriales como de servicios, en los que se plantea el uso industrial en la planta baja y el uso administrativo en las plantas superiores, lo que obliga a combinar dos estructuras con demandas de luces y car-gas bastante diferentes. Así pues, al evaluar las opciones de diseño habrá que considerar todos estos factores de eficiencia que determi-nan la demanda de materiales.

Actuaciones desde la demanda

Figura 2.5.1.d

Fuente: estudios concretos realizados por Societat Or-gànica Consultora Ambien-tal, SL.

Por otra parte, la construcción de edificios produce bastantes residuos de obra. Aunque dichos residuos están regulados por normativa y existen programas específicos de construc-ción y demolición para reducirlos y gestionarlos, hemos de tener en cuenta que un diseño que los minimice y un plan –bien articulado e integrado en el proceso de obra– que los gestione permiten reciclar una parte muy significativa de los mismos (más del 60%). Para los residuos de construcción, y desde el año 2008, ya existe una normativa específica de ámbito estatal que fija las exigencias principales que hay que cumplir:

Efectuar un estudio de gestión de residuos en la fase del proyecto ejecutivo en el que se definan principalmente las acciones dirigidas a minimizar y reutilizar los residuos, se valoren cuantitativamente y se especifiquen los gestores y valoriza-dores que los tratarán. Habrá que definir asimismo el escenario final de la gestión interna y externa de la obra y, por último, elaborar un presupuesto de esta gestión (en un capítulo independiente) e incorporarlo a la documentación técnica del pro-yecto (pliego de condiciones, planos, etc.).

Diseñar, por parte del constructor, un plan de gestión de residuos que debe ser aprobado por el promotor y la dirección facultativa y pasará a formar parte de la documentación contractual de la obra.

Efectuar obligatoriamente la separación selectiva de cada fracción a partir de la generación de cierta cantidad de residuos.

Respecto a estas exigencias, aparte de velar por que se cumplan adecuadamente, hay que in-centivar los siguientes aspectos:

La minimización y reutilización de residuos provenientes de la misma obra o del sec-tor.

(Estos valores son para un edificio de oficinas estándar)

319318

Figura 2.5.1.e

Edificio de oficinas en Reus en el que se trataron con detalle todos los vectores ambientales, entre ellos el de los ma-teriales (arquitectos: HArquitectes). Las principales estrategias aplicadas son:

- Optimización de la cantidad de materiales que hay que utilizar. A este respecto, destaca especial-mente la eliminación de una plan-ta subterránea destinada a gara-je, la eliminación de falsos techos, etc., decisiones todas ellas toma-das a partir del análisis del progra-ma y de la normativa urbanística.

- Uso de materiales biosféricos como la madera laminada en la estructura y carpinterías, virutas de madera reciclada en los table-ros de aislamiento, elementos ve-getales en el pavimento de linóleo,

barnices y pinturas de origen ve-getal, etc.

- Uso de materiales reciclados como áridos, por ejemplo, para usos drenantes, acero en los re-vestimientos exteriores, plafones de celulosa y yeso reciclados en los elementos del revestimiento interior, terrazo reutilizado prove-niente de escombros, etc.

- Materiales de bajo impacto como muros de contención reversi-bles de gaviones con residuos pé-treos, etc.

Según cálculos de los propios autores, la aplicación de estas estrategias ha per-mitido conseguir los siguientes resulta-dos (se pueden comparar los valores de esta tabla con los de la figura 2.5.1.c por lo que respecta a las construcciones más habituales):

Impacto ambiental de los materiales por capítulos del presupuesto (extracción/fabricación)

Capítulos kg/m2 %

MJ/m2 %

kg CO2/m2 %

Trabajos previos

Movimientos de tierras

Cimientos

Estructura

Cubierta

Fachada

Pavimentos

Particiones int.

Acabados int.

Instalaciones

Equipamiento

Exteriores

TOTALES

0,002

0,00

49,03

132,77

31,71

23,62

181,66

25,06

0,98

37,52

0,03

466,37

949,00

0,11

0,00

37,72

945,43

100,00

380,14

340,81

82,12

31,79

506,32

0,70

484,94

2.909,00

0,01

0,00

5,70

51,06

8,40

29,34

27,84

6,72

8,17

58,34

0,01

44,11

240,00

0,00

0,00

5,17

13,99

3,34

2,49

19,15

2,64

0,10

3,95

0,00

49,16

100

0,00

0,00

1,30

32,50

3,44

13,07

11,71

2,82

1,09

17,40

0,00

16,67

100

0,01

0,00

2,38

21,30

3,50

12,24

11,61

2,80

3,41

24,34

0,00

18,40

100

Tipologías edificios kg/m2 MJ/m2 kg CO2 /m2

Oficinas proyecto 949 2.909 240

Con información –esta más disponible– sobre la energía necesaria para fabricar los materiales y sobre las emisiones de GEI asociadas a ese proceso es posible tomar decisiones de diseño constructivo que eviten el empleo de materiales muy intensivos en energía y emisio-nes, mejorando de esta manera la calidad ambiental del edificio por lo que respecta a este factor.

La estrategia clave es localizar los materiales más impactantes en las partidas de obra mayores y sustituirlos por otros con menor im-pacto.

En general, para reducir los impactos de los elementos constructivos se recomienda usar materiales locales de origen biosférico neutrales en carbono con pocos procesos de transformación, reutilizados o con un elevado contenido de reciclaje y soluciones constructivas eficien-tes; si este uso se efectúa a partir de un ejercicio de economía de di-seño como el que se ha mencionado en las actuaciones sobre la de-manda, obtendremos una calidad ambiental óptima. En este sentido, merece la pena disponer de cuantificaciones globales que nos permi-tan constatar las mejoras que se pueden alcanzar:

Actuaciones sobre la oferta

321320

La ocupación de los espacios a lo largo del día según los diferentes días de la se-mana y del año, que determina las demandas de confort, la carga térmica que su-pone la propia ocupación y el consumo de los equipos, de los sistemas y de la ilu-minación. En este sentido, hay que señalar que la ocupación de un vivero presenta habitualmente un espectro bastante regular y que, por consiguiente, esta regula-ridad debería permitir que el diseño del edificio se ajustase sin problemas a la efi-ciencia requerida. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en el vivero se produ-cen frecuentemente ocupaciones extraordinarias fuera de los horarios habituales –puntas de trabajo, actividades excepcionales, etc.–, por lo que habrá que pensar y diseñar las estrategias más adecuadas para que estas ocupaciones no supon-gan un consumo energético adicional excesivamente grande.

El tipo, cantidad y distribución de los cerramientos del edificio con el exterior, espe-cialmente por lo que respecta a la permeabilidad a la transmisión y a la exposición y permeabilidad a la radiación solar.

Las demandas de renovación de aire para garantizar la calidad del aire interior. Si, en el caso de los viveros no industriales, la renovación y el control de la calidad del aire es un factor determinante en el consumo de energía, en el caso de los viveros con actividades industriales lo es todavía más, aunque dependerá mucho del pro-ceso productivo de que se trate y de la contaminación del aire que produzca.

Todos estos factores determinan la demanda energética para la climatización del edificio y en el clima mediterráneo producen momentos en los que, para mantener una situación de con-fort en los espacios ocupados del centro, habrá que aportar calor o bien extraerlo.

Dado que las variaciones climáticas son razonablemente predictibles y que la ocupación y las demandas de renovación del aire forman parte de los datos del proyecto, es posible di-señar un edificio de vivero que minimice la demanda energética necesaria para obte-ner el confort térmico.

Así pues, la cantidad de envolvente respecto al volumen construido y la orientación, el ade-cuado tamaño y disposición de las ventanas, claraboyas y elementos de protección solar para aprovechar la radiación del sol o protegerse cuando convenga, el aislamiento térmico de los cerramientos, el control de la ventilación y la renovación del aire, así como la recuperación de calor del aire exhausto son factores clave del diseño para minimizar la demanda energética de climatización.(93)

En este sentido, las configuraciones calle, claustro y mercado que se proponen en el apartado 2.2.2, «Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero de servicios», permiten establecer un volumen interior de cierta consideración relativa con el que contactan todos los espacios del vivero y que puede desempeñar un papel clave en el comportamiento climático del edificio si, al diseñarlo, se consideran sus posibilidades como «espacio tampón»; efectivamente, este es-pacio puede suponer una alternativa al exterior en el intercambio energético y actuar como re-gulador cuando las situaciones exteriores sean muy variables. Hay que tener en cuenta que el edificio ha de ser considerado, ya desde el diseño inicial, como un medio para obtener el confort térmico con el mínimo consumo energético.

(93) Muchos de estos temas se han desarrollado ante-riormente en el capítulo 2.3, «Diseño del espacio de tra-bajo», de esta segunda par-te de la guía.

2 . 5 . 2 . b Energía

La demanda de energía en los viveros, centros y hoteles de empresas está relacionada con las siguientes exigencias:

Confort térmico, que crea demanda de energía para climatización.

Confort lumínico, que crea demanda de energía para iluminación artificial.

Equipos de movilidad de personas y materiales (ascensores, montacargas, bom-bas de agua, etc.), que crean demanda de energía eléctrica para el funcionamien-to de los motores.

Equipos de trabajo y electrodomésticos, que crean demanda de energía para el funcionamiento de los motores y sistemas. En el caso de los viveros con empresas industriales, las máquinas y motores necesarios para desarrollar los procesos pro-ductivos pueden suponer una demanda de energía muy grande y variada.

Agua caliente sanitaria, que requiere energía para calentar el agua de la cocina/office en el caso de los viveros de servicios y para calentar el agua de los vestua-rios, el office y la cafetería en el caso de los viveros industriales.

Prácticamente todas las demandas de energía tienen limitaciones normativas(92) que regu-lan la calidad del edificio en este aspecto, por lo que a día de hoy están definidas en el Código técnico de la edificación (CTE).

Mientras que en el caso de los equipos la demanda depende linealmente de la potencia de cada equipo y del tiempo de uso –por lo que hay que utilizar equipos de máxima eficiencia el mínimo tiempo posible–, el confort térmico y el confort lumínico dependen de facto-res que están directamente relacionados con el diseño arquitectónico y, además, cons-tituyen las fracciones más significativas en el consumo de energía de este tipo de edificios.

Contrariamente, el uso del agua caliente es muy limitado en el vivero de servicios, pero no en el vivero industrial, donde se desarrollan actividades productivas que, como mínimo, necesi-tan vestuarios comunitarios. El sistema de producción de esta agua caliente sanitaria se pue-de ampliar para dar servicio a las empresas alojadas en el vivero que lo necesiten; asimismo, una vez el vivero dispone ya de una instalación de captación térmica de energía solar, hay que considerar qué otras necesidades energéticas se pueden llegar a cubrir.

(92) El apartado sobre ener-gía (HE) del CTE (vigente en el momento de redacción de esta guía) está estruc-turado en cinco grandes do-cumentos básicos:

HE1 – Sobre la limitación de la demanda.

HE2 – Sobre el rendimien-to de las instalaciones se-gún el RITE de 2007.

HE3 – Sobre la eficiencia de las instalaciones de ilumi-nación.

HE4 – Sobre la contribución solar mínima al ACS.

HE5 – Sobre la contribu-ción fotovoltaica mínima de energía eléctrica.

Consumo de energía. Fuentes y factores

La demanda de energía para conseguir el confort térmico dentro de los espacios del centro depende de una serie de factores que interactúan de forma muy compleja:

Las condiciones climáticas exteriores, caracterizadas por la variación diaria y estacional.

Actuaciones desde la demanda

323322

cas. En este sentido, hay que prever desde el diseño del edificio y de sus sistemas el reconoci-miento de las diferentes demandas y ocupaciones para poder controlarlas y, en su caso, tam-bién la facturación diferenciada del consumo energético.

Respecto a la iluminación, hay que señalar, una vez asegurado el máximo aprovechamiento de la luz natural,(95) que los factores decisivos de los sistemas de iluminación artificial son el tipo y la eficiencia de las luminarias, así como la disposición y organización del encendido.(96)

De nuevo, la normativa de edificación establece valores de referencia para la eficiencia de los sistemas energéticos del edificio, tanto de climatización como de iluminación, y ofrece he-rramientas para determinarla, por lo que es viable exigir esta calidad en un proyecto de nue-va edificación o de gran rehabilitación. Y también existen estándares de referencia de alta exi-gencia en eficiencia energética que determinan valores para la eficiencia de los sistemas que, aun siendo muy superiores a los normativos, se consideran viables en el entorno europeo.

Por último, la fuente que suministra el recurso necesario para los di-ferentes usos energéticos del edificio es clave para asegurar la eficien-cia ambiental de este flujo. Después de reducir al máximo la demanda y diseñarla para asegurar la máxima eficiencia de los sistemas, hay que utilizar fuentes de energía que produzcan el mínimo impacto am-biental y, en nuestro caso, las mínimas emisiones de gases de efecto in-vernadero.

Por consiguiente, después del aprovechamiento máximo de las oportu-nidades del entorno en forma bioclimática desde la demanda, el uso de las fuentes de energía denominadas renovables –solar, eólica, bioma-sa, geotérmica– mediante sistemas activos de captación, transforma-ción y distribución es uno de los factores determinantes al disponer de una oferta de baja emisividad en gases de efecto invernadero.

Disponer sistemas de captación en el mismo edificio para cubrir parte de la demanda de energía es una opción óptima para obtener energía tér-mica a baja temperatura, ya sea para calentar el agua caliente sanita-ria o para proveer el sistema de calefacción de un fondo de energía. Sin embargo, y para un edificio del volumen de un vivero de empresas, si se quiere ir más allá de las exigencias que el CTE impone a los edificios por lo que respecta a la energía eléctrica, esta opción puede presentar barre-ras tecnológicas y financieras y, sobre todo, administrativas y de gestión. En cambio, hoy en día es posible contratar el suministro eléctrico a través de compañías que aseguran que el origen de la electricidad que venden es renovable, sin generación de GEI ni residuos nucleares.

La utilización de energía geotérmica y los sistemas de bomba de calor que permiten aprovechar el calor del aire cuando el clima es favorable obteniendo así un buen nivel de eficiencia son opciones que, cuando son

Actuaciones sobre la oferta

(95) De nuevo, ver el suba-partado 2.3.1.a, «La ilumi-nación natural», de esta se-gunda parte de la guía.

(96) Las recomendacio-nes concretas se han tra-tado en los subapartados 2.3.1.b, «La iluminación arti-ficial», para el vivero de ser-vicios, y 2.3.2.c, «La ilumina-ción artificial», para el vivero industrial.

De hecho, la normativa de edificación –a través del Código técnico de la edificación (CTE) y otras normativas– ya limita la demanda energética máxima (expresada en kWh/m2 útil y año) que puede generar un edificio nuevo o un edificio que se rehabilita significativamente. Esta limitación de la demanda de energía requiere la existencia de instrumentos para valo-rarla desde el diseño arquitectónico, por lo que puede ser exigible como una cualidad ve-rificable en proyecto.

Hay que tener en cuenta que las directivas europeas exigen que en el año 2018 los edificios nuevos dependientes de la Administración pública tengan un consumo energético «casi cero», por lo que, al ser la demanda energética para climatización el primer y principal factor impli-cado en este consumo, hay que reducirla significativamente respecto a los valores normati-vos actuales adoptando las medidas adecuadas (como, por ejemplo, incrementar significati-vamente el aislamiento térmico, controlar la ventilación, aprovechar las condiciones externas cuando sean favorables, etc.). Estas medidas aún no son habituales en nuestro país, pero sí lo son en otros que alcanzan estándares de eficiencia energética de alta exigencia con valores de demanda de climatización inferiores al 70% de la media de edificios similares.

Respecto a la demanda de energía para iluminación, y tal como se explica en el subaparta-do 2.3.1.a, «La iluminación natural», que recomendamos consultar, el aprovechamiento de la luz natural que incide sobre el edificio es un factor determinante no sólo en el ahorro energé-tico para obtener confort lumínico, sino también en la calidad de la luz: la luz natural tiene una calidad de espectro y una temperatura de color que resultan inmejorables en un espacio de trabajo cotidiano como un vivero o un centro u hotel de empresas, ya sea industrial o de ser-vicios. Aprovechar la luz natural al máximo –considerando su variabilidad y adecuada dis-tribución para evitar deslumbramientos y reflejos– es el factor determinante para obtener ahorro energético y un confort visual óptimo.

Una vez nos hemos asegurado de que la demanda energética para climatización es la míni-ma posible, hay que diseñar los sistemas que transformen, conduzcan y entreguen la energía de la manera más eficiente posible y en el lugar y momento requeridos.

Diseñar adecuadamente la demanda de climatización tiene mucha importancia para asegu-rar la eficiencia de los sistemas que la satisfacen. En este sentido, hay opciones de diseño que favorecen que los sistemas actúen con niveles de rendimiento constantes asegurando su efi-ciencia(94) como, por ejemplo, estabilizar la demanda evitando que en algunos momentos sea excepcionalmente elevada (lo que exigiría equipos sobredimensionados para las necesida-des habituales del edificio), evitar demandas muy desequilibradas entre las diferentes partes que conforman el edificio (por lo que habría que eludir una distribución de la ocupación del vi-vero muy dispersa o con orientaciones opuestas sin corrección ante la radiación solar), o ade-cuar la inercia térmica de los elementos constructivos al patrón de ocupación de los espacios.

A partir de aquí, la selección de los sistemas de producción de frío y calor y el adecuado dise-ño y sectorización de las redes de distribución y entrega de la energía –así como de regulación y control– puede conseguir que la eficiencia global del sistema llegue a ser muy alta. Una po-sibilidad de actuación desde el diseño del sistema de climatización para favorecer la eficien-cia es permitir la diferenciación de clima entre espacios gestionados por diferentes empresas y también entre espacios comunes controlados por el gestor del edificio o, incluso, aislar en caso necesario espacios que tengan un mismo uso pero no unas mismas condiciones térmi-

(94) Los subapartados 2.3.1.d, «El confort higrotér-mico», y 2.4.1.a, «Tratamien-to del aire: climatización», contienen información com-plementaria que recomen-damos consultar.

325324

2 . 5 . 2 . cAgua

El consumo de agua potable en un vivero, centro u hotel de empresas se relaciona con los siguientes usos:

Mantenimiento de zonas ajardinadas y plantas.

Limpieza.

Descarga de la cisterna de los váteres y urinarios.

Lavabos y duchas, sobre todo en vestuarios de viveros industriales.

Fuentes para beber.

Cocina (para cocción y lavar platos), sobre todo si existe un servicio de bar o cafete-ría, como en los viveros con actividad industrial, o una zona de preparación de co-mida compartida.

Instalaciones del edificio (térmicas, de incendios, etc.).

Usos productivos en el caso de viveros industriales.

En el caso de los viveros de servicios, asimilables a los edificios de oficinas convencionales sin riego y con sistemas que incorporan los mecanismos de ahorro exigidos por la normativa, el consumo de agua potable se sitúa en torno a 30 litros por persona y día, valores muy inferio-res a los consumos en viviendas plurifamiliares, que se sitúan entre 120 y 160 litros por per-sona y día.

Consumo de agua. Fuentes y factores

Actuaciones desde la demanda

El primer factor que hay que considerar en todos los consumos es el ajuste de la cantidad de agua potable necesaria para satisfacer la necesidad. De entrada, muchas de las deman-das enunciadas en el apartado anterior no necesitan agua potable, sino que se pueden satis-facer con agua que tenga otras cualidades; así pues, tal como veremos en las actuaciones so-bre la oferta, es posible satisfacer gran parte de las demandas de agua con aguas recicladas de otros usos o captadas fuera de la red. No obstante, la minimización de la cantidad de agua necesaria siempre es un factor determinante de la calidad ambiental.

Así pues, si por ejemplo hay que ajardinar los espacios libres o representativos del vivero, hay que diseñarlos seleccionando las plantas que mejor se adapten a las condiciones climáticas y de insolación del lugar, lo que permitirá reducir de forma muy sensible el consumo de agua por este concepto. En el clima mediterráneo, caracterizado por veranos poco lluviosos y calu-rosos, la mayoría de plantas sufren un gran estrés hídrico, sobre todo en el caso de las tapi-

técnicamente viables, permiten extraer energía del entorno y ahorrar emisiones. Por otra parte, la opción de utilizar energía proveniente de sistemas de producción energética más eficientes, como los basados en la cogeneración (producción de electricidad y aprovechamiento del calor por demandas térmicas) o el district heating (centrales energé-ticas de barrio y distribución local) con aportación de energías reno-vables o sin, así como la utilización de la biomasa, son ofertas adicio-nales de energía de baja emisión de gases de efecto invernadero que hay que considerar para el suministro de energía al centro.

En definitiva, con una demanda reducida y unas instalaciones efi-cientes, disponer de fuentes energéticas de muy baja o redu-cida emisividad en los viveros de servicios es viable tanto técnica como económicamente; así pues, conseguir un edificio con un consu-mo energético casi cero en la obtención de las condiciones de confort y los niveles de servicio es un objetivo totalmente factible, por lo que el diseño del vivero lo debe perseguir ineludiblemente.

Además, hay que señalar que la certificación energética de edificios –nuevos y, ahora ya, existentes– permite evaluar y exigir sus nive-les de eficiencia energética y emisiones, por lo que este requerimien-to también se puede incluir en el pliego de condiciones del proyecto.

Figura 2.5.1.f Edificio de oficinas para la empresa Schwartz-Hautmont en Vila-seca (Tarragona) (arquitectos: Daniel Calatayud y Coque Claret), en el que se trataron con detalle todos los vectores ambientales, entre ellos el de la energía. Según análisis efec-tuados por los propios autores y el equipo de colaboradores, el proyecto consigue ahorrar cerca del 60% del consumo tér-mico y cerca del 70% del consumo de iluminación. Las prin-cipales estrategias pasivas adoptadas son:

- Análisis detallado de la incidencia solar: distribución de la relación vacío/lleno, diseño y disposición de las protecciones solares exteriores y de dobles pieles según el tipo de orienta-ción, alto nivel de aprovechamiento de la iluminación natural.

- Incorporación de aislamiento térmico muy por encima de los valores normativos.

- Disposición de elementos de regulación y amortiguamiento de la incidencia solar con el uso de un atrio.

- Potenciación de la ventilación natural cruzada entre facha-das y a través de un atrio.

- Aprovechamiento de la inercia térmica del suelo mediante pozos canadienses para el acondicionamiento del atrio y para la producción de energía mediante geotermia.

- Activación de los forjados de hormigón para contribuir a la disminución de la incidencia de las cargas térmicas del inte-rior del edificio en el consumo de energía de climatización.

Por lo que respecta a los sistemas activos, las principales ac-ciones realizadas son:

- Sistemas de iluminación eficientes con regulación centrali-zada y según la iluminación natural elegida.

- Uso de sistemas de producción de calor y frío de alta efi-ciencia energética como, por ejemplo, geotermia.

- Elevados niveles de recuperación de calor.

- Uso de sistemas centralizados de gestión y control del con-fort y del consumo de recursos del edificio on line (sistema SCADA).

327326

Por último, hay que tener en cuenta que en los viveros industriales se producen una serie de demandas específicas de agua derivadas de los procesos productivos que en ellos se desa-rrollan, aunque es difícil disponer de guías de actuación generales debido a la variabilidad de las demandas y calidades de agua que estos procesos exigen y a los cambios de empresas que con el tiempo se producen en el vivero. En general, y en el caso de los viveros industria-les, hay que tener en cuenta que estas demandas de agua se pueden relacionar con el resto de demandas del edificio combinándolas para reducir la demanda general, y que, por otra par-te, hay que contar con la oferta de agua –en cantidad y calidad– que generan los otros usos una vez la han utilizado.

En mayor medida que la demanda de agua, escasamente flexible más allá de los espacios ajardinados y el mal uso que se haga de ella, la eficiencia de los sistemas es clave para redu-cir el consumo.

Se pueden desarrollar actuaciones para mejorar la eficiencia del riego, de las cisternas de los váteres, de los urinarios –hasta el punto, tal como se ha señalado, de reducir a cero la canti-dad de agua que utilizan– y de los lavabos y duchas, usos que, excepto el riego, constituyen las demandas más elevadas del vivero. De hecho, existe un marco normativo de ámbito auto-nómico y a menudo municipal que actúa sobre la eficiencia de los aparatos relacionados con estos usos y que propugna la instalación de aparatos de la máxima eficiencia posible. Las po-sibilidades son muchas y el ahorro que se puede conseguir considerable.

El otro gran factor sobre el que se puede actuar para lograr un ahorro considerable de agua potable es satisfacer las necesidades con una adecuada calidad del agua.

La potabilidad es imprescindible para los usos de bebida y cocina, y absolutamente recomen-dable para los lavabos y duchas. Pero para regar, limpiar y proveer las instalaciones se puede utilizar agua de lluvia captada en la cubierta o en otras superficies impermeables. Si se calcula el volumen anual de captación de aguas pluviales y se compara con la deman-da de agua para estos usos, se pueden instalar un depósito y un circuito específico destina-dos a satisfacer dichos usos ahorrando así la totalidad o gran parte del agua potable que se dedicaría a los mismos.

Por otra parte, el agua de las cisternas de los váteres y de los urinarios puede ser agua reciclada de otros usos, como el agua procedente de los fregaderos de las cocinas, de los la-vabos y de las duchas, convenientemente filtrada e higienizada, y la de lluvia. De nuevo, un cál-culo de la cantidad de agua destinada a estos usos y de la generada por los usos suministra-dores puede hacer viable la instalación de circuitos y depósitos especiales para cubrirlos, lo que supondría un ahorro considerable de agua potable.

En cualquier caso, actuando sobre la demanda, utilizando aparatos eficientes y usando el reci-clado y el agua de lluvia como suministro para los usos que lo permitan, el consumo de agua potable puede reducirse a un mínimo imprescindible que, en el caso de los viveros de servi-cios, puede llegar a ser muy bajo e inferior a cinco litros por persona y día.

Actuaciones sobre la eficiencia

Actuaciones sobre la oferta

zantes que, como gran parte de las especies de césped, proceden de latitudes más húmedas. El mantenimiento de un jardín o de unas plantas que no se adecuen al clima del lugar puede producir enormes consumos de agua, hasta el punto de constituir el principal factor de consumo de agua, superando de largo la suma del resto de consumos.

Por esta razón, al diseñar los jardines y elegir las plantas hay que ser muy riguroso. Es con-veniente seguir los principios de la xerojardinería, o sea, la jardinería basada en el uso eficien-te del agua y en la plantación de especies y asociaciones de especies que se adecuen a la cli-matología del lugar.

En el caso de la limpieza, la eficiencia en el uso del agua potable está muy relacionada con el tipo de superficies que hay que limpiar y los sistemas que se utilizan para hacerlo. Aunque en este tipo de edificios la limpieza no supone un gasto muy considerable, ya que habitual-mente va a cargo de una empresa externa, hay estrategias destinadas a evitar el uso innece-sario de agua potable.

En el caso de la descarga de las cisternas de los váteres, el control de la demanda se realiza seleccionando la cantidad de agua si la pieza sanitaria dispone de doble posibilidad de descar-ga; el resto del ahorro proviene del cuidado que tengan los usuarios y de la eficiencia del apa-rato. Por lo que respecta a los urinarios, los factores clave también son la eficiencia del apara-to, cuando la descarga no es automática, y el uso que hacen de ellos los usuarios, aunque hay que señalar que existen modelos comerciales de urinarios que no necesitan agua para fun-cionar. Es importante que la gestión del vivero trabaje en la sensibilización de los usua-rios respecto a estas cuestiones y resalte la importancia de usar correctamente la energía o cualquier otro recurso.

En el caso de los lavabos y duchas, los factores clave son asimismo la eficiencia de los apara-tos y el cuidado de los usuarios al utilizarlos. Si hay vestuarios, como en los viveros industria-les, debe tenerse en cuenta que ocasionarán una demanda de agua considerable que se con-vertirá en una de las principales demandas del vivero.

Respecto al agua para beber, incluida la utilizada para cocinar, la calidad del agua potable de la red es suficiente para evitar el consumo de aguas minerales envasadas. Quizá ha-brá que corregir algunas deficiencias como el exceso de cal o el sabor a cloro mediante fil-tros, pero hay que evitar contribuir a la explotación de los acuíferos más valiosos y a los cos-tes ambientales que el envase y el transporte del agua envasada ocasionan. Si en el vivero existe un servicio de cafetería-restaurante con cocina, la demanda vendrá muy determinada por la eficiencia de los aparatos, el lavavajillas principalmente, por lo que habrá que seleccio-narlo cuidadosamente.

El consumo de agua en las instalaciones es, generalmente, muy reducido, y puede ser signifi-cativo únicamente en las torres de refrigeración que, por otros motivos, hay que evitar o con-seguir que sean muy eficientes. Las instalaciones de todo tipo han de disponer de detectores de fugas que señalen las pérdidas de agua potable, lo que evitará, aparte de otros daños, la generación de consumos elevadísimos en muy poco tiempo.

329328

Filtrado

Depósito pluvial50 m³

Pretratamiento y bombeo

DuchaLavabo

Agua de lluvia

Agua de lluvia

Inodoro seco tipo Aquatron

Compost

Alcantarillado

Laboratorios50%

Previsión

espacio homogeneización en función de la calidad del

agua de los laboratorios

Previsión

espacio reciclaje aguas grises en función de la calidad

del agua de los laboratorios

Laboratorios 50%

DuchaLavaboOffice

Inodoro

Inodoro Laboratorios 50%

Riego Limpieza

Depuración natural en superficie (150m²)

2 . 5 . 3Protocolo de actuación durante las fases de realización del proyecto

Los indicadores de sostenibilidad que permiten medir la calidad ambiental del vivero de ser-vicios y de empresas deben especificarse en el encargo del edificio como objetivos a alcanzar, por lo que durante las distintas fases de elaboración del proyecto deberán tomarse las deci-siones convenientes para asegurar que se cumplirán.

Por esta razón, en este apartado, y para cada flujo de material, se dan los valores de referen-cia de los indicadores ambientales –valores que hay que considerar según las condiciones de entorno del encargo– y las indicaciones oportunas para efectuar un seguimiento adecua-do del proyecto.

2 . 5 . 3 . a

2 . 5 . 3 . b

Materiales

Energía

Si se toman las decisiones adecuadas, en edificios de nueva planta se pueden obtener valores de masa de materiales por metro cuadrado útil de superficie de menos de 1.500 kg/m2 útil, con un consumo de energía para fabricarlos inferior a 4.000 MJ/m2 y unas emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al uso de esta energía no superiores a 600 kg/m2 útil. Naturalmente, en edificios rehabilitados estos valores serán muy inferiores, por lo que la rehabilitación siempre es una buena opción.

Las decisiones que afectan a este flujo se toman desde el inicio del diseño ya que son bas-tante determinantes de las demandas de materiales para las estructuras y los cimientos (los subsistemas con un impacto más elevado). Conseguir la máxima eficiencia de la estructura, incluyendo la adaptación al programa, la regularidad y la reducción de las luces, evitando al máximo las distorsiones y permitiendo soluciones constructivas eficientes e incluso diferen-tes de las habituales estructuras de cemento armado, empieza por un diseño arquitectónico que tenga en consideración estos factores.

A partir de aquí, hay que proceder a una evaluación continuada de las soluciones constructi-vas respecto a la masa de materiales, a la energía y a las emisiones implicadas en su obten-ción, ya sea con cuantificaciones globales o caso por caso, elección por elección. Puesto que este no es todavía un ejercicio habitual en los programas arquitectónicos, hay que realizar un seguimiento especial del mismo a lo largo de todo el proyecto y una validación continuada durante la ejecución de la obra.

El consumo energético de un edificio depende de muchos factores externos (clima, orienta-ción, etc.), por lo que resulta difícil determinar valores de referencia válidos para todos los ca-sos. Sin embargo, las normativas actualmente vigentes permiten exigir que el edificio tenga una calificación energética determinada, por lo que debería optarse por la calificación A o B, las dos más eficientes. En cualquier caso, en la programación del vivero hay que efectuar un estudio previo, de acuerdo con el periodo de amortización del edificio, a fin de determi-nar los valores más convenientes en cada caso considerando los costes de inversión y de mantenimiento energético que supondría alcanzar una de estas dos calificaciones

Figura 2.5.1.g

Esquema del funcionamien-to hídrico de la nueva sede del ICTA y el ICP, realizada por HArquitectes y dataAE en la Universidad Autóno-ma de Barcelona (en fase de construcción en el momen-to de redactar esta guía). Es un ejemplo de edificio de ofi-cinas de tipo universitario en el que se ha aplicado este nuevo modelo de ciclo del agua incorporando las es-trategias descritas anterior-mente:

- 40% de reducción de la demanda de agua según consumos habituales de edificios de referencia (nor-mativos y/o estadísticos).

- 90% de reducción de la de-manda estándar de agua

potable según consumos habituales de edificios de re-ferencia (normativos y/o es-tadísticos).

- 100% de la demanda de agua no potable del edificio con aguas reutilizadas (con captación, tratamiento y aprovechamiento de aguas de lluvia y aguas grises).

- Retorno al medio del agua de saneamiento (aguas ne-gras y amarillas).

Las principales estrategias desarrolladas son:

- Disminución de la deman-da mediante la racionaliza-ción de las instalaciones hi-dráulicas y los puntos de consumo. Disminución de

la demanda de riego de la vegetación propia del edifi-cio gracias a la práctica de la xerojardinería, basada en especies que requieren una mínima aportación de agua y utilizan sistemas de riego eficientes (riego por goteo zonificado con control cen-tralizado de las necesidades según humedad).

- Aumento de la eficien-cia mediante el empleo de equipos, aparatos e instala-ciones con reducción/regu-lación del caudal, incorpora-ción de aire, inicio y parada con sistema electrónico o mecánico, descargas redu-cidas, urinarios secos, etc.

- Uso de recursos loca-les mediante la captación

de aguas de lluvia (del pro-pio edificio y de los edificios y la urbanización de los al-rededores) y el reciclado de las aguas grises para, pos-teriormente, reutilizarlas como aguas no potables. Posible reutilización de agua procedente del freático. Las aguas grises se reutilizan en los inodoros y para la lim-pieza y las de lluvia para rie-go, lavabos y lavavajillas de los laboratorios.

Retorno al medio de los re-siduos generados en el sa-neamiento con una calidad idónea para poder incorpo-rarse al mismo; las aguas amarillas mediante fitode-puración y la materia fecal mediante compostaje.

331330

Predimensionamiento de las instalaciones

En la etapa del anteproyecto se ha efectuado una primera consideración de las instalaciones de calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria y alumbrado, es decir, de las instalaciones que habitualmente acaparan más de dos terceras partes del consumo de energía de un edifi-cio estándar de viviendas. En el proyecto básico, aun cuando la mayoría de aspectos técnicos de las instalaciones deben definirse en el proyecto ejecutivo, hay que profundizar en el análi-sis iniciado a partir de sistemas predefinidos para establecer aproximadamente el comporta-miento energético. Así pues, los servicios que hay que cubrir, la estrategia de las soluciones y el tipo de sistemas respecto a las condiciones del clima y el perfil de ocupación del edificio, todos ellos elementos ya considerados, llegan ahora a la etapa de predimensionamiento, de acuerdo con la demanda energética estimada.

Por otra parte, hay que determinar los valores de consumo y eficiencia de los equipos, lo que puede estimarse utilizando referencias del mercado. El predimensionamiento de las instala-ciones, por una parte, y los valores de referencia de consumo de los equipos, por otra, permi-tirán comparar las opciones posibles para determinar cuáles son las mejores. En este apar-tado se incluirían las energías renovables.

2 . 5 . 3 . cAgua

Los valores de consumo de agua de un vivero de empresas, sobre todo si es industrial, de-penden, como ya se ha dicho, de distintos factores. Como referencia, y para un vivero de em-presas de servicios sin ajardinamiento y que aproveche todas las estrategias posibles de ahorro y reciclaje, el consumo de agua puede llegar a ser de hasta cinco litros de agua de red por persona y día.

Desde las primeras fases del diseño hay que considerar y determinar el sistema hí-drico que tendrá el edificio. El programa, con los usos y ocupaciones, permite establecer desde el inicio un cuadro de las demandas de agua en el edificio, tanto por lo que respecta a cantidad como a calidad. Las posibilidades de captación también se pueden determinar des-de los primeros esbozos del edificio, de manera que muy pronto se podrá decidir una estra-tegia de gestión hídrica que permita minimizar el consumo de agua potable.

Esta estrategia tiene que permitir evaluar tanto los circuitos de agua potable, reutilizada y de lluvia como los depósitos necesarios según la producción de agua reutilizable y la pluviome-tría del lugar. Por lo tanto, será posible crear escenarios con los costes aproximados que su-pone una gestión sostenible del agua, por lo que en fase de anteproyecto habría que de-cidir la estrategia hídrica a seguir.

Más adelante podría ser demasiado tarde o demasiado costoso. A partir del diseño de la es-trategia hídrica del edificio, durante la redacción del proyecto básico y del proyecto de eje-cución habrá que controlar que las decisiones aplicadas a las instalaciones y a los equipos sean coherentes.

Proyecto ejecutivo

En este caso se trata de ir validando, verificando y detallando –empleando para ello las mis-mas herramientas que en el proyecto básico– los datos sobre demanda y consumo de ener-gía a medida que se van definiendo las soluciones finalmente adoptadas.

energéticas. Este estudio ha de determinar el valor de consumo de energía y las emisiones asociadas al mismo según la calificación energética que se determine.

Dada la complejidad que supone controlar la eficiencia energética del edificio en las diferen-tes fases del proyecto, ofrecemos una guía para poder seguir paso a paso la adecuada orien-tación de las decisiones que hay que tomar al respecto:

Concurso/anteproyecto

Preevaluación de demanda energética

Existe un gran abanico de herramientas informáticas, algunas de ellas gratuitas, para simular el comportamiento energético de los edificios. Permiten efectuar de forma sencilla una pri-mera aproximación a la magnitud y disposición de la radiación solar que recibirá el volumen que hay que construir y las sombras que generará, así como establecer la demanda ener-gética aproximada, es decir, la energía necesaria para que el edificio alcance unas condicio-nes de confort.

Modificaciones sucesivas del anteproyecto y nuevas simulaciones permitirán ajustar las solu-ciones para que el gasto de energía se reduzca. Este proceso empieza en la etapa de antepro-yecto con herramientas de simulación sencillas y gestión rápida que requieren poca informa-ción del edificio, hasta que en el proyecto básico se profundiza en el análisis mediante herra-mientas más complejas que, a medida que se define el diseño del edificio, permiten afinar la simulación y verificar las decisiones de diseño. Finalmente, hay que complementar el conoci-miento del comportamiento energético del edificio con herramientas de simulación aún más complejas que requieren mayor número de datos y definición del edificio, con lo que se llega-rá a la máxima concreción del proyecto ejecutivo.

Preevaluación de las instalaciones

Las instalaciones que intervienen en el gasto de energía, especialmente las de calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria e iluminación, tienen que empezar a evaluarse desde el anteproyecto. Así pues, en esta etapa se efectúa una primera consideración de los servicios que hay que cubrir (calefacción, refrigeración, etc.), la estrategia de las soluciones (generación centralizada o no, tipo de zonificación y de transmisión, etc.) y el tipo de sistemas con relación a las condiciones del clima y el perfil de ocupación del edificio. En este apartado se incluirían las energías renovables.

Proyecto básico

Evaluación de la demanda energética

En este punto, el análisis adquiere mayor profundidad por lo que requiere instrumentos más complejos de representación y lectura de datos, así como el uso de herramientas multizona/estacionarias y una serie de variables que ahora tendrán en cuenta la configuración interior del edificio y la variación de los datos del clima a lo largo del año. Se recomienda que esta vi-sión se complemente con una primera entrada en el edificio con herramientas multizona/di-námicas, que consideran también los efectos variables de los intercambios energéticos que se producen dentro del edificio o entre este y el entorno. En el mercado existen numerosas he-rramientas con estas características.

333332

una mala orientación, una obstrucción desproporcionada o un entor-no ruidoso, lo que daría lugar a una variante alternativa de la solu-ción adoptada. En la misma línea, al no disponer por adelantado de unas necesidades específicas, el dimensionamiento del número de ámbitos individuales de trabajo, módulos, espacios comunes, com-partidos y de apoyo no puede ser finito y, en consecuencia, se trata de proyectos abiertos en los que los límites pueden crecer o, contraria-mente, decrecer. Así pues, las propuestas incorporan ciertas facha-das o cubiertas que quedan indefinidas y que, de acuerdo con la de-manda real, podrían desplazarse para ampliar o disminuir el espa-cio útil del vivero.

Empezaremos, pues, por el vivero de servicios, seguiremos con el vi-vero industrial y finalmente veremos el vivero mixto. Aunque se pre-sentan tres soluciones formales diferentes, hay que señalar que los proyectos presentados como vivero de servicios y vivero industrial también se podrían adaptar, con ligeras modificaciones, para acoger un vivero mixto y al revés.

CAPÍTULO 2.6PROYECTOS PROTOTIPO

Como ejercicio final se plantean, a modo de ejemplo, tres proyectos prototipo (uno de servicios, uno industrial y uno mixto) que permi-ten materializar de manera más concreta la serie de recomendacio-nes contenidas en esta segunda parte de la guía. Pero es importan-te aclarar que se trata únicamente de tres ejemplos de materia-lización de estas recomendaciones, que en la práctica pueden dar lugar a infinitas posibilidades que, como es natural, no se pue-den recoger todas en esta guía. Por lo tanto, hay que entender que los siguientes dibujos y esquemas no pretenden en ningún caso pre-sentarse como una solución única e irrefutable y que la forma final que adquieren los diferentes espacios y el edificio en con-junto es insustancial.

Las tres soluciones propuestas son desarrollos de los sistemas de agregación del vivero de servicios y del vivero industrial presentados en los apartados 2.2.2 y 2.2.3, «Adaptación al solar: sistemas organi-zativos del vivero de servicios y del vivero industrial», respectivamen-te, de esta segunda parte de la guía. Lo más importante de estos ejemplos es entender el funcionamiento y los conceptos de distribu-ción clave, así como las distintas alternativas o variantes que pueden darse con configuraciones similares. También merece la pena fijarse en la versatilidad y adaptabilidad del sistema agregable que genera un vivero de empresas, las diferentes posibilidades de crecimiento y ampliación que se pueden prever desde el inicio y la forma de acoger las modificaciones que resultarán necesarias a lo largo de los años de funcionamiento del centro.

Al tratarse de proyectos prototipo, no existen las limitaciones que, en un caso real, derivarían de los condicionantes del entorno y del so-lar, por lo que no encontramos, por ejemplo, fachadas afectadas por

335334

Figura 2.6.1.c

Figura 2.6.1.d Figura 2.6.1.e

N

Espacio público

(2)(1) (3)

Espacio público

Espacio público

Espacio semipúblico

Espacio exterior privadoEspacio libre

Privacidad en PB

Patio inglés

Luz de norte

Se propone una distribución del vivero en dos plantas, de manera que los espacios de trabajo (módulos individuales y compartidos) se si-túen mayoritariamente en la primera planta para que, al separarse de las unidades de uso más públicas (aulas de formación, espacio de preincubación, atención personalizada, etc.), que podrían ocasio-nar molestias, puedan disfrutar de cierta privacidad y tranquilidad. El vestíbulo de acceso, que funciona como un espacio público especiali-zado (solo accederán al mismo personas relacionadas con el mundo empresarial), se propone como un espacio a doble altura que propor-ciona una relación visual directa de los módulos de la primera plan-ta, que asoman y se iluminan a través de la fachada transparente que aporta luz de norte.

En la zona posterior de la planta baja se coloca una primera hilera de módulos de trabajo que se abrirían a un supuesto espacio libre inte-rior del solar. Se propone un patio inglés en caso de tratarse de una fachada de una calle, de manera que los módulos dispongan de la ne-cesaria privacidad, generándose al mismo tiempo un espacio de des-canso y de relación en el exterior.

En la propuesta desarrollada se propone una sección de dos plantas rodeadas por una envolvente exterior que delimita el vestíbulo y dis-tingue los módulos a modo de contenedores. Esta solución permitiría configuraciones variables, partiendo de una situación mínima donde sólo se desarrollase la mitad norte de la primera planta, a modo de calle, que podría también convertirse en una planta segunda o exten-derse a tantas plantas como fueran necesarias según las necesida-des del programa.

Distribución

A partir del sistema de agregación lineal más directo, el modelo calle (1), se plantea una evo-lución hacia los otros dos modelos de agregación, con lo que se consigue una crujía corta de mayor dimensión. Así pues, se amplía la crujía para incorporar patios de luces centrales que aportan una mejora en la iluminación natural de los espacios de trabajo (2). Por último, estos patios de luces se ocupan parcialmente con más espacios de trabajo, conformándose así una variación lineal del modelo mercado, que aprovecha al mismo tiempo los beneficios de la in-corporación de los patios de luces (3). La propuesta organizativa general, por lo tanto, plan-tea un esquema lineal que se puede ampliar longitudinalmente según las necesidades ac-tuales y futuras.

Las dos fachadas a las que se abren los espacios de trabajo tienen una configuración lineal y se orientan preferiblemente perpendiculares al eje norte-sur. En un entorno ficticio, se supo-ne la existencia de un espacio público anexo que dará visibilidad y representatividad al vivero. En la solución desarrollada este espacio público se supone en situación adyacente a la facha-da norte. En esta situación privilegiada, se plantea la apropiación de una parte de este espacio público para configurar un vestíbulo activo para el vivero. Así, se aprovecha la buena orienta-ción para configurar una galería transparente que permitirá observar la actividad interior del vivero desde el exterior, como un gran escaparate.

En una situación urbana diferente, la pieza del vestíbulo se podría ubicar también en uno de los extremos del edificio.

Proyecto prototipo de un vivero de servicios2 . 6 . 1

Organización general

Relación con el entorno∧

Figura 2.6.1.a

Figura 2.6.1.b

>

337336N

0 21 5 10Figura 2.6.1.i Planta baja

Figura 2.6.1.h Primera planta

REUNIONES

REUNIONES

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULOMóDUL

OMóDUL

O

MóDULO

MóDULO

MóDULO MóDUL

OMóDUL

O

MóDULO

MóDULO MóD

ULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULOMóDUL

OMóD

ULO

MóDULO

MóDULO

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESINFORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALESREUNIONES IN

FORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES

REUNIONES

OFFICE

PREINCUBACIóN PREAULASVESTíBULO

DESCANSO EXTERIOR

SERVICIOS

SERVICIOS

SERVICIOS

DESCANSO

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

Planta baja

Primera planta

ALMACENESMACENESMACENES

ATENCIóN

ATENCIóN

ARCHIVO

DIRECTOR

NISTRACIóNADMI- AULAS

BOX

M. AULA

COWORKING

VESTÍBULO-RELACIÓN VISUAL

Figura 2.6.1.g

Ampliando la escala de lectura, la inserción de patios de luces permite que todos los módulos tengan ac-ceso a iluminación natural. Los espacios que que-dan exentos de una iluminación directa se destinan a alojar salas de reuniones. Además, se liberan estra-tégicamente las esquinas de las manzanas centra-les y dos terrazas con vistas al vestíbulo, con lo que se convierten en espacios mínimamente aislados y agradables que se destinan a ubicar ámbitos de re-unión informal.

Ampliando más la escala, se propone un diseño in-tegrado de toda la fachada de los módulos que incor-pore el elemento escaparate y el espacio para el lo-gotipo y el rótulo, todo ello dentro de una imagen cor-porativa distinguible del vivero. Además, se conectan los módulos entre sí con una puerta doble corredera, de manera que se puedan alquilar individual o con-juntamente.

Los elementos comunes y compartidos tienen una configuración relativamente diferente de la de los módulos, porque no incorporan el cajón del escapa-rate pero amplían la superficie acristalada (que pue-de disponer de algún elemento de tamizado), lo que mejorará la iluminación y visibilidad de estos espa-cios. No obstante, se trata de espacios que, en caso de necesidad, podrían reconvertirse en módulos.

Configuración de los espacios

Figura 2.6.1.f

339338

En un entorno ficticio se supone un solar con fachada principal de orientación norte y se propone una sección que permita el aprovechamiento máximo de la luz natural prove-niente del norte. Así pues, se configuran tres entradas de luz para los módulos industria-les, una de ellas específica para el altillo de oficinas, por encima de la cubierta del pasillo de conexión con la zona administrativa. Esta zona, por su parte, se configura con una distri-bución interior que sitúa los espacios más necesitados de luz natural en la fachada princi-pal, mientras que los que quedan en la zona interior se iluminan mediante una claraboya.

Sección y luz

> 3 m

Luz de norte

Figura 2.6.2.b

<

Figura 2.6.2.c

<

A partir del crecimiento en hilera con recorridos segregados para peatones y vehículos roda-dos se desarrolla la agrupación en L, con la zona administrativa situada en el interior de esta L. Se trata de una distribución compacta que funciona bien en centros de poca dimensión, con 10-12 módulos, donde el pasillo de conexión no sea extremadamente largo.

La zona libre del solar tendrá que urbanizarse para que los vehículos pesados puedan girar y maniobrar cómodamente al acceder a los módulos industriales. En la propuesta se supone que el centro se ubica en una parcela en esquina, lo que le da visibilidad. La zona administra-tiva, donde se sitúan los espacios comunes y de merchandising de las empresas, configura la fachada visible y representativa del vivero, mientras que el acceso a los módulos se garantiza por un vial interior con doble salida.

Proyecto prototipo de un vivero industrial2 . 6 . 2

Organización general

En este caso se desarrolla un vivero constitui-do a partir de módulos industriales pequeños y medianos, con predominio de estos últimos. El elemento de separación se prevé con plafones sándwich de chapa metálica desmontables, de manera que se puedan configurar módulos más grandes.

No obstante, existen diferentes posibilidades de distribución de los módulos industriales, según las necesidades deducidas del análisis territorial. Con la configuración modular de los módulos in-dustriales, la agrupación permite acoger varian-tes con predominio de módulos pequeños, me-dianos o grandes según las necesidades, o se-gún se trate de un vivero, un centro o un hotel de empresas.(Figura 2.6.2.b) Pero hay que señalar que, aun cuando este tipo de agrupación permi-te cierta transformación de los módulos a lo lar-go del tiempo, dicha transformación, comparada con otras opciones de agrupación más adapta-bles (ver el prototipo del vivero mixto), es limita-da, por lo que hay que elegir bien las dimensio-nes de los módulos dominantes.

Figura 2.6.2.a

>

341340

N

02

15

10Fi

gura

2.6

.2.e

Pr

imer

a pl

anta

OFFICEMóDULOMóDULOMóDULOMóDULOMóDULO MóD

ULOMóD

ULOMóD

ULOMóD

ULOMóD

ULOMóD

ULOMóD

ULOMóD

ULOADMIN CONFERENCIASE

RVICI

OSDIRECTORREUNIONES

ARCHIVORECEPCIóNCONSERJERíAATE

NCIóN

ATENCIó

N

REUNIONESVESTIDORES

VESTíBULORecorrido cotidiano

SERVICIOS COWORKING

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

BOX

REUNIONES MóDULO

MóDULO

DESCANSO

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALESREUNIONES IN

FORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

Planta baja

Primera planta

La ventaja principal de este tipo de agrupación es la compacidad del edificio. Los recorridos se acortan y no se produce la segregación de la zona administrativa y los módulos industriales, que quedan conectados entre sí a través de un pasillo interior (que, por otra parte, podría tener unas condiciones mínimas de climatización). Hay que forzar el acceso cotidiano de los módulos indus-triales a través de la zona administrativa mediante el sistema de control de accesos. Al mismo tiempo, la distribución interior de la zona administrativa favorece unos recorridos diarios que per-miten a los empresarios observar la actividad que se desarrolla (formación, conferencias, aten-ción personalizada, visión del espacio de descanso u office, etc.).

Por último, la forma de la zona administrativa es compatible con un crecimiento en altura de una planta para acoger un vivero de servicios basado en el modelo calle, lo que transformaría el edi-ficio en un vivero mixto.

Distribución

Figura 2.6.2.e

>

Figura 2.6.2.d

>

343342

Por lo que respecta a la parte industrial, las características más destacables de este sistema de agregación son la configuración natural de un muelle de descarga comunitario, que per-mite una gran capacidad de transformación de los módulos, y la facilidad de crecimiento. De-sarrollamos con más detalle en este caso la alternativa de un vivero con un número equili-brado de módulos pequeños y medianos (1), pero las variantes del modelo son múltiples. Por ejemplo, en una situación en esquina se podrían disponer también módulos industriales con acceso directo desde el vial público, donde sería conveniente reservar los módulos grandes o excepcionales, en los que se puede prever una mayor afluencia de vehículos de gran enver-gadura y, por consiguiente, la necesidad de un muelle propio (2). Alternativamente, se pue-den configurar variantes en las que se adosen módulos medianos y pequeños que puedan dar lugar a módulos grandes y excepcionales desmontando las divisorias interiores; no obs-tante, habrá que tener presente el giro que deberán efectuar los vehículos pesados para po-der acceder al interior del local (3). Será conveniente asimismo prever crujías con la estructu-ra portante doblada para poder acoger establecimientos de riesgo alto (preferentemente las crujías de los extremos).

Por lo que respecta al vivero de servicios, el modelo calle en planta primera permite la dis-persión de diferentes tamaños de módulos y de los espacios compartidos y comunes entre ellos (4). Mediante la introducción de puertas en la divisoria que separa los módulos se pue-de llegar a obtener una gran variedad, prácticamente total, de tamaños disponibles aumen-tando considerablemente la versatilidad de los espacios. Además, en caso de necesidades fu-turas, este modelo permite el crecimiento lineal del centro, que es compatible con el tipo de crecimiento de la agrupación industrial (5).

(2) (3)

(4) (5)

Figura 2.6.3.c

<

Figura 2.6.3.d

Se propone un sistema organizativo que parte del crecimiento en hilera adosada para los mó-dulos industriales y del modelo calle para los módulos de servicios.

Proyecto prototipo de un vivero mixto2 . 6 . 3

Organización general

Se desarrolla la agrupación en peine del vivero industrial y se añade una planta primera des-tinada a vivero de servicios. El espacio libre entre módulos industriales puede ser utilizado como muelle de descarga comunitario, al que podrán acceder los vehículos pesados de gran envergadura que se descargarán mediante toros mecánicos.

(1)Figura 2.6.3.b

>

Figura 2.6.3.a

>

345344

REUNIONES

REUNIONES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

VESTIDORESCONFERENCIASER

VICIOSCAFETERíA

ARCHIVORECEPCIóNCONSERJERíAATE

NCIóN

ATENCIó

N

REUNIONESOFFICE

VESTíBULO

MóDULO MóDULO MóDULOMóDULO MóDULO

MóDULOMóDULOMóDULOMóDULO

MóDULOMóDULOMóDULOMóDULO MóDULO MóDULO

MóDULO MóDULOMóDULO MóDULO

MóDULOMóDULO

DIRECTORSERVIC

IOS ADMINISTRACIóN

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULODESCAN

SO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULO

MóDULOREUNIONES IN

FORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

REUNIONES INFORMALES REUNIONES

INFORMALES REUNIONESIN

FORMALES

En planta baja se reservan los espacios comunes que generarán comunidad: el espacio office y la ca-fetería, principalmente, pero también la sala de ex-posiciones y de conferencias. Para enfatizar la co-municación visual y evitar la segregación de usos, se propone el vaciado de la zona central de la calle, con-formando dobles espacios que darán dinamismo a este espacio central que tiene que ser activo. De esta manera, los usuarios del vivero industrial que utilicen los espacios comunes en planta baja serán conscientes de la actividad que se esté desarrollando en los módulos de servicios y viceversa.

Figura 2.6.3.g

<

Un rasgo distintivo de este tipo de organización de vivero industrial es la comunicación visual que se establece entre el área industrial y la zona administrativa. Los muelles comunitarios, donde se efectuará una parte importante de la actividad industrial cotidiana, son perfectamente visibles desde la primera planta del edificio administrativo, por lo que para acentuar esta característica se propone una distribución de la zona administrativa y del vivero de servicios que aproveche dicha visibilidad. Así pues, las oficinas de administración se ubican en la primera planta, en una situación privilegiada con vistas al muelle. En esta fachada se reserva asimismo espacio para la sala de reuniones y un espacio abierto de reunión informal, consiguiendo así una interacción visual continua entre la direc-ción del centro, los usuarios del vivero de servicios y las actividades industriales.

Distribución: comunicación visual

Adaptación al paso del tiempo

La capacidad de transformación de este tipo de agregación de módulos industriales según las ne-cesidades y a lo largo del tiempo es máxima, tanto si las necesidades imperantes van en la línea de reducir la superficie de los módulos como si se trata de ampliarla. Así pues, es un modelo que sin duda será capaz de asumir los cambios que puedan surgir durante los años de funcionamien-to del centro en el perfil de los empresarios y las actividades alojadas.

Visión de la actividad industrial diaria

Figura 2.6.3.e

>

347346

Figura 2.6.3.i Primera planta

Figura 2.6.3.i Primera planta

Figura 2.6.3.j

Primera planta E:1/250 0 1 5

NFigura 2.6.3.h Planta baja 0 21 5 10

> Masías y casas solariegas 60 > Edificios conventuales, hospitalarios o escolares con estructura de muros de carga 61 > Edificios de estructura claustral 62

1.3.4.c Protocolo de actuación 63

1.3.5 El vivero dentro de un edificio heterogéneo: usos recomendables y usos que hay que evitar 64

CAPÍTULO 1.4 LA IMAGEN CORPORATIVA 68

1.4.1 La creació d’una marca pròpia 68

1.4.1.a Criterios relacionados con la ubicación 72

1.4.1.b Criterios relacionados con la imagen exterior de los edificios 72

1.4.1.c Criterios relacionados con el diseño interior 76 > El espacio de exposición 77 > El espacio del logotipo 78 > La neutralidad del módulo 80 > El mobiliario 81

CAPÍTULO 1.5EL PROYECTO: ETAPAS DE REALIZACIÓN 84

1.5.1 Las ventajas del estudio de programación 84

1.5.2 El plan especial de determinación de usos 87

1.5.3 Fases del proyecto arquitectónico 87

1.5.3.a El anteproyecto 88

1.5.3.b El proyecto básico y ejecutivo 89

1.5.3.c La licencia ambiental del vivero de servicios y del vivero industrial 90

1.5.3.d Las obras 91

1.5.3.e Calendario orientativo 92

CAPÍTULO 1.6FACTORES DE SOSTENIBILIDAD 1 96

1.6.1 Ajustar el programa 97

1.6.2 Aprovechar los edificios existentes 98

1.6.3 Reducir el impacto de la movilidad 98

1.6.4 Considerar la actividad de las empresas alojadas 99

CAPÍTULO 1.7RATIOS Y PROPORCIONES 100

1.7.1 Viveros de empresas de servicios 101

1.7.1.a Superficie construida por empresa 101

1.7.1.b Proporciones 102

1.7.1.c Superficie del solar 103

1.7.2 Centros de empresas de servicios 104

1.7.3 Hoteles de empresas de servicios 105

1.7.4 Viveros, centros y hoteles de empresas industriales 105

ÍNDICE DESARROLLADOPRESENTACIÓN 8

INTRODUCCIÓN 10

COMO LEER ESTA GUÍA 20

PARTE I - PLANIFICACIÓN Y PROGRAMACIÓN 25

CAPÍTULO 1.1APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE VIVERO DE EMPRESA 26

1.1.1 La evolución de los viveros de empresa. El caso de la demarcación de Barcelona 26

1.1.2 El vivero de empresas: definición y tipologías 28

1.1.3 Formas de trabajo 32

1.1.3.a El coworking 33

1.1.3.b La preincubación 34

1.1.3.c El servicio de atención a personas emprendedoras 35

CAPÍTULO 1.2LOS USUARIOS Y LAS ACTIVIDADES 36

1.2.1 Profesionales, empresarios y trabajadores de los módulos de trabajo 36

1.2.2 Personal técnico y administrativo del centro 37

1.2.3 Clientes y colaboradores de las empresas alojadas 38

1.2.4 Asistentes a las actividades de formación y networking 38

1.2.5 Personas emprendedoras asesoradas por el servicio de emprendeduría 39

CAPÍTULO 1.3CONDICIONANTES PREVIOS: PLANIFICACIÓN 40

1.3.1 Análisis del contexto territorial 41

1.3.2 Localización de la infraestructura 43

1.3.2.a Sinergia territorial 45 > Proximidad a ejes comerciales, restaurantes, bares, etc. 45 > Proximidad a las oficinas de promoción económica del ayuntamiento 46 > Proximidad a centros de investigación y enseñanza superior 46 > Proximidad a asociaciones empresariales, cámaras de comercio y otros agentes de promoción económica 46 > Proximidad a áreas de negocios de la ciudad, edificios de oficinas y centros de negocios 47 > Proximidad a suelos de uso industrial 47 > Proximidad a otros equipamientos o edificios administrativos de interés para las empresas 48

1.3.2.b Accesibilidad 49

1.3.2.c Visibilidad e identificación de marca 50

1.3.2.d Calificación urbanística 51

1.3.3 Características del solar 52

1.3.4 Edificio nuevo o rehabilitación de uno ya existente 54

1.3.4.a Reutilización de edificios patrimoniales 56

1.3.4.b Consideraciones tipológicas de los edificios habitualmente susceptibles de reconversión 57 > Edificios industriales del siglo XX (fábricas de dientes de sierra, modernistas, racionalistas, etc.) 58 > Edificios industriales del siglo XIX (vapores, harineras, mataderos y azucareras) 59

> Muelle de descarga 183

2.1.3.d Espacios comunes 184 > Sala de descanso 184

> Office 184

> Sala de descanso exterior 185

> Sala de juegos 185

> Sala de espera 185

> Vestíbulo 185

> Servicios higiénicos 186 > Vestuarios 186

> Aparcamiento 187

2.1.3.e Espacios de apoyo 188

2.1.3.f Espacios complementarios 188

> Cafetería restaurante 189

2.1.3.g Apreciaciones para los centros y hoteles de empresas 191

2.1.3.h Organigrama de espacios 191

2.1.3.i Definición del programa 198

2.1.4 Desarrollo del programa: exigencias y adaptabilidad 198

2.1.4.a Exigencias normativas 199

2.1.4.b Necesidades derivadas del programa 203 > Necesidades cotidianas 203 > Necesidades periódicas 206 > Necesidades especializadas 207 > Necesidades derivadas del paso del tiempo 208

CAPÍTULO 2.2IMPLANTACIÓN EN EL LUGAR 210

2.2.1 La orientación y las obstrucciones 210

2.2.1.a La orientación 211

2.2.1.b Las obstrucciones 214

2.2.2 Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero de servicios 217

2.2.2.a Patrones de mejora 219

2.2.2.b Asimetrías 224

2.2.3 Adaptación al solar: sistemas organizativos del vivero industrial 226

2.2.3.a Diálogo entre el uso industrial y la zona administrativa 227

CAPÍTULO 2.3DISEÑO DEL ESPACIO DE TRABAJO 234

2.3.1 El confort de los módulos de trabajo del vivero de servicios 235

2.3.1.a La iluminación natural 236 > El diseño específico de las aberturas 237 > La elección de los materiales de acabado de las superficies y del entorno inmediato 239 > La introducción de aberturas complementarias 240

2.3.1.b La iluminación artificial 243 > Análisis de la demanda y de las necesidades del espacio de trabajo 244 > Distribución del sistema de iluminación 245 > Elección de la fuente de luz 248 > Elección de los modelos de luminarias 250

2.3.1.c El confort acústico 251 > Conceptos básicos del sonido 252 > Detección y prevención de las fuentes de ruido 253 > Comportamiento acústico de los elementos constructivos 256

PARTE II - RECOMENDACIONES PARA EL DISEÑO ARQUITECTÓNICO 107

CAPÍTULO 2.1PROGRAMA DE USOS 108

2.1.1 El vivero de servicios: las unidades del sistema 109

2.1.1.a Ámbito individual de trabajo 113

2.1.1.b Módulos de trabajo 114 > Módulo de oficina independiente 114 > Módulo de coworking 116 > Módulo almacén 119

2.1.1.c Espacios compartidos 120 > Ámbitos de reunión informal 122 > Sala de reuniones/aula 123 > Aula grande 125 > Sala de conferencias 126

2.1.1.d Espacios comunes 127 > Espacios de circulación 129

> Sala de descanso 130

> Office 132

> Sala de descanso exterior 133

> Sala de juegos 134

> Sala de espera 135

> Vestíbulo 136 > Zona de reprografía 137

> Servicios higiénicos 137

> Aparcamiento 138

2.1.1.e Espacios de apoyo 139

> Despacho de dirección 140 > Despacho de atención de los especialistas 140

> Sala de reuniones 141 > Archivo 141 > Administración 142 > Recepción 143 > Conserjería 144

2.1.1.f Apreciaciones para los centros y hoteles de empresas 145 > Centros de empresa 145

> Hoteles de empresa 145

2.1.1.g Organigrama de espacios 146

2.1.1.h Definición del programa 154

2.1.2 Desarrollo del programa: versatilidad, adaptabilidad y flexibilidad 155

2.1.2.a Necesidades cotidianas 155

2.1.2.b Necesidades periódicas 160 > Las salas de reuniones/aulas 161

2.1.2.c Necesidades especializadas 162

2.1.2.d Necesidades derivadas del paso del tiempo 163

2.1.3 El vivero industrial: las unidades del sistema 167

2.1.3.a Módulo estructural de referencia 170

2.1.3.b Módulos de actividad industrial 170 > Módulo industrial pequeño 172 > Módulo industrial mediano 174 > Módulo industrial grande 176 > Módulo industrial excepcional 178

2.1.3.c Espacios compartidos 180 > Sala de reuniones/aula 181 > Aula grande 181 > Sala de conferencias 181 > Sala de exposiciones 182

2.5.3 Protocolo de actuación durante las fases de realización del proyecto 329

2.5.3.a Materiales 329

2.5.3.b Energía 329 > Concurso/anteproyecto 330 > Proyecto básico 330 > Proyecto ejecutivo 331

2.5.3.c Agua 331

CAPÍTULO 2.6PROYECTOS PROTOTIPO 332

Proyecto prototipo de un vivero de servicios 334

Proyecto prototipo de un vivero industrial 338

Proyecto prototipo de un vivero mixto 342

ANEXOSAGRADECIMIENTOS 354

ANEXO 1: GLOSARIO 355

ANEXO 2: DESCRIPCIÓN SINTÉTICA DE LAS FUENTES DE LUZ MÁS HABITUALES 357

ANEXO 3: BIBLIOGRAFÍA 360

2.3.1.d El confort higrotérmico 261 > Elección del sistema de climatización 262 > La distribución del aire climatizado 264

2.3.1.e El equipamiento y los colores 267

2.3.2 El diseño de los módulos de trabajo del vivero industrial 270

2.3.2.a La envolvente (fachadas y cubierta) 270

2.3.2.b La iluminación natural 272 > Mejora de la incidencia de la luz natural para los tres patrones de agregación 276

2.3.2.c La iluminación artificial 278

2.3.2.d La ventilación 282

2.3.2.e El uso de elementos prefabricados 284

CAPÍTULO 2.4ACONDICIONAMIENTO DE LOS ESPACIOS 286

2.4.1 Sistemas de instalaciones del vivero de servicios 287

2.4.1.a Tratamiento del aire: climatización 288

2.4.1.b Electricidad 292

2.4.1.c Telefonía y telecomunicaciones 294

2.4.1.d Sistema de control de accesos y dispositivos de seguridad 296

2.4.1.e Sistema de gestión integral de las instalaciones 297

2.4.2 Sistemas de instalaciones del vivero industrial 297

2.4.2.a Climatización y ventilación 299

2.4.1.b Electricidad 300

2.4.2.c Agua y saneamiento 301

2.4.2.d Instalaciones de protección contra incendios 302

2.4.2.e Telefonía y telecomunicaciones 304

2.4.2.f Dispositivos de seguridad 305

2.4.2.g Gas (opcional) 306

CAPÍTULO 2.5FACTORES DE SOSTENIBILIDAD 2 308

2.5.1 ¿Cómo se define la calidad ambiental de un vivero? 309

2.5.1.a Los vectores clave 309

2.5.1.b Los indicadores clave 309

2.5.1.c Las estrategias clave 313

2.5.2 Actuaciones concretas para los tres vectores clave 314

2.5.2.a Materiales de construcción 314 > Consumo de materiales. Impactos y factores 314 > Actuaciones desde la demanda 317 > Actuaciones sobre la oferta 318

2.5.2.b Energía 320 > Consumo de energía. Fuentes y factores 320 > Actuaciones desde la demanda 320 > Actuaciones sobre la oferta 323

2.5.2.c Agua 325 > Consumo de agua. Fuentes y factores 325

> Actuaciones desde la demanda 325 > Actuaciones sobre la eficiencia 327 > Actuaciones sobre la oferta 327

355354

ANEXO 1: GLOSARIO

Ámbito de reunión: espacio destinado a las reuniones que no

forma un módulo delimitado o independiente, sino que se in-

tegra en un espacio más amplio dentro de un módulo de tra-

bajo, un espacio de apoyo o un espacio común.

Ámbito individual de trabajo: unidad básica de agregación,

vinculada a la actividad de un solo individuo y dotada de una

mesa equipada. No constituye necesariamente un recinto,

pero equivale a una superficie de entre 7 y 9 m2, incluyendo

una parte de uso estrictamente individual y una parte en co-

mún con otras unidades. De la agrupación de estos ámbitos

resultan las diferentes modalidades de módulos de trabajo.

Carta solar estereográfica: el recorrido del Sol puede esti-

marse a través de gráficos, ya que la mecánica de su trayec-

toria se puede describir mediante ecuaciones de trigonome-

tría espacial. La carta estereográfica es una representación en

planta del recorrido del Sol en un sitio determinado a lo largo

de los 12 meses del año, entre el solsticio de invierno y el sols-

ticio de verano. La situación exacta del Sol para un día y una

hora concretos se determina según la altitud (o ángulo de ele-

vación del Sol en un intervalo de 0 a 90°) y según su acimut.

El ángulo de acimut indica la dirección del Sol en el plano ho-

rizontal. El norte está definido por un acimut de 0°, mientras

que el sur tiene un acimut de 180°.

El diagrama representa la bóveda celeste completa: el círcu-

lo exterior representa el horizonte y el punto central, el cénit

(punto del cielo situado exactamente en la proyección verti-

cal); la elevación del Sol se representa en círculos concéntri-

cos y el acimut mediante el ángulo continuo de los radios, de

0 a 360°. Dentro de esta bóveda celeste se dibuja el recorri-

do solar del día 21 de cada mes, que corresponde a las cur-

vas que van de este a oeste. Las dos curvas de los extremos

corresponden al 21 de junio y al 21 de diciembre, el solsticio

de verano y el solsticio de invierno, respectivamente. Las cur-

vas verticales que las cruzan corresponden a las horas sola-

res, desde la salida del Sol hasta el ocaso.

Por consiguiente, mediante este gráfico podemos saber la

trayectoria del Sol en un día determinado y las horas de dura-

ción del día, lo que a su vez nos permitirá dibujar el mapa de

sombras de una obstrucción.

Coworking: modalidad de trabajo en la que varias microem-

presas y/o profesionales independientes comparten un mó-

dulo. Los distintos ámbitos de trabajo pueden compartir algu-

nos recursos, pero no hay interacción necesariamente entre

los usuarios.

Escaparate: dispositivo normalmente relacionado con un

módulo de trabajo cuya finalidad es comunicar los produc-

tos o servicios que ofrece la empresa alojada en el vivero. El

nombre de este dispositivo deriva de la similitud con los esca-

parates comerciales y permite entender análogamente como

calles los espacios comunes de acceso del vivero.

Espacio compartido: cada una de las unidades concebidas

como extensión temporal del programa de las empresas alo-

jadas en el vivero como, por ejemplo, las salas de reuniones

y las aulas de formación. El uso discontinuo de estos espa-

cios permite satisfacer las necesidades de varias empresas

con un simple procedimiento de reserva previa o estableci-

miento de horarios.

Espacio común: espacio de libre disposición que, entre otros

elementos, permite satisfacer las necesidades básicas de ac-

cesibilidad y relación. Los espacios comunes abiertos consti-

tuyen el aglomerante arquitectónico del vivero, tanto porque

actúan como enlace de las diferentes unidades que lo con-

forman como por su capacidad de activar las relaciones en-

tre usuarios.

Espacio de apoyo: cada una de las unidades especializadas

que da servicio a los usuarios del vivero. Dada la naturale-

za que los define, en los viveros no se concibe la duplicidad

(un solo servicio jurídico, un solo servicio de asesoramiento

al crecimiento, etc.). Si bien todo el mundo puede acceder a

ellos, el uso simultáneo de estos espacios puede restringir a

un solo individuo o a una sola empresa. El espacio de apoyo

está asociado al personal del centro y regulado por el horario

laboral. En esta categoría se ha incluido el espacio de direc-

ción y gestión del centro.

Flujo luminoso: cantidad de luz que emite una fuente de luz,

independientemente de su direccionalidad. La unidad de me-

dida es la candela (cd).

ANEXOS

AGRADECIMIENTOS

Esta guía no habría sido posible sin la colaboración inestimable de un gran número de per-sonas cuya participación ha mejorado significativamente los contenidos y reflexiones que se han desarrollado en la misma.

No podemos dejar de expresarles nuestro sincero agradecimiento:

Ovidi Aguilar, Joaquim Arolas, Manel Balcells, Mireia Baurier, Isabel Baños, Ferran Besa, Glòria Bosch, Marta Bosch, Ana Bouza, Guillermo Carone, Sara Cillero, Carles Crespo, Rosa Maria Figueras, Patricia Gaspà, Juan Gil, Antonia González, Xavier Guerra, Montserrat Hosta, Eloi Juvillà, Monica Lee, Fabián López, Jorge Luis Lorenzo, Carlos Marcos, David Martin, Arantxa Mogilnicki, Toni Mora, Clara Nuñez, Francisco Isaac Pérez, Sonia Pérez, Isabel Ponti, Iolanda Repullo, Sandra Ribas, Ana del Rincón, Albert Sagrera, Joaquim Sallarès, Francesc Torné, Javier Tortosa, Maria Vilà, Marià Vilaró, Gerardo Wadel, Clive Wilkinson Architects, Ajuntament de Barcelona (22@), WikiArquitectura, Instituto Cartográfico de Cataluña.

Las ortofotos de las figuras 2.1.1.f y 1.4.1.d son propiedad del Instituto Cartográfico de Catalu-ña, disponibles en www.icc.cat.

Además, queremos mencionar especialmente a las siguientes personas, por su intensa participación y colaboración durante la elaboración de la guía y su buena disposición a trasla-darnos sus expertos conocimientos:

Rosa Batet, responsable de los Servicios de Incubación de la Dirección Operativa de Empren-deduría de Barcelona Activa (Área de Economía, Empresa y Ocupación del Ayuntamiento de Barcelona).

Beatriz Deguilage, directora del Centro de Empresas Baix Llobregat, de PROCORNELLÀ (Ayuntamiento de Cornellà de Llobregat).

Luz Fernández, jefa de servicios empresariales del TecnoCampus Mataró-Maresme.

357356

Temperatura de color: factor que determina la tonalidad

de la luz. La luz del sol es blanca y contiene toda la gama de

colores (visibles y no visibles): desde los infrarrojos hasta a

los ultravioletas. El color de la luz dependerá de las frecuen-

cias (energía) y de las longitudes de onda (amplitud) que la

compongan. El color aparente de una luz se mide en gra-

dos Kelvin (°K). Paradójicamente, las temperaturas de co-

lor más bajas corresponden a las luces rojizas (con predo-

minio de frecuencias bajas y amplias longitudes de onda)

y las más altas a las luces de tonos blancos azulados (fre-

cuencias altas y longitudes de onda estrechas). La luz blan-

ca –y perfecta– del sol cuando se encuentra en el cénit es

de 5.800 °K.

Uso continuo: condición de los espacios asignados a usua-

rios con acceso durante las 24 horas del día o a personal del

centro en horario laboral. Por su naturaleza, un espacio de

uso continuo puede acoger únicamente una actividad.

ANEXO 2: DESCRIPCIÓN SINTÉTICA DE LAS FUENTES DE LUZ MÁS HABITUALES

Lámparas incandescentes: producen luz por calentamiento de una resistencia metálica a través de una corriente eléctrica en

un espacio delimitado en el interior de una ampolla rellena de gas.

En este anexo definiremos esquemáticamente, sólo a modo de presentación, puesto que en el mercado existen numerosas

guías de iluminación con descripciones mucho más detalladas, las fuentes de luz artificial más utilizadas para iluminar los in-

teriores y los aspectos más destacados que deben valorarse en el caso concreto de los viveros:

Descripción

Se incorpora al gas del inte-rior de la ampolla un com-puesto halogenado que au-menta la temperatura del filamento.

De 15 a 25 lm/W 29.000 ºK (blanco)

100 De 2.000 a 5.000 h

> Buena calidad y bajo coste unitario, con un rendimiento superior al de las lámpadas incandescentes estándar.

> Hay que descartarlas para ilumina-ciones generales, pero pueden ser un buen complemento como refuerzos puntuales, sobre todo cuando se nece-sita un buen IRC.

> Gran variedad de tamaños y formas.

Incandescentes halógenas

ObservacionesRendimiento Temp. de color

Vida útilIRC

Uso discontinuo: condición de algunos espacios no asigna-

dos a usuarios con una utilización limitada a unas horas o

unos días de la semana. Por su naturaleza, un espacio de uso

discontinuo permite el solapamiento de actividades compati-

bles o usuarios distintos como, por ejemplo, servicios de me-

dia jornada, aulas de formación o salas de reuniones.

Vivero disociado: centro de alojamiento de empresas for-

mado por un núcleo de servicios de apoyo y administración

desvinculado físicamente de los espacios de trabajo, espacios

que ocupan edificios o locales dispersos en el territorio dentro

de un radio de acción determinado.

Zona: dentro del concepto de calificación del suelo, las zonas

son ámbitos de suelo destinados al aprovechamiento privado.

El planeamiento urbanístico del municipio define los usos que

se pueden desarrollar en cada zona, así como los parámetros

urbanísticos que deben respetar.

Iluminancia: cantidad de luz o flujo luminoso que incide so-

bre una superficie determinada, por unidad de área. La unidad

de medida es el lux, que equivale a 1 lumen por m2 (1 lux = 1

lumen/m2). La luz sólo es visible cuando impacta con alguna

superficie, por lo que no interesa tanto la luz en sí misma o las

características que la definen como el efecto que produce en

las superficies que ilumina.

Índice de reproducción cromática (IRC): capacidad de una

fuente de luz de reproducir los colores con fidelidad. El moti-

vo por el que vemos un objeto de un color característico (ver-

de, por ejemplo) es que ese objeto absorbe todas las frecuen-

cias que componen la luz excepto las de un color determinado

(las verdes), que son reflejadas. Esto significa que para poder

ver un objeto de un color determinado, la luz con la que lo ilu-

minamos ha de contener radiaciones del espectro de ese co-

lor. Así, el IRC es un índice con una escala de 0 a 100 en la que

RA = 100 es el máximo nivel, que corresponde a la luz blan-

ca natural con espectro continuo. El IRC se compone a partir

de las coordenadas tricromas XYZ del triángulo CIE y corres-

ponde a la relación de cada uno de los tres componentes tri-

cromos (azul, rojo y verde) sumados. El color óptimo (blanco)

es el que tiene la misma proporción de las tres coordenadas.

Insumos: conjunto de recursos y/o aportaciones necesarios

para la producción de bienes o servicios.

Luminancia: cantidad de luz que llega a nuestros ojos, ya sea

proveniente directamente de una fuente de luz o de una su-

perficie que ha reflejado un flujo luminoso. La unidad de medi-

da es la candela por metro m2 (cd/m2). La visión humana ne-

cesita un nivel mínimo de luminancia para poder distinguir los

objetos; a partir de aquí entran en juego otras características,

como la distinción del color y los contrastes, si bien, en prime-

ra instancia, el nivel de iluminancia es el factor determinante.

Masa crítica: demanda suficiente para la existencia de un de-

terminado espacio compartido o común. De acuerdo con esta

demanda, se planteará el número de salas de reuniones o de

espacios de relación del centro y la viabilidad de los servicios

que quiere ofrecer.

Mesa equipada: superficie de trabajo habitual, asignada a un in-

dividuo y dotada de una cajonera individual y con conexiones de

datos y voz, que se plantea como equipamiento de la unidad bá-

sica de agregación del vivero (el ámbito de trabajo individual).

Módulo de trabajo: unidad de agregación formada por ám-

bitos de trabajo individual que configura un recinto segrega-

ble. Según la vinculación entre estos ámbitos individuales, el

módulo se puede identificar con una empresa o bien dar cabi-

da a varias microempresas y/o profesionales independientes

(módulo de coworking). Varios módulos agrupados también

pueden constituir una sola empresa. La unidad más simple

que se concibe es para dos personas.

Necesidades cotidianas: son las que quedan satisfechas por

los módulos de trabajo y que constituyen el funcionamiento

ordinario de las empresas como, por ejemplo, el trabajo in-

dividual, las reuniones, el espacio de almacenamiento, etc.

Necesidades especializadas: son las que las empresas sa-

tisfacen gracias a la consulta con especialistas, habitualmente

personal del propio vivero. En este caso, la masa crítica nece-

saria determina si dichos servicios a las empresas se pueden

ofrecer y en qué condiciones horarias.

Necesidades periódicas: son las que las empresas satis-

facen en espacios externos al módulo, espacios que actúan

como prolongaciones temporales del propio módulo y pue-

den ser compartidos entre varios módulos de trabajo o co-

munes a la totalidad de usuarios del centro, según la natura-

leza e intensidad de uso que los defina.

Sala de reuniones: módulo independiente, de uso compar-

tido, destinado a las reuniones de las empresas. Cada vive-

ro establece una fórmula determinada de reserva horaria de

la sala. Por su naturaleza, puede tratarse de un espacio equi-

valente a un módulo de trabajo o un aula pequeña, por lo que

pueden ser intercambiables. Habitualmente, se trata de mó-

dulos dispersos dentro del vivero.

Servidumbre: gravamen o condición que recae sobre un bien

inmueble en beneficio de otro, de una persona o de una co-

munidad, durante un plazo determinado o de forma perma-

nente. Las servidumbres pueden ser de uso, de paso, de paso

de servicios o instalaciones, de abertura de ventanas o sali-

das de ventilación, etc.

Sistemas de equipamientos: según el reglamento de la Ley

de urbanismo de Cataluña, «integran los sistemas urbanísti-

cos locales los terrenos que el planeamiento urbanístico re-

serva para las comunicaciones, para los equipamientos co-

munitarios y para los espacios libres públicos, si su nivel de

servicio es un ámbito de actuación de suelo urbano o de sue-

lo urbanizable o el conjunto de suelo urbano de un municipio,

de acuerdo con lo establecido, en este último caso, por el plan

de ordenación urbanística municipal o el programa de actua-

ción urbanística municipal.» Igualmente, según la misma ley,

«el sistema urbanístico de equipamientos comunitarios com-

prende los centros públicos, los equipamientos de carácter

religioso, cultural, docente, deportivo, sanitario, asistencial, de

servicios técnicos y de transporte y los demás equipamientos

de interés público o de interés social».

359358

> Estructuralmente son análogas a las an-teriores, pero incorpo-ran aditivos en forma de halogenuros metá-licos al gas del tubo de descarga.

De 65 a 120 lm/W

De 4.800 a 6.500 ºK (blanco frio)

De 65 a 95

9.000 h > Gran variedad de modelos, formas y tama-ños con capacidad para adaptarse a todo tipo de luminarias.

> Necesitan arrancador y balasto en caso de que se quieran regular.

> No son inmediatas sino que necesitan ca-lentarse para alcanzar la máxima ilumina-ción. Cuando se apagan hay que esperar 10 minutos para volver a encenderlas.

> Por su calidad y buen rendimiento pueden ser una buena alternativa para la iluminación gene-ral, sobre todo cuando se requiera un buen IRC.

Lámparas de vapor de mercurio con haloge-nuros metálicos

> Producción de luz a través de agrupaciones de LED (light-emitting diode). Los diodos pro-ducen luz cuando una corriente eléctrica pasa a través de los conduc-tores que los compo-nen.

> Luz libre de radiación ultravioleta e infrarroja (sólo produce radiación en el espectro visible).

> La tonalidad de la luz dependerá de los mate-riales conductores que compongan el diodo.

> La composición de estas lámparas está exenta de materiales contaminantes.

90 lm/W Variable y regulable 95 60.000 h > Máxima eficacia.

> Gran variedad de modelos, formas y tama-ños para todo tipo de luminarias.

> Admiten regulación tecnológicamente muy avanzada, no sólo en cuanto a intensidad de la luz sino también de tonalidad.

> El inconveniente principal de estas lámpa-das es que su coste unitario es elevado y su-ponen inversiones iniciales importantes.

> Hay que vigilar especialmente las reactan-cias de las luminarias, que pueden reducir en gran medida la vida útil del sistema.

> La vida útil real de las lámparas LED es su-perior a 60.000 h, pero a partir de ese mo-mento la intensidad de la luz se reduce.

> Son una buena opción como iluminación general, ya que darán lugar a un sistema de iluminación de gran eficiencia energética.

Lámparas LED

Lámparas LED: históricamente, la tecnología LED se utilizaba exclusivamente para la iluminación de pantallas electrónicas, pero últimamente se está imple-

mentando en el campo de la iluminación de interiores y exteriores a raíz de la evolución de los diodos, con modelos de gran brillantez y eficacia.

Lámparas de descarga: producen luz como consecuencia de una descarga en una columna gaseosa, generalmente con ga-

ses de mercurio y sodio. Se diferencian entre sí principalmente por el tipo, la forma y la presión del gas, y porque pueden dis-

poner o no de recubrimientos fluorescentes.

Descripción

> Lámparas tubulares con electrodos a ambos lados, rellenas de vapor de mer-curio a baja presión.

> En el interior del tubo se produce luz ultravioleta que se transforma en luz visi-ble gracias al recubrimien-to fluorescente.

> También existen en ver-sión compacta, adaptada a los casquillos convencio-nales.

> La emisión producida por la descarga provoca más luz visible y menos luz ul-travioleta, por lo que exis-te menos participación de la fluorescencia.

> No requieren arranca-dor (balastos) para iniciar la descarga.

De 50 a 95 lm/W

De 35 a 60 lm/W

De 2.600 a 6.500 ºK (variable).

> Hay que ir con cuidado porque es poco estable y puede variar mu-cho entre marcas y modelos.

> Normalmente, la mejora del IRC va en detrimen-to de la eficacia luminosa (peor rendimiento).

4.000 ºK (blanco)

De 50 a 95

45

10.000 h

16.000 h

> Buen rendimiento y coste unitario medio.

> Admiten regulación (dimmers), pero con limitaciones y siempre que se utilicen ba-lastos electrónicos.

> Ampliamente utilizadas como ilumina-ción general por su alto rendimiento y ho-rizontalidad.

> Ofrecen muchas variantes de tamaños y formas, pero no pueden ser especialmen-te pequeñas. Por el contrario, pueden al-canzar grandes dimensiones (existen tu-bos fluorescentes de hasta 2,4 m de largo).

> Hay que fijarse especialmente en el IRC, ya que según la marca y el modelo puede variar considerablemente. Los últimos mo-delos del mercado ofrecen un excelente IRC con buenas eficacias luminosas.

> Son lámparas muy potentes y con una larga vida útil que se emplean para ilumi-nar grandes espacios. Hay que descartarlas para el vivero de servicios por su bajo ren-dimiento y mala calidad de la luz (IRC bajo).

> Admiten regulación, pero con grandes li-mitaciones.

Lámpadas de mer-curio a baja pre-sión (tubos fluores-centes)

Lámparas de vapor de mercurio a alta presión

ObservacionesRendimiento Temp. de color Vida útilIRC

Descripción ObservacionesRendimiento Temp. de color Vida útilIRC

Descripción ObservacionesRendimiento Temp. de color Vida útilIRC

361360

Climatización

Fumadó, Juan Luis. Climatización de edificios. Barcelona: Edicio-

nes del Serbal, 1996.

Acústica

Arau, Higini. ABC de la acústica arquitectónica. Barcelona:

Ceac, 1999.

Daumal, Francesc de Paula. Arquitectura acústica 2. Disseny.

Barcelona: UPC, 2000.

Mommertz, Eckard. Acoustic and sound insulation: principles,

planning, examples. Basilea: Birkhaüser, 2009.

Recuero, Manuel. Acústica arquitectónica aplicada. Madrid:

Paraninfo, 1999.

Imatge corporativa

Ábalos, Carlos. La marca: identidad y estrategia. Buenos Ai-

res: La Crujía, 2010.

ARTÍCULOS DE REVISTA

Agnes Ng, Tinchuck; Peiser, Richard. «Incubator Workspa-

ces». Urban Land, n. 65 (3), 2006.

Carney, Kristen. «Creating Jobs Over Coffee; A new busi-

ness incubator model could help build jobs in your city»:

Planning, 2009.

Elemental. «Anacleto Angelini Innovation Centre; Santiago de

Chile». Architectural Review, n. 1.375, 2011.

Foreign Office Architects [coord.]. «Centro Tecnológico de La

Rioja, Logroño». On Diseño, nº 297, 2008.

Foreign Office Architects [coord.]. «Complejo Tecnológico

de La Rioja, Logroño». Arquitectura viva, nº 129-130, 2008.

Gerfen, Katie. «World Intellectual Property Headquarters, Ad-

ministration Building. Ginebra. Behnisch Architekten». Archi-

tect, 2012.

Gillotti, Teresa; Ziegelbauer, Ryan. «Seven Components

of a Successful Business Incubator». Let’s talk Business,

nº 119, 2006.

Graça, Manuel; Vieira, Egas Jose. «Business Incubator in Vila

Verde, Portugal». Domus, nº 922, 2009.

Leinonen, E. «Porratettu Kiila». Arkkitehti, nº 98 (2), 2001.

Renski, Henry. «New Firm Entry, Survival and Growth in the

United States. A Comparison of Urban, Suburban and Ru-

ral Areas». Journal of the American Planning Association,

Vol. 75, nº 1, 2008.

Sonneman, Donald; Yerke, David J. «Industrial incubators: key

characteristics that impact value». The Appraisal Journal,

vol. 76, nº 1, 2008, p. 54-59.

Steffens, Richard. «What the Incubators Have Hatched».

Planning, nº 58 (5), 1992.

Stone, Mary. «Mancuso, inventor of business incubator, dies».

Rochester Business Journal. Retrieved 2008-04-24.

PONENCIAS

Costa-David, Jorge. «Best Practises in Science Based Incu-

bators.» En: Business Incubators features, policies and trends

in EU Member States. La Haya: Enterprise Directorate Gene-

ral, diciembre 2002.

Márquez, Alejandro; Pérez, Pilar. «Anàlisis del Sistema de In-

cubación de Empresas de Base Tecnológica de Méjico.» En:

Congreso Iberoamericano de Ciencia Tecnología, Sociedad e

Innovación STS+I. México: Mesa 11, junio 2006.

Mutin-Quinson, Isabelle. «Pépinières d’entrprises: origines et

modes opératoires.» En: Management du secteur public: co-

llectivités et partenaires. Lyon: septiembre 2004.

LEGISLACIÓN

Asociación Española de Normalización y Certificación (AE-

NOR): “Norma UNE-EN 1264-1. Iluminación. Iluminación de

los lugares de trabajo. Parte 1: Lugares de trabajo en interio-

res”. [S.l.]: AENOR, 2003.

Generalitat de Catalunya. Decreto legislativo 1/2010, de 3

de agosto, texto refundido de la Ley de urbanismo. Diari Ofi-

cial de la Generalitat de Catalunya (5 agosto 2010), nº 5686,

p. 61305-61418.

ANEXO 3: BIBLIOGRAFÍA

MONOGRAFÍASMarco conceptual

Aleph D' (coord.). Manual de centres d’empreses. Barcelo-

na: Diputació de Barcelona, 1996. (Eines per al Desenvolupa-

ment Local; 5).

Camprubí, Pere [et al.]. Els equipaments municipals de jo-

ventut. Programació, usos i potencialitats del treball en xar-

xa: Eines de treball juvenil. Barcelona: Diputació de Barcelo-

na, 2003.

Cascante, Gregori; Díaz, Guillem. Els vivers d’empreses de

la província de Barcelona. Barcelona: Diputació de Barcelona,

1994. (Eines per al desenvolupament local; 3).

Chapon, Yves. Les cases consistorials. Organització funcional

i recomanacions tècniques bàsiques. Manual de programació.

Barcelona: Diputació de Barcelona, 1996.

Chapon, Yves; Mauduit, Philippe; Olivret, François. La progra-

mació d’edificis i espais públics. Aplicació als municipis. Barce-

lona: Diputació de Barcelona, 1995.

Comasòlivas, Joan. Recomanacions per a la construcció i

l’equipament d’un arxiu municipal. Barcelona: Diputació de

Barcelona, 2008.

Crane, Robin; Dixon, Malcolm. Oficinas. Barcelona: Gustavo

Gili, 1996. (Colección Dimensiones en Arquitectura).

Cunliffe, Roger; Raymond, Santa. Tomorrow’s Office: Creating

Effective and Humane Interiors. Hong Kong: Dah Hua Press

Co. Ltd, 1997.

Diputació de Barcelona. Àrea d’Educació (coord.). Recomana-

cions per a la construcció d’escoles bressol municipals. Barce-

lona: Diputació de Barcelona. Institut d’Edicions, 2006. (Guies

Metodològiques; 9).

Jan Van Ree, Herbert; Martens, Yuri; Van Meei, Juriaan.

Cómo planificar los espacios de oficinas. Guía práctica para di-

rectivos y diseñadores. Barcelona: Gustavo Gili, 2012.

Mas, Emili; Berenguer, Lluís (dir.). Libro de estilo de los sec-

tores de actividad económica. Barcelona: Institut Català del

Sòl, 2007.

Neufert, Ernst. Arte de proyectar en arquitectura. 16ª ed. Barce-

lona: Gustavo Gili, 2013.

Romero, Santi. L'Arquitectura de la biblioteca. Recomanacions

per a un projecte integral. 2ª ed. Barcelona: Col·legi d'Arquitectes

de Catalunya, con la colaboración de la Diputación de Barcelona

y de la Generalitat de Catalunya, 2004. (Colección Papers Sert; 5).

The Organisation for Economic Co-operation and Development.

Business Incubation. International Case Studies. París: OCDE, 1999.

Iluminación natural

Augustesen, Christina [et al.]. Detail Practice: Lighting Design: Prin-

ciples, Implementation, Case Studies. Basilea: Birkhäuser: Publis-

hers for Architecture, 2006.

Baker, Nick; Steemers, Koen. Daylight Design of Buildings: A Han-

dbook for Architects and Engineers. Londres: James & James

(Science Publishers), 2002.

Comité Español de Iluminación; Instituto para la Diversificación y

Ahorro de la Energía; Consejo Superior de los Colegios de Arqui-

tectos de España. Guía técnica para el aprovechamiento de la luz

natural en la iluminación de edificios. Madrid: IDAE, 2005.

Robbins, Claude L. Daylighting Design & Analysis. Nueva York: Van

Nostrand Renhold Company, 1986.

Iluminación artificial

Briz, Joan; Fumadó, Joan Lluís. Les Instal·lacions en el projecte exe-

cutiu. Instal·lacions d'electricitat. Barcelona: ACTAR, 2004.

Comité Español de Iluminación; Instituto para la Diversificación y

Ahorro de la Energía; Consejo Superior de los Colegios de Arqui-

tectos de España. Guía técnica para el aprovechamiento de la luz

natural en la iluminación de edificios. Madrid: IDAE, 2005.

Jiménez, Carlos. Oficinas. Barcelona: Ceac, 1997.

Sanz, J.A. «Instrucción bàsica para el trabajador usuario de pan-

tallas de visualización de datos» 2ª ed. [S.l.]: Instituto Nacional

de Seguridad e Higiene en el Trabajo, 2007. También disponi-

ble en línea en: <http://www.insht.es/InshtWeb/Contenidos/

Documentacion/TextosOnline/Guias_Ev_Riesgos/Instruccion_

Pantallas/Instruccion_basica.pdf > [Consulta: 6 febrero 2014].

363362

de pequeñas, medianas y microempresas emergentes [en lí-

nea] [S.l.:s.n.], 1997. <http://www.sistemamid.com/preview.

php?a=83742> [consulta: 6 febrero 2014].

Páginas web de viveros y centros de empresas

Agencia de Desarrollo Económico. Madrid Emprende. Portal de

la red de viveros de empresas [en línea]. Madrid: Agencia de

Desarrollo Económico, [s.a.]. <http://www.madridempren-

de.net/Qu%C3%A9es/tabid/300/language/es-ES/Default.

aspx> [consulta: 6 febrero 2014].

Ayuntamiento de Barcelona. Barcelona Activa [en línea]. Bar-

celona: cop. 1997-2011. <http://www.barcelonactiva> [con-

sulta: 6 febrero 2014].

Cámara Oficial de Comercio e Industria de Ávila. Cámara de Co-

mercio de Ávila [en línea]. Ávila: [s.a.]. <http://www.camara-

deavila.com/> [consulta: 6 febrero 2014].

Centro Europeo de Empresas e Innovación de Murcia. Red de Vi-

veros de la Región de Murcia [en línea]. Espinardo: CEEIM,

[s.a.] <http://www.viverodeempresas.es/> [consulta: 6 fe-

brero 2014].

Ciudad Industrial del Valle del Nalón. Valnalón [en línea]. As-

turias: [s.a]. <http://www.valnalon.com/> [consulta: 6 febre-

ro 2014].

Fundació Tecnocampus Mataró-Maresme. TecnoCampus: cons-

truïm futur [en línea]. Mataró: Fundació Tecnocampus, Fun-

dació Privada, cop. 2013. <http://www.tecnocampus.cat/>

[consulta: 6 febrero 2014].

Generalitat de Catalunya. ACCIÓ, Agència per a la competiti-

vitat de l’empresa: Missió, visió i valors corporatius [en línea].

Barcelona: 2003-ACCIÓ, [s.a.]. <http://www.acc10.cat/AC-

C1O/cat/empresa-ACC1O/agencia/missio-visio-valors-cor-

poratius.jsp> [consulta: 6 febrero 2014].

Procornellà. Centre d’empreses Baix Llobregat Procorne-

llà [en línea]. Cornellà de Llobregat: Centre d’Empreses PRO-

CORNELLÀ, cop. 2012-1013. <http://www.centredempre-

sesprocornella.cat/?lang=es> [consulta: 6 febrero 2014].

Xarxa de Parcs Científics i Tecnològics de Catalunya. XPCAT. La

Xarxa de Parcs Científics i Tecnològics de Catalunya [en línea].

Barcelona: Xpcat, [s.a.]. <http://www.xpcat.net/> [consulta: 6

febrero 2014].

Iluminación natural

SunEarthTools.com: Outils pour les consommateurs et les

concepteurs de l’énergie solaire [en línea]. [S.l.:s.n.], cop.2009-

2013. <http://www.sunearthtools.com> [consulta: 6 febre-

ro 2014].

Iluminación artificial

Philips. Código Técnico de la Edificación y otras normas rela-

cionadas con el alumbrado [en línea]. Amsterdam: Koninkli-

jke Philips Electronics N. V., 2006. <http://www.lighting.phi-

lips.es/pwc_li/es_es/connect/tools_literature/assets/pdfs/

Codigo_Tecnico_de_la_Edificacion.pdf> [consulta: 5 febre-

ro 2014].

Philips. Convierta la oficina en un lugar agadable. Soluciones

LED, para crear lugares de trabajo estimulantes y ecológicos

[en línea]. Amsterdam: Koninklijke Philips Electronics N. V.,

2010. <http://www.lighting.philips.es/pwc_li/es_es/con-

nect/tools_literature/assets/pdfs/leds%20en%20oficinas.

pdf> [consulta: 6 febrero 2014].

Iluminación industrial

Gas Natural Fenosa. Iluminación Industrial. Canal de eficien-

cia energética. Empresas [en línea]. Barcelona: Gas Natural

SDG, cop. 2013.<http://www.empresaeficiente.com/es/ca-

talogo-de-tecnologias/iluminacion-industrial#ancla> [con-

sulta: 6 febrero 2014].

Grupo Schréder. Schréder Socelec [en línea]. Marchamalo:

Schréder-Socelec, cop. 2013. <http://www.schreder.com/

ess-es/Pages/default.aspx> [consulta: 6 febrero 2014].

Philips. Industrias. Sienta lo que la luz puede hacer por us-

ted [en línea]. Amsterdam: Koninklijke Philips Electronics N.

V., 2011. <http://www.lighting.philips.es/pwc_li/es_es/con-

nect/tools_literature/assets/pdfs/folleto%20industria.pdf>

[consulta: 6 febrero 2014].

Philips. Industria sostenible. Un simple cambio en la ilumi-

nación industrial [en línea]. Amsterdam: Koninklijke Philips

Electronics N. V., 2010. <http://www.lighting.philips.

es/pwc_li/es_es/connect/tools_literature/assets/pdfs/

segmento%20industria%20folleto%20final.pdf> [consulta: 6

febrero 2014].

Generalitat de Catalunya. Ley 20/2009, de 4 de diciembre, de

prevención y control ambiental de las actividades. Diari Oficial

de la Generalitat de Catalunya (11 diciembre 2009), nº 5524,

p. 93055-93144.

Generalitat de Catalunya. Ley 2/2002, de 14 de marzo, de

urbanismo. Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (21 de

marzo 2002), nº 3600, p. 5053-5089.

Generalitat de Catalunya. Ley 3/2012, de 22 de febrero, de

modificación del texto refundido de la Ley de urbanismo,

aprobada por el Decreto legislativo 1/2010, de 3 de agosto.

Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (29 febrero 2012),

nº 6077, p. 9942-9987.

Generalitat de Catalunya. Instrucción técnica complementa-

ria SP 108:2008 de la Dirección General de Prevención, Extin-

ción de Incendios y Salvamentos de la Generalitat de Cata-

lunya. Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (25 octubre

2012), nº 6240, p. 51741-51743.

Generalitat de Catalunya. Instrucción técnica complementa-

ria SP 119:2012 de la Dirección General de Prevención, Extin-

ción de Incendios y Salvamentos de la Generalitat de Cata-

lunya. Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (25 octubre

2012), nº 6240, p. 51748-51749.

Generalitat de Catalunya. Decreto legislativo 1/2005, de 26

de julio, por el que se aprueba el Texto refundico de la Ley de

urbanismo. Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (28 ju-

lio 2005), nº 4436, p. 23360-23398.

Ministerio de Economía y Hacienda. Real Decreto 3/2011, de

14 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de

la Ley de Contratos del Sector Público. Boletín Oficial del Esta-

do (16 noviembre 2011), nº 276, p. 117729-117914.

Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. Guía técnica de

aplicación: Reglamento de seguridad contra incendios en los

establecimientos industriales (Real Decreto 2267/2004, de 3

de diciembre). Madrid: Ministerio de Industria, Turismo y Co-

mercio, 2007.

Ministerio de Vivienda. Real Decreto 314/2006, de 17 de mar-

zo, por el que se aprueba el Código técnico de la edificación.

Boletín Oficial del Estado (28 marzo 2006), nº 74, p. 11816-

11831.

RECURSOS ELECTRÓNICOS

Marco conceptual

Caruso, Adam; St John, Peter. «New national Office: Research,

proposals and updates towards a new national office for Arts

Council England» [en línea]. <http://www.carusostjohn.com/

media/artscouncil/index.html> [Consulta: 5 febrero 2014].

Centre for Strategy and Evaluation Services. Final Report.

Benchmarking of Business Incubators. [en línea]. [S. l.]: 2002.

<http://cses.co.uk/studies/> [consulta: 6 febrero 2014].

Chandra, Aruna. Approaches to Business Incubation: A Com-

parative Study of the United States, China and Brazil [en línea].

Indiana: Networks Financial Institute, 2007. <http://indstate.

edu/business/nfi/leadership/papers/2007-WP-29_Chan-

dra. pdf > [consulta: 6 febrero 2014].

Chandra, Aruna. Business Incubation in Brazil: Creating an

Environtment for Entrepreneurship [en línea]. Indiana: Net-

works Financial Institute, 2007. <http://indstate.edu/busi-

ness/nfi/leadership/papers/2007-WP-25_Chandra.pdf>

[consulta: 6 febrero 2014].

Comisión Europea. Communication from de Commission

tothe European Parliament, the Council, the European Eco-

nomic and Social Committee and the Committee of the Re-

gions. An Integrated Industrial Policy for the Globalisation Era.

Putting Competitiveness and Sustainability at Centre Stage

[en línea]. Bruselas: European Commission, 2010. <http://

ec.europa.eu/commission_2010-2014/president/news/ar-

chives/2013/10/pdf/20131002-refit_en.pdf> [consulta: 6 fe-

brero 2014].

Dévora, Natalia. Case Studies. A Survey of 14 BICs in Action

[en línea]. Bruselas: EBN Philippe Vanrie, 2009. <http://www.

ebn.be/assets/assets/pdf/publications/

case%20studies%20-%20survey%20of%2014%20bics.pdf>

[consulta: 6 febrero 2014].

Dichter, Giordano; Huwart, Jean-Yves; Vanrie, Philippe. Techni-

cal Notes #01. Coworking: Collabotative spaces for microen-

trepreneurs [en línea]. Bruselas: European Business Inno-

vation Center Network, 2012. <http://www.ebn.eu/assets/

assets/pdf/quality/coworking%20technicalnotes. pdf> [con-

sulta: 6 febrero 2014].

Jerez, Eduardo. Parques tecnológicos - Incubadoras de em-

presas y parques industriales. Alternativas para el desarrollo

365364

Philips. Áreas de aplicación: industria [en línea]. [S.l.]: Phi-

lips, cop. 2013. <http://www.lighting.philips.es/application_

areas/industry/> [consulta: 6 febrero 2014].

Philips. Catálogo de productos [en línea]. [S.l.]: Philips, cop.

2013. <http://www.ecat.lighting.philips.es/l/> [consulta: 6

febrero 2014].

Acústica

Murua, Kepa. Acústica para la arquitectura [en línea].

[S.l.]: Acústica Arquitectónica, [s.a.]. <http://www.acus-

ticarq.com/upload/contents/ACUSTICA_PARA_LA_

EDIFICACI%C3%93N> [consulta: 6 febrero 2014].

Seguridad en caso de incendio en edificios industriales

Gobierno de España. Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

Calculadores INSHT. Seguridad contra incendios. Calculador

del nivel de riesgo intrínseco en establecimientos industriales:

Introducción [en línea]. [S.l.]: Instituto Nacional de Seguridad e

Higiene en el Trabajo, [s.a.]. <http://calculadores.insht.es:86/

Seguridadcontraincendios/Introducci%C3%B3n.aspx> [con-

sulta: 6 febrero 2014].

LIBROS ELECTRÓNICOS

Iluminación natural

pattini, Andrea. «Luz natural e Iluminación de interio-

res». En: Universidad Tecnológica Nacional de Argenti-

na; Efficient Lighting Initiative Argentina. Manual de ilumi-

nación eficiente – Seminario de iluminación eficiente [en

línea]. Sarmiento: Universidad Tecnológica Nacional, 2006.

<http://www.edutecne.utn.edu.ar/eli-iluminacion/cap11.

pdf> [consulta: 6 febrero 2014].

367