7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
1/13
LO S
NOVENTA
pone al alcance de los lectores una coleccin con los ms variados
temas de las cienciassociales.Mediante la publicacin de un libro
semanal, esta serie proporciona un amplio espectro del pensamien-
to crtico de nuestro tiempo.
GENEVIVE BLLEME
EL
PUE LO
POR
ESCRITO
Significados culturales
de lo
popular
Traduccin
ROSA
C U S M I N S K Y
DE
CENDRERO
ConsejoNacional
p r
l
Cultura y las Artes
M X I O D.F.
7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
2/13
NDICE
EL P U E B L O
PO R
ESCRITO
Significados
culturales de lo
popular
Ttu lo or ig inal en francs: e peuple pa r crit
Traduccin: Rosa Cusminsky de Cendrero,
de la edicin de
di t io n s
du
Seuil,
Pars ,
.1986
1986, ditions du Seu i l
D .R. 1990 po r E D I T O R I A L G R U A L B O , S . A . de C . V .
Calz. S an Ba r to lo N au ca lpan n m.
28 2
A r g en t in a
Poniente 11230
Miguel Hidalgo , Mxico , D.F.
Pr imera edicin en la co leccin Los Noventa
Coedicin: Direccin General de P u b l i c a c i o n es de l
Consejo N acional para la
C u l t u r a
y las A r t e s /
E d i to r i a l G r i ja lb o , S .A . de C.V .
La presentacin y d isposicin en c o n j u n t o
y de cada
pgina
de EL P U E B L O P O R ESCRI TO ,
son-propiedad del editor . Queda estr ictamente
proh ib id a la reproduccin parcial o to tal
de es ta obra po r cu a lq u ie r s i s tema o m to do
electrnico ,
incluso el fo tocopiado,
si n au tor izacin escr ita del editor .
ISB N
970-05-0015-2
IMPRESO EN MXICO
Prefacio 9
Prlogo:Pensar
lo popular 15
P R I M E R A P A R T E
D E F I N I C I O N E S C O N C E P T U A L I Z A C I O N E S
Captulo
I.De lapopularidad delpueblo 27
El
hombreen
estado
denmero 29
Ruido
de
pueblo
37
Favor
delpueblo 40
El lugar
del pueblo 45
Captulo
II.El discurso de la,apropiacinpoltica 53
Captulo III.
Una poltica de la enunciacin
61
SEGUNDA PARTE
EL
ENUNCIADOR PUESTO EN DUDA
Inti-oduccin
77
CaptuloW.Eltelogo-pueblo 81
Captulo V.Ltixtm yMichelet 93
La escritura
como combate
101
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52
EL
PUEBLO
POR
ESCRITO
artey laposteridad saben apreciarel mritoy elcomportamientodelhombredeestado.
El espritu verstil
de Ja
mult i tud
no
tiene suficiente instruccin
ni
suficiente
discernimiento para juzgarbiena
la s
personas de
las
cuales se ocupa:
tambin
es raro
que lassentencias dictadaspor la popularidadconservensuautoridad durante mucho
tiempo. Cuntos nombres
clebres
existen
que
elevados
a
la
apoteosis
por el
pueblo,
luego
la
historia
h a
cubierto
de un
profundodesprecio.
L a
mana
de
hacerse popular
ha
perdido
a un
gran nmero
de
personas inteligentes
y de un
talento reconocido;
y, en
diversas pocas, los gobiernos se han lamentado de los
resultados
funestosque les han
procurado
los
ministros,
que
amaban menos
al
estado
que su
popularidad .
29
Cf. C.Perrault,ParallledesAnciens etde sMademes,
(1690),
t. II, p.
270.
30Esta
preminencia
de lo oral parece ser
fu
ndamental(al menos para los autores de
diccionarios),
y
preceder
a una
pedagoga
qu e utilizar
tambin
la
imagen,
el
gesto,
etctera.
31
Senancour,
De la
prose
auX IXsicle ,LeMercwe.
1824,
t.rv,pp.420-421.
33Creo tilreproducir totalmenteeltexto de Diderot delcualse ha tomado esta
cita:
Parece
que el
trmino
voluptuosidad, mal
entendido, hizo odioso
a
Epicuro,
lo
mism o que la
palabranters,
tam bin m al entendida, excita el
murmullo
de los
hipcritas
y de losignorantes contraun filsofo,moderno [...] gentequ enuncahaba atribuidoa
la
palabrainters,otra idea
que la del oro y de la plata, se
volvieron contra
una
doctrina
que
formaba
al inters por modelo de todas nuestras acciones: as es de
peligroso
en
filosofa apartarse del sentido
usual
y papular de las palabras
( Essai
sur les rgnes de
Claude
et de
Nern ,
en
CEuvres completes,
t.
xm ,
Club
Francs
de l
libro,
pp.552-553).
34Aquellos
a
quienes
ha
convencido
la
demostracin
de
laverdad
del
sistema
de
Coprnico,dicen, sinembargo, el sol se levanta , el sol seacuesta ...laafectacin de
un lenguaje
contrario
en la
conversacin corriente parecera
sin
duda alguna, comple-
tamente ridicula...
En las
cosas ordinarias
de lavidase
pueden observar ciertas expresiones
que lo
mismoque
despertar
en
nosotros sentimientos convenientes
o de
disposiciones
a
actuar
de manera requerida para nuestro bienestar, por muyfalsasque pudieran ser, si se las
toma en su
sentido estricto
y
terico.
En
verdad
es
inevitable porque
el uso
norma
la
propiedad, el idioma se refiere a las opiniones recibidas que no son siempre verdaderas
[...] Pero unlector equitativoe
imparcial
despejar elsentido de unpasaje del fin
perseguido,de ltono generaly de lacoherencia internade laexposicin,ycerrar los
ojos
sobre
las
inexactitudes
d el
lenguaje
que el uso ha
hecho inevitables
(Berkeley,
Prncipesde la
connaissance
hmame,Leroy,
Aubier,
1943,1.1 la.parte,pp. 253, 51 y
52).
35
Pascal,
Penses,
(ed.Lafuma),
E d. du
Senil,col.
Points ,
Pars, 1978,
p. 91
(336).
Captulo II
EL DISCURSODELA APROPIACIN POLTICA
Popular:loqueconcierneal
pueblo,
le pertenece,le espropio, hace
impre-
sinsobre
l, usado entre el
pueblo, bueno
paral,
til para
conciliar
su
afecto; retomoyacumuloapropsitolasdefinicionesdadasporelLit tr,
porque
la
ambigedad constante
de sus
definicionesteje
un
campopoltico.
Popularcristalizalopolticoytodaunapoltica;paraempezar,ysobretodo,
porqueelsolo hecho de decirlapalabra popular implicaeinstituyeunlugar
de
enunciacin.Es
una
palabra
queabreel discurso, lo
autoriza como
poder
poruna
toma
de palabra.
Tomar
la
palabra
de esta
manera
es un
acto
de
autoridadyespor
eso
que
hablamos
en
virtudde
la autoridad
donde
elsaber
se
afirma
produciendosu
afecto,
para
asegurar
elbienen
nombre
del que
hablamos,
o
vigilar
laexclusividad
de una
palabra
para
asegurar
el bien
comn.
Si el
saber
no es ms que en
vista
del bien, si se trata del
bien
del
pueblo, entoncesaquel
que
sabe
se
abrogael derecho
y el
deber
de
hablar,
es
justo
que
hable.
El
discurso
se
justifica
y
justifica
una
enseanza,
una
pedagoga,con elnicofin deorganizar
la
ciudad
la.
polis ;eldiscurso
poltico
se
afirma
todopoderoso,
paraasegurar-y
lo
asegura efectivamente-
comodejando
ir de
smismo
elbienen
nombre
del quehabla.
As
sepresenta,
dealgunamanera,lacienciapolMca,tal es el
poder
de una
palabra
que es
poltica a todos losnivelesporque estrevestidade unaautoridad que
el
saber,la
razn,
elbien-iodoenuno-leconfiere.As pensabaPlatn.
Laciencia polticade lacualhablal no es de ninguna manera, es
53
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54
PUE LOPORESCRITO
necesario
subrayarlo,laapropiacinde un
poder,
sea ste el que
fuera,
ni unabuso. Aqullaes lopoltico,lafunciny elsaber polticoobien
la coincidenciade unafunciny de unarte,eldiscursopormediodel
cual se expresalapoltica pura, el poder del discurso mismo. Es decir
que,'aunantes
de ser
enfrentamiento
de
ideologas,
la
poltica
es el
enunciado de una palabra legtima; legtima por aquello en que aqulla
es susceptible de conducir
a
los hombres. La palabra es la que conduce
a los hombres; no este hombre aqu ni este hombre all, no tal o cual
palabra, sino slo
la
palabrapoltica.
Esta pureza de
lo
poltico, pensada en su esencia, separada, o ms
bieneste esfuerzo por pensarla separada,nospermite comprender
cmolehablamos al pueblo, cmo nosotros
lo
separamos. Pero pode-
mos comprender tambin queaquello que por otra
parte podra
parecer unrechazono esaqums que unamanera continuadade
dirigirse
a l, de
preocuparse
de l;
eldiscurso
que se
mantiene,
en
efectonecesarioybueno,logobiernaylo mueve,y loincluyeen ese
otro discurso
de
organizacin
que
contribuye
sin
interrupcin,
sin
ruptura,tejido
en
conjunto:
la
ciudad
y el
pueblo.
En
este sentido,
la
polticade Platn es unapolticade laenunciacin,lanuestraes ms
de un
aspecto,
y
vale
que uno se
detenga.
Quien hablade
poltica,
el
poltico,
esaquelque el
arte poltico
instituyeen su
funcin,
slo
el
artepoltico,o la ciencia
poltica,
puesto
que sta es lo ms alto y
lo
msdifcilque es posible adquirir (292d),1
aqulla que hacedelhombre que llega alguien que-existe?-no es en
nada
parecido
a los dems hombres en virtud de su tarea y de su
funcin:
porello justamente est separadode los
otros.
Importa
hacer
de leste retrato, demostrarlo-casisepodra decir
armarlo-,
mostrar-
lo separado
de
todo aquello
que se da por
poltico
o que
nosotros
creemosque seatal
cosa.
Pueslapolticaes lo que se nos
escapa
con
mayorfrecuencia, pues no sabemos pensarla
separada,
como se
debie-
ra, en su pureza.
Y
puesto
que
l poltica
es la
ciencia
ms
pura,alabrigo
de
todo
particularismo,
de
todo
poder
particular,
es
necesario llegar
a pensarla
por lo queellaes: elartedeapacentara loshombres (267
b).
Es de
los hombres que esta ciencia pretende hacer la crianza colectiva (267
d); cuidado de la comunidad
humana
en suconjunto[...]ciencia del
ordenamiento de loshombres engeneral (276 b-c), ciencia que
ordenaatodos
(305
e).
Decir
qu es lo
poltico, consistir
entrazar
...un
esbozopasable del
carcter
real
pero
[que]nosotros no sabramos
llevar
hasta
hacer un
retrato
fiel
delpoltico,
hastaque no
lo hubiramos
despejado de todosaquellos que seagitana su
alrededor
y reclaman una
parteen susderechosde pastor,mientrasque no lohubiramosseparado
de
estosrivales
paramostrarlo,
solo
a
l,
en toda supureza...(268
c)
EL DISCURSO DE LA APRQPtACINPOLTICA
55
Es difcil pensaralpoltico por separadoporque l
es
ei fundamento
sin
el
cual
el
discursono seenunciara. O M I afompro,Pintnprocede
po r
eliminacin para llevarnoshasta
un a definicin, cloflnidnrnrts
ardua aqu, donde polticoesprecisamenteel nombro
quo
floovado,
auncuando queremos nombrarlo.(275d). E lnombreao soovtldir/1mria
cuando
lo
hayamos
identificado a
fuerza
de
separarlo
de
aquolloo
C|uo
se
agitan
a su
alrededor[...]
de sus
rivales ; pero l
se
evadetanto i f l a
cuando el dilogo sustenta una confusin o unaambigedadentre o
poltico
y la poltica, que es justamente
esencial
en la posibilidad y la
dificultadque tenemos de comprender.
El
poltico, para Platn,
es
aquel
que se
confunde
con la
poltica
para ejercerla.En
esto
no es persona
y
es alguien. No es persona porque
en
este
ejercicio nohacems queenunciar unsaber que
est
por
encima de todo saber. El poltico es un hombre y es ya lafuncinreal,
el reinado de una ciencia, la
mayor
de todas. Pero esta palabra
ya
crea
un
problema. Pues pensar
al
hombre poltico,
no es
todava pensar
la
purezadelpoltico, sino slo aquelqueejerceun
poder.
Pensar
en la poltica pura es pensar en el hombre cuyo saber
supremo,
real,
ser conforme a la ciencia misma; es pensar en laidentificacin de un arte y de unafuncinque excluye toda la toma de
poder, porque
eldiscurso
poltico
se
afirma,
seinstaurapor lmismo,
todopoderoso,
y ya no por el hombre que lo pronuncia. El discurso, el
saber
y el
hombre
no son ms que una
sola
y misma
funcin.
El poltico ser identificado con la poltica cuando aquel que ejerce
elarte
real
seaconocidoyreconocidoporhaber alcanzadolaciencia
que
est
por
encima
de
toda ciencia; llamado
por su
nombre
no se
evadir ms, puestoque nosotrosnoharemos,alparecer,ms que
justiciaalseleccionarunnombresuficientementeampliopor launiver-
salidad de su
funcin,
y al llamarlolapoltica (305e). La ambigedad
habr desaparecido cuando hayamos seguido esa va del pensamiento
que debe llevarnos
al reconocimiento y
a
la
justicia
del
reino
del
poltico
o
del nombre
de su
realeza.
Retomemos
a
Platn:
el poltico no es unespecialista,no es a fin de
cuentas ni pastor, ni entrenador, ni criado; no es l quien ejerce un
ordenamiento,
una
limitacin, sino quien tiene
a su
cuidadolacomu-
nidad
humanaen suconjunto,uncuidadoqueconcierneatodoslos
hombres,reconocidoporelloscomo una
solicitud,
unfavor,y no como
una
tirana, solicitud libremente ofrecida y libremente aceptada por
sutropadebpedos(276e).Solicitudylibertadque nopertenecen
tanto
a cualquiera, que no acepten este arte que gobierna porque
depende
de una
ciencia crtica
y
directiva,
ms que de
cualquier otra
(292
b). Una
ciencia
que se
impone
por
ella misma
porque
quien
la
posee, tenga o noelpoder, que reine o no, no debe menos[...]ser
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EL
PUEBLO
POR
ESCRITO
llamado por el ttulo real (292e);es la ms alta y
la
ms difcil de las
ciencias,
y nada tiene que ver con los cualquiera y con los muchos ; lo
escrito
y
lo
no
escrito,
no
tienen
ya
nada
que ver con lascontingencias,
las
figuras en detalle, la divisin o la dicotoma. La poltica es la
presenciade unaciencia (292c), oquizlapresenciade unaciencia
que
enuncia,
decide
y
reina
sobre
todas
las
ciencias
y aun
sobre
el
arte
de
decir
y de
persuadir,
el
cual
no es un
arte
de
engao:
as es
como
los
retricos persuadena lasmasasy a lasmultitudes contndolesfbulas
enlugar
de
instruirlas (304
d).
La poltica es un arte al cual todos los dems estn subordinados
como la prcticaloest a la teora, como
el
detalle lo est al conjunto.
Los jefes sensatos que estn por encima de laley(laleyes un absoluto
que no puede, en efecto, adaptarse aloque no es jams (294 b-c), los
jefessensatos pueden hacer de todo sin arriesgarse en
el
error mientras
observan esta sola regladedistribuirentoda ocasin entrelosciuda-
danos una justicia perfecta penetrada de razn y de ciencia, y tener
xito
as no
slo
para preservarlas sino an hacerlas mejores siempre
que sea
posible (297
b).
Pue's
los
jefes
no
actan
ms que
segn
una
competencia
queslo
funda
su
autoridad (293a).
La
competencia
es
superior a la ley porque aqul que la ejerce es el hombre real, dotado
de prudencia y de experiencia; su arte y su saber no son en nada
identificables al
poder
de laley,
sino
a la
ciencia
de
aqul
que
sabe;
ciencia tan perfecta que comanda y se impone a
ella
misma, porque
este saber no esfijo,est elaborndose sin cesar, inventando, y que su
poder
no sesostienems que conesta invencin.
Esta manera
de
pensar
la
poltica
es una
manera
de
guiar
el
pensa-
miento a travs de los escollos de lo real sin hundirlo jams ni detenerlo.
Si lapoltica
conduce
al
pastor
real a
travs
de loreal,
ello,
sin
embargo,
no se cumple jams. Y porque no hay cumplimiento (realizacin), no
hay
sacralizacin
de lo real. El poltico no es rey ms que porque est
conformado segn
la
ciencia
de las ciencias
-lapoltica-,
aun
cuando
tal
hombre no existe:
Si alguna
vez, en efecto, tal homb renaciese
po rfavordivino
[...]
ya nosera
necesarianinguna ley para comandarlo; peroni ley ni ordenanza es ms
fuerte
que la ciencia, y el
intelecto
no
podra,
sin impiedad, ser
servidor
o
esclavode quienfuera,l
debe
ser,por el
contrario,
el
maestro
universal, si
es realmente
v erdadero
y
librecomo
lo
quiere
la naturaleza
Lois,
87 5
c).
2
Asimismo,
preocuparse por el biencomnest por encima de las leyes:
la
verdadera ciencia real notieneen absoluto tareas prcticas le
Politique,
304 d ylaR publique,527a). Elhombre polticonoexiste;
as como
la
poltica no se realiza, ni por smismani por l. Tal manera
de pensar lo uno y lo otro impide toda ideologa.
EL
DISCURSODE LA
APROPIACIN
POLTICA
Lo real es
el
lugar de lalucha de poderes que se enfrentan,pero
estas luchas
son de
alguna manerarelatvizadas,sobrepasadas
por la
idea
delpoltico puro,nosonms queepisodios.Hay unalucha poltica
real si el
reinado
del
poltico ordena otro modo
de
realizacin
e
ilustra
que
podra tener
de
totalitario
o de
arbitrario
el
pensamiento puro
delpoltico.
Lafuncinpoltica consiste en gobernar convirtud,justicia, equidad,
s nla ciencia que ordena a todas las dems tejiendo en conjunto de
lamaneramsperfecta (305e). Funcinrealde entrecruzamiento
(306 a) que tejeel bienestar de la comunidad.Todo lo que podra
oponer
y se
oponeefectivamente,hopollo-e pueblo,
la
muchedum-
bre,
el
nmero,
los
muchos ,
los
malos-
est tejido,
es
necesariopara
construir
el
gran discurso razonable
que
hace,
o que es, la
ciudad
poltica. De tal manera el pueblo est incluido en este discurso univer-
sal, el pueblo que es incapaz de hacerlo, dice Platn, yalque el discurso
se asemeja tejiendo.
Si la
definicinltima
del
poltico comofuncin
y
como arte
en
conjunto,es la de ser
tejedor
del
estado (306 ss.),
entoncesl
produce
la reunin de todos, esos otros malos, extraos, diferentes para hacer
liso este tejido en
el
que el
conjunto
se entrelaza de la manera ms
perfecta; recto,
regular, justo, legtimo, verdadero (son los sentidos
diversos dados por el diccionario griego a la palabra orthos). Real
funcinde entrecruzamiento,tejidoque mezcla sin divorcio todas las
desemejanzas (de caracteres) para hacer untejidoflexible y, como se
dice,bien apretado (310 e), en el que secruzan todos loshilos (los
cargos) (311 b-c) en un tejido regular, el mejor, el ms bello, puesto
que mantiene a todos los hombres en su trama,
los
retiene. El tejido es
flexible,
es
cierto,
pero el
acto mismo
de
tejer -los verbos
empleados
lo
dicen es una manera de apretar estrechamente, de entrelazar
sunuphanein},dQ envolver: reunir
en un
todo, contener
en s,
retener
iampekhein),
tener mantenido,
tener
apretado sunekheiti) trenzar
enlazar,
encadenar plekin).
El tejido que tramalaaccin poltica...realizando aselms magnfico yel
ms excelente detodos
los
tejidos,envuelveea
cada
ciudadatodoel pueblo,
esclavos
u
hombreslibres,
los aprieta enconjuntoen su
trama,
y
asegurando
a
la ciudad, sin
falta
n i
desfallecimiento,todo
el
bienestar del
que
sta
puede
gozar,ordenarydirigir(311b-c).
Yel tejido liso est hecho tambin
de
pedazos malos, distinguidos,
sin
embargo,por lo queson, pueblo, muchedumbre, multitud, popularque
piden
ser
integrados
a lo que se
trama,
a este
arreglo; elementos
necesarios alconjuntorazonable que se opone a ellos y que se apoya
sobre ellos, puesto
que con
ellos construye esta ciudad
ala
cual asegura
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58
EL PUEBLO POR
ES RITO
as,sinfaltanidesfallecimiento,
toda
la
felicidad
de la que
sta puede
gozar.
Importa saber,
en
efecto,
que
todos participen, aportando
un
saber
prctico, por poco que se relaciona conlaciencia poltica: las costum-
bres nacionales tienen as
fuerza
de ley (295a),3
la
experiencia de la
muchedumbremisma puede inscribirse
a
condicin
de ser
validada
(298c) -es decir, defendida e identificada- por elartepoltico,y
entonceshastatiene laaccinde tejer. Laciudad,como tejidopoltico,
es una razn que da lugar y nombra a quien no tiene, pero que tambin,
poreste modode insercin o dereconocimiento, garantiza todo saber
de un usoabusivo,sea questesedebaa laapropiacin individualo
que
provenga
de la
fuerza
de un
grannmero.Pero jams
el
nmero
-un
numeroso conjunto
de
gente, sean stas quienes
fueren
(297
b)-
podr tener competenciaointeligencia.
El modo de
tejido
que incluye las buenas maneras, es parecido a un
discurso que se impone por s mismo puesto que apunta a la felicidad
y conduce,
al
mismo tiempo,
a
todos
en
general
y a
cada
uno en
particular.Laadhesinesrequeridapor unlado,
dada
por elotro, pero
la
felicidad
es
apremiante porque
es
la
razn
sumpremaa la
cual
uno
se rinde naturalmente, y que el conjunto del discurso instaura al
gobernar.
La
mejor ciudad tiene
una
parte ligada, desde siempre,
con
elmejorrazonamiento.
El discurso razonable en nombre del bien,e ldiscurso que nombra y
encadena segn tiene eslabones justos,
es
siempre soberano
de la
razn
-totalitario
en ese
aspecto-;
no se lo
evade.
Los
azares
de la
historia
no lo
quiebran,
y menosanleinterrumpen.
No
se puede suspender un discurso
de enunciacin. El pueblo es ms que ninguno. Ni alguien, ni nmero, ni
tiempo.
El pueblo reunido por el discurso poltico est
bajo
el control de la
razn,
de
la que
elpoltico
esta
salvo; all radica
su
pureza, segn
Platn,
porque aqul no es poder ni corrupcin. El discurso poltico es la historia
del
paso
del
poder propio
al
poder razonable.
El
hombre poltico
es
aquel
que
justifica
su
funcin
y su
discurso
tejiendo
realmente el bien comn
del
que habla, segnla ciencia crtica y directiva que reina por ella misma
(realeza
de la ciencia,
presencia
de laciencia...).El que se
esfuerza
en
pensarl poltica pura, el que sabe, es en realidadelque denuncia e impide
toda ideologa. Asimismo
el
intelectualy
el
sabio son,
hoy en
da, aqullos
que ponen en guardia contra
la
sacralizacin de una palabra, pero al
atribuirles este
papel, no tienen elmismo ttulode
tejedor
del
estado,
de
tejedor real, hombres polticos que, en nombre de la ciencia o del saber,
conservan elmonopolio deesta palabra? Informar elsaber o unirla
totalidad
del
discurso
de
enunciacin
a
la razn soberana, como
lo
hace
Platn,
es
instituir
el
saber como poder (porque
se
trata
del
bien
ybajo
EL DISCURSO DE LA APROPIACIN
POLTICA
59
esta sola condicin), pero tambin es admitir que el discurso
del
saber
encubre un poder en smismo que es la expresin de un poder absoluto,
es decir que puede ejercerse en todo momento, separado del bien y con
finesde
inters personal.
Todo saber implica una autoridad de enunciacin. Sielsaber es un
bien,espreciso drseloaquienes carecende l, aquienesnosaben,a
losdems Jtaiallot), al pueblo.Perolosenunciadosqueconciernena
este
ltimo acreditan inevitablemente
el
poderopresivo,
pues,sean las
quefuerennuestras revoluciones, las que el pueblo hace y de las cuales
nos apropiamos, hablamos en su lugar; sean cuales
fueren
nuestras
aperturas
hacia
el pueblo,
nuestros
estudios
sobre
el pueblo, no hay
all
ms quetantas aperturasycierres sobreundiscurso nicoyrazonable
que seafirma
como saber nico, como
el
nico creble
y
confiable
(el
saber es unbien),sloporque la razn lo
garantiza.
Decir popular es instituir, por y en el discurso, una diferenciacin
con respecto a una posicin-situacin que es la de enunciador todopo-
deroso gracias
a un
saber
queafirmay
conquista,
de
frente
al
ignorante,
aquienlehabla.4
Decir
popular
es
enunciar
un
juicio;
la
palabra misma
engendra
un
mundo poltico. Preocuparse
por lo
popular
es
declarar
que se
tiene
conciencia
de un
acto poltico,
aun
cuando
se
corra
el
riesgo
de
cultivarlo
y de
complacerse... Incluirla como investigacin
y
anlisis
en
lasciencias
humanas
es
actuar
entornode
esta poltica
de
enunciacin
que
parece
ser un
acto
de
opresin, pero
que es
tambin,
poreste
mismo
inters, decir
que aquel que
habla segn
un
principio
de
univer-
salismo
(el
bien),
no se
reserva esta idea, porque
no
podra estar
separada
de un
universalismo prctico complementario para
la
reali-
zacin
de lo que
importa poner
en
accin.
Popularse convierte en una garanta del bien fundado sobre una
investigacin
quedebe hacer llegarya no la
verdad, sino
una
realidad
universal
que siempre existe aun cuando haya sido rechazada.
Intere-
sarse hoy en da por lo popular es quiz el signo de una investigacin
msimportante comono lo eraantesel del averdad, puestoquesta
pone en duda la honestidad de quien habla, de quien declara que su
discurso
-aquldel
saber
mismo-es un
discurso
que
oprime
y
somete.
7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
7/13
60
EL PUEBLOPORESCRITO
NOTAS
Las
referencias
alaPolitique
remiten
ala
edicin
de
CEuvres,
t.IX,vol.i,Les
Belles
Lettres, Pars, 1970.
2YPlatn aade: Pero,en realidad, un don deta lnaturaleza no se da en
ninguna
parte ni de ninguna manera,ms que enpocacantidad, por lo cualhay quetomar
tambin lasegunda parte,la
ordenanza
y laley,que no veti y noconsideranms que lo
general,peroque sonincapaces para captareldetalle(Lois, en
CE uvrescompletes,
Les
Belles
Lettres, Pars, 1970, t.
vn,
la. parte, 875 c).
Ver
tambinLoes,
792
a-d.
Las
reglas
to formuladasson
eso
que lo
vulgarllama
las
costumbres
no
escritas (792
a-d), costumbres
ancestrales
y muy
antiguas que,
sabiamente
establecidas
y fielmente
observadas,
mantienen
envueltas
en una
total
proteccin
lasleyesyaescritas...y soncomo lospuntalesdel maderamen de unedificio .
De estos usosycostumbres,segn lospopulares, esthecha launin ntima de una
ciudad[...] si bien no esnecesarioasombrarse al ver una cantidad de costumbres y de
usos,
sin
gran alcance
en
apariencia,
afluiren
nuestra
legislacin y
aumentar
su
enten-
dimiento .
4
Seencontrarunailustracindeestetipodediscursoy de sucrticaen elanexoI I,
Le
mtier
d'ignorant ,del
libro
de
Jeanne
Favret-Saada,Le s
Mots,
l a
Mort,
le sSortsL a
Sorcellere datis
le Bocage,Gallimard,
col. Bibliothque desscienceshumaines ,Pars,
1978,
pp.
287-294.
Ver igualmenteelartculode J.Goody
sobre
elusoyel ejerciciodel
conceptode
racionalidad,
Literacyand
Moral
Rationality , enMorality as aBialogicai
Phenomenon(ed. G.S. Stent),Dahelm
Konferenzen,
1978,
pp.
171-186.
Captulo III
UNA
POLTIC
DEL
ENUNCI CIN
S
Interesarseporladimensin popular es tomar conciencia de que el discurso
pronunciado es un discurso poltico, que rige y reglamenta y que, en tanto
quetal,no podr ser compatible con el desarrollo del conocimientoyde los
adelantos de las ciencias humanas en particular, en las cuales el progreso
consiste en ir al encuentro tanto de los sectarismos como de las jerarquiza-
cionesdebidas al prejuicio. Este reconocimiento y esta conciencia ponen en
duda,
a su
vez,
la
razn
y la
enunciacin. Estamos
en un
punto
en que la
conciencia obliga a las ciencias humanas a renovarse, conciencia de orden
poltico, queconcierne a undiscursode autoridad.
Esta
reflexin
se ha
convertido en una necesidad, apartir delmomentoen que eladjetivo
popular ,
que
designaba y marcaba ciertos objetos con un signo negativo,
les
ha dado otro alcance y otra fisonoma, integrndolos en los conjuntos a
los.que se
llama culturales.
As uno se ha
visto conducido
a
pensar
que de
ninguna
manera
se
poda tratar
de una
categora:
Si'popular'existe, no es
j ms
dado prori .
1Esto que as se designa es para remplazar en un
contexto popular particular. Cada
vez
la reconstruccin deledificioentero
est porhacerse. De igual modo, conelfin de evitar este trmino ambiguo,
se prefiere enumerarcadavezlascategoras socialesdelas cuales se
habla,
yprecisar la naturaleza de los contactos culturales analizados (por ejemplo,
unfenmenode vulgarizacin).3
Enrealidad,desdeelmomentoen que eladjetivopopul rhadado
7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
8/13
KW
4
62
ELPUEBLOPORESCRITO
lugar a anlisis de conjuntos culturales, stos de alguna manera han
designado
y
remplazado
a las
categoras polticas,
o
bienestasltimas
se han convertido en culturales y polticas; caracterizadas slo por
diferencias
oseparaciones, permiten comprender enseguida y3porlo
tanto, reducir en principio estas diferencias no haciendo ms
juicios
sobreellas
ni
censurndolas... El hecho
de
convertir
la
poltica
en
cultura ha abierto una reflexin distinta sobre
la
poltica y ha
permitido,
a cambio, realizar otras operaciones
sobre
locultural. Pero a toda
apertura cultural corresponde a su vez una tentativa de embargo o
apropiacin. Las ventajas de la alfabetizacin y de la aculturacin
siempre se desvirtan por un propsito con frecuencia limitante. Ins-
truir es violentar otros modos de expresin. Dar, mejorar, esdirigir.4
Pensar y querer desarrollar lacultura popular no transcurre sin
ambigedad.5
Es notable, en efecto, que todos los enfoques serios de lo popular no
disocien esta palabra de
la
cultura. Ello ha comenzado, hacefalta recor-
darlo, cuando, hacia
la
mitad
del
sigloXIX,
se
erigi
al
pueblo
en
entidad
y se construy todo un sistema de pensamiento sobre l.
6
Fue un primer
paso poltico: consisti
en
reconocer alpueblounaexistenciapropia
que
antes no
tena.7
En una perspectiva de esa
naturaleza,
la idea de cultura
se articula sobre
una
ciencia
del pueblo,
pero conduce tambin
a un
segundopaso:sobrepasarla
ideadel
pueblo-objeto (objeto de una
ciencia
que describe e inventara) para pensarla situada en un conjunto de
relaciones socioeconmicas, es decir en un conjunto de variantes ymovi-
\sque ladeterminan-de manera diferente segn los cambios e
incidencias del ambiente. As se pasa de un pensamiento analtico a un
pensamiento relativista,quedeberaseraquelde lahistoria misma:as se
da
preferencia
y
preponderancia alrelativismohistrico sobre
eldetermi-
nismo
cientfico. Una definicin bien fundada, desde esta perspectiva,
parece responder a las dificultades del problema, o al menos no
la
elude,
porqueserefiere exactayexcelentementealpuntoencuestin:
POPULAR
Con frecuencia
utilizado
como
adjetivo encargado
de
calificar
algunos
objetos de la nueva historia
(por
ejemplo, la literatura la
religan
o la
culturapopular).La palabra,bajola
forma
de un sustantivo (lopapular)ha
venido a designar un
conjunto
cultural
particular
por suscondiciones de
produccin, decirculacino de consumo. Dos
hechos
taan
influido
fuerte-
mentepara concentrar la
atencin
de los
historiadores,pero tambin
(y a
menudo
antes
q ue ellos)de losetnlogosy
los
socilogos,sobre formas
culturales situadas
fuera
o al margen de losmodelos
cultos
yletrados: po r
unlado,
el surgimiento de una
cultura
de
masas
sostenida por la
escolaridad
casiuniversaly eltriunfode losmediosde comunicacin, y par elotro
lado,
lavoluntadde
duplicar
la descripcin de las diferenciaciones
socioeconmi-
cas por las
desviaciones
culturales.
8
UN APOLTICA
DE LA ENUNCIACIN
63
Hablar delopopularen trminos de diferencias culturales, es aplicarse,
ya
lo he dicho, a revisar y neutralizar, una clasificacin autoritaria, a
romper con ella. Es admitir que sta no podr ser considerada como
algo instituido eternamente. Es dirigirse a una realidad que requiere
todoun conjunto de disciplinas para ser explicada modulndolasobre
y
segn
la
diversidad
de
registro
de las
cienciash umanas .
Elprogresoylanovedadde unenunciadotalllevaaconsiderar como
populares
ya no a las
personas
o a las
clases designadas como tales,
desviadas o
rechazadas,
sino a grupos o temas culturales. Se trata de
>3 calificarlasconductaso lasexpresioness6Jo_enJuncin^c(e_pcQcesos_de,.
cambio.
El
particularismo
ya no es
aquel
de
personas reprobadas
o
tipolgicamente determinadas;elobjetoya no es ms un sujeto-objeto,
sino un
sustantivo
que no
aparece
ms que
hecho
de modalidades
cuan-
tificables, yligadasafenmenos observables.Lopopular estforjadopor
undesvo deliberado
y es eso que se
hace,
que se ve
hacer
y que se
declara,
que seevidencia segnlasformas sometidasalanlisis; sobre ellas se
puede efectuar
un
estudio,
sin
peligro
y ski
responsabilidad,
y
sobre todo
sinprejuicio o juicio poltico, al menos en apariencia, puesto que se limita
a comprobar un
cierto
nmero de datos que el anlisiscientficose encarga
de
registrar.
Siel nuevo sustantivo no es ms que una unin de cualidades que
sirven para entrelazar las categoras expresivas, a referirlas a una
sociedad que se considera que las produce, la nueva historia y la nueva
cienciase encuentran autorizadas a
fundar
un nuevo
poltica que consiste en estudiar una nueva categora, segn
una
uotra
poltica.
La novedad, considerable, es haber desplazado o transformado la
responsabilidad del acto poltico enumerando los hechos. Pero si se
supone que los grupos culturales nacen de s mismos, que seformansegn
una
cierta
espontaneidad,
o segn un recorte
natural,
el inters que unolespresta permanece fuertemente motivado y orientado: el
aspecto
ino-
fensivo
de
lopopular considerado como conjuntocultural singular
por
sus
condiciones de produccin , no es, en la primera parte de esta defini-
cin, ms que un modo de relacin
intrasocial:
de nuevo, lo popular es
designado en segundo lugar, por el inters que se le presta en tanto que
sustrato
poltico,
infrasocial
esta vez;
en la
medida
que
est
fuera o en
los
mrgenes
de
los modelos cultos
y
letrados...9
El inters concebido a lo popular siempre es poltico o resultado de
una poltica a partir del momento en que se declara la marginalidad, la
distanciay ladiferencia.
Eseintersque se leprestaespoltico siempreque sediceque la
cultura y su
desarrollo
han
producido,
as sea
espontneamente,
una
diferencia
cultural,
p'ues la cultura no es nunca ms que el producto, el
7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
9/13
64
EL PUEBLO POR ESCRITO
acto y el hecho de una poltica. En ningn momento dejar de tener
consecuencias oresponsabilidad.
En fin,
el
inters es poltico aun si dice que quiere explicar esta
diferencia por las condiciones culturales que
reflejan
las condiciones
econmicas; losdesvosqueresulten nopodrn ser,ms queantes,
efectodel azar.
La
resp^nabjiiad4jolticase
revelaypermaneceporestavoluntad
de explicar y de excusar,
bajo
el manto delcientificismos
impopular
en
s,queya no es pensado como rechazo, sino rechazado de otra manera:
por el hecho de que es reconocido y tomado como tal.
Lo
popularas
es
siempre producto
de una
constatacin
que
entraa
un
juicio.Pero
la
poltica
de la
constatacin
no
deja
de
tener relacin
con la
poltica
autoritaria del juicio. Se enuncia, se decreta. Ambas implican una
separacin,engendranunaescisincon lamnima diferenciade quela
poltica cultural
es una
ciencia
que se
aplica para atenuar, recubrir,
es
decirdestruir esto
que ha
sido separado
por una
accin poltica que,
aunque
la
disimula,
es la
suya,
o de la
cual
no
acepta
los
supuestos,
por
mala conciencia, lo cual supone, sin embargo, el despertar de una
conciencia. Pero
hay
all
un
razonamiento
de
estetipo: iE0^ JSL^_
que
parece popular. Describamos
lo que es,
contemos
qu es lo que
pas~;~lo que pas,
para
decir
lo que
es
popular.
Narracin, historia
o
ciencia
que
funda
su
anlisis sobre
una
tautologa:
populares
lopopular
Heloaqu.
Entoncesno hay ms
responsabilidad.
No hay ms que
esta
palabra y el movimiento de una estrategia.
Impopular no se piensa hoy ms que ayer; est solo, incluido en un
sistema poltico ampliado, y se
refiere
a un mismo enunciado poltico,
aunsi ste dispone de unamejorterminologa o de unamejor tcnica
graciasa losavanzados mediosdeinvestigacin.
Siemprees la mismapoltica,la mismaconceptualizacin,la misma
enunciacin, slo
que se
hace
con ms
arte,
ms
maestra,
yformaparte
del ejercicio habitual y del papel del intelectual ocupado en volver a
pensar el universo conceptual segn una tcnica aliando a una mani-
pulacin numrica una cierta parte de
mistificacin.
10La mistificacin
aqu consista enquerer remediarunapoltica que,por lodems,se
persigue, puesto que,
por
medio
del
discurso, enuncia
y
legisla
en
todas
partes y de la misma manera.
Estaenunciacin poltica,siempre abusiva,
presente
yopresiva,es
la
que un cierto nmero de investigadores pone en duda porque la
consideran como inseparable del concepto de lo popular: el concepto
plantea
un
problema
de
fondo.
Y es
este problema
que
algunos
ven
planteado con mayor nitidez en esta inversin en lo cultural que
caracteriza nuestro sigloy anuestra poltica,y que noserams que
una
forma
nueva, entre otras posibles, de un abuso de autoridad.
UN A POLTICADE LA ENUNCIACIN
65
El inters que se presta a la
cultura
no sera ms que una idea,
un culto (el de una religin sin Dios), sirviendo a la desnaturaliza-
cin de una idea del pueblo, siempre lamisma,para hablar
mejor
y
usarla
con
fines siempre polticos. Segn estos investigadores,
no
existe
f inalmente
inters
por lo
popular
(y por el
pueblo)
ms que
por causa y por el
efecto
de un discurso que nunca ha sido otra
cosa
que
dominador.
Hablardelpuebloen
nombre
de lacultura,esmeterseen lasitua-
cin
msambiguay mscontradictoria;si lapalabra cultura indica
unareferenciaa unniveldelsaber, emplear esta palabraessuponeral
enunciador como casitodopoderoso.Instalarseen talsaberesconce-
der tal poder, es tomar partido polticamente:
Todoel discursosobrela
cultura
es undiscursoeufemstico para hablar de
la
poltica [...]
La
cultura literaria[...]
es una
cultura
que reposa sobrela
denegacin,
en el
sentido
freudiano,del
mundosocial.
La
cultura
literaria
(y [...] filosfica) es un inmenso sistema de
eufemismos
que permiten
nombrar
lo
innombrable,
es
decir,
la
polftica.11
Existe un
supuesto
poltico de la
palabra
que se
denuncia probablemente,
aunque seformuledediferentesmaneras:
Se dicepopular
esto
que nombra ycrea comotal una
cultura
dominante.
12
Se trata de una
diferencia
trazada por los
representantes
de lasclases
cultivadas[...]setratade undiscursoque pertenece a lascapascultivadas.13
Cultura[...]
como palabra
nos
sita
en la contradiccin,
pues
cultura
significa cultura
dominante.
Discursode la
inte lligentsia
14
Esta
definicin
dominante
se
impone
mucho ms
all
de laclase domi-
nantede la cultura.
Esta
dominacin se
ejerce
en el
lenguaje
y primero por
el lenguaje [...] la sociologa de la
produccin
del
discurso
sobre la
clase
popular
forma
parte de
las
primeras palabras absolutas de
tododiscurso
sobre las clasespopulares.
Dicho
de
otramanera,
hay que saber que
cuando hablamos
de las
clases
papulares hablamos de nosotros mismos...
15
Cuando
se
habla
del
pueblo,
no es del
pueblo
de
quien
se
habla,
no es
a l a
quien prestamos inters. Este discurso
no es el que con
mayor
frecuenciasefundaen unaidea.
15
En realidad, no sirve ms que para
legitimar
unasupremaca, circunscribiendoy, portanto, acusandouna
diferencia
sin
contarcon
que l
confiere
un
poder
a
quien
lo
pronuncia,
aquien
se
coloca como portavoz legtimo
del
pueblo. Discurso
que
fracasa
por
definicin:
no se
habla
de un
pueblo
por el
cual
no hay
verdaderapreocupacin17y hacia el cual no nos lleva en fin de cuentas
ms
que una
fascinacin
intelectualque no
llega
ms que aaconsejar,
a
constreir
y, finalmente, a
juzgar.
7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
10/13
66
EL PUEBLO POR ESCRITO
,
Existe vicio deformaen el inters declarado, y es en razn de este vicio
deformaque la
atencin
que se
presta
alo
popular
aumenta .
Tanto
ms
se interesa uno por una cuestin cuanto menos se
llega
a abordarla. El
inters prestado a lo popular seconfundeentonces con esta otra cuestin
(que en realidad viene primero): se puede salir del discurso de enuncia-
cin dentro del cual estamos encerrados; de un discurso pronunciado en
otro lugar?
Si la cuestin de lo popular se deriva sobre todo de un discurso
donde se tratafundam entalmentede la sociologa de
los
intelectua-
les ,
18
nosloes
este
discursoal que se
debe
examinar, sino tambinla
situacin
de
quien
los
pronuncia.
La cuestin del pueblo, de la cultura popular, es casi siempre un
discurso pronunciado sobre
el
pueblo, para el pueblo, hacia l,
por
personas instruidas. Pero
es
tambin
un
discurso
que no se
pronunciara
si no
estuviera puesto ante
un
sujeto,lo cual pone
a
quien
lo
enuncia
en
un a
curiosa situacin:
l
habla para tender
un
puente haciaeste
sujeto que
su
misma palabra ha separado y que no podra, por estesolo hecho,
designar por su nombre; y, por
lo
dems, se puede observar
que la
palabra
pueblo
es una palabra que aquellos a quienes designa noemplean.19No
' existe ms pueblo por los objetos que crea, que por susprcticas...Para
quienes disertan, este tema es objeto de una interminable controversia,
objeto del
discurso
ms
especulativo:
es un
discurso encarnizado
y
vano,
un discursodemala
fe
que intentajustificarsedesvindose
indefinidamen-
te. Voluntad dejustificaci nque incita einvitaa quien sea que lo enuncie
a pasar a laaccin de diferentes maneras: escribiendo manifiestos,
20
pronunciando arengas y discursos o esbozando varias revoluciones. Los
discursos sobre
el
pueblo
y
para
el
pueblo
son
siempre manifiestos
y
protestas.
El
inters
por el
pueblo despierta
al
espritu, obliga
a las
rupturaso a las conversiones. El discurso sobre el pueblo es un discurso
que quiere reducir a todo precio una desviacin y hacerlo, que tome
partido, porque
el
sujeto
del
cual
se
trata
es, a fin de
cuentas,
unsujeto
vivo
y
este
se r
vivo
exige
ser
encarnado.
El discurso sobre el pueblo es el discurso ms poltico, el ms
conceptualy, enconsecuencia,el msatrasado:el pueblo es elnombre
de la
mayor generalidad.
Pero
tambin
se
convierte
en el
discurso
ms
apremiante, el ms comprometido y el de mayor riesgo cuando la
realidadde lacual trata
interfiere
realmentecon l. Esestaposibilidad
de
interferencia
laque,meparece, debe modificarsehoy en da me-
diantegTaerKj^Como
Michelet
dijoa susestudiantesen el ao1847:
El gran inters
de
esta poca
es que
esterespeto especulativo
por la
razn general pase
de la
frmula
a la
prctica,
de
la palabra
a la
realidad. Esta generalidad
que aceptis, de qu se
compone?
De
individuos que ustedes excluyen uno a
uno.
21
UNA POLTICA
DE
LA
ENUNCIACIN
67
Pareceque para nosotros, hoy en
da,el
paso hacia la prctica no
sea ms el efecto de undeseoqueformulamosen nombre de principios,
sino
ms bien que la perspectiva
cultural
en la cual nosotros nos
situamosnos
impone,
por sus
condiciones
de
ejercicio, otro tipo
de
reflexin.
El
discurso cultural
en el
cual
el
intelectual,
el
sabio
o el
investigador en ciencias humanas se encuentran colocados hace
apa-
recer un hecho nuevo: si
t al
discurso es pronunciado en nombre del
saber
-porlo
dems, nunca fue
de
otramanera-,
el que lo
pronuncia,
aunqueconstituy.a_elarbitro, se encuentra tambin implicado. El inves-
J-,*,.
r
t
-i-*
r
al ij-*
-1 t m
* T i ( t*iir-
tv
t/atf *toe
f
n*
n
n-fsni-f .r
1U f
n2A.~
deltodoarbitros porque toman conciencia deuTelalivistRrcTJll'Ui'al
segnelcual ellos mismosson interrogados dealguna manera.Si el
intelectual-pensador est protegido, el hombre de saber
cultura l
es, por
definicin, alguien considerado dentro
de un
conjunto
de
redes donde
los
hombres
y las
culturas, imperativamente situados como estn
en un
campo
de investigacin, se distinguenjustamentepor las contradiccio-
nes
o
las
contrariedades,
los cuestionamientosolas
dudas
que
imponena la
enunciacin
y al
enunciador-investigador.
El
pueblo
de la
cultura
popular,o
bien
el
pueblo
que se
gana para
la
cultura, cuestiona
a
quien
dispensa la cultura
enel
discurso mismo
que
pronuncia sobre
aqulla
y,enconsecuencia,aaqul.
El pensador, el intelectual que se descubre en el discurso cultural, no
puede resguardarse ms, pues se ve como aqul que impone su cultura o
quiere darla: enraznde este
enfoque,
debe cesar de excusarse, de
recusarse;est inmerso en su funcin,en su propio pensamiento. Es, a
igual
ttulo que el bilogo, el matemtico o el qumico, un investigador
unidoasu investigacin,ala experiencia que
la
funda.Pero su pensamien-
to est tomado dentro de un
relativismo
concreto que ya no le da ninguna
seguridad. Habla del pueblodelcual contabiliza las diferencias; alhacerlo,
debe por lo menos reconocerlas, aun si se siente tentado de incluirlas en
su propio sistemadepensamiento;en
este sentido,lmud^i^ejiuje^jtabla
_ejrarjrejejt_alljgara interrogarlo. El hombre de sabeFcultural es, por
cierto,
un intelectua~todava,
pero
ya no un
intelectual burgus.
Sin
embargo, de
l
hay que hablar no para trazar su retrato o hacer su historia,
sino para tomary ver sutransformacin.
El intelectual tradicional siempre ha sido un hombre que
reflexiona
sobresucondiciny manifiesta un inters constante, puesto que de ello
dependan su palabra, sus escritos, su quehacer. Es un hombre, como
lo deca Sartre en suPlaidoyer
pour l s intellectuels
que habla del
,pueblo, viene al pueblo y se interesa por l, por las contradicciones que
Jleson propias y que, al fin de cuentas, aprecia ms sus contradicciones
que alpueblo.22
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11/13
gg
EL
PUEBLO
POR ESCRITO
Elhombredesaber culturalno es, o no es
rns
solamenteelintelectual
queconocemos porquesudiscurso tiendeadescentrarse enrelacincon
sus
objetos tradicionales
de
pensamiento.
El
inters prestado
al
ntelectual
ya
no es, nodebeser elinters prestadoa unaclaseo a unacategora,a
un
representante especializado oespecialistaen latomade
conciencia:
intelectuales que, segn
Gramsci,
se
transmitan
una misin,
herencia
o
llama, parano ser as ms que una
falsa
aristocraciadel
espritu,
residuo
conservador yfosilizadode ungrupo social histricamente dejado
atrs ;
los
intelectualesya no sonslo aquellos quepensaban tenerpor tarea
determinar
y
organizar
la reforma
moral
e
intelectual,
es
decir hacer
coincidirl aculturay la
funcin
prctica,23
reforma
que enrealidad crean
moral
porque
la
ligaban
ala
adquisicin
deuna
cultura,
ypor
tanto
siempre
a una
toma
de
conciencia
de una
superioridad
intelectual,
haciendo
por
ello mismoeljuegoy unapoltica.Lo sintelectuales,ySartrelodijo,son,
enrealidad, comounadiversidaddehombresque hanadquirido alguna
notoriedad por trabajosquesurgende lainteligencia (ciencias exactas,
ciencias aplicadas, medicina, literatura, etctera)
y que
abusan
de
esta
notoriedad para salirde sudominio,ycriticaralasociedady
a
lospoderes
establecidos
en
nombre
de una
concepcin global
y
dogmtica (vaga
o
precisa, moralista
o
marxista)
de l
hombre. 24
El
intelectual
es
alguien
que
toma siempre
una
actitud directiva,
aun
siesta actitud engendra
en l, con
toda razn,
u n
malestar,
un a
enfer-
medad.
Pues,adecir
verdad,
lo que lo
distingue
es queesten
busca
de sunombre.Nolografigurarenlahistoriams quebuscandou nlugar
y un nombre.25 Lo esencial de la condicin de los intelectuales es
declararse desgraciados, sentirydecirque sehallanenlapuerta
falsa,
desclasados, eventualmentetraicionados,
yel
hecho
de
seguir siempre
supropia justificacin.Acausadeestas contradicciones, sonllevados
a
servir,ariesgoypeligro propio, como tericos,a lasclases trabaja-
doras,nopudiendo recibirrdenes e
nadie .
26 Elintelectual,por su
condicin propia -que
se
convierte
en su
funcin-, est forzado
a
realizar para l mismoy, enconsecuencia,
para todos
la toma de
conciencia.
27
Contradiccin
qu e
cultiva,
qu e
proclama
y que es
causa
de sudesgracia.Se
jacta
y se
lamenta,
lo
dice, lorepite intilmente, lo
analiza, sobre todoloescribe -escribires laesenciade su
desgracia,
el
placer secreto, inconfesabledeseguirescribiendo-,sincesar nuncade
dudar, orgullosoyvergonzoso, ansioso, expresivo,si ncesardehablar,
de
excusarse
por
hablar, porque
es
lcido
y
poltico,
de una
lucidez
totalmente poltica:
no es
sino saber
que
mantiene
su
poder,
de lo que
jsiempre seconfiesa.Sindejardeprestar intersa susituacin
contra-
\dictoria,
de
confesarse, fujidjj^a.u^ojriza^ujodejr_de_5.niiaciacLQn.
Su
aiscurso
es unaespeciede~alegato en su defenslfqu puede durary
dura,dehecho,alinfinito;raciociniosi nlmitesquetienepor temael
P
UN APOLTICA DE LAENUNCIACIN
69
poder
intelectualmismo.
As,
el intelectual se arriesga a ser un
profe-
sional de latomade conciencia o de la presencia, o por lomenosde la
toma
del
lenguaje.28
Se arriesga a
sacrificarse
por la
poltica
sin
sacri-
fiearvrciacLeramente
ni
su obra ni su
vida;
29
por eso mismo se
arriesga
aser unhombrede provecho o aprovechado. Amenosque -y es
aqu
que puede
intervenir
una
verdadera
ruptura-el
intelectual
no
pueda
escaparse,como
lo
dice
Sartre,de su
propio
discurso, de su
propia
contradiccin,30a menos que no sedeslicede su discurso:
Las
clases explotadas -aun cuando
s u
toma
d e
conciencia
se a
variable y
pudiera ser
penetrada
profundamentepo r la ideologaburguesa-se
carac-
terizan por su inteligencia objetiva.Estainteligenciano es undon, sinoqu e
nacedes upuntod evistasobrelasociedad,lo
nico
radical:cualquiera que
sea supoltica(que puedeser la resignacin, ladignidad
o
el reformismo,
en la
medida
en que lainteligencia objetiva
est enturbiada
por sus
interfe-
renciascon losvaloresque laclasedominante les hainculcado). Este pun to
de
vista
objetivo,productoe lpensamientopopularyque ve lasociedada
partir de lofundamental, delnivelmsbajo...nocomolaslites culturales,
sinode l
punto
de
vista
de la
violencia
d el
trabajo alienado
y de sus
necesi-
dades elementales. Este pensamiento radical
es
simple;
si el
intelectual
pudieratomarloa su
cuenta,
se
vera
en su
verdadero
lugar,severadeabajo
arriba,renegandode sucasey, por lotanto, doblemente condicionadopor
sta (entantol
haya
salidoysta
constituya
su background psicosocial,y
en
tanto
l sehaya
insertado
de
nuevo como tcnico
del
saber), ejerciendo
todosupeso sobrelasclases populares, conformesu
salario
o sushonorarios
sondeducidosde la
plusvala
queellas producen. Conocer claramentela
ambigedad
de suposicin, conocer entrey por lasclases popularesla
verdadde lasaciedadburguesa y,abandonandolasilusiones
reformistas
qu e
le
quedan,
se radicalizar
hacindose revolucionario, comprendiendo
que
lasmasasnopueden hacer nadams quederribarlosdolosque lasoprimen.
Sunueva tarea ser entoncesla decombatirlaresurreccin perpetuaen el
pueblo de lasideologasque lo
paralizan.
31
< Del
mismo
modo, elhombredel saber
cultural
es unhombreque no
habla_del[rjueblp
ms queporque estal
borde^e_un_desgarramiento,
que sincesares
vivido
por lcomo apremio para cambiarsumodo
d
pensary,
forzosamente,
suvida.Ya no es ms un
intelectual
compro-
metidocon susdiscursos; todavaes un
intelectual,
peroya no un
profesional
del pensamiento. Es el
hombre
de una cultura
frente
a
otras
culturas, vindose en medio de
ellas,
y
que,
a causa del relativismo que
implicaestasituacin,debedejarde legislar. Ya no es para l una
eleccin,es una
necesidad.
Poseedorde unaculturaentre otras
cultu-
ras, y por elhechode que suinvestigacin leconducea
aproximarse
a
ellas,
viene a
plantear
en su discurso aun la cuestin de su
autoridad,
de lo bienfundadode unpoderque l crea tener de un saberparticu-
lar. Esta
puesta
enperspectiva cultural
introduce
una
brecha
en su
7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
12/13
EL PUEBLOPOR
ESCRITO
discurso, unafigura quehacevacilarsu certidumbre, suculturay su
lengua.Descentrado
de
u
_prgjpia_enTittciacjn,
aunque
secreyera
un .
sabio, se ve frente aindividuos^uejresan_con. todo_su_peso>con
menospreci3elirla
reIacT6So 3e
un
dilogo
esenciales
co n
ellos
y
esto-,de locual estseparado o de
lo
cualseencuentraseparado por
el
hecho
de un
discurso
que se
impone.
Lapuesta en perspectiva cultural-la atraccin y elinters de lo
popular se plantean en lo sucesivo as- obliga al investigador, al
intelectual,
a
radicalizarse como revolucionario,
ya no
slo, como
una
vezms lodiraSartre, enatencina lasideologas,sinoenatencinal
propio
discurso
que
pronuncia
y
reconoce
no
haber dejado
de
infligir
a
los
que ha
abrumada
y que
contina
abrumando.
UN POLTIC DE L
ENUNCIACIN
NOTAS
DomitiiqueJulia, A propos des
sources
critesde lareligin populaire: questions
d&mtiode ,Hicerche distara
socialeereligiosa,tim.ll,junio-julio,1977,
pp.
109-118.
Cf .
ibid:
El
inters recienteprestado
a la cultura
popular del antiguo rgimen
ha
mostrado
cmo
loshistoriadoresconsti tuyen,aun sinsaberlo,enobjetodeanlisisa un
material
ya
recortadocomo
popular, por los
censores
polticos de
antao
o los
crticos
literarios arbitros del buen gusto: elredescubrimiento de estetesoroperdido no es
vlidosin unaviolencia reductora en eltratamientoque clasificaysuponeen etapas
segn
l algicade unacultura erudita .
3J.C I.Schmitt ,op .cit.
4
Hugo quiere construir
al
pueblo , trabajaralpueblo, hacer
el
pueblo (Wlliam
Shakespeare,
libro 5, Les esprits et les
masses ,Flammarion,
col.
Nouvelle
bibliothqueromantique ,
Pars,1973,pp. 243 yss). Para hacer
esto
seintentadar a
leer
los
libros
al
pueblo, poner las obras a su alcance o hacer para que les sean dados. Se quiere imponer
con eso unamoral,unmodelodelenguaje,uncdigo social,una
conducta.
Semuestra
entonces toda
la Idealizacin
pedaggica
que
consiste
en
instituir bibliotecas
y
libros
segn aqulloquesermsfavorableaesta accinen lacualseconjugandemocratiza-
cin, dirigismoy
moralizacin.
Cf. Nisard, en un Essai su r
l ecolportage
de l ibrair ie
(Journal de la
Sacete
Afrale
chrtienne,
t. v, t im. 3, 1855, pp . 1-60), denuncia la
gravedad del mal
hecho
por una
cierta l i teratura
y
proclama
la
necesidad
de
sanear
estaindustria .Estetexto indica
los
medios
de
obtener
un
buen libro .Elpueblo
es
sensible
a una forma de lenguaje, y le es
necesaria
la ima g e n , la
claridad,
hay que
procurarle sensaciones vivas, susceptibles de impresionarlo, de provocar buenas reac-
ciones
con el fin de
complacerle,
de
moralizar,
de
instruir .Tambin Lamartine intenta
definirun
estilo,
un
porvenir para
el
libro
y el
autor
que se
dirigira lpueblo
(vaseel
asombroso
dilogo
de la
sirvienta
y el
autor
enGenevive. Histoired une
servante,Michel
LvyFrres,Pars, 1851, prefacio, pp.1-71).Para instruiralpueblo Michelet querra
alguna
cosa
que
actuara
de
inmediato
y
libros atractivos desde
la
primera pgina (carta
de Michelet a Branger, del 16 de
jun io
de 1848 en P.
Viallaneix,La
Voie royale.
Essai
sur l'ide
du
peuple dans l'ceuvre
de
Miciielet, Flammarion,
Pars, 1971,
pp.372-373):
Aquello
que yo
soaba
en la
iglesia
de
Engelberg ,Le Fgaro,suplemento literarios
n m .44, 29 de octubre, 1892. He transcrito lo esencial deeste texto, en mi libroles
Ahnanachspopulaires,op.cit. pp.
135-137.
Ser necesarioreleer algunos de los textos publicados sobre la instruccinpbl icay
las bibliotecas populares por Len Curaer, Vctor
Duruy,
Louis Hachette, E. A. de
l'tang,JeanMac, S. Pcontal,
Jules
Simn... Referirse, por supuesto, a las obras
generales
que
tratan
de la
instruccin
y de las
bibliotecas populares
y, en
especial,
a los
trabajos
de No
Richter ,Les
Bibliothques p apulaires,
Cercle
de la
Librairie,Pars,1978;
Bibliothques et Educacin
permanente.
De la
lecttirepopulaire
la
lecturepublique,
Bibl iothquede
l'Universit
du
Maine,
Le
Mans, 1982, donde aparecen muchos elemen-
to s
bibliogrficos;
La Lecttireet ses insttutions. Prlude: 1700-1830,
Bibliothque
de
l'Universit
du
Maine,
Le
Mans, 1984.
Cf.
igualmente Francpise Parent, Les cabinets
de lecture
dans
Paris: pratiques
culturelles
et
espace social sous
la Restauration ,
AnnalesESC,septiembre-octubre
1979,
pp.
1016-1038; J.-J.
Darmon,
op.cit.;
Anne-Marie
Thiesse,
LeRomn du
quotidien. Lecteurs
e t lectures
poptilaires
laBee poque, Le
7/23/2019 BOLLEME - El Discurso de La Apropiacion Politica
13/13
72
EL PUEBLO POR ESCRITO
Chemin
vert,Pars,
1984.
Para
remontarse
en eltiempose
podr
consultar:R.
Chartier,
M.
M.
Compare
y D. Julia,
L ducation en Franceu XM e auxvilte sicle,Societ
d'editiond'enseignement suprieur, Pars,
1976. D.
Roche,LePeuple dePars.Essaisur
la culturepopulare auXVlue
sicle,Aubier-Montaigne,Parts, 1981;
M.Vovelle,"Y
a-t-il
eu utteRvolution
culturelle
au xvute
sicle?
A
propos
de
t'ducation
populaire en
Provence",
Revue d histoire
moderne
et
contemporaine,
enero-marzo1975, p.
89-141.
Para una transcripcin moderna de este problema ver el nmero de
Temps
modemes
dedicado al libro de bolsillo, abril-mayo, 1965, y
H.
Datnisch,Ruptures-Cultures, Minuit,
Pars, 1976, "La culture de
poche",
pp. 57-74, y "Le
langage
de la
pnutie",
pp. 75-90.
5Cario
Ginzburg enLe
Fromage
et esVers .
L univers
d un
meunier
uxvtesicle,
Flammarion,Colee."Nouvelle bibliothque scientifique",Pars,
1980, denuncia
contoda
justeza la
ambigedad
de
estepaso:
"El
empleo
de la
palabra cultura
paradefinirel
complejo
de actitudes, de
creencias,
de
cdigos
de comportamiento,etctera, propias
de lasclasessubalternas en unapocadada es relativamente
tardo:
hasidotomado de
la
antropologa
cultural.
Essloa
travs
delconcepto
de
cultura primitiva
que se ha
llegado areconocerlaposesinde una
cultura
a aquellos queantesse
definan,
de
manera paternalista, como
las capas
inferiores
de los
pueblos'civilizados'.
La
mala
concienciadel
colonialismo
se uneasalamala
conciencia
de la
opresin
de
clase.
Lo
que ha permitido dejar atrs, al menos
verbalmente,
no
slo
la concepcin pasada de
modal de
folclor
como un sencillo recuerdo de curiosidades, sino tambin la posicin
de quienes no vean en las ideas de las clases
subalternas,
sus
creenciasy
sus visiones del
mundo, nada ms que un montn inorgnico de ideas, de creencias y de visiones del
mundo
elaboradas por lasclases dominantes, quiz varios siglos antes."
A
este
respecto
vase
eltextoya
citado
de
Marcel
Mageten
Etfinologie genrale,
op. cit.
En
Francia,
la fundacin de la
Revue destraditions
populaires,(nm.
1,1886),
marca
una
fecha
importanteparael
desarrollo
de las investigaciones. Ver tambin N.
Belmont,
"L'Acadmie
celtique
et
GeorgesSaiid.
Les
debuts
des
recherches
folklori-
quesen
France",
enRomantisme,
nm.
9,1975,pp. 29-38.
7Cf. Mona
Ozouf,
"L'invention de I'ethnographie
franqaise:
le questionnaire de
L'Acadmieceltique",rmales,
ESC,
marzo-abril
1981,
pp.
210-230.
s
a
NouvelleHistoire,
(bajo la direccin de Jacques Le
Goff ,
con la colaboracin de
Jacques Rev y
Roger
Chartier), Ed. Retz, Pars, 1979. La
definicin
es de
Roger
Chartier.
9
MichellePerrot, en una perspectiva parecida,
define
la cultura "no como unnivel
en un
conjunto
nico eindiferenctado,sino
-en
el buen sentido de la etnologa moderna,
y
no de la norma
burguesa-
como
el
sistema de comunicacin y el modo de expresin
de un grupo social". De esta definicin deduce
otra
manera de leer la
historia
de una
poltica
cultural
("Forcde laculture
ouvrire
enFranceauxiXesicle",enLeHandicap
socioculturel
en
queslion,Ed.ESF,col.
"Science
de l'ducation", Pars,
1978,
pp.109-112).
JackGoody,
La Raison
grafihique.
La
domestication
de
lapense sauvage,
Minuit,
Col.
"Le
sens
commun",
Pars,
1978,
p. 77.
11Fierre Bordieu,"Lasociotogiedela
culture
populaire" en
Le
Handicap sociocul-
turel
en
queston,
op.
cit.,pp.117-120.Ver
igualmente
en ese
mismo texto,
los
artculos
de RHoggart,
"Une seule
ou
plusieurs cultures",
y
Michlle
Perrot,art.cit.
12 paliques
quotidiennes",
enLes Culturespopulaires,
(bajo
la
direccin
de G.
Poujol
y R.
Labourie),Institu
national d'ducation
populaire/Privat,
col. "Sciences de
I'homme", 1979, pp. 23-30, p 25. Cf. tambin los artculos de J.-C1.
Barthez,
"Culture
populaire ou culture
domine?",pp. 41-52
y J. Dumazedier, "Culturevivantetpouvoirs",
pp. 65-77.
Todos
los artculos son interesantes. Se encuentran muchas definiciones y
numerososelementosbibliogrficos. Para las fuentes bibliogrficas
vase
tambin un
nmero
de la
revista
Autrement,
nm.
16,
nov. 1978,
y
Jacques Charpentreau
yRene
KSL^S LaCulture populaireen
France,Ed.
Ouvrires,
col.
"Vivre
son
temps",
Pars,1962.
3Fierre
Bordieu,
citado por Fierre Besnard, "La
culture
populaire: discourset
thories",enLe Cultures populaires,op.cit pp.
53-63.
UNA POLTIC DE L ENUNCIACIN
MIbid.
15Fierre
Bourdieu,
"Lasociologiede la
culture populaire",op.
cit.p.
118.
6
Cf. P. Bourdieu,LaDistinction,
Critique
sociale dujugement,Minuit, col. "Lesens
commun",
Pars,
1979,
p. 63.
17N.Davis,op.cit.,p.
409.
8
P. Bourdieu, "La sociologie de la culture populaire",
op. cit.
19Ramantisme,
nm. 9; vase el artculo citado de M. Tournier.
20Sobre
los escritos de protesta y el compromiso del escritor al servir de mediador
con eludeinstauraruna
"comunicacinfraternal",
vase Genevive
Ed t ,
"La
littrature
engags,
manifest permanent", Liurature,
nm. 39, oct. 1980, pp. 61-71 (nmero
especialsobrelos manifiestos).
2 J.
Michelet,L
tudiant,
(precedido
por
"Michelet
et la
parole
historienne",por
Gatan
Picn),
Ed. duSeuil,
col.
"Fierres
vives", Pars, 1970
(tercera
leccin,
30 de
diciembre
de
1847).
22Esprecisovolver
leer
eltextode
Sartre,Plaidoyerpour
lesintellectuels,Gallimard,
colee."Idees",Pars,
1978
(enespecialla
segunda conferencia,
"Fonction del'intellec-
tuel",
pp.43-83).
23
Grainsci
dansle
texte,
Ed.
Sociales,
Pars,
1975;
cf. la 5a.
seccin,
cap.
III ,p.
351.
24
Sartre,
op.
cit.Primera
conferencia,
p. 13.
25Fierre
Nora, "Que peuvent
lesintellectuels",Le Dbat,
mayo 1980,
pp.
4-19,
cf. p.
13; e igualmente el nmero de septiembre de 1980,"Enqute:de
quo'avenir
intellectuel
sera-t-il
fa i t ? ,
pp.3-88.
26
Sartre,
op.
cit.
p. 67.
Ibid.,p.79.
28
Jacques Julliard,Conirela
polinqueprofessiomielle,
Ed. du Seuil, colee. Interven-
tion,
Pars,
1977;
en
especial
el
captulo
I I I
"Les avatars
desintellectuels",pp.36-115.
30Sartre,op.cit.,
pp.
58-59.
3 Ibid.,pp.
62-63.
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