CURSO DE FORMACIÓN DE PROFESORES DE HISTORIA DE LOS CONFLICTOS ARMADOS.
TRABAJO DE INVESTIGACIÓN MONOGRAFICA
TEMA:
ANTECEDENTES DE “LA REVOLUCIÓN DE LAS LANZAS”
Y ACONTECIMIENTOS QUE PRODUJO.
Análisis en los cuatro Factores del Poder. Conclusiones con respecto a los mismos.
Cursante: Coronel Mario A. Menyou. Orientador: Prof. C.E. Mena Segarra.
I.M.E.S.
Montevideo, 30 de octubre de 2001
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SUMARIO CAPITULO 1
INTRODUCCION Sección 1:Marco conceptual del Tema.
a) Interpretación del Tema. 1) Definiciones. 2) Conceptos.
b) Estado de la Cuestión. c) Enfoque del Tema.
Sección 2: Objetivos. a) Objetivo General.
b) Objetivos Particulares. Sección 3:Marco teórico referencial.
a) Marco Temático. b) Marco Temporal. c) Marco Espacial. d) Hipótesis del Tema.
Sección 4:Marco Metodológico. a) Tipo de Estudio. b) Diseño de Investigación.
Sección 5:Marco Normativo. a) Directiva de Investigación. b) Fuentes y Consultas. c) Bibliográfica básica.
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CAPITULO 2
DESARROLLO Sección 1: Investigación académica.
a) Generalidades.
Sección 2:Antecedentes. a) Apreciación de la situación global, continental y
regional, en la década del ´60. b) Situación Política Nacional de la Época. c) Situación Económica. d) Situación Sicosocial. e) Situación Militar. f) Aspectos Geográficos. g) Aspectos relacionados a Ciencia y Tecnología. h) Aspectos Biográficos.
Sección 3: Análisis Sintético de la Situación General.
Sección 4:“La Revolución de las Lanzas”.a) Cronología de los hechos. b) Principales Operaciones Militares. c) La Paz de Abril.
Sección 5: Acontecimientos derivados del conflicto.
a) Apreciación de Situación Nacional en la década del ´70. b) Situación Política. c) Situación Económica. d) Situación Sicosocial. e) Situación Militar. f) Aspectos Geográficos, de Ciencia y Tecnología y
Biográficos.
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CAPITULO 3
CONCLUSIONES Sección 1:
Orígenes del Conflicto. Sección 2:
Situación derivada del Conflicto. Sección 3:
Acontecimientos que produjo. Fin de una Época.
ANEXOS:
♦ Bibliografía consultada. ♦ Hechos significativos vinculados al tema.
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“...Sobre cimientos de angustias,
dolores y tristezas, no se levantan edificios de paz y de concordia.”
Gral.(Abgdo) don José Luciano Martínez, extracto del libro “La Batalla del Sauce”, Ed. Talleres Gráficos “Prometeo”, pag. 18. Montevideo, 1956.
CAPITULO 1
INTRODUCCION
Sección 1: Marco conceptual del Tema.
a) Interpretación del tema: Se ha considerado al tema como uno de los conflictos bélicos
significativos de nuestra historia, tanto por sus motivos y la intensidad de
sus operaciones militares, como por el momento en que se produjo y la
importante sucesión de hechos que de esa época se reportan. Este hecho
histórico producirá acontecimientos en un futuro inmediato a su desarrollo,
que generará grandes cambios en el incipiente Estado y en todos los
Factores del Poder.
Para facilitar la interpretación de lo que se pretende exponer, se redactan
definiciones de los términos empleados en el desarrollo de este análisis
que se estima puedan merecer una explicación. De igual manera se
presentan aclaraciones de conceptos que se manejaron en el trabajo.
1) Definiciones: Caudillo: - El que como cabeza, guía y manda la gente de guerra.1
- Jefe de un Ejército o de una Comunidad.2
Conflicto: -“Confrontación de partes que difieren en sus enfoques
políticos, económicos sicosociales, etc. que se dirimen por medio de
las armas”. (Dictada en el presente Curso de Historia).
- Lo más recio de un combate. // Punto en que aparece
incierto el resultado de la pelea.3
- Desacuerdo u oposición constante de difícil solución y
susceptible de derivar en guerra.4
1 Diccionario de la Lengua Española, decimonovena edición. Real Academia Española, Madrid 1970. 2 Diccionario de Internet “http://www.elmundo.es” 3 Ibíd.. 1. 4 RE-1: Metodología del Planeamiento Estratégico. Comando General del Ejército. Montevideo, 1981
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Estado: Unidad política superior, independiente y soberana. //
Conjunto de los órganos de gobierno de un país soberano, cuerpo
político de una Nación.5 - Asociación política de los habitantes de un territorio, con el
fin de lograr una situación de bienestar.6 Poder: Tener expedidas la facultad o potencia de hacer una cosa.7
-Tener capacidad para hacer algo.// Suprema potestad
rectora y coactiva del Estado.8
-Dominio, capacidad y voluntad, facultad y jurisdicción de
realizar una acción.9
Política: Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados,
comunidades, regiones, etc.// Técnica y métodos con que se conduce
un asunto.10
- Ciencia y arte de fijar objetivos para concretar fines o
deseos y la mejor forma de alcanzarlos.11
Revolución: Cambio violento en las instituciones políticas de una
Nación.12
2) Conceptos13: Poder Nacional: Es la capacidad de que dispone un país, en el
momento considerado, para promover en el ámbito interno y en la
esfera internacional, los Objetivos Nacionales, superando los factores
adversos. Está integrado por cuatro factores: Político, Económico, Sico-
social y Militar. Poder Político: es el componente del Poder Nacional que abarca los
órganos y funciones de dirección de la Sociedad Política. En él se
incluyen los medios que una Nación dispone para interpretar los
5 Ibíd. 2. 6 Ibíd. 4. 7 Ibíd. 1. 8 Ibíd. 2. 9 Ibíd. 4. 10 Ibíd. 2. 11 Ibíd. 4. 12 Ibíd. 1. 13 Tomados de RE-1. CGE,1981.
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intereses y las aspiraciones nacionales, establecer los objetivos
nacionales y orientar su conquista o preservación. Es esa una función política por excelencia e implica que se
establezca para el Estado, como entidad política soberana, el
monopolio de la coerción, esto es, la facultad de imponer, incluso por el
empleo de la fuerza, normas de conducta a ser obedecidas por todos. Poder Económico: es el componente del Poder Nacional que se
expresa con hechos y fenómenos predominantemente económicos. La
característica instrumental del Poder para alcanzar y mantener los
Objetivos Nacionales, permite deducir que el Poder Económico no
debe ser considerado solo en el sentido de la economía (ciencia que se
preocupa en reducir la distancia entre las necesidades y los bienes
disponibles) sino que también debe considerarse su aplicación en
relación con los demás componentes del Poder Nacional buscando: 1. Posibilitar la satisfacción de las necesidades del bienestar a través
del aumento de la disponibilidad de bienes y servicios.
2. Proporcionar igualdad de oportunidades a la sociedad por la
creación de empleos y justa distribución de las riquezas.
3. Promover el equilibrio regional interno.
4. Permitir la expansión de las fronteras económicas.
5. Asegurar la libertad de decisión y de iniciativa para la Economía
Nacional.
Poder Sico-social: es el componente del Poder Nacional que se
expresa a través de factores y fenómenos predominantemente
sicológicos y sociales. Las atenciones del campo sico-social están
volcadas al estudio del Hombre y de los contextos sociales por medio
de los cuales aquél alcanza su realización. En este estudio son observados:
1. Aspectos en que una persona es instrumento y como tal, portadora
o creadora de medio de Poder.
2. Aspectos en que una persona es fin y destinataria y
presumiblemente beneficiaria de las realizaciones del Poder.
3. Aspectos propios de la sociedad que las personas componen.
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Poder Militar: expresión Militar del Poder Nacional, es la integración
de todos los elementos que participan en el Poder Nacional y que se
manifiestan por efectos predominantemente militares. En el ámbito externo, las relaciones internacionales están muy
condicionadas al Poder de cada Nación, por la mayor o menor
capacidad de incidir en los comportamientos de otras Naciones.
En el campo interno, los efectos del Poder Militar se hacen sentir
en el sector de la seguridad Interna, reduciendo o anulando los
antagonismos o presiones.
Algunas ideas válidas para su conceptuación son:
1. Componente del Poder nacional constituido de medios
preponderantemente militares.
2. Empleado por el Estado, para promover por la disuasión o por la
coacción, la conquista y el mantenimiento de sus Objetivos.
b) Estado de la Cuestión: Analizar las investigaciones precedentes sobre el tema, fue la primer
actividad desarrollada en esta investigación; teniendo en cuenta que el
hecho histórico tratado se encuentra muy implicado con las ideas,
fundamentos e historias de nuestros Partidos Políticos tradicionales, por lo
que mucho de lo escrito sobre él tiene su tinte partidario, ya que quienes
relataron los hechos en sus orígenes no estuvieron excluidos del problema y
militaban en una u otra divisa, sin ponerse en tela de juicio su veracidad.
c) Enfoque del Tema: Se ha pretendido lograr objetividad e imparcialidad en el análisis de los
hechos, basándonos en una bibliografía básica y habiendo investigado la
situación en que se produjeron éstos, por el cotejo de diferentes documentos
y su correlación, intentando transcribir las apreciaciones cualitativas que se
apreciaron, entendiendo que fueron gente de una misma nacionalidad e impulsados desde diferentes enfoques en lograr lo mejor para su Nación, quienes produjeron el Hecho Histórico que nos corresponde
analizar.
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Sección 2: Objetivos
a) Objetivo General: Determinar la incidencia en “La Revolución de las Lanzas”, del desequilibrio
de cada uno de los Factores y Sub-factores del Poder en la época; y demostrar
que la generación de este Hecho Histórico, produjo una situación de transición
que alteraría definitivamente el proceso del desarrollo institucional del Estado
Oriental, así como la Táctica en las Operaciones Militares en nuestro territorio.
b) Objetivos Particulares: Se redactan a continuación, objetivos particulares que permitan facilitar la
interpretación tanto de la investigación desarrollada como de los objetivos que
la llevaron a realizar:
♦ Establecer las circunstancias políticas que dominaban la escena Regional y
Nacional en la Época, que motivaron la invasión y levantamiento armado de
sectores opuestos al Gobierno Nacional.
♦ Graficar en que condiciones se encontraba la economía nacional,
atendiendo a las calamidades de enfermedades, sequías y guerras que
precedieron al conflicto en cuestión.
♦ Describir las acciones militares que se desarrollaron en el conflicto,
atendiendo a las tácticas, medios humanos y materiales utilizados así como
los espacios geográficos donde se llevaron a cabo.
♦ Demostrar los resultados prácticos que derivaron de “La Paz de Abril” y la
generación de un cambio en el desarrollo institucional del Estado.
♦ Confirmar una interpretación personal del Investigador con respecto a que:
con este conflicto se produce el fin de una época; con la aparición del fusil
a repetición, pierde efectividad el combate con lanzas por lo que se
pretende afirmar que, aunque en conflictos posteriores se registran otros
enfrentamientos donde se continuó utilizando las lanzas, es en esta ocasión
que se vislumbra el ocaso de las lanzas, el fin de “Los Lanceros”.
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Sección 3: Marco teórico referencial
a) Marco Temático: La investigación ha sido desarrollada con la atención dirigida hacia el
conflicto bélico producido entre los años 1870 y 1872, por la sublevación del
Caudillo Blanco don Timoteo Aparicio contra el Gobierno Nacional ejercido por
el representante del Partido Colorado, General don Lorenzo Batlle; pero al
analizar este hecho, consideramos su afectación a los Factores del Poder, sus
antecedentes y los acontecimientos que a partir de él se irán a producir en el
País.
b) Marco Temporal: La investigación abarca un período que nos ubica comenzando el
análisis, con los últimos años de la Guerra Grande (1845-1851), dado que
muchos de los aspectos considerados, especialmente en lo atinente al Sub-
factor Biográfico, tuvieron su origen en ésta (o aún antes) y fueron de
primordial importancia en los sucesos que acaecieron en el hecho estudiado;
se culmina el estudio con el primer Gobierno del Coronel don Lorenzo
Latorre y algunas referencias a sucesos más avanzados en el tiempo pero
que guardan relación con el tema analizado
c) Marco Espacial: Considerando las indicaciones para analizar el conflicto referido, con una
metodología similar a la aplicada para estudios estratégicos, se ha
pretendido realizar una visión global de los sucesos que se desarrollaban en
el Mundo (en el referido marco temporal), contextualizar lo que ocurría en
América y en especial en la región, para centrarnos principalmente en
diferentes sectores del acontecer Nacional de la época.
d) Hipótesis del Tema: El conflicto de intereses de origen político y económico del comienzo de la
segunda mitad del siglo XIX en nuestro país y la región, culminaría con un
levantamiento armado en el que se desarrollaron por parte de los
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contendientes, nuevas y viejas tácticas guerreras que demostrarían como único
resultado objetivo de la “Revolución de las Lanzas”, (dado que la “Paz de Abril”
no lo fue tanto), el fin de una Época, generándose a partir de ella un cambio
tanto en el proceso del desarrollo institucional del país, como en su
relacionamiento político interno, ordenamiento económico, su vida social y
formas de empleo del Factor Militar en sus operaciones tácticas.
Sección 4: Marco Metodológico
a) Tipo de Estudio: Buscando basarnos en el método científico, se ha establecido un sistema de
investigación de correlación y de evaluación de lo investigado;
especificándose como tipo de estudio el descriptivo, dada la vastedad de la
información precedente sobre el tema y la variabilidad de concepciones que
sobre el mismo han desarrollado diferentes historiadores y escritores.
b) Diseño de Investigación: Atendiendo al Objetivo General de la investigación, se determinó un diseño
de investigación, que en general busca cumplir la secuencia de los objetivos
particulares enunciados precedentemente, procurando culminar con la
comprobación de la Hipótesis elaborada. En el Sumario, se describen los
pasos que se desarrollaron para analizar el tema así como en la sección
anterior se establecieron los marcos temático, temporal y espacial en que se
encuadra esta monografía.
Sección 5: Marco Normativo a) Directiva de Investigación:
Para el desarrollo de los Trabajos de Investigación Monográfica, que se
encuadran en la evaluación final del Curso de Profesores de Historia de los
Conflictos Armados, ha sido emitida por el I.M.E.S. una Directiva de
Investigación que determinó los aspectos administrativos y técnicos que se han
debido tener en cuenta en la elaboración de esta tarea.
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Por su parte, los docentes del Curso impartieron conocimientos de formas y
métodos de confeccionar el trabajo y realizar las investigaciones pertinentes,
todo lo cual ha tratado de cumplirse al elaborar esta monografía.
b) Fuentes y Consultas: Tanto para el acopio de información como para la evaluación de la misma,
se basó en consultas a destacados Profesores de Historia, especialmente
los que más se han dedicado a la Historia Nacional y a aquellos que han
profundizado en la Historia Militar.
Las fuentes principales han sido particularmente, los libros recomendados
por el Señor Orientador de este trabajo y la bibliografía que se mencionaba
por los autores de estos.
Se practicaron consultas a docentes del Curso de Formación de
Profesores de Historia de los Conflictos Armados, a Docentes del Centro de
Altos Estudios Nacionales, a Profesores de Historia y Políticos de los
Partidos Tradicionales de nuestro país, quienes brindando
desinteresadamente sus certeras opiniones respecto al tema, han preferido
colaborar anónimamente con esta investigación.
c) Bibliografía básica: La bibliografía básica para tomar concepto del conflicto fue señalada
por parte del Señor Orientador y comprende:
Arostegui, Abdón. “La Revolución Oriental de 1870”. Montevideo,
1889.
Cnel. José Luciano Martínez. “Laderas y Cumbres”. Imprenta
Dornaleche Hnos. Montevideo, 1935.
Gral. Eduardo Montautti. “La Guerra y los principios que la rigen”.
Biblioteca General Artigas, volumen N°3, Centro Militar. Montevideo,
1951.
Lussich, Antonio D. “Los tres Gauchos Orientales y otras poesías”.
Biblioteca Artigas, Colección de Clásicos Uruguayos, volumen N°
56. Montevideo.
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Ramírez, Carlos María. “Páginas de Historia”. Biblioteca Artigas,
Colección de Clásicos Uruguayos, volumen N° 152. Montevideo,
1978.
* * *
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CAPITULO 2
DESARROLLO
Sección 1: Investigación académica.
a) Generalidades: Encarar el análisis de este evento 130 años después de ocurrido, sus
motivos y los acontecimientos que de él se derivaron, para la época que nos ha
tocado vivir, no parece una labor muy difícil. Los medios tecnológicos actuales,
la profusa documentación sobre el tema y la importancia que Historiadores,
Escritores y Políticos le han dado (no sin razón), facilitan la labor de
investigación llevándonos a ubicarnos prontamente en la época que se
desarrollaron los sucesos; pero es justamente en ese instante en que las
dificultades se presentan; y la primera, como a todo Oriental que se aprecie de
sentirse tal, es observar imparcialmente los hechos que se estudian, ya que
son nuestros propios antepasados los que escribieron con sangre esa historia.
Las imágenes transcriptas por quienes vivieron directamente los hechos o de
quienes recibieron el relato de los contendores, los conceptos vertidos al
respecto por ilustrísimos Escritores Orientales y opiniones de Extranjeros,
aunque parciales o imparciales, no dejan de reflejarnos la admiración y respeto
por quienes vivieron o murieron por manifestar la idea de que país querían
tener y como vivir en él.
La segunda dificultad que se visualiza, es poder encontrar las palabras para
transcribir las interpretaciones e ideas que el estudio del tema nos va
incorporando y que al pretender respetar un método objetivo de análisis, la
mesura con que debemos reflejar el concepto adquirido se ve imposibilitada por
la falta de sabiduría para ello. Pero la frustración que ello genera así como las
demás dificultades que se presentaron en la realización del trabajo, fueron
problemas que se debieron superar y que no hacen a la cuestión, dado que
personas con mayor capacidad intelectual quizás no encuentren ninguna
dificultad en desarrollar una investigación como la presente.
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Sección 2: Antecedentes.
a) Apreciación de la situación global, continental y regional, en la década del ´60.
Importantes acontecimientos se produjeron en todo el planeta en el período
considerado, los que generarían impactos cruzados unos eventos con otros, o
con Naciones ajenas a los hechos en algunos casos. En una breve síntesis,
trataremos de citar los que desde el ámbito mundial, continental y regional,
fueron de gran incidencia sobre la Situación Nacional en la época, sin dejar de
mencionar eventos de señalada importancia para toda América.
Así podemos referirnos en primer término, al conflicto bélico que se
declarara entre Rusia y Turquía a causa de la invasión que los primeros
realizaron en julio de 1853; si bien los contra ataques turcos fueron victoriosos
en varios puntos estratégicos, ante la amenaza de una expansión rusa,
británicos y franceses se aliaron con los turcos desembarcando en Crimea,
donde en unión con tropas sardas, sitiaron Sebastopol.
Una serie de acontecimientos relacionados al conflicto y a los Estado
beligerantes, llevaron a la realización del Tratado de Paris, donde se decretó la
independencia de Turquía y la neutralidad del Mar Negro.14
Por su parte Francia, con Napoleón III en el Poder, mantenía una doble
postura con relación a Italia, compartiendo su unidad, pero asegurando el
dominio de Roma por parte del Papado. Ante la situación conflictiva entre
Cerdeña y Austria, se mostró partidario de los primeros, que con su
participación en la Guerra de Crimea, se había ganado la voluntad tanto de
franceses como de británicos.
Declarada la guerra entre Cerdeña y Austria en 1859, Francia tomo parte de
ella aliándose con el Rey Víctor Manuel II de Cerdeña, proclamando Napoleón
III al cruzar los Alpes al frente de su Ejército, que “Italia debía ser libre de los
Alpes al Adriático”. En esta campaña se produjeron las batallas de Magenta y
Solferino que decidieron la derrota de los austríacos, quienes debieron
abandonar todo el este de Lombardía. A partir de aquí se fueron sucediendo
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anexiones por conquista, acuerdos o anexiones populares, teniendo primordial
intervención tanto en la lucha contra los austríacos como en las actuaciones
políticas, nuestro conocido General don José Garibaldi.
Concretada la unión italiana, fue aclamado Víctor Manuel como Rey
Constitucional en 1860.
La tensiones se continuaron en Europa y las aspiraciones de Prusia por
imponer su supremacía en Europa culminó con la guerra entre este Estado y
Austria, donde se destacan las tácticas que llevan a cabo los primeros,
producto del genio del Mariscal Von Moltke. Pero además de la superioridad
táctica, esta guerra demostrará la ventaja que provoca en la batalla la
diferencia en el armamento, ya que los prusianos emplearon por primera vez
en ella, un fusil de retrocarga provisto de percutor. La rapidez de la recarga del
fusil y por consiguiente la consiguiente cadencia de fuego, no fue posible
contrarrestarla por los soldados austríacos, brindando una supremacía
arrolladora a sus enemigos. Esta guerra culminó con victoria en la Batalla de
Sadowa del Ejército Prusiano al mando del Príncipe Federico Carlos y bajo la
supervisión de Moltke, pero fue decisiva la intervención del príncipe heredero
Federico Guillermo para definir la derrota definitiva de los austríacos.
Todas estas inestabilidades del Poder en Europa, tenían sus antecedentes y
fundamentos en el similar interés de Francia y Prusia, por obtener la
supremacía en Europa, lo que los llevó al final de la década que analizamos, a
un enfrentamiento bélico, recordado como la Guerra Franco-Prusiana, que fue
de primordial importancia para los sucesos futuros en esa parte del Mundo,
incidiendo directamente e indirectamente en otros Continentes y Regiones.
Pero no solo problemas dentro de los Factores Político y Militar alternaban el
panorama europeo, el 11 de mayo de 1866 se sucedió en Londres “el viernes
negro”, que implicó ante el cierre por quiebra de una de sus principales casas
financieras y con ella una amenaza de retiro de capitales del Banco de
Londres, el que fue autorizado de ser necesario a emitir billetes por encima de
su encaje. Esto repercutiría en todo el mundo y desde luego la situación se
reflejó en nuestro lejano Montevideo.
14 El fin de esta guerra motivó que los pantalones que habían fabricado los ingleses para comercializar al Ejército Turco, se negociaran en el Río de la Plata, dando lugar a la típica “Bombacha” de nuestros Gauchos.
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Trasladándonos a América, nos encontramos con el estallido en 1858 de
una guerra civil en México, encabezada por Benito Juárez quién en 1861 es
proclamado Presidente de la Nación y entre otras acciones, suspende el pago
de la deuda externa. Para 1862 su país es invadido por fuerzas de España,
Francia e Inglaterra, pero la guerra se torna franco-mexicana por el retiro de las
otras dos potencias. Francia se impuso y se ofrece la corona de México al
Archiduque Fernando Maximiliano de Austria, quién gobierna de 1864 a 1867
en medio de una inestabilidad azarosa, hasta que abandonado por los mismos
que lo pusieron en el Poder, es fusilado en Querétaro en 1867, junto con
Miramón y Mejía, adversarios de Juárez, que retoma la presidencia hasta 1872.
En Estados Unidos nos encontramos que en las elecciones de 1860 es
elegido Presidente de la Nación, Abraham Lincoln del Partido Republicano,
cuya bandera era que la esclavitud debía de mantenerse donde ya existía, pero
no trasladarla a territorio libre. Habiendo amenazado los esclavistas de los
Estado del sur, en separarse de la Unión si Lincoln triunfaba en las elecciones,
la guerra civil se tornó inevitable.
Pero las reales causas de la guerra, no fue emprender una lucha
encarnizada por dilucidar románticamente la suerte de unos infelices, sino que
existían fuertes y viejas discrepancias políticas y culturales entre el norte y el
sur, así como una gran diferencia económica, profesando el Norte un sistema
proteccionista y con una tendencia mayoritariamente industrial, el Sur por su
parte era partidario del libre comercio y su economía era de carácter agrícola y
comercial. El pago de altos y perjudiciales aranceles por parte de los sureños,
para favorecer los intereses manufactureros de los norteños, fue minando el
terreno y la elección presidencial de un antiesclavista fue la chispa que detonó
un conflicto bélico que demoró cinco años en apagarse. La guerra cesó el 9 de
abril de 1865 con la rendición de los sureños y el 14 de ese mismo mes era
asesinado el Presidente Lincoln.
Acercándonos a nuestra región, nos encontramos que por un problema real
de límites entre Paraguay y Argentina, así también entre Paraguay y Brasil, que
como en el caso citado de la guerra de civil en los EE.UU., se ocultaban otros
fines, se llega a conformar la triple alianza entre Argentina, Brasil y Uruguay,
para precaverse del poderío que había logrado el Paraguay, pero que recién
sería firmada el 1° de mayo de 1865; ante tal circunstancia Paraguay, con
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acciones bélicas ya emprendidas contra Brasil, declara la guerra a la Argentina
tomándole prisionero dos barcos a vapor y bombardeando algunas poblaciones
fronterizas, produciéndose la invasión del territorio guaraní por el Ejército de la
Alianza y una lucha sangrienta se desarrollará durante cinco años, que dejó
postrado a ese país por muchísimo tiempo.
Cabe agregar para completar el cuadro de situación con que nos
encontrábamos en la región en la década del ’60, que a fines de 1865, ante un
bloqueo denunciado por Chile de naves españolas al puerto de Valparaíso,
este declara que acepta la guerra con el país europeo. España había ocupado
las islas de Chincha, pertenecientes al Perú, durante 1864 y había estado en
guerra con España. Cambios violentos en el gobierno Peruano y su posterior
alianza con Chile, determinan el desarrollo de otra guerra en la región la que se
denominó, la Guerra del Pacífico. La flota española bombardeó Valparaíso
(Chile) ocasionando muchas pérdidas, pero al hacerlo en el Callao (Perú), no
consiguió conquistarlo, a pesar de los miles de proyectiles lanzados sobre ella,
por lo que la flota se hizo a la mar y quedó concluida otra acción bélica de las
que fueron, como se ha relatado, rutina general en todo el planeta.
b) Situación Política Nacional de la Época. Las intenciones de nuestros más distinguidos Ciudadanos y Caudillos, de
organizarse institucionalmente y vivir independientemente en nuestro suelo, se
encontró desde los primeros tiempos constitucionales, con problemas de
injerencias externas y discrepancias internas de como hacerlo.
De esta manera se fueron desarrollando acontecimientos que conformaron
un espectro político nacional, muy vinculado al entorno regional y con
estrechas relaciones internacionales particularmente con Inglaterra y Francia,
así como contactos permanentes con España e Italia.
El período que transcurre previo al que ocupa el evento que investigamos,
nos presenta un panorama por demás conflictivo, no solo por la existencia de
fuertes antagonismos entre los dos Partidos Políticos principales (Blanco y
Colorado), sino también por graves discrepancias internas dentro de sus
propias filas, que los llevan a conformar fracciones con intereses muy disímiles.
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Describir los Gobiernos que se sucedieron en la década, las revoluciones
que se produjeron y hasta acciones individuales como la “Defensa de
Paysandú” o la “Hecatombe de Quinteros” ente otros hechos, sería motivo de
diferentes y extensas investigaciones académicas, por lo que considerando que
varias facetas de los diferentes sucesos que acaecieron en el período los
mencionaremos al encarar el análisis de los otros Factores del Poder,
abordemos la situación política de la década con los hechos que tuvieron
mayor repercusión sobre el tema de esta investigación.
Con los sucesos del 19 de febrero de 1868, donde son asesinados el
Presidente de la República, General don Venancio Flores15 y su principal
opositor, el ex presidente don Bernardo Berro, el horizonte se tiñe de rojo, no
por lo netamente Colorado que se convertirá el Gobierno sino por las matanzas
que continuaron en Montevideo y los Departamentos de Campaña, de todos a
quienes se encontraban vinculados a la Revolución que lanzara en esa fecha
el Partido Blanco; o por los asesinatos de personajes del Partido Colorado que
se produjeron en la Capital. El 1° de marzo del mismo año, es elegido como
Presidente de la República quién había actuado por los últimos tres años como
Ministro de la Guerra, lo que insinuaba la continuación del Gobierno anterior.
En esta elección, que se disputó entre candidatos del Partido Colorado, la
lucha electoral estuvo entre “Floristas” y “Conservadores”; a su vez si los
Blancos hubiesen tenido participación, sus candidatos lo hubieran sido el Gral.
don Timoteo Aparicio que se encontraba exiliado en Entre Ríos o algún
seguidor de don Bernardo Berro, marcando la diferencia entre “Caudillistas” y
“Principistas”.
Habiendo sido elegido constitucionalmente como Presidente de la República,
el Gral. don Lorenzo Batlle, pronuncia el comentado discurso donde expresaba
su intención de gobernar con y para el Partido Colorado: “Propenderé a la
Unión del Partido Colorado, gobernando con los hombres más dignos de este
Partido, sin exclusión de matices y sin exigir otra cosa para los cargos públicos
que el patriotismo, la capacidad y la honradez”. A pesar de sus intenciones,
que se reflejaron al integrar su primer Cuerpo Ministerial, en el que designó
15 Ya no estaba Flores en el Gobierno en esos momentos. Había sido sustituido por el Presidente del Senado ante quién había presentado renuncia el 15/2/68.(E.Acevedo, Anales Históricos de Uruguay, tomo III,pag.421)
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representantes de todas las tendencias internas de su Partido: liberales,
conservadores y caudillistas; comenzó su mandato con graves problemas al
designar los Jefes Políticos de los Departamentos del Interior y con la cesación
del curso forzoso en el sistema bancario.
A los alzamientos de los Caudillos del Interior se los aplacó con la
intervención de otros Caudillos en su contra e incluso del propio Presidente en
alguna ocasión, pero esto no logró estabilizar la situación interna del Partido en
el Gobierno y menos tranquilizar las intenciones del Partido opositor, que con
gran parte de sus Caudillos en el extranjero, se lanzaría a la empresa de
organizar una invasión y revolución procurando la conquista del Poder por las
Armas.
c) Situación Económica. La Década de 1860 comenzó con una tentativa de ordenamiento económico
durante la presidencia de don Bernardo Berro (1860-1863), donde se practicó
un fuerte control fiscal, atendiéndose los problemas de la deuda externa
heredados desde la época de la Guerra Grande, e introduciendo una nueva
legislación aduanera que se complementó con una reglamentación; otras
acciones fueron: una reforma monetaria con la implantación del peso fuerte de
plata, la implantación del sistema métrico decimal y el nacimiento de varias
Instituciones de Crédito. Pero la política nacionalizadora de este Gobierno
quedó sin continuidad por el advenimiento de una revolución, que entre otros
males le produjo el bombardeo de los cañones del Brasil, la acción del parque
de armamento del Presidente Mitre desde Buenos Aires, las lanzas de los
seguidores del General don Venancio Flores y los dobles juegos de Urquiza
desde Entre Ríos. También las presiones llevadas a cabo por el poder naval de
Inglaterra y Francia llevaron a término todo el ahorro y aún la posibilidad del
propio desarrollo, con el cobro de la deuda de 1862.
Esta situación impidió la elección de un Presidente Constitucional el 1° de
marzo de 1864, asumiendo interinamente el Presidente del Senado, don
Atanasio Aguirre (1864-1865). Como todo Gobierno Interino, no se podía
pretender que el mismo atendiera los aspectos concernientes al desarrollo del
País, más si se considera que se encontraba practicándose en esos momentos
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la Revolución encabezada por el General don Venancio Flores, que desde el
año anterior tenía alzada la campaña y en constante jaque a las Tropas
Gubernamentales, con apoyo inicialmente de Argentina y luego del Brasil.
Al conquistar el gobierno el General don Venancio Flores (1865-1868), se vio
desde un primer momento, afectado por los compromisos que contrajo durante
el desarrollo de su triunfante revolución, como con los gobiernos de Argentina y
Brasil, que lo alejaron de su función hasta 1866 para combatir en la Guerra del
Paraguay. La Institucionalidad de los órganos de la República sufrió serios
quebrantos durante este período, operándose un retroceso con relación a las
mejoras impulsadas por don Bernardo Berro. Una tendencia disgregadora
regionalizó al territorio bajo el mando de Caudillos Departamentales, los que
separados por discrepancias de diferentes orígenes no garantizaban para nada
la paz interior y menos la producción y el desarrollo económico del País.
Pero una crisis se encontraba en ciernes, las finanzas exhaustas del Estado
habían sido solucionadas con la provisión de fondos privados y administrados
por la Agencia Mauá primeramente y luego por el Banco Mauá. Los Gobiernos
de Pereira, Berro y Aguirre negociaron así la deuda pública.
Pero como se mencionara precedentemente, los efectos cruzados de las
acciones que involucran a un poder afectan a otros, que al parecer estarían
totalmente al margen de esas contingencias, los grandes retiros de capital (oro)
por parte de los que emigraban a causa de las persecuciones políticas y
conflictos bélicos internos, llevaron casi a la quiebra al Banco Mauá, el que
salvó su existencia gracias a una disposición del gobierno por la que se
permitía el curso forzoso, vulnerando la ley que en 1854 había permitido la
organización de Bancos en el país y que establecía que la emisión no podía
superar el encaje bancario16. Mas otra acción produjo el citado Banco, o mejor
dicho su propietario, en su desesperación negoció sus títulos de deuda interna
en Londres, transformándola y dando origen por primera vez a la “deuda
externa”(1865).17
Estas disposiciones y problemas financieros, generarían conflictos entre dos
bandos que se denominarían “oristas”, quienes sostenían solo la emisión de
16 Aunque en su inicio el Banco de Mauá fue autorizado a emitir hasta el triple de su encaje y el Banco Comercial hasta el doble. 17 Rodríguez, Julio C. “Los grandes negocios”. Enciclopedia Uruguaya N°29. Montevideo,Uruguay.
22
billetes con el correspondiente encaje en oro, y “cursistas” quienes
propugnaban por una libre emisión de billetes.
Antecedentes de estas tendencias ya los encontramos desde los inicios
institucionales de la República, con una tendencia “orista” generalizada frente
al curso de papeles que representaban su valor en oro, pero que en pasadas y
variadas ocasiones no fue respaldado, por lo que se cuenta que los gauchos
habían llegado a armar sus cigarrillos con el papel moneda del Banco de la
Provincia de Buenos Aires, por lo depreciado de su valor.
En 1865 se promulgó el primer reglamento orgánico de Bancos y eso trajo
una proficua instalación de organizaciones bancarias de diferentes tipos que se
sumaron a los existentes Bancos Mauá y Comercial; algunos de ellos fueron el
Banco de Londres y Río de la Plata (primer Banco Extranjero), el Banco de
Montevideo (1865), el de Navia y el Italiano (1866) y el Oriental (1867). Pero
vencido el plazo del curso forzoso autorizado por el gobierno y practicada el 1°
de junio de 1868 la prueba de la conversión de su emisión de billetes, el Banco
de Mauá y otros pequeños bancos que se habían prontamente enriquecidos
por préstamos a corto plazo al propio Estado, tuvieron que cerrar sus puertas
con graves consecuencias para los tenedores de billetes de esas entidades.
Pero confirmando la inestabilidad reinante desde un principio en el gobierno
de Batlle, el 16 de julio del mismo año, volvía a permitir la emisión de billetes
por los bancos que acreditaran solvencia ante una comisión creada al efecto. Y
en este estado de cosas se culminaba con una década que insinuó dar
estabilidad al país, pero terminó sumiéndolo en una profunda crisis.
d) Situación Sicosocial:
En el bienio 1865-67 la política bélica llenó de oro a los dueños de la riqueza
montevideana. El Puerto era un cabotaje obligado desde el Brasil a la
martirizada tierra Guaraní; en el momento el superávit fue poco menos que
sensacional.
El mundo pastoril seguía dando sus dividendos de siempre, ahora
aumentados por una paz transitoria, por la falta de beligerantes que se
encontraban guerreando en el Paraguay. Las ventas de tierras a que se vieron
obligadas las viejas familias patricias, a causa de los apremios que debieron
23
pasar durante la Guerra Grande a lo que se agregó la baja en los precios de
cotización de los campos, llevó a que nuevos inversores se hicieran cargo de la
tierra e impusieran nuevas normas de trabajos, dado que por las causas
expuestas, emigrantes europeos que trajeron algunos ahorros consigo o que
supieron ahorrar con sus trabajos artesanales durante los tiempos de
beligerancias, accedieron a grandes parcelas que les permitieron desarrollar
fuertes empresas agropecuarias; ejemplo de ello lo son el ebanista don
Alejandro Stirling o el peón de saladero don Pascual Harriague.
También el impulso urbano fue arrollador; la Ciudad se extendió y los
montevideanos se aventuraron audazmente de la Plaza Independencia a una
poco menos que estrenada Plaza Cagancha. Los integrantes del endogrupo de
sitiados, ahora bastante más felices se convirtieron en fuertes acreedores;
ganó la ciudad y ellos ganaron más, construyéndose suntuosas residencias
propias con pintorescos estilos arquitectónicos. Reflejos de este accionar se
muestran hasta nuestros días, con casas quintas que desde algunos barrios
montevideanos continúan luciendo el esplendor con que fueron construidas o
insinuándolo por lo menos; ejemplos lo son algunas de las construcciones que
existen en la zona del Prado como la Casa de Buschental (1865) en el propio
Prado, el “Castillo” de Sonería (1870) en la Avenida Súarez , la Casa de
Fischer (1870-1880) en la Avenida Larrañaga, la Casa de Herrera (1870-1880)
y la Casa de Elzaurdía (1872) ubicada en la Avenida Agraciada N° 3617.18
Al ancestral deseo de techo, más urgente y premioso en los humildes, se
unió el no menos ancestral deseo de crecer, unido a una especulación
desenfrenada. Los nuevos ricos procuraron que las comunicaciones mejoraran
y así se pavimentaron varias calles de la ciudad, el tranvía de caballos llegó a
la Unión y al Paso de los Molinos haciendo que las noticias lograran mayor
difusión, dejando de depender en su exclusiva trasmisión por los Chasques.
Entre Buenos Aires y Montevideo se instaló en 1866 el telégrafo eléctrico.
El Gobierno Colorado impuso su color a la Administración; por supuesto que
se despilfarró y se trajo de Europa cuanto pareció suficiente superfluo para dar
su sello a tanta elegante riqueza.
18 Folleto “Casas Quinta, zona Prado” de la Universidad de la República, Facultad de Arquitectura.
24
Una sociedad ya antiguamente conservadora, llevada a un dinamismo
especial por una actividad económica de orígenes artificiales tendió a sustituir
impulso por freno. Hubieron frenéticos empeños en conspicuos miembros de
las clases acomodadas para salir bien de los tortuosos finales de 1867.
Por su parte el Interior urbanizado lo podemos identificar en las doce
Ciudades Capitales Departamentales, que junto a Montevideo conformaban los
Trece Departamentos en que se dividía la República. De éstas, Paysandú,
Salto y Mercedes se encontraban muy desarrolladas en el litoral; en la zona
sur, a partir de 1865 el Gobierno del Gral. don Venancio Flores había
concedido la construcción y explotación de una línea férrea entre Montevideo y
Durazno de la que se comenzó las obras en 1867 con aportes de inversión de
nacionales. Hubieron otros proyectos de comunicar diferentes ciudades, pero
no prosperaron. Las comunicaciones se realizaban por Chasque y el transporte
por carretas o diligencias, que dado lo malo de los caminos, demoraban
excesivo tiempo en sus viajes o quedaban incluso empantanadas por días y
semanas. Esto llevó a un transportista al empleo de palomas mensajeras, lo
que propició una importante mejora en la difusión de noticias.
e) Situación Militar. Culminada la Guerra Grande, la reestructura de las organizaciones del
estado también llegó al Ejército, que como era habitual luego de conflictos que
tenían claros tintes partidarios, al instalarse un nuevo gobierno, junto con los
cambios ministeriales se producían movimientos en los Cuadros del Ejército,
tanto entre los Jefes y Oficiales, donde se daba de baja a algunos y de alta a
otros, concediéndose Jerarquías y Grados de acuerdo al compromiso partidario
o actividad en el conflicto precedente; también en los Cuadros de Tropa se
producían movimientos, generalmente licenciando los efectivos insuficientes
para tiempos de paz y que implicaba u alto costo mantener, buscando limitar el
presupuesto de las Fuerzas Militares disponibles.
Con los impulsos de organización institucional que impuso el Gobierno de
Berro al país, el Ejército comenzó una nueva época, promulgándose bajo la
actuación como Ministro de Guerra de don Andrés Lamas, un Código Militar y
organizándose la reforma de Ejército. Los efectivos presupuestados en el
Ejército Nacional se dividían para mantener unos tres mil hombres en el
25
Ejército de Línea y otros tres mil aproximadamente entre policías y Batallones
Urbanos.
Pero todos los impulsos se vieron frenados por el resurgimiento de los
conflictos, en este caso la “Cruzada Libertadora” del Gral. don Venancio Flores,
que con apoyo argentino y brasileño, no solo afectó la capacidad material y
moral del Ejército sino que también se vio resentido el escaso poder naval con
que se contaba. Poco antes de expirar la Presidencia interina de Atanasio
Aguirre las Fuerzas Gubernamentales se discriminaban de la siguiente forma:
7 Generales, 90 Jefes, 500 Oficiales y 3.307 efectivos de Tropa.19
Con el advenimiento del Gobierno de Flores y atendiendo los compromisos
que contrajera con Argentina y Brasil, se organiza un fuerte Ejército, que como
División Oriental parte hacia el Paraguay a integrar las Fuerzas de la Triple
Alianza en la guerra contra los guaraníes.
A partir de esta reorganización de las fuerzas, donde los Mandos y cargos
principales van a ser ocupados por partidarios de la divisa colorada y en su casi
totalidad, seguidores del Gral. Flores desde los diferentes alzamientos que
propiciara y acciones bélicas en que participara, se comenzará a gestar una
nueva generación de Jefes y Oficiales, que tras su participación en la Guerra
del Paraguay, incorporarán disciplina y cohesión al Ejército, así como la
aplicación de nuevas tácticas en las operaciones militares, basadas en el
empleo de nuevo armamento procedente de Europa; hace su aparición el fusil
de retrocarga, que como se señaló precedentemente, cambió en forma
sensible las cadencias de fuego entre otras cosas.
Desencadenada “la Revolución de las Lanzas”, encuentra a las tropas
regulares muy bien organizadas, con Mandos experimentados, con fuerte
cohesión moral interna y apoyo de la población.
Como Jefe del Ejército en Operaciones al Sur el Río Negro fue designado el
Gral. don Gregorio Suárez y del Ejército del Norte del citado Río, el General
don Francisco Caraballo. Se estima que los efectivos alcanzados por las
Tropas Regulares, luego de cumplida la movilización y enrolamiento general,
oscilaba en unos catorce mil hombres, que se organizaban especialmente
19 Eduardo Acevedo. “Anales Históricos del Uruguay, tomo III”, página293. Casa Barreiro y Ramos. Montevideo,1933.
26
integrando Cuadros en las Armas de Caballería, Infantería y Artillería, contando
con la servidumbre y maestranza necesaria.
f) Aspectos Geográficos. “Uruguay, país suavemente ondulado”; esto lo hemos venido escuchando
y leyendo desde que nos iniciamos en el estudio de nuestro territorio; luego,
cuando comenzamos a transitar por nuestro territorio, lo comprobamos
prácticamente.
Según la Enciclopedia20, el Uruguay es en conjunto un país llano,
ligeramente ondulado (penillanura en su mayor parte). Son características en
el territorio formas redondeadas de amplia base y escasa altura (llamadas
cuchillas). Al Norte se transforman en especie de mesetas separadas entre
si por los amplios valles de los ríos y arroyos. La altura media del territorio es
inferior a los 150 mtrs. Hacia el Este y Sudoeste las rocas asoman a la
superficie determinando cerros y sierras de cierta altura.
Esta característica orográfica e hidrográfica, acompañada de una
vegetación nativa de bosques linderos o próximos a corrientes fluviales (de
galería, parque o montes bajos), fueron elementos determinantes para el tipo
de Operaciones Militares que se desarrollaron a lo largo del Siglo XIX en
nuestro territorio. La característica de campo abierto hasta la implantación
del alambrado en la década de 1870, la facilidad de transposición de la
mayoría de los cursos de agua interiores por la existencia de múltiples
pasos, así como cubiertos y abrigos en los montes nativos, permitieron la
imposición del caballo como principal medio para el combate, lo que condujo
al desarrollo de cualidades de jinetes entre nuestros combatientes y al
empleo de armas afines para utilizar montado. g) Aspectos relacionados a Ciencia y Tecnología.
Respecto a este sub-factor, nos referiremos particularmente a dos
aspectos que se relacionan con el Factor Militar, dado que nos interesa
concretar sobre el conflicto bélico que motiva esta investigación: por un
parte, la incorporación de nuevo armamento, particularmente en lo
20 De página Web: www.montevideo.com/enciclopedia.
27
concerniente a fusiles y munición. Por otro lado, la conjunción de Hombre-
Caballo como una “máquina de guerra”, que no siendo exclusividad de
nuestro territorio, se presentó si aquí la unión de un ser particular, el gaucho
(producto rioplatense de la unión del Indio nativo con el inmigrante europeo),
con un animal de características también particulares, el caballo criollo.
Respecto al armamento debemos recordar que durante la mayor parte del
siglo XIX se continuó usando las armas de avan carga y grandes calibres
(entre 18 y 20 milímetros). Esto implicaba un tiempo considerable en el
proceso de carga y recarga del arma, así como una sobrecarga de peso en
el combatiente con la pólvora y munición correspondiente para efectuar los
disparos. El empleo de este tipo de armamento llevaba implícito la aplicación
de formaciones tácticas para lograr mejor efectividad y defensa frente la más
poderosa técnica militar de la época, la Carga de Caballería, que tomando
los tiempos que necesitaban los fusileros para emplazarse, cargar, apuntar y
tirar, si el terreno no les era desfavorable, con su fuerza de choque
arrolladora más el empleo de la lanza o el sable en el combate, eran el
elemento decisivo de la batalla.
En el correr del siglo, se comenzó a desarrollar el empleo de armas de
retrocarga, ya lo fueran de cartucho combustible o con cartucho metálico.
Esto se incrementó en la segunda mitad del siglo y en lo referente a nuestro
país, recién en la década de 1870. También se generalizó el empleo de
calibres menores y las naciones fabricantes de armamento utilizaron el de 15
mm. como máximo (para el caso del fusil de aguja prusiano) u 11 mm. (en el
caso de los franceses). En la Guerra Civil norteamericana se constató el uso
de calibres 11,25 mm. y 12,7 mm.
En el Uruguay de la segunda mitad del siglo XiX, fruto de la intervención
extranjera en nuestros conflictos, el armamento era muy variado,
persistiendo el uso de fusiles de avan-carga y llave de percusión M-1846 en
calibre de 16mm., así como fusiles de chispa transformados a pistón. Por el
desarrollo de diferentes conflictos se fueron introduciendo nuevas armas,
conociéndose así desde 1863 fusiles de percusión y ánima lisa como el
Saint-Etienne M-1854 en calibre de 18mm.; también los había de ánima
rayada (M-1857) en calibre de 19mm. Otras armas fueron los fusiles y
carabinas Enfield, con modelos de ánima lisa y rayada, todas de percusión.
28
Durante la Guerra del Paraguay las Tropas Orientales estuvieron armadas
con fusiles Minié de percusión y avan carga en calibre de 18mm. Con estas
armas se llegó a “La Revolución de las Lanzas”, tanto por el Ejército
Gubernamental como por el Revolucionario.
Pero aunque escritores citan como ingresado los fusiles de retrocarga
durante la “Revolución Tricolor” de 1875, vimos que durante el ingreso de
partidarios del Gral. Aparicio para incorporarse a la revolución que tratamos
en este trabajo, ya se habían introducido armas de este tipo.
Los nuevos fusiles, que cambiarían en años venideros las Tácticas en el
empleo de las Armas, especialmente la Caballería, se componían de
Remington U.S.A. M-1863-64 de retrocarga, de procedencia norteamericana,
en calibre de 11mm. utilizando cartucho metálico.
Atendiendo ahora al otro elemento considerado en este parágrafo, como
una “maquina de guerra”, por las características que se le reconocieron en
los combates desde las luchas por la Independencia hasta las de la
consolidación Nacional
Tomando en cuenta al escritor Oriental don Eduardo Acevedo Díaz, que
nos dejara registrado la forma de vida y características de nuestro gauchaje
en sus célebres libros “Ismael”, “Grito de Gloria” y “Nativa” entre otros, al
referirse a la relación entre nuestros Criollos y sus caballos, cosa que
aprendió conviviendo los avatares de las tropas en campaña, nos describe:
“El caballo, el que usaba por la confianza que le tenía, el que abrazaba
con amor, era el privilegiado que el nombraría “cónsul” si el concepto le fuera
conocido, y al que en su defecto apodaba por el pelaje en el sentido de que
ningún otro le igualaba, ni el alazán con rémiges del cuento si de él tuviera
noticia. Era el dispar por su excelencia.
Sin viveros de manadas, pues no hubiese habido criaderos de caudillos.
El clima los producía a la par, y los apareaba.
Un campeador peatón, no subsistiría más tiempo con su gente, que el
necesario para que llegase una policía bien compuesta y mejor mandada.
Todo el prestigio quedaría al nivel de las espuelas, por el hecho inútiles y
trabas en la fuga; y el “hechizo del músculo” por el manejo de la lanza, del
lazo y las “tres marías” no habría cautivado a los menos fuertes, ni hecho
escuela de valor andante y de osadía sin freno.
29
“Cuando el Charrúa montó y adiestró a su modo al caballo, quintuplicó su
audacia y se hizo rival del ñandú. El Cacique nada envidiaba al Caudillo,
desde que la chuza en su diestra suplantó a la macana”.
Con respecto al caballo escribía:
“Compañero de alientos y hermano de gloria, ora máquina de arresto, ora
tren de ofensiva, el caballo compartía el poder de iniciar, aportaba dos
tercios del ímpetu, contribuía a medias a mantener el coraje, chocaba ciego
como la rabia. En el entrevero, podría abrírsele la piel hasta descubrir sus
músculos palpitantes, verter a chorros su sangre hirviendo, bramar como el
toro al sentir el puón en el morrillo; pero, no caería aunque le quedaran
colgantes las entrañas o del pecho al casco se pintase de rojo, sino cuando
una bala le destrozara la cabeza o le dividiera el corazón”.
Y continuando con el mismo autor, pero pasando de sus libros, a las
cartas que escribiese mientras se encontrase acampado en un alto de las
operaciones militares durante la Revolución que nos ocupa, concretamente
al observar el reposo de los guerreros esperando el combate próximo con el
enemigo que en iguales circunstancias acampaba a su frente, allá por el 23
de junio de 1871, cuando ambos beligerantes se encontraran frente a frente
en campos de Mansavillagra:
“Miradlos: duermen sobre la yerba de los campos, serenos y tranquilos
con la calma del valiente, con la sonrisa amarga del que mucho ha sufrido y
mucho ha esperado...La espada al costado, la lanza en la cabecera, el fusil
al brazo, la mano bajo la cabeza tan llena de fiebre, tan fogosa y delirante!...
No hay duda es la raza de Artigas, la raza que sucumbiera heroica en los
valles del Catalán y renaciera soberbia en el Sarandi.
...
Ese voluntario de la democracia que allí duerme, no es el espartano, que
luchaba refugiado en el bronceado escudo; no es, no, el romano que en la
batalla tremenda ocultaba tras la tosca coraza su pecho y su alma bajo el
fornido casco; no es el partido que fugitivo lanzaba la flecha traidora, ni el
fiero númida que hería oculto tras el cuerpo del potro del desierto; él
combate frente a frente, y brazo a brazo, como solo el Oriental sabe luchar,
sin más armas defensivas que su corazón brioso y su alma temeraria”.
30
h) Aspectos Biográficos. La década del ’50 no solo comenzaría con el fin de la Guerra Grande, sino
que terminarían en ella la presencia física de varios Próceres de la
Independencia y Caudillos que forjaron a lanza y sable la ideología de los
Partidos Políticos Tradicionales.
El General don Fructuoso Rivera, de quién refiriera don Mario Petillo que:
“Este Hombre es por sí solo toda una historia. En América, en sus tremendas y
homéricas luchas por la libertad, no existe una figura capaz de igualarla.” ,
cuando volvía de su exilio en el Brasil, para integrar un Triunvirato que se
buscó como solución para la convulsionada situación, en que se encontraba la
República y la región rioplatense toda, murió el 13 de enero de 1854 a las
costas de Arroyo Conventos, en el Departamento de Cerro Largo, por lo menos
en Tierra Oriental a la que como dice su lápida en la Iglesia Matriz de
Montevideo: “Sirvió a la Patria 43 años; ganó diferentes batallas. Consagró su vida a la Patria y murió sin dejar fortuna”.
Unos tres meses antes, su Compadre y compañero en las gestas de la
“Patria Vieja”, el Brigadier General don Juan Antonio Lavalleja, quién también
había sido llamado a integrar el referido triunvirato, fallecía a los 67 años de
edad en su despacho del Fuerte de la Ciudad de Montevideo, un mes después
de hacerse cargo del postrer lugar en que lo llevaría su gente, a seguir
sirviendo también a la Patria.
No muchos años después, en 1857 desaparecía de la escena Nacional
quién fuera fundador del Partido Blanco y que con 65 años de edad,
doblegado por la tisis, aún era referente en los hechos primordiales que
conllevaban la conducción de los destinos institucionales del País, el Brigadier
General don Manuel Oribe; ejemplo de ello fue la firma del “Pacto de la Unión”
celebrado con el General Don Venancio Flores, que permitió en 1855 el
nombramiento del Presidente de la República, cargo que recayera en don
Gabriel Pereira.
Tras los pasos de estos Grandes, también marcharon algunos a quienes se
consideraba como principales “Conductores de Hombres”, así un 18 de julio de
1866 caía en campos de Boquerón el General don León de Palleja, al frente del
Batallón “Florida” integrando la Triple Alianza en la Guerra del Paraguay.
31
Vuelto de la guerra el General don Venancio Flores, un mes después de lo
relatado anteriormente y tras el desastre aliado en Curupaity, ejerció por poco
más de un año la Presidencia de la República, muriendo asesinado el 19 de
febrero de 1868, unos días después de haber renunciado a su cargo que
ocupaba “de facto”, para permitir el cumplimiento del nombramiento
constitucional del Presidente. El rápido ascenso de este caudillo, que comenzó
sus lides a los 17 años sirviendo a su General don Fructuoso Rivera (a quién
brindó una total adhesión durante toda su vida), fue fomentado desde el
Departamento de San José, donde se desempeñó como Jefe Político y de
Policía primeramente, para convertirse luego en el Comandante Militar del
Departamento con el grado de Coronel. Durante la Guerra Grande sirvió
destacadamente para el Gobierno de la Defensa, lo que le permitió luego de
enérgicas pugnas con el no menos impulsivo General don Melchor Pacheco y
Obes, ser designado por un tiempo Comandante de las Armas de Montevideo.
Finalizada la Guerra Grande es nombrado Jefe de Policía de Montevideo y la
posición sustentada durante el desarrollo de ésta y que continúa al regreso de
su destierro a tierras argentinas por unos años, lo catapulta como referente en
el acontecer Nacional de la época, siendo esclarecedoras de esta afirmación
las palabras que el Cónsul francés en Montevideo, don Antonio Devoize en
abril de 1853 le escribe al Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia:” El
Señor Flores era el único hombre influyente de este Gobierno y por decir así su
único apoyo”. Por su parte meses después, el nuevo Cónsul de ese país,
Martín Maillefer le escribe a su Ministerio: “El Coronel Flores es uno de los
hombres mejor conceptuados del Uruguay; ha rehusado según dicen, el grado
de General que tantos jefes de grupo se han atribuidos por sí mismos; pasa por
un político honesto y moderado, Jefe de una especie de tercer Partido y su
origen, su fisonomía aindiada, agradan a las clases populares”.
Pero así como se forjaron estos Caudillos, también otros fueron haciéndose
su espacio, tanto en uno como en otro bando si atendemos a Blancos y
Colorados, aunque debe considerarse que algunas otras corrientes se iban
desarrollando, con sus consiguientes conductores y seguidores.
32
“Los Caudillos fueron el alma y la razón de ser primera de los partidos tradicionales uruguayos; de ahí que resistieran intentos “fusionistas” de los Doctores tendientes a hacer desaparecer a éstos y a aquellos”21
Por ser de primordial importancia para esta investigación, en una resumida
revista a los más renombrados caudillos de la época, comenzaremos por el
General Don Timoteo Aparicio, quien nació en la zona del Paso Palomeque
sobre el Arroyo Canelón Grande en el año 1814. Por su piel color café con
leche, cabello fino y rizado así como labios gruesos y ancha boca, tenía bien
ganado el seudónimo del “Mulato” Aparicio. Desde sus principios en las luchas,
lució la divisa blanca siguiendo al Brigadier General don Manuel Oribe
Como Compañero en esta Revolución, contaría con un antiguo adversario
de divisa partidaria y no menos valía y prestigio, el Brigadier General don
Anacleto Medina, que con 84 años se incorporará en la empresa, teniendo
asentados entre sus antecedentes, el haber tomado parte en las luchas por
nuestra Independencia desde 1811, tanto contra Españoles, Bonaerenses o
Portugueses, hasta 1820 en que su Jefe el General don José Gervasio Artigas
marcha hacia el Paraguay. Luego continuó sirviendo en Ejércitos del otro lado
del Plata, aunque participó en nuestro territorio en la campaña contra el Brasil,
combatiendo en Ituzaingó. Al iniciarse la era constitucional de la República,
vuelve a su suelo y se incorpora al Ejército Nacional con el Grado de Coronel
sirviendo a su General don Fructuoso Rivera hasta el último día de la existencia
de éste. Por su fisonomía, el tinte moreno-oliva negruzco de su piel y su cabello
grueso, lacio y renegrido tenía bien impuesto el calificativo de el “Indio” Medina.
Definir a los Caudillos ha sido tarea de muchos escritores rioplatenses, tanto
para destratarlos como para recordarlos con respeto y admiración, siendo
oportuno rescatar para reflejar la importancia que tuvieron en la época que nos
ocupa, como los definía Serafín J. García en su poema “El Caudillo”:
“Un Escuadrón a sus órdenes valía por medio Ejército. Decíase que entraba
en pelea como quién entra a una “yerra”, asegurando que aquello era su mejor
fiesta. Nunca una mora logró hacerlo “mosquiar”, aunque le chiflase junto a las
orejas. En lo más recio de los entreveros, cuando los “mangangases” de plomo
zumbaban en su redor, volvíase alegre y locuaz. Hacía chistes sobre el miedo
21 Castellanos , Alfredo. “Timoteo Aparicio, el ocaso delas lanzas”.Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo 1999.
33
para animar a los flojos y azuzaba a los bisoños con palabras chuceantes.
Abroquelado en su serenidad inmutable, imponía respeto a la propia
guadañuda. El acero de su media-luna no estaba mejor templado por cierto, que el de su corazón”.
Con todo, hubo Doctores que no entendieron jamás el fenómeno caudillista,
hubo de ese grupo culto, quienes lo utilizaron o trataron de utilizar para sus
propias ambiciones. La clase “culta”de las ciudades, que tildó profusamente de
bárbaros a los caudillos, tuvo en su momento, entusiastas propulsores de su
violencia, si así servía a sus intereses y así lo vieron Berro y los suyos cuando
promovieron su fallido levantamiento.
Por su parte, la posición del Coloradismo “Doctoral” opuesto de alma y
mente a los caudillos, va a reconocer a partir de la invasión del Gral. don
Venancio Flores, que tales montaraces son más que útiles en la toma del
Poder.
Sería muy largo de citar, todos los Caudillos que se destacaron en la época
que consideramos en este estudio, por lo que al ir desarrollando los relatos y
análisis de los hechos, se irán ubicando sus protagonistas así como las
características principales que se les reconocieron.
Sección 3:Análisis sintético de la Situación General.
Conclusiones parciales: Resumiendo la situación de una década, que se inició vislumbrándose un
cambio estructural en la organización del Estado, por diferentes aspectos tanto
de orden económico como políticos, que incidieron negativamente a lo largo del
período, concluyó con el país sumido en una profunda crisis. Correlacionando sucesos de la época, encontraremos un trazado de líneas
en la historia que nos lleva a descubrir motivos y consecuencias, así podemos
ir desde el Puerto de Montevideo a los campos de batalla de “La Revolución de
las Lanzas”.
Atendiendo al período considerado en este trabajo monográfico, desde la
Guerra Grande la inmigración italiana fue fundamental para el Coloradismo; y la
tradición se mantuvo y prosperó en su empuje inmigratorio posteriormente a
34
ésta. Las duras pruebas a las que un grupo de esa inmigración fue sometido a
partir de las postrimerías de 1857, los llevó a pasar de la fallida “conspiración
de los Lombardos” a morir. Así, muchos italianos por grado o por fuerza
marcharon a la muerte terrible en los montes del Río Negro, en el marco de los
excesos de Quinteros. Para ambos partidos los muertos heroicos y además
martirizados, configuraron no solo un permanente aguijonear a su emotividad
sino que fueron también, permanente acicate a su acción. La tradición de
italiano y colorado fue imponiéndose sin pausas y el triunfo de 1865 la habilitó
plenamente. En Montevideo, desde el desembarco, muchos italianos fueron
llevados a las mesas de votación de las escandalosas elecciones de 1867.
La abrupta desaparición del Gral. don Venancio Flores generó una inmediata
puja por el Poder entre “floristas” y “liberales” del Partido Colorado, ya que el
Blanco no tenía representación; por un lado el candidato “florista” don José
Cándido Bustamante y por el otro, uno de los principales caudillos de origen
liberal y militar, el General don Gregorio Suárez. Ante la paridad de votos, el
primero de los nombrados desistió de su candidatura promoviendo la del Gral.
don Lorenzo Batlle, por lo que al contar con una mayoría de un voto, la minoría
se volcó a su favor y de esa forma fue electo por unanimidad.
El Gobierno de Batlle, 1868-70, fue un modelo de pacto permanente y
transacción continua, en especial frente al caudillismo departamental que llenó
el vacío de gran poder caudillesco dejado por el Gral. don Venancio Flores. A
esto se le sumó el grave problema de la crisis bancaria y la prórroga del curso
forzoso que había sido dispuesta durante el gobierno anterior hasta el 30 de
mayo de 1868. El apoyo de los “principistas” al bando de los “oristas” le
acarrearía problemas de índole político y económicos, tanto en lo nacional
como internacionalmente; por su parte el apoyo de la fracción “caudillista” del
Partido Colorado a los “cursistas” le provocaría problema de índole social y
militar.
Completando un cuadro de crisis general, con los Colorados en el Gobierno
pero con problemas internos de consolidación del Poder, por discrepancias
internas entre sus partidarios; y los Blancos en el destierro, exilados o
conjurando alzamientos en el país, tanto en la capital como en algunos pueblos
de la campaña, todo estaba pronto para que la guerra civil comenzase, solo
faltaba quién se dispusiese a comenzarla y esto sucedió cuando en la
35
madrugada del 5 de marzo de 1870, el General don Timoteo Aparicio con
cuarenta hombres cruzaba el Río Uruguay y desde su campamento en marcha
ese mismo día fechaba una proclama que comenzaba diciendo:
“Compatriotas: después de cinco años de persecuciones, de ostracismo, de
martirios, tomamos las armas respondiendo a vuestros votos, inspirados por el
sufrimiento de la patria”.
Sección 4: “La Revolución de las Lanzas”.
a) Cronología de los hechos. Como ya fue mencionado, fue un 5 de marzo de 1870 en que con el cruce
del Río Uruguay por parte del Gral. Aparicio, comienza una revolución que será
conocida para la posteridad como la de “las lanzas”.
Las acciones comienzan de inmediato, con diferentes resultados: el 20 del
mismo mes de la invasión, se intenta y fracasa en la toma de la Villa de la
Florida; se topa con fuerzas gubernamentales el 26 en Tupambay triunfando; el
30 a Melo no puede conquistarla, pero si logra ocupar los pueblos de Treinta y
Tres el 29 de abril y de Porongos el 14 de mayo.
Algunos residentes en el país y partidarios de la divisa blanca en cantidad
aproximada de cien, no pudieron incorporarse a los revolucionarios, pues
fueron puestos bajo arresto; tal suerte corrieron entre otros, el ex Presidente de
la República don Atanasio Aguirre y los Generales don Andrés Gómez y don
Lucas Moreno.
El Pueblo de Toledo, próximo a Montevideo, es ocupado por el Gral. Aparicio
a fines del mes de mayo y desde allí le dirige al Gral. Batlle una carta en la cual
le manifestaba su intención de no llevar adelante una “...guerra de
desvastación y esterminio.” criticando las acciones de las tropas
gubernamentales acusándoles de “...persecuciones de todo género, con
encadenamientos indefinidos, con cobardes actos de rigor en ciudadanos
distinguidos...”.
El 28 de mayo se produce el combate de Espuelitas (Departamento de
Minas) donde es vencido y perseguido por largo trecho el bravo Coronel don
Manduca Carbajal.
36
Por tercera vez, según el relato de don Abdón Arózteguy, el 17 de junio se
tirotea con la guarnición de Melo, sin lograr conquistarla.
Luego recorre la campaña de este a oeste y norte a sur, recolectando
partidarios.
Así, mientras se producen las acciones de las tropas al mando del Gral.
Aparicio, se van registrando incorporaciones de caudillos blancos de la
campaña, engrosando sus filas en cantidad, formando en estos primeros
momentos alrededor de ciento cincuenta hombres y en calidad al contarse
entre los incorporados a bravos caudillos como el General Ángel Muñiz y los
Coroneles Juan Blas Coronel y Justino Muñiz en Cerro Largo, y José María
Pampillón en San José.
Otros combatientes, partidarios del opositor Partido Blanco que se
encontraban en el exilio, logran evitar los controles de las Tropas de Urquiza en
la otra orilla, que hora si, hora no, los deja actuar contra el gobierno Oriental o
los aprende, buscando evitarse problemas con el Gobierno Bonaerense que
mantiene relaciones con el nuestro y aún son miembros de la Triple Alianza.
Así desembarca en Higueritas (actual Nueva Palmira) el Coronel Pedro Ferrer
con dieciocho hombres a su cargo, tomando el puerto y la villa. Al unírseles el
Comandante Jaime Montoro con ciento cuarenta paisanos más, ocupan el
Pueblo de Rosario.
Procedente de Entre Ríos, el 15 de julio desembarca Belisario Estomba con
diez hombres, próximo a la boca del Arroyo Chapicuy en Paysandú, uniéndose
a las huestes del Gral. Aparicio. El 18 del mismo mes cruzan don Francisco
García Cortinas con seis hombres pero demora como cuarenta y cinco días en
unirse a su Jefe.
De suma importancia para tomar fuerza la revolución e incorporar más
efectivos fue la integración del Gral. Anacleto Medina, viejo caudillo Colorado y
por tanto antiguo adversario del Gral. Aparicio22, quién al mando de más de
cien Orientales cruzó el Río Uruguay el 10 de agosto de ese año,
desembarcando en las costas próximo a la Agraciada (Soriano). Entre sus
comandados se contaban el Gral. don Lesmes Bastarrica y varios Coroneles
22 Durante la “Cruzada Libertadora” del Gral. V. Flores, el Gral. T. Aparicio sirvió en el Cuerpo de Ejército gubernista que estaba al mando del Gral. A. Medina.
37
que habían participado en la defensa de Paysandú, junto a otros reconocidos
comandantes de la época.
A poco de marchar se le incorporó una tropa procedente de San José que
ascendía a la cantidad de ochocientos hombres y que venían al mando del
Coronel Emeterio Pereira; también se le agregaron cuatrocientos que al mando
del Coronel don Jeremías Olivera venían de Soriano.
Con estos efectivos y provistos de caballada de las estancias vecinas, tras
duro combate tomaron el pueblo de Mercedes.
También en agosto, desembarca en las costas de Colonia el Coronel don
Juan P. Salvañach, quién introduce por primera vez al país, las Carabinas
Remington en cantidad de cincuenta; también aportó al parque de armamento
de la revolución, cuatro piezas de campaña calibre de 4 libras.
En el mismo mes se registra el ingreso a la República e incorporación al
Ejército Revolucionario, del Coronel don José Visillac con un pequeño grupo y
los hermanos Héctor y Carlos Soto con otro pequeño grupo.
Por fin, el 6 de setiembre el Gral. Aparicio con un Ejército de
aproximadamente dos mil hombres, se instala en el Cerrito de la Victoria
poniéndole sitio a Montevideo por tres días, produciéndose enfrentamientos de
guerrillas en la Unión y la Figurita. La circunstancia de tomar conocimiento de
que el General don Gregorio “Goyo” Suárez al mando de un Ejército de unos
cinco mil hombres marchaba contra el Gral. Medina, lo hace abandonar el sitio
y dirigirse hacia la zona del Paso Severino para encontrase allí con las tropas
al mando del Gral. Medina y así los dos juntos con todas sus tropas dar
combate al aguerrido enemigo, al que el Gral. Aparicio ya había vencido en el
combate de Pedernal, el 8 de setiembre de 1863.
El 12 de setiembre se encuentran los Generales Aparicio y Medina uniendo
sus tropas formando un Ejército que al parecer no superaba los cuatro mil
hombres entre los que se contaban trescientos Infantes y no contaba con
Artillería. El combate dicen que duró tres horas, al cabo de las cuales las tropas
gubernamentales fueron dispersadas y perseguidas hasta el Pueblo de Las
Piedras.
A este combate triunfante del Ejército Revolucionario lo prosiguió el de
Corralito en el Departamento de Soriano hacia donde habían marchado luego
de guerrillear en las afueras de Montevideo. Este combate se desarrolló el 29
38
de setiembre entre las tropas de los Generales revolucionarios Aparicio y
Medina, contra las gubernamentales del Gral. don Francisco Caraballo, quién
se desempeñaba como Comandante en Jefe de las Fuerzas movilizadas al
norte del Río Negro. Ambos bandos alineaban unos cuatro mil hombres cada
uno y este combate quedó sin dilucidar puesto que ante un armisticio acordado
en horas de la tarde, por la noche las tropas gubernamentales se escurrieron
del lugar con la lógica irritación de los mandos Blancos, al día siguiente cuando
constataron la acción.
Nuevamente marchó el Ejército Revolucionario, acicateado por los triunfos
alcanzados, a sitiar a Montevideo, haciéndolo desde el 26 de octubre hasta el
18 de diciembre, contándose con un efectivo aproximado de cinco mil hombres.
Cabe destacar que en el transcurso de esta marcha hacia Montevideo,
próximo al Arroyo Pintado, se incorporaron a estas tropas “los distinguidos
periodistas Agustín de Vedia y Francisco Lavandeira” según relata Arózteguy
quienes portando una imprenta volante editaron enseguida el primer número de
un periódico al que se llamó “La Revolución”; en un artículo de este número
decía:
“...La prensa es el clarín que convoca a todos los adeptos de las buenas
causas y los asocia en un mismo pensamiento, retemplando su espíritu y
enardeciendo su fe”.
Otra incorporación no menos importante que se produjo durante el sitio, fue
la del entonces joven y “aventajado estudiante de 19 años”, vicepresidente del
“Club Universitario”, don Eduardo Acevedo Díaz.
Durante el sitio, en la madrugada del 29 de noviembre, los revolucionarios se
apoderaron por sorpresa y sin disparar un tiro, de la fortaleza del Cerro. Para
contrarrestar el efecto moral que causó dicha acción en la población de
Montevideo, por la tarde, una fuerte tropa con unos tres mil efectivos entre
Caballería e Infantería, con apoyo de Artillería realizó una incursión contra las
posiciones revolucionarias ubicadas en La Unión, desarrollándose
encarnizados combates que no dieron el triunfo a ninguna de las dos
fracciones. Lo particular de esta acción fue que al frente del Ejército
Gubernamental marchaba el propio Presidente de la República, el Gral. don
Lorenzo Batlle, quién al conseguir su propósito de incursionar entre las
posiciones enemigas, retiró sus tropas en completo orden hacia la ciudad.
39
Como se dijo, el sitio prosiguió hasta mediados de diciembre, en que
informados los revolucionarios de que el Gral. “Goyo” Suárez había
conformado un fuerte Ejército con tropas del Ejército del Norte, más los
dispersados en Severino y Corralito,( contando con Caballería, Infantería y
Artillería), avanzaba hacia Montevideo, el Gral. Aparicio decidió salir a su
encuentro.
En una serie de movimientos y escaramuzas, que analizados a la distancia y
desde un escritorio, podrán reflejar algún error de apreciación del “General
Blanco” o un aprovechamiento de la oportunidad del “General Colorado”, el
hecho es que el 25 de diciembre según unos o el 2823, se llegó al combate en
una zona de labranzas próxima al Pueblo de Sauce, donde las condiciones del
terreno favorecieron al Ejército Regular, (organizado disciplinadamente
conjugando las tres Armas con que se combatía en la época); y perjudicaron
sensiblemente al Ejército Revolucionario,( basado principalmente en la
Caballería, la que se encontró disminuida en sus posibilidades al combatir en
tierra arada).
El triunfo correspondió al Ejército Gubernamental del Gral. G. Suárez,
retirándose el Gral. T. Aparicio antes de que se dispersaran sus tropas,
procurando hacerlo en el mejor orden, lo que se vio favorecido por lo
extenuado del Ejército rival .Este fue el combate más sangriento de toda la
guerra y el valeroso desempeño de los Jefes Gubernamentales,
magníficamente relatado por el Gral. (Abgdo) don Luciano Martínez, quizás se
vio empañado en el recuerdo histórico de los hechos, por la orden de degollar y
lancear a los heridos enemigos que habían quedado tendidos en el campo de
batalla, impartida por el Gral. G. Suárez.
El Ejercito Revolucionario marchó hasta Durazno donde quedaron los
Infantes y los heridos hasta el fin de ese año.
Respecto a estos sucesos, que le tocó vivir como protagonista, Eduardo
Acevedo Díaz le escribía a sus padres desde Durazno:
“¡Oh! No olvidaré nunca esos campos funestos donde cayeron heroicos y
grandes, un millar de Orientales”.
23 López Gitar. “La batalla del Sauce, su país, su tiempo”. Rev. “Hoy es Historia” N°11, Mdeo.,85.
40
La Guerra continuó entre los meses de enero y julio, con marchas y
contramarchas del Ejército Revolucionario, que continuaba siendo fuerte y
numeroso, tratando de recuperar a sus partidarios dispersos después de la
Batalla del Sauce y evitando las partidas del Ejército Gubernamental.
En ese período se sucede como hecho destacable, la sustitución del Gral.
G. Suárez en la conducción del Ejército Gubernamental por el General Enrique
Castro.
El 20 de junio de 1871 en Mansavillagra, se encontraron otra vez frente a
frente los dos Ejército y así permanecieron por más de una semana sin entrar
en combate. Parlamentaron Jefes de ambos bandos e incluso medio un militar
brasileño, Manuel Luis Osorio –Marqués de Herbal-, pero las tratativas fallaron,
a pesar de recordar los presentes el abrazo que se dieran en la “tierra de
nadie” que separaba las dos huestes, los caudillos y Generales, Ángel Muñiz
(Blanco) y Nicasio Borges (Colorado).
Mientras que en Montevideo se esperaba una delegación de los
revolucionarios para tratar un armisticio, para el cual mediaría el Obispo de la
Capital, en forma sorpresiva un 17 de julio, vísperas de un día que se preveía
de celebración por la Jura de la Constitución y la puesta en servicio de Aguas
Corrientes para Montevideo, con la inauguración de una fuente (que aún luce
esplendorosa en la Plaza Matriz); en las puntas del Arroyo San Juan en el
Departamento de Colonia, en el paraje Manantiales para ser precisos, se
desarrolló un combate que se recuerda con ese nombre y en el cual las tropas
del Ejercito Revolucionario que en el participaron fueron completamente
derrotadas.
El Dr. Carlos María Ramírez, desde su periódico “La Bandera Radical”, (que
comenzara a escribir luego que dejara su puesto de Secretario del Gral. “Goyo”
Suárez por motivo del sangriento desenlace de la Batalla del Sauce),
asombrado por la noticia de la batalla, que se recibió en la Capital el mismo día
18, ante las voces de traición y felonía que se alzaron por haberse desarrollado
ese combate en momentos que se practicaba una negociación de paz, escribía:
“En realidad no hubo traición ni felonía, ni perfidia, porque no estaba concluido el armisticio, pero también es indudable que a no ser la negociación del armisticio, o no se hubiera dado alcance al Ejército de Aparicio, o no se le hubiera vencido con facilidad tan grande. ... Es así
41
como Aparicio ha sido sorprendido cuando una tercera parte de su Ejército estaba en comisión o licenciada”.
Este combate culminó con las hostilidades y enfrenamientos, pero no solo se
terminaron las acciones bélicas y se silenciaron las armas en la ocasión sino
que también terminó la vida del Gral. Anacleto Medina, aunque su muerte no
pudo silenciar a los que indignados presenciaron las atrocidades que le
infirieron sus enemigos.24
b) Principales Operaciones Militares. Se resumen en este parágrafo algunas características de los eventos más
significativos, dado que la existencia de una amplia bibliografía sobre cada uno
de ellos, relatados algunos directamente desde el campo de batalla y aplicando
términos actuales, “en tiempo real”, nos hace sentirnos eximidos de analizar
sobre lo ya analizado y detalladamente descrito, como en el caso de las
publicaciones de don Abdón Arózteguy y del Gral. (Abgdo.) don Luciano
Martínez.
Invasión del Gral. Timoteo Aparicio: Se llevó a cabo el 5 de marzo de 1870, desde tierra entrerriana
atravesando el Río Uruguay por el paraje denominado Rincón de
Mendoza, al norte de Federación y al sur de la barra del Río Arapey.
Incorporación del Gral. Anacleto Medina a la Revolución: Se produce el 10 de agosto de 1870, luego de fallidos intentos
anteriores que desde el día 8 estuvieron intentando, pero la presencia del
barco de guerra oriental “Coquimbo” les obligó a refugiarse en las islas
próximas, donde pasaron dos días ocultas soportándolas inclemencias del
frío invernal.
Combate de Espuelitas (Dpto. de Minas): El 28 de mayo de 1870 se enfrentan una división gubernista al mando
del General don Manduca Carbajal con las Tropas Revolucionarias del
24 Buscando la imparcialidad de los hechos, debe recordarse que fue el Gral. A. Medina el ejecutor de la llamada “Hecatombe de Quinteros”, que hasta hoy se recuerda con horror.
42
Gral. Timoteo Aparicio, donde triunfan estas últimas y realizan una fuerte
persecución sobre sus enemigos, logrando su dispersión.
1er. Sitio a Montevideo: Aunque duró solamente tres días, ente el 6 y 9 de setiembre de 1870,
sirvió para mostrar a la opinión pública de la Capital, el poder y resolución
de los revolucionarios.
Batalla de Severino (Dpto. de Florida): Se desarrolló el 12 de setiembre de 1870 y el combate se prolongó por
espacio de tres horas. Participaron aproximadamente cinco mil hombres
por el Ejército Gubernamental al mando del Gral. Gregorio Suárez, en el
que se incluían Tropas de Línea de Montevideo y cinco piezas de
Artillería.
Por el Ejército Revolucionario, que lo dirige el Gral. Timoteo Aparicio,
con la incorporación al mismo del Gral. Anacleto Medina y sus tropas, se
alistan no más de cuatro mil hombres, incluyéndose unos trescientos
infantes.
La victoria de los insurgentes fue categórica, dispersándose la
caballería del Gobierno.
2do. Sitio a Montevideo: Se produce desde el 26 de octubre al 18 de diciembre de 1870 y
mostró al Ejército Revolucionario en el máximo de su potencialidad.
Batalla del Sauce: Fue el combate más sangriento de esta guerra y se estima que en el
murieron unos setecientos combatientes por cada bando.
Mucho se ha escrito sobre este combate y se cargan generalmente las
tintas, talvez no sin razón, sobre los errores cometidos en la conducción
del mismo por el Gral. Timoteo Aparicio. La victoria correspondió a las
tropas gubernamentales que dirigía el Gral. Gregorio Suárez, quién
empañó su trabajosa victoria, con un sangriento epílogo, en el que mando
degollar y lancear a los heridos, hasta incluso se dice que hizo pasar
43
tropas de caballería sobre los muertos esparcidos en el campo de batalla,
lo que denuncia las barbaries de la época.
Batalla de Manantiales: Combate culminante de la Revolución; se desarrolló el 17 de julio de
1871 y se acusó de traición al Gobierno, puesto que la batalla se produjo
en momentos que se estaba en trámite un armisticio.
Significó el desmembramiento temporáneo del Ejército Revolucionario,
que pronto volvió a reagrupar unos cuatro mil hombres, pero la moral de
los combatientes de uno y otro bando, sí como la opinión pública era
partidaria del cese de las hostilidades.
c) La Paz de Abril. La búsqueda de una pronta solución que diera paz a la convulsionada
República, tuvo desde un principio de la revolución varios intentos, pero todos
fueron fracasando pero dejando su muesca en el ánimo de los beligerantes,
tanto de los Conductores, que veían como se revivían hechos sangrientos del
pasado sin encontrar una fraternal convivencia que orientara las diferencias de
opiniones en un consensuado esfuerzo por lograr la estabilidad del Estado y la
Nación Oriental.
Del estudio que realizamos sobre la bibliografía existente sobre las
negociaciones de paz que se llevaron a cabo, entendemos que las principales
fueron las que condujeron el Obispo diocesano de Montevideo Monseñor
Jacinto Vera, y la llevada adelante por mediación del representante del
Gobierno Argentino, Cónsul General don Jacinto Villegas.
Hubieron otros intentos, como el que realizara el Teniente General don
Manuel Luis Osorio, Marqués de Herbal, pero solo generaron expectativa y no
registraron ningún hecho significativo que permitiera lograr la pacificación.
Respecto a la gestión llevada a cabo por el Obispo diocesano, se acordó
designar una Comisión por cada una de las partes, a reunirse en un paraje a
determinarse, y cesando las hostilidades cuando ambas comisiones estuviesen
designadas. Pero las gestiones no habrían de ser tan auspiciosas como se
interpretaron en un principio, puesto que designadas las Comisiones y
44
solicitado al entonces Jefe del Ejército Gubernamental, General don Enrique
Castro, el cese de las hostilidades, éste manifestó la necesidad de una orden
presidencial, la que fue obtenida y comunicada, pero la Batalla de Manantiales
dejó truncada está gestión que pudo haber evitado tantas muertes y desmanes,
como los que produjo ese combate.
A instancias del Gobierno Argentino se reanudaron las conversaciones de
paz, con el consentimiento de ambos bandos.
Esta negociación que resultó mucho más friccionada que la relatada
anteriormente, con fuertes exigencias por parte del bando revolucionario y
grandes tumultos entre partidarios del partido Colorado en Montevideo, dio
buenos frutos, por lo menos consiguiendo la paz y algunos atisbos de un
gobierno coparticipativo.
A las condiciones por la cual se establecía la paz, se legó el 10de febrero de
1872 en Buenos Aires; el 22 del mismo mes el Gral. Aparicio ratificaba el
convenio y emitía una proclama por la que admitía la paz, pero las gestiones se
continuarían hasta el 6 de abril, fecha en que finalmente se llegaron a todos
los acuerdos firmándose el Tratado de Paz, que por eso lleva el nombre de “la
Paz de Abril”.
Mucho se ha escrito sobre este suceso, que objetivamente aportó mejoras a
la situación del Partido Blanco, pero la realidad fue que en menos de un año,
ya se había generado otro conflicto, seguido por otro y así hasta alcanzarse lo
que en una nota premonitoria escribía don Carlos María Ramírez, el 16 de julio
de 1871, en su revista “La Bandera Radical”:
“...Está definitivamente condenada por la razón y por la historia, esa teoría
que busca el poder de los pueblos en la abdicación de los hombres, el
engrandecimiento del Estado en el rebajamiento de los individuos, la gloria de
la nacionalidad en la degradación de las conciencias. No hay poder para los
pueblos, ni grandeza para los Estados, ni gloria para las Naciones, sino cuando
los ciudadanos se reconocen ciudadanos, cuando llevan la frente alta, cuando
llevan la frente pura,. Un gran rebaño de hombres, pastoreado por un Ejército
de mercenarios, aunque sea bueno el engorde y satisfactorio el procreo, no es
el cuadro que necesitamos ofrecer al mundo, para realzar la dignidad y
fortaleza de la patria!”
45
Sección 5: Acontecimientos derivados del Conflicto.
a) Situación Política. Existía una gran debilidad institucional del Estado como estructura del
Poder. El General don Lorenzo Batlle, en ejercicio de la Presidencia de la
República, no era un Caudillo dentro del Partido Colorado. Finalizada la
Guerra Grande había estado junto a los Conservadores, para luego ser
Ministro de Guerra durante la dictadura del General don Venancio Flores;
estas indefiniciones así como la presencia en su entorno de personalidades
de fuerte reconocimiento popular y de caudillos realmente “Floristas”, que
aún ostentaban el poder y autoridad con que los impusiera el extinto General
en diferentes Departamentos de la campaña, llevó a que debiera sufrir la
insubordinación de varios de ellos.
Primero se sublevó Máximo Pérez contra el propio Presidente Batlle, con
motivo de su sucesión en la Jefatura Política del Departamento de Soriano.
Estos hechos se fueron continuando con varios levantamientos, a los que
Batlle sofocaba contraponiéndole otro Caudillo al sublevado y hasta en
alguna oportunidad participando él mismo en la acción, como contra el Gral.
don Francisco Caraballo.
El Gobierno por y para el Partido Colorado provocó la total adversión del
Partido Blanco, de sus caudillos y “Casiquejos” regionales, que tanto desde
el exterior como desde el interior de la República, promovieron acciones
tanto políticas como bélicas, llegándose a “la Revolución de las Lanzas” en
1870.
Hemos notado, a lo largo de este trabajo de investigación, las continuas
discrepancias entre los principales actores, sin importar internarnos en el
análisis de cada una de las divisas, pues en ambas se presentaron
disidencias internas. Esto fue llevando a la conformación de nuevas
tendencias, que se irán materializando y afirmando con los acontecimientos
que provocó tanto la guerra como la paz, surgiendo nuevas corrientes de
46
opinión, como afirmándose el poder de nuevos grupos o congregaciones de
ideas liberales.
b) Situación Económica. El país venía de participar en la Guerra del Paraguay y el sistema
productivo, basado únicamente en el Sector Agropecuario, se encontraba
gravemente afectado por el bandolerismo y el pillaje que asolaba la
campaña, producto de las partidas de combatientes licenciados al finalizarse
los diferentes conflictos que sucedieron en la época.
El Sector Financiero se veía afectado por las deudas, particularmente de
los pequeños estancieros, generándose una crisis en el año 1868, motivada
en lo interno, por la aplicación del “curso forzoso” que mantenía el régimen
de billetes “privados” de cada Banco (esto era apoyado por los Bancos de
Navia y de Mauá). Contra lo anterior, esgrimiendo la teoría que debía
respaldarse la moneda con el mismo valor en oro, se propició la creación de
un grupo opositor al anterior y que lo promovían los Bancos Comercial y de
Londres. Entre los “cursistas” y los “oristas”, provocaron por sus presiones,
una gran inestabilidad económica general.
c) Situación Militar. Se ha visto a lo largo del relato, como se conformaban tanto las Fuerzas
Gubernamentales y quienes las dirigían, pero precisando en parte la
información, sin ir a los detalles de identificar Batallones de una u otra parte,
referiremos en general los efectivos en operaciones, organización y medios
con que contaban.
La Fuerzas Gubernamentales generalmente se conformaron con dos
Ejércitos, actuando uno desde la Capital y otro en la Campaña; este último
se lo dividía en dos Cuerpos de Ejército, actuando uno en el norte del Río
Negro y otro en el sur. Sus efectivos eran variables, no tanto por el
presupuesto que se les asignaba, sino por las necesidades de acuerdo a las
acciones que debían cumplir, siendo esencial considerar sí existían o no
alzamientos armados que combatir; y por las deserciones o arrestos que se
producían al iniciarse los conflictos, dado que dentro del Ejército existían
partidarios de las dos divisas política principales de la época.
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Para complementar los efectivos necesarios para el Ejército en
operaciones se apelaba a la Guardia Nacional, la cual presentaba también el
problema de ser fuente de combatientes para los dos bandos contendientes,
por la característica de militancia de sus integrantes en uno u otro Partido
Político.
Según cálculos de algunos escritores, al concretarse la Paz de Abril,
contaba el Ejército Gubernamental con aproximadamente mil novecientos
hombres entre Jefes y Oficiales, y unos doce mil quinientos efectivos de
Tropa. Por su parte, la Guardia Nacional se la estimaba con una integración
de unos ochocientos hombres entre Jefes y Oficiales, y unos dieciséis mil
efectivos de Tropa
48
CAPITULO 3
CONCLUSIONES
Sección 1: Orígenes del Conflicto. Por lo expuesto en los capítulos precedentes, fueron los fuertes
antecedentes conflictivos que se proyectan hasta el período post Guerra
Grande, con todos los excesos cometidos tanto por quienes ostentaban el
gobierno como por los que lo pretendían por las armas, que llevó a un clima de
confrontación que no encontró ninguna otra vía de solución que dirimir sus
discrepancias ancestrales, por la Guerra.
La situación a la que es arrastrado el Partido Blanco, con dirigentes y
Caudillos desterrados o exilados, y desposeídos de toda participación en el
Gobierno, lo llevó indudablemente a una confrontación con el Gobierno y por
ende con el Partido Colorado, que era el que los ostentaba.
Por su parte, las discrepancias internas dentro del Partido Colorado, tanto a
nivel político como militar, tampoco preveían una solución negociada a los
conflictos existentes y otros en ciernes.
A esto se sumó una desestabilizad económica mundial y materializada en
nuestro país por el surgimiento de dos grupos opositores con relación al
sistema financiero nacional, los “Oristas” y los “Cursistas”, lo que ya fue
detallado en el desarrollo de la investigación.
Tanto el Factor Económico como el Político, mostraron el incremento de las
diferencias entre la Ciudad y el Campo; por un lado el comercio portuario y por
otro la actividad ganadera en lo referente a lo económico, trasladándose el
problema a “Doctores” y “Caudillos”.
También se constató en los años previos al conflicto que nos ocupa, una
fuerte presión de los Jefes Militares, que obviamente despertaban el recelo de
patricios de los diferentes partidos.
Para complicar más este panorama por demás complicado, la participación
de nuestro país con la Triple Alianza en la “Guerra del Paraguay”, llevó al
Estado a perder peso institucional, basando su poder en el de los Caudillos que
estuviesen al frente del mismo.
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Sección 2: Situación derivada del Conflicto. Como primer elemento objetivo observable como producto de este conflicto,
encontramos la llamada “Paz de Abril”, que permitió al Partido Nacional tener
una representación en las Jefaturas Políticas del interior del país y en el
Parlamento, que en ese momento era netamente Colorado.
Pero también era posible detectar que no se prevenían nuevas revueltas, las
que no tardaron en llegar, lo que estimamos llevó a la consolidación del Poder
Militar sobre el Político, representado en la figura del Coronel don Lorenzo
Latorre, quién desde su participación en la “Cruzada Libertadora” a órdenes del
Gral. Flores primero y luego en la Guerra del Paraguay a órdenes del Gral. De
Palleja, fue demostrando sus dotes de líder, lo que materializó al llegar al
Gobierno
Sección 3: Acontecimientos que produjo.
La Revolución de las Lanzas, con sus soluciones pactada por la “Paz de
Abril”, nos dejó el inicio de la coparticipación en los procesos institucionales del
Estado, pero no su concreción total, la que fue motivo de otras luchas militares,
tan violentas y sangrientas como ésta, así como contiendas políticas no menos
cargadas de pasión. En esa contienda encontramos los reales antecedentes de
nuestra organización como Estado moderno y democrático, como lo
demostraría a los pocos años el propio General insurrecto de ésta, al firmar
otra negociación de paz que condujo al Gral. Lorenzo Latorre al gobierno de la
República como única forma de encausar el país hacia un desarrollo seguro y
sostenible.
Lo que sí dejó demostrado este conflicto fue que un Ejército disciplinado, con
Mandos bien preparados y cohesión en sus Cuadros, acompañado de un
armamento moderno, es superior a otro que no cuente con esos atributos,
aunque cuente y demuestre la mayor de las valentías. Si bien no fue el Gral.
Gregorio Suárez quién culminó las operaciones militares, fue a su conocimiento
táctico, sus aguerridos Jefes y Oficiales formados en la Guerra del Paraguay y
50
a la incorporación del fusil a repetición, que puso la diferencia entre una tropa y
otra.
Fin de una Época.
ANEXOS:
♦ N°1: Bibliografía Consultada. ♦ N°2: Hechos significativos vinculados al tema.
El Investigador: Coronel Mario A. Menyou.-
51
ANEXO N°1: BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA.
Acevedo Alvarez de Gallinal, Carmen. “Eduardo Acevedo, síntesis de su
vida”. Talleres Gráficos “Gaceta Comercial”. Montevideo, 1956.
Acevedo, Eduardo. “Anales Históricos del Uruguay, tomo III”. Casa
A.Barreiro y Ramos S.A. Montevideo, 1933.
Arozteguy, Abdón. “La Revolución de las Lanzas”. Editorial ARCA,
Enciclopedia Uruguaya N°19. Montevideo, 1968.
Castellanos, Alfredo. “Timoteo Aparicio, el ocaso de las lanzas”.
Ediciones de la Banda Oriental, Los Hombres N°7. Montevideo, 1999.
Cosio, Pedro. “Julio Herrera y Obes”. Tip. y Enc. “Al Libro Inglés”.
Montevideo, 1897.
López Gitar, Jorge. “La Batalla de Sauce, su país, su tiempo. Los
caminos que llevaron al 28 de diciembre de 1870”. Revista “Hoy es
Historia”, volumen N°11. Montevideo, 1985. Lussich, Antonio. “Los tres Gauchos Orientales y otras poesías”.
Biblioteca “José Enrique Rodó”, Autores Uruguayos de Literatura e
Historia. Claudio García y Cia. Editores. Montevideo, 1937.
Lussich, Antonio. “Los tres Gauchos Orientales”. Biblioteca Artigas,
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Martínez, José Luciano. “Batalla del Sauce, 25 de diciembre de 1870”.
Talleres Gráficos “Prometeo”. Montevideo, 1956.
Martínez, José Luciano Cnel.(Abgdo). “Laderas y Cumbres”. Imp.
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Pivel Devoto, Juan E. y Ranieri de Pivel Devoto, Alcira. “Intentos de
consolidación nacional, segunda parte: 1860-1875”. Colección cien
temas básicos N°28, Editorial Medina. Montevideo, 1973.
Ramírez, Carlos María. “La Bandera Radical” (Año 1, N° 25 al N°40).
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Reyes Abadie, Washington. “Julio Herrera y Obes, el Primer Jefe Civil”.
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Sansone, Eneida. “La poesía Gauchesca (antología)”. Centro Editor de
América Latina, Capítulo Oriental N°10. Buenos Aires, 1968.
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ANEXO N°2: HECHOS SIGNIFICATIVOS VINCULADOS AL TEMA.
C R O N O L O G Í A
AÑO URUGUAY ARGENTINA BRASIL PARAGUAY OTROS 1851 Cesa Sitio de
Mtdeo.Andrés Lamas firma en Rió de Janeiro 5 tratados con Brasil.
Urquiza se pronuncia contra Rosas.
Invasión de Uruguay.
El Golpe de Estado de Luis Napoleón.
1852 Bernardo Berro recibe mandato presidencial de Joaquín Suárez y lo transfiere a Juan F. Giró.
Batalla de Caseros. Poco después la provincia de Bs. As. Rompe con Urquiza vencedor de Rosas, y por eso surgen dos Estados Confederación Argentina y Bs. As.
. Luis Napoleón emperador de Francia.
1853 Giró renuncia al triunvirato Rivera, Flores Lavalleja.
Se sanciona la Constitución Nacional.
Gabinete de Chancillería organizado por marqués de Paraná.
Rusia Invade a Turquía.
1854 Venancio Flores queda como único mandatario. Intervención Armada de Brasil.
Inglaterra, Francia y Turquía firman tratado de alianza y declaran guerra a Rusia. San Juan de Nicaragua fue bombardeada por una nave Norte Americana.
1855 Brasil comienza a retirar sus tropas.
Brasil envía flota de guerra a Paraguay bajo mandato de Pedro Ferreira Olivera.
Problemas con Norteamericano “Water Wich”
Norteamericano William Walker se apodera de Granada, Nicaragua.
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1856 Gabriel Pereira Presidente.
Brasil formaliza importantes tratados de amistad, comercio y navegación con la confederación Argentina y Paraguaya.
Brasil formaliza importantes tratados de amistad, comercio y navegación con la confederación Argentina y Paraguaya.
Brasil formaliza importantes tratados de amistad, comercio y navegación con la confederación Argentina y Paraguaya.
Costa Rica entra en guerra contra William Walker. Termina guerra de Criméia. Flota Inglesa destruye parcialmente Cantao, China. Tratados de París.
1857 Convención fluvial entre Brasil y Confederación.
Convención fluvial entre Brasil y Confederación
Walker se retira de Nicaragua.
1858 Convención entre Brasil y Paraguay implementando tratado de 1856.
Convención entre Brasil y Paraguay implementando tratado de 1856.
Guerra civil de México encabezado por Benito Juárez
1859 Guerra entre Confederación y Bs. As.
Agresión Inglesa a nave Paraguaya en aguas del Plata. Poderosa expedición norteamericana.
Guerra civil de Venezuela. España declara guerra de Marrocos.
1860 Bernardo Berro Presidente.
Santiago Derqui, presidente de Confederación. Aurelio Antonio de Tounens se proclama emperador de Patagonia.
Francia e Inglaterra en guerra contra China. Abraham Lincoln presidente de los EE.UU. Conquista de Nápoles por Garibaldi.
1861 Guerra entre Confederación y Bs. As. Fin de Confederación. Bartolomé Mitre presidente de Nación.
México: Benito Juárez, presidente suspende el pago de la deuda externa. Guerra civil de los EE.UU.
1862 Muere Carlos Antonio López. Su hijo Francisco Solano sigue la presidencia.
Fuerzas de España, Inglaterra y Francia invaden México. La guerra se torna franco mexicana por causa de la
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retirada de las otras dos potencias. Bismarck primer ministro de Prusia. Los federales toman a Nueva Orleáns. Batalla de Federicksburgo.
1863 Venancio Flores inicia guerra civil. Cuenta con apoyo de súbditos brasileros.
Ruptura de relaciones con Inglaterra
Lincoln decreta la abolición de la esclavitud. Se ofrece corona de México a Maximiliano Habsburgo.
1864 Atanasio Aguirre, Presidente. Misión Saraiva. Sitio y caída de Paysandú. Venancio Flores Dictador.
Invasión de Uruguay con apoyo de Venancio Flores.
Grave tensión con Brasil por la invasión de Uruguay.
España ocupa las islas Chincha de Perú. México: Maximiliano entra en capital.
1865 Tratado de Triple Alianza que incluye a Uruguay.
Tratado de Triple Alianza que incluye a Uruguay. Se reanudan relaciones con Inglaterra.
Paraguay inicia a guerra
Abolición de la esclavitud en los EE.UU. Asesinato del Presidente Lincoln. Los confederados cesan las hostilidades.
1866 Guerra de triple alianza contra Paraguay.
Guerra de triple alianza contra Paraguay.
Guerra de triple alianza contra Paraguay.
Valparaíso (Chile) El Callao (Perú), bombardeados por la flota española. Tratado de Praga.
1867 México: Los franceses se retiran. Benito Juárez héroe Nacional. Emperador de Austria coronado rey de Hungría.
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1868 Asesinato de Flores. Lorenzo Batlle Presidente.
Domingo Faustino Sarmiento Presidente.
Derrota decisiva en Humaitá.
1869 El Cnel. Hermes da Fonseca ocupa Asunción. Brasil instala un gobierno provisorio.
Abertura del Canal de Suez. Se completa conexión ferroviaria entre la costa oeste y los EE.UU.
1870 Timoteo Aparicio inicia guerra civil, conocida como “la Revolución de las Lanzas”.
Asesinato de Urquiza. Rebelión de López Jordán.
Acuerdo preliminar entre Brasil y Paraguay.
Acuerdo preliminar entre Brasil y Paraguay. Muerte de Solano López, Cirilo Rivarola, Presidente constitucional.
Termina la guerra de Paraguay.
Guerra Franco – Prusia. Francia declara guerra a Alemania. Derrota de Francia. Rendición de Napoleón III. Revolución en París.
1871 Ley de reforma del elemento servil.
Japón: abolición del Feudalismo. Roma es capital de una Italia unificada. Comuna de París. Tratado de Washington. Los versallistas entran en París.
1872 Termina guerra civil. Tomás Gomensoro Presidente.
Acuerdo Cotegipe – Loizaga que establece los límites entre ambos países.
Acuerdo Cotegipe – Loizaga que establece los límites entre ambos países.
Guerra entre Honduras y el Salvador.
1873 José Ellauri Presidente.
España proclama la República. Napoleón III muere en Chislehurst.
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1874 Avellaneda
Presidente. Revolución encabezada por Mitre.
Retorno de Monarquía a España.
1875 Ellauri...... 1876 Lorenzo
Latorre, dictador.
Tratado de paz, comercio, navegación y límites entre Paraguay y Argentina.
Las últimas tropas brasileras abandonan el país.
México: Porfirio Díaz Presidente provisorio. Invento del teléfono.
Datos extraídos de : - Ricardo Vera Tornell. “Historia de la Civilización (Compendio de Historia Universal)”, Tomo II. Biblioteca Hispania. Ed.Sopena. Barcelona,1966.
- León Pomer. “Os conflitos da Bacía do Prata”, ed. Brasilense. Brasil, 1979.
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