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98 Equipo de fotógrafos de Caras y Caretas. Mercado. Detalle. 10 de octubre de 1912. (Cat. nº 166) Vivir en los barrios: un millón de voces, cien lenguas distintas Camera crew of Caras y Caretas. Market. Detail. October 10 1912. (Cat. nº 166) Sección / 2 Section / 2 Living in Neighbourhoods: one million voices, one hundred different languages

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Equipo de fotógrafos de Caras y Caretas. Mercado. Detalle. 10 de octubrede 1912. (Cat. nº 166)

Vivir en los barrios:un millón de voces,cien lenguas distintas

Camera crew of Caras y Caretas. Market. Detail. October 10 1912. (Cat. nº 166)

Sección / 2

Section / 2Living in Neighbourhoods:

one million voices, one hundred different languages

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"Everywhere and in all direction a scaffold meets the eyeand blocks the way, and huge carts loaded withconstruction materials: iron beams, bricks, sand from theColony, granite blocks from Tandil, ride boisterously overthe pavement of the city in construction. Everybody isbuilding either well or badly, modestly or regally, palacesor ridiculous houses. But the land grows full offoundations, of walls; the open perspective of the flatfield goes back and gets lost and the city extendsrestlessly. . . and a countless diversity of types, styles,adaptations and extravagant whims suffocates the lastvestiges of the childish architecture of the first BuenosAires. . . "1

This is a 1900 observer´s comment. But time goes by, andtowards 1910, construction continues. The city landscapehas not changed much, except for an increase in thenumber of walls, foundations, terraces, building heights,styles, extravagances, and for the continuous stretchingof the borders separating the city from the open field.

It could not be otherwise. The city population hasgrown by a 558%, between 1869 and 1909, and nowthere are going to add on a part of those 191,786passengers that, as we have seen in a previous chapter,2

are arriving and will stay in this capital to live. It isnecessary to build as fast as possible to lodge all thosepeople. The pace should be even and quick, and so it is:while population grows at this rate, construction followsit closely, to such an extent that if we look into thefigures of 1914, we can observe that the populationgrowth in 1869 is 742% and that of the dwellings for thesame period, is 733%.3 We are, therefore, facing a periodof full construction activity, to such degree that theaverage area built in those years is 32 square meters peradditional inhabitant each year.4

The fact that the population has increased a little100

“Por todas partes y a todos los rumbos el andamiointercepta la vista y el paso, y grandes carros car-gados de materiales de construcción, de vigas dehierro, de ladrillos, de arena de la Colonia, de blo-ques de granito de Tandil, ruedan estrepitosamentesobre el pavimento de la ciudad en obra. Todo elmundo edifica, bien o mal, modesta o suntuosa-mente, palacios o mamarrachos. Pero la tierra sellena de cimientos, de paredes, la perspectiva delcampo abierto y llano retrocede y se pierde y la ciu-dad se dilata sin descanso … y una diversidad infi-nita de tipos, estilos, adaptaciones y caprichos ex-travagantes va ahogando los últimos vestigios de laarquitectura infantil de la primera Buenos Aires…”1

Este es el comentario de un observador en 1900. Pe-ro pasa el tiempo y para 1910, la ciudad sigue en obray el panorama no es muy distinto salvo que ha crecidola cantidad de paredes, cimientos, terrazas, alturas delos edificios, estilos, extravagancias, y los bordes queseparan del campo abierto se siguen dilatando.

No podría ser de otra manera. La población de laciudad ha crecido 558% entre 1869 y 1909 y ahora sevan a agregar parte de esos 191.786 pasajeros que, co-mo vimos en un capítulo anterior,2 están llegando y sequedan a residir en esta capital. Hay que construir aenorme velocidad para alojar a toda esta gente. El rit-mo tiene que ser realmente apresurado y parejo y lo es:mientras la población viene creciendo de esta forma, laconstrucción la sigue de cerca, tanto que si nos llega-mos hasta 1914 vemos que el crecimiento de la pobla-ción desde 1869 es de 742% y el de las viviendas en elmismo período es de 733%.3 Estamos, pues, en plenaconstrucción, tanto que el promedio de metros cua-drados construidos en el período es de 32 m2 por ca-da habitante que se agrega por año.4

El hecho de que la población haya aumentado unpoco más de siete veces y la vivienda casi en la mismaproporción, significa que el número de estas últimasaumentó mucho más que lo que hacía falta para cubrirlas necesidades de los que se agregan a la ciudad, yaque la gente no vive de a uno por vivienda. Quizá, loque está ocurriendo es no sólo que las viviendas au-mentan en la medida de la necesidad de alojamientosino que se está cambiando la modalidad, es decir, seestá renovando algún tipo de vivienda tradicional. Pa-ra saber si esto es cierto, revisemos qué pasa, porejemplo, con la población alojada unos años antes enlas peores viviendas posibles de la época que son, sinduda, los conventillos.

“La gente que vive aquí”, dice en 1886 un cro-nista de la época y las costumbres, “está perfecta-mente en armonía con la fachada de la casa, las si-nuosidades del patio, las grietas y verrugas de lasparedes, la capa grasienta de las habitaciones y losmil trastos que se ven aquí fuera… En la primerapieza vive un matrimonio italiano, ni muy joven nimuy viejo, zapatero el marido y cocinera de cir-cunstancia la mujer; en la segunda una viuda concinco hijos, sustentándose, no sin apuros, con eltrabajo de dos de ellos; en la tercera ha instaladosu laboratorio y su familia un químico de pacotilla,gran confeccionador de toda clase de aguas oloro-sas que colocadas en dos cestas, vende despuésadonde puede con peines, cajas de fósforos y otrosmenesteres; sigue con su mujer y dos hijos un vigi-lante que no deja de preguntarse con frecuenciaqué porvenir le está reservado a quien se pasará losdías y las noches guardando lo que tienen los de-más; en la otra celda, aunque se ha dicho que sóloviven tres vendedores ambulantes italianos, sé po-

Population and Housing La población y la vivienda

Francis Korn

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Harry Grant Olds. Conventillo. ca. 1900 - 1905. (Cat. nº 242) Harry Grant Olds. Conventillo. ca. 1900 - 1905. (Cat. nº 242)

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more than seven times and that dwellings have followedsuit almost in the same proportion, means that thenumber of the latter increased a lot more than what wasneeded to meet the necessities of those arriving in thecity, since the equation is not one person per house.Maybe what is going on is not only that dwellingsincrease according to the demand for accommodation,but also that the forms are changing, that is to say, thatsome types of traditional dwellings are being remodelled.To see if this statement is true, let us look into thesituation of those people living in the worst dwellingsthere were in those days: the conventillos or slumsundoubtedly.

"The people living here", says a chronicler in 1916 ofthe customs and the time, "match perfectly the housefaçade, the sinews of the patio, the cracks and warts ofthe walls, the greasy layer of the rooms and the thousandjunks that can be seen here outside… In the first roomlives an Italian married couple, neither too old nor tooyoung, the husband, a shoemaker, the wife an occasionalcook; in the second, a widow with five children who, notwithout difficulties, lives on the wages of two of her sons;in the third, a shoddy chemist has installed his laboratoryand his family, a great maker of all kinds of fragrantwaters which he places in two baskets and sells laterwhere he can, together with combs, boxes of matches andother articles; in the next room, a policeman with his wifeand two sons, keeps wondering what the future will befor someone who spends his days and nights watchingover what other people have; in the other cell, althoughit has been said that only three Italian peddlers live there,I positively know that during the night at least eight morecome to rest their bodies on those two shabby strawmattresses over there; they have accommodated theirthree real country women, whose occupation or job is notknown, since they spend the day drinking mate (herbaltea) and only after the sunset go for a walk who knowswhere. . ."5

Certainly the conventillos used to be and are, the forour year of 1910, the worst possible dwellings in the city.However, in order to analyze the evolution of housing

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sitivamente que por la noche vienen ocho por lomenos a tender sus huesos, sin desnudarse siquie-ra, sobre esos dos miserables jergones que se venallá; en la sexta pieza han instalado sus reales treschinas, a las que no se les conoce oficio ni ocupa-ción definida, porque pasan el día tomando mate ysólo al caer la tarde se dan una vueltita no se sabepor dónde…”5

Sí, los conventillos eran y son, para nuestro 1910, lapeor vivienda de la ciudad. Pero para considerar la evo-lución de la vivienda durante toda esta época de inmi-gración masiva hay que revisar una serie de datos. Co-mencemos por observar que para 1887, una cuartaparte de la población se alojaba en ellos. Desde 1869hasta ese momento, los habitantes de la ciudad habíanaumentado 132% y buena parte de los nuevos habíaido a dar a los cuartos de esas viejas construccionescon habitaciones que daban a patios o pasillos y conun servicio común. Para 1904, mientras la poblaciónsigue creciendo de ese modo desorbitado (119% entre1887 y 1904) si bien la cantidad de personas alojadasen conventillos sube (un 27%), la proporción sobre lapoblación total baja de manera importante: ya no es el25% sino el 14,5%. Como no hay gente viviendo en lascalles y como el conventillo es la peor vivienda del mo-mento (no aumentan las construcciones de barro ni lasde lata sino sólo las de ladrillo), esto quiere decir quehay cada vez más gente viviendo en mejores viviendas.Si sobrevolamos nuestra fecha, 1910, y llegamos hasta1919, que es cuando volvemos a encontrar datos sobreel tema, vemos que no sólo la proporción de gente alo-jada en conventillos sobre la población total ha segui-do bajando (del 25% de 1887 a un 9,8% en 1919) si-no que la proporción de conventillos sobre el total deviviendas también ha bajado (de 8% de los edificios en1887 a 2% en 1919).6

¿Quiénes se ocupan de que la vivienda crezca? Di-gamos, para empezar, que es de los bolsillos de los ciu-dadanos de donde sale la financiación de la mayor par-te de lo que se hace. El Banco Hipotecario aporta para

estos años sólo un 6% del dinero que se emplea en laconstrucción particular.7 Y más de la mitad de los quese están ocupando de estas inversiones son inmigran-tes. Los propietarios de esta capital crecen más que lapoblación entre 1887 y 1914 (400% en relación al264% que crece la población entre las mismas fechas).De esos propietarios, para 1909, 60% son extranjeros,(incluyendo un 36% italianos y 13% españoles). ¿Quéestán construyendo? Por empezar, todo de ladrillo (pa-ra 1909 el 94% de los edificios de la ciudad estánconstruidos así). Contruyen, como decía nuestro cro-nista, palacios y mamarrachos, pero sobre todo cons-truyen vivienda para todo el mundo, baja, de un piso, dedos, de tres, de cuatro y más plantas. Las que más cre-cen en el período entre 1904 y 1914 son las de tresplantas ( de 916 edificios en 1904 a casi 4000 en 1914).Pero las de dos plantas siguen siendo las más comunes:hay en la ciudad más de 30.700 casas de este tipo.8

Otro cronista más tardío comenta en 1910 que las ca-sas de varios pisos crecen en Buenos Aires “con la rapi-dez del champignon sobre la pampa desierta”.9

Para volver al conventillo y a una descripción máscompleta de lo que está pasando, si consideramos al-quileres de cuartos, salarios y nivel de la ocupación ge-neral, el panorama se vuelve más claro. Decíamos queel conventillo es la peor vivienda posible de la época(faltan todavía 32 años para que aparezca la primera“villa miseria” que se instala en Retiro); pero esta vi-vienda tiene, respecto de lo que vino después, por lomenos paredes bastante sólidas en gran parte de loscasos, cierta vigilancia municipal en cuanto a aguas,salubridad y servicios, y, por sobre todo, una relaciónentre lo que se paga por un cuarto y lo que significa unsalario que da lugar en una gran cantidad de casos ala posibilidad de ahorrar y cambiarla por una viviendamás digna. Para 1904, año en el que, como dijimos, el14% de la población vive en conventillos, el precio máscomún por el alquiler de un cuarto en buena parte deellos es el de $13 mensuales. Esta suma constituye el22% del salario mínimo mensual de un albañil (uno delos salarios más bajos de la época, equivalente hoy a$58.75) y al 15% del de un carpintero o un herrero.10

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during this period of massive immigration, it is necessary togo through a series of data. Let us start taking into accountthe fact that by 1887, a fourth of the population lived inBuenos Aires. From 1869 to that moment, the number ofcity inhabitants had increased by 132% and a good part ofthose newcomers have ended up living in the quarters ofthose old houses whose rooms were on patios or corridorswith only one common toilet for all. Towards 1904, whilethe population keeps growing rapidly (119% between 1887and 1904), the number of people living in conventillos goesup by 27%; however, the proportion of the total populationliving in these types of dwellings decreases considerably:now it is no longer 25% but 14.5%. Since there are nopeople living in the streets and the conventillo is the worstpossible dwelling at the time (the only constructionunderway were those of bricks and not built with mud ortin), this means that there are more people living in betterdwellings. If we go farther than our year of 1910, and weconsider 1919, when we can find again recordedinformation on this issue, we observe that not only theproportion of people living in conventillos has keptdeclining (from 25% in 1887 to 9.8% in 1919), but also thatthe proportion of conventillos over the total dwellings hasdecreased (from 8% of all buildings in 1887 to 2% in1919).6

Who is involved with the growth of housing?To begin with, we can say that most part of the

construction financing comes from the citizens´ pockets.The Banco Hipotecario (a real estate mortgage bank) onlyprovides 6% of the money spent on private construction inthose days.7 And more than a half of those builders areimmigrants. Homeowners in the Capital increase more thanthe population between 1887 and 1914 (400% comparedwith 264% population growth between the same dates).Among the homeowners, by 1909 60% are foreigners out ofwhich 36% are Italians and 13% are Spanish. What are theybuilding? Firstly, all constructions are made out of brick (by1909, 94% of the city buildings are constructed in this way).They build, as our chronicler puts it, palaces and ridiculoushouses, mainly constructions for all people to live in, low, ofone, of two, three, four or more storeys. The housinggrowing most between 1904 and 1914 are the three storey

buildings (from 916 buildings in 1904 to almost 4000 in1914). Notwithstanding, the most usual are still the twostorey buildings: in the city there are more than 30,700houses of this kind.8 A later chronicler points out in 1910,that storey houses grow in Buenos Aires "as fast as meadowmushrooms grow on the deserted pampa."9

Going back to the conventillo and to a more completedescription of what is taking place, when we consider roomrents, salaries and employment in general, the situationbecomes clearer. We believe that the conventillo is the worstpossible accommodation of the time (there are still 32 yearsto come until the appearance of the first "shanty town"which was placed in Retiro.); however, this kind of dwelling,compared to what is to come later on, has quite solid walls-in most cases-, a certain municipal control over the water,sanitary conditions and lavatories, and above all, a fair costin relation to current salaries, which allows saving money toallow access to a more decent dwelling. By 1904 when, aswe mentioned before, 14% of the population lived inconventillos, the usual price for a room is $13 per month.This amount represents 22% of a mason's minimummonthly salary (one of the lowest salaries of the time,equivalent to $58.75 nowadays) and15 % of a carpenter's orblacksmith's salary.10

There are still many people who live in conventillos,although the tendency for the time shows a drastic decreasein the population living in conventillos, and in the numberof conventillos over other dwellings. It can also be observedthat there is full employment, that the city population growsdisproportionately, and that the quantity of dwellingsincreases faster than the population itself. To make a reportabout the "situation" as regards population and dwelling in1910, one should remember that this city of Buenos Aires isthe fastest growing city in the world, due to the massiveEuropean immigration during the last and first decades ofthe 19th and 20th centuries. This is not in absolute figuresbut in proportion to the local population at the beginningof the period. In this way, by 1910 Buenos Aires is amongthe first eight capitals in number of inhabitants. What ismost surprising is the fact that this huge population growthof a city that, in 1862 is relatively insignificant comparedwith the capitals of the world, has not been chaotic, unruly

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Todavía es mucha la gente que vive en conventillos,pero el signo de la época es que la proporción sobre lapoblación total baja bastante drásticamente, que la pro-porción de conventillos sobre la cantidad total de vivien-das también baja aún más drásticamente, que hay ocu-pación plena, que la población de la ciudad crece desme-suradamente y que la vivienda en general crece aún másrápidamente que la población. Para hacer un informe so-bre el “estado de la cuestión” en lo que se refiere a po-blación y vivienda en 1910, hay que recordar que estaciudad, Buenos Aires, es la que más crece en el mundocon la inmigración masiva europea de las últimas déca-das del siglo XIX y las primeras del XX. No en númerosabsolutos pero sí proporcionalmente a la población localinicial del período. Así, llega a estar para 1910 entre lasocho primeras del mundo en cantidad de habitantes. Loque asombra es que este crecimiento desmesurado degente en una ciudad que, en 1869, es relativamente in-significante comparada con las capitales del mundo, nohaya sido caótico, desordenado y particularmente con-flictivo. Por el contrario, los datos se relacionan de talmanera que la conclusión no puede ser otra que consi-derar que el problema de la vivienda se está resolviendosorprendentemente bien. El apoyo empírico de esta con-clusión puede resumirse del siguiente modo:— Las viviendas crecen entre 1887 y 1914 más que la

población;— lo que crece es la edificación de ladrillo de una, dos,

tres, cuatro y más plantas;— la proporción de gente alojada en conventillos de-

crece; la proporción de conventillos respecto del to-tal de edificación decrece;

— el conventillo sigue siendo la peor vivienda del pe-ríodo; los propietarios de inmuebles crecen más quela población; más de la mitad de los propietarios soninmigrantes;

— los inmigrantes se distribuyen parejamente por todala ciudad;

— los nuevos propietarios se distribuyen parejamentepor toda la ciudad;

— las obras públicas (agua, electricidad, cloacas)acompañan el crecimiento de la edificación.

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or particularly conflictive. On the contrary, availableinformation leads us to the unequivocal conclusion thatthe dwelling problem is being solved surprisingly well.The empirical basis of this conclusion may be summarizedas follows:

Dwellings grow more than the population between1887 and 1914;

The constructions growing the most are the one, two,three, four or more storey ones.

The proportion of population living in conventillosdecreases;

Immigrants spread evenly all over the city;The new homeowners spread evenly all over the city;

Public works (water, electricity, sewage systems) followthe pace of construction growth.

In this way, running water is supplied to 74% of dwellingsin 1895, to 80% in 1904 and to 99% in 1914. Sewagesystems are laid out more slowly, although by 1909 65%of dwellings are connected to sewers, and finally,electricity is extended; the number of telephones rises,making Buenos Aires the city with the most telephones inSouth America; paved and stone paved streets increase innumber until they cover 75% of the city; streetcars run allover, going in all directions.

Where does all this come from? Dwellings, as we haveseen before, are built with private individuals' capital.Adding to the fact that 60% of the proprietors areforeigners, more than a half of the people selling theirestates (52%) are Argentines and somewhat more than ahalf or the buyers (they are almost 52%) are foreigners.The Municipality, meanwhile, receiving many complaintsabout the high amounts it spends, takes care of themaintenance, construction, streets signage and layout,plazas, lighting, cleaning, health. and generalimprovement. Its ordinary resources come from thecollection of direct and indirect taxes, possession andservice charges, direct taxes on property and indirect taxeson construction, the latter being its more productiveresource given "the astonishing increment of constructionin the municipality"11

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Pues sí, las aguas corrientes pasan de cubrir el 74%de las viviendas en 1895 a cubrir el 80% en 1904 y el99% en 1914. Las cloacas van más despacio, pero para1909 el 65% de las viviendas queda cubierto por eseservicio, y, en fin, la electricidad se extiende, la cantidadde teléfonos la convierten en la ciudad con más teléfo-nos de América del Sud, las calles pavimentadas o em-pedradas crecen hasta ser más del 75% de las de todala ciudad, los tranvías la cruzan casi por completo entodas las direcciones.

¿De dónde sale todo esto? Las viviendas, como vi-mos, de los bolsillos de los particulares. Como datoadicional al hecho de que el 60% de los propietariosde inmuebles son extranjeros, agreguemos que algo

más de la mitad de los que están vendiendo propieda-des (el 52%) son argentinos y algo más de la mitad delos que compran (casi el 52%) son extranjeros. La Mu-nicipalidad, mientras tanto, acompañada por las que-jas de todos los informes sobre lo mucho que gasta, seocupa de la conservación, construcción, delineaciónde las calles, afirmados, plazas, iluminación, limpieza,salud y saneamiento. Sus recursos ordinarios provie-nen de los impuestos directos, los indirectos, el domi-nio y la re-muneración de servicios (el directo sobre lapropiedad inmueble y el indirecto sobre las construc-ciones) son sus entradas más productivas dado “el in-cremento asombroso que ha tomado la edificación enel municipio”.11

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NNootteess

1. Alberto Martínez, Baedeker de la República Argentina,Buenos Aires, 1900, pp. 43-4.2. Cf. Francis Korn, "Un puerto para llegar" in thisvolume.3. Cf. Francis Korn y Lidia de la Torre, "La vivienda enBuenos Aires: 1887 - 1914" in Desarrollo Económico,number 98, vol. 25, 1985, pp. 245-258.4. Cf. Francis Korn y L. de la Torre, op. sic.5. Anibal Latino, Tipos y costumbres bonaerenses,Buenos Aires, Librería de Mayo, 1886, p. 94.6. Municipal Census from 1887 and 1904, Reports of theExecutive Department of Tenement Houses(Conventillos), 1917 Census of Conventillos, 1919.7. Reports of the Banco Hipotecario Nacional, (Real StateMortgage National Bank), 1913.8. Municipal Census from 1904 and National Census from1914.9. H.D. Sisson, La République Argentine. Description.Etude Sociale et Historique, París, Plon, 1910, p.31. 10. Data compared between the Municipal Census ofBuenos Aires from 1904 and the salaries series in R.Cortés Conde, El progreso argentino, Sudamericana,Buenos Aires, 1979.11. Report Obras Sanitarias de la Nación, 1895 - 1914.

Notas

1. Alberto Martínez, Baedeker de la República Argentina, Buenos Aires,

1900, pp. 43-4.

2. Cf. Francis Korn, “Un puerto para llegar” en este volumen.

3. Cf Francis Korn y Lidia De la Torre, “La vivienda en Buenos Aires:

1887-1914” en Desarrollo Económico, num. 98, vol. 25, 1985, pp. 245-

258.

4. Cf. Francis Korn y L. de la Torre, op. cit.

5. Anibal Latino, Tipos y costumbres bonaerenses, Buenos Aires, Librería

de Mayo, 1886, p. 94.

6. Censos Municipales de 1887 y 1904, Memorias del Departamento

Ejecutivo de los Conventillos, 1917 y Censo de Conventillos, 1919.

7. Memorias del Banco Hipotecario Nacional, 1913.

8. Censo Municipal de 1904 y Nacional de 1914.

9 H. D. Sisson, La République Argentine. Description. Etude Sociale et

Historique, Paris, Plon, 1910, p. 31.

10. Datos comparados entre los del Censo Municipal de Buenos Aires de

1904 y las series de salarios en R. Cortés Conde, El progreso argentino,

Sudamericana, Buenos Aires, 1979.

11. Memorias Obras Sanitarias de la Nación, 1895-1914.

Promoción de la "Alcancía Popular Banco Cooperativo UniversalLimitado". 1908. (Cat. nº 515)

Aviso de "Constructora Nacional. Banco de Edificación". 1908. (Cat. nº 516)

Pedro de Rojas. "¿Por qué está usted en la azotea con este calor queachicharra?" 1910. (Cat. nº 493)

Advertisement for "Alcancía Popular Banco Cooperativo UniversalLimitado". 1908. (Cat. nº 515)

Advertisement for "Constructora Nacional. Banco de Edificación".1908. (Cat. nº 516)

Pedro de Rojas. "Why are you on the terrace with this sizzlingheat?" 1910. (Cat. nº 493)

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Harry Grant Olds. Palacio de la familia Anchorena [actualmenteCancillería]. ca. 1915. (Cat. nº 262)

Harry Grant Olds. The Anchorena Family Palace [actual Ministry ofForeign Affairs]. ca. 1915. (Cat. nº 262)

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Harry Grant Olds. Calle Olavarría, La Boca. ca. 1900 - 1905. (Cat. nº 245) Harry Grant Olds. Olavarría Street, La Boca. ca. 1900 - 1905. (Cat. nº 245)

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Armando Coppola. Tranvía en un barrio de Buenos Aires. ca. 1910. (Cat. nº 214)

Armando Coppola. Streetcar in a neighborhood of Buenos Aires. ca.1910. (Cat. nº 214)

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Anuncio de Rodolfo Bollini y Cía. de remate de 30 lotes en Palermo. ca.1905. (Cat. nº 370)

Anuncio de Rodolfo Bollini y Cía. ca. 1905. (Cat. nº 369)

Auction announcement of Rodolfo Bollini y Cía. of 30 lots inPalermo. ca. 1905. (Cat. nº 370)

Announcement of Rodolfo Bollini y Cía. ca. 1905. (Cat. nº 369)

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111Anuncio de venta particular de lotes en Villa Devoto con una "Vista delterreno". 1906. (Cat. nº 514)

Anuncio de venta de manzanas y lotes "A. Fiorito y Hnos." 1911. (Cat. nº 517)

Announcement of the sale of lots in Villa Devoto with a “View of theplace”. 1906. (Cat. nº 514)

Announcement of the sale of blocks and lots "A. Fiorito y Hnos."1911. (Cat. nº 517)

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Anónimo. Construcción de los Talleres ferroviarios de Liniers. 1902. (Cat. nº 132)

Anónimo. Construcción de los Talleres ferroviarios de Liniers. 1902. (Cat. nº 131)

Anonymous. Construction of Liniers’ railway workshops. 1902.(Cat. nº 132)

Anonymous. Construction of Liniers’ railway workshops. 1902. (Cat. nº 131)

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Anónimo. Construcción de los Talleres ferroviarios de Liniers. 1902. (Cat. nº 130)

Anónimo. Construcción de los Talleres ferroviarios de Liniers. 1902. (Cat. nº 129)

Anonymous. Construction of Liniers’ railway workshops.. 1902. (Cat. nº 130)

Anonymous. Construction of Liniers’ railway workshops. 1902. (Cat. nº 129)

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From 1880 on, under the influence of the excitement ofEuropean liberalism, a rapid process of urbanization andwave of immigrants, the problem of housing becamecrucial among the popular sectors in the most importantcities of Argentina, especially Buenos Aires. Owing todifferent reasons, a series of changes took place in themap of urban housing including evident socialsegregation. Different types of housing by social groupbegan to emerge, resulting in an exodus of the upperclasses from the historical building area in the southernpart of the city.

The extremely badly sanitary conditions of the citywere an important issue in this new distribution. In 1867an alarm was spread when the soldiers coming back fromthe Paraguayan war had brought the cholera to the city.This fact was aggravated during the three following yearswith successive typhus, smallpox, and diphtheriaepidemics that caused thousands of deaths. Centralneighbourhoods which were shared then by bourgeoisresidences and humble workers' housing like San Telmoand Montserrat near the south of Victoria Plaza wereaffected by the epidemics. The most noticeable epidemicwas yellow fever in 1871. As tens of thousands died, panictook hold of the population and upper classes moved tohigh areas of the city believing that the epidemic wasspread from filthy crowded rent houses. (conventillos).

During the first years of 20th century, thesemovements increased when the persistence of thisworsened environment produced devastation duringperiods of bubonic plague and smallpox in 1900 and1901 respectively.

Therefore, between 1880 and 1910, along with therise of the elegant business area in Florida Street and thepalaces in Alvear Avenue, cheap dwellings for thedestitute grew in the historical building area; most of itsinhabitants were immigrant workers who came to Buenos

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Desde 1880, al calor del liberalismo europeísta, el ace-lerado proceso de metropolización y la oleada inmigra-toria, se hizo crítico el problema de la vivienda de lossectores populares en las principales ciudades argenti-nas, particularmente en Buenos Aires.

Por diversas causas, se produjeron una serie decambios en el mapa habitacional urbano, acentuándo-se la segregación social y comenzándose a diferenciarnetamente el habitar de los diversos grupos, evidencia-do en el éxodo de las clases pudientes del sector surdel casco histórico.

Las pésimas condiciones sanitarias de la ciudad tu-vieron fuerte incidencia en esa relocalización. En 1867habían aparecido algunas señales de alarma, cuandolos soldados que regresaban de la Guerra del Paraguaytrajeron el cólera a la ciudad. Esto se agravó en los tresaños posteriores con epidemias sucesivas de tifus, vi-ruela y difteria, que dejaron miles de muertos, afectan-do a los barrios centrales de San Telmo y Monserrat, alsur de la Plaza de la Victoria, compartidos hasta eseentonces por viviendas burguesas y de trabajadoreshumildes. Pero el hecho más impactante fue la epide-mia de fiebre amarilla de 1871. Ante la muerte de de-cenas de miles de personas, el pánico se apoderó de lapoblación y la clase pudiente se mudó a zonas altas,presuponiendo que el foco era la suciedad de los con-ventillos.

Estos movimientos se acentuaron hacia los prime-ros años del siglo XX, cuando la persistencia de estehabitar degradado hizo estragos durante la epidemiade peste bubónica de 1900 y de viruela de 1901.

Fue así como entre 1880 y 1910, simultáneamentecon el surgimiento de la zona comercial elegante a lolargo de la calle Florida y de los palacetes sobre la Ave-nida Alvear, se producía un crecimiento de la habitaciónpopular en el casco histórico, en gran medida ocupado

por trabajadores inmigrantes, acuciados por la depre-sión económica y la superpoblación en Europa y atraí-dos a Buenos Aires y otras ciudades sudamericanas.

En ese cambio de siglo, el alza del valor de la tierraurbana, los alquileres impagables y las pésimas condi-ciones de habitabilidad desembocaron en la “huelga deinquilinos” de 1907.

Pero había otro sector social aún mas marginado.Grupos de mulatos y mestizos, pobladores de áreas

rurales empobrecidas, junto a ex-soldados rasos de lascampañas del Paraguay, del Desierto y de las últimasguerras civiles se iban instalando en la orilla urbana.En la primera década de este siglo, en áreas margina-les aledañas al Riachuelo y a los bajos de Barracas porel sur, los bañados de Flores y Vélez Sarsfield en el oes-te, el Bajo Belgrano por el norte, los terrenos anegadi-zos de la cuenca del arroyo Maldonado, de Villa Cres-po a Palermo, y el enclave malevo de la Tierra del Fue-go (detrás de la Recoleta), se fueron instalando asen-tamientos marginales espontáneos y sin la menor in-fraestructura.

Estas habitaciones populares autoconstruidas eranrefugios elementales que se disponían sin plan rígido,respondiendo a una tipología con claras referencias alrancho pampeano, de pieza única, de usos múltiples, aveces con alero o una prolongación en galeria o rama-da, frente a la cual había una explanada de tierra api-sonada. Estas “taperas” suburbanas eran de muy bajaaltura (alrededor de dos metros) y para su construcciónya no se apelaba a los materiales naturales, sino que elsaber popular debía recurrir a ingeniosas adaptacionesde materiales y técnicas con desechos industriales demadera o metal. Valga el curioso ejemplo del apila-miento en hiladas de latas de kerosene.

El arrabal más importante de los registrados en lascrónicas de la época fue el Barrio de las Ranas.

Urban Tensions: poverty and marginality Tensiones urbanas: pobreza y marginalidad

Jorge Ramos

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Harry Grant Olds. Habitación particular en la quema de basura. 1901.(Cat. nº 240)

Harry Grant Olds. Room in the garbage dump. 1901. (Cat. nº 240)

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Aires and other South American cities fleeing fromeconomic depression and overpopulation in Europe.

At the turn of century, the rise in the value of urbanland, the unbearable rents, and bad housing conditionsled to the "tenants strike" of 1907.

However, there was a group which was even moreexcluded.

Groups of mulatto and mestizo, inhabitants ofimpoverished rural areas together with former low-ranked soldiers from the Paraguay and Desert Campaignsand from the recent civil wars were settled on the urbanperiphery. In the first decade of the century, somemarginal settlements were built without the minimalinfrastructure on the edge areas near the Riachuelo Riverand the low lands of the Barracas neighborhood towardsthe south, the marshy land of Flores and Velez Sarsfieldto the west, the low Belgrano to the north, the floodinglands of the Maldonado watershed, from Villa Crespo toPalermo, and the Malevo settlement called Tierra delFuego (behind the Recoleta neighbourhood).

These popular self-made dwellings were rudimentaryshelters arranged with no specific plan. very similar to therancho pampeano with one room for multiple purposes;sometimes it had a projecting roof or an extension like aporch or mass of branches in front of which there was aflat ground platform. These suburban huts (tapera) hadvery low height (approximately 2 meters) and were notbuilt with natural materials. Popular wisdom resorted toingenious adaptation of materials and techniques withwood or metal industrial waste; one example of thisadaptation was piling up kerosene tins.

The so-called "frog neighbourhood" is quoted inchronicles of those times as the most important in theoutskirts. It was located in the urban border to thesoutheast, near hospitals, mental asylums, ex-combatanthouses, slaughter-houses and the cemetery. It spreadalong 5 or 6 hectares of a hollow by the side of a rubbish

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Se implantó en los bordes urbanos del sudoeste,cercano a hospitales, manicomios, asilos de ex-com-batientes, mataderos y cementerio. Se desplegaba enuna hondonada de 5 o 6 hectáreas a lo largo del va-ciadero y quema de basuras de la ciudad. En 1907 con-gregaba alrededor de 2.000 habitantes, quienes vivíandel cirujeo, rescatando de allí, muchas veces, su propioalimento; entre ellos se contaban “de 50 a 60 ‘turras’explotadas por 120 ‘canfinfleros’… mientras que la po-blación accidental se compone de soldados de líneafrancos, ‘orugas’ desatados y ‘tanos’ canasteros” (PBT,19/1/1907). La vida social se desarrollaba en los lim-piones junto a algunas casillas o en los numerosos bo-liches, que ademas de surtir de yerba y caña a todo elbarrio, convocaban a los parroquianos en partidas detruco o taba.

Así, en estos reductos marginales del proceso demetropolización, espacios de tensión y conflicto en laconstrucción de la ciudad, contracara del “progreso”,en un cruce de troperos con matarifes, guitarreros concantineros, peones de barracas con verduleros y ciru-jas con prostitutas, nacía la cultura orillera, que expre-saba una síntesis de resistencia, mestizaje y astucia,en un juego de hibridaciones y adaptaciones dondeconvivían lo vernáculo y lo inmigrado, lo rural y lo ur-bano, el barro y el cinc.

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119Anónimo. Patronato de la infancia. Grupo de cuatro niños. ca. 1910 -1915. (Cat. nº 171)

Equipo de fotógrafos de Caras y Caretas. Patronato de la Infancia. El díade los niños pobres. 1909. (Cat. nº 81)

Anonymous. Patronato de la infancia. Group of four boys. ca. 1910 -1915. (Cat. nº 171)

Camera crew of Caras y Caretas. Patronato de la Infancia. Poorchildren's day. 1909. (Cat. nº 81)

dump. In 1907, it had approximately 2,000 inhabitantswho lived from vagrancy; they obtained their own foodthere. Among them were from 50 to 60 prostitutes(turras) exploited by 120 pimps (canfinfleros). . .whereasthe haphazard population was composed of soldiers whohad served in remote hinterlands not on duty,unemployed coachmen (oruguas) and Italian vegetablestreet vendors who used to sell their goods in baskets(PBT 1/19/1907). Social life was developed in open spacesin front of some huts or in the bars, which provided thewhole neighbourhood with yerba and caña and wherecustomers were engaged in card game (truco) andastragalus (taba)

Consequently the outskirts culture was born in thesemarginal hiding places of the metropolization process,territories of tension and conflict in the construction ofthe city, the other face of "progress" in an intersection ofcattle drivers and slaughterers, guitar players and bartenders, stall laborers and vegetable vendors, vagabondsand prostitutes conveying a synthesis of resistance,crossbreeds, and deceit in a play of hybridization andadaptability where the local and the migrant live togetheras well as the rural and the urban, mud and zinc.

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The year 1910 finds Argentina at the peak of its hygienicspirit. This occurrence was manifested in such a way thatthe Exposition organized that year to reflect distinctiveaspects of our country was composed of five sections.One : agriculture (including livestock), another : industry,a third : fine arts, a fourth : railway and the fifth :nothing less than hygiene. A whole section placed in asurface bigger than the one accorded to fine arts wasdevoted to hygiene, still an innovative and uncared forsubject in massive terms in most European countries.

I do not think I am far from the truth when I assumethat Buenos Aires in 1910 was a city where hygienic ideasand habits were more generally accepted than in anyother place in the world.

It is worth remembering that after the arrival ofChristianity in the West, hygienic habits fell into declineand with ups and downs, personal cleanliness wasdisregarded and even underestimated due to the sinfulconnotation of having to manipulate private parts of thebody. Together with the habit of bathing, sanitary artsdeclined, surviving only as historical landmarks ofarchitectural monuments works left by Romans:aqueducts, or the central sewage system or public thermalbaths of ancient Rome. It might be said that sanitaryinstallations of large capitals that had been developingduring the Roman Empire in the first century were betterthan those in the 18th century. Throughout the medievalages, a complete bathroom was considered only beneficialfor therapeutic procedures.

After the Reform and the First Industrial Revolution,the concentration of the masses in large cities and theircohabiting with rudimental hygienic systems causednumerous plagues and deaths. Therefore, mainly inProtestant countries, theoretical exhortations ofhygienists spread together with works of pipe laying and120

El año 1910 encuentra a la Argentina en el apogeo desu espíritu higienista. Tanto es así que la “Gran Expo-sición”de ese año organizada para reflejar los aspectosmás sobresalientes de nuestro país estaba conformadapor tan sólo cinco sectores. Uno: el agro (que incluía laganadería), otro: la industria, el tercero: las Bellas Ar-tes, el cuarto: los ferrocarriles y el quinto: ni más nimenos que la higiene. Todo un sector de mayor super-ficie que el de las Bellas Artes dedicado a este tema to-davía innovador y soslayado a nivel masivo por la ma-yor parte de los países centrales.

No creo estar lejos de la verdad cuando entiendoque el Buenos Aires de 1910 era una ciudad en dondelas ideas y los hábitos higiénicos estaban más genera-lizados que en cualquier otro lugar de todo el mundo.

Bueno es recordar que las costumbres higiénicasdespués del advenimiento del cristianismo en Occiden-te, habían decaído y, con altibajos, el aseo personalcompleto había quedado postergado y aun denostadopor la connotación pecaminosa de manipular los sec-tores íntimos del cuerpo. Junto con la costumbre delbaño, habían decaído también las artes sanitarias que-dando sólo como hitos históricos de las artes construc-tivas los acueductos romanos, la cloaca máxima o losbaños termales públicos de la antigua Roma. Puedeafirmarse que las instalaciones sanitarias de las gran-des capitales que se desarrollaron durante el ImperioRomano, tuvieron mejores instalaciones higiénicas enel siglo I que en el siglo XVIII. El baño completo fueconsiderado en toda la Edad Media sólo beneficiosocomo procedimiento terapéutico.

A partir de la Reforma y de la primera RevoluciónIndustrial el hacinamiento de las grandes ciudades y suconvivencia con sistemas rudimentarios de higiene ur-bana provocaron numerosas pestes y mortandades. Porello, mayormente en los países protestantes de Europa,

se instaló la prédica de los higienistas teóricos y, si-multáneamente, se desarrollaron la fontanería y las in-genierías sanitarias.

Una sucesión de inventos de artefactos sanitariosconectables a redes de distribución de agua y a siste-mas cloacales provocaron cambios que recién llegarona un grado de relativa generalización a finales del si-glo XIX.

En 1910, en ciudades como París o Roma, menos deun diez por ciento de las casas tenían baño, mientrasque en Buenos Aires durante el fenomenal desarrolloedilicio que abarcó de 1887 a 1920 (el verdadero yúnico período de las auténticas vacas gordas) los ba-ños se incorporaron raudamente a la arquitectura conlos últimos adelantos tecnológicos provenientes de In-glaterra y un grado de precaución sanitaria desconoci-do en los países centrales.

Como ejemplo, no conozco país del mundo en don-de los azulejos hasta el techo estuvieran y estén toda-vía tan difundidos como forma de revestimiento habi-tual de cocinas y baños (como si la gente previera quese arrojen alimentos o aun deposiciones contra las pa-redes). Extrañamente, los baños de Buenos Aires, ob-servó con justeza un viajero inglés, tienen mejorescondiciones sanitarias que un quirófano o un frigorífi-co. Por aquel entonces, la higiene adquirió simultánea-mente connotaciones de actualización tecnológica yvirtud moral, encendidas a través de la prédica decientíficos como Guillermo Rawson, Eduardo Wilde oJuan José Penna, verdaderos adelantos por sus concep-tos de higiene social.

Nuestro país, étnicamente español en su mayoría,pero francófilo y anglófilo desde sus influencias cultu-rales y tecnológicas, desarrolló a ultranza una filosofíahigiénica infrecuente en los países latinos tanto de Eu-ropa como de América.

Domestic Hygiene : From the chamberpot to the toilet.

Higiene doméstica: de la bacinilla al water closet

Carlos Libedinsky

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Manijas de depósitos de inodoro. Buenos Aires. ca. 1900 - 1910. (Cat. nº758-773)

Toilet flush handles. Buenos Aires. ca. 1900 - 1910. (Cat. nº 758-773)

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sanitary engineering. A succession of inventions ofsanitary fixtures that had the possibility to be connectedto running water and sewage systems produced changesthat had not been not fairly generalized until the end ofthe 19th century.

In 1910, in cities like Paris or Rome, less than ten percent of the houses had bathrooms, meanwhile in BuenosAires during the outstanding architectural developmentfrom 1887 to 1920 (the only and truly "booming times")bathrooms were incorporated swiftly to architecturetogether with the last technological discoveries fromGreat Britain; the city also had a degree of sanitaryprecautions unknown in central countries.

For example, I do not know any country in the worldwhere glazed tiles covering bathroom and kitchen wallsfrom bottom to top were as widely spread as they were inBuenos Aires, this procedure is used up to present times.(in order to prevent throwing of food or defecation to thewalls). An English visitor related correctly: Oddly, BuenosAires bathrooms have better sanitary conditions than anoperating theater or a cold storage plant. By that time,hygiene became a symbol of technological updating andmoral virtue owed to scientists like Guillermo Rawson,Eduardo Wilde or Juan José Penna who were ahead oftheir time with their concepts of social hygiene and whogave ardent speeches concerning these matters.

Our country, ethnically Spanish in its majority, butAnglophile and Francophile taking into account culturaland technological influences, resolutely developed ahygienic philosophy not frequent in Latin countries, bothin America and Europe.

In 1887, running water was already supplied to halfof the houses of Buenos Aires: exactly 14,700; thisproportion was a record for the time.

Water was filtered in pumps of Recolta (now theMuseum of Fine Arts) and was distributed from a hugeiron cistern in Plaza Lorea (since demolished).

At the beginning of the century, the 1887 capacitywas unable to meet demand and it became necessary todistribute water from a larger tank which was located inthe recently-finished Obras Sanitarias building in CórdobaAvenue.

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En 1887 el suministro de agua corriente ya llegaba ala mitad de las viviendas de Buenos Aires: exactamente14.700. Esta fue una proporción récord para la época.

El agua se filtraba en la casa de Bombas de la Re-coleta (actual Museo de Bellas Artes) y se distribuíadesde el enorme tanque de hierro de Plaza Lorea, hoydemolido.

A comienzos de siglo, el récord de 1887 es amplia-mente superado y el agua es necesario distribuirla des-de un más voluminoso depósito contenido en el ya ter-minado actual edificio de Obras Sanitarias de la Av.Córdoba.

La casa Heinlein de artefactos sanitarios ubicada enAv. de Mayo al 1400 (edificio todavía existente) es deuna dimensión y lujo no superada por ningún comer-cio del ramo de la época o posterior abarcando su lo-cal y sus viaductos toda la cuadra entre Saénz Peña ySan José.

Las más afamadas marcas de loza sanitaria eran ex-hibidas en sus instalaciones. Algunas con la marca“Iris”(de la casa Heinlein) reemplazando la marca ori-ginal inglesa que encontraba impresa entre las orna-mentaciones de los artefactos. Esta fabricación espe-cial para la Argentina revela la importancia cuantita-tiva de nuestro consumo.

Para divulgar estas innovaciones sanitarias los im-portadores trajeron modelos de porcelana en escala deperfecta manufactura que se distribuyeron entre losarquitectos, ingenieros y constructores para que los in-cluyeran en sus proyectos.

Entre estas maquetas se encontraba una reproduc-ción que funcionaba del depósito “Crapper”de hierrofundido diseñado a partir de la “ley de aguas”del Par-lamento Británico de 1872 para que no se utilizaranmás de dos galones de agua para cada evacuación delwater closet. El agua acondicionada a través de tan-ques térmicos a gas construidos en cobre marca “Euar-ton”; especialmente el modelo “califont” que inmorta-lizó con su nombre (calefón) a todos los calentadoresde agua posteriores hasta el día de hoy.

Curiosamente, los argentinos de la vuelta del siglose inspiraron teóricamente en los higienistas france-

ses, utilizaron aparatos sanitarios ingleses y adopta-ron la disposición de baño norteamericano para losartefactos.

En Inglaterra, en general los baños conformabancuartos separados de los toilettes y no utilizaban bidé.En Francia, contenían sólo water closet y bañera puesel lavatorio y el bidé solían estar en el dormitorio. EnEstados Unidos, en cambio, el cuarto de baño conteníala bañadera con ducha, el lavatorio y el water closet. Aveces también una ducha separada (tipo de baño infre-cuente en Europa) y prácticamente nunca el bidé.

Los buenos baños argentinos, en cambio, incluíantodo y en densidades generosas para el standard deaquella época.

Las viviendas a las que no alcanzaba la red sanita-ria no tenían este tipo de baños y seguían con los en-seres previos a la nueva tecnología. Aunque a vecesdisponían de esos nuevos artefactos, en general usa-ban elementos más primarios. Se utilizaban letrinas,separadas de la casa y en los dormitorios por los cañosse disponían bacinillas dentro del sillón “comode” quelos disimulaba en las mesas de noche. Los lavatorioseran muebles con tapa de mármol que contaban conjarra palangana y balde de loza, porcelana o chapa es-maltadoutilizables para el lavado de cara y manos.

La bañadera era generalmente de chapa galvaniza-da y, pocas veces, de mármol cavado para las residen-cias más suntuosas.

El bidé era tan sólo una palangana en forma de gui-tarra y para esa época su función era considerada máscontraceptiva que puramente higiénica.

Este era el panorama general de la higiene domés-tica urbana que sorprendía por su divulgación y la cre-ciente conciencia sobre ella de los habitantes de estaciudad.

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The Heinlein Company, devoted to sanitaryfixtures, located in 1400 Avenida de Mayo (the building isstill there) had such dimensions and luxury not surpassedduring or after the period by any other company; itspremises comprised an entire block between Saenz Peña andSan José streets.

The most important brands of porcelain sanitary fixtureswere displayed in its premises. Some of them were labelledIris (by Heinlein) replacing the original English trademarkprinted in ornaments inside the fixtures. This specialmanufacture for Argentina reveals the quantitativeimportance of our demand.

To make known sanitary innovations, importers broughtperfectly manufactured porcelain scale-models and passedout them among architects, engineers and constructors inorder to encourage the latter to include them in theirprojects.

Among these models, there was a "Crapper" cast irontank reproduction - in fact the tank worked properly - fornot using more than two gallons of water when flushing thetoilet and the same was designed after the BritishParliament had sanctioned the Water Statute of 1872. Hotwater gas furnaces were built with a copper brandedEurton; the model "califon" gave its name (calefón) to thefollowing hot water furnaces until the present.

Curiously, Argentine people from the turn of the centurywho were inspired in theory by French hygienists, usedEnglish sanitary fixtures, and adopted the arrangement ofAmerican bathroom for fixtures.

In England, generally bathrooms were separated roomsfrom toilets and they did not use bidets. In France,bathrooms used to be in bedrooms and had only toilets and

bathtubs. However, in the United States, bathrooms hadbathtub with shower, sink, and toilet. Sometimes, they hadalso a separated shower (this kind of bathroom was notfrequent in Europe) and almost never did they have bidet.

On the other hand, new Argentinean bathroomsincluded everything and in generous dimensions if we takeinto account practices in those times.

Houses unconnected to the sewerage system did nothave this kind of bathroom, they kept implements previousto new technology. In spite of having these new fixtures,people generally resorted to more rudimentary ones. Theyused latrines outside the house and in bedrooms throughsewers; chamber pots were disposed of inside of comodearmchairs and hidden in night tables. Lavatories were piecesof furniture with marble covers over which a porcelain ormetal washbowl and a jug were placed for washing face andhands.

The bathtub was generally made of galvanized metaland occasionallyof mottled marble for luxurious mansions.

The bidet was a kind of washbasin with the shape of theguitar used more as contraceptive device than for hygienicpurposes.

This was the general situation of domestic urbanhygiene which was surprising due to its widespreadadoption and the growing conscience of the cityinhabitants.

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Calentador "Califont Ewart & Son, Ltd." Londres. ca. 1890 -1896. (Cat. nº 785)

Water heater. "Califont Ewart & Son, Ltd." Londres. ca. 1890 -1896. (Cat. nº 785)

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Bidett Portatil "Gath y Chaves". Buenos Aires. ca. 1918. (Cat. nº 757)

Inodoro. "G. Jennincs the pedestal vase". Londres. ca. 1890 - 1895. (Cat.nº 751)

Portable Bidet "Gath y Chaves". Buenos Aires. ca. 1918. (Cat. nº 757)

Toilet. "G. Jennincs the pedestal vase". Londres. ca. 1890 - 1895.(Cat. nº 751)

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Cisterna de descarga para inodoro modelo "Haupt Patente". Buenos Aires.1910. (Cat. nº 786)

Mingitorio esquinero "G. Jennincs". Londres. ca. 1910. (Cat. nº 754)

Flush chamber for model toilet "Haupt Patente". Buenos Aires. 1910.(Cat. nº 786)

Corner urinal "G. Jennincs". Londres. ca. 1910. (Cat. nº 754)

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As history went by, Buenos Aires left two different typesof material evidence of its past: one which survived inthe form of buildings, objects in collections or even inuse, that is to say, what can be seen and touched. And,on the other hand, what has been destroyed, lost orsimply thrown away, discarded. Urban archaeology hasinvolved great efforts to recover, interpret and preservethat last evidence of the city life, the remains that are notvisible, that are not even known to have existed.Fragmented, destroyed, worn out to such extent thatsometimes they are unrecognizable; those remainscovered with earth layers and debris lie under the cityground in the form of various meters of strata includingwhat it was and what we were; the good and the bad,what we wanted to show and displayed until it gotbroken – and what we preferred to cover and erase. Thisis the great advantage of archaeology: it allows us tolearn equally about the everyday life of rich and poorpeople, to observe what really happened and not onlywhat some people wanted to show.

During the turn of the 19th into the 20th century,Buenos Aires shows a peculiar history, through itsarchaeology: it shows a city whose material culture wasvery different from the rest of the country, and from thecity it had once been. Excavations carried out in differentgarbage dumps of the time, show hundreds of importedproducts: more than the 99% of all unearthed remainswere produced abroad. What does that mean? It meansthat everyday life, both of the poor and the rich, wasalready absolutely different from the life in the rest of thecountry or from the life in many Latin Americancountries; that there was a consolidated economicstructure that had absorbed not only the immigration butalso the whole of the population; that the society decidedto take its place in the international market in adetermined manner: as a consumer and not as a

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Buenos Aires, al transcurrir su historia, fue dejando dostipos de evidencias materiales de su pasado: las quehan pervivido en forma de edificios, objetos en colec-ciones o incluso aún en uso, es decir lo que podemosver y tocar. Y por otra parte lo que se ha destruido, per-dido o simplemente arrojado a la basura, descartado.La arqueología urbana ha destinado grandes esfuerzosa recuperar, interpretar y preservar esa última eviden-cia de la vida ciudadana, los restos que no se ven, losque ni siquiera se sabía que existían. Fragmentados,destruidos, gastados a veces hasta ser irreconocibles,cubiertos por capas de tierra y escombro, yacen bajo elsuelo de la ciudad en forma de varios metros de estra-tos que incluyen lo que fue y lo que fuimos; lo buenoy lo malo, lo que quisimos mostrar y lucimos —hastaque se rompió— y lo que preferimos esconder y borrar.Esta es la gran ventaja de la arqueología, que nos per-mite vislumbrar los resquicios de la vida cotidiana dericos y pobres por igual, observar lo que realmente pa-saba y no sólo lo que algunos quisieron mostrar.

Buenos Aires durante el cambio del siglo XIX al XXmuestra, a través de la arqueología, una historia pecu-liar: una ciudad que en su cultura material era profun-damente diferente al resto del país, a la vez que muydistinta de la ciudad que había sido antes. La excava-ción de varios basurales de esa época nos muestra mi-les de productos importados: más del 99% de todo loque se excava fue producido en el exterior. ¿Qué quie-re decir esto? Quiere decir que la vida cotidiana, de po-bres y ricos, era ya absolutamente diferente de la delinterior del país, y de muchos países de América Lati-na. Que se había consolidado una estructura económi-ca que había cubierto no sólo a la inmigración sino atodos los habitantes, una sociedad que decidía inser-tarse de una manera determinada en el mercado inter-nacional, como consumidora y no como productora.

Una sociedad que barría con lo que antes había carac-terizado su vida: la presencia multirracial de indígenas,blancos y africanos para quedar todos homogeneiza-dos —o simplemente borrados— bajo la gran suprema-cía del blanco. Y una sociedad que estaba cambiandoprofundamente todos sus hábitos. Pequeños detallescomo la aparición de la carne asada a la parrilla en lu-gar del sistema vertical usado por el gaucho son sóloun ejemplo más de nuevas dietas, nuevas formas de re-lacionarse, de conocer la realidad, de vestirse, de con-sumir y de descartar.

¿Puede la basura hablarnos de la vida diaria? Creoque sí, y mucho. Nos puede mostrar facetas y aspectosque, por minúsculos, pueden pasar desapercibidos: bo-tones, agujas, gemelos, hebillas, bolitas para los juegosinfantiles, pipas, boquillas y fragmentos de casi todo loimaginable. Pero no es sólo el objeto sino el contextoen el cual se encuentran: éste nos habla de dónde seusaron, quiénes lo hicieron y cuándo; aunque el conte-nido puede ser similar, no es lo mismo un pozo de ba-sura de una familia importante de la zona céntrica—con su servidumbre incluida— que el de una familiapobre de la periferia. Quizás tengan los mismos platos,pero unos los tuvieron cuando estuvieron de moda re-cién llegados de Europa, los otros los usaron cuandolos recibieron por descarte al pasar de moda. Esta, ymuchas otras explicaciones, surgen al correlacionar elsitio y los objetos, la documentación histórica disponi-ble y otros registros gráficos y cartográficos. La ar-queología histórica se construye precisamente con lainterdisciplina de la arqueología y la historia.

Entre los diversos objetos que salen a la luz están,por ejemplo, los provenientes del tocador, de la vajillay de la cocina domiciliaria, que estaban en uso en laépoca; algunos son más antiguos, de otros recién seiniciaba la fabricación, algunos son más caros y otros

1910 Buenos Aires under the ground 1910 bajo el suelo de Buenos Aires

Daniel Schávelzon

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Frascos para afeites. Botellas de cosméticos y remedios (Cat. nº 719-720, 729, 715 y 735)

Cosmetic and medicine bottles. (Cat. nº 719-720, 729, 715 y 735)

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producer. It also means that the society was doing awaywith what used to be characteristic of its life: themultiracial presence -of natives, white and African people-was eventually homogenized or simply wiped out underwhite supremacy; finally, that the city was changing all itshabits. Small details, like the appearance of meat broiledon a grill instead of the traditional vertical system ofcooking used by the gaucho, stand as only some examplesof new diets, new social relationships, ways ofcomprehending reality, of dressing, of consuming, anddiscarding.

Can garbage tell us about everyday life? I think so,immensely. It can show us many sides and small aspectswhich may pass unnoticed: buttons, needles, cuff links,buckles, marbles for children games, tobacco pipes,cigarette holders, and fragments of almost any imaginablearticle. Not only the object itself is important, but also thecontext where it is found is very relevant: the latter tells usabout where the objects were used, when, and who usedthem; even if the content is similar, the garbage dump ofan important family living in the centre, with the servantsincluded, is not the same as the dump belonging to a poorfamily from the periphery. They may have the same dishes,but the former had them when they were in style justarrived from Europe, while the latter used them once

discarded because they were old and out of fashion. Thisand many other explanations arise by correlating the placeand the objects, the available historic documents, andother graphic and cartographic records. Historicalarchaeology consists of the interaction of both history andarchaeology.

Among the many objects that come to light aredifferent elements from the house, for example: toiletarticles, kitchen and tableware used during that period;some of them are old, others had just started beingmanufactured, some are really expensive, others not so. Asa whole they represent the family homes of the beginningof the 20th century, homes belonging to a society that hadassumed attitudes of mass consumption although it stillstruggled with big social differences and, of course,against the possibility of access to those products whichwere a part of its social structure.

Buenos Aires has demonstrated that, under its ground,there is a great potential for the study of its past, whichhas just started being known. However, to have it broughtto light, it is necessary to run a race against city demolitionand quick transformation, especially in the town centre,since each site that is destroyed represents an irretrievableloss for urban archaeology.

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no tanto. Pero en su conjunto representan las casasfamiliares de los primeros años del siglo XX, las de unasociedad que había asumido actitudes de consumomasivo pero que se debatía entre las grandes diferen-cias sociales —y por supuesto en la posibilidad de ac-ceso a esos productos— que eran parte estructural desu composición.

Buenos Aires ha mostrado que, bajo su suelo, se en-cuentra un gran potencial para el estudio de su pasa-do, que apenas ha sido comenzado a comprender. Pe-ro para excavarlo es necesario correr una carrera con-tra la demolición y la rápida transformación que vivela ciudad, en especial en su zona céntrica, ya que ca-da lugar que se destruye es una pérdida irreparablepara la arqueología urbana.

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Botellas. (Cat. nº 703, 708, 711, 700 y 699)

Mosaicos. ca. 1910. (Cat. nº 728, 723, 725, 724, 727 y 722)

Bottles. (Cat. nº 703, 708, 711, 700 and 699)

Mosaics. ca. 1910. (Cat. nº 728, 723, 725, 724, 727 and 722)

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For the travellers to the Centennial, Buenos Aires was oneof the most modern cities in the world. As every city, ithad all kind of streets; let us walk along them.

A decade later, Borges, putting together the porteñoessence with the neighbourhood or barrios streets, feltthe borderline streets as “part of its nature”. The same isheard in the tangos where opposing the centre to thebarrios, make the barrio into a matter of city identity.Opposition between avenues and narrow streets. Thelatter, heirs of the rectangular Ibero-American layout,caused boredom with their monotony and seduced withtheir domesticity. The Spanish Rusiñol attributed thesadness of the Argentines to them. They were familiarterritory, shared at times by: bullies, hoodlums andcorners owners, occupied during the day by: smallchildren, gossiping neighbour women, dogs, hurdy gurdyplayers, peddlers, milkmen with carts or tame cows of lazypace, greengrocers, chicken sellers and the peculiar turkeysellers walking their living merchandise along the streets.As Carriego sings, they were the place of every day publiclife, of habitual gathering. This living space was enoughfor the construction of the city substance. There, daringtheir way along uneven stone pavements, a fewautomobiles ventured, while many flat cars and carts weremore abundant.

Enrique Cadícamo sang, somewhat hopeless: “Andalong your streets / nowadays other brawlers passboasting: / the automobiles!” (Wind that takes and brings)

The squeak sound and bell of electric streetcarsreplaced the horn of horse pulled trams drivers. Despitethe noise, Roberto Mariani is attracted by these streets: “Iwander around those streets, alone, / I get to the suburb,pass to the outskirts, / and far from automoticity againstcosmopolitism, familiarity versus depersonalization, sunand fresh air instead of smoke and darkness. The badlypaved borderline streets end, according to Koebel,

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Para los viajeros del Centenario, Buenos Aires era unade las más modernas ciudades del mundo. Como todaciudad, tenía calles de todo tipo; recorrámoslas.

Una década después, Borges, uniendo porteñidadcon calles barriales, sintió a las calles orilleras como“su entraña”. Lo mismo se escucha en los tangos, queoponiendo los barrios al centro, hacen del barrio cues-tión de identidad ciudadana. Oposición entre avenidasy callecitas. Éstas, hijas de la traza rectangular iberoa-mericana, aburrían por su monotonía y seducían por sudomesticidad. El español Rusiñol les atribuyó la triste-za de los argentinos. Eran territorio familiar, comparti-do a veces por compadritos, malevos y dueños de es-quinas, ocupado durante el día por chiquillos, vecinaschismosas, perros, organilleros, vendedores ambulan-tes, lecheros con carros o con mansas vacas de pasocansino, verduleros, vendedores de gallinas y los pinto-rescos vendedores de pavos paseando por las calles sumercadería viviente. Como canta Carriego, eran el sitiode la vida cotidiana pública, del encuentro habitual.Este espacio vivido bastaba para la construcción de lociudadano. Allí, arriesgándose por los malos empedra-dos, se aventuraban pocos automóviles, y abundabanlas chatas y los carros.

Enrique Cadícamo cantó, no sin desesperanza: “Ypor tus calles/ hoy pasan roncando otros guapos:/ ¡Losautomotores!” (Viento que lleva y trae).

El rechinar y el timbre de los tranvías eléctricosreemplazó a las cornetas de los mayorales de los tran-vías de caballo. A pesar de los ruidos estas callesatraen a Roberto Mariani: “Salgo a vagar por esas ca-lles, solo,/ llego al suburbio, paso a las afueras,/y lejosde automóviles y aceras/llenas de gente, voy soñandosolo” (Días de sol).

Vivencias cercanas, se goza en ellas de silencio ygorriones dichosos, de tango ingenuo y sollozos de es-

quina, hojas secas, luz de crepúsculos y novias tristes,veredas, glicinas, manzanillas, mariposas y árboles.Eran de casas bajas, como lo comprueba el censo de1909. Barrio y centro. Silencio contra ruido, tranquili-dad versus ajetreo, domesticidad contra cosmopolitis-mo, familiaridad versus despersonalización, sol y aireen lugar de humo y oscuridad. Las mal pavimentadascalles orilleras terminan para Koebel bruscamente en lapampa, por lo que Bryce dice que no puede llamarse aesto ni ciudad ni campo. Para Borges estas callecitas sederraman en la pampa hasta perderse en la patria.

Los poetas, liderados por Evaristo Carriego, lasconstituyen con esquinas y puñaladas, farolitos y fa-briqueras, pibas y barriada, chiquilos y juegos (el ran-go, el vigiladrón), miseria y corazón, guapos cantores,fiocas y malandrines, cafetines, humo, neblina, aljibes,parras y guitarras, tango, faroles que pintó Pío Colliva-dino, tapiales y cercos de tuna. Sus sitios predilectosson la esquina, el ruidoso conventillo, la cantina, el al-macén, el corralón, la vereda, el balcón, el patio, lascasas de patios laterales; a veces, la iglesia. Son loscampos de acción de gringos musicantes (organito),chiquillos, marchantes, pregoneros, comadres, hom-bres, asesinos, orilleros, tísicas, mujeres de obreros,muchachos, maridos borrachos, paseantes, vigilantes,perros callejeros, gatos y gatas, costureritas.

Las acciones más mencionadas —dejo al lector asig-narles protagonistas—, son: pregonar, correr y jugar,vender, chismear, hablar, limpiar, bailar, remendar, ha-cer la ronda, ladrar, admirar, amar, pelear, reunirse,cantar, tocar la guitarra, alborotar, querer, recordar, sa-ludar, irse, morir.

En las calles de barrio, todo cesa a las 12 de la no-che, pero en las avenidas —Corrientes y Avenida deMayo son ejemplos—, el movimiento nunca desapare-ce del todo.

The Streets of the Centennial Las calles del Centenario

Rafael E. J. Iglesia

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David Mazziotti. Esquina de Maipú y Cuyo. Jueves 29-2-1910; por lamañana. (Cat. nº 277)

David Mazziotti. The corner of Maipú and Cuyo. Thursday morning,February 29,1910. (Cat. nº 277)

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suddenly into the flat pampa field, for this reason Brycesays that this can be called neither city nor country.According to Borges, these narrow streets flow over thepampa until they get lost in the national country.

The poets, led by Evaristo Carriego, compose themwith corners and stabs, little street lamps and factorywomen workers, young gals and neighbourhood guys,kids and plays (jump-over-the–back and cops– thievespursuit), misery and heart, brawler singers, prostitutes andrascals, coarse cafes, smoke, mist, wells, vines and guitars,tango, street lamps painted by Pio Collivadino, mud wallsand tuna fences. Their favourite places are the corners,the noisy tenement house, the economical restaurants,the grocer´s, the corals, the sidewalk, the balcony, thepatio, the houses with long side patios; sometimes, thechurch. They are the action fields of gringo musicians(hurdy gurdy), small kids, salesmen, street vendors,women friends, men, murderers, border neighbourhoodmen, consumptive women, workers wives, guys, drunkhusbands, passersby, policemen, street dogs, he and shecats, young dressmakers.

The most frequently mentioned actions –I will let thereader assign them a doer- are: calling out merchandise,run and play, sell, gossip, talk, clean, dance, mend, makea round, bark, admire, love, fight, gather, sing, play theguitar, make fuss, want, remember, greet, go away, die.In neighbourhood streets everything stops at midnight,but in the avenues –such as Corrientes or Avenue deMayo- the movement never stops completely.

These city streets have such an attraction, that someyears after the Centennial (1917), it thrills in BaldomeroFernández Moreno words:

El poeta, la calle y la nochese quieren los tres.La calle me llama,la noche tambiénHasta luego, madre,voy a florecer.

According to Blasco Ibañez, there are two cities, theAmerican, that of the neighbourhoods, and the European,that of the centre. The Avenues are in the centre going

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Tienen estas calles ciudadanas una atracción que,unos años después del Centenario (1917), vibra en Bal-domero Fernández Moreno:

El poeta, la calle y la nochese quieren los tres.La calle me llama,la noche tambiénHasta luego, madre,voy a florecer.

Para Blasco Ibáñez hay dos ciudades, la americana,de los barrios y la europea, del centro. Allí están lasavenidas, en pleno centro, o rodeándolo, o irradiandodesde él. Allí está el ruido y la vida agitada. En las ca-lles y avenidas centrales, como Florida y Avenida deMayo, se reúne al atardecer “el mundo aristocrático dela gran metrópoli, luciendo las hermosas damas ele-gantes trajes, lujosamente confeccionados, en carrua-jes irreprochables, arrastrados por soberbios troncos delas razas más puras. Las tiendas situadas en dichas ca-lles no ceden en nada, en cuanto a lujo y riqueza (…) alas que ostentan las grandes capitales europeas.” (Co-lombo y Urien, 1910:41).

La más conspicua es la Avenida de Mayo, según to-dos (Colombo y Urien,1910; Blasco Ibáñez,1910; Hu-ret,1911; Koebel, 1909), “moderna”, “la más hermosa”,“imponente” y “ejemplar”, con sus treinta metros deancho y sus arboladas veredas veraniegas llenas demesas de café. Es el boulevard predilecto, hecho a ima-gen y semejanza de la ciudad moderna. Allí se aúnan,a la porteña, dos culturas: la francesa haussmanianaque modela su urbanismo y la española, que la habita.Domina a la ciudad chata con la altura de sus edifcios,entre ellos el palacio de La Prensa y el Club del Progre-so. Allí hay costumbre de cafés, locus de la plática po-lítica, el juego de dominó y los encuentros casuales.Muchos, como el famoso Tortoni, ponen sus mesas enla vereda. En el aire resuenan las zarzuelas y humea elchocolate con churrros. En lugar de las antiguas caso-nas de amigables patios centrales (Koebel), se instaurael vivir “a la francesa”, en departamentos; según Koe-bel, las cajas de ascensor reemplazan al patio.

Iluminada eléctricamente, arbolada con plátanos, escentro de los festejos, escenario de los desfiles cívicos ymilitares, llenos de pacatura; y de los desfiles carnava-lescos rebosantes de alegría y desorden. En la vida co-tidiana aturden el trotar de los carruajes, compitiendocon los motores de los automóviles y los gritos de flo-ristas, vendedores de lotería y lustradores de botas.

También son elegantes las avenidas Alvear, Callao,de la República y Santa Fe. Deslumbran por su arbola-do y sus palacetes, italianizantes o afrancesados, siem-pre de un “allá” europeo y transpirenaico. Los omnipre-sentes y baratos tranvías enhebran estos barrios conlos más humildes, que nacen movidos por las ansias dela casa propia y el afán de los especuladores inmobi-liarios. Nos dice Koebel: “Por diez centavos (el equiva-lente de veinte céntimos), usted será llevado, por asídecirlo, de un lado al otro de la ciudad” (Koebel,1909:70)

En las calles del centro, la estrechez es una “reliquiadel pasado” (Koebel) que todos denuncian y soportan.Pero son el lugar de los cafés, los restoranes distingui-dos, los teatros, los grandes hoteles y por supuesto, loscomercios. De todas ellas, Florida se lleva la palma, esla calle de moda (Koebel), aunque muchos objetan suangostura y el caos de carruajes, automóviles, carros,tranvías y paseantes. Tiene, tanto para Blasco Ibáñezcomo para Saldías, carácter de sala.

“En la calle Florida se suspende el tránsito de loscarruajes al ponerse el sol, y queda convertida en unsalón al aire libre. Pasean a pie señoras elegantes, se-guidas por las mirads de los hombres, agrupados en lasveredas” (Blasco Ibáñez, 1910:514).

“Dos corsos diarios: el matutino y el vespertino, dosmaravillosas procesiones ciudadanas, de hermosasmujeres y de hombres deslumbrados.” (Saldías,1968:155)

Es lugar de exhibición y paseo de las más bellas mu-jeres de Buenos Aires y por ende, es el lugar de los re-quiebros. Es calle de lujo y finura, de modistos y joye-ros.

Su polo opuesto está cerca, diez metros más abajo:el Paseo de Julio, con sus recovas características, y 25

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around it, or radiating from it. There is noise and bustlinglife. In the central streets and avenues, like Florida andAvenue de Mayo, at sunset the aristocratic world of thegreat metropolis gathers, handsome ladies wearing elegantdresses, of a rich make, in coaches beyond reproach, pulledby superb horses of the purest races. The stores in suchstreets do not fall behind the ones in the big Europeancapital, as far as luxury and richness (. . .) is concerned.(Colombo y Urien, 1910,p. 41)The one most outstanding is Avenue de Mayo, accordingto all people (Colonbo y Urien,1910; Blasco Ibáñez,1910;Huret,1911; Koebel, 1909), it is “modern”, “the mostbeautiful”, “grandiose”, and “exemplary”, with its thirtymeters width and its summery sidewalks with trees full ofcafé tables. It is the favourite boulevard, built as the livingimage of the modern city. There, in a porteño manner, twocultures become one: the Haussmanian, modelling itsurbanism and the Spanish, residing in it. It dominates theflat city from its buildings height, among them there arethe palaces of La Prensa and of Club del Progreso. Thereis the culture of the cafes, centres of political talk, ofdomino games and casual encounters. Many cafes, as thefamous Tortoni, place their tables on the sidewalk. In theair the zarzuela resonates and the hot chocolate withchurros steams. Instead of the big old houses1 withamiable central patios, the “French manner” of living inflats is established; according to Koebel, the elevator cagesreplace the patio.

With electric lights, sycamore trees, it is thecelebrations centre, stage of civic and military parades, fullof decorous; and of carnival processions, brimming withjoy and confusion. In the every day life, the deafeningtrotting of the coaches compete with the automobileengines and the shouts of florists, of lottery vendors andthose of boots polishers.Also elegant places are Alvear, Callao, de la República andSanta Fé Avenues. They dazzle with their trees andpalaces, Italian or French styled, always having anEuropean and beyond the Pyrennes “somewhat”. Thealways present and economical streetcars join theseneighbourhoods with the most humble ones, which areborn out of the desire of having the own house, or out of

the interest of the real state speculators. Koebel says: “For10 centavos (the equivalent to twenty cents), you aretaken, so to speak, from one to the other side of the city(Koebel, 1909:70)

In the centre streets, the narrowness is a “relic of thepast” (Koebel) that everybody denounces and endures. Butthey are the places of the cafes, the distinguishedrestaurants, the theatres, the big hotels and, of course, theplace of the stores. Among all the streets, Florida is thewinner, is the fashionable street (Koebel), even if someobject its narrowness and the chaos of coaches,automobiles, carts, streetcars and passersby. For BlascoIbáñez as well as for Saldías, it has the character of a hall.

In Florida street coach traffic is forbidden after sunset,and it then becomes an open air hall. Elegant womenstroll, followed by the looks of the men, gathered on thesidewalks. (Blasco Ibáñez, 1910:514)

Two daily parades: the morning and the evening one;two wonderful city processions, of beautiful women anddazzled men. (Saldías, 1968:155)

This is place for Buenos Aires most beautiful womenself exhibition and stroll, therefore the place for flirting. Itis the street of luxury and excellence, of male dressmakersand jewellers.

Its opposite pole is nearby, ten meters downwards: thePaseo de Julio, with its characteristic arched coveredsidewalks, and 25 de Mayo street. Neighbours to the port,in these streets take place the sailors quick lives. Sexualrelease, virtual or real, dealings, cabarets; noise, ethnic andlinguistic mixtures. The low part of the city representedthe Buenos Aires vileness. That is why Borges, decorouslyanathematized it as: “Heaven, for those from hell”.

The narrow Corrientes, and its surroundings, is thebohemians territory (Saldías), there can be found thefamous cafés: Dumond, of Los Inmortales, and thetheatres.

The, according to Blasco Ibáñez, “never ending”Rivadavia street crosses the city from East to West and itloses itself in the pampa, after having been all: elegant,mid class and poor, place of houses, of patio houses, ofrich villas, like Ortiz Basualdo´s one in Caballito, and ofapartment buildings.

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de Mayo. Vecinas del puerto, en ellas ocurre la vida rá-pida de los marineros. Desahogo sexual, virtual o real,negocios, cabarets; ruido, mezclas étnicas y lingüísti-cas. El bajo era la bajeza de Buenos Aires. Por eso Bor-ges, recatadamente, lo anatemizó: “Cielo, para los queson del infierno”.

Corrientes, angosta, y su entorno, es territorio debohemios (Saldías), allí está el famoso café Dumont, elde Los Inmortales, y los teatros.

La para Blasco Ibáñez interminable calle Rivadaviacruza la ciudad de este a oeste y se pierde en la pampa,luego de ser de todo: elegante, medio pelo y pobre, lugarde casas, de casas de patio, de quintas fastuosas como lade Ortiz Basualdo en Caballito, y de departamentos.

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David Mazziotti. Esquina de Rodríguez Peña y Cangallo. Miércoles 15-10-1911; por la mañana. (Cat. nº 283)

David Mazziotti. Esquina de Lima e Independencia. Miércoles 15-10-1911; por la mañana. (Cat. nº 284)

David Mazziotti. Esquina de Defensa y Alsina. Detalle. Domingo 30-3-1913; por la mañana. (Cat. nº 291)

David Mazziotti. The corner of Rodríguez Peña and Cangallo.Wednesday morning, October 15, 1911. (Cat. nº 283)

David Mazziotti. The corner of Lima and Independencia. Wednesdaymorning, October 15, 1911. (Cat. nº 284)

David Mazziotti. The corner of Defensa and Alsina. Detail. Sundaymorning, March 30, 1913. (Cat. nº 291)

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David Mazziotti. Esquina Cerrito y Cuyo. Sábado 13-4-1907; 12:30 p.m.(Cat. nº 274)

David Mazziotti. The corner of Cerrito and Cuyo. Saturday, April 13,1907; 12:30 p.m. (Cat. nº 274)

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137David Mazziotti. Esquina Defensa y San Juan, frente N.E. Lunes 18-7-1904, 11:25 a.m. (Cat. nº 272)

David Mazziotti. Esquina Suipacha y Viamonte. Sábado 1908; de 9 a 10hs. (Cat. nº 276)

David Mazziotti. Esquina de Esmeralda y Córdoba. Detalle. Martes 19-10-1911. (Cat. nº 287)

David Mazziotti. Esquina de Carlos Pellegrini y Corrientes. Miércoles 15-10-1911; por la mañana. (Cat. nº 282)

David Mazziotti. The northeast corner of Defensa and San Juan,Monday, 11:25 am, July 18, 1904. (Cat. nº 272)

David Mazziotti. The corner of Suipacha and Viamonte. Saturday1908; from 9 to 10 a.m. (Cat. nº 276)

David Mazziotti. The corner of Esmeralda and Córdoba. Detail.Tuesday, October 19, 1911. (Cat. nº 287)

David Mazziotti. The corner of Carlos Pellegrini and Corrientes.Wednesday morning, October 15, 1911. (Cat. nº 282)

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Equipo de fotógrafos de Caras y Caretas. Disfraces de Carnaval. 1911.(Cat. nº 68)

Camera crew of Caras y Caretas. Carnival Costumes. 1911. (Cat. nº 68)

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139Equipo de fotógrafos de Caras y Caretas. Fernando Baldrich. 1910. (Cat. nº 67)

Equipo de fotógrafos de Caras y Caretas. Manuel y Elisa Martínez. 1911.(Cat. nº 70)

Camera crew of Caras y Caretas. Fernando Baldrich. 1910. (Cat. nº 67)

Camera crew of Caras y Caretas. Manuel and Elisa Martínez. 1911.(Cat. nº 70)

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Anónimo. Mercado. 1904. (Cat. nº 164)

Harry Grant Olds. Feria. Calle Iriarte, Barracas. ca. 1915. (Cat. nº 229)

Anonymous. Market. 1904. (Cat. nº 164)

Harry Grant Olds. Fair. Iriarte Street, Barracas. ca. 1915. (Cat. nº 229)

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Atilio Boveri. "Salvacionistas." Ideas y Figuras. Agosto de 1909. (Cat. nº 488)

Atilio Boveri. "Verdura." Ideas y Figuras. Agosto de 1909.(Cat. nº 489)

Harry Grant Olds. Iglesia Ortodoxa Rusa. ca. 1901. (Cat. nº 238)

Harry Grant Olds. Sepultureros. Cementerio Chacarita. ca. 1901.(Cat. nº 237)

Atilio Boveri. "Salvationists." Ideas y Figuras. August 1909. (Cat. nº 488)

Atilio Boveri. "Vegetables." Ideas y Figuras. August 1909. (Cat. nº 489)

Harry Grant Olds. Russian Orthodox church. ca. 1901. (Cat. nº 238)

Harry Grant Olds. Gravediggers. Chacarita Cemetery. ca. 1901. (Cat. nº 237)

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En pleno auge de la escuela modernista, cuya cabezaera el nicaragüense Rubén Darío, quien vivió variosaños en la Argentina, donde produjo una fuerteinfluencia, la ciudad empezo a transformarse enprotagonista poética.

Leopoldo Lugones le cantó al Buenos Aires delCentenario; Evaristo Carriego inauguró la temáticabarrial desde la óptica de la cotidianeidad de Palermo;quien luego desarrollaría una larga trayectoria en elsocialismo descubrió postales de la realidad urbana.

AA BBuueennooss AAiirreess

Primogénita ilustre del Plata.En solar apertura hacia el Este,Donde atado a tu cinta celesteVa el gran río color de león;Bella sangre de prósperas razasEsclarece tu altivo linaje.Y en la antigua doncella salvajePinta en oro su noble sazón.......................................................

Leopoldo Lugones

EEnn eell bbaarrrriioo

La hora nocturna muestra sus cuadros habituales:Mientras suma dulzuras el calvo confiteroEn la esquina coloquian dos blancos delantales,Y en el zaguán el arduo tenorio arrabalero…

En el portal, bosteza cansancios señorialesLa ficticia etiqueta del lacayo extranjero,Y detrás de la caja de alumbrados cristalesSe afana en minuciosa labor el relojero.

A media cuadra, el tísico farol vuelca su brilloAnémico en la prole de todo el conventilloQue en prudente silencio de espera se recata,

Porque un trajín de ruedas anuncia que ha llegadoEl órgano ambulante que toca ‘a TraviattaEn la sala de autopsias de su oculto teclado.

Mario Bravo

Ciudad y Poesía

Horacio Salas (selección)

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Alfredo Lazzari. Patio. 1903. (Cat. nº 640) Alfredo Lazzari. Patio. 1903. (Cat. nº 640)

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Alfredo Lazzari. Calle inundada de Barracas. 1902. (Cat. nº 639)Alfredo Lazzari. Flooded street in Barracas. 1902. (Cat. nº 639)

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EEll aallmmaa ddeell ssuubbuurrbbiioo

El gringo musicante ya desafinaEn la suave habanera provocadora,Cuando se anuncia a voces, desde la esquina“el boletín —famoso— de última hora”.

Entre la algarabía del conventillo,Esquivando empujones pasa ligero,Pues trae noticias, uno que otro chiquilloDivulgando las nuevas del pregonero.

En medio de la rueda de los marchantes,El heraldo gangoso vende sus hojas…Donde sangran los sueltos espeluznantesDe las acostumbradas crónicas rojas.

Las comadres del barrio, juntas, comentanY hacen filosofía sobre el destino…Mientras los testarudos hombres intentanDefender al amante que fue asesino.

La cantina desborda de parroquianos,Y como las trucadas van a empezarse, La mugrienta baraja cruje en las manosQue dejaron las copas que han de jugarse...................................................................................

En la calle, la buena gente derrochaSus guarangos decires más lisonjeros,Porque al compás de un tango, que es “La Morocha”,Lucen ágiles cortes dos orilleros..................................................................

Evaristo Carriego

EEll gguuaappoo

El barrio le admira. Cultor del coraje,Conquistó, a la larga, renombre de osado;Se impuso en cien riñas entre el compadrajeY de las prisiones salió consagrado.

Conoce sus triunfos y ni aun le inquietaLa gloria de otros, de muchos temida,Pues todo el Palermo de acción le respetaY acata su fama, jamás desmentida.

Le cruzan el rostro, de estigmas violentos,Hondas cicatrices, y quizá le halagaLlevar imborrables adornos sangrientos:Caprichos de hembra que tuvo la daga............................................................................

Evaristo Carriego

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Was Buenos Aires a subject for the painters of 1910 ?In the Fine Arts International Exhibition of the

Centennial, no tableau made reference to the city amongthe interior or European landscapes, criollo motifs,figures, portraits and still lifes. Nonetheless a newpictorial subject, fashioned not only from the nostalgia ofthe former village, but also from the pride of having anew metropolis had arisen.

Buenos Aires had already been a motif for the painterssince the beginning of the 19th century. The north andsouth shores were one of the most popular themesamong the traveler - artists who came in laboriously bythe river. The first artists settled in the city like CharlesH. Pellegrini and later on the natives, like PrelidianoPueyrredon gave account of the changes produced in thedaily city life, a city with vague boundaries with the ruralareas. This motif would seem to decline in the last thirdof the 19th century, a fact which could have been causedby the European education which favored the Parisianstreets, the Venetian twilight or the rural scenes. In1889, in the Argentine pavilion in the Paris UniversalExposition, in addition to artistic objects and decorativepanels, two big paintings expressing the idea of the elitecountry of the eighties were exhibited, one hanging wasthe desert conquest painted by Alfred Paris “A travers lapampa”, and another was the oil painting by Montenard,“Malecón en la Boca”, La Boca neighborhood was goingto be the most popular motif of the paintings in thefollowing decades.

The Pampa and the Port had been the possiblelandscapes of the country of the eighties, but the visualhorizon was widened due to the action of the NexusGroup. Even though they acted for brief a period (1907-1908), they were a big influence for the artist of the firstdecades of the Century. (Pio Collivadino, Arturo Dresco,Fernando Fader, Carlos Ripamonte, Justo Lynch, César148

¿Era Buenos Aires un tema para los pintores de 1910? Enla Exposición Internacional de Bellas Artes del Centena-rio ningún cuadro hizo referencia a la ciudad, entre pai-sajes del interior del país o europeos, temas criollistas,figuras, retratos y bodegones. Sin embargo ya había sur-gido como un nuevo tema pictórico construido tantopor la nostalgia de la antigua aldea criolla como por elorgullo transformador de nueva metrópolis.

Buenos Aires ya era un asunto para los pintores des-de principios del siglo XIX. Las riberas norte y sur fue-ron las vistas preferidas de los artistas viajeros que in-gresaban dificultosamente por el río. Los primeros ar-tistas afincados en la ciudad como Charles H. Pellegri-ni y luego los nativos, como Prilidiano Pueyrredón, die-ron cuenta de los cambios que se iban produciendo enla vida cotidiana de una ciudad con límites imprecisoscon el mundo rural. El tema parecería decaer en el úl-timo tercio del siglo XIX, tal vez porque la creciente for-mación europea privilegiaba las calles parisinas y losatardeceres venecianos o por el creciente interés porlas escenas rurales. En 1889, en el Pabellón Argentinode la Exposición Universal de París se exhibieron, ade-más de los objetos artísticos y los paneles decorativos,dos grandes pinturas que expresan la idea de nación dela elite del ochenta: haciendo pendant a la conquistadel desierto pintada por Alfred Paris, A travers la pam-pa, figuraba un óleo realizado por Montenard, Malecónen la Boca, el sitio de la ciudad que ya iba configuran-do una situación particular que lo convertiría en moti-vo predilecto de la pintura de las décadas posteriores.

Si pampa y puerto representaban los paisajes posi-bles de la nación para el ochenta, hacia el Centenarioel horizonte visual se había ampliado, en parte por laacción del grupo Nexus, cuya breve actuación (1907-1908) no da cuenta del impacto posterior de sus inte-grantes en el campo artístico de las primeras décadas

del siglo (Pío Collivadino, Arturo Dresco, Fernando Fa-der, Carlos Ripamonte, Justo Lynch, Cesáreo Bernaldode Quirós, Alberto Rossi). Estos transformaron la repre-sentación decimonónica de los géneros pictóricos, de-sarrollaron la idea del arte nacional, y extendieron lanoción de geografía local como elemento original paraun arte argentino.

Así, Buenos Aires comenzó a ser representada en laobra de Pío Collivadino que la recorría con sus elemen-tos de pintor para captar los barrios en crecimiento, loslímites y el suburbio, la ciudad transformada ya desdeel Riachuelo hasta el centro de diagonales. En Usina, de1910, logró la ciudad como imagen del progreso, poe-sía del barrio y mundo del trabajo. La ciudad debía re-presentarse construyendo también la imagen del obre-ro, nuevo sujeto social de su espacio.

Dos visiones contrapuestas ofrecen las pinturas deAlberto Rossi y Alfredo Lazzari. El primero expone en elSalón Nacional de Bellas Artes de 1912 ¡Buenos Aires!,con el que obtuvo uno de los premios. Atilio Chiappori,en su reseña del año artístico para el Almanaque Peu-ser de 1913, comprendió claramente el carácter de es-ta pintura:

“Alberto M. Rossi, con su cuadro ¡Buenos Aires!—la Buenos Aires inminente de imprevistas avenidasy rascacielos antiestéticos— aparece fuertementetratada.[…] Luego, la línea general de la composi-ción denota cierta megalomanía. Todo es enorme ymonumental allí: desde los edificios de cuyas man-sardas salen chimeneas de cincuenta metros —nivelde la mansarda— hasta la figura del obrero de pri-mer término que cubre dos pisos del armatoste quele sirve de fondo. Por lo demás, hay movimiento, im-presión de vida obrera, coloración precisa y un bientratado cielo de ciudad populosa y fabril”.

The Painters and the City Los pintores y la ciudad

Roberto Amigo

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Pío Collivadino. Usina. 1910. (Cat. nº 633) Pío Collivadino. Power plant. 1910. (Cat. nº 633)

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Bernaldo Quirós, Alberto Rossi). The 19th century style ofrepresentation of pictorial genre was transformed by them,and they also developed the idea of national art and spreadthe idea of local geography as an original part of Argentineart.

Therefore, Buenos Aires began to be represented in theworks of Pio Collivadino, who wandered around with hispaintings tools to depict the developing neighborhoods, thelimits and the suburbs, the changing city from the RiachueloRiver to the center of diagonal streets. In “Usina”, of 1910, hesucceeded in depicting the city as an image of progress, ofpoetry of the neighborhood, and of the working world. Thecity was supposed to be depicted shaping the image of theworker, a new social subject.

Two clashing views show Alberto Rossi and Alfredo Lazzaripaintings. The former held an exhibition in the NationalRoom of Fine Arts in 1912 of his painting “Buenos Aires”which won one of the awards. Atilio Chiappori, in his reviewof the artistic year for the Peuser Calendar of 1913,understood distinctly the nature of this painting: “Alberto M.Rossi, with his painting “Buenos Aires”, described powerfullythe imminent Buenos Aires of unexpected avenues andunaesthetic skyscrapers. (...) Afterwards, his way of composingshows a tendency to megalomania. Everything is huge and

monumental, from the garrets of the buildings jut outchimneys of fifty meters. The figure of the worker in the firstplace covers the two-stories of the building in thebackground. For the rest, there is movement, a sense ofworking class, precise coloration and correct handling of theskies of a crowded and hectic city”.

The later Alfredo Lazzari, far away from the monumentalstyle, chose to paint small oil paintings with streets filled withbarracks, courtyards, small boats and walks by the LezamaPark. He invented the inner image of the neighborhood, aspace with streets paved with stones, horse carriages, andflowerpots. In many of his paintings, the absence of humanfigures enhances the idea of quietness of his small format oilpaintings.

Santiago Stagnaro, a key man in the formation of theartists union and the construction of the group Artists of thePeople, painted a work in 1913 about the carnival (Pierrottango). He recreated the old iconic motif of the harlequin inlocal fashion and searched for the aesthetic expression ofdance movements.

Neighborhood, metropolitan crowds and tango. It ispossible that the paintings of the Centennial invented the citybetter than we can imagine it from the literary works of thetwenties.

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Alfredo Lazzari, distante de ese estilo monumental,optó por pintar pequeños óleos con calles inundadasde Barracas, patios y barcas de la Boca, paseos por elParque Lezama. Fue el hacedor de una imagen intimis-ta del barrio, espacio construido por calles empedra-das, carros a caballo y macetones. En muchas de suspinturas la ausencia de figuras humanas, fortalece lasensación de quietud que dan sus óleos en pequeñoformato.

Santiago Stagnaro, figura clave en la formación deuna conciencia sindical en los artistas y en la posteriorconstitución del grupo Artistas del Pueblo, realizó en1913 una pintura sobre el carnaval, Pierrot tango, rein-ventando en clave local el antiguo tema iconográficodel arlequín, además de la búsqueda plástica de la re-presentación del movimiento del baile.

Barrios, tumulto metropolitano y tango. Tal vez lapintura del Centenario haya inventado la ciudad másde lo que imaginamos desde las escrituras de los añosveinte.