XI Congreso Internacional de la Academias de Ciencias Administrativas A.C.
(ACACIA)
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
Mesa de trabajo. Teorías de la Organización
Quiroz Martínez Azul*
Alma Delia Torres Rivera**
*Alumna de la Maestría en Ciencias con Especialidad en Administración de
Negocios (ESCA. Unidad Santo Tomás IPN)
Asistente de investigación actualmente participando en el proyecto 20051203
“Efecto del tamaño, de la velocidad con que se toman decisiones/ se emprenden
acciones, de la innovación y calidad, en la competitividad de empresas mexicanas
de la transformación.” Con el Dr. Zacarías Torres Hernández, ESCA. Unidad Santo
Tomás – IPN.
**Profesora e investigadora de la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación,
Coordinadora de la Maestría en Ciencias con Especialidad en Administración de
Negocios y Doctorante en Ciencias Administrativas (ESCA Unidad Santo Tomás
IPN)
INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL (IPN), ESCA, UNIDAD STO TOMÁS.
Prolongación Manuel Carpio N. 471. Delegación M. Hidalgo. C.P. 11340, México
D.F. Edificio H segundo piso, Coordinación MAN. Tel. 57296000 y 57296300 Ext.
61804
CORREO ELECTRONICO DEL RESPONSABLE
SEDE: ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara.
23, 24 y 25 de mayo de 2007
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
2
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
Resumen:
La corriente institucionalista a lo largo de su formación como escuela ha
representado a partir de las últimas décadas del S. XX para las teorías económicas y
sociales dominantes, una fuerte competencia al proporcionar una nueva opción
metodológica para la explicación de fenómenos tan relevantes como las elecciones
individuales y colectivas dentro de una organización y sus implicaciones a nivel
económico, social y político bajo el dominio de normas y reglas (formales e
informales) presentes en cada país.
El presente escrito exhibe un estudio comparativo de la forma en que es
concebida la conducta y las elecciones de los individuos, bajo la escuela neoclásica
e institucionalista (específicamente el neoinstitucionalismo), sobre la base del
racionalismo. Asimismo se hace un análisis histórico del resurgimiento de dicha
escuela, haciendo hincapié en la dicotomía que se presenta entre lo que se conoce
como la vieja escuela institucionalista y el neoinstitucionalismo.
Para ello, se parte de la identificación del concepto de institución, así como
los elementos que lo diferencian de una organización (términos que generalmente
son confundidos), recuperándose al mismo tiempo los criterios y contribuciones
provenientes de la economía neoclásica y de la escuela institucionalista sobre la
comprensión de las organizaciones.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
Introducción
A lo largo de la historia, las ciencias sociales han abordado el estudio de las
instituciones. Diversos autores la han considerado como la influencia del pasado que
moldea el presente y el futuro de la vida de las estructuras sociales.
Sociólogos clásicos como Durkheim, Weber, Pareto y Marx han estudiado las
instituciones colectivas como medios que estructuran y subordinan las conductas
individuales a los preceptos establecidos. Actualmente, los nuevos planteamientos
institucionalistas resaltan las posibilidades individuales y colectivas de influir en la
organización, pero siempre en un juego de influencia recíproca.
Por tanto, la teoría institucional, es un sólido soporte analítico que le permite
realizar argumentaciones permisibles, principalmente sobre cuestiones como diseño,
acción y cambio organizacionales, así como toma de decisiones. Sin embargo, estas
temáticas se encuentran dispersas a lo largo de un conjunto de investigaciones que
las abordan bajo distintas disciplinas, enfoques y niveles, generando opiniones que,
a primera vista, suelen parecer limitadas e inclusive contradictorias, dificultando así
su plena comprensión.
El presente escrito tiene como objetivo establecer cómo es que las
instituciones han influenciado a las organizaciones sobre aspectos tan relevantes
como son la toma de decisiones y la conducta, además de saber cuáles han sido las
aportaciones que el neoinstitucionalismo (entiéndase éste como una continuidad
mejor estructurada de la escuela institucionalista) como mecanismo de análisis de
carácter multidisciplinario, ha hecho al estudio y comprensión de las organizaciones,
específicamente en sus elecciones.
Cabe recalcar que el centro de interés de este trabajo se halla en la
dimensión institucional como factor primario para la comprensión de la organización,
la cual se ha desarrollado en contraste a las ideas de la teoría económica
neoclásica.
En dicha teoría domina el enfoque del análisis de los fenómenos
socioeconómicos, que parte de unos supuestos que van más allá de la pura teoría
económica, pues son de orden filosófico, como la concepción individualista de la
realidad socioeconómica.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Resurgimiento de la teoría institucional.
En los últimos años (últimas décadas del S. XX), la importancia otorgada al
papel que juega las instituciones dentro del sistema económico ha ido en aumento.
Este interés ha sido reconocido por gobiernos, organismos multilaterales,
académicos y entidades organizacionales, quienes han llegado a considerarlas
como ejes fundamentales para el entendimiento de diversos problemas que bajo los
planteamientos económicos y administrativos existentes no han podido ser
respondidos.
Diversas disciplinas (ciencia política, historia, economía, sociología y los
estudios organizacionales) se han abocado por un renovado interés por la teoría
institucional, enfocándose principalmente en la influencia que ejercen sobre los
resultados sociales y políticos, donde el “denominador común” es el hecho de que
los individuos así como los grupos persiguen objetivos bajo un contexto limitado
colectivamente. Tales limitaciones toman las formas de instituciones, patrones
organizados de normas y roles socialmente construidos y conductas socialmente
prescritas, pudiendo ser o no ventajosas para los individuos o grupos”. (Pérez y
Valencia, 1994, p. 86).
Efectivamente, desde la desaparición del Institucionalismo Estadounidense
Original (IEO) en los años cuarenta, prácticamente todo el análisis institucional se
vio severamente limitado, llegando al punto de desaparecer de los programas de
investigación de la ciencia económica; situación que cambia en la década de los
ochentas con el surgimiento de lo que actualmente se denomina la Nueva Economía
Institucional o Neoinstitucionalismo 1 .
Gandlgruber (2006) señala que los argumentos que justifican la postura de
que las instituciones constituyen un factor exógeno para el funcionamiento del
mercado y la economía son:
1. Acotamiento del objeto de estudio. La economía como ciencia a lo largo de su
desarrollo teórico ha acotado el objeto de estudio a problemas particulares de
decisión y elección de individuos aislados y racionales, girando en torno a la
directriz del equilibrio óptimo obtenido gracias a los mecanismos del mercado,
dejando de lado el estudio de las instituciones y sobre todo de elementos
fundamentales de comportamiento, en especial de la interacción humana a otros
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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ámbitos de la teoría social, específicamente de la sociología. Esta división trajo
como consecuencia lógica el rompimiento de cualquier vínculo interdisciplinario
(principalmente entre el campo económico y sociológico), aislando por completo
a la economía dentro de las ciencias sociales.
2. Actores y actividades económicas sin instituciones. Bajo los supuestos
neoclásicos de racionalidad y comportamiento económico, el papel que juegan
las instituciones como coordinador de las actividades económicas es nulo, “la
mano invisible”.
3. Supuesto de eficiencia institucional. Aquellos que reconocen la importancia de
las instituciones, pero que a su vez la consideran como no objeto de estudio
argumentan que éstas funcionan perfectamente en la medida en que guían a los
agentes económicos de acuerdo a las reglas establecidas por el mercado mismo.
4. Capacidad de autoorganización de los mercados. Es decir, el propio mercado
genera las condiciones necesarias para el establecimiento de un marco
institucional que les permita satisfacer sus necesidades.
5. El precio como instituciones. Bajo esta perspectiva, los precios son considerados
como las únicas instituciones válidas, dado que son el único elemento de
interacción entre los agentes económicos y por lo tanto de comportamiento.
En la teoría tradicional económica, las organizaciones no eran estudiadas
como una institución social, sino como mero apoyo a la función de producción. Sin
embargo, es un hecho innegable que dicha teoría debe y ha empezado a
preocuparse por la empresa, tomando en consideración los términos “institución” e
“institucionalización”, que han sido definidos de formas muy diversas por las
diferentes corrientes de investigación que existen dentro de ella.
Dentro de un variado horizonte de enfoques, las distintas tendencias que han
sido denominadas como institucionalitas, intentan ampliar el campo de estudio
integrando otros factores que permitan una visión más adecuada de los fenómenos
analizados. Ahora la dimensión institucional como factor central para la comprensión
de la empresa, ha empezado a desarrollarse en contraste a las ideas de la teoría
económica neoclásica. Esta ampliación del horizonte teórico se realiza, sobre todo,
en referencia a los entornos y las relaciones de mercado que en ellos se generan.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Definición de instituciones.
El concepto de institución (entiéndase la familia, el Estado, las constituciones,
el liberalismo, el proteccionismo, las iglesias, las escuelas, las prisiones)
actualmente abarca toda una serie de definiciones cuyos matices varían
ampliamente de una concepción a otra. Algunos autores enfatizan el papel de las
instituciones como mecanismos para la solución de problemas, mientras otros las
ven como restricciones que tienen como fin evitar los efectos negativos de acciones
colectivas, tanto económicas como políticas.
Ayala Espino (1999) define a una institución como:
“El conjunto de reglas que articulan y organizan las interacciones económicas, sociales y políticas entre los individuos y los grupos sociales.
Las instituciones son construcciones históricas que, a lo largo de su
evolución (origen, estabilización y cambio) los individuos erigen
expresamente” (p. 63).
En un sentido más amplio del término podemos agregar a esta definición que
es el conjunto de reglas, normas y procedimientos formales e informales, creados y socialmente aceptados por la población, que conducen y armonizan la vida en sociedad; para esto, se imponen restricciones a individuos, empresas o gobiernos
cuando su comportamiento contraría al interés general, pero a la vez distribuye
facultades.
Por su parte Ibarra (2006), considera que “las instituciones, crean sentidos,
significados, símbolos que forman (como el lenguaje) patrones culturales, formas de
valorar y entender la vida en sociedad” (p. 11).
“El mundo es una sociedad institucionalizada y compuesta por
organizaciones. Todas las actividades relacionadas con la producción de bienes
(productos) o la prestación de servicios las planean, coordinan, dirigen y controlan
las organizaciones”. (Chiavenato, 2004, p. 2). Las organizaciones (como la familia,
las empresas, los sindicatos, la escuela, servicios públicos, asociaciones religiosas y
sociales, equipos deportivos, etc.) son una entidad social compuesta por personas y
recursos, estructurada y orientada deliberadamente hacia un objetivo común.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Una definición más formal la encontramos en Ayala (1999) que nos dice que
una organización “supone la existencia de una especialización de las tareas, una
disciplina bien estructurada, un conjunto de reglas y un sistema meritocrático e
impersonal de recompensas bajo un mando jerárquico” (p. 284).
Es común confundir una organización con una institución. Al respecto es
posible hacer una distinción entre ambas. La confusión radica en que las
instituciones en tanto que son una serie de restricciones diseñadas con el fin de
modelar la interacción humana proveen una estructura para la interacción social.
Tanto organizaciones como instituciones surgen de la acción humana y
ambas tienen como objetivo reducir los costos derivados del intercambio. Sin
embargo la organización es el lugar en donde se efectúa los intercambios entre los
diversos agentes económicos, mientras que las instituciones acotan tales relaciones,
y se ajustan a las contingencias a que pueden estar sujetas las organizaciones como
consecuencia de su interacción con su contexto y que puede llegar hasta a
amenazar su propia existencia. Es decir, señala que la dinámica organizacional es
frecuentemente afectada por fuerzas externas provenientes de su medio ambiente
institucionalizado.
Ante tal hecho las organizaciones han desarrollado estructuras y
comportamientos necesarios para eludir con éxito los embates de dichas fuerzas
institucionales 2 .
Las estructuras organizacionales buscan la adaptación correspondiente, no
solamente guiadas por los requerimientos de un medio ambiente económico o
técnico, sino también por aquellos establecidos por un contexto institucional del que
se derivan presiones que pueden conducir a la cancelación de las posibilidades de
supervivencia organizacional.
Por tanto, la estructura de una organización es un mecanismo adaptativo,
configurado en relación a las características y compromisos de los participantes, así
como a las influencias y restricciones del entorno (tanto económico como
institucional).
Cabe recalcar que al realizar adaptaciones estructurales buscando adaptarse
con el contexto institucional, las organizaciones a menudo se desvían de su misión
formal. Por esta razón, resulta evidente que la organización posee una dimensión
simbólica, que es expresada en forma de reglas y procedimientos institucionalizados
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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que tienden a ser incompatibles con la eficiencia organizacional y con el desempeño
efectivo de tareas.
Otras versiones más recientes de la teoría institucional están directamente
relacionadas con el trabajo desarrollado en el campo de la sociología del
conocimiento. Dentro de este enfoque Jiménez (2004) destaca las aportaciones de
Berger y Luckmann (1966), que sirven de base a las de Zucker (1977), Meyer y
Rowan (1977) y Dimaggio y Powell (1983).
Todas estas definiciones comparten la idea de la institucionalización como un
proceso social, que hace que los individuos lleguen a aceptar una definición
compartida de la realidad social. Esta concepción es independiente de las propias
visiones o acciones del actor pero da por hecho que define la forma en como son las
cosas y la forma en que se van a hacer en una determinada organización.
Especificidades de la teoría institucional y el neoinstitucionalismo 3
El institucionalismo, tiene como objetivo el estudio de los comportamientos
reales que los agentes económicos realizan de acuerdo a normas y reglas (formales
o informales) dominantes en determinado lugar. Dicho comportamiento consiste en
reacciones que los agentes económicos presentan ante una determinada motivación
o incentivo en la toma de decisiones 4 . Cuando el comportamiento es reiterado (como
los hábitos, las costumbres, las convenciones, etc.) se dan lugar a las instituciones.
El institucionalismo parte del estudio del comportamiento y las elecciones
individuales, y el modo en que ambos procesos son modelados por las instituciones
existentes, es decir, estudia las reglas de juego que guían el comportamiento de los
agentes en una sociedad para explicar su desempeño económico.
Asimismo se caracterizó por combinar análisis propios de la escuela
neoclásica aunque los ha criticado 5 y desarrollado con el fin de incorporar el papel
de las instituciones, las normas, valores y conducta del intercambio de los individuos
y grupos, asumiendo una perspectiva de análisis multidisciplinario.
Aunque existe un rechazo parcial a la teoría clásica, la crítica principal a esta
postura afirma que en realidad no existe en forma una teoría de las instituciones,
debido a que todos sus esfuerzos se encaminaron a la descripción de las funciones
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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de las instituciones sin hacer un análisis profundo de las implicaciones de estas para
el desempeño económico (incluyendo las organizaciones).
Antecedentes teóricos del institucionalismo.
Los antecedentes del institucionalismo se remontan a los economistas
clásicos, (A. Smith, J. S. Mill y C. Marx) los cuales son considerados como los
pioneros al introducir el estudio institucional como medio para explicar el intercambio
económico.
Esta corriente teórica al igual que el historicismo alemán, la escuela austriaca,
el marxismo y la sociología económica, son considerados como antecedentes de la
economía institucional, particularmente del IEO (escuela institucionalista que alcanzó
una mayor fuerza y cuyos representantes pertenecen a lo que se conoce como
“Viejo Institucionalismo”) 6 .
Posteriormente con la entrada de la escuela neoclásica como doctrina
dominante en Europa Occidental y América del Norte (finales del S. XIX y principios
del XX), la complejidad del ser humano quedo sometida al Homo economicus, por lo
que el estudio de las instituciones quedo relegado.
A pesar de esta hegemonía, a principios del S. XX surgieron diversos autores
que enfatizaron la importancia de estudiar el intercambio y la conducta económica
bajo un contexto institucional. Así es posible nombrar a Max Weber (1904 y 1922),
quien enfatizó la importancia de estudiar conjuntamente las relaciones entre la
economía, las instituciones y los valores, a T. Veblen 7 (1899 y 1904) quien criticó
duramente los modelos racionalistas, a J. Schumpeter (1912), con su análisis del
liderazgo y tecnología, a Knight (1921) con la introducción del concepto de
incertidumbre sobre las decisiones individuales de los actores económicos y los
resultados de la economía en su conjunto, a Commons (1929 y 1934) quien
investigó el papel del Estado y propone el desarrollo de una "Economía Institucional"
como síntesis de la economía política, el derecho y la ética, y a H. Simon (1947 y
1957) con sus aportaciones de “racionalidad limitada”, elección y conducta.
Estos autores contribuyeron a la formación de lo que conocemos como viejo
institucionalismo (finales del S. XIX), el cual al su vez constituye la referencia
fundamental de la teoría institucional moderna.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Los viejos institucionalistas fueron los primeros en destacar la importancia
económica de los hábitos de conducta y pensamiento de los seres humanos. Su
visión de la economía es dinámica, pragmática, no individualista y no mecanicista.
Entre los principales representantes tenemos a Thorstein Veblen, John Commons y
Wesley Mitchell.
Sin embargo, a pesar de sus contribuciones, no lograron desarrollar un
cuerpo teórico lo suficientemente sólido como para gozar de la aceptación por parte
de las escuelas dominantes de la época. Por tal motivo fue objeto de fuertes críticas,
como fue el hecho de no haber desarrollado una teoría institucional como tal, o el de
ser sumamente descriptivos en sus estudios de las instituciones más que analíticos
sobre las posibles implicaciones de estas sobre la vida económica.
El neoinstitucionalismo
“El neoinstitucionalismo surge como respuesta al antiguo institucionalismo
tradicional y, al mismo tiempo como una crítica a la rigidez analítica de la teoría
neoclásica” (Ayala, p. 38). El término de Neoinstitucionalismo o Nueva Economía
Institucional se usa con el objetivo de delimitarla del antiguo institucionalismo
económico de Veblen, Commons y Mitchell.
Este planteamiento, heredó algunas de las categorías y cuestiones de la
economía neoclásica y del primer institucionalismo (principalmente de Veblen),
donde la premisa básica sigue siendo la elección racional (que será abordada más
adelante) pero con limitaciones, basada en un cálculo económico en sentido estricto,
y en su concepción de la realidad económica, incluso extendida a colectivos como
las empresas, por lo que continúa siendo radicalmente individualista (el agente
económico nunca será un sistema, sino a lo más, una agregación de agentes
individuales).
Se sigue prestando una atención especial a las instituciones sociales,
políticas y económicas, pero ahora se bajo un estricto individualismo metodológico
buscando las explicaciones a los hechos en los objetivos, planes y decisiones de los
individuos. Aunque estudia conceptos de grupo social tales como la cultura de
empresa o la memoria organizativa, lo hace bajo una nueva metodología ya que
estos conceptos ahora constituyen un objeto a explicar y no una causa explicativa.
Sólo los individuos deciden y actúan. Los fenómenos observados a nivel de
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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agregados sociales deben ser explicados como resultado de las acciones e
interacciones de seres humanos individuales que buscan sus propios intereses.
Con respecto al comportamiento de los agentes en la sociedad, el
neoinstitucionalismo determina que las reglas de juego que los guían, son
fundamentales para explicar su desempeño económico.
A la vez, incorpora un conjunto de teorías que combinan los elementos de una
nueva microeconomía basada en los costos de transacción, derecho de propiedad,
una de teoría de la información, teoría de la elección pública, teorías de regulación
económica, una vertiente histórica basada en el trabajo de Douglass North (1984 y
1990), y sobre todo una teoría de la acción colectiva y de las decisiones.
El carácter multidisciplinario nos permite hacer el análisis de las
organizaciones institucionalizadas desde el punto de vista económico, sociológico,
histórico y político, por lo que utiliza las herramientas de la economía para explicar la
historia, el derecho, los contratos, la empresa, las redes de información, el gobierno,
la familia y otras instituciones sociales. Sin embargo no hay que perder de vista que
esta escuela no es homogénea por lo que se pueden encuentran dentro de la misma
diferentes corrientes que van desde aquellas que comparten o que utilizan
supuestos y fundamentos muy similares de la economía neoclásica, hasta aquellas
que los rechazan rotundamente.
Los principales representantes que conforman la base teórica de esta
corriente son: D. North, R. Coase y O. Williamson (cabe mencionar que Williamson
(1989) recuperó las ideas de Coase sobre la empresa y los costos de transacción
para darle nombre a la Nueva Economía Institucional). Estos autores acorde con
Ayala (1999), abordan temas relacionados con “la organización y operación de la
empresa, la división entre empresas y mercados, la formación de sistemas de
mercado y de las instituciones que forman esos sistemas de marcado; incluyen los
costos de transacción (…); el papel de los procesos políticos; las estructuras de
poder y los mecanismos de decisión” (p. 39).
Las principales diferencias entre el viejo institucionalismo y la Nueva
Economía Institucional (NEI) se pueden resumir en el siguiente cuadro:
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Cuadro 1
Comparativo entre el viejo institucionalismo económico y la Nueva Economía
Institucional (NEI) o neoinstitucionalismo.
Institucionalismo Neoinstitucionalismo
No hay una teoría de las instituciones como
tal. Formula una Teoría de las instituciones.
Rechazo parcial a la economía clásica. Crítica a la economía neoclásica, sin
embargo, no rompe totalmente con ella.
Análisis descriptivo más que analítico de las
instituciones. Unidad de análisis más estructurado.
Su objeto de estudio son las instituciones,
olvidando a los actores
Unidad de análisis multidisciplinario que
estudia las instituciones, los actores, la
relación entre ambos y de las explicaciones
del cambio y la persistencia de las
instituciones,
Preocupación por el “colectivo” y como este
creó las instituciones que moldean las
conductas
Como los actores moldean sus preferencias y
creencias.
Los primeros institucionalistas trataron de
introducir en la ciencia económica conceptos
procedentes de otras ciencias.
Tratan de utilizar los instrumentos de la
Economía para explicar la historia, el
comportamiento animal, el comportamiento
delictivo, el derecho, los contratos, la
empresa, las redes de información, el
gobierno, la familia y otras instituciones
sociales, (Imperialismo económico).
Surgimiento de nuevos campos de
conocimiento: Costos de transacción, derecho
de propiedad, teoría de la información, teoría
de la elección pública, teorías de regulación
económica, teoría de la acción colectiva y de
las decisiones.
Estudios tradicionales sobre gobierno y
Estado
Las decisiones individuales no pueden ser
explicadas sin la referencia de un marco
institucional.
Principales autores:
Thorstein Veblen, Knight, Herbert Simon,
John Commons, Schumpeter, Clarence
Ayres, Wesley Mitchell, K. Polanyi.
Principales autores:
Ronald Coase, Douglass North, Oliver
Williamson.
Fuente: Elaboración propia.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Actualmente la economía institucional contemporánea ha alcanzado
dimensiones muy importantes. Describir cada una de las corrientes que la
conforman, tomando en cuenta que dependiendo del enfoque que se le de varia
considerablemente, implicaría salirse del objeto de estudio de este escrito.
De manera general y sobre la bese del trabajo de Ganlgruber, se distingue
tres vertientes principales del institucionalismo:
a) La nueva economía institucional. La cual introduce la Teoría de la Agencia, de
Derechos de Propiedad, Históricas del entorno institucional, Economía de los
Costos de Transacción, Teorías de Gobierno y Gobernabilidad.
b) La economía evolutiva. Conjunto de teorías que modela sistemas y procesos
aplicando la lógica evolutiva de la biología. Se desprende de aquí la economía
evolutiva en la Tradición Austriaca y la neo Schumpeteriana, Teorías Dinámicas
de Estrategia Corporativa, la Teoría de Juegos Evolutivos y de Sistemas
Complejos.
c) El Nuevo institucionalismo económico. De la cual se desprende la teoría de la
Evolución de sistemas Institucionales.
Análisis neoclásico de la organización.
En materia económica, el paradigma dominante representa una especie de
ruptura con el resto de las ciencias sociales. Aquí la organización es vista como lo
que comúnmente conocemos como empresa, por lo que la organización será
denominada como organización económica. Los postulados básicos que la teoría neoclásica establece (desde un punto de
vista microeconómico) son:
• • Maximización de una utilidad a través de la minimización de costos, donde el
productor o administrador debe ceñirse al siguiente problema: CQ PQ p − = max
Donde PQ = ingresos y CQ = costos de producción.
El productor bajo este modelo debe de ajustar la cantidad exacta de insumos
necesarios que le permitan minimizar sus costos a un nivel de producción tal
que cumple con la restricción Precio = Costo Marginal 8 ( ) CMg P = . Es decir, la
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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empresa genera un mecanismo que le permite fijar una regla de decisión en
torno a cuanto producir y la cantidad de insumos a usar.
• • Racionalidad de los agentes económicos,
• • Existencia de agentes egoístas y maximizadores,
• • Escala de valores establecida,
• • Información perfecta y sin costos de transacción.
En efecto, en su concepción neoclásica, agentes individuales que interactúan
en un mercado idealizado de competencia perfecta, definen los precios y equilibran
la oferta con demanda, es decir, se habla de la existencia del equilibrio óptimo,
logrado gracias al mecanismo del mercado (la mano invisible), y al hecho de que
una vez identificados los impulsos de los agentes decisores que buscan la
maximización de beneficios, no es necesario ningún
La organización económica al depender de fuerzas externas (fuerzas del
mercado) carece de una estructura organizacional interna por lo que no hay cabida a
ningún tipo de influencia derivada de la conducta individual sobre las decisiones
organizacionales. Por lo tanto, el comportamiento es predecible sin importar las
características propias de la empresa (como su estructura y tamaño) ni otros
elementos externos como son las instituciones.
Bajo esta orientación, las instituciones colectivas no moldean, o moldean
poco, a los individuos; toda la conducta económica, y casi toda la conducta social, es
la resultante de la interacción de preferencias individuales expresadas en el
mercado.
Por tanto, le empresa constituye un mecanismo que permite fijar una regla de
decisión para determinar la producción y los insumos necesarios para garantizar la
minimización de costos.
Bajo este contexto, se pretende anular toda influencia colectiva en las
orientaciones económicas fundamentales de la sociedad. Posteriormente, las
decisiones individuales, de manera más o menos arbitraria, se suman o agregan
hasta conformar las decisiones sociales.
Este modelo, se basa en hipótesis irreales dentro de un procedimiento
instrumental que culmina con la creación del equilibrio general (Walrasiano) y la
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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competencia perfecta. Sin embargo, cuando son modificados algunos de sus
supuestos (se suavizan), el escenario cambia.
Análisis neoclásico de la elección y conducta.
Dentro del análisis económico se han desarrollado toda una serie de modelos
de elección con el objetivo de analizar los mecanismos de decisión económica. La
concepción general afirma que cuando un agente económico realiza una elección, lo
hace bajo el supuesto de que respondió a una serie de incentivos que resultan de
sus percepciones sobre los beneficios esperados y los costos asociados a cada una
de las alternativas posibles.
“Las elecciones individuales son la raíz de las elecciones sociales; las
sociedades, culturas o instituciones no eligen, quienes lo hacen son los individuos
cuyas elecciones se agregan a las elecciones colectivas.” (Ayala, p. 105).
En relación al punto anterior, la economía convencional, ha hecho énfasis en
estudios dedicados a las elecciones individuales sin la existencia de un ambiente
(como son las instituciones, conflictos o costos de transacción 9 ), en cambio los
modelos de elección social, hacen énfasis en el estudio de procesos de elección que
tienen lugar en ámbitos más complejos, caracterizados por la existencia de
restricciones institucionales, falta de información, incertidumbre, etc.
El modelo que mejor explica esta concepción es la Elección Racional, la cual
asume que los individuos tienen una conducta racional y maximizadora de los
beneficios 10 . Cada elección supone un costo individual y social, es decir, se incurre
en un costo de oportunidad.
La propia racionalidad supone que los agentes tienen establecido un sistema
de preferencias (sustentado en criterios y experiencias), alternativas y eventos
incontrolables, los cuales necesitan ser medidos en función del valor de los posibles
resultados, es aquí donde entra el concepto de utilidad, como medida de bienestar o valor.
Para alcanzar lo anterior se cuenta con toda la información y conocimiento
necesario para predecir las consecuencias de cada elección posible (sea
satisfactoria o no).
La conducta económica de los individuos incide en cada elección personal,
puesto que la motivación para tomar una determinada decisión ocasiona la
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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búsqueda de aquella que reditúe mayores beneficios (o minimice sus costos de
oportunidad), por lo tanto, los individuos responden a estímulos económicos como
incentivos, recompensas y castigos que favorecen o no a determinadas conductas.
Cabe recordar que este enfoque no es nuevo, ya que constituye uno de los
principales pilares de la corriente clásica de la administración, donde entra en
escena la existencia del hombre económico y sus componentes motivacionales
(incentivo económico como motivación primordial del individuo).
Este modelo supone la decisión colectiva, la cual se define como la
“sumatoria de las decisiones individuales. Esto se logra a través de un criterio de mixtura determinado, donde se transforman las preferencias individuales en colectivas” (Medina, p. 3).
Responde a una racionalidad tradicional donde los medios y los fines están
establecidos de una manera clara y transparente. Ninguno de los elementos de
decisión es cuestionado por el que decide.
La complejidad de la realidad, se hace manifiesto para el individuo, a través
de la aplicación de su raciocinio y de metodologías que reducen el universo a una
serie de alternativas perfectamente delimitadas, y por lo tanto, medible. Esta
capacidad de racionalidad ilimitada que el modelo confiere a los decisores, permite la concepción de todos los posibles caminos y consecuencias generados por las
diversas alternativas disponibles.
Aunque originalmente el estudio sobre mecanismos y procedimientos de
elección fueron abordados por economistas, cada vez es más frecuente que los
científicos sociales se adentren al tema, ya que los problemas de elección no solo se
concentran en problemas económicos y de asignación de recursos, sino que
también tienen lugar fuera de la economía, en el mercado político, social y cultural.
Un hecho está claro, “bajo el supuesto de que los individuos (llámense empresarios,
burócratas, electores, políticos) siempre traten de maximizar su utilidad, permite
extender el modelo de comportamiento basado en el Homo economicus al modelo Homo sociologicus que se aplica a los agentes sociales” (Ayala, p. 109). Es decir, los individuos no importando el tipo de elección que realicen (sea social, político o
económico), siempre buscarán la maximización de resultados (poder político,
influencia, prestigio social y ganancias).
Las críticas a este modelo parten de diversos enfoques. Uno de los
principales argumentos críticos señala que este modelo sólo se cumpliría si todos los
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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individuos tuviesen una visión homogénea del mundo. Y esto sólo sería plausible si
todos los individuos compartieran los mismos códigos de valores.
Análisis neoinstitucionalista de la organización
Desde este punto vista, las organizaciones surgen como respuesta a las
restricciones institucionales a las que están sujetas (tecnológicas, presupuestarias y
de preferencias). Se esfuerzan en demostrar que el funcionamiento ideal de las
organizaciones depende de arreglos institucionales que lo hacen posible. Sin
embargo, consideran que las organizaciones tienen una mayor capacidad para
enfrentar este tipo de restricciones (ya sean institucionales, tecnológicas o de
preferencias) que intentan limitar u obstaculizar la maximización de la utilidad.
Por lo tanto, la organización puede ser representada por la siguiente función
(Ayala, p. 291):
Organización = f (instituciones, tecnología, modas, preferencias, ingresos,
patrones culturales)
Cabe agregar que la interacción de todas las variables de esta función
determina en un momento dado el potencial de oportunidades de maximización de
beneficios de los agentes económicos (se incluye a empresarios, políticos y
burócratas).
Sin embargo, el campo de estudio organizacional se reduce en demasía si
consideraremos que las organizaciones solo se explican por la mera maximización
de sus utilidades. Autores como R. Coase afirman que las empresas (como
arquetipo de las organizaciones), se originan a partir de la necesidad de reducir los
costos de transacción con en fin de disminuir los costos asociados al intercambio, al
garantizar la coordinación de habilidades y recursos que disponen los individuos
para la creación de estrategias.
Una organización sea de cualquier tipo (económica, política y/o social)
contiene una estructura interna de reglas delineadas de acuerdo con el orden
institucional general. Estas reglas internas 11 sirven como guía de las operaciones
diarias, de las interacciones de los individuos dentro de la misma y de las relaciones
que se establecen con otras organizaciones. Las organizaciones en este sentido
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
18
constituyen de algún modo canales de unión que estructuran y relacionan los
mercados y los agentes otorgando ciertas peculiaridades como son: tipos de
relaciones inter e intrasectoriales, formas de cooperación y competencia, etc.
Por lo tanto las organizaciones pueden ser vistas como arreglos institucionales
que bajo la perspectiva de Ayala (1999) puede ser definido como:
• • “Formas de organización de las interacciones entre agentes.
• • Reglas fundamentales del comportamiento, que los agentes incorporan, hacia
sus competidores, clientes, proveedores, empleados, autoridades, etc.
• • Formas y grados de ejercicios directo de poder discrecional ejercido por actores
ajenos al mercado,…, que contribuyen a la formación de los patrones de
organización y comportamiento en las empresas.” (p. 294)
Las organizaciones son mecanismos que permiten lograr y alcanzar las
ventajas de la coordinación y cooperación en el mercado, dejando de lado los
alcances limitados de las acciones individuales.
Análisis neoinstitucionalista de la elección y conducta.
Una característica distintiva de este marco teórico se centra en la
preocupación por las condiciones de la elección individual y social.
Es un hecho que el modelo de elección racional no permite hacer un análisis
completo de la forma en como son tomadas las decisiones económicas debido a que
en la mayoría de los casos están inmersas en un ambiente complejo de
incertidumbre y riesgo, así como información incompleta sobre todas las opciones
posibles. Bajo este contexto, la mayoría de las decisiones están sometidas a un tipo
de restricción, mejor conocida como racionalidad limitada (Bounded rationality). El mejor exponente de este punto de vista lo encontramos en H. Simon, Para
este autor el comportamiento de las organizaciones es vista como un ente social
con vida y cultura propia.
Para Simon (1984), “Todo comportamiento implica una selección, consciente
o inconsciente, de determinadas acciones, entre todas las que son físicamente
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
19
posibles, por el que actúa y para aquellas personas sobre las cuales este ejerce
influencia o autoridad” (p. 5).
Por tanto, la elección de una decisión se da dentro de un amplio abanico de
opciones y alternativas, las cuales quedan reducidas a aquella que se efectúa. Cada
elección constituye una meta, la cual a su vez puede ser un medio para alcanzar un
objetivo más lejano.
Dentro de esta lógica, Simon rechaza el modelo de elección racional y el
modelo del hombre económico.
Al desarrollar su teoría de racionalidad limitada Simon presenta dos
alternativas de racionalidad:
1. Racionalidad substantiva (substantive rationality)
Es la dominante en la economía clásica y se corresponde con los principios
básicos de la forma racional clásica de toma de decisiones como se discutió hasta
ahora. Una elección tomada de este modo representa la mejor manera de lograr un
determinado objetivo (maximización de la utilidad).
2. Racionalidad procedimental (procedural or behavioral rationality).
Está más relacionada con la naturaleza de la deliberación que con el
resultado de la misma. La base está en el proceso de la toma de decisión, en como
se hace o se debería hacer.
Simon argumenta que para ser de utilidad en el mundo real el énfasis se debe
poner en el proceso de búsqueda racional, utilizando así las dos nociones de
racionalidad presentadas.
Simon propone como alternativa la adopción del modelo de racionalidad
limitada caracterizado por la existencia del “hombre administrativo”, que se distingue
por la necesidad de buscar alternativas (factibles) de decisión, la sustitución de
resultados máximos u óptimos por soluciones satisfactorias y no optimizantes y el
uso de mecanismos de aprendizaje y adaptación utilizando la información disponible.
El hombre administrativo toma decisiones sin poder considerar todas las
alternativas, donde la elección se percibe como una búsqueda secuencial, pero
basada en la satisfacción más que en la optimización.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
20
Los procesos de toma de decisiones tienen cada vez a ser mas complejos
debido a la intervención de varios actores y mercados, instituciones bien
desarrolladas, etc.; Esta es la razón por la cual el concepto de racionalidad limitada
nos ayuda a comprender que los conocimientos y las capacidades de cálculo no son
fácilmente transferibles, por lo que las instituciones son difíciles de traspasar. Por
tanto, “la racionalidad de las organizaciones (públicas y privadas) es más importante
que la racionalidad de los individuos que forman parte de la organización” (Ayala,
p.121).
Por último, cada vez se reconoce la importancia que la información juega en
la toma de toma decisiones. Al respecto, la habilidad que la organización tiene para
procesarla está determinada por la estructura del proceso de toma de decisiones, los
cuales están muy ligados al nivel de centralización (entre mayos centralización,
aumentan las posibilidades de tomar una decisión rápidamente).
Las instituciones constituyen el marco a través del cual los individuos actúan y
realizan elecciones, por lo tanto representan toda una serie de estructuras de
incentivos en los cuales se lleva a cabo el intercambio, ya sea económico, social y/o
político, donde dichas estructuras no solo son producto de la fuerza del mercado o la
dotación de factores.
Lo anterior se resume en el siguiente cuadro:
Cuadro 2
Análisis comparativo entre el modelo de elección racional y el neoinstitucionalista
Análisis Neoclásico de la organización
Agentes egoístas y maximizadores
Análisis Neoclásico de la elección y conducta
Elección racional
Análisis Neoinstitucionalista de
la organización
Coordinación y cooperación
Análisis Neoinstitucionalista de la elección y conducta
Racionalidad limitada
Fuente: Elaboración propia.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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En resumen y acorde con De la Garza Toledo (2004), el neoinstitucionalismo
económico:
• Acepta el concepto de racionalidad limitada aportada por Simon, en donde los
actores económicos al igual que en las teorías de mercado buscan la
optimización de sus recursos, pero enfrentan con una serie de limitaciones como
es la información incompleta, por lo tanto las soluciones son satisfactorias y no
óptimas.
• Las empresas ya no son vistas como una función de producción, sino como una
estructura organizativa para obtener ganancias.
• La organización de la empresa no se reduce a los costos de transacción por
medio de órdenes jerárquicas, sino que reduce la incertidumbre al establecer un
sistema de reglas.
• El problema central de la organización es la adaptación.
Por lo tanto el neoinstitucionalismo económico nos muestra que la
racionalidad es limitada por la organización de la empresa, mientras que si se amplia
el análisis al campo sociológico esta racionalidad limitada se amplia hacia otras
instituciones externas a la empresa.
El actor continúa buscando la optimización, sin embargo ahora no solo se ve
limitada gracias a la información incompleta, sino que también a las, limitaciones
institucionales que proveen reglas de comportamiento que no permiten el logro de
resultados optimizadores. “La racionalidad esta limitada principalmente por el
contexto” (De la Garza, p.15)
Conclusiones
No es sencillo plantear conclusiones absolutas sobre un tema tan complejo y
polémico como es el proceso de la toma de decisión de las organizaciones, y mucho
menos si lo delimitamos bajo un contexto institucional. Sin embargo, a continuación
se enumeran algunas orientaciones sobre el tema en cuestión:
• • El proceso de decisión y elección consiste en un proceso en el que una vez
identificado un problema u oportunidad se elige encarando varias alternativas
de acción posibles.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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• • El núcleo teórico central de la teoría institucional está concentrado en las
consideraciones que éste elabora en torno a dos aspectos claves de la
dinámica organizacional: la toma de decisiones y la acción organizacional.
• • Las instituciones constituyen marcos estables de comportamiento que anticipan
el futuro lo mejor que pueden, ya que constituyen un acuerdo social destinado a
conducir, prevenir o resolver cualquier problema que pudiera surgir, así como
restringir comportamientos contrarios al interés social.
• • Los individuos no eligen en un vacío social e institucional, sino que sus
elecciones están rodeadas de restricciones (racionalidad limitada). Es decir, las
instituciones constituyen restricciones a las conductas maximizadoras y
egoístas de los agentes económicos.
• • Las instituciones juegan un papel relevante en la constitución de las
organizaciones porque restringen sus alcances, características, operaciones y
ámbitos de acción.
• • Las organizaciones pueden ser vistas como mecanismos que permiten alcanzar
la coordinación y cooperación entre los distintos agentes, superando los
alcances limitados de las acciones individuales.
• • Las concepciones de hombre económico presente en el enfoque racional y hombre administrativo presente en la noción de la racionalidad limitada ceden su paso a una concepción de hombre social contenida en el enfoque institucional.
• • Es innegable que el modelo de elección racional ofrece una base teórica clave
que ha permitido entender la relación entre las elecciones y las estructuras, sin
embargo con la introducción del institucionalismo, es posible ir más allá de los
supuestos maximizadores que a lo largo de la historia han limitado dicho campo
de estudio, puesto que se han centrado en analizar los resultados de las
elecciones desde la perspectiva de individuos aislados cuyas decisiones no
afectan al colectivo. En contraste, el institucionalismo introduce el estudio de los
beneficios o perjuicios colectivos ante cualquier elección individual, permitiendo
así la incorporación de temas tan relevantes como las negociaciones, contratos,
derechos de propiedad, política, etc.
• • Con la entrada en escena del institucionalismo, es posible aspirar a la
eliminación de cualquier prejuicio teórico, bien sea para considerar las
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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expectativas de los agentes o cualquier otra manifestación de comportamiento
económico, impidiendo así la búsqueda de una solución única, por lo que se
estará en condiciones de que los especialistas puedan presentar más de una
solución ante cualquier interrogante.
• • Los teóricos de la economía siguen considerando, en general, como
irrelevantes los avances logrados en las ciencias de la administración y
empresas (management). Pero éstos últimos a su vez son bastante escépticos
frente a los que consideran teorías abstractas y alejadas de la realidad
concreta, de las que no ven posible sacan ninguna aplicación práctica para
dirigir mejor una empresa o un negocio.
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
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Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
26
Notas al pie de página.
1 El termino neoinstitucionalismo surge específicamente con la aparición de
los escritos de March y Olsen (1997) 2 Para lo cual desarrolla un anticuerpo bajo el nombre de cooptación que, al
mismo tiempo que permite a la organización adaptarse a situaciones cambiantes
puede llegar a cuestionar y poner a riesgo la organización puesto que emerge “un
nuevo tipo de liderazgo como consecuencia de la misma cooptación”. 3 En dicha corriente se insertan obras de investigación histórica como en los
trabajos de North, de estudios jurídicos y económicos (Posner), de economistas
preocupados por la organización (Alchian y Demsetz, Nelson y Winter o Grossman y
Hart), pero también estudios de orientación más abstracta como sucede en la teoría
de juegos de Schotter” (Jiménez, 2004, p. 5). 4 El comportamiento humano dentro de las organizaciones varía
considerablemente dependiendo del enfoque teórico del que se estudie. Por ejemplo
la Teoría de la Administración científica considera que la única forma de alcanzar la
motivación del factor humano (y por ende una mayor productividad) es a través de
un sistema de premios y castigos (mejores pagas), lo que comúnmente se le
denomina hombre económico. Por su parte la teoría de las relaciones humanas nos habla sobre las necesidades,
actitudes y valores que todo ser humano que conforma una organización posee, por
lo que es preciso que el administrador las identifique, las acepte y las comprenda
para lograr la cooperación de la fuerza de trabajo. 5 Criticaba principalmente su concepto de equilibrio general a través de los
mecanismos de mercado y la exclusión que hacía de las otras ciencias sociales en
el análisis económico. 6 El institucionalismo tradicional o “viejo institucionalismo” de acuerdo con
Esguerra (2003), “se ha denominado como Economía Institucional Original, con el
propósito de resaltar que el término “viejo” no significa obsoleto”. (p. 2) 7 Considerado como el fundador del institucionalismo económico moderno o
americano. 8 El coste marginal de producción es el coste adicional en que se incurre al
producir una unidad adicional. (Samuelson, 1996, p.111)
Elección y conducta, entre el racionalismo y el institucionalismo.
27
9 Son los costos de los derechos de transmisión de los derechos de propiedad
exclusivos en cuanto a su uso. Surgen como resultado del diseño y establecimiento
de contratos ex ante de la transacción, y de vigilar ex post su cumplimiento. 10 Este modelo generalmente es utilizado en el análisis microeconómico para
el estudio de la conducta del consumidor. 11 Estas reglas pueden ser formales, pero la mayor parte de las mismas son
informales.