VOLUMEN E LAR : de exICO - · PDF file*En un primer tra tamiento de! tema ......
Transcript of VOLUMEN E LAR : de exICO - · PDF file*En un primer tra tamiento de! tema ......
VOLUMEN
~IEXICO,
XII e NUMERO 6
FEBRERO DE 1958
E .T E M P LAR : $ 2.00
~ .exICOde
L' U B L 1 CAD A POR LA UNIVERSIDAD ~ A l' L O N A l. J\UTONO~1A ]) Jo: MExrco
LA FILOSOFIA COMO LITERATURANos HEMOS PRO.PUEST? inves~igar ~os
elementos o mgredlentes litera nosde la filosofía. * En un primer tra
tamiento de! tema destacamos algunoscírculos de problemas que indudablemente tienen que ver con la literatura. Fijarla atención en la construcción gramaticalde un sistema filosófico, en los estilos delos filósofos, en e! género literario que haelegido, o se le ha impuesto al pensadorcomo forma o molde en que verter SllS
ideas, son, repito, problemas relativos a laexpresión literaria de la filosofía.
Para evitar desde un principio que senos acuse de traficar con una ilícita abs-
* Ver mi artículo, "La Fílosofía como Expresíón Literaría". Univrrsidad de l\!féxico, vol.XIJ, N" 1.
Por Emilio URANGA
tracción metafísica. como sería la de hablar en general de 'la "filosofía", C0ll10 sise tratara de una esencia eterna que estaría en la base de todo aquello que llamamos filosófico, lo mcjor será que diga1I10S que por filosofía entendemos este gnLpo de libros: Los D'iálogos de Platón, laMetafísica de Aristóteles, el Discurso delmétodo de Descartes. la Etica de Spinoza,el Ensayo de Locke. d T1'iItado de Hume.las tres Críticas de Kant, la T coría de laciencia de Fichte. la F enolllenología y laLógica de Hegel, las Tesis de Feuerbach,las M'igajas y el Post-seriptum de Kierkegaard, los NIanuscritos económico-filosó-
ficos )' la 1deoloyía alemana de Marx,.;lMundo cO/no voluutad y representanonde Schopenhauer, todas las ObrG~' deNietzsche el Anál-isis de las sensacWllesde Mach,'M aterialis1llo y ell! pireocr'iticis/nO de Lenin, el PrarlJnatismo de James,la Evolllrión creadora de Bergson, las /I!'vestigaciollcs )' las Ideas de Husserl, ElSer y el ticmpo de Heidegger, El Ser y lanada de Sartre, Proccso JI rl'aHdad deWhitehl·ad.
Con esta enumeración, que en principio tendría ([ue ser interpretada como exhaustiva, pretendemos acotar el campo, eneste caso el grupo de libros, que servirácomo material de referencia de las tesisque hemos de sostener. Se dirá de inmediato que b enumeración es arbitraria. la
A. Durero- "tales fibrvs acvtan el Ca/l1/'v ell (jI/e cVI·/centra/l/o." la filosvfía"
SUMARIO: La filosofía, como litera/nra, por Emilio Uranga e La feria de lvs días e IJibliúteca A/llcricana, por Emesto Meji,l Sánehez eTres poe/I/as de Dylan Tholllus e El café, por Juan Garda Ponee e lvlellloriu de las ¡/luyvres traiciones que se puedall escribir e Notas a Piedrade Sol, por Ramón Xirau e Juan de lvIail'ella, por Rail11undo Licia e Vicios y z'irtlUlcs de la prvvincia, por Carlos Valdés e Cesare Zfl;vattini,por Elena Poníatowska e Música, por Jesús Bal y Gay e Cine, por J. M. Garda Aseot e Teatro, por Juan Carda Ponee e .1Ilu(jnet, por Francísco Monterde e Grandeza, sel'vidu1ltbre y unidad del saber, por Manuel Pedroso e Libros, por María del Carmen Velázquez, José María Lugo,Francísco Pineda, Huberto Batís, María Elba Gutíérrez, Rerlha Esqui vel Rivera e Dibujos de Sonia d'AlIlnis de Bourollill y J lIan Soriano.
2
elección sin fundamento. Muchos echaránde menos libros que tienen por ilidudablemente filosóficos y otros verían de buena~rana que se' excluyeran algunos nombres; títulos. En definitiva, la confección dela lista obedece a sin-razones autobiográficas, quiero decir, que un trasfondo personal regula su existencia, la plasma taly como se presenta. No hay por qué negarlo, inclusive es un índice que señaladirectamente hacia un problema íntimamente relacionado con nuestro tema.
En efecto, si tales libros acotan el campo en que concentramos la filosofía, a suvez, cuando hablamos de el filósofo o losfilósofos, tampoco queremos que se entienda una esencia flotante y abstracta.Las biografías, o en su caso 'Ias autobiografías de los autores de esos libros, sonpara nosotros lo que define al filósofo oa los filósofos. De modo que habría quecompletar la lista, 'en atención a sus autores, con toda una serie de documentos quenos permitan estudiar las vidas de estospersonajes: cartas, diarios,conversaciones, testimonios de contemporáneos, iconografía, etc. Tendríamos así, en concreto, cerrado el coto de lo que hemos deestudiar bajo los títulos de la filosofía ylos filósofos, o el filósofo. Lo .filosófico eslo que hay en los libros y en las vidas deese grupo de autores.
Es difícil suscribir la opinión de quela filosofía, en .concreto alguno de esos libros, es comprensible sin una exposiciónautobiográfica. Los filósofos han expuesto sus. ideas, pero a la vez han dicho casisiempre cómo llegaron a esas ideas. Casinunca ha sido para el filósofo una cosaindiferente construir su sistema de ideas,sino que en su trama le ha ido la propiavida. Para muchos, empero, la verdad deuna filosofía sería el resultado de unasustracción, lo que queda después de borrar en una exposición todo lo que se relaciona con las sin-razones autobiográficas. Pero aun en este caso extremo, enesta voluntad decidida de poner entre paréntesis al autor de las ideas, al filósofo,Ctlando se trata de presentar el contenidode un sistema de ideas, tal presentaCi()llse ameniza, o se sazona, introduciendoatractivas alusiones ud hominel1'1.; aunquesea sólo COJllO aderezo uel cebo para captar y predisponer favorablemente la atención de los oyentes. El ingrediente autobiográfico se cargaría a la cuenta de loedificante, de las concesiones a la piedadde los lectores, o a sus resistencias a verpor pudor cara a cara las ideas desnudas.
La autobiografía es, a mi parecer, uningrediente casi esencial de toda filosofía.y para el tema que nos preocupa es unoele los elementos indudablemente literarios con que se integra la filosofía. Podríamos formular la cuestión hajo la forma de silogismo hipotético: si la autobiografía es un género artísti~o y la filosofhentraiia como esencial un elemento autohiográfico, la filosofía. por tanto, entrañaun componente artístico. ¿O hay quien
-ponga en duda que la biografía y la autohiografía son géneros artísticos tan legítimos como el cuento, la novela o el drama?
Ya que tenemos la intención de dedicar un capítulo a la filosofía como autobiografía, o como "confesión personal",reservamos para ese momento tratar porextenso e! tema, por lo pronto valgan estas ligeras indicaciones. ¿ Cuál es en definitiva el sentido de una autobiografb,
.cle una biografía?- Hemos dicho antes que
de hacerle su lugar, cuando se habla delsistema o de la verdad, tal lugar seríamodesto y vergonzoso, entraría en la vanidad de ser amenos, de agradar, de nohacerse pesados cuando se expone unafilosofía, o lo que es quizá peor, de mostrarse edificante, humano, compasivo, dedar a entender que la verdad no se desarraiga de lo humano, sino que formacuerpo can él, y participa de sus debilidades siempre saludadas con gusto porrecordarnos que todos participamos de undestino común, los filósofos y el restode los mortales. ¿ No decía Freud que endefinitiva lo que autorizaba sus exploraciones psicoanalíticas de Leonardo y derJoisés, era mostrar que nadie escapa dela naturaleza humana?
Las autobiografías y las biografías delos filósofos nos permiten ver cómo esque la verdad se arraiga en la vida, seimplanta, crece alimentada por ella. Parauna filosofía, como la de Ortega y Gasset,en que la vida es la realidad radical enel sentido en que todas las otras presuntas o consistentes realidades aparecen enella, ¿ cómo sería concebible la fifosofía
UNIVERSIDAD NACIONALDE MEXICO
Rector:
Doctor N abor Carrillo.
Secretario General:
Doctor Efrén C. del Pozo
REVISTA UNIVERSIDAD DE MEXICO
Director:
Jaime García Terrés.
Coordinador:
1f('//riq/!(' González Casanova.
Jefe de Redacción.
JlIan Martín.
La Revista no se hace responsable de losoriginales que no hayan sido solicitados.
TuJa correspondencia debe di.rigirse a:
"]{EVJSTA UNIVERSIDAD DE MEXICO"
Torre de la Rectoría, IOQ piso,
Ciudad Universitaria; Obregón, D. F.
Precio del ejemplar: $ 2.00
Suscripción anual: "20.00
PATROCINADORES
ABllOT LABORATORIES DE MÉXICO, S. A.
BANCO NACIONAL DE COMERCIO EXTERIOR,
S. A.-CALIDRA, S. A.-COMPAÑÍA HULE
P.A EUZKADI, S. A-COMPAÑÍA MEXICANA
DE AVIACIÓN, S. A.-ELECTROMOTOR, S.A.-FERROCARRILES NACIONALES DE MÉXI
co, S. A.-FINANCIERA NACIONAL AZUCA
RERA, S. A.-INGENIEROS CIVILES ASOCIA
DOS, S. A. (ICA).-INSTlTUTO MEXICANO
CEL SEGURO SOCIAL.-LOTERÍA NACIONAL
PARA LA ASISTENCIA PÚBLlCA.-NACIONAL
FINANCIERA, S. A.-PETROLEOS MEXICANOS.
UNIVERSIDAD DE MEXICO
sin e! aporte, sin e! componente autobiográfico?
¿ Qué es una autobiografía, qué es unabiografía? ¿ Qué exigencias pretende satisfacer? ¿ Cómo han entendido la autobiografía los filósofos? ¿Han innovado elgénero? De la autobiografía de San Agustín, sus Confesiones, se puede afirmar sinsombra de duda que es una innovaciónportentosa, nada menos que e! descubrimiento, por tanto la primera vez que unhombre cae en la cuenta de que puede narrar algo que se llama su "interioridad".su mundo interior, que la literatura sepuede apropiar esta realidad hasta entonces esquiva o no presentida, puesto quehacer literatura era decir cosas de afuera,describir, poetizar lo real, no las sombrasde la caverna interior. Pero aun sin innovar, las autobiografías de los filósofosforman una galería de cuadros amenos, laparte agradable' de! museo que es la filosofía.
Esto dicho sin tocar siquiera el problema que está en la base, o sea, que hayquien cree que la autobiografía es unanecesidad para e! filósofo, una parte desu método. Traducido al lenguaje que nosinteresa: que e! género autobiografía esel más apropiado para recoger eso quellamamos filosofía, más apropiado, másnecesario que escribir un sistema, un tratado, un ensayo. Contar la vida se parecemucho a exponer las ideas. El sistemacrece paralelamente á la vida' del filósofo.Hay el Marx, el Hege!, 'el Kant "jóvenes", e! Platón, e! Aristótdes de "la vejez", y llega a hablarse hasta de que Kan t"chocheaba". Y estas· cara.cterizaciones setransportan de la vida al pensarúiento, lasideas de estos filósofos.son.jóvenes, vie-jas, de madurez. .
Ortega y Gasset con su' impertinenteensayito lanzó sobre Goethe la importante sugerencia de una biografía interior, delos filósofos vistos desde dentro. Generalmente se traduce, y se traduce mal, talexigencia hablando de biografía' intelectual. Tal denominación es un eslabón intermedio entre, exponer· al desnudo lasideas, con sus articulaciones lógícas, exponerlas articulándose, nOpal' la lógica,sino por las ocurrencias' biográficas delfilósofo. Hay infidelidades a la lógica porser fiel a un capricho que llevamos entrañado en nuestra propia vi1¡l. La biografíadesde dentro se movería en estos terrenos. Los alemanes han creado muy recientemente un nuevo tipo de "biografía" quellaman "morfológica" y que consistiría,no tanto en ver cómo el personaje se vamodificanclo, sino por el contrario, cómoes que echa siempre un puente por encimade sus cambios, cómo ·.hay siempre unaespecie de constante ode carácter que define la actitud ante la vida, ante el mundo, ante los otros-yque'dice con precisiónpor qué a talo cual cosa la: llamamos kantiana' hegeliana, cartesiana.' ¿Qué quieredecir que esto es kantiano? En las nuevasbiografías de Goethe el íntento ha funcionado a maravilla. Hoy podemos decircon precisión que es "goetheana" todaactitud que convierta en principio de suvida esta convicción: "exponerse es corromperse", "la superficie de la vida seprotege endureciéndose", "no hay quemezclar la vida moral con la vida socia]".y por este tenor toda una serie de formulaciones que avisan que la ley de la vidaes preservar un núcleo frágil y que quien
(Pasa a la pág. 9)
UNIVERSIDAD DE MEXICO 9
"¡líe'ita abstracc'ión metafísica"
ILOSOFIALITERATURA
(¡'¡ene de la pág. 2)
nee que sin ello se puede vivir está condenado a naufragar. Esta "biografía", esta"morfología" se expresa infatigablementeen gestos, en costumbres, en actitudes, enideas, en manías, y saberla rastrear esaprende~' a conocer, a localizar a nuestropersonaje.
Basta recordar que entre nosotros, losintentos de don América Castro se mueven en tina dirección semejante. ¿Quiénpodrá dudar que un análisis semejanteayucla a precisar los componentes literarios de una filosofía, más aun, que estámontado pl'ecisamente en un análisis dela "experiencia literaria"?
Pero ciemos la palabra a los escépticos.Cerremos estas alusiones recorclando lasduras palabras de Hegel. En la filosofíano clebe hablal' el "yo", sería tanto como
por literatura? Al final de nuestro primer.•capí tulo", más exactamente .,propuesta",dijimos que nos reconoCÍamos deudores dedon Alfonso Reyes en lo tocante a la "caracterización" cle lo literario, que si pretendemos con frontal' literatura y filosofíaello era posible, porque con El desl-inde senos brindaban indispensables hilos conductores en la labor de cernido. No hemosolvidado esta indícación. Pero por lopronto nos bastará dar un brochazo, dibujar en grandes rasgos nada más lo queentendemos por literatura. Las ideas dedon Alfonso Reyes van a servirnos paraoperaciones de calibre más fino. Por lopronto anclamos todavía borroncando, estamos en la etapa "tachista" de nuestraformación pictórica.
:Qué es la literatura? Para orientar, oen;~';;;nba.r, como dicen los colombianos,hacia la respuesta lo mejor es decir lo quepresumiblemente era.la liter~tura, lo queera antes de que nacIera la Idea. que ho'ytenemos de la literatura. Pues bIen, la lIteratura era, ante todo, preceptiva, norma canon. La literatura era lo que había~ hecho los clásicos, los especialistas clela norma, de la medida, cle la ley. Los d~más eran simplemente imitadores, segtl1dores, y entre más dóciles mejor. La literatura era, pal'a los "modernos", una desesperación, lo inaccesible a la vez. que loinmarcesible. En una palabra: la lIteratura se clefinía por su ausencia, quiero decir para todo el que no había sido clásico.De ahí el prestigio de las "falsificaciones". Hacer "pasar" por clásica una obra"moderna" debió estremecer cle alegría.La buena literatura era la que daba el"gatazo" de ser antigua. Ante todo se in:vestigaba si una novela era una novela, SI
una poesía era una poesía y si u,n c1r~maera un drama. Y los que consegtl1an aJustar la vicia a la preceptiva eran los litemtos. Los que simplemente escribían se ~eparaban cle los literatos como por un abISmo. A nadie le venía en mientes creel'seliterato porque escribía. No bastaba escribir ni siquiera escribil' bien, sino conform~ a la ley, pues ¿ qué sentido teníadecir escribir bien?
Hoy la literatura es otra cosa. La. literatura somos nosotros, cada uno de nosotros. La literatunl ya no es canon, sinoaventura, es ul1a aventura individual deexpresión, o es el aventurarnos ('11 húsque-
L A FCOMO
añadir la vanidad al error. Si una filosofía cualquiera sufre siempre de verse motejada de "error", ¿ qué ventaja tiene añadir a este presumible error la vanidad cledecir que es mío y contar pormenorizadamente cómo me hundí en él?
Resumamos los pasos de nuestra pesquisa. Hemos 2.cotaclo, para gusto de "fisicalistas", el campo deexperiencia en que preten d e m o s clemostrarn u e s t l' a s tesis, hemoshecho de la filosofía unabiblioteca y de los filósofos un conjunto debiografías. Tomadas estas precauciones pareceque podemos ya empezar a entreSaGll', a rastrear y detectar, lo queen esas vicias y en esa~
obras hay de "Iitel'atura"; pero nos detiene unescrúpulo de definición.Si hemos concretizadolo que entendemos porfilosofía ¿ por qué hastahoy clejamos en lo borroso lo que entendemos
-Sí. Todo el mundo me dice eso, contestó él, agradeciéndole que le hubierapermitido hablarle de ella.
En ese momento un camión, con el escape abierto, pasó por la calle y su estruendo cubrió todos los demás sonidos.Ella sólo pudo agregar:
-Se le va a enfriar el café.-Sí, gracias-, terminó él. Y se inclinó
sobre la taza.Consuelo se alejó sin prisa, dio la vuelta
y se sentó junto a la vieja,que dormía plácidamente.
"Tiene veinticuatro años. N o puede ser.¿ Qué habrá pasado con la muchacha? Yolo vi besándola. Debí preguntarle cómo sellama. Tengo que saberlo."
Poco después la vieja se despertó y lepreguntó si no iba a cerrar. Ella le contestó que todavía había un cliente y lavieja volvió a dormirse, pero él oyó estodesde su mesa, pensó que no tenía sentido seguir allí, sentado, sintiéndose cadavez más solo y pegó con la cucharilla enla taza para llamarla. Consuelo escuchóel sonido, se prometió a sí misma no dejarlo ir sin preguntarle cómo se llamabay se dirigió a la mesa.
-La cuenta, por favor -dijo él.-Sólo es un peso -respondió Con-
suelo.El se metió la mano en el bolsillo, sa
có un billete y varias monedas sueltas, leentregó el billete, se levantó y despuésde dudar un momento, dejó las monedassobre la mesa. Ella volvió a sonreírle.
-¿ Cómo se llama?-Carlos -contestó él.Se puso el impermeable, recogió el li
bro y se dirigió a la puerta. Antes de salirse volvió hacia ella, que estaba de pie,inmóvil, a unos cuantos pasos de la mesa,y le dijo:
-Buenas noches.--No deje de venir -Se atrevió to-
davía a replicar ella.El sonrió y salió a la calle. El viento
helado se coló junto con el quejido de lapuerta. Consuelo recogió las monedas yse las guardó en la bolsa, luego tomó lataza y fUe a dejarla a la barra.
"Ahora vendrá solo'\ pensó, alegl'e.Después, muy quedo, pronunció su nombre: Carlos. Volvió a repetirlo más fuerte: Carlos. Pasó saliva, sonrió y fue asentarse.
Cuando un cuarto de hora más tarde lavieja volvió a despertar y le preguntó sino pensaba cerrar, ella se levantó sin responderle nada; se puso un suéter, salióa la calle y bajó las cortinas de hierro.Después, llevó a la vieja a su cuarto, laacostó, apagó las luces y ya sola en sucama escuchó con atención las respiraciones de los demás, rítmicas y pausadas.Los niños se movieron en la cama, haciéndola chillar; ella suspiró y sonrió,alegre; después cerró los ojos y lo imaginó al día siguiente, sentado en su mes)en el rincón.
Afuera una nube, impulsada por elviento, cubrió por un momento la luna. Elcielo se había despejado por completo ylas estrellas brillaban en el silencio de lanoche. Bajo ellas, él caminaba sin rumbofi jo, con ei cuello del impermeable subido,las manos en el fondo de los bolsillos yel libro bajo el brazo, pensando: "Es inútil. N o vaya volver a pasar por su casa;ni vaya regresar al café ... N o tiene sentido." La luz de una ventana le iluminúla cara por un momento. Después, dio lavuelta en una esquina y se perdió de vista.
10 UNIVEItSIDAD DE MEXlCO
M.A.
JosÉ MARÍA DE COSSÍO puhlicó, en1953, en el tomo XC de la Bib~ioteca de Autores Españoles (contznua
ción de la colección Rivadeneira) varias"Autobiografías de soldados". Entre ellas,Vida y trabajos de Jerónimo de Pas3;monte neyo único manuscrito, de la B1blioteca Nacional de N ápoles, fue publicc:.do por R. Foulché-Delbosc, en 1922, enel tomo LV de la Revue Hispanique."Creo que la única alusión a él anterior(J¡ su publicación -dice Cossío- se debea don Marcelino Menéndez y Pela:vo. Elgran polígrafo le conoció y a él se refiere en sus estudios sobre los orígenes de lanovela. Califica de "curiosa" esta autobiografía de Fray Jerónimo de Pasamonte.que anduvo cautivo en Berbería. y cuentaen su libro famosas historias de hechicerías, de las cuales fue víctima su autor enItalia)1 Espaiia." Como advierte FoulchéDelbosc, el maestro montañés debió leerligeramente el manuscrito, pues ni Pasamonte, pese a sus deseos, lle.Qó nunca áser fraile, ni en Espaira experimentó hechicerías. aunque en cambio proteccionessobrenaturales según su juicio, y sí abundantemente en Italia."
Don Marcelino se refiere, anteriormente, al citado manuscrito en una carta aPereda, fechada en Nápoles, marzo de1877, tildándola, entre paréntesis,. de"harto ridículo" (Estudios y discursos decrítica y literaria, V, P. 332.) Hurtado,de la Serna y González Palencia en lasexta edición, corregida y au.mentada,Madrid, 1949, de la historia de la literatnra española, asequran que el libro u tie'/'I.e poco interés literario"'.
Jerónimo de Pasamonte, parece quearagonés, si es que existió fue contempo-
• ráneo de Cervantes. Como el autor delQuijote, soldado en Lepanto y cautivo delos moros. Sus intentos de fuga son de lomás vívido de su relato. En 1599 se casa,en Nápoles. con los resultados que el lector advertirá en' las páginas que reproducinws.
"El estilo de escribir de Pasamonte-dice su último editor- es totalmenteajeno a toda preocupación literaria." Deahí una parte del interés. N os encontramos con un escr-itor realista -uno másde la enorme serie espG110Ia- de los queintentan decir las cosas como creen queson o fueron, sin importarles un ardite lasintaxis. Esta'mos en las antípodas delnaturalismo. que qu.iere prescindir del au.lar u ,<..olverle de piedra.
El realismo espaííol es mágico -y másen este caso el/. el que intervienen directamente elementos sohrehmnc:nos. "Realismo mágico", quizá l/O sea mala fórmulaaun para el socialista, si de novela se tra~ta.
Aunque la Revista Universidad tienepor norma no publicar sino páginas inéditas, es difícil qlle los curiosos acudancomo 1/0 sra para consulta, a los ma'mo~tretas de la colccción Rivadeneira. Porotra parte el relato de Pasal1wnl,' es tanvivo, tan divertido, que bien vale p~tbli
cer este ~.I:lracto aunque 1/0 sea lnás quepara rectIfIcar, lIna vez 1'1/. la vida, la opinión de rse -otro- monstruo de la naturaleza que fue do/! Marcelino.
DE
T Ej E R O N 1 'M OPASAMON
"¿por qué G.1iadir vanidad o/ error?"
rio la definición actual del lenguaje: ellenguaje permite decirlo todo, no hay baITera de desatino, de locura, de sinsentido,de absurdo que impida decir algo. Todo Sepuede decir y la filosofía 10 ha dicho todo.La filosofía fue literatura moderna cuando la literatura todavía andaha encorsetada por la preceptiva. Léase a los presocráticos: envidia de los poetas modernos.
Hagamos ahora una salvedad. La filosofía no ha sido siempre vista como loque es hoy la literatura, sino como 10 quefue ayer la literatura. Y por otro lado esinnegable que hay una filosofía sin sentido de aventura: la escolástica. Desde luego no Santo Tomás. Pero una larga caudaoe epígonos nos hacen olvidar la excepción. Hay, por tanto, la variedad no literaria de la filosofía, la filosofía de precepto, de manual. Entiéndase bien: no lalógica, ni mucho menos la lógica matemática. Esta es filosofía en serio, aventura,audacia, invención, fantasía, literatura, enel sentido en que acabo de precisar.
Resumamos antes de ir adelante. Noshemos propuesto investigar la expresiónliteraria de la filosofía. Por lo pronto filosofía significa para nosotros un conjuntode obras que antes enumeramos. En unaprimera aproximación hemos dicho quesería un desacierto desvincularlas de lasbiografías o autobiografías de sus autores,en una segunda aproximación, hemos propuesto una caracterización de la literaturamoderna que nos permite ver en esasobras, por excelencia, aventuras individuales de expresión, "aventuras de ideas",como diría Whitehead. Quien sienta desprecio por la literatura moderna y aprecio por la filosofía, protestará quizás aloirme decir de esas obras que son literatura. Pero quien aprecia la literatura moderna me acompañará en el juicio: en talsentido, también la filosofía toda, no sólola moderna, es literatura.
"aven/u'ra individual de expresión"
KLEE. TIERE 1M GEHEGE. 1918
da de una expresión persona!. La literatura ha venido a convertirse en la propiavida, el carácter o la falta de carácter queacusa en cada caso es el reflejo fiel de lapersona, no su deficiencia ante una normao el acierto de su imitación. En definitiva,que tan inimitable es hoy como antes, peroprimero 10 era por ser inaccesible comouna norma, tan incumplible cabalmentecomo una ley moral, y después por la imposibilidad de ser el otro. Cada quien tiene su vida y el estilo de su vida, éste nose lo puede arrebatar nadie y el secretode la· originalidad muere con nosotros, esnuestra propia originalidad. No puede haber recetas,. normas, cánones; hay ímpetus, pasiones, torturas, tanteos, experimentos, búsquedas, hallazgos, la forma seva desarrollando conforme se escribe, nopreexiste al acto de escribir, no es un có1110do esquema para rellenar. Cuando nace~in forma, tal es su forma, cuando surgeceñida y precisa, tal es también su forma.Lo que le falta a la primera y sobreabunda en la segunda no se puede suplir o recortar recurriendo a las preceptivas. Deahí la llamada crisis de los géneros literarios, la prosa poética, la poesía prosaica.No sé quién se ha atrevido a decir, congran acierto, que la prosa española del siglo xx es más poética que toda la poesíadel XIX.
y ahora preguntemos dispuestos a responder con sinceridad: ¿ se puede decir dela filosofía: que es literatura en el sentidoque acabamos de definir? Indudablemente. Pero procuremos medir el alcance denuestra respuesta y su significación. Podríamos por lo pronto abonar la respuestade que ese grupo de obras de que antes hemos hablado y que han acotado el campode lo que queremos se entienda por filosofía son cada una de ellas, tomada en símisma, individualizada, una prodigiosaaventura de expresión, tan libre, tan cabalcomo cualquier pintura moderna. ¿ No decía Chestenon que después de haber leídoun tratado de metafísica le dejaban impávido las novelas policíacas? V, efectivamente, internarse en esas obras es abandonarse al flujo de búsquedas de expresión que no conocen más ley que la propiapasión de expresarse. Ortega y Gassetdecía de las críticas kantianas que le sugerían la arborización barroca de las catedrales góticas, los ensayos de Leibniz, dijesy aderezos dieciochescos; a García Bacca el Ser y el tiempo le recuerda una pintura cubista, Bergson es impresionista,etc. La filosofía ha sido en estas obrasuna aventura que para expresarse ha tenido que echar mano de la más desbordantefantasía. Repárese que cuando las gentesno dan con la medida de una expresión,que cuando tramonta sus cuadros socialesQ~ j;.omprensión, hablan de fantasía. Enuna pala:bra, la filosofía ha tomado en se-