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ZACARIAS: VOLVEOS A MI Y YO ME VOLVERE A VOSOTROS Al libro de Zacarías se le ha llamado el Apocalipsis del Antiguo Testamento. Al igual que el libro que lleva el mismo nombre, Zacarías es un libro de profecía. Su tema es exponer el programa de Dios, que es también el tema del libro de Apocalipsis. La diferencia consiste en que en Zacarías Israel ocupa el primer plano y las naciones gentiles el lugar secundario, mientras que en el libro de Apocalipsis las gentiles naciones ocupan el primer plano y el eslabón que las une es la nación de Israel. El primer versículo de Zacarías revela de una manera muy interesante este punto central sobre la nación de Israel: "En el mes octavo del segundo año de Darío, vino la palabra de JEHOVA al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Ido..." Normalmente leemos estos primeros versículos sin pensar en ellos como si tuviesen alguna importancia, pero recordemos que los nombres hebreos significan algo. Posiblemente los ejemplos más destacados del significado de los nombres hebreos sea Matusalén, el hombre más anciano que jamás haya vivido. Su nombre significa "cuando él muera vendrá y cuando él falleció, vino la inundación, tal y como profetizaba su nombre. Aquí tenemos tres nombres que son altamente significativos. Zacarías quiere decir "Dios recuerda y Berequías, el nombre de su padre, significa "Dios bendice y el nombre de su abuelo Ido quiere decir "el tiempo fijado. Ese es el tema del libro de Zacarías, que es un libro que sirve de estímulo al pueblo de Israel. Zacarías era contemporáneo de Hageo, uno de los profetas que llevó a cabo su ministerio entre el remanente que había regresado después de haber estado cautivo en Babilonia. Aunque estaban de regreso en Jerusalén, reconstruyendo el templo y la ciudad, seguían siendo vasallos de Babilonia, sometidos aún a las naciones gentiles que les rodeaban, sin demasiada esperanza para el futuro. Era una época desalentadora, deprimente y un espíritu de amargo pesimismo se había apoderado de aquellas gentes y Zacarías viene a ellos en medio de su depresión, con este anuncio que se encuentra incluso oculto en su nombre y en los de sus antepasados: Jehová bendice, Jehová recuerda y el tiempo fijado. ¡Qué gran estímulo debieron producir estos nombres! Al principio del primer capítulo hay una breve reseña acerca del libro. Esto sucede con frecuencia en la Biblia y si busca usted estas breves introducciones, con frecuencia podrá encontrar un breve resumen del mensaje del libro en sus primeras secciones. Aquí se divide de una manera dramática mediante el nombre de Dios, Jehová de los Ejércitos, que es uno de los nombres habituales de Dios. Jehová de los Ejércitos, es decir, el Dios de las masas, el Dios de todos los ejércitos, ya sean ejércitos de ángeles, de humanos o también ejércitos demoniacos, sin que haya diferencia alguna. También a las estrellas se las llama ejércitos o huestes. Este es el Dios que es soberano sobre todas las masas, sean las que sean y este nombre se repite tres veces (versículos 2 y 3):

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ZACARIAS: VOLVEOS A MI Y YO

ME VOLVERE A VOSOTROS

Al libro de Zacarías se le ha llamado el Apocalipsis del Antiguo Testamento. Al igual que el libro que lleva el mismo nombre, Zacarías es un libro de profecía. Su tema es exponer el programa de Dios, que es también el tema del libro de Apocalipsis. La diferencia consiste en que en Zacarías Israel ocupa el primer plano y las naciones gentiles el lugar secundario, mientras que en el libro de Apocalipsis las gentiles naciones ocupan el primer plano y el eslabón que las une es la nación de Israel.

El primer versículo de Zacarías revela de una manera muy interesante este punto central sobre la nación de Israel:

"En el mes octavo del segundo año de Darío, vino la palabra de JEHOVA al profeta Zacarías, hijo de Berequías, hijo de Ido..."

Normalmente leemos estos primeros versículos sin pensar en ellos como si tuviesen alguna importancia, pero recordemos que los nombres hebreos significan algo. Posiblemente los ejemplos más destacados del significado de los nombres hebreos sea Matusalén, el hombre más anciano que jamás haya vivido. Su nombre significa "cuando él muera vendrá y cuando él falleció, vino la inundación, tal y como profetizaba su nombre.

Aquí tenemos tres nombres que son altamente significativos. Zacarías quiere decir "Dios recuerda y Berequías, el nombre de su padre, significa "Dios bendice y el nombre de su abuelo Ido quiere decir "el tiempo fijado. Ese es el tema del libro de Zacarías, que es un libro que sirve de estímulo al pueblo de Israel.

Zacarías era contemporáneo de Hageo, uno de los profetas que llevó a cabo su ministerio entre el remanente que había regresado después de haber estado cautivo en Babilonia. Aunque estaban de regreso en Jerusalén, reconstruyendo el templo y la ciudad, seguían siendo vasallos de Babilonia, sometidos aún a las naciones gentiles que les rodeaban, sin demasiada esperanza para el futuro. Era una época desalentadora, deprimente y un espíritu de amargo pesimismo se había apoderado de aquellas gentes y Zacarías viene a ellos en medio de su depresión, con este anuncio que se encuentra incluso oculto en su nombre y en los de sus antepasados: Jehová bendice, Jehová recuerda y el tiempo fijado. ¡Qué gran estímulo debieron producir estos nombres!

Al principio del primer capítulo hay una breve reseña acerca del libro. Esto sucede con frecuencia en la Biblia y si busca usted estas breves introducciones, con frecuencia podrá encontrar un breve resumen del mensaje del libro en sus primeras secciones. Aquí se divide de una manera dramática mediante el nombre de Dios, Jehová de los Ejércitos, que es uno de los nombres habituales de Dios. Jehová de los Ejércitos, es decir, el Dios de las masas, el Dios de todos los ejércitos, ya sean ejércitos de ángeles, de humanos o también ejércitos demoniacos, sin que haya diferencia alguna. También a las estrellas se las llama ejércitos o huestes. Este es el Dios que es soberano sobre todas las masas, sean las que sean y este nombre se repite tres veces (versículos 2 y 3):

"JEHOVA se enojó en gran manera contra vuestros padres. Pero diles que así ha dicho JEHOVA de los Ejércitos: Volveos a mi y yo me volveré a vosotros; ha dicho JEHOVA de los Ejércitos."

Ese nombre se repite tres veces. Lo que se dice antes de cada una de estas repeticiones marca las diferentes partes de este libro, que se divide en tres breves secciones. La primera de ella se incluye en:

"JEHOVA se enojó en gran manera contra vuestros padres."

Eso marca la primera división, que comprende solo los primeros seis versículos, que describen el enfado de Dios con su pueblo. Luego tenemos:

"Volveos a mi."

Y eso marca la segunda división, que abarca del capítulo 1, versículo 7, hasta el capítulo 6, versículo 15, hablando acerca de cómo Dios libera a su pueblo. Luego, en el capítulo 7 hasta el 14, encontramos la tercera división que es la exposición de estas palabras:

"y yo me volveré a vosotros."

Así es como hace Dios las cosas siempre. Si se da usted cuenta de que se está apartando de su presencia y, como resultado de ello, su fe se está debilitando, se siente usted desanimado, derrotado y expuesto a toda

clase de tentaciones y se siente presa de toda clase de malos pensamientos, ¿qué debe hacer usted? "Volveos a mi dice el Señor, "y yo me volveré a vosotros. Si desea usted que Dios regrese a su vida, con toda la gloria de su presencia, entonces vuelva a él. Esa es siempre la fórmula.

Como ya he indicado, los primeros seis versículos no son más que un breve resumen de la pelea de Dios con su pueblo, con el hecho de que le han hecho sentirse disgustado, como hemos visto en todo el Antiguo Testamento, algo en lo que no necesitamos extendernos. Dios se siente siempre disgustado cuando su pueblo le da la espalda, tanto si se trata de Israel, el pueblo de Dios, como si se trata de su pueblo de la iglesia.

Y comenzando con el versículo siete, el profeta recibe una visión totalmente asombrosa. Una visión que se divide en una serie de ocho, que fueron dadas a Zacarías la misma noche, y también se dividen en varias partes principales. Estas tres divisiones son como tres actos en una gran obra teatral, que le fueron reveladas al profeta. Puede usted pensar en ellas como "El Programa de la Primera Noche de Dios porque todas las vio el profeta en una sola noche. Al leerlas, podemos imaginarnos que hemos sido invitados a asistir a esta obra teatral dramática que Dios le esta mostrando al profeta. Dios es el autor, Zacarías es el productor y nosotros somos el público.

La visión abarca el tiempo de los días de Zacarías hasta el presente, hasta la venida del Señor. El primer acto está compuesto por dos visiones. Una es una visión de un vigilante que está cuidando de la gente del valle. El que vigila cabalga sobre un caballo y con él están reunidos otros jinetes que cabalgan también sobre caballos. Y el ángel del Señor interpreta la visión para el profeta. El significado de esto es sencillamente que Israel era el pueblo que se encontraba en el valle, simbolizado para nosotros aquí como un arbusto de mirto, que se daban cuenta de que se encontraban en un lugar de sombras. Era un tiempo de desesperación y de días difíciles, pero ellos no se daban cuenta, de lo que el profeta les estaba revelando, del invisible que estaba contemplando todo el procedimiento y veía lo que estaba pasando y tenía consigo los grandes recursos para hacer frente a sus necesidades en aquella hora de desesperación.

La segunda visión en el primer acto nos habla acerca de cuatro mirtos u obreros, de hecho, carpinteros. Era una visión de cuatro cuernos y cuatro herreros. Esto también se lo interpretan al profeta. Ve que al igual que los jinetes de la visión anterior, que estos son agentes divinos, posiblemente ángeles, que han sido enviados para aterrorizar a las naciones. Así que vemos que esta es una imagen de la necesidad desesperada de Israel de volver a Dios. Israel se sentía desanimada ante el despliegue de los poderes y las fuerzas que se oponían a ella, pero lo que no podía ver era los recursos, pues no eran conscientes de los agentes divinos que estaban allí para actuar a su favor y eso fue lo que Dios les reveló.

Así que cae el telón al final del Primer Acto, y en el segundo capítulo se levanta de nuevo antes del Segundo Acto, que es una sola visión. Es la visión de un hombre que tiene una cuerda de medir en su mano y que salió con el propósito de medir la ciudad de Jerusalén y al hacerlo, el ángel que interpretaba le dijo al profeta (versículos 4-5):

"Jerusalén será habitada sin muros a causa de la multitud de la gente y del ganado que habrá en medio de ella. Y yo seré para ella un muro de fuego alrededor y estaré en medio de ella con su Gloria, dice Jehová."

A esto le sigue una preciosa descripción de los días de bendición que habrán de tener lugar en Israel y que se cumplirán literalmente al ser traída de nuevo Israel a una situación de bendición en la tierra de Israel.

Esa es un a imagen de la promesa de Dios para aquellos que vuelven, siendo siempre una imagen de bendición. Volved y las bendiciones fluirán por haber regresado, porque Dios es el centro de bendición y la bendición no puede venir de ningún otro lugar. Si su vida está vacía, si necesita usted a Dios, si es un cristiano y su vida sigue vacía, necesita usted volver a Dios porque es de sus recursos de donde vienen las bendiciones. El hombre con la cuerda de medir es sencillamente un símbolo muy descriptivo de la bendición ilimitada y sin medida que Dios está dispuesto a derramar sobre la vida de todo aquel que regresa a tener una relación con él.

El Tercer Acto comienza con cinco visiones más. Aquí tenemos el camino para poder regresar a Dios, representado para nosotros en cinco visiones. En la primera escena, aparece Josué el sumo sacerdote, ante la presencia de Dios. Oponiéndose a Josué está Satanás, el adversario y entonces el pueblo podía ver al adversario. Sabían que Satanás estaba en contra de ellos, pero lo que no podían ver era al defensor, a aquel que estaba junto a ellos para actuar a su favor, atendiendo a sus necesidades. Luego vemos, en esta visión maravillosa y conmovedora, cómo Josué es limpiado, quitándole sus vestiduras sucias y ataviándole con vestiduras nuevas y limpias y se hace la afirmación de que Dios haría esto sencillamente porque deseaba hacerlo. "He escogido a Jerusalén dice, de la misma manera que lo dice acerca de nosotros. ¿Por qué nos bendice? Porque así lo ha deseado.

Y en la última parte de este capítulo 3 hay una maravillosa visión futura acerca de la obra de Cristo en la cruz (versículo 8):

"Escucha, pues, oh Josué, sumo sacerdote; tú y tus amigos que se sientan delante de ti, puesto que son hombres de carácter simbólico: he aquí yo traigo a mi siervo, el Retoño. Porque he aquí que yo mismo grabaré aquella piedra que he puesto delante de Josué (sobre esta única piedra hay siete ojos), dice JEHOVA de los Ejércitos, y quitaré la iniquidad de la tierra en un solo día."

Esta es una maravillosa profecía de la venida de aquel que sería el siervo de Jehová, el Retoño. De aquel que tendría las marcas de la crucifixión y que sería el instrumento gracias al cual la culpa de la tierra sería eliminada en un solo día. Y en ese día fluiría la bendición como la manifestación del derecho que tiene Dios a limpiar al pecador sin acusarle, sin culparle y sin condenarle. La limpieza es el primer paso para regresar.

Luego, en la Segunda Escena, vemos lo que sigue a la limpieza de Dios, el poder del Espíritu Santo, en la visión del candelabro y el olivo, que representa la vida llena del Espíritu. El aceite se refiere siempre al Espíritu Santo y aquí había olivos de los que estaba continuamente goteando el aceite de sus ramas y cayendo en un candelabro y ardía con fuerza. ¡Qué maravilloso simbolismo del hecho de que el Señor, que mora en nuestro interior, está continuamente supliendo esa fortaleza interna que hace posible que nosotros brillemos con fuerza como luces en medio de una generación oscura.

La Tercera Escena empieza con un rollo, un rollo gigantesco con escritura a ambos lados y con maldiciones contra los ladrones y los que blasfeman entre el pueblo, que es una imagen del juicio de Israel, la proclamación de la ley en medio de la corrupción. En aquel entonces podían ver la corrupción, pero no la ley. De modo que en esos momentos Dios los anima en la hora de oscuridad, cuando todo cuanto podían ver era la corrupción y todo se viene abajo. Lo que no eran capaces de ver era la agencia de Dios obrando para traer una maldición sobre la anarquía para acabar con ella.

En la Cuarta Escena, Zacarías ve a una mujer con un efa. Un efa es como una gran cesta y mientras contemplaban el profeta y el ángel, le fueron dadas alas a la cesta y voló hacia la tierra de Babilonia. ¿Qué significa esto tan extraño? ¡Si tuviera usted una visión así se preguntaría qué había cenado la noche anterior! Pero el profeta sabe que le ha sido dado una visión que es importante. Al meditar acerca de ella, la entiende porque contiene términos que se usan en otros lugares de las Escrituras. Siempre que la mujer aparece en las Escrituras de manera simbólica, hay una referencia a algo que está mal en el ámbito de la religión. (Eso no es algo que yo haya inventado, sino las Escrituras.) Aquí tenemos, pues, la imagen del juicio de una fe falsa, de una iglesia falsa, de una manera muy parecida a como aparece en Apocalipsis, donde una mujer que representa a la falsa iglesia recibe el nombre de Babilonia la grande. Zacarías ve la misma cosa: la manera de juzgar Dios la religión falsa e hipócrita.

Y en la escena final, el profeta ve cuatro carros que cabalgaban sobre la tierra, de manera muy parecida a la visión de Apocalipsis de los cuatro jinetes que cabalgan y traen el juicio sobre el mundo. Baja, pues, el telón sobre este gran drama de la redención del futuro. Es la gran representación simbólica de Dios sobre el camino de regreso a él, primero la limpieza, luego el ser lleno del Espíritu Santo, el dejar de lado el mal en sus diversas formas y finalmente el juicio de toda la tierra al hacer Dios que el mal cometido por los hombres sea traído ante su trono de juicio.

El capítulo 7 marca una nueva división en el libro y en este capítulo encontramos a Dios hablando de una manera diferente. En lugar de usar visiones, habla al profeta de una manera directa. Lo más importante de esta sección es el anuncio del profeta en el capítulo 8, versículo 3:

"Así ha dicho JEHOVA: Yo he vuelto a Sion y habitaré en medio de Jerusalén. Jerusalén se llamará Ciudad de Verdad y el monte de JEHOVA de los Ejército, el Monte de Santidad."

Aquí tenemos una imagen de Dios habitando en medio de su pueblo, algo que un día se cumplirá en la tierra. En la tierra de Israel, está teniendo lugar lo que ha sido profetizado y tendrá lugar un acontecimiento sorprendente tras otro. El regreso a Jerusalén del control judío ha preparado el camino para la reconstrucción del templo en su antiguo emplazamiento. Hace ya muchísimo que las Escrituras vienen anunciando que esta será la primera señal de que Dios estaba a punto de moverse y restaurar de nuevo a Israel para que ocupe su lugar entre las naciones.

Así que podemos leer en esta sección con un gran interés porque es una imagen de algo histórico que está teniendo lugar, pero lo podemos leer incluso con más interés por lo que simboliza espiritualmente en nuestras vidas: Dios está en medio de nosotros. ¿Cuál será el resultado? Dios habitando en nosotros, renovando nuestro hombre interior y una fuente de bendiciones que se derramará en nuestra vidas, haciendo que demos fruto, que seamos efectivos y una bendición para todos aquellos con los que entramos en contacto. Esa es la imagen de estas últimas escenas.

Los capítulos 7 y 8 se unen en una súplica que le hace Dios al pueblo para que sean sinceros y se abran ante él. Es una vez más un ensayo de los fracasos a su vista y luego un recordatorio de que mientras él no falla en su misericordia y en su gracia, él no cambia en sus principios, supliendo siempre lo que es necesario, pero no baja nunca el nivel de sus principios. El pueblo reacciona como lo hacen las personas con frecuencia, de estas tres maneras; primero (capítulo 7, versículo 11):

"Pero no quisieron escuchar. Mas bien se encogieron de hombros rebeldemente y taparon sus oídos para no oír."

Ese es el primer paso, hicieron como si no oyesen y luego (versículo 12):

"Y endurecieron su corazón como un diamante para no oír la ley ni las palabras que JEHOVA de los Ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los antiguos profetas..."

Desobedecieron deliberadamente y finalmente, comenzaron a portarse como hipócritas. El capítulo empieza con una pregunta hecha por el pueblo: "¿Continuaremos con las fiestas que comenzamos en Babilonia? Y la palabra de Dios a ellos fue: "¿por qué estáis haciendo esto? ¿Estáis celebrando estas fiestas porque deseáis adorar o sencillamente como una representación religiosa?

Estas son algunas de las maneras que adoptamos para eludir la voluntad de Dios actualmente. Recuerdo que hace años mi esposa le dijo a una de mis hijas que se pusiese un vestido verde. Era interesante observarla. Al principio hizo como si no hubiera oído. Luego cuando su madre le repitió su petición varias veces, se rebeló abiertamente contra ella diciendo: "No, no quiero ponerme ese vestido. Y luego, cuando parecía como si se lo tuviese que poner, fue a su madre y le dijo: "mamá, quiero ponerme el vestido verde pero está demasiado sucio que no era verdad ni mucho menos. En otras palabras, siguió exactamente el mismo programa que se presenta aquí. Hizo como si no oyese, desobedeció deliberadamente y luego se hizo la hipócrita, haciendo como si estuviese perfectamente bien desobedecer de ese modo. ¡Con cuánta exactitud capta esto las tendencias inherentemente engañosas de nuestros corazones!

Pero ahora Dios deja claro que el resultado será la ceguera ante la verdad; y que finalmente, perderán su habilidad para ver y oír. Esto ha sido claramente explicado en los capítulos 9 y 10, en los que aparece la ceguera del pueblo y justo en medio de esto, encontramos la primera de varias visiones sorprendentemente exactas de la venida del Mesías (capítulo 9, versículo 9):

"¡Alégrate mucho, oh hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén! He aquí, tu rey viene a ti, justo y victorioso, humilde y montado sobre un asno, sobre un borriquillo, hijo de asna."

Y recordarán ustedes cómo esas palabras se cumplieron literalmente en el Nuevo Testamento cuando nuestro Señor mandó a sus discípulos a buscar al borriquillo y el asna y montó sobre el asna y lo cabalgó en triunfo en las calles de Jerusalén con el pueblo ante él gritando "¡Hosanna al Hijo de David! Bendito el que viene en el nombre del Señor! (Mat. 21:9) cumpliendo exacta e inconscientemente esta profecía de Zacarías. "He aquí tu rey viene a ti triunfante y glorioso y le conoceremos porque vendrá sobre un asna acompañada de un pollino.

Pero a pesar de ello, no le conocieron ni le reconocieron aunque vino de una manera tan extraordinaria y al acercarse a Jerusalén, lloró al contemplar aquella ciudad impenitente y dijo estas palabras asombrosas: "¡Oh, si conocieses tú también por lo menos en éste tu día, lo que conduce a tu paz! Pero ahora está encubierto a tus ojos. (Lucas 19:42) Eso es lo que sucede cuando Dios actúa en nuestras vidas y no le escuchamos, perdiendo la habilidad de oír y estas cosas quedan ocultas a nuestros ojos, por lo que el juicio por la ceguera cayó sobre estas gentes.

En el capítulo 11, después de muchos desaires, el Mesías, hablando de nuevo por boca del profeta, pronuncia estas sorprendentes palabras (versículo 12):

"Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo., Y pesaron por salario treinta shekels (o piezas) de plata."

¿Qué precio había acordado Judas por traicionar a nuestro Señor? Treinta shekels de plata. Según la ley, si un esclavo era herido por un toro, el dueño del toro tenía que arreglar el asunto pagando a su vecino treinta shekels de plata. En este caso el Mesías le dice a estas gentes: "Está bien, si me queréis decidlo, y si no, dadme mi salario. ¿Cuánto creéis que valgo en vuestra opinión? Y pesaron su precio en treinta shekels de plata.

A continuación se habla del segundo resultado de un corazón y una vida en la que no hay arrepentimiento (capítulo 11, versículos 15 a 17):

"Entonces JEHOVA me dijo: Toma además la bolsa de un pastor insensato, porque he aquí que yo levanto en la tierra a un pastor que no atenderá a la descarriada, ni buscará a la perdida, ni curará a la perniquebrada. No mantendrá a la que está en pie, sino que se comerá la carne de la engordada y romperá sus pezuñas. ¡Ay del pastor inútil que abandona el rebaño! La espada hiera su brazo y su ojo derecho. Séquese del todo su brazo y oscurézcase por completo su ojo derecho."

En otras palabras, si rechazamos al verdadero pastor, Dios permitirá que tengamos un pastor falso. Una vez más fue el propio Jesús quien dijo a los fariseos, aquellos ciegos fariseos de su tiempo: "Yo he venido en nombre de mi Padre y no me recibís. Si otro viene en su propio nombre, a aquel recibiréis.(Juan 5:43) Ese es el personaje acerca del cual nos habla Pablo en Tesalonicenses, llamado el hombre de iniquidad, que viene a Israel como su libertador y es recibido como el Mesías, pero resulta ser el antiMesías, lo que conocemos como el antiCristo, el falso pastor que viene cuando ellos rechazan y niegan la verdad (2ª Tes. 2:3ff)

Yo me he asombrado ante el gran número de personas que se dejan engañar por las sectas anticristianas que abundan en la actualidad. ¿A qué es debido? Me he encontrado una y otra vez con que lo han hecho debido a que han rechazado alguna oportunidad de escuchar a la verdad y el resultado es que caen en las garras de lo que suena como la verdad, pero que no es otra cosa que una mentira. Como dice Pablo: "Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira...a todos los que no creyeron a la verdad. (2ª Tes. 2:11)

Ahora llegamos a la última sección, de los capítulos 12 al 14, donde encontramos esta preciosa imagen de Dios hallando un camino de regreso a las vidas de su pueblo, que comienza con estas palabras (capítulo 12, versículos 2, 3):

"He aquí que yo haré de Jerusalén una copa de vértigo para todos los pueblos de alrededor. Pero también será contra Judá durante el asedio contra Jerusalén. Sucederá en aquel día que yo haré de Jerusalén una piedra pesada para todos los pueblos; todos los que la levanten de hecho quedarán lacerados. Y todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella."

Según las Escrituras, los días más aciagos de Jerusalén se encuentran aún en el futuro. Se convertirá en una carga para las naciones, una gravosa piedra de tropiezo, dicen las Escrituras proféticas. Los pueblos de las naciones no permitirán que se haga caso omiso de él. Ha aseverado que llegará a la conciencia humana y sucederá de este modo (versículos 9, 10):

"En aquel día sucederá que buscaré destruir a todos los pueblos que vengan contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de súplica. Mirarán al que traspasaron y harán duelo por él con duelo como por hijo único, afligiéndose por él como quien se aflige por un primogénito."

¿No es eso asombroso? Israel rechazando en su ceguera al Mesías y negándose a reconocer al que Dios les envió, no dándose nunca cuenta de que Aquel al que traspasaron vuelve de nuevo y cuando lo haga, les dirá estas palabras (capítulo 13, versículo 6):

"Le preguntarán: ¿Qué heridas son éstas en tus manos?, [en otras versiones dice "en tu espalda] Y él responderá: Con ellas fui herido en la casa de mis amigos."

Esto enlaza perfectamente con la descriptiva y gráfica secuencia del capítulo 14 (versículos 1-4):

"He aquí que viene el día de JEHOVA, y tus despojos serán repartidos en medio de ti. Porque yo reuniré a todas las naciones en batalla contra Jerusalén. La ciudad será tomada, las casas saqueadas y las mujeres violadas. La mitad de la ciudad irá en cautividad, pero el resto del pueblo no será eliminado de la ciudad. Entonces saldrá JEHOVA y combatirá contra aquellos pueblos, como combatió en el día de la batalla. En aquel día sus pies se asentarán sobre el monte de los Olivos... Recordarán ustedes que ese fue el lugar en el que Jesús estuvo en esta tierra cuando fue con sus discípulos al Monte de los Olivos y mientras ellos le contemplaban fue llevado de delante de sus ojos a los cielos y un ángel que estaba allí les dijo: "Este Jesús, quien fue tomado de vosotros arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le habéis visto ir al cielo." (Hechos 1:11)

"En aquel día sus pies se asentarán sobre el monte de los Olivos, que está frente a Jerusalén, al lado oriental. El monte de los Olivos se partirá por la mitad, de este a oeste, formando un valle muy grande, pues la mitad del monte se apartará hacia el norte y la otra mitad hacia el sur. Y el valle de los montes llegará hasta Azal. Y huiréis como huisteis a causa del terremoto que hubo en los días de Uzías, rey de Judá. Así vendrá JEHOVA mi Dios, y todos sus santos con él."

Hace mucho que los geólogos saben que una de las mayores fallas de la superficie de la tierra pasa justo por el Monte de los Olivos. La montaña se partirá por la mitad ¿y luego qué? Cuando Israel haya visto a su Mesías y haya hecho duelo por Aquel al que traspasaron y hayan reconocido con un gran duelo que le dieron la espalda al que fue enviado por Dios, entonces leemos (capítulo 14, versículos 8, 9):

"Acontecerá también en aquel día que de Jerusalén saldrán aguas vivas. La mitad de ellas irán hacia el mar oriental y la otra mitad hacia el mar occidental, tanto en verano como en invierno. Entonces JEHOVA será rey sobre toda la tierra. En aquel día JEHOVA será único, y Unico será su nombre."

Esta es una imagen de la gloria que llenará la tierra en los días en el que Dios reine por medio de su Hijo como rey.

El libro acaba con estas preciosas palabras (versículos 20, 21):

"En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: Consagrado a JEHOVA. Las ollas de la casa de JEHOVA serán como los tazones del altar. Toda olla en Jerusalén y en Judá estará consagrada a JEHOVA de los Ejércitos. Todos los que sacrifiquen vendrán, las tomarán y cocinarán en ellas. Y en aquel día no habrá más mercaderes en la casa de JEHOVA de los Ejércitos."

MALAQUIAS: PENSAD EN SU NOMBRE

Malaquías, el último libro del Antiguo Testamento está separado del libro de Mateo por un período de silencio de más de 400 años, pero a pesar de eso estos dos libros están enlazados de una manera realmente asombrosa. Desde el punto de vista histórico, hubo un tiempo muy largo durante el cual no hubo ninguna voz que hablase en nombre de Dios ni vino ningún profeta a Israel y tampoco quedaron escrituras. No hubo ningún estímulo de parte de Dios y los cielos guardaron silencio. Pero con todo y con eso, la historia continuaba, en Israel y entre los judíos estaban sucediendo acontecimientos asombrosos. Se estaban formando instituciones nuevas, que aparecen al principio del Nuevo Testamento, pero no ha quedado constancia de nada de esto para nosotros en la historia sagrada. Malaquías es el último de los Profetas Menores y la última voz profética que habría de hablar a Israel.

Los tres últimos libros del Antiguo Testamento, Hageo, Zacarías y Malaquías, fueron todos ellos escritos después de que los israelitas regresaron de su cautividad en Babilonia. Pero el pueblo no volvió junto formando un grupo alegre, sino que hubo una separación y volvieron en dos o tres grupos, comenzando el primero alrededor del 535 a. de C. En esa época, un puñado de judíos cumplieron la profecía de Jeremías, en el sentido de que la cautividad habría de durar 70 años y retornarían a la ciudad vacía y desolada de Jerusalén, donde comenzarían a poner los cimientos del templo y el ministerio de Hageo, quince años después, consistió en animarles a que continuasen con la obra y que la completasen hasta el fin y el templo quedó, efectivamente, completado durante el ministerio de Zacarías y Esdras el sacerdote llevó entonces a otro grupo que venía de Babilonia.

Para entonces el pueblo había cambiado totalmente su forma de vida. Mientras estaban en Israel, antes de la cautividad, habían sido en su mayoría pastores, que cuidaban de las ovejas, pero en Babilonia habían aprendido a ser tenderos, comerciantes y encargados de las tiendas desde entonces. De modo que Esdras guía de nuevo a este grupo y tuvieron que enfrentarse con dificultades que han quedado registradas en el libro histórico de Esdras.

Finalmente, se realizó el último retorno bajo Nehemías, que en el 445 a. de C. guió a un grupo de regreso y comenzaron a poner los cimientos de las murallas de Jerusalén. El fascinante libro de Nehemías cuenta la emocionante experiencia de la reconstrucción de las murallas. Poco después de que Nehemías completase la labor, apareció Malaquías y es interesante comparar el libro de Nehemías con el libro de Malaquías. Nehemías es la conclusión de la sección histórica del Antiguo Testamento, que empieza con el Génesis y todo ello es historia. Después de Nehemías vienen los libros poéticos; en Malaquías llegamos al mismo período que cubre Nehemías.

Esta profecía de Malaquías fue transmitida por un hombre cuyo nombre significa "mi mensajero. Es altamente sugerente que este último libro de nuestro Antiguo Testamento gire alrededor del tema de un mensajero de Dios y sea una predicción de la venida de otro mensajero. En esto tenemos, pues, un enlace directo entre Malaquías y el Nuevo Testamento. Por ejemplo, el capítulo 3 comienza con esta profecía:

"He aquí yo envío mi mensajero [en hebreo diría "he aquí mando a Malaquías], el cual preparará el camino delante de mí."

Y como descubrirán ustedes en el libro de Mateo, el mensajero era Juan el Bautista, que vino con el fin de preparar el camino del Señor y anunciar la venida del segundo mensajero de Dios. Ese segundo mensajero se encuentra aquí en esta profecía en la siguiente frase:

"Y luego, repentinamente, vendrá a su templo el Señor a quien buscáis, el ángel del pacto..."

Fue la obra del Señor Jesús durante la última noche de su ministerio, cuando tomó el pan y el vino con sus discípulos, y tomando la copa dijo: "porque esta es mi sangre del [nuevo] pacto. (Mat. 26:28) El mensajero del pacto es el propio Señor Jesús.

"...en quien te deleitas, ¡He aquí, viene!, ha dicho JEHOVA de los Ejércitos. ¿Quién podrá resistir el día de su venida? o ¿quién podrá mantenerse en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador y como lejía de lavaderos. [Es decir, quema y limpia] El se sentará para afinar y purificar la plata, porque purificará a los hijos de Leví. Los afinará como a oro y como a plata, y ofrecerán a JEHOVA ofrenda en justicia."

Ese era el problema del pueblo en los días de Malaquías. Se habían olvidado del importante y gran mensaje de Dios y, al mirar de nuevo al principio del libro, vemos que el profeta comienza sobre esa nota (capítulo 1, versículo 1):

"Profecía: La palabra de JEHOVA a Israel por medio de Malaquías: "Yo os he amado ha dicho JEHOVA."

Y ese es siempre el mensaje que transmiten los profetas de Dios "Yo os he amado dice el Señor, pero lo asombroso es que estas personas responden al profeta con las palabras "¿En qué nos has amado? El libro entero es una serie de respuestas dadas por el pueblo ante los desafíos de Dios. En siete ocasiones encontrarán ustedes que dicen: "¿En qué nos has amado? ¿Cómo puede esto suceder? Demuéstralo. Al repasarlas verán ustedes de qué manera revelan el estado del corazón de este pueblo. Aquí tenemos a un Dios comunicativo y Dios es siempre así, derramando su amor, pero aquí tenemos a un pueblo insensible que se han vuelto indiferente y que no reacciona frente a Dios hasta el punto de que son capaces de preguntar con toda sinceridad: "Esto es algo que no vemos. ¿Qué quieres decir? ¿Por qué nos dices estas cosas? Ese es el tema de todo este libro.

La respuesta que Dios da a su pregunta "¿Cómo nos has amado? es recordarles que les ha amado desde el principio mismo de la raza, desde los tiempos de Jacob y de Esaú. Les dice: "Mirad toda la raza. La historia de Esaú ha sido una de continuos conflictos, de desastres y de problemas porque les dice, "he amado a Jaboc, pero he aborrecido a Esaú. Si queréis entender mi amor, fijaos en uno que no ha estado disfrutando de mi amor. Fijaos en la historia de Esaú y veréis lo diferente que es su historia a la vuestra, a pesar del hecho de que Jacob y Esaú fueron gemelos. Los versículos 2 y 3 dicen:

"¿Acaso Esaú no era hermano de Jahoc? dice JEHOVA. Sin embargo, yo amé a Jacob y aborrecí a Esaú..."

Este hecho produce inquietud a muchas personas, pero encontramos la explicación en el libro de Hebreos en el Nuevo Testamento, donde se nos dice que Esaú había despreciado su primogenitura y, por lo tanto, no concedía valor alguno a los asuntos espirituales (Heb. 12:16) tratando a Dios con absoluta indiferencia. Aquellas cosas que Dios consideraba de gran valor, él las consideraba cosas triviales y las trataba de ese modo. Es debido a la actitud de Esaú por lo que Dios dice: "Amé a Jacob y aborrecí a Esaú.

Si ustedes hubiesen conocido a estos dos hombres, probablemente hubiesen amado a Esaú y aborrecido a Jacob porque Jacob era el maquinador, el hombre de los grandes planes, el suplantador, el usurpador, el villano que no merecía ninguna confianza. Esaú era el gran hombre de los espacios al aire libre, enérgico, abierto, sincero, fuerte, que le gustaba alardear de sus hazañas como cazador y como hombre que disfrutaba de la vida al aire libre. De los dos, él es el que nos da la impresión de ser el mejor, pero Dios dice: "Amé a Jacob porque en su corazón hay un gran anhelo y ansia por las cosas profundas de la vida; Jacob quiere algo más de lo que hay en la superficie. Eso es algo que siempre toca el corazón de Dios y es también característico de la nación.

Dios acusa a los israelitas de problemas muy concretos, pero en cada ocasión ellos le responden "¿Qué quieres decir? (versículo 6):

"El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Y si yo soy Padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy Señor, ¿dónde está mi reverencia, oh sacerdotes que menospreciáis mi nombre? os ha dicho JEHOVA de los Ejércitos."

Esa es la acusación que les hace Dios. Despreciáis mi nombre y ellos le responden: "¿De qué manera hemos despreciado tu nombre? ¿Qué quieres decir? Y el Señor vuelve a contestarles (versículo 7):

"En que ofrecéis sobre mi altar pan indigno."

"Vuestra actitud y vuestras acciones hacia mi son una ostentación vulgar. Os sentís satisfechos con ofrecerme solo la basura y las cosas contaminadas. Pero ellos persisten en el tema:

"Cómo es que lo hemos hecho indigno?"

Dios les habla de nuevo con toda claridad. Siempre que le preguntamos a Dios cómo, él nos lo dice y en este caso responde (versículo 8):

"Porque cuando ofrecéis un animal ciego para ser sacrificado, ¿no es eso malo? Lo mismo, cuando ofrecéis un animal cojo o enfermo. Preséntalo a tu gobernador."

"¿Os vais a librar haciendo cosas semejantes? les pregunta Dios. "Vosotros que os sentís satisfechos con ser vulgarmente ostentosos en lo que se refiere a vuestra experiencia religiosa, intentad aplicar esa misma actitud a vuestra vida de negocios y veréis si os vais a salir con la vuestra. Y a pesar de todo decís que estáis honrando mi nombre, pretendiendo adorarme y ser mi pueblo. El Dios de la realidad siempre ve nuestras excusas y nuestra falsa hipocresía para llegar al fondo del verdadero asunto.

Esto lo vemos claramente en las acusaciones que les hace con respecto a sus actitudes en relación con la adoración porque ellos estaban siendo muy profesionales en este aspecto, pero estaban completamente aburridos (versículo 13):

"Además habéis dicho: ¡Oh, qué fatigoso!, y me habéis provocado, ha dicho JEHOVA de los Ejércitos, al traer lo hurtado, lo cojo o lo enfermo y al presentarlo como ofrenda."

¿Qué es lo que está mal en este caso? ¿A dónde ha ido a parar todo el entusiasmo? Estos son siempre los síntomas de un pueblo que cree que Dios se va a quedar satisfecho con algo menos que el amor. El gran mandamiento dice: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente... y amarás a tu prójimo como a ti mismo. (Mat. 22:37-39) Nada menos que eso satisfará a Dios, pero aquí tenemos a un pueblo que se ha visto rodeado por el amor de Dios y que han recibido su gracia durante siglos, a pesar de lo cual sus ojos se han vuelto tan ciegos que ni siquiera pueden darse cuenta de que le están ofendiendo e insultando con lo que están haciendo. El motivo de por qué les sucede esto es que el amor que sentían hacia Dios ha desaparecido. La desaparición del amor se refleja siempre en una actitud insensible y es lo que hallamos en este caso. Al continuar con la lectura, verá usted que estaban siendo hipócritas. Dios les acusa de ello en el capítulo 2 y dice que su hipocresía era realmente malvada y su influencia estaba haciendo que otros se desviasen (versículo 8):

"Pero vosotros os habéis apartado del camino; a muchos habéis hecho tropezar en la ley..."

"Les estáis diciendo cosas que están mal porque ni siquiera sabéis que están mal. Este es el horrible aspecto de esta clase de vida.

A continuación Dios les acusa de haber fracasado en sus principios morales. Habían empezado a contraer matrimonio con personas de otras tribus de alrededor y se habían olvidado de que Dios les había llamado para que fuesen un pueblo especial por lo que el divorcio prevalecía en la tierra (versículo 13):

"Y esto habéis hecho de nuevo: cubrís el altar de JEHOVA con lágrimas, con llanto y con suspiros, porque ya no miro las ofrendas ni las acepto con gusto de vuestra mano."

Y ellos preguntan: "¿por qué no acepta esto? Versículos 14-15:

"Porque JEHOVA ha sido testigo entre ti y la mujer de tu juventud, a la cual has traicionado, a pesar de ser ella tu compañera y la mujer de tu pacto. ¿Acaso el Unico no hizo el cuerpo y el espíritu de ella? ¿Y que es lo que demanda el Unico? ¡Una descendencia consagrada a Dios!, Guardad pues vuestro espíritu y no traicionéis a la mujer de vuestra juventud. Porque yo aborrezco el divorcio, ha dicho JEHOVA Dios de Israel."

Suena como algo que sucede actualmente ¿no es cierto? Malaquías tuvo que realizar su ministerio en una nación en la que el divorcio estaba muy extendido y mas que eso, entre una sociedad en la que la confusión moral y el cinismo imperaban. El profeta dice (versículo 17):

Habéis agotado al Señor con vuestras palabras.

Ellos se sienten asombrados ante esta acusación y dicen (versículo 17):

"¿En qué le cansamos?"

La respuesta es bastante contundente:

"En que decís: Cualquiera que hace lo malo es bueno ante los ojos de JEHOVA..."

Hace poco me encontré con un artículo que sugería que la obscenidad, la pornografía, la libre expresión del lenguaje vulgar y de las palabras sucias (y otras cosas) era bueno que se expresase libremente y que era malo suprimir esa clase de lenguaje o censurarlo en nuestra literatura. Otro artículo decía que la disciplina de los padres era algo malo, que perjudica a los hijos y acaba con su incentivo, eliminando su habilidad para desarrollarse debidamente.

Cosas así reflejan claramente la confusión moral de nuestros días y esto es siempre el resultado cuando una nación ofrece menos que un amor ferviente a Dios, cuando cree que el ritualismo y los formulismos pueden satisfacer al corazón del Eterno. Estas personas preguntaban (versículo 17):

"¿Dónde está el Dios de la justicia?"

¿Dónde está el Dios del juicio? ¡La verdad es que cualquiera puede hacer lo que le venga en gana sin consecuencias! ¿Qué quieres decir? Que no hay normas y que todo es relativo. No hay un Dios de justicia que diga lo que está bien y lo que está mal. Como vemos, nos creemos que todo esto es nuevo, pero incluso cuatrocientos años antes de Cristo, este ya era un tema antiguo.

A continuación viene la gran profecía que ya hemos examinado. Malaquías eleva sus ojos y ve que el corazón de este pueblo está tan endurecido que ni siquiera reaccionan frente a las acusaciones que les hace Dios. No eran conscientes de que estaban sucediendo estas cosas porque no tenían punto de comparación. Así que el profeta, mirando a lo largo de lo que resultaron ser cuatrocientos años, dice: "El Señor se ocupará de esto. Os enviará a Uno que os despertará, Uno que os dirá la verdad. Será como el fuego purificador, quemando la hipocresía y la indiferencia exterior de vuestra religión para llegar al fondo mismo del corazón. Será como la lejía para los que están dispuestos. El les limpiará y enderezará la situación. Podréis reconocerle porque ante él irá un mensajero para preparar el camino y de repente vendrá a su templo. Y, como es natural, todo ello se cumple de manera maravillosa en el Nuevo Testamento.

Luego viene otra serie de acusaciones en las que el Señor habla de nuevo acerca de sus vidas y les dice (versículo 7):

"¡Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros! ha dicho JEHOVA de los Ejércitos."

Y el pueblo dice: "¿En qué hemos de volver? No hemos ido a ninguna parte. ¿Qué quieres decir con eso de que volvamos? Te estamos sirviendo en el templo, te estamos llevando los sacrificios y las ofrendas adecuadas y estamos llevando a cabo este ritual, tal y como lo establecistes. ¿Qué quieres decir con que volvamos a ti? Mediante esta respuesta dejan muy claro la ceguera de sus corazones. No se daban cuenta de que aunque la forma exterior era correcta, su corazón se hallaba alejado de Dios.

Entonces Dios les dice: "Me estáis robando a lo que ellos contestaron: "¿De qué modo te estamos robando? La respuesta de Dios es: "¡En los diezmos y en las ofrendas! Toda la nación me está robando y estáis usando el dinero con el que os bendije para vuestros propios fines. "Traed todo el diezmo al tesoro y haya alimento en mi casa. Ahora bien, con frecuencia se arranca este versículo del Antiguo Testamento y se usa para establecer una norma legalista en las ofrendas de la iglesia como si esta fuese un tesoro o un almacén, pero eso es distorsionar el sentido. Este versículo fue dirigido a Israel, dentro de los límites del sistema bajo el cual vivía Israel en los tiempos del Antiguo Testamento, pero con todo y con eso el principio sigue siendo justo. No debemos nunca tomar todo aquello con lo que Dios nos ha bendecido y usarlo para mejorar nuestra vida.

Y Dios dice: "Cuando hacéis eso, me estáis robando. Me estáis robando de mi derecho a usarlo para avanzar mi causa. Para eso es para lo que está aquí el hombre. Es muy posible que todos nosotros como cristianos seamos muy superficiales en cumplir con nuestras obligaciones religiosas en la iglesia y, sin embargo, llevar una vida en la que lo único que hacemos es ocuparnos de nuestros propios fines egoístas. Hasta es posible que los convirtamos en realidad y que lleguemos a la cima, pero un día tendremos que estar ante la presencia de Aquel que dice: "durante toda vuestra vida me habéis robado de mi derecho a ser yo mismo en vosotros. Por eso es por lo que el llamamiento del Nuevo Testamento es presentar nuestros cuerpos como sacrificio vivo ante Dios; para eso es para lo que estamos aquí. Para eso hemos sido llamados y cualquier otra cosa es robarle a El de su herencia para los santos.

Continua acusándoles de cometer otras ofensas (versículos 13, 14):

"Duras han sido vuestras palabras contra mí, ha dicho JEHOVA. Pero decís: ¿Qué hemos hablado contra ti?"

Y la clara respuesta es:

Habéis dicho: Está demás servir a Dios.

"¿Qué provecho sacamos de guardar su ley y de andar tristes delante de JEHOVA de los Ejércitos? Suena como una frase conocida ¿no es cierto? "Bueno, si yo he estado intentando servir al Señor. Hace diez años que soy cristiano y aún no le he sacado ningún provecho. Esto traiciona la filosofía de que Dios existe para el hombre y no el hombre para Dios, lo cual es una verdadera blasfemia. Esa es una cara de la moneda.

Pero empezando con el versículo 16 del capítulo 3, hay un maravilloso y pequeño foco que se vuelve sobre el remanente que vive complaciendo a Dios. Gracias a Dios que siempre hay un pequeño grupo y que el foco de Dios siempre les encuentra. Se les describe de la siguiente manera (versículos 16-18):

"Entonces los que temían a JEHOVA hablaron cada uno con su compañero y JEHOVA prestó atención y escuchó. Y fue escrito un libro como memorial delante de él, para los que temen a JEHOVA y para los que toman en cuenta su nombre."

Luego hallamos este precioso versículo:

"En el día en que yo preparo, ha dicho JEHOVA de los Ejércitos, ellos serán para mi un especial tesoro. Seré compasivo con ellos, como es compasivo el hombre con su hijo que le sirve. Entonces os volveréis y podréis apreciar la diferencia entre el justo y el pecador, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve."

Fíjense muy bien en las dos cosas que señalan a los que son fieles en el día de la apostasía. En primer lugar, cada uno hablaba con su compañero y esto no quiere decir sencillamente que hablasen el uno al otro, sino que lo hacían con absoluta transparencia y sinceridad, compartiendo el uno con el otro, animándose unos a otros, confesando sus puntos debiles y orando el uno por el otro, permitiendo que los demás viesen cómo eran exactamente. Ah sí, pero eso era a nivel horizontal ¿verdad? Pero también estaba el nivel vertical: pensaban en su nombre, que es siempre el gran recurso del pueblo de Dios.

El nombre de Dios representa todo lo que él es, de la misma manera que el nombre de cada uno de nosotros representa lo que somos. Al firmar un cheque todo cuanto somos queda en la línea junto a la cantidad del cheque por el hecho de haber puesto nuestro nombre. Aquellos hombres pensaban en el nombre de Dios. No pasa ni una semana en que no inunde mi mesa una gran cantidad de propaganda, en la que me dicen lo que está mal en la iglesia, analizando sus debilidades y presentándome algunos de los artefactos o artilugios que servirán para eliminar de la vida cristiana la sangre, el sudor y las lágrimas. Actualmente nos estamos viendo asaltados por soluciones a los problemas de la debilidad de la iglesia que no son en realidad soluciones.

Aquí está la respuesta a la debilidad de la iglesia: "pensar en su nombre echar mano de los recursos de Dios. Podemos eliminar de la iglesia todos sus soportes, sus edificios, sus ayudas visuales, sus comités, sus programas y todo lo demás, pero si tenemos a un pueblo que se ha acostumbrado a echar mano y a apoyarse en el nombre de Dios, no habremos perdido nada y eso es precisamente lo que necesita escuchar una vez más esta era.

Hace poco alguien sugirió que si introdujésemos algunas de las maravillas electrónicas que están actualmente disponibles a los negocios, la tarea de predicar el evangelio se podía realizar de manera electrónica y en cuestión de pocos años se convertiría el mundo entero y habríamos llevado a cabo nuestra labor, de manera electrónica. También he oído la sugerencia que lo que necesitamos hacer es coger las palabras de los himnos y usar música popular o música roca para acompañarlas y eso es lo que necesita la iglesia. Se que son muchos los que estarían de acuerdo con este enfoque porque dicen que necesitamos captar el espíritu de la época en la que vivimos y movernos con ella, siendo más modernos porque es el elemento que falta. ¡Oh! No, no es así, el elemento que falta es Dios. Hemos de pensar en su nombre y contar con su poder. La iglesia no es nunca más fuerte que cuando en su más absoluta debilidad depende de los recursos de Dios y avanza dependiendo de él.

Ahora el profeta eleva sus ojos para ver de nuevo ese día que vendrá y no solo el día 400 años después, cuando el Señor Jesús estaría en la tierra, sino incluso más allá, pasando por encima de la vasta extensión de los siglos, a la segunda venida de Cristo, cuando se cumplirá todo el programa de Dios (capítulo 4, versículos 1-2):

"Porque he aquí viene el día ardiente como un horno, y todos los arrogantes y todos los que hacen maldad serán como paja. Aquel día que vendrá los quemará y no les dejará ni raíz ni rama, ha dicho JEHOVA de los Ejércitos. Pero para vosotros, los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia y en sus alas traerá sanidad..."

Esa es una causa que tiene dos efectos. Saldrá el Sol (o el Hijo) de Justicia. Y los que le rechazan serán quemados, pero para aquellos que le reciben, habrá sanidad. Es el mismo Hijo. (Ver versículos 2-6):

"Vosotros saldréis y saltaréis como terneros de engorde. Pisotearéis a los impíos, los cuales, el día que yo preparo, serán como ceniza bajo las plantas de vuestros pies, ha dicho JEHOVA de los Ejércitos. Acordaos de la ley de mi siervo Moisés...he aquí yo envío al profeta Elías antes de que venga el día de JEHOVA, grande y temible. El hará volver el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los padres; no sea que venga yo y golpee la tierra con destrucción."

Recordarán ustedes que fue el último versículo el que causó problemas a los discípulos y le dijeron al Señor: "¿Cómo es que la profecía dice que primero tendrá que venir el profeta Elías? y el Señor les responde: "Elías vino ya y no le reconocisteis. Viendo el asombro en sus rostros les dijo claramente que fue Juan el Bautista el que vino "con el espíritu y poder de Elías (Lucas 1:17) y cumplió el ministerio durante la primera venida, pero lo expresó de tal manera como para dejar clara la inferencia de que el profeta Elías todavía habría de venir antes de la segunda venida. (Mat. 17:10-13) Muchos identifican a los dos testigos en el capítulo 11 de Apocalipsis como Elías y Moisés. Hasta qué punto esto es verdad, dejaré que ustedes lo decidan, pero al menos aquí tenemos la sugerencia de que de algún modo extraordinario, Dios tiene la intención de suplir un ministerio como el de Elías antes de la segunda venida del Señor Jesús.

Fíjense bien es esto último. No carece de significado que al final de los escritos del Antiguo Testamento, la última palabra sea "destrucción (o maldición). Sin embargo, no es una predicción exacta, sino mas bien una advertencia. Esta profecía comienza diciendo "Yo os he amado,, ha dicho JEHOVA y acaba con la advertencia de que si no se recibe el mensaje de amor, el resultado será la destrucción. Comparen ustedes esto con la última palabra del Nuevo Testamento. Dejando a un lado el saludo final, es el nombre de Jesús, del Señor Jesús. "¡Ven, Señor Jesús!

Esa es la respuesta o solución de Dios a la destrucción ¿verdad? Es su solución a la maldición de la ley. El nos ha redimido de la maldición de la ley, haciéndose maldición por causa nuestra. Por lo tanto, la solución de Dios es la gracia y el amor que se derrama, produciendo aún más bendición, trayéndonos a la luz del conocimiento de Cristo. Toda la bendición que representa ese nombre ha de ser nuestra y por eso es por lo que la tarea del cristiano es aprender a pensar en su nombre.

LOS 400 AÑOS ENTRE EL ANTIGUO

Y EL NUEVO TESTAMENTO

Al final del libro de Malaquías en el Antiguo Testamento, la nación de Israel se encuentra de nuevo en la tierra de Palestina después de la cautividad babilonia, pero se encuentran bajo el dominio de la gran potencia mundial de aquella época, el imperio persa y medopersa. El templo había sido restaurado en Jerusalén, aunque era un edificio mucho más pequeño que el que construyó y decoró Salomón con tan maravillosa gloria.

En el templo la línea de Aarón seguía adorando y cumpliendo los rituales sagrados, como les había ordenado que hicieses la ley de Moisés. Había una línea directa de descendencia en el sacerdocio que podía trazarse retrospectivamente hasta Aarón.

Pero la línea real de David se había encontrado con una mala época. El pueblo sabía quién era el sucesor legítimo de David y su nombre aparece en los libros de Hageo, Zacarías y Malaquías. Era Zorobabel, el príncipe real, pero no había un rey ocupando el trono de Israel y eran una nación marioneta, bajo el dominio de Persia. Sin embargo, a pesar de encontrarse en una situación de debilidad y de formalismo, como nos han mostrado los profetas, el pueblo seguía manteniéndose unido. No había cismas políticos ni facciones entre ellos, ni estaban tampoco divididos en grupos o en partidos.

Al abrir el Nuevo Testamento en el libro de Mateo, descubrimos un ambiente totalmente diferente, casi como si fuese un mundo distinto. Roma es el poder dominante en la tierra y las legiones romanas se han extendido por todo lo ancho y largo del mundo civilizado. El centro de poder ha cambiado del este al oeste, a Roma. Palestina sigue siendo un estado marioneta, pues los judíos no lograron nunca recuperar su soberanía, pero ahora hay un rey que ocupa el trono, pero este rey es descendiente de Esaú en lugar de serlo de Jacob, y su

nombre es Herodes el Grande. Además, los sumos sacerdotes que son en esa época la autoridad religiosa en la nación no son ya descendientes pertenecientes a la línea de Aarón. No pueden trazar su descendencia a él, sino que son más bien sacerdotes contratados para los cuales su puesto se debe al patrocinio político. El templo sigue siendo el centro de la adoración judía, a pesar de que el edificio ha sido parcialmente destruido y reconstruido media docena de veces desde el final del Antiguo Testamento. Pero han aparecido las sinagogas por todas las ciudades judías parecen ser el centro de la vida judía más que el templo.

Para entonces el pueblo de Israel estaba dividido en tres partidos principales. Dos de ellos, los fariseos y los saduceos, eran mucho más destacados que el tercero. El grupo más reducido, el de los esenos, a penas merecía el nombre de partido. Sin embargo, hace mucho tiempo que ocuparon un lugar de gran prominencia en nuestro tiempo con una mayor importancia porque había algunos documentos ocultos en unas cuevas que daban sobre el Mar Muerto, documentos que salieron de nuevo a la luz al descubrirlos accidentalmente un pastorcillo árabe y se conocen como los Rollos del Mar Muerto.

Ahora bien, ¿qué sucedió durante estos cuatrocientos años llamados "de silencio después de que los últimos profetas inspirados y los primeros escritores del Nuevo Testamento comenzasen a escribir? Recordarán ustedes lo que dijo Pablo en su epístola a los Gálatas donde dice: "Cuando vino la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley. (Gál. 4:4) En otras palabras, el momento del nacimiento del Señor fue la hora fijada por Dios, el momento para el que Dios llevaba mucho tiempo preparándose. Sin embargo, algunos de los emocionantes preparativos tuvieron lugar durante ese tiempo de "silencio, y entenderán ustedes mucho mejor su Nuevo Testamento si entienden algo de los acontecimientos históricos que sucedieron durante el tiempo entre los Testamentos.

Después de que Malaquías acabase sus profecías y se cerraba el canon del Antiguo Testamento, es decir, cuando se cumplía el número de los libro del Antiguo Testamento y los profetas inspirados dejaron de hablar, Dios permitió que transcurriese un período de tiempo para que las enseñanzas del Antiguo Testamento penetrasen por todo el mundo. Durante este tiempo, hizo una nueva disposición de las escenas de la historia, de una manera muy parecida a como los encargados de un escenario de teatro preparan el escenario antes de que caiga el telón y cuando se levanta de nuevo hay una escena completamente distinta.

Alrededor del año 435 a. de C., cuando el profeta Malaquías dejó de escribir, el centro de la potencia mundial comenzó a cambiar de oriente a occidente. Hasta ese momento, Babilonia había sido la principal potencia mundial, pero a esto siguió rápidamente el Imperio Medopersa, como recordarán ustedes de sus estudios de historia antigua. Este cambio había sido anunciado por el profeta Daniel, que dijo que se levantaría un oso que sería más alto en un lado que en otro, representando la división entre Media y Persia, con el predominio de los persas (Dan. 7:5).

En el momento más álgido de la potencia persa se irguió la nación de Macedonia (que actualmente conocemos como Grecia) al norte del Mar Negro, donde un hombre llamado Felipe el macedonio, se convirtió en dirigente de su propio país. Unió las islas de Grecia y se convirtió en su gobernador. Su hijo estaba destinado a convertirse en uno de los más importantes dirigentes mundiales de todos los tiempos y fue Alejandro Magno. En el 330 a. de C. una terrible batalla entre los persas y los griegos cambió radicalmente el curso de la historia. En esa batalla, Alejandro, que era un joven de solo veinte años, llevó a los ejércitos de Grecia a la victoria sobre los persas y destruyó por completo el poder de Persia. El centro del poder mundial cambió más aún para concentrarse en la parte oeste de Grecia y así comenzó el imperio griego.

Un año después de esa batalla histórica, Alejandro Magno guió a sus ejércitos hasta el mundo sirio en dirección a Egipto. De camino, planeó sitiar la ciudad de Jerusalén. Al acercarse los ejércitos victoriosos a esa ciudad, les llegó noticia a los judíos que estaban en Jerusalén de que los ejércitos venían de camino. El que era sumo sacerdote en aquel tiempo, que era un hombre santo llamado Jadua (al que por cierto se le menciona en la Biblia, en el libro de Nehemías) cogió los escritos sagrados del profeta Daniel y, acompañado por un grupo de sacerdotes ataviado con sus vestiduras blancas, fue y se encontró con Alejandro a cierta distancia de la ciudad.

Todo esto es del informe de Josefo, el historiador judío, que nos dice que Alejandro dejó a sus ejércitos y fue apresuradamente a encontrarse con aquel grupo de sacerdotes. Cuando se encontró con ellos, le dijo al sumo sacerdote que había tenido una visión la noche anterior en la que Dios le había mostrado a un anciano, vestido con vestiduras blancas, que habría de mostrarle algo de gran importancia para él, y según el relato, el sumo sacerdote abrió el libro de las profecías de Daniel y se las leyó a Alejandro.

En las profecías Alejandro pudo ver las predicciones que le anunciaban que habría de convertirse en esa notable cabra con el cuerno en la frente, que procedería del oeste y que destrozaría el poder medopersa y conquistaría el mundo. Se sintió tan abrumado por la exactitud de las profecías y, como es natural, por el hecho de que se refiriesen a él, que prometió que salvaría a Jerusalén del sitio y envió de regreso al sumo sacerdote con honores. ¡Lo cierto que pueda ser este relato, después del tiempo que ha transcurrido, es muy difícil saberlo, pero sea como fuere, eso es lo que se cuenta!

Alejandro murió en el año 323 a. de C., cuando tenía más o menos treinta y tres años. Bebió tanto que murió en lo mejor de su vida, entristecido por no tener más mundos que conquistar. Después de su muerte, su imperio quedó destrozado por causa de las disensiones y debido a que no había dejado heredero. Su hijo había sido asesinado con anterioridad, por lo que no hubo quien heredase el imperio de Alejandro.

Sin embargo, después de algún tiempo los cuatro generales que habían dirigido sus ejércitos dividieron su imperio entre ellos. Dos de ellos son especialmente importantes para nosotros. Uno de ellos fue Ptolomeo, que consiguió Egipto y los países del norte de Africa; el otro fue Seleuco, que ganó Siria, al norte de Palestina. Durante este tiempo Palestina fue anexada por Egipto y sufrió grandemente a manos de Ptolomeo. De hecho, durante los próximos cien años, Palestina se vio atrapada como en una picadora de carne por causa de los interminables conflictos entre Siria al norte y Egipto al sur.

Si han leído ustedes las profecías de Daniel, recordarán que Daniel pudo, por inspiración, ofrecer un relato muy exacto y detallado de los puntos más destacados de estos años de conflicto entre el rey del norte (Siria) y el del sur (Egipto). El capítulo 11 de Daniel nos ofrece un relato de lo más asombrosamente exacto de algo que ya hace mucho que se ha cumplido. Si quieren ver ustedes hasta qué punto es exacta la profecía, les sugiero que comparen ese capítulo de Daniel con la evidencia histórica de lo que pasó efectivamente en esa época. El breve libro, escrito por H.A. Ironside, "The Four Hundred Silent Years (Los Cuatrocientos Años de Silencio) lo expone con bastante detalle.

Durante este tiempo había ido en aumento la influencia griega en Palestina y surgió un partido entre los judíos llamado los helenistas, que estaban ansiosos por introducir en la nación la cultura y el pensamiento griego, así como por liberalizar algunas de las leyes judías. Esto provocó una división en dos de los principales partidos. Estaban aquellos que eran fuertes nacionalistas hebreos, que deseaban conservarlo todo conforme al orden mosaico y que se resistían a toda influencia extranjera que se introducían para desorganizar las antiguas costumbres judías. Este partido acabó por ser conocido como los fariseos, que quiere decir "separar y que eran separatistas e insistían en conservar las tradiciones. Estos se fueron haciendo cada vez más fuertes, más legalistas y rígidos en sus requisitos, hasta convertirse en el blanco de algunas de las palabras más ardientes que jamás pronunció el Señor. Se habían convertido en los religiosos hipócritas, que guardaban la forma exterior de la ley, pero violaban completamente su espíritu.

Por otro lado, los helenistas, aquellos a los que le gustaba todo lo griego, se volvieron cada vez más influyentes en la política de la tierra y formaban el partido conocido en los tiempos del Nuevo Testamento como los saduceos o liberales. Estos se apartaban del cumplimiento rígido de la ley y se convirtieron en los racionalistas de aquella época, sin creer para nada en la ley sobrenatural. En el Nuevo Testamento se nos dice que vinieron repetidamente al Señor haciéndole preguntas acerca de lo sobrenatural como: "¿Qué sucederá a la mujer que haya estado casada con siete hombres diferentes? En la resurrección, ¿de cuál de los siete será mujer? (Mat. 22:23-33) Ellos no creían en la resurrección, pero al hacerle estas preguntas lo que pretendían realmente era poner a Jesús en un aprieto.

Estaba también el joven sacerdote judío rebelde, que estaba casado con una samaritana, que fue a Samaria y en rebeldía contra las leyes judías, construyó un templo en el Monte Gerizim que rivalizó con el templo que estaba en Jerusalén. Esto produjo una intensa y fanática rivalidad entre los judíos y los samaritanos y esta rivalidad se ve también reflejada en el Nuevo Testamento.

Además durante ese tiempo, las escrituras hebreas fueron traducidas por primera vez a otro idioma alrededor del 284 a. de C. en Egipto, bajo el reino de uno de los Ptolomeos. El rey egipcio convocó a un grupo de 70 eruditos para que hiciesen una traducción de las escrituras hebreas. Libro tras libro tradujeron el Antiguo Testamento al griego. Cuando la terminaron, se le dio el nombre de Septuaginta, que significa 70 por el número de los que las tradujeron y esta se convirtió en la versión griega de la Biblia hebrea. De ellas se derivan muchas de las citas del Nuevo Testamento y por eso es por lo que las citas que hay en el Nuevo Testamento sacadas del Antiguo están en ocasiones expresadas con diferentes palabras, porque proceden de la traducción griega. La Septuaginta sigue existiendo actualmente y se usa extensamente en diferentes partes del mundo y sigue además siendo un documento muy importante.

Poco tiempo después, alrededor del 203 a. de C. un rey llamado Antioco el Grande llegó al poder en Siria, al norte de Palestina. Capturó Jerusalén de los egipcios y comenzó el reinado de la potencia siria sobre Palestina. Tenía dos hijos, uno de los cuales le sucedió y reinó solo unos pocos años. Cuando falleció, su hermano ocupó el trono. Este hombre, llamado Antioco Epifanes, se convirtió en uno de los más viciosos y violentos perseguidores de los judíos que jamás se han conocido. De hecho, se le ha llamado con frecuencia el anticristo del Antiguo Testamento porque en él se cumplen algunas de las predicciones de Daniel con respecto a uno que habría de ser "una persona despreciable y un "rey vil. Su nombre (que se concedió modestamente a sí mismo) significa "Antioco el Ilustre. Sin embargo, es evidente que algunos de sus propios cortesanos estaban de acuerdo con las profecías de Daniel y cambiaron dos letras de su título, de Epifanes a Epipanes, que significa "el loco.

Su primer acto consistió en deponer al sumo sacerdote de Jerusalén, poniendo de este modo fin a la larga línea de sucesión, comenzando con Aarón y sus hijos a lo largo de muchos siglos de la línea judía. Onias el Tercero fue el último de esta línea hereditaria de sacerdotes. Antioco Epifanes vendió el sacerdocio a Jasón, que no pertenecía a la línea sacerdotal. Jasón, a su vez, fue engañado por su hermano menor Menelao, que compró el sacerdocio y a continuación vendió las vasijas de oro del templo con el fin de conseguir el dinero necesario para el tributo. Epifanes derrocó a la línea sacerdotal autorizada por Dios y luego y bajo su reinado, la ciudad de Jerusalén y todos los ritos religiosos de los judíos comenzaron a deteriorarse al quedar completamente bajo el poder del rey sirio.

En el 171 a. de C. Antioco invadió Egipto y Palestina se vio nuevamente envuelta en una gran rivalidad. Palestina es el país por el cual se han producido más luchas y Jerusalén ha sido la ciudad que más veces ha sido capturada durante el curso de la historia. Ha sufrido saqueos, secuestros, ha sido quemada y destruida 27 veces en su historia.

Mientras Antioco estaba en Egipto, se informó que le habían matado en la batalla y Jerusalén se alegró de la noticia. El pueblo organizó una revuelta y derrotaron a Menelao, el pseudosacerdote. Cuando le llegó la noticia a Antioco (que estaba vivo y colean do en Egipto) de que Jerusalén estaba encantada con el informe de su muerte, organizó sus ejércitos y asoló la tierra como una furia, cayendo sobre Jerusalén con una terrible venganza.

Derribó la ciudad, recuperó su poder y guiado por el traicionero Menelao, se introdujo en el lugar santísimo del templo mismo. Murieron unas 40.000 personas en tres días de luchas durante esa terrible época. Cuando se abrió camino por la fuerza en el lugar santísimo, destruyó los rollos de la ley y, ante el espanto de los judíos, cogió una cerda y la ofrendó sobre el altar sagrado. Y luego con el caldo hecho de la carne de este animal impuro, roció todo lo que había en el templo, profanando y transgrediendo de ese modo el santuario. Es imposible para nosotros captar lo espantoso que era eso para los judíos, que se quedaron totalmente consternados de que nada por el estilo pudiese suceder en su templo sagrado.

Fue el acto de profanar el templo a lo que se refiere el Señor Jesús como la "abominación desoladora que había anunciado Daniel (Mat. 24:15) y que se convirtió además en una señal de la futura abominación del templo, cuando el anticristo mismo entraría en el templo, llamándose a sí mismo Dios, y de ese modo profanaría el templo en esa época. Como sabemos por lo que dice el Nuevo Testamento, eso es algo que aún se encuentra en el futuro.

El profeta Daniel dijo que el santuario sería profanado durante 2.300 días (Dan. 8:14) Perfectamente de acuerdo con esa profecía, fueron exactamente 2.300 días, seis años y medio, antes de que el templo fuese purificado. Fue limpiado durante el liderazgo de un hombre que ahora es famoso y que pertenece a la historia judía, Judas Macabeo. Pertenecía a la línea sacerdotal que, juntamente con su padre y sus cuatro hermanos, se levantó en una revuelta en contra del rey sirio. Llamaron la atención de los israelitas, les pidieron que les siguiesen en la batalla, y en una serie de batallas de confrontación en la que fueron siempre una minoria abrumadora, derrocaron el poder de los reyes sirios, capturaron Jerusalén y limpiaron el templo. El día en que limpiaron el templo fue llamado el día de la dedicación y eso sucedió el 25 de Diciembre. En aquel día los judíos celebrarán cada año la Fiesta de la Dedicación.

Los macabeos, que pertenecían a la familia de los asmoneos, fueron el principio de una línea de sumos sacerdotes conocida como la Dinastía Asmonea. Sus hijos, durante las próximas tres o cuatro generaciones, gobernaron como sacerdotes en Jerusalén, teniendo que defenderse todo el tiempo contra el constante asalto del ejército sirio, que intentaba capturar la ciudad y el templo. Durante los días de los macabeos se produjo un derrocamiento temporal del dominio extranjero, que es el motivo por el cual los judíos piensan en ese tiempo y lo consideran con tan grande veneración.

Durante ese tiempo, uno de los sacerdotes asmoneos crearon una liga con un creciente poder en el oeste, en Roma, firmando un tratado con el Senado de Roma, proveyendo ayuda en caso de que se produjera un ataque sirio. Aunque el tratado se hizo con toda seriedad y sinceridad, fue este pacto lo que hizo que Roma se introdujese en el escenario y en la historia de Israel.

Mientras las batallas entre los dos bandos contrarios se volvían cada vez más cruentas, Roma se mantenía atenta. Finalmente, el gobernador de Idumea, un hombre llamado Antipater y descendiente de Esaú, hizo un pacto con dos de los reyes de las naciones vecinas y atacó Jerusalén para intentar derrotar a la autoridad de los sumo sacerdotes asmoneos. Esta batalla fue tan fiera que finalmente a Pompeyo, el general romano, que casualmente tenía un ejército en Damasco en esa época, le suplicaron los dos partidos que fuese e interviniese. Un lado tenía un poco más dinero que el otro y dejándose convencer por ese argumento lógico Pompeyo vino de Damasco, entró en la ciudad de Jerusalén, de nuevo con una terrible matanza, venció a la ciudad y la capturó para Roma. Eso sucedió en el 63 a. de C. A partir de entonces, Palestina se encontró bajo la autoridad y el poder de Roma.

En esos momentos Pompeyo y el Senado Romano nombraron a Antipater como Procurador de Judea y él a su vez convirtió a sus dos hijos en reyes de Galilea y de Judea. Al hijo que se convirtió en rey de Judea se le conoce como Herodes el Grande. ("Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén preguntando ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?,) (Mat. 2:1,2)

Entretanto, los imperios paganos de alrededor se habían estado deteriorando y desintegrando. Su religión se había encontrado con tiempos difíciles. Las gentes estaban hartas del politeísmo y del vacío de sus creencias paganas. Los judíos habían pasado por tiempos de presión y no habían conseguido establecerse de nuevo, habiendo perdido toda esperanza. Había un ambiente de expectación creciente, en el sentido de que la única esperanza que les quedaba era la venida, por fin, del Mesías prometido. En el este, los imperios orientales habían llegado a la situación en que la sabiduría y el conocimiento del pasado se había esfumado y también ellos estaban buscando algo. Cuando llegó el momento en que apareció la estrella sobre Belén, los magos del este, que buscaban una respuesta a sus problemas, la vieron de inmediato y salieron con el fin de buscar a Aquel al que apuntaba la estrella. Por ello, "cuando llegó por fin el tiempo, Dios envió a su Hijo.

Es realmente asombroso de qué modo Dios se vale de la historia para llevar a cabo sus propósitos. Aunque estamos viviendo en días que podíamos llamar "el silencio de Dios cuando durante casi 2.000 años no se ha escuchado la voz inspirada de Dios, hemos de mirar atrás, como lo hicieron otros durante esos 400 años de silencio, a la historia inspirada y darnos cuenta de que Dios ha dicho ya todo cuanto era necesario decir, por medio del Antiguo y del Nuevo Testamentos. No cabe duda de que los propósitos de Dios no se han acabado aún, pues él los está llevando a cabo tan plenamente ahora como lo hizo en aquellos días. De la misma manera que era preciso que el mundo llegase a una situación de absoluta falta de esperanza entonces, y el que habría de convertir en realidad todas sus esperanzas apareció entre ellos, el mundo se enfrenta de nuevo con un tiempo en el que la desesperación se está extendiendo por toda la tierra. Por todas partes reina la desesperación y Dios se está moviendo en estos tiempos para hacer que se cumplan las palabras proféticas acerca de la segunda venida de su Hijo al mundo con el fin de establecer su reino. ¿Durante cuánto tiempo? ¿Cuánto falta? ¿Quién lo sabe? Pero lo que Dios ha hecho en la historia, volverá a hacerlo al acercarnos al final del "silencio de Dios.

ESTUDIOS SOBRE EL LIBRO DE MALAQUÍASPor Americo Giannelli

Introducción:

Marco Histórico: Como resultado de la actividad profética de Hageo y de Zacarías, Zorobabel pudo completar el Templo

alrededor del año 515 A.C., e introducir la completa adoración al Señor. El nuevo Templo fue dedicado entre grandes regocijos, y las fiestas el Señor se guardaron fielmente (Esd. 6:16-22). Esdras enseño también la ley de Dios al pueblo, y fue punta de lanza de una reforma dirigida contra los matrimonios mixtos con las naciones de alrededor.

En el año, 445 A.C., un alto funcionario del gobierno persa, Nehemías, recibió permiso para viajar a Jerusalén y conducir a su pueblo en la reconstrucción de las murallas de la ciudad. Esta importante obra fue completada en 52 días (Neh.6:15) bajo la vigorosa inspección de este nuevo gobernador. Nehemías instituyó reformas financieras para proteger a los pobres (Neh.5:2-13) y firmó un acuerdo, prometiendo evitar los matrimonios mixtos, guardar el sábado, y contribuir anualmente al Templo, estableciendo la aportación de ofrendas y primicias para la mantenimiento de los levitas y de la adoración en el Templo (Neh.10).

Después de completar su tiempo en Jerusalén (doce años), Nehemías regresó ante el rey de Persia, y durante su ausencia, el pueblo violó prácticamente todos los apartados del acuerdo (Neh.13:6 al 31). Eran precisamente los pecados que Nehemías corrigió los que Malaquías condenó, lo que deja entrever la posibilidad de que el profeta trabajase en cooperación con el gobernador. La firme denuncia de la corrupción moral y espiritual da un toque de alarma urgentemente necesitado en nuestros días.

Fecha:

El libro guarda silencio en cuanto a la fecha de su composición. Existen varias opiniones, pero se reconoce universalmente que el autor era contemporáneo de Esdras y Nehemías y escribió cerca de 458 A.C. o 432 A.C..

Las condiciones sociales retratadas son indiscutiblemente las del período pérsico ( El Templo estaba funcionando, los edomitas estaban todavía en el destierro, y abusos serios se habían metido en la vida judaica)

El Profeta:

Nada se conoce respecto de las conexiones familiares o la vida de Malaquías excepto lo que se halla en las páginas de este libro. Caben dudas de que Malaquías sea un nombre propio. El nombre significa "Mi mensajero", y corresponde exactamente a la expresión "mi mensajero" en Mal.3:1 comp.2:7.

El nombre Malaquías puede haber sido en efecto un mero título, llevado por el profeta , no de su nacimiento, sino solamente de su llamado al oficio profético; "porque el profeta debe haber sido un héroe espiritual para atacar el sacerdocio como lo hizo".

El Estilo del Profeta:

La característica más prominente del libro es el diálogo que tiene lugar entre un Dios justo y un pueblo sarcástico e incrédulo. Gran parte de este intercambio está salpicado de preguntas, tanto de Dios como del pueblo. El libro ha sido escrito en hebreo y redactado en forma de prosa.

Su estilo era nuevo entre los judíos, se conoce como el método didáctico y dialéctico. Primero hace una acusación, luego imagina que alguien presenta una objeción, que enseguida él procede a refutar en sus detalles, probando la verdad de su proposición original. Se hallan en este libro siete ejemplos distintos de este método peculiar de, a) afirmación, b) interrogación, c) refutación.

El Pecado de Ingratitud ( cap. 1:1 - 5)

1. El Mensaje central de la Profecía:

"Yo os he amado dice Jehová". esta es la "carga" de la palabra del Señor a Israel por medio de Malaquías. Vino para advertirles que se avecinaba un día, ardiente como un horno , en el cual toda hojarasca sería quemada porque Dios les amaba.

Todo mensaje ya sea de juicio venidero o de bendición, es un mensaje de amor.

Si consideramos el reclamo que Dios hace de honor y temor hacia El por parte del pueblo, está basado en el amor.

¿Cómo podemos glorificar a Dios?. Dios es glorificado en la realización perfecta de todos sus propósitos de gracia y de amor en su pueblo. Dios quiere que le honremos y temamos, porque al hacerlo estamos cumpliendo su propósito. ¿ Por qué aplica a veces su vara sobre sus hijos extraviados? Nunca por el solo hecho de hacerlo, sino por la absoluta necesidad de forjar su carácter. Las palabras más severas de Dios al hombre, y su disciplina más severa manifiestan de una manera perfecta su permanente e invariable amor. (Heb. 12:6)

Cada palabra, cada hecho, y cada movimiento de Dios hacia el hombre, es una acción de infinito amor.

2. La Condición del Pueblo:

Han estado actuando de una manera muy estricta y meticulosa en las observancias exteriores, pero sus corazones han estado lejos de sus ceremonias.

Sus corazones, sus vidas, su carácter, su naturaleza interior, han sido una contradicción a los ojos de Dios.

Han llegado a la condición de imaginar que lo que Dios les demanda es solo el cumplimiento frío de la letra de la ley, descuidando el propósito final de todas las observancias divinas.

Son solo religiosos, que además hacen un cumplimiento mezquino de los mandamientos.

La letra sin el espíritu, es solo apariencia y frialdad, ritualismo.

Cuando un hombre está dispuesto a obedecer la letra con intención espiritual, Dios siempre tiene más para decirle de lo que la letra puede contener.

3. El Amor de Dios:

Dios revela su amor => "Yo os he amado". Dios no solo es en esencia amor (1ra.Jn.4:8) sino que siempre esta dispuesto a mostrarlo. En este caso Jacob es el destinatario del Amor divino. El amor de Dios siempre está en acción.

Dios brinda pruebas de su amor => El amor divino nunca es declamatorio, no se agota en las palabras, sino que se manifiesta a través de los hechos. Buenos ejemplos encontramos en Juan 3:16 / Rom. 5:8

En el caso del amor expresado a Israel encontramos que el mismo es, a) Decidido, b) Intenso, c) Palpable, d) Permanente.

4. La Decisión de Dios:

Es bien claro que Dios amó a Jacob y aborreció a Esaú.

Algunos ven en el aborrecimiento a Esaú una decisión arbitraria de Dios. Esto no es así, aquí no hay ninguna decisión arbitraria, sino que en el anticipado conocimiento de Dios, acerca de las cosas que habrían de suceder, tomó una decisión que en si mismo fue un acto de Justicia.

Esaú despreció lo que Dios valoraba (la primogenitura), y por lo tanto es catalogado como un hombre profano (inmoral, impío) (Heb.12:16), que recibió lo que sus actos merecían.

5. La Pregunta del Pueblo:

No da la impresión de que el pueblo haya estado haciendo esta interrogación a viva voz, más bien, la pregunta es el fruto de la conducta que los israelitas observaban.

En esta pregunta queda al descubierto la ingratitud y la incredulidad de Israel.

Ingratitud => Implica un desconocimiento voluntario de lo que Dios había hecho con ellos (Salmo 78:9-17).

Incredulidad => Implica la duda, el poner en tela de juicio las palabras de Dios, la desconfianza en el cumplimiento de los dichos de Dios.

Es como si le dijéramos a Dios => ¿ que hemos recibido de tu mano? ¿ estamos vacíos? ¿ no hay pruebas?. No hay dudas que esto manifiesta una gran falta de sensibilidad espiritual.

6. La Respuesta de Dios:

Es clara y contundente, la prueba está en que "amé a Jacob y aborrecí a Esaú"

La prueba es comprobable en la actualidad ya que aún se siente sobre Edom las consecuencias del juicio divino.

La prueba no es algo minúsculo o irrelevante. Es Dios amando a su pueblo y haciendo justicia con Esaú.

7. El Reconocimiento Final:

La evidencia es tan contundente, que es imposible negarlo y finalmente será reconocida por el pueblo. Tal vez ese reconocimiento llegue después de la disciplina, pero con seguridad llegará.

El reconocimiento de la obra de Dios llevará inevitablemente a la glorificación de su santo nombre.

El Pecado de Deshonra y Desprecio a Dios ( cap. 1: 6-14)

1. Deshonrando a Dios ( vs.6, 7 )

El amor de Dios hacia Israel constituye un fuerte contraste con la fría actitud evidenciada ante El por la nación. Curiosamente eran los sacerdotes los que dejaban ejemplo en mostrar falta de respeto hacia Dios.

El amor de Dios hacia su pueblo había sido grande, por lo que espera el respeto que un hijo tiene hacia su padre, o respeto que un siervo da a su patrón.

Las preguntas divinas, evidencian una triste verdad: ¿Dónde esta mi honra? ¿Dónde está mi temor?. Todo ello estaba extrañamente ausente. Aquí encontramos que este pueblo se dirige a Dios como "Padre" pero sin darle honor alguno. También le llama "Señor" pero no demuestra tener ningún temor de El.

La palabra "honra" es la misma que a menudo se traduce como "gloria" y la palabra "temor" es traducida como "reverenciar, temor reverente"

El pueblo era culpable de profanar el nombre de Dios en el peor sentido de la palabra, ya que se apropiaban de la relación que los nombres involucraban : Padre => Honra; Señor =>Temor; pero estaban lejos de temerle, no le atribuían honra alguna, salvo con vanas palabras. Así degradaban las cosas sagradas y las rebajaban al nivel de la mediocridad al extremo de decir: "La mesa de Jehová es despreciable".

Podríamos suponer que los sacerdotes, que ejecutaban los sacrificios y guardaban la Ley, eran ejemplos de fidelidad y devoción a Dios; sin embargo el Señor los señala como los principales culpables.

Los sacerdotes tenían sus propias ideas y ley. Tenían apariencia de piedad pero no era más que formas vacías. " La indiferencia comienza muchas veces entre los que deben dar la prioridad a las cosas de Dios y su ejemplo afecta a otros".

Aquí encontramos una reflexión para los líderes espirituales: Deben ser ejemplos.

Estos hombres son tan autosuficientes y satisfechos que no ven que sus propias inclinaciones y pensamientos no son los de Dios. La pregunta que efectúan los demuestra: " En qué hemos menospreciado tu nombre".

La respuesta de Dios es clara y contundente: " En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo". La prueba de que Israel y en particular los sacerdotes deshonraban a Dios tiene su evidencia más palpable en la manera en que manejaban los sacrificios. Violaban de una manera clara lo establecido en la Ley ( Lev.22:18 - 22)

El nombre de Dios estaba siendo despreciado a causa de que los sacerdotes estaban ofreciendo alimentos contaminados sobre su altar. El alimento es llamado "inmundo" o "contaminado", término éste que se refiere generalmente a manos o a vestidos contaminados con sangre (Is.59:3 / 63:3 / Lam.4:14). Esto hace que los hombres sean "inmundos" e inadecuados para un servicio sagrado.

Ningún hombre contaminado puede ofrecer pan puro en el Altar de Dios. Al recibir o rechazar las ofrendas, Dios las mide por el carácter de la persona que las ofrece.

"Dones presentados a Dios por manos impuras son en sí mismos impuros, pues Dios sólo acepta la ofrenda en la medida en que ha aceptado al dador. La ofrenda que traemos a Dios es la verdadera expresión del valor con que avaloramos el altar".

Esta consideración debería hacernos más cuidadosos en lo que respecta a la forma en que ofrendamos a Dios, y salvarnos del pecado, que consiste en imaginar que podemos negociar nuestra aceptación por medio de nuestras ofrendas.

La réplica de los sacerdotes a la acusación de presentar sacrificios inmundos no es fácil de seguir. Una respuesta acerca de por que dicen " en qué te hemos deshonrado" en vez de preguntar "en qué hemos contaminado los alimentos". Quizás estaban reconociendo que las ofrendas estaban contaminadas, pero que no veían un motivo de ofensa a Dios. Sin embargo la respuesta de Dios se hace oír nuevamente. El no guardar los mandamientos de Dios acerca de los sacrificios no implica solamente un error, sino una actitud de desprecio hacia Dios.

2. Sacrificios Inaceptables para Dios (vs.8,9)

Estos vs. nos describen una práctica extremadamente mezquina. Recordemos que los sacrificios requerían la perfección física (Dt. 15:21 / Lev. 22:20-24). Los sacerdotes juzgaron que se podía hacer de una manera distinta.

En el vs. 8 los sacerdotes se preguntaban ¿ no es malo ?, es decir "No hay nada de malo en ello; no es un asunto serio. Dios estará satisfecho con esto”.

El pensamiento de ellos fue: ¿ Para que quemar un animal sano ? ¡ Cualquiera ha de servir ! . Lo mejor para sí y luego lo inferior para Dios. Dios descubrió la mezquindad de los sacerdotes y los puso a prueba. Ofrecerlo al gobernador, ¿ qué sería ? ¿ un regalo o un insulto ?

Ahora bien, ¿por qué presenta Dios esta queja?. Porque las ofrendas que presentaban sobre el altar no eran de ningún valor para los hombres que las ofrecían. No les costaba nada. Dios siempre evalúa la ofrenda por lo que cuesta al dador y no por el valor intrínseco de la misma.

Ellos cometían sacrilegio, que no es simplemente robar algo de una iglesia, es también dar a Dios lo menos posible. Esto revela que valor le damos a a las cosas sagradas.

Veamos el ejemplo de la Ofrenda de la viuda (Lc. 21:1-4)

Los ricos ofrendaban de lo que les sobraba.

El valor específico de sus ofrendas era mucho.

Luego la viuda echó solamente 2 blancas ( esto representaba una suma de dinero insignificante).

Sin embargo esto significaba para ella todo el sustento que tenía.

El juicio del Señor es que ella ofrendo más que todos juntos.

El Señor midió el don como siempre lo hace, por una evaluación de lo que le cuesta al dador. Los hombres que habían depositado parte de su abundancia, no habían sacrificado ninguno de sus lujos. En su ofrendar no había

elemento alguno de negación propia, y cada uno de ellos podrían decir: "No echo de menos lo que doy". En el caso de la viuda su ofrenda tenía un valor especial porque estaba dando al Señor todo lo que tenía y que le era imprescindible.

Cuando somos mezquinos con Dios, es porque pensamos que Dios no vale nada. Dios busca a quienes colocan en su altar un don que les cuesta privación o sacrificio. De esta forma revelamos nuestra consideración a Dios.

En el vs. 9 no hay un llamado al arrepentimiento, es más bien un desafío de poner a prueba su conducta tal como era para ver si Dios lo aceptaría. ¿ Podrían los sacerdotes del tiempo de Malaquías en su condición de maldad interceder por el pueblo?. De ninguna manera. Debido a su actitud y a la clase de sacrificios que ofrecían, estaba asegurado que Dios se iba a negar a todas sus peticiones.

El sacrificio que Dios espera (Rom.12:1,2)

Un sacrificio personal.

Un sacrificio santo y agradable a Dios.

Un sacrificio de adoración espiritual.

Un sacrificio transformador

Un sacrificio en la voluntad de Dios.

3. La Avaricia en el Servicio para Dios ( vs. 10-12)

Vemos ahora un egoísmo tremendo: No querían hacer el servicio más insignificante sin remuneración. El servicio a Dios se había degenerado en al esclavitud a un apasionado interés egoísta

Dios desea hombres que le ofrezcan servicio sólo por amor de El, aunque nunca reciban recompensa

Sirviendo por amor a Dios ( Jn. 21:15-19)

Pedro recibió un llamado al servicio

No fue una consulta

Tampoco una charla acerca de las perspectivas de la obra

Antes de encomendarle el trabajo, el Señor tenía un solo interrogante ¿ me amas?

El servicio cristiano es básicamente una expresión de amor a Dios.

Ante la avaricia de los sacerdotes Dios dice: "No tengo complacencia en vosotros". Esta expresión indica claramente el juicio de Dios acerca de la conducta de los sacerdotes. Este tipo de ofrendas no satisfacen a Dios, directamente El no las recibe.

La irreverente actitud de los sacerdotes aparece en el vs. 11 en claro contraste con la de las naciones de mundo, las cuales reconocen que Dios es ciertamente grande.

El principal sentido del vs.11 , es que los gentiles que no disfrutaban del beneficio de la claridad de la revelación de Dios a su pueblo, honraban más al Señor que los judíos. Naturalmente, la entrada de los gentiles al terreno de bendición es más evidente en el NT, por lo que el vs. se aplica legítimamente al futuro.

El vs. 12 sigue amonestando a los sacerdotes, ellos estaban cosechado lo que sembraron. Entusiasmaron al pueblo a ofrecer animales defectuosos y ahora se encuentran que la carne que deben comer es de animales enfermos.

La expresión " la mesa de Jehová" sería una referencia al mantenimiento de los sacerdotes por medio de su porción de sacrificio. Todo ahora vuelve a caer sobre ellos mismos.

4. El Fastidio en el Servicio para Dios ( vs. 13,14)

En la vida de estos hombres es dable observar un proceso de degradación. La profanación, el sacrilegio, la avaricia y ahora el fastidio. Aquí tenemos una caricatura del profesionalismo sacerdotal que encuentra tediosa y aburrida la rutina de sus deberes.

El hecho de poder servir a Dios es algo grande, y debe ser en sí suficiente recompensa.

Todo el sistema de sacrificios había llegado a ser para los sacerdotes una pesada tarea, en lugar de una participación en el glorioso servicio de Dios. Ellos trataban a este santo servicio con desprecio.

El vs. 13 califica a lo ofrecido a Dios como "hurtado, cojo o enfermo". Es probable que algunos se hayan dedicado al robo a fin de presentar al Señor una ofrenda agradable, aumentando así su culpa. En Isaías 61:8 encontramos que Dios condena expresamente el hurto como medio de conseguir las ofrendas.

El Señor se pregunta ¿ aceptaré yo eso de vuestra mano ?. La interrogación tiene una sola respuesta: No. Este tipo de sacrificios es totalmente inaceptable para Dios.

El vs.14 nos describe el intento de un individuo ofrecer una sacrificio en el cual se compromete a ofrecer algo bueno, pero termina ofreciendo un animal enfermo. Dios lo califica como un engaño y su juicio es terminante : Maldito aquel que engaña. (Lev.22:17-25)

Conclusión:

El ceremonial sin contenido espiritual seguramente es algo tedioso.

No podemos darle a Dios el producto de la ganancia deshonesta.

No podemos ni debemos tratar de engañar a Dios.

El Pecado de la Infidelidad ( cap. 2: 1- 9)

1. La Apostasía de los Sacerdotes ( vs. 1- 3)

Lo que hemos de ver es una señal de la apostasía del sacerdocio. El deber del verdadero sacerdocio era dar pura instrucción y tener una conducta irreprochable; de influir a otros para bien.

Aquí son culpables de irreverencia y descuido del deber de enseñar al pueblo. Por seguir en sus malos caminos, la maldición caerá sobre ellos, serán barridos como algo inmundo.

Oseas había dicho:" Y será el pueblo como el sacerdote" (Oseas 4:9). Si el pueblo era malo, el sacerdocio era peor y es así por lo general.

El divino mensaje no fue entregado por aquellos que deberían hacerlo.

La lección que aprendemos es que debemos sentir en nuestras propias almas las verdades que enseñamos a fin de dar gloria al nombre de Dios. La gloria de Dios debe ser siempre suprema en nuestras vidas.

Ya que los sacerdotes deshonraban al Señor al contaminar el santuario, severos castigos están reservados para ellos. La estremecedora advertencia que se les da, es denominada "este mandamiento" . No es tanto un "mandamiento", sino un "decreto o resolución" (Comp. Nahum 1:14).

Con la intención de darles otra oportunidad, Dios anuncia el juicio de una manera condicional. Solamente si no responden adecuadamente a Su exhortación honrando su Nombre les enviará el castigo. A pesar de todo esto, el Señor admite la indiferencia de los sacerdotes y la consumación del juicio divino.

"Si no decidís de corazón dar gloria a mi nombre" (vs.2) Esta expresión está cercana a la expresión castellana "hacerlo de corazón", es decir, hacer algo de manera serie y consciente. Significa que uno está consciente de los hechos, y está dispuesto a tomar acciones apropiadas para evitar una determinada situación (comp. Is. 42:25).

En el caso de los sacerdotes, la acción conlleva mostrar reverencia ante el santo nombre del Señor. El acto de dar gloria al Nombre de Dios, está hablando de la honra debida a su persona.

A no ser que se evidencie un arrepentimiento de corazón, Dios tendrá que desatar la maldición contra los sacerdotes. Tristemente esto es lo que exactamente sucedió.

"Maldeciré vuestras bendiciones" (vs.2). No sería enviar maldición en vez de bendición sino que las mismas bendiciones llegarán a ser maldiciones. Las buenas cosas que Dios había dado se tornarían en ocasiones de tropiezo. Si la prosperidad no es usada para gloria de Dios llegará a ser un maldición. Dios haría que estas bendiciones fueran inútiles, e iba a traer sobre ellos lo exactamente opuesto a lo que deseaban.

Con frecuencia, el concepto de maldición está asociado en las Escrituras con hambre y esterilidad, y los vs. 2 y 3 aluden a esto bastante directamente. La expresión " enviaré maldición sobre vosotros" es casi una cita de Deut. 28:20, pasaje que advierte de hambre, pestilencia, y enfermedades como consecuencia de los pecados.

No es fácil clarificar la cláusula del vs. 3 " Dañaré la sementera". Literalmente esta expresión significa "reprenderá la sementera". "Simiente" es a menudo traducido más correctamente como "descendencia", pero la relación con Deut. 28 hace que se vea que de lo que trata en este pasaje es, con toda probabilidad, del producto de la tierra. (Comp. Malaquías 3:9-11 / Deut. 28:38 / Lev. 26:15,16)

Otro factor que está a favor de interpretar "sementera" en el sentido de producto y no de gente, está dado por el hecho de que la traducción literal puede leerse: " Yo reprenderé la simiente por vosotros". Esto puede significar, no que Dios reprenderá "vuestra simiente", sino que El reprenderá la simiente " a causa de vosotros".

En definitiva, los individuos que estaban normalmente dedicados a bendecir a la gente (los sacerdotes) habían llegado a ser la causa de una maldición sobre toda la tierra.

Para mostrar la humillación que caería sobre los sacerdotes, el Señor habla de arrojarles estiércol al rostro, el estiércol de sus animales ofrecidos. Una posible traducción sería en vez de "estiércol", "entrañas", que era la que se quemaba fuera del campamento luego del sacrificio (Ex. 29:1 / Lev. 8:17 y 16:27). Los sacerdotes habían ofrecido animales defectuosos pero Dios lo devolvería echando todo en sus caras con santa indignación.

" Al echarlo todo en la cara de los indignos sacerdotes, es como si Dios dijera: Son vuestros animales no míos. Dios no vio en ellos más que un montón de inmundicia, una abominación que sería barrida del lugar santo" W. Beban

La última sentencia del vs. 3 significa, según todas las apariencias, que los sacerdotes sufrirían la misma suerte que las entrañas o estiércol. Así como las partes del animal eran llevadas fuera del campamento y quemadas, así los culpables serían separados de la comunidad y destruidos (comp. 1° Reyes 14:10)

2. El Verdadero Sacerdocio ( vs.4 - 9 )

Ahora que Dios ha descrito los pecados de los sacerdotes y la maldición que han atraído sobre sí mismos, El contrasta a los actuales sacerdotes con los fieles de la antigüedad.

En primer lugar encontramos que el Señor explica que "este mandamiento", el decreto del castigo divino, fue enviado para que el sacerdocio levítico pudiera continuar. La expresión " Y sabréis que yo os envié este mandamiento" está diciendo que el juicio tenía que caer "para que conozcáis" que el Señor ha hablado.

El pacto fue hecho con Leví de manera que un miembro de la tribu de Leví, Aaron, vino a ser sumo sacerdote y luego sus descendientes continuaron con esa tarea. Así, en los vs, 4-9 se emplea "Leví" en el sentido del sacerdocio levítico.

El significado de la expresión "mi pacto fue de vida y paz" en este contexto queda mejor ilustrado en la referencia histórica de Números 25:12. En el momento en que el pueblo sucumbía a la idolatría y la inmoralidad sexual, Finees, el sacerdote, fue celoso de Dios y desvió la ira de Dios sobre Israel. Parece extraño mencionar un pacto de paz en un contexto de agitación, pero la paz con Dios conlleva el enfrentarse con el pecado.

La Escritura agrega que la actitud de Finees fue de reverencia y respeto hacia Dios, que se manifiesta en el celo hacia las leyes divinas. Agrega que Finees "delante de Mi nombre estuvo humillado" o como se podría leer "él reverenció Mi nombre".

El Dios nuestro es un Dios majestuoso y poderoso, ante el cual deberíamos inclinarnos en humilde adoración. Pero nuestra tendencia es la de ignorar a Dios y temer a los hombres y lo que pensarán de nosotros.

En los vs. 6 y 7 se describe al sacerdote fiel como hombre de integridad, caminando en estrecha comunión con Dios. Veamos a continuación algunos aspectos:

Fidelidad => " la Ley de verdad estuvo en su boca". El sacerdote debe ser una persona a la cual cualquiera pueda venir en busca de consejo y enseñanza y por supuesto, hallarla. Es aquel que está caracterizado por la enseñanza de la verdad. Ya que la "ley" significa a menudo la Ley de Moisés o la Palabra en general, ciertamente que "verdad" pueda aplicarse a la ley en general (Lev. 10:11 / Jer. 2:8). Cuando se precisaban veredictos especiales en casos difíciles, los sacerdotes actuaban en algunas ocasiones como jueces (Deut.17:9-11). Esta doble responsabilidad de enseñar y de juzgar da cuenta del énfasis que se pone sobre la verdad y honestidad en el vs.

Santidad => "iniquidad no fue hallada en sus labios". El sacerdote debía observar a la largo de su vida la santidad necesaria para servir al Dios Santo (Lev. 21:6,7). Este principio también se aplica a la creyente que ha sido hecho sacerdote de Dios (1°Ped.2:5). Sacerdocio santo porque Dios, el que santifica es Santo (1° Ped.1:15,16)

Comunión => " en paz y en justicia anduvo conmigo". Los sacerdotes debían andar en "paz y justicia". Las palabras y las acciones de ellos debían cumplir con la verdad y estar por encima de toda sospecha. Esta actitud si bien se refleja en el trato con los semejantes es un indicativo de comunión con Dios, ya que es muy difícil observar la paz y la justicia fuera del trato con El.

Compasión => " y a muchos hizo apartar de la iniquidad". La instrucción de la Palabra de Dios y el ejemplo de los sacerdotes deberían tener como resultado el guiar a muchas personas lejos de la iniquidad. Este "apartarse" de la iniquidad podría referirse a arrepentimiento debido a la convicción de pecado o a prevenir a individuos a que no cayesen en el pecado.

Sabiduría => " los labios de los sacerdotes han de guardar la sabiduría". El vs. 7 amplifica la misión de los sacerdotes , pues ellos tenían que "guardar la sabiduría", o sea, debían atesorar la ley y guardarla en sus corazones y mentes (1° Cro. 29:18). La sabiduría comienza por el respeto y temor de Dios y su Palabra ( Prov. 1:7)

Mensajeros => " de su boca el pueblo buscará la ley". Ese respeto por Dios, implica una relación estrecha con El. El pueblo cuando se acercaba a los sacerdotes para recibir la Palabra de Dios, no lo hacían por el simple hecho del conocimiento que podían tener, sino a causa de que estaban vitalmente sintonizados con Dios. Tan estrecha era su relación que podían ser llamados "mensajeros" del Señor. Este es un elevado título aplicado también a los profetas (Hageo 1:13). Los sacerdotes eran los mensajeros normales de Dios, mientras que los profetas eran los mensajeros extraordinarios.

La distancia entre lo ideal y lo real es penosamente evidente en los vs. 8-9. en lugar de instruir al pueblo en los caminos del Señor, se habían desviado de las elevadas normas señaladas en los vs. 6-7.

Cosa irónica, se previno al pueblo, en Deut. 17:11, a no "apartarse" de las instrucciones de los sacerdotes. Pero ahora son los sacerdotes mismos culpables de "apartarse"

En vez de prevenir o de advertir sobre las consecuencias de la desobediencia, están colocando piedras de tropiezo a toda la nación para que caigan. En resumen, Dios los acusa de corromper el pacto de Leví. Están arruinando el sacerdocio y apagando el crecimiento espiritual del país.

La respuesta de Dios es nuevamente contundente, así como ellos despreciaban los mandamientos de Dios y a las gentes haciendo acepción de personas; Dios los haría viles y bajos ante el pueblo. Esta consecuencia del pecado, sería un castigo para ellos. Los mismos sacerdotes que se burlaban del nombre del Señor (1:6) y que consideraban despreciable el sistema de sacrificios (1:7,12) son ahora ellos mismos despreciados.

El Pecado de la Deslealtad ( cap. 2: 10- 16 )

A esta sección podríamos llamarla: Los fracasos del pueblo. Aquí encontramos una severa reprensión para el pueblo por su idolatría y el divorcio. No debemos entender este pasaje solamente como una metáfora acerca del abandono por Israel de la religión de su juventud. Es bien claro que el pueblo es reprendido por repudiar, literalmente, a sus propias mujeres judías con el fin de contraer matrimonio con extranjeras. Estos matrimonios no sólo son una forma de idolatría, sino una violación del deseo de Jehová de conservar una "descendencia digna de Dios" (vs. 15)

1. El Pueblo Quebrantó su Pacto con Dios ( vs. 10 - 12)

A raíz de la mala conducción de los sacerdotes, el pueblo se enfrió en su actitud hacia Dios y empezó a encontrar más atractivos a los ídolos ajenos. Esto condujo a serios problemas en el hogar también, con lo que el divorcio se hizo cosa común, y la corrupción impregnaba todas las áreas de la vida.

Esto nos sirve de principio: Una mala relación con Dios, no solo afecta a la vida espiritual particular y colectiva de la congregación, sino que también afecta la vida de la familiar, con consecuencias que no podemos medir.

Malaquías pasa a la primera persona del plural en el vs. 10, indicando ésta de que ya no está citando a Dios. El profeta se identifica a sí mismo con el pueblo, y se pregunta por qué se están comportando de esta manera, y se dice : " no tenemos todos un mismo padre", esto podría interpretarse como una referencia a la unidad racial como descendientes de Abraham, pero el paralelismo con "un mismo Dios" muestra que se quiere expresar algo distinto. El profeta está declarando a Dios como Padre de la nación ( comp. 1:6). En Isaías 63:16 , Dios es identificado como un Padre para Israel más que Abraham y Jacob (comp. Juan 8:41). Estos vs. nos indican la relación especial que el pueblo de Israel tenía con Dios. La referencia a Dios como "creador" puede señalar hacia su obra de formar Israel como Su propia nación para proclamar Su alabanza ( Ex. 19:5 / Is. 43:1,7,21).

El hecho de considerar a Dios como Padre, nos está hablando de compromiso, pacto, responsabilidad. Recordemos que los creyentes en Cristo Jesús somos hijos de Dios ( Juan 1:12 / 1° Juan 3:1,2)

Aunque estaba relacionado con Dios de una manera especial, Israel parecía haberse dedicado a destruir esta relación, y Malaquías se pregunta por qué. El pueblo se está destruyendo con traiciones mutuas, violando así el pacto de ellos con Dios.

Sus actos desleales es el tema principal de este pasaje ( se menciona cuatro veces la deslealtad). " Deslealtad " se aplica principalmente en las Escrituras al rompimiento de un pacto, generalmente al pacto matrimonial. Ya que la relación esposo-esposa se utiliza a menudo con relación a Dios con Israel, la terminología "matrimonial" es tan apropiada como la analogía padre-hijo. La nación, como sus precursores, había traicionado a Dios rompiendo su pacto con El. (Salmo 78:57 / Jer. 3:20)

"El pacto de nuestros padres" es más amplio que el pacto levítico de los vs. 5,8 y se refiere más bien al pacto efectuado en Sinaí con toda la nación. En aquel tiempo, Dios vino a ser el esposo de la nación (Jer.31:32) y a diferencia de Israel, El no quebrantó el acuerdo que había sido efectuado (Sal. 89:35).

El pueblo actuaba deslealmente cada "uno contra otro", esto implica que no podían fiarse de nadie. Los parientes y vecinos estaban dispuestos a traicionarse mutuamente (Jer. 9:4 y 12:6). Esto se refiere probablemente al favoritismo del vs. 9 y ala corrupción generalizada de los líderes judíos (comp. Sof. 3:4).

El vs. 11 incluye la expresión "Judá (y especialmente los sacerdotes) ha profanado el santuario". En el cap. 1° ya ha expuesto parcialmente cómo lo habían profanado. En un sentido, el santuario del Señor es la misma nación (Sal. 114:2). Estaban puestos aparte para ser un pueblo santo, pero estaban ahora actuando como una nación pagana.

Su pecado es llamado "abominación" , término este reservado para la peor de las maldades, tales como inmoralidad, brujería e idolatría. La mención de un "dios extraño" especifica que la cuestión es la "idolatría".

Una manera de quedar envuelto en idolatría, es casarse con una mujer extranjera, práctica que está prohibida en Éxodo 34:11-16. La expresión "Judá se casó con hija de dios extraño" está aludiendo al hecho de que se ligaba voluntariamente a un dios pagano, desechando al Dios vivo y verdadero (comp. Num. 25:3). Un buen ejemplo de esto es Salomón (1° Reyes 11: 1 - 8). Esdras condena esta práctica (Esd. 9:1-3) y Nehemías también (Neh. 13:23-29)

Recordemos que Pablo hace un llamado similar en 2° Cor. 6:15 " ¿ Qué parte tiene el creyente con el incrédulo ? ¿ y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos ?". El templo personal no debería contaminarse, como tampoco el santuario que estaba en Jerusalén.

En el vs.12 encontramos la respuesta de Dios al pecado del pueblo.

Un hombre que viola el pacto de Dios y entra en cualquier tipo de relación con un dios extraño, queda sujeto a una fuerte condena. La expresión " Jehová cortará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciese esto" está indicando que el juicio divino es muy severo e implica destrucción, ruina, desolación, fracaso. Una unión fuera de la voluntad de Dios está condenada irremisiblemente. Tengamos en cuenta el caso de Elí ( 1° Sam. 2:29-35) Dios siempre juzga con severidad el pecado de infidelidad.

La expresión " al que vela y responde" algunos la interpretan como: "maestro y alumno", vigilante y replicante", " al superior y al súbdito". Sea cual fuere el significado debe referirse a la posteridad del hombre, a su descendencia.

2. El Pueblo Quebrantó sus Votos Matrimoniales ( vs. 13 - 16)

Una abominación ha ultrajado a Dios en los vs. 11-12, y ahora el profeta se dirige a un aspecto estrechamente relacionado de la infidelidad de ellos, la abominación del divorcio. Antes de señalar el pecado mismo, Malaquías considera algunas de las consecuencias de aquel pecado: Dios parece distante y no está ya aceptando sus ofrendas. en

el cap. 1, el Señor rehusaba aceptar ninguno de los sacrificios porque los animales eran defectuosos, pero aquí se introduce un nuevo elemento para el desagrado divino.

El pueblo estaba muy interesado en que Dios aceptase sus ofrendas, porque casi hacían cubrir el altar con "lagrimas, de llanto y de clamor". Esta es una descripción de una intensa oración rogando a Dios para que actúe (Sal.39:12 / Is. 38:3).

La insensibilidad y la hipocresía que reinaba en sus corazones hacia que clamaran a Dios por su favor, pero interiormente no había arrepentimiento. (Comp. Is. 58:2-6). Aquí encontramos lo que podemos denominar el gran error de Israel: Pensar que a Dios lo podemos agradar solamente con actos exteriores, con religiosidad. Pensar de esta manera es no conocer totalmente la persona de Dios y no comprender sus propósitos

La pregunta del pueblo es ¿ por qué ? . La respuesta es muy directa, debido a que el pueblo es culpable de deslealtad contra el lazo de confianza en el que entraron cuando se enlazaron en matrimonio. Como en el vs. 10 "desleal" es la palabra usada para calificar dicho pecado.

Al casarse con la hija de un dios extraño, el israelita menospreciaba al verdadero Dios, y estaba, además rechazando a su primera esposa, lo que resultaba en divorcio. Pero ello va contra la naturaleza sagrada y contra el verdadero significado del matrimonio. Dios era un testigo cuando dos partes se prometían mutua lealtad.

El matrimonio es verdaderamente un pacto, como se ve en Prov. 2:17. Podríamos decir que es el pasaje paralelo al Malaquías 2:14, pero indicando la responsabilidad de la otra parte.

La expresión "la mujer de tu juventud", está indicando que el enamoramiento que se había iniciado en los años jóvenes se había enfriado, y en el particular caso del esposo estaba tentado de cambiar su esposa por una más jóven. (Comp. Prov. 5:18)

Según el propósito de Dios, el matrimonio debía ser una relación permanente, dejando el hombre a sus padres y uniéndose a su mujer. En palabras de Gen. 2:24 "y serán una sola carne" se asemeja a la expresión "compañero" que significa "juntado, unido, ligado". Este último término implica armonía, un deseo de trabajar juntos para conseguir los más grandes objetivos compartiendo todas las dificultades, dolor y gozo. (Comp. Mt. 19:6)

Habiendo dado la razón de su ira contra el pueblo, Dios sigue denunciando las actitudes de ellos en los vs. 15 y 16.

La primera parte del vs. 15 es un tanto confusa, existen varias traducciones ya que el idioma original es muy oscuro. Algunos interpretan este párrafo como un argumento de parte de los judíos defendiendo su postura de repudiar a sus mujeres haciendo una alusión a Abraham ( que repudió a Agar, a quien había tomado como esposa ante la esterilidad de Sara).

Otra interpretación alude a la creación de Dios. Es decir que Dios cuando creó a Adán luego buscó una compañera idónea para El, formando a una sola mujer, Eva.

Para algunos comentaristas las expresión “espíritu” se puede interpretar como “sentido o capacidad para razonar “. Entonces el vs. significaría que nadie que tenga un poco de sentido común se comportaría de esa manera.

La Expresión “ guardaos pues en vuestros espíritus” equivale a decir, “guardaos con mucho cuidado”. En este mismo sentido Moisés advertía “ guardad pues mucho vuestras almas”, a fin de que no cayesen en la idolatría (Deut. 4:15).

Deslealtad, infidelidad, engaño, deserción, es la manera que Dios califica la actitud de los judíos al dejar a sus esposas.

En el vs. 16 encontramos dos cosas que Dios aborrece: El repudio (divorcio) y El que cubre de iniquidad su vestido.

En la infalible posición de Dios, el divorcio es algo terrible, y que merece su desprecio. Estas duras palabras al principio del vs. 16 acentúan la posición divina sobre la permanencia del matrimonio. Es cierto que Moisés dio lugar para que los maridos pudieran divorciarse de sus mujeres (Dt. 24:1-3), pero Cristo lo atribuyó esto a la dureza de los corazones humanos, y no a los propósitos de Dios (Mt. 19:7-8). No existían divorcios fáciles, ni intercambio ligero de compañeros bajo la ley de Moisés. Si la esposa no era culpable de inmoralidad, no podía ser repudiada, por lo que los hombres a los que Malaquías se dirige no tenían terreno en el que basar su divorcio.

El segundo objeto de aborrecimiento de parte de Dios, es “el que cubre de iniquidad su vestido” o literalmente de “violencia”. Esta expresión puede significar tanto maltrato de la esposa departe del esposo, como el haber manejado a su antojo el tema del divorcio. Es probable que esta expresión tenga un significado muy amplio, ya que las deslealtades del pueblo eran también parte de la esfera administrativa como religiosa (vs.10), y el profeta al concluir esta sección habla de deslealtad sin hacer explícita referencia “ a la mujer de tu juventud” como el vs. anterior.

La Justicia de Dios ( cap. 2: 17 y 3: 1- 6 )

La seria naturaleza del pecado de los sacerdotes y del pueblo en su mayoría provoca inevitablemente el juicio de Dios. En lugar de enviar un ángel o una plaga. Dios mismo intervendrá personalmente para purificar y castigar a la testaruda nación.

1. La Cuestión de la Justicia de Dios ( cap. 2:17 )

Los abusos religiosos y sociales han llegado a su colmo y hacen a Dios decir que ya estaba cansado de todo. Uno de los atributos más grandes de Dios es su longanimidad. Ha soportado la iniquidad de este mundo por siglos, pero no puede seguir para siempre así.

Ellos decían virtualmente que Dios no castiga el pecado, que no se mete en los asuntos de este mundo y de los hombres (comp. 2° Pedro 3:1-5). De esta clase de religión Dios se cansa.

En los dos primeros cap. , Malaquías ha dado la una percepción de las míseras prácticas y acciones el los sacerdotes y del pueblo. Ahora en el 2:17 el profeta explica parte de los motivos que se hallan detrás de ese comportamiento: “ El pueblo no se pensaba que Dios se preocupase de si ellos eran buenos o malos, ya que no parecía que El castigase a los malvados ni premiase a los justos”. Los vs. 13-15 el cap. 3 desarrollan esta última queja.

Según Malaquías estas quejas hicieron cansar al Señor. En el cap. 1:13 los sacerdotes estaban cansados de todo el sistema de sacrificios, y ahora habían conseguido cansar a Dios ( comp. Is. 40:28 / 1:14 / 43:24 / 7:11-13)

La acusación específica arrojada contra el Señor, en el vs. 17, es que “cualquiera que hace mal agrada a Jehová”. Nada podría estar más lejos de la verdad, porque Dios había pronunciado un consecuente ¡ ay ! sobre aquellos “que a lo malo llaman bueno, y a lo bueno llaman malo” Is. 5:20. (comp. Prov. 17:15 / Sal. 5:4 / Miq. 6:8).

No obstante el pueblo esta escéptico y pregunta “¿ Dónde está el Dios de Justicia ?”, ¿ Por qué no hace algo para demostrar su poder y justicia? (comp. Is. 5:19 / Jer. 17:15). Dios luego procede a mostrarles lo que estaba por delante tanto para los judíos como los gentiles. “Puede que Dios al momento pareciera silencioso, pero debemos mirar el presente en la luz del futuro. Aquel que piensa que el pecado no será castigado es un necio”. ( W. Bevan)

2. La Repentina Venida del Señor a su Templo ( cap. 3: 1 )

El cap. 3 hubiera debido empezar en 2:17, debido a que 3:1 es una respuesta directa a la pregunta hecha en el vs. precedente. Vemos que cuando Dios no castiga el pecado inmediatamente los hombres se quedan confirmados en su indiferencia como si el mundo no tuviera gobernante moral. Dios ahora contesta a los que le acusaban de indiferencia.

Es con pocas dudas que uno puede identificar a “mi mensajero” con Juan el Bautista. Este vs. es citado en Mt. 11:10 / Mr. 1:2 / Lc. 1:76, refiriéndose a la obra de Juan de preparación del camino del Señor. Además, Malaquías menciona en el 4:5 la venida de Elías, y éste es identificado con Juan el Bautista en el NT (Mt. 11:14 / Lc. 1:17). Un mensajero es normalmente un profeta, y ninguno apareció desde el día de Malaquías hasta que Juan entró en escena unos 450 años más tarde.

La obra de este mensajero será la que “preparará camino delante de Mí”, expresión que cita Is. 40:3 / 57:14 / 62:10. “Preparar el camino” significa limpiarlo de obstáculos o piedras de tropiezo que puedan haber en él. La predicación de Juan el Bautista tenía como motivo una gigantesca limpieza dentro de la nación de Israel. Espiritualmente no estaban en condiciones de recibir al visitante celestial. Trágicamente , mucha gente no estará preparada para encontrarse con el Señor cuando El vuelva por segunda vez.

Dios declara que Juan preparará “el camino delante de Mi”, y en la siguiente frase identifica el “Mi” con “el Señor” y “el Ángel de Su pacto”. Claramente se ve aquí se está hablando de la encarnación de la segunda persona de la Trinidad, aunque el que envía a “mi mensajero” sea quizás el Padre.

“La primera parte del vs. 1 se cita con referencia a Juan el Bautista (Mt. 11:10), pero la segunda parte “el Señor a quien vosotros buscáis” no se cita en ningún lugar del NT . La razón es obvia: en todo con la excepción del hecho de la primera venida de Cristo, esta segunda parte del vs. se halla todavía por cumplirse (Hab.2:20). Los vs. 2-5 hablan de juicio no de gracia. Como en el caso de los profetas del AT, Malaquías contempló los dos advenimientos del Mesías entrelazados en un mismo horizonte, pero no pudo ver el intervalo que los separaría. “Mi mensajero” es Juan el Bautista; “el Ángel del pacto” es Cristo en sus dos venidas, pero especialmente con respecto a los eventos que seguirán a su regreso a la tierra”. (C.I. Scofield)

“El Señor” es el soberano, el Dios Omnipotente, cuya autoridad es suprema. Ya que el soberano va a venir a su Templo, aquellos que han profanado el Santuario deben ser juzgados. La majestad del Señor que va a venir puede reflejarse en la palabra utilizada para “templo”, puede significar también “palacio”, pues es una estructura apropiada para un rey.

La venida del Señor será repentina, cuando el pueblo menos lo espere, pero en el momento preciso que Dios tiene fijado. Podemos considerar los acontecimientos del nacimiento de Cristo en Belén.

Otro titulo del Señor es “Ángel del Pacto”, que debe ser distinguido de “Mi mensajero”, que se menciona antes. Este titulo nos recuerda el de “Ángel del Señor”, que es un titulo divino(Jue.2:1,2 / Ex. 14:19 / 23:20). “Pacto “ puede señalar el pacto levítico (2:4-8) y al pacto sinaítico o mosaico (2:10), que se hallan presentes en este libro. Los sacerdotes que debían observar estos pactos fracasaron y no cumplieron ningún pacto (2:7) pero este “Ángel del Pacto” establecerá uno nuevo junto con un nuevo sacerdocio (Heb. 8:8-13).

Es difícil entender por qué en 3:1 los judíos pecadores estaban buscando y deseando la venida del Señor. ¿ Quiere decir esto que le buscaban en el contexto de la pregunta “¿ donde está el Dios de justicia ?” o ¿ habían algunos que verdaderamente estaban esperando Su venida ?. La esperanza mesiánica persistió a través de la historia de Israel, incluso en el período post-exílico(Dan. 9:25 / Hag. 2:7,23). Otra posibilidad es tomar las expresiones “buscáis y deseáis” en un sentido sarcástico, como manera de descubrir la verdaderas intenciones del corazón de los sacerdotes.

Un hecho es cierto” El iba a venir, y ello queda subrayado por la segunda utilización de la expresión “he aquí” en el mismo vs.

3. La Obra Purificadora del Señor ( cap. 3: 2 - 4 )

El Poder de Su venida ( vs. 2)

Si realmente el pueblo esperaba la venida del Mesías con sinceridad, se puede estar seguro de que tenían un concepto erróneo de Su misión. Ellos esperaban que destruiría el poder de los gentiles, y que retornaría el poder a Israel, pero no estaban preparados para Su obra de purificación de los judíos.

La pregunta es ¿ Quién podrá soportar el tiempo de su venida ? ¿ quién podrá estar en pie ? . Conocido como el Día del Señor (Joel 2:11) este será un período terrible en el cual ninguna de las naciones podrá estar en pie. (Comp. Jer. 10:10 / Deut. 4:24 / Ap. 6:16-17) ( El Día del Señor => era utilizado para describir una época de juicio, desolación / El Día de Cristo => es el tiempo de bendición para aquellos que han confiado en El y que son miembros de su Iglesia / El Día de Dios => Es el día del triunfo final de Dios, cuando haya suprimido toda maldad y destruido los cielos y la tierra por medio del fuego (2° Ped. 3:12). El día de Dios es equivalente al estado eterno.)

Malaquías presenta una combinación de la primera y segunda venida de Cristo como en el caso del pasaje paralelo en Is. 40:1-11 / 61:1,2. Podemos decir que la primera venida de Cristo no dejo de tener un aspecto de juicio ( Comp. Jn. 9:39 / 2:13-17)

¿ Quién podrá estar en pie ?, según Sal. 24:3,4, la persona que puede mantenerse en el lugar santo de Dios debe ser “limpio de manos y puro de corazón”. Es importante notar que todo ser humano necesita la obra afinadora y limpiadora de Dios.

El proceso de afinación purifica un metal de las impurezas que se hallan en él. La aplicación del calor destruye todo lo que no es digno. La metáfora se utiliza en ocasiones a la purificación de una persona de pecado, pues Dios es quien nos prueba y afina. (acción enérgica y a veces dolorosa)

Malaquías relaciona el fuego purificador con el jabón de los lavadores, refiriéndose a un segundo proceso de limpieza. El lavador limpiaba las ropas enjabonadas pisándolas hasta que expulsaba la suciedad. Utilizaba un jabón fuerte, un tipo de solución acuosa (lejía) cáustica, que aseguraba una limpieza profunda. Israel tenía sus vestidos manchados con violencia ( 2:16) necesitaba la acción limpiadora de Dios. (acción profunda)

La Purificación de los Sacerdotes y de sus Ofrendas ( vs. 3,4 )

Se ha puesto mucho énfasis sobre la mísera condición de los sacerdotes, y ya que ellos ,como ministros de Dios debieran haber sido ejemplos de pureza, el Señor describe primero el juicio de ellos. Son llamados “los hijos de Leví”, pero es evidente que se refiere a la rama sacerdotal, los hijos de Aarón.

La expresión “sentarse” puede designar la posición de Dios como Rey, sentado en Su trono para gobernar y juzgar. Así limpiará a los sacerdotes. La expresión “ limpiará” también puede significar “purificará” y “afinar” significa “filtrar”. En todos los casos la idea que se quiere transmitir es la de la imprescindible pureza para que las ofrendas sean aceptables.

Dice aquí que las ofrendas serían traídas “en justicia”. ¿Se refiere esta palabra a la condición espiritual de los sacerdotes o a lo intachable del animal sacrificado ?. Según el cap. 1 ambas cosas eran defectuosas en los sacrificios en Israel. El Salmo 4:5 enfatiza la actitud del corazón del ofrendante, mientras que el Salmo 51:19 enfatiza la condición del animal. Ambas cosas eran importantes para Dios.

En el vs. 4 se describe la aceptación de parte de Dios, de las ofrendas adecuadas. Cuando un sacerdote que anda en comunión con Dios (2:6), presente una ofrenda adecuada, éstos serán agradable al Señor. El término “grata” es sinónimo de “ser agradable, recibida favorablemente” (comp. 1:10,13 / 2:13).

La restauración del sistema de sacrificios hará mostrar un parecido a las condiciones anteriores, “como en los días pasados”. Algunos identifican este período con los días de Moisés y de los primeros sacerdotes, es posible que la referencia a Finnes en el cap. 2 avale esta posición.

La naturaleza y el tiempo del cumplimiento de esta profecía es ya más difícil de determinar. ¿Malaquías está hablando de sacrificios literales o del sacrificio de alabanza (Heb.13:15) y el sacrificio vivo (Rom. 12:1) del Nuevo Testamento?. Existe la postura de algunos que sostienen que el cumplimiento de este pasaje es literal basándose en Ez. 44:15 / Zac.14:21, que tratan de la ofrenda de sacrificio durante el milenio. Ya que la segunda venida de Cristo es parte del contexto de Malaquías cap. 3, esta postura tiene un mérito real. (Comp. Is. 1:26 / 60:14)

4. La Obra Punitiva del Señor ( vs. 5)

El Señor utilizando el pronombre en primera persona, especifica su venida en juicio. sin lugar a dudas es una respuesta a la pregunta expresada en 2:17 ¿ Dónde está el Dios de Justicia ?. Es interesante notar que en los vs. 2-4 hablan de la misma obra punitiva del Señor, pero en aspectos positivos ( afinar, purificar), mientras el vs. 5 lo hace en forma de sentencia judicial.

El vs. 5 es un alegato en contra del pueblo, y en este proceso encontramos que el Señor es quien Juzga, y además es testigo de los pecados cometidos, por lo tanto tiene evidencias suficientes para probar la culpabilidad de Israel. Uno tras otro los pecados son declarados por el “pronto testigo” (rápido, veloz), la rapidez de su testimonio se corresponde con lo súbito de su venida (vs. 1) . El Señor puede esperar mucho antes de actuar, pero cuando El lo haga, será de una manera decisiva y rápida.

Los pecados relacionados en este pasaje, habían sido problemas continuos en Israel:

Hechiceros y brujería ( Ex. 7:11 / Dt. 18:10) El adulterio ( Ex. 20:14) El falso juramento (Lv. 19:12 / Jer. 5:2 / 7:9) La opresión de pobres y necesitados ( Lv. 19:13 / Dt. 24:14-15; 19-32 / Zac.7:10)

En resumen, los individuos culpable de estos pecados “no temen” al Señor. Con la mención de esta frase clave, el Señor demuestra que todo pecado surge de una falta de respeto o de reverencia a El.

5. La Razón de su Obra (vs. 6)

Vemos ahora la inmutabilidad de Dios, su pacto con Israel es incondicional, su amor no cambia, y es una garantía que su pueblo que pasa por el juicio no ha de ser consumido.

Es necesario el proceso de purificación del pueblo, debido a que la demanda de Dios es la santidad. Sin embargo el hecho de que el pueblo ha de ser juzgado y su pecado declarado no es un acto de invalidación de las promesas de Dios. Por el contrario, el Señor afirma una vez más el propósito permanente de sus promesa a la nación de Israel. (Comp. Sal.89:34)

El pueblo es llamado “hijos de Jacob” probablemente por dos razones: Se dirigía la atención del pueblo al engaño y la traición que caracterizó en un tiempo a Jacob (Gen.27:35,36) y que eran notables en el pueblo. Así mismo el uso de esta expresión indica que el Señor se está dirigiendo al conjunto del pueblo y no solo a los sacerdotes. El hecho de que Dios nunca cambia es la razón de la preservación de los infieles hijos de Jacob.

Alguien dijo : “ Yo cambio, la rueda de mi pequeña vida da sus vueltas; un momento está arriba y otro abajo, pero el eje sobre el cual gira, es el amor de Dios, eterno e inmutable” (W. Bevan)

El Pueblo Defraudando a Dios ( cap. 3: 7- 12 )

1. El Llamado a Volver a Dios ( vs. 7)

El profeta se dirige al pueblo y lo exhorta a no seguir el camino de sus padres y volver a Dios, pero su respuesta descubre la dureza de sus corazones; ni siquiera quieren reconocer su apartamiento de Dios.

En pleno acuerdo a su misericordioso carácter, el Señor invita a esta nación pecadora a retornar a Dios. Lamentablemente el pueblo siempre había elegido un camino contrario a los de Dios (Comp. Ex. 32:8 ). Isaías había ya anteriormente dirigido una exhortación similar a la nación (Is. 31:6).

“Volver” significaba “arrepentirse”, cambiar uno su camino, y dirigirse hacia un sentido opuesto al anterior. Dios mismo es el que hace que uno vuelva o se arrepienta (Jer. 31:18,19), siempre que haya disposición. Si la nación volvía a Dios en arrepentimiento, El les volvería con las bendiciones descriptas en 3:10-12. La invitación de Dios, era de pura gracia, ya que ellos merecían ser consumidos y no consolados.

En el llamado, se nota la disposición de Dios para bendecirlos, pero se encuentra atada a la disposición de pueblo a arrepentirse. No es que Dios hace un trato con los hombres, sino que recibir las bendiciones de Dios es la efecto natural de estar en comunión con El.

El hecho de estar alejados de Dios se da como menciona San Agustín: “ Nos alejamos de Dios con el corazón y no con los pies”. Ponemos formas y obras en lugar de obediencia. Nuestros pies podrán estar en la casa de Dios pero el corazón en un país distante.

Ellos no comprendían por qué tenían que volver. ¿ Por qué era necesario ? . Su respuesta casi implica una disposición a corregir la falta. Pero aún más se hace evidente la pesadez espiritual de hallarse tan lejos de Dios y no ser consciente de ello.

2. La Falta de Aportar Diezmos y Ofrendas (vs. 8,9)

El pueblo le pide un ejemplo específico de su alejamiento y entonces el profeta les dijo que estaban robando a Dios por no darle los diezmos y ofrendas que le correspondía. Esta era un área muy importante en la que debían hacer un examen de conciencia.

A la pregunta de ellos Dios les contesta con otra pregunta ¿ Robará el hombre a Dios ?. Es una pregunta increíble, pues, ¿ cómo puede el hombre robar al Dios Todopoderoso?. Imposible, pero estaba sucediendo. Ya el profeta ha denunciado a aquellos que oprimían a pobres y desamparados, pero se agrega a la lista la falta en los aportes de los diezmos. Sin embargo en la obstinación del pueblo, ellos preguntan ¿ En qué te hemos robado ?

¿ Cómo es posible robar a Dios ?. Veámoslo de esta manera, todo lo que tenemos no es nuestro, es de Dios. El creyente es un mayordomo o administrador de las cosas de Dios, y efectuar nuestras ofrendas en dinero o en tiempo, esfuerzo etc. es darle a Dios lo que es de El, es decir que nosotros no estamos en condiciones de hacer ningún trato con Dios, porque básicamente no somos dueños de nada, todo le pertenece a El. Cuando no le damos lo que es de El, le estamos robando.

Cuando en nuestra vida hay: Desidia en el servicio, pesadez en la adoración y mezquindad en la ofrenda, es que no le estamos dando lo que le corresponde a Dios.

Los diezmos y las contribuciones habían sido instituidos en la época de Moisés y constituían a menudo un barómetro de la condición espiritual de la nación. Ellos pertenecían al Señor junto con los holocaustos, sacrificios, ofrendas voluntarias y el primogénito de los rebaños. ( Comp. Dt. 12:6 / Lv. 27:30 / Num. 18:21 / Dt. 14:29 ).

Por tercera vez se trata el asunto de la maldición en el libro de Malaquías. El primer ejemplo trataba de un estafador que defraudaba con un voto (1:14), mientras el segundo trataba de la maldición que caería sobre los sacerdotes (2:2). Ahora es toda la nación la que se halla bajo una maldición, o más exactamente, “la maldición” de 2:2-3.

Otra vez dice el Señor “ me habéis robado” (me estáis robando RV77). Notemos que la expresión hace énfasis en que ellos robaban a Dios mismo, es como si dijera “ A mí me estáis robando”. (Comp. 2:10)

Los ministros del pueblo de Israel fueron descuidados porque el pueblo no trajo los diezmos con el resultado de que la maldición vino sobre ellos.

3. La Promesa de una Abundante Bendición de Dios ( vs.10)

Luego de ser declarado el pecado del pueblo, la nación toda es intensamente alentada a cambiar sus caminos y ofrendar de corazón al Señor. La demanda es que pongan a Dios en primer lugar trayendo “todo los diezmos al alfolí” ( alfolí = almacenes o tesoro). Dios demandaba una respuesta contundente: “todos los diezmos”. Literalmente pide el Señor el diezmo entero.

“ Una décima parte sin el reconocimiento del amor de Dios, no es un diezmo entero. Debemos traer a él todo el corazón, alma, espíritu, todo porque todo es de él. No debemos tener una religión matemática que calcula todo. No compramos bendiciones por dar diezmos, las recibimos por la obediencia de la fe” (W. Bevan).

“Alfolí” significa “almacén” o “tesoro”. Los almacenes eran las tesorerías del templo, grandes lugares donde se guardaban los diezmos ( 1° Rey. 7:51). Probablemente Nehemías mencionó este vs. cuando exhortó al pueblo a traer los diezmos (Neh. 13:12).

“ Haya alimento en mi casa” . El diezmo requerido por Dios, no implicaba un enriquecimiento personal, tenía como objetivo le mantenimiento de aquellos que servían en el Templo, y que estaban ocupado en los sacrificios (Neh. 12:44-47), asimismo los pobres y las viudas eran receptores de este beneficio. Una vez más se expresa el amor de Dios a los hombres, en el hecho de que cuando damos algo a Dios, el beneficio es para sus hijos.

“Probadme ahora en esto”. El diezmado pondría a prueba a Dios, pidiéndole que mostrara de nuevo su fidelidad. “Probar” es una palabra utilizada en el afinado del oro (Zac. 13:9), y constituye una importante metáfora, ya que el ángel del pacto “los afinará como a oro y plata” (3:3). Siempre que el Pueblo probó a Dios con un fiel diezmo, descubrieron que El les bendecía abundantemente (2° Cro.31:10,11) (comp. Mt.6:33).

“Abriré las ventanas de los cielos”. Se utiliza aquí términos sobresalientes, para describir la bendición que recibirían. Aludiendo al diluvio universal, el Señor habla de abrir las ventanas de los cielos para derramar una bendición abrumadora.

Aunque el NT no específica el diezmo para los creyentes, están en vigor los mismos principios de donación. A aquellos que dan generosamente, Dios promete “todo lo suficiente” ( comp. 2° Cor. 9:8). “Dios ama al dador alegre” (2° Cor.9:7). No Olvidemos que Dios honra a aquellos que le son fieles en sus ofrendas, y los que “roban a Dios” pierden inmensas bendiciones.

4. La Promesa de una Abundante Cosecha ( vs.11)

Este vs. explica todavía más cómo Dios anulará la maldición del hambre si se pone en práctica el aporte fiel. Además de enviar lluvias abundantes, el Señor reprenderá también “al devorador” que ha estado destruyendo las cosechas. Esto es lo opuesto a la “reprensión de las sementera” mencionado en 2:3. El devorador puede ser “ el gusano” (Dt.28:39) o la langosta ( Joel 1:4), los invasores de Israel que destruyen todo a su paso ( Juec.6:4).

Con la finalización de la sequía y la ausencia de insectos destructores, el pueblo tenía la seguridad de buenas cosechas e ingresos estables.

5. La Promesa de Prosperidad Nacional ( vs.12 )

La garantía de la bendición divina pondría bases a la economía y al prestigio de la nación entera. En lugar de ser desolada, la tierra volvería a ser fértil, un lugar deseable para vivir. Israel volvería a ser llamada “ Hefzi-bá”, que significa “mi deleite está en ella” (Is. 62:4), debido a que Dios de nuevo hallaría deleite en ella “ como el gozo del esposo con la esposa” (Is. 62:5). En el cap. 1:10 Dios no estaba en absoluto complacido con la nación, pero si ellos volvían a El, El volvería bien dispuesto a ellos ( 3:7)

En palabras de Malaquías: “todas las naciones os dirán bienaventurados”, es decir que el mundo valoraría la situación de Israel como verdaderamente feliz.

La Motivación para Servir al Señor ( Cap. 3:13 al 18)

Las promesas de los vs. 10-12 tienen que haber sonado atractivas para los oídos del pueblo, pues hablan de una prosperidad envidiable. Pero aquí se presentan dos respuestas a la demanda del Señor: Un grupo negó la verdad de la que Dios había dicho (vs.13-15), mientras que el otro segmento de la nación se sometió al Señor en temor reverente (vs.16-18).

Desde ahora y hasta el fin del libro veremos el contraste entre los justos y los malos

1. La Acusación de que es en vano servir al Señor ( vs.13-15)

La Incredulidad de los Acusadores (vs.13)

La impertinencia del pueblo era tal, que Dios dijo que estaba cansado de sus palabras, y ahora vemos insolencia y hasta violencia audaz. Criticaron a Dios sin darse cuenta de lo que hacían ni de la naturaleza blasfema de sus palabras.

Las palabras del pueblo eran “violentas”, seguramente por la dureza de las acusaciones que le hacían a Dios. Palabras que son injuriosas, que hacen daño.

Ante la acusación de Dios, la respuesta del pueblo descubre una vez más la de incredulidad en la que estaban sumidos.

La Naturaleza de la Acusación (vs.14,15)

Los vs. 14,15 revelan con más plenitud los motivos de los incrédulos que 2:17, aunque los argumentos son muy parecidos.

Ellos alegan que servir y adorar a Dioses inútil y que no aprovecha. La perspectiva de ellos es esencialmente egoísta.

¿ Qué vamos a ganar por servir a Dios ? La palabra aprovechar tiene tienen una fuerte connotación de maldad (Gn. 37:26), y muestra que no eran sinceros en su adoración al Señor. Su deseo era de gloria personal antes de glorificar a Dios.

Ellos estaban totalmente equivocados acerca de la naturaleza del servicio para Dios. Cumplieron son sus formas de culto no por amor a Dios sino con la esperanza de ser bien pagados, y tal clase de servicio y culto no tiene valor alguno en los ojos de Dios. “Una religión sin el gozo del Señor llenando el corazón es algo triste”.

Atrevidamente afirman que Dios les ha ignorado pesar de que han guardado “su Ley”. Ello implica obediencia a los mandatos, estatutos y leyes de Dios. Sin embargo era evidente en los cap. 1 y 2 que los sacerdotes no estaban guardando su ley. En algunas ocasiones los hombres piadosos se lamentan que han sido fieles “en vano” (Sal.73:13), cuando los malvados prosperan temporalmente. Pero que los hipócritas presenten la misma queja no tiene justificación alguna.

Otra afirmación vacía era que ellos habían andado “afligidos” ante el Señor sin resultado. Se vestían de luto, trataban de demostrar en sus rostros el tiempo de dolor y pobreza por los que pasaba la nación. Por lo que se ve, hacían hincapié en lo externo, en las formas; cosa que no demostraba de ninguna manera lo que pasaba en el interior de ellos.

Habiendo expuesto tan débilmente sus evidencias, los incrédulos llegan a unas asombrosas conclusiones que están en abierta oposición con los vs. 10-12.

Primero llegan a la conclusión de que los soberbios son los verdaderamente felices, no aquellos cuyos diezmos demuestran un corazón de amor hacia Dios y que son consecuentemente prosperados ante las naciones.

Los soberbios son los presuntuosos y escarnecedores, los altivos ( Prov. 21:24 / Dt.1:41,43). Dios ha declarado a los soberbios como malditos ( 3:9). A aquellos que Dios ha declarado malditos, ¡ los incrédulos del vs. 15 se atreven a llamar “benditos” !.en 4:1 el Señor replicará al blasfemos alegato de ellos.

Juntamente con los soberbios del vs. 15 encontramos a los malvados, a los que hacen impiedad, este es en término casi similar a soberbio.

Como otra prueba de su posición, los incrédulos alegan que los malvados “tentaron a Dios y escaparon”. En el vs. 10, Dios había desafiado a la nación a que le probaran a El por la obediencia de ellos, pero el vs. 15 los hombres malvados los tientan con su rebelión.

La peregrinación de Israel por el desierto es un buen ejemplo de esto. Frecuentemente se quejaron de las condiciones en lasque se hallaban y pusieron a Dios “a prueba”. Pidieron alimento y el señor les hizo llover maná ( Ex.16:3 / Sal.78:18,24). Poco tiempo después, probaron de nuevo al Señor, pidiendo agua (Ex.17:2) y Moisés golpeó la roca y salió agua (Ex.17:6-7). Pero su rebeldía con la que ponían a prueba a Dios no quedó impune, pues muchos de ellos murieron después de haber codiciado las codornices (Nm.11:33), y toda la generación , al final, murió en el desierto. Exteriormente, habían tentado a Dios y habían escapado, pero por último Dios les daba su justo castigo.

2. Los Resultados de la Verdadera Adoración a Dios ( vs.16-18)

Dios siempre tiene fieles, aún en los días más oscuros. Veamos tres cosas que hacían:

Temían a Dios: En dos ocasiones en este vs. los fieles son llamados “los que temían a Jehová”. A través del libro, Dios ha estado buscando a aquellos que le respetan y le reverencian (1:6 ,11,14 / 2:5 / 3:5), y hasta ese momento no se había encontrado a nadie. Pero había un remanente fiel a Dios preservado por su gracia (3:6). Estos hombres vivían conscientes en la esfera de lo divino, y respondían al reclamo de Dios. Era un grupo limitado de personas que reconocían el señorío divino no sólo en teoría, o algo de lo que jactarse sino como el poder en que sus vidas se habían desarrollado.

Hablaron cada uno a su compañero: Este grupo hablaba pero no en contra de Dios, sino uno con otros, y sus palabras reflejan una obediente reverencia al Señor. Al hablar el uno al otro, pueden haberse alentado mutuamente a la fidelidad, especialmente a la luz de las impías actitudes de la mayoría, expresadas en los vs. 13-15. Esta es una declaración de comunión, de corazones que tienen un mismo tesoro en común. La expresión nos habla de persona que estaban creciendo en la misma semejanza. es también una declaración de necesidad a causa de la oscuridad que los rodea. Es imprescindible que los fieles a Dios se reúnan.

Pensaban en su Nombre: Un resultado de temer al Señor es que los que tal hacen “piensan en su nombre” (lit. aprecian, valoran, estiman, aman). Nombre en las escrituras está referido a la persona. Estos hombres amaban y estimaban a Dios mismo.

Dios recuerda a los suyos, notemos ahora lo que El hizo:

Jehová escuchó y oyó: Dios estaba fuertemente consciente de los pensamientos y las palabras de los malvados, y El “escuchó y oyó” las expresiones de reverencia dichas por los justos. La primera palabra señala a la atención => “escuchó”. Esta expresión describe la sensibilidad del amor divino. La segunda palabra traducida como “oyó” significa que se inclinó sobre ellos para no perder ni una sola sílaba de su conversación.

Fue escrito libro de memoria delante de El: Para que nada quedara perdido u olvidado, sus nombres son escritos en un libro especial, pero no delante del mundo, sino delante de Dios mismo. Sería “el cuadro de honor”. Este es el privilegio más grande que pueda ser conferido a ser humano alguno ( Lc. 10:20)

Y serán para mí especial tesoro: En el futuro habrá un día cuando Dios ha de cumplir todos sus propósitos y para los fieles habrá una bendición especial en aquel día. Habrá juicio para los infieles , pero los fieles serán preservados como un tesoro especial.

Y los perdonaré: Tan solamente los fieles dentro de la nación son el “verdadero Israel”, y ellos son los que serán perdonados “como el hombre que perdona a su hijo. Al “hijo que le sirve” es a quién el padre perdona.

En el día del juicio volverá a ser evidente la diferencia entre el justo y el malo, entre los que le sirven a Dios y los que no su destino no será el mismo, y la afirmación de que Dios se agrada en los malos(2:17) se probará que es falsa.

El Cercano Día del Señor ( Cap. 4: 1 al 6)

En los vs. de referencia encontramos detalles adicionales sobre el día cercano, el “ día del Señor “, y la distinción entre los justos y los malos.

Esta es una grande descripción del juicio venidero; para los malos será un terrible fuego que no dejará ni raíz ni rama, pero para los justos será una hermosa mañana, el alba traerá salud y vigor tal que saltarán como becerros y hollarán a los malos como cenizas bajo sus pies.

Tenemos el último mensaje profético y 400 años han de pasar antes de oír otra vez la voz profética. Pero Dios nos hace entender que no ha abandonado la tierra y que el mal no ha de triunfar.

1. El Juicio sobre los malos ( vs. 1)

Como en 3:1 , se utiliza “he aquí” para llamar la atención a la venida del Señor y al día en el que El actúe. El iba a venir como “fuego purificador” en 3:2, mientras que aquí aquel día vendrá “ardiente como un horno” . en ambos pasajes , es “el día de Jehová grande y terrible” lo que está a la vista.

El día del Señor está consecuentemente conectado con fuego (Joel 2:3,30), o con indignación y ardor de ira ( Is. 13:9) y el fuego de su celo (Sof. 1:18). Así el Juicio y el fuego están muy relacionados con la venida del Señor (Is. 66:15,16) y en particular con la segunda venida de Cristo “en llama de fuego” (2° Tes. 1:8). Al final del Milenio, el fuego consumirá también a Gog y Magog (Ap. 20:9)

El “horno” aquí en 4:1 es una palabra que se utiliza en ocasiones referente a un horno para cocer pan. “Ardiente” tiene el sentido de un “horno caliente” en Oseas 7:4. El Salmo 21:9 asocia la ira de Dios con un “horno de fuego” para consumir a sus enemigos. Un horno puede simbolizar también la presencia de Dios (Gn.15:17). El punto que aquí se presenta es la intensidad del calor. es de un rojo blanco que destruye rápidamente (Dn.3:22).

El juicio ardiente se dirige contra los arrogantes y los malvados, a quienes los escépticos llaman felices y prósperos en 3:15. Su proclamado “escape” del juicio de Dios demuestra ser corto, y toda su “prosperidad” es quemada como paja o hierba seca.

Los “prosperados” de una dispensación apóstata serán la estopa en el día de Dios, hojarasca cuando el Sol de Justicia brille con toda su fuerza.

La hojarasca, el rastrojo y la estopa arden con gran rapidez, por lo cual el juicio es instantáneo. Para subrayar la efectividad de esta llama, el Señor afirma que no dejará “ni raíz ni rama” . Utilizando la normal metáfora de un árbol o de una vid, Dios ilustra la plenitud de la eliminación de los malvados. La carencia de raíz y rama, significa que la posteridad y la memoria de los impíos será cortada ( Job 18:16-19), Ya no hay más posibilidad de crecer ni dar fruto (Ez.17:8,9). ¡ Cuán negro es el futuro de los enemigos de Dios !

2. El Triunfo de los Justos ( vs. 2,3 )

Para aquellos que temen al Señor y a Su gran Nombre, el futuro se presenta extremadamente brillante. Pero no será el brillo del fuego consumidor, como en el vs. 1, sino el brillo del sol de justicia con salvación en sus alas.

Varios factores indican que Dios en Cristo es ciertamente lo que esta ilustración señala. Son muchas las ocasiones en que Dios es comparado al sol o a la luz en el AT (comp. Si. 60:2 / Sal. 84:11). En el caso del Señor Jesús, recordemos que en su venida se le llama “luz” para brillar sobre aquellos que están en tinieblas (Is. 9:2 / 42:6 / 49:6 / Lc. 1:76,78,79).

“ Hasta la venida de Cristo a la tierra, el mensaje que motivó a vivir una vida de santidad y obediencia a Dios, tuvo un importante elemento: “ La promesa del amanecer del día de Dios ”. Aquellos que esperaban el tiempo de la intervención divina, vivían en una actitud de permanente expectativa, por lo que la vida llegó a ser una nueva experiencia y operó en sus caracteres hermosos milagros de transformación ” ( Campbell Morgan).

La salvación “en sus alas” hace referencia a los rayos del sol esparciendo rápidamente luz y calor sobre el campo. Ya que “alas”, cuando se aplican a Dios, describen generalmente la protección y refugio que se halla “a la sombra” de sus alas (Sal.57:1), es posible que una metáfora mezclada esté introducida aquí como en el vs. precedente.

Dentro de la metáfora, “salvación” y “justicia” son conceptos relacionados. Los piadosos han sido aparentemente oprimidos y afligidos mientras los arrogantes y soberbios han prosperado. Alguno puede haberse preguntado igual que en 2:17 ¿ dónde está el Dios de justicia ?. En este vs. aprendemos que el Dios de juicio y de justicia aparecerá en favor de los piadosos. “Justicia” evidentemente connota la rectitud y la severidad de la obra de Dios como Juez, pero involucra también las consecuencias de Su carácter justo y de su juicio justo sobre Su pueblo, o sea salvación. Aquí la obra de justicia y salvación implica “liberación”.

Esta libertad está indicada por el saltar de los becerros de la manada en el vs. 2. La misma sensación que experimenta los animales que han sido encerrados y ahora obtienen su libertad, la comprobaran aquellos que habían sido esclavos de la injusticia y la maldad.

La infusión de salud y fortaleza procedente del Sol de justicia dará tal poder a los piadosos que hollarán a los malos, que serán como cenizas, así reducidos por la ardiente llama de Dios.

3. La Demanda de Guardar la Ley de Moisés ( vs. 4)

Este último párrafo forma la conclusión del libro entero, pero particularmente a la sección a la venida del Mensajero (ángel) de Dios.

¡ Acordaos de la Ley de Moisés !. Si la gente quería evitar la condenación pronunciada por un Dios justo y poderoso, deberían unirse a las filas de los que reverencian al Señor. La ley de Moisés que trataba sobre la religión, la sociedad, la política y la familia había sido dejada de lado por los Sacerdotes y el resto del pueblo. La nación dejó de lado la Ley, no se acordaron. Pero sí Dios recordaba, y mantenía un “libro de memoria” para registrar sus hechos (3:16)

La ley no puede dar justicia, pero puede revelarla.

4. La Venida y la Obra de Elías ( vs. 5,6 )

Algo vital en el mensaje de este libro es el envío de “Mi mensajero” y “El Señor”, “el ángel del Pacto (3:1). El Señor, en vs. 5, vuelve a poner el acento sobre la importancia de tal “envío” e introduce el nombre de Elías el profeta. Es evidente que existe una relación entre 3:1 y 4:5 debido a la repetición de la frase “he aquí”, la frase principal “estoy enviando”, y la similitud de la misión.

Son mencionados Moisés y Elías, dos personajes gigantescos que dominan el AT. Los representantes de la Ley y los Profetas. Los vemos a ambos unidos en preparar el camino que podría traer bendición a Israel.

Algunos entienden que “ Elías” es otro nombre con el cual se identifica la obra de Juan el Bautista (Lc. 1:17 / Mt. 11:13,14 / Mt. 17:13 / Jn. 1:21). La identificación de Juan el Bautista con Elías es muy convincente, pero persiste la posibilidad de que no llegue al fondo del cumplimiento de la profecía. A fin de cuentas, Juan no vino inmediatamente antes del “día de Jehová grande y terrible” que se menciona en Malaquías. Notemos que previamente hay pasajes que también tienen referencias mezcladas a la primera y segunda venida de Cristo ( 3:1-4 / 4:1-3).

Antes de la segunda venida, el Apocalipsis habla de dos testigos (Ap. 11:3) que ministrarán con gran autoridad durante 1.260 días. Algunos interpretes han identificado a estos dos hombres con Moisés y Elias y contemplan su ministerio como un cumplimiento de Malaquías 4:6. Según Apocalipsis 11:10 estos hombres son llamados “profetas” y tienen el poder de impedir la lluvia, de tornar el agua en sangre , y de azotar al tierra con plagas (Ap.11:6). Durante sus ministerios, elias y Moisés fueron capacitados para efectuar estos milagros.

La tarea de Juan el Bautista, y quizás de Elías mismo en el futuro, era de efectuar una reconciliación entre padres e hijos. Lucas 1:7 explica el volver los corazones de los hijos hacia los padres como “ de los rebeldes a la prudencia de los justos”.

Con toda probabilidad, “los padres” se refiere a los piadosos antecesores de Israel, hombres como los patriarcas y David, cuyas vidas fueron dedicadas a Dios. “Los hijos” eran sus desobedientes descendientes que, como la generación de Malaquías, se había alejado mucho del camino de la fe.

Dios ya había implorado al pueblo “volveos a Mí” (3:7). El mismo verbo básico, que significa “hacer volver” o “restaurar” aparece en 4:6. Si los hijos se arrepienten de su pecado, su relación con Dios y con sus padres será restaurada.

La resistencia a la proclamación del mensajero divino conllevaría una terrible maldición sobre la tierra. Malaquías había mencionado maldiciones anteriormente ( 1:14 / 2:2 / 3:9), pero esta es la primera vez que se emplea un término tan fuerte. La palabra traducida a veces como “anatema”, implica exterminación, destrucción total de las personas y de las cosas.

5. La Ultima Palabra del Antiguo Testamento ( vs. 6)

La última palabra del AT. es “maldición”. Después de esta palabra no habrá más profética por mas de cuatrocientos años. Era primordial que la palabra empleada fuese llamativa, que atrajese la atención, y que fuera una palabra con poder permanente.

Los masoretas, eruditos judíos que preservaron la Biblia Hebrea durante la edad media, repetían el vs. 5 después del vs. 6, para que el libro de los profetas menores no terminara con una nota dura de maldición. Por la misma razón la Septuaginta pone el vs. 4 después de los vs. 5 y 6. Este intento de alterar el mensaje no cambia la triste realidad.

El AT no termina con una maldición declarada, sino con una amenaza de maldición. No es una sentencia que declara el fin de toda esperanza, sino una advertencia destinada a enseñar que Dios no ha pronunciado aún la maldición, y que no desea hacerlo.

La frase con la que termina la profecía del AT, viene a ser una última apelación de amor, y está destinada a evitar la calamidad , anunciándola tan sólo como una consecuencia lógica en el caso de desobediencia y pecado.

La última palabra del AT, Maldición, podría traducirse como “ dedicados al juicio” o “dedicados a destrucción”.

La última frase del NT “ todos vosotros” (Ap. 22:21), también traducida como “todos los santos” también habla de dedicación, pero en este caso es para la gloria de Dios.

6. La Reflexión Final

El mensaje de Malaquías es un llamado a un profundo y solemne examen personal. Si como resultado del mismo el pensamiento que surge de nuestro interior es el expresado en los días del profeta en las palabras ¿EN QUE?, entonces habrá un ciertisimo motivo para humillarnos delante de Dios ( Campbell Morgan )

BIBLOGRAFÍA:

Hageo, Malaquias / Reedificación y Renovación - Herbert Wolf (1980) ¡Me han defraudado! - G. Campbell Morgan (1984) Meditaciones - Walter Bevan (1995) El mensaje de los profetas menores - Jeronimo Pott (1977) Los doce profetas menores - George L. Robinson (1936)