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    Presentacin ........................................................................................................... 3

    Introduccin .......................................................................................................... 6

    1. T eres mi hijo amado (Mc 1,6-11) .................................................. 11

    2. Enseaba con autoridad (Mc 1,21-28)............................................. 15

    3. Eres el Mesas (Mc 8,27-35) .................................................................... 19

    4. El Hijo del Hombre ha venido a servir (Mc 10,35-45)............ 23

    Tu rostro Seor es lo que busco (Celebracin de la Palabra)....... 27

    ndice

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    Marcos, el evangelista del rostrode Jess

    El evangelista Marcos es el inventor de este g-nero llamado evangelio. Marcos, antes que escri-

    tor, es creyente. Su gran preocupacin a la horade narrar la actividad de Jess es, por una parte,ser fiel a las tradiciones que conoce acerca del Se-or (dichos, parbolas, milagros, relato de la pa-

    sin...) y, por otra, iluminar la realidad y los proble-mas de la comunidad en la que vive. Para elloelabora este primer evangelio, que servir de guapara los otros dos evangelios sinpticos: Lucas yMateo.

    En el trasfondo del evangelio de Marcos se encuen-tra una pregunta a la que intentan responder todosy cada uno de los personajes que aparecen a lo lar-go de la narracin: quin es Jess? El evangelistaMarcos invita a acercarse a l con un espritu de bs-queda, estando atentos a las diversas respuestas y ac-

    titudes de todos los personajes de su evangelio. Pa-rece como si nos fuese entregando paso a paso unmontn de teselas con las que formar un mosaico

    que al final es capaz de revelar el autntico rostrode Jess. Cada tesela proporciona un rasgo, pero no

    agota la riqueza de la identidad de Jess. Solo el con-junto bien ensamblado de teselas desvelar el siem-pre misterioso y paradjico rostro del Nazareno.

    Un proyecto bien pensado

    Entre esas respuestas que proporcionan los distin-tos personajes destacan dos que estructuran toda

    la narracin y descorren el velo que permite en-trever el autntico rostro de Jess. Pedro y el cen-turin toman la palabra en dos momentos culmi-nantes del evangelio para decir quin es realmenteeste Jess que cura, expulsa demonios, ensea conautoridad y muere en la cruz. Estos dos personajesexpresan lo que el evangelista nos adelanta en el

    ttulo del libro: Comienzo de la buena noticia de

    Jess, Mesas, Hijo de Dios (Mc 1,1).

    Pedro: T eres el Mesas

    Pedro, en el centro del evangelio (Mc 8,27-30), res-ponde en nombre de los discpulos a las pregun-

    tas de Jess: Quin dice la gente que soy yo?...Y vosotros, quin decs que soy yo?. El primer

    discpulo al que Jess llam contesta atendiendoa la opinin de la gente: Unos, que Juan Bautista;

    introduccin

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    yo?7otros, que Elas, y otros, que uno de los profe-tas. Despus responde desde lo que l piensa:

    T eres el Mesas. De este modo expresa loque se intuye sobre Jess a lo largo de los ochoprimeros captulos del evangelio. En ellos, Jess haanunciado el Reino de Dios con palabras y conacciones de sanacin y de exorcismo, revelndosecomo el Mesas esperado.

    Centurin: Verdaderamente este hombre era

    Hijo de Dios

    Pero llama la atencin cmo Jess parece quererocultar su condicin de Mesas mandando callar adistintos personajes. Estas rdenes de silencio seconocen como secreto mesinico. Mediante este

    recurso, el evangelista advierte que para conocerverdaderamente a Jess no es suficiente con que-dar boquiabierto ante sus palabras y los prodigiosque realiza. Jess es el Mesas, pero es un Mesassufriente, que manifiesta su condicin de Hijo deDios en la cruz. Hay que caminar con l hasta lapasin, muerte y resurreccin para llegar a cono-cer su autntica identidad.

    La segunda parte del evangelio se dedica precisa-mente a mostrar ese camino hacia Jerusaln, en elque Jess anuncia tres veces su pasin y se revela co-mo un Mesas que renuncia a s mismo, que ha veni-do a servir y a no ser servido. El desvelamiento de laidentidad de Jess culmina con la confesin de fe del

    centurin romano a los pies de la cruz: Verdadera-mente este hombre era Hijo de Dios (Mc 15,39).

    Atendiendo a esta revelacin progresiva de laidentidad de Jess, el esquema general del evange-lio de Marcos sera el siguiente:Mc 1,1-13: Prlogo.Mc 1,148,30: Jess Mesas.Mc 8,3116,8: Mesas sufriente e Hijo de Dios.Mc 16,9-20: Apndice cannico.

    Cuatro miradas al rostro de Jess

    Ya hemos dicho que el tema central del evangelio esla identidad de Jess. El inters que tiene el evange-lista Marcos por anunciar la buena noticia del Mesase Hijo de Dios es evidente. A cada paso del relatoaparecen preguntas directas o indirectas, manifesta-ciones ms o menos claras, que hacen surgir el inte-

    rrogante sobre quin es realmente este Jess. Al igualque aquellos primeros cristianos de la comunidad ala que escribe Marcos, nosotros, al leer su evangelio,nos vemos obligados a plantearnos continuamentepreguntas sobre Jess. Ms an cuando comproba-mos que su verdadera identidad siempre terminapor escaprsenos de las manos. El misterio de su

    persona nunca deja de ser un misterio.Ciertamente, son muchas y diversas las perspectivasdesde las que se contempla el rostro de Jess en elevangelio de Marcos. Son tantas como personajeshablan o actan en torno a Jess. No queda nadieindiferente: desde los demonios, pasando por las au-

    toridades judas y romanas, la gente, sus familiares y

    paisanos, los discpulos. Todos dicen algo respecto aeste hombre poderoso en palabras y acciones. Con

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    todas estas opiniones, confesiones de fe, reacciones,manifestaciones..., el evangelista Marcos nos va ofre-ciendo las teselas con las que construir un mosaicoque revele la identidad de Jess. No podemos abar-car todas, ni mucho menos, por eso vamos a pre-sentar la perspectiva de cuatro textos que nos vana permitir esbozar el autntico rostro de Jess.

    1. La mirada de Dios y del Bautista

    En un primer texto (Mc 1,6-11), Dios mismo tomala palabra y a travs de la voz del cielo presentaa Jess. l es su Hijo amado. Los lectores del evan-gelio tienen as una clave fundamental, desde la pa-labra autorizada del Padre, para comprender otrasexpresiones que aparecern referidas a Jess a lo

    largo del texto (por ejemplo, el hijo del hombretambin es seor del sbado, en Mc 2,28). De es-te modo, el lector conoce desde el principio elhorizonte hacia el que camina en ese desvela-miento de la identidad profunda de Jess: su con-dicin de Hijo amado de Dios.

    Junto a Dios, Juan el Bautista, en el papel del pro-

    feta Elas, precursor del Mesas, ofrece con sus ac-titudes, costumbres y palabras el punto de compa-racin y de contraste para comprender la figura yla misin de este hombre que es Hijo de Dios yviene como Mesas definitivo.

    2. La mirada de la gente

    En un segundo momento, el evangelista Marcosnos ofrece un texto en el que aparece la reaccin

    de la gente ante la enseanza y un exorcismo deJess (Mc 1,21-28). Se trata de la opinin de unamultitud sin rostro, pero con capacidad de juicio.Son gente receptiva, que acoge a Jess y su men-saje, que muchas veces muestra ms fe que los dis-cpulos y que tiene necesidad de muchas cosas,porque se sienten como ovejas sin pastor. La ma-nera como ensea Jess y sus sanaciones constitu-

    yen muestras de una identidad fuera de lo comnque las masas son capaces de apreciar. La autori-dad que se trasluce en sus palabras y acciones es

    totalmente nueva y distinta a la que tienen los es-cribas, maestros de la ley. Por eso, esta gente co-mienza desde el principio a interrogarse: Qu esesto?, e irn dando sus respuestas.

    Junto a la gente, aparece un espritu impuro queentabla un dilogo con Jess. El Seor, que viene devencer a Satans en el desierto, comienza a mani-festar su autoridad contra todo poder esclavizante.Y el espritu inmundo, al que Jess manda callar,declara su identidad: es el Santo de Dios.

    3. La mirada de los discpulosLa tercera perspectiva la ofrece la mirada de losdiscpulos (Mc 8,27-35), algunos de ellos llamadosprobablemente de entre las gentes que siguen a

    Jess. Son personas a las que les cuesta conocera Jess realmente. En la primera parte del evan-gelio los vemos siempre con el Maestro, menos en

    el momento en el que son enviados a la misin(Mc 6,7-30). Como la gente, se admiran de lo que

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    ven y oyen, y por eso no dejan de interrogarseacerca de la persona de Jess: Quin es este, quehasta el viento y el lago le obedecen? (Mc 4,41).Pero a pesar de la cercana y la enseanza particu-lar que reciben, les cuesta entender sus palabras ysus signos (Mc 6,52; 8,17-18.21).

    Al final de la primera parte del evangelio, Jess les

    pregunta directamente qu dice la gente de l yqu piensan ellos mismos. Y Pedro muestra que,aunque a los discpulos les ha costado mucho en-

    tender a este Jess tan complicado, han ido unpoco ms lejos que la gente. La multitud lo ve co-mo un profeta, aunque sea el mismsimo Elas; llo confiesa como Mesas (Mc 8,29).

    Pero la consideracin de Jess como Mesas tienemucho peligro, ya que puede ser entendida, talcomo hace el mismo Pedro, en sentido poltico ycon categoras de poder humano. Por esta razn, elMaestro inicia su camino hacia Jerusaln, ya a solascon los discpulos, y los va formando sobre elmodo en que l es Mesas.

    4. La mirada de Jess

    Y es precisamente en la ltima de esas enseanzasque jalonan y estructuran el camino hacia Jerusaln(Mc 10,35-45) donde encontramos la cuarta y l-

    tima mirada sobre la persona de Jess. l mismo esquien nos da alguna clave para entender su condi-

    cin de Mesas e Hijo de Dios. Ms adelante lo di-r abiertamente, cuando sea interrogado precisa-

    mente sobre su identidad por el sumo sacerdote(Mc 14,61-62: Eres t el Mesas, el Hijo del Ben-dito?) y Pilato (Mc 15,2: Eres t el rey de los ju-dos?). De momento, intenta hacer comprender elcamino de entrega, de servicio y de muerte que lle-va hasta Jerusaln. Pero los discpulos siguen mos-

    trando una gran incomprensin. Frente al camino delpoder, del dominio, de los privilegios, l presenta a sus

    discpulos el del servicio, el no-poder, la renuncia a smismo, el ser los ltimos, la entrega total. Peroellos no terminan de ver, y van discutiendo de es-paldas al Maestro sobre quin es el ms impor-

    tante, e incluso, como en el texto que nos ocupa,los hijos de Zebedeo solicitan abiertamente dospuestos de privilegio en su Reino.

    Concluyendo, podemos decir que el evangelistaMarcos nos presenta una narracin apasionantecon el inters de revelar la verdad de la persona de

    Jess, su condicin de Mesas e Hijo de Dios. Pa-ra ello va ofreciendo a cada paso opiniones, reac-ciones, confesiones de fe, contrastes con otrospersonajes, manifestaciones, enseanzas... que son

    como pequeas teselas que dicen alguna verdadsobre Jess, pero que no terminan de agotar la ri-queza de su misterio.

    El discpulo, el de entonces y el de ahora, tiene quecaminar tras el Maestro y no dejar de hacerse pre-guntas sobre Jess ante lo que ve y oye. Con todas

    esas pequeas teselas, podr al final del camino es-bozar un mosaico del autntico rostro de Jess.

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    LECTURAMarcos comienza su evangelio con un breveprlogo, en el que anticipa los temas funda-mentales que tratar a lo largo de todo el evange-lio. Y uno de ellos es la identidad de Jess. Aqu yase nos ofrecen los dos ttulos que presentan la mi-

    sin y el rostro autntico de Jess: Mesas e Hijo de

    Dios. Escuchemos las definiciones que el Bautista yDios dan de l.

    Proclamacin de Mc 1,6-11:

    6 Iba Juan vestido con pelo de camello, llevaba unacorrea de cuero a su cintura y se alimentaba desaltamontes y de miel silvestre. 7 Esto era lo que

    proclamaba:

    1. T eres mi hijo amadoMc 1,6-11

    Ambientacin de la salaSobre una cartulina:

    Ttulo de la sesin de hoy. Imagen: una de las cuatro teselas que muestra

    parte del rostro de Jess

    Monicin de entrada

    Con esta sesin iniciamos la lectura creyente de cuatro textos del evangelio de Marcos.En ellos, distintos personajes nos irn desvelando el autntico rostro de Jess, Mesas e Hijo

    de Dios. Hoy, en el relato del bautismo de Jess, escucharemos el testimonio de Juan Bautistay la voz de Dios, que nos muestra la verdadera identidad de su Hijo.

    Entonamos la cancin Hoy, Seor, te damos gracias.

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    Detrs de m viene el que es ms fuerte queyo. Yo no soy digno ni de postrarme ante l pa-ra desatar la correa de sus sandalias. 8 Yo os bau-tizo con agua, pero l os bautizar con EsprituSanto.9 Por aquellos das lleg Jess desde Nazaret deGalilea y fue bautizado por Juan en el Jordn. 10 Encuanto sali del agua, vio rasgarse los cielos y al

    Espritu descender sobre l como una paloma.11 Se oy entonces una voz desde los cielos:

    T eres mi Hijo amado, en ti me complazco..

    Explicacin del texto

    En estos versculos iniciales, Marcos intenta con-

    tar quin es Jess a travs de los testimonios queotros dan sobre l. Juan y la voz del cielo son losnicos que toman la palabra. El bautismo es unmomento clave de esta presentacin. Las palabrasde Juan y su vestimenta dan un testimonio acercade Jess. Leed 2 Re 1,8 y comparad el modo de ves-tir de Juan con el de Elas. Qu sugiere sobre el

    Bautista esta alusin al gran profeta del Antiguo Tes-

    tamento?

    Evidentemente, el evangelista est sealando aJuan como el nuevo Elas. Como este, el Bautistatambin lleva una correa de cuero a su cintura.Elas es el gran profeta que, segn la tradicin ju-da, deba volver antes de la llegada del Mesas.

    Quien viene detrs de l es el esperado, y aparececaracterizado como ms fuerte y acompaado por

    el Espritu. Segn el profeta Isaas (Is 9,6; 11,2), estasson seales que identificaran al Mesas. Para elevangelista Marcos no cabe duda de que Jess esel Mesas; ahora bien, dnde vuelve a aparecer elEspritu en este pasaje?

    A continuacin surge Jess en escena, comouno ms que se acerca a bautizarse desde Galilea.Pero son los sucesos y las palabras de Dios en lavoz desde los cielos los que aclaran la identi-dad de Jess. Tras el bautismo, cuando Jess saledel agua, se abre el cielo, desciende el Espritu yhabla Dios. Lo que sucede es, ante todo, un mo-mento privilegiado de manifestacin en el quese revela quin es Jess. Qu dice la voz del cielo

    sobre l y qu pistas dan estas palabras acerca desu misin?

    Dios conceda su Espritu a los antiguos profe-tas cuando les encomendaba una misin. La vozde Dios era para ellos una llamada. Pero de nin-guno de ellos se dijo nunca que fuera hijo de

    Dios. La voz del cielo es, en este pasaje, una afir-macin en clave de amor paternal. La llamada queDios le hace a Jess y la efusin sobre l del Es-pritu constituyen el punto de partida de su mi-nisterio: es el Hijo amado del Padre y el Hijo un-gido por el Espritu. Al decir que Jess es hijo deDios, se est diciendo que su misin consistir en

    hacer la voluntad del Padre, movido siempre porla fuerza del Espritu.

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    MEDITACINEl bautismo de Jess nos recuerda nuestro propiobautismo y su sentido. En l, Dios nos hizo hijossuyos, nos permiti una nueva relacin con lms cercana, amorosa, filial, y en ese preciso mo-mento nos encomend una misin, lo mismoque a Jess.

    Cmo puedes ser, al igual que el Bautista, un

    precursor de Jess en este tiempo y en esta so-

    ciedad?

    Te sientes hijo amado de Dios? Entiendes tu fi-

    liacin como un servicio o como un privilegio?

    Cmo lo expresas en tu vidas?

    ORACINEn esta primera sesin hemos ledo el relato delbautismo de Jess, que es fuente de su llamada yde su misin. El pasaje nos ha hecho recordar queestar bautizado es mucho ms que per tenecer a unclub o grupo de amigos que se renen de vez encuando. Significa sentirse llamado y enviado. Con-

    lleva saberse amado y descubrirse hijo de Dios.Respondamos con generosidad a esta llamada.

    Proclamamos de nuevo Mc 1,6-11.

    Podemos compartir nuestra oracin.

    Concluimos renovando las promesas bautismalesy con un canto alusivo al bautismo: Un solo Seor u

    otro similar.

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    LECTURA

    Justo despus de la llamada de los cuatro prime-ros discpulos, el evangelista Marcos nos presen-ta a Jess actuando en Cafarnan. Durante unajornada en este pueblo pesquero de la ribera dellago de Tiberades, lleva a cabo una serie de ac-ciones. Lo primero que hace es ir el sbado a la

    sinagoga, como de costumbre. All toma la pala-bra y realiza la expulsin de un demonio. La gen-

    te comienza a intuir que en Jess hay un misterio

    escondido.

    Proclamacin de Mc 1,21-28:

    21 Llegaron a Cafarnan y, cuando lleg el sbado,entr en la sinagoga y se puso a ensear a lagente, 22 que estaba admirada de su enseanza,

    porque les enseaba con autoridad, y no comolos maestros de la ley.

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    152. Enseaba con autoridad

    Mc 1,21-28

    Ambientacin de la salaSobre una cartulina:

    Ttulo de la sesin de hoy.

    Imagen: la segunda de las cuatro teselas que muestraparte del rostro de Jess

    Monicin de entrada

    En esta segunda sesin nos encontramos con Jess enseando en la sinagoga de Cafarnany expulsando un demonio. Su enseanza no es comn, porque muestra una autoridaddesconocida. Llama la atencin porque es distinta a la de los escribas, profesionales de las

    tradiciones y de las Escrituras. Y sus exorcismos tambin vienen a corroborar la apreciacinde que Jess es alguien fuera de lo comn, el Santo de Dios.

    Entonamos la cancinJess est entre nosotros.

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    23 Haba en la sinagoga un hombre con espritu in-mundo, que se puso a gritar:24Qu tenemos nosotros que ver contigo, Jessde Nazaret? Has venido a destruirnos? S quieneres: el Santo de Dios!25Jess lo increp diciendo:

    Cllate y sal de ese hombre!26

    El espritu inmundo lo retorci violentamente y,dando un fuerte alarido, sali de l. 27 Todos que-daron asombrados y se preguntaban unos a otros:

    Qu es esto? Una doctrina nueva llena de au-toridad! Manda incluso a los espritus inmundosy estos le obedecen!28 Pronto se extendi su fama por todas partes,

    en toda la regin de Galilea.

    Explicacin del texto

    La verdadera identidad de Jess aflora a travsde sus palabras, de sus acciones y de aquello quelos distintos personajes dicen de l. En el texto deesta sesin descubrimos algn rasgo ms del ros-

    tro de Jess a travs del testimonio de quienes leescuchaban y le vean hacer obras maravillosas. Elevangelista Marcos relata una serie de episodiosque suceden en Cafarnan, una ciudad de la orilladel mar de Galilea. Jess comienza el anuncio de lallegada del reinado de Dios llamando a los cuatroprimeros discpulos y llevando a cabo una serie de

    acciones. Qu dos acciones muestran en este textola identidad de Jess y la llegada del Reino de Dios?

    La actividad de Jess comienza con dos elemen-tos complementarios: por un lado, la enseanza enla sinagoga y, por otro, la sanacin de un endemo-niado. Ambas, las acciones y las palabras de Jess,son manifestacin del Reino de Dios, que est lle-gando. Jess es el ungido por el Espritu de Diosque lucha contra Satans y contra todo esprituimpuro que se opone a la llegada de ese Reino y

    que esclaviza y margina al ser humano. En tiemposde Jess, los desequilibrios psicolgicos, la expe-riencia de grandes tensiones... eran en ocasionesinterpretados como posesiones de ciertos espri-

    tus y esto conver ta a algunas personas en margi-nadas. Cundo y dnde tiene lugar este episodio?Con qu personajes de la poca se compara el

    modo de ensear de Jess?

    El marco que elige el evangelista para el exorcis-mo es la enseanza con autoridad de Jess, un s-bado, en la sinagoga. La palabra de Jess tiene unaautoridad diferente y superior a la de los escribas,profesionales de la enseanza de la Escritura enlas sinagogas. Y esta autoridad se hace efectiva

    frente al espritu impuro que esclaviza y margina aeste hombre posedo. Al contrario que los escri-bas, incapaces de liberar a este hombre en sba-do y en la sinagoga, Jess con su palabra es capazde hacerlo. Del contenido de la enseanza no sedice nada: ya se ha adelantado su esencia unosversculos antes (Mc 1,14-15). Al principio y al final

    del pasaje se recogen las reacciones de la gente aesta enseanza. Qu se dice de ella?

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    Tras el exorcismo, los presentes ponen en rela-cin la enseanza de Jess y su poder sobre los es-pritus y se asombran. En la sinagoga y en sbado,el lugar y el momento en que los escribas ense-an, aparece Jess con una enseanza llena deuna fuerza liberadora. As el evangelista expresaque Jess se presenta como curacin y vida don-de hay opresin y marginacin. Puede liberar de

    los espritus que no son santos porque a l lo mue-ve la fuerza del Espritu Santo (Mc 1,10).

    MEDITACINJess muestra que el Reino de Dios va tomandofuerza a travs de su enseanza y tambin de sus

    curaciones. Sin los hechos, las palabras no tienenmucha fuerza. Este Reino del que Jess es heraldodespliega su poder liberador sobre todo lo queoprime a hombres y mujeres. Como discpulos su-yos, nos sentimos llamados a imitar su ejemplo.Acogemos la Palabra comprometidos con la libe-racin de nuestros hermanos.

    Frente a tantas malas noticias que recibimos ca-da da en los medios de comunicacin, qu sig-nos de la fuerza del Reino de Dios adviertes en tu

    vida y en la sociedad en la que vives? Cmo ani-

    man estos signos tu esperanza y tu compromiso

    cristianos?

    Cules son los espritus inmundos que oprimen a

    los hombres y mujeres de nuestro tiempo? Cmo

    puedes desempear el encargo de Jess?

    ORACINEn esta sesin hemos contemplado al Hijo de Diosactuando como tal, sanando y enseando. Su ense-anza sobre el Reino que est viniendo estacompaada de signos liberadores. Hoy siguensiendo muchos los que tienen necesidad de unapalabra cercana y eficaz capaz de liberar de tantasopresiones.

    Pidamos al Seor que nos ayude a tomar concien-cia de nuestra misin y de nuestro poder sanador.

    Proclamamos de nuevo Mc 1,21-28.

    Podemos compartir nuestra oracin.

    Concluimos cantando Tu palabra me da vida.

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    LECTURA

    En este momento de su vida, Jess deja de mi-rar hacia Galilea y comienza a dirigir los ojosa Jerusaln, donde tendr lugar su muerte y resu-rreccin. En esta segunda parte se resalta un as-pecto muy distinto del rostro de Jess: el de lacruz, que es difcil de comprender y acoger.

    Proclamacin de Mc 8,27-35:

    27Jess sali con sus discpulos hacia las aldeas de

    Cesarea de Filipo y por el camino les pregunt:Quin dice la gente que soy yo?28 Ellos le contestaron:

    Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elas, yotros, que uno de los profetas.29 l sigui preguntndoles:

    Y vosotros, quin decs que soy yo?

    Pedro le respondi:

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    193. Eres el Mesas

    Mc 8,27-35

    Ambientacin de la salaSobre una cartulina:

    El ttulo de la sesin de hoy. Imagen: la tercera de las cuatro teselas que muestra

    parte del rostro de Jess.

    Monicin de entrada

    Hoy nos situamos en el centro del evangelio de Marcos. El texto que vamos a leer nos acerca auno de los momentos culminantes del evangelio: la confesin de Pedro. Es ahora una vez que

    Jess ha elegido a los discpulos; ha anunciado la llegada del Reino con parbolas, exorcismos y

    curaciones; ha asombrado a las multitudes que le siguen; ha sido rechazado por las autoridadesreligiosas e ignorado por sus paisanos cuando se expresa abiertamente la pregunta que estdetrs de todo el evangelio: quin es Jess?

    Entonamos la cancinJess, quin eres t?

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    T eres el Mesas.30 Entonces Jess les prohibi terminantementeque hablaran a nadie acerca de l.31Jess empez a ensearles que el Hijo del hom-bre deba padecer mucho, que sera rechazadopor los ancianos, los jefes de los sacerdotes y losmaestros de la ley; que lo mataran y a los tresdas resucitara. 32 Les hablaba con toda claridad.

    Entonces Pedro lo tom aparte y se puso a in-creparlo. 33 Pero Jess se volvi y, mirando a susdiscpulos, reprendi a Pedro dicindole:

    Ponte detrs de m, Satans!, porque tus pen-samientos no son los de Dios, sino los de loshombres.34 Despus, Jess reuni a la gente y a sus disc-pulos, y les dijo:

    Si alguno quiere venir detrs de m, que renun-cie a s mismo, que cargue con su cruz y que mesiga. 35 Porque el que quiera salvar su vida, la per-der, pero el que pierda su vida por m y por labuena noticia, la salvar.

    Explicacin del texto

    Este texto sirve de quicio entre las dos partesque componen el evangelio de Marcos. Termina laestancia en Galilea y se inicia el camino hacia Jeru-saln. Parece como si Jess tuviese que hacer ba-lance de la imagen que de l han ido forjndose

    sus discpulos y la gente que le ha seguido du-rante su ministerio en Galilea. Para ello interroga

    abiertamente a quienes le son ms cercanos.Qu pregunta Jess a sus discpulos?

    Jess hace dos veces la misma pregunta a susdiscpulos mientras va de camino ya con ellos so-los. Primero se interesa por lo que la gente dice del. Ellos recogen el sentir general de las multitudesque le siguen y descubren algn rasgo de la identi-

    dad de este Jess. La gente coincide en ver en l aun profeta: a Juan Bautista presentado al inicio delevangelio como profeta, a Elas o a cualquier otroprofeta. En fin, ven a un hombre que habla en nom-bre de Dios, y que probablemente ser rechazado,como lo han sido el Bautista y la mayora de losprofetas a lo largo de la historia. Pero Jess quieresaber qu piensan sus discpulos de l. Pedro tomala palabra y va ms lejos de la opinin general. Loconfiesa en nombre de todos como el Mesas, elque lleva a cumplimiento todas las esperanzas deIsrael. Pero sorprende la reaccin del Maestro, queprohbe a los discpulos hablar sobre l. Qu co-mienza Jess a ensear a partir de este momento?

    A partir de ahora hay una inflexin en la ense-anza de Jess en cuanto al tono y al contenido:deja las parbolas y pasa a ensear abiertamente;ya no habla de un Reino que irrumpe con poder enel mundo, sino de su muerte en la cruz. No quiereque se desaten las expectativas triunfalistas de unmesas liberador del poder de Roma que se escon-

    den tras la confesin de Pedro. Por eso Jess, en ca-mino con sus discpulos hacia Jerusaln, presenta

    Y

    vosotros,q

    ui

    n

    decs

    que

    soy

    yo?

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  • 7/25/2019 y Vosotros, Quien Decis Que Soy Yo

    14/14

    tres veces su mesianismo bajo la sombra de lacruz. Su muerte responde al designio de Dios.Pero Pedro no lo acepta. Cmo reacciona Pedroante la instruccin de Jess? Con qu palabras le

    dice Jess que vuelva a su puesto de discpulo?

    Pedro no puede aceptar a un Mesas que ten-ga que padecer en la cruz. Por eso toma aparte

    al Maestro y se pone a increparlo. Entonces Jess,de cara a sus discpulos, y utilizando el mismo to-no, le dice: Ponte detrs de m, Satans. Al exigira Jess que abandone el camino de la cruz, Pedroha olvidado el puesto de discpulo (detrs de Jess)y se ha convertido en tentador (Satans). Ahora,

    Jess les pide a sus discpulos que den un paso ms:identificarse con l hasta compartir su destino.

    MEDITACINJess sigue hacindonos estas mismas preguntas.Y nos las plantea en el camino, porque todos noso-

    tros, de un modo u otro, hemos decidido seguirle.Si queremos ser verdaderos discpulos suyos, no

    tenemos otra salida que dar nuestra respuestapersonal y dejarnos sorprender, al mismo tiempo,por el autntico rostro de Jess, desvelado a cadapaso.

    Quin es Jess para la gente de tu entorno? Y

    quin es para ti? Por contraste con otros que tienen

    una imagen distinta de Jess, en qu condiciona tu

    vida cristiana esa imagen diferente que tienes?

    Qu dificultades te impiden seguir a Jess con

    mayor libertad y, por tanto, conocerlo mejor?

    ORACINEn esta sesin, Jess mismo nos ha preguntado: Y

    t, quin dices que soy yo?. Y como los primerosdiscpulos, tenemos dificultades para compren-derlo y, sobre todo, para seguir sus huellas. Por esonecesitamos pedirle en oracin que abra los ojosde nuestros corazones y nos permita descubrirloen toda su novedad. Como el salmista reza a Dios,as tambin nosotros oramos a Jess: Tu rostrobuscar, Seor. No me escondas tu rostro.

    Proclamamos de nuevo Mc 8,27-35.

    Podemos compartir nuestra oracin.

    Concluimos cantandoJess es Seor.

    Y

    vosotros,q

    ui

    n

    decs

    que

    soy

    yo?

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