Voto Voluntario
Click here to load reader
-
Upload
api-3739960 -
Category
Documents
-
view
286 -
download
1
Transcript of Voto Voluntario
INSCRIPCION AUTOMATICA
Y VOTO VOLUNTARIO
¿PROBLEMA O NECESIDAD?
Marketing Político
Nicolás Marín González
INTRODUCCION
La idea de la transformación de una inscripción voluntaria, combinada
con la perpetuidad de la acción de votar, a una acción, donde el voto fuera
voluntario con una inscripción automática, se presenta hoy en día como uno de
los puntos de análisis para la ciencia política en la medida que genera cambios
significativos para la política y su ordenamiento. Se pretende que la reforma al
sistema electoral genere un cambio institucional que se refiere a la parte
administrativa y jurídica de cómo se organiza la acción del sufragio por parte de
la sociedad como mecanismo de la democracia en cuanto elección de
representantes. De alguna manera los partidos políticos sienten temor en la
medida que configurar una ampliación del mercado electoral equivale a un
nuevo reordenamiento de las fuerzas políticas de la sociedad, con lo cual
algunas fuerzas más o menos considerables, pueden disminuir su poder o
aumentar su poder. Esta preocupación es valida en la medida que implica una
relación entre el sistema binominal y el sistema político, con lo cual, las
relaciones de poder se ven alteradas con una ampliación del espectro electoral,
movilizando a las fuerzas políticas a construir nuevas estrategias y
herramientas para hacer frente a un mercado que se presenta desestructurado,
poco sistematizado y de alguna manera, muy variable.
La otra preocupación tiene que ver con la construcción de un sujeto
democrático. Para algunos teóricos, la relación entre obligatoriedad en cuanto a
las acciones que legitiman, significan mas que un recurso, una acción que se
funda en la capacidad de lograr crear un sujeto responsable a través de
normas y castigos. La voluntariedad significaría lo contrario, como el desligue
de las acciones por parte del estado para la imposición de valores
democráticos a los ciudadanos, con lo cual se crearía un sujeto menos
politizado y menos interesado en los asuntos públicos.
La otra corriente desestima esta visión, y considera que realmente se
puede lograr configurar un nuevo sujeto democrático, solo si, se considera que
el nuevo espectro político tiende a la satisfacción de las necesidades de la
ciudadanía y se separa de la visión elitista del poder que mucho deja de
desear. El argumento principal, al que me adhiero de alguna manera, radica en
solucionar el problema de la desafección política y de los asuntos públicos
importantes, para la configuración de un nuevo sujeto democrático a la altura
de los procesos.
“El 21 de mayo el presidente Ricardo Lagos manifestó la intención de cambiar
el actual sistema de elecciones por uno de inscripción automática y voto
voluntario. La propuesta inmediatamente generó reacciones en los diferentes
sectores políticos y en todos los potenciales electores que se verán
mecánicamente inscritos en el nuevo padrón electoral.
Habrá que ver si el nuevo proyecto, que ya ha sido aplicado en toda
Latinoamérica excepto Chile y Colombia, incentiva realmente a la ciudadanía a
votar u obliga a todos los actuales no inscritos a participar en las elecciones”
Y es que la suma de 2.4 millones de nuevos votantes preocupa a más
de alguno. Actualmente según la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales (FLACSO) cerca del un 20% de chilenos en condiciones de votar no
está inscrito en los registros electorales y si a eso se le suma el porcentaje de
los que si lo están pero no votan, un 31% de compatriotas en edad de sufragar
no lo está haciendo.
La respuesta mas clara no radica esencialmente en un sistema que no
permita votar, al contrario, el sistema electoral chileno permite votar, pero de
forma perpetua. No es que los derechos políticos como el sufragio hayan
quedado eliminados para siempre o que los derechos de las personas no se
respeten en una sociedad democrática. A mi parecer el tema, no se funda en
una cuestión de eficiencia del sistema electoral, sino que tiene que ver con un
tema que en este momento se presenta como transversal a la sociedad
chilena, que tiene su principal explicación en una desafección política. Es por lo
mismo que de una u otra manera insisto que la democracia no debe basarse
solamente en la capacidad de generar una medición a través de porcentajes
que están obtenidos y los que se pueden obtener a través de la persuasión.
Esto lleva a los sistemas electorales a caer en la lógica numérica y no en la
calidad de las expectativas, por lo cual, es bien sabido que un sistema electoral
como el chileno tiene asegurada su supervivencia pero no su legitimidad.
La desafección política es peligrosa en la medida que no genera
legitimidad a las instituciones y abre las posibilidades a otros caminos que no
necesariamente tienen que ver con el consenso social, en el caso mas
extremo. Pero si lo analizamos desde la perspectiva cotidiana, la desafección
política que existe en la sociedad se constituye en una sociedad pasiva, vacía
de intereses y bastante maleable en términos políticos. Este fenómeno nuevo
en la región Latinoamérica, no posee más de 20 años en su desarrollo. La gran
tarea de la transformación social en la región estuvo en manos de los
regimenes militares, que sobre todo en Chile tiene características
fundacionales de un nuevo orden social.
El régimen militar chileno tiene la característica de abordar el conflicto
desde la óptica de la reestructuración social en base a la completa eliminación
de la cultura política de Chile a los largo de su desarrollo histórico – político1. La
cultura política a fines de los 60`s se caracterizaba en una sociedad altamente
politizada con una tendencia hacia la polarizacion social. Es importante
entender el tipo de sistema electoral que posee la sociedad, ya que de una u
otra manera, esta configura el comportamiento de los actores políticos dentro
de determinada estructura2. Dentro del régimen militar se ataco directamente
los modos o habitus de los actores sociales con el fin de lograr que la sociedad
chilena fuera despolitizada. Para algunos afirmar que existe una plena relación
entre la desafección política y el régimen militar, significa un error en la medida
que se perfila como un análisis monocausal y también por que no explica la
totalidad del problema. A mi juicio tiene la mayor importancia, ya que dentro de
un proceso de transición política, no existió ningún mecanismo en el cual se
incentivara a la ciudadanía mas allá de la instrumentalidad que posee el voto
como una forma de elección de representantes. Es por lo mismo que insisto
que la desafección política es un tema que concierne tanto a gobernantes,
como a gobernados.
Seguir en un sistema electoral que perpetua a los votantes a votar y
encausarlo como un argumento del problema es un error. El problema mas allá
de la desafección política existente radica en que la separación entre partidos
politicos en cuanto a elite de poder, se distancia cada día mas de la sociedad
civil y se hace mas evidente los intereses de los gobernantes por sobre los
intereses de la sociedad civil. Dentro de este pequeño análisis, el sistema
binominal juega un papel fundamental, ya que una reforma al sistema electoral
tiene que incluir la reforma al sistema binominal, ya que sin atacar al binominal,
1 Alfredo Joignant, el gesto y la palabra2 Maurice Duverger, partidos políticos y sistemas de partidos
el problema sigue siendo latente, con lo cual el tema de la desafección no
radica en la capacidad de logra mas votantes, sino en la capacidad que tienen
las instituciones democráticas de incentivar a los ciudadanos a una
participación política mucho mas competitiva y eficiente.
Para autores de la escuela neoconservadora de los Estados Unidos, la
participación política se presenta peligrosa en la medida que genera crisis
estructurales a través de la inserción de múltiples demandas que el sistema
político es incapaz de satisfacer. Por lo tanto, de una manera el sistema político
Chileno se inserta en esta lógica, la cual se enfoca a garantizar niveles de
gobernalidad mas que niveles de participación social, es por lo mismo, que
existe dentro de la racionalidad colectiva un malestar que se presenta de dos
maneras: 1) desafección política, como la consecuencia mas importante y, 2)
bajos niveles de legitimidad de las instituciones democráticas.
Es por lo mismo que dentro del análisis considero que es importante
abordar de lleno los datos que presenta el mercado electoral en cuanto a la
abstención como también a la cantidad de nulos o blancos dentro de un
proceso eleccionario. Es importante abordar el problema, por que dentro de
algún momento la situación de desafección política puede tomar rumbos que
no necesariamente se presenten como pasividad social, sino que puede
desencadenar en estallidos sociales, como también complejos enigmas de
frustración relativa.
ELEMENTOS QUE SE PRETENDEN ABORDAR CON LA REFORMA
Las motivaciones de la reforma son variadas pero sin duda la más importante
dice relación con la necesidad de mejorar los niveles de participación en los
actos electorales, sin embargo se pueden señalar varias otras razones como:
• Mejorar los niveles de transparencia en lo que dice relación con la
participación real de los ciudadanos en actos electorales. (en otras palabras,
pasar del 13% de abstención promedio de lo inscritos a un porcentaje mayor al
tomar en cuanta a todos los mayores de 18 años)
• Romper el estancamiento del padrón en el orden de 8 millones de inscritos y
una baja renovación de sus integrantes
• Generar un mayor grado de legitimidad a la política por la vía de la posibilidad
aumentar la cantidad y la representatividad de los votantes. En la actualidad los
jóvenes no están dentro del padrón.
• Mejorar los niveles de representatividad de aquellos que participan en las
decisiones políticas.
• Disminuir la burocracia electoral y de esta manera estar más cercanos a los
países modernos a través de la modernización del sistema de inscripción.
• Mejorar la calidad a la política, entendiendo esto último como la posibilidad de
mejora en la oferta y la compenetración de los dirigentes con su base electoral
sin distinguir entre inscritos y no inscritos.
• Dar cuanta de la nueva geografía humana del país, ya que la estructura
actual no da cuenta de las migraciones, crecimientos o decrecimientos de
población que ha experimentado el país en los últimos 18 años. Por ejemplo la
comuna de Puente Alto tiene en la actualidad aproximadamente 130 mil
inscritos y su población censada podría dar origen a sobre los 300 mil
electores.
• Dar un corte definitivo a la situación de seudo-penalización actual, pues desde
hace muchos años no se penaliza a nadie por no votar. Se corrige y aclara esta
situación con la reforma.
Algunas de las interrogantes que se hace la clase política son: ¿Cuantos son
los posibles electores que llegarían voluntariamente? ¿Quienes son y qué
piensan los electores nuevos? Y por último, ¿Cómo votarían esos nuevos
electores? En resumidas cuentas: quien puede ganar y perder con esta reforma
electoral.
Así y ante tanta pregunta abierta, se dejan caer también argumentos
ético-jurídicos que complejizan aun más la discusión. Planteando la necesidad
de distinguir cuáles son las obligaciones o el derecho de los ciudadanos
respecto de la participación en los eventos electorales. En resumen si votar es
un deber este tiene que ser obligatorio y si es un derecho cada uno lo debe
ejercer como le guste, es decir, voluntariamente.
Según la opinión de algunos expertos la decisión de acudir a las urnas
es un derecho de todos los ciudadanos habilitados para ello, sin embargo este
derecho se debe entender en el contexto de la libertad individual consagrada
en la carta fundamental de tal manera que finalmente el ordenamiento jurídico
debe armonizar la posibilidad de la participación con la libertad de hacerlo
libremente, en este sentido la ecuación inscripción automática y votación
voluntaria sería la correcta. El Estado le facilita al ciudadano su derecho a la
participación.
Como contraparte a ello destaca la opinión de Carlos Hunneus en el
sentido de advertir que el sistema democrático necesita altos niveles de
participación ciudadana en los eventos electorales para obtener niveles
aceptables de legitimidad y él sostiene que la liberalización de la decisión del
voto pondría en serio riesgo la participación.
Hunneus plantea así sus dudas acerca de la madurez de los ciudadanos
en Chile, los cuales no entienden como una “obligación cívica” el hecho de
acudir a las urnas. Por esta razón, él sostiene la tesis de que la legislación
debería contemplar sanciones para aquellos que no cumplan con esta
obligación, estableciéndose así la obligatoriedad del voto.
Es importante entender que no necesariamente la voluntariedad del voto
implica mayor desafección como responsabilidad cívica. Sino que mi tesis de
este pequeño análisis radica en que si puede tener efectos positivos en cuanto
a mayor participación electoral al transformar las estrategias de acción política,
que de una u otra forma tendrían que hacer frente a un electorado más volátil y
plural, por lo cual cambian dos aspectos del modo de hacer política en Chile.
Por un lado cambia las estrategias de captación de filiación política al
enfrentar un mercado mas diverso en cuanto a intereses con lo cual uno de los
efectos que se pueden esperar, es que los partidos políticos muten a
configurase como partidos atrápalo – todo debido a la gran gamma de
intereses, como también derivado del mismo efecto de un mercado mucho mas
amplio, se puede configurar estrategias de acción que estén destinadas hacia
la homogeneidad provocando serios discursos populistas que hagan frente a
una sociedad mucho mas volátil.
Los actores de la discusión y sus motivaciones están representados con
las usuales instituciones para este tipo de reforma. La diferencia es que
observamos en el despliegue de argumentos, elementos mucho más
especulativos y menos compactos corporativamente hablando, como ha
sucedido en otras oportunidades. Podríamos decir que aun los actores no
logran percibir a cabalidad la conveniencia o no de la reforma, en términos
puramente políticos-electorales.
Se podría establecer que desde la gobernabilidad y por ende, desde las
instituciones no ligadas directamente a partidos o de la sociedad civil, la
automatización y la voluntariedad van juntas.
No así para los partidos, que son los que sacan cuentas más de corto
plazo y solo logran establecer su conveniencia no más allá del año 2005. En
esta perspectiva, sólo el PPD y el PS han respaldado la reforma como viene
desde el gobierno. El resto de los partidos ha matizado o desestimado la
reforma, pues no logran aun saber como los beneficia o perjudica el cambio del
padrón electoral.
La DC ha flexibilizado su posición a la hora de redactar este artículo,
abriéndose a la posibilidad de la inscripción automática y dejando para la
discusión su posición con respecto al voto.
Los partidos de derecha no han aun definido una postura común y
oficial, solo hay declaraciones en la perspectiva de una apertura a la inscripción
automática por parte de Renovación Nacional y claras dudas en la
voluntariedad del voto.
También los distintos grupos de interés juvenil, han apoyado la postura
gubernamental y han presionado a las distintas organizaciones políticas a dar
el si a la reforma. De esta manera, las federaciones estudiantiles, centros de
alumnos, juventudes políticas e institutos de jóvenes en general, van a seguir
ejerciendo su opinión en torno a trasparentar y hacer más cercano el tema de
la participación electoral.
La reforma entrega una respuesta casi unánime en los jóvenes,
“queremos vivir en un sistema que no contenga condicionantes administrativas
a la hora de adquirir el rol de ciudadano y que al mismo tiempo respete la
libertad de decidir si se participa o no en los eventos electorales”. También de
manera indirecta, apunta a una mayor sintonía entre la clase política y los
electores, ya que se rompe una inercia de casi 15 años en que el público
objetivo de discursos y prácticas cambia dramáticamente estableciendo la
necesidad de la renovación política.
En definitiva, se apuesta por parte de los jóvenes, a construir un sistema
dinámico, en donde las nuevas generaciones necesariamente sean
escuchadas ya que ellas tendrán mejores herramientas de poder para
determinar el curso de la vida cívica de nuestro país.
El voto voluntario es una idea que presenta bastante conflictividad, que
de una u otra forma, cambia el escenario político en cual se insertan los
partidos políticos y sus estrategias de marketing electoral.
Cuando hablamos de voto voluntario, nos estamos acercando hacia una
nueva realidad en la cual los partidos políticos por su parte deben dar un giro
copernicano en cuanto sus estructuras partidarias como bases de acción y
bases de militancia, se adapten a esta nueva realidad que impone dos criterios:
a) por un lado debe concretarse un cambio en las estrategias de captación de
filiación política por parte de los partidos políticos y sus militantes b) como
también debe existir reciprocidad desde la ciudadanía hacia los partidos
políticos, con la intención de forjar una democracia mucho mas competitiva. Si
bien anteriormente analizamos la discusión sobre la obligatoriedad o
voluntariedad del sufragio, ahora nos adentramos a principios teóricos en
cuanto a la construcción de sujetos políticos e instituciones democráticas.
Suena idealista la intención de forjar ciudadanía mucho mas activa en
estos tiempos, donde los ciudadanos normalmente se remiten a votar como
gran acto de democracia. Pero es fundamental como ya vimos, el por que de
ciertas acciones, y por lo mismo creo que es importante entender que dando
resultado a ciertas piedras de tope, los procesos pueden ser revertidos y tomar
giros significativos en la sociedad como en sus instituciones. La construcción
de un sujeto responsable necesita de ciertas herramientas sociales e
institucionales con las cual poder ser responsable cívicamente. Es por lo mismo
que cuando digo que se esta hablando de fondo sobre voluntariedad u
obligatoriedad, se esta haciendo referencia a si el ciudadano puede ser un
sujeto responsable. La responsabilidad también es un tema estructural, que
compete a las instituciones, con la intención de ofrecer garantías para el pleno
ejercicio de la responsabilidad cívica.
BIBLIOGRAFIA
ALFREDO JOIGNANT “EL GESTO Y LA PALABRA”
MAURICE DUVERGER “PARTIDOS POLITICOS Y SISTEMA DE
PARTIDOS”
CARLOS HUNEEUS, “REFORMA AL SISTEMA BINOMINAL”