1. Oportunidades para que el alumno comunique
Se le preguntó a la niña que se viera en el espejo preguntándole si su cara estaba limpia o sucia. Contestó las preguntas con movimientos de la cabeza.
Se ensució la cara de la niña con pintura para la cara y se le pidió que se viera en el espejo, volviendo a cuestionarla. Ella tocaba su cara y hacia sonidos para indicar que su cara estaba sucia y apuntaba al baño como siguiente actividad para realizar: Lavarse la cara
2. Señales consistentes
Se utilizaron las señales con imágenes. Se le mostró una secuencia del lavado de cara a la niña y ella la veía mientras realizaba la actividad.
Como se contó con el apoyo de la mamá, también se utilizaron señales de toque, la mamá le tocaba el rostro a la niña para que supiera lo que tenía que hacer y en que parte lavarse.
3. Retroalimentación
Mientras la niña realizaba la actividad, tanto su mamá como yo alabábamos los pasos que realizaba de manera correcta y la animamos a continuar. Si tenía dificultades la ayudábamos a recordar.
4. Comunicar el fin de la actividad
Para comunicarle a la niña que ya se había terminado la actividad, se le pidió que dejara los útiles que utilizó para el lavado de la cara en el lugar correspondiente.
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