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EL BERROCAL DE TRUJILLO, UN PAISAJE NATURAL Y CULTURAL DIFERENCIADO Eduardo Alvarado Corrales Dpto. de Arte y Ciencias del Territorio Univers idad de Extremadura [email protected] Resumen: El berrocal durante siglos, en escalas muy diferentes, ha mantenido una nítida separación y referentes de difícil conexión con su entorno más inmediato. Ubicado en el borde oriental de la penillanura trujillano-cacereña, se diferencia claramente de ella por su topografía, geología, geomorfología y red hidrográfica Los grupos humanos que lo habitaron desde el período medieval lo han percibido como un espacio singularizado y diferenciado de su entorno. Ha sufrido procesos de ocupación, apropiación y singulares impactos paisajísticos, cuando por sus características debería ser reconocido como un valioso paisaje natural y cultural. Abstract: The Berrocal, over centuries and on very different scales, kept a clear separation and references that are hard to connect with its surroundings. Located on the eastern border of the Trujillo-Cáceres peneplain, the Berrocal is clearly separated from that peneplain by its geological features, geology, geomorphology, and hydrographic network.The human groups that inhabited it since the middle ages perceived it as a singular landscape that makes it apart from its surroundings. It has suffered a process of occupation, appropriation and important landscape alterations, even when it should be recognized as a valuable cultural and natural landscape due to its unique features 1. UN ESPACIO FÍSICO DIFERENCIADO 1.1. Un espacio resaltado por berrocales y aguas. El conjunto de la penillanura trujillano-cacereña fundamentalmente está constituido por materiales del precámbrico, grawacas; sobre ellos, resaltados o insertos,

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EL BERROCAL DE TRUJILLO, UN PAISAJE NATURAL Y CULTURAL DIFERENCIADO

Eduardo Alvarado CorralesDpto. de Arte y Ciencias del Territorio

Universidad de Extremadura [email protected]

Resumen: El berrocal durante siglos, en escalas muy diferentes, ha mantenido una nítida separación y referentes de difícil conexión con su entorno más inmediato. Ubicado en el borde oriental de la penillanura trujillano-cacereña, se diferencia claramente de ella por su topografía, geología, geomorfología y red hidrográfica Los grupos humanos que lo habitaron desde el período medieval lo han percibido como un espacio singularizado y diferenciado de su entorno. Ha sufrido procesos de ocupación, apropiación y singulares impactos paisajísticos, cuando por sus características debería ser reconocido como un valioso paisaje natural y cultural.

Abstract: The Berrocal, over centuries and on very different scales, kept a clear separation and references that are hard to connect with its surroundings. Located on the eastern border of the Trujillo-Cáceres peneplain, the Berrocal is clearly separated from that peneplain by its geological features, geology, geomorphology, and hydrographic network.The human groups that inhabited it since the middle ages perceived it as a singular landscape that makes it apart from its surroundings. It has suffered a process of occupation, appropriation  and important landscape alterations, even when it should be recognized as a valuable cultural and natural landscape due to its unique features

1. UN ESPACIO FÍSICO DIFERENCIADO1.1. Un espacio resaltado por berrocales y aguas.

El conjunto de la penillanura trujillano-cacereña fundamentalmente está constituido por materiales del precámbrico, grawacas; sobre ellos, resaltados o insertos, aparecen los relieves residuales y los conjuntos graníticos. El afloramiento de estos batolitos los conforma como espacios insularizados por sus características geológicas (granito, rodeados por una orla de pizarras y grawacas con metamorfismo de contacto). Estos batolitos, sometidos igualmente a profundos procesos erosivos, han perdido también una parte de su altura y su forma más externa, haciendo aparecer una morfología singular y característica y suelos diferentes con matriz arenosa, con una mayor capacidad de infiltración y con un espesor relativamente reducido.

El batolito de Trujillo, ocupando el centro del área más oriental de la penillanura, se destaca del conjunto de la misma no solo por esas características geológicas y edáficas, sino también por su topografía y altitud. El conjunto de la penillanura se sitúa alrededor de los 450 msnm, en la que se encaja la red hidrográfica formando los riberos y en la que el batolito de Trujillo se eleva ligeramente hasta los 564 msnm en el cerro “cabeza de zorro”, en el borde más elevado de la ciudad, donde se alza el castillo.

Entre otros aspectos, hay un hecho que singulariza, destaca y diferencia el berrocal de su entorno como es la disposición de la red hidrográfica del mismo berrocal y de su entorno. La interior, con una cierta disposición radial, está orientada por los afloramientos graníticos más potentes y el conjunto de fracturas que en él existe. Las características topográficas y el tipo de material granítico del berrocal lo hacen destacar sobre el conjunto de las grawacas de la penillanura. Es precisamente su posición en el

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camino natural que siguen algunos cursos de agua que nacen en la vertiente suroccidental de Sierra de Madroñera lo que hace que deban bordearlo. Por el sur el Magasca, encajándose ligeramente en la orla de pizarras metamorfizadas, una exhumación del borde granítico muy reciente (GÓMEZ, 1982), y por el norte el río Marinejo o Merlinejo, escasamente encajado.

Figura 1. MDT de El berrocal (Trujillo). Topografía y red hidrográfica

Fuente: Alvarado (2013)

La disposición de ambos cursos, receptores de los arroyos de su interior, casi circunvala y resalta el berrocal. Dado el diferente aporte de cada una de las subcuencas respectivas y de su caudal, el comportamiento que muestran es muy diferente, produciéndose un significativo encajamiento y agudización del nivel de base al que se encuentran cuando abandonan las proximidades del berrocal: el Magasca a 340 msnm en la Aldehuela y el Merlinejo a unos 400 msnm a la altura de Tozuelo de las Pizarras.

1.2. Un paisaje natural parcial e insuficientemente protegido.El berrocal en su conjunto no cuenta con declaración alguna como espacio

protegido; sin embargo, forma parte de algunos espacios incluidos en la Red Natura 2000, fundamentalmente como ZEPAS, mientras que como LIC tan solo es afectado por el del río Almonte. De este modo, los principales ríos que lo circundan -Magasca y el Merlinejo- son espacios de interés desde el punto de vista ornitológico. Un caso singular es el de la colonia de cernícalo primilla (Falco naumanni), catalogada como ZEPA, ubicada en la plaza de toros de Trujillo que podría ampliarse por el proceso de recuperación y extensión de las colonias de primillas por el casco antiguo de la ciudad.

Tabla 1. Espacios RN 2000 insertos parcialmente en el Berrocal de TrujilloSUPERF ALT. MEDIA

ZEPA MAGASCA 10.846,44 377,00ZEPA RIBEROS DEL ALMONTE 8.363,02 218,00 / 842,00ZEPA LLANOS DE TRUJILLO 7.756,56 380,00 / 545,00ZEPA CHARCA DE LA TORRE 2,83 400,00ZEPA COLONIAS DE CERNÍCALO PRIMILLA

1´05 606,00

LIC RÍO ALMONTE 8.730,01 370,00Fuente: MIMAM. (2005). Red Natura 2000 - Fichas EUR15.

En todo caso, más allá de la existencia de estos espacios de la RN-2000, el berrocal cuenta actualmente con una conformación paisajística compartimentada por cercas y caminos, y diferenciada en distintos ámbitos: 1) afloramientos graníticos de

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mayor entidad con vegetación densa de escobas blancas (Cytisus multiflorus) y encinas (Quercus rotundifolia); 2) espacios llanos y de pastizal, sembrados aún en los años 40 y en los que aparecen retamas (Retama sphaerocarpa) y cantuesos (Lavándula pedunculata); 3) masas de aguas de arroyos sometidos a intensos estiajes; 4) charcas y pequeños embalses; 5) espacios de construcciones y núcleos de población. Es éste un espacio sobre el que en ocasiones no se ha advertido con precisión su diferenciación en el contexto del paisaje de las penillanuras suroccidentales (MATA, R.-SANZ, C., 2003).

2. LA PRESENCIA HUMANA EN EL BERROCAL. La idea de paisaje reúne indudablemente en sí la consideración de la intervención

diacrónica del ser humano en un proceso de interacción e interdependencia con los restantes componentes del paisaje. Un proceso en cambio permanente y también percibido y conceptualizado de modo diverso (BERTRAND, 2006). No obstante, hay paisajes que, más allá de su intensa humanización, mantienen un referente cultural claro. Las más de las veces ese referente cultural se ha atribuido fundamentalmente a su componente patrimonial o arquitectónico; sin embargo, esos aspectos hay que considerarlos como una muestra –singularizada si se quiere- de la presencia de la acción humana. A ello hay que añadir otras actuaciones y, sobre todo, la consideración que sobre ese espacio se ha tenido a lo largo del tiempo, lo que condiciona y explica el comportamiento, actitud y grado de intervención que los grupos humanos han ido desarrollando. No podemos olvidar que, de uno u otro modo, el espacio es un producto social (FREMONT, 1976). De este modo, lo que explicaría y permitiría darle al berrocal trujillano ese calificativo- casi redundante- de paisaje cultural, sería una dilatada y mantenida secuencia de presencia humana, así como los rastros que la misma ha ido dejando en este espacio, desde la Edad Media (SÁNCHEZ, Mª A., 1993) conservando su toponimia de berrocal como en otros espacios graníticos (LLORENTE, J.M., 2011).

2.1. Un interés mantenido por concejos y ayuntamientos.La propia delimitación del berrocal como paisaje cultural diferenciado se advierte

en la huella que el mismo ha ido dejando a lo largo del tiempo en textos y documentos. Estas referencias, de índole muy diversa, muestran el interés y preocupación de los grupos humanos que lo habitan y que lo conforman. Ese rastro documental e informativo forma parte ya en sí mismo del paisaje cultural –aun cuando generalmente no se vea de este modo. Esta huella documental, más valiosa aún si la información es de un amplio período temporal, es mantenida, se ha conservado y se encuentra fundamentalmente en el propio territorio, en el marco de ese paisaje cultural.

Es ésta una situación que se encuentra en el caso del berrocal de Trujillo. Lo temprano de su referencia histórica y la abundante y mantenida documentación en que aparece (SÁNCHEZ, 1992-1995; LÓPEZ, 2007) se recoge en el Archivo Histórico Municipal de Trujillo (AMT). Se encuentra allí una documentación precisa y detallada sobre el devenir de Trujillo, su tierra y su gente, pero también -de una manera singularizada por su abundancia e importancia- sobre el propio paisaje cultural que es el berrocal. Esta documentación es atesorada, cuidada y conservada conscientemente por concejos y ayuntamientos durante más de 700 años, poniéndola a resguardo de hurtos, sustracciones, saqueos y destrucción, no dudando en mantener quien la cuidara o trasladarla en tiempos de guerra, o luchar por mantenerla en el lugar en tiempos de paz.

Hay tres referencias claras del interés del concejo por el berrocal que se muestran nítidamente en la huella que ha ido dejando a lo largo del tiempo en la documentación, insertándose así en la ciudad que, a su vez, se asienta y forma parte del mismo berrocal.

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Por una parte, la propia delimitación en sí, como un elemento de diferenciación y de defensa de un bien precioso para la ciudad y como protección de un interés público de los habitantes de Trujillo. Esa delimitación es la que proporciona precisamente una de las primeras referencias documentales sobre el propio berrocal. En 1353 se realiza el primer “deslinde y amojonamiento”, siguiendo básicamente los cursos de los ríos Magasca y Merlinejo. Posteriormente seguirá el interés por definir los bordes del berrocal (1380, 1493…) como espacio de aprovechamiento común frente a espacios privados colindantes. Esta preocupación por los límites también se producirá hacia el interior, frente a usurpaciones y apropiaciones de estas tierras comunales.

Por otra parte, también desde el final de la Edad Media se definen de un modo expreso los usos posibles, permitidos y autorizados, así como aquellos prohibidos y que contravienen el buen uso y adecuado mantenimiento del berrocal. Para ello el concejo de Trujillo elaboró detalladas ordenanzas específicas para el berrocal (las primeras conservadas de 1415-1417), apareciendo también en otras ordenanzas que el concejo realiza sobre diferentes aspectos como las viñas, las excusas de ovejas, labrar la tierra, los oficios o incluso el mercado franco. El uso del berrocal será un objeto de derecho, pero también, para quienes se asientan o realizan en él algunos aprovechamientos, se convierte en sujeto de obligaciones en forma cánones (repartimientos).

Por último, existe además en el AMT una serie documental extremadamente valiosa y, en general, bien conservada en la que el berrocal aparece muy frecuentemente de uno u otro modo. Se trata de las Actas Municipales en las que se recoge la vida diaria de Trujillo y sus arrabales, y en las que aparecen abundantes referencias al berrocal.

2.2. Un espacio diferenciado en propiedad y usos del suelo.El berrocal adquiere, como conjunto, una conceptualización espacial para los

habitantes de Trujillo y su tierra desde la baja Edad Media. Se trata de una referencia espacial claramente definida y delimitada que se mantiene hasta la actualidad. Es una diferenciación que encuentra su referencia en dos aspectos fundamentales como son la propiedad y el propio uso del suelo. La evolución y cambio a lo largo del tiempo, son determinantes en ese proceso constante de deconstrucción y construcción del paisaje.

Desde la época medieval, el berrocal se conforma como un espacio común. Será uno de los ejidos que Trujillo tenga en su amplio alfoz (SÁNCHEZ, 1993) y, sin lugar a dudas, el más preciado por su proximidad, por su importancia para los vecinos y porque se conforma como lo que hoy entenderíamos como una reserva de suelo que permite el mantenimiento y la expansión de la ciudad y de la población.

Concebido y defendido como espacio común –frente a los espacios del entorno de la penillanura en los que la gran propiedad se consolidó muy pronto- los usos del suelo que inicialmente se señalan en el berrocal -ya en 1290- aluden claramente a la instalación de viñas y huertas, que deben estar cercadas, prohibiendo adehesamientos y labor. Existe una abundante documentación sobre peticiones y autorizaciones por el concejo para realizar viñas en el berrocal a finales del S. XV y a lo largo del S. XVI

Es indudable que con los cerramientos -inicialmente cabe suponer que de pequeñas dimensiones- y el aprovechamiento mantenido en ellos de viñas y huertos, se irá consolidando con el paso del tiempo un pequeño número de propietarios que son perfectamente controlados por el concejo. Este tipo de usos del suelo va configurando una diversidad productiva y paisajística –más intensa y concentrada en ciertos lugares- compartimentando un territorio por los cercados y por los caminos que irán recorriendo este espacio y que permiten acceder a las propiedades agrarias que sirven de sustento a sus propietarios y a la ciudad en el mercado franco concedido por Enrique IV en 1465.

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Serán las propias necesidades de abastecimiento de la ciudad y la presión de los vecinos, unido al crecimiento de la ciudad y sus arrabales, lo que posiblemente explican que en el período moderno, y de un modo paralelo a ese cerramiento, se pase de la prohibición a la autorización para arar y labrar en el berrocal (AMT, 1531), debidamente recogido en ordenanzas municipales (AMT, 1579).

Es este un proceso regulado por el concejo mediante repartimientos, como el realizado en 1790 (AMT, 1790) sobre “las tierras labrantías del berrocal, valdío común de esta dicha ciudad entre labradores della y sus arrabales”.

Tabla 2. Repartimiento de tierras a labradores en berrocal.1790Fanegas Labradores

Con 1 yunta 6 110Con 2 yuntas 12 18Con 3 yuntas 18 2Con 4 yuntas 21 17Bracero 3 5TOTAL BERROCAL - 152

Fuente: Elaboración propia a partir de AMT.1790Este uso para tierras de labor contribuirá a construir el paisaje del berrocal,

diversificándolo aún más y creando un mosaico de huertos y viñas cercados, terrenos labrados y espacios de monte cerrado y afloramiento granítico. Todo ello trenzado de caminos de uso en propio berrocal y otros de largo recorrido, atravesándolo, conectan Trujillo con poblaciones y otros centros de poder político y económico.

A la consolidación de propiedades de mayor tamaño que se advierte en los siglos XVII y XVIII a través de compras, hay que añadir un nuevo componente, el uso ganadero, que explica un cambio de aprovechamientos en la intensificación productiva y que tendrá otros efectos no deseados (pérdida de población, conflictos). Desde la Edad Media se ha ido consolidando la organización de cañadas y vías pecuarias con los movimientos de ganados trashumantes. En ese tránsito hacia las dehesas cálidas del sur en otoño y hacia los pastos frescos y estivales en montañas del norte, el berrocal se verá atravesado por diferentes vías pecuarias.

Los aprovechamientos ganaderos y extensivos se incrementarán, y entrarán en conflicto con ellos, a costa de los aprovechamientos de tierras de labor y, especialmente de las viñas y huertos. Esta situación queda claramente de manifiesto a finales del siglo XVIII y es denunciada tanto en los informes para la instauración de la Real Audiencia de Extremadura en 1790 como en el diccionario de Tomás López en 1798 (BARRIENTOS y RODRÍGUEZ, 1991, 1996), en los que se señala la extensificación hacia usos ganaderos y se considera este proceso causa de la despoblación.

En todo caso, pese a las quejas que se manifiestan a fines del XVIII, no puede pensarse que el proceso de cerramientos, diversificación y creación de un mosaico paisajístico se cierra en ese tiempo. Muy al contrario, los datos que el AMT recoge sobre las cercas existentes en 1829 (497), en 1836 (749) y 1838 (370), parecen mostrar una continuidad en los cerramientos, la consolidación de una serie de espacios y núcleos (Huertas de Ánimas, Huertas de la Magdalena y Belén) en los que principalmente se ubican y un proceso creciente de concentración de la tierra en manos de propietarios de mayor entidad (nobleza local y pequeña burguesía).

Durante siglos se ha ido produciendo una lenta y paulatina concentración de la tierra por las clases más poderosas, las que tienen capacidad para ir adquiriendo tierras y controlar los repartimientos de mayor entidad para labor en el berrocal. La preeminencia económica y social estuvo perfectamente regulada en el caso de concejos como Trujillo en la baja Edad Media y la Edad Moderna y que la situación del control político en el

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concejo se tradujo a lo largo del tiempo en el control de la propiedad y el uso de la tierra, además de ocupar y copar la representación en y ante la corte.

2.3. Un espacio construido y que siempre dio cobijo. Frente a un entorno débilmente poblado a lo largo del tiempo, o incluso con

períodos de despoblamiento o abandono, el berrocal ha mantenido una permanente presencia humana que incluso se ha ido consolidando y ampliando. Esta continuidad ha ido dejando como rastro la propia referencia de los asentamientos humanos concentrados en los núcleos de población, tanto de la ciudad como de los arrabales que tiene su origen tal y como su nombre indica en las Huertas.

En 1577 y 1598 aparecen recogidos una serie de enclaves en el berrocal donde se localizan huertas; algunas de ellas se ubican donde se irán consolidando los actuales núcleos de Huertas de Ánimas, Huertas de la Magdalena y Belén (anterior Papalbas). A finales del siglo XVIII, estos enclaves están perfectamente consolidados, como recoge el Diccionario de Tomás López, el Interrogatorio de la Real Audiencia o el propio Diccionario de Pascual Madoz.

Tabla 3. Vecinos en el Berrocal. Trujillo y arrabales. 1790, 1798Trujillo Huertas de

ÁnimasHuertas de la Magdalena Belé

nTOTAL

1791

720 190 34 34 978

1785

600 160 60 30 850

Fuente: 1791. Interrogatorio R.A. Extremadura. 1785. Diccionario T. López A finales del XX (MARTÍN, 1980) estos núcleos tienen un comportamiento

agrario frente al más urbano de Trujillo. Actualmente, ya consolidados, mantienen su referente de “arrabales“, con una lenta unión física entre Huertas de Ánimas y Trujillo.

Conviene señalar que a través de la documentación, e incluso actualmente en el acerbo popular y coloquial de Trujillo, existe una doble diferenciación con respecto al berrocal: en cuanto a su espacio circundante –el espacio peniaplanado, más allá de los ríos Magasca y Merlinejo-, y en relación con la propia ciudad e incluso con sus arrabales: durante siglos se habla del berrocal como un espacio diferenciado de los núcleos de población –ya sea la propia ciudad de Trujillo o sus arrabales-, olvidando y obviando que todos ellos se asientan y forman parte del propio berrocal.

Un referente que diferencia y singulariza el berrocal de su entorno es la utilización y preocupación por el agua. Ello ha de ponerse en relación con la existencia de importantes asentamientos humanos, con la capacidad económica de un importante y poderoso concejo de realengo; también con las características físicas del berrocal, la escasez de precipitaciones, una hidrografía intermitente y necesaria y, en ocasiones, como vía de obtención de ingresos. Algunos referentes de esas intervenciones constituyen un verdadero patrimonio hidráulico y un auténtico paisaje cultural:

- Embalse de la Albuhera, concluida en 1577, y sus molinos.- Estanque de San Lázaro y Charca de la Magdalena.- Molinos en Magasca y Merlinejo, citados desde el período medieval.- La “traída” de agua desde Santa Lucía (Villuercas) en 1860.- Lavadero de La Molineta (1894).- Charca en arrabal de Ánimas (1886-1896).

2.5. Un lugar de paso.La ubicación de Trujillo en un espacio prominente, centrado y dominando todo el

conjunto del área más oriental de la penillanura trujillano-cacereña, así como la

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continuidad a lo largo del tiempo del asentamiento poblacional, su importancia y relevancia, hacen que de él un camino transitado a lo largo del tiempo. Este discurrir de culturas y civilizaciones, de viajeros, trashumantes y gentes en paz, de mesnadas, salteadores y ejércitos en guerra, dejaron su impronta y contribuyeron a que se consolidaran vías y caminos, carreteras, autovías y, en los últimos tiempos, tendidos que atraviesan el berrocal, que lo trenzan y que parecen querer sujetarlo sobre la penillanura.

Las vías pecuarias son esos increíbles corredores ecoculturales construidos durante siglos y aún escasa o nulamente reconocidos en normativas ambientales autonómicas, nacionales o incluso del Patrimonio Mundial. Fuente de tensión y conflicto entre trashumantes y ganaderos estantes, entre serranos y agricultores, también son focos de mestizaje cultural con una cultura pastoril presente en cientos de kms, en miles de noches y días y en centenares de años. A través del antiguo alfoz y del término trujillano, por el mismo berrocal, u orlándolo, discurren dos importantes vías pecuarias: 1.- La Cañada Real Vizana o de la Plata que, procedente de las montañas de Asturias/León (Rabanal de Luna), discurre básicamente sobre la Vía de la Plata desviándose a la altura de Plasencia, para atravesar Monfragüe y entrar en el concejo de Trujillo una vez pasado el río Almonte. Llega al berrocal, por el que discurre hacia el SO. Terminará en el arrabal de Huertas de Ánimas después de recorrer unos 500 Kms.2.- La Cañada Real Leonesa Occidental que, comenzando en las montañas de Soria, pasará por el puerto del Pico, el puerto de Miravete y -tras atravesar el Almonte en las proximidades de Jaraicejo- entra en el término de Trujillo, llegando al berrocal donde se unirá con la Cañada de la Plata, para seguir hacia el SE y las tierras y pastos de la Serena. Tiene una longitud de unos 700 kms.

Esas cañadas, con su red de cordeles, veredas y coladas, orlarán su recorrido de descansaderos y harán más necesario el mantenimiento de “pasaeras“, vados y puentes que permitan atravesar ríos y arroyos aventados o sometidos a intensos estiajes. Son un referente cultural que tiene en el propio berrocal su finalización y continuidad en lo que aún se sigue conociendo como el “Descansadero del Resbaladero” (Huertas de Ánimas).

Estas y otras vías pecuarias no solo serán el espacio para el tránsito de ganados y trashumantes bajo la mirada vigilante de rabadanes. Por esas mismas vías discurrirán buhoneros y comerciantes y por ellas llegarán al berrocal y a la ciudad de Trujillo situaciones de tensión, o viajeros ilustrados como Antonio Ponz (1784) narrando los conflictos de serranos trashumantes con los “guardias del verde”.

La disposición de estas vías pecuarias sobre verdaderos corredores naturales ha hecho que a lo largo de la Historia se conformen como los ejes de grandes corredores de comunicación en su totalidad o parcialmente. Cuando a finales del XIX se aborda el tratamiento con aglomerados especiales de la carretera entre Trujillo y Plasencia –que discurre actualmente a través del actual Parque Nacional y Reserva de la Biosfera de Monfragüe- lo hará sobre el eje de la vía pecuaria de la Plata.

La ubicación y asentamiento de la corte en Madrid, el carácter centralista y radial que desde antiguo se desarrolla para el conjunto de las comunicaciones, sitúa nuevamente al berrocal y a Trujillo en un lugar idóneo de paso y, en menos ocasiones, de parada. La importancia geoestratégica de Badajoz en tiempos de conflicto y tensión con Portugal, y su posición como el camino natural hacia Lisboa en tiempos de paz, explica la consolidación del Camino real entre Madrid y Badajoz/Lisboa pasando por el berrocal. Sobre ese camino discurrirán las viejas carreteras nacionales de tipo radial (N-V), que unían y pasaban por poblaciones, y las nuevas vías de gran capacidad (Autovía del Suroeste-A-5/E-90) que las evitan dejándolas a un lado. La ejecución de estas vías de gran capacidad incrementará el número de viajeros, pero establecerá un destacado

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impacto paisajístico sobre el conjunto del berrocal, generando espacios de menor conexión en él a pesar de la permeabilidad que se tratan de conferir las mismas.

Hay otro eje de comunicación que unió a Trujillo, por el oeste y siempre atravesando el berrocal, con Cáceres en tiempos medievales y modernos. Actualmente, con la conversión de este tramo de la carretera N-521 en autovía y el enlace con la A-5 para evitar pasar por la ciudad de Trujillo, el berrocal se ha visto marcado por el significativo impacto paisajístico de esta vía de gran capacidad (A-58) que la rodea por el O-NO. También hacia el este, siempre existió atravesando, el berrocal, el viejo camino a Guadalupe, ubicado en los confines del alfoz trujillano.

Todas estas vías de comunicación, como las que soportan y aseguran la relación con la tierra y Sierra de Montánchez, tránsito de personas y mercancías, ganados y vehículos, de ritmos y tiempos lentos o más intensos, han ido generando flujos y referentes lineales en el paisaje y también han ido estableciendo puentes con los que sortear los ríos frontera del berrocal, el Magasca y el Merlinejo. Infraestructuras que han necesitado de cuidado y reparación quedando recogidas frecuentemente en documentación diversa del AMT y siendo sufragadas por las rentas del concejo.

En los comienzos del siglo XXI, la ciudad y el berrocal no han podido, o no han sabido, sustraerse a la aparición de nuevas líneas que geometrizan el horizonte y el paisaje del berrocal y que, literalmente, parecen querer fijarlo a la penillanura. El desarrollo en las dos últimas décadas de las energías fotovoltaicas y termosolares, la fuerte insolación en el ámbito centro-sur de la región y los usos extensivos del suelo, además de los incentivos a este tipo de energía, explican la aparición -alguna de ellas en el borde del berrocal- de diferentes plantas en el territorio extremeño. Ello, positivo en sí, ha supuesto el establecimiento de importantes tendidos para evacuar la energía hacia los centros de redistribución y consumo. Es de este modo como, con una dirección básicamente sur-norte, el borde de la penillanura trujillano-cacereña en la que se asienta el berrocal y Trujillo, ha visto aparecer torres y tendidos de REE (de 220kV, 400 kV y otra de 400 kV en construcción) recortados sobre el paisaje, almenando horizontes, el propio batolito e incluso los referentes culturales y patrimoniales de la ciudad.

Figura 2. Vías de comunicación y tendidos eléctricos en el Berrocal

Fuente: Alvarado (2013) y Red Eléctrica Española

2.6. En busca de un reconocimiento.

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A lo largo de los últimos setecientos años, el berrocal se ha configurado como un espacio diferenciado en los usos y en los referentes culturales, patrimoniales y paisajísticos. Este proceso mantenido posiblemente tenga en los comienzos del siglo XXI un nuevo referente. La ciudad de Trujillo ha intentado sin éxito, pese a la calidad sobresaliente de su patrimonio cultural (arquitectónico, archivístico, documental, etc.), conseguir su declaración como Patrimonio de la Humanidad. Todo ello a pesar de encontrarse en el centro de tres lugares que gozan de este reconocimiento (Cáceres, Mérida y Guadalupe) –o precisamente por ello- y de la proximidad a la Reserva de la Biosfera de Monfragüe y al Geoparque de Villuercas-Ibores-Jara. A partir de 2008, en un proceso que concluye negativamente en 2012 -tras conseguir la inclusión en 2009 en la Lista Indicativa de Patrimonio de la Humanidad- la ciudad de Trujillo y el berrocal han formado parte del proyecto Plasencia-Monfragüe-Trujillo: Paisaje mediterráneo. Los informes no favorables de los evaluadores en 2012 hicieron que se retirara la candidatura, lo que podría permitir reformularla en el futuro, si así se considera.

En ese contexto, como una vía de reforzar la candidatura, se inició el proceso de declaración del berrocal trujillano como espacio natural protegido con la similitud y referencia del Paisaje Protegido de Valcorchero (1.184 has) en Plasencia. Sin una definición clara de la figura de protección solicitada -como espacio natural protegido en calidad de paisaje o monumento natural (Ayto. Trujillo.2011)- su delimitación se ajustó estrictamente a lo que es el afloramiento granítico (Figura 3. Geología). Con cuya delimitación se incluyó en el documento definitivo de la candidatura. Esta propuesta no es tan ajustada a la posteriormente realizada con el mismo fin cuyos límites más precisos era la red hidrográfica (Magasca y Merlinejo) que discurre por el borde de la orla de grawacas afectadas por metamorfismo de contacto (Figura 3. Propuesta Paisaje).

Figura 3. Propuesta de protección del Berrocal. Geología

Fuente: Mateos (2011, 2012)

Pese a la retirada de la candidatura conjunta con Plasencia y Monfragüe, este proceso de declaración ante la Comunidad Autónoma de Extremadura sigue abierto con algunos interrogantes importantes relativos a su denominación, a la figura a adoptar y a

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la propia delimitación. Si inicialmente ésta se basaba tan solo en criterios estrictamente geológicos de la superficie del batolito granítico (Figura 3.Geología), podría estarse barajando la inclusión de zonas aledañas al berrocal, ya en la penillanura y con criterios más faunístico-ornitológicos, creemos que siempre de encaje y ajuste más difícil y complejo, obviando viejos deslindes del berrocal ya realizados en el s.XIV.

3. CONCLUSIONESDiferenciado por factores físicos, el berrocal ha visto cómo a lo largo del tiempo

se ha mantenido la actividad y ocupación del mismo. Ello ha ido generando un paisaje vivo y vivido, percibido como un espacio diferenciado por sus habitantes y quienes se acercan al berrocal. Conformado como un verdadero paisaje cultural, se ve sometido a una creciente presión por la actividad humana poniendo en riesgo los valores patrimoniales (culturales-naturales) que lo identifican.

Su reconocimiento y declaración como paisaje cultural contribuiría a una gestión más adecuada y a que el berrocal generara más oportunidades y se continuara manteniendo sobre él la misma actitud que hacia él se tuvo durante más de 700 años.

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