WALD-Promoción de La Salud a Través Del Arte-estudio de Caso de Un Taller de Fotografia

18
SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiembre - Diciembre, 2009 345 ARTÍCULO / ARTICLE RESUMEN El presente trabajo analiza las potencialidades del arte comunitario para pro- mover la salud y el bienestar entre jóvenes que viven en contextos de vulnerabilidad social en América Latina. A través de un estudio de caso se propone aportar elementos para el debate teórico y metodológico de una problemática central en promoción de la salud: la distancia entre su retórica, basada en una concepción de salud amplia –enten- dida como proceso colectivo e integral, influido por aspectos sociales, económicos, ambientales y culturales– y la mayor parte de las prácticas que bajo esta filosofía se han realizado en nuestra región, intervenciones de tipo preventivo organizadas alrededor de conceptos de enfermedad y que responden a modelos teóricos individualistas. El caso seleccionado es "ph15", una experiencia de educación fotográfica gestionada por un grupo de fotógrafos en "Ciudad Oculta", la villa Nº 15 de la Ciudad de Buenos Aires. La investigación muestra que los jóvenes perciben cambios individuales y colectivos como consecuencia de participar en este taller, cambios que pueden vincularse al concepto de salud en sentido amplio. Así, una experiencia que no fue pensada para promover la salud puede aportar elementos para diseñar intervenciones más acordes a la filosofía en pro- moción de la salud. PALABRAS CLAVE Promoción de la Salud; Fotografía; Áreas de Pobreza; Adolescente; Argentina. ABSTRACT This article analyzes the potentials of community art to promote health and wellbeing among young people living in vulnerable social contexts in Latin America. Through a case-study, we aim at providing elements for the theoretical and methodological debate of a central problem in health promotion: the distance between its rhetoric, based on a wide conception of health –understood as a collective process, influenced by social, economic, environmental and cultural issues– and the interventions that have been carried out in our region, organized around disease concepts that respond to individualistic theoretical approaches. The selected case is ph15, a photography workshop delivered by a group of photographers in the shanty town Nº 15 "Ciudad Oculta" ("Hidden City") of the City of Buenos Aires. The study shows that young people notice individual and collective changes as a result of participating in this workshop, and these changes could be linked to the wide concept of health. Therefore, an activity that has not been thought to promote health can help us to design activities that are closer to the philosophy of health promotion. KEY WORDS Health Promotion; Photography; Poverty Areas; Adolescent; Argentina. Promoción de la salud a través del arte: estudio de caso de un taller de fotografía en "Ciudad Oculta", la villa Nº 15 de la Ciudad de Buenos Aires Community arts and health promotion: a case study in a photography workshop in "Ciudad Oculta" (Hidden City), the shanty town Nº 15 of the City of Buenos Aires Gabriela Wald 1 1 Magister en Educación, Promoción de la Salud y Desarrollo Internacional, Institute of Education, University of London. Estudiante de Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Argentina. [email protected]

description

WALD-Promoción de La Salud a Través Del Arte-estudio de Caso de Un Taller de Fotografia

Transcript of WALD-Promoción de La Salud a Través Del Arte-estudio de Caso de Un Taller de Fotografia

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 345ARTCULO / ARTICLE

    RESUMEN El presente trabajo analiza las potencialidades del arte comunitario para pro-mover la salud y el bienestar entre jvenes que viven en contextos de vulnerabilidadsocial en Amrica Latina. A travs de un estudio de caso se propone aportar elementospara el debate terico y metodolgico de una problemtica central en promocin de lasalud: la distancia entre su retrica, basada en una concepcin de salud amplia enten-dida como proceso colectivo e integral, influido por aspectos sociales, econmicos,ambientales y culturales y la mayor parte de las prcticas que bajo esta filosofa se hanrealizado en nuestra regin, intervenciones de tipo preventivo organizadas alrededor deconceptos de enfermedad y que responden a modelos tericos individualistas. El casoseleccionado es "ph15", una experiencia de educacin fotogrfica gestionada por ungrupo de fotgrafos en "Ciudad Oculta", la villa N 15 de la Ciudad de Buenos Aires. Lainvestigacin muestra que los jvenes perciben cambios individuales y colectivos comoconsecuencia de participar en este taller, cambios que pueden vincularse al concepto desalud en sentido amplio. As, una experiencia que no fue pensada para promover la saludpuede aportar elementos para disear intervenciones ms acordes a la filosofa en pro-mocin de la salud.PALABRAS CLAVE Promocin de la Salud; Fotografa; reas de Pobreza; Adolescente;Argentina.

    ABSTRACT This article analyzes the potentials of community art to promote health andwellbeing among young people living in vulnerable social contexts in Latin America.Through a case-study, we aim at providing elements for the theoretical and methodologicaldebate of a central problem in health promotion: the distance between its rhetoric, basedon a wide conception of health understood as a collective process, influenced by social,economic, environmental and cultural issues and the interventions that have beencarried out in our region, organized around disease concepts that respond to individualistictheoretical approaches. The selected case is ph15, a photography workshop delivered bya group of photographers in the shanty town N 15 "Ciudad Oculta" ("Hidden City") ofthe City of Buenos Aires. The study shows that young people notice individual andcollective changes as a result of participating in this workshop, and these changes couldbe linked to the wide concept of health. Therefore, an activity that has not been thoughtto promote health can help us to design activities that are closer to the philosophy ofhealth promotion.KEY WORDS Health Promotion; Photography; Poverty Areas; Adolescent; Argentina.

    Promocin de la salud a travs del arte: estudio decaso de un taller de fotografa en "Ciudad Oculta",

    la villa N 15 de la Ciudad de Buenos Aires

    Community arts and health promotion: a case study in aphotography workshop in "Ciudad Oculta" (Hidden

    City), the shanty town N 15 of the City of Buenos Aires

    Gabriela Wald1

    1Magister en Educacin,Promocin de la Salud yDesarrollo Internacional,Institute of Education,University of London.Estudiante de Doctorado enCiencias Sociales, Universidadde Buenos Aires, [email protected]

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    346 GABRIELA WALD

    INTRODUCCIN

    El presente trabajo analiza las potencia-lidades del arte comunitario para promover lasalud y el bienestar entre jvenes que viven encontextos de vulnerabilidad social y pobrezaestructural en un pas de medianos ingresoscomo la Argentina. Se propone aportar elemen-tos para discutir uno de los problemas centralesdel campo de la promocin de la salud: la distan-cia entre una retrica aceptada en el mundo occi-dental, basada en una concepcin de saludamplia (1), entendida como proceso colectivo eintegral, influido por aspectos sociales, econmi-cos, ambientales y culturales (2-5) y las prcticasque bajo su nombre se llevan a cabo.

    Las intervenciones en promocin de lasalud han sido variadas en cada uno de los pa-ses, as como al interior de los mismos. En GranBretaa y Canad, por ejemplo, los gobiernos seapropiaron del concepto holstico de salud yalgunos abordajes en promocin de la salud fue-ron modificados. As, en esos pases se desarro-llaron intervenciones sociopolticas multisecto-riales que trascendieron el sector salud (2,6).

    Sin embargo, en Amrica Latina los pro-gramas y proyectos en promocin de la salud nohan logrado poner en prctica intervencionesinnovadoras, razn por la cual algunos analistasconsideran que la promocin de la salud en nues-tra regin es ms bien retrica vaca (7,8). El pro-blema central es que a pesar de definirse la saluden trminos de bienestar, las prcticas continanorganizndose alrededor de conceptos de enfer-medad (9). As, la mayora de los programas imple-mentados en promocin de la salud son en reali-dad intervenciones de tipo preventivo y respon-den, en ltima instancia, a modelos tericos debase individualista y conductista (5,10). Adems,no se han hecho extensivos los declamados abor-dajes intersectoriales y transdisciplinarios; por lotanto, los programas de promocin de la salud songestionados solo por el sector salud (8).

    A estas consideraciones es preciso agre-gar que en contextos de vulnerabilidad social,pobreza estructural y violencia como es el casode muchas ciudades de nuestro pas los enfo-ques de promocin de la salud gestionados desdeel sector salud que se proponen la adopcin de

    pautas de cuidado se exponen a una serie de con-tradicciones: cmo priorizar, por ejemplo, lavisita al centro de salud cuando hay urgenciasque atender, como ser cuestiones de comida,vivienda e ingresos? Si se entiende a la saludcomo un proceso integral y se reconoce que losdeterminantes de salud son mltiples, que nopueden ser abordados solo desde el sector salud,por qu las intervenciones continan ligadas alfortalecimiento de la atencin primaria de lasalud y al cambio de comportamiento? Ser quenuestros gestores confunden Atencin Primariade la Salud con promocin de la salud? Por quno trabajar en programas integrales que impli-quen mejoras en diversos aspectos de la vida delas personas, aspectos que puedan vincularse conel bienestar tanto a nivel personal como colecti-vo? Estas preguntas, enfatizo, son centrales cuan-do se piensa la promocin de la salud en pasescon altos ndices de pobreza e inequidad.

    Si hablamos de la poblacin joven estascontradicciones se suman a las consecuenciasque los cambios estructurales y sociales en nues-tro pas han provocado en ellos. Segn Urresti(11) es posible observar una merma en las basesestructurales de la participacin en general, y dela participacin juvenil en particular. En palabrasde Claudia Jacinto y Carla Bessega (12) los jve-nes pobres son uno de los grupos ms vulnera-bles de nuestra sociedad "al ser los ms afectadospor la escasez y precarizacin del empleo, y porla fragilizacin de los vnculos sociales".Teniendo en cuenta estos diagnsiticos, cmolograr la participacin de jvenes de sectorespopulares en programas de promocin de lasalud que trabajan contenidos especficos desalud en un contexto de "desencanto juvenil fren-te a las instituciones"? (13).

    Este artculo se propone aportar ele-mentos para el debate terico y metodolgico enpromocin de la salud en particular y en inter-venciones integrales en contextos de vulnerabili-dad social y pobreza estructural en general. Seanalizarn, a partir de un estudio de caso, laspotencialidades del arte comunitario para produ-cir cambios en ciertos aspectos de la vida cotidia-na de los participantes, as como en sus propiasrepresentaciones sociales, de ellos mismos, dellugar en el que viven y de otros sectores sociales. La seleccin de este caso estuvo inspirada en la

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 347PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    creciente visualizacin de un abanico de expe-riencias de arte comunitario en barrios o villas,primero en Buenos Aires (rea metropolitana) yluego en el interior del pas. Durante los ltimosdiez aos se desarrollaron y se hicieron visiblesdiversos talleres de teatro, cine, danza, fotografa,msica (popular, orquestal), etc., en su mayoradirigidos a jvenes cuyos productos artsticoslograron atravesar las barreras barriales y serexhibidos en galeras y centros culturales fre-cuentados por sectores sociales medios y mediosaltos. No ha habido hasta el momento ningnrelevamiento formal de estas iniciativas, a pesarde aparecer con frecuencia en los medios decomunicacin masivos y de ser cada vez msconocidas por la sociedad argentina.

    Uno de los proyectos que ha persistidodurante ms de ocho aos y ha exhibido sus pro-ductos en Argentina y el extranjero es el taller defotografa "ph15" que se dicta en "CiudadOculta", la villa N 15 de la Ciudad de BuenosAires. El proyecto comenz en el ao 2000 cuan-do el fotgrafo Martn Rosenthal a pedido dealgunos jvenes del barrio inaugur un espaciode enseanza fotogrfica para jvenes. Ese primerespacio creci y se estableci con la participacinde Moira Rubio y Miriam Priotti, transformndoseen un taller y fundacin que en 2005 ao en quese realiz el trabajo de campo involucraba a 26adolescentes y jvenes entre 13 y 25 aos. En2006, ph15 consigui financiacin regular de unafundacin extranjera y replicaron el proyecto enotros dos barrios, esta vez del conurbano bonae-rense. Los aproximadamente 75 participantes delproyecto producen alrededor de 60.000 fotos alao y exhiben de manera peridica su trabajo encentros culturales y museos de Buenos Aires, elconurbano, el interior del pas y su obra ha viaja-do tambin al extranjero (Espaa y EE.UU.).

    El presente artculo analiza la experien-cia de ph15 desde la perspectiva de los partici-pantes, sus docentes y algunos padres. Se descri-bir, en primer lugar, si identifican cambioscomo consecuencia de la participacin de losjvenes en ph15 y cules son estos cambios. Seindagar tambin si los mismos se percibencomo individuales y/o colectivos, y cmo ocu-rren. Finalmente, se discutirn los lmites ypotencialidades de ph15 en particular, y de expe-riencias de arte comunitario en general, para ser

    pensadas como estrategias de promocin de lasalud integral, fundamentalmente en contextosde vulnerabilidad social y pobreza estructural.

    METODOLOGA

    La estrategia metodolgica utilizada hasido cualitativa: se realiz un estudio de caso deltaller de fotografa ph15. El estudio triangulainformacin obtenida a travs de cinco meses deobservacin participante, 19 entrevistas en pro-fundidad (12 con jvenes del taller, cuatro condocentes y tres con madres) y anlisis de docu-mentos (el sitio web de ph15 y otros materialesde promocin de actividades propias, algunosartculos en diarios y un libro editado por ph15con fotografas de los jvenes). En todas las eta-pas se tuvieron en cuenta medidas para la protec-cin de la confidencialidad de la informacin y elanonimato de los informantes. En todas las entre-vistas se realiz el proceso de consentimientoinformado que const de dos etapas: una conver-sacin para informar los objetivos de la investiga-cin y el uso que se dar a sus testimonios,pudiendo all los potenciales entrevistados hacerpreguntas sobre aquello que no hubiera quedadoclaro; y un momento en el cual se firm dichoconsentimiento.

    El anlisis se realiz con apoyo del soft-ware Atlas Ti. Se utilizaron tanto categoras defini-das por la literatura, previas al anlisis de los datos,como categoras y cdigos emergentes de lasentrevistas, observaciones y documentos. Una vezcodificados los datos, los tres grupos de entrevistas(jvenes, madres y docentes) fueron analizados endos sentidos: como si fueran un corpus nico,identificando temas, patrones, relaciones y percep-ciones comunes, y cada grupo por separado, paraidentificar tendencias, contradicciones y diferen-cias entre los grupos y al interior de cada grupo.

    CARACTERSTICAS DE LA MUESTRA

    De los 26 adolescentes y jvenes queparticipaban en ph15 cuando se realiz el traba-jo de campo varios son hermanos y primos. As,

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    348 GABRIELA WALD

    si bien fueron entrevistados 12 jvenes, la mues-tra involucra a nueve hogares. El Cuadro 1 descri-be las edades, el sexo y el tiempo que los entre-vistados llevan concurriendo al taller.

    Si bien la mayora de los participantesdel ph15 an est en edad escolar (hasta 18 aos),tres de ellos abandonaron la escuela en 2005,cinco han repetido alguna vez un ao escolar ysolo uno de los adolescentes en edad escolar noha repetido ningn ao. Las familias de los parti-cipantes de ph15 tambin presentan bajos ndicesde escolaridad: ninguno de los padres finaliz elcolegio secundario, si bien al momento de estainvestigacin dos de ellos se encontraban partici-pando en programas de secundario para adultos.En estos hogares, ningn hermano haba finaliza-do el colegio secundario.

    Con relacin a la composicin de loshogares, solo en uno de los nueve hogares deesta muestra el padre y la madre an conviven.Los tres hijos de esta familia que participan enph15 del grupo de graduados son los nicosde toda la muestra que no abandonaron la escue-la ni repitieron aos. Los otros nueve entrevista-dos comentaron haber sido criados en hogarescon diversos grados de inestabilidad (econmica,

    familiar). Algunos de los padres de estos nuevejvenes han sido usuarios de drogas y alcoholcon consumos problemticos; otros han ido oestn en la crcel; en otros casos el padre o lamadre los abandon cuando eran nios; en uncaso el padre golpeaba a la madre, hasta que fueexpulsado de la casa y encarcelado en 2003. Eneste contexto de inestabilidad en los vnculosafectivos, una participante mencion haber sidoabusada sexualmente por un pariente; otra habervivido en un hogar para nios con algunos de sushermanos, porque tanto su padre como su madreeran alcohlicos; y otro abandon la casa de sumadre para irse a vivir con su hermana mayorporque sus tres hermanos mayores, todos consu-midores de drogas, vendan o empeaban todoslos objetos de la casa para obtener dinero, inclu-so la ropa de l.

    Los datos y situaciones expuestos hastaaqu permiten aproximarse al contexto familiarque experimentan los jvenes participantes deph15. Sin embargo, para una contextualizacinms completa es preciso abordar qu construc-ciones realizan estos jvenes de su barrio y cmoenmarcan su experiencia cotidiana en ellas.

    GRUPOS DE TRABAJO

    "LOS MS CHICOS"

    TIEMPO EN PH15

    Cuadro 1. GRUPOS DE TRABAJO DEL PROGRAMA PH15, SEGN EDAD, SEXO YTIEMPO EN EL PROYECTO. CIUDAD OCULTA, ARGENTINA.

    Fuente: Elaboracin propia.

    EDAD SEXO

    14

    14

    14

    16

    16

    17

    17

    17

    18

    20

    20

    25

    Varn

    Mujer

    Mujer

    Varn

    Mujer

    Varn

    Mujer

    Varn

    Mujer

    Varn

    Mujer

    Varn

    1 ao

    6 meses

    11 meses

    1 ao

    6 meses*

    6 meses

    13 meses

    3 aos

    3 aos y 6 meses

    3 aos

    3 aos

    3 aos

    "LOS GRANDES"

    "LOS GRADUADOS"

    *Los 6 meses corresponden al perodo actual. Ya haba participado del taller durante 1 ao y 6 meses, aos atrs.

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 349PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    CIUDAD OCULTA Y LA EXPERIENCIADEL BARRIO

    "...hay 50% de posibilidad de que me peguen

    un tiro, aparte... no solamente que me peguen

    un tiro de lleno a m, o sea, vos ests jugando a

    la pelota ah adentro del barrio y se agarran a los

    tiro y vos ests en el medio, y tengo... tres ami-

    gos que ya les pas eso, se comieron un tiro por

    cosas de otros."

    "Y por qu decs que tens 50% de probabili-

    dades de que te peguen un tiro?"

    "Y, porque todo el tiempo estn tirando..."

    (Participante varn, 17 aos)

    Ciudad Oculta ha sido considerada unade las villas ms peligrosas de la Ciudad deBuenos Aires. Los medios de comunicacin ypor consiguiente la opinin pblica han cons-truido una imagen de Ciudad Oculta ligada al cri-men, al trfico y uso de drogas y a la violenciacotidiana. Con aproximadamente 10.000 habi-tantes, es la sexta villa en tamao de las 23 quehay en la Ciudad (14).

    Las Figuras 1 y 2, ilustran los modos demirar el propio barrio y de contarlo que tienenlos jvenes participantes de ph15. Es posibleobservar en ellas tanto el relato de los problemasde infraestructura a los que se enfrentan cotidia-namente como cierta estilizacin de los mismos.Para contextualizar el anlisis que propone estetrabajo, es importante comenzar con las siguien-tes preguntas: Qu piensan los jvenes, suspadres y docentes sobre el barrio y la vida dentrode l? Coinciden con la mirada que los mediosde comunicacin y otros sectores sociales tienende sus espacios de sociabilidad?

    En primer lugar, vale la pena aclararque exceptuando una de las familias de los jve-nes entrevistados, el resto de los padres y herma-nos nacieron o fueron criados en Ciudad Oculta.Por eso fue posible encontrar en todas las entre-vistas un sentimiento de ambigedad con respec-to a la vida cotidiana en el barrio.

    Por un lado, la mayora de los entrevis-tados reconoce que en Ciudad Oculta todos seconocen con todos desde que eran chicos, y queeso genera una sensacin muy fuerte de familia-ridad. Sin embargo, dicen que la villa hoy no es

    lo que era y todos los entrevistados sealaronque los tiroteos y el uso de drogas son hoy mone-da corriente. As, un barrio que era percibidocomo familiar y tranquilo se transform para ellosen un espacio de tensin casi permanente.

    Todos los entrevistados comentaronque la poblacin del barrio, especialmente lapoblacin joven, est dividida en tres, segn lazona del barrio en la que viven. El primer grupoest compuesto por los que viven en "la villa", "elfrente" o "la 15", al noreste del barrio. Aqu lascasas estn construidas en pasillos irregulares,bastante cerca unas de las otras y la instalacinsanitaria y elctrica es precaria.

    El segundo grupo lo forman aquellosque viven en el "barrio nuevo", un sector cons-truido bajo planificacin estatal en el noroeste dela villa. Aqu las casas tienen electricidad y aguacorriente, en un sector con pasillos ms abiertos.En esta zona del barrio hay un enorme edificioabandonado ocupado por familias sin techo. A latercera zona de la villa la llaman informalmente"el fondo" o "la 30", y es la zona ms precaria,hacia el sureste. Hay casas hechas de materialpero tambin de chapas, maderas y hasta carto-nes. Los participantes de ph15, que viven en "la15" y "en el barrio nuevo" dicen que en esta zonaviven "los paraguayos".

    Muchos entrevistados cuentan que losgrupos de jvenes de las tres zonas confrontanentre ellos casi todos los das, muchas veces conarmas de fuego. Algunos mencionaron que lagente del "barrio nuevo" roba en "la villa" y vice-versa, y que la gente "del fondo" viene al "frente"a robar. Adems, casi todos los jvenes y madresentrevistados mencionaron que hay tiroteos casitodos los das, elevando la posibilidad de caer enalguno sin siquiera participar en las peleas.Muchos tambin mencionaron que aquellos veci-nos que se dedican al delito comenzaron a robaradentro de Ciudad Oculta. De hecho, dos de losjvenes entrevistados contaron que fueron asalta-dos por sus propios vecinos.

    La mayora tambin mencion que hayaspectos culturales que contribuyen al crecimien-to de la confrontacin entre vecinos. Dicen que,para ser respetados en Ciudad Oculta, la genteespecialmente los varones tienen que mostrarque son fuertes, duros, que pueden soportar eldolor fsico y que no tienen miedo de pelear con

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    350 GABRIELA WALD

    su propio cuerpo si es necesario hacerlo. As,todo aquel que no adhiera a este modelo dehombre fuerte y resistente corre mayores riesgosde ser provocado y, eventualmente, golpeado oatacado. Algunos afirman tambin que inclusolas mujeres prefieren salir o armar pareja conhombres que se identifican como los ms fuertespara sentirse protegidas. En este contexto tam-bin el uso y el trfico de drogas aparecieroncomo otras de las causas de la violencia, particu-larmente de los tiroteos.

    Sin embargo, a pesar de que CiudadOculta es percibida como un mbito violento yconfrontativo por la gran mayora de los entrevis-tados, para ellos su barrio tiene muchas cosaspositivas: conocerse entre vecinos desde hacemuchos aos genera que la circulacin entre loshogares sea permanente: las casas estn siempreabiertas para recibir amigos y vecinos, para ofre-cer un mate, comida o algn elemento que falte.Muchos jvenes dijeron tambin no estar deacuerdo con el modo en que los medios mues-

    tran el barrio: retratan lo ms precario, "lo mspobre y lo ms decadente". Y si bien ellos reco-nocen las dificultades de su propio barrio, estosjvenes creen que hay mucha gente honesta ytrabajadora que los medios, y a travs de ellos elpblico en general, no logran ver.

    La ambigedad que sienten los jvenesy las madres entrevistadas en relacin a CiudadOculta se expresa en que, por un lado, la mayoradijo que le gustara mudarse y vivir en otro barriosi pudieran. Sin embargo, a la vez, varios de losque eventualmente querran irse dijeron que lessera difcil en un plano afectivo, porque tienensus amigos y sus familias, y porque se sienten agusto con la mayora de los vecinos del barrio.

    Estas percepciones, opiniones y reivin-dicaciones que tienen los jvenes sobre el lugaren el que viven tienen tres implicancias. En pri-mer lugar, son centrales para contextualizar laexperiencia de educacin fotogrfica que este tra-bajo analiza. En segundo lugar, permiten com-prender las diferencias de percepcin entre los

    Figura 1. FOTOGRAFA DE CIUDAD OCULTA TOMADA POR NATALIA GODOY. PROYECTO PH15. CIUDADOCULTA, ARGENTINA

    Nota: reproducido con la autorizacin de los autores y del Proyecto ph15.

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 351PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    mbitos de socializacin cotidianos de los jve-nes y el espacio de trabajo en ph15. Finalmente,permiten enmarcar los resultados de este estu-dio en los esquemas de interpretacin y sentidoque los jvenes construyen en relacin al lugarque ocupan, y el que les gustara ocupar, en elespacio social.

    PH15: EL PROYECTO Y LA PROPUESTAPEDAGGICA

    ...nos dio una cmara y nos dijo "vayan a sacar"

    y yo pens que me iban a decir, "bueno, tienen

    que sacar esto", pero no, me dijo "bueno,

    saquen" y, cmo saquen?, pens yo, y viste, lo

    mir como as dicindole, qu saco? Y me dijo,

    "lo que te guste, lo que te llame la atencin!"

    (Participante mujer, 18 aos)

    Ph15 comenz en el ao 2000 comouna iniciativa independiente del fotgrafoMartn Rosenthal en respuesta a un pedido dejvenes del barrio. El taller naci como una ini-ciativa espontnea para la enseanza de fotogra-fa, no como un proyecto para mejorar indicado-res socioculturales entre jvenes que viven encontextos de vulnerabilidad social. Por eso, sedesaroll sin ningn tipo de financiamiento. En elao 2002, Moira Rubio se uni al proyecto comocodirectora y docente. Juntos sostuvieron el tallery crearon la Fundacin ph15 para darle un marcoformal al proyecto. Entre los aos 2005 y 2006 serealiz el trabajo de campo para este estudio. Enaquel momento ph15 lo conformaban cincodocentes y 26 jvenes de Ciudad Oculta. Dadoque el taller haba nacido de manera espontnea,el propsito y los objetivos de ph15 no estabanescritos en ningn documento fundacional, nohaba misin ni resultados esperados y las mejoras

    Figura 2. FOTOGRAFA DE CIUDAD OCULTA TOMADA POR NANCI ALFONSO. PROYECTO PH15. CIUDADOCULTA, ARGENTINA

    Nota: reproducido con la autorizacin de los autores y del Proyecto ph15.

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    352 GABRIELA WALD

    en la intervencin eran consecuencia de la refle-xin conjunta de los docentes, derivada de lapropia prctica.

    Hasta fines del ao 2006 ph15 no reci-ba ninguna financiacin regular y se mantenamayormente con donaciones de empresas o par-ticulares que lograban conseguir de manera inter-mitente. Adems, las fotografas de los participan-tes estaban (y estn) a la venta, y son adquiridasaunque no con mucha frecuencia por personasen Argentina y el extranjero, principalmente enEE.UU. Cuando se vende una fotografa, el 50%del valor lo recibe el o la autor/a y el otro 50% selo queda ph15 para sostener el taller. Tan inesta-ble fue el financiamiento de ph15 durante susprimeros siete aos de vida que los directoresconfesaron haberse hecho cargo ellos mismos dela compra de materiales y revelados para que eltaller pudiera seguir funcionando (a).

    Los docentes describen la metodologade aprendizaje del taller como flexible y persona-lizada. Dicen que su objetivo es desmitificar lapercepcin de los jvenes de que la fotografa esuna disciplina compleja. Para ensearla dividie-ron a los jvenes en tres grupos: "los ms chicos"(aprox. 10 adolescentes de 12 a 16 aos), "losgrandes" (otros 10 jvenes de 17 a 20 aos) y "losgraduados", aquellos jvenes que han estado enph15 por ms de tres aos.

    Cuando un nuevo participante se une alproyecto, ella o l, recibe, en el primer encuentroal que asiste, una cmara pocket y un rollo de fotosblanco y negro. Sin ninguna instruccin tcnica(salvo el uso del flash) los docentes le proponensalir a sacar fotos de aquello que los jvenes quie-ran, lo que se les ocurra, lo que vean en su vidacotidiana. Por eso, los alientan a llevar siempre sucmara de fotos con ellos, vayan adonde vayan.

    Los participantes sacan fotografasdurante la semana y los sbados se renen enuna clase de anlisis y crtica fotogrfica. Losdocentes revelan los rollos, hacen tiras de contac-tos y copian todas aquellas fotografas que consi-deran que pueden servir para ensear la discipli-na. Esta es la principal metodologa: aprender delos propios errores. Los docentes trabajan aqucuestiones de encuadre y composicin de imge-nes. Adems, intentan que los jvenes conectensus fotografas con aquello que sentan o pensa-ban al momento de tomarlas, les preguntan cules

    fueron las razones para un encuadre determina-do, cmo y cundo lo hicieron, qu les transmi-ta aquello que estaban retratando, etc.

    De la observacin y las entrevistas fueposible inferir que los docentes de ph15 conside-ran a la fotografa una disciplina artstica para laexpresin de sentimientos y emociones, es decir,subyace una concepcin esencialista del arte. Loscuatro docentes entrevistados han definido ph15como un "taller expresivo" en el cual los jvenespueden aprender un lenguaje nuevo, una herra-mienta para la expresin personal. As, conside-ran que cada joven tiene razones ms o menosinconscientes- para seleccionar aquello que foto-grafa. Piensan tambin que su funcin comodocentes es ayudar a los jvenes a encontrarestas razones y ensearles a expresarlas y com-partirlas con los dems.

    Adems de estos encuentros semana-les hay tres tipos de actividades ms que el tallerpromueve. La primera es visitar museos, galer-as y centros culturales para ver exposiciones, ensu mayora de fotografa. Es importante aclararque ninguno de los participantes haba visitadouna exhibicin artstica antes de unirse a ph15.Cuando los expositores son argentinos, losdocentes tratan de contactarlos para que estnpresentes el da que los jvenes irn de visita.Esto permite a los participantes tener contactodirecto con los artistas y, adems de ver su obra,conversar sobre la misma, sobre cmo la hicie-ron y con qu ideas trabajaron. La segunda acti-vidad que ph15 promueve es la visita de otrosdocentes o fotgrafos al taller, para realizar acti-vidades especiales durante uno o varios encuen-tros. Muchos de estos docentes son de EE.UU.,dadas las conexiones que el director de ph15tiene con fotgrafos de ese pas, por haber estu-diado all. En tercer lugar, y ms espordica-mente, el taller propone salidas conjuntas asacar fotografas a parques, plazas y otros luga-res de la ciudad.

    Uno de los puntos ms importantes dela estrategia pedaggica de ph15 es brindar alos jvenes un espacio de contencin y deayuda en cuestiones de su vida cotidiana. Losdocentes tratan de involucrarse y conoceraspectos de la vida personal de los jvenes,aprovechando que ph15 es un espacio de edu-cacin no formal. En cada encuentro preguntan

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 353PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    a diferentes participantes cmo se sienten,cmo les va con el colegio, cules son sus nove-dades personales, y muchas veces intervienenayudndolos a resolver problemas de diversacomplejidad (desde apoyo escolar hasta proble-mas de salud, sexualidad, familiares, etc.).

    Los directores de ph15 reconocen que noson expertos en pedagoga ni en polticas socialeso de promocin educativa o cultural. Sin embargo,creen que el nico prerrequisito para trabajar conjvenes de sectores populares es la sinceridad paracon ellos, no prometer aquello que no se puedecumplir y hacer la tarea con responsabilidad.

    En ph15 es central el proceso de crea-cin y la calidad artstica de las fotografas. En eltaller los docentes no trabajan contenidos socia-les o educativos, ni trabajan cuestiones socio-polticas como insumo para el trabajo fotogrfico.Por el contrario, la consigna es totalmente abier-ta a lo que pueda dispararle a cada participante elhecho de tener una cmara en su mano y recorrerlos espacios de socializacin cotidianos, adentroy afuera del barrio.

    A pesar de no ser ph15 un proyectonacido como estrategia de intervencin, muchomenos de promocin de la salud, los datos deesta investigacin revelan que la participacin eneste proyecto moviliza dimensiones personales ycolectivas de la vida de los jvenes. En el prxi-mo apartado se analizarn cules son los princi-pales cambios percibidos por los jvenes, susdocentes y algunas madres como consecuenciade la participacin en ph15, y los procesos quepodran estar facilitando dichos cambios.

    PH15 MOVILIZA ASPECTOS PERSONALESY COLECTIVOS: LA PERSPECTIVA DE LOSACTORES

    A partir del anlisis de las entrevistasrealizadas, es posible afirmar que la mayora delos jvenes, docentes y madres, identificaroncambios en los participantes a partir de su parti-cipacin en ph15 y que la mayora identificaestos cambios como positivos. En este apartadose reconstruirn dichos procesos de cambio apartir de los relatos de los entrevistados y de lascategoras que emergieron de los mismos.

    Los jvenes, sus madres y los docentesidentificaron tanto aspectos personales comoaspectos colectivos que se modificaron a partirde su participacin en ph15. En ambos casos, loscambios derivan de procesos relacionales queocurren tanto al interior del espacio del tallercomo afuera del mismo, y que se refuerzanmutuamente.

    Esta seccin estar dividida en tres. Enprimer lugar, se analizarn los cambios identifica-dos como consecuencia de procesos que ocurrenal interior del taller entre docentes, alumnos yalgunos invitados a partir de la estrategia pedag-gica que ph15 pone en juego. En segundo lugar,se indagarn los cambios que ocurren cuando losjvenes exhiben su obra en centros culturales ygaleras frecuentadas por personas que vivenfuera de Ciudad Oculta. Finalmente, se sintetiza-r el modo en que estos procesos se influenciany refuerzan mutuamente.

    AL INTERIOR DEL TALLER: PROCESOS Y CAMBIOS

    Del anlisis de las entrevistas es posibleinferir que la participacin en ph15 implicamovimientos entre los jvenes, que ocurren endiferentes etapas. En una primera instancia, losjvenes aprenden a manejar algunos aspectos dellenguaje fotogrfico. Logran as construir unamirada sobre el mundo que los circunda quehasta ese momento no se haba revelado paraellos y, en consecuencia, ejercitan una prcticaexpresiva disruptiva en relacin con su percep-cin habitual. Muchos jvenes sealan que, apartir de su paso por ph15, recorren su barrio ylos lugares de socializacin cotidianos con unaatencin diferente, teniendo en cuenta rincones,objetos y detalles que antes no vean o en loscuales no se detenan. En este proceso, losdocentes incitan a los jvenes a hablar sobre susfotografas y sobre aquello que sintieron almomento de hacer cada toma. A su vez, pregun-tan tambin a los jvenes qu sensaciones o sen-timientos les transmiten las fotos de sus compa-eros. As, los participantes comienzan a vincu-larse con otros jvenes del barrio en un marconovedoso: a travs del intercambio de ideas ypercepciones en relacin con sus propias vidas.Finalmente, comienza tambin un proceso de

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    354 GABRIELA WALD

    interaccin con adultos, muchos de ellos muy jve-nes, que viven fuera del barrio, con quienes puedeniniciarse procesos de identificacin diferentes a losque se dan con sus padres, parientes o vecinos.

    As cada joven, a su propio ritmo, vaproduciendo fotografas que considera buenas(por su encuadre, por aquello que expresan, porlas expresiones de los rostros, por el instante queretratan, etc.) y aparece una sensacin de bienes-tar y confianza en ellos mismos como consecuen-cia de estos primeros logros conseguidos.Lentamente, dependiendo tambin de la perso-nalidad de cada uno, los jvenes logran describiralgo de lo que sentan cuando tomaron la foto, oqu idea les surgi al momento de hacer la toma,o simplemente, qu les llam la atencin y losincit a sacar esa fotografa. A la vez, los partici-pantes comienzan a interpelar las fotografas desus compaeros en trminos de sensaciones yestados de nimo que estas fotos generan.

    Con el correr del tiempo, la mayora delos jvenes va logrando mayores habilidades en

    el manejo del lenguaje fotogrfico, a la vez quecontinan entrenando su mirada y desarrollandola capacidad de interpelar sus propias fotos y lasde sus compaeros segn aquello que percibenal mirarlas. En algunos casos, los participanteslogran establecer conexiones entre las impresio-nes que tuvieron al tomar la foto y aquello quefinalmente retrataron. El trabajo de cada joven seinterrelaciona, con el correr del tiempo, cada vezms con el de sus compaeros en salidas, prepa-racin de muestras y actividades especiales. Larelacin entre los jvenes y los docentes se tornams cercana y comienzan vnculos de confianzadonde los jvenes pueden hablar con ellos de suscuestiones personales.

    Estos procesos van ocurriendo a modode espiral, y a medida que pasa el tiempo losjvenes perciben un involucramiento con unespacio que tiene reglas, valores y actividadesdiferentes a las que se dan en sus espacios desocializacin cotidianos. La Figura 3 esquematizaeste proceso.

    MOMENTO 2

    Produccin de fotografas que consi-deran de calidad. Sensacin de bienestar y orgullo por

    los primeros logros. Los jvenes pueden vincular los resul-

    tados de algunas fotografas conaquello que los motiv a sacarlas.

    MOMENTO 1

    Manejo de algunos aspectos del len-guaje fotogrfico, revelacin de unamirada propia, ejercicio expresivo. Los docentes incitan a los jvenes a

    hablar sobre las fotografas y aquelloque transmiten. Espacio de encuentro entre jvenes

    de distintas zonas del barrio con obje-tivos de formacin y produccin. Primeros intercambios personales con

    los docentes.

    MOMENTO 3

    Mayores habilidades en el manejo dellenguaje fotogrfico Mirada ms entrenada, capacidad

    de conectar la fotografa propia y delotro con ideas, emociones, opinionespropias y ajenas. Fortalecimiento del trabajo grupal. Establecimiento de relaciones de

    confianza.

    Sensaciones de bienestar. Desarrollo de capacidades expresivas personales.

    Figura 3. PROCESOS RELACIONALES ADENTRO DEL TALLER.

    Fuente: Elaboracin propia

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 355PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    Como consecuencia de los procesosrelacionales que se dan en ph15, la mayora delos jvenes, docentes y madres identific, por unlado, la aparicin de sensaciones de bienestar y,por el otro, elementos que indicaran un desarro-llo de capacidades personales.

    Dentro de las sensaciones de bienestaraparecieron:

    La valorizacin de su propia obra y, en conse-cuencia, orgullo por las fotografas conseguidas.

    Mayor confianza en s mismos y en lo quepueden producir.

    Como consecuencia de lo anterior, confianzapara hablar de su trabajo fotogrfico con suscompaeros y con adultos.

    Sentirse escuchados y contenidos. Momentos de olvido y distensin de los "pro-

    blemas" cotidianos que viven en sus hogares oen el barrio.

    El sentido de pertenencia a un espacio deaprendizaje y produccin artstica, dejandopor un rato la calle o la esquina.

    Dentro de las capacidades personalesmencionaron:

    Que los jvenes hablan con ms fluidez ymayor vocabulario, entre ellos y, sobre todo,con adultos (docentes, visitantes, etc.), cosaque antes no ocurra.

    Que algunos jvenes han logrado expresaremociones, sentimientos y opiniones conmayor soltura frente al grupo.

    Los mismos jvenes reconocieron que enph15 aprenden "otra manera de pensar", que"madurs" o "te ensean a sentir".

    Que estn motivados y comprometidos con elespacio.

    Que adquirieron habilidades fotogrficas yexpresivas no solo para hacer sus fotos sinopara mirar crticamente la obra de otros fot-grafos y artistas.

    Que experimentan su vida cotidiana en elbarrio de manera diferente, a travs de lacmara de fotos. As, caminan siempre bus-cando personas o situaciones para fotografiar.

    Adems de estos cambios identificadoscon la esfera de lo personal, muchos entrevistados

    mencionaron que hubo cambios en las relacio-nes entre los jvenes que participan del taller. Enprimer lugar, dicen que adquirieron cierta con-ciencia de grupo y que aprendieron a compartiry generar vnculos positivos entre jvenes queviven en sectores del barrio enemistados entre s.Esto no es menor si se tiene en cuenta el altogrado de confrontacin que existe al interior deCiudad Oculta, como se expuso anteriormente.Segundo, algunos jvenes mencionaron queaprendieron a estar en desacuerdo con otros sinnecesidad de pelear, a intercambiar ideas sinejercer violencia fsica ni simblica. Adems, lamayora mencion que las clases grupales de cr-tica son centrales para mejorar sus fotografas yque, entonces, la opinin de los compaerossobre la propia obra es importante para mejorar-la. Si bien existen tensiones o diferencias al inte-rior del grupo, no mayores a las que existen encualquier grupo de jvenes, se ha logrado unespacio de trabajo grupal que se fortalece cuan-do trabajan en conjunto para alguna exhibicin,proyecto especial o, en algunos casos, viajes alinterior del pas. Finalmente, ph15 es un espacioen el cual se han consolidado amistades entrejvenes que de otro modo, por vivir en extremosopuestos y enemistados del barrio, no hubieransurgido.

    Llegados a este punto, es necesarioaclarar que este artculo focaliza las percepcionesgenerales mencionadas por los entrevistadoscomo consecuencia de participar en ph15. Ahorabien, estn estas tendencias influenciadas porfactores tales como la edad de los jvenes y eltiempo que hace que participan del proyecto?Si bien se han realizado un nmero limitado deentrevistas que no permiten generalizaciones,casi la mitad del grupo ha sido entrevistada. Losdatos analizados permiten sugerir que la edad nopareciera estar influenciando la percepcin o node cambios entre los jvenes, al menos en lo querefiere a las sensaciones de bienestar, el desarro-llo de capacidades y el proceso grupal. En sulugar, el tiempo y el involucramiento con el pro-yecto parecieran ser variables que s influencianestas percepciones.

    Los procesos de aprendizaje y cambioidentificados hasta aqu por los participantes deph15, sus madres y sus docentes ocurren en para-lelo con otros procesos que se dan cuando los

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    356 GABRIELA WALD

    participantes muestran su obra fuera del barrio.Estos dos grupos de procesos, relacionales pordefinicin, se refuerzan y potencian mutuamen-te, como se analizar en el prximo apartado.

    MOSTRAR SU OBRA FUERA DEL BARRIO: TOMAR

    LA PALABRA

    "Eso de bueno, de tener artistas marginados y

    presentar obras en lugares recajetillas, reforma-

    les de la ciudad de Buenos Aires es lo ms, me

    entends? Es decir, ese... ese pibito que est ah,

    es de la villa y mir la foto que tiene, y viene un

    chabn ms profesional y lo mira de ac, viste,

    siempre de abajo [...] eso es provocar."

    (Participante varn, 25 aos)

    La exhibicin de las fotografas de losjvenes, en particular en centros culturales ogaleras visitadas por sectores socioeconmicosmedios y medios altos de la sociedad, ha sidomencionada por casi todos los entrevistadoscomo una actividad central, altamente valoradadel taller ph15. Sin embargo, el contacto e inter-cambio entre los jvenes participantes y aquellosque visitan sus exposiciones ocurre no sin contra-dicciones, producto de procesos sociales de dis-criminacin y marginalizacin.

    En primer lugar, es importante aclararque solo algunos adolescentes y jvenes recono-cieron haber vivido situaciones de discrimina-cin en sus vidas y pocos dijeron haberse sentidomarginados. Estos ltimos han sido los entrevista-dos ms grandes, quienes vincularon las dificul-tades de conseguir trabajo con el hecho de viviren la villa. La mayora de entrevistados ms jve-nes, en particular aquellos que salen muy pocodel barrio, no lograron vincular el concepto demarginalidad o discriminacin con su experien-cia cotidiana.

    Sin embargo, a pesar de esta heteroge-neidad de percepciones, que depende de la edadde los participantes y del hecho de salir mucho opoco de la villa, casi todos mencionaron queexhibir sus fotografas fuera del barrio es una delas actividades que ms valoran. Es importantedestacar que muchas veces estas exposicionesson cubiertas por la prensa y que han sido una delas vidrieras ms importantes para que ph15 sea

    hoy reconocido por diversos grupos, incluidosfuncionarios y tcnicos del gobierno. Si bientodos los jvenes mencionaron sentirse orgullo-sos de sus logros cuando exponen su obra, soloalgunos interpretaron esta prctica como unaforma de resistir a los discursos dominantes sobrelos habitantes de la villa en general y sobre losjvenes en particular. Estos discursos, que circu-lan a diario en los medios masivos de comunica-cin y estn instalados en la opinin pblica, vin-culan de manera directa la pobreza con el delito,el trfico y consumo de drogas y la violencia fsi-ca y verbal (15,16).

    Cabe aclarar aqu que los jvenes entre-vistados, y podra arriesgarse que esto ocurre engran medida entre jvenes de sectores populares,no aceptan silenciosos el lugar que la opininpblica y los medios de comunicacin les otor-gan. Algunos manifestaron, por ejemplo, despre-ciar a la gente de sectores medios-altos por con-siderarlos demasiado superficiales, hedonistas,preocupados solo por lo que ocurre en su peque-o mundo y desconectados de los problemasms amplios de la sociedad.

    Enmarcado en estas tensiones y contra-dicciones, no es sencillo analizar las implicanciasdel intercambio entre los jvenes y quienes asis-ten a las muestras, entre ellos los medios decomunicacin. Muchos entrevistados dijeron queel pblico debe quedar sorprendido al ver foto-grafas de calidad hechas por jvenes de CiudadOculta. Algunos mencionaron que exhibir susfotos es una manera de construir un discursoalternativo sobre los jvenes pobres: los partici-pantes sienten que a travs de su obra demues-tran a la sociedad que los jvenes de una villapueden hacer cosas positivas y, de este modo,contrarrestar en alguna medida los discursosdominantes sobre ellos.

    La mayora de los jvenes dijo que elhecho de ser reconocidos por otros especialmen-te gente que vive fuera de la villa les gener unasensacin de bienestar y mayor confianza en smismos y en su obra. Algunos hasta mencionaronque este reconocimiento los ayud a sentir menosvergenza de decir que viven en Ciudad Oculta.En este punto, cualquier analista podra preguntar-se en qu medida estas percepciones implicanresistencia o reproduccin de la dominacin, debi-do a que, pareciera, es el reconocimiento de esos

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 357PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    otros el que, en ltima instancia, ayuda a los jve-nes a modificar las representaciones que tienensobre s mismos y sobre el lugar en el que viven.Sin embargo, una postura tica implica respoder aesta pregunta no solo desde las discusiones acad-micas sino a partir de las percepciones y discursosde los mismos jvenes, que son quienes viven enprimera persona estos procesos.

    En primer lugar, la mayora de los entre-vistados evala la vinculacin con otros sectoressociales como enriquecedora. Algunos dijeronque antes tenan una actitud algo desafiantecuando se cruzaban con gente de sectoresmedios y medios altos, actitud que los docentesinterpretaron como una forma de autodefensaante posibles situaciones de discriminacin.Algunos jvenes en particular los ms grandes ylos que estn hace ms tiempo participando deph15 dijeron que el taller los ayud a construirpuentes con personas que viven fuera de la villa,y a darse cuenta que estas personas no siempreson superficiales o "caretas". Un par de "gradua-dos" dijo tambin que, por ejemplo, los vnculosque lograron construir con fotgrafos profesiona-les a partir de las visitas del ph15 a sus muestras,de las visitas de los fotgrafos al espacio del tallery de la presencia de los fotgrafos en las muestrasde ph15 les fueron muy tiles para conseguirrecursos especficos (un estudio, luces) enmomentos en que los necesitaron.

    Sin embargo, y en paralelo a estas visio-nes optimistas, dos de los entrevistados trajeron acolacin una pregunta que ilustra la complejidady ambigedad de estos procesos de dilogo entregrupos y sectores sociales que, en la Argentina deprincipios de siglo XXI, comparten muy pocos oningn espacio de socializacin (17). Los dos sepreguntaron si la obra de ph15 es celebrada porel pblico y por los medios, porque es fotografaartstica de calidad o porque son jvenes pobreshaciendo fotografa, reforzando una perspectivapaternalista y etnocntrica de celebracin deaquello que los sectores populares hacen a ima-gen y semejanza de los dominantes.

    Responder esta pregunta excede pormucho los lmites de este trabajo. Para hacerlo,sera necesario complementar este estudio conuna investigacin de los procesos de recepcin yreconocimiento que tienen lugar en las exhibicio-nes de ph15, o en las muestras de alguna otra expe-

    riencia de educacin artstica en barrios o villas. Sinembargo, es fundamental que sta y otras pregun-tas que evidencian las contradicciones, ambigeda-des y tensiones que implican estas prcticas deintervencin en este caso echando mano de prc-ticas de la llamada "alta cultura" queden plantea-das para futuros abordajes.

    ADENTRO Y AFUERA DEL TALLER:

    UN PROCESO DE MOVILIZACIN INTEGRAL

    QUE SE RETROALIMENTA

    Hasta aqu se han analizado dos gruposde procesos relacionales, aquellos que ocurren alinterior del espacio del taller y aquellos que ocu-rren fuera del mismo, en particular cuando losjvenes exhiben sus fotografas fuera del barrio.

    Estos procesos no ocurren por separadosino que se refuerzan e influyen mutuamente, enlo que se describe como una segunda espiral deprocesos relacionales internos y externos vincula-dos a la enseanza de fotografa en un barriopopular. Si bien, como hemos visto, estos proce-sos implican tensiones y contradicciones, en estaseccin del trabajo se abordan los mismos a par-tir de la problemtica que pretende iluminar esteartculo: la posibilidad de realizar intervencionesartstico-culturales en tanto promotoras de lasalud integral y el bienestar de jvenes en situa-cin de vulnerabilidad social.

    La Figura 4 esquematiza estos procesos,teniendo en cuenta las dos dimensiones analiza-das hasta aqu.

    En trminos generales, entonces, amedida que pasa el tiempo, la mayora de losentrevistados percibe un proceso de cambio, enel cual aspectos personales y colectivos se modi-fican. La edad no pareciera influenciar la percep-cin o no de cambios, siendo el tiempo y el invo-lucramiento con el proyecto variables que sparecieran mediar en la experimentacin y per-cepcin de los mismos.

    En el prximo apartado se volver sobreel problema que motiv este estudio: las contra-dicciones entre el discurso en promocin de lasalud y las prcticas que bajo esa etiqueta tienenlugar. El anlisis de ph15 realizado hasta elmomento ser conectado con el campo de la pro-mocin de la salud.

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    358 GABRIELA WALD

    PROMOCIN DE LA SALUD Y ARTECOMUNITARIO: ESTABLECIENDOCONEXIONES

    En la introduccin de este trabajo seexpuso brevemente el problema en el cual seenmarca esta investigacin: una contradiccinentre la retrica en promocin de la salud, quepregona la intervencin transdisciplinaria e inter-sectorial para lograr el bienestar de las personasen sociedad, y las prcticas de los principalesprogramas e iniciativas en este campo, preocupa-dos por ampliar el acceso a los servicios de saludy por mejorar indicadores de morbimortalidad atravs de la modificacin de cuestiones ambien-tales y de comportamiento.

    Teniendo en cuenta los problemas queestos enfoques generan, en particular para invo-lucrar a jvenes que viven en contextos de vulne-rabilidad social y pobreza estructural, es perti-nente introducir las siguientes preguntas: Esposible interpretar una experiencia de arte comu-nitario como ph15 en tanto iniciativa promotorade la salud integral? Si los jvenes, sus madres ydocentes describieron procesos de cambio quelos participantes de ph15 experimentaron, tanto anivel personal como en su relacin con losdems, es posible leer estos procesos comocambios en dimensiones de salud en sentidoamplio? Y si as fuera, no estaran estas experien-cias ms cerca de la filosofa en promocin de lasalud que la mayora de intervenciones que bajoeste rtulo se realizan? Podra entonces el sectorsalud trabajar de manera coordinada con educa-cin, cultura, etc., para fortalecer, replicar yextender experiencias de este tipo? Si, comosugiere Ricardo Santilln Quemes (18) la demo-cracia cultural implica "promover situaciones deencuentro entre cotidianeidades diversas", esposible pensar estas experiencias como intentosde aportar a esta democratizacin? Y si as fuera,se borran los lmites entre intervenciones desalud integral, de educacin no formal, de pro-mocin cultural, etc.?

    En primer lugar, este trabajo no desco-noce que la utilizacin del concepto amplio desalud es problemtica. Si la salud implica proce-sos sociales, econmicos, culturales y polticos(7) as como el bienestar fsico y psquico de las

    personas y grupos (1), todo entrara dentro de surango de accin (19). Sin embargo, coincidimoscon Helena Restrepo (5) cuando afirma que estacrtica es un sofisma, ya que, justamente, lo queel nuevo concepto de salud reconoce es que elbienestar se logra mediante la accin coordinadade diferentes sectores, instituciones y grupos. Siel sector salud acapara el conjunto de accionesde promocin de la salud, no se estara recono-ciendo el aporte de otras reas en la promocinde sociedades ms saludables.

    En este punto es preciso volver a la baseconceptual que dio lugar al desarrollo del campode la promocin de la salud. Esta base la consti-tuyen los documentos que se han redactado enuna serie de conferencias internacionales, organi-zadas bajo el ala de la Unin Internacional parala Educacin y la Promocin de la Salud.

    El documento fundacional y marco dereferencia es la Carta de Ottawa, aprobada enCanad en el ao 1986. La Carta se apropia delconcepto amplio de salud y focaliza en la necesi-dad de ampliar los objetivos de la promocin dela salud al trabajo con comunidades y organiza-ciones. Identifica cinco estrategias para la accin:construir polticas pblicas saludables, crearentornos favorables, fortalecer estrategias deaccin comunitaria, desarrollar aptitudes perso-nales y reorientar los servicios de salud (20).

    Si tomamos la retrica en promocin dela salud nombrada hasta aqu tendremos que, enprimer lugar, la salud es un proceso colectivo conel cual se interrelacionan procesos econmicos,sociales, polticos y culturales. Y que, entre lascinco estrategias de accin sealadas en un princi-pio para promoverla, estn aquellas centradas enla comunidad, particularmente aquellas que seproponen desarrollar aptitudes personales.

    Como hemos visto a lo largo de este tra-bajo, los cambios percibidos por los jvenes deph15, sus madres y docentes como consecuenciade la participacin en el taller de fotografa, estnvinculados a sensaciones de bienestar, al desarrollode capacidades personales y al fortalecimiento derelaciones grupales. En una primera lectura, noparecieran demasiado alejados de aquellos que lasestrategias de la Carta de Ottawa promoveran.

    El segundo gran documento del campo,la Declaracin de Yakarta (21) no se aleja demasia-do de las estrategias planteadas en Ottawa pero s

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 359PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    las focaliza desde y hacia el sector salud. Si bien enYakarta se plante la necesidad de avanzar en lalucha contra la pobreza y otros determinantes de lasalud en pases en desarrollo desde abordajes mul-tisectoriales, se priorizaron los servicios de salud yla promocin de contenidos vinculados a la saluden sentido estricto (2,20).

    Envueltas en este mar discursivo, lasintervenciones en promocin de la salud no hansido uniformes en los diferentes pases ni al interior

    de los pases. Y la discusin acerca de la ampli-tud y la especificidad de la promocin de la saludcontina abierta. Coincidimos nuevamente conHelena Restrepo (5) cuando afirma que esta dis-cusin no se puede silenciar con una metacon-ceptualizacin de la promocin de la salud queincluya una gama de acciones focalizadas en elindividuo o en el ambiente a travs de las cuales,en ltima instancia, se mejoraran los niveles desalud o de bienestar. Algunos investigadores han

    Paso 2 Jvenes de sectores populares exiben sus

    fotografas en centros culturales y galerasde arte frecuentadas por sectores socioe-conmicos medios y altos. Personas que viven fuera de Ciudad

    Oculta reconocen y admiran el trabajo delos jvenes fotgrafos.

    Paso 4 Los jvenes se conectan con personas, espa-

    cios y lugares afuera del barrio, que antes des-conocan o a los que no tenan acceso. Algunos jvenes sienten que contribuyen a

    construir una imagen positiva sobre los jvenesde Ciudad Oculta en particular, y de las villasen general.

    Paso 1 Aprendizaje del lenguaje fotogrfico,

    entrenamiento de la mirada y laexpresin. Expresin de emociones y sentimien-

    tos, animarse a hablar frente a otrosde estos temas. Orgullo de sus primeros logros. Vnculos entre jvenes de distintos sec-

    tores del barrio, enemistados entre s. Vnculos personales entre jvenes y

    docentes.

    Paso 3 El reconocimiento externo refuerza la valo-

    racin y la confianza de los jvenes en sutrabajo. Se profundizan las habilidades en torno a la

    expresin fotogrfica. Vinculacin de las sensaciones al momento

    de la toma fotogrfica, con el resultado dela misma. Aumentan las sensaciones de bienestar, as

    como la percepcin de un desarrollo perso-nal positivo.

    Paso 5 Se refuerzan las percepciones de bienestar, el

    aprendizaje de la fotografa, el desarrollo per-sonal, etc.

    Y as sucesivamente

    Figura 4. PROCESOS RELACIONALES DENTRO Y FUERA DEL ESPACIO TALLER.

    Fuente: Elaboracin propia.

    Procesos que se dan a partir de las muestrasProcesos que se dan al interior del taller

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    360 GABRIELA WALD

    decidido salir de este dilema terico-metodolgi-co identificando indicadores intermedios desalud, como ser autoestima, autovaloracin,habilidades discursivas, habilidades emociona-les, aptitudes para la socializacin, tener y sentirun espacio comunitario como propio, por citarsolo algunos (6,22-28)

    Sin embargo, este tipo de soluciones decompromiso implican, nuevamente, el triunfo deun paradigma positivista en la investigacinsocial en salud. Y que lo que hace falta es cono-cer los procesos que, desde la perspectiva de losparticipantes, colaboran con el mejoramiento dediversos aspectos de sus vidas cotidianas y de surelacin con otros. Este trabajo se ha propuestorecuperar algunos de estos procesos experimen-tados por los participantes de una iniciativa deeducacin artstica. Sus narrativas arrojan luz a lahora de pensar posibles intervenciones en pro-mocin de la salud.

    Si los enfoques de prevencin/promo-cin centrados en el sector salud producen con-tradicciones, especialmente entre jvenes queviven en contextos de vulnerabilidad, violencia ypobreza, como se expuso en la introduccin deeste trabajo, qu elementos aporta este estudio?

    En primer lugar, que si jvenes de sec-tores populares perciben que un proyecto o ini-ciativa colabora en la generacin de diversas sen-saciones de bienestar a la vez que los ayuda adesarrollar habilidades personales y grupales (yasean artsticas, creativas, expresivas o de cual-quier ndole), pareciera a todas luces ser un pro-yecto "saludable". En segundo lugar, que lasmetodologas de intervencin, las estrategiaspedaggicas y los espacios que cada proyectoconstruye son tanto o ms importantes que elaprendizaje de una disciplina artstica a la horade conseguir los resultados narrados por los par-ticipantes. En tercer lugar, que un taller artsticoexpresivo permite a los participantes desarrollarproductos que son valorizados socialmente, y asmostrarlos y compartirlos con otros de su entornoo externos a l. En cuarto lugar, que el hecho demostrar su obra en especial si su calidad es reco-nocida en el campo artstico es central para laconstruccin identitaria de los participantes, enespecial si son jvenes que sufren procesos demarginacin y discriminacin, como es el caso dela mayora de los jvenes de sectores populares.

    En quinto lugar, que no es necesario trabajar con-tenidos vinculados a la salud para conseguirresultados "saludables". Finalmente, que lasintervenciones largas e integrales pueden produ-cir cambios de un nivel de profundidad que losprogramas que duran dos o tres aos y se orien-tan al cambio de comportamiento no han conse-guido jams.

    Antes de finalizar, es preciso destacar quelas intervenciones en promocin de la salud queretomen un concepto amplio de salud y, por lotanto, sean fieles a la retrica del campo, sern a suvez iniciativas con fuertes componentes educativosy culturales. En consecuencia, si se gestionan,como sugiere Ricardo Santilln Gemes (18),teniendo en cuenta la promocin de "situacionesde encuentro" entre cotidianeidades diversas lasde los gestores y las de los destinatarios de esas ini-ciativas y no a travs de la imposicin de elemen-tos culturales y decisiones ajenas, pueden transfor-marse en herramientas para la democratizacincultural. En esta misma lnea y tomando la perspec-tiva de Pietro Paolo (29), si las iniciativas potencianrecursos existentes y fortalecen a las personas, tam-bin son potenciales experiencias de promocindel desarrollo local.

    Ahora bien, este anlisis celebratoriodel potencial de algunas intervenciones focaliza-das en tanto promotoras de salud, desarrollo, etc.en particular de aquellas que suponen la apro-piacin de herramientas expresivas por parte dejvenes de sectores populares, no debe hacer-nos olvidar que solo una poltica social universaly gestionada desde el Estado podr modificar lascondiciones de vida de grandes porciones de lapoblacin argentina que se encuentran hoy des-plazadas del mundo del trabajo, de las escuelas,etc. Retomando a Eduardo Bustelo (30), es nece-sario promover la igualdad de oportunidades de"acceso a los frutos del progreso" y para eso noalcanza con implementar intervenciones focali-zadas cuyo objetivo sea reducir la pobreza;hacen falta polticas sociales generales que act-en sobre la distribucin del ingreso y la riqueza.Sin embargo, coincidimos con Jacinto y Bessegaen que, si bien las intervenciones focalizadas soniniciativas con grandes limitaciones, en el marcode la actual situacin social, poltica y econmi-ca de nuestro pas "son ineludibles" (12).

  • SALU

    D C

    OLEC

    TIVA

    , Buenos Aires, 5(3):345-362, Septiem

    bre - Diciem

    bre,2009 361PROMOCIN DE LA SALUD A TRAVS DEL ARTE

    NOTAS FINALES

    a. Actualmente ph15 ha logrado replicar la expe-riencia en otros dos barrios del conurbanobonaerense gracias a la obtencin de un subsidioregular, con lo cual, se ha triplicado el nmero

    de docentes, operadores comunitarios y jvenesparticipantes; as como se han diversificado susactividades. Sin embargo el espritu del proyecto,as como la metodologa de intervencin y laestrategia pedaggica siguen siendo las mismasque las que relata este trabajo.

    REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

    1. Organizacin Mundial de la Salud.Constitucin de la Organizacin Mundial de laSalud. Nueva York; OMS; 1946.

    2. Watson J, Platt S. Connecting policy and prac-tice. En: Watson J, Platt S, editores. ResearchingHealth Promotion. Londres, Nueva York:Routledge; 2000. p.1-20.

    3. Labonte R. A community development appro-ach to health promotion. Edinburgh: HealthEducation Board for Scotland/Research Unit inHealth and Behavioural Change, University ofEdinburgh; 1998.

    4. Evans R, Stoddart G. Producing health, consu-ming health care. En: Evans R, Barer M, MarmorT, editores. Why are some people healthy andothers not: the determinants of health op popula-tions. Nueva York: Aldine De Gruyter; 1994. p.27-64.

    5. Restrepo H, Mlaga H. Promocin de la Salud:Cmo construir vida saludable. Bogot: EditorialMdica Panamericana; 2001.

    6. Health Development Agency. Art for health. Areview of good practice in community-based artsprojects and initiatives which impact on healthand wellbeing. Londres: Health DevelopmentAgency; 2000.

    7. Grimberg M. VIH/Sida y proceso salud-enfer-medad-atencin: construccin social y relacionesde hegemona. En: Seminario Taller deCapacitacin de Formadores. Buenos Aires:Lusida; 1998. p.24-31.

    8. Paiva V. Analizando cenas e sexualidades: a pro-moo de sade na perspectiva dos direitos huma-nos. En: Cceres CF, Pecheny M, Frasca T, CareagaG, editores. Sexualidad, estigma y derechos huma-nos. Desafos para el acceso a la salud en AmricaLatina. Lima: FASPA/UPCH; 2006. p. 23-51.

    9. Czeresnia D. El concepto de salud y la diferen-cia entre prevencin y promocin. En: Czeresnia

    D, Machado de Freitas C, organizadores.Promocin de la Salud. Conceptos, reflexiones,tendencias. Buenos Aires: Lugar Editorial; 2006.p. 47-63.

    10. Wald G. Promocin de la salud hoy: entre laretrica y la prctica. En: VI Jornadas Nacionalesde debate interdisciplinario de Salud y Poblacin[CD-ROM]. Buenos Aires: Instituto deInvestigaciones Gino Gemani, Facultad deCiencias Sociales, UBA; 2005.

    11. Urresti M. Paradigmas de participacin juve-nil: un balance histrico. En: Balardini S, compi-lador. La participacin social y poltica de losjvenes en el horizonte del nuevo siglo. BuenosAires: CLACSO; 2000. p. 177-206.

    12. Jacinto C, Bessega C. Un lugar en el mundo.Jvenes vunerables en bsqueda de espacios deinclusin social. En: Forni F, compilador. De laexclusin a la organizacin. Hacia la integracinde los pobres en los nuevos barrios del conurba-no bonaerense. Buenos Aires: Ciccus; 2002.

    13. Reguillo R. La performatividad de las culturasjuveniles. [En lnea] Estudios de Juventud2004;(64):49- 56 [fecha de acceso 10 de junio de2008]. URL disponible en: http://www.injuve.mtas.es/injuve/contenidos.downloadatt.action?id=19534716

    14. Datos estadsticos comparados de villas,N.H.T. y barrios. [En lnea]. Buenos Aires:Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; 2006[fecha de acceso 7 de junio de 2006] URL dispo-nible en: http://www.buenosaires.gov.ar/areas/jef_gabinete/vivienda/estadisticos.pdf

    15. Arfuch L. Crmenes y pecados: de los jvenesen la crnica policial. Buenos Aires: Unicef; 1997.

    16. Ford A, Longo EF. La exasperacin del caso.Algunos problemas que plantea el creciente pro-ceso de narrativizacin de la informacin de inte-rs pblico. En: Ford A, editor. La marca de labestia. Identificacin, desigualdades e infoentre-tenimiento en la sociedad contempornea.Buenos Aires: Norma; 1999.

  • SALU

    D C

    OLE

    CTI

    VA

    , Bue

    nos

    Aire

    s, 5

    (3):3

    45-3

    62, S

    eptie

    mbr

    e - D

    icie

    mbr

    e,20

    09

    362 GABRIELA WALD

    17. Auyero J. Introduccin. Claves para pensar lamarginacin. En: Wacquant L, autor. Parias urba-nos. Marginalidad en la ciudad a comienzos delmilenio. Buenos Aires: Manantial; 2001. p. 9-31.

    18. Santilln Gemes R. Lo cotidiano: principio yfin de la promocin cultural. En: Los derechos de lacultura. Buenos Aires: Subsecretara de Cultura dela Provincia de Buenos Aires; 2001. p. 23-29.

    19. Kelly M, Charlton B. The modern and post-modern in health promotion. En: Bunton R,Nettleton S, Burrows R, editores. The Sociologyof Health Promotion. Critical analices of con-sumption, lifestyle and risk. Londres: Routledge;1995. p. 78-90.

    20. Kornblit AL, Mendes Diz AM. Teora y prc-tica en promocin de la salud: el caso del consu-mo abusivo de drogas. En: Kornblit AL, coordina-dora. Nuevos Estudios sobre Drogadiccin.Buenos Aires: Biblos; 2004. p. 111-120.

    21. World Health Organization. JakartaDeclaration on Leading Health Promotion intothe 21st Century. Jakarta; WHO; 1997.

    22. Smith T. Common knowledge: the tyne andwear health action zone's arts and health project-interim evaluation report. Durham: University ofDurham; 2001.

    23. Clift S. Guest editorial. Health Education.2005;105(5):328-330.

    24. Macnaughton J, White M, Stacy R.Researching the benefits of arts in health. HealthEducation. 2005;105(5):332-339.

    25. White M. Arts in mental health for socialinclusion - towards a framework for programmeevaluation. En: Cowling J, editor. For Art's Sake?Society and the Arts in the 21st Century. Londres:IPPR; 2004.

    26. Dooris M. A qualitative review of Walsall Artsinto Health Partnership. Health Education2005;105(5): 355-373.

    27. Everitt A, Hamilton R. Arts, health and com-munity. A study of five arts in community healthprojects. Durham: CAHHM; 2003.

    28. Angus J. A review of evaluation in commu-nity-based art for health activity in the UK.Londres: Health Development Agency; 2002.

    29. Di Pietro Paolo L. Cultura y desarrollo local.En: Santilln Gemes R, Olmos HA, compilado-res. Capacitar en cultura. Buenos Aires:Subsecretara de Cultura de la Provincia deBuenos Aires; 2001. p. 49-64.

    30. Bustelo E. De otra manera. Ensayos sobrepoltica social y equidad. Rosario: HomoSapiens; 2000. p. 279.

    Recibido el 18 de marzo de 2009

    Versin final presentada el 4 de junio de 2009

    Aprobado el 1 de julio de 2009

    FORMA DE CITAR

    Wald G. Promocin de la salud a travs del arte: estudio de caso de un taller de fotografa en "Ciudad Oculta", la

    villa N 15 de la Ciudad de Buenos Aires. Salud Colectiva. 2009;5(3):345-362.