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Salvador Palomino Flores

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Abilio Vergara Figueroa

Lurgio

Dr. Ranulfo Cavero Carrasco

Walter Pariona Cabrera

Walter Pariona Cabrera y Georgina Icochea Martel

Lurgio Gaviln Snchez

Dr. Gualberto Cabanillas Alvarado

Ulpianio Quispe Mejia

ONTENIDO1

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Salvador Palomino Flores El Tawantinsuyu fue la forma de organizacin poltica del estado Inka y es, todava, un modelo orientador universal en A bya Yala, con una existencia de milenios. Donde se presente, con su estructura dual-cuatripartita organiza el espacio en unos, la sociedad, el pensamiento o los conceptos filosficoespirituales en otros, identificando a las culturas humanas con las leyes de la naturaleza y proyectndolas a las formas colectivas y comunitarias. A lo largo de la historia oficial peruana, y en la exposicin de cientficos sociales americanistas (con respetables excepciones), cuando se enfoca la historia pre-hispana del rea Andina, se generalizan, entre otros, los conceptos de Imperio Inca y de Cultura Inca como totales o nicos en el rea. Y, como si el asunto fuese slo maneras de elaborar o construir frases, se difunden tambin conceptos como sociedad inca comunista, imperio inca esclavista, el socialismo imperial incaico, o Los Incas, Cultura en la Fase Superior de la Barbarie, este ltimo segn los que todava confan en el esquema trasnochado de Lewis Morgan. A estas elucubraciones se vinieron a sumar, en las ltimas dcadas, las verdades cientficas de los marxistas criollos, quienes con una aplicacin ciega del esquema unilinealista, etapista, desarrollista, y hasta inmutable de los Cinco Modos de Produccin (esquema que solo sirve para exponer el desarrollo histrico de la sociedad occidental euroasitica), han encasillado a los pueblos, naciones y culturas pre-hispanas de los Andes en la etapa del Esclavismo y nos hablan, entonces, de la sociedad desptica esclavista del Imperio de los Incas, infeliz concepto (porque contribuye a trastocar y tergiversar la historia indgena por dcadas ms) que para algunos otros un tanto ms benignos, es mas bien referencia a un estado con un Modo de Produccin Asitico, pero siempre esclavista y por tanto clasista, hegemnico e imperialista1. Estas, pues, son evidencias de cmo el colonialismo poltico-cultural impuesto por el sistema occidental a todo el continente Abya Yala, desde hace ya 516 aos, tiene tambin fuerte gravitacin en la mente de los cientistas sociales, condicionndolos a un colonialismo mental que, por ende, los hace discernir y accionar slo al ritmo de los modelos, las concepciones, las teoras y el desarrollo histrico del occidente euroasitico, y que aplican al mundo andino sin ambages.

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La historia pre-hispana, a lo largo del A bya Yala, necesita hoy una urgente revisin en honor a la propia y real gesta del continente y a la autenticidad histrica de sus pueblos originarios. Al respecto, cientficos sociales aymaras y quechuas contemporneos nos dicen: Muchos antroplogos y arquelogos nacionales y extranjeros que han escrito sobre la cultura aymaraqhishwa enfocan su anlisis desde la ptica occidental y cada quien la interpreta a su criterio de acuerdo a su concepcin ideolgica y religiosa. Como consecuencia nuestra historia fue alterada y tergiversada, la verdadera historia de la cultura andina no est escrita, y para muchos investigadores la civilizacin de los aymara-qhishwa es una incgnita2. Y, ... los estudios sobre la civilizacin andina, han estado influenciados durante dcadas por un enfoque eurocntrico que aborda la tarea de construir la historia americana desde los supuestos paradigmticos de la historia occidental: ...la urgencia histrica reclama, el rescate de la memoria histrico cultural andina, y la recuperacin del legado de conocimientos y sabidura indgena, que estn a punto de desaparecer, por obra y gracia de la mentalidad neocolonial...3. Sin embargo, adscritas a estas palabras indias, hay ya autores no-indgenas que inician una justa rectificacin histrica, uno de ellos es la doctora Mara Rostworowski, ella dice: El deseo indgena hacia la unidad se expresa a travs de la voz TAHUANTINSUYU, que significa las cuatro regiones unidas entre s y que manifiesta un intento o un impulso hacia la integracin, ...nos inclinamos a emplear la palabra Tahuantinsuyu en lugar de Imperio, pues el significado cultural de esta ltima no interpreta, ni corresponde a la realidad andina, sino a situaciones relativas a otros continentes...4 El Tawantinsuyu en el tiempo y en el espacio: Todo pueblo, de acuerdo al espritu que caracterice su cultura y sociedad, elabora y presenta sus propios y particulares modelos de organizacin. La experiencia nos indica que en el mundo existen, a travs de los siglos, dos tipos de pueblos totalmente diferentes entre s, aquellos que se organizan integrados y siguiendo las leyes del universo y de la naturaleza y, los otros, los antinaturales, que se organizan bajo modelos que el hombre mismo inventa y los estructura, para ellos la naturaleza es solo un objeto de uso, ajena y manipulable. Un prrafo sobre pensamiento Indio nos explica la razn de los pueblos primeros: La humanidad es parte integrante de la naturaleza, una prolongacin semejante del universo que, participando de sus mismas leyes debe organizarse, igualmente, en forma colectiva y comunitaria como es el universo mismo5 Los pueblos indgenas del Abya Yala han sido y siguen siendo, por esencia y por espritu, colectivos y comunitarios, espiritualmente integrados al cosmos y sus leyes y, como tales, con propios modelos de organizacin, entre ellos el Tawantinsuyu6. El origen del Tawantinsuyu, como modelo, forma, sistema o concepto, se pierde en la noche de los tiempos del Ande y del Abya Yala. Inka Waskar Chukiwanka nos relata un mito de origen donde la forma cuatripartita ya se hace presente en nuestras existencias desde los momentos mismos del origen del universo y de los seres: QHON Tiki Pachayachachi, la primigenia luz blanca del rayo csmico, en forma de una gran serpiente con alas coloridas del arco iris, volaba por los cuatro puntos del espacio csmico, y sacndose una en una sus plumas, convertidos en rayos serpenteantes con ellas hizo a las estrellas, al sol, a la tierra y a la luna7. Y, Carlos Milla nos habla del Pusisuyu, de su antigedad, y de su relacin (para su gnesis) con la Cruz del Sur: Las caractersticas formales visibles de la constelacin de la Cruz del Sur son sus cuatro estrellas principales: Alfa Cruz, Beta Cruz, Delta Cruz y G ama Cruz, que

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estn dispuestas en forma de una cruz y cuyos cuatro extremos estn casi orientados hacia los cuatro puntos cardinales en su culminacin superior, es decir, cuando el eje mayor de la constelacin est vertical en el cenit. Este hecho es muy interesante, porque tiene que ver con el antiguo origen, ya en la poca Precermica, del estado Comunitario Andino conocido como Pusisuyu, en Aymara, o Tawantinsuyu en idioma Qichwa o Runasimi8. Adicional a estas palabras, Milla nos presenta una cita de Kara Chukiwanka, quien nos aclara el trmino: El Pusisuyu fue el Wiaymarka, o sea las mancomunidades de los cuatro puntos cardinales, eran continuas, eternas en sentido referido al total contenido del SISTEMA JAKAA COMUNITARIO9. El Pusisuyu, pues, como nacin-estado es ms antiguo que el Tawantinsuyu (aunque como forma o modelo son lo mismo) y tuvo como su centro, o Taypi Kala, al Tiwanaku. La presencia de este modelo dual-cuatripartito no es privativo del rea Andina, est presente en toda Abya Yala y en culturas originarias de otras partes del mundo. Algunas referencias: El pueblo Mapuche, en el sur de Chile (y Argentina), tiene una organizacin territorial cuatripartita que lo llaman Meli-Witrn-Mapu Tierra de los cuatro lugares, Tierra de las cuatro esquinas, Tierra de los cuatro dioses, con el Ngillate como su efigie ritual y centro de la tierra Mapuche10. Para otros confines, Claude Levi-Strauss, en su artculo Existen las Organizaciones Duales?11, nos da ejemplos en A bya Yala norte y en otras partes del mundo y, Alf Hornborg12, antroplogo sueco, nos presenta ejemplos de organizacin dual-cuatripartita en toda Abya Yala sur, en el pasado y en el presente, en las alturas y en los valles. Tambin en Europa, en Dinamarca, los Vikingos organizaban sus poblaciones dentro de un gran crculo dividido en cuatro partes por caminos en forma de una gran cruz, una foto rea del sitio arqueolgico Trelleborg se ve impresionante, y nos recuerda los crculos con arenas de colores, tambin divididos en cuatro por lneas en cruz, que utilizan los hermanos pueblos Navajo de A bya Yala Norte, en la realizacin de sus ceremonias espirituales. El Tawantinsuyu Inka: La dinasta con gobierno Inka13, aunque estructur magnficamente el Tawantinsuyu y le dio funcionalidad en un sin nmero de dimensiones, slo tiene una duracin de 372 aos, desde su aparicin en 1200 d. De C. hasta el asesinato de Tupak Amaru I por los espaoles en 1572 y, por ende, la desestructuracin y la desaparicin del estado. Jess Lara nos presenta a los Inkas como la ltima de tres dinastas, citando al cronista Fernando de Montesinos dice: ...respecto al Imperio del Cuzco resea el gobierno de 104 monarcas distribuidos en tres dinastas, siendo la de los Inkas la ltima...14. Las dinastas a las que se refiere son: La dinasta Pirwa con 18 gobernantes, la dinasta Amawta con 75 gobernantes y la dinasta Inka con 11 gobernantes. Las dos dinastas anteriores ya habran organizado, los pueblos y naciones-estado bajo sus gobiernos, dentro del sistema dual-cuatripartito desde los aos 2000 a. de C., o mucho antes. Durante la vigencia del estado Inka, Tawantinsuyu es la conformacin del territorio nacional con cuatro provincias o regiones (llamados Suyus) orientadas y ubicadas, cada una, en cada punto cardinal. La unin/separacin de estas regiones estaba hecha (abstractamente) por dos lneas que, al entrecruzarse perpendicularmente, conformaban una gran cruz cuadrada; y, realmente, por cuatro grandes caminos que partan del Cusco a los cuatro Suyus. La regin del este se llamaba Antisuyu, la del norte Chinchaysuyu la del oeste Kuntisuyu y la del sur Qullasuyu. Las cuatro provincias confluan hacia un centro (Chawpi), el Cuzco (Qusqu), la

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ciudad sagrada, la misma que tambin se divida en cuatro barrios. La importancia de la dualidad y de la cuatriparticin no slo est en las formas de organizacin social o territorial en s, sino, tambin, en el concepto de la Complementariedad de los opuestos que generan, concepto al que estn ligados y representan los principios filosficos del Tinku (encuentro, armona, confluencia) y del Yanantin (en pareja complementaria), que son el alma del pensamiento y accin de las culturas originarias andinas. La filosofa indgena andina no es, pues, producto individual de pensadores solitarios como en occidente, est vivo en todo el acontecer de nuestras culturas mismas. Como materializacin del concepto, ritual, simblica y realmente, la regin este haca alianza con la regin norte y, entre ambos, conformaban la mitad Hanan (arriba); as mismo, la regin sur haca alianza con la regin oeste y as conformaban la mitad Urin (abajo) del territorio. El Hanan tena simbologas de: Lugar del Inka, lugar del Sol, derecha, masculino, etc., al mismo tiempo que, en contraposicin y oposicin complementaria, el Urin tena simbologas de: Lugar de la Quya (esposa del Inka), lugar de la Luna, izquierda, femenino, etc. Estas formas de divisin y relacin caracterizan al Tawantinsuyu como una Sociedad Dual que se proyecta hacia la Cuatriparticin o, en sentido contrario, una Cuatriparticin que converge hacia una Dualidad. Abdn Yaranga dice al respecto: ...nuestro mundo terrestre tiene un centro, simbolizado y materializado por la ciudad del Cusco (Qosqo: ombligo del universo)... y va estar dividido en: dos partes: Hanan y Urin (La dualidad complementaria de arriba/abajo), tres partes: Hanan, Urin y Chawpi (La dualidad con un centro), cuatro partes: Chincha, Kolla, Anti y Kunti (Los Suyu, Las cuatro partes del mundo), cinco partes: Chincha, Kolla, Anti, Kunti y Chawpi (Las cuatro partes del mundo y el centro)15. Adicional a lo ya dicho, queremos resaltar aqu algunas de las caractersticas fundamentales del Tawantinsuyu, como sociedad y como estado: La autntica autoridad indgena no es ejercida por individuos (ni en el pasado ni en el presente), sino, por parejas del mismo rango (como sexos opuestos o como entes sociales) y en calidad de complementarios. Huamn Poma de Ayala16, cuando nos presenta un dibujo sobre el Mapa Mundi de las Indias para la poca del Tawantinsuyu, traza una X sobre el subcontinente Abya Yala sur, ubica los cuatro Suyus en sus respectivas orientaciones y dibuja en los espacios de cada uno de ellos un hombre y una mujer, nominndolos Capac Apo. De esto deducimos que cada Suyu tena una autoridad propia conformada por un hombre y una mujer que, siendo esposos, estaban en una situacin de Yanantin. Las cuatro parejas Capac Apo (junto con otras autoridades) constituan el Consejo Supremo de Gobierno, caso que Virgilio Roel nos explica mejor: Segn Guamn Poma, el rgano supremo del gobierno incsico fue el Consejo de Apucunas, que tena su sede en la ciudad del Qosqo. Este gran Consejo tuvo la denominacin de Tawantinsuyu Camachicoc Capac Apucuna, cuya traduccin literal sera Consejo de los Cpac Apucuna del Taw antinsuyu, en el entendido de que los capac apucuna eran tanto los representantes como los gobernadores de los cuatro suyos, o grandes regiones en que se divida el mundo de la civilizacin incsica17. As podemos entender que la mxima autoridad del Tawantinsuyu no era el Inka, sino, un Consejo Supremo. Entonces, aqu, la obligacin de los Inkas era mandar, gobernar obedeciendo, papel que sigue vigente entre las autoridades de nuestros pueblos indios comunitarios. Una falacia que los intelectos colonizados nos repiten: Que los Inkas eran reyes y que dejaban sus cargos en herencia a los prncipes, sus hijos. Los Inkas y todas las otras autoridades del Tawantinsuyu eran elegidas, nos lo explica Virgilio Roel: Los kurakas y los incas, pues, 6

constituan una extensa capa de autoridades, elegidas ritualmente por su calidad, formacin y experiencia (no por herencia) que podan ser destituidos y que estaban rodeados de gran respeto, del mismo modo que estaban en la obligacin de guardar un respeto ritual a todos los integrantes de su entorno. Como tales cargos no se trasmitan por herencia, sino por complicados procedimiento rituales de seleccin, el resultado fue que a la lite gobernante llegaban nicamente los excelentes.(Roel, Ob.Cit.). Tambin nos tienen acostumbrados a presentar la sucesin de los gobernantes del Tawantinsuyu en forma lineal/individual, nos dicen que la dinasta Urin es anterior a la dinasta Hanan, con Manco Capac como fundador (y primer rey de Urin) y con Huscar y Atahualpa como los ltimos, guerrendose por una sucesin individual. Las palabras de Tom Zuidema anula estas afirmaciones, l nos presenta un sistema ms acorde con las caractersticas del modelo Tawantinsuyu y nos explica, de paso, las razones por el que nuestros pueblos comunitarios actuales, en todos los Andes, se dividen en dos mitades: Hanan Saya/Hurin Saya, Hanay Ayllu/Uray Ayllu, Barrio Arriba/Barrio Abajo, en los que cada mitad tiene su propio grupo de autoridades, con los mismos nmeros y rangos, y donde se dicen hermanos, partidos, entre autoridades del mismo rango de ambas mitades. Zuidema nos dice: ...segn Polo de Ondegardo y Acosta (dos de los mejores cronistas antiguos), la dinasta de Hurin Cuzco no fue anterior a la de Hanan Cuzco, sino que ambas fueron contemporneas, y cada una gobernaba la parte del pueblo que le corresponda. Gutirrez de Santa Clara, otro cronista, explica que los reyes de Hurin Cuzco eran considerados hermanos secundarios de los de Hanan Cuzco, que eran sus hermanos primarios contemporneos18. Zuidema, en un otro artculo19, nos presenta un cuadro donde los Inkas del Hanan estn en parejas duales, contemporneas, con los Inkas del Hurin: Manco Capac Hanan Cuzco Inca Roca Yahuar Huacac Inca Viracocha Inca Pachacuti Tupac Yupanqui Huayna Capac Atahuallpa De este esquema deducimos que: Manco Cpac, como fundador, no pertenece a Hanan ni a Hurin. Es, por tanto, simblicamente Padre/Madre de ambas dinastas (como es la esencia simbylica de Wiraqucha, el ente sagrado ordenador andino). La dinasta Hanan es simblicamente derecha y masculino y la dinasta Hurin izquierda y femenino en relacin a Manco Capac, que por lgica tiene simbologa neutral o de unificador, por ser totalizador. En el desarrollo de la historia real o mtica indgena cada quinta generacin hay un Pachakuti, un cambio sustancial, una reestructuracin, un terminar y un empezar del todo, por siempre. En la organizacin dual de los Inkas del Tawantinsuyu, Huayna Cpac cumple este rol dialctico, y su papel es similar al de Manco Cpac en el nuevo devenir histrico de la autoridad dual que estaba empezando con Atahuallpa y Huscar, hermanos, gobernantes contemporneos del estado confederado, cuando se produjo la invasin europea. Huascar Hurin Cuzco Sinchi Roca (Tarco Huaman) Lloque Yupanqui Mayta Capac Capac Yupanqui

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A la llegada de los espaoles el Tawantinsuyu estaba en su mximo apogeo, haban logrado confluir leyes del cosmos y de la naturaleza a las formas de la existencia humana y, desarrollada, en consecuencia, la organizacin territorial dual-cuatripartita cuyo modelo era vigente en cualquier aspecto de la vida. En forma que impresiona, la objetividad y funcionalidad de esta estructura est muy bien presentada por Ramiro Reynaga, cuando nos relata un pasaje de las acciones de Manco Inka y los pueblos Quechua y Aymara, durante la resistencia frente al invasor espaol: La capital del Tawantinsuyu est cercada por decenas de miles de kheswaymaras. Son los primeros das de febrero de 1535. El primer ejrcito incaico est dividido de acuerdo a la posicin de las cuatro regiones del Tawantinsuyu. Los kheswas llegados de Chinchaysuyu dirigidos por Taipe, Cullash, Coriatn, ocupan el norte del Cusco. Los venidos del Antisuyu, subidos desde las junglas amaznicas, comandados por Antallca y Rupaj Yupanqui se sitan al este. Los aymaras bajados del altiplano encerrado entre los brazos oriental y occidental de la cordillera andina, del Kollasuyu, cierran el sur al mando de Lliclli. Los kheswas subidos desde las laderas occidentales del Cuntisuyu se despliegan al oeste de la ciudad, dirigidos por Suru Huarman, Quicani y Curi Huallpa. Todos ellos portan la bandera del Tawantinsuyu, los siete colores del arco iris y sus distintivos regionales20. El Pusisuyu y el Tawantinsuyu, en los Andes y Abya Yala sur, fueron Estados Confederados de pueblos y naciones, cuyas caractersticas principales eran: Ser Plurinacionales, Pluriculturales y Multilinges, Colectivistas y Comunitarios. Bibliografa: ESPINOZA SORIANO, Waldemar. Los Modos de Produccin en el Imperio de los Incas. Lima, Per. 1978. 2 LOPEZ M., Flix; CANO, Froiln; CARDENAS A., Flix; CHOQUE, Filemyn. Smbolos Andinos. WIPHALA. Emblema Nacional del PUSIN-SUYU TAWANTINSUYU. Oruro Qulla-Suyu. 3 LOZANO CASTRO, Alfredo. CUSCO QOSQO Modelo Simblico de la Cosmologa Andina. Madrid, Espaa. 1994. 4 ROSTWOROWSKI DE DIEZ CANSECO, Mara. Historia del Tawantinsuyu. IEP Lima, Per. 1988. (La palabra imperio no existe en . ninguna lengua originaria del Abya Yala). 5 Ideologa, Filosofa y Poltica de la Indianidad. (Cushiviani, Naciyn Ashaninka, Antisuyu). En: PUEBLO INDIO, vocero del Consejo Indio de Sud Amrica, CISA. Lima, Per. 1982. 6 Tawantinsuyu es palabra Quechua: Tawa=cuatro; -ntin=sufijo que denota unin, acompaamiento; y, suyu=regin. Ramiro Reynaga indica que la palabra es: TAWA INTI SUYU. 7 CHUKIWANKA, Inka Waskar. Origen de la Wiphala. Estado del Qullasuyu, Altupata, 12 de Octubre de 1992. (elsubrayado es nuestro). 8 MILLA VILLENA, Carlos. Gnesis de la Cultura Andina. CISA. Lima, Per. 1986. 9 CHUKIWANKA, Kara. Wifala: Bandera India. Coleccin de folletos para la formacin indianista No.3, Ediciones Muju-Museo Nacional de Etnografa y Folklore, 1982(a), La Paz. 10 GREBE VICUA, Mara Ester.1

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Patrones de Continuid ad en el Mundo Surandino: Creencias y Cultos Vinculados a los Astros y Espritus de la Naturaleza. En: COSMOVISION 11 ANDINA. Taipinquiri. La Paz, Bolivia. 1996. LEV I-STRAUSS, Claude. Existen las Organizaciones Duales?. Antropologa Estructural. 1963. 12 HORNBORG, Alf. Highland and Lowland Conceptions of Social Space in South Amrica: Some Ethnoarcheological Affinities. FOLK. Vol. 32. Kobenhavn. 1990. 13 INKA, en lengua Quechua significa Jefe, Conductor, Autoridad Mayor o Principal. ...Incas (o Encas, o Ingas), que fue una forma de denominar a los mejores, ya que, en las lenguas antguas del Qosqo, inca o enca, quera decir el ms destacado o el mejor en las artes o en el m anejo de las cosas, de donde se desprende que el primer gobernante del pueblo cusqueo era el excelente entre los excelentes estadistas; el cual busc, para que lo secundaran, a los ms hbiles de los ayllus que lo apoyaban. (Roel, Ob. Cit.). 14 LARA, Jess. El Tawantinsuyu . Editorial Los Amigos del Libro. Enciclopedia Boliviana. Cochabamba, La Paz, Bolivia. 1974. 15 YARANGA VALDERRAMA, Abdyn. La Concepcin del Mundo o Cosmovisin en la Civilizacin Andina. (Los cuatro ltimos textos entre parntesis son nuestros). 16 GUAMAN POMA DE AYALA, Felipe. Nueva Crnica y Buen Gobierno. Historia 16. Madrid, Espaa. 1987. 17 ROEL PINEDA, Virgilio. Cultura Peruana e Historia de los Incas. Lima, Per. 2001. 18 ZUIDEMA, Tom. El Origen del Imperio Inca. En: UNIVERSIDAD (rgano de Extensin Cultural de la Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga). No. 9. Ayacucho, Per. 1967. 19 ZUIDEMA, Tom. Jerarqua y Espacio en la Organizacin Social Incaica. En: Estudios Andinos. No. 14. Lima, Per. 1978. (Es importante, para las culturas andinas, que sus smbolos derecha, izquierda, sean sealados en relacin al ente central observado, y no con la derecha o izquierda del observador). 20 REYNAGA, Ramiro (WANKAR. TAWA INTI SUYU. C ISA. Lima, Per. 1 989. (Los subrayados son nuestros).

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Abilio Vergara Figueroa1 La dialctica de la casa y del universo resulta demasiado sencilla. Especialmente la nieve aniquila con demasiada facilidad el mundo exterior. Universaliza el universo en una sola tonalidad (Gaston Bachelard). Ser una persona que les obedezca ciegamente a lo que dispongan, que es lo ms importante () que no d un paso -porque la ley le dar una serie de facultades- que las pueda hacer sin la aprobacin de ustedes () O sea, el seor, el seor hace determinada cosa: Seor, voy hacer esto. Ya siga usted. O sea esto est adecuado? S seor, No seor (Vladimiro Montesinos)1. Todos saben, aqu en el Per, que yo consigo lo que me propongo () El frente interno lo tengo controlado, ahora necesito controlar el frente internacional (Alberto Fujimori)2. 1. Una introduccin al tero materno Este artculo analiza una expresin de la accin oculta de la dictadura de Fujimori-Montesinos en el Per de los noventas: la conformacin de un poder secreto paralelo al poder pblico que operaba desde los stanos del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN). Examino, desde la antropologa, los rituales opuestos de ensombrecimiento y de iluminacin que ejercieron el poder de Montesinos, la oposicin popular stos los trato ms brevemente y los medios. Estos ltimos, al publicar en la pantalla de la televisin los videos que Vladimiro Montesinos haba tomado de sus negociaciones con personajes de la poltica, militares, dueos de los medios de comunicacin y empresarios. Se sabe que, generalmente, el ritual tiene por objetivo manifestar el estatus del individuo en cuanto persona social (Leach). El verbo manifestar lo entiendo en dos dimensiones: 1) como el acto y la posibilidad de mostrar o hacer ver algo que, de otra manera, permanecera en la penumbra, en la invisibilidad; y 2) como constructor de dicho estatus, lo que remite no solamente a una funcin comunicativa, sino de creacin. De esta forma, el ritual contribuye a la facturacin de lo social desde el simbolismo, dotndolo de sentido y pro-moviendo y encausando las emociones y organizando las relaciones entre lo pblico y lo privado.A los vocales de la Corte Suprema del Per. Videos Nos. 888 y 889, del domingo 3 de mayo de 1998. Versin tomada de La Repblica, 25-01-01 y de Contrapunto, canal 2. Montesinos fue asesor del presidente Fujimori, asesor tambin del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), y en los hechos jefe del SIN. 2 Entrevista al peridico Reforma, de Mxico. Versin tomada de Liberacin, Lima, 05-06-2000.1

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Algunas de las propiedades formales de los rituales son: repeticin, con un tiempo y espacio establecidos; accin, con actuaciones o actividades no espontneas; comportamiento estilizado, especial o extraordinario; complacencia por fascinar, desconcertar, confundir; ordenamiento controlado aunque no excluye momentos de espontaneidad y caos; una puesta en escena que produciendo actos de alerta, buscan convencer, comprometer; dimensin colectiva, aunque no implique siempre la presencia fsica de la comunidad sta pueda estar en las reglas que ella reconoce; se evala ms que por su validez por los estados de felicidad e infelicidad que promueve; fragmentan lo rutinario; y es una produccin multimedia2. Asimismo, Rodrigo Daz agrega que el ritual se evala por su adecuacin y relevancia institucional o cultural. Las escenas ritualizadas que presento en este texto, por el contrario, refieren ms que a dicha adecuacin, a una relevancia negativa y a la instauracin y despliegue de un organismo que parece enfrascado en una lucha contra la sociedad. Vladimiro Ilich Montesinos Torres, personaje central de la dictadura numerosas veces se le ha calificado como el Rasputn peruano, parece enfrentarse al mundo en la consecucin de un proyecto personal3, en una detallada y abarcadora tarea de desestructuracin de la institucionalidad. (Habra que indicar, para matizar que esa imagen de que la constitucin de esa comunidad secreta, fue solamente el producto de un proyecto personal y de una mente maquiavlica en el informe final de la Comisin de la Verdad, se seala que durante los ltimos aos del gobierno de Alan Garca, las Fuerzas Armadas trabajaban un proyecto alternativo para enfrentar la subversin: As, durante 1989, un grupo de militares y civiles se dedic a planificar un golpe de Estado orientado a implantar en 1990 una democracia dirigida. Este plan que tiempo despus se hizo conocido, como ya se mencion, como Plan Verde implicaba establecer un rgimen militar secreto, de poder real o dominio estratgico no susceptible de desgaste poltico, que gobernara efectivamente el pas oculto tras el presidente electo. Seala el mismo informe que al parecer los resultados electorales que dieron el triunfo a Fujimori quien se haba manifestado contra el ajuste macroeconmico postergaron los mpetus golpistas. No obstante, sigue el informe, los golpistas vieron pronto nuevas oportunidades en las circunstancias que rodeaban al presidente electo: indefinicin poltica, carencia de un partido poltico, ausencia de un verdadero programa de gobierno. Era un vaco que poda ser llenado por el plan poltico-militar (310-311)). Para ese trabajo de zapa y corrosin de la institucionalidad, Montesinos convocaba a quienes tenan poder, y siempre con la finalidad de influir en el curso de la poltica peruana,Rodrigo Daz Cruz, 1998. En su libro El rostro oscuro del poder en el Per, Francisco Loayza relata este episodio muy significativo de la vida de Montesinos. Recuerda que una maana se apareci en su casa un tanto alterado y tenso y le respondi a su pregunta de qu le ocurra: - Quiero ensearte algo. Puedes salir? pregunt. - Le respond que s y de inmediato abordamos su automvil. Me llev a Balconcillo e ingresamos a un viejo edificio, subimos unos escalones de donde se poda ver el interior de una habitacin. En ella yaca, en una cama el cuerpo de un hombre: era su padre, no saba si se haba suicidado. Antes que le dijera una palabra de pesar, l se adelant y me pregunt: - T crees que la muerte de este hijo de puta afecte mi carrera? (Loayza, s/f: 50). 4 As se conoce, popularmente, a los videos que el ex asesor haba coleccionado, registrando las reuniones clandestinas y tambin al presidente, en el palacio de gobierno que tena con polticos, militares, empresarios, dueos de medios de comunicacin masiva, etc. con la finalidad de comprar su apoyo. Se habla de miles de videos, algunos especulan hasta 25,000, otros la dcima parte. Mitificacin?2 3

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la mayora de los que aparecen en los llamados vladivideos4, son representantes elegidos por el voto popular, es decir personajes pblicos: son la concrecin del ritual ms destacado de la democracia representativa no participativa, es decir elegidos por el pueblo, por lo que, se supone, deberan personificar a la institucionalidad, al lenguaje pblico, a la argumentacin, al debate, al gora y defender los intereses de sus electores y de la nacin; no obstante, convocados por Montesinos, se hallan en un reducto, tras muros, hablando primitivamente -a calzn quitao como veremos despus-; all eran despojados o se despojaban de su investidura, de los principios que decan en pblico defender, para asumir, una posicin asignada por Montesinos, con tareas especficas, con lugares exactos en la nueva jerarqua instaurada por l. La transformacin sealada tea la visin de los conversos5: los incorporaba en otro poder ms real que el pblico, estableca nuevas redes redes dependientes de los gestos de Montesinos, que funcionaba con otros cdigos y otro tipo de lealtades y ellos estaban dispuestos a ejercer dicho poder con ms despliegue en el sentido etolgico-, mayor espectacularidad: la cosa ahora ya no era slo ejercerlo, sino hacer sentir que se lo ejerce, y de esto daba cuenta la prensa amarillista, llamada prensa chicha, que tambin era financiada por la dictadura y se caracterizaba por un lenguaje procaz, semejante a la que se usaba en la sombra, en la famosa sala del SIN. Quiz la figura del tero materno esbozada por el congresista opositor Javier Diez Canseco, sea la ms expresiva para designar tanto el ritual como la sala de espera donde aquel se realiza: All aparecen, actores naturales en la supuesta privacidad del poder, en el tero materno, recibiendo rdenes, dinero, puestos electorales o juicios6. As la sala pare nuevos sujetos, a su vez, ellos vuelven, al seno de la comunidad que los engendra. 2. El contexto El poder (democrtico) debe ser, en todas las formas de ejercicio, visible () el poder mafioso es definido, a las claras, como un Estado dentro de un Estado; es ms, como un Estado ms incisivo y eficaz (Norberto Bobbio)7. Luego de un proceso electoral calificado de escandalosamente fraudulento, tanto por lo organismos internacionales, como por los partidos de oposicin y la sociedad civil, Alberto Fujimori asuma nuevamente la presidencia de la repblica del Per, el 28 de julio del 2000, en medio de la ms grande movilizacin nacional de repudio que la oposicin nomin La marcha de los cuatro suyus8. Llegar a Lima e impedir la toma de posesin eran las metas de los ms de 250,000 participantes que venan del interior del pas. La represin fue dura y el ejrcito como la polica impidi el acceso a los centros principales de poder (Palacio Nacional, Parlamento, donde se realizaba el ritual de reinvestimiento de Fujimori). En ese contexto de masivas manifestaciones, dinamitaron e incendiaron el Banco de la Nacin, donde murieron seis trabajadores del mismo. Posteriormente se supo que fue el mismo SIN quien lo hizo, para inculpar a la oposicin. Dada la aparente inutilidad de la campaa internacional y de las protestas, al parecer, segnLa oposicin acu, para el caso de los parlamentarios, la denominacin de trnsfugas, para quienes se cambiaban de la bancada opositora en el Congreso a la oficialista. 6 Javier Diez Canseco, Si la casa de los siameses hablara, en La Repblica, 07-02-01. 7 La democracia asediada por la mafia, en Quehacer, No 127, Lima, DESCO, 2000, pp. 7-8. 8 Suyu en quechua tena un significado semejante a regin. El imperio incaico estaba dividido en cuatro suyus: Kollasuyu, Antisuyu, Chinchaysuyu y Kontisuyu.5

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muchos analistas y ciudadanos de a pe, tenamos Fujimori por cinco aos ms. Sin embargo, el 14 de septiembre de ese mismo ao, dirigentes del Frente Independiente Moralizador, pequeo movimiento poltico que encabeza el parlamentario Fernando Popy Olivera, difunden un video en el que se muestra a un congresista perteneciente al opositor partido Per Posible que dirige Alejandro Toledo9, el congresista Alberto Kouri, recibiendo quince mil dlares10 a cambio de pasarse a la bancada oficialista. Un Vladivideo trae abajo a un gobierno que haba logrado sortear, con xito, dos campaas internacionales en su contra la primera luego del autogolpe del 5 de abril de 1992 y la segunda contra el fraude del 2000 y a las movilizaciones internas y a las denuncias judiciales y de alguna prensa muy poca, que quedaba en la oposicin, asediada sin tregua frente a diferentes organismos de derechos humanos, e inclusive la OEA y la ONU. Esta victoria meditica muestra el poder de la imagen y de los medios de comunicacin, pues, como seala un editorial del diario de oposicin ms importante, La Repblica: una cosa era saberlo o suponerlo a travs de mltiples indicios y pruebas directas e indirectas y otra11 cosa es contar con la evidencia irrefutable que proporciona el video exhibido ayer ante el congreso12. Bajo estas circunstancias, Fujimori anuncia de inmediato que convocar a nuevas elecciones, ofrece no postularse y tambin reestructurar el SIN. No obstante, casi un mes despus parte de Per con el supuesto objetivo de participar en dos eventos internacionales y, desde Japn, enva, por fax, su carta de renuncia al cargo de presidente. En este artculo realizo un anlisis antropolgico de los videos que configuraron la coyuntura poltica que vivi el Per en los meses posteriores a la cada del gobierno de Alberto Fujimori y tiene por finalidad mostrar una parte del accionar poltico de la dictadura fujimontesinista, la que ocurri en la sombra, y que se ventil en el espacio ms iluminado de la sociedad de la imagen: la pantalla del televisor. Para ubicar la importancia de los vladivideos, sealar dos cosas: En primer lugar, cuando Fujimori fug del Per, se afirma que se llev muchas maletas con videos que lo comprometan. ste habra confesado, segn el diario espaol El Pas, a un ministro, que si ese material se divulgara sera el fin de la clase poltica peruana. En Tokio, Fujimori declar: yo tengo mi propia videoteca, lo que se ley como un mensaje a dichos polticos. En segundo lugar, la audiencia de la exhibicin en la televisin abierta, ya en la poca del Gobierno de transicin que encabez Valentn Paniagua, fue masiva: las familias se reunan frente al televisor y comentaban su rabia conformando una opinin pblica13 cargada de indignacin y rencor. Tambin uno de los objetivos de este artculo es establecer la correlacin entre la culturaToledo fue un destacado lder que encabez la movilizacin contra la dictadura de Fujimori, hoy es presidente de la repblica y est envuelto en una serie de escndalos por manejo de influencias de sus familiares, as como acusado de falsificacin de firmas para inscribir a su partido, en el mismo proceso electoral en que compiti con Fujimori el 2000. 10 El dilogo que muestra dicho video es de una fra desnudez: - Montesinos: Cunto? cunto? Ac hay diez (extrae un sobre con dinero de su bolsillo izquierdo). Usted dgame (contando los billetes). - Alberto Kouri: No, hablemos de quince, veinte. - Montesinos: Bueno. - Alberto Kouri: Quince! - Montesinos: Diez ms cinco, quince. 11 Las negrillas son mas. Por otro lado, ahora en Mxico, muchos polticos y periodistas dicen sobre Los amigos de Fox y el Pemexgate, que s, lo sabemos que hubo corrupcin, pero no hay video! y consideran que ste es un argumento suficiente para no actuar. 12 La Repblica, 25-01-01.9

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poltica nacional que algunos sintetizaron en el sndrome Kouri y el accionar de su clase poltica. En este sentido, el periodista De la Fuente, del diario La Repblica, titula un artculo suyo Hay un Kouri en tu futuro14, que quiere reflejar esa disponibilidad generalizada hacia la corrupcin, esa maleabilidad15 predispuesta de esa supuesta lite poltica que incuba en un contexto autoritario y de carencias bsicas, donde se desarrolla el denominado Rasputin peruano, el otro rostro del Alberto Kenya Fujimori, de nacionalidad predominante japons (sic). Esta coyuntura mostrara a la sociedad peruana los hilos ocultos de la construccin de la dictadura, muestra tambin el lenguaje de las entraas de un poder oscuro que haba logrado controlar todos los poderes del estado: el judicial, el parlamento, el Jurado Nacional de Elecciones, el Tribunal Constitucional, los medios de comunicacin, gran parte de la representacin municipal mediante el control paternalista de los recursos -que dependan del Ministerio de la Presidencia-, las Fuerzas Armadas y la Polica Nacional, adems de los medios de comunicacin. 3. El lugar y los actores: cmo se construye el nosotros mafioso Entonces, ya lo tienes al tipo; o sea, ya tienes autoridad sobre l porque cuando una persona empieza a depender econmicamente, pues, hermano, ya est jodida (Vladimiro Montesinos)16 La conformacin de esta comunidad secreta tiene un conjunto de caractersticas de una comunidad mafiosa. En primer lugar, crea una estructura secreta y paralela al poder institucional para intervenir en l de manera impune, desde la sombra. Basa su funcionamiento en un conjunto de mecanismos, como la firma de documentos de sumisin17 absoluta, y la donacin-recepcin de dineros ilegales, cuya fuerza tambin viene de la posibilidad de publicarse en caso de incumplimiento. En segundo lugar, esta comunidad se caracteriza por el control total de sus miembros por parte de Montesinos, no escapando su vida privada ni la de sus familiares. En tercer lugar, la asociacin significa para los conversos la imposibilidad de salir de ella. En cuarto trmino, existe la conviccin de irremplazabilidad del jefe, al que se admira, no tanto por su capacidad de convencimiento argumentativo o ideolgico, sino por la funcional contundencia de su poder. Finalmente, parece haber la conviccin de que son, realmente, el nico poder, y desde all miran el escenario poltico nacional, lo cual tiene implicaciones muy decisivas para la democracia, pues consideran su tarea, eliminar toda asociacin que surja en competencia. Consecuente con lo anterior, sus ritualizaciones son convocadas, administradas y dominadas por un personaje que ha construido su imagen en la sombra 18, y construye su poder clandestinamente 19: segn los videos, desde una salita de estar, emplazada en el stano de una institucin que precisamente se caracteriza por su poca visibilidad enQuiz, podra decir, para matizar, que, lamentablemente la clase poltica no se reestructur. Cayeron muchos, pero no todos, ni siquiera la mayora. Se dice que en la lentitud de los procesos para traer a la justicia a Fujimori opera, como un fantasma, ese chantaje emitido desde su exilio japons; pero tambin operan operadores de carne y hueso, quienes van configurando un movimiento pro candidatura para el 2006 de El Chino as lo conocan popularmente, aunque otros dicen que son movimientos distractivos que buscan retardar el proceso y mantener la tensin, as como otorgarle el carcter de perseguido poltico. 14 Domingo, suplemento de La Repblica, 04-03-01. 15 Ver la imagen fsica que se utiliza en el lenguaje cotidiano: maleable, no rgido, elstico, manejable, inducible. 16 La Repblica, 22-02-01, en dilogo con Joy Way, congresista oficialista, presidente del Congreso. 17 Al parecer adoptado del ritual senderista, que obligaba mediante una carta de sujecin al llamado presidente Gonzalo y al partido a mantenerse fieles a la causa y al lder.13

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trminos prcticos y que en el imaginario popular se caracteriza como sombro, ms an, que hace del secreto su condicin de ser: el Servicio de Inteligencia Nacional del Per. Esta ubicacin aparece como una garanta para guardar el secreto y dar proteccin en complicidad con un lenguaje distante de lo pblico, construyendo as los muros de seguridad para los iniciados20. A este carcter del lugar se suma la imagen construida sobre el superasesor, a la que l mismo, como la prensa, contribuyeron activamente: los que trabajamos en los aparatos de inteligencia () somos hombres hechos para estar en la sombra () Yo no salgo a la calle nunca. Yo no voy a un cinema, no voy a un restaurante, hace ocho aos que no voy. Y en los ocho aos solamente he concurrido a dos representaciones pblicas, en el Da del Ejrcito y en el Da de la Fuerza Armada21. La sala de estar ms famosa del pas es el escenario de la mayora de los rituales de travestimiento poltico y moral y de la planificacin de nuevas tranzas. La sala, adems, dotaba a las reuniones de un ambiente privado, de confianza, familiar, informal. El lugar, la sala, proyecta sus significaciones en dos contextos: bajo las circunstancias en que se realizan los encuentros dota la atmsfera para la conversin, y en segundo lugar, como el escenario del espectculo meditico visionado22. En el primer caso opera como el espacio que garantiza la confianza para los miembros de la comunidad mafiosa. Esta caracterizacin es compartida por Montesinos, pero es posible, como muchos lo han sugerido, que ste haya tenido la esperanza de que la nacin, o el mundo, lo viera en accin, mostrando de esta forma la dimensin de su poder. El antroplogo Rodrigo Montoya de importancia emblemtica: Esa sala de la vergenza montada para encuentros clandestinos ya tiene un lugar en la memoria visual de la poltica peruana (La Repblica, 2000). Una esttica de intimidad, un comportamiento verbal y gestual congruente con un dilogo a solas, entre amigos, para tratar temas nuestros: la sala proyecta tambin a sus visitantes la imagen de refugio: mientras su visin televisada, si bien no anula completamente sus significaciones anteriores, progresivamente va conformando la imagen de guarida en el imaginario popular. Como espectculo meditico, se fue convirtiendo en el lugar, con una disposicin rgida, rutinaria: casi todos los videos muestran a Montesinos en el mismo sitio quiz como el padre que prefiere su silln exclusivo, o, quiz le interese el enfoque de la cmara, y al frente, a la izquierda para los televidentes, emplaza a sus invitados. La decoracin no cambia a pesar de la distancia temporal entre las grabaciones publicadas aproximadamente tres aos. Los colores de los muebles, la ubicacin de los cuadros, la lmpara de la mesa, son los mismos. En este contexto acotado, el Doc23 hablaba para dos interlocutores: para el corrompible y para s mismo -video mediante- y posiblemente para un tercer auditorio futuro: la teleaudiencia. Este tercer auditorio probablemente estaba ms presente en la mente de Montesinos, aunqueLa revista Caretas, una de los semanarios ms importantes en el Per, logra as lo subrayan en plena crisis del 2000 una de las primeras fotografas en 1983. Luego pasa 8 aos para una nueva toma. 19 Una historia ms detenida de este proceso, hasta su llegada al poder con Fujimori, se puede encontrar en el libro de Jorge Loayza. 20 El Per haba pasado la dcada senderista durante los ochentas. La represin sangrienta y la prctica de las desapariciones forzadas haban reforzado la imagen misteriosa y cruel de los servicios de inteligencia del Estado peruano. Considrese esta situacin para comprender la fuerza emosignificativa de trasponer fsicamente luego de un trabajo psicolgico realizado en el exterior por sus agentes sus paredes: entrar all, transformaba a quien lo haca, nadie sala igual. 21 Dilogo con el general Briones y Mara Luisa Cuculisa, La Repblica, 07-02-01. 22 Palabra utilizada con frecuencia, principalmente por los funcionarios y la prensa muchas veces burlonamente para indicar el contacto visual que establecen los jueces y los congresistas con los videos.18

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no hay evidencias de que intentara maquillar sus expresiones, y al contrario, pareciera envilecer instrumentalmente el lenguaje como un recurso inmediato, pragmtico para conseguir lo que buscaba en cada interlocutor. El lenguaje as envilecido contaminaba el ambiente, haciendo que la posibilidad del chantaje tuviera quiz una potencia mayor. Los asistentes pueden ser clasificados, por la frecuencia y tipo de contactos con Montesinos que tambin expresaba diferencias de poder y confianza en tres tipos: 1. Los asiduos: una suerte de asesores del sper-asesor, el petit comit. No obstante, observando las formas que adquieren las interacciones, ms parecen instrumentos a su servicio, por ejemplo, traen a los novatos, ejecutan las acciones ms importantes afuera, investigan e informan sobre determinadas personas, proponen las negociaciones ordenadas por Montesinos. Entre stos se puede ubicar a Vctor Joy Way, presidente del Congreso, el alcalde del Callao Alex Kouri, Los Crousillat, accionistas mayoritarios del canal 4, los directores de la prensa amarillista y algunos jefes militares. Es el entorno ms inmediato de Montesinos y su nexo ms importante con el exterior. Se dice de uno de los hermanos Kouri, que ya jugar en las grandes ligas como reconocimiento de su ascenso y su mayor proximidad al entorno ms ntimo del jefe. Carlos Tapia24 seala que los participantes en las reuniones con los que l denomina comit permanente (los generales Villanueva Ruesta, Ibrcena, Bello, Vianderas) saban que estaban siendo filmados: Ese dilogo es curioso. Muchas veces Fernando Vianderas se queda callado. Ibrcena dice poco25. Para Tapia, este comit es representativo del verdadero poder de Montesinos. 2. Los espordicos: quienes por su posicin estratgica en el poder institucional, son convocados para planear estrategias especficas concernientes a sus campos, para implementar determinadas polticas para preservar y ampliar el dominio de la dictadura y minar la fuerza de la oposicin. A este grupo pertenecen algunos de los vocales de la Corte Suprema, algunos militares y congresistas. Tambin pueden ser emplazados aqu aquellos que fueron por voluntad propia, cuyo sometimiento estaba determinado por el favor solicitado, como Genaro Delgado Parker, dueo de un importante canal de televisin y de una radio; tambin pertenece a este grupo Dionisio Romero, dueo del Banco de Crdito del Per. 3. Los primerizos: quienes recin inician el contacto fatal con Montesinos y que hemos utilizado para ilustrar el rito de paso de romper la mano, donde el ms conocido sera Alberto Kouri. Esta es una condicin efmera, pues algunos de los primerizos pueden pasar a formar parte del equipo permanente. Si enfocamos la mirada hacia quin toma la iniciativa y cules son los objetivos del encuentro, se distinguen dos tipos: a).- Quienes llevan sus problemas, ya sean de carcter econmico, judicial o personal, y esperan resolverlos con la ayuda de Montesinos. Los que van llegan desarmados, ms bien implorando. Son gentes que tienen juicios difciles y largos, en la mayora de los casos agravados por la intervencin clandestina de Montesinos, y piden su apoyo para acelerar los procesos y lograr un resultado beneficioso. El dilogo es franco, pues los problemas y recursos seAs lo llamaban sus amigos, pero tambin la oposicin, aunque sta con irona. Otros de sus apelativos fueron: Rasputn, Vladi, Doctor, Superasesor. 24 Destacado analista del senderismo y del fujimorismo. Posteriormente miembro de la Comisin de la Verdad. 25 La Repblica, 23-02-01.23

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explicitan a fin de posibilitar apoyo efectivo y beneficios mutuos claramente establecidos: - Montesinos: lo hemos aguantado 20 das (se refera a la medida cautelar) se est haciendo exactamente lo que usted ha pedido ac, estamos poniendo seis millones de soles. - Delgado Parker: Le agradezco mucho es realmente lo que yo necesitaba. - Montesinos: Nada ms con la palabra que (Csar) Hildebrandt26 no vaya. - Delgado Parker: Ah, no, por supuesto no va salir, nada sale al aire de lo que l hace. Nosotros ya estamos perfectamente claros de lo peligroso que es este chico. No sale ni grabado27. Un caso que ilustra la imbricacin mafiosa de lo pblico y lo privado es el de Rmulo Muoz Arce, funcionario del Jurado Nacional de Elecciones. ste, pide a Montesinos, el 11 de noviembre de 1998, apoyo para costear los estudios de su hija Eliana Muoz en los Estados Unidos, pide tambin trabajo para su hijo (abogado) en la SUNAT y para su esposa, en un hospital. Montesinos le da diez mil dlares en efectivo, pasaje areo de primera clase, y le ofrece enviarle a su hija cinco mil dlares mensuales, como una bolsita28. b).- Quienes son requeridos por Montesinos, a los que intenta y de acuerdo a los videos, siempre convence apoyar sus planes. La congresista del partido opositor Somos Per que lidera el alcalde de Lima, Alberto Andrade, Luisa Mara Cuculisa es el caso ms conocido. Es este un caso paradigmtico de conversin extrema: el lenguaje que utiliza es mimtico con el del Doc y sus ataques a los de la oposicin se carga de adjetivos que no parecen ser igualados por ninguno de los participantes en esta comunidad secreta. Tambin entre estos podra mencionarse al destacado dirigente aprista Javier Valle Riestra, Guido Pennano y posiblemente la mayora de los mandos militares. Montesinos decida, desde su mirador, a quines y para qu los convocaba y los situaba en el tablero que iba armando en la escena poltica del pas. Para estructurar el cuadro de sus elegidos, Montesinos se provea de informacin, precisa, detallada, acerca de los requeridos. No solamente le interesaban los hechos inmediatos, sino de su trayectoria de vida, y principalmente sus problemas. Este conocimiento era una de las bases de su poder. Con ello activaba juicios, los agravaba y, luego del ritual de conversin, los solucionaba. Montesinos, en cambio, era un enigma para los convocados, era ms que todo una imagen que los otros lean como sntomas, sin llegar a establecer un cuadro total de l, un personaje rodeado de misterio que haca la relacin desigual, pues los iniciados estaban situados, mientras Montesinos mostraba lo que deseaba mostrar29, y casi siempre lo haca para lograr sus propsitos y no para descubrirse ante el otro. Quiz aqu sea necesario introducir un matiz. Para los que pertenecan a su entorno inmediato, l dotaba de pistas mayores, era informacin destinada a generar confianza. As, el vnculo ms importante era el dinero, por lo que el simbolismo poltico era reducido al comercio, a la compra-venta, en un lenguaje simple, de negociacin cunto, remitiendo a la sombra a una significacin menos extica y compleja. Esta relacin haca innecesario buscarCsar Hildebrandt es uno de los periodistas que ms radical y consecuentemente se opuso a la dictadura, tena un programa poltico en el canal de Delgado Parker. Fue despedido. Es tambin, Hildebrandt, uno de los ms prestigiados comunicadores y desarrolla periodismo de investigacin. 27 Expreso, 14-03-01. 28 La Repblica, 13-02-01.26

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el conocimiento mutuo, y, quiz, se constitua en un estorbo, as como, funcionalmente, posibilitaba economizar tiempo y priorizar aquello en que eran duchos: actuar. La atmsfera que rodeaba a las visitas probablemente era tensa y de expectacin; pero hay una suerte de obligacin deseada en esos viajes a la sombra. Los intermediarios operan como tranquilizadores para los primerizos, y tambin para Montesinos: ellos establecen los puentes, introducen los temas previamente, ayudan a descifrar los cdigos, a asegurar los resultados esperados. Casi siempre son prximos a los dos, entienden los problemas e intereses que se pondrn en escena en la sala del SIN. Los momentos y el lenguaje de los encuentros tenan caractersticas distintas segn los interlocutores. Montesinos, al parecer, divida a las personas, formalmente, en dos tipos: aquellos cuya corruptibilidad solamente se expresa en dinero y otros a quienes hay que proveer un mnimo de argumentacin institucional. Al primer grupo, Montesinos les demanda costos: cunto, cunto; al segundo le habla de orden, gobernabilidad y tangencialmente de democracia. Esta clasificacin es meramente formal porque la distancia entre los dos grupos no es cualitativa; en el imaginario de Montesinos, el mundo estaba poblado por hombres-mujeresmercanca, a los que siempre les llegaba al precio, aunque introdujera una perorata inicial que refera a la patria y la institucionalidad. Hay, en los actos observados en esa sala de compras de conciencias una mezcla de teatro que dramatiza preocupaciones individuales, privadas, que se engarzan va el dinero en acciones pblicas al exterior. Se observa tambin una suerte de terapia para los iniciados: salen resolviendo sus problemas luego de haberlos verbalizado con cinismo y humildad y coparticipando de un poder que slo ellos y su comunidad conocen, pero cuya eficacia sienten todos. Un caso ilustrativo es el de congresista Ernesto Gamarra, fundador y dupla destacada del fundador del Frente Independiente Moralizador, Fernando Olivera, quien oficiaba como miembro de la comisin parlamentaria que investigaba a Montesinos luego de la cada de Fujimori hasta que sali su video en el que se lo ve recibiendo tres mil dlares. La consecuencia: la sospecha se extiende y crece, en una suerte de triunfo montesinista luego de su cada. Esa capacidad para mover las piezas del ajedrez poltico peruano de-mostraba el poder ante los suyos, lo cual se reforzaba con el despliegue que haca ante stos: por ejemplo, ante el general Briones y la futura ministra Mara Luisa Cuculisa dice: porque, imagnese, yo tengo ya tres mil hombres como organizacin, equipo, comunicaciones, y ya es una fuerza de choque30. Los convocados a estas reuniones muestran diferentes actitudes frente a s mismos y a la transformacin a que son sometidos. Hay, creo que en una minora una reaccin culposa inicial, que podra expresarse, por ejemplo en el caso de Gamarra, en la prisa por salir del lugar, en sus negativas a confesar haberlo hecho; pero, la mayora muestra una actitud cnicacmplice, que hiperboliza la relacin mediante el mimetismo con Montesinos, expresada en la adulacin al jefe y la detraccin a los enemigos. Los que pertenecen al equipo ms prximo recuperan una cierta normalidad y se mueven con cierta soltura, se sienten en ambiente.Francisco Loayza deca que siempre tena algo bajo la manga, que gozaba sorprendiendo y creando atmsferas que lo favorecan. Este mismo socilogo, seala en su libro, que el to de Montesinos guardaba un archivo con documentos y detalles comprometedores acerca de la vida de familias visibles de Arequipa, su tierra natal.29

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Montesinos tambin exhibe su poder ante los suyos como medida profilctica, y se vale de las propias acciones punitivas que realizan los suyos frente a los otros para disciplinar adentro. Por parte de Montesinos, ese poder se realiza en el control sin eufemismos, directo, sin rodeos. Cuando se refiere a la prensa dice: Todos estn alineados ya, todos estn con papel firmado, toda la vaina. Les hemos hecho firmar papeles y todo. Ac nos estamos jugando una cosa seria. Todos estn alineaditos, todos los das yo tengo una reunin a las doce y media del da, tengo yo una reunin con ellos ac, y a las doce y media planificamos lo que sale en el noticiero de la noche31. Por otro lado, la construccin de una imagen afuera que despliega apariencias y farsa es tambin un recurso de integracin adentro: se comparten los secretos de la actuacin, cada quien sabe su papel; son secretos que atan, tanto por su valor tctico y estratgico como por su naturaleza de secreto. Cuando Mara Luisa Cuculisa es convencida para postular a la alcalda del distrito limeo de San Borja, esta vez por la lista oficialista, abandonando a su partido Somos Per, Montesinos le indica las formas a guardar: Montesinos: Lo importante es que no debe parecer una lista gobiernista. Cuculisa: Para nada. Montesinos: Tiene que ser una lista independiente, as con sus discrepancias, sus cosas. Cuculisa: Voy independiente. La palabra es independiente32.

4. Ritualizaciones La visita a Montesinos al SIN (que es tambin llamada la visita al doctor) funciona como un rito de iniciacin. Quienes acuden se despojan de sus apariencias pblicas, para hacerse idnticos a su anfitrin, un hombre cuya imagen pblica es precisamente la de una acumulacin de ocultamientos. No por casualidad el tema de fondo en casi todas las conversaciones es la franqueza (Mirko Lauer)33. Utilizo para este anlisis algunas de las connotaciones de la teora del ritual y, en este caso, considero que quiz sea mejor hablar de ritualizaciones ms que de rituales. Sin embargo, hay, en los actos que etnografiar, un elemento que me parece central en el trabajo ritual: la transformacin del iniciado, y la conformacin, o la celebracin, de una comunidad. Precisamente me referir a estas dos formas del ritual cuando hable de los rituales que denomino: a) rito de paso: romper la mano y b) confirmatorio: celebracin. Digo que se ritualizan, porque estos actos son reiterativos, siguen un formato previsible; tienen una finalidad, corromper; instituyen o ratifican una estructura jerrquica y se sustentan en una forma especfica de concebir la sociedad y transforman el status de quien se somete. Asimismo, en estos actos iniciticos facturan una atmsfera que desconecta del exterior es un espacio liminal, un umbral hacia otra condicin, principalmenteLa Repblica, 11-02-01. Video No 1792, del 26 de noviembre de 1999. En l, Montesinos dialoga con el Comandante general del Ejrcito Jos Villanueva Ruesta, de la Marina, Antonio Ibrcena y de la Fuerza Area Peruana, Elesvn Bello. 32 La Repblica, 11-02-01. 33 Doctor Fausto, La Repblica, 08-02-01.30 31

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en lo relativo a los alcances de las leyes y de proveer a los participantes de una imagen de poder aunque sea por delegacin u smosis y los modifica34. Sin embargo, habran algunos elementos que aparentemente podran diferir del ritual clsico: en los actos de sometimiento a Montesinos, lo simblico cede a lo instrumental, los valores se ausentan, no solamente por su despojamiento en el acto, sino por las precondiciones que conducen a la personalizacin del antivalor en el Doc. As, uno de los componentes del antiritual podra ser, por ejemplo, la sensacin de que en esos actos lo que se construye es un mercado y no precisamente una comunidad con lealtades. Una de sus expresiones afuera podra haber sido el carcter descartable de los personajes fujimoristas, cuya condicin subrayaron los analistas, aunque no saban el origen de las remociones imprevistas. Por otro lado, quiz emplazados ya en el nivel posterior al (anti)ritual, el de integracin, tambin se pueden encontrar mecanismos que ayudan a procesar, en algunos casos, los problemas de adaptacin al nuevo status de sometimiento explcito: el primero es el dinero que debilita la resistencia y soporta los rubores; el segundo es el apoyo que ejerce el grupo parlamentario oficialista ya en el congreso quien acoge y cobija frente a la agresin a que son sometidos los trsfugas por parte de la oposicin. Son pues actos reparadores, restituyen un cierto equilibrio en el sujeto que transpone, y provee un clima que lo ayuda a procesar su nueva condicin estigmtica de cara a sus antiguos partenarios, a reubicar sus antiguos valores, relativizndolos, hasta anularlos. 4.1. Rito de paso: romper la mano - Alberto Kouri: Yo tambin puedo votar de acuerdo a mi conviccin, mi voto de conciencia - Montesinos: No, no, no, no. En estos actos se puede ubicar tres momentos: cercamiento, el rito propiamente dicho y la agregacin. En ese sentido, los prolegmenos del ritual de romper la mano no se desarrollaban solamente en un tiempo y espacio acotados: es decir en la sala y frente a Montesinos, sino en el exterior; la persecucin tena como meta, centrpeta, cercar al sujeto y encaminarlo a aquel siniestro lugar; sus redes se extendan como tentculos en el exterior y cada converso era su instrumento. Sin embargo su culminacin y la consiguiente conversin se efectuaban frente a Montesinos y en la sala. Afuera, los contactados, figuraban la sala, imaginaban a Montesinos, quien tambin basaba su poder en la misteriosa vida que los medios proyectaban de l: la atmsfera a la que entraba el iniciado estaba cargada de incertidumbre. Adentro se le despojaba de su investidura pblica, pasaba a ser un cuerpo a transformar, mayoritariamente receptivo. El dinero es el smbolo descarnadamente dominante, el que hace emerger la condicin de sumisin latente que el acto pretende instaurar: los valores democrticos que pudieran esgrimirse se reducen a la mencin marginal. Considero rito de paso al conjunto de actos que llevan a la transformacin de los sujetos participantes, quienes son integrados a una comunidad a la que, antes del ritual, no pertenecan. Dicha transformacin, como en todo ritual, no implica necesariamente la resistencia del iniciado, ya que su deseo de pertenecer y la fascinacin por el grupo, puede ser la pre-condicin de su conversin. No lo ubico como confirmatorio porque estos actos rituales lo que hacen es visibilizar35 el nexo potencial en la mayora de los casos ya existente: la propia decisin para ir a entrevistarse con Montesinos dada la imagen que proyectaba es expresiva de esta disposicin a entregarse. Sin embargo, se puede distinguir dos tipos de participantes:34

Liminaliza ese espacio para integrarlos al poder que desean.

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1. Quienes regatean-proponen: Valle Riestra, Salas. 2. Quienes ya van sometidos: Kouri entregado en bandeja de plata por sus hermano. Mantilla, quien va a pedir dinero para la campaa del partido. Hay algunas variantes, como el caso de Luisa Mara Cuculisa, quien si bien va predispuesta, haciendo mritos, por ejemplo trazando empata a travs del lenguaje, superando por su procacidad al del asesor, para ella pareciera un recurso para generar confianza, hacer comunidad, aunque promueve o insina beneficios dice por ejemplo que al Ministro del la Mujer le da vueltas ms personales y busca mecanismos de apoyo para hacer aparecer su transfuguismo como una actitud asociada a principios. El caso de los Crousillat puede mostrar el paso del iniciado a miembro del equipo cercano, consejero es decir, no slo ejecutor de Montesinos. El siguiente testimonio muestra cmo el juego entre deseo y resistencia entran en la escena ritual a travs del trabajo realizado en el entorno y en los momentos previos. Al parecer hubo resistencia, y se le rompi la mano: - Jos Francisco Crousillat: En un principio, como canal, nos negamos. Yo personalmente tuve muchos problemas por no querer entrar a ese juego, sin embargo, fuimos vctimas de muchos chantajes a travs de juicios manipulados, incluso llegaron a secuestrar a mi mujer (LR, 20-02-01). En el argot popular, romper la mano significa doblegar al adversario, y si bien tiene significaciones diversas, remite fundamentalmente a quebrar, hacer ceder, vencer; y por el otro lado, dejar de oponer resistencia. La expresin asume la imagen de una antigua competencia de dos hombres, posicionados en una mesa, agarrados por la mano y con los codos afirmados sobre ella, luchando por forzar la mano y el brazo del otro: se haca para demostrar quin era ms fuerte, ms macho y tuvo en la cinematografa su mayor difusor. Por otra parte, la mano simboliza el carcter de la persona36, es decir metonimiza a la persona misma, as, cuando uno rompe la mano de alguien, no solamente significa que lo ha derrotado, sino fundamentalmente que lo ha sojuzgado, pues las implicaciones de la derrota van ms all de la circunstancia: muestra un estar, pero compromete al ser. Como figura de uso popular, romper la mano se ha potenciado, en tiempos del narcotrfico, con una hiperblica expresin militar: quin resiste un caonazo de un milln de dlares?37. Por otro lado, desde el punto de vista del que rompe la mano, el otro es considerado inferior, o, susceptible de los efectos de su poder. Montesinos cree a todos maleables, proyecta su carencia de principios hacia ese otro sobre el que ejerce su presin. Ms an, considera a ese otro un sujeto susceptible de compra. 4.1.1. El caso de Los Supremos38 As ha denominado la prensa a los participantes en la reunin secreta en la que estuvieron los vocales de la Corte Suprema del Per, Alipio Montes de Oca, Vctor Ral del Castillo (presidente de dicha corte) y Luis Serpa Segura, con Vladimiro Montesinos, el 3 de mayo de 1998. La reunin tena como objetivo central convencer a Montes de Oca de aceptar el cargo de presidente del Jurado Nacional de Elecciones, es decir, la institucin que administrara el proceso electoral 22O manifestar, en trminos de Edmund Leach. Quiz se alimente tambin de la figura estereotipada del homosexual, al que se presenta gestualmente a travs de la mueca quebrada, flcida.35 36

en el que se elegira, en abril del 2000, al presidente y al Congreso de la Repblica. Segn muestra el video, la primera parte de la conversacin se realiza entre Montesinos y Montes de Oca. Los dos estn solos y ste introduce la posibilidad de su internamiento en el hospital Almenara por un problema en los ojos. Montes de Oca quiere concentrar la pltica hacia su mal, y, de alguna forma, recibe la solidaridad del Doc: Montes de Oca: me fui a la cama, no poda leer, no poda hacer nada. Montesinos: Ni ver televisin, ni nada? Montes de Oca: Nada. Montesinos: (Es necesario) que se reincorpore a la CEPJ39.

Montesinos, quien parece escuchar comprensivamente sus quejas40, abandona rpidamente este tpico y retoma el objetivo de la reunin y le seala que ya se tiene que elegir al presidente del Jurado Nacional de Elecciones. Montes de Oca responde sugiriendo a Luis Serpa Segura. Montesinos seala que l no es buen candidato, tanto por su edad en noviembre de 1999 cumplira 70 aos y deba cesar en el poder judicial, pero principalmente Serpa haba acogido la demanda de Martha Chvez41 para que se declare inaplicable a Fujimori a resolucin del Tribunal Constitucional, que determin inconstitucional la postulacin de Fujimori a una tercera eleccin consecutiva. Montes de Oca le dice que la opinin pblica lo olvidar fcilmente e insiste en Serpa. Montesinos le seala tambin que el gobierno o sea Fujimori y l mismo le tiene confianza porque l vot, con otros vocales supremos, para que el caso del asesinato de nueve estudiantes y un profesor de la universidad La Cantuta, pasara al fuero militar. Este asesinato fue cometido por el comando paramilitar Colima, cuya organizacin se sindica al SIN. Asimismo, Montesinos expresa su descontento por la renuncia del director de la Academia de la Magistratura, Francisco Eguiguren, quien seal que la reforma judicial haba cumplido sus fines y no tena razn que continuara42. La fase liminal, repito, se realiza en la sala, y culmina casi siempre con la aceptacindonacin del dinero o el puesto solicitados y la integracin se inicia con la palmadita y las tareas intensificndose cuando stas crecen en importancia encomendadas. La evaluacin y aprobacin de dichas tareas realizadas, operan como actos confirmatorios. Un recurso de presin en el rito de paso es la exposicin didctica del manejo de la informacin minuciosa sobre los convocados y conversos ante ellos mismos: as proyecta la imagen de una vigilancia panptica (Foucault). Un caso que lo muestra es el del magistrado Dellepiane. Montesinos admite su error al no haberse informado bien antes, pues ste, al parecer, haba desodo sus directivas: nadie lo conoca y a ojos cerrados lo nombraron. Reconoce que al principio fue un tipo eficiente, pero que a medida que ha ido pasando el tiempo, el cojudo, hermano, se ha ido saliendo de la lnea correcta, se ha ido (ininteligible) y ya noPrecisamente, la prensa ha informado que esa suma haba sido el precio de la mayora de los generales que vendieron su apoyo a Montesinos. 38 En este caso me baso fundamentalmente en la proyeccin de parte de los videos numerados con 888 y 889 y las transcripciones de la conversacin que se publicaron en algunos diarios peruanos. 39 Comisin Ejecutiva del Poder Judicial. 40 Ser una constante esta actitud: una escucha funcional que lo lleva a resolver, realmente, los problemas. Montesinos los atiende, pero como medio hacia la conversin del sujeto en su instrumento. 41 Una de las ms destacadas, por su agresividad, congresistas del fujimorismo.37

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est jugando. Jugar, en clave montesinista, es actuar con lealtad a la comunidad mafiosa. La lnea correcta, como criterio que define la identidad y alteridad, no puede dejar de traer a la memoria la caracterizacin de la lucha de las dos lneas por supuesto la suya era la correcta que el senderismo, y en especial Abimael Guzmn su mximo lder, haban estructurado como metodologa de trabajo partidario y como reconocimiento de la ley de la contradiccin que lo abarcaba todo de la materia, la sociedad al pensamiento inclusive al partido43. Sin embargo, en la pragmaticidad de Montesinos, el hecho de estar en la lnea correcta tiene que ver bsicamente con la sujecin directa, mientras que en el senderismo se envolva en una ideologa. Montesinos evala ese acatamiento en los mnimos detalles44, su discurso autoritario satura, no deja vacos a la angustia de la incertidumbre, aunque la reactualiza en la sujecin. La comunidad se crea entonces a partir del exceso de dependencia, que genera una necesidad: el mapa se expropia a favor de la cima del poder autoritario, los otros no tienen ni el croquis que, se espera siempre, debe ser facturado por Montesinos. Esta condicin pasiva es reforzada tambin por esa constante exposicin visible, remarcada y teatralizada del poder de Montesinos, especialmente ante los miembros de su comunidad mafiosa: en el mundo de afuera, no solamente se demarcan aliados y enemigos y se adjetivan personas, sino fundamentalmente se deciden destinos: el cojudo45 debe salir y se acab, y es l llamado tambin El Innombrable quien decide, y esta condicin lo remarca: Yo le tengo que decir que es una decisin. A la pregunta de quin ira a la secretara ejecutiva del Poder Judicial en lugar de Dellepiane, quien an est en el cargo, Montesinos responde: Ya tenemos al hombre. Es una persona que va ser subordinada a ustedes46. Incluso ya tengo un documento escrito firmado, con su renuncia previa47. La concentracin del poder, expuesta y subrayada reiterativamente merma progresivamente la autoestima de los otros, aunque la exposicin pblica que ellos realizan posiblemente lo compense. As el dilogo afuera-adentro se expresa en el incremento del poder autoritario. La sombra se proyecta al exterior enturbindolo y espejea con el interior fsico y mental: as, para estos partcipes privilegiados de esta clandestinidad ordenante, afuera transitan y actan marionetas y los hilos se tejen en esas reuniones en la sombra. 4.2. Celebracin: los generales sub-ordinados En una crnica, el periodista Christian Capuay48, relata los papeles expresados, por ejemplo, en los lugares que ocupan en dicha reunin que desempearon los ms altos jefes militares peruanos en la ceremonia que Montesinos organiza para celebrar el triunfo electoral de Fujimori. La crnica refiere a un video que mostraron el congresista del FIM, Luis Iberico y los periodistas Ivn Garca y Fernando Viaa, donde se observan las escenas de una cenaFujimori, luego del autogolpe de 1992 haba decretado la reorganizacin de todo el Poder Judicial. Montesinos pretenda mantener permanentemente esa figura de reorganizacin para someter a sus miembros, porque le permita tener magistrados provisionales, susceptibles a las acciones de chantaje a que los someta. 43 Que, segn Guzmn, es el mximo descubrimiento hecho por Mao y sintetiza todas las otras leyes que rigen el desarrollo del universo. 44 En esa reunin con los tres Supremos, les dice: Yo le tengo que decir (a Dellepiane) que es una decisin. Entonces, ustedes simplemente, lo nico que hacen es (inentelegible), lo enva usted a El Peruano diario oficial y punto. Yo lo llamo el da martes a la noche, ac, converso con l, de manera tal que el da mircoles l vaya normal y se acab. Ustedes no tengan ninguna palabra con l, salvo las normales de la despedida que se da (las cursivas son mas). 45 Cojudo equivale a pendejo en Mxico. 46 Subordinacin que compensa la propia, pues ellos tambin ejercen un poder visible all, afuera.42

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realizada a pocos das del 28 de mayo, da en que se celebr la segunda vuelta electoral. La cena la ofreci Montesinos y se realiz en la sede del Servicio de Inteligencia Nacional. Segn este vladivideo, los altos mandos militares se encontraban ya en la sala de reunin, esperando, cuando aparece Montesinos: los ministros de Defensa, Interior y los generales asistentes se colocaron uno a uno, en fila, impecablemente uniformados, para saludarlo. Montesinos de mostraba feliz, satisfecho de la concurrencia de tan distinguidos personajes y los saludaba uno a uno, dndoles cariosas palmadas al hombro, en la espalda y en la barriga, siendo correspondido con el mismo afecto por los militares (Capuay, 2000). Reafirmando su calidad de anfitrin y su rol principal, Montesinos conduce a sus invitados principales a la mesa de honor, la que est abastecida con abundante licor fino. El anfitrin se ubica en la mesa en el lugar central, teniendo a su lado izquierdo al general Jos Villanueva Ruesta (Comandante general del Ejrcito y presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas) y Carlos Pergamino a su derecha. Este posicionamiento es significativo por cuanto que en la sala tambin est el jefe oficial del SIN formalmente superior a Montesinos, el contralmirante Humberto Rozas. Durante la reunin se bebe abundantemente y se brinda reiteradas veces por la reeleccin de Fujimori; sin embargo no hay ninguna mencin a ste en el discurso ledo por Montesinos, como parte central del ritual celebratorio. Los dos temas que ocupan, de manera preponderante, el discurso son: una caracterizacin de la coyuntura poltica momentos dramticos y cruciales, una de las ms peligrosas para la supervivencia democrtica y la cohesin de las tres instituciones pilares de la gobernabilidad: las Fuerzas armadas, la Polica Nacional y el SIN 49, quienes mostraron estar a la altura de su misin y el ms alto profesionalismo, sacrificio, frrea y presumible cohesin y amor por la patria. El discurso es ledo formalidad a la que se suma la presentacin material del papel en el que est escrito, que es soportado por un portafolio oscuro y la asistencia atenta de un ayudante, quien no solamente le ha alcanzado dicho material, sino se mantiene a la expectativa detrs de Montesinos, y el lenguaje guarda coherencia formal con la ocasin y los invitados. Montesinos se dirige a los jefes asistentes50, nombrando primero a los militares que cumplen papeles polticos ministros de Defensa y del Interior, para luego mencionar al presidente del Comando Conjunto y comandante general del Ejrcito y a los jefes de cada arma y, finalmente antes de la frmula annima: seores oficiales generales y almirantes de la Fuerza Armada y Polica Nacional, al seor almirante jefe del Servicio de Inteligencia Nacional. Concentra su discurso en reforzar la figura de la unidad como factor del triunfo, asimismo configura el proceso como un movimiento concntrico y que apuntaba hacia la victoria del 28 de mayo, pero tambin subraya la importancia del mismo acto que celebran, constituyndolo en un nuevo hito en el calendario de la comunidad secreta que conmemora y, de esa manera, delimita. En esta direccin, esa demarcacin se complementa con la definicin de una otredad, contra la que se confronta para legitimarse frente a s misma, como comunidad: grupos polticosNegrillas mas. Rociado con Whisky, el brindis del fraude mostr la catadura moral del rgimen, Liberacin, 14-11-2000, pp. 14-15. La informacin que sustenta este acpite se basa en esta crnica. El discurso de Montesinos lo tom de Expreso, 14-11-2000. 49 O b s e r v e m o s q u e e l S I N e s u n a d e p e n d e n c i a d e l a s Fu e r z a s A r m a d a s , no obstante, en el discurso aparece como un actor equivalente y autnomo.47 48

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tradicionales de diversos colores y de ideologas incluso antagnicas y contrapuestas () que se unieron en torpe alianza con el nefasto propsito de impedir que el pas contine su marcha hacia el progreso y el bienestar. Luego habla de la prensa a quien acusa de convertir la libertad de expresin y de informacin en un vehculo para mentir e insultar y desnaturalizar los hechos. Ntese que estamos frente a quien financi la prensa llamada chicha que en coro atacaba a cuanto candidato opositor suba en las encuestas51. El tono del discurso es entre dramtico y pico; curiosa combinacin que resulta de la confrontacin del riesgo extremo con la actitud sacrificada, frrea, profesional y la cohesin de dichas instituciones frente a la antipatria que acosa la gobernabilidad. El trabajo de las instituciones tutelares tiene tambin como meta mostrar a nuestro pueblo y ante la comunidad internacional esa unidad en la defensa de la democracia, la ley y la vigencia de la Constitucin, y tambin demostrar ante el mundo que el Per es lo suficientemente adulto52 para solucionar sus propios problemas. Es de recordar que, en el escenario postelectoral, Fujimori acudi al nacionalismo con relativo xito, para buscar apoyo popular frente al cuestionamiento de la ilegitimidad de su reeleccin y a la demanda de la oposicin por la intervencin de organismos internacionales OEA, ONU para invalidar dicho proceso. La parte formal de la ceremonia finaliza cuando Montesinos, dejando de leer, brinda: Por ello, yo quiero levantar esta copa y brindar con ustedes. El uso de la primera persona reitera las jerarquas y la centralidad del anfitrin: (brindo) por el gran esfuerzo y sacrificio demostrado el da 28 (de mayo) y la mala noche que han pasado, y las comunicaciones permanentes que han mantenido con los respectivos comandos y con quien habla () He sido testigo de excepcin del profesionalismo y de la alta calidad no solamente personal () de todos y cada uno de ustedes. De este despliegue de autoridad personal pasa a emplazar el lugar asociado a la figura de Montesinos: la oportunidad de recibirlos conjuntamente con el comandante Rozas53, aqu en nuestra casa, la casa de ustedes, para compartir esta noche. La escenificacin, as como la distincin de los participantes parecen, a sus ojos, legitimar ese poder clandestino y prescribe al exterior un carcter fantasmal, poblada por fuerzas nefastas, que conspiran; un mundo siempre en peligro de caotizarse, al que es necesario dirigir la luz de sus acciones, como factor ordenante nico. 5. El lenguaje como expresin del imaginario: sincerarse o a calzn quitao Es un traidor hijo de puta. T sabes que lo ha hecho nombrar presidente del Jurado de la Corte de Lima a Sergio Salas Villalobos, carajo! Ese concha de su madre (Vladimiro Montesinos)54. El anlisis del lenguaje posibilita acceder al imaginario que se traduce en las formas de concebir el conjunto de las relaciones sociales as como las categorizaciones que se realizan en palabras cargadas en y por el uso que se despliegan para construir las interacciones ms circunscritas que estructuran dicha sociovisin o imaginario social, de la que, a su vez, recibe las lneasHay que subrayar que este es un acto con un protocolo ms rgido que el de reuniones ms ntimas, donde se despliega otro lenguaje, como veremos ms adelante. Tambin la forma de abordar los temas cambia, como puede verse cuando Montesinos dice, a los comandantes generales del Ejrcito, Jos Villanueva y de la Fuerza Area, Elesvn Bello y de la Marina, Antonio Ibrcena, donde tambin participan los socios de canal 2, Samuel y Mendel Winter: por eso estamos conversando ac. Digamos, nosotros nos constituimos en el estado mayor especial secreto de diseo de situaciones de manejo de crisis y de coyunturas, y entonces lanzo la idea para que vayamos evaluando y mejorando (La Repblica, 19-02-01). 51 Aqu vemos como, tomar al texto como nica fuente se muestra insuficiente. 52 Cursiva ma.50

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fundamentales de su estructuracin. El anlisis, sin embargo, requiere integrar los diversos componentes en un primer nivel, digamos micro que convergen para estructurar sus sentidos. Las expresiones son un elemento ms ciertamente uno de los ms importantes de la comunicacin que integra gestos, silencios, entonaciones, despliegue, nfasis, posicionamientos, etc. En una sociedad del cdigo, como calific el congresista Morales a la banda que dirigi Montesinos, esta integracin es ms significativa, ms an cuando ste hace de la frase verbal incompleta, el sobre-entendido y de la gestualizacin elementos altamente significativos. Acompaa a estas caractersticas de su discurso, su excesivo simplismo, la recurrencia a frases hechas y lugares comunes, la reiteracin aparentemente innecesaria pero significativa de su carcter instrumental y el uso profuso de la jerga y el lenguaje soez. Por otro lado, las interacciones que muestran los vladivideos hacen ver el fcil paso de las frmulas de respeto a las del tuteo, o a la oscilacin55 exploratoria, como medio para construir el ambiente de familiaridad y complicidad. Otro recurso frecuente es el uso del diminutivo56 y de la hiprbole, como su complemento: el primero generalmente corresponde a actos, objetos o personas prximas Alipito, resolucioncita y el segundo se destina al enemigo: mariconazo. En ambos casos, pareciera que su uso alternativo y complementario se dirigiera a debilitar los cdigos de distancia que la investidura de los interactuantes debera convocar. Es entonces un estilo que despoja una investidura: los congresistas, magistrados, militares, empresarios, se transforman en patas cuates, carnales con quienes es imperativo sincerarse. Asimismo, el uso del diminutivo afecta el significado y caracteriza de determinada manera a los interactuantes, pues, por ejemplo, Alipito, resolucioncita, sobrecito, connota un tipo de relacin con el otro, con la situacin o los objetos destinados hacia ese otro: el primero aproxima a un sujeto que quiz en el afecto esconda su empequeecimiento57; el segundo muestra la poca importancia asignada a la formalidad institucional poniendo a Montesinos por encima de ella, personificando el poder en l; mientras que un sobrecito es un eufemismo que esconde utilizando la materialidad de la envoltura y de la expresin el dinero ilegal, pero tambin oculta la devaluacin de quien lo recibe, a travs de la poca importancia que parece adjudicarle el donador. En algunos casos, se usa el eufemismo y no el diminutivo, y pareciera destinado a no herir susceptibilidades y se dirige hacia iniciados considerados distinguibles; por ejemplo, cuando Montesinos sale de la sala para traer el dinero que entregar a Agustn Mantilla, le dice: Muy bien don Agustn, le traigo el asunto58, y luego de enfatizar que todo quedar entre amigos, Montesinos le da una palmadita tranquilizadora. Por otro lado, este estilo lumpenezco parece apuntar hacia dos mecanismos de construccin del poder mafioso: es, al mismo tiempo, muro y lubricante. Muro como control anticipado a la vergenza de su posible exposicin pblica59 para chantajear; lubricante, porque posibilita los acuerdos, cuya importancia se mide en los caudales que se desembolsan, porque el monto habla de la importancia del asunto y del poder del personaje. En esta direccin, es destacable el uso de este estilo en una sociedad altamente formal en el Per se ritualizan mucho las interacciones. Es un discurso que hablando sobre lo pblico lo mimetiza no slo en la sombra, sino en ese lenguaje privado que privatizaRepito, el general Rozas es el jefe oficial del SIN. En el video de Los Supremos, VSD, suplemento de La Repblica, 23-02-01. 55 S e r a i n t e r e s a n t e o b s e r v a r, e n l a s i n t e r a c c i o n e s c o t i d i a n a s , cmo la oscilacin manifiesta duda, ambivalencia e inseguridad. 56 En general, especialmente en la Sierra peruana, el diminutivo se asocia no solamente al empequeecimiento del objeto nombrado sino tambin a una intencin de proximidad y afecto.53 54

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lo colectivo y lo institucional. Aqu, repito, tambin es fundamental el lenguaje corporal y paraverbal; pues, por ejemplo, Montesinos redefine su relacin formal con los militares que supuestamente representan a una institucin tutela don una palmadita en la pancita o en un abrazo comprensivo a un vocal de la Corte que le comunica sus penas. As se establece, adems del despliegue del dinero y del poder subrayado, la fluidez de la complicidad, haciendo la dupla dinero-lenguaje el canal que transforma lo pblico en privado. Se puede ir un poco ms all, pues es posible tambin, en determinado momento, que esta dialctica se personalice y los valores se hagan cuerpo en los interlocutores como equipo, y sientan la misin como suya, irremplazable. Es posible tambin una hiptesis posiblemente ms certera contraria: que la lubricacin moldee el encanallamiento, el cinismo que se sintetiza en la poltica de a calzn quitao del cunto, cunto. Por ello las palabras y los gestos ms autnticos de la dictadura ocurren en esta atmsfera de intimidad: all se realiza y construye un estilo que desarrolla los deseos que la censura democrtica y las necesidades de convivencia podran haber limitado: es una suerte de regin posterior goffmaniana (1989), es decir, aquel espacio protegido, oculto, donde las gentes preparan su actuacin ante los otros en la regin anterior, y que generalmente la contradice en sus formas. No obstante, entre ambas regiones hay intercambio e interinfluencia, como bien lo muestran las actitudes prepotentes que caracterizaron a las mujeres que pertenecieron al entorno ms inmediato de Fujimori. Tambin Fujimori armonizaba en pblico con ese estilo, aunque guardando las formas, y su voluntarismo verbal, sus chistes y el lenguaje chabacano lo caracterizaron y fue un recurso para sintonizar con la poblacin ms pobre; sta no saba que esa forma era el contenido, misma que era proyectada desde los stanos del SIN. Otra caracterstica del lenguaje manejado al interior de esta comunidad mafiosa es la adjetivacin radical que enfatiza tanto la adhesin como la alteridad, pues la poltica autoritaria, pragmtica, al encerrar la realidad en dos crculos, convierte a los opositores en enemigos. Alex Kouri dice: A Toledo hay que dinamitarlo por dentro, y consecuente con lo dicho, infiltr al partido de Alejandro Toledo, Per Posible, con su hermano Alberto Kouri. Esa clasificacin binaria, en blanco y negro, sin matices, encuentra uno de sus soportes y expresin en el lenguaje soez. La trnsfuga Cuculisa le dice a Montesinos: a ese hijo de puta yo lo desaparecera ahorita. Es el hombre ms ruin, peor que la oposicin () Que le pase algo a ese hombre!60 () Yo le dira: oiga porquera, Cllese!, de frente (05-01-99). Cuculisa apuntaba contra el congresista del partido oficialista Carlos Ferrero, quien haba votado en contra de la Ley de Seguridad Ciudadana, promovida por su partido. Ese lenguaje intima, produce cmplices, posibilita otra forma de entendimiento entre los suyos y de la realidad. Esta poltica del lenguaje es no solamente til para emplazar el nosotros, sino tambin para que Montesinos atienda con mayor eficacia sus peticiones. Gonzalo Menndez, presidente de la sucursal peruana de una compaa chilena que estaba en litigio con la Municipalidad de Lima sta se opona a la construccin de una fbrica en los Pantanos de Villa, considerada reserva ecolgica le dice a Montesinos que en esta disputa quiere una guerra corta, sangrienta y decisiva, como se ganan las batallas (vdeoC o m o p u e d e m o s t r a r l a s i g u i e n t e ex p r e s i n : Y l e d a s t r e s m s , s u p a s a j e m s sus viticos, y que te firme un recibito (LR, 20-02-02, videos 1195 y 1196). La cursiva es ma. 58 El Comercio, 06-02-01. El asunto es el dinero. Por otro lado, Mantilla es destacado dirigente del APRA, fue ministro del Interior en el gobierno de Alan Garca (1985-1990). 59 Las formas tambin revelaran cmo habla en privado, realmente, la clase poltica autoritaria y, por otro lado, la farsa que son las ritualizaciones serias, democrticas que se realizan en el exterior, que en el imaginario popular es lo real.57

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864), a lo que Montesinos responde afirmativamente. Ambos formulan sus polticas de interaccin, pero quien define el camino hacia la intimacin y la informalidad es Montesinos: - Montesinos: Y yo le contesto, como se dice en mi pas: a calzn quitao. - G. Menndez: Y yo le contesto como se dicen en mi pas a poto pelao, que es bastante ms vulgar, pero es igual, no es cierto? Otro recurso que utiliza Montesinos mostrando su actitud frente al otro es llevar la corriente al interlocutor, lo que en Mxico significara algo semejante a dar el avin, pues si bien muestra cierta empata en las interacciones, se observa que contesta con monoslabos, o se adelanta demostrando la obviedad61 de los mensajes que le entregan: - Cuculisa: Andrade es una cosa que, pobrecito, porque en el fondo no es malo. - Montesinos: No, no es malo. - Cuculisa: Sino que entre Blume Fortn y (Natale) Amprimo - Montesinos: Lo han absorbido. - Cuculisa: Le han hecho tortilla la cabeza. - Montesinos: As es62. Una aparente dialoga fluida que parece surgir de una empata funcional, rpida y eficiente, pero tambin muestra una disposicin por agradarse. Montesinos est en la etapa de la seduccin y Cuculisa en la de mostrar ganas de servir y ganar confianza. Por otro lado, se ha especulado acerca de la posible influencia de Abimael Guzmn el jefe senderista en el estilo de Montesinos63. Esta suposicin se desprende de algunas declaraciones del propio Vladimiro Ilich Montesinos Torres, arequipeo como Guzmn, quien dijo haber sostenido una guerra de mentes con el tambin llamado Presidente Gonzalo, a quien se dice visitaba con frecuencia, con obsequios, supuestamente para ablandarlo6