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Novena de Navidad 2020

Este año tenemos la oportunidad y el Señor nos concede la gracia, de vivir la Navidad de la manera más original… en casa, con los que amamos y nos aman. Como Jesús, José y María. Todo el misterio del amor de Dios que se hizo hombre para compartir su Vida divina con la nuestra. Quiso Dios, nuestro Padre creador, hacerse cercano, visible; compartir nuestra vida terrenal y lo hizo tal y como la vivimos nosotros: en familia.

Realizar la novena de Navidad en casa nos va a permitir sentir también nosotros lo que sintió el Señor cuando eligió a sus padres: MARIA Y JOSE. Ellos eran una pareja: hombre y mujer; que se amaban, tenía ya un compromiso matrimonial y Dios quiso hacer parte de su amor y su proyecto de vida y eligió hacerse Hijo y ponerse bajo su cuidado. El Evangelio nos cuenta que vivió con ellos en la pequeña aldea de Nazaret, vivió gran parte de su vida, bajo su autoridad: amándolos, respetándolos y obedeciéndolos. A su lado fue creciendo en: estatura, sabiduría y gracia. Vivió su infancia, adolescencia y juventud bajo su amor, educación y protección.

No es este un motivo suficiente para que caigamos en cuenta que la Navidad tuvo su origen en una familia. Así comenzó también la humanidad. Ahora podemos comprender que el ambiente familiar es el más original y adecuado para vivir la Navidad. De hecho, recordemos que en Navidad -normal y tradicionalmente- todos queremos ir a casa, encontrar a nuestros padres, abuelos, hermanos. No hay nada que nos llene de tanta alegría y felicidad como compartir esos días juntos: rezar juntos, repartirnos cada día las actividades y las partes de la novena; que para todos haya participación; que haya espacio para la creatividad de cada uno, que haya momentos de risa y alegría; que la Palabra de Dios -que es Jesús- nos hable, nos llene el alma de gozo y paz.

Vivir en Familia con La Sagrada

Familia¡Querida Familia!


Que los momentos de oración los vivamos recogidos en devoción, piedad y amor junto al pesebre; que sean raticos de intimidad sintiendo cada uno y todos, la presencia del Señor en el corazón. Ese amor que nos debe mantener unidos en familia y que nos garantiza que allí donde El está no habrá nada que nos pueda atemorizar, porque “el amor echa fuera el temor” (1Jn 4,18). Que alrededor del pesebre, sintiendo la presencia de la Sagrada Familia, nos sentemos, cada día, a compartir el pan con gratitud y amor. ¡Ah! Y que ojalá no falte la oportunidad para compartir también, incluso desde nuestra pobreza, el amor y el pan con aquellos a quienes les hace falta.

Deseo a todos una Navidad llena del Amor de Dios y que el fruto de esos días, no de cuarentena, sino de NOVENA, traiga para toda su familia abundantes bendiciones del cielo.

Mi cercanía, oración y afecto como Obispo, padre y pastor, con las familias que han tenido que vivir el dolor y el sufrimiento al ver partir a sus seres queridos hacia el cielo.

Que la Luz de la Navidad que nos trajo la alegría de aquel que bajo del cielo, se hizo hombre y con su pasión, muerte y resurrección nos devolvió la alegría, la paz y la esperanza, los consuele, y les haga sentir que sus seres queridos, que han partido de este mundo, viven para Dios.

¡No nos dejemos robar la alegría, no nos dejemos robar la esperanza!

Una navidad Feliz para todos en casa y en familia.

Mons. HENCY MARTINEZ, su Obispo y amigo.


ADVIENTO

La palabra ADVIENTO quiere decir VENIDA. Es el tiempo en el que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.

Corona de advientoLa “Corona de Adviento” o “Corona de las luces de Adviento” es un signo que expresa la alegría del tiempo de preparación a la Navidad. La luz indica el camino, aleja el miedo y favorece la conversión; es un símbolo de Jesucristo, luz del mundo.

Las ramas verdes simbolizan la esperanza que debemos tener en la venida del Señor. Las cuatro velas, encendidas una a una cada domingo de Adviento, simbolizan la luz de la fe, que se llena de alegría con la llegada del Señor.

Los colores de las velas hacen referencia a los colores litúrgicos:• Morado: simboliza el espíritu de vigilia … “estad preparados”.• Verde: simboliza la esperanza.• Rojo: simboliza la alegría por la cercanía del nacimiento de Jesucristo.• Blanco: es el color de la presencia de Dios.


El orden de encender las velas es:

PRIMER domingo moradoSEGUNDO domingo verdeTERCER domingo rojoCUARTO domingo blanco

(Se puede añadir una quinta vela, que se encendería en Nochebuena); dentro de los colores, puede sustituirse alguno de ellos por el rosado. (morado y blanco) para el tercer domingo de Adviento (Domingo de la alegría o “gaudete”).

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

Todos: Hacen la Señal de la Cruz.

Ambientación: Al comenzar el nuevo año litúrgico vamos a bendecir esta corona con la que inauguramos también el tiempo de Adviento. Sus luces nos recuerdan que Jesucristo es la luz del mundo.

Bendición de la corona: “Señor, te pedimos que derrames tu bendición sobre esta corona, para que nos recuerde domingo a domingo que debemos estar despiertos esperando a Cristo que nos trae la salvación. No dejes que los males que nos rodean nos impidan comprometernos con la realidad para cambiarla. Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor. Amén.”

Se enciende la vela de color morado

Oración final: Dios Padre, gracias por darnos una familia. Te pedimos que, ahora que comienza el adviento, en nuestra familia podamos demostrarnos el amor que nos tenemos y vivamos cada día más unidos. Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor divino. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO


Ambientación: Al iniciar este segundo domingo de Adviento nos hemos reunido alrededor de la corona para dejarnos iluminar por la Palabra de Dios y rezar en familia, esperando con alegría que Jesús nazca en nuestro corazón.

Oración inicial: “Señor Jesús, estamos cerca de vivir un gran acontecimiento: tu nacimiento en medio de nosotros. Juan el Bautista anunció tu llegada pidiendo a los hombres que se arrepintieran de corazón. Hoy, nosotros, arrepentidos, te pedimos perdón a Ti, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.

Se enciende la vela de color verde

Oración final: Padre, que nos has dado una familia en la que todos nos ayudamos y somos felices, te pedimos bendecir nuestros trabajos y tareas de todos los días para que cumplamos con más ganas y alegría la tarea que nos toca hacer a cada uno de los miembros de esta familia en nuestro hogar. Amén.

TERCER DOMINGO DE ADVIENTO


Ambientación: La razón más grande de nuestra alegría es Jesús que ya está entre nosotros y esperamos su segunda venida. Este domingo nos recuerda que la Navidad que festejamos todos los años nos trae a la memoria, que Jesús vino al mundo a través de María.

Oración inicial: “Señor Jesús, no dejes que la alegría de tu presencia se borre de nuestro corazón, a pesar de los acontecimientos dolorosos que estamos viviendo en nuestra patria. Que la razón de nuestra alegría sea siempre el sentirnos amados por Ti. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”.



Oración final: Padre, en nuestra familia crecemos y aprendemos a ser mejores, te pedimos hoy que nos ayudes a ser una familia cristiana y ser un buen ejemplo para los que nos rodean, Te pedimos fuerzas para mejorar o cambiar lo que sea necesario de nosotros para que nuestra familia sea mejor cada día. Amén.

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO


Ambientación: En el cuarto domingo de Adviento nuestros ojos miran a María. Se aproxima el momento en que dará a luz al Hijo de Dios. Por eso al lado de la corona vamos a poner una imagen de la Virgen con una vela encendida (que no sea ninguna de las velas de la corona).

Oración inicial: “Señor Jesús, hoy la liturgia nos invita a mirar a María embarazada, que te ha llevado en su seno durante nueve meses y que pronto te dará a luz. Ayúdanos a vivir con fe este misterio llamado “Encarnación”. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén”


Oración final: Padre, que nos has dado una familia en la cuál te hemos conocido y amado, ayúdanos a vivir teniéndote siempre presente en nuestras vidas. Te pedimos que en esta Navidad nos regales el quedarte con nosotros en nuestros corazones y sentir que vives en nuestro hogar, en nuestras familias. Amén.


ESQUEMA PARA REZAR LA NOVENA

1. Villancico inicial2. Personaje4. Motivación5. Oración para todos los días6. Villancico7. Texto bíblico8. Comentario9. Dialoguemos10. Villancico11. Gozos12. Oración a San José13. Oración a la Santísima Virgen María 14. Oración al Niño Jesús15. Villancico


ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Benignísimo Dios de infinita caridad, que nos has amado tanto y que nos diste en tu hijo la mejor prenda de tu amor, para que hecho hombre en las entrañas de una virgen naciese en un pesebre para nuestra salud y remedio. Yo en nombre de todos los mortales te doy infinitas gracias por tan soberano beneficio.

En retorno de él te ofrezco la pobreza, humildad y demás virtudes de tu hijo humanado, y te suplico por sus divinos méritos, por las incomodidades en que nació y por las tiernas lágrimas que derramó en el pesebre, que dispongas nuestros corazones con humildad profunda, con amor encendido y con tal desprecio de todo lo terreno, que Jesús recién nacido, tenga en ellos su cuna y more eternamente. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (3 veces).


ORACIÓN A SAN JOSÉ

¡Oh Santísimo José! Esposo de María y padre putativo de Jesús. Infinitas gracias doy a Dios porque te escogió para tan altos ministerios y te adornó con todos los dones proporcionados a tan excelente grandeza. Te ruego por el amor que le tuviste al divino Niño, me abraces en fervorosos deseos de verle y recibirle sacramentalmente mientras en su divina esencia le veo y le gozo en el cielo. Amén.

Se reza el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria al Padre

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

MARÍA

Soberana María que por tus grandes virtudes y especialmente por tu humildad, mereciste que todo un Dios te escogiera para madre suya. Te suplico que tú misma prepares y dispongas de mi alma y de la de todos los que en este tiempo hagan esta novena, para el nacimiento de tu adorable Hijo.

¡Oh dulcísima madre! comunícame algo del profundo recogimiento y divina ternura con que le agradaste tú para que nos hagas menos indignos de verle, amarle y adorarle por toda la eternidad. Amén.

Se reza tres veces el Ave María


ORACIÓN AL NIÑO JESÚS

Acuérdate ¡Oh dulcísimo Niño Jesús! que dijiste a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento, y en persona suya a todos tus devotos, estas palabras tan consoladoras para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”. Llenos de confianza en Ti ¡oh Jesús, que eres la misma verdad! venimos a exponerte toda nuestra miseria. Ayúdanos a llevar una vida santa, para conseguir una eternidad bienaventurada.

Concédenos, por los méritos infinitos de tu Encarnación y de tu infancia, la gracia, de la cual necesitamos tanto.

Nos entregamos a ti ¡oh Niño omnipotente! seguros de que no quedará frustrada nuestra esperanza, y de que en virtud de tu divina promesa, acogerás y despacharás favorablemente nuestra súplica. Amén.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo (3 veces)


GOZOS

Dulce Jesús mío, mi Niño adorado,

¡Ven a nuestras almas! ¡Ven, no tardes tanto!

¡Oh Sapiencia suma del Dios soberano,

que a infantil alcance te rebajas sacro! ¡Oh divino Niño,

ven para enseñarnos la prudencia que hace

verdaderos sabios!

¡Oh, Adonaí potente que a Moisés hablando, de Israel al pueblo diste

los mandatos!, ¡Ah, ven prontamente

para rescatarnos,y que un niño débil

muestre fuerte brazo!

¡Oh raíz sagrada de Jesé que en lo alto

presentas al orbe tu fragante nardo! ¡Dulcísimo Niño

que has sido llamado lirio de los valles,

bella flor del campo!

¡Llave de David que abre al desterradolas cerradas puertas

del regio palacio! ¡Sácanos, oh Niño,

con tu blanca mano, de la cárcel triste

que labró el pecado!

¡Oh lumbre de oriente, Sol de eternos rayos,

que entre las tinieblas, tu esplendor veamos!

¡Niño tan precioso, dicha del cristiano,

luzca la sonrisa de tus dulces labios!

¡Espejo sin mancha, Santo de los santos,

sin igual imagen del Dios soberano!

¡Borra nuestras culpas, salva al desterrado y en forma de niño

da al mísero, amparo!

¡Rey de las naciones, Emmanuel preclaro,

de Israel anhelo, Pastor del rebaño.!

¡Niño que apacientas, con suave cayado,ya la oveja arisca,

ya el cordero manso!


¡Ábranse los cielos y llueva de lo alto, bienhechor rocío

como riego santo! ¡Ven, hermoso Niño, ven, Dios humanado

luce, hermosa estrella, brota, flor del campo!

¡Ven, que ya María, previene sus brazos,

do su Niño vean en tiempo cercano! ¡Ven, que ya José, con anhelo sacro,

se dispone a hacerse de tu amor sagrario!

¡Del débil auxilio, del doliente amparo, consuelo del triste, luz del desterrado!

¡Vida de mi vida, mi dueño adorado,

mi constante amigo, mi divino hermano!

¡Vén ante mis ojos, de ti enamorados

bese ya tus plantas! bese ya tus manos!

¡Prosternado en tierra te tiendo los brazos,

y aún más que mis frases, te dice mi llanto!

¡Ven, Salvador nuestro, por quien suspiramos; ¡ven a nuestras almas!¡ven, no tardes tanto!


DÍA PRIMERO:Anunciemos a JesúsMiércoles 16 de diciembre

Valor: La esperanzaPersonaje: el profeta Isaías Motivación: Se le invita a la familia a poner la corona de adviento sobre una mesa.


Texto: Isaías 45,6b–8.18.21b. Salmo 84 / Lucas 7, 18b–23

Del santo evangelio Según san Lucas (7, 18b-23)

En aquel tiempo, Juan, llamando a dos de sus discípulos, los envió al Señor, diciendo: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro? los hombres se presentaron ante él y le dijeron: Juan el Bautista nos ha mandado a ti para decirte: “¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?”. En aquella hora Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Y respondiendo, les dijo: Vayan y anuncien a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, los pobres son evangelizados. Y ¡bienaventurado el que no se escandalice de mí!

Comentario:

Iniciamos hoy nuestra novena de navidad que nos prepara a esa gran fiesta del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, es un caminar espiritual de nueve días que bien podrían recordarnos esos nueve meses en que el Hijo de Dios permaneció en el vientre de la Santísima Virgen María, pero con la diferencia abismal de que no vendría a ver la luz de este mundo sino a ser la luz de este mundo. Por eso este tiempo de adviento que hemos venido compartiendo debe reavivar en nosotros el sentido de nuestra esperanza, virtud teologal que nos hace elevar nuestra mente y corazón al reino de los cielos y la vida eterna.

En el evangelio de San Lucas que meditamos en este día, esa es la pregunta que los fariseos le hacen a Jesús ¿Cuándo ha de llegar el Reino de Dios? Interrogante que ustedes como familia, queremos que también se hagan, para encontrar la respuesta en Jesús, quien nos dice: “El Reino de Dios está entre ustedes” reafirmando así el valor que tiene la familia como lugar del encuentro con Dios.

Es que pensándolo bien nuestra familia ha sido un regalo de Dios, Él ha querido que yo existiera en medio de estas personas y de este ambiente, por eso si acepto a mi familia como un don divino, voy a ser feliz en medio de ella y a poner todo de mi parte para que aquellos con quienes vivo también sean felices. Pero lo más importante voy a


luchar porque mi hogar y en mi casa esté presente el Reino de Dios. Que el reine en nuestras relaciones y nos bendiga con su paz y que cada día que compartimos nos acerquemos más a ese amor de Dios que nos invita a prepararnos para la vida eterna.

Una familia cristiana busca a Cristo cada día y lo anuncia con su testimonio de vida, vive la bendición de Dios en la tierra y la esperanza de la eternidad en el cielo.

Dialoguemos:

• Nos preocupamos por la salvación de cada uno de los miembros de nuestra familia?

• ¿Tenemos espacios de oración en la que participa toda la familia? ¿Hacemos el Rosario, vamos a Misa, leemos la Biblia?

• ¿Nos preocupa la vida sacramental como medio para que el Reino de Dios este entre nosotros? ¿Valoramos el Matrimonio? ¿Nos confesamos? ¿Comulgamos cada domingo?


DÍA SEGUNDO: El árbol familiar de Jesús

Jueves 17 de diciembre

Valor: Nuestras raíces familiaresPersonaje: El patriarca AbrahamMotivación: Buscar en el álbum familiar una fotografía de los abuelos o de las personas mayores de la familia con el fin de hacer memoria de los antepasados.


Texto: Génesis 49, 1-2.8-10 / Salmo 71 / Mateo 1,1–17

Del santo evangelio según san Mateo (1, 1-17)

Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engrendró, de Tamar, a Fares y a Zará, Fares engendró a Esrón, Esrón engendró a Arán, Arán engendró a Aminadab, Aminadab engrendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey. David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías, Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob, y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, catorce.

Palabra del Señor…

Comentario:

Mateo empieza su Evangelio, presentando la genealogía de Jesús, esto es su origen familiar. Esta lista de personas tiene una finalidad muy concreta, demostrar que Jesús pertenecía a la familia de David, hijo de Abrahán, es decir: vivió en una familia, ayudándonos a entender el gran misterio: Dios, con nosotros. Por eso nos disponemos con mucha alegría a celebrar su nacimiento.


El Mesías, el hijo de Dios, palabra del Padre hecha carne, se ha hecho historia humana, se ha arraigado en un pueblo (Israel), hoy en nosotros, familia humana. Nos ha hecho participe de los misterios divinos.

Con razón el evangelista dice, refiriéndose a todas las familias y aquellos creyentes: ellos traen su origen, no de la sangre, ni del deseo carnal, ni de la voluntad del hombre, sino del Padre, del mismo Dios. Es lógico deducir que es necesario dejarnos guiar, por la luz de la fe, y no por la razón, y más aún por los principios de la historia de la salvación, que por las condiciones humanas.

San Mateo al hablar de la genealogía de Jesús quiere demostrar, que Jesús era el Mesías hijo de David, cumplimiento de la promesa, el Hijo de Dios. San Mateo tiene al final del evangelio una gran doctrina, ya que José hijo de Jacob es el esposo de María, que aunque no tiene parte en la concepción de Jesús, tiene una gran responsabilidad en María y en su hijo Jesús.

Esta familia de Nazaret: José, María y Jesús, fruto del testimonio de los antepasados, es un modelo acabado de perfección para las familias de hoy, Dios quiere vivir y salvarnos en familia. Celebremos esta navidad en familia.

Dialoguemos:

• ¿Cree usted qué la familia de hoy vive de acuerdo con el querer de Dios? ¿Qué le aconseja hacer?

• ¿Conoce familias con ganas de ser como la familia de Jesús? • ¿La familia de hoy reconoce las raíces de donde proviene?


DÍA TERCERO: Jesús, el Dios-con-nosotros Viernes 18 de diciembre

Valor: La justicia Personaje: San José, el descendiente del rey DavidMotivación: Hacer una corona de rey


Texto: Jeremías 23, 5-8 / Salmo 71 / Mateo 1,18–24

Del santo evangelio según san Mateo (1,18–24)

La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, como era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas habia tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque lo creatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» Todo esto sucedió para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta: Miren: La virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre Emmanuel, que significa «Dios-con-nosotros». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y acogió a su mujer.


Comentario:

El Evangelio presenta en la persona de José la representación del hombre justo. Un hombre justo es aquel que respeta y cumple la ley, pero José no solo es justo, sino que, además, es compasivo, pues interpreta y cumple la ley siempre en beneficio del otro. Al parecer, entonces, la justicia corresponde al ser humano, en tanto el cumplimiento de la ley permite el orden en la sociedad; pero la compasión del hombre justo permite también la convivencia; compasión es padecer al lado del otro, acompañar. Ahora bien, para Dios parece no ser necesario. La justicia se queda corta frente a lo que desea de quienes creen en Cristo; la compasión es incompleta ante el espíritu cristiano. Dios pide para nuestra vida la justicia, la compasión y la misericordia.

Dios nos enseña a ser misericordiosos, y es lo que nos pide en este tercer día de la novena mediante la cual conmemoramos su nacimiento para que podamos también celebrarlo en nuestros corazones. La


misericordia consiste en poner el corazón en la miseria del otro y la miseria y sufrimiento del otro en nuestro propio corazón, es decir, no solo es ponerse en el lugar del otro o acompañarlo muy de cerca, sino asumir como propio el sufrimiento del otro, y hacerlo de corazón, con sinceridad; revestirse del otro para sentir lo que él siente. Si José fuera solo un hombre justo, hubiera repudiado a María, con quien estaba comprometido, por haber quedado en embarazo antes del matrimonio, y la hubiera expuesto públicamente para que se sometiera el castigo definido en la Ley para ello: ser apedreada; si José fuera justo y compasivo, hubiera repudiado en secreto a María, de tal forma que cumplía la Ley, pero no le causaba la vergüenza pública ni la muerte a la mujer que amaba. Dios, por su parte, le pide misericordia, es decir, que haga algo más bondadoso que lo que declara la ley, que se la lleve a su casa y que se haga cargo del niño que ella espera.

¡Cuán difícil es para los seres humanos ser justos! ¡Cuánto más nos cuesta ser compasivos! ¡Qué difícil es encarnar la misericordia de Dios en nuestras vidas y nuestras acciones! Siempre hay que hacer algo más de lo que dice la ley en bien de los demás, pues actuar en bien del otro siempre se devuelve en bien propio y en bien de muchos. Contrario a la justicia, la compasión y la misericordia están el egoísmo, la envidia, el odio, el facilismo, la hipocresía y la corrupción.

Dios nos pide que cumplamos la Ley, que la cumplamos en bien de los demás y que, de ser posible, hagamos mucho más, comprendamos la vida del otro y, poniéndonos en su lugar y poniendo su sufrimiento en nuestros corazones, actuemos para evitar el dolor, sanar el sufrimiento, consolar en el dolor y mitigar todas las formas de desánimo.

El nombre de Dios Niño: Dios con nosotros, es precisamente eso, el cumplimiento pleno de la ley. Y la ley, según Dios, no se cumple plenamente si no actuamos con misericordia. Si actuamos con justicia cumplimos la ley; pero si, además, actuamos con compasión, sentimos propia la ley. No obstante, para darle plenitud a la ley debemos convertirnos en el bálsamo que sana, en la palabra que alienta, en la mano que levanta, en el hombro que sirve de apoyo, en los oídos que escuchan con atención, en el pecho que acoge, en los brazos que abrazan; encarnar la ley de tal manera que solo si nuestra vida está puesta en ello se le estará dando un cumplimiento pleno.


A veces no comprendemos la justicia divina porque nuestros egoísmo y orgullo nos llevan a creer, pensar y esperar que la justicia tiene que estar expresada en el sufrimiento del otro para satisfacer nuestro deseo de venganza. Pero la justicia divina siempre va acompañada de compasión y misericordia, porque es una forma de expresarnos su amor. Nos juzga, pero nos entiende y, mediante su hijo hecho hombre, toma nuestra miseria en sus manos, en su persona, y comprende nuestra existencia. La justicia, entonces, hay que dejarla en manos de los hombres, preferiblemente de los nobles y de corazón generoso. Pero la misericordia es propia de Dios y de quienes creemos en él. Si decimos que creemos en él y no somos compasivos y misericordiosos, entonces no hemos comprendido en qué consiste ser cristianos.

Dialoguemos:

• ¿Cuándo has sentido que eres justo? ¿Has sentido alguna vez que eres compasivo y misericordioso?

• En este momento de la historia del país, ¿cuál sería una actitud compasiva y misericordiosa?

• ¿Cómo se puede ser compasivo y misericordioso, sin dejar de ser justo?


DÍA CUARTO: Jesús, la Buena Noticia de la Vida

Sábado 19 de diciembre

Valor: Los hijos, don de DiosPersonaje: Ana e Isabel Motivación: Hacer una tarjeta con la frase: “Jesús te esperamos”.


Texto: Jueces13, 2-7. 24-25a / Salmo70 / Lucas. 1,5-25

Del santo evangelio según san Lucas (1, 5-25)

En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote de nombre Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón, cuyo nombre era Isabel. los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada.

Una vez que Zacarías oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según la costumbre de los sacerdotes, le tocó en suerte a él entrar en el Santuario del Señor a ofrecer el incienso; La multitud del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso.

Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría y gozo, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; estará lleno del Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos hijos de Israel al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, “para convertir los corazones de los padres hacia los hijos”, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.» Zacarías replicó al ángel: «¿cómo estaré seguro de esto? Porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada.» El ángel le respondió: «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado para hablarte y comunicarte esta buena noticia. Pero te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento oportuno.» El pueblo, que estaba aguardando a Zacarías, se sorprendía de que se tardase tanto en el Santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el Santuario. Él les hablaba por señas porque permanecía mudo.

Al cumplirse los días de su servicio en el templo, volvió a casa. Días después concibió su mujer Isabel y estuvo durante cinco meses sin salir de casa, diciendo: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor,


cuando se ha fijado en mí para quitar mi oprobio ante la gente.»


Comentario:

La navidad es el tiempo ideal para celebrar la vida como un don inapreciable de Dios que nos llama a la existencia. Ella está pensada dentro del proyecto de Dios como condición básica para dar lugar a la historia de salvación, y es lo primero que Él nos da para luego manifestarnos su amor, su ternura y su misericordia. El valor de la vida no depende de la legislación humana sino de su participación en la misma vida de Dios que se da a nosotros como potencia vital, como impulso vivificador, como fuerza de acción y como amor que renueva, de modo que la vida no se entiende sin Dios; Él es su origen, su autor y su garante. Todo esto nos hace pensar en el carácter sagrado que tiene la vida y en nuestra misión de acogerla, defenderla y hacerla fructificar sobre todo cuando se ve amenazada por el egoísmo, la violencia, el consumismo, el odio y la cultura de la muerte que descarta a los que no son considerados útiles.

Ahora bien, la vida es bendición y la fecundidad una promesa cumplida. Esto es lo que nos enseñan las historias de Ana e Isabel, mujeres estériles que alcanzaron el favor de Dios para quien nada hay imposible. Ellas acogieron la vida en sus vientres como el regalo más anhelado y la satisfacción más grande que Dios les concedía. Así, los hijos son la mirada más tierna que Dios le puede dirigir a un hogar, son el motivo de la alegría y de la lucha, son la bendición que llega para unir, animar, fortalecer y engrandecer a la familia.

Por eso en navidad le decimos sí a la vida, a aquella vida que no es un concepto abstracto, sino que se manifiesta siempre en una persona de carne y hueso: un niño recién concebido, un pobre marginado, un enfermo solo y desanimado, uno que ha perdido su trabajo o no puede encontrarlo, un emigrante rechazado o un hijo perdido que pronto llegará al hogar.

Dialoguemos:

• ¿Cuáles son los peligros que en la actualidad amenazan la vida?• ¿Cómo podemos ser defensores de la vida?


Valor: Ser Madre Personaje: La santísima Virgen MaríaMotivación: Organiza un altar para la santísima virgen María

DÍA QUINTO: Jesús, el salvador Domingo 20 de diciembre


Texto: 2 Samuel 7, 1-5. 8b-12.14a.16/ Sal 88 / Romanos16, 25-27 / Lucas 1,26–38


En el mes sexto, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se le llamará Hijo del Altísimo y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» María respondió al ángel: «¿Cómo será eso, puesto no conozco varón?» El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez y este es ya el sexto mes de la que se decía que era estéril, porque no hay nada imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel se retiró.


Comentario:

La Santísima Virgen María, es el signo más evidente de Dios, que anuncia la llegada del Mesías. Su concepción virginal, por obra del Espíritu Santo, es el acontecimiento más extraordinario, y además el único, jamás visto en la historia de la humanidad, por el cual una mujer queda embarazada, absolutamente sin la intervención de hombre alguno; solo de Dios.

María es constituida como Madre de Dios en la Encarnación y el Nacimiento de Jesús. En el momento de la Pasión en la Cruz, cuando María experimenta esa espada que traspasa su alma (Lc 2,35), es constituida también en Madre de todos los bautizados.


María goza de la elección de Dios, “concebirás y darás a luz un Hijo”. Ella más que nadie sabe, que ser madre, no es simplemente tener un Hijo, es también recibirlo con amor, educarlo, enseñarle a rechazar lo malo, y elegir lo bueno. Ella tiene claro que ese Hijo suyo, es el Hijo de Dios, “será llamado Hijo del Altísimo” y que su misión como Madre es guiar a ese Hijo para que cumpla la misión de Dios.

Ser madre, es un don de Dios; por eso toda mujer que espera un hijo, debería de estar feliz como María, porque es Dios quien le ha dado ese hijo. Es Él que le ha querido confiar el hijo fruto de sus manos, para que siendo a la vez, fruto de las entrañas de la madre, y con la ayuda del esposo, sea educado con amor y así cumpla la misión de Dios.

Ser mamá es una tarea que dura toda la vida. Cuando María aceptó la propuesta de Dios, no solo quiso ser Madre del Hijo de Dios, sino que también asumió toda la tarea que esto conlleva.

Siendo, el ser madre un don de Dios, es una misión que hay que realizar con ayuda de la Gracia de Dios (Lc 1,28), con la guía de la Palabra de Dios (Lc 2,19), y con la fuerza del Espíritu Santo, para saber orientar a los hijos, al estilo de María.

Dialoguemos:

• ¿Cómo conservan y viven el amor a la Santísima Virgen María en la familia?

• ¿Hay respeto en la familia, y se valora, la labor de nuestra madre, abuela, tía… que son madres?


DÍA SEXTO: Jesús, el evangelio de la alegría

Lunes 21 de diciembre

Valor: La fe Personaje: La virgen María y santa Isabel Motivación: Poner una biblia sobre una mochila, con ello estaremos significando nuestra disponibilidad misionera


Texto: Sofonías 3, 14-18a / Salmo 32 / Lucas 1,39–45

Del santo evangelio según san Lucas (1,39-45)

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino deprisa a la montaña, a una ciudad de judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno. Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la creatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que ha dicho el Señor se cumplirá.


Comentario:

Todo camina en torno a lo que se aproxima, lo presenta la Palabra de Dios como una primavera, lo que se tiene y se siente en el corazón, es una escena de encanto, de ternura, de amor; es bíblicamente símbolo del amor de Dios al pueblo de Israel, nosotros hoy.

Isabel y María viven la alegría plena de poder ser portadoras de la promesa cumplida, la alegría de vivir para servir. La expresión de Isabel en primer momento es de admiración, de alegría, de fe; “cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme, dichosa eres tú que creíste que se cumpliría lo que el Señor te prometió”.

La visita de María a su prima Isabel, no es al azar, está llena de resonancias bíblicas, trae bendiciones a su familia, a sus moradores. María la llena de gracia, la que el Señor está contigo, la servidora fiel, es portadora en su seno del servidor; es el arca de la alianza, es la buena noticia, es la primera evangelizadora.

Estas dos mujeres gran misterio de salvación: todo esto con los ojos de la fe- podemos meditarlo como una presencia de Dios, cumpliendo el pacto- la alianza prefigurada en la anciana Isabel, estéril. A.T. y en


María, joven y virgen. N.T. Tanto en el antiguo testamento, como en el nuevo testamento, esperaban- esperamos el Mesías, el salvador, el Dios-con nosotros.

Es motivo de gran alegría como leemos en el salmo 32, pues es Dios que tiene la iniciativa de hacerse humano, como uno de nosotros, actuando en cada uno, menos en el pecado.

Gran invitación hacer en estos días, en estos momentos, a pesar de las circunstancias, portadores de esa alegría y esa fe a los demás. Como María cada uno de nosotros, debemos ser portadores de esa buena noticia de Jesús. Lo haremos más con nuestras obras, que con nuestras palabras.

Dialoguemos:

• ¿Has vivido con gozo interior la venida del Señor, la navidad?

• ¿El mundo actual cómo vive, y tú cómo te proyectas para vivir la navidad?

• ¿Sabes visitar a los demás, estás dispuesto a salir al encuentro, a comunicarte y compartir la experiencia, ya sea gozosa o triste y poder ayudar, según el ejemplo de María?


DÍA SÉPTIMO: Jesús, el esperado de los pobres

Martes 22 de diciembre

Valor: La humildad Personaje: Los pobres de Yahvé Motivación: Animar a que cada integrante de la familia, ponga sobre la mesa algo para compartir con una familia necesitada.


Texto: 1 Samuel 1,24–28 / Salmo. 1 Samuel 1,2–8 / Lucas 1,46-56

Del santo evangelio según san Lucas (1,46-56)

En aquel tiempo María, dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor,se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador;porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mi: Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón,derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes.A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.Auxilia a Israel, su siervo,acordándose de la misericordia- como lo había prometido a nuestros padres -en favor de Abrahán y de su descendencia por siempre.»

María se quedó con Isabel unos tres meses y volvió a su casa.


Comentario:

Hemos venido durante esta novena descubriendo la presencia de Dios en nuestra familia, el Emmanuel (Dios con nosotros) quiere nacer en nuestros corazones y llenarlos de esa alegría que solo Él puede dar. La noticia dada a la Virgen María por boca del ángel Gabriel, llenó de gozo a toda una comunidad y ¿por qué no va a llenar de gozo a tu familia?

Pero para que esto sea una realidad es necesario que le abramos la puerta como lo hizo Santa Isabel cuando recibió la visita de María y el niño Jesús; quien también se llenó del gozo del Espíritu Santo.


Del mismo modo los pastores se llenaron de alegría al recibir la noticia del nacimiento del Salvador y hoy toda persona de buena voluntad que tenga un corazón humilde y lleno de fe se alegra con la celebración de la navidad, porque sabe que no es un simple recuerdo, sino que es la presencia del señor que sigue vivo entre nosotros.

Hoy más que nunca hemos descubierto lo mucho que necesitamos de Dios y que Él es nuestra mayor riqueza. La presencia de la pandemia del Covid19 nos ha mostrado una vez más que el apego a los bienes materiales, el orgullo y el egoísmo son caminos equivocados y que por lo tanto solo el amor de Dios puede salvarnos, pero solo quien tiene un corazón humilde comprende esta realidad y al igual que la Santísima Virgen María experimenta ese gozo sobrenatural del que nos habla el evangelio en este cántico. Que también nosotros en esta navidad podamos decir: “Proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador…” porque a pesar de tantas dificultades hoy compartimos en familia esta navidad, y si algunos de los nuestros han partido de este mundo, están en las mejores manos, las manos de Dios y la Santísima Virgen María.

Dialoguemos:

•¿En nuestra familia tenemos a Dios en el primer lugar y le consideramos nuestra mayor riqueza? ¿Cómo lo demostramos?

• ¿Somos generosos con los de la misma familia, nos gusta compartir y nos ayudamos en las dificultades?

• ¿Cómo familia nos ponemos de acuerdo para hacer obras de caridad y ayudar a vecinos o amigos necesitados?

• ¿Compartimos de nuestros bienes materiales con la Iglesia, dando una ofrenda o pagando el diezmo como una muestra de gratitud y de amor a Dios?


DÍA OCTAVO: Jesús, toda lengua proclama

eres el Señor Miércoles 23 de diciembre

Valor: La confianza Personaje: Zacarías Motivación: Poner una estampa de Jesús y junto a ella una frase que diga: Jesús el amigo que nunca falla


Texto: Malaquías 3, 1-4. 23-24 /Sal 24 / Lucas 1,57–


A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes que que el Señor le había hecho una gran misericordia, y se alegraban con ella. A los ocho días vinieron a circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero su madre, tomando la palabra, dijo: «¡No! se va a llamar Juan.» y el dijeron: «Ninguno de tus parientes se llama así.» Entonces preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos quedaron maravillados. Inmediatamente se le abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían reflexionaban, diciéndo: «Pues ¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.


Comentario:

El padre de Juan, Zacarías —marido de Isabel, pariente de María—, era sacerdote del culto del Antiguo Testamento. Él no creyó de inmediato en el anuncio de una paternidad tan inesperada, y por eso quedó mudo hasta el día de la circuncisión del niño, al que él y su esposa dieron el nombre indicado por Dios, es decir, Juan, que significa “el Señor da la gracia”.

El evangelio de este día nos invita a confiar en la Palabra del Señor, a no dudar de sus promesas salvíficas. Si Zacarías quedó mudo fue justamente por dudar del poder de Dios, por eso sólo cuando éste mismo reconoce en su corazón que su bebé, presentado en el templo, es una gracia de Dios para el mundo, es cuando entonces su lengua se suelta para bendecir al mismo Señor. Este tiempo de adviento, y muy concretamente esta novena de preparación al gran acontecimiento de la Navidad, se convierte en un


tiempo ideal para que fortalezcamos nuestra confianza en el Señor, para que confiemos en la acción de su Palabra y en el poder misterioso de su misericordia. Necesitamos afianzarnos en esa seguridad divina y, desapegarnos de las dudas e incertidumbres en las que ahora se encuentra nuestra sociedad.

Dialoguemos:

• De acuerdo con el testimonio de la Palabra de hoy ¿qué es entonces la fe?

• ¿Por qué crees tú que nos cuesta tanto anunciar a Jesús?

• ¿Qué dice a ti esta expresión: “Jesús es la roca firme”?


DÍA NOVENO: Jesús, el prometido de Dios

Jueves 24 de diciembre

Valor: El perdón Personaje: Juan el Bautista Motivación: Como un signo de la presencia del Señor entre nosotros empezaremos por darnos un abrazo de paz.


Texto: 2 Samuel 7, 1-5.8b-12.11.16 / Salmo 88 / Lucas 1, 67–79

Del santo evangelio según san Lucas 1, 67–79

En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó de Espiritu Santo y profetizó diciendo: Bendito sea el Señor, Dios de Israel,porque ha visitado y redimido a su pueblo,suscitándonos una fuerza de salvaciónen la casa de David, su siervo,según lo había predicho desde antiguopor boca de sus santos profetas. Es la salvación que nos libra de nuestros enemigosy de la mano de todos los que nos odian;realizando la misericordiaque tuvo con nuestros padres,recordando su santa alianzay el juramento que juró a nuestro padre Abrahán. Para concedernos que, libres de temor,arrancados de la mano de los enemigos,le sirvamos con santidad y justicia,en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo,porque irás delante del Señora preparar sus caminos,anunciando a su pueblo la salvación,el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,nos visitará el sol que nace de lo alto,para iluminar a los que viven en tinieblasy en sombra de muerte,para guiar nuestros pasospor el camino de la paz.


Palabra del Señor…Comentario:

La venida de nuestro Señor Jesucristo está precedida de un mensajero que se llama Juan, él ha venido de parte de Dios para que reconozcamos la necesidad que tenemos de Dios, y para que preparemos y abramos nuestro corazón a Aquel que viene a Salvarnos. Justamente Zacarías, el padre de Juan, lleno del Espíritu Santo, profetiza que su hijo será llamado “Profeta del Altísimo, pues irá delante del Señor preparando su camino, anunciando al pueblo la salvación y el perdón de los pecados”.

Recordar a san Juan Bautista en esta época de adviento nos ayuda a reconocer que estamos necesitados de volver nuestro corazón a Dios, de que haya en el seno de nuestras familias un verdadero arrepentimiento de nuestros pecados y un deseo sincero de acoger a Dios que quiere nacer en nuestros corazones.

No dejemos escapar este tiempo precioso que nos regala nuestro Señor, hagamos todo lo posible porque la llegada de nuestro Señor nos encuentre bien dispuestos: que busquemos cada uno hacer un verdadero examen de conciencia, que en familia nos olvidemos de las ofensas y nos centremos en lo que nos une, y que cada uno, abandonando su condición de pecado, se abra a la misericordia y gracia que Dios nos ofrece por el sacramento de la reconciliación.

Dialoguemos:

• ¿Qué sacerdotes o qué otras personas nos ayudado a acercarnos a Dios?

• ¿Por qué consideramos que es necesario abrir espacios de reconciliación?

• ¿De qué modo nos hemos preparado para acoger la llegada del Niño Dios?


Los peces en el ríoLa Virgen se está peinando

entre cortina y cortinasus cabellos son de oroy el peine de plata fina

Pero mira cómo beben los peces en el río

Pero mira cómo beben por ver al Dios nacido

beben y beben y vuelven a beber

Los peces en el río por ver a Dios nacer

La Virgen está lavandoy tendiendo en el romeroLos angelitos cantando

y el romero florecido

(BIS)

VILLANCICOSVamos Pastores

Vamos pastores, vamos,

vamos a Belén,a ver en ese Niño

la gloria del Edén (bis).

Si, la gloria del Edén.

Este precioso Niño yo me muero por él

sus ojitos me encantan, su boquita también, el Padre le acaricia, la Madre mira en él,y los dos extasiados

contemplan aquel ser (bis)

Es tan lindo el chiquito que nunca podrá

ser que su belleza copien el lápiz y el pincel;

pues el eterno Padre con inmenso poder.

Hizo que el Hijo fuera excelso como El (bis).

Yo pobre pastorcillo, al niño le diré,

no la buenaventura: eso no puede ser.

Le diré me perdone lo mucho que pequé

y en la mansión eterna un ladito me dé (bis).


A la nanita nana

A la nanita nana, nanita nana, nanita ea,mi Jesús tiene sueño,

bendito sea, bendito sea.

Fuentecilla que corres clara y sonora

ruiseñor que en la selva cantando lloras

callad mientras la cuna se balancea

A la nanita nana, nanita ea.

A la nanita nana, nanita nana... Manojito de rosas y de alelíes¿qué es lo que estás soñando

que te sonríes? cuales son tus sueños,

dilo alma mía más, ¿qué es lo que murmuras?

Eucaristía.

A la nanita nana, nanita nana... Pajaritos y fuentes,

auras y brisas respetad ese sueño y esas sonrisas callad

mientras la cuna se balancea que el niño está soñando,

bendito sea.

El tamborilero El camino que lleva a Belén

baja hasta el valle que la nieve cubrió

los pastorcillos quieren ver a su Rey,

le traen regalos en su humilde zurrón rom pom pom pom

rom pom pom.

Ha nacido en un portal de Belén, El Niño Dios.

Yo quisiera poner a tus pies algún presente que te agrade, Señor, mas tú ya sabes que

soy pobre también, y no poseo más que un viejo

tambor, rom pom pom pom

rom pom pom.

¡En tu honor frente al portal tocaré con mí tambor!

Yo voy marcando con mi viejo tambor,

El camino que lleva a Belén nada mejor hay que yo pueda

ofrecer,su ronco acento es un canto

de amor,rom pom pom pom

rom pom pom. Cuando Dios me vio tocando

ante él, me sonrió.


Zagalillos del valle

Zagalillos del valle venid, pastorcitos del monte llegad,

la esperanza de un Dios prometido,

ya vendrá, ya vendrá, ya vendrá. La esperanza,

la gloria y la dicha, la tendremos en él;

quien lo duda, desdichado de aquél

que no acuda, con la fe que le debe animar. Nacerá en un establo zagala, pastorcillos venid, adoremos;

Hoy venimos y luego volvemos, y mañana nos puede salvar.

Anton tiruliruliru Anton tiruliruliru anton tirulirurá. , Anton tiruliruliru, anton tirurilurá

Jesús al pesebre vamos a adorar (bis).

Duérmete niño chiquito que la noche viene ya

cierra pronto tus ojitos que el viento te arrullará. Duérmete niño chiquito

que tu madre velará cierra pronto tus ojitos porque la entristecerás.

M i burrito sabaneroCon mi burrito sabanero,

voy camino de BelénCon mi burrito sabanero,

voy camino de BelénSi me ven, si me ven, voy camino de BelénSi me ven, si me ven, voy camino de Belén

El lucerito mañanero ilumina mi senderoEl lucerito mañanero ilumina mi sendero

Si me ven, si me ven, voy camino de BelénSi me ven, si me ven, voy camino de Belén

Con mi cuatrico voy cantando,

mi burrito va trotandoCon mi cuatrico voy cantando,

mi burrito va trotandoSi me ven, si me ven, voy camino de BelénSi me ven, si me ven, voy camino de Belén

Tuki tuki tuki tuki, tuki tuki tuki ta

Apurate, mi burrito, que ya vamos a llegar

Tuki tuki tuki tuki, uki tuki tuki tu

Apurate, mi burrito, vamos a ver a Jesús


Créditos: Mons. Hency Martínez Vargas

Pbro. Abelardo Antonio Fuertes LópezPbro. Carlos AntonioVillamarín Valencia

Pbro. Cesar Augusto Agudelo PeñaPbro. Efrén Zuluaga Buitrago

Pbro. Elkin Nemesio Montoya MarínPbro. José Alexander Henao

Delegación de comunicaciones:Sor Diana Paola Herrera Castañeda, OP

Adrian Ferney Cardona Cardona

Diseño y diagramación:Industrias Macro

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