XXXII Domingo de tiempo ordinario 10 de noviembre de 2019

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XXXII Domingo de tiempo ordinario 10 de noviembre de 2019 SIN TI NO HAY PRESENTE. CONTIGO HAY FUTURO En este domingo, nuestra Madre, la Iglesia en España celebra el día de la Iglesia Diocesana. Una jornada para concienciarnos que pertenecemos a una gran familia, la Iglesia, y como tal debemos preocuparnos. Por eso a continuación exponemos la carta que nuestro Sr. Cardenal nos dirige en el día de hoy: “Queridos hermanos y hermanas: Como todos los años, en el segundo domingo del mes de noviembre, celebramos la Jornada de la Iglesia Diocesana, que nos recuerda con su lema que Somos una gran familia contigo. Una familia en la que cada miembro cuenta y está llamado a dar y a compartir cuanto es y cuanto tiene para enriquecer a todos. Dios, Padre de esta gran familia, no nos ha pensado como islas, sino como un cuerpo vivo, donde cada miembro recibe de los demás y aporta a todos. Acabamos de celebrar, junto con toda la Iglesia, el Mes Extraordinario Misionero. Aquí, en Madrid, estamos poniendo en marcha el Plan Diocesano Misionero, que quiere ser el instrumento con el que seguir concretando y llevando a la práctica las muchas propuestas que los grupos hicieron tras los trabajos del Plan Diocesano de Evangelización. Caminemos como esa comunidad que comparte una misma fe, a la que le mueve la misma esperanza y está unida por una misma caridad, unidos profundamente a Jesucristo. Hoy os quiero invitar a colaborar económicamente en el sostenimiento de la Iglesia diocesana. La Iglesia que vive en Madrid «somos una gran familia», las comunidades cristianas que la forman son diversas, con situaciones y necesidades diferentes. Ayudémonos unos a otros. Mostremos con obras que somos una gran familia. Este gesto que hoy os pido, tan sencillo, pero tan necesario, de contribuir a sostener la Iglesia diocesana, es un gesto de fe, de esperanza y de amor, al que la Iglesia quiere servir con la contribución generosa de cada uno de sus miembros. Es un gesto de caridad, porque estamos mostrando que nuestro amor se traduce en obras, porque lo único que cuenta es saber que somos hermanos y que nos ocupamos los unos de los otros. Gracias por cuanto ya hacéis. Os invito a renovar la alegría de creer, que es la que nos ha de seguir empujando para continuar dando el testimonio que el mundo necesita. Que la santísima Virgen María en su advocación de la Almudena, nos mueva a dar una respuesta generosa a esta petición que os hago en la Jornada de la Iglesia Diocesana. Con gran afecto os bendice, +Carlos Cardenal Osoro, arzobispo de Madrid” ¡Feliz Domingo a todos!

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XXXII Domingo de tiempo ordinario 10 de noviembre de 2019

SIN TI NO HAY PRESENTE.

CONTIGO HAY FUTURO

En este domingo, nuestra Madre, la Iglesia en España

celebra el día de la Iglesia Diocesana. Una jornada para concienciarnos que pertenecemos a una gran familia, la Iglesia, y como tal debemos preocuparnos. Por eso a continuación exponemos la carta que nuestro Sr. Cardenal nos dirige en el día de hoy:

“Queridos hermanos y hermanas: Como todos los años, en el segundo domingo del mes

de noviembre, celebramos la Jornada de la Iglesia Diocesana, que nos recuerda con su lema que Somos una gran familia contigo. Una familia en la que cada miembro cuenta y está llamado a dar y a compartir cuanto es y cuanto tiene para enriquecer a todos. Dios, Padre de esta gran familia, no nos ha pensado como islas, sino como un cuerpo vivo, donde cada miembro recibe de los demás y aporta a todos.

Acabamos de celebrar, junto con toda la Iglesia, el Mes Extraordinario Misionero. Aquí, en Madrid, estamos poniendo en marcha el Plan Diocesano Misionero, que quiere ser el instrumento con el que seguir concretando y llevando a la práctica las muchas propuestas que los grupos hicieron tras los trabajos del Plan Diocesano de Evangelización. Caminemos como esa comunidad que comparte una misma fe, a la que le mueve la misma esperanza y está unida por una misma caridad, unidos profundamente a Jesucristo.

Hoy os quiero invitar a colaborar económicamente en el sostenimiento de la Iglesia diocesana. La Iglesia que vive en Madrid «somos una gran familia», las comunidades cristianas que la forman son diversas, con situaciones y necesidades diferentes. Ayudémonos unos a otros. Mostremos con obras que somos una gran familia.

Este gesto que hoy os pido, tan sencillo, pero tan necesario, de contribuir a sostener la Iglesia diocesana, es un gesto de fe, de esperanza y de amor, al que la Iglesia quiere servir con la contribución generosa de cada uno de sus miembros. Es un gesto de caridad, porque estamos mostrando que nuestro amor se traduce en obras, porque lo único que cuenta es saber que somos hermanos y que nos ocupamos los unos de los otros.

Gracias por cuanto ya hacéis. Os invito a renovar la alegría de creer, que es la que nos ha de seguir empujando para continuar dando el testimonio que el mundo necesita.

Que la santísima Virgen María en su advocación de la Almudena, nos mueva a dar una respuesta generosa a esta petición que os hago en la Jornada de la Iglesia Diocesana.

Con gran afecto os bendice, +Carlos Cardenal Osoro, arzobispo de Madrid”

¡Feliz Domingo a todos!

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PRIMERA LECTURA 2 Mac 7, 1-2. 9-14 El rey del universo nos resucitará para una vida eterna En este capítulo de cruz, pero también de amor, en lugar de gritos de dolor y de sufrimiento de los prisioneros, se proclama en voz alta la fe de Israel y, por primera vez, la certeza de la resurrección y del premio que se concederá a los mártires. Lectura del segundo libro de los Macabeos. EN aquellos días, sucedió que arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la ley. Uno de ellos habló en nombre de los demás: «Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres». El segundo, estando a punto de morir, dijo: «Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el Rey del universo nos resucitará para una vida eterna». Después se burlaron del tercero. Cuando le pidieron que sacara la lengua, lo hizo enseguida y presentó las manos con gran valor. Y habló dignamente: «Del Cielo las recibí y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios». El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos. Cuando murió este, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba a punto de morir, dijo: «Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se tiene la esperanza de que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida». Palabra de Dios (Te alabamos, Señor). SALMO: Sal 16, 1bcde. 5-6. 8 y 15 R/. Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor. Este salmo, compuesto por David en un momento de aprieto y soledad, puede retratar muy bien cómo nos sentimos cuando nos vemos injustamente atacados, acosados y escarnecidos. El salmo nos muestra el camino: rezar, desprenderse de todo amor propio y ponerse en manos de Dios.

Señor, escucha mi apelación, atiende a mis clamores, presta oído a mi súplica, que en mis labios no hay engaño R/.

Mis pies estuvieron firmes en tus caminos, y no vacilaron mis pasos. Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; inclina el oído y escucha mis palabras . R/.

Guárdame como a las niñas de tus ojos, a la sombra de tus alas escóndeme. Yo con mi apelación vengo a tu presencia, y al despertar me saciaré de tu semblante. R/.

SEGUNDA LECTURA 2 Tes 2, 16-3, 5 Que el Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas

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El apóstol recuerda el valor de las tradiciones, consignas a las que los tesalonicenses deben permanecer ligados, y lo hace a través del consuelo de Dios. Desea y pide que la fuerza, la esperanza, el amor de Dios que ha experimentado él lo gocen también todos los cristianos. Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses. HERMANOS: Que el mismo Señor nuestro, Jesucristo, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha regalado un consuelo eterno y una esperanza dichosa, consuele vuestros corazones y os dé fuerza para toda clase de palabras y obras buenas. Por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor siga avanzando y sea glorificada, como lo fue entre vosotros, y para que nos veamos libres de la gente perversa y malvada, porque la fe no es de todos. El Señor, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del Maligno. En cuanto a vosotros, estamos seguros en el Señor de que ya cumplís y seguiréis cumpliendo todo lo que os hemos mandado. Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y la paciencia en Cristo. Palabra de Dios (Te alabamos, Señor).

ALELUYA Ap 1, 5a y 6b R/. Aleluya, aleluya, aleluya. Jesucristo es el primogénito de entre los muertos; a él, la gloria y el poder por los siglos de los siglos. R/.

SANTO EVANGELIO Lc 20, 27-38 No es Dios de

muertos, sino de vivos Los que estén con Jesús en una muerte semejante a la suya, es decir, dispuestos a perder la vida por amor, serán, “como los ángeles”, llamados a la gloria de los que viven en Dios. Gozarán de la condición de hijos en el esplendor del Reino. Como los ángeles, vivirán para Dios, para su gloria, eternamente. Lectura del santo Evangelio según san Lucas. EN aquel tiempo, se acercaron algunos saduceos, los que dicen que no hay resurrección, y preguntaron a Jesús: «Maestro, Moisés nos dejó escrito: “Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero sin hijos, que tome la mujer como esposa y de descendencia a su hermano. Pues bien, había siete hermanos; el primero se casó y murió sin hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y así los siete, y murieron todos sin dejar hijos. Por último, también murió la mujer. Cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será la mujer? Porque los siete la tuvieron como mujer». Jesús les dijo: «En este mundo los hombres se casan y las mujeres toman esposo, pero los que sean juzgados dignos de tomar parte en el mundo futuro y en la resurrección de entre los muertos no se casarán ni ellas serán dadas en matrimonio. Pues ya no pueden morir, ya que son como ángeles; y son hijos de Dios, porque son hijos de la resurrección. Y que los muertos resucitan, lo indicó el mismo Moisés en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor: “Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob”. No es Dios de muertos, sino de vivos: porque para él todos están vivos».

Palabra del Señor (Gloria a ti, Señor Jesús).

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Lunes Formativo a las 19.30h… Historia de la Iglesia Jueves Eucarístico, Exposición del Santísimo de 8.30 a 10h y de 17.30 a 19h.

o Adoración parroquial de 21 a 22h. o Jueves a las 19.30h… Aprender a Comer (Salones parroquiales).

SÁBADO, 16 de noviembre, SALIDA A LA MONTAÑA, más información en los carteles.

Durante todos los miércoles de noviembre ofreceremos las Eucaristías por nuestros difuntos, apúntalos en sacristía.

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Salve, Señora de tez morena

Virgen y Madre del Redentor

Santa María de la Almudena

Reina del Cielo, Madre de amor.

Santa María de la Almudena…

Reina del Cielo, Madre de amor

Tú que estuviste oculta en los muros

de este querido y viejo Madrid,

hoy resplandeces ante tu pueblo,

que te venera y espera en ti.

Bajo tu manto, Virgen sencilla

buscan tus hijos la protección.

Tú eres patrona de nuestra Villa,

Madre amorosa, Templo de Dios