EL ROMANCERO GITANO
SENTIDO DEL “ROMANCERO GITANO” (Romancero gitano , colección Austral nº 156,
introducción de Esperanza Ortega; y Romancero gitano, Edit. Cátedra).
El libro tuvo un éxito rotundo cuando se publicó en 1929: fue el texto más vendido en la Feria del
Libro de su época.El personaje principal (según el propio Lorca) es la PENA, que no es nostalgia,
melancolía, sino “lucha de la inteligencia amorosa con el misterio que la rodea y no comprende”.
No hay interés costumbrista. El gitano para Lorca va a significar el conflicto de la vida: el
individuo que trata de afirmar su individualidad frente al mundo, de ahí nace su destino trágico.
El gitano del romancero es el gitano idealizado, convertido en mito. Lo que buscaba Lorca en
esos gitanos andaluces era la “raíz oculta” (en expresión de Ángel Valente) de toda la
humanidad.
El gitano simboliza el conflicto entre primitivismo y civilización, entre instinto y razón. El
gitano representa los impulsos naturales, lo espontáneo; es también el prototipo de hombre
libre, en lucha con la fuerzas que representan la coacción y la represión (como la guardia civil).
El mundo del gitano es un mundo inestable, de sueño (“juego de luna y arena”), el mundo del
deseo que se debate entre la vida y la muerte. El gitano sucumbe a su ‘fatum’ a su destino
trágico del que no puede escapar.
El lema del Romancero podía ser el último verso del “Romance de la guardia civil española”:
“Juego de luna y arena”, dos símbolos negativos que resumen la vida de los gitanos, un a vida
marcada por la frustración y la tragedia.
Unido al símbolo del gitano hay dos temas recurrentes en el romancero: el amor y la muerte.
LOS PERSONAJES
Lorca describe diferentes tipos humanos en sus romances: el niño, el adolescente, la soltera, la
casada infiel, la madre, el hombre con sus instintos más primitivos, la figura opresiva representada por
la Guardia Civil. Pero, en definitiva, existen tres personajes principales que engloban todos los tipos: el
gitano, como personaje que atraviesa todos los romances; la mujer, gitana también, y la “pena”,
imagen simbólica personificada y que recorre todo el poemario. También podríamos hablar de un
personaje co-lectivo, opresivo, represor: la Guardia Civil, que representa lo civilizado frente a lo
primitivo de los ante-riores. La ley y la norma frente a la libertad y al individualismo. Y, finalmente, la
naturaleza personificada.
EL GITANO
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Los gitanos que aparecen son gitanos idealizados porque Lorca ve en ellos la esencia del pueblo
andaluz, ya que son los únicos que llevan el alma profunda de Andalucía.
Y los emplea en sus poemas porque los gitanos viven y están al margen del mundo convencional.
Muchas veces se ha dicho que Lorca eleva a la categoría de mito a la raza gitana, pero un mito fundado
en el deseo de libertad que estos persiguen, así como en la opresión y la marginación a que son
sometidos. Representa la libertad, la transgresión. Luchan contra la represión de la Guardia Civil,
contra la moral o las normas estrictas. Es el prototipo de hombre libre en lucha contra las fuerzas que
representan la represión y la coacción. Por ejemplo, en el «Romance de la Guardia Civil española» en
que viene a la cuidad gitana para asesinar a los gitanos en la noche de Navidades. O también en
«Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla» en que la Guardia Civil detiene (y más
tarde le mata) al gitano Antonio que está en el camino a Sevilla para ver los toros).
La muerte, la violencia, y, sobre todo, su destino trágico, marcan toda su vida, un destino trágico
del que no puede escapar. Por ello su destino es la frustración o la muerte. El gitano, con sus creencias
y su código enraizados en lo primitivo y lo natural, choca en el Romancero con dos realidades
inmediatas:
o El amor, que desemboca casi siempre en el mundo natural del sexo y acaba en
muerte : en el “Romance sonámbulo” el gitano encuentra a su amada, quien después
de una larga y amarga espera, se suicida frustrada al creerlo muerto). O acaba en
herida moral: en “La casada infiel” un gitano yace en el río con una casada,
ignorándolo; nos muestra la frustración de la casada que no ama a su marido y lo
engaña, la frustración del mozo que se siente deshonroso e incapaz de querer a una
adúltera.
o Los otros , los que invaden aquello que el gitano cree sus derechos o su prestigio, lo
que lleva casi siempre, no sólo a la frustración, sino a la sangre. Esos otros son gitanos
también, la sociedad y el código gitano, las creencias, las fuerzas naturales, y la
civilización ajena al gitano, cuyo símbolo último es la Guardia Civil, el antihéroe que
limita al protagonista. En “El emplazado” se muestra la lucha contra la naturaleza y
contra la sociedad. En “Prendimiento de Antoñito el Camborio”, la lucha entre la
sociedad gitana y la española. Además, el código gitano induce a la violencia. En
“Reyerta” se narra la lucha entre la Guardia Civil y los gitanos. La pasión de la
violencia gitana representada por el toro y el caballo; aparece la sangre, la violencia, la
tensión y la muerte.
Gitanos con destino trágico serán:
- Antoñito el Camborio en Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla y en
Muerte de Antoñito el Camborio. Es el tipo mítico masculino. Representa la dignidad gitana. Era un
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representante de la aristocracia gitana, un ser nacido para la gloria o para la perdición. Primero se cuenta
la nobleza y dignidad del héroe, luego la humillación (es despojado de su vara de mimbre). No
recuperará su honra hasta que muera en el romance siguiente.
- “El Amargo” simboliza el destino fatal del ser humano, condenado desde su nacimiento a su
cita con la muerte.
- El protagonista de Muerto de amor, un enfermo que se muere de amor.
- La lucha y la violencia entre gitanos, en Reyerta. La violencia como impulso vital, la lucha de
personas que se atacan sin saber por qué.
EL ELEMENTO FEMENINO
La mujer del Romancero está movida por el deseo, por la frustración o por el dolor; el hombre actúa
por el instinto, la dominación y la “pena”. Será el amor, la envidia, el ansia de libertad y el destino
trágico lo que determina la actitud de cada uno. La gitana, como el gitano, también es un personaje
ligado a las pasiones primarias. El deseo, el dolor y la muerte, pero sobre todo la Pena, que afecta más a
la mujer que al hombre, son una constate en su existencia. La mujer, como es propio de su cultura,
aparece subyugada al varón, es un ser pasivo y subordinada al impulso del hombre. Vive inmersa en la
soledad y la pena y ninguna de ellas, salvo la gitana de “San Gabriel”, porque experimenta y desarrolla
el goce maternal, es feliz.
La mujer del Romancero es una mujer que sueña, que ama, que sufre y que vive intensamente pero
que está abocada a un destino claro: a la frustración, a la tragedia y a la muerte. El hombre primitivo
impone su masculinidad sobre la mujer, quedando esta como un ser pasivo y subordinado ante el
impulso sexual del varón
Preciosa y el aire. Preciosa es el nombre de La gitanilla, de las Novelas ejemplares de Cervantes,
famosa bailadora y cantante de romances al son de un panderete. Es el símbolo de la gracia y del
atractivo femenino. Su inocencia y frescura despiertan el deseo sexual del viento.
La gitana del aljibe, del Románce sonámbulo, representa la frustración y esterilidad del amor oscuro;
por eso va a morir al aljibe, el pozo de agua estancada ajeno a la esperanza. No tiene nombre propio,
solo el pronombre personal “ella”, marcando la postración de la mujer en la sociedad gitana.
La monja gitana. Aquí el personaje femenino aparece desdoblado a través de la luz. La monja
teje y a la vez se traslada a un mundo imaginario donde la lleva la fantasía, que no es otra que la del
amor, pero en seguida se da cuenta de que no puede recorrer ese mundo: Para ella está prohibido y
vuelve a su labor.
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La casada infiel. Dominado por la anécdota, el romance nos presenta una angustia amorosa, un
adulterio, todo descrito mediante una sucesión de metáforas relacionadas con la naturaleza, los lugares,
el tiempo, las personas, etc. Todo se metamorfosea, incluido el cuerpo de la gitana.
. Soledad Montoya (“Romance de la pena negra”). Soledad no experimenta la pena negra, es la pena
negra. Personifica la pena andaluza que busca su alegría y su persona sin encontrarlas. Es, pues, la
mitificación del gran tema de la obra lorquiana.
La gitana de San Gabriel se nos presenta como una gitana feliz. Experimenta la felicidad del
goce maternal y el sentido familiar entrañable de los gitanos. Se trata del anuncio a la gitana
Anunciación de que va a concebir un hijo. Se describe una escena bíblica con un simbolismo muy
marcado.
Martirio de Santa Olalla. La mujer es aquí víctima del martirio. Ya auguran el trágico final
varios elementos simbólicos: “estrellas de nariz rota”, el “caballo de negra cola”, “brama el toro de los
yunques”. Olalla está muerta en el árbol, y está a punto de darse la metamorfosis final. Cae la nieve y
lo negro mutilado se convierte en blanco luminoso, donde el cosmos la santifica.
Thamar y Amnón. Es el poema de la sensualidad, de la pasión pecaminosa entre hermanos, del
incesto. De nuevo encontramos la influencia embriagadora de la luna. Amnón ve a su hemana reflejada
en ella, sensual, provocativa. La luna hace de espejo de lo femenino, cómplice del deseo y del incesto
de la hermosa Thamar. La figura femenina fuerza el arrebato de su hermano, concretamente sus pechos.
Esta parte del cuerpo es muy recurrente en la poesía de Lorca. Es símbolo de feminidad, de fecundidad,
de sensualidad, de erotismo, de atracción sexual pero también de vida, e instinto maternal.
Hasta aquí se ha analizado el papel de las mujeres que tienen más peso en los romances, pero hay
otros personajes femeninos que aparecen, aunque tienen un papel más secundario. En Reyerta aparecen
dos viejas mujeres: son las “tristes mujeres del valle”. En San Miguel hay un desfile de mujeres. En
Romance de la Guardia Civil española se nos muestra la Virgen gitana. Los romances Burla de Don
Pedro a caballo y Muerto de amor los protagonizan mujeres que conducen a un final trágico de los
amantes. En San Rafael vemos la personificación de la mujer en Córdoba influida por la figura mítica
de la luna.
Pero es, sin duda, la figura de la luna el elemento femenino más importante que aparece a lo
largo de todos los poemas del Romancero y que rige el destino trágico del hombre. La luna, arquetipo
de la feminidad, ejerce fatales influencias que los acerca al ritual del sacrificio. Es en el Romance de la
luna, luna donde encontramos esa interacción plena entre lo cósmico y lo humano. La luz de la luna
fascina, hechiza y arrastra en una atracción irresistible. El elemento cósmico es la brillantez y la
blancura.
LA “PENA NEGRA”
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En cuanto a la “pena negra”, podríamos decir que es el personaje principal y que nada tiene que
ver esta pena con ningún sentimiento de melancolía ni nostalgia ni aflicción. Es una pena andaluza.
Para Lorca el único personaje real del libro es “la pena”. El mundo que recrea en sus romances está
configurado por tipos humanos que sienten, que viven, que sufren y que tienen unos valores. Cada uno
de ellos vive en un espacio rural o urbano, personajes de carne y hueso inmersos en un mundo
frustrante y que se enfrentan a diferentes modos de vivir y de morir.
EL ELEMENTO ENFRENTADO: LA GUARDIA CIVIL
El tema del gitano y la Guardia Civil es el más controvertido del Romancero gitano por las
relaciones tan conflictivas que existían entre ambos. Lorca muestra una actitud cercana y benévola
hacia los gitanos y de rechazo hacia la Guardia Civil. Arturo Barea explica al respecto: “Lorca nunca
presentó la Guardia Civil como un mecanismo político-social. Sin embargo, todas sus referencias
incidentales a la Benemérita surgen del mismo pozo oscuro del miedo popular. Su tema es solo el
duelo entre el guardia civil y el contrabandista […], pero cada encuentro entre gitanos, eternamente
ingenuos, aventureros y valientes hasta en sus más pequeñas vanidades, se convierte en un choque entre
la sombría violencia organizada y la libertad humana, generosa y alegre. La Guardia Civil es (al igual
que la violencia, la muerte y el erotismo) símbolo y elemento que conforma el mundo lorquiano del
Romancero gitano.
La Guardia Civil aparece en Preciosa y el aire. Son elementos pasivos que presencian el ataque
lujurioso del viento a Preciosa. En Reyerta los “señores guardias civiles” son testigos de que “aquí pasó
lo de siempre”. En Romance sonámbulo la Guardia Civil persigue a los compadres, guardias civiles
borrachos en un ambiente de misterio y tragedia. El Romance de la Guardia Civil española es el
primero y único romance que tiene como personaje principal a la Guardia Civil. Son la destrucción y
la muerte. Es la represión implacable la que se manifiesta rotundamente. La imaginación, el juego, la
libertad, son sacrificados por la ley de una civilización siniestra.
LA PERSONIFICACIÓN DE LA NATURALEZA
En casi todos los romances del libro la naturaleza toda (el día y la noche, la luna y las estrellas, el cielo
y la tierra, el aire y el agua, los animales y las plantas) participa del acontecer humano, y ante el destino
trágico a que está abocado el hombre, unas veces se conmueve o enfurece, y otras se muestra
indiferente, abandonándolo a su suerte. El hábitat presentado por las tensiones es un cosmos muy activo,
de acuerdo con el primitivismo de sus habitantes, ya que los gitanos estaban en constante movimiento y
contacto con la naturaleza. Aparecen por tanto el viento, el agua, el mar, la luna, animales, etc. con una
relación muy estrecha con los personajes.
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EL ESPACIO
Andalucía es el espacio real y alegórico, mágico y mítico de los poemas porque es el espacio que
refleja el alma del poeta y porque es la esencia de dicha tierra lo que Lorca quiere poetizar, es decir, la
descripción de esa pena negra que habita en el modo de ser de los gitanos, médula del sentimiento
andaluz. Así pues, los olivares, los bosques, sobre todo el río y sus orillas pasan de lo real a lo
sobrenatural.
Andalucía se convierte en el cosmos de múltiples planos: lo terrestre y lo cósmico, lo mágico y
sobrenatural con lo real y tangible, lo objetivo y lo subjetivo. Todo ello nos lleva a una nueva realidad
creada por Lorca donde el escenario principal es esa Andalucía mítica y profunda que es el reflejo del
alma del poeta
Aparecen tres ciudades reales: Granada, Córdoba y Sevilla, que, sin embargo, son vistas desde la
subjetividad del poeta y por lo tanto descritas desde las sensaciones que transforman el paisaje real en
paisaje imaginado; es decir, el paisaje no se describe desde una perspectiva de realidad física, sino que
se infiere a partir de las alusiones a dichos espacios. Solo aquellos espacios concretos que sirvan para
ubicar los actos de los personajes, principalmente el espacio de los romances más narrativos (el río de
“La casada infiel”, el camino de Antoñito el Camborio), se describen desde el realismo espacial.
Granada es la ciudad del poeta a la que está ligada su infancia y juventud y es por ello que en gran
medida esta ciudad se convierte en el espacio que integra el resto de espacios. Seconvierte así en la
esencia del andalucismo. Aparece en su obra como un espacio recurrente. Exalta el universo granadino,
que aparece como un locus amoenus dotado de cualidades positivas y de un espíritu propio. Convierte
su tierra natal en expresión máxima del mundo andaluz. Pero no presenta alusiones directas al entorno
real. Solo en San Miguel aparecen algunos elementos denotativos, como las “barandas”, el “monte” o la
descripción de “San Miguel”. Se podría decir que el autor construye un gran universo sin hacer casi
referencias concretas al escenario granadino..
Sevilla es la ciudad del amor que hiere, ciudad que, con su aire festivo, de guitarras y procesiones, se
relaciona también con Jerez de la Frontera, lugar de la Andalucía la Baja.
Reyerta tiene lugar cerca de Montilla. En el Romance sonámbulo el protagonista llega sangrando a
Granada, hasta el Albaicín. En un convento también del Albaicín sueña la monja gitana. En tierra de
aceitunas transcurre el Romance de la pena negra. Detienen al Camborio “a mitad de camino” entre
Granada y Sevilla, y lo asesinan cerca del Guadalquivir, a poca distancia de Benamejí, en la serranía de
Córdoba. En la Casada infiel todo transcurre en “noche de Vega Alta”. Aunque no aparezcan
referencias geográficas concretas en Muerto de amor ni en Romance del Emplazado, el paisaje está
lleno de olivares y caballos, paisaje granadino. En Romance de la luna, luna aparecen fraguas típicas de
Granada. Preciosa y el aire está ubicado entre cañaverales y también entre bosques de pinos y nieve.
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Aunque la mayoría del espacio son los lugares abiertos de la naturaleza –los caminos, el río, la
montaña, los campos…-, aparecen, puntualmente, lugares cerrados, entre ellos: la fragua, donde
acudían los gitanos para herrar sus caballos o la habitación del monasterio que remite al encierro y la
falta de libertad de la monja. Pero estos, y eso es lo importante, están supeditados a los espacios
abiertos.
La naturaleza: En casi todos los romances del libro la naturaleza toda (el día y la noche, la luna y
las estrellas, el cielo y la tierra, el aire y el agua, los animales y las plantas) participa del acontecer
humano, y ante el destino trágico a que está abocado el hombre, unas veces se conmueve o enfurece, y
otras se muestra indiferente, abandonándolo a su suerte. El hábitat presentado por las tensiones es un
cosmos muy activo, de acuerdo con el primitivismo de sus habitantes, ya que los gitanos estaban en
constante movimiento y contacto con la naturaleza. Aparecen por tanto el viento, el agua, el mar, la
luna, animales, etc. con una relación muy estrecha con los personajes.
LOS SÍMBOLOS
Como señala Vicente Tusón, un símbolo es una imagen física que sugiere algo que no es perceptible
por los sentidos: una idea, un sentimiento, una obsesión, una angustia…
A diferencia de la metáfora ( con la que guarda cierta relación), el símbolo aparece reiteradamente en
la obra de un poeta.
Pero el simbolismo de determinadas realidades del Romancero gitanno no es algo fijo y
preestablecido: su interpretación depende del contexto, de ahí que, con frecuencia, un mismo elemento
de la naturaleza adquiera diferentes significaciones según el espacio poético en que aparece (es el caso ,
por ejemplo, del color verde o el caballo).
La poesía de García Lorca es radicalmente simbólica y, para ser entendida en su complejidad, nos
remite al mundo del mito. Ese mundo de creencias, temores e impulsos irrefrenables anclados en el
ámbito de la irracionalidad y que transportan al hombre a un pasado inmemorial en el que dominaban
las fuerzas primitivas del instinto y la imaginación. Cuando aflora ese primitivismo, saltan las barreras
levantadas por la razón, que es lo que tienen en común todos los seres humanos y lo que hace del mito
algo universal.
A esas fuerzas elementales que desencadenan conflictos irresolubles y que se desatan sin que el
hombre pueda controlarlos es a las que apuntan los símbolos del Romancero gitano: las ansias de
libertad, la violencia, el erotismo, la frustración amorosa, la pena, el destino trágico.
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- Estos son los símbolos son constantes en el Romancero gitano y sus significados posibles. Pero todas
estas interpretaciones coinciden con la versión psicoanalítica del subconsciente colectivo de las teorías
de Jung, y nos remiten a una visión mítica, muy acorde con la sensibilidad lorquiana. Ahora bien, estas
interpretaciones limitarían el significado de los poemas del Romancero si las aplicáramos de manera
mecánica. El misterio de la obra de Lorca no se agota con ellas, ni lo explican todo. Servirán, en todo
caso, como una “luz” en la oscura profundidad de los poemas.
ELEMENTOS NATURALES:
La luna: - Muerte, influjo maléfico (“Romance de la luna, luna”, “Burla de don Pedro a caballo”)
El mar: -Ansia de felicidad amorosa (“Romance sonámbulo”) -Muerte (“Romance de la pena negra”)
Agua: -Llanto (“Romance de la Guardia Civil española”)
El viento: -Anuncia la tragedia (“Romance de la Guardia Civil española”)-El erotismo masculino (“Preciosa y el aire”)
La sombra: -Pena amorosa (“Romance de la pena negra”)-Muerte (“Romance de la Guardia Civil española”)
La arena: -Destrucción (“Romance de la Guardia Civil española”)
SERES HUMANOS:
El jinete: -Presagio de muerte (“Romance de la luna, luna”) -La pasión, el instinto desenfrenado que conduce al gitano a la muerte, pues nunca alcanza el destino que añora.
Guardia Civil: -Brazo ejecutor del poder político y religioso que reprime a los gitanos.
COLORES:
Verde: -Instinto sexual masculino. (“Preciosa y el aire”)-Frustración amorosa y muerte (“Romance sonámbulo”)
Malva y amarillo: -Muerte (“La monja gitana”, “Muerto de amor”)
ANIMALES:
Zumaya:- Mal augurio (“Romance de la luna, luna”)
Caballo: -La pasión desenfrenada (“Reyerta”, “Romance de la pena negra”, “Burla de don Pedro a caballo”, “Thamar y Amnón”)
-Horror, destrucción, muerte (“Romance de la Guardia Civil española”)-Presagio de muerte (“Martirio de Santa Olalla”)
Gallo: -Anuncian la destrucción y el sacrificio de los gitanos (“Romance de la Guardia Civil española”)
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FLORES:
Azucena: -Pureza y fertilidad (“San Gabriel”) Campanilla: -Alegría (“San Gabriel”) Siempreviva: -Mal presagio, muerte (“San Gabriel”) Adelfa, cicuta, ortiga: -Muerte (“Romance del emplazado”) Árbol: -La cruz del martirio (“Martirio de Santa Olalla”)
**El léxico floral muchas veces tiene connotaciones sexuales (“mis muslos de amapola”, “la rosa azul de tu viento”…)
OBJETOS:
Vara de mimbre: -Señorío, nobleza, dignidad y elegancia del gitano (“Prendimiento de Antoñito el Camborio”)
Cuchillo: -Valentía y agresidad, asociadas al sentido de la hombría del gitano. Martirio de Santa Olalla”)
Pozo (aljibe): -La pasión estancada (“Romance sonámbulo”) Espejo: - Es un símbolo polivalente: significa el hogar y la vida sedentaria y recoge valores
cromáticos, acústicos, etc. Los ojos aparecen en más de una ocasión como representaciones metafóricas del espejo, y la luna es el gran espejo sobre el que se refleja el mundo.
Los metales suelen hacer referencia a la muerte (“ojos de fría plata”). También los naipes hacen alusión a ella (“dura luz de naipes”).
La fragua, el yunque, los collares, las navajas, los caballos: Mundo cotidiano de los gitanos.
FLUIDOS:
Sangre: -Sensación cromática (“Reyerta”) -Instinto sexual (“Thamar y Amnón”) -Muerte (“Reyerta”)
Ginebra (alcohol): -El mundo civilizado, ajeno al universo mítico de los gitanos (“Preciosa y el aire”)
LA MÉTRICA
La medida y la rima del Romancero gitano se atienen en términos generales al molde del romanceo
tradicional. Sin embargo, ciertas particularidades estilísticas prueban una tendencia innovadora dentro
de un esquema conservador.
El verso
A pesar de un cómputo métrico y un sistema de rimas normativamente basados en números pares, el
total de los versos del Romancero gitano es impar: 1.103 versos.
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Los romances más cortos pertenecen más bien a la primera época de redacción, como el “Romance de
la luna, luna” y “La monja gitana”; los más largos, a la última fase , como el “Romance de la guardia
civil española”, el “Martirio de Santa Olalla” y “Thamar y Amnón”.
Fuera del caso especial del romance con lagunas y la “Burla de Don Pedro a caballo”, que presenta una
métrica muy irregular, los demás versos del libro menos uno son octosílabos. Un sesenta por ciento de
los versos son octosílabos. El poeta se sirve de todas las técnicas métricas conocidas, como sinalefas,
diéresis e hiatos para construir su octosílabo.
La “Burla de Don Pedro a caballo” se separa por completo del sistema métrico del romance
tradicional. Hay apenas diez versos octosílabos; el resto son mayormente heptasílabos y hexasílabos,
con lo que el poema coincide más con la métrica del romancillo. Pero hay, igualmente, trisílabos,
tetrasílabos, pentasílabos y endecasílabos. Así, el romance con lagunas se presenta como un
antirromance burlesco, también bajo el aspecto de la versificación.
La rima
También en este aspecto es igualmente fiel a la tradición de la asonancia de los versos pares. Pero aquí
el poeta se permite algunas libertades, muy dentro de la línea que el Modernismo había puesto de moda.
Catorce romances se limitan a lo que el romancero tradicional tenía como regla: una sola asonancia
que atraviesa y unifica fónicamente toda la composición. Algunos que se dividen en secciones tienen
una asonancia diferente para cada sección.
Se observa una gran variedad de rimas (14 diferentes),entre las que se cuenta alguna (en í) muy poco
frecuente en la tradición romancista.
Subdivisiones estróficas
Como se ha dicho, algunos romances se subdividen en secciones donde las rimas cambiadas subrayan
la partición textual. En los demás romances, las subsecciones vienen marcadas simplemente por un
asterisco (s) de separación.
Un único romance consiste en un único bloque estrófico sin subdivisión: “La monja gitana”. En los
demás, las secuencias narrativas conllevan movilidad y cambio, bien de espacio, bien de tiempo, bien de
personaje (s), bien de perspectiva, lo que justifica la aparición de elementos de separación (asteriscos o
blancos).
Fuera de “La monja gitana”, romance monoestrófico, no hay más que uno que se limita al simple
empleo de blancos para su repartición estrófica, con exclusión de asterisco: el “Romance de la luna,
luna”.
El binarismo versal (unidades oracionales de dos o cuatro versos) se reparte regularmente sobre la
totalidad de los romances, mientras que las unidades oracionales en grupos versales impares son muy
poco habituales en la obra.
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EL ESTILO
En cuanto a los rasgos de estilo, muchos de ellos nos remiten al romancero tradicional. La
transmisión oral de los antiguos romances populares traía como consecuencia su tendencia al
fragmentarismo. Este fragmentarismo conllevaba unos rasos que Lorca recoge en el Romancero
gitano. Estos son los más importantes:
1. Las conjunciones “y” o “que” con las que comienza “La casada infiel”: “Y que yo me la llevé
al río…”. Estas conjunciones dan al poema un valor continuativo, como si fuera el fragmento de
una composición previa, más larga, y en parte olvidada.
2. El comienzo abrupto, in medias res, de muchos romances se explica de la misma manera.
Algo similar ocurre con el final truncado, característica del romancero viejo; el poema se corta
sin efecto de cierre, lo que lo dota de ambigüedad y sugerencia. Un ejemplo sería la “Burla de
Don Pedro a caballo”.
3. Otra característica del romancero tradicional era la alternancia verbal o “disimetría verbal”. La
combinación del presente con el imperfecto, el futuro con el condicional, etc. En la obra, el uso
de las formas verbales, sin ser caprichoso, obedece también a razones más intuitivas que
lógicas. Varios críticos constatan el predominio del presente de indicativo: por medio de esta
forma se logra la actualización intensificadora de la narración, con una función dramática.
Como en la escena teatral, los sucesos se desarrollan en presente. Un ejemplo es “Preciosa y el
aire”.
El presente combina muy bien con el imperfecto, pues ambas formas son de aspecto
imperfectivo. Pero cuando el imperfecto sustituye al indefinido, se dirige directo a la
imaginación, evocando; este imperfecto aparece con verbos de movimiento, dotando al poema
de un especial dinamismo. Un ejemplo de esta utilización del imperfecto es el “Romance de la
luna, luna”
El pretérito indefinido , tiempo apropiado sobre todo para la narración, aparece en el
romancero de Lorca destemporalizado, en combinación con otras formas verbales. Es la forma
más precisa de captar los momentos terribles y trágicos: el hundimiento del mundo gitano o la
muerte de los héroes. Un ejemplo es el romance del “Prendimiento de Antoñito el Camborio”.
Esta utilización especial de las formas verbales dota tanto al Romancero gitano como al
romancero tradicional de un carácter más lírico que narrativo, su función es señalar, más que el
tiempo, matices de valor poético.
- Pero si algo caracteriza al Romancero gitano es la riqueza y originalidad de sus metáforas , que no
deben nada al estilo de la poesía de transmisión oral.
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Hay un universo simbólico que propicia una animación de la naturaleza, incluso de las emociones ,
y se plasma en expresivas prosopopeyas. En “Reyerta”, por ejemplo, la tarde cae desmayada sobre los
muslos de los jinetes, y en “San Miguel”, el mar baila en la playa. La personificación del viento dota
a éste de un carácter mítico en los poemas de Lorca. El viento aparece en “Preciosa y el aire”,
calificado por un sustantivo cargado de expresividad y con una función personalizadota: “viento-
hombrón”. Al lado de la personificación encontramos también la animalización , como en “La monja
gitana”: “La iglesia gruñe a lo lejos/como un oso panza arriba”. Pero las personificaciones con más
hondura emocional son las de la pena o la muerte, pues ellas inciden en los motivos centrales del
Romancero, como en el “Romance de la pena negra”: “Oh pena de los gitanos/pena limpia y siempre
sola”.
La comparaciones y metáforas son también abundantes y destacan sobre todo las que hacen alusión
al léxico floral y al mundo taurino. El contraste entre la delicadeza de las flores y la violencia de la
sangre produce un efecto vivamente intensificador en “Reyerta”: “Su cuerpo lleno de lirios,/y una
granada en las sienes”. La extrema complejidad de alguna de sus metáforas nos recuerda el
barroquismo gongorino, como en el “Romance del emplazado”, donde podemos leer:
Los densos bueyes del agua
embisten a los muchachos
que se bañan en las lunas
de sus cuerpos ondulados.
Otras veces, sin embargo, una sencilla comparación soporta el peso profundo de la emoción o el deseo,
como en el romance “San Miguel”, donde caracteriza así a las manolas: “Los culos grandes y ocultos /
como planetas de cobre”.
La adjetivación produce efectos sonoros, táctiles y cromáticos. En el universo de Lorca todo está
presidido por las correspondencias, entre emociones, acontecimientos, paisajes, etc. La sinestesia ,
como “blancos almidonados”, “viento verde”, “rumores calientes”, “silencios de goma”, etc., relacionan
el Romancero gitano con la poesía simbolista. Algunos giros recuerdan a las greguerías de Ramón
Gómez de la Serna:
Tres golpes de sangre tuvo
y se murió de perfil.
Viva moneda que nunca
se volverá a repetir.
*
Noche de torsos yacentes
Y estrellas de nariz rota
aguarda grietas de alba
para derrumbarse toda.
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Otras aparecen imágenes que nos remiten al mundo del cubismo (“Fachadas de cal ponían /
cuadrada y blanca la noche”). Lorca había hecho suya la afirmación de Ortega y Gasset que definía la
poesía como “el álgebra superior de las metáforas”. No hay, por ello, en el Romancero gitano, ninguna
concesión al automatismo surrealista ni sus imágenes poseen un carácter onírico. En su conferencia
sobre La imagen poética en Góngora, Lorca había explicado: “El poeta tiene que ser profesor en los
cinco sentidos corporales, en este orden: vista, oído, tacto, olfato y gusto. Para que la metáfora tenga
vida, necesita dos condiciones esenciales: forma y radio de acción. Su núcleo central y una redonda
perspectiva en torno a él. El núcleo se abre como una flor que nos sorprende por lo desconocido, pero en
el radio de luz que lo rodea hallamos el nombre de la flor y conocemos su perfume”.
Así pues, vanguardismo, gongorismo y reminiscencias del modelo tradicional se combinan en el
brillante entramado formal del Romancero gitano. Pero la originalidad del libro reside en que esta
combinación, bien controlada y ordenada por el poeta, nunca desborda el cauce por el que transcurre.
-Una estética original entre neopopular y culta
El rasgo estético constantemente subrayado por la crítica es el del neopopularismo lorquiano en el
Romancero gitano. El tema mítico-gitano, la forma del romance tradicional (narrativo-lírico), las
fuentes populares (coplas, cante jondo romance), los procedimientos técnicos de repetición, los
paralelismos, el uso discreto de estribillos… Lorca aparece como un fiel receptor de las formas de
antaño, que él reelabora, transforma y recrea dentro del mismo estilo, pero adaptándolas a personajes y
geografías mítico- históricas actuales.
Una segunda línea estética, culta ésta, la del neogongorismo , coloca al poeta dentro de los
movimientos de renovación de los años veinte. La segunda ola de redacción del libro (1926) coincide
con la época de la preparación del tricentenario de la muerte de Góngora; García-Posada considera que
el uso y calidad de las metáforas, cierto grado de hermetismo, el papel del elemento mitológico y la
tendencia a desrealizar la realidad se encuentran en el texto de una conferencia de Lorca de aquella
época (La imagen poética en don Luis de Góngora) y sus reflexiones en ella son fundamentales para la
recta interpretación estética del Romancero gitano.
Se puede afirmar que los romances de la primera serie (1924) tienden hacia una estética dentro de la
línea neopopular, de más fácil acceso y una interpretación más llana, mientras que los más tardíos
siguen una línea estética orientada hacia una escritura metafórica y formas expresivas más cultas, más
herméticos y con imágenes más complicadas (renovación neogongorista). Pero no existen dos
estéticas separadas, sino mezcladas, con una tendencia más marcada según la época de redacción. El
neopopularismo existe en poemas tardíos, como “Muerto de amor”:
¿Qué es aquello que reluce
por los altos corredores? (…)
al lado de visiones metafóricas cultas, como:
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Ajo de agónica plata
la luna menguante (…)
Por otra parte, el “Romance sonámbulo”, de la primera serie, es sumamente misterioso y el
“Romance con lagunas” de época muy temprana, puede servir de prototipo del hermetismo de los
romances posteriores. En muchos romances (los más) la doble tendencia popular y culta se hallan
combinadas, y se entremezclan expresiones populares con reminiscencias gongorinas.
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