VÁZQUEZ MONTALBÁN · El jovencito Frankenstein. Pero co-nocimos el mito cuando la lite-ratura nos...

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VÁZQUEZ MONTALBÁN Anagrama reedita ‘Galíndez’, una de las grandes novelas del escritor, incluida en la trilogía de la resistencia CÓRDOBA POESÍA: ‘SIRENAS Y OTROS NAUFRAGIOS’, DE EDUARDO VÁZQUEZ; ‘‘EL CUARTO DEL SIROCO’, DE ÁLVARO VALVERDE; ‘RAPSODIA IBÉRICA’, DE CARLOS CLEMENTSON; ‘EN BUSCA DE UNA PAUSA’, DE JUAN CARLOS ABRIL. NOVELA: ‘LA LUZ NEGRA’, DE MARIA GAINZA. ENSAYO: ‘LA COMPASIÓN DIFÍCIL’, DE CHANTAL MAILLARD. Libros El poeta cordobés José Luis Rey traduce para Visor el segundo volumen de las ‘Poesías completas’ de T.S. Eliot. Este libro del escritor angloame- ricano continúa el primer volumen que se publicó en 2017, con poemas comprendido entre 1909 y 1962. T.S. ELIOT PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA DIRECTOR: FRANCISCO LUIS CÓRDOBA BERJILLOS COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA AÑO XXXIII. NÚMERO 1.296 SÁBADO, 9 DE FEBRERO DEL 2019

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VÁZQUEZ MONTALBÁNAnagrama reedita ‘Galíndez’, una de las grandes novelas del escritor, incluida en la trilogía de la resistencia

CÓRDOBA

POESÍA: ‘SIRENAS Y OTROS NAUFRAGIOS’, DE EDUARDO VÁZQUEZ; ‘‘EL CUARTO DEL

SIROCO’, DE ÁLVARO VALVERDE; ‘RAPSODIA IBÉRICA’, DE CARLOS CLEMENTSON; ‘EN

BUSCA DE UNA PAUSA’, DE JUAN CARLOS ABRIL. NOVELA: ‘LA LUZ NEGRA’, DE MARIA

GAINZA. ENSAYO: ‘LA COMPASIÓN DIFÍCIL’, DE CHANTAL MAILLARD.

LibrosEl poeta cordobés José Luis Rey traduce para Visor el segundo volumen de las ‘Poesías completas’ de T.S. Eliot. Este libro del escritor angloame-ricano continúa el primer volumen que se publicó en 2017, con poemas comprendido entre 1909 y 1962.

T.S. ELIOT

PREMIO NACIONAL DE FOMENTO DE LA LECTURA

SUPLEMENTO CULTURAL DE DIARIO CÓRDOBA

DIRECTOR: FRANCISCO LUIS CÓRDOBA BERJILLOS

COORDINADOR DEL SUPLEMENTO: FRANCISCO EXPÓSITO EXTREMERA

AÑO XXXIII. NÚMERO 1.296

SÁBADO, 9 DE FEBRERO DEL 2019

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cartas del norte

Un monstruo, el cine y...tres títulos en los que no puede faltar García lorca

descubrimos al mons-truo gracias al cine y a los sucesivos remakes que sobre el tema se

hicieron, incluyendo desde El es-píritu de la colmena hasta la dis-parata versión de Mel Brooks, El jovencito Frankenstein. Pero co-nocimos el mito cuando la lite-ratura nos lo acercó de una for-ma desapasionada, nueva. Y so-lo entonces nos percatamos de que Frankenstein (o el moderno Prometeo) es una de las más be-llas historias de amor que se ha-yan podido escribir y resulta di-fícil comprender cómo fue tan deformada durante tantos años. nacida la leyenda y la novela a la par, en el verano de 1816, de la mente de Mary Wollstone-craft, cuando junto a su esposo el poeta Percy shelley se reunie-ron con lord Byron en una villa a orillas del lago leman y deci-dieron que cada uno se inven-tara una historia de fantasmas, Frankenstein es una metáfora so-bre la vida y la muerte, y como toda novela gótica que se precie, una maravillosa historia de des-amor. Y si algo aporta esta edi-ción, que ahora acaba de editar akal, son las cerca de mil notas y más de 200 ilustraciones y fo-tografías que engrandecen aún más la obra.

ahora que recuerdo, estamos en tiempo de descuento, y los Premios del tío oscar se acercan. Pero, ¿saben ustedes lo que nun-ca se contó del cine? el séptimo arte es pródigo en leyendas urba-nas, y de eso trata precisamente este curioso libro de igual título, Lo que nunca se contó del cine. cier-to es que a poco que se sea ciné-filo, es fácil adivinar que en una película se tira a la basura más

Luis Santillán

rar quién se lleva la gloria y el fracaso.

Y vamos a cerrar esta carta del norte, con la reedición de una pequeña joya literaria, con la que es considerada la primera obra de Federico García lorca, Impresiones y paisajes. se trata de una especie de diario, anotacio-nes literarias, artísticas, poéticas, etc, del viaje que haría el autor siendo estudiante y recorriendo la geografía española desde cas-tilla hasta los rincones más que-ridos de su Granada natal.

Por la ruta lorquiana de Impre-siones y paisajes disfrutaremos de su visión de los campos de cas-tilla, unos campos no muy ale-jados a los de Machado, antes de adentrarnos en el albaicín, los jardines de la alhambra, la luz de su andalucía... Y, por encima de todo ello, o a la par, las ilustra-ciones en esta ocasión de alfonso Zapico, posiblemente el historie-tista y dibujante con mayor pro-yección nacional e internacional del momento. todo un lujo.

metraje de lo que se nos presenta o, por ejemplo, que los sesudos ejecutivos de los estudios a veces salvaron sus carreras y fortunas gracias a una película determi-nada.

Pero, ¿sabían ustedes que Geor-ge lucas jamás concibió La guerra de las galaxias como una saga, que coppola inició El Padrino lleno de dudas a causa del carácter nada amable de Marlon Brandon, que la dificultad de llevar al cine El señor de los anillos arranca nada menos que de 1964, que las incli-naciones políticas de Bogart casi dieron al traste con Casablanca o que Tiempos Modernos no tenía ningún futuro a decir de muchos en un momento en el que el ci-ne mudo entraba en franca deca-dencia...?

Y es que el cine, nunca dejará de sorprendernos. tanto aquel que visionamos en la gran panta-lla como el que no se nos mues-tra entre bambalinas. cine, cine, cine, más cine por favor. Y ahora, compren sus palomitas y a espe-

seres de BaBel

Pilar Quirosa-cheyrouzeManuel Gahete

siempre que

expira un

poeta nos

parece que

un eco íntimo

se extingue

dentro de

nosotros, como si el corazón

exhalara un terrible quejido

de volcán en el aire, una

ilusión corrompida al

albur de la nada. Pero, si

además ese ser que se diluye

como una sombra entre la

bruma está tocado por el

don de la sonrisa, el vacío

se ahonda insondable y así

nos sume en el dolor más

turbio. no será fácil olvidar

a Pilar Quirosa-cheyrouze.

Pocos seres humanos he

conocido poseedores de tanta

sensibilidad, aliento fúlgido

y ternura inmarcesible. se

sigue cumpliendo ese adagio

terrible de que los dioses

prefieren a los jóvenes,

porque es claro que Pilar no

tenía aún edad para dejarnos

y sí poseía el valor y la verdad

de quien era toda bondad

y belleza de alma. nos

quedan sus versos, plenos de

emoción; pero, sobre todo,

nos ha legado un ejemplo

de humanidad y fortaleza

que difícilmente podremos

olvidar.

Ventanas

PoetasJuana Castro

Impresiona

ver tantas

antologías

de poesía en

que lo más

extenso son

los currículos,

llenos de premios, menciones

especiales, traducciones.

sin embargo, la talla de los

poemas no suele estar a la

altura de las titulaciones.

escritos sin cuidado, con

repeticiones vanas, carentes

de ritmo e ignorando la

puntuación, parecieran

composiciones de nivel

inferior al del alumnado

de instituto. Planos, sin

temblor, con imágenes

párvulas o rancias.

se suele olvidar que la

poesía es el género literario

que va, que debe ir, a la

cabeza de todos los géneros

en cuanto a innovación

y experimentación. la

temática no es importante

si no la arropa un trabajo

sostenido con el lenguaje.

no se puede escribir ahora

como se escribía en el siglo

XVII, ni tratar el poema como

si fuese una canción. Hacer

un poema no es sentarse

una tarde a ver lo que

sale -incluida yo-. Hay que

haber leído y roto mucho

y descartado y corregido

mucho. la poesía es sagrada.

2 Cuadernos del Sur AA Agenda Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019

HIstorIa

regresa nieves concostrina con una nueva entre-ga: Pretérito imper-fecto, en la que una vez más aporta su histriónica visión de la historia, para algunos alejada de

los cánones ortodoxos, pero para la mayoría dotada de ese sentido de humor, no exento de veracidad, necesa-rio para entendernos un poco más. la mayoría vuelve a centrarse en sucesos intrascendentes, y la mayoría también, en los dos pilares que han marcado el devenir de este país: la Monarquía y la Iglesia. aborda así temas eternos que por ello no dejan de estar de rabiosa actua-lidad o las «peculiares relaciones de amistad» de nues-tra casa real con la saudí. Pero también se remonta a los años de Fernando VII, «un putero», dice, «que nos arruinaría las libertades y la Pepa». L. SANTILLÁN

‘Pretérito imperfecto’. Autora: Nieves Concostrina. Editorial: La Esfera de los Libros. Madrid, 2018.

noVela

con El abrazo del monstruo, Félix J. Palma entrega una historia sobre los miedos y fantas-mas de la infancia y cómo se proyec-tan en el mundo adulto. en este nue-

vo título, el autor nos presenta la figura de diego arce, un escritor en horas bajas que acepta recuperar a su personaje más famoso: un monstruo que secuestraba niñas y que obligaba a su padre a enfrentarse a maca-bros retos. Una noche será su propia hija, ariadna, la que desaparece. Hay que tener en cuanto que estamos ante un escritor con mayúsculas, de los que escasean en el panorama actual, y que se atreve a plantear al lector una pregunta sencilla: ¿hasta dónde estaría dis-puesto a llegar para salvar a un hijo? todo ello, en el marco de una ambientación gótica-noir. L.S.

‘El abrazo del monstruo’. Autor: Félix J Palma. Editorial: Destino. Barcelona, 2019.

ensaYo

Mucho se ha escrito sobre el boom lati-noamericano. Aque-llos años del boom es una biografía colec-tiva, es un estudio de la intrahistoria de la nueva novela, de un movimiento

literario que aún perdura, una compilación en forma de monólogos, entrevistas, datos, curiosidades, anécdotas… sin desmerecer las individualidades de los García Már-quez, Vargas llosa o Juan rulfo, a quien tanto admiraran Gabo y Álvaro Mutis. Y como era de esperar, el ensayo concluye con el famoso puñetazo de Mario Vargas llosa a Gabriel García Márquez en la década de los setenta, tras haber convivido y vivido risas y llantos en la Barcelona aún franquista. toda una muestra de que el boom, por más que algunos lo deseen enterrado, está más vivo que nunca. larga vida, pues. L.S.

‘Aquellos años del boom’. Autor: Xavi Ayén. Editorial: Debate. Madrid, 2019.

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Cuadernos del Sur AA Entrevista Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019 3

Juana Vázquez

Algunas de las obras de Marta Sanz han sido premiadas, co-mo sucedió con Los mejores tiem-pos (Premio Ojo Crítico de Na-

rrativa), Susana y los viejos (finalista del Nadal), Farándula (Premio Herralde de Novela) y Vintage (Premio de la Crítica de Madrid al mejor poemario). En definiti-va, Marta Sanz es una escritora de la que se puede decir que está, por méritos pro-pios, en el círculo mágico y singular de la literatura, y a la que hay que tener en cuenta a la hora de hablar de las auto-ras españolas.-¿En qué género podríamos encuadrar su libro ‘Monstruas y centauras’?-Supongo que podemos llamarle un poco de todo porque vivimos en una época de hibridaciones y mutaciones genéricas, pe-ro, si queremos ser un poco más precisas, yo creo que es un ensayo que cumple con algunos de los requisitos del ensayo clási-co: desdecir una frase hecha del discurso dominante desde la experiencia subjeti-va. En Monstruas y centauras se cuestiona la normalidad y ciertos prejuicios a partir de una mezcla indisoluble de introspec-ción personal y mirada externa, de mate-ria biográfica y de historia compartida. Al final, me parece que la idea más potente del libro es la de que nuestras incertidum-bres intelectuales, nuestras dudas, no de-ben paralizarnos a la hora de actuar para transformar políticamente las injusticias obvias: feminicidios, paro femenino supe-rior al masculino, contratos temporales no deseados y cuidados con rostro de mujer, brecha salarial, techos de cristal, precari-zación y empobrecimiento de las mujeres en las crisis económicas, patologización de la vida de la mujeres, interpretación de la diferencia de las mujeres como des-ventajas tanto en el ámbito público como en el privado, sumisión a los imperativos biológicos y reducción de los problemas políticos y culturales a problemas relacio-nados con una naturaleza inmutable de las mujeres que nos relega al espacio de la intimidad, tópicos para ahormarnos a estereotipos esencialistas como el del án-gel del hogar frente a la femme fatale, como el de la santa frente a la puta… Yo dudo de muchísimos planteamientos, pero la incertidumbre debería ser un punto de partida para enriquecer la acción contra todas estas injusticias que afectan especí-ficamente a las mujeres.

-¿Por qué la mujer es dueña del espacio privado y esclava del espacio público?-Yo todavía no la veo dueña de ninguna parte. En el espacio privado las mujeres son a menudo víctimas de las violencias de quienes «las quieren». Me parece que esas violencias proyectan la falta de valor

Marta Sanz eS una eScritora MaDriLeÑa que aMa La paLabra en toDaS

SuS verSioneS, DeSDe eL artícuLo, a La crítica o La crónica, a La

poeSía, paSanDo por eL enSayo, La noveLa y eL cuento

Marta Sanz

esperaba de la mujer deseable, fetichiza-da, atractiva. Sin embargo, asumir ese ho-rizonte es frustrante. Igual que asumir el de la mujer comedida, abnegada, la mu-jer que no ríe o solo tiene sentido como madre. Yo me he educado leyendo libros escritos por hombres que ya forman parte de mi ADN y a los que no quiero renunciar porque, como dice la poeta Adrianne Rich, necesito ese lenguaje para hablarte. Ahora de lo que se trata es de metabolizar las co-sas buenas que nos dejaron esas miradas, hacer la crítica de los valores que generan la infelicidad de nuestra sociedad en su conjunto y visibilizar esas otras miradas y modos de relatar lo real que fueron silen-ciados por razones de género.

-¿Por qué en los foros de poder, mientras más prestigiosos y más en la cúpula es-tén, hay menos mujeres? -Porque el capitalismo es masculino, blan-co y vigoroso. Me temo. Y porque cuando las mujeres asumen la dureza, la compe-titividad, el emprendimiento o la capaci-dad de cálculo de los hombres poderosos, inmediatamente se las califica de frígi-das, calculadoras, mandonas, envidiosas, inhumanas, temerarias o feas. De modo que tengo la impresión de que algunas mujeres deberían replantearse si quieren perpetuar con sus prácticas laborales un tipo de explotación y de discriminación que siempre nos va a colocar en segundo plano. El poder es masculino.

-¿Este libro es un manual de todo aque-llo que nos falta y nos sobra para llegar a tener los mismos derechos y obligacio-nes que los hombres?-Una idea interesante de este libro es la de que una sociedad culta es la que enseña a leer a su ciudadanía. Frente a las medidas represivas necesarias para atajar las agre-siones y los asesinatos, es necesario articu-lar un discurso educativo que nos enseñe a leer por debajo de lo epidérmico, lo ver-tiginoso, lo inmediato. Desarrollar estra-tegias de lectura, de interpretación de la realidad y de sus textos, que construyan nuestra conciencia crítica y nos ayuden a analizar los fenómenos. Vivimos en una sociedad tan ruidosa, tan acostumbrada al exabrupto, que corremos el riesgo de que las legítimas reivindicaciones se mimeti-cen con la falsa indignación.

-‘Monstruas y centauras’, en mi opinión, no deja fuera ni un tabú en el cual se pue-da esconder la frase de «esto no lo debo decir o hacer porque soy mujer».-Y, sin embargo, parece claro que todavía hay muchas cosas que no podemos hacer ni decir. Porque, si eres una mujer, te van a afear mucho más tus errores o van a des-merecer tus logros. O van a hablar de tus chaquetas o de tu frustración por no ha-ber cumplido con el imperativo biológico de ser madre. Decidas lo que decidas, te vas a equivocar: si te arreglas mucho, vas buscando guerra; si no te arreglas, eres una dejada o una guarra… Las mujeres, a menudo, callamos porque vivimos en so-ciedades hostiles, que además son particu-larmente agresivas con nosotras. Y a veces tenemos miedo. Desde luego, nuestras des-ventajas nos hacen tener que esforzarnos más, y a menudo ese imperativo, econó-mico y cultural, mina nuestra salud. Por eso yo creo que hablar de la situación de las mujeres implica proponer transforma-ciones económicas, sociales, educativas, sanitarias, culturales… Por eso, pienso que los sectores reaccionarios nos amenazan y cargan especialmente contra nosotras: adivinan lo que supone la vindicación fe-minista.

ticamente, te llaman loca o floja, te pegan un guantazo, ese maltrato va generando una costra que mina la autoestima y que dificulta cada vez más la necesaria seguri-dad que se exige para ser significativa en el espacio público. Es la pescadilla que se muerde la cola. Una lógica perversa que hay que romper.

-¿Tiene la culpa de esta desigualdad de géneros la educación?-Claro. Todas y todos estamos educados con los valores patriarcales. En mis nove-las, sobre todo en La lección de anatomía y en Daniela Astor y la caja negra construyo personajes femeninos que crecen, toman-do conciencia de que hay que reflexionar sobre el lugar del que provienen los de-seos, porque a menudo esos deseos nacen de una expectativa masculina. La realidad se relaciona con sus representaciones y yo, como niña heterosexual, aspiré a ser mu-jer fatal o desvestida o musa de la transi-ción, que encajaba con lo que el hombre

«Hay muchas cosas que no podemos hacer ni decir. Porque, si eres una mujer, te van a afear mucho más tus errores o van a desmerecer tus logros»

Marta Sanz.

MIGUEL ÁNGEL SALAS

y de consideración en que se tiene a las mujeres en un espacio público en el que cobramos menos y nos empobrecemos más. En nuestra sociedad, vales lo que te pagan y funciona el axioma moral -falso- de que la riqueza es la consecuencia de una inteligencia o un esfuerzo superiores. Las mujeres somos menos valoradas en el espacio público y eso hace que en la casa se nos desdeñe y maltrate. Se nos rompa. A la vez, si en casa te minusvaloran sistemá-

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Épica del destierroAmargord publica la antología ‘Sirenas y otros naufragios’, de Eduardo Vázquez Martín

Alejandro López Andrada

poESíA

Embarcar la emoción en la nitidez de las pala-bras y ajustar los silen-cios, hacerlos discurrir

como limpios guijarros por el cauce cristalino de un poema de agua es la tarea vigorosa que ha llevado a cabo Eduardo Váz-quez Martín con suprema in-tuición a lo largo de unas déca-das, construyendo un compacto edificio literario, un espacio lí-rico hermoso y sugerente don-de siempre destella su voz tier-na, esencial. Aquí, en este volu-men sustancioso que ha editado Amargord, el poeta mexicano ofrece al lector un itinerario lí-rico donde se entremezclan ma-ravillosamente valores de tipo estético y formal con otros de tono social comprometido cons-truyendo unas piezas aparente-mente sobrias, en el plano poé-tico, frágiles y livianas que, no obstante, fulgen literariamente como rugosos troncos de abedu-les rasgados en la tarde por un turbión de luz.

La poesía de Vázquez Martín es consistente en el fondo y la forma, además de estar curtida por el paso de un tiempo curvo y conflictivo, un tiempo mági-co y denso, gris, telúrico, que el poeta condensa y ablanda con su voz impregnada de tierra, de vo-ces, de raíces, atada a un mensaje limpio e intemporal: «Es lunes/y miento si te digo/que con la luz renazco,/como tú llevo encima/las huellas digitales de lo oscuro» (pág. 23). En el anterior fragmen-to, perteneciente a un poema de su primer libro, Golpes de luz,

Eduardo Vázquez Martín, en una visita reciente a Córdoba.

EXPÓSITO

escrito entre 1980 y 1983, halla-mos el acento de una voz lírica inmensa, la de un poeta sencillo y vigoroso que ya en este libro muestra su entusiasmo, su inna-ta tendencia a caminar sobre la historia de un país, como es Méxi-co, de tez sobria, agridulce, que contiene en su alma el desgarro luminoso de siglos cubiertos por láminas de sol y piedras flamíge-ras de un cielo vertical donde los dioses aún siguen floreciendo, aunque en muchos rincones ya ni se les ve: «No hay ángeles arri-ba que pronuncien la siega del siglo,/ni son los signos históricos peores que antes» (pág. 75). Y aun-que el poeta no cree en ningún dios, como ya nos confiesa en el

primer poema de su libro Golpe de luz, titulado «La primera per-sona del verbo», la presencia de éste como metáfora del tiempo, o de lo simplemente eterno e in-temporal, permanece inmanente en algunos de sus libros, aunque sea un dibujo irreal, fantasmagó-rico, de un poso nihilista, que al lector sensible toca y en algunos momentos llega a conmover por su lirismo transparente y fiero, como vemos en la pieza titula-da «Niebla de la carretera», uno de los poemas más hermosos del volumen, donde Vázquez Mar-tín hace referencia a la imagen de dios como intangible niebla. La pieza citada, ubicada en el li-bro Naturaleza y hechos (1999), nos

muestra a las claras, junto a otros poemas también del mismo li-bro como son, por ejemplo, «D.F» y «La sombra de los árboles», la voz pura y fragante de un poeta memorable, de una autenticidad nada común.

podríamos citar infinidad de versos para corroborar la cali-dad poética de un hombre que escribe como si arañase el cielo y el azul en sus versos se acabara transmutando en un tono rojizo que termina siendo ocre, de un color parecido a los desiertos de ese México tan bien dibujado y esencializado en este libro Sire-nas y otros naufragios que contiene la obra total de Vázquez Martín, prologada por el escritor Eduar-

do Milán, quien en un momento del prólogo destaca «ese salto fe-liz que traba la vivencia personal -base del hecho lírico- con la con-ciencia crítica de la forma -crítica del hecho lírico vuelto lenguaje-», lo que da consistencia a la poesía del antologado y de alguna ma-nera la hace intemporal.

Además de poeta, Eduardo Váz-quez Martín (Ciudad de México, 1962) es un reconocido perio-dista y ensayista en su país que ha desempeñado cargos de gran relevancia cultural, habiendo fundado las revistas Milenio, Vice-versa y Laberinto urbano. por otra parte, es bueno resaltar que es hijo y nieto de republicanos es-pañoles exiliados en México, y es este detalle íntimo y familiar el que impregna a muchos de sus versos de un aire apesadumbra-do y melancólico, conformando su voz, en algunas ocasiones, un sutil tono épico de destierro íntimo, emotivo, como cuando nos dice en otro de sus poemas memorables, titulado «Memoria histórica»: «Lo primero que des-apareció/frente a mi padre/fue una casa con patio…/Después mi padre vio un puerto/y después otro/y otro más».

Estos versos, y otros, dibujan la grandeza de un poeta genuino con raíces andaluzas y el paisaje de México fraguado en su inte-rior.

‘Sirenas y otros naufragios’. Autor: Eduardo Vázquez Martín. Editorial: Amargord. Madrid, 2018.

La colección ‘Manantial’

No es fácil conseguir, en pueblos o ciudades pequeñas, que una iniciativa cultural se manten-ga viva en el tiempo. Todavía

es más difícil si esa iniciativa exige parti-cipación activa de un grupo no demasia-do pequeño de personas. por eso, la apa-rición del número 50 de los libritos que se editan en la «Colección Manantial» merece ser gozosamente celebrada.

Es responsable de esta colección la Asociación de Amigos de la Biblioteca de priego, asociación que fue creada en 2004 por la profesora de Literatura Isabel Ro-dríguez Baquero con el apoyo del área de Cultura del Ayuntamiento de priego. Se

tores locales. La mencionada asociación convoca un certamen literario anual pa-ra jóvenes escritores y durante algunos años ha mantenido un taller de creación literaria. Tras Isabel Rodríguez Baquero, dirigió el Aula de Literatura la poetisa Maricruz Garrido Linares y actualmente lo hace el profesor y poeta Manuel Moli-na González.

Las sesiones públicas de la Asociación de Amigos de la Biblioteca de priego sue-len ser minoritarias en el número de asis-tentes. Tal déficit podría ser considerado como normal. No obstante, quisiéramos saber cómo estimular a jóvenes y mayo-res para que la lectura, el contacto con los escritores y la creación literaria dejen de ser oportunidades que se desperdician, pese al esfuerzo de los organizadores.

Baena, Soledad Zurera, Manuel Gahete, Rafael Inglada… Así hasta 50 escritores actuales. Varios autores locales tuvieron la oportunidad de publicar sus versos o relatos: Sacramento Rodríguez, Rafael Requerey, María Antonia Gutiérrez, Ma-

publicó el primer volumen, titulado «In-quisición.es», de María Rosal Nadales, el 20 de enero de 2005. Son libritos muy hu-mildes, pues raramente han superado las 40 páginas, pero la colección muestra en su palmarés nombres de poetas y narra-

Miguel Forcada

REVISTA LITERARIA

dores muy grandes, todos los cuales leyeron y comen-taron su obra, inédita o se-leccionada, en sesiones pre-senciales organizadas por el Aula de Literatura: Lorenzo Silva, Juana Castro, Mario Cuenca, Alejandro López Andrada, Antonio Carvajal, Luis Alberto de Cuenca, An-drés Neuman, Antonio Luis Ginés, Manuel Guerrero, José puerto, pablo García

nuela Calderón, paqui Rivera y Ángel C. Gutiérrez.

paralelamente, la Asocia-ción de Amigos de la Biblio-teca ha publicado una revista de literatura que lleva por tí-tulo La ballesta de papel y que ha editado hasta el momen-to 16 números cuyos textos (prosa, poesía, crítica o divul-gación literaria) suelen apa-recer ilustrados con dibujos, pinturas o fotografías de au-

4 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019

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Ningún lector entendido du-da ya de la calidad y acierto del pontanés José Luis Rey co-mo traductor de poesía ingle-

sa, sobre todo al haberse hecho pública en 2013 su versión castellana de las Poe-sías completas de Emily Dickinson. Ha sido también José Luis Rey el encargado por Visor de trasladar al español toda la poe-sía de Thomas Stearns Eliot, que en 2015 editaron Christopher Ricks y Jim McCue con el título de The Poems of T.S. Eliot. El traductor ofreció en 2017 los primeros frutos de su tarea, que en aquel momen-to tituló Poesías completas. Volumen I, 1909-1962; ahora, a principios de 2019, está lle-gando a la librerías, con el mismo título, el volumen II, que suma 470 páginas a las 1.145 de las que constaba ya el primer vo-lumen. Es obvio que en ambos casos van los poemas con su texto en inglés, en pá-gina par, y con la traducción al español en impar. El conjunto total de estas Poe-sías completas puede dar una idea del des-velo continuo, la atención esmerada y el rigor literario con que José Luis Rey ha afrontado la traducción de la obra lírica eliotiana.

En una carta de 1945, que abre este se-gundo volumen, es T.S. Eliot quien afirma: «Mi principal ocupación es la de escribir

diplomático galo St.- John Perse (Premio Nobel en 1960 igual que Eliot lo fuera en 1948). Para entenderlo mejor, hemos de tener en cuenta lo que se especifica en uno de los comentarios: «Este poema tan importante y destacado, Anábasis, fue tra-ducido del francés por Mr. Eliot y editado por nosotros [editorial Faber] en 1930. A los poetas les interesó mucho; y ha deja-do, según creemos, su huella en la poesía inglesa (...)». Lo cierto es que José Luis Rey presenta con claridad y detalle las vicisitu-des literarias del poema Anábasis, recogien-do el siguiente pensamiento de Eliot que demuestra su amistad y admiración hacia el autor francés: «Me enorgullece el hecho de que mi traducción de Anábasis (...) fuera la primera presentación de St.- John Perse al público inglés y americano».

Aún se integran en este volumen de Poesías completas tres secciones más titula-das Otros versos, Noctes Binanianae y Rimas indecentes, siendo la primera más extensa que las demás puesto que se compone de 32 poemas, con la particularidad de que reúne versos de procedencia y temática muy diferentes, con títulos como «No hay nadie que planche mis pantalones» o «La pobre Poony ahora es mansa y buena». Es significativa la información que se da al precisar que «Valerie Eliot confirmó que el primer poema de TSE fue compuesto en 1897, cuatro versitos sobre la tristeza de volver al colegio cada lunes».

Con respecto a la siguiente sección, re-cordaremos que Noctes Binanianae era una tertulia de amigos que aprovechaban sus reuniones para entrecruzarse entre ellos poemas irónicos, y que, aunque Eliot no quiso que se conocieran, una edición de 1939 descubría una decena de títulos tales como «Oda a un Merluzo Romano» o «Tres sonetos». Sin embargo, más llama-tivos por su origen (pues circularon entre amigos en forma de tiradas reducidas) y más interesantes por su contenido resul-tan los de Rimas indecentes, en que preva-lece el sentido del humor por encima de aspectos como la picardía, la obscenidad o el doble sentido. Entre otros, correspon-den a tales rimas los titulares «La Colom-biada» o «Había una chica joven llamada Ransome». Sin duda, solo por el tesón, en-tusiasmo y tiempo dedicados por José Luis Rey (como se sabe, en la actualidad uno de los mejores traductores de poesía inglesa y además buen profundo conocedor de T.S. Eliot) llega a los lectores –aficionados, especialistas y anglófilos– el mundo lírico del gran poeta angloamericano. Con estos dos tomos de sus Poesías completas, que in-tegran todos sus versos escritos entre 1909 y 1962, se facilita el acceso no solo a las que fueron sus obras maestras, sino igual-mente a su producción juvenil o a ejerci-cios de estilo más privados.

un crimen, ¡nunca está Macavity!». Pensa-mientos, acciones y críticas del comporta-miento humano son los que refleja este or-be total de los felinos, que a veces forman parejas (Mungotán y Rampeltín) o exigen un determinado trato social en «Cómo di-rigirse a los gatos». Publicada la obra en 1939, ahora la traducción de José Luis Rey incluye un conjunto de oportunas aclara-ciones o explicaciones filológico-literarias bajo el apartado «Notas», con los respecti-vos comentarios de cada uno de los poe-mas precedentes.

‘CANCIÓN ANÁBASIS’Luego, a las cien páginas sobre los gatos habilidosos siguen, también con sus notas y comentarios, otras ochenta y cinco sobre la Canción Anábasis, una decena de textos en prosa aunque de imaginación y tono indudablemente líricos. Están presenta-dos en versiones en espejo inglés-español, pero repetidas luego por el texto en fran-cés que corresponde a la obra original del

Con estos dos tomos de sus ‘Poesías completas’, se facilita el acceso a las obras maestras de Eliot y a su producción juvenil

T.S. Eliot al completoPOESÍA

José Luis Rey presenta un segundo volumen de la poesía del escritor angloamericano

Antonio Moreno Ayora

Thomas Stearns Eliot, del que ahora traduce José Luis Rey el segundo volumen de poesías.

CÓRDOBA

‘Poesías completas.Volumen II’ (1909-1962). Autor: TS Eliot. Edición de Christopher Ricks y Jim McCue. Traducción de José Luis Rey. Editorial: Colección Visor de Poesía. Madrid, 2018.

versos, y obras de teatro, y la de publicar la poesía de otros escritores». Y como ya en el volumen precedente José Luis Rey estable-ció las líneas biográficas esenciales sobre Eliot -ahora se ha añadido, sin embargo, una muy esquemática «Cronología»- y se centró en traducir sus principales obras -que aglutinaban sus poemas reunidos y poemas sueltos, como Prufrock y otras ob-servaciones, Los hombres huecos o Cuatro cuar-tetos-, para esta continuación de su lírica ha quedado reservada una buena parte de los versos a los que su autor no le dio la importancia que sin duda tienen y que sirven para completar su biografía y sus intereses literarios.

La primera traducción que encontramos es la de El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum, texto que curiosamente sirvió de libreto para que Andrew Lloyd Webber lo readaptara en el conocido musical Cats. Se trata de un conjunto de poemas que Eliot escribió para los hijos de sus amigos, por lo que al editarse llegó al público general, y se compone de quince textos en los que se mezclan el tono humorístico con el es-tilo a veces descriptivo y a menudo narra-tivo mediante los que se da protagonismo a participantes del mundo gatuno como Tigre Gruñón, El Gato Barriguita o Gato Macavity: «Macavity, oh Macavity, no hay otro gato igual,/demonio en piel de gato, un monstruo depravado./En algún calle-jón lo veréis, en la plaza,/pero cuando hay

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El tiempo que nos habita

No es casual que los autores de este Cancionero, Rafael Ruiz, Bartolomé Delgado Cerrillo y Calixto Torres, hayan escogi-

do este título para un libro que aúna sus trabajos. Además de la amistad, los tres mantienen otros importantes vínculos: la pertenencia a la misma generación, ser cordobeses con raíces en la provin-cia –y reflejarlo en sus escritos– y, funda-mentalmente, compartir una manera de habitar el territorio poético.

Cancionero, cuidadosamente editado por Detorres Editores, no se conforma con ser

nace en el verso, la que puede represen-tarla.

Los aforismos de «Canto de espera y si-lencios» pondrán el broche final a una propuesta que tiende puentes con los grandes de nuestra lírica, desde san Juan de la Cruz a Machado, Hernández o Cer-nuda.

a unos poemas que inciden en la intensi-dad de la mirada ante el horizonte y las personas que lo habitan y nos habitan. La influencia de su paisano Mario López, co-mo en general, del Grupo Cántico, emer-ge en las descripciones sobre la sierra, la campiña o la ribera; también en los poe-mas llenos de admiración y deuda hacia sus maestros.

Finalmente, Calixto Torres, poeta y edi-tor, nos brinda en «Canto hacia después», versos que nos hablan de la evanescencia de un tiempo que la palabra desnuda no puede sostener, pues «hay tantos sueños como abandonos grabados/en los ojos per-didos de lo oculto».

Es pues otra voz también oculta, que

un mero florilegio, sino que muestra am-pliamente los trabajos de cada autor, pro-puestas donde la voz personal se abre al resto para ir hacia un tema común: la vida como suma de instantes irrepetibles.

«El tiempo amarillo», título que Rafael Ruiz toma prestado de un verso de Miguel Hernández, será el encargado de abrir Can-cionero. Amarillo es el color que adquieren las fotografías por el paso del tiempo. Con ese «gallo del recuerdo», que nos muestra los instantes más vivos cuanto más nos distanciamos, despierta Ruiz unos poe-mas iluminados por el primer amor, la ju-ventud o el antiguo hogar familiar.

Por su parte, Delgado Cerrillo titulará «Hiperestesia del paisaje y las emociones»

José García Obrero

‘Cancionero’. Autor: VV.AA. Edita: Detorres Editores. Córdoba, 2018.

PoEsíA

Poemas que sacian la sed‘El cuarto del siroco’, el nuevo poemario de Álvaro ValverdeFrancisco Onieva

PoEsíA

Aparecido en octubre pa-sado, El cuarto del siroco está recibiendo, desde el mismo momento de

su publicación, el aplauso unáni-me de la crítica. El décimo poe-mario de Álvaro Valverde (Pla-sencia, 1959), que ha visto la luz cuatro años después de Más allá, Tánger y de dos antologías de su obra poética, está concebido de modo heterogéneo, como el pro-pio autor reconoce en la «Notas, agradecimientos y dedicatorias»: «los poemas que componen es-te libro han sido escritos en lo que va de siglo, al mismo tiempo que, por ejemplo, Plasencias o Más allá, Tánger. Poema a poema, cabe precisar. Tal vez sea este mi libro menos unitario. De hecho, la or-denación es, en general, cronoló-gica». Pese al largo período de es-critura y reescritura, los setenta y cinco poemas -un número bas-tante más extenso de lo que sue-le ser habitual en él- no se resien-ten y tienen una profunda uni-dad tonal, de pensamiento y de estilo, conseguida con un lento proceso de sucesivas relecturas y correcciones.

A partir de la imagen de una es-tancia que, según cuenta Leonar-do sciascia, existía en las casas patricias sicilianas, en la cual las familias se refugiaban de la vio-lencia de este viento proceden-te del norte de África («Un lugar recogido, a modo de refugio,/en el que cobijarse/del triste pensa-miento de la muerte»), el poeta

Álvaro Valverde.

FRANCIS VILLEGAS

‘El cuarto del siroco’. Autor: Álvaro Valverde.Editorial: Tusquets Editores. Barcelona, 2018.

placentino construye toda una metáfora de la poesía y, por qué no, de una poética construida con humildad y honestidad a lo largo de más de tres décadas, des-de aquel inaugural Territorio: una poesía reflexiva, nacida de la con-templación, que busca entender el mundo y los desajustes que lo componen, al tiempo que celebra y goza de la belleza, aunque sea efímera, de los pequeños instan-tes, en los que se revela la dimen-sión de toda existencia.

Ahora bien, este cuarto no es de-finido en ningún momento como un espacio cerrado. Aunque es un refugio contra la intemperie, está construido y necesita del afuera para existir, siendo, por tanto, un ámbito múltiple, en el que se fun-den interior y exterior.

Así, los principales ejes temáti-cos sobre los que se articula este diario poético, de inevitable tono confesional, en el que los poemas nacen del devenir diario y diverso que conforman el propio ser, son la fugacidad de la vida, la muer-te, la melancolía, la memoria, la elegía a algunos amigos muertos -Ángel Campos Pámpano, san-

tiago Castelo o Fernando Pérez González-, que «nos viven» y con-forman parte de nuestras señas de identidad, y la celebración de la existencia, bien sea a través de la visión gozosa de la naturaleza bien a través de la evocación de los paraísos perdidos de la infan-cia y de la juventud.

El rigor en la construcción y la exigencia de un escritor conscien-te de su oficio llevan a un discur-so depurado tanto en la perspec-tiva y en la temática como en la arquitectura lingüística y formal de cada poema y del libro. Una magistral muestra de esta sobria contención, lograda mediante una palabra precisa y transparen-te, que aspira a la sencillez, es el poema «La poesía», donde afirma: «la poesía/que hoy solo se me an-

toja/tan sencilla/como el gesto de alguien/que da un vaso de agua/a quien padece sed».

Y en ese gesto mínimo radica la esencia de estos poemas honestos que buscan permanecer a través de la precisión y de la sencillez, emocionar al lector y acompa-ñarlo en la construcción de una estancia donde cabe el hombre y lo que lo rodea, que es concebido como un regalo que se debe dis-frutar. Poemas que sacian la sed.

«El rigor en la construcción y la exigencia de un escritor consciente de su oficio llevan a un discurso depurado»

6 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019

ENsAYo

‘Ironía on’. Autor: Santiago Gerchunoff. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2018.

Desde la implantación de in-ternet se acusa a la nueva es-fera pública de un exceso de ironía. ¿Es la ironía una ame-naza para la vida pública? Este ensayo desentraña la relación entre ironía y «conversación pública de masas». se inicia recordando el sentido político que tenía la ironía en la demo-cracia griega y, a partir de ahí, hace un recorrido por la his-toria de la ironía que va de só-crates a David Foster Wallace, sören Kierkegaard y Richard Rorty, para mostrar su carác-ter de antídoto de los males de la conversación pública.

PoEsíA

‘Entelequia’. Autora: Laurenn Berthelem. Córdoba, 2018.

Entelequia es un paseo por la mente y los sentidos en el que se exalta el amor y el erotis-mo. La autora ofrece sensibili-dad y crudeza en sus páginas. Éste es el primer poemario de Laurenn Berthelem. El título del libro hace referencia a la acepción filosófica de entele-quía, es decir, el principio de acción de un ser en sí mismo y su fin. El poemario, con in-fluencias de los escritores de la Generación del 27, incluye referencias a la historia, citas de varios autores, pintores, personas del mundo del arte, etcétera.

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Manuel Vázquez Montalbán iniciaba un nuevo ciclo na-rrativo dentro de su produc-ción novelística y propuso

una trilogía sobre la «ética de la resisten-cia», que inició con El pianista (1985), si-guió con Galíndez (1990) y terminó con Autobiografía del General Franco (1992). La trilogía pretendía llevar a cabo una re-flexión acerca del papel del intelectual en la sociedad y la postura del escritor frente a la misma, materia que le preocu-paría a lo largo de su vida literaria.

España experimentó, iniciados los se-tenta, un cambio, aunque durante esta década, en la que comenzaba su andadu-ra Vázquez Montalbán, aún persistían los ecos del franquismo, el mundo sufría la crisis internacional del petróleo y, final-mente, se produjo la muerte del dictador Francisco Franco. Estos sucesos, unidos al cansancio de una tradición de casi veinte años, que desde la perspectiva crítica, que-dó caracterizada como literatura social, desembocó narrativamente en tres ver-tientes diferentes: una novela experimen-tal, que no tuvo continuación más allá de esta década; otra bautizada de oportunis-ta, que aprovechó todas las situaciones de vanguardia, es decir, la transición, el terrorismo, o los cambios sociales; y, por último, autores que reflejaron la situación con mejor o peor humor en sus textos na-rrativos, caso de Manuel Vázquez Montal-bán. Y una novela que Antonio Cerrada Carretero llamó novela referencial frente al concepto experimental propiamente dicho: novelas que, utilizando las nuevas técnicas narrativas dieron absoluta prio-ridad a la historia, a los acontecimientos y a los personajes buscando la verosimili-tud. Respecto a esto, María Dolores de Asís afirma que esa novela española, iniciada en los setenta y, sobre todo, avanzados los ochenta que hubiera conseguido una nueva novela española en tiempos de li-bertad, no dio el esperado renacimiento al género. Coincide con Umberto Eco en que ha comenzado la posmodernidad en la li-teratura, y Cerrada Carretero añade que estas tendencias esgrimidas por María D. de Asís se muestran tanto en el panorama español como en el europeo, y serían las siguientes: novela fantástica, histórica, de intriga y de aventuras, poemática, metafic-ción, autobiográfica y, por último, la nove-la de testimonio, crónica o reportaje.

Galíndez se nutre de estas tendencias: tie-ne una base importante de novela negra, con el sello personal que le da el autor, y es una novela histórica, pero unida, co-mo apunta Sanz Villanueva, al relato cul-turalista. Es decir, puede afirmarse que la síntesis y creación personal de Vázquez Montalbán se basa en la mezcla de estos tres subgéneros y tendencias de los 80, es decir, una novela policíaca, un relato culturalista y, finalmente, histórico. Y así podemos calificarla de obra realista que compagina lo novelesco con lo histórico, aunque se trata de un realismo que im-plica desvelar aspectos del entorno que

y causa su secuestro. Convencidos de que Muriel es comunista desoyen su primera declaración, por lo que Muriel confiesa irónicamente un pasado comunista fic-ticio. Los agentes norteamericanos dejan paso a los extrujillistas que torturan y matan a Muriel. Cabría destacar los inte-resantes tres capítulos que recrean la vida de Galíndez, desde su secuestro hasta su muerte. La novela termina con una carta que Ricardo, joven con el que Muriel ha-bía tenido una relación en España, escribe a la hermana de Muriel. En la carta dice cómo va a seguir los pasos de su desapari-ción. La carta es interceptada por la Com-pañía y llega a manos de Robards y ofrece un final abierto.

Galíndez ofrece múltiples puntos de vis-ta, oscila entre la realidad y la ficción que se mezclan para contarnos el relato, y a Muriel y a Galíndez les concierne la mis-ma perspectiva, el mismo punto de vista, pero Vázquez Montalbán no recurre a la primera persona cuando habla la prota-gonista o el delegado vasco, sino a la se-gunda persona, y se supone que existe un yo locutor sin identidad. Los tiempos verbales están en presente y abundan los monólogos interiores. La elección de Váz-quez Montalbán de la segunda persona pa-ra su narrador implica que crea un relato inhabitual en el que no finge la voz de las víctimas, ni tampoco cuenta desde fuera, o renuncia a las convenciones de verosimi-litud, típicas del género de la novela his-tórica tradicional. Se trata de un narrador omnisciente, sabe todo lo que piensan e imaginan los demás personajes, y, ade-más, abarca todas las situaciones posibles. Esta fusión de la segunda persona y de la omnisciencia origina un continuo vaivén entre la voz de Galíndez y la de Muriel, es decir, entre quien es narrado y quien narra; un ejemplo representativo, la es-cena de tortura que sufre Muriel y en un momento dado se diluye la voz de los dos, sin poder distinguir si la tortura la sufre ella o él. Quizá, estructuralmente, Galíndez planteaba un problema inicial, lograr dos tiempos históricos diferentes y dos puntos de vista diferenciados, que Vázquez Mon-talbán resuelve hermanando el tono de in-timismo y de introspección en el discurso narrativo tanto del personaje real Galín-dez, como de ficción Muriel, utilizando el mismo procedimiento, y usando la segun-da persona. Manuel Vilas, autor del pró-logo a la edición de Galíndez (Anagrama, 2018), afirma «que esta novela es una ad-vertencia y un recuerdo de que la libertad siempre está amenazada, de que hay que seguir luchando por la libertad, en cual-quier momento de la vida y del tiempo. Justamente para eso se escribió Galíndez, para recordarnos que una palabra puede valer toda una vida».

ra posguerra (hasta la entrada de España en la ONU en 1956), asesinado y torturado por matones de Trujillo. Esta búsqueda, objetiva y dirigida hacia un trabajo cien-tífico, se convierte en una obsesión para la becaria Muriel. Agentes gubernamenta-les norteamericanos reciben la orden de parar la investigación porque consideran que una nueva revisión del caso podría da-ñar a figuras de ideología conservadora en los Estados Unidos (Partido Republicano). Suponen que Muriel es comunista y trata de publicar en su tesis ideas antiimperia-listas, y esa sospecha viene por la relación que mantiene con su director de tesis, el profesor Norman Radcliffe, de pasado no muy limpio para los conservadores esta-dounidenses. Los agentes, con Robards a la cabeza, persuaden a Radcliffe con ame-nazas para que ofrezca a Muriel otra tesis con mayores ayudas gubernamentales. Consiguen interceptar toda la correspon-dencia entre él y Muriel, pero esta se niega a abandonar el proyecto. Muriel está en Madrid recogiendo informaciones de últi-ma hora, mientras al otro lado del Atlán-tico le tienden una trampa para conseguir que la tesis no se publique; Muriel viajará a la República Dominicana y los agentes ponen en su pista a antiguos agentes tru-jillistas para que le den informaciones fal-sas con el propósito de querer ayudarle. La estrategia final la llevará a cabo Don Voltaire, un excompañero de Galíndez, convertido en anticomunista fervoroso que intenta disuadirla de su propósito di-famando a Galíndez, pero Muriel no cede,

«Vázquez Montalbán compaginaría el nivel de la narración con los ingredientes de la novela negra norteamericana»

‘Galíndez’ o la ética de la resistenciaNOVELA

Anagrama reedita la novela de Vázquez Montalbán, con prólogo de Manuel Vilas

Pedro M. Domene

Manuel Vázquez Montalbán.

CÓRDOBA

‘Galíndez’. Autor: Manuel Vázquez Montalbán. Prólogo de Manuel Vilas. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2018.

permanecían ocultos e iluminar zonas oscuras de una realidad siempre comple-ja. Vázquez Montalbán compaginaría el nivel de la narración con los ingredientes de la novela negra norteamericana; el au-tor ajusta la investigación policíaca que se aplica a crímenes imaginarios de la novela negra con la investigación histórica apli-cada a un verdadero crimen del pasado y lo representa por medio de la ficción. El escritor recupera y rescata del olvido la fi-gura histórica del nacionalista vasco Jesús Galíndez Suárez y reivindica la memoria de alguien que, según él, ha propiciado los cambios históricos, y con su novela profundiza en la historia española pasada, e indaga por los senderos de la memoria histórica y el olvido colectivos.

ARGUMENTOLa obra narra los pasos de Muriel Colbert, investigadora norteamericana, en su bús-queda de explicaciones para su tesis sobre Jesús de Galíndez, representante del go-bierno vasco en el exilio durante la prime-

CuadernosdelSurAA Libros DiarioCÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019 7

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Fusión lírica de las poesías ibéricasUna obra singular en la fértil pluralidad poética de Carlos Clementson

Alberto Monterroso

POESÍA

Saramago soñó en su Viaje a Portugal la utopía de for-mar un hombre ibérico, responsable de la trans-

misión de una cultura, Carlos Clementson consigue construir el alma ibérica a través de una emoción compartida, ya sea por-tuguesa, andaluza, catalana, vas-ca o castellana, en una simbio-sis fraterna de todas las poesías ibéricas, porque, al igual que la península alberga una cultura común, Carlos Clementson nos demuestra, con su ars poética inigualable, que también com-partimos una sensibilidad co-mún.

El docto profesor universita-rio, que durante más de cuaren-ta años ha impartido clases de literatura francesa, española, ca-talana y gallega, plasma en esta obra única la íntima comunión lírica de nuestras lenguas y cultu-ras con la argamasa de una poe-sía cuidada, rítmica y exquisita, que sobrecogerá al lector desde las primeras páginas. Si hubiera que elegir un orden prioritario entre la doble faceta de escritor o docente, a Carlos Clementson ha-bría que titularlo poeta y profe-sor. Primero poeta, porque la poe-sía inunda su vida y lo transita de arriba abajo: en Carlos Clement-son la poesía se hace carne, afir-mación que podría proceder de

Carlos Clementson.

SÁNCHEZ MORENO

cualquiera de sus obras, Del mar y otros caminos, accésit premio Ado-nais (1979) o Archipiélagos, premio José Hierro (1995) o La selva oscu-ra, premio Juan de Mena (2002) o de otros poemarios suyos que merecen igualmente los mejores premios, Córdoba, ciudad de desti-no (2013), Donde nace el mar (2015) o Retablo para una edad de plata (2017), pero estoy pensando en su último y excelente poemario

Rapsodia ibérica (2018), asombroso y deslumbrante, lleno de una ins-piración y belleza que conmueve por la universalidad de su canto y la emoción hermosa que despier-ta cada uno de sus poemas.

Sus estrofas traen el olor a Lis-boa, a la poesía de Camões, a So-phia de Mello o Miguel Torga. Li-rismo y hondura resuenan en sus versos con ansia de eternidad: «Y a pesar de las ruinas y la muerte

al acecho/al nombrarlas, las cosas se abrirán como flores» (pág. 79). Aprenderemos a amar a Pessoa y Cunqueiro, a Portugal y Galicia, con sus versos que huelen al río Sar y que fluyen en sintonía pa-ra rendir un emotivo homenaje a la lírica galaico-portuguesa, don-de «llora la piedra su cantiga de agua» (pág. 103) y «el gris plata del cielo se hace manso/y en ínti-mo silencio se arrodilla». Tras Ál-varo Cunqueiro de nuevo el poeta baja al Sur para descubrir con sus versos los lugares más hermosos de Andalucía, sus ciudades esbel-tas y encaladas, sus poetas vigoro-sos y lumínicos, el Darro dorado y la roja Alhambra de Federico, la Sevilla del emperador Adriano, la Córdoba del sabio Averroes, la tumba de Maimónides o la «cruz y el fulgor» de Góngora (pág. 173). Y vuelve a viajar al Norte, con la libertad de sus versos, sin límites que lo coarten, igual que aque-llos estorninos portugueses que, en la novela de Saramago La balsa de piedra, vuelan con naturalidad por toda la península como si es-tuvieran en su propia casa, por-que no hay fronteras ni barreras para las aves ni para la poesía. El poeta sobrevuela los cielos pe-ninsulares para llegar al árbol de Guernica, para cantar también a Castilla y Cataluña, veteadas de Lorca, o a Valencia.

Rapsodia ibérica, publicada por CatorceBis, Sevilla 2018, es un li-bro portentoso por su hondura

lírica y por la fuerza de una re-flexión poética que abarca todas las geografías de nuestra penín-sula.

Solo un conocedor profundo de la historia y literaturas ibéri-cas, de sus lenguas y raíces comu-nes, de la complejidad espiritual de nuestros pueblos, solo un es-critor como Carlos Clementson, que ama la poesía peninsular en todos sus rincones, un hombre de tan dilatada y honda actividad poética, podía alumbrar un libro de tal profundidad lírica y cultu-ral, donde la emoción de su verso consigue que convivan distintas lenguas y modos de expresión para que podamos entender la fraternidad que a todos nos une. Y ese descubrimiento poético se hace posible a través de un exqui-sito diálogo con los mayores poe-tas que han parido estas lenguas, porque las lenguas paren poetas que las aman y engrandecen, co-mo Carlos Clementson, que ha concertado aquí, acrisoladas por su genio poético, todas sus voces, en esta sinfonía poética plural, humana y peninsular que se lla-ma Rapsodia ibérica.

CÓRDOBA

‘Rapsodia ibérica’. Autor: Carlos Clementson. Edita: CatoceBis Editorial. Sevilla, 2018.

Emociones desnudas que se ocultan

Condición humana, sensibilidad, obsesión, sexo y una historia sorprendente entre parejas ha-cen su aparición en Habitaciones

compartidas de forma tan impactante co-mo amena, a través de una prosa contun-dente y ágil que seduce al lector desde el principio del relato.

Es la historia de un profesor mexicano de literatura, que trabaja desde hace once años en Nueva Zelanda y que languidece en la monotonía de aquel desarraigo, lejos de su tierra y de sus gentes, socavado por la comezón de una crisis de pareja, infi-delidades y terceras personas. El descon-suelo, la sospecha y la rutina hacen caer al protagonista en una obsesión de la que parece no encontrar salida.

El personaje nos cuenta sus más íntimos secretos, en primera persona, con hondas y amenas reflexiones psicológicas, reve-lándonos tanto sus sueños como sus pe-sadillas. Y, a veces, nos habla sin censuras

ciles de controlar y asistiremos a la explo-ración de los sentimientos, a los secretos largamente callados que se desvelan de pronto, a la fidelidad, el amor, el sexo y el sentido de la vida.

Con un pulso narrativo ágil, descripción psicológica sincera, humor y una historia sorprendente estamos ante una novela corta que se lee de una sentada, una his-toria de hundimiento y superación que nos impide despegar los ojos del texto para deambular y extraviarnos en sus pá-ginas como turistas de la lectura. «Hacía un aire fresco, pese al mediodía caluroso, y los turistas caminaban por el andador con unas ganas inmensas de extraviarse» (Pág. 167).

ni disimulos, con tintes existencialistas: «Porque todo lo que nace, nace para el do-lor» (pág. 107).

Rogelio Guedea (México, 1974) ha pu-blicado novela, ensayo, narrativa corta, crónica y antología de poesías. Su última obra, Habitaciones compartidas (Almuzara, 2018), obtuvo el IV Premio Internacio-nal de Novela Albert Jovell en su última edición. Traductor y poeta ha alcanzado también premios prestigiosos de poesía por obras como Mientras olvido (Premio Internacional de Poesía Rosalía de Castro 2001), Razón de mundo (Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2004) y Kora (Premio Adonáis 2008).

La llegada de un matrimonio de com-patriotas parece sacar a la pareja de esta situación sin salida en que vive. Surge en-tonces la ilusión por compartir experien-cias con ellos, la esperanza de escapar de la rutina y dejar atrás los problemas; pero aquel inesperado encuentro llevará a am-bas parejas a descubrir secretos sorpren-dentes, que ni ellos mismos esperaban. Tomarán el rumbo, entonces, fuerzas difí-

A. Monterroso

‘Habitaciones compartidas’. Autor: Rogelio Guedea. Editorial: Almuzara. Córdoba, 2018.Rogelio Guedea.

NOVELA

8 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019

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Monumento lírico al amorCarlos Murciano se despide de su esposa con ‘Sonetos para ella’

José Antonio Sáez

POESÍA

Entre los poetas españo-les de posguerra que con mayor fortuna y destreza han cultivado esa florida

y musical estrofa que es el sone-to y su perfecto aliado, el ende-casílabo, los cuales fueron intro-ducidos en la plenitud renacen-tista por Garcilaso de la Vega, se encuentra sin duda alguna Car-los Murciano (Arcos de la Fronte-ra, Cádiz, 1931). Autor de una di-latada obra que ha merecido los mayores reconocimientos en la poesía española, se asoma a su trayectoria final con un libro sin-gular titulado Sonetos para ella, todo un monumento a la memo-ria de su esposa, Antonia Maínez Benítez, también arcense, falle-cida en 2018.

Los sonetos que se integran en este volumen fueron escritos a lo largo de sesenta años, entre 1958 y 2018, y constituyen una suite musical, expresión de una ma-ravillosa historia de amor, de en-cuentros y ausencias, de escenas familiares y de interrogaciones metafísicas, «de la construcción ‘hombro con hombro’ de una vi-da y de su destrucción también de un mundo entero a causa de la muerte», como así reza en su contraportada. En el prólogo al libro, que firma el poeta Carlos Aganzo, se destaca la maestría con que Carlos Murciano ha cul-tivado el soneto a lo largo de toda su trayectoria literaria, así como su gran ascendencia musical, y se nos aclara que el poeta de Ar-cos hubiera querido despedirse del mundo editorial con la pu-

Carlos Murciano.

CÓRDOBA

blicación de su libro Desde otras soledades me llamaban; pero la enfermedad y el fallecimiento de su esposa trastocaron sus planes, siendo este Sonetos para ella, su último libro. El mismo Aganzo llama la atención sobre los logros formales, temáticos y rítmicos en la poesía del vate arcense; así co-mo sobre el aliento clásico que subyace en sus títulos y en un discurso lírico destinado a perdu-rar. En una breve y emotiva nota introductoria al volumen, Carlos Murciano manifiesta el propósi-to de esta recopilación de sonetos en memoria de su esposa: «Reve-lador de una absoluta fidelidad amorosa y lírica. Reunidos aquí, pretenden devolver a quien fuera mi mujer y mi vida, algo -poco-, de lo mucho que ella me dio» (p.

15). El volumen se estructura en dos partes: «Con ella», compuesta por 36 sonetos; y «Sin ella», com-puesta por 15 sonetos, que puede traer a la memoria del lector la del Cancionero de Petrarca: en vi-da y a la muerte de madona Lau-ra. Un total, pues de 51 sonetos. El poeta despliega en estos textos un inusual oficio que desemboca en arte y destreza; no obstante, sin que eso signifique que sobre ellos se cierne el delicado aliento de Lope de Vega, de Quevedo, de Góngora, de Miguel Hernández y de otros poetas actuales, de cuyos versos, en ocasiones, ha querido ir de la mano. Toma, así, como pretexto para enlazar su discurso versos o citas de poetas clásicos y contemporáneos como Francisco de Rioja, Julio Maruri, Calderón

de la Barca, Luis María Murciano, Lope de Vega, Carrillo de Sotoma-yor, Pilar Aroca, Leopoldo Pane-ro, Quevedo, Pedro Sevilla, Jack Kerouac, García Lorca o propios (en menor medida, citas de pren-sa o canciones populares).

A través de sus sonetos va dan-do vida al rico anecdotario y a los detalles, que no por nimios pasa-ron inadvertidos para el poeta en su vinculación amorosa a la mu-jer con quien compartió su vida y a la que confiesa que «Vivir era saberte,/tan cerca de mis manos», o «sigo lleno de ti, y tú lo sabes». Todo un itinerario poético que alcanza desde el noviazgo hasta los hijos, el erotismo y la pasión amorosa, a veces referidos en distintas partes del cuerpo de la amada, anécdotas y sucesos que quedaron guardados en la memo-ria y que cobraron vida por gracia del poema, inquietudes científi-cas o astrofísicas, enfados y reen-cuentros...

Así hasta desembocar en los 15 sonetos escritos tras el falle-cimiento de la esposa, graves y compungidos, signados por la ausencia y la pena, marcados así mismo por la desolación y la tris-teza que, no obstante, se abren a la esperanza refugiada en esa luz inmortal de los corazones a que hace referencia el poeta al final de este hermoso libro.

‘‘Sonetos para ella’. Autor: Carlos Murciano. Prólogo de Carlos Aganzo. Editorial: Ars Poética. Colección Beatus Ille. Oviedo, 2018.

La chica de amarillo

Madurar es aprender a despe-dirse». Este esencial verso condensa, a modo de epíto-me, el conjunto de la mirada

lírica que nos ofrece Juan Domingo Agui-lar con su primer poemario, La chica de amarillo.

Reflexionar sobre el dolor, acerca de la pérdida de lo amado, sobre las cicatrices, utilizar los escombros o el rescoldo de al-guna grieta. Asombrarse y preguntar ante la imperfecta geometría de la vida. Resca-tar, frente al siniestro de la experiencia amorosa, aquel vestido amarillo de la pri-mera parte del poemario que da título al libro, rememorar su color, su textura, to-do ello en un intento inútil por recompo-

o vitales, sin artificios ni imposturas, bajo la figura simbólica de ese vestido amari-llo del cual ella, al final del texto, duda, incluso, de su realidad y que representa el sentido de lo transitorio, el aspecto vulne-rable de nuestra existencia: lo que es y, en algún instante, dejará de ser, que tiene su sustento en aquel «polvo eres, y al polvo volverás», del adagio bíblico y que invita a ese aprendizaje de la despedida con el que nos visita el poeta.

damentada en el valor de la palabra sola, prescindiendo de apoyaturas en signos de puntuación (con recuerdos del poemario Las afueras, de Pablo García Casado), ini-ciando su recorrido en lo particular y ex-tendiéndose a la dimensión comunal de una joven generación, la de los hijos de Europa, que sufre las consecuencias de un nuevo sistema de trabajo colonial, asom-brada ante los cubos de basura que acogen «los vestidos de todas las mujeres que esta noche no volverán a casa».

Con una madurez sorprendente, Juan Domingo enarbola un discurso veraz, au-téntico; no eleva una voz que hace sim-ple relato de su vida, sino una voz, la del poeta, que nos emociona con su personal forma de entender el desengaño, tanto el personal como el generacional.

Un regreso a los expolios, sentimentales

ner las ruinas de la derrota («la grieta/que provoca tu nombre/la pérdida/de lo que (nunca) tuvimos»), del fracaso personal y que trasciende a colectivo en los poemas de la segunda parte del libro, «Todos los vestidos», donde la mirada del poeta se universaliza, abandona el particularismo lírico y transfigura el drama cotidiano en visión solidaria, desde una poesía impura que se quiebra ante esa generación de jó-venes a los que se les prometió un futuro dorado y que han terminado fregando los baños de Europa o frente esa niña que llo-raba entre las ruinas de su casa de Alepo y que también llevaba puesto un vestido amarillo.

Desde el golpe que supone lo arrebata-do, lo perdido, Juan Domingo Aguilar ha sido capaz de erigir una obra singular, ho-nesta y auténtica. Una obra precisa, fun-

José Sarriá

‘La chica de amarillo’. Autor: Juan Domingo Aguilar. Editorial: Esdrújula Ediciones. Granada, 2018.

POESÍA

EnSAyO

‘El hilo de Ariadna’. Autor: Francisco Morales Lomas. Edita: Fundación Unicaja. Málaga, 2018.

Francisco Morales Lomas re-cupera a autores desconoci-dos y otros más frecuentes y valorados por la crítica. Edi-tado por la Fundación Unica-ja, El hilo de Ariadna analiza la literatura española de las úl-timas décadas, teniendo un lugar especial el espacio dedi-cado a la obras de los autores andaluces. Recoge análisis de libros de Gahete, Moreno Ayo-ra, Rodríguez Jiménez, José de Miguel, Antonio Álamo, José Antonio Santano, José María Molina, Campos Reina, Ánge-les Mora y Leopoldo de Luis.

REViSTA

‘El extraño mecanismo de lo cotidiano’ Concha García’. Edita: La Manzana Poética’. Córdoba, 2018.

La revista cordobesa La Manza-na Poética dedica sus números 48 y 49 a la poeta rambleña Concha García. Bajo el título de El extraño mecanismo de lo cotidiano, se analiza la obra de la escritora cordobesa, inclu-yendo una breve selección de poemas. La revista incluye tex-tos de Rosa M. Belda, Manuel Vázquez Montalbán, Cande-las Gala, Antonio Ortega, Ali-cia Genovese, Ángel L. Prieto de Paula y Vicente Luis Mora. Concha García es poeta y críti-ca literaria.

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019 9

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Conversaciones con la gran dama de la música clásica

La voz de Nadia Boulanger se alza níti-da en este libro para hacernos el relato de sus experiencias y opiniones a lo lar-go de una dilatada vida de arte, compo-

sición y enseñanza de la música clásica. Pianis-ta, directora de orquesta, profesora, mentora de grandes músicos, entre ellos Stravinski, Nadia Boulanger instruyó musicalmente, durante ca-si setenta años de dedicación profesional, a un gran número de intérpretes, compositores, mú-sicos y directores del pasado siglo. Mademoiselle, conversaciones con Nadia Boulanger es un testimo-nio armónico y preciso de la vida de esta mu-jer, que ha sido testigo de toda la música clási-ca del siglo XX.

Bruno Monsaingeon (París, 1943) es violinista, escritor y director de cine. Conoce muy bien a los

Alberto Monterroso

‘Mademoiselle.Conversaciones con Nadia Boulanger’. Autor: Bruno Monsaingeon. Editorial: Acantilado. Barcelona, 2018.

intérpretes más importantes de la música clásica del siglo XX. Acantilado, que ya editó Glenn Gloud. No, no soy en absoluto un excéntrico (2017) del mis-mo autor, publica ahora, en excelente traducción de Javier Albiñana, Mademoiselle, conversaciones con Nadia Boulanger, un libro de 170 páginas con ilus-traciones en blanco y negro donde el autor recoge las conversaciones que mantuvo con esta maes-tra de músicos durante los seis últimos años de la vida de esta excelente mujer, a quien el propio Paul Valéry le recomendaba vivamente «con estas sencillas palabras: ‘Es la música personificada’ (y para él la música se coronaba siempre con la ‘in-teligencia’)» (pág. 11).

Nadia Boulanger ha sido testigo de toda la música clásica del siglo XX. Excelente pedago-ga, mujer inteligente y trabajadora, muestra en estas vívidas conversaciones aspectos de la mú-sica, pero también de la vida, el pensamiento, las impresiones y la humanidad de la que hizo

gala en su extensa e intensa vida profesional y artística.

Estos diálogos, hábilmente organizados por Monsaingeon, son especialmente el diario de la música clásica del pasado siglo, un libro que no solo honra su memoria sino que se alza también como monumento único para comprender la al-tura artística y especialmente pedagógica de una de las mujeres más importantes del siglo XX.

Además de los valiosos testimonios de perso-najes como Leonard Bernstein, Lennox Berkeley, Hugues Cuénod, Yehudi y Jeremy Menuhin, Mu-rray Perahia, Pierre Schaeffer o Paul Valéry (pág. 147 ss.), el libro muestra una estructura atracti-va en forma de diálogo, compuesto a raíz de las conversaciones y entrevistas realizadas a Nadia Boulanger, compiladas, seleccionadas y estructu-radas para hacer evidente «la fuerza y el encanto de una persona que ejerció una influencia capi-tal en la vida musical del siglo XX» (Pág. 8 ).

ENSAYO

El arte como falsificaciónMaría Gainza se adentra en ‘La luz negra’ en un mundo decadente Manuel Molina

NOVELA

Tras la aparición y bue-na acogida por parte de la crítica con El nervio óp-tico, María Gainza conti-

nuó aprovechando el mundo de la pintura como referente para su nueva obra, La luz negra. La es-critora argentina, antes de su de-dicación literaria, tuvo relación profesional durante muchos años con el mundo pictórico y galerista, de ahí que conozca de primera mano tan complicado universo. Donde egos, postureos, falsificaciones y trepas abundan.

«Para entender la pretensión de esta novela, a veces remedo de ca-tálogo, a veces visita guiada a una exposición, a veces diapositiva, podríamos aportar un principio que podría esculpirse en grandes letras y cada cual elegir la parte del mundo artístico que prefiera vivir (incluso de él): «un artista sin obra es una obra de arte en sí misma». Esta premisa ayuda a transitar por la narración acom-pañados de un personaje que en realidad tampoco tiene una iden-tidad real, La Negra. El lector debe aceptar que todo lo que lea pueda estar ubicado en la mentira. Cer-vantes abrió el camino y en pleno siglo XXI las posibilidades resul-tan descomunales.

Un aspecto también destacable lo aporta la contextualización de un mundo decadente, que nos re-meda el de aquellos aristócratas

María Gainza.

CÓRDOBA

‘La luz negra’. Autora: María Gainza. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2018.

rusos posrevolución, o el extinto ambiente cortesano austrohúnga-ro, unos verdaderos y otros posti-zos, con ese aire de sobrevivir de-sayunando caviar y champán con la necesidad diaria del engaño pa-ra huir hacia delante, una banda de falsificadores calificados como «melancólicos», unidos para ti-mar a los pudientes, que necesi-tan el arte para la apariencia.

El siglo XXI es el de la reproduc-ción sistemática, donde el mode-lo incluso queda relegado ante la copia, pero a mediados del siglo anterior todavía quedaba un tre-cho entre original y falsificación en la pintura.

Recordemos el curioso y nove-lesco realismo mágico de Elmyr de Hory, nacido en Budapest en 1906 como Hoffmann Elemér, con una vida al límite descubrió que la copia enriquecía como (o más) el original cuando una dama parisina, sobrada de dinero que respondía al nombre tan dandy de Lady Campbell, descubrió en la buhardilla del húngaro un óleo copia de un Picasso. Lo creyó ori-ginal y desembolsó tal cantidad de francos que activó un proceso que llevaría a más de mil fraudes, algunos -se dice- incluso perviven catalogados como originales del malagueño, de Matissse, Renoir o Modigliani.

Podemos leer la reflexión de uno de los personajes: «Una escue-la de arte es una escuela de falsifi-cadores en potencia. Todas las es-

cuelas fomentan la copia porque no hay otra forma de enseñar arte que no sea imitando al pasado». Pero tal vez en la copia hay cierto halo de permisividad si es proce-so, al menos en la pintura. No se apreciaba tal actitud en la pin-tura pero he conocido el caso de una incipiente autodidacta que expande manchas de colores, se preocupa más de comprar lienzo caro a buen precio y firmar con le-

tras grandes que de hacer copias para aprender. La Negra, ese per-sonaje central enigmático, es lo contrario, la exaltación de lo re-petido, la falsedad de la autoría.

Se agradece el humor en la es-critora argentina para digerir nombres y lugares, situaciones referenciales de la intelectuali-dad. De un personaje dicen que «ha muerto en La Paz», el interlo-cutor inquiere «¿En Bolivia?» y se encuentra la sorpresa, «No, en el bar La Paz». Libro complicado, pe-ro interesante.

«Se agradece el humor en la escritora argentina para digerir nombres y lugares, situaciones de la intelectualidad»

10 Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019

Madrid nocturnoFélix A. Moreno Ruiz

Tras el éxito de Cómo de-jar de escribir (2017), Es-ther García Llovet aca-ba de publicar Sánchez,

la segunda entrega de la Trilo-gía instantánea de Madrid. Nik-ki, una joven que estudió Fi-lología y regentó un bar de copas, pero que ahora nave-ga a la deriva sobreviviendo con lo que le sale, busca des-esperadamente a Cromwell, un galgo pura sangre, con el que pretende montar una ca-rrera ilegal y obtener un pin-güe botín. Pero antes debe lo-calizar a Sánchez, un antiguo novio que es un auténtico ga-fe, y a Bertrán, un muchacho de familia acaudalada que ha sido el último dueño del pe-rro. Escrita con un estilo muy marcado, personal y desenfa-dado, Sánchez es una novela breve que se lee en un suspi-ro y que sabe a poco. De la ma-no de unos personajes estrafa-larios y dotados de una perso-nalidad arrolladora, el lector recorre un Madrid nocturno, de timbas ilegales, de gasoli-neras solitarias, de gente que trafica con anabolizantes, de absurdas performances organi-zadas por artistas estafadores, de buscavidas que se ganan el sustento diario dando palos a la gente con timos tan burdos y seguros como el trile, de ni-ños pijos que no pueden dor-mir porque encadenan una fiesta tras otra. Es un Madrid magnético, tan real como fic-ticio, en el que se moverían como si estuvieran en casa muchos de los personajes de Juan Madrid o Bellón, el ma-tón de las novelas de Julián Ibáñez.

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Rasgando el velo de Maya‘La compasión difícil’, un perturbador libro de Chantal Maillard

Concha García

ensayo

aunque aparezca po-cas veces la voz de la niña que fue la auto-ra, en La compasión difí-

cil Chantal Maillard parece ofre-cernos su mirada desde el inter-nado belga donde pasó parte de la infancia, para adentrarnos en esta nueva propuesta que no deja indiferente. La niña siente que todo lo que mira no le afec-ta, como si lo viese a través de una pantalla, por lo que se sitúa en el margen. La cualidad de sal-tar de la escena para que no nos provoque más dolor del necesa-rio. si no estamos dentro del su-ceso adquirimos una ventaja co-mo espectadores que nos lleva a disfrutar de la ficción para satis-facer cierta curiosidad morbo-sa. Vivir no es un don, nos dice y recuerda constantemente. na-da de filosofías blandas que ayu-den a soportar la existencia, y mucho menos aferrarse a una creencia. Las creencias debili-tan. es el hambre lo que mueve al ser humano. no es la primera vez tampoco que nos lo recuer-da. «el hambre es el combus-tible; la muerte, la semilla. el mundo es la perpetua represen-tación de una violencia primera. La existencia, el resultado de es-ta violencia».

La construcción del libro se forma de ensayos que rozan el aforismo en una sucesión de pie-zas cortadas por temas como los dioses, el hambre, lo bello, el sui-cidio, contar, tejer… que admiten diversas combinaciones.

se sitúa bajo la urdimbre de arthur schopenhauer, el pri-mer filósofo europeo que bebió del hinduismo y budismo y pre-sentaba la compasión como la única relación positiva entre los

Chantal Maillard, en Córdoba.

MIGUEL ÁNGEL SALAS

seres humanos, asegurando que la conciencia de una identidad común permite conocer y a tra-vés de esta experiencia llega la compasión. La compasión, nos quiso decir schopenhauer, que el dolor del mundo es tu dolor. y Chantal Maillard ha continua-do dicha filosofía. Propone que mediante una ética compasiva canalizaremos la comprensión esencial del ser, identificándo-nos con todos los seres vivos. La araña-mente que teje escenarios de representaciones está atrapa-da: «Mente como sede de la con-ciencia donde se organizan las representaciones originales de

la percepción y los conceptos». Inmanencia, todo queda inclui-do en lo que percibimos a través de la mente, cambio incesante. La trama es la mente, y como el filósofo alemán, reniega del idea-

lismo platónico. «¿Qué es la belle-za sino una argucia para mante-nernos con vida y disuadirnos, en caso de que ésta fuese nuestra intención, de ponerle fin?».

Con gran acierto, los juicios que nos propone Chantal Mai-llard producen pequeños movi-mientos en la mente. Cada frase, cada sentencia, cada reflexión, al carecer de un yo que lo transmi-ta, universaliza el propio dolor, donde ni siquiera la creencia sir-ve de algo. no creer, como el velo de Maya, el engaño y la ilusión de la diversidad y pluralidad de lo aparente es lo que encontra-remos en el paso entre creer en

‘La compasión difícil’. Autora: Chantal Maillard. Editorial: Galaxia Gutemberg. Barcelona, 2018.

o creer «que nadie haga de sus creencias profecía o profesión: ante cualquier duda o renuncia se verá forzado a vivir en la hipo-cresía o en la miseria».

Las certezas, bajo las cuales presentimos el abismo, no de-jan esperanza alguna. aunque la propuesta sea una invitación a la compasión como sentimiento que nos iguala a todos los seres humanos, la autora no deja nada sin cuestionar, sin buscarle su re-verso, sin apartarlo de la sombra donde los conceptos se destripan para formar sarpullidos de ma-lestar, así la naturaleza no será bucólica sino «una maquinaria cruenta en la que todas las cria-turas padecen».

Los dos capítulos finales, el dedicado a Mérmero, uno de los hijos de Medea y el siguiente, a la propia Medea, adquieren un dramatismo sobrecogedor. Me-dea es ya una anciana de siglos. nos interpela. Maillard no distin-gue entre el verdugo y la víctima. se trata de compadecer a Medea que ha asesinado a sus dos hijos. También se cuestiona la utilidad del sacrificio. Los diálogos y mo-nólogos despiertan nuestra aten-ción. no son verdades, son punza-das. acercan a esa Medea que no siente compasión hacia la figura de Cretón, padre de los hijos a los que ama, y, brinda un home-naje al director de cine Lars Von Trier, a quien la autora agradece, en este libro, su sabiduría al sa-berse internar en los abismos de la difícil compasión. no se acaba de entender si tanto malestar es transitable.

La escritura de Chantal Mai-llard atenta contra la idea del ori-gen de la obra, por ello tampoco la concluye. La coherencia entre lo que se escribe y cómo actúa no pone distancias. nos hará seña aquello que todavía no sabemos. Concluye.

«La construcción del libro se forma de ensayos que rozan el aforismo en una sucesión de piezas cortadas por temas»

Pessoa, fabulador

Fernando Pessoa (Lisboa, 1888-1935), cumbre de las letras lusas del siglo XX, fue un escritor po-lifacético (en su abundante obra

encontramos novelas, relatos, ensayos y poemas) y poliédrico, que adoptó nu-merosas personalidades literarias. si en 2014 la editorial acantilado se atrevió a publicar toda su producción detecti-vesca, parte de ella inédita, bajo el títu-lo Quaresma, descifrador. Relatos policíacos, ahora ha reunido una selección de sus relatos más representativos en El mendi-go y otros cuentos. nuevamente, la edición

que difícilmente casan con la visión que actualmente se tiene de este subgénero narrativo.

y es que, para comprender los relatos de Pessoa (o los de su coetáneo Unamu-no) hay que situarlos en una época en la que las ideas y el pensamiento filosófico tenían un gran peso en la literatura.

y el estudio introductorio han estado a cargo de ana María Freitas, quien ha lle-vado a cabo un loable trabajo de investi-gación para fijar los textos.

Como era habitual en el escritor portu-gués, muchos quedaron inacabados o sin corregir, por lo que no son infrecuentes los errores de diversa naturaleza. el libro reúne doce cuentos que, en líneas genera-les, se caracterizan por su brevedad y por la ausencia total de acción.

excepto los tres últimos, en los que sí se narra una historia, el resto son re-flexiones, realizadas en forma de diálogo, sobre cuestiones filosóficas y metafísicas (la búsqueda de la identidad, la naturale-za racional del ser humano o la muerte)

Félix Ángel Moreno Ruiz

‘El mendigo y otros cuentos’. Autor: Fernando Pessoa. Editorial: Acantilado. Barcelona, 2019.Fernando Pessoa.

Cuadernos del Sur AA Libros Diario CÓRDOBASÁBADO9 DE FEBRERO DEL 2019 11

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En busca de una pausa de Juan Car-los Abril nace de un principio relevante: la construcción de la identidad vital y lo vivido con

un impulso hacia el futuro. El título ya sugiere esa dilación reflexiva. Esta galería existencial posee un recorrido preciso que erige hitos en el camino: el exilio involuntario, la amistad, la de-tención en el camino, el aprendizaje/desaprendizaje y la vuelta. Son temáti-cas que le permiten al poeta especular sobre el sentido de los sueños y la nos-talgia del futuro, pero también aden-trarse en sí mismo e incidir en su felici-dad alcanzada o inhóspita: «No somos/lo que somos/sino lo que seremos./¿Despierta al otro que hay en ti!/Aun-que no esté de moda,/su utopía/vuel-ve habitable el mundo». Existe mucho de arquitectura personal a través de la mirada en el espejo de la conciencia y de la vida, en un desdoblamiento de su yo que le permite ponerse del otro la-do y descubrir «la realidad, la verdade-ra». Y en esa realidad el yo poético que nos revela con sus dudas y sus clarida-des el sentido de esa identidad: «Quién soy yo/que aprendí a vivir/con la respi-ración nerviosa/y el antifaz, las manos hábiles/de un corazón en vísperas». Un concepto que remarca en toda la obra y nos conduce por su laberinto interior, siempre propenso a la dialéctica de de-terminación/indeterminación, aunque con ese prurito se construya el poema-rio para conocerse y saber por qué ve-ricuetos nos hemos conducido. En ple-na madurez vital, el poeta se pregunta por sueños de antaño, por el camino hollado y sus símbolos: «Las severas ho-ras/de la autocrítica». Es consciente de la complejidad de esa realidad, de su misterio, de los «amaneceres/agrios» y la convivencia con la enfermedad: «La vida, me decían, es muy simple,/pero el complejo era yo». Unas veces con un discurso lleno de evidencias, y otras si-métrico con la simbología del camino y el atajo vital con todos sus auxilios personales: tierra que tiembla, lucha, misterio del corazón, corrientes emo-cionales con la presencia del amor y la necesidad de autenticidad. Pero siem-pre renace un discurso ético, que nace de la existencia tenga un pleno senti-do: «Yo sé que no estás solo/ buscando otra moral,/pues para encontrar algo hay que perderlo./Y para ser feliz hay que sentir/el mundo con su estómago vacío,/su orilla fabulosa/de arenas de-vorantes». Una sorprendente imagen que nos convoca hacia un humanis-mo reflexivo y vital abierto también a las interpretaciones donde zozobra contenidamente un ser en la encru-cijada vital donde sobrevivir ante las decepciones y los sueños rotos, pero siempre mirando hacia la luz del futu-ro con el azar de la compañía y la co-rriente emocional del discurso amoro-so como en «Esperar es un camino». Un

Identidad vitalJuan Carlos Abril publica ‘En busca de una pausa’

Francisco Morales Lomas

Juan Carlos Abril.

hombre ante su destino y ante la con-templación de su pasado para extraer consecuencias en medio la vorágine de las ficciones, de las expectativas, de los amaneceres rotos y con la consistencia de lo vivido y la sobriedad de sus con-clusiones: «Nadie dijo que vivir/fuera fácil, vivimos tiempos/deshabitados y se desbaratan/aquellas precauciones impermeables».

Un poemario sustancial, complejo, rico en matices donde hay amplios y profundos consensos sobre la indaga-ción poética y el bastimento de los sue-ños en una lírica que nace siempre para la conciencia y el conocimiento, como en «Para escapar», donde con una cla-ridad meridiana expresa un momento de su existencia sobre la que ejerce la autocrítica: «Me amenazaban, querían cambiarme/con argumentos generosa-mente absurdos (...)//No fui constante -Abril/mezclando memoria y deseo-/Ni amé demasiado la vida». Pero también donde emerge la preocupación por el Dasein, esa voluntad consciente de ser, estar, pensar: «Yo creía en las cosas/por-que necesitaba creer,/porque pertene-cía a un código». Un lenguaje para la

construcción de un pensamiento que sea un cierta respuesta moral ante la existencia y en la recuperación de su yo: «Y tú/una nueva moral que impli-que/otro común denominador, otro/ sentido común». Son muchos los poe-mas como «Palimpsesto», «Los últimos días» ... en que se halla esa dialéctica de presente/pasado y en los que a través de la redención memorial vacía su vida, su inocencia, su dolor... tratando siempre de conformar la forja de un hombre, como en su poema «Pan de ayer», don-de reconoce que todavía permanecen aquellas ilusiones por las que un día luchó. Un recorrido por los ámbitos vividos pero con el proyecto de futuro «y una sed de ilusiones infinita», en ese juego también de desencantos y proce-sos de autodestrucción y besamanos con el amor y la paciencia del vivir.

En definitiva, un poemario jubiloso, de gran altura lírica donde subyace el tiempo vivido como alianza para edifi-car los sueños, nuevos caminos sin im-posturas y la esperanza de hallar el ser en su identidad creadora.

«Es un poemario sustancial, complejo, rico en matices y profundos consensos...»

CÓRDOBA

‘En busca de una pausa’. Autor: Juan Carlos Abril. Editorial: Pre-Textos. Valencia, 2018.

LAS GUARDAS

LecturasJavier Sánchez Menéndez

Al igual que para

Georges Didi-Huberman

existen las luciérnagas

de la juventud, para

nosotros y para todos

los lectores, existen las

auroras de la juventud,

utilizando el término

«aurora» de María

Zambrano. Se trata en

definitiva de buscar la

luz, el nacimiento de

la claridad cada mañana en un texto

que pueda y sea capaz de reconciliarnos

con nosotros, con nuestros deseos,

con nuestros ímpetus, con nuestras

necesidades.

Preguntaba Sócrates en el diálogo

platónico Filebo: «¿En qué consiste,

Protarco, que haya temores verdaderos y

temores falsos, esperanzas verdaderas y

esperanzas falsas, opiniones verdaderas

y opiniones falsas?» Y Protarco responde

brevemente sin dar la respuesta acertada.

Es entonces cuando Sócrates,

manifestando su sabiduría, indica:

«Porque debemos renunciar

absolutamente a todos los rodeos y

discusiones que nos separen de nuestro

objeto».

Todo aquello que nos aparte de nuestra

claridad, de nuestra luz, debe ser

rechazado. Y debemos acostumbrarnos a

realizarlo en nuestra juventud, para así,

llegar a la madurez convencidos de la

realidad de la propia esencia. Las lecturas

deben ser y son nuestro alimento,

pero hay que saber elegir esas lecturas.

Podemos encontrar esta claridad en

Spinoza, o en el Fausto de Goethe. Solo

así llegaremos a la sabiduría, la «rectae

mentis propositum».

Y hoy Landino nos hace terminar:

«È adunque poesia non dirò una

dell’arti degl’antichi chiamate

liberali, ma la quale tutte quelle in sé

comprehendendo...». «Nec spe nec metu»,

sin esperanza y sin miedo, sin interés y

sin recelo.

Tomemos nuestro libro, nunca el que

nos indiquen, el canon lo fabricamos

nosotros. Y sumerjámonos en su lectura,

en la atenta lectura del descubrimiento.

Y si es de un clásico, mucho mejor. Los

clásicos no entendían del canon cuando

escribían o leían.