Vs 100 03 Antentasyvivas Internacionalismo

8
El siglo pasado terminó con la abrupta emergencia de lo que vendría a conocer- se como movimiento “antiglobalización” a partir de las protestas de noviembre de 1999 en Seattle en ocasión del Encuentro Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Siguió entonces un periodo de rápido desarro- llo del movimiento, hasta las movilizaciones contra el G-8 en Génova en julio de 2001 y los atentados del 11 de septiembre en New York. El “largo año 2000”, de Seattle hasta el primer Foro Social Mundial en enero del 2001 en Porto Alegre, se convertiría en lo que Bello (2001) bautizó como el año de la protesta “antiglobalización”. El ascenso de las luchas contra la globalización comportó también el renacimiento del espíritu y la práctica internacionalista y la emergencia de un “nuevo internacionalismo”. El “internacionalismo” es concepto muy amplio y que ha tenido distintos sig- nificados a lo largo de la historia, la mayoría con connotaciones positivas como nos recuerda Anderson (2002), quien lo define descriptivamente como “toda perspectiva o práctica que tiende a trascender la nación en dirección hacia una comunidad más amplia, de la que las naciones siguen constituyendo las unida- des principales.” Tiene una larga y tortuosa historia, marcada por grandes momentos épicos y grandes episodios trágicos. Para comprender el “internacio- nalismo 2.0” contemporáneo, y ver los retos, posibilidades y problemas a los que se enfrenta no está de más, pues, empezar mirando un poco hacia atrás. Una mirada hacia atrás en la historia El siglo XIX fue rico en expresiones internacionalistas tanto en la burguesía liberal como en el naciente movimiento obrero. La formación de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) en 1864 en Londres expresa la reacción de éste frente a la “primera globalización victoriana” (Bensaïd, 2007), y la com- VIENTO SUR Número 100/Enero 2009 33 Internacionalismo(s) ayer y hoy Josep Maria Antentas y Esther Vivas

description

El siglo pasado terminó con la abrupta emergencia de lo que vendría a conocersecomo movimiento “antiglobalización” a partir de las protestas de noviembrede 1999 en Seattle en ocasión del Encuentro Ministerial de la OrganizaciónMundial del Comercio (OMC). Siguió entonces un periodo de rápido desarrollodel movimiento, hasta las movilizaciones contra

Transcript of Vs 100 03 Antentasyvivas Internacionalismo

  • El siglo pasado termin con la abrupta emergencia de lo que vendra a conocer-se como movimiento antiglobalizacin a partir de las protestas de noviembrede 1999 en Seattle en ocasin del Encuentro Ministerial de la OrganizacinMundial del Comercio (OMC). Sigui entonces un periodo de rpido desarro-llo del movimiento, hasta las movilizaciones contra el G-8 en Gnova en juliode 2001 y los atentados del 11 de septiembre en New York. El largo ao2000, de Seattle hasta el primer Foro Social Mundial en enero del 2001 enPorto Alegre, se convertira en lo que Bello (2001) bautiz como el ao de laprotesta antiglobalizacin. El ascenso de las luchas contra la globalizacincomport tambin el renacimiento del espritu y la prctica internacionalista yla emergencia de un nuevo internacionalismo.

    El internacionalismo es concepto muy amplio y que ha tenido distintos sig-nificados a lo largo de la historia, la mayora con connotaciones positivas comonos recuerda Anderson (2002), quien lo define descriptivamente como todaperspectiva o prctica que tiende a trascender la nacin en direccin hacia unacomunidad ms amplia, de la que las naciones siguen constituyendo las unida-des principales. Tiene una larga y tortuosa historia, marcada por grandesmomentos picos y grandes episodios trgicos. Para comprender el internacio-nalismo 2.0 contemporneo, y ver los retos, posibilidades y problemas a losque se enfrenta no est de ms, pues, empezar mirando un poco hacia atrs.

    Una mirada hacia atrs en la historiaEl siglo XIX fue rico en expresiones internacionalistas tanto en la burguesaliberal como en el naciente movimiento obrero. La formacin de la AsociacinInternacional de Trabajadores (AIT) en 1864 en Londres expresa la reaccin deste frente a la primera globalizacin victoriana (Bensad, 2007), y la com-

    VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009 33

    Internacionalismo(s) ayer y hoyJosep Maria Antentas y Esther Vivas

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 33

  • prensin de la naturaleza internacional del capitalismo, en un periodo marcadopor la existencia de segmentos de trabajadores cualificados con alta movilidadgeogrfica (Anderson, 2002) y en el que los Estados-nacin estaban an en vasde consolidacin. La AIT represent una convergencia entre corrientes mspragmticas como las trade unions britnicas, cuyo internacionalismo era frutode la experiencia prctica y revolucionarios, como Marx, Engels y otros, conuna comprensin terica del mismo (Mandel, 1978).

    Para Marx, como nos remarca Bellamy Foster (2000), el movimiento obrerotena que organizarse nacionalmente y arraigarse en las condiciones materialesde explotacin de cada contexto nacional inmediato, pero comprendiendo ladinmica del capitalismo internacional, las funciones internacionales de laclase obrera de cada pas y la voluntad de la burguesa de hacer competir entres a los trabajadores de naciones distintas. El internacionalismo proletario eraconcebido por Marx y Engels como algo que iba ms all de la simple solida-ridad internacional e inclua intentos reales de coordinar al movimiento obrerode distintos pases para alterar la correlacin de fuerzas entre capital y trabajo.Su concepcin del internacionalismo proletario y de la accin de la AIT, expre-sada en su Manifiesto Inaugural, puede sintetizarse con la frmula de contrapo-ner a la poltica exterior del capital internacional, una poltica exterior indepen-diente de la clase trabajadora (Mandel, 1995).

    La historia ha demostrado, sin embargo, que sta ha sido una tarea muy dif-cil. Los prejuicios nacionales, los chovinismos, las diferencias culturales, delengua, la parlamentarizacin e integracin del movimiento obrero en los siste-mas polticos y de relacionales laborales nacionales, as como las dificultadesmateriales derivadas de las distancias, falta de recursos y problemas de comu-nicacin estn en la raz de los fracasos histricos del internacionalismo. En tr-minos generales la prctica del internacionalismo se ha desarrollado enmomentos donde los lmites de la accin nacional-estatal han aparecido clarosy cuando en su motivacin se han combinado razones de inters propio conrazones altruistas basadas en una idea genrica de solidaridad internacional enla clase trabajadora (Munck, 2002).

    El impulso internacionalista del movimiento obrero fue potente en el periodo dela creacin de la propia AIT, en las ltimas dcadas del siglo XIX y los comien-zos del XX cuando se fundaron las primeras estructuras sindicales internacionalesy la II Internacional (pero ya en un contexto de fuerte nacionalizacin de lasorganizaciones obreras) y en los aos inmediatamente posteriores a la revolucinde Octubre de 1917, con la creacin de la III Internacional. Este impulso sera aho-gado posteriormente con el ascenso de la teora estalinista del socialismo en unsolo pas y la transformacin de la III Internacional en un instrumento de defensade la URSS. A pesar de ello los aos treinta estaran marcados por un fuerte empu-je internacionalista entorno al movimiento internacional antifascista de solidaridaddurante la guerra civil espaola (Bensad, 2003; Lowy; 1997).

    34 VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 34

  • El perodo posterior a la II Guerra Mundial fue de prdida de fuelle interna-cionalista por parte del movimiento obrero, cuya accin qued confinada den-tro de los lmites del Estado-nacin en el marco de los compromisos keynesia-nos de regulacin de la economa. La lgica bipolar de la guerra fra dificultan ms el desarrollo de un internacionalismo no subalterno a la lgica de loscampos y a la razn de Estado. La poltica exterior de muchas organizacio-nes polticas y sindicales qued totalmente subalternizada a la defensa de losintereses nacionales y del mundo libre occidental o al seguidismo de losintereses diplomticos de la URSS, quien utilizara de forma perversa la retri-ca del internacionalismo proletario para justificar la invasin de Hungra en1956 o Praga en 1968. El propio campo socialista padecera rupturas, tensio-nes e incluso guerras entre sus Estados integrantes.

    En este contexto, el espritu internacionalista qued confinado a corrientesminoritarias del movimiento obrero como el trotskismo o el anarquismo.Sobrevivi, sin embargo, transformado en tercermundismo (Bensad, 2003)encarnado en los movimientos de liberacin nacional y anti-coloniales de loscincuenta, de composicin social amplia y con base entre segmentos de las cla-ses medias, las burocracias estatales y militares, el campesinado y sectores delmovimiento obrero (Wallerstein, 2003). stos tuvieron tanto sus versiones msmoderadas representadas por el movimiento de los no alineados como susversiones ms radicales, simbolizadas de algn modo por el Che, autnticorevolucionario sin fronteras (Pereyra, 2007), para quien el internacionalismo,sintetizado en su consigna de crear dos, tres muchos Vietnams, era a la vezun imperativo estratgico y una necesidad prctica y un imperativo moralcomo nos recuerdan Besancenot y Lwy (2007). Este nuevo impulso interna-cionalista, sin embargo, se agotara pronto, debido a la institucionalizacin demuchos movimientos de liberacin nacional una vez obtenida la independencianacional, su incapacidad de tomar distancias reales respecto al bloque del Esteen algunos casos y al colapso de la agenda econmica de los pases del sur afinales de los setenta.

    El cambio de coyuntura mundial a finales de esta dcada, con el reflujo de laola de contestacin social y el inicio de la reestructuracin neoliberal provoca-ron una crisis profunda de la perspectiva internacionalista, en paralelo a la cri-sis de los grandes proyectos e ideales de emancipacin social. En este contex-to, el discurso de los derechos humanos y del humanitarismo, en definitiva loque Bensad (2003) llama el sin fronterismo, se convirti en hegemnico entanto que discurso de solidaridad norte-sur. La irrupcin de Mdicos Sin Fron-teras o las campaas contra la hambruna en Etiopa a mediados de los ochentaseran buenos ejemplos. En este periodo se desarrollaron con fuerza las ONGs,muchas de ellas de mbito internacional. Su expansin estuvo ligada en parte alas oportunidades que ofrecieron las instituciones internacionales interesadasen vincularlas a sus actividades. La cumbre de Rio sobre medioambiente en

    VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009 35

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 35

  • 1992 o la Cumbre de Beijing de la ONU sobre la Mujer en 1995, fueron dos delos momentos de mximo apogeo de la presencia y visibilidad internacional delas ONG.

    El espritu internacionalista qued confinado durante los aos ochenta a losmovimientos de solidaridad internacional ligados a la revolucin sandinista o alas guerrillas centroamericanas y tambin al movimiento internacional contra elapartheid en Sudfrica, con un discurso mayoritario centrado en los derechoshumanos y contra el racismo, pero sin adquirir, como seala Anderson (2002)el significado global de los movimientos de solidaridad internacional y de libe-racin nacional de los sesenta y setenta. La perspectiva y la vertiente interna-cionalista militante de la solidaridad con Amrica latina fue apagndose acomienzos de los noventa, al comps del fracaso de los procesos revoluciona-rios e insurreccionales centroamericanos. El discurso de la cooperacin inter-nacional al desarrollo y el peso de las ONGDs adquiri preponderancia en losmovimientos de solidaridad internacional, en algunos casos con un enfoquemuy poco militante, otros con un sano espritu reivindicativo, como fue el casodel movimiento por el 07% en 1994 en el Estado espaol.

    El internacionalismo de las resistenciasLa dcada de los noventa se inici con la proclamacin por Bush padre de unnuevo orden mundial, surgido al calor de la cada del Muro de Berln, la desin-tegracin de la URSS y la primera guerra del Golfo que consolidaba a EstadosUnidos como nica potencia hegemnica y al neoliberalismo, codificado en elConsenso de Washington, como la nica poltica posible.

    Las resistencias a este nuevo orden, sin embargo, fueron floreciendo pro-gresivamente. Es habitual fijar simblicamente el alzamiento zapatista del 1 deenero de 1994 como el inicio de un nuevo ciclo de contestacin internacional.Los zapatistas fueron los primeros en codificar un discurso general de crtica alnuevo orden mundial, situando su lucha particular en un marco de defensa dela humanidad y contra el neoliberalismo: Marcos es gay en San Francisco,negro en Sudfrica, asitico en Europa, chicano en San Isidro, anarquista enEspaa, palestino en Israel, indgena en las calles de San Cristbal, chavobanda en Neza, rockero en CU, judo en la Alemania nazi, ombudsman en laSedena, feminista en los partidos polticos, comunista en la posguerra fra,preso en Cintalapa..., nos deca entonces el subcomandante. Los zapatistasfueron tambin los primeros en intentar articular la resistencia internacionalcontra el nuevo orden con la convocatoria de los Encuentros por la Humanidady el Neoliberalismo en la Selva Lacandona en 1996. Toda la dcada de losnoventa estuvo marcado por el ascenso, no siempre perceptible, de las luchassociales, a escala nacional-estatal y de las campaas internacionales. Los yamencionados acontecimientos de Seattle en noviembre de 1999 comportaranla emergencia visible del movimiento antiglobalizacin, una aceleracin de

    36 VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 36

  • las protestas internacionales contra la globalizacin neoliberal y la confirma-cin de la entrada en una nueva etapa.

    Este nuevo ciclo de protesta internacional que tiene en la crtica a la globali-zacin neoliberal como elemento motriz debe interpretarse como la emergen-cia de un nuevo internacionalismo, un internacionalismo de las resistenciascomo lo han llamado Lwy (2004) o Bensad (2003) basndose en Derrida. Enrealidad el trmino internacionalismo ha sido muy poco utilizado dentro delmovimiento, y slo por parte de aquellos autores y corrientes vinculadas a lahistoria del movimiento obrero. En su lugar, han tenido ms fortuna trminoscomo justicia global, solidaridad global y muchos otros. La falta de uso delconcepto internacionalismo muestra la ruptura histrica de las resistenciasactuales con la tradicin del movimiento obrero, consecuencia de la derrota yel fracaso de los procesos emancipatorios del siglo XX. Algunos han abogadoincluso por la necesidad de abandonar el propio concepto de internacionalis-mo al considerarlo demasiado anclado en la era de los Estados-nacin ypoco adecuado para definir las resistencias de hoy en da.

    Contrariamente a ello, pensamos que analizar el auge de las protestas contrala globalizacin en trminos de nuevo internacionalismo es necesario, puespermite ubicar en perspectiva histrica las luchas contemporneas y ponerlasen relacin con la historia del movimiento obrero y de los movimientos deemancipacin de los siglos XIX y XX. El nuevo internacionalismo contem-porneo se diferenciara del internacionalismo proletario histrico al menospor su alcance (casi) planetario, mientras el del primer movimiento obrero fueesencialmente occidental (aunque ste no fuera el caso, obviamente, del tercer-mundismo), y porque tiene como protagonistas activos a una amplia pluralidadde actores sociales, y no slo al movimiento obrero.

    Si el primer movimiento obrero naciente comprendi la necesidad de organi-zarse internacionalmente frente al sistema capitalista, cuya naturaleza interna-cional entendieron muchos de sus dirigentes de la poca, en la actualidad elimpulso de la globalizacin capitalista empuja tambin a la convergencia de unamplio espectro de movimientos y actores sociales opuestos y afectados por lalgica depredadora de esta nueva gran transformacin. El impulso globaliza-dor del capitalismo crea las condiciones para la convergencia internacional deun amplio espectro de movimientos y organizaciones sociales afectados por sulgica depredadora. Pero esta convergencia no es en absoluto automtica omecnica y debe ser polticamente construida. Se puede decir que el proceso deglobalizacin posee una dinmica contradictoria, ya que por un lado fragmen-ta y por el otro unifica (Bensad, 2000), y debilita y activa simultneamente lasresistencias sociales (Gills, 2000).

    El nuevo internacionalismo encarnado en las protestas contra la globaliza-cin no se presenta ya como un movimiento de solidaridad con los pueblos delSur, aunque tenga un componente que va en este sentido, sino que pretende arti-

    VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009 37

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 37

  • cular un combate comn contra el capitalismo global. Como nos recuerdaLwy (2004) la solidaridad internacional propia de las protestas contra la glo-balizacin y del movimiento antiglobalizacin se manifiesta de forma distin-ta que en las movilizaciones internacionalistas de los aos sesenta y setenta.Entonces stas se expresaban como manifestaciones de solidaridad con otrosmovimientos (Vietnam, Argelia, la revolucin cubana...). La solidaridad inter-nacional articulada entorno al movimiento antiglobalizacin o a procesoscomo el Foro Social Mundial, se basa en cambio, en la solidaridad recprocaentre organizaciones y movimientos que se reconocen como integrantes deun combate comn, la denuncia de la globalizacin capitalista. En otras pala-bras, como apunta Rousset (2008), no se tratara tanto de una solidaridad ver-tical entre movimientos, sino de solidaridades horizontales entre stos.

    Ello no implica, sin embargo, que las expresiones de solidaridad internacio-nal(ista) tradicionales con los pueblos oprimidos o con los movimientos deresistencia en los pases del sur, como la solidaridad con la causa Palestina, elzapatismo o los procesos en curso en Bolivia, Venezuela, Ecuador..., hayandejado de ser importantes. Al contrario, siguen siendo ms relevantes quenunca, pero se dan en un contexto donde es posible empezar a articular resis-tencias coordinadas a escala internacional.

    Un elemento definitorio central del movimiento antiglobalizacin, distinti-vo de otros movimientos, ha sido que su propia naturaleza, sus objetivos, y susiniciativas y movilizaciones han tenido una dimensin internacional. No haactuado como un movimiento de solidaridad internacional con luchas especfi-cas en pases del Sur, ni se ha limitado a contactos entre activistas de varios pa-ses para coordinar actividades. En su momento de auge actu como un movi-miento transnacional capaz de elaborar agendas comunes a escala internacionaly crear procesos duraderos internacionales, como por ejemplo el Foro SocialMundial y actuar como un polo unificador (Rousset, 2008) de las resistenciasa la globalizacin.

    Derribar muros, levantar puentes... a varios nivelesEn el perodo posterior a Seattle, el movimiento experiment un proceso defuerte crecimiento hasta las movilizaciones contra el G-8 en Gnova en julio de2001 y los atentados del 11 de septiembre en Nueva York. Despus de algunostitubeos iniciales, en los que el movimiento pareci perder fuelle, la nuevaetapa se caracteriz por la centralidad adquirida por la lucha contra la guerraglobal permanente, cuyo cenit fueron las protestas del ao 2003 contra la inva-sin de Irak. En los ltimos cinco aos se ha entrado en una nueva fase marca-da por una prdida de visibilidad de las movilizaciones internacionales anti-globalizacin y de su capacidad aglutinadora y unificadora y de mayor disper-sin y fragmentacin, regionalizacin y nacionalizacin de las luchas socia-

    38 VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 38

  • les. La imagen de la existencia de un movimiento internacional coordinadodesapareci. Aunque la dinmica general de los ltimos aos ha sido de aumen-to de las resistencias, stas han sido muy desiguales por todo el mundo y hanexperimentado dificultades importantes en Europa y Estados Unidos, dondehan tenido una lgica globalmente defensiva y han conseguido pocas victoriasque permitieran acumular fuerzas de forma slida, a diferencia de AmricaLatina donde se ha producido una crisis profunda del modelo de acumulacinneoliberal y un ascenso de los movimientos populares. Si en el periodo inicialprevalecieron tendencias a la unificacin de las luchas, dentro de cada pas y aescala internacional, en esta ltima etapa han dominado las tendencias a la frag-mentacin y a la dispersin.

    Uno de los retos del nuevo internacionalismo de las resistencias es articu-lar una escala mvil de los espacios (Bensad, 2008) que conciba la resisten-cia social a la globalizacin en diferentes niveles espaciales-geogrficos inter-conectados entre s (local, regional, nacional, estatal e internacional), cuya rela-cin debe ser comprendida en trminos dialcticos (Lwy, 2004). Es necesario,pues, no oponer de forma excluyente los distintos niveles espaciales de laaccin poltico-social, evitando valorizar slo una accin local, a pequea esca-la, aislada de procesos de luchas ms generales, as como una accin interna-cional desconectada de realidades sociales locales y de realidades sociales con-cretas. En otras palabras, el reto es conseguir lo que Harvey (2003) llama unadialctica de la poltica que se mueva de la microescala a la macroescala y vice-versa. sta debe ser la perspectiva estratgica del nuevo internacionalismofrente a la globalizacin capitalista.

    Los movimientos sociales tienen el doble reto de profundizar en su arraigolocal y fortalecerse por debajo y, en paralelo, crear formas de articulacin aescala nacional e internacional, que eviten el aislamiento de las resistenciassociales a travs de espacios como foros, campaas y redes concretas, con elobjetivo de revertir los procesos de fragmentacin social impulsados por elneoliberalismo. Derribar los muros entre los sectores populares y trazar puen-tes entre stos avanzando en un juego de construccin que conjuga el frag-mento singular con la forma del todo (Bensad, 2005) es uno de los grandesretos que tiene la prctica del internacionalismo del siglo XXI.

    VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009 39

    Josep Maria Antentas es profesor de sociologa de la Universidad Autnoma de Barcelona(UAB). Esther Vivas forma parte del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales (CEMS)-Universidad Pompeu Fabra (UPF). Ambos son miembros de la redaccin de VIENTO SUR.

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 39

  • Bibliografa

    Anderson, P. (2002) Internationalism: a breviary. New Left Review, 14, 5-25. Bellamy Foster, J. (2000) Marx and Internatonalism. Monthly Review, 52,3, 11-22. Bello, W. (2001) Essays on Globalization and Resstanse. Oakland: Food First Books. Bensad, D. (2000) Le sourire du Spectre. Paris: Michalon. Bensad, D. (2003) Le nouvel internationalisme. Paris: Textuel. Bensad, D. (2005) Fragments Mcreants. Paris: Lignes. Bensad, D (2007) Resistencias. Ensayo de topologa general. Barcelona: El Viejo Topo. Bensad, D. (2008) loge de la Poltique Profane. Paris: Albin Michel. Besancenot, O y Lwy, M. (2007). Che Guevara, une braise qui brle encore. Paris: Mille et une nuits. Gills, B. (ed.) (2000) Globalization and the politics of Resistance. London: Palgrave. Harvey, D. (2003) Espacios de Esperanza. Madrid: Akal. Lwy, M. (2004). Negativit et utopie du mouvement altermondiste. Contre-temps, 11, 44-50. Lwy, M. (1997) Patries ou Plante?. Lausanne: Page Deux. Mandel, E. (1978) Sobre la historia del movimiento obrero. Barcelona: Fontamara. Mandel, E. (1995) Trotsky as Alternative. London: Verso. Munck, R. (2002) Globalisation and Labour. New Delhi: Leftword. Pereyra, D. (2007) Revolucionario Sin Fronteras. El Che y la lucha por el socialismo. Madrid: Critica y Alternativa. Rousset, P. (2008) La experiencia del FSM como un nuevo marco de solidaridades en AAVV. El futuro del

    Foro Social Mundial. Barcelona: Icaria. Wallerstein, I. (2003) Nuevas revueltas contra el sistema. New Left Review, 18, 93-104.

    40 VIENTO SUR Nmero 100/Enero 2009

    VIENTO SUR_001_128jj 6/2/09 18:27 Pgina 40