Vivirprósperamente

“Es la voluntad del Padre darnos el reino, y todo lo que el Padre tiene es nuestro. Mas hemos de tener la fe y el valor para reclamarlo”. —Charles Fillmore

Manifiesta tu prosperidadpor Martha Smock

En buenos o malos tiempos, en tiempos de sequía y de inundaciones, durante recesiones, Unity ha proclamado la prosperidad, orado con las personas por prosperidad, demostrado prosperidad.

El fundamento de la obra de Unity es la fe en Dios como fuente de todo —como sanador de toda enfermedad, proveedor de todo lo que se necesita en lo externo. Unity ha ayudado a las personas a manifestar su prosperidad.

Así como manifestamos salud cuando establecemos nuestra conexión con la fuente de vida, asimismo manifestamos prosperidad cuando establecemos nuestra conexión con la Única fuente, con la sustancia subyacente en todo.

El vínculo que nos conecta a Dios es nuestra mente. El fluir de la prosperidad comienza en nosotros; tiene su origen en las ideas. Del mismo modo como la fuente de un gran río puede ser un arroyo pequeño, el río de la sustancia de Dios comienza como un riachuelo de ideas ricas que fluyen a nosotros de la mente de Dios.

¿Qué es una idea rica? Es una idea que engendra plenitud, aumento, que produce bienestar, que ofrece prosperidad a nosotros y a otros. No podemos comprobar la ley de la prosperidad sin primero tener una idea —una idea que se desarrolla en nosotros, una idea mediante la cual podemos cambiar condiciones, crear un ambiente en el cual las riquezas —internas y externas— pueden crecer y florecer.

El fluir de la prosperidad comienza en nosotros; tiene

su origen en las ideas.

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La recesión, depresión, inflación —¿cómo lidiar con ellas? Estas son condiciones que han sido creadas por el hombre y que no afectan la verdad subyacente de la sustancia de Dios, ni Su apoyo y provisión. Podemos mantener nuestro sentido de seguridad en medio de condiciones y tiempos cambiantes, podemos sentirnos prósperos, podemos demostrar provisión para nuestras necesidades. No permitamos que el temor nuble nuestra visión y nuestro mundo.

Unity enseña que la prosperidad es mucho más que dinero en el banco o inversiones, que la prosperidad es una manera de pensar, un modo de vida. Ella incluye bienestar, sentirse necesario, un sentido de plenitud y satisfacción.

Unity también enseña que la prosperidad no es resultado de haber orado para obtener algo. Es el resultado del cumplimiento de la ley de dar y recibir. Este balance es necesario para el logro de la verdadera prosperidad.

Cada uno de nosotros tiene algo que dar; en efecto, mucho que dar. Tenemos talentos, talentos que quizás hemos enterrado. Sólo podemos darlos cuando los avivamos y los usamos. Todos tenemos habilidades que se necesitan de algún modo, que ofrecen algo constructivo a nuestro mundo. Tenemos amor, que al ser expresado, es el regalo más grande y que transforma y bendice todo lo que toca. Mas tenemos que dar de aquello que tenemos.

Si deseas prosperidad, pregúntate: ¿Qué puedo dar? Ora para saber qué dar, cómo dar, cómo servir. Ideas de prosperidad vendrán a ti. Aumentarás y expandirás la magnitud de tu vida, y tus intereses y actividades.

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¿Manifestar prosperidad? ¡Sí, lo puedes hacer! Sin importar cuánto tiempo hayas vivido con la idea de la pobreza. Puedes liberarte de ella, puedes sanar de la carencia y limitación.

Manifiesta prosperidad dejando atrás tus creencias anticuadas acerca de la carencia y la limitación, creencias que de algún modo te dicen que no mereces la prosperidad y el éxito, creencias erróneas de que no tienes nada para dar, nada que ofrecerle a la vida o a los demás.

Manifiesta prosperidad. Conéctate a tu fuente acudiendo a Dios en momentos de oración y meditación, afirmando tu unidad con tu Creador.

Manifiesta prosperidad. Afirma tu estatus espiritual. Afirma: “Soy una creación amada de Dios, radiante, sabia, amorosa y exitosa. La sabiduría infinita me guía, el amor divino me prospera, y tengo éxito en todo lo que emprendo”.

Abre tu mente a las ideas de prosperidad y úsalas. ¡Ponlas a trabajar! No rechaces una idea porque parece poco usual o fuera de lo ordinario. Puede ser la idea correcta para ti.

Piensa en que una idea próspera es como una semilla. Una semilla puede parecer pequeña, insignificante, sin vida; mas tiene el potencial de producir magníficos resultados cuando es atendida. Tu puedes atender tus ideas de prosperidad mediante la oración de fe, por medio de tu interés y entusiasmo, y gracias a tu persistencia.

Eres necesario e importante. Eres una creación de Dios. Eres, ahora y por siempre, uno con Dios, quien no falla, y que es la fuente de tu provisión y sustancia.

Manifiesta prosperidad. Comprueba la ley por ti mismo.

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Expresando más a Diospor Myrtle Fillmore, de Las cartas sanadoras de Myrtle Fillmore

La verdadera prosperidad no es ganar dinero, obtener bienes o construir propiedades. Es determinar lo que nuestra alma necesita con el fin de expresar más y más de Dios, para luego armonizar Su expresión con las necesidades de nuestros semejantes a fin de que todos seamos realmente beneficiados

e inspirados a desarrollar y expresar más los recursos espirituales

internos. El intercambio de mercancías y dinero es

meramente circunstancial con esta asociación y crecimiento

espiritual. El dinero y el éxito llegan como resultado, pero existen otros resultados que se disfrutan más que los beneficios económicos.

La verdadera prosperidad no es ganar dinero ... Es

determinar lo que nuestra alma necesita con el fin de expresar

más y más de Dios.

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Superando el miedo a la carenciapor Charles Fillmore, del libro Prosperidad

Cada vez que dices: “Estoy un poco corto de fondos” o “no tengo tanto dinero como necesito”, estás poniendo un límite a la sustancia de tu propia conciencia. ¿Es eso sabiduría? Tú deseas un suministro mayor, no una cantidad limitada de sustancia. Por lo tanto, es importante vigilar tus pensamientos de modo que un mayor suministro pueda llegar a través de tu mente a tus asuntos. Afirma: Desciendo de Dios, y debo pensar como Dios piensa. Por lo tanto, no puedo pensar en carencia o limitación. Es imposible que en esta Mente universal que todo lo llena pueda haber tal cosa como la ausencia. No hay carencia de nada en ninguna parte en la realidad. La única carencia es el temor a la insuficiencia en la mente del hombre. No necesitamos superar ninguna carencia, mas tenemos que superar el miedo a la escasez.

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Pasos prácticos para una vida prósperapor Richard y Mary-Alice Jafolla, del libro Aventuras en la Búsqueda

“Si vas a hacer lo que te corresponde hacer y ser lo que te toca ser, la vida te proporcionará los medios para hacerlo y serlo”. —James Dillet Freeman

Aquello en lo que piensas y pones tu atención, crece. El pensar en escasez es tan poderoso como pensar en abundancia. Tal vez pasas tiempo preocupándote por cubrir tus gastos y sientes que un trabajo mejor remunerado se hará cargo de ello.

No gastes la energía de tus pensamientos y emociones, y sobre todo tus palabras, para crear lo que no deseas en tu vida. En su lugar, crea un vocabulario de prosperidad. Habla sólo palabras de prosperidad y abundancia. Expresa sólo palabras de agradecimiento, alabanza y bendición.

Las palabras ejercen un enorme poder, por lo que desearás utilizarlas con la intención correcta. Sé consciente de las

palabras que usas, y si ellas no están diciendo lo que quieres en tu

vida, entonces cámbialas de una vez. En otras palabras, si tú no lo quieres, no lo digas.

Cuando piensas acerca de tu prosperidad, existen ciertos pensamientos y emociones que automáticamente vienen a tu mente. Es importante que estos sentimientos sean analizados.

¿Cómo te ves a ti mismo ahora? ¿Te ves como si fueras alguien creativo y próspero? ¿Te ves como alguien que merece la

Habla sólo palabras de prosperidad y abundancia. Expresa sólo palabras de

agradecimiento, alabanza y bendición.

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prosperidad? Dedica unos momentos en silencio para analizar estas preguntas. ¿Cuáles son los sentimientos que surgen cuando piensas en ellas? Cuando puedas identificarlos, enumera estos sentimientos y escribe sobre ellos tanto como te sea posible.

¿Qué pasos específicos puedes tomar para comenzar a cultivar pensamientos y sentimientos de prosperidad y creatividad?

Una buena técnica para aumentar la prosperidad es visualizar. Mas en lugar de imaginar abundancia, es infinitamente más eficaz visualizarte como un canal abierto al fluir abundante de ideas creativas que te llevarán a satisfacer todas tus necesidades.

¿Estás apoyando activamente la fuente de tu alimento espiritual?

El componente más importante de la prosperidad es el dar. El fluir del bien de Dios debe mantenerse en movimiento. Al hacer más para la obra de Dios, más te será dado. (Sabemos de un hombre de negocios muy conocido que ahora ofrenda alrededor del 50 por ciento de sus ganancias y dice que no puede detener el creciente fluir de prosperidad en su vida).

¿Estás tomando una parte de tus bienes y la estás dando a tu fuente de inspiración y alimento espiritual?

En la historia bíblica de los hijos de Israel vagando en el desierto (Éxodo 16 y Números 1), maná caía del cielo cada noche. Este

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“pan diario” era suficiente, y volvía a aparecer en la misma cantidad al día siguiente.

Bendice tus cuentas a medida que las recibes, al escribir tus cheques y al enviarlas. Esas cuentas representan los servicios prestados, la prosperidad que te es dada. Mediante el pago de ellos, estás pasando el servicio en forma de dinero a otra persona. Al igual que el maná de Dios, recibirás más conforme lo necesites. Al bendecir las cuentas, estás realmente dando gracias por tu abundancia —la abundancia que tienes actualmente y la abundancia que tendrás en el futuro.

“En nosotros mora un espíritu creativo con el cual hacemos contacto de vez en cuando, y como chispas de un fuego cósmico, nos llegan revelaciones de la verdad, visiones de belleza, nuevas formas de vida y alegría. Estas no provienen de una nube ni de un relámpago de la mano de Zeus, sino de nosotros mismos. En nosotros se encuentran los manantiales eternos de vida.” —James Dillet Freeman

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Confía en el caospor la Rev. Felicia Searcy, del libro Secretos Sagrados

Una mujer de mi congregación deseaba un trabajo nuevo, mejor y cerca de casa. Ella se volvió cada vez más infeliz por su situación y estaba desesperada por encontrar algo diferente. Me llamó un día para decirme que le habían ofrecido lo que parecía ser el trabajo ideal. La dificultad era que dicho trabajo estaba más lejos de su casa. Tenía sus dudas pero estaba segura de que este nuevo trabajo había sido enviado por Dios.

Ella comenzó a trabajar y se sintió bastante satisfecha con el trabajo. A casi un mes de haber empezado, al llegar a su trabajo se encontró con la noticia de que había sido despedida. Ese día me llamó alterada, preguntándose cómo pudo suceder eso. Ella estaba segura de que siguió la dirección cuando aceptó el nuevo puesto de trabajo. Comenzó a cuestionarse a sí misma, su proceso y su fe. Sin embargo, estaba comprometida a trabajar en los principios espirituales que había aprendido en la iglesia. Estábamos empezando una clase de prosperidad esa noche, así que la animé a ir a la clase en lugar de aislarse, especialmente dadas sus nuevas circunstancias.

Durante la clase, ella profundizó su sistema de creencias. Trabajó bastante con el perdón y comenzó a dar gracias por todo. Como resultado, vio que tenía creencias básicas que le decían que no

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merecía cosas buenas y que esperaba demasiado. Debido a eso, se dio cuenta de cómo se había conformado con algo que no era exactamente lo que ella quería y que el miedo era lo único que iba a conseguir. Al final de las siete semanas pudo ver cómo el Orden Divino orquestó, con su cooperación, la situación laboral a corto plazo que le diera la oportunidad de recuperarse de algunos patrones de creencias arraigadas que le impedían aceptar su mayor bien.

Dos meses después, recibí otra llamada de ella. Había tenido una entrevista en la mañana para un trabajo que quedaba a 15 minutos de su casa. Era una empresa que ella creía que le permitiría ampliar sus conocimientos y habilidades. Inicialmente el empleador le dijo que tardaría una semana para tomar una decisión. Pero en lugar de eso, la llamaron esa misma tarde para ofrecerle el puesto. No sólo le dieron el trabajo, sino que le dijeron que no se sentían cómodos pagándole la cantidad que habían acordado originalmente. Debido a su experiencia y capacidad le aumentaron cuatro mil dólares, un nivel mucho más alto que el promedio.

Se dio cuenta de que el caos que experimentó en los últimos meses era necesario para prepararla para esta nueva oportunidad. Ella vio que su viejo sistema de creencias no le permitía tener el trabajo de sus sueños que tanto deseaba. Tuvo que hacer una

sanación profunda para poder aceptar este regalo en su vida.

Me acuerdo de las veces que he limpiado un armario. Suelo tirar todo en medio de la

habitación para poder ver lo que tengo. Mis cosas están por todo el cuarto desordenadas. Pero mientras estoy revisando las cosas, desechando lo viejo y apartando lo que todavía es útil, pongo a

She realized that the chaos she experienced over the past few

months was necessary to prepare her for this new opportunity.

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cada cosa en su lugar. Cuando he terminado, veo que he creado orden en el caos. Veo y aprecio lo que tengo, con más espacio para cosas nuevas y mejores.

Cuando comenzamos a trabajar con la ley de la atracción para atraer las cosas que deseamos, nuestro mundo empieza a cambiar. Ese es el momento de sosegarse y confiar en el caos. El universo responde a nuestros deseos y sueños, al limpiar las antiguas y desgastadas imágenes que tenemos de nosotros mismos, junto con las circunstancias que se interponen en nuestro camino. Todos hemos dicho que sí a la poderosa presencia del Espíritu y estamos dispuestos al poder purificador de Dios. Vamos a confiar en esto. Vamos a confiar en el caos y prepararnos para la vida maravillosa que el Espíritu ha creado para cada uno de nosotros.

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Busca el Reino primeramente por Jim Rosemergy, de Even Mystics Have Bills to Pay

La ética de trabajar arduamente solía funcionar. Sirvió bien a generaciones pasadas. Satisfizo sus necesidades. “Trabaja duro y saldrás adelante”. El esfuerzo por sí mismo prosperó a muchas familias, pero ya no es así. Personas que fueron prósperas en el pasado ahora están en la calle. Cada vez más niños están viviendo por debajo del nivel de pobreza. Industrias que sostuvieron a varias generaciones ahora están cerrando. Durante la mayor parte del siglo XX, sólo una persona en el hogar trabajaba y era suficiente para satisfacer las necesidades de la familia. En los años de elecciones, los políticos solían ser capaces de manipular la economía para lucir bien el día de la elección, pero ahora ya no pueden utilizar esa estrategia.

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Ahora no es el momento de aumentar nuestros esfuerzos y hacer lo que siempre hemos hechos un poco mejor. Los métodos antiguos ya no funcionan. Estamos siendo llamados a una nueva forma de vida. La humanidad sólo ha tocado la superficie del vivir prósperamente. Ahora es el momento de cavar profundo, no para encontrar metales preciosos, sino para encontrar el tesoro que se encuentra en nosotros. El asunto no es meramente un continuo suministro de pan: “No sólo de pan vivirá el hombre” (Mateo 4:4). Los místicos del mundo han hecho este descubrimiento. Encontraron que el alimento que nutre nuestras almas también proveerá para nuestros cuerpos y otras necesidades humanas. El alimento terrenal sólo mantiene el cuerpo, mas el fruto del Espíritu anima el cuerpo y el alma.

Debido a que estos buscadores de lo infinito estuvieron tan dedicados a Dios, se tiende a pensar que ellos abandonaron el mundo. Mas la verdad es que realmente no abandonaron el mundo, porque incluso los místicos tienen cuentas que pagar; lo que sí hicieron fue acudir siempre a Dios.

Esto nos ofrece razones para admirar e imitar a los místicos. Tal vez la razón más importante para hacerlo es que ellos encontra-ron el equilibrio en la vida. Al buscar el reino, aprendieron a po-ner las cosas terrenales en perspectiva. Al poner a Dios en primer lugar, ellos le asignaron al mundo el lugar que le corresponde.

Los místicos están en el mundo, pero no son de él. Su seguridad y sentido de identidad no están enraizados en la tierra, a pesar de que coman los granos y frutos de la cosecha. Ellos beben de la fuente de agua viva que Jesús reveló a la mujer samaritana, y también beben una y otra vez el agua como todas las personas que tienen sed.

El alimento terrenal sólo mantiene el cuerpo, mas el fruto del Espíritu anima el

cuerpo y el alma.

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Buscar a Dios es difícil. Cada místico se aparta del mundo con el fin de obtener una perspectiva y recibir discernimientos, revelaciones y una nueva visión. La mayoría de nosotros no siempre nos apartamos del mundo, pero tenemos el mismo anhelo interno de conocer a nuestro Creador y de dejar que el Espíritu de Dios haga Su obra sagrada en y a través de nosotros. Tenemos familias que mantener y objetivos que lograr; los cuales valoramos y sentimos que son importantes. Sin embargo, creo que también podemos encontrar el equilibrio que muchos de los místicos han encontrado. Nos unen la búsqueda sagrada de lo Infinito y el hecho de que tenemos cuentas que pagar. Caminamos este terreno en común. El Espíritu y la Tierra se encuentran entrelazados. No debemos considerar de poca importancia la búsqueda sagrada ni el pago de las cuentas cotidianas. Démosle a Dios lo que es de Dios y también vivamos de manera responsable pagando nuestras cuentas.

Sentimos el peso del mundo, mas también oímos el llamado a subir más alto. Respondamos no viviendo

aparte ni aislándonos de nuestra familia humana y del mundo, sino viendo los asuntos terrenales desde un punto de

vista superior. De esta manera, no renunciaremos al mundo, sino que le

asignaremos el lugar que le corresponde.

Una nueva vida nos espera, llena de seguridad y bienestar. Nuestro lema es equilibrio, balance. Somos ricos en Espíritu y nuestras necesidades son satisfechas sin hacerlas la razón de nuestra existencia. Dios está en el centro de nuestras vidas y desde este centro, un círculo perfecto que no abandona al mundo es trazado. En este círculo, todo es sagrado y una nueva visión nace, la cual nos dice: “Mirad los campos, porque ya están blancos para la siega” (Juan 4:35).

No debemos considerar de poca importancia la búsqueda

sagrada ni el pago de las cuentas cotidianas.

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12 maneras para aumentar tu prosperidad

“El verdadero significado de la vida no es hacer dinero o ser famoso, sino edificar el carácter, expresar las potencialidades que existen en cada uno de nosotros”. —Charles Fillmore, Prosperidad

A continuación presentamos algunas prácticas, herramientas y principios efectivos que líderes de Unity han enseñado para ayudar a las personas a expandir su conciencia de prosperidad y vivir más abundantemente:

1 Descubre tu propósito. Nuestro sentido de prosperidad está ligado a nuestro propósito divino. Cuando “vivimos” nuestro propósito, estamos expresando libre y plenamente los talentos y dones que Dios nos ha dado, y el universo responde. ¿Qué es lo que Dios te alienta a ser en el mundo? Presta atención a lo que te brinda gozo en tus actividades diarias. Si estamos en armonía con Dios y sentimos gozo por lo que estamos haciendo, prospe-raremos.

2 Establece metas específicas. En su libro The Four Spiritual Laws of Prosperity, Edwene Gaines sugiere que escribas tus deseos, incluyendo aquellos que son divertidos. Sentimos gozo cuando hacemos lo que queremos de corazón. Crea una lista; juega con tus ideas y ¡sé creativo y osado! También recuerda ser específico, de manera que en el futuro puedas decir: “Ya logré esto”. Para crear un plan de acción que te ayude a lograr tus ob-jetivos, puedes crear un listado con columnas que digan: “Meta, Fecha de cumplimiento, Recursos necesarios y Otras personas incluidas”.

Si estamos en armonía con Dios y sentimos gozo por lo que estamos

haciendo, prosperaremos.

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3 Conéctate con Dios diariamente. Tenemos que vivir más allá del ego y prestar atención al corazón. El intelecto no es suficien-te. Diariamente, cultiva la calma, la meditación, la oración y el estudio espiritual. Después de meditar, hazte las siguientes pre-guntas:

·   ¿Qué significa para mí la prosperidad?

·   ¿Estoy dispuesto a ser próspero? ¿Qué tengo que soltar?

·   ¿Estoy dispuesto a dejar ir las ideas de que la pobreza es una virtud?

·   ¿Cómo puedo mantener un pensamiento próspero hasta ver-lo manifestado?

·   ¿Cómo puedo expresar y sentir gratitud antes de que pueda ver prosperidad en lo físico?

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4 Perdona a otros. Cuando nos aferramos a sentimientos de injusticia o de dolor, restringimos nuestra habilidad de disfrutar de la plenitud de la vida. El perdón nos ayuda a ser una vasija limpia que puede ser llenada con todo lo que Dios tiene para nosotros. A veces, nuestra oración puede ser sencillamente estar dispuestos a perdonar. También puedes escribir en una hoja de papel los rencores o sentimientos negativos que deseas soltar, luego deshazte del papel en un ritual personal.

5 Bendice los cobros. Toma cada cobro en tus manos. Envuelve a la persona o la compañía en la luz de Dios. Considera que ellos han confiado en ti ofreciéndote un servicio que necesitas. Bendi-ce a las personas envueltas. Por ejemplo, si es el cobro de tu telé-fono celular, bendice a las personas que construyen las torres de difusión, a quienes las mantienen, quienes crean los programas de computación, y así por el estilo. Trata los cobros como si fue-ran regalos en tu vida, y toma unos momentos para apreciarlos según escribes el cheque para pagarlos. Da gracias porque tienes los medios para pagarlos.

6 ¡Organízate! No podemos sentirnos bien cuando estamos rodeados de caos. Edwene Gaines sugiere que: Limpiemos nues-tra casa, cuadremos la chequera, archivemos nuestros papeles,

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organicemos nuestra oficina, arreglemos los clósets, terminemos con los proyectos que hemos postergado, y lavemos nuestros ve-hículos. Entonces, podrás establecer el orden. Revisa tus gavetas y armarios para ver si tienes cosas que ya no usas o necesitas. Piensa cómo tus posesiones te han servido en el pasado. Toma un momento para apreciarlas, luego déjalas ir. Ponlas en cajas, y envía una bendición a las siguientes personas que las usarán, luego dónalas. Ahora, siente y aprecia la libertad de dejar ir, de hacer espacio en tu vida.

7 Aprecia tu trabajo. Al hablar acerca de tu trabajo con los de-más, nota el lenguaje que usas. Si criticas tu trabajo, tus compa-ñeros de trabajo, el ambiente; considera que tus pensamientos crean tu perspectiva. Piensa en cómo tu perspectiva afecta tu sentido de prosperidad. Centra tu atención en los aspectos posi-tivos de tu trabajo, habilidades y ambiente laboral. Usa afirma-ciones para mantenerte centrado en el bien.

8 ¡Energízate! Catherine Ponder ofrece el siguiente ejercicio: Comienza en la coronilla de la cabeza y, mentalmente, ve a cada una de las partes de tu cuerpo y decreta: “Vida, vida, vida”. Al hacerlo, notarás que cierta energía se aviva en ti.

9 Cultiva el silencio y la meditación. Toma tiempo para practicar el silencio y la meditación. Comprométete a ser consistente con tus ratos de oración. Visualiza lo que deseas en tu vida. Siente agradecimiento por lo que ya disfrutas: amigos, familiares, hogar. Profundiza tu conciencia de que vives en un universo abundan-te y que te apoya. (Puedes encontrar meditaciones guiadas en audio y demás material de apoyo en nuestro sitio en línea www.unityenlinea.org.)

Toma un descanso divino. Planea tomar un día o medio día de descanso de los medios de comunicación. Haz a un lado los electrónicos: tu celular, tu computadora, juegos, televisor, etc. Si

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puedes, sal de tu casa. En nuestro mundo tan atribulado y esti-mulado, casi nunca tenemos la oportunidad de sólo ser. Planea participar en algún tipo de recreación al aire libre, compartir con los demás, leer, mantener un diario, orar —todo aquello que te mantenga lejos del estímulo del mundo electrónico y que te lleve a estar más cerca de Dios y de tus seres queridos.

Da gracias. La gratitud es una manera garantizada de expe-rimentar la prosperidad. Cada día, haz una lista de 10 cosas por las cuales estás agradecido y lee la del día previo. Esto acrecenta-rá tu sentido de abundancia. Después de este ejercicio, comienza tu meditación del día.

Bendice a los demás. Ofrece bendiciones durante el día. Bendice a tu familia, tu hogar, tus mascotas, tus alimentos, tu salud, tu carro. Bendice tu lugar de trabajo. Bendice a todas las personas con las que interactúas durante el día. Cuando necesites tomar un descanso de las actividades del día, cierra los ojos y piensa en algo o en alguien que te haga sentir agradecimiento. Visualiza a esa persona, mascota, experiencia u objeto, y deja que el senti-miento de gratitud llene tu corazón.

Cuando necesites tomar un descanso de las actividades del

día, cierra los ojos y piensa en algo o en alguien que te haga sentir

agradecimiento.

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Una meditación de prosperidadpor Martha Smock

Mis ideas me prosperan …

Abro mi mente a la inspiración meditando en la idea de prosperidad. Estoy dispuesto a permitir que las ideas de Dios me sean reveladas. Sin importar las circunstancias o las necesidades, sé que bajo toda la prosperidad que deseo yace una idea. Mi oración es reconocer las ideas prósperas, valorarlas y usarlas.

Con mi atención centrada en Dios, afirmo: Estoy abierto y receptivo a ideas nuevas y enriquecedoras. Les doy la bienvenida y las utilizo.

Mis actitudes me prosperan …

Las actitudes son los resultados de las ideas. Al orar, quiero saber cómo puedo mejorar las actitudes que me han limitado o que impiden mi bien.

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¿Resisto mi bien al culpar a otros o a las circunstancias por lo que parece faltarme? Elevo mi actitud hacia Dios. Dejo ir la tendencia a culpar.

Presto atención a lo que Dios me dice: “Tú eres mi creación amada, heredera de todo lo que he creado”. ¡Qué diferencia hace esta confianza!

Me mantengo centrado en Dios al afirmar: Ahora veo toda vida con una actitud nueva, ya que me he dado cuenta de que soy una creación de Dios, heredera de todo bien.

Mi entusiasmo me prospera …

El entusiasmo no sólo es una actitud buena, es una actitud que prospera. Si no me siento entusiasmada, determino avivar mi sentido de entusiasmo. No creo que algunas personas sean entusiastas por naturaleza y otras no. En mí, y en toda persona, mora un espíritu que siente entusiasmo por la vida y por vivir.

Hay actividades que suscitan el entusiasmo. Oro para tener la sabiduría y la visión de ver la vida con interés. Aquello que es interesante para mí aviva mi entusiasmo.

Consciente de la presencia de Dios, afirmo: Veo la vida con nuevo interés. Siento entusiasmo por la vida y por vivir.

Mi comprensión me prospera …

De todas las ideas que vienen a mí, ninguna es más importante que la comprensión.

Mientras más piense acerca de la prosperidad, más comprendo que es un proceso de crecimiento y cumplimiento. Entiendo que Dios es sustancia, que todo ha sido creado de la sustancia

En mí, y en toda persona, mora un espíritu que

siente entusiasmo por la vida y por vivir.

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esencial de Dios. Comprendo que mi bien depende de mí, que he de reclamarlo.

Reclamo mi bien al desarrollar y utilizar las cualidades divinas en mí. Dichas cualidades son parte de la sustancia de Dios, la cual nunca puede agotarse.

Con continua fe en Dios, afirmo: Abro mi mente a la comprensión de la sustancia todo proveedora de Dios. Reclamo mi bien.

Mi fe me prospera …

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). En momentos de carencia, la fe ve abundancia. En momentos de desaliento, la fe ve éxito.

¿En qué tengo fe? ¿En qué baso mi fe? Tengo fe en Dios —la fuente de todo bien. Mi fe está basada en el principio inmutable de la sustancia que satisface toda necesidad. La fe me asegura que Dios es mi fuente de provisión.

Dirijo mis pensamientos a Dios y afirmo: Tengo la fe que ve más allá que cualquier apariencia de carencia, y me mantengo asido a la siempre presente e infalible provisión divina.

Mis oraciones me prosperan …

Mis oraciones me prosperan. Gracias a la oración y la meditación, me doy cuenta de que soy una creación de Dios. Siento mi unidad con el Infinito. Estoy envuelto en Su gran amor.

Mis oraciones me prosperan, ya que me ayudan a tener presente que Dios me ama. El amor divino me apoya, y el espíritu de Dios en mí corona mis esfuerzos con éxito.

¡Gracias, Dios, por bendecirme tan espléndidamente!

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Un paso máspor James Dillet Freeman

Una montaña no es difícil de escalar

dando un paso a la vez.

Un paso no es difícil de dar,

ni una meta mucho por lograr.

Un paso, una meta, una canción, una sonrisa

pronto te llevarán una milla.

Y habrás logrado aquello que querías

paso a paso, poco a poco.

Lograste la meta que comenzaste,

¡da un paso más, da un paso más!

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Mi despertar prósperopor Paula Coppel

Aprendí una de las lecciones más grande de prosperidad hace unos años. Por primera vez estaba pasando por un reto financiero.

Me mudé a una ciudad nueva y osadamente compré una casa; confiando en que mi casa anterior se vendería rápidamente y que obtendría ganancias de la venta para cubrir los gastos. Yo era una madre soltera, y estaba pagando los estudios universitarios de mis dos hijos, ¡y ahora dos casas! No tenía trabajo, mas estaba segura de que mi casa se vendería y todo iba a estar bien.

Pero no fue así. Pasaron cinco meses y mi casa todavía no se había vendido. Encontré un trabajo, mas no me ayudaba a cubrir todos mis gastos. Estaba agotando mis ahorros rápidamente, y esperaba con ansiedad la noticia de que mi casa se había vendido. Para ese entonces el mercado de bienes raíces estaba en caos, las casas no se estaban vendiendo y los precios habían bajado considerablemente.

Sentía que día a día aumentaba la presión, y un sábado en enero desperté en un pánico total. ¡Me voy a quedar sin dinero! Ese pensamiento se repetía constantemente en mi mente. Mi corazón palpitaba rápidamente y las lágrimas se acumulaban en mis ojos. Me sentía aterrada, perdida y triste.

Me mantuve en ese estado de terror toda la mañana, mas de repente, pensé: Detente un momento, eres la misma persona hoy que la que fuiste ayer. Pero ayer estabas bien. Estabas calmada, en paz, inclusive tuviste un día feliz. Entonces, me di cuenta de que yo había creado mi propio infierno.

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Había estudiado los principios de Unity por años. Sabía que creamos nuestra realidad mediante nuestros pensamientos —mas en ese momento realmente “lo supe”. ¿Qué me estaba haciendo a mí misma? Pensé. Mi ansiedad y preocupación no me están ayudando, más bien me están haciendo un gran daño emocional.

Así que decidí cambiar mi pensar, justo en ese momento. Me recordé a mí misma: Deseo sentir paz en vez de ansiedad. Tomé tiempo para respirar profundamente y permitir que la presencia de Dios me calmara. Oré: “Dios es mi ayuda en toda necesidad”. Pasé tiempo en el Silencio y sentí agradecimiento por lo que tenía.

Los días siguientes, me mantuve calmada. Me di cuenta de que si era necesario podía tomar dinero prestado. Podía utilizar parte de mis inversiones. Recordé que contaba con mi familia. Afirmé

Me recordé a mí misma: Deseo sentir paz en vez de

ansiedad.

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que algo maravilloso estaba en camino para bendecirme muy pronto.

En unas pocas semanas encontré el trabajo de mis sueños, el cual más que cubría mis gastos. Dos semanas después, mi casa se vendió.

Hoy en día pienso en ese episodio como un despertar próspero. Me enseñó tres cosas: Primero, las cosas nunca son tan malas

como asumimos. Segundo, si pensamos claramente, veremos que tenemos más recursos disponibles de lo que creemos.

Y tercero, una mente calmada y un corazón en paz son el mejor modo

de atraer las ideas divinas que nos muestran el camino a nuestro bien.

Realmente es verdad: A Dios Le place darnos Su reino. Sólo tenemos que confiar, prestar atención y seguir Su guía.

“Cuando pensamos que el amor de Dios nos acerca a la sustancia necesaria para nuestro apoyo y provisión, esa sustancia comienza a acumularse a nuestro alrededor y, al morar en esa conciencia, comenzamos a manifestarla en todos nuestros asuntos”.

—Charles Fillmore, Prosperidad

A Dios Le place darnos Su reino. Sólo tenemos que confiar, prestar

atención y seguir Su guía.

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Extractos acerca de la prosperidadde Eric Butterworth

En una época cuando el mundo enfrenta el espectro lúgubre de la escasez, hay una gran necesidad de comprender la omnipresencia de la sustancia divina. Existe poca duda de que las personas pueden fallar y hasta pasar hambre en su experiencia de vida. Pero la gran verdad es que existe una abundancia legítima para cada persona, la cual debemos reclamar, y que la escasez de cualquier tipo en la experiencia humana es resultado de algún tipo de obstrucción en el libre fluir del proceso creativo.

La prosperidad no es simplemente tener mucho dinero. Es tener una conciencia del fluir de la sustancia. La verdadera “conciencia de prosperidad” está abierta consistentemente al fluir, atrae oportunidades tanto de dar como de recibir, dirige con sabiduría el uso de la sustancia y permanece libre de su carga. Un recordatorio importante: Si te preocupa tener o no tener dinero, no estás en el fluir.

Cuando entras a la conciencia del fluir del proceso creativo en ti, tu vida gozará de una constante guía interna, la cual te conducirá a un sentido profundo de significado y, de manera incidental, a medida que esta fluye, te llevará a los automóviles, las casas y el dinero que son parte de este significado —pero sin que ninguno de ellos se convierta en la meta de tu vida, sino en una experiencia gozosa del libre fluir.

Un recordatorio importante: Si te preocupa tener o no tener

dinero, no estás en el fluir.

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Las enseñanzas de Jesús engloban este mensaje, aunque este ha sido oscurecido por la falta de comprensión en el proceso de lo

interno a lo externo. Él dijo: “Buscad primeramente el reino de

Dios… y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo

6:33). Él no habla de un sitio físico, sino de una profundidad de

conciencia. El reino de Dios es el fluir universal en ti. Es la única gran realidad detrás de toda apariencia.

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No has sido creado separado del universo. Eres una parte integral de él, un centro dinámico dentro de él. La totalidad de la sustancia universal está siempre en movimiento en y por medio de la “singularidad” que tú eres. Este fluir creativo te ha producido, perteneces a él y estás en él en un sentido más vital de sentir que él te pertenece. No es que simplemente lo

El reino de Dios es el fluir universal en ti. Es la única

gran realidad detrás de toda apariencia.

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heredas. Eres su expresión. El fluir libre de la sustancia en ti es la continuación del esfuerzo divino que te creó originalmente.

Cuando estás conscientemente en el fluir, resuelves uno de los más grandes problemas de la vida: experimentar la continuidad del proceso creativo que fluye en y por medio de ti, sin temor, ansiedad ni inseguridad. Recuerda, Jesús dijo que no debíamos angustiarnos por la comida ni por el vestido, por lo que debemos trabajar por la conciencia de que estamos en el fluir, en el cual todo es provisto. Aferrarnos al temor, a la angustia o a la ansiedad por un sentimiento de insuficiencia personal obstruye el fluir, tal como si te pararas sobre una manguera en el jardín. “Dejar ir” no implica indiferencia ni irresponsabilidad. Es la voluntad de permitir que la ley trabaje. ¡Entrega tus cargas al Señor! ¡Deja de preocuparte y comienza a creer!

Pablo dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas” (Filipenses 4:19). ¡Todo lo que os falta! ¡Es una promesa fantástica! Sin embargo, debes notar que él no dice que Dios resolverá tu escasez. Una necesidad es un vaso para ser llenado, mientras que la escasez es un estado mental, una limitación en la conciencia. Coloca un vaso bajo un chorro abierto y se llenará rápidamente. Pero este proceso será frustrado completamente si el vaso es colocado boca abajo debajo del chorro.

Eres los canales abiertos para el fluir. “Derramo sobre vosotros bendición”. Te conviertes en una bendición de vida, creatividad y éxito. “Hasta que sobreabunde” indica que serás bendecido súbitamente con más oportunidades de las que puedas aprovechar. La vida es rica y plena, porque tienes la mente centrada conscientemente en el fluir de la vida.

Sí, Dios provee para toda necesidad cuando abrimos nuestras mentes con un deseo entusiasta de dar. Las ideas, los planes y las formas vendrán fácilmente y fluirán libremente, poniendo

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palabras en nuestra boca, dirigiendo nuestras manos y moviendo nuestros pies en el camino que debemos tomar. Todo lo que necesitamos es mantenernos en el fluir, tener una mente y un corazón abiertos a los pensamientos positivos y la fe creativa, y continuar avanzando “en la dirección de nuestros sueños”.

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Todo el Universo de sustancia innata está centrado en ti. No hay nada que puedas hacer para añadir a esto o para quitarle. Y esta centralidad, por lo que a Dios se refiere, es la misma en toda persona. Esto nos lleva a la inevitable conclusión, chocante al pensamiento, de que el Universo no estaba más centrado en Jesús que lo que está en ti. Desde luego, esto no explica la diferencia bastante obvia. Jesús, en Su conciencia disciplinada, estaba centrado en la Fuente mientras que nosotros estamos centrados usualmente en varios niveles de limitación. Sin embargo, Jesús dijo claramente que puedes hacer todo lo que Él hizo si puedes creer, si puedes centrarte en el fluir creativo, como Él estaba tan centrado siempre.

La abundancia es realidad siempre presente. Esta Verdad fundamental es la base sobre la cual todos los programas de prosperidad deben ser establecidos. La escasez financiera de

cualquier clase puede compararse al mundo plano. Ella es donde estás en conciencia. Pero hay abundancia para ti ahí mismo donde estás,

así como hay un mundo redondo dentro del mundo plano, o sea, el mundo

redondo simplemente trasciende el mundo plano. Esto es lo que “trascendental” quiere decir. No hablamos sobre dos mundos diferentes, sino sobre dos maneras en que percibes un solo mundo y te apropias de él –el mundo en el cual tienes carencia,

Todo el Universo de sustancia innata está

centrado en ti.

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desempleo y penas, y el mundo de la sustancia ilimitada y siempre presente. Si has estado creyendo en oscuridad, las cortinas están bien cerradas y has estado experimentando oscuridad en tu habitación. Al volver a centrar tu conciencia en la fe positiva, abres la ventana a la luz de la Verdad y es como Isaías sugiere: “He aquí que mi siervo será prosperado, será ... exaltado, será puesto muy en alto” (Isaías 52:13).

A menudo cuando alguien enfrenta una experiencia retadora, decimos: “Debes ejercer dominio sobre tu vida”. ¿Por qué? La vida no es para ser dominada. Tú debes ejercer dominio sobre tu pensamiento, no sobre tu vida. Realmente, tú no vives la vida; la vida te vive a ti. Ella te anima y se expresa en ti. Ella te vive en este mismo momento. La vida nunca te abandonará.

El reino de Dios es una sustancia, o vida, o esencia mental que es la raíz de todas las cosas, la sustancia primordial de la cual todas las cosas se hacen. No es vida o fuerza según la reconocemos, sino algo mucho más concentrado que eso. Es la concepción de vida y de sustancia primordial como la suma de todos sus poderes no distribuidos, aún sin ser ninguno de estos en particular, pero todos ellos en potencialidad. Ahora vemos por qué Jesús tenía que emplear parábolas para enseñar una idea tan abstracta.

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El principio y proceso del dar tiene que ver con todo aspecto de la vida. Por ejemplo, todo el mundo tiene en su corazón un deseo secreto de tener éxito en la vida, pero no todo el mundo ha descubierto la maravilla de dar. Cuán a menudo las personas buscan oportunidades que podrían conducir al éxito y sin embargo, evitan y hasta se resisten a las exigencias que se les hacen que no parecen relacionadas con esa búsqueda. Podrían hasta decir: “¿Qué beneficio hay para mí?” Cuando

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comprendemos plenamente las implicaciones del fluir de la vida, podría ser más propicio decir (o sentir) “¿Cuál es mi beneficio para el mundo?” Jesús dijo que el reino está en nosotros. ¿Estamos listos para dar paso al fluir?

Un distinguido profesor de la Universidad de Harvard una vez dijo: “La universidad me paga por hacer lo que con gusto haría por nada, si pudiera darme ese lujo”. La mayor parte de las personas se reirían de su ingenuidad. Sin embargo, lo que él quiere decir es que su trabajo no es sólo un lugar donde se gana la vida aburridamente, sino un lugar que le brinda la oportunidad de crecer gozosamente. En otras palabras, él mira su trabajo como profesor en términos del privilegio que le ofrece de crecer como persona. Y el crecimiento es lo importante en la vida ... no solamente los cheques de pago y beneficios suplementarios, sino el crecimiento. Es probablemente cierto que el mejor modo de ganarse la vida es “hecho” por aquellos trabajadores cuya motivación principal es darse por completo al trabajo de sus vidas.

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Como dicen los cuáqueros: “Cuando ores, ponte en acción”. Es decir, pon en movimiento la guía que recibes de Dios. Empieza haciendo lo que haces en la conciencia de que trabajas con Dios para la liberación de tu “esplendor aprisionado” y, cuando ganes tus alas por tu conciencia, “la afluencia del cielo y de la tierra correrá hacia ti”.

Piensa que eres un medio por el cual las actividades creativas fluyen, y no hay límite. Tu mente es una con la misma mente de los genios, los que tienen éxito y los ricos. Las maravillosas ideas y energías ilimitadas fluyen fácilmente a través de ti, y eres indispensable y apreciado en tu trabajo. Estás libre de tensión o estrés, porque sabes que eres una entrada y puedes llegar a ser

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una salida de todo lo que está en Dios. No estás solo o sola. Todo el Universo está de tu parte, guiando tus manos y dirigiendo tus pasos en el camino que tomas. Una afirmación que te ayudará es: Soy una empresa de Dios viviente, y Dios no puede fracasar. En Dios no puede haber fracaso. Toda apariencia de fracaso está en la conciencia, una frustración del potencial creativo.

Por qué no pensar en el reto más difícil por el que estás pasando ahora y decir: Sé que esto es lo mejor que puede pasarme, ya que sé que está ocurriendo para revelarme una lección que he de aprender para crecer. Sé que en mí yacen posibilidades ilimitadas aún no nacidas, y esta es mi oportunidad de comenzar a traer a la luz nuevas ideas, nueva fortaleza y una nueva visión. Acepto la realidad de la dificultad, mas no su permanencia. Esto no es un final. Sencillamente estoy entre oportunidades, entre trabajos. Sé que “esto también pasará”, y que algo maravilloso está en camino, lo cual sobrepasará cualquier experiencia de bien que haya tenido.

Tú eres mi Dios, eres todo lo que tengo; tú llenas mi vida y me das seguridad. Gracias a ti, la herencia que me tocó es una tierra muy bella. Yo te bendigo por los consejos que me das; tus enseñanzas me guían en las noches más oscuras. Yo siempre te tengo presente; si tú estás a mi lado, nada me hará caer.

—salmo 16:5-8 (tla)

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Crea tu Alcancía de la prosperidad

Una de las prácticas de Unity más acogidas para expandir la conciencia de prosperidad es la Alcancía de la prosperidad. Fue creada por Lowell Fillmore, hijo de los fundadores de Unity, Charles y Myrtle Fillmore. La pequeña cajita de cartulina originalmente fue creada para aquellas personas que querían comprar las publicaciones de Unity pero que no tenían dinero para hacerlo. Lowell Fillmore escribió en 1931:

“Se nos ocurrió la idea de crear pequeñas alcancías que las personas pudieran usar para ahorrar sus monedas hasta que tuvieran el dinero para pagar por la publicación que deseaban. Luego, decidimos que el sólo proveer la alcancía no era suficiente. Queríamos que las personas aprendieran acerca de su provisión ilimitada, y que Dios, la fuente de todo bien, proveía un suministro infalible. Para aprender y manifestar esta verdad tenemos que pensar y creer en ella, de manera que dejemos de creer en la carencia y en los ‘tiempos duros’; fundamentar en nuestra conciencia la verdad de que Dios es la fuente de toda provisión, y que no podemos carecer de nada bueno.

“Les enviábamos a las personas una alcancía de cartulina que se doblaba y cabía en un sobre, y que se podía armar. También enviábamos afirmaciones de prosperidad, las cuales tenían que decir cada vez que metían una moneda en la alcancía o cuando un pensamiento de carencia aparecía en sus mentes. El secreto del éxito de la alcancía es que ayudaba a soltar los pensamientos de temor, enfermedad y carencia, y los sustituía con pensamientos de gozo, salud y prosperidad. La Biblia nos

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dice: ‘porque cuales son sus pensamientos íntimos, tal es él’ (Proverbios 23:7). Quien acude a Dios por provisión, y mantiene los pensamientos correctos, atraerá a sí el bien que desea.”

Una vez que la persona ahorraba el monto necesario, lo enviaba a Unity junto a su pedido. Mas se quedaban con la Alcancía de prosperidad, fomentando el hábito de ahorrar.

Las alcancías fueron un éxito inmediato. Miles de personas las pidieron y utilizaron. No sólo pagaron sus pedidos, sino que enviaron testimonios de cómo estaban experimentando más prosperidad en sus vidas.

Puedes crear tu Alcancía de prosperidad.

Sencillamente usa una caja —tal como una caja de zapatos, o por el estilo, y hazle una abertura arriba. Si deseas decorarla, puedes poner fotos y afirmaciones que refuercen una conciencia de prosperidad. Luego, elige una afirmación de la Verdad y dila cada ves que metas dinero en la caja. Puedes utilizar las que ofrecemos a continuación. Las puedes pegar a la caja o mantenerlas cerca. Repite la afirmación cada vez que deposites dinero en la alcancía —mantenla en tu mente y corazón— ¡y verás cómo crece tu conciencia!

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Afirmaciones de prosperidad

Niega la carencia; afirma la abundancia. Toma tiempo para crear afirmaciones y negaciones para usar diariamente. Ponlas donde puedas verlas fácilmente, para que te recuerden que la apariencia de carencia no tiene poder sobre ti. Detente cada vez que te des cuenta de que te has salido de la conciencia de prosperidad y di una afirmación de prosperidad.

Me establezco en la sustancia ilimitada de Dios, disfruto de abundancia.

Soy un hijo del Universo, con una rica provisión de todo lo bueno.

Siempre hay suficiente para hacer lo que deseo y tengo que hacer.

Para Dios, soy muy importante, soy Su expresión viviente.

Soy una creación divina, y Dios no falla.

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Logro mis metas al prestar atención al espíritu de Dios en mí.

Doy gracias a Dios como fuente de mi bien, y bendigo a (tu lugar de tra-bajo o inversión) como un canal por medio del cual este se manifiesta.

Soy el hijo de un Dios viviente, uno con Su sabiduría. Esta sabiduría me guía por senderos de paz, prosperidad y éxito verdaderos.

Todo y todos me prosperan ahora.

Soy respaldado por el Amor divino y guiado por el Poder divino hacia mi lugar de trabajo correcto, el cual hago de manera perfecta y por el salario perfecto.

El amor divino, expresándose por medio de mí, me brinda todo lo que necesito para una vida feliz y completa.

Doy gracias cada día, y en todo momento, y mi vida es enriquecida.

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Poderoso más allá de toda medidapor Rev. James Trapp

El potencial divino está en cada uno de nosotros. Llamamos a este poder interno Presencia Crística, mente budista, Dios morador, divinidad —está más cerca que nuestra respiración, que nuestras manos y pies; es aquello que no puede ser herido, dañado, perjudicado o amenazado de ninguna manera. Este poder y potencial en nosotros siempre busca que lo expresemos y promulguemos. Nada puede detenerlo, a pesar de lo que pueda estar ocurriendo en nuestro mundo externo. Mas siempre podemos dirigir esta fuerza que nos brinda enorme poder y

responsabilidad.

Esta enseñanza no espera por un Mesías o gran maestro que venga a salvarnos. Ni

depende de que una condición externa cambie para que podamos

comenzar una vida centrados en Dios. Tampoco requiere que otras personas cambien para que podamos expresar la presencia de Dios en nosotros. Esta enseñanza conlleva activar y expresar aquello que ya está en nosotros, hacerlo brillar de manera que el cielo —el bien expansivo— se haga evidente en nosotros y por medio de nosotros.

¿Cómo activamos esta presencia divina en nosotros para tener una vida plena y satisfactoria? Comenzando con la ley de dar.

En Lucas 6:38 leemos que el gran maestro, Jesucristo, nos recuerda: “Den, y se les dará una medida buena, incluso apretada, remecida y desbordante”.

¿Cómo activamos esta presencia divina en nosotros para tener una vida plena y satisfactoria? Comenzando

con la ley de dar.

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Nuestro dar es la expresión de una ley espiritual. El fluir creativo en nosotros es parte del proceso de dar. El dar no cambia a Dios, o hace que un ser antropomórfico note que hemos dado algo y decida darnos algo a cambio. Más bien, dar hace que echemos a andar un proceso. Es un aspecto del infinito inherente en toda vida. Es un ciclo semejante a inhalar y exhalar.

A veces las personas dicen: “He dado y dado y dado, hasta que no puedo dar más. Y nada ocurre en mi vida. Me siento vacío, exhausto, sin ser apreciado y reconocido. Ya no puedo dar más”. Estas frases son indicio de que la persona no ha dado correctamente. Dicha persona está atrapada en una creencia de separación —cree que sólo tiene sus recursos para dar, su propia provisión, su reserva personal separada de Dios. Cree que si da de su provisión, Dios la bendecirá y le dará reconocimientos, dinero, prestigio, un trabajo mejor, etc.

Mas la verdad es que no tenemos una reserva personal. Hemos sido acondicionados por el materialismo que nos ve separados de nuestra fuente, Dios, la vida misma —separados del Infinito. Este modo de pensar nos lleva al vacío, a sentirnos exhaustos, con rencor, frustración, celos, envidia y competencia. Y el mundo está dando evidencia de ello.

Ultimadamente tenemos que darnos cuenta de que la Tierra es del Señor, y que estamos dando de aquello que Dios nos da. Somos expresiones de Su cumplimiento. Entonces, o estamos en el fluir de este dar, una magnificencia moviéndose de acuerdo a nuestra conciencia, o damos sin estar en el fluir y nos sentimos exhaustos, o no damos del todo. Para entrar en el fluir del

Ultimadamente tenemos que darnos cuenta de que la Tierra es

del Señor, y que estamos dando de aquello que Dios nos da.

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dar verdadero, necesitamos la motivación correcta —no por recompensa, sino porque somos seres espirituales.

Estamos aquí para irradiar la presencia divina y para dar sin esperar recompensa. Tenemos que ofrecer más amor, más paz y más armonía a aquellos que nos tiran piedras, hablan de nosotros o nos critican. Tenemos que mantener de primeros en nuestra lista de oración a quienes nos bombardean con negatividad.

Ralph Wando Emerson nos recuerda que cuando damos, ponemos al universo a nuestro favor. El universo tiende a un balance. Cuando has dado más que aquello por lo cual estás siendo compensado temporalmente, ocurrirá que o tu espacio se expandirá o tú te expandirás más allá de tu espacio. Mas si estamos en una conciencia de “agotados y cansados”, no podremos manejar la energía más alta que quiere expresarse por medio de nosotros y como nosotros. Si ocupamos y apreciamos plenamente dónde estamos, visualizando lo que queremos para nuestras vidas, no podemos sino avanzar a un nivel mayor de expresión.

Tenemos que encontrar un modo de expresión, de hacer brillar nuestros dones, compartir nuestros talentos y utilizar nuestro

tiempo. Hemos de decir: “Estoy aquí para ser un río rugiente, que

fluye. No sólo soy una entrada magnífica para el Espíritu, soy

también una salida. Soy un dador en la vida, un contribuidor”. Al despertar

cada día debemos preguntarnos: “¿Cómo puedo más de mí mismo hoy?” Entonces nunca seremos algo estancado. Seremos como un océano. Una expresión de espíritu puro. Seremos personas que están en control de la reserva de energía que necesita un canal para su fluir. Este en nuestro destino.

Al despertar cada día debemos preguntarnos:

“¿Cómo puedo dar más de mí mismo hoy?”

¿Cómo podemos servirte?

Por medio de la oración, la publicación y la educación espiritual, Unity está siempre disponible para ayudarte a que reconozcas y expreses tu potencial y tener una vida saludable, próspera y significativa por medio de:

Apoyo de oración

Llama al 1-866-379-1500 (gratuito en USA, Canadá y Puerto Rico) o al 816-969-2020 (llamadas internacionales) de 7:00 a.m. a 7:30 p.m. de lunes a viernes, los sábados y domingos de 7:00 a.m. a 4:00 p.m. (HC). O envía tu petición de oración en línea a www.unityenlinea.org/oracion.

Publicaciones edificantes

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