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Ese Plan era uno de los pilares del Real Decreto 1311/2012 que trasponía
una directiva europea, y que supuso todo un punto de inflexión para avanzar
hacia un uso racional de químicos. Pese a la demonización de este tipo de
sustancias, lo cierto es que gracias a esta normativa nunca ha habido en
nuestro país más control de las Administraciones ni más concienciación y
formación entre los agricultores sobre su manejo correcto.
José Ramón Díaz, responsable sectorial de Asaja, asegura que, pese a
que el consumo de fitosanitarios está también relacionado con cuestiones
agronómicas -cuando hay expectativa de mala cosecha se aplican menos- o
a la preocupante restricción legal de sustancias activas, destaca como causa
de la reducción el aumento de la concienciación del agricultor que no sólo es R. DANIEL
ACTUALIDAD
En 2017, el consumo de productos herbicidas y plaguicidas en
España se situó en 72.118 toneladas, casi 7.000 menos que
cuatro años antes, confirmándose una tendencia de descenso
que se inició en 2014, coincidiendo con la puesta en marcha
del denominado Plan Nacional de Uso Sostenible de Productos
Fitosanitarios.
Un equipo fitosa-
nitario durante
una inspección
técnica.
11 Agro
el “principal interesado en que el medio ambiente agrario tenga buena
calidad, sino que además es el que mejor lo cuida”.
Para el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa), “el
conocimiento exacto de todas las alternativas, así como del momento óptimo
para realizar la intervención fitosanitaria, es uno de los aspectos que puede
estar posibilitando esta reducción”. El Mapa se refiere así a la Gestión
Integrada de Plagas (GIP), una de las “herramientas fundamentales” que se
introdujo en 2013 que conlleva la elaboración de “guías” destinadas a los
agricultores en el que se recogen “tanto las alternativas químicas como no
químicas” para la protección de los cultivos y que exige la consulta obligatoria
a un asesor debidamente formado para determinar la solución que se debe
utilizar en el caso de detección de una plaga. En total, en colaboración con
las Comunidades Autónomas, existen ya 26 guías que cubren cultivos como
el viñedo, el olivar, los cítricos y subtropicales, frutales, herbáceos,
industriales o forestales. En 2017, el número de hectáreas de cultivo y
forestales que fueron asesorados en gestión integral fue de 2,5 millones y en
la mitad de ellas se utilizaron sistemas alternativos a los químicos.
En este capítulo, otra de las medidas fue el reforzamiento de las Redes de
Vigilancia fitosanitaria, encargadas de detectar de forma temprana la
aparición de enfermedades. A través de ellas, en el último año de vigencia
del Plan se han controlado 6,1 millones de hectáreas y actuado sobre 844
plagas.
Controles rigurosos El control de la utilización y comercialización de productos químicos es otro
de los puntales del Plan. Todas las explotaciones agrarias deben mantener
actualizado un registro de los tratamientos fitosanitarios realizado en el
denominado “cuaderno de explotación”.
La normativa sobre utilización de estos productos exige además la
obtención de un carné que acredite los conocimientos apropiados para
ejercer la actividad. De hecho, desde 2015 sólo pueden comprar dichas
sustancias quienes dispongan de la acreditación y tanto los productores
como los distribuidores deben llevar un registro de todas las operaciones de
entrega a un tercero, a título oneroso o gratuito, que realicen.
Actualmente hay inscritos más de 800.000 operadores en el Registro
Oficial de Productores y Operadores de Medios de Defensa Fitosanitaria
(Ropo), y todos han recibido formación. Para el Mapa, “esto da una idea del
esfuerzo que se ha realizado, tanto por el sector como por las
Administraciones, para la puesta en marcha de estas medidas”.
En 2017, el número de establecimientos controlados fue de alrededor de
1.400, y sólo en el 6,2 por ciento se detectaron venta de productos ilegales.
Además, de los más de 4.000 agricultores y silvicultores inspeccionados, solo
en 37 casos se detectó una utilización indebida. Las incidencias en la
capacitación del personal fueron del 2,1 por ciento de los casos
inspeccionados -93 incidencias en un total de 4.400 productores-.
Junto a esto, el Mapa obliga a un correcto estado de los equipos de
aplicación, que deben pasar una inspección técnica. Ahí, las cifras oficiales
están muy lejos de los objetivos perseguidos, ya que prácticamente la mitad
de los equipos inscritos cumplieron esta obligación.
La realidad, según explica José Gaspar, de AVA Asaja, es bien distinta de
la estadística oficial, ya que muchos de los equipos registrados han sido
achatarrados o simplemente no se utilizan sin que se haya cursado la baja
correspondiente. Según Gaspar, entre el 80 y el 90 por ciento de los que
están trabajando en el campo han pasado por las Iteaf.
Para el Ministerio, el Plan de Acción Nacional ha contribuido a la reducción
del uso de fitosanitarios, “aunque es difícil cuantificar en qué medida”.
Actualmente, la Comisión Europea trabaja en un indicador, que podría estar
operativo en 2019, que permitirá cuantificar el impacto que ha tenido en
España la implementación de la normativa de uso sostenible y también
comparar nuestra evolución con respecto a la del resto de Estados miembros
de la UE. Mientras ya está en marcha el Plan para el periodo 2018-2022.
ACTUALIDAD
La concienciación es cada vez mayor entre los agricultores.
12 Agro
R. DANIEL
El director general de la asociación que representa a las empresas de
fitosanitarios recuerda la “estricta regulación” que cumplen estos productos y
que garantiza la seguridad para consumidores y medio ambiente.
Avanza el uso responsable de fitosanitarios en el campo español.
¿Hay una mayor concienciación de los agricultores?
El compromiso de los agricultores con el uso seguro de los fitosanitarios tiene
largo recorrido, pues ya con anterioridad a la transposición de la Directiva
2009/12 CE a través del RD 1311/2012 y el desarrollo del primer Plan de
Acción Nacional, se habían implementado en España figuras como la
obligatoriedad de contar con el carné de manipulador o la inspección de
maquinaria de tratamientos fitosanitarios. Sin duda esta apuesta por las buenas
prácticas agrícolas en el uso de productos fitosanitarios permiten conciliar
resultados técnicos y económicos, garantizando al mismo tiempo la protección
del usuario, del medio ambiente y de los consumidores. Es el correcto uso que
de ellos se haga la mejor garantía de eficiencia y seguridad, y los agricultores
son muy conscientes de ello.
En qué medida las empresas productoras contribuyen a fomentar ese
ENTREVISTA
CARLOS
PALOMAR
13 Agro
uso responsable?
Fomentar unas buenas prácticas agrícolas ha sido eje central de nuestra
actividad en los últimos años. Con el objetivo de sensibilizar a agricultores y
trabajadores de la importancia que conllevan sus gestos responsables antes,
durante y después de aplicar tratamientos fitosanitarios, Aepla ha puesto en
marcha diferentes iniciativas y campañas de concienciación. Así, la Iniciativa de
Uso Seguro (SUI) transmite a los agricultores y aplicadores herramientas y
técnicas fáciles de usar, beneficiándose del conocimiento conjunto de industria,
autoridades y otros agricultores y técnicos para mejorar la seguridad del
operario. El proyecto tiene tres objetivos: reducir la exposición del agricultor a
los fitosanitarios mediante la difusión de innovadoras técnicas de aplicación, la
promoción del uso de equipos de protección personal y la reducción del
impacto ambiental con una adecuada gestión de envases. Esta iniciativa se ha
materializado a nivel nacional en diferentes proyectos orientados a cultivos
específicos como Citres (cítricos) o Vitres (viñedo) u otros que promueven
técnicas de aplicación que reducen la exposición del operario como el Proyecto
UMI, que recomienda el uso de vehículos autopropulsados y carretillas
pulverizadoras en invernaderos. En materia de protección medioambiental, una
gestión sostenible de los recursos hídricos es fundamental. Por ello el Proyecto
TOPPS, iniciado en 2005, pretende proteger la calidad del agua mediante
prácticas de reducción de escorrentía y deriva. El compromiso sigue en pie.
Este año publicaremos en colaboración con otros participantes un póster
divulgativo que recoge de manera resumida y gráfica toda la normativa vigente
en materia de Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios, con el objetivo de
fomentar la gestión integrada de plagas y reducir los riesgos y efectos
derivados de su utilización, especialmente en el ámbito de la salud humana y el
medio ambiente, adaptando las mismas al funcionamiento, características y
organización de cada explotación agrícola.
¿De qué manera la investigación de las empresas productoras en mejorar
la efectividad y especificidad de los productos contribuye también al
mejor uso de los productos fitosanitarios?
Sólo gracias a la innovación agrícola será posible acceder a un suministro
alimentario sostenible. En 2050 proporcionará un 67 por ciento más de
alimentos a precios un 50 por ciento más bajos. Así pues, la ciencia nos indica
el camino y entre las soluciones que ofrece se encuentran los productos
fitosanitarios, eficaces e innovadoras herramientas resultado de un importante
esfuerzo en investigación y desarrollo. Las cifras hablan por sí solas y muestran
el compromiso de nuestro sector con la I+D+i: registrar un nuevo principio
activo supone una media de 11 años de investigación y una inversión de entre
250-300 millones de euros. Aún así, sólo 1 de cada 139.000 sustancias activas
ensayadas sale adelante. Cumplen así con la estricta regulación a la que están
sujetos estos productos, que vela por que las sustancias y productos que sean
puestos en el mercado cumplan con todos los requisitos de seguridad para la
salud humana y el medio ambiente.
La mejora tecnológica que sufre el campo, ¿está contribuyendo a una
mejor utilización de los productos fitosanitarios?
Una agricultura tecnificada es una agricultura sostenible, rentable
económicamente, respetuosa medioambientalmente y socialmente
responsable. Es necesario fomentar un sistema productivo basado en el uso de
la tecnología que garantice el uso eficiente de los insumos agrícolas, entre ellos
los fitosanitarios, dentro de un marco normativo en el que la toma de decisiones
se basen en criterios científicos y no ideológicos. De lo contrario, se pondrá en
riesgo la competitividad de la agricultura.
¿Qué importancia tienen los fitosanitarios en el desarrollo de una
agricultura que dé respuesta a los desafíos del Planeta?
La FAO prevé que en 2050 la población mundial aumente hasta los 9.700
millones de personas, y estima que será necesario producir casi un 50 por
ciento más de alimentos, forraje y biocombustibles con respecto a 2012 para
atender su demanda alimenticia. Al mismo tiempo, se hace eco del alarmante
aumento en el número de plagas y enfermedades transfronterizas en plantas y
animales, que ponen en riesgo la seguridad alimentaria en las zonas afectadas
y tienen amplias consecuencias económicas, sociales y medioambientales. Es
indiscutible que aceptar el desafío pasa por facilitar a los agricultores las
herramientas necesarias para proteger sus explotaciones, pues cada año se
pierden cerca de un 40 por ciento de cultivos por culpa de las enfermedades y
plagas, lo que traducido en consecuencias económicas significa pérdidas de
cerca de 290.000 millones de dólares. Consciente de la situación, Naciones
Unidas ha decidido declarar 2020 Año Internacional de la Sanidad Vegetal,
iniciativa que pone de relieve el importante papel que una correcta protección
de los cultivos desempeña para garantizar la sostenibilidad de la agricultura.
Debemos aceptar la oportunidad que esta cita nos ofrece para, a través de la
colaboración conjunta de gobiernos, sociedad civil y sector privado,
encontremos soluciones de futuro.
ENTREVISTA