Fernando Hernández en estas páginas que he de
comentar de forma crítica expone cuatro
perspectivas en cuanto a imágenes y artefactos de la
cultura visual por parte de los educadores.
A continuación presentaré en cada perspectiva una
crítica personal, señalando puntos positivos y
negativos.
En cuanto a la perspectiva proselitista, el educador
presenta un modelo negativo hacia la cultura visual
en el aula: imágenes que intentan vender valores
sexistas, violentos y consumistas ante los que el niño
no puede defenderse ya que no domina las
estrategias de persuasión para ser crítico. Todo esto
es verdad, pero no podemos censurar al niño medios
de comunicación como es la televisión: debemos
enseñarles a que entiendan los valores negativos que están implícitos en la cultura
visual dándoles pautas a seguir como son la visualización de una imagen y
acompañarle para hacer comentarios analíticos sobre qué pretende transmitir dicha
imagen.
La perspectiva analítica apoya a los alumnos para que sean espectadores no
influenciables por la cultura visual. El profesor toma un papel activo para que los
alumnos sean capaces de descodificar los mensajes y no perderse en el placer de la
visualización de las imágenes. Esta perspectiva crea a personas que exceden de la
crítica simple, contemplando toda imagen de la cultura visual como críticos que
esperan ver los andamios que soportan esa imagen sin poder disfrutar de ella.
La perspectiva de la satisfacción, como su propio nombre indica, éste es el principal
objetivo de los educadores: aceptan los gustos del alumno y fomentan que se “dejen
llevar” por el placer de la imagen sin discernir los valores negativos o positivos que hay
detrás, es decir, son espectadores pasivos y consumistas. Esta perspectiva, en mi
opinión es perjudicial para los niños porque les limita el sentido crítico, la creatividad y
el descubrimiento de nuevas culturas visuales, ya que sólo aceptan la única que
conocen.
La perspectiva autorreflexiva es la unión de las perspectivas anteriores junto con otros
estudios. La parte positiva es que se adquieren experiencias subjetivas. El problema
que se observa es que los alumnos puedan llegar a no tener espacios de intimidad.
En definitiva, yo opto por la perspectiva analítica, puesto que a los alumnos les
hacemos “despertar” de los entramados ocultos de la cultura visual por ejemplo en los
anuncios para analizar críticamente los elementos que lo compones para que se venda
el producto. Así, el alumno, puede visualizar cualquier imagen sin ser engañado y
comprar o querer algo mediante una reflexión personal y crítica.