Apología del Libro de Toth - Libros Prohibidos
Ampliar esta imagen. Clic aquí para ver su tamaño original
Introducción
Para estudiar el problema del Libro de Toth, debemos situarnos en esta
hipótesis de una antiquísima civilización preegipcia. Toth es un personaje
mitológico, más divino que humano, el cual, según todos los documentos
egipcios que poseemos, fue anterior a Egipto. En el instante del nacimiento de
la civilización egipcia, hay que suponer que los sacerdotes y los faraones
poseían el libro de Toth, que era, probablemente, un rollo o una serie de hojas
de papiro que contenían todos los secretos de los diversos mundos y daban un
poder considerable a sus poseedores.
2500 años antes de Cristo, los Egipcios conocían ya la escritura y componían
libros. En la literatura egipcia de esa época encontramos ya tratados de ciencia
y de medicina, textos religiosos ¡e incluso obras de ciencia-ficción! Por ejemplo,
el relato de las aventuras del faraón Snofru, padre de Keops, es una verdadera
novela de anticipación, con extraordinarios inventos, monstruos y máquinas.
Podría haber sido publicada en nuestros días y nadie sospecharía un origen de
¡25 siglos a. de J.C.!
El libro de toth debía de ser, pues, un papiro antiquísimo ( si era papiro ),
copiado en secreto en sucesivas ocasiones, y cuya antigüedad se remontaría a
10.000 o quizás 20.000 años. Pero un objeto material no es en modo alguno un
símbolo. Un objeto material que podía ser destruido, principalmente, por el
fuego. Veamos lo que fue de él. Pero fijémonos ante todo en el propio Toth.
Este es representado como un ser humano con cabeza de ibis. Tiene en la
mano una pluma de caña y una paleta con la tinta que se utilizaba para escribir
sobre pergamino. Sus otros dos símbolos son la luna y el mono. Según la
tradición mas antigua, invento la escritura y actuó de secretario en todas las
reuniones de los dioses. Esta asociado con la ciudad de hermópolis, de la que
sabemos muy poco, y con unos reinos subterráneos de los que aun sabemos
menos.(¿Agartha - Sangrilla?) Trasmitió la escritura a la Humanidad y escribió
un libro fundamental, el mas famoso y antiguo de todos los libros, que contenía
el secreto del poder ilimitado.
La primera alusión a este libro aparece en el papiro de Turis, descifrado y
publicado en Paris, en 1868. Este papiro relata una conspiración mágica contra
el faraón, conspiración encaminada a aniquilarlo, junto con sus principales
consejeros, por medio de hechizos practicados con figuritas de cera
construidas a su imagen y semejanza. La represión fue terrible. Cuarenta
funcionarios y seis encumbradas damas de la Corte fueron condenados a
muerte y ejecutados. Otros se suicidaron. Entonces, el libro condenado de Toth
fue quemado por primera vez. Este libro reaparece más tarde en la historia de
Egipto, en manos de Kanuas, hijo de Ramses II. Por lo visto, este poseía el
original, escrito de puño y letra de Toth, y no por un escriba. Según los
documentos, este libro enseñaba la manera de mirar al sol cara a cara.
Confería poder sobre la tierra, el océano y los cuerpos celestes. Daba la
facultad de interpretar los medios secretos utilizados por los animales para
comunicarse entre ellos. Permitía resucitar los muertos y obrar a distancia.
Naturalmente, un libro como este constituye un peligro insoportable. Kanuas
quema el libro original, o pretende hacerlo. Como el mismo texto dice que el
libro, nacido del fuego , es incombustible, el relato es contradictorio. Pero si se
produjo realmente esta "desaparición", la misma fue solo provisional. El libro
reaparece en las inscripciones de la "estela Metternich", llamada así porque fue
regalada a Metternich por Mohamed Alí Bajá. La estela fue descubierta en
1828, y data del año 360 a. de J.C. A escala de la historia egipcia es, pues, un
documento moderno. Aparecen representados en esta estela más de
trescientos dioses y, entre ellos, los dioses de los planetas que giran alrededor
de otros astros. La mayoría de los descifradores modernos de esta estela,
dicen que interesaría mucho a los autores de ciencia-ficción El propio Toth
anuncia en esta estela, que hizo quemar su libro y que expulsó al demonio Set
y a los siete señores del mal.
Esta vez, la cuestión parece solventada. En el año 360 a. de J.C., el libro de
Toth es solemnemente destruido. Sin embargo, la historia no ha hecho más
que empezar. A partir del año 300 a. de J.C., (apenas 60 años después) vemos
aparecer de nuevo a Toth, identificado esta vez con Hermes Trismegisto,
fundador de la alquimia. Y todo mago que se respete, particularmente en
Alejandría, alardea de poseer el libro de Toth ; pero este libro no aparece
nunca: cada vez que un mago se jacta de poseerlo, un accidente pone fin a su
carrera.
Entre principios del siglo 1 a. de J.C. y finales del 2 d. de J.C., aparecen
numerosos libros que constituyen, en su conjunto, el corpus hermeticum. A
partir del siglo 5, estos textos son coleccionados, y encontramos en ellos
referencias al libro de Toth, pero nunca una indicación precisa que permita
encontrarlo. Los textos más célebres de esta serie son los titulados Asclepius,
Koré Kosmou y Poimandres. El Asclepius en particular, nos brinda extrañas
imágenes del poder de las civilizaciones desaparecidas. Y aún considerados
como obras de ciencia-ficción, estos textos excitan vivamente la imaginación.
San Agustín y numerosos teólogos y filósofos se interesaron mucho por ellos.
Sin duda alguna estos textos son los que propagaron el Libro de Toth. Este
aparece tan a menudo, desde el siglo 5 de la era cristiana hasta nuestros días,
que podemos preguntarnos cómo fue reproducido antes de la invención de la
imprenta y de la fotografía. La Inquisición lo quemó al menos treinta veces, y se
necesitaría todo un libro para enumerar los extraños accidentes sufridos por los
que se jactaban de poseer el libro de Toth. En el siglo XVIII, todo charlatán que
se respetase alardeaba de poseerlo y aunque ninguno de ellos pudo mostrarlo,
muchos murieron en las hogueras de la inquisición por esta causa, hasta el año
1825.
El libro de Toth entonces es el libro que existe pero no existe, pero lo que si
parece existir es una asociación internacional de lo que se a dado en llamar
"Hombres de Negro". Si existe tal organización, debe poseer necesariamente el
libro o lo que queda de él. Y, si los egipcios aplicaron al papiro las mismas
técnicas de conservación que a las momias, no es en modo alguno absurdo
pensar que un papiro pudiese conservarse hasta el siglo XIX, a partir de cuya
época pudo ser fotografiado. A menos que la organización de que se trata
conociese la fotografía desde mucho antes, hipótesis que no debe descartarse
a juzgar por ciertas pistas que nos otorga la historia. Todo esto hace que
sintamos afán por saber más. Pero es comprensible que algunos piensen que
la humanidad no está preparada para recibir estos conocimientos, y que una
organización haga todo lo posible por impedir la publicación del libro de Toth.
Hasta hoy, parece que lo han conseguido, y , a la luz de las aplicaciones que le
dan algunos hombres al conocimiento, hasta puede que tengan razón. Lo cierto
es que, si existiese una traducción del Libro de Toth, con pruebas de
autenticidad y fotografías del texto original, todos los editores vacilarían antes
de publicarla. ¿Usted no?
(Extracto) Bibliografía: "LES LIVRES MAUDITS" - Jacques Bergier -1976 -
Plaza & Janes, S.A., Editores.
PRÓLOGO
En el preciso momento, en que el sol emergía en el horizonte del mar azlante,
el escriba supremo abandonó el templo y descendió al valle sin equipaje
alguno, sin las insignias de su rango. Un nuevo discípulo había ascendido con
éxito los primeros peldaños de la iniciación y quedaba encomendado a su guía.
El discípulo, se llamaba Eleuzel de Delphos y su origen se remontaba también
a la época milenaria de los hombres-pájaro, los hombres-ele, los hombres-
libres que habiendo descendido al planeta del maya se habían prendado he las
hijas he los hombres y cohabitado con ellas.
Como otras veces, el Escriba, cuyo nombre no diré, partió acompañando y
protegiendo los primeros pasos de quien había recibido la luz en el Gran
Templo y sobre la gran colina dorada defendida por cuatro puertas invisibles.
Mientras caminaban juntos, el maestro dijo a su discípulo: "Tomarás la
dirección de Oriente y encaminarás tus pasos hacia la patria futura de las
pirámides, donde un río nuevo bañará los pies de una nueva raza portadora de
la única semilla que no será aniquilada en la séptima generación."
EL discípulo llevaba impreso a fuego en su corazón y en su mente el Gran
Libro y los dos libros subsidiarios. Mientras caminaba, en una visión
retrospectiva, fue reconociendo cada una de las páginas, numeradas del cero
al veintiuno, que le habían sido transmitidas en el idioma milenario, en que era
comunicado el verbo a quienes eran hallados dignos de recibir la sabiduría y el
poder.
Tres septenarios hacen veintiuno y siete ternarios señalan las siete razas, los
siete principios y las siete generaciones. Más importante que la función es el
conocimiento y nadie puede bañar su corazón en la sabiduría sí no ha
renunciado antes a la vana ciencia de quienes defendieron en el pasado y
defenderán en el futuro que saber es poder y poder es triunfar sobre la materia
y los semejantes.
Todo es energía y fluye en movimiento constante. Quien pone su mente en las
coordenadas verdaderas de tiempo y espacio, entra en comunicación con el
gran mar del conocimiento y en él es acrisolado, transmutado y renacido a
solas con el Cosmos, la esencia de toda cosa.
Cuando Eleuzel se hubo quedado solo en el camino y su maestro le fue
arrebatado. recordó los versos que había escrito un día como apología del
Gran Libro:
"Todo se ajusta ineludiblemente al tiempo y al espacio. Lo que en el planeta
está sucediendo y va a suceder, ya fue antes de ahora. La gran rueda de doce
radios gira ininterrumpidamente y nadie puede detenerla ni detenerse en su
movimiento de morir y renacer."
0.- EL LOCO o EL DISCÍPULO
Ampliar esta imagen.
El discípulo inició su camino, en solitario, en el momento en que comenzaba
sobre el planeta un eclipse he sol.
No llevaba ni oro ni armas, tampoco una su lado el maestro para acompañarle
a través del maya, pero recordaba la voz:
EL DISCÍPULO COMO EL MAESTRO, ESTÁN FUERA DE TODO ORDEN,
POR ENCIMA DE TODA LEY.
Por el camino algunos de los que le observaban te llamaban loco: los
hechiceros y los perros intentaron hacerle variar de dirección para que cayera
en un precipicio sin retorno.
Su tiempo se media por las lunas y su acción debía guiarse solamente por la
dirección y la luz del sol.
En una mano llevaba el símbolo de la orden en que había sido iniciado: una
rosa de color blanco.
Sobre los hombros apoyaba una vara con doble equipaje defendido por su
mano izquierda: en el equipaje de atrás guardaba los signos y las claves para
no detenerse ni errar en el camino, en el equipaje delantero acumulaba la
sabiduría.
Sobre la cabeza del loco podía verse este símbolo: un círculo y una cruz en el
centro, el signo del planeta donde debía conquistar la vieja serpiente.
El Loco no era el Loco, era el discípulo puesto en camino, llamado loco por
quienes no habían tenido el valor de emprender la búsqueda alquímica del
conocimiento.
1.- EL MAGO o EL APRENDIZ
Ampliar esta imagen.
A una Determinada altura del camino, el discípulo ya no fue llamado loco por
las turbas.
Los prodigios que hacia, le merecieron el apodo de "mago".
Pero en realidad, seguía siendo discípulo: un aprendiz que había comenzado a
practicar y obrar con sus conocimientos a través de la materia que le
proporcionaban los cuatro elementos.
Cuando se presentaba a la gente, lo hacía como un hombre libre con el signo
infinito sobre su cabeza: en su mano derecha la vara de poder y con su mano
izquierda encaminando la fuerza que venía de lo alto hacia los materiales,
sobre los que obrar el cambio.
Los materiales, los cuatro elementos con que había comenzado a trabajar,
estaban simbolizados adelante de él sobre la piedra cúbica defendida por el
ibis sagrado: el pentá*** dorado extraido de la tierra, la copa rebosante de agua
primitiva, el fuego inextinguible brotando del ánfora, la espada curva
delimitando el aire y las heridas.
La mayor parte de sus semejantes no comprendían ni los símbolos ni el
lenguaje, otros tenían miedo en su presencia por la forma en que manejaba y
dominaba los materiales, por eso le llamaron mago, dios, profeta, en adelante.
Pero en verdad, era un discípulo que todavía llevaba ceñida a la cintura la
serpiente que se muerde la cola y estaba aprendiendo a experimentar con la
materia aunque defendido por la fuerza constante de Mercurío.
El mago era el aprendiz alquimista buscando a través de sí mismo y la materia
la sabiduría y el don de la obra.
2.- LA SACERDOTISA o ISIS con VELO
Ampliar esta imagen.
El discípulo sabía, que antes de llegar a ser maestro, debía vencer las siete
tentaciones y que serían sutiles como los mas secretos deseos y podrían
disfrazarse incluso de aparentes formas de dominio del mundo de la materia .
Su primera tentación fue la sacerdotisa. Al discípulo se le apareció cubierta de
un velo negro y su primer deseo fue conquistarla y levantar el velo para entrar
en su mirada, porque en ella averiguaba la matriz virgen de todas las cosas y el
himen puro de la sabiduría que andaba buscando.
Cuando dio el primer paso para conseguir su objetivo, advirtió que la
sacerdotisa llevaba sobre su cabeza tu tiara de triple círculo, símbolo de la
trinidad superior conquistada, que defendían su vuelo los signos zodiacales de
Virgo y la Luna que llevaba escrita en sus manos la ley cósmica de causa y
efecto y que en su pecho estaba grabado el símbolo de la unión fecunda del
arriba y el abajo.
Parado, el discípulo contempló largamente a la sacerdotisa vestida de blanco,
oculto su brazo derecho por un manto azul, defendida por las columnas de los
dos principios que determinaban toda polaridad y todo movimiento dejando ver
en su mano izquierda la ley escrita y en su pecho el símbolo de Mercurio
entregado a todos los que pretendían la iniciación.
Entonces el discípulo retrocedió hasta el atrio sin dar la espalda y comprendió
que había vencido la primera tentación.
3- LA EMPERATRIZ o ISIS sin VELO
Ampliar esta imagen.
Atravesando la gran ciudad el discípulo llegó a las puertas de un palacio y fue
invitado a entrar.
En medio de la gran avenida que recorría los jardines, se encontró con una
mujer sentada en actitud hierática sobre una piedra que llevaba dibujados cinco
ojos, en los ángulos y el centro de la cara visible.
Al contrario que la sacerdotisa la mujer no llevaba los ojos vendados y dejaba
sus pechos núbiles al descubierto pero no se volvió para mirarle ni varió su
actitud contemplativa.
Apoyaba sus pies sobre una luna en cuarto creciente, su mano derecha
sostenía el cetro terminado en un círculo expresión de su poder ilimitado y su
rango, en el dedo índice de su mano izquierda se posaba el aguila protectora
de los procesos alquimicos.
La mujer revelaba el estado de fecundidad incipiente, adornaba su cuello un
aro con siete piedras preciosas y coronaban su cabeza doce estrellas.
En su frente se erguía la serpiente de la sabiduría. Atravesaba los jardines un
gran río de agua primitiva que operaba la transmutación de los campos y los
animales.
La carne débil del discípulo se conmovió ante la presencia de la emperatriz y
cruzó su mente, como una idea divina, que tal vez fuese su alma gemela que
andaba buscando.
En ese instante apareció el símbolo de Marte sobre la emperatriz y el discípulo
supo que no debía moverse en ninguna dirección sino sentir y esperar hasta
ser conducido dentro o fuera por sus guias invisibles.
4 - EL EMPERADOR o el PRÍNCIPE ALQUIMISTA
Ampliar esta imagen.
Al cumplirse el signo de Aries, el discípulo fue conducido a la presencia del
emperador. Encontró al emperador con la mirada fija en el infinito en la misma
actitud hierática que la emperatriz. El discípulo se detuvo y lo miró en silencio .
El emperador estaba sentado sobre una piedra cúbica y en la cara visible podía
verse un animal con cabeza de gato y cuerpo de pantera, guardián del secreto
del templo.
En su mano izquierda sostenía una cobra erguida y sobre ella un círculo
símbolos del poder conquistado y ejercido. Eran sus atributos dominar y
transmutar los cuatro elementos y poseía en sus manos la vida y la muerte de
sus semejantes.
El emperador llevaba un anillo con un rubí tallado en forma de pirámide
triangular y el mismo símbolo bordado en oro en el cinturón que ceñía su
vestido.
El discípulo comprendió que ya habían sido reunidos por el emperador el
cuatro y el tres y por tanto había descendido con el derecho de poseer el
planeta y ejercer la justicia.
Entonces sobre la cabeza del emperador se dibujó el signo de Escorpión y en
su pecho con las alas desplegadas se dejó entrever, sobre un disco dorado, el
águila que indicaba la constelación de origen y su pierna derecha formó sobre
la izquierda el ángulo de 90 grados.
De este modo el discípulo averiguó que el emperador era el príncipe alquimista
por cuyas venas corría también sangre roja, el germen venido de las estrellas.
No medió palabra alguna entre ellos pero el discípulo sintió que debía seguir su
camino. Lo hizo y en ese momento supo que su búsqueda había entrado en el
tiempo número cinco.
5 - EL HIEROFANTE o el GUÍA ALQUÍMICO
Ampliar esta imagen.
Antes de abandonar la ciudad el discípulo pasó nuevamente por las puertas del
templo. Un grupo de jóvenes se preparaba para cruzar el umbral y entrar en el
atrio de la iniciación. Era una escena que ya Había vivido.
El Gran Hierofante había sido conducido hasta el tercer escalón del atrio bajo
un dosel de columnas doradas rematado por el sol alado. Bajo el sol se
dibujaba un friso con los siete sellos de los siete guías alquímicos
correspondientes a las siete razas y las siete generaciones.
El Gran Hierofante adornaba su cabeza con la cobra de la sabiduría, iba
revestido de un manto rojo y una túnica dorada, sus pies se apoyaban en el
suelo señalando a Occidente y dos jóvenes coronados con el símbolo del
primer grado de la iniciación pedían ser introducidos en los misterios de Isis.
El Gran Hierofante mostró a los aspirantes los siete sellos, luego empuño la
triple cruz con su mano izquierda, símbolo del control y armonía de los tres
cuerpos y los tres mundos manifestados del Cosmos: la materia el alma, el
espíritu, el cuerpo físico, el cuerpo astral, el cuerpo mental.
Finalmente el Gran Hierofante elevó su mano derecha y juntando el pulgar,
índice y medio, flexionó el anular y el meñique y bendijo a cada uno según sus
deseos. Pero no les entregó las llaves del gran secreto todavía y
permanecieron cruzadas a sus píes esperando que sobrepasaran el umbral.
Sobre la cabeza del guía alquímico se dibujaron los signos de Aries y las
planetas Júpiter y Marte. Había pasaba otro tiempo y el discípulo entró de este
modo en el signo de Tauro.
6 - LOS AMANTES o los DOS CAMINOS
Ampliar esta imagen.
En el día quinto, el discípulo, había acumulado suficiente sabiduría para
discernir entre las distintas formas de poder y ejercerlo ante la admiración de
sus semejantes. Ya conocía el árbol de la vida y había probado sus frutos,
también sabía distinguir entre los demás árboles el del conocimiento y había
olido sus doce flores. Era el tiempo en que había sentido la presencia de la
serpiente antigua enroscada en el tronco del árbol de la vida y tanto le había
costado vencer.
En lo alto brillaba el sol que todo lo fecunda, lo miró y fue deslumbrado. En la
visión pudo distinguir al mismo tiempo la luna avanzando.
En el mismo camino frente a sí, distinguió un hombre joven ataviado con los
atributos de un príncipe. Al caer la tarde, le salieron al encuentro dos princesas
bellamente engalanadas. A su lado derecho, se colocó la mujer vestida de
blanco con una sobretoga azul y coronada por la cobra de la sabiduría. A su
lado izquierdo, se situó la mujer vestida de negro que se ataviaba con un collar
de oro y dejaba al descubierto sus senos y también coronaba su cabeza la
cobra de la sabiduría. Cada una de ellas se separó más adelante y tomó un
camino divergente. Sobre el príncipe estaba el disco solar de 29 rayos, 14
menores y 14 mayores más uno y en su centro se dibujó Lucifer disparando un
arco en dirección a su cabeza.
Entonces el discípulo supo que el príncipe era él mismo y que debía elegir
entre dos caminos. Paró sus sensaciones hasta la caída del sol y cuando vio
dibujarse en el cielo los signos de Venus y Tauro supo que debía elegir según
la ley, armonizando las dos serpientes y evitando el punto sin retorno en el
camino del conocimiento.
7 - El CARRO o la ENERGÍA BIPOLAR
Ampliar esta imagen.
Cuando el discípulo hubo elegido el camino sintió temblar la tierra bajo sus
pies. A su espalda apareció un carro de base cuadrada tirado por dos esfinges:
negra la del pescante derecho, blanca la del pescante izquierdo. El carro iba
protegido por un dosel que sostenían cuatro columnas. En el pescante
aparecía el sol alado y sobre el dosel el circulo con un punto.
Cuando el carro llegó su altura envuelto en un torbellino, una voz potente
venida de lo alto resonó con fuerza en sus entrañas y dijo: "Salta al pescante,
toma las riendas y cambia tus vestidos."
El discípulo, que había hecho un largo esfuerzo, obedeció instintivamente la
indicación, cambió sus vestidos y tomó las riendas. En ese momento vio
dibujarse sobre él signo de la tau rematado hacia arriba por una flecha. La voz
le impulsó desde su interior: "Toma en tu mano izquierda tus atributos: el cubo,
la esfera, la pirámide. No detengas el carro y acelera la búsqueda de la
sabiduría, utilizando las fuerzas que te han sido dadas. La luna te es propicia y
el sol alado está entrando en la constelación de las grandes transmutaciones.
Sobre tu frente está ya la cobra de la sabiduría y en tu pecho la tau soporta las
dos escuadras."
El discípulo agradeció a sus guías la ayuda y aceleró el ritmo aprovechando la
fuerza de las dos esfinges equilibrando con las riendas que sostenía en su
mano derecha el tiro de cada una. Mientras guiaba el carro, que le había sido
dado generosamente, anheló el momento en que el arriba y el abajo se unirían,
el momento en que la obra concluida vendría a sus manos y el masculino y el
femenino se manifestarían patentemente a sus ojos como una unidad invisible
y fecunda.
8 - LA FUERZA o EL LEÓN VENCIDO
Ampliar esta imagen.
Conduciendo su propio carro, el discípulo, revestido de los atributos de un
príncipe, tuvo una última aparición.
Una princesa ataviada con túnica bordada en oro, abría sin aparente esfuerzo
con sus manos las fauces be un león.
La princesa llevaba sobre su frente la cobra de la sabiduría, sobre su cabeza
un ánfora con el líquido transmutado que había conseguido y encima el águila
con las alas plegadas.
El discípulo pensó: "Es la diosa de la transmutación, puedo hacerla mía esta
noche y apropiarme su secreto." Pero debía conseguirlo sin detener el carro ni
utilizar su apariencia de príncipe.
La visión no le siguió y entonces, supo que acababa de vencer la última
tentación que le hubiera costado la obra entera e Interrumpido su camino.
La misma voz le hablo en su interior: "Al amanecer estarás preparado para
emprender otra viaje, cambiarás tus vestiduras y dejarás todos los vehículos
que has utilizado porque ya no los necesitas al amanecer el águila y el león se
pondrán a tu lado y defenderán tu obra para el resto de los días en este
planeta, en el ánfora de tu interior brota el agua primitiva que nunca se agota y
las dos serpientes se han unido en tu árbol. Vete en paz."
Había transcurrido otro tiempo, el último tiempo. Ya no era el discípulo que
había sido acompañado hasta el arranque del camino. Otros estaban llamando
a las puertas del Gran Templo y él debía emprender el camino de regreso y
devolver en justicia lo que en justicia había recibido. En ese instante, sobre el
cielo, se dibujaron los signos de Marte y Neptuno.
9 - EL ERMITAÑO o EL INICIADO
Ampliar esta imagen.
Al levantarse el sol en el horizonte, el príncipe, disfrazado de ermitaño, se puso
en pie y partió hacia donde sentía la llamada de una nueva generación de
aspirantes al conocimiento.
Su vestido era una túnica blanca de lino y se protegía con un amplío manto gris
de forro azulado. En su mano derecha empuñaba el bastón de su poder: una
vara en forma de tau y dos serpientes enroscadas de abajo arriba, la una negra
y la otra dorada. Con su mano izquierda protegía y llevaba la lámpara
encendida de siete rayos que lucía día y noche sin consumirse. Era la luz que
ningún viento podía apagar y ningún salteador arrebatar porque formaba parte
de la herencia del conocimiento y estaba destinada a guiar a quienes habían
invocado su nombre.
El príncipe, el iniciado, disfrazado de ermitaño, analizaba el camino de regreso
y veía cuan diferente era a su partida de la patria de origen. La iniciación y tu
sabiduría te habían convertido en un hombre sin patria y las gentes a su paso
no le llamaban ni loco, ni mago, ni profeta. Sólo se fijaban en su humilde
aspecto, quienes llevaban el signo del sol en la frente y le habían pedido ayuda
en silencio interior.
Ahora, de regreso, alcanzado el secreto de la obra alquímica, devolvía a los
hermanos lo que a su vez había recibido, cumpliendo en justicia la vieja ley del
conocimiento: el encuentro es para el amor, el amor para la fuerza, la fuera
para la obra, la obra para los hermanos.
Su acción tenía lugar bajo la influencia de Júpiter y Urano, entre Leo y Acuario.
10 - LA RUEDA DE LA FORTUNA o EL GRAN CAMBIO
Ampliar esta imagen.
La aparición del príncipe disfrazado de ermitaño por el planeta, marcaba en
realidad un nuevo tiempo, otro giro de la rueda de doce radios.
En este nuevo giro quedaría al descubierto lo que había estado oculto y
sepultado todo cuanto había estado patente, la vida se manifestaría en un
espectro de colores, hasta entonces, desconocidos.
Esta fue la primera visión que el anciano ermitaño comunicó a todos cuantos
solicitaban el conocimiento:
Una rueda de doce radios se movía lentamente apoyada en un eje vertical
atacado en su base por las dos serpientes que habían sido reunidas y
dominadas armónicamente por los maestros y debían serlo por los iniciados
que ahora cruzaban el umbral.
El movimiento de la rueda estaba determinado y controlado por la gran Esfinge
alada con cara de mujer, alas de águila, cuerpo delantero de león, cuerpo
trasero de toro.
El movimiento de la rueda se realizaba bajo los cuatro puntos fijos del zodíaco:
Acuario, Escorpión, Tauro y Leo.
Sobre la rueda obraban alquímicamente Mercurio y Urano y en la aceleración o
deceleración de la rueda influían, por su lado derecho, una figura de hombre
con cabeza de chacal conduciendo los elementos de los planos astrales a la
materia y un hipopótamo con cabeza de cocodrilo alado, por la izquierda
intentando cambiar el giro de la rueda.
Estos eran las primeros signos que por todo aprendiz debían ser interpretados.
11 - LA JUSTICIA o LA LEY DEL KARMA
Ampliar esta imagen.
La segunda visión que el ermitaño comunicó a los que habían solicitado el
conocimiento, fue la de la justicia.
Ante los ojos de los aspirantes, apareció una princesa ataviada con vestidos de
oro, coronada por la cobra de la sabiduría con los ojos vendados, sentada
sobre un trono cúbico, elevado sobre tres escalones cuadrangulares, con una
espada curva en su mano derecha y una balanza en su mano izquierda.
La princesa estaba de perfil, preparada para presidir el juicio de cada uno de
los que habían solicitado la iniciación, y aplicar la ley del karma que les
conduciría a la muerte alquímica o les haría regresar al mundo general del
maya.
Detrás de la princesa obraban como testigos los cuatro guardianes alquímicos
de los cuatro elementos: de pie sobre el tercer escalón un león, sobre el león la
esfinge con cuerpo de toro, detrás de la esfinge un ángel alado y sobre el ángel
una tortuga en posición de vuelo.
En presencia de la princesa, se inició el juicio de los que habían solicitado ser
admitidos en el atrio del templo. El juicio se llevaba a cabo, colocando en una
de los platillos de la balanza una pluma y en el otro el corazón del aspirante. Sí
el corazón pesaba que la pluma y desequilibraba la balanza, entonces, el
chacal con cuerpo de hombre lo conducía de regreso al mundo del maya y lo
dejaba sujeto a la ley común. Si por el contrario, el corazón era tan ligero de
peso como una pluma, el aspirante era conducido al atrio y admitido en la
iniciación.
El juicio y la aplicación de la ley del karma para los aspirantes, tenía lugar en
vida, se celebraba bajo la influencia de Venus y entre los signos de Cáncer y
Capricornio.
12 - EL AHORCADO o EL HOLOCAUSTO
Ampliar esta imagen.
El anciano transmitió luego a los que habían entraba en el atrio, una visión en
la que ellos mismos serían espectadores y protagonistas.
"Esta visión, les dijo no es una visión, es la imagen real de lo que os sucederá
a todos los que habéis cruzado el umbral del templo y habéis superado el juicio
y aceptado la Ley Cósmica que se aplica con anticipación a todos cuantos un
día recibirán el conocimiento."
Después les dejó ver un hombre suspendido en un travesaño colocado sobre
dos troncos de árbol a los que previamente se les habían talado sus seis
ramas.
El hombre joven estaba suspendido con una cuerda por su pie izquierdo y
cruzaba sobre su pierna izquierda la derecha formando un ángulo de noventa
grados. Tenía enlazadas sus dos manos por encima de la cabeza y dejaba
caer al suelo monedas de oro transmutado.
El hombre estaba solo, ante su propio destino, ajeno a la tierra y al cielo,
sometido voluntariamente al holocausto que previamente había aceptado y
nadie podía acercarse a él ni arrebatar las monedas durante tres días y tres
noches consecutivas.
La posición del hombre impulsaba hacia abajo lo que había estado arriba y
hacia arriba lo que había estado abajo. En su desdoblamiento provocado el
hombre podía ponerse en contacto con su raza y su patria de origen sin
abandonar definitivamente la materia, unido a ella por el frágil lazo que le había
ocultado hasta entonces la serpiente.
El holocausto debía celebrarse bajo el signo de Libra y estando la Luna en
cuarto menguante.
13 - LA MUERTE o LA TRANSMUTACIÓN.
Ampliar esta imagen.
El hombre sabio salió para ver atardecer sobre los campos. Se detuvo frente a
la mies y comprendió que las espigas estaban maduras.
Entonces hizo que los neófitos le acompañaran hasta el extremo de los
sembrados.
El espectro de la muerte había comenzado la siega blandiendo la guadaña de
izquierda a derecha, rítmicamente, y de los sembrados se levantaba en
oleadas el miedo a de la mies que faltaba por segar, pero las espigas que
yacían en tierra ya nada temían porque se habían liberado y esperaban su
preparación para una nueva sementera.
Entonces, el hombre sabio se volvió a los que habían iniciado el aprendizaje
del conocimiento y les dijo: ¿Conocéis acaso el destino del grano de trigo? Si la
espiga no se siega, sí el grano de trigo no es separado de la paja, entonces no
puede ser depositado nuevamente en el surco y renacer en una espiga según
la ley. Quién pide el conocimiento lleva escrita en su carne la ley: primero morir,
luego renacer. El orden inviolable para quien solicita el acceso al gran secreto
es desear y conseguir primero ser justo, luego ser bueno y luego sabio.
"Cuando entréis en el signo de Aries y el planeta Marte haga sentir sobre
vosotros la fuerza de su fuego, sabed que está próximo para vosotros el
momento de la transmutación, el de vuestra muerte alquímica. Dominad en ese
momento el miedo porque sobre vuestras cabezas no está solamente la
guadaña, sino el arco iris de siete colores como prueba del pacto del arriba y el
abajo y un nuevo Sol que hará renacer virgen de la materia opaca, el cuerpo
sutil de vuestros deseos purificabas según la ley.
14 - LA TEMPLANZA o LA ALQUIMIA ESPIRITUAL.
Ampliar esta imagen.
Cuando el Anciano maestro sintió que todos los aspirantes al conocimiento
habían asimilado el contenido y el amor a la muerte, los transportó
mentalmente a otro paraje.
En medio de un campo florecido, apareció un ángel alado y plegó las alas en
forma de ángulo recto y se puso a caminar de norte a sur. Sobre su cabeza
brillaba la llama de todas las transmutaciones alquímicas y en ella residía el
espíritu del agua primitiva. El ángel llevaba el precioso líquido en un ánfora de
oro que sostenía en su mano izquierda y se puso a verterla en un ánfora de
plata que llevaba en su mano derecha.
Al caminar, el ángel desplegó unas pequeñas alas que llevaba en los talones y
a su espalda apareció el signo de Mercurio, protagonista y guardián de todos
los trabajos alquímicos y sobre él, el Sol en posición fecundadora y el signo de
Escorpión a la derecha propiciando la manipulación de los materiales.
Luego el ángel desapareció de la imagen y llenó la escena el número catorce
que expresaba todas las fases lunares necesarias para que el velo de Isis fuera
levantado. Gradualmente el catorce se fue convirtiendo en un cinco. En ese
instante la visión se esfumó y los aspirantes fueran sumidos en un gran sueño:
el liquido que vertía el ángel con su copa de oro en la copa de plata había
rebosado y se había convertido al caer en tierra en un gran río y todos los
aspirantes habían caminado hasta sus orillas y habían comenzado a
sumergirse en él para ser purificados y no tener en el futura necesidad de otra
agua.
15 - EL DIABLO o EL GUARDIÁN DEL SECRETO
Ampliar esta imagen.
Sin salir del sueño, a medida que los aspirantes iban bebiendo el agua y
ganaban la otra orilla del río, asistían a la transformación del que, hasta
entonces, se les había presentado como príncipe iniciado, ermitaño y guía, en
diablo y lucifer.
El diablo y lucifer era el guardián del secreto y tenía forma de monstruo enorme
con patas de macho cabrío, vientre be hipopótamo, pechos de mujer y manos
de hombre alas de murciélago y cabeza de cocodrilo.
En su mano izquierda blandía una tea encendida y a su espalda y bajo sus
pies, podían verse humeantes los restos de un templo que acababa de
incendiar.
En su mano derecha sostenía un cetro cuya vara era una doble tau terminada
en uve y entre los lados de la uve un circulo: atributos exclusivos de los
príncipes que tenían el poder del conocimiento.
Encadenadas a una de las piedras del templo destruido, aparecían dos figuras
humanas: una con cuerpo de hombre y cabeza de macho cabrío, otra con
cuerpo de mujer y cabeza de macho cabrío. Las dos estaban semidesnudas y
postradas de rodillas a los pies del monstruo.
Y el monstruo tenía sobre su cabeza la llama del espíritu alquímico y sobre él
se dibujó el signo de Sagitario.
En ese preciso instante, los aspirantes comprendieron que el propio guía podía
convertirse en tentador, porque era a la vez el guardián del gran secreto y a
nadie permitiría acceder a él antes del tiempo.
16 - LA TORRE o LA SEGUNDA MUERTE
Ampliar esta imagen.
El anciano volvió a tomar la forma física habitual, condujo a las discípulos fuera
del sueño y les sugirió una nueva visión. En ella podrían ver las
acontecimientos que habían sucedido y los que iban a suceder muy pronto.
Sobre un cielo de bronce se destacó la silueta de una gran pirámide que
coronaba un gran templo. En el cielo brilló un rayo que hizo blanco en la piedra
angular de la pirámide. La piedra angular saltó como impulsada por un resorte
mecánico y rodó hacia el vacío causando enormes daños en las zonas bajas
del templo.
Con la caída de la piedra angular salieron despedidos y cayeron también, el
constructor que se había adueñado del gran secreto y el gran sacerdote que
había usurpado los poderes al príncipe supremo del pueblo.
En la caída el sacerdote rey perdió la corona también el cetro de mano y la
espada. El constructor, en cambio, perdió el compás, la escuadra y el rollo de
papiro en que estaban escritos las números clave del gran secreto.
La destrucción de la gran pirámide, que coronaba el templo, no continuó. A los
ojos de los aspirantes se iluminó la puerta inferior de entrada que daba acceso
a la cripta de las grandes iniciaciones. Sobre el dintel apareció entonces el
signo de Marte y a los lados, obrando, los planetas Saturno y Júpiter,
propiciadores del cambio.
En la cripta, ajenos a los acontecimientos exteriores grupos de iniciados en
distinto nivel, continuaban estudiando la ley y buscando la sabiduría. Ellos
sabían que cuando todo hubiera acabado, deberían salir al exterior y poner la
piedra angular en la cúspide de la pirámide de nuevo.
17 - LA ESTRELLA o LA FECUNDACIÓN ALQUÍMICA
Ampliar esta imagen.
Desde que el maestro proyectó sobre sus discípulos la visión del ángel,
vertiendo el agua primitiva de un ánfora en otra, habían pasado tres días
completos, el tiempo exacto para permitirles ver la imagen complementaría.
Arrodillada, con un pie en tierra y otro en el mar, apareció una doncella
desnuda, de perfil, que portaba las mismas ánforas de oro y plata que había
utilizado el ángel.
La doncella vertía el contenido del ánfora de oro sobre la tierra y el del ánfora
de plata sobre el mar. De este modo el espíritu de la vida fecundado
alquímicamente en su interior, se expandía y fecundaba a su vez las dos
matrices de toba cosa en el planeta renovado.
Sobre la cabeza de la doncella, apareció una estrella de ocho puntas y en su
interior dos triángulos unidos por la base, dorado y luminoso el superior, negro
y opaco el inferior. De este modo, el de abajo era elevado por el de arriba, y la
materia elevada hacia el espíritu de la luz.
Al lado derecho de la doncella, sobre el horizonte celeste, se iluminaron las
siete Pléyades y por el lado izquierdo, emergiendo del mar, brotó un tallo de
loto con tres flores y sobre la flor principal se posó una mariposa con las alas
desplegadas.
A ambos lados de la estrella mayor aparecieron los signos de Géminis y el
planeta Mercurio. Eran las señales indicadoras de que una nueva generación
estaba siendo germinada y brotaría en breve sobre el planeta.
18 - LA LUNA o LA SEPULTURA
Ampliar esta imagen.
Cuando la doncella terminó de verter su líquido en el mar y en la tierra, sobre el
planeta se hizo el crepúsculo.
Entonces, el espíritu alquímico que había derramado, fecundó el óvulo y
comenzó la germinación.
En el cielo apareció una luna nueva coincidiendo con el solsticio de verano y
solamente iluminó una de las dos pirámides que se silueteaban en la noche, la
que estaba al lado derecho.
A la luz del crepúsculo y sobre el cielo, pudo verse dibujado con caracteres de
fuego el signo de Cáncer y sobre el dintel de la puerta que daba acceso a la
cripta de las iniciaciones en la pirámide iluminada, aparecieron los signos de
Acuario y Venus.
Procedente del interior de la tierra en dirección a las pirámides, iluminado por la
luna directamente un escorpión hacía su camino.
Dos perros sentados, con cabeza de chacal, montaban guardia al lado de las
pirámides.
El de la pirámide iluminada era negro y blanco el de la pirámide negra. Cada
uno conducía el proceso alquímico de la pirámide respectiva y guiaba los
cuerpos sutiles hacia su propio destino: la muerte el de la pirámide negra, el
renacimiento el de la pirámide iluminada.
El proceso debía terminarse antes de que el sol iluminara la piedra angular del
gran templo en la ciudad dorada En ese preciso instante la luna terminaría su
recorrido y la cripta debería ser abierta y revelar su secreto.
19 - EL SOL o EL ALUMBRAMIENTO
Ampliar esta imagen.
Al día siguiente alumbró un sol poderoso sobre las cabezas de los iniciados y
tenía veintinueve rayos, catorce mayores y catorce menores más un rayo que
unía cielo y tierra.
En el símbolo del sol se manifestaba también la clave de la procreación. En la
tierra florecieron en forma circular 21 flores blancas y dos príncipes, hombre y
mujer, entraron dentro del círculo tomados por la mano.
El príncipe iba vestido con túnica blanca y bordada en el pecho con hilo de oro
un águila con alas desplegadas. La princesa iba ataviada con túnica azul y a la
altura del pecho, bordada en oro, la cruz ansada.
Bajo la influencia del Sol y de Júpiter y obrando astrológicamente Piscis y Leo,
el Sol hizo germinar y alumbrar los campos. Los dos príncipes entraron en
comunión y en sus mentes se hizo la luz, alimentada por las dos serpientes
armónicamente reunidas.
Era un día nuevo, el primer día de la nueva raza sobre la tierra del nuevo
reino.
Era el día preanunciado y profetizado desde milenios para el que habían sido
guiados, iniciados y celosamente guardados los portadores de la semilla y sus
receptáculos, por fin unidos en el círculo alquímico, alumbrado en las mismas
coordenadas de tiempo y espacio, según estaba escrito.
20 - EL JUICIO o LA REENCARNACIÓN
Ampliar esta imagen.
Una de las últimas lecciones y visiones que el anciano maestro hizo aprender y
guardar celosamente en el secreto de su corazón a los discípulos fue la del
juicio y el retorno a la materia.
En la cumbre del universo, desde los altos cielos, un ángel hizo sonar su
trompeta de oro y se oyó en los cuatro ángulos del mundo que había sido
juzgado.
El ángel se cubría el cuerpo con alas de oro y llevaba una llama encendida
sobre su cabeza.
En el lugar de las tumbas sagradas un sarcófago se iluminó y tres momias - un
varón, una mujer y un niño - se levantaron, despertando de su sueño al toque
de la trompeta y regresaron a la materia y a la experiencia del mundo de los
vivos.
El sarcófago tenía en el lateral visible siete columnas de inscripciones, cada
una de ellas correspondientes a las siete generaciones a las siete razas del
planeta.
En la columna número cuatro, aparecía el escarabajo dorado, símbolo de la
iniciación y la reencarnación un sol alado, el sol naciente, cubría con sus alas
las siete columnas.
En el lateral izquierdo de la tumba, montaba guardia un anubis con cabeza de
chacal, testigo de todo juicio y todo viaje de retorno desde el mundo de las
sombras al mundo del maya. Presidiendo la acción obraba el signo de Saturno
regidor del karma y la ley evolutiva a través de todas las mutaciones y
ascensiones propiciadas por la Luna.
21 - EL MUNDO o LA TIERRA PROMETIDA
Ampliar esta imagen.
En la última visión, el anciano se puso al frente de los que habían pedido la
iniciación. Primero tomo el aspecto de un ermitaño, luego se transmutó en
hierofante, luego en mago y, finalmente tomó la forma de un discípulo, ataviado
como ellos mismos.
Les dijo en un idioma sin palabras: "Esta será la última visión antes de mí
partida, espero que comprendáis cuánto debéis hacer porque en adelante
seréis dispersados y quedaréis solos en el camino a merced de vuestra
sabiduría, vuestra fuerza y los cuatro elementos."
Apareció en los cielos una corona de doce rosas con tres capullos cada una.
Nuevamente las flores hacían renacer la rueda de la fortuna y se iniciaba un
nuevo giro presidido por los cuatro elementos: tierra, fuego, agua y aire. Y los
cuatro elementos estaban protegidos según la ley, respectivamente por un
ángel en el signo de Acuario, por un águila en el signo de Escorpión, por un
toro en el signo de Tauro, por un león en el signo de Leo.
En medio de la corona de flores, una paloma con alas desplegadas remontó el
vuelo verticalmente. Era la paloma de Noé que anunciaba una nueva era.
Completó luego la escena una mujer de rodillas tocando una lira de tres
cuerdas. El armazón de la lira se apoyaba en una cabeza tallada en forma de
esfinge. La cobra de la sabiduría soportaba los símbolos fundamentales de los
dos cuerpos. En los cielos se iluminó el signo del Sol universal fecundado y los
discípulos fueron enviados a los cuatro ángulos del nuevo mundo para obrar y
repartir lo que habían recibido entre los nuevos herederos de la Tierra
Prometida.
FUENTE: http://www.taringa.net/posts/apuntes-y-monografias/5508750/
Apologia-del-Libro-de-Toth---Libros-Prohibidos.html ... www.tarotegipcio.com.ar
en simbolismo arcano y de un corte alquimico abundante. Recordemos que
Tarot proviene de toth...
Los Arcanos de Thot: de la lógica a la matemática.
Arcano significa tanto secreto como misterio. La palabratarot proviene de thot.
Significa adivinación, simbolismo, astrología. Por las repercusiones
cabalísticas, la adivinación y la magia están representadas por la
letra alef del alfabeto hebraico.
Los arcanos de thot provienen de la constelación de Orión, que
significaba para los egipcios el cazador de los demonios del cielo y era
la representación celeste de Osiris, el dios regenerado.
En realidad, thoth significa conocimiento transmitido por seres de esa
constelación, los arcanos de thoth.
Antiguamente los seres de Lemuria y Atlántida lo tenían como creencia y
como religión. Este conocimiento provenía de los arcanos de Thot, que
transmitían a los seres más adelantados y les enseñaban el significado
del universo. Aquellos que lo captaban a través de la telepatía se
encargaban de compartirlo con los demás. El conocimiento era transmitido
primero de boca a boca, y después fue escrito por aquellos que
dominaban el lenguaje, quienes dejaron constancia de esta sabiduría.
Cuando la Atlántida se separó del continente africano y se formaron los
otros continentes, esta sabiduría se fue a lo más profundo de las mentes
y quedó relegada a unos cuantos, quienes, al no tener continuidad —ni
transmitida ni legada—, comenzaron a transformarla a conveniencia y
beneficio propio, dominando con ello a las masas.
Somos ‘Los arcanos de Thoth’; nos presentamos en miles de formas,
signos y colores. Por eso nos llamamos arcanos. Representamos una
diversidad infinita de símbolos que al final son uno solo; nos adaptamos
a la evolución y elevación de las mentes. Nuestra forma es el círculo.
Nuestro color es el blanco brillante. Nuestro signo es + (más). Nuestra
vibración es infinita. Nuestra frecuencia son ondas. Nuestro ritmo es
cadencioso y sutil. Podemos subir y bajar a través de la octava zona de
las realidades densas, y a través de esa zona nos comunicamos con las
energías-pensamientos que captan nuestra frecuencia. Hemos transmitido
el conocimiento en todos los tiempos del planeta Tera, y nos hemos
contactado siempre con los seres de mentes abiertas: filósofos,
profetas, reyes, faraones, metafísicos, historiadores, místicos, magos,
seres de energías-pensamientos elevadas, etcétera.
“Los arcanos de Thoth” constituyen la sabiduría milenaria que
acompaña a las energías-pensamientos del Ser Uno desde el principio de
su creación. Así pues, toda información que llega al planeta Tera deriva
de este conocimiento.
Los Arcanos Mayores y el pensamiento lógico.
La interpretación de las imágenes del Libro de Thot se vale
fundamentalmente de dos únicos elementos: la luz y la sombra, la primera
símbolo del día de la creación y de la vida consciente, y la segunda
exponente de la Noche creadora y de la vida subconsciente.
Cuando el pensamiento tiene correlación y continuidad correcta,
entonces se dice que es lógico, porque se une a la razón y al sentido
común de pensamientos estructurados y adaptados a las formas verdaderas
del conocimiento. Esta sabiduría se basa en los métodos y símbolos de la
matemática. El pensamiento lógico actúa por medio de operaciones sobre
los objetos y da origen a las proposiciones. En las cartas de un Tarot
El Cielo se representa con un círculo y la Tierra con un cuadrado, El
Fuego con un triángulo hacia arriba y el Agua con un triángulo hacia
abajo.
Para que una acción se estructure, necesita un agente que la active; este es
el dinamismo.
Esta cualidad es el impulsor que alerta y aviva la intensidad de la
acción-pensamiento, produciendo un rápido efecto, activando el mecanismo
del pensar y poniéndolo en funcionamiento. Esto trae como consecuencia
la plasmación y ejecución del pensamiento, convirtiéndolo en una verdad.
En cada una de las cartas del libro de Thot aparece:
En la parte superior una letra hebrea, una mística, un signo egipcio y
los atributos de una deidad, símbolo de determinado dinamismo que actúa
en el Plano espiritual.
En la parte media, una grafía que interpreta en imágenes el sentido de ese
dinamismo actuando en el Plano mental.
En la inferior, los símbolos místicos, astrales, alfabéticos y
cabalísticos a través de los cuales ese dinamismo cumple su cometido en
el Plano físico.
I.El Prestidigitador en el acto de hacer magia.
Osiris representa al mago y el fundador de la civilización egipcia.
Pero sólo después de ser regenerado al combatir los demonios del sueño
de la muerte, se pudo unir a Isis para engendrar a Horus.
Letra: Aleph, símbolo del creador.
Atributo modelador: Sol en leo.
Principio: la creatividad, el propósito dinámico, el campo de los fenómenos tal
y como los ve el pensador.
En el Plano Espiritual es el arquetipo, las fórmulas que contienen la idea, la
iniciación en los misterios.
En el Plano Mental es el poder selectivo de las ideas para elegir las formas
por medio de las cuales se ha de manifestar la fuerza de voluntad.
En el Plano Físico propende por el dominio de las
fuerzas en movimiento, la adaptabilidad de las formas físicas a su medio
ambiente y a las circunstancias.
Axioma trascendente: “Sé en tus obras como en tus pensamientos.”
II.La Sacerdotisa en el acto de ejercer su sacerdocio.
Isis, figura lunar mítica egipcia, era la maga y estaba en relación
con el destino, en particular con el destino del alma y con su
renacimiento. Era la diosa de la vida y de la muerte, y poseía las
claves del pasado y del futuro; la diosa del conocimiento, de la
naturaleza, la Gran Madre fecunda. Isis nació de la unión de Geb, la
Tierra y de Nut, el Cielo.
Letra: Beth, símbolo del ensueño que crea.
Atributo modelador: Luna en cáncer.
Principio: La imaginación, la ciencia oculta y manifestada, el pasado y el futuro
hechos imagen en el presente.
En el Plano Espiritual representa la matriz en que toman forma las imágenes,
la tesis planteando la antítesis.
En el Plano Mental es la dualidad, el sentido de los opuestos, la razón que
compara.
En el Plano Físico propende a la fusión de los deseos, la afinidad química, la
relación de los sexos.
Axioma trascendente: “el viento y las olas van siempre a favor de quien sabe
navegar”.
III.La Emperatriz en el acto de hacer manifiesta su potestad.
Letra: Ghimel, símbolo del dinamismo viviente.
Atributo modelador: Júpiter en sagitario.
Principio: La naturaleza divina, el organismo en función, la conjunción de
fuerzas que tienden al mismo fin.
En el Plano Espiritual representa el conocimiento de lo occulto y lo
manifestado, lo pasado y lo porvenir haciéndose realidad en lo presente.
En el Plano Mental es ideación, generación y manifestación. Creación,
conservación, renovación.
En el Plano Físico propende a la expansión, multiplicación y concreción de las
ideas, deseos y actos que expresan la vida interior.
Axioma trascendente: “Tejiendo está tu telar, telas para tu uso y telas que no
has de usar”.
IV.El Emperador en el acto de regir sus domninios.
Letra: Daleth, símbolo del principio de la unidad materializada, la voluntad, la
autoridad y el poder.
Atributo modelador: Urano en acuario.
Principio: El absoluto emanando sus poderes, la realidad inteligible y la
realidad tangible.
En el Plano Espiritual es la materialización constante de la virtud divina en el
hombre, la progresión jerárquica en que se manifiesta la vida.
En el Plano Mental representa las cuatro concordancias de afirmación-
negación, discusión-solución, en su labor de concreción.
En el Plano Físico propende a la realización de las cosas materiales, la
cristalización del esfuerzo y la obtención del poder.
Axioma trascendente: “Al trabajo de tus manos, da bendición, y en el del
pensamiento, pon corazón”.
V.El Jerarca en el acto de impartir la gracia de su ministerio.
Letra: He, símbolo del misterio del fuego viviente que se infunde y difunde.
Atributo modelador: Mercurio en virgo.
Principio: La luz divina, la luz que vivifica, la religion universal, la iniciación en
los sagrados ritos.
En el Plano Espiritual es la Ley Universal a través
de la cual el creador se manifiesta a sus creciones, el sentido místico,
la quinta esencia de las cosas.
En el Plano Mental representa la Ley y la Libertad,
la enseñanza y el conocimiento, el dominio de las pasiones y la
identificación con nosotros mismos y los demás.
En el Plano Físico propende a dar dirección y
control a las fuerzas naturales, conceder libertad dentro de la
disciplina y otorgar eficacia a los procesos orgánicos y a las
creaciones físicas y mentales.
Axioma trascendente: “De oídas te había oído, más ahora mis ojos te ven y
mi corazón te siente”.
VI.La Indecisión en el acto de escoger entre dos caminos.
Letra: Vau, símbolo del misterio de la causa operante que actúa en cada ser.
Atributo modelador: Venus en tauro.
Principio: El Verbo como causa eficiente, el
conocimiento del bien y del mal, La ley natural, el vicio y la virtud
como elementos de acción trascendente.
En el Plano Espiritual representa el conocimiento
instintivo de lo que es propio o impropio, la ley moral que gobierna la
conciencia y da trascendencia a los actos.
En el Plano Mental es la Abstinencia y la Gula, la Libertad y la Necesidad, el
Deber y el Derecho como fuerzas operantes.
En el Plano Físico propende a la determinación de conducta, al matrimonio o
al celibato.
Axioma trascendente: “Trabajos me das, Señor, más con ellos fortaleza”.
VII. El Triunfo en el acto de evidenciar su naturaleza dual.
Letra: Zhain, símbolo del misterio de la Luz astral como emanación luminosa e
incandescente.
Atributo modelador: Neptuno en piscis.
Principio: La causa final, el espíritu hecho forma,
la causa operante como fuerza que opera, la razón del propósito y el
poder que permite realizarlo.
En el Plano Espiritual simboliza la ascendencia del
espíritu sobre la materia, el conocimiento de los siete principios que
dirigen los actos creadores, la existencia potencial de las siete
virtudes que dan eficacia a esos actos.
En el Plano Mental representa el desvanecimiento de
la duda por la luz del intelecto, la eliminación de errores por la
posesión gradual de la verdad.
En el Plano Físico propende a inspirar deseos e impulsos de superación, crear
contrastes entre el mundo interior y el externo.
Axioma trascendente: “Cuando la ciencia entrare a tu corazón y la sabiduría
fuere dulce a tu alma, pide y te será dado”.
VIII. La Justicia en el acto de conocer y fallar en razón.
Letra: Heth, símbolo del misterio del Plasma Mater en cuyo seno dormita la
vida.
Atributo modelador: Saturno en capricornio.
Principio: La existencia elemental, la repartición en equidad, la conciencia
como manantial de conocimiento.
En el Plano Espiritual es la razón pura, lo absoluto en acto, el rigor y la
moderación.
En el Plano Mental representa la fuerza del derecho, el logro de la dicha como
consecuencia de la moderación en el recto pensar.
En el Plano Físico propende a la evolución y la involución, la atracción y la
repulsión, a lo que es grato e ingrato simultáneamente.
Axioma trascendente: “Edifica un altar en tu corazón, más no hagas de tu
corazón un altar”.
IX. El Eremita en el acto de iluminar su mundo interior.
Letra: Teth, símbolo del misterio de lo insondable.
Atributo modelador: Marte en aries.
Principio: El amor como acto puro, el elementen de
conservación y renovación, el genio protector, la prudencia, la
iniciación en los arcanos de la vida superior.
En el Plano Espiritual es la manifestación de la luz
divina en las obras humanas, la sabiduría absoluta, la comunión del
pensador con su pensamiento y la cosa pensada.
En el Plano Mental representa la discreción, la caridad y el conocimiento.
En el Plano Físico propende al desarrollo molecular, la culminación de todo lo
que es anterior.
Axioma trascendente: “Sube al monte y contempla la tierra prometida, más no
te digo que entrarás en ella”.
X. La Retribución en su obra retribuidora.
Letra: Iod, símbolo del misterio de la ley de compensación.
Atributo modelador: Plutón en escorpio.
Principio: El Verbo plasmado, el orden y la
necesidad de su existencia, la periodicidad, el karma como causa y
efecto, la rueda de la vida en sus infinitas rondas.
En el Plano Espiritual es la sucesión del tiempo y de las circunstancias como
causa de perfección, el eterno retorno de las cosas.
En el Plano Mental representa la inducción y la deducción, el tiempo y el
intervalo, la generación de emociones y la regulación de pasiones.
En el Plano Físico propende a la acción y la reacción, la aplicación de lo moral
a lo material la confrontación de los deberes diferidos.
Axioma trascendente: “Costoso es el saber que compras con la experiencia, y
más costoso el que te falta por comprar”.
XI. La Persuasión en el acto apasible de persuadir.
Letra: Khaph, símbolo del misterio de la fuerza operante.
Atributo modelador: Sol en aries.
Principio: La matriz cósmica hermafrodita, el esfuerzo del ánimo, los actos
reflejos, el poder moral, lo que hay de superior en el hombre.
En el Plano Espiritual es el principio jerárquico de las fuerzas actuantes, la
acción del espíritu sobre la materia.
En el Plano Mental representa el intelecto, la facultad de crear y dominar por
medio de la determinación que da el conocimiento de la verdad.
En el Plano Físico propende al dominio de las bajas pasiones, la conservación
de la propia integridad moral.
Axioma trascendente: “Gozoso en la esperanza, sufrido en la tribulación, sé
constante en la oración”.
XII. El Apostolado en el acto de consumar su misión.
Letra: lamed, símbolo del misterio del desplegamiento de ala.
Atributo modelador: Luna en Tauro.
Principio: elmovimiento expansivo,
la consumación del sacrificio voluntario, el altruismo como fuerza
creadora, el deseo de servir, la devoción.
En el Plano Espiritual es el elemento por el cual se
sacrifica lo superior a fin de que evolucione lo inferior, la
complacencia en el bien que se realiza.
En el Plano Mental representa la ley de la propia
represión, el antagonismo de las creaciones mentales, la circunspección
al decidir, lo que hay de penoso en el obrar.
En el Plano Físico propende a la reversión de los
valores, la desazón de lo material producida por el predominio de lo
moral, la abnegación como fuerza expansiva.
Axioma trascendente “Aunque el sol te fatigue de
día, y la luna te contriste de noche, no lleves tu pie al resbaladero,
ni duermas cuando haces guardia”.
XIII. La Inmortalidad en el acto de renovar la vida.
Letra: Mem, símbolo del misterio del agua primordial.
Atributo modelador: Mercurio en géminis.
Principio: la concepción, la plasmación, la
renovación, el renacimiento, por el que se transmutan unos elementos en
otros y el hombre se prolonga en sus obras.
En el Plano Espiritual es la renovación de la vida
por la desintegración de sus partes, la liberación de la esencia por la
transformación de la materia que la contiene.
En el Plano Mental representa la acción y la reacción, lo inductivo que da lugar
a lo deductivo.
En el Plano Físico propende a los procesos que
favorecen la somnolencia, la petrificación, el sonambulismo, lo que se
corrompe, lo que se destruye, lo que perece para renacer en distinta
forma.
Axioma trascendente: “La noche ha pasado y llegado el nuevo día. Vístete
pues las armas de la luz”
XIV: La Temperancia en el acto de trasegar las virtudes.
Letra: Nun, símbolo del misterio de la Idea y el Verbo.
Atributo modelador: Júpiter en cáncer.
Principio: La divina andrógina, la emanación primaria que se infunde y difunde
a través de la luz y el calor.
En el Plano Espiritual es la eterna actividad de la
vida, la íntima afinidad de los elementos opuestos, el sacerdocio como
lazo de unión entre el mundo interior y el exterior.
En el Plano Mental representa la solidaridad de las
emociones, la asociación de las ideas, la reciprocidad de los afectos,
la correspondencia entre los vicios y las virtudes.
En el Plano Físico propende a regular las relaciones
de los sexos, el equilibrio de la fuerza vital, lo que atempera las
emociones y contrarresta las pasiones.
Axioma trascendente: “No seas como paja delante del viento, ni como viento
delante de paja”
XV. La Pasión en el acto de emanar sus efluvios potenciales.
Letra: Samekh, símbolo del misterio de la luz astral en circulación.
Atributo modelador: Neptuno en leo.
Principio: la voluntad individual, el atractivo del misterio, el fuego creador, el
destino como causa eficiente.
En el Plano Espiritual es la manifestación de la
voluntad individual, fuerza refractaria al orden establecido y principio
que insta a desentrañar los misterios.
En el Plano Mental representa la cadena de las
pasiones, la fuerza del deseo, la constante controversia en que se agita
el ánimo y nos impulsa a buscar lo opuesto.
En el Plano Físico propende a los procesos de la
generación, los deseos intensos, la malicia, la discordia, el temor y la
cólera, el fuego y el agua que lo apaga.
Axioma trascendente: “Hiciéronme guarda de viñas, y mi viña, que era mía,
no guardé”
XVI.La Fragilidad en el acto de consumar los designios de la divina
providencia.
Letra: Ain, símbolo del misterio de la severa vigilancia.
Atributo modelador: Mercurio en virgo.
Principio: lo inescrutable, lo temporal, lo perecedero como causa determinante
de la evolución de los seres y los objetos.
En el Plano Espiritual es el despertar del
entendimiento por virtud de la aflicción que conmueve el ánimo, la luz
de lo superior haciéndose flexible en lo inferior.
En el Plano Mental representa la nulidad de los valores materiales, la
indigencia de los logros intelectuales, el aprendizaje de la soberbia.
En el Plano Físico propende a los procesos
aflictivos , el rigor, la severidad, lo que en alguna forma despierta
los poderes latentes y desvanece los ensueños por valores temporales.
Axioma trascendente: “Luz de amanecer, luz de medio día, luz de atardecer:
lo que importa es que sea luz”
XVII.La Esperanza en el acto de transmutar los elementos primordiales.
Letra: Phe, símbolo del misterio del aliento cosmogónico.
Atributo modelador: Saturno en libra.
Principio: El verbo en el acto, la inmortalidad de la existencia, la fuerza
creadora de la fe.
En el Plano Espiritual es la abnegación como
manantial de vida, la fe como elemento actuante, la inteligencia
primaria expresándose a través de la secundaria.
En el Plano Mental representa la iluminación del
conocimiento, por medio de la evidencia de la prueba, la luz de las
pasadas experiencias, la causa unida a su efecto.
En el Plano Físico propende a los procesos que
alimentan el optimismo, las expectativas, la genialidad, la caridad y
todo lo que fortalece el ánimo aunque traiga privaciones.
Axioma trascendente: “Unos hombres piden señales
para creer, y otros piden sabiduría para obrar; más el corazón
esperanzado lo tiene todo en su esperanza”.
XVIII. El Crepúsculo en el acto de manifestar el poder mágico de la luz.
Letra: Tzade, es símbolo del misterio del poder serpentino.
Atributo modelador: Urano en escorpio.
Principio: la fuerza del magnetismo, el clamor que inquiere, la emanación que
fascina, la potestad de encantación.
En el Plano Espiritual es el abismo infinito en que se mueve lo creado, el
poder misterioso por el que las cosas tienen su ser.
En el Plano Mental representa la fuerza de la negación como evidencia de la
afirmación, lo negativo como exponente de lo positivo.
En el Plano Físico propende a los procesos
vinculados a la manifestación de los poderes ocultos, la acción de las
fuerzas sutiles, lo que exige deliberación sin alcanzar resolución.
Axioma trascendente: “Sea tu caridad granero inagotable, y tu paciencia no
menos inagotable que tu caridad”
XIX. La Inspiración en el acto de irradiar sus emanaciones.
Letra: Quoph, símbolo del misterio del cordón anudado.
Atributo modelador: Plutón en sagitario.
Principio: el fuego creador, la nutrición de la
naturaleza, la sucesión de los actos, la fuerza misteriosa que es
clamor, dolor y gloria simultáneamente.
En el Plano Espiritual es la luz divina, principio de todo conocimiento, la
verdad fundamental de que emergen todas las verdades.
En el Plano Mental representa la inteligencia que formula los conocimientos, el
manantial que alimenta las fuentes en que se reflejan las imágenes.
En el Plano Físico propende a los procesos que facilitan la unión del elemento
masculino y femenino, la materialización de las ideas en actos.
Axioma trascendente: “Toma el escudo de tu fe y avanza con paso decidido,
ya sea a favor del viento o contra todos los vientos”
XX. La Resurrección en el acto de despertar la espiritualidad.
Letra: Resh, símbolo del misterio de la autonomía de cada ser viviente.
Atributo modelador: Marte en capricornio.
Principio: El intelecto, la deliberación, la opinión, la decisión, la vida como
sucesión de formas y los actos como sucesión de ideas.
En el Plano Espiritual es la iluminación interior, el despertar de las fuerzas
latentes, la inspiración en acto.
En el Plano Mental representa la revelación de la genialidad, el estímulo hacia
cosas más elevadas, la conversión de lo inferior hacia lo superior.
En el Plano Físico propende a los procesos que
establecen una armónica correspondencia entre la subconscincia y la
consciencia, entre lo moral y lo material, entre lo que sentimos,
pensamos y obramos.
Axioma trascendente: “Flor en el manzano, fruto en la viña, sembrado en
madurez”.
XXI. La Trasmutación en el acto de transmutar.
Letra: Shin, símbolo del misterio de lo que opera los cambios.
Atributo modelador: Neptuno en acuario.
Principio: El verbo en su triple función de ser
crador, renovador y conservador. La facultad que hace posible el ser
toro, león, águila y hombre a la vez.
En el Plano Espiritual es la inmortalidad del alma, la evolución de las ideas, la
potestad de manifestar la vida en infinitas formas.
En el Plano Mental representa el principio del conocimiento supremo como
origen de todos los conocimientos: la beatitud.
En el Plano Físico propende a los procesos que
favorecen el estímulo, las inspiraciones acertadas, el trabajo
remunerado, las recompensas generosas, los actos que tienden al
mejoramiento.
Axioma trascendente: “Sale el sol y pónese el sol, y otra vez vuelve a su
lugar donde torna a nacer”
XXII. El Regreso como acto de reintegración.
Letra: Thaw, símbolo del misterio de la ley que comprende todas las leyes.
Atributo modelador: Venus en piscis.
Principio: La luz que vivifica, el calor viviente,
la transmigración del alma a través de infinitas experiencias, el
conocimiento como exponente de todas las realidades.
En el Plano Espiritual es la inescrutabilidad de las
leyes divinas, el misterio de la razón de las cosas, el móvil
trascendente de que está acompañado todo acto.
En el Plano Mental representa el principio de la
credulidad como síntesis de la ignorancia, la osadía como causa de
error, la temeridad como elemento de peligro.
En el Plano Físico propende a los procesos que
favorecen la imprudencia, la extravagancia, el delirio, el
envanecimiento, el desenfreno de las pasiones en busca de su
gratificación.
Axioma trascendente: “En su secreto no entre mi alma, ni en su puerto mi
navío”
http://hermandadblanca.org/2010/10/04/los-arcanos-de-thot-de-la-logica-a-la-
matematica/
complementamos con los arcanos menores...
Los Arcanos menores y el pensamiento matemático.
Adaptado al simbolismo de esos elementos a todos los elementos del
arte, en Arquitectura la Noche está representada por los monumentos
funerarios los que todos es reposo y tinieblas, y el Día por los
motivos ornamentales de esos monumentos en los que cada línea es un
emblema, y los emblemas principios y fuerzas que representan
determinados instantes de creación en lo universal y particulares
estados interiores en lo individual.
Los rayos de luz, se convirtieron en espadas y están en relación con el
elemento fuego. Los astros, planetas y estrellas se convirtieron en oros y se
relacionan con el elemento aire. Los arcos o arcadas del tiempo, se convirtieron
en copas, en relación con el elemento agua. Las sombras, las piedras, los
árboles y las plantas se representan con los bastos y están en relación con el
elemento tierra.
Así como los arcanos mayores presentan numerosas analogías con los
signos del zodíaco y sus regentes, los 56 arcanos menores están en
relación con los signos distribuidos de tres en tres, al ritmo de las
estaciones. De este modo, las catorce cartas que corresponden a los tres
signos de primavera, Aries, Tauro y Géminis, estarán en relación con
los bastos. Las catorce cartas de los tres signos de verano, Cáncer, Leo
y Virgo, estarán en relación con las copas, las cartas de los tres
signos de otoño, libra, Escorpio y Sagitario estarán en relación con los
oros, y finalmente, las cartas de los signos de invierno, Capricornio,
Acuario y Piscis, estarán en relación con las espadas.
A partir del siglo XII, pero sobre todo en el siglo XVI, los
cabalistas europeos, perseguidos por la inquisición, tuvieron la idea de
cubrir los 22 arcanos mayores con 22 imágenes simbólicas.
Cada grupo de catorce cartas está en relación con las doce casas del
zodíaco, siendo la trece y la catorce las que corresponden a la Reina y
al Rey respectivamente. La sota se corresponde con la casa XI, de los
proyectos, el trabajo y el servicio, y la casa XII con el caballero.
Los cuatro Reyes se corresponden con cada uno de los cuatro puntos
cardinales. Así el Guardián del Norte sostiene la bandera de la
victoria, El Guardián del Sur sostiene una espada firme, El Guardián del
Este toca un laúd y El Guardián del Oeste sostiene la serpiente del
conocimiento.
Las cuatro Reinas juegan un papel importante en la administración del
poder, y representa cada una su ámbito de acción. Hera en relación con
el Cielo, Atenea con la Guerra, Afrodita con la cordialidad y Tyque con
la economía.
Los caballeros son los portadores de un mensaje y cumplidores de una
Misión, mientras que las sotas son los sirvientes de esos caballeros.
Los símbolos utilizados elegidos para figurar en los naipes franceses, se
inspiraron en la heráldica: La copa se volviócorazón (caballería), para los
bastos se escogió el trébol(intendencia), los oros tomaron la forma
de diamante(artillería) y las picas reemplazaron las espadas (infantería).
Podemos continuar con las analogías y llegar a nuestro tiempo en el
que la publicidad y el mercadeo son los que se han ido apropiando de los
emblemas del arte de la guerra. Y así hemos pasado del Imperio al
Emporio, en el que predominan los intereses económicos como móviles del
Gobierno. La Producción está en relación con la Tierra, El Mercadeo con
el Aire, Las Finanzas con el Agua, El Personal con el Fuego.
Fue con el fin de calcular, organizar, vender y comprar, la razón por
la que la humanidad (a través de Thot) inventó la escritura. En su
origen, las letras fueron ante todo números. Sólo la inteligencia humana
es capaz de poseer el grado de abstracción que permite contar.
En su devenir histórico el espíritu matemático habría de enfrentarse
con la complejidad de la estructura formal del pensamiento (lógica
matemática), la complejidad del símbolo (álgebra), la complejidad del
cambio y de la causalidad determinística (cálculo), la complejidad
proveniente de la incertidumbre en la causalidad múltiple incontrolable
(probabilidad, estadística).
El Fuego, las espadas, las picas y el pensamiento espacial.
Son las personas las que generan todo el movimiento en una empresa,
son ellas las que organizan su espacio y establecen relaciones con los
objetos.
El pensamiento espacial opera mentalmente sobre modelos internos del
espacio en interacción con los movimientos corporales y los
desplazamientos de los objetos y con los distintos registros de
representación y sus sistemas notacionales o simbólicos. Sin estos
últimos, tampoco se hubiera podido perfeccionar el trabajo con los
sistemas geométricos y, en consecuencia, refinar el pensamiento espacial
que los construye, maneja, transforma y utiliza.
En un primer momento del pensamiento espacial son importantes las
relaciones entre los objetos involucrados en el espacio, y la ubicación y
relaciones del individuo con respecto a estos objetos y a este espacio,
en un segundo momento se hace necesaria la metrización, pues ya no es
suficiente con decir que algo está cerca o lejos de algo, sino que es
necesario determinar qué tan cerca o qué tan lejos está. Esto significa
un salto de lo cualitativo a lo cuantitativo, lo cual hace aparecer
nuevas propiedades y relaciones entre los objetos. De esta manera, la
percepción geométrica se complejiza y ahora las propiedades de los
objetos se deben no sólo a sus relaciones con los demás, sino también a
sus medidas y a las relaciones entre ellas. El estudio de estas
propiedades espaciales que involucran la métrica son las que, en un
tercer momento, se convertirán en conocimientos formales de la
geometría, en particular, en teoremas de la geometría euclidiana.
XXIII. El labrador en el acto de cultivar su tierra y su conciencia.
Atributo modelador: Mercurio, letra T, número 5, simboliza la virtud humana
de la propia realización.
Principio: la inteligencia elemental en su labor de conocer y aprovechar los
frutos de la experiencia.
Axioma trascendente: “Muela mi molino harina para mí y harina para el
vecino.”
XXIV. La Tejedora en el acto de cultivar las virtudes domésticas.
Atributo modelador: venus, U , 6, simboliza la mujer hacendosa como
custodia del hogar y de la honra.
Principio: la inteligencia elemental en su labor de dar aplicación a los frutos de
lo aprendido.
Axioma trascendente: “Malla tras malla teje mi telar, telas para mi honra y
telas para honrar”
XXV. El argonauta en el acto de salir en busca de lo desconocido.
Atributo modelador: Neptuno, V, 7. Simboliza la virtud humana de la propia
inspiración.
Principio: El hombre animoso que enfrenta los prodigios de lo desconocido.
Axioma trascendente: “Navega mi barca, navega a porfí; navega de noche,
navega de día”
XXVI. El prodigio en el acto de consumarse.
Atributo modelador: Saturno, X, 8. Simboliza la virtud humana de crear lo
sorprendente y buscar lo maravilloso.
Principio: la acción del tiempo como justicia y poder de manifestación.
Axioma trascendente: “Fue tiempo de romper, y es tiempo de coser; tiempo
fue de hablar y es tiempo de callar”.
XXVII. Lo inesperado en el acto de hacerse manifiesto.
Atributo modelador: Marte, Y, 9. Simboliza la virtud humana de los procesos
subconscientes.
Principio: La vida interior como causa determinante de la exterior.
Axioma trascendente: “Ni exceso de miel para endulzar, ni vanagloria para
prosperar”
XXVIII. La incertidumbre en el acto de deliberar.
Atributo modelador: Plutón, Z, 1. Simboliza la virtud humana de la propia
determinación.
Principio: El juicio como causa determinante de los actos.
Axioma trascendente: “No busques en otros lo que está en ti, no busques en
ti lo que está en otros”
XXIX. La domesticidad como acto de concordia.
Atributo modelador: Luna, B, 2. Simboliza la virtud humana del dominio por la
persuasión.
Principio: La paz de la naturaleza, el equilibrio de los elementos, la alegría
campestre.
Axioma trascendente: “Ojos de juventud sean tus ojos, y tu palabra,
prudencia de anciano sea”
XXX. El Intercambio como acto de conveniencia recíproca.
Atributo modelador: Júpiter, C, 3. Simboliza la virtud humana de la vida en
sociedad.
Principio: Expansión individual por medio de la convivencia comercial.
Axioma trascendente: “Siega tu tierra con esmero, más no espigues tu haza
con avaricia”.
XXXI. Los impedimentos como incentivos para desarrollar la propia
eficiencia.
Atributo modelador: Urano, Ch, 4. Simboliza la virtud humana de la reacción
ante la oposición.
Principio: La depuración como elemento de progreso.
Axioma trascendente: “No hagas juicio sin misericordia, no tengas
misericordia sin juicio”
XXXII. la magnificencia como acto de comunión material.
Atributo modelador: Mercurio, D, 5. Virtud humana de evidenciar el propio
valer.
Principio: ostentación como causa de discusión.
Axioma trascendente: “Agota los recursos de tu inteligencia pero no agotes
los de tu corazón”
XXXIII. la alianza como acto de comunión entre iguales.
Atributo modelador: Venus, E, 6. Virtud humana de afinidad por identidad.
Principio: la realización por asociación.
Axioma trascendente: “Alégrate con el amor de tu mocedad, y alégrate más
con el amor de tu madurez”
XXXIV. La innovación como elemento de evolución.
Atributo modelador: Neptuno, F, 7. Virtud humana del esfuerzo dirigido.
Principio: la propia inspiración como guía de las actividades.
Axioma trascendente: “Largura de días hay en tu mano derecha, y en la
izquierda trabajos y honra”.
XXXV. El desconsuelo como acto de aflicción moral.
Atributo modelador: Saturno, G, 8. Virtud humana de la tribulación en su labor
depuradora.
Principio: El conocimiento de la propia insuficiencia.
Axioma trascendente: “Tras de ahora viene lo que fue antes, y antes fue lo
que será ahora”
XXXVI. la iniciación como acto de revivificación.
Atributo modelador: Marte, H, 9. Virtud humana de la progresiva actualización
de poderes.
Principio: El desdoblar de las propias virtudes.
Axioma trascendente: “Dulce es el tañer, dulce el cantar, dulce el escuchar”.
La Tierra, Los bastos, los tréboles y el pensamiento numérico.
La producción en una empresa es como el sistema digestivo del
organismo, en ella se transforman los insumos en productos, para
mantener una rotación óptima del inventario.
La experiencia con el conteo de las cartas genera una comprensión del
concepto de número y con la reunión, la separación, la repetición y la
repartición de cantidades discretas. El pensamiento aritmético opera
mentalmente sobre sistemas numéricos en interacción con los sistemas de
numeración, y sin estos últimos no se hubieran podido perfeccionar ni
siquiera los sistemas numéricos naturales, mucho menos los demás.
Sólo en el Siglo XIII se empezó a adoptar en Europa el sistema de
numeración indo-arábigo. Entre los Siglos XIV y XIX, la enseñanza de la
aritmética escolar se redujo en la práctica al manejo de este sistema de
numeración para los naturales y de su extensión para los
“fraccionarios”.
XXXVII. La ciencia y el arte como factores de evolución individual.
Atributo modelador: Sol, I, 1. La disciplina como elemento de progreso.
Principio: La creatividad por medio del conocimiento aplicado.
Axioma trascendente: “Tierra de promisión ante mis ojos, ayúdame pie a
llegar a ella”.
XXXVIII. La duplicidad como acto de sagacidad.
Atributo modelador: Luna, J, 2. El conocimiento inducido espontáneamente.
Principio: La antonimia como elemento de comparación y selección.
Axioma trascendente: “Mujer virtuosa, no todos los que ven tus obras ven tus
virtudes”.
XXXIX. El testimonio como evidencia recusable.
Atributo modelador: Júpiter, K, 3. La constatación por prueba.
Principio: La demostración como elemento de convicción.
Axioma trascendente: “Pon tus intenciones por testigo ante ti mismo, más
ante los demás pon por testigo a tus obras”.
XL. El presentimiento como conocimiento instintivo.
Atributo modelador: Urano, L, 4. El conocimiento anticipado de lo que ha de
acontecer.
Principio: La presciencia como facultad natural.
Axioma trascendente: “No seas varón de ojos abiertos a la codicia, ni mujer
de oído abierto a la lisonja”
XLI. El desasosiego como acto de inquietud del ánimo.
Atributo modelador: Mercurio, Ll, 5. La constante búsqueda de lo mejor.
Principio: la vida ciudadana.
Axioma trascendente: “Los arcos de los fuertes fueron quebrados, y los flacos
se ciñeron de fortaleza”.
XLII. La preeminencia como reconocimiento de superioridad.
Atributo modelador: Venus, M, 6. La aceptación del orden jerárquico.
Principio: El poder y la obediencia voluntaria.
Axioma trascendente: “principal en dignidad, principal en poder, sé principal
en méritos”.
XLIII. La alucinación como acto de regocijo del ánimo.
Atributo modelador: Neptuno, N, 7. Expresa la alegría.
Principio: Creador de las ideas inducidas.
Axioma trascendente: “Alegría del corazón, hermosea mi rostro”
XLIV. El pensamiento como elemento creador.
Atributo modelador: Saturno, Ñ, 8. Dar forma sensible a lo que la tiene
inteligible.
Principio: La autoedificación.
Axioma trascendente: “Sobrepuja con sabiduría los recelos y goza de lo que
es tuyo en esperanza”.
XLV. La regeneración como acto de reiterar.
Atributo modelador: Marte, O, 9.Recordar lo pasado y prever el porvenir.
Principio: La memorización y la visualización.
Axioma trascendente: “Todo es hermoso en su tiempo, y todo es sabroso en
la sazón”
XLVI. El patrimonio como acto de continuidad.
Atributo modelador: Sol, P, 1.Posesión por herencia.
Principio: La prosecución natural.
Axioma trascendente: “El contento en lo poco, abre las puertas de lo mucho”
XLVII. La conjetura como acto de conocimiento.
Atributo modelador: Luna, Q, 2. El conocimiento por propia inspiración.
Principio: La deducción como elemento de iluminación.
Axioma trascendente: “Ser resplandor en la luz y calor en el fuego, es tu
misión por ahora y para luego”
XLVIII. la consumación como acto de plenitud.
Atributo modelador: Júpiter, R, 3. El propio convencimiento.
Principio: la determinación de conducta.
Axioma trascendente: “Bebe la gota de tu cisterna o los raudales de tu pozo”.
XLIX. La versatilidad como acto de reciprocidad.
Atributo modelador: Urano, S, 4. La correspondencia de los equivalentes.
Principio: La permutación como elemento de reciprocidad.
Axioma trascendente: “Dulce es el trabajo de quien trabaja contento, y dulce
el descanso de quien lo tiene merecido”.
L. La afinidad como causa eficiente del despertar de las emociones.
Atributo modelador: Mercurio, T, 5. El atractivo personal.
Principio: El aliciente natural como poder modelador de los actos.
Axioma trascendente: “Tizón eres en el incendio, mujer; y tú, hombre, viento
que aviva el fuego”.
El aire, los oros, los diamantes y el pensamiento métrico.
Es gracias al mercadeo que en las empresas se mantiene la rotación de
cartera, son las ventas las que mantienen el equilibrio entre activos y
pasivos.
El pensamiento métrico se perfeccionó con el refinamiento de las
unidades de medida de longitud, tomadas al comienzo de partes del cuerpo
y por tanto muy diversas en cada región y cultura, que fueron luego
estandarizadas para el comercio y la industria. Se configuraron en
distintas regiones y países muchos sistemas de unidades y medidas o
sistemas métricos, como el francés, el español, el ruso, el inglés y su
variante norteamericana y, después de la Revolución Francesa, se empezó a
diseñar un sistema decimal de pesos y medidas que tuvo varias etapas y
configuraciones, como el sistema CGS (centímetro-gramo-segundo) y el MKS
(metro-kilogramo-segundo) y, más recientemente, el SI (Sistema
Internacional de unidades y medidas), que es el más extendido
actualmente.
LI. El asesoramiento como acto de consejo prudente.
Atributo modelador: Venus, U, 6. Reverencia al saber y responsabilidad en lo
que se sabe.
Principio: respeto al orden establecido.
Axioma trascendente: “Palabra de plata es el consejo del sabio, y palabra de
oro la de quien lo busca y lo sigue”.
LII. La Premeditación como acto de cálculo.
Atributo modelador: Neptuno, V, 7. Preconcebir los resultados que se
desean.
Principio: la evaluación de factores.
Axioma trascendente: Pon tu corazón en todas tus palabras, más no pongas
todas las palabras en el corazón”
LIII. El resentimiento como acto del ánimo ofendido.
Atributo modelador: Saturno, X, 8. La propia defensa.
Principio: la represalia.
Axioma trascendente: “No blandas espada vengadora, ni temas espada
reparadora”
LIV. El examen como deliberación del ánimo en la conclusión.
Atributo modelador: Marte, Y, 9. El proceder en justicia.
Principio: El libre debate.
Axioma trascendente: “Rebusca tu viña y recoge los granos caídos, más no
rebusques rencores, ni recojas agravios”.
LV. La contrición como acto de arrepentimiento.
Atributo modelador: Plutón, A, 1. Reconocer el propio error.
Principio: La reparación voluntaria.
Axioma trascendente: “No siembres mixtura en tu huerto, ni la cultives en tu
corazón”
LVI. El peregrinaje como acto de purificación interior.
Atributo modelador: Luna, B, 2. La aflicción.
Principio: La propia redención.
Axioma trascendente: “Anima y conforta al atribulado, y sostente animoso en
tus tribulaciones”.
LVII. La rivalidad como prueba de competencia entre oponentes.
Atributo modelador: Júpiter, C, 3. La autoestima.
Principio: La destreza.
Axioma trascendente: “Siete veces cae el justo, y si lo es, otras siete se
vuelve a levantar”.
LVIII. la recapacitación como acto de reconsideración de factores.
Atributo modelador: Urano, Ch, 4. La evaluación de los opuestos.
Principio: La conjetura por examen.
Axioma trascendente: “Si tu prójimo te deja confuso, consulta el caso con tu
propio corazón”
LIX. La revelación como acto de declarar lo oculto.
Atributo modelador: Mercurio, D, 5. Hacer inteligible lo que no lo era.
Principio: La manifestación.
Axioma trascendente: “Los metales se prueban por el fuego, y la valía del
hombre por la boca de quien lo alaba o censura”
LX. la evolución como proceso de transformación.
Atributo modelador: Venus, E, 6. El despertar sucesivo de la conciencia.
Principio: La metamorfosis.
Axioma trascendente: “El que planta y el que riega son una misma cosa a la
semilla”.
LXI. la soledad como acto de concentración del ánimo.
Atributo modelador: Neptuno, F, 7. La contemplación interior.
Principio: El aislamiento.
Axioma trascendente: “paga lo que debes: al que tributo, tributo; al que
pecho, pecho; al que honra, honra”
LXII. la proscripción como acto de dispersión.
Atributo modelador: Saturno, G, 8. Contrarrestar y alejar lo nocivo.
Principio: la incompatibilidad.
Axioma trascendente: “El que guarda su lengua, su alma guarda”.
LXIII. La comunión como acto de coparticipación e identificación.
Atributo modelador: Marte, H, 9. El compartir.
Principio: Unidad en diversidad.
Axioma trascendente: “Da simiente al que quiere sembrar y no tiene, y
consejo al que quiere acertar y no sabe”.
LXIV. la vehemencia como expresión exaltada del ánimo.
Atributo modelador: Sol, A, 1. El deseo ardoroso.
Principio: El fuego interior.
Axioma trascendente: “Fortaleza es la sabiduría y pujanza el deseo que la
mueve”
El agua, las copas, los corazones y el pensamiento variacional.
El flujo de efectivo es el que permite el balance entre ingresos y
egresos, activos y pasivos en una empresa, así como los movimientos del
sistema circulatorio humano son el diástole y la sístole.
El desarrollo del pensamiento variacional se inicia con el estudio de
regularidades y la detección de los criterios que rigen esas
regularidades o las reglas de formación para identificar el patrón que
se repite periódicamente. Así fue como se recopilaron todos los
presagios y augurios.
El desarrollo del álgebra en los Siglos XVI y XVII y el del cálculo
diferencial e integral en los Siglos XVII y XVIII mostraron también que
el pensamiento variacional no se podía refinar sin los sistemas
algebraicos y analíticos ni éstos sin aquél. La relación del pensamiento
variacional con el manejo de los sistemas algebraicos muestra que el
álgebra es un sistema potente de representación y de descripción de
fenómenos de variación y cambio y no solamente un juego formal de
símbolos no interpretados, por útiles, ingeniosos e interesantes que
sean dichos juegos.
LXV. El aprendizaje como enseñanza y advertencia.
Atributo modelador: Luna, J, 2. El conocimiento por experiencia.
Principio: La autodisciplina.
Axioma trascendente: “Quien añade ciencia, dolor añade, de día y de noche,
para su bien”.
LXVI. La perplejidad como acto de indecisión al preferir.
Atributo modelador: Júpiter, K, 3. La selección.
Principio: Justipreciación en las decisiones.
Axioma trascendente: “el que madure las piedras, trabajo tendrá en ellos, y el
que cortare la leña, al cortarla peligrará”.
LXVII. La amistad como acto de devoción en el afecto.
Atributo modelador: Urano, L, 4. La veneración.
Principio: El amor puro.
Axioma trascendente: “Mano pronta a dar, pie presuroso en cumplir”.
LXVIII. la especulación como acto de justipreciar los valores.
Atributo modelador: Mercurio, Ll, 5. El raciocinio.
Principio: La laboriosidad dirigida.
Axioma trascendente: “Vean tus ojo sin temor y tus manos con amor”.
LXIX. El azar como ley que el instinto conoce.
Atributo modelador: Venus, M, 6. El conocimiento trascendente.
Principio: Las facultades primarias como guía en el camino de la vida.
Axioma trascendente: “En toda labor hay un fruto y en todo fruto una labor”.
LXX. La cooperación como acto de colaboración en el esfuerzo.
Atributo modelador: Neptuno, N, 7. Saber complementarse.
Principio: La reciprocidad.
Axioma trascendente: “No hay hombre sin ciencia, ni ciencia sin hombre”
LXXI. la avaricia como acto de cálculo interesado.
Atributo modelador: Saturno, Ñ, 8. Ansia de poder.
Principio: La prevención.
Axioma trascendente: “Codiciosa en la codicia, harta en miserias y abundante
en sinsabores”
LXXII. la purificación como acto depurador.
Atributo modelador: Marte, O, 9. La autosuperación.
Principio: La propia liberación.
Axioma trascendente: “Oye la doctrina de tu padre y no desdeñes la dirección
de tu madre”.
LXXIII. El amor y el deseo como estímulos naturales.
Atributo modelador: Sol, P, 1. Poseer los elementos que dan el propio deleite.
Principio: La ciencia natural.
Axioma trascendente: “Lanzadera de mi telar, teje la tela que me ha de
abrigar”.
LXXIV. La ofrenda como acto propiciatorio.
Atributo modelador: Luna, Q, 2. Rendir culto a lo superior.
Principio: El amor reverente.
Axioma trascendente: “Ofrenda de flor de harina en el mejor de los platos,
sea tu dádiva al corazón afligido”
LXXV. la generosidad como acto magnánimo.
Atributo modelador: Júpiter, R, 3. La liberalidad.
Principio: La abnegación.
Axioma trascendente: “Frutos gratos al paladar, tan dulces al recibir como al
dar”.
LXXVI. El dispensador en el acto de impartir gracia.
Atributo modelador: Urano, S, 4. La misericordia.
Principio: La humana providencia.
Axioma trascendente: “Allégate extranjero y come de nuestro pan y de la
salsa de los míos”
LXXVII. la desorientación como acto de recapacitación.
Atributo modelador: Mercurio, T, 5. Reconocer y reflexionar.
Principio: Asociación de las ideas.
Axioma trascendente: “Caminos pide el pie diligente, herramientas la mano
laboriosa”
LXXVIII. El renacimiento como acto de iniciación.
Atributo modelador: Venus, U, 6. Alcanzar sucesivas preeminencias.
Principio: La evolución natural.
Axioma trascendente: “Días de sol, noches de luna, gracias por la buena o
mala fortuna”.
La Predicción y el pensamiento aleatorio.
El azar se relaciona con la ausencia de patrones o esquemas
específicos en las repeticiones de eventos o sucesos, y otras veces con
las situaciones en las que se ignora cuáles pueden ser esos patrones, si
acaso existen, como es el caso de los estados del tiempo.
Los sistemas analíticos probabilísticos y los métodos estadísticos
desarrollados durante los siglos XIX y XX se han refinado y potenciado
en los últimos decenios con los avances de la computación electrónica y,
por ello, hoy día ya no se relaciona la predicción con la adivinación,
sino que es un método técnico de planificación como proyección de
futuro. Predecir es hacer una estimación intuitiva acerca de la
posibilidad de que ocurra un evento. Se trata de extraer de los datos
estadísticos toda la información posible con la ayuda de calculadoras,
hojas de cálculo y otros programas de análisis de datos, con el fin de
intentar predecir dentro de ciertos rangos el curso de los
acontecimientos respectivos y de tomar decisiones lo más razonables
posibles ante la imposibilidad de saber con certeza lo que va a pasar.
NOTAS DEL EDITOR
Artí*** escrito por Jorge Ariel Soto López inspirado en el libro El Ser Uno, por
los Arcanos de Thot.
http://hermandadblanca.org/2010/10/04/los-arcanos-de-thot-de-la-logica-a-
la-matematica/
Athanasius Kircher
-
El padre Athanasius Kircher fue uno de los últimos hombres de
espíritu, aunque no de ideas, renacentista. Hacia mediados del siglo
XVII ya las ideas de la Ilustración habían permeado la mayoría de las
universidades europeas, y la adquisición de todos los conocimientos
humanos ya se consideraba un objetivo, en el mejor de los casos,
fantástico y optimista. Ya Descartes empezaba a imponer su método
científico sobre el a veces literario pero siempre animoso método de los
sabios renacentistas, y las universidades empezaban a separar más o
menos arbitrariamente los campos del conocimiento, y a disculpar a los
estudiantes de ignorarlos todos menos el que habían elegido conocer. Eso
se llamó la especialización del conocimiento, que sigue rigiendo en
nuestra concepción del saber, y del que seguimos viviendo sus funestas
consecuencias. Pero el padre Athanasius Kircher no hizo caso de esas
nuevas tendencias, y aunque el auge de Descartes significó poco menos
que su condena al olvido y el fracaso absoluto de sus intenciones,
también hizo caso omiso de él.
El padre Kircher se dedicó a entenderlo todo, y a escribir libros a
través de los cuales los menos aplicados pudieran empezar a entenderlo
todo también. Atribuirle al padre Kircher todos los oficios humanos
existentes en ese momento, como se hace con las malas biografías de
sabios del Renacimiento, es hacerle una injusticia tremenda. Lo
importante para Kircher no era saber de astrología, matemática,
teología, música y retórica, sino haber investigado todas las regiones
del conocimiento humano. La lista de profesiones de Kircher se acaba en
sinólogo, digamos, no porque hasta ahí es hasta donde alcanzó a hacer
antes de morir, sino porque hasta ahí había alcanzado a hacer el mundo,
los sabios anteriores a él, antes de haber nacido. De todas formas
Kircher sí fue teólogo, sí fue geólogo y astrólogo y sí fue el fundador
de la egiptología y la musicología.
Al respecto de la última, Kircher escribió el De Musurgia Universalis, tal vez el
libro más impresionante de sus más de cuarenta libros. El De Musurgia habla
sobre música, de su historia, de cómo funciona y debe funcionar, de
cómo hacemos para oírla y diferenciarla, y de cómo hacemos para crearla y
transformarla. Como todo sabio renacentista (de espíritu, no de ideas),
Kircher también ilustró el libro con dibujos y diagramas de cuanta cosa
supuso relacionada con la música. En las páginas del libro se
encuentran desde diagramas comparativos entre el oído humano y el de
varios animales, hasta dibujos de pájaros con sus correspondientes
cantos cifrados en notación musical (que conforman sin duda las
páginas
más bonitas), pasando por esquemas de cómo debería funcionar el
órgano
hidráulico de su invención. Hoy en día, hay que decirlo, en el De
Musurgia hallamos
poco o nada que podamos verificar o que sea tomado en cuenta por la
musicología actual. En realidad, el Padre Kircher era tal vez mejor
soñador que científico, y sin duda mejor ilustrador que analista. De
todas formas es una de las obras más hermosas y estimulantes que se
hayan hecho jamás, y aunque no sea más que por ejercitar el sentido del
absurdo, vale la pena leerla.
Muchas de sus otras obras corrieron una suerte parecida. Kircher
estudió, por ejemplo, los jeroglíficos egipcios, y los comparó con los
coptos, y encontró varias correspondencias que hicieron el trabajo de
futuros egiptólogos bastante más manejable. Sin embargo, la mayoría de
ellos considera sus transcripciones de pergaminos completamente
fantásticas, por no decir erradas, y aunque seguramente tienen razón,
esto no le quita a la obra de Kircher su valor estético, ni su espíritu
profundamente humano, del que tanto podrían aprender los especializados
especialistas de hoy. Sí le quita, sin embargo, su valor científico, y
es ahí donde defender a Kircher sería completamente inútil. Leer a
Kircher para aprender aspectos técnicos o históricos de las artes, las
ciencias y las culturas del mundo, es una causa perdida, y sin embargo,
hay algo menos concreto y mucho más difícil de verbalizar y del todo
improbable de encontrar en un libro especializado moderno, que
aprendemos de su obra y de cada uno de sus ilustrados disparates. Tiene
que ver con la magia y con la buena voluntad, con el impulso humano que
nos lleva a tratar de conocerlo todo y con la intuición que nos dice,
hoy tan a baja voz, que más vale una mentira bien hecha y acompañada de
un memorable dibujito, que una verdad recta, exacta, regular. Pero hay
que leer a Kircher para saber con exactitud.
De ese diagrama en si encontre algo, pero parece ser que las obras de este
señor estaban escritas en latin...
Kircher, Athanasius,
Athanasii
Kircheri Arithmologia sive de abditis numerorum mysterijs : qua origo,
antiquitas et fabrica numerorum exponitur; abditae eorundam proprietates
demonstrantur; fontes superstitionum in amuletorum fabrica aperiuntur,
denique ...
, 1665
Tiempos de Piramides El faraón Snefru]
Sinopsis
Hace unos 5.000 años, Egipto era una nación que crecía en poder y
conocimientos a pasos agigantados, estableciendo las bases de una cultura
que le llevaría durante 3.000 años a ser la cuna cultural de todo el futuro. La
monarquía egipcia dirige una religión que va a instituir las bases dogmáticas de
las religiones que le sucederán en el tiempo. La idea de un “Más Allá”, de otra
vida después de la muerte, crea una mentalidad especial y será el motor de su
arquitectura, escultura, pintura, literatura, filosofía, magia y ética, logrando la
creación de una idiosincrasia y de un arte tan original que sigue siendo la
admiración de cientos de millones de personas.
El Faraón Snefru, nuestro protagonista, deberá enfrentarse en guerras, mejorar
la situación de su país y mantener unido a un Egipto que siempre trata de
dividirse en dos partes: el Alto (Sur) y el Bajo Egipto (Norte). Además, tiene que
construir su “Casa de la Eternidad”, la tumba en la que podrá vivir eternamente.
Pero Snefru, por una serie de circunstancias, no hará una pirámide, sino tres y
una gran cantidad de otras obras que le convierten en uno de los mayores
constructores de la historia: mueve más de 3.500.000 metros cúbicos. Y
consolida el mayor avance arquitectónico de todos los tiempos: el paso del
ladrillo deadobe al uso sistemático de la piedra en la construcción.
Pero nada es fácil para este rey. Los hechos se suceden con rapidez y tiene
que enfrentarse con todo tipo de problemas: guerras, sacerdotes ansiosos de
poder, malas cosechas, crear una administración eficiente para evitar el
fantasma, siempre amenazante, de las hambrunas y poder mejorar la vida de
su pueblo. Construye una gran flota de barcos, estableciendo un importante
comercio con los países del Mar Mediterráneo en una lucha clara con los
piratas llamados “Hombres del Mar” que, con el paso del tiempo serán los
fenicios.
La vida y las obras del Faraón Snefru y la juventud de su hijo Keops, el futuro
rey y constructor de la Gran Pirámide de Gizeh, son la apasionante historia que
se narran en esta novela.
http://www.institutoestudiosantiguoegipto.com/novela_snefru.h
-The Celestial Key to the Vedas: Discovering the Origins of the World's Oldest
Civilization