Asturianos en Cuba en el siglo XXJorge Domingo Cuadriello
El asturiano es un castizo rebelde. Como en la sidra, los jugos de la tierra se le tornan alcohol de dulce fragancia,
pero si nos descuidamos, incalculables en el estrago.Jorge Maach
En los procesos de conquista y de colonizacin de Cuba la participacin dentro
del conjunto de las fuerzas espaolas de los naturales de Asturias fue en realidad muy
reducida. Los papeles protagnicos fueron desempeados entonces por andaluces,
castellanos y extremeos. Mas a partir del siglo XIX podemos observar que los mayores
contingentes de espaoles llegados a suelo cubano procedan de Galicia, Islas Canarias y
Asturias. Diferentes factores propiciaron aquel flujo migratorio, entre los cuales estuvieron
las limitaciones econmicas que padecan estos individuos en sus respectivos lugares de
origen, la sobrepoblacin, fundamentalmente en las zonas rurales, y una poltica
gubernamental que favoreca dicho desplazamiento hacia Amrica. De esa forma las
autoridades se deshacan de la presencia de un considerable nmero de ciudadanos, en su
mayora jvenes, que podran llevar a cabo serios conflictos sociales y, al mismo tiempo,
reforzaban el componente hispano en los ltimos reductos coloniales que la Corona
conservaba en este lado del Atlntico: Puerto Rico y Cuba.
El progresivo incremento de la comunidad asturiana en nuestro pas, algunos de
cuyos integrantes ya haban logrado ocupar puestos sobresalientes en el aparato
administrativo o en los sectores militares y econmicos de la colonia, cre entonces las
condiciones necesarias para el surgimiento de las primeras asociaciones de los naturales de
Asturias. Siguiendo el camino ya recorrido por los catalanes y los gallegos, quienes haban
fundado su respectiva sociedad de beneficencia en 1841 y en 1871, dieron vida el 8 de
septiembre de 1877, da de la Virgen de Covadonga, a la Sociedad Asturiana de
Beneficencia con el fin de socorrer a sus miembros ms necesitados. Del mismo modo,
siguieron los pasos de los gallegos, quienes haban creado su centro en 1879, y el 2 de
mayo de 1886 constituyeron en La Habana el Centro Asturiano. Con el objetivo de divulgar
en Cuba las informaciones procedentes del Principado y el quehacer de la colonia asentada
en el pas ya por esta poca contaban con una publicacin propia, El Heraldo de Asturias,
fundada y dirigida por el periodista avilesino Lucio Surez Sols.
Como era de esperar, la gesta independentista cubana iniciada en 1895 alter el
desempeo de estas asociaciones asturianas, pero no las fren por completo. As lo
demuestra la inauguracin en 1897, en plena guerra, de la Quinta de Salud Covadonga en
la localidad habanera de El Cerro. De igual forma, el fin de la dominacin colonial de
Espaa en Cuba, ocurrida poco despus, no signific una fractura notable para la
comunidad espaola, en general. De acuerdo con el Tratado de Paz de Pars los ciudadanos
espaoles que desearan continuar residiendo en la Isla conservaran sus propiedades y no se
tomaran represalias contra los que hubieran asumido una posicin hostil ante el reclamo de
libertad de los cubanos.
La congruencia de aquellas disposiciones con las ansias emancipadoras de los
mambises podr ser motivo de polmica. Pero lo cierto es que sentaron las bases para que a
partir de la ruptura de los lazos coloniales la relacin entre cubanos y espaoles se
adentrara por un cauce de normalidad e incluso de concordia. Estas condiciones
favorecieron tambin que en los aos siguientes arribaran a los puertos cubanos decenas de
miles de inmigrantes procedentes de Espaa y, en especfico, de Galicia y de Asturias. A
algunas de las causas expuestas en prrafos anteriores se sumaban en esta ocasin el
desarrollo alcanzado por la transportacin martima, la eficaz propaganda de las compaas
trasatlnticas y sus agentes de enganche, el sueo de hacer la Amrica y la necesidad
de trabajadores que exista en un pas arruinado y despoblado por la contienda liberadora.
Aquel proceso migratorio conoci en la primera mitad del siglo XX momentos
de vertiginoso crecimiento y pocas de notable disminucin. Como consecuencia del alza
del precio del azcar al ocurrir la Primera Guerra Mundial la economa cubana disfrut de
una inesperada bonanza, corri el dinero y atrados por l no pocos espaoles se trasladaron
a Cuba en busca de fortuna. Cuando pocos aos despus descendi abruptamente el precio
del dulce quebraron los bancos y entr en crisis la economa cubana, la inmigracin
espaola descendi y muchos regresaron frustrados a la Madre Patria.
Por encima de aquellos vaivenes migratorios de las dcadas iniciales del siglo
XX la colonia asturiana se fortaleci desde el punto de vista numrico, econmico y social.
Ese fortalecimiento se puso de evidencia a travs de la fundacin de diversas asociaciones
comarcales de carcter benfico, instructivo o de recreo como el Club Avilesino y
Naturales del Concejo de Boal, creados en 1911, el Club Allerano y el Club Allands,
surgidos en 1914, Naturales del Concejo de las Regueras y el Club Cangas de Tineo, al ao
siguiente, y Naturales del Concejo de Navia, en 1925. De igual modo se consolida el Centro
Asturiano, que en octubre de 1918 sufre la destruccin por medio de un incendio de su sede
y, sin embargo, en 1927 inaugura en el mismo sitio un imponente palacio que cuenta con
alrededor de mil metros cuadrados, varias plantas, un amplio saln de reuniones y la
Biblioteca Labra-Parajn, con miles de volmenes. Las modestas aulas de enseanza
elemental con que hasta entonces haba contado pasaron a convertirse en el Plantel
Jovellanos, de slido prestigio educacional. Al mismo tiempo la Quinta Covadonga se
convierte en uno de los principales centros de salud del pas y la Sociedad Asturiana de
Beneficencia edifica un enorme panten social en la Necrpolis de Coln.
La crisis econmica y poltica que caracteriz la etapa final del rgimen de
Machado, la posterior promulgacin de la Ley de Nacionalizacin del Trabajo o Ley del
50%, que provoc el despido de numerosos trabajadores de origen extranjero, y la
instauracin de la Repblica Espaola, que tantas esperanzas despert entre las clases
desposedas, trajeron como consecuencia una afluencia mucho menor de inmigrantes
procedentes de la Pennsula Ibrica. Fue a partir del estallido de la Guerra Civil en julio de
1936 que comenzaron a desembarcar en nuestros puertos, en busca de refugio, inmigrantes
no de carcter econmico, sino poltico. Y entre ellos no faltaron los asturianos.
El fin de la contienda espaola con la imposicin de un rgimen represivo
encabezado por el General Franco y el inicio poco despus de la Segunda Guerra Mundial
obstaculizaron de igual modo la renovacin numrica de la colonia espaola en Cuba y en
particular la asturiana. El cese de aquel conflicto blico no signific, sin embargo, una
normalizacin de dicho flujo migratorio, pues Cuba a pesar de su relativa estabilidad
poltica y econmica descendi a un segundo plano como punto de destino de los
emigrantes espaoles. En cambio Argentina y ms tarde Venezuela, pases que conocieron
en aquella poca un momento de esplendor gracias a la produccin de carne y de granos y
al boom del petrleo, respectivamente, pasaron a ser los lugares de preferencia en
Hispanoamrica. El triunfo revolucionario ocurrido en nuestro pas en 1959 y el proceso de
radicales transformaciones que de inmediato comenz a llevarse a cabo provocaron una
completa cancelacin de la corriente migratoria procedente de Espaa. El decrecimiento de
la colonia asturiana en Cuba como consecuencia del fallecimiento o de la partida hacia el
extranjero de sus integrantes comenz a partir de entonces a hacerse mayor. El Centro
Asturiano de La Habana fue intervenido por el gobierno a mediados del ao 1961. Ya
entonces el poder econmico de los miembros de esta comunidad resultaba irrelevante.
Al trazar el balance de la significacin para la sociedad cubana de aquel
movimiento demogrfico procedente de Asturias podemos llegar a la conclusin de que fue
sumamente beneficioso. Desde el punto de vista numrico represent una necesaria
repoblacin del pas, devastado por la guerra emancipadora, y desde la perspectiva
econmica signific la llegada de una valiosa fuerza laboral, integrada en su mayor parte
por jvenes, de vital importancia para las tareas generales de reconstruccin. Al margen de
aquellos que slo permanecieron una breve temporada en nuestro territorio es de notar que
muchos de los inmigrantes asturianos se integraron sin gran dificultad a la sociedad cubana,
establecieron familias y asumieron como suyo el destino de la nacin. Con esa loable
actitud y con un derroche de laboriosidad dejaron una valiosa huella en las ms diversas
manifestaciones de la cultura, la ciencia y la economa cubanas. Con el fin de citar
ejemplos concretos de la participacin de asturianos en esos mbitos se impone entonces
realizar a continuacin un recorrido por distintas disciplinas y citar nombres y obras.
A lo largo del siglo XX fue notable la incorporacin de autores de origen
asturiano a nuestra literatura. En el gnero de poesa, por ejemplo, podemos mencionar
entre otros muchos al gijons Valentn Baras del Toral, al ovetense Constantino Cabal y al
boalense Secundino Daz Jardn, quienes dieron a la publicidad, respectivamente, los libros
de versos Nocturno (1913), Del amor (1907) y Estela humilde (1955), as como Jos Mara
Uncal, originario de Caravia, que confeccion la valiosa antologa potica de escritores
espaoles en Cuba Los argonautas (1924), y Emilio Martnez Surez, natural de Pola de
Laviana, quien nos leg el valioso volumen Nubes y roco (1912). Sin embargo, de mayor
significacin para nuestra literatura fue el gijons Alfonso Camn, quien debe ser
considerado con toda justicia uno de los iniciadores inmediatos de la llamada poesa
afrocubana. En una fecha tan temprana como el ao 1913 incluy en su libro Adelfas el
poema Musa africana, dirigido a exaltar la belleza de la mujer negra, y con posterioridad,
a travs de sus composiciones Elogio de la negra y Damasajova, pertenecientes al
volumen Carteles (1926), continu desarrollando esa lnea temtica mucho antes de que
fuese abordada por los cubanos Jos Z. Tallet, Ramn Guirao y Nicols Guilln. Dcadas
ms tarde el autor praviano Luis Amado-Blanco, exiliado en nuestro pas, irrumpi en el
panorama potico cubano con dos libros de notable calidad: Claustro (1942) y Tardo
Npoles (Madrid, 1970).
Luis Amado-Blanco, junto con el gijons Antonio Ortega, tambin ocupa un
lugar meritorio en nuestra narrativa. Ambos escritores obtuvieron el codiciado Premio de
Cuento Alfonso Hernndez Cat y a travs de sus obras tomaron parte activa en el
proceso de auge y consolidacin de la cuentstica cubana ocurrido en la dcada 1940-1950.
El primero agrup sus relatos en el volumen Doa Velorio. Nueve cuentos y una nivola
(1960) y dio a conocer adems sus valiosas novelas Un pueblo y dos agonas (Mxico,
1955) y Ciudad rebelde (Barcelona, 1967). Ortega, por su parte, adems de incursionar en
la literatura para nios con el libro de cuentos El caballito verde (1956), que escribi junto
con la autora cubana Anita Arroyo, y de publicar la novela de sabor costumbrista Ready
(1946), nos leg uno de los relatos ms sobresalientes de la narrativa cubana: Chino
olvidado. Otros narradores de origen asturiano que tambin descollaron en Cuba fueron
Eva Canel, natural de Coaa, quien a fines del siglo XIX logr cierta celebridad con sus
novelas Manoln (1891) y Oremus (1893), y el oventense Atanasio Rivero, autor de El
Mayorazgo de Villahueca (1904) y Pollinera andante (1905). Con posterioridad
sobresalieron Juan Antonio Cabezas Canteli, nacido en Cangas de Ons y autor del volumen
de cuentos sentimentales Perfiles de almas (1923), el gijons Jos Ramn Gonzlez-
Regueral Valds con el cuaderno de relatos La noche ancha (1960) y el avilesino Rafael
Surez Sols con su novela Un pueblo donde no pasaba nada (1962).
En las distintas manifestaciones del gnero de teatro tambin estuvieron
presentes personalidades literarias de origen asturiano. La ya citada Eva Canel fue muy
aplaudida por su drama La mulata, que se public y estren en La Habana en 1893, y por su
comedia El indiano, que dio a conocer al ao siguiente. Ya en el siglo XX sobresale el
dramaturgo avilesino Gonzalo Garca Quirs, quien a travs de sus piezas Augusto y
Huelga trgica, estrenadas en 1913 y en 1914, respectivamente, se convirti en uno de los
primeros cultivadores en Cuba del teatro social. A diferencia de ste, el gradense Regino
Lpez Falco fue uno de los grandes animadores de nuestros espectculos teatrales
humorsticos. En noviembre de 1900, junto con el comedigrafo cubano Federico Villoch,
inici una temporada de sainetes, comedias y zarzuelas que con gran xito de pblico se
prolong hasta junio de 1935 en el Teatro Alhambra. Bajo la direccin de Regino Lpez,
tambin famoso actor, aquella extensa temporada de teatro vernculo ocupa un lugar
sobresaliente en la historia de la dramaturgia cubana. En la dcada de los aos 40, cuando
ocurre el proceso de modernizacin de nuestros escenarios teatrales, tambin encontramos
tomando parte en aquel valioso movimiento a varios autores nacidos en Asturias. En la
direccin teatral sobresalieron Luis Amado-Blanco, su esposa Isabel Fernndez, natural de
Soto del Barco, y Francisco Martnez Allende, originario de Cangas de Ons. Los tres
llevaron a las tablas obras presentadas por el Patronato de Teatro y por la Academia de
Artes Dramticas de la Escuela Libre de La Habana, donde adems impartieron clases de
dramaturgia. Por otra parte, Amado-Blanco y Rafael Surez Sols sobresalieron como
acertados crticos teatrales. Este ltimo autor, de amplia cultura y mltiples inquietudes
artsticas, tambin se desempe como comentarista de artes plsticas y como ensayista
literario. Al margen de los numerosos artculos que public en el Diario de la Marina, en
Informacin y en otros peridicos habaneros nos leg los valiosos estudios El arte de picar
piedra (1931) y La resonancia del silencio (1941). Manuel Isidro Mndez, nacido en
Navia, igualmente cultiv el ensayo literario, como lo demuestran sus obras Poetas de
Artemisa (1919) y Un poeta musical (Gustavo S. Galarraga) (1922). Sin embargo, obtuvo
su mayor xito como estudioso de la vida y la obra de Jos Mart. A este asturiano le cabe
la gloria no slo de haberse adentrado en la exgesis martiana con textos como Ideario de
Mart (1930) y Entraa y forma de Versos sencillos de Jos Mart (1953), sino de haber
escrito la primera biografa de Nuestro Apstol, que bajo el ttulo de Jos Mart. Estudio
biogrfico vio la luz en Pars en 1925. Aunque debemos reconocer que ya con anterioridad,
en 1908, desde las pginas de la revista Cuba y Amrica, otro asturiano, el avilesino Julin
Orbn Corugedo haba dado a conocer un boceto biogrfico de Mart.
Manuel Isidro Mndez tambin cultiv el estudio histrico, como lo demuestra
su Historia de Artemisa (1973), y Atanasio Rivero el estudio cervantino. Al publicar ste en
Madrid en 1916 la obra El crimen de Avellaneda; memorias maravillosas de Cervantes y
varios artculos en la prensa con los cuales aspiraba a descubrir la personalidad oculta del
autor del Quijote apcrifo levant apasionadas polmicas en las que intervinieron los
principales cervantistas de la poca. Atanasio Rivero obtuvo mritos tambin como escritor
festivo, pero en esa manifestacin literaria los mayores xitos le corresponden a Manuel
lvarez Marrn, natural de Tineo. Su serie en cinco volmenes de Burla-burlando,
compilacin de los artculos que dio a conocer durante muchos aos en el Diario de la
Marina, le proporcion una notable popularidad.
En la literatura religiosa igualmente dejaron su huella autores de origen
asturiano. Dentro de los cauces del catolicismo hallamos, por ejemplo, al sacerdote jesuita y
pedagogo Amalio Morn, nacido en Pola de Lena, quien dio a la publicidad ms de una
docena de ttulos, entre ellos Por qu soy catlico (1913) y, en tres tomos, Consideraciones
para mis retiros (1920). Dentro de la variante evanglica encontramos al pastor bautista
Domingo Fernndez Surez, originario de Villayn, quien no slo predic durante aos a
travs del espacio dominical La Hora Bautista, sino que al mismo tiempo imprimi El
cristiano y la ley (1944) y Creo en Dios (1950), entre otros estudios religiosos.
Adems de haberse adentrado en el ensayo pedaggico de raz catlica el ya
citado sacerdote Morn, sobresalieron como pedagogos el belmontino Rafael A. Fernndez
y el gozoniego Eufrasio Fernndez Fernndez. El primero fue desde 1918 hasta 1934
profesor de la Ctedra de Pedagoga de la Universidad de La Habana, dirigi el Colegio
Redencin, de la barriada del Cerro, fue miembro de la Sociedad Econmica de Amigos
del Pas y de la Institucin Hispanocubana de Cultura y adems de confeccionar libros de
texto para la enseanza public el estudio Las actividades congnitas del nio desde el
punto de vista de la educacin (1918). Eufrasio Fernndez, por su parte, fue director del
Colegio de Primera y Segunda Enseanza San Isidro, de La Habana, y con carcter
instructivo public Lecciones de gramtica espaola (1898) y Los problemas de Luisito
(1905). Tras el triunfo revolucionario de 1959 impartieron clases en la universidad
habanera los hermanos urea Matilde y Jos Luis Fernndez Muiz, nacidos en Pravia.
Ella fue durante muchos aos profesora de historia de Espaa y confeccion varios libros
para el estudio de esta asignatura, mientras l fue profesor de matemticas y elabor varios
textos sobre anlisis matemtico. Incluso en una disciplina lingstica tan poco frecuentada
como la lexicografa tambin hallamos la impronta de un autor asturiano. Al avilesino
Constantino Surez, conocido como Espaolito, le debemos su valioso Vocabulario cubano
(Barcelona, 1921). Gracias a su labor como viajante de comercio recorri toda la Isla, se
encarg de compilar los vocablos del habla peculiar de sus habitantes y fruto de ese
esfuerzo fue dicho Vocabulario.
El periodismo constituy, en cambio, un terreno intelectual mucho ms
cultivado por los autores nacidos en Asturias y sumamente extensa sera la relacin de
periodistas que pudiramos citar en este trabajo. Mas de acuerdo con su nivel de relevancia
no debemos dejar de mencionar al candams Jos Gonzlez Aguirre y a los naturales de
Villaviciosa Nicols Rivero Muiz y Jos Mara Villaverde. El primero fund en 1892 la
revista El Correo de Asturias y ms tarde fue jefe de redaccin de La Unin Espaola y del
Diario Espaol. Rivero asumi en 1895 la direccin del Diario de la Marina y al fallecer
en 1919 haba convertido a este rgano conservador, hispanfilo y clerical en el peridico
cubano de ms circulacin y en uno de los ms importantes de Hispanoamrica. Villaverde,
por su parte, fue por largo tiempo el Presidente de la empresa editora del diario Cuba, de
posiciones ms liberales. Otros destacados periodistas asturianos fueron Jorge Fernndez de
Castro (Tartarn de Tarascn), director de Alerta, el ovetense Fernando Rivero, creador en
el Diario de la Marina de la seccin Sociedades Espaolas, que fue copiada de inmediato
por otras publicaciones habaneras, y el boalense Salvador Daz Rodrguez, director de la
revistas Ideales y Renovacin.
Mencin aparte merece el tambin boalense Celestino lvarez Gonzlez, quien
en 1919 fund la revista mensual El Progreso de Asturias, que dirigi hasta su
fallecimiento en 1957. Fue esta la publicacin de ms larga vida y de ms calidad de
cuantas surgieron en el seno de la comunidad asturiana en Cuba; pero no debemos
olvidarnos de otras de ms breve existencia como Crnica de Asturias (1907-1914),
Asturias (1914-1925) y Voz Astur (1918-1920). En las pginas de estas revistas, junto a las
noticias sobre el Principado y sobre las asociaciones asturianas en nuestro pas, siempre
hubo espacio para la literatura y en particular para la poesa.
Muy asociado al periodismo nos encontramos el giro de la imprenta, que al
menos durante las primeras dcadas del siglo XX estuvo casi por completo en manos de
inmigrantes espaoles, entre ellos no pocos asturianos. Los hermanos Antonio y Segundo
Prez Sierra, naturales de Infiesto, fueron los propietarios de la Imprenta Militar, creada
muchos aos antes y que rebautizaron con el nombre de Prez Sierra y Hermano. Manuel
Garca Gonzlez, nacido en Llanera, tuvo en su poder la Editorial Neptuno, que cont con
un taller de imprenta y un almacn de papel. Y la casa impresora Fernndez Castro y Ca,
ubicada en la calle Muralla, tuvo como principales gerentes a varios asturianos, entre ellos a
Jos Fernndez Castro, originario de Soto del Barco.
La huella de los nativos de Asturias tambin qued estampada en nuestras artes
plsticas. En el dibujo, en la caricatura y en la ilustracin de textos podemos mencionar el
meritorio quehacer durante las ltimas dcadas del siglo XX de Jos Luis Posada, nacido en
Villaviciosa. Sus creaciones han quedado en las pginas de las revistas Bohemia, La
Gaceta de Cuba y Unin, as como de El Caimn Barbudo, en cuya fundacin tambin
intervino. En cuanto a la pintura podemos mencionar al gijons Evaristo Valle y al pilos
Manuel Snchez Garca. Aunque el primero permaneci poco tiempo en nuestro territorio
realiz algunos murales en el Centro Asturiano y ofreci aproximadamente en 1928 una
exposicin de sus cuadros con temas vinculados a Cuba. Snchez Garca, por su parte,
estuvo entre los artistas que expusieron en 1924 en el Saln de Pintura y Escultura del
Prado y a continuacin realiz algunas muestras personales. En cuanto a la escultura el
nombre ms sobresaliente resulta el del pilos Restituto del Canto Levilla, encargado de
realizar toda la obra estatuaria y de adorno del Centro Asturiano y autor adems de la obra
escultrica en homenaje a Manuel Valle que se alza an en la antigua Quinta Covadonga.
En relacin con la msica no pueden dejar de citarse los avilesinos Benjamn
Orbn y su hijo Julin Orbn Soto. El padre fund en La Habana en los primeros aos del
siglo XX un prestigioso conservatorio de msica, que dirigi durante largo tiempo. Julin
Orbn logr formarse como pianista, compositor musical y director de orquesta, estuvo
muy vinculado a los escritores del grupo Orgenes y por sus obras musicales, entre ellas
Tres versiones sinfnicas, ha sido considerado uno de los ms importantes compositores
de Hispanoamrica del siglo XX. A Julin Orbn le corresponde adems el mrito de haber
incorporado a la meloda de la mundialmente conocida cancin La Guantanamera los
Versos sencillos de Jos Mart, En este epgrafe dedicado a la msica tambin debemos
incluir al bartono ovetense Augusto Ordez, quien permaneci largas temporadas en
Cuba y fue muy aplaudido en sus presentaciones en los teatros habaneros.
La radio cubana igualmente se benefici por el quehacer fecundo de los
inmigrantes asturianos. Sirva como ejemplo el caso de Manuel lvarez lvarez, Manoln,
originario de Carreo. Desde la localidad de Caibarin, donde se estableci, fue uno de los
primeros animadores de la radiodifusin en Cuba a travs de la emisora de su propiedad
6EV. Entre sus grandes mritos se encuentra haberle ofrecido a los oyentes en septiembre
de 1923, de modo simultneo, la pelea de boxeo entre Jack Dempsey y Luis ngel Firpo,
celebrada en los Estados Unidos. Tambin fue esta la primera emisora en Cuba en narrar un
encuentro de bisbol.
El caso de Manoln lvarez en Caibarin nos puede servir igualmente de
ejemplo acerca del valioso desempeo de los asturianos en distintas localidades del interior
de nuestro pas. Sin embargo, no es el nico. Al gijons Valentn Cuesta Rendueles le
corresponde el mrito de haber fundado en Gines en 1890 la imprenta El Demcrata, que
funcion durante muchos aos, as como varias publicaciones que desarrollaron el
periodismo en la regin. El avilesino Isidro Pruneda Fernndez y el tambin gijons
Cndido Daz lvarez de igual manera fundaron y dirigieron, respectivamente, el peridico
La Correspondencia, en Cienfuegos, y Heraldo Pinareo, en Pinar del Ro. Por su parte
Jos Ramn Surez Castiello, nacido en Colunga, foment la actividad periodstica en
Crdenas, Francisco Surez Fernndez, natural de Cangas de Tineo, dirigi varias
publicaciones en Trinidad, la poetisa Mara Teresa Fernndez-Getino, de Pola de Lena,
estimul la creacin literaria en Artemisa, ciudad donde se radic, y el avilesino Juan
Francisco Alderete tuvo hace unos aos bajo su responsabilidad los talleres literarios de la
provincia de Camagey.
Cientficos de origen asturiano, para beneficio de la sociedad cubana, tambin
desarrollaron su actividad entre nosotros. El sacerdote jesuita gradense Santiago M. de la
Via desde su puesto de Director del Observatorio Meteorolgico del Colegio Nuestra
Seora de los Dolores, de Santiago de Cuba, se encarg de acopiar importantes
informaciones climatolgicas y de orientar a la poblacin santiaguera. En la sede
universitaria de esa ciudad se desempe durante muchos aos como profesor de qumica
el gijons Julio Lpez Rendueles, autor de la valiosa obra en cuatro tomos Qumica general
aplicada a medicina y farmacia (1948) y tras el triunfo revolucionario Sub-Director del
Instituto de Biologa de la Academia de Ciencias de Cuba. En el campo de la medicina
descollaron los tambin gijoneses Manuel Villaverde lvarez y Javier Fernndez de Castro.
El primero se especializ en endocrinologa, public varios textos sobre esta disciplina,
entre ellos La diabetes y sus problemas (1958), y fund la Sociedad Cubana de
Endocrinologa. El segundo se especializ en alergia, durante muchos aos ocup la
direccin del Servicio de Alergia del Hospital Nacional Enrique Cabrera, public
estudios sobre esta materia, entre ellos, en colaboracin, Sndromes alrgicos y
bacteriologa intestinal (1950) y lleg a ser Presidente de la Sociedad Cubana de Alergia.
Ya en el terreno de la economa ocup un sitio relevante el boalense Jos Manuel lvarez
Acevedo, director del mensuario Revista Nacional de Ciencias Poltico-Econmico-
Sociales, periodista de la publicacin Cuba Econmica y Financiera y autor del notable
ensayo La colonia espaola en la economa cubana (1936).
Como se desprende del ttulo anterior y como es bien conocido la comunidad
espaola en nuestro pas tuvo una notable incidencia econmica principalmente en la
primera mitad del siglo XX. En particular los asturianos sobresalieron en el comercio
mayorista y minorista y en la produccin de tabacos y cigarros. Dentro de la incalculable
relacin de inmigrantes procedentes de Asturias que aspiraron a enriquecerse en Cuba tan
solo una pequea proporcin lo logr. En esa fraccin pueden incluirse, por ejemplo, a
Ramn Cifuentes Llano, natural de Ribadesella, que empez su vida laboral en La Habana
de empleado y lleg a ser el principal gerente de la fbrica de tabacos Partags, al
candams Benjamn Menndez Garca, dueo de la fbrica de aceites El Cocinero, a
Manuel Cofio Migoya, nacido en Parres, que logr convertirse en destacado comerciante
del giro de la floricultura, y al luarqus Leoncio Garca Lpez, co-propietario en los aos
50 del pasado siglo de los Laboratorios Farmacuticos Om. De igual modo se ubican en esa
relacin los hermanos Jos y Bernardo Sols Garca y Aquilino Entrialgo lvarez,
propietarios de la tienda por departamentos El Encanto, una de las ms prestigiosas de
Hispanoamrica. Como alto empleado de la misma el gradense Jos Fernndez Rodrguez,
Pepn, llev a cabo toda una renovacin del sistema publicitario del comercio cubano.
Gracias a su iniciativa El Encanto brind ayuda econmica a la Revista de Avance y a la
Institucin Hispanocubana de Cultura, cre el Premio Periodstico Justo de Lara y
patrocin programas culturales a travs de la radio. Ms tarde Pepn Fernndez march a
Madrid, donde estableci los emporios comerciales Sederas Carretas y Galeras Preciado.
En el lado opuesto de aquella elevada escala social se encontraban numerosos
empleados y pequeos comerciantes y propietarios de origen asturiano, que de modo
mucho ms modesto tambin tomaban parte en el desenvolvimiento de la economa
nacional. En ese giro menos relevante alcanz renombre por su desempeo en favor de la
clase correspondiente el cabranense Lucio Fuentes Corripio, fundador y Presidente de la
Federacin Nacional de Detallistas.
Como miembros de los estratos sociales menos favorecidos algunos inmigrantes
asturianos se incorporaron a las demandas obreras de los nativos con el fin de lograr
mejoras salariales. Entre esos luchadores estuvieron, a fines del siglo XIX, el ovetense
Saturnino Martnez y, ya en las primeras dcadas del siglo XX, el belmontino Hilario
Alonso. El primero, tambin poeta y periodista, fund en 1865 la publicacin La Aurora,
dirigida a los artesanos, y encabez varias huelgas de los tabaqueros de La Habana. Alonso,
por su parte, se inici como militante anarquista, sufri prisin en varias ocasiones y dirigi
varias revistas obreras hasta asumir los postulados del socialismo ortodoxo y ocupar la
presidencia del Club de Cantineros. Ya en las luchas plenamente polticas participaron por
este tiempo, de modo destacado, el asturiano Celestino Baizn Lobo y el ovetense ngel
Po lvarez. Baizn combati de joven en las fuerzas insurrectas cubanas, alcanz el grado
de oficial y estuvo presente en la cada del General Antonio Maceo en San Pedro. Durante
la Repblica fue figura sobresaliente del Partido Conservador y de la Unin Nacionalista y
se desempe como Gobernador de La Habana. Entre los ms activos revolucionarios que
combatieron la dictadura de Machado estuvo Po lvarez. Tomo parte activa en la
colocacin de explosivos y en la realizacin de atentados personales a los principales
responsables de las fuerzas represivas hasta que fue detenido, torturado y asesinado.
A la masonera cubana tambin se incorporaron con fraterno espritu
constructivo numerosos nativos de Asturias. El ovetense Segundo lvarez Gonzlez lleg a
ocupar el puesto de Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba desde 1892 hasta 1895, el
cabranense Cesreo Gonzlez Naredo, adems de desempear cargos importantes en la
Logia Unin Ibrica, fund en 1932 la revista mensual Mundo Masnico, que dirigi hasta
su muerte treinta aos despus, y el Comandante de Aviacin Jos Mara Llanos Valle,
nacido en Cangas de Ons, alcanz a presidir la Fraternidad Espaola en el Exilio. Por otra
parte, en la esfera de los deportes podemos anotar que el equipo de ftbol de la sociedad
Juventud Asturiana, integrado casi en su totalidad por atletas de origen asturiano, escribi
la pgina ms gloriosa de la historia del balompi en Cuba al derrotar 4 goles por 2 en junio
de 1927 al equipo Nacional de Uruguay, entonces campen mundial.
Para terminar esta relacin casi inabarcable de asturianos que tomaron parte
destacada en la cultura, en la ciencia y en general en la sociedad cubana del siglo XX slo
aadiremos que si bien el personaje ms popular de nuestro pas a lo largo de varias
dcadas fue el gallego Jos Mara Lpez Lledn, El Caballero de Pars, no muy detrs de l
estuvo el candams Carlos Manuel Prez Rodrguez, conocido por Bigote Gato. Sus
grandes mostachos afilados, su boina roja y el auto antiguo en el que se desplazaba han
quedado como la estampa de una poca pretrita.
En esa poca se inserta una numerosa y vital colonia asturiana, ya hoy en pleno
proceso de liquidacin. Dej ganancias, realiz aportes a la sociedad cubana. Quizs no
slo represente el esfuerzo de un nostlgico volver la mirada atrs y reconocer con
agradecimiento las obras que aquellos asturianos nos legaron.
La Habana, 20 de abril de 2006
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