CALIDAD DE VIDA EN MAYORES DE 65 AÑOS EN ENTORNOS
INSTITUCIONALIZADOS
BERNABÉU CARRETERO, Nora
GARCÍA ESPESO, Victoria
GARCÍA OTERO, Raquel
GÓMEZ ORTEGA, Patricia
Sociología en Terapia Ocupacional
Terapia Ocupacional 2011-2012
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ÍNDICE:
1. Introducción……………………………………………….........pág.3
2. Marco teórico……………………………………………………pág.5
2.1. Calidad de vida y variables sociodemográficas…….......pág.7
2.2. Calidad de vida y entorno residencial……………………pág.8
2.3. Calidad de vida, salud y autonomía funcional......…...…pág.11
2.4. Calidad de vida y relaciones interpersonales………..…pág.11
2.5. Redes de apoyo o soporte social…………………….…..pág.14
2.6. Terapia Ocupacional en Geriatría………………………..pág.15
2.6.1. El papel del T.O. en la residencia………….…..pág.15
3. Metodología……………………….……………………………..pág.20
4. Conclusiones…………………………………………………….pág.24
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1. INTRODUCCIÓN:
• Objetivo: Analizar cuál es el punto de vista de un Terapeuta Ocupacional
sobre la calidad de vida de 170 personas mayores de 65 años que se
encuentran en un entorno institucionalizado.
• Cómo se va a cumplir el objetivo: Mediante la realización de una
entrevista en profundidad a un Terapeuta Ocupacional que se encuentra
trabajando en un entorno institucionalizado.
• Objetivos específicos:
o Medir las variables que pueden influir en la calidad de vida de los
residentes mayores de 65 años de un entorno institucionalizado.
Conocer cuáles son las que el Terapeuta Ocupacional considera
más importantes.
o Conocer qué tipo de sesiones se llevan a cabo en el centro y
cómo influyen en la calidad de vida.
o Valorar la funcionalidad de la Terapia Ocupacional en un entorno
gerontológico.
• Razones por las que hemos elegido el tema:
o Porque la gerontología es un campo amplio dentro de la Terapia
Ocupacional.
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o Nos interesa conocer la calidad de vida de los ancianos en
centros institucionalizados.
o Saber cómo influye en la vida del anciano el cambio de residir en
su propia vivienda a pasar a estar en un centro institucionalizado.
o Tenemos interés en este colectivo.
o Por la cantidad de terapias cognitivas y físicas que se pueden
realizar en este tipo de colectivo para mejorar su calidad de vida
dentro de un centro institucionalizado.
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2. MARCO TEÓRICO:
La base de nuestra investigación es la calidad de vida en personas mayores de
65 años, por lo que consideramos oportuno hacer una introducción sobre ésta,
teniendo en cuenta las perspectivas proporcionadas a lo largo del tiempo por
los diferentes autores.
Según Moragas Moragas (1995), la gerontología social trata de los fenómenos
humanos asociados al hecho de envejecer. Los ancianos se configuran como
una categoría independiente del resto de la sociedad, separados como grupo
con características propias. A continuación se detallan tres concepciones de
ancianidad para situar la variedad de sus conceptos:
o Vejez cronológica: Definida por el hecho de haber cumplido los 65 años.
La ventaja de la objetividad de la edad cronológica se renueva en
inconveniente al comprobarse el impacto diferente del tiempo para cada
persona, según como hayan sido su forma de vivir, su salud, sus
condiciones de trabajo…La edad constituye un dato importante pero no
determina la condición de la persona, pues lo esencial no es el mero
trascurso del tiempo, sino la calidad del tiempo trascurrido, los
acontecimientos vividos y las condiciones ambientales que le han
rodeado.
o Vejez funcional: Corresponde a la utilización del término “viejo” como
sinónimo de incapaz o limitado y refleja la asimilación tradicional de
vejez y limitaciones. Se trata de un concepto erróneo pues la vejez no
representa necesariamente incapacidad. Las barreras a la funcionalidad
de los ancianos son fruto de las deformaciones y mitos sobre la vejez
más que reflejo de deficiencias reales.
o Vejez, etapa vital: Esta concepción de la vejez resulta la más equilibrada
y moderna y se basa en el reconocimiento de que el transcurso del
tiempo produce efectos en la persona.
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Según Badía, Salamero y Alonso (2002), la calidad de vida es un objetivo en
salud que está adquiriendo cada vez mayor importancia y ha comenzado a
utilizarse como medida de resultados en salud, especialmente en situaciones
en que las actuaciones en salud ya no pueden ir principalmente dirigidas a
prolongar la duración de la vida, como ocurre con las personas muy ancianas y
los enfermos terminales.
Diversos autores han definido el concepto de calidad de vida, siendo la
subjetividad siempre un componente esencial de esas definiciones. Por
ejemplo, para la OMS (1994) la calidad de vida es “la percepción que cada
individuo tiene de su posición en la vida en el contexto del sistema cultural y de
valores en que vive y en relación con sus metas, expectativas, estándares y
preocupaciones”.
Pinazo Hernandis (2006) consideró el bienestar subjetivo como un concepto
globalizador que incluye tanto la satisfacción, como la felicidad con la vida
considerada como un todo, una moral alta, ajuste personal, buenas actitudes
hacia la vida, competencia, y lo que Neugarten, Havighurst y Tobin (1961)
denominaron “ envejecimiento exitoso”. Además, en el trabajo de CIMA (1979)
se define la calidad de vida como “el grado en que las condiciones de una
sociedad permiten a sus miembros realizarse de acuerdo con los valores
ideológicos establecidos, proporcionándoles una experiencia subjetiva
satisfactoria de su existencia”.
Según Altarriba Mercader (1992) debido al progreso técnico aplicado al sector
primario y secundario, se constata a lo largo del siglo XX un avance progresivo
de las condiciones de vida en general, lo cual se traduce a su vez en un
aumento considerable de las expectativas de vida, lo cual tiene como
consecuencia que cada vez la ancianidad sea un mayor colectivo de personas,
aumentando también el numero de los denominados grandes ancianos, es
decir, los que sobrepasan la cota de los 85 años. Frente a la consecuencia de
haber aumentado el número de años vividos por el colectivo social de los
ancianos, se presenta el reto de darles contenido y sentido a los mismos: todo
ello queda resumido bajo el epígrafe de calidad de vida.
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La calidad de vida en la vejez posee atributos tan importantes como mejora en
lo posible de la calidad de la asistencia sanitaria, continuando como en otras
etapas de la vida con la aplicación sistemática de la prevención secundaria.
Los procedimientos de rehabilitación deben iniciarse lo más temprano posible,
pues la mentalidad rehabilitadora es la base de la calidad de vida.
2.1. Calidad de vida y variables sociodemográficas:
La calidad de vida es un concepto complejo cuya definición operacional resulta
francamente difícil. Sin embargo, es posible establecer una de sus
esenciales condiciones: su multidimensionalidad. Es decir la calidad de
vida (como la vida misma) cuenta con ingredientes múltiples. En el
presente trabajo se sostiene que la calidad de vida en la vejez, como
concepto multidimensional, está, además, en dependencia del contexto o
de ciertas circunstancias del individuo. Este planteamiento se examina a
través del análisis de múltiples indicadores de calidad de vida evaluados
en sujetos mayores de 65 años que cuentan con distintas condiciones:
viven en su propio domicilio o en instituciones (públicas y privadas),
cuentan con distintas edades, pertenecen a distinto género y están
adscritos a distintas posiciones sociales. La conclusión final es que
durante la vejez la posición social, la edad y el género son más
importantes que el vivir en el propio domicilio o en una residencia para la
mayor parte de las dimensiones de calidad de vida.
o Género: Diversas investigaciones avalaron la existencia de
diferencias significativas en cuanto al género y los niveles de
bienestar subjetivo, observándose en varones niveles superiores
de bienestar en relación con las mujeres.
Otro grupo de investigaciones ha explorado cuáles son los
componentes diferenciales de la calidad de vida de los mayores
según su género. En este sentido Fernández-Ballesteros y Maciá
(1993) no encontraron evidencias significativas pero por su parte
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Rubio, Aleixandre y Cabezas (2001) hallaron que los factores
fundamentales para la calidad de vida de las mujeres: la familia, la
salud, y el entorno económico tiene más importancia y que para
los varones uno de los aspectos más importantes es el trabajo.
o Edad: Es de esperar obtener una disminución de los niveles de
calidad de vida a medida que la edad aumenta. Pero los
resultados de las investigaciones no han avalado únicamente esa
tendencia. Son numerosos los trabajos que informan que las
personas de más edad tienen niveles más elevados de bienestar
subjetivo.
o Estatus económico: La situación económica es un factor que se
ha relacionado con el bienestar y la calidad de vida en la vejez.
2.2. Calidad de vida y entorno residencial:
El entorno residencial y el grado de satisfacción que con él se experimenta
suponen uno de los aspectos más relevantes de la calidad de vida.
o Residencia en el domicilio particular: Cuando se aborda la calidad
de vida de los ancianos residentes en sus domicilios se distingue
entre las condiciones de la vivienda y las del barrio en las que se
ubica. Los estudios basados en indicadores objetivos de la
calidad de vida se han centrado en tres grandes aspectos
relacionados con la vivienda: la accesibilidad, los equipamientos y
los déficits estructurales.
Según el estudio realizado por Rojo, Fernández- Mayorales y
Pozo (2000) respecto a la vivienda, los predictores que más
destacan en la satisfacción son: la comodidad de la cocina y
baño junto al tamaño de la vivienda. Respecto al barrio se obtiene
la conclusión de que es importante no encontrarse barreras
arquitectónicas exteriores.
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Según Medina Tornero y Carbonell Cultillas (2004) los mayores
viven mayoritariamente en pisos y/ o en viviendas unifamiliares de
una o dos plantas. La vivienda es uno de sus bienes más
apreciados, en la cual se puede necesitar efectuar algún tipo de
reforma para mejorar su calidad, como consecuencia de la
antigüedad.
Una cita a destacar es la siguiente:
“Las personas que viven en su propio domicilio presentan,
indudablemente, una mayor integración social, tanto por lo que se
refiere a la red de apoyo social con la que cuentan como a la
satisfacción que les reportan las relaciones sociales. Mientras
existen diferencias en la frecuencia de relaciones interpersonales
debidas a la edad, no se han apreciado en ninguno de nuestros
indicadores diferencias significativas atribuibles al género o la
posición social” (Medina Tornero y Carbonell Cultillas, 2004)
o Residencia en entornos institucionalizados: Los ancianos que
abandonan su domicilio para ingresar en una institución lo hacen
por problemas de salud, por la muerte del cuidador principal o por
la imposibilidad de ser atendidos por sus familiares.
Son múltiples los cambios que conlleva para el anciano el hecho
de ingresar en una residencia, por ejemplo el abandono del hogar,
el contacto regular con los familiares y amigos… Además el
anciano debe de adaptarse a la nueva organización de la
residencia, aceptar las normas, la perdida de algunas libertades…
Cabe añadir la diferencia entre las residencias públicas y las
privadas: Las personas que habitan en residencias públicas
informan realizar un mayor número de actividades de ocio y
tiempo libre y estar más satisfechos con esas actividades que las
que habitan en la comunidad y en residencias privadas. Así
mismo, los mayores más viejos, respecto de los más jóvenes, las
mujeres, respecto de los hombres y los sujetos que pertenecen a
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estatus socioeconómico más bajo, respecto de los más altos,
informan realizar un menor número de actividades de tiempo libre
así como estar menos satisfechos de las actividades que realizan.
Ball, Whittington, Perkins y Patterson (2000) encontraron que la
autonomía y el control percibido eran los aspectos más
importantes en los residentes en instituciones para mayores.
Ronnberg (1998) alerta del riesgo que supone que en algunas
residencias prioricen el esmero en el cuidado físico y sanitario en
vez de atender a los aspectos más psicológicos o afectivos.
Kruzich, Clinton y Klever (1992) examinaron la relación entre
variables organizacionales y la satisfacción de los residentes. Los
resultados indicaban que los aspectos más positivos eran la
limpieza y un entorno agradable. Los niveles menores de
satisfacción se asociaban a una rotación elevada del personal de
enfermería y cuidadores.
Algunas investigaciones se han interesado en valorar hasta que
punto existen diferencias en la calidad de vida de los mayores
institucionalizados respecto de los que residen en sus domicilios.
Pearlman y Uhlmann (1988) estudiaron la calidad de vida de la
gente mayor que vivía en residencias y encontraron que un 36%
percibían que su vida en la residencia era “aproximadamente tan
buena como sería posible”, en comparación con un 37% de la
gente mayor que residía en sus domicilios. Los ancianos
manifestaron que ingresar en una residencia tenia tanto aspectos
positivos como negativos. Los aspectos positivos incluían el
acceso a un cuidado adecuado, facilidades para acceder a
actividades sociales… Como aspectos negativos incluían la
pérdida de su privacidad, el coste de los cuidados, las comidas, la
perdida de independencia y de contacto familiar. En conclusión
las diferencias entre vivir en su domicilio o en un entorno
institucionalizado no eran significativas.
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Para finalizar, otras investigaciones como las realizadas por
Fernández- Ballesteros (1997) o Cava y Musitu (2000) llegaron a
las mismas conclusiones de la investigación dicha anteriormente.
2.3. Calidad de vida, salud y autonomía funcional:
El estudio de la calidad de vida aplicada a la 3ª edad, debe incluir aspectos
como el estado de salud, el rol, el estado funcional y la determinación de
factores de riesgo. El concepto de calidad de vida relacionada con la salud
(CVRS) incorpora esencialmente la percepción del paciente, como una
necesidad en la evaluación de resultados en salud, debiendo para ello
desarrollar los instrumentos necesarios para que esa medida sea válida y
confiable, y aporte evidencia empírica.
El concepto de CVRS que más se ajusta a los objetivos de éste, es el que lo
concibe como “la capacidad que tiene el individuo para realizar aquellas
actividades importantes relativas al componente funcional, afectivo y social, las
cuales están influenciadas por la percepción subjetiva”.
Abellán (2003) afirma que los trastornos funcionales que impiden la realización
de las actividades de la vida diaria (AVD`S) de forma autónoma, ocasionan
percepciones del estado de salud lógicamente más negativas. Cabe diferenciar
claramente los problemas de salud física del grado de afectación de la
capacidad funcional que conllevan (Martínez-Vizcaíno y Lozano, 1998) puesto
que determinados problemas en la salud física pueden no interferir en la
realización autónoma de las AVD`S.
2.4. Calidad de vida y relaciones interpersonales:
En el estudio de Orley y Kuyken (1994), Ryan y Deci (2002) se identificaron
cuatro áreas en las relaciones interpersonales: las relaciones familiares, las
relaciones sociales y de amistad, la participación en las actividades en
comunidad y las relaciones personales en el entorno laboral.
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o Las relaciones familiares: Algunas variables, como estar casado,
el número de hijos o convivir con ellos, han mostrado diferencias
en cuanto al bienestar psicológico de los mayores (Buz, Mayoral,
Bueno y Vega, 2004). En el estudio realizado por Martínez-
Vizcaíno y Lozano (1998) con mayores de 65 años no
institucionalizados, los casados mostraban relaciones más
satisfactorias que los incluidos en otras categorías de estado civil.
Rubio y Aleixandre (2001) en un estudio realizado con personas
mayores de 65 años, hallaron que los que no han tenido hijos
presentan puntuaciones medias inferiores en la calidad de vida
respecto a los que han sido padres. La evolución de la estructura
familiar mediará en la calidad de vida de los ancianos del futuro.
o Relaciones sociales y de amistad: Las relaciones con amigos o
conocidos y su peso en el bienestar, ha sido objeto de estudio
durante décadas. Chappell (1983) y Straing y Chappell (1982)
reiteraron que las relaciones sociales con semejantes no
pertenecientes a la familia son fundamentales y que la
disponibilidad de una relación de confianza podría ser más
importante para la calidad de vida y el bienestar de los mayores
que la cantidad de interacciones con familiares y amigos. Parece
ser que las relaciones sociales de los mayores y la satisfacción
que éstas les aportan pueden variar en función de la edad y el
contexto de residencia. Fernández- Ballesteros (1997) concluye
que los ancianos que viven en su propio domicilio dicen tener
significativamente mayor número de contactos sociales que los
que habitan en residencias.
Si habitualmente la gente mayor sale poco de casa, con el paso
de los años y la pérdida de autonomía personal, la falta de
relación con el entorno se agrava.
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o Actividades realizadas en la comunidad : Los ancianos tienen la
posibilidad de pertenecer y participar en organizaciones formales
o los denominados clubes y grupos de ancianos que les permiten
la participación social y el establecimiento de relaciones sociales,
brindándole un marco de referencia estable para que el anciano
se reconozca como tal, asuma roles definidos, se organice y
encuentre actividades que le ayuden a reconstruir su vida,
posibilitando la creación de un nuevo modelo social sobre las
relaciones entre los mismos ancianos.
o Después de la jubilación: Las actividades que realiza el individuo
para ocupar su tiempo adquieren una importancia destacada.
Villar, Triadó y Osuna (2003) examinaron los patrones de
actividad cotidiana en una muestra de personas mayores de 65
años y las variables como el sexo y la edad. Según los resultados
obtenidos, los ancianos dedican mucho más tiempo a las rutinas
diarias de tipo instrumental (preparar la comida, limpiar…) que los
más jóvenes, y las mujeres mucho más tiempo que los varones.
Durante los intervalos de ocio, que se observan mas en hombres
y mujeres, ver la televisión es la actividad más mencionada.
Lograr ocupar el tiempo disponible durante la vejez resulta menos
costoso si el individuo dispone previamente de un abanico de
aficiones en función de sus intereses y recursos personales
(Argyle, 1993). El grado de significación que implican para el
individuo las actividades que lleva a cabo y su relación con el
bienestar y la satisfacción, fue constatado por Ogilvie (1997). Este
autor subrayó la importancia no de la cantidad de actividades
realizadas, sino del tiempo dedicado a actividades
verdaderamente significativas para el individuo.
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Según va incrementándose la edad y van apareciendo
limitaciones funcionales, van disminuyendo, significativamente,
tanto el número de actividades realizadas como la satisfacción
que éstas producen.
2.5. Redes de apoyo o soporte social:
Las relaciones sociales constituyen el corazón del funcionamiento social del
anciano. Se refieren a la red de contactos y relaciones sociales del individuo.
Siguiendo a Gómez y Cursio (2000) el apoyo social es el conjunto de ayudas
económicas, emocionales e instrumentales proporcionadas al anciano por parte
de otras personas. Es necesario diferenciarlo de las relaciones sociales, en
razón a que estas son el mecanismo a través del cual se realiza un apoyo
positivo, negativo o nulo.
El apoyo o soporte que recibe el anciano a traves de la red social consta de
dos componentes: redes de apoyo primarias y secundarias.
o Las primarias relacionadas con la familia, principal fuente de apoyo y
la preferida por ellos.
o Las secundarias incluyen los vecinos, los amigos, parientes y grupos
comunitarios. Los vecinos no son parte vital de apoyo, pero suelen
ofrecer apoyo en momentos de crisis o emergencia.
Las relaciones con amigos involucra apoyos de mayor intensidad, cohesion,
compañía y provision de servicios y ayudas. Estas relaciones ayudan a
mantener una autoestima positiva.
El soporte social mas conocido es el sevicio de ayuda a domicilio, seguido de la
teleasistencia y el servicio de estancias diurnas.
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Otros servicios sociales tanto municipales como institucionales para favorecer a
los mayores apenas son utilizados; la que más utilizan es la reducción en el
precio de los billetes de autobús, la participación en los programas de
vacaciones del IMSERSO, la rebaja con el recibo del agua o la utilización de la
reducción en el transporte en RENFE y la asistencia a los programas de
balneroterapia del IMSERSO. Respecto a las ayudas para familias que tienen a
cargo a una persona mayor la mas destacada es la ayuda económica.
Las personas mayores y sus familias conocen los recursos y servicios
existentes llamado “boca oreja”, de los vecinos, despues la familia, los medios
de comunicación y en un lugar menos destacado del que debería estar, los
trabajadores sociales.
2.6. Terapia Ocupacional en Geriatría:
Rodríguez (1999) define la residencia como un centro gerontológico abierto, de
desarrollo personal y atención socio sanitaria interprofesional, en el que viven
temporal o permanentemente personas mayores con algún grado de
dependencia.
Dadas las características de pérdida funcional y de fragilidad que presentan la
mayoría de los usuarios de las residencias, éstas se convierten en algo más
que su casa para pasar a ser, también, un centro de atención integral.
Además de lo dicho anteriormente, el equipo de trabajo ve al residente como
un individuo saludable pero hemos de tener en cuenta, que la salud no solo
abarca el funcionamiento fisiológico, psicológico y social, sino que también
considera la calidad de vida de los individuos. La capacidad de los individuos
para alcanzar, retener o mantener la salud esta significativamente influida por
los entornos físicos y psicosociales.
En la residencia, el equipo interdisciplinar incluye usualmente un Médico, una
Enfermera, un Terapeuta Ocupacional, un Fisioterapeuta, un Trabajador Social
y un Administrativo, pudiendo también incluirse un Animador Sociocultural, un
Psicólogo, un Auxiliar de enfermería…
2.6.1. El papel del Terapeuta Ocupacional en la residencia:
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Dependiendo de las características del centro residencial y del momento de
cada profesional se determinara el papel que será desempeñado por parte del
Terapeuta Ocupacional. Así, la práctica puede orientarse:
o Consultoría: Como definición, un consultor es una
persona del exterior que trabaja a tiempo parcial en un
lugar/recurso determinado no tiene responsabilidad
para conseguir un cambio y no está enterado de
muchas de las dinámicas del mismo. Puede definirse
además, como alguien que en virtud de su
conocimiento o experiencia profesional, proporciona un
consejo profesional y una serie de pautas sobre
aquellos aspectos que puedan hacer más efectivo el
trabajo de los demás. la relación que mantiene el
consultor con los recursos, el personal y los residentes
no es tan íntima y permanente como la que puede tener
el Terapeuta que proporciona servicios directos. Los
Terapeutas Ocupacionales, por su formación están bien
cualificados para servir como consultores, pudiendo ser
requeridos para ejecutar una amplia función de
ejecuciones.
o Intervención directa: La intervención desde la Terapia
Ocupacional se centra en la evaluación del desempeño
ocupacional de la persona y de su calidad de vida y en
el posterior mantenimiento y/o recuperación de la
misma. Para ello, el Terapeuta contemplara, una
valoración global detallada de la situación funcional del
residente, teniendo en cuenta las capacidades y
limitaciones del mismo.
Éste plan debe poder enmarcarse en los distintos
programas que se llevan a cabo. Existen diferentes
programas como por ejemplo:
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• Prevención de la incapacidad: El Terapeuta
Ocupacional llevará a cabo las siguientes
intervenciones, tanto a nivel individual como por
ejemplo, entrenamiento en movilidad,
eliminación de las barreras en el entorno
inmediato como a nivel grupal como pueden
ser: grupos de gimnasia o actividad física,
grupos de información y educación sanitaria.
• Rehabilitación de procesos incapacitantes con
posibilidad de recuperación: Su objetivo
prioritario es lograr que el anciano alcance la
máxima independencia posible cuando sufre un
proceso invalidante. El programa de
rehabilitación, requiere el compromiso de todo el
equipo interdisciplinar. El terapeuta ocupacional
valorara específicamente la capacidad funcional
para la realización de las actividades cotidianas,
la función cognitiva y la capacidad actual de
adaptación al medio. El T.O actuara en los dos
niveles ya señalados en el punto anterior:
Nivel individual: Establecimiento de metas y
objetivos, facilitación de material de apoyo,
férulas…
Nivel Grupal: Planificación de actividades
grupales entorno a objetivos comunes,
entrenamiento/formación de personal…
o Mantenimiento de los procesos crónicos
incapacitantes: Los programas específicos de
mantenimiento de terapia Ocupacional establecen un
puente entre las ventajas terapéuticas y los planes de
cuidados individualizados de los residentes. Estos
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programas son, además, de especial importancia para
el mantenimiento de la máxima independencia
funcional posible de los ancianos institucionalizados,
quienes están amenazados por un incremento de los
niveles de dependencia.
• Nivel individual: Evaluación de la situación
funcional, de las necesidades y de los deseos
del paciente, establecimiento de metas y
objetivos…
• Nivel grupal: Gimnasia de mantenimiento y
grupos de reminiscencia…
o Cuidados a enfermos terminales: Dentro de los
programas de asistencia sanitaria de la residencia,
hemos de tener en cuenta los dedicados a enfermos
terminales. El TO puede proporcionar una inestimable
ayuda a la hora de facilitar el máximo grado de
bienestar y seguridad en el hogar.
Cuando la enfermedad interrumpe el nivel de actividad
y la persona experimenta una pérdida del sentido de la
vida, la TO puede proporcionar oportunidades para
nuevas experiencias, ayudar a la persona a adaptarse
a los cambios en la ejecución de tareas y recuperar el
equilibrio mediante actividades llenas de significado.
• Nivel Individual: Evaluación de las necesidades y
deseos del paciente, terapias de apoyo…
• Nivel grupal: Grupos de autoayuda,
entrenamiento/formación del personal…
o Programa de demencias: Aunque este programa
estaría comprendido dentro de los programas de
mantenimiento, creemos que debe ser desarrollado
18
independientemente, dada la gran incidencia que esta
enfermedad tiene en la población anciana
institucionalizada.
La intervención desde la TO se basará en una
minuciosa valoración de la situación funcional, esto es,
como el deterioro cognitivo generalizado por la
enfermedad afecta a la capacidad d realizar las AVD´s
y como altera la independencia del anciano. El TO
valorará que clase de asistencia es necesaria para
obtener las mejores respuestas del anciano en cada
caso.
Se seguirán los siguientes pasos:
Elección de un modelo de intervención
(sugerimos el de rehabilitación cognitiva de
Allen)
Valoración del paciente
Planificación / ejecución de la intervención
Reevaluación y adaptación del plan según la
evolución
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3. METODOLOGÍA:
El objetivo principal planteado a la hora de elaborar esta investigación ha sido
valorar la calidad de vida de 170 personas mayores de 65 años, que se
encuentran en un entorno institucionalizado, desde el punto de vista de un
Terapeuta Ocupacional.
Cómo objetivos específicos hemos utilizado una serie de variables que pueden
influir en la calidad de vida de este colectivo cómo son: edad, dependencia e
independencia, las relaciones socio-afectivas, los servicios que ofrece el
centro, nivel cultural y la adaptabilidad al entorno.
Como se ha mencionado anteriormente, nuestra investigación ha sido centrada
en el colectivo de personas mayores de 65 años residentes en un entorno
institucionalizado, porque consideramos que dadas las características de
pérdida funcional y de fragilidad que presentan la mayoría de los usuarios de
las residencias, éstas se convierten en algo más que su casa, para pasar a ser,
también, un centro de atención integral y desde la Terapia Ocupacional es
importante que se mantenga o aumente la calidad de vida de estas personas.
Hemos llevado a cabo la realización de una técnica de recogida de información
cualitativa que es la entrevista en profundidad; una técnica de obtención de
información mediante una conversación formal con una o varias personas, en
éste caso, con un Terapeuta Ocupacional, para un estudio analítico de
investigación o para contribuir en los diagnósticos o tratamientos sociales. En
ésta, se llevan a cabo encuentros cara a cara entre el investigador y los
informantes dirigidos hacia la comprensión de las perspectivas que tienen los
informantes respecto a sus vidas, experiencias o situaciones, tal como las
expresan con sus propias palabras.
Nuestra entrevista en profundidad es de tipo individual, ya que sólo
entrevistamos a una persona; monotemática, ya que está enfocada en un solo
tema que es la calidad de vida en la residencia en la que trabaja; y
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semiestructurada, ya que el control de la entrevista es medio, el diseño de la
investigación está muy planificado, son preguntas abiertas con un posible
orden y el objetivo es profundizar conocimientos sobre un posible tema, en éste
caso, la calidad de vida en mayores de 65 años en entornos institucionalizados.
La entrevista en profundidad que hemos realizado está formada por las
siguientes preguntas:
Datos de identificación del Terapeuta y del Centro:
1. Nombre del Terapeuta Ocupacional
2. Nombre del centro
3. Número de residentes del centro
4. Servicios que oferta el centro además de Terapia Ocupacional
Sesiones:
1. ¿Qué tipo de sesiones realizas? (físicas, cognitivas…)
2. ¿Cuántos residentes acuden a las sesiones de los servicios de Terapia
Ocupacional?
3. Cuando realizas las actividades, ¿crees que los ancianos están
conformes y participan de manera activa?
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4. ¿Cómo crees que influyen las actividades realizadas en las sesiones en
la calidad de vida de los residentes?
5. ¿Qué actividad de los distintos servicios ofertados crees que influyen a
mejorar la calidad de vida de los residentes?
6. ¿Qué grado de dependencia tienen los ancianos que acuden a las
sesiones de TO?
Calidad de vida:
1. ¿Cómo crees que influye el grado de dependencia en la calidad de vida?
2. ¿Crees que la calidad de vida ha cambiado desde que entraste a
trabajar a este centro?
3. ¿Cómo valoras la calidad de vida de los residentes actualmente?
4. ¿Qué variables crees que influyen en la calidad de vida de los ancianos
en este centro?
Una vez finalizada la entrevista en profundidad hemos llegado a una serie de
conclusiones como son:
• La dependencia o independencia que tenga una persona es muy
importante a la hora de valorar su calidad de vida. Nos encontramos con
que en los entornos institucionalizados, las personas dependientes
poseen una mayor calidad de vida ya que son aquellas que más
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participan en los distintos servicios que la residencia ofrece, e incluso en
ocasiones piden más de lo que se les ofrece, y, por lo tanto, se sienten
mejor.
• La forma de ser de la persona influye mucho en su calidad de vida, ya
que la residencia ofrece servicios muy terapéuticos y que, por supuesto,
mejoran su calidad de vida, que en ocasiones, algunos los aprovechan y
otros no.
• Las actividades propositivas y significativas para las personas
institucionalizadas contribuyen positivamente a aumentar su calidad de
vida.
• La introducción de nuevos programas terapéuticos y de animación
contribuyen a la mejora de la calidad de vida.
• El nivel cultural del anciano es muy importante para su mejora de la
calidad de vida ya que las personas con mayores conocimientos de
informática pueden participar más y se sienten mejor, que aquellos que
no los poseen.
• La estabilidad socio-afectiva también es muy importante ya que las
personas necesitamos relacionarnos socialmente para tener mejor
calidad de vida y, en los ancianos institucionalizados, mucho más. Llevar
a cabo vínculos amistosos entre ellos es muy satisfactorio y les hace
sentirse mejor.
• La adaptabilidad al entorno también es unos de los factores importantes,
ya que, como apuntaba nuestro entrevistado, que una persona pueda
decorar su habitación o pueda hacer uso de servicios de la institución
cuando desee, les hace tener mayor autonomía y por lo tanto su calidad
de vida mejorará.
• La edad no es un factor que mida la calidad de vida, ya que hay
personas muy mayores que disponen de una buena calidad de vida y
otras, más jóvenes, que por desequilibrios en otros factores
23
(enfermedades, pocas relaciones sociales…) no poseen esa misma
calidad de vida.
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4. CONCLUSIONES:
Creemos que a través de la entrevista en profundidad realizada, los objetivos propuestos al comienzo del trabajo han sido cumplidos exitosamente. Hemos conseguido valorar la calidad de vida de una residencia geriátrica a partir de la perspectiva de un Terapeuta Ocupacional, hemos conocido como repercuten en la calidad de vida los distintos servicios que pueden prestarse y que variables influyen directamente en la calidad de vida de los residentes.
Creemos también que el trabajo de la Terapia Ocupacional es muy importante a la hora de mejorar la calidad de vida de los mayores de 65 años.
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ANEXO I:
Datos de identificación del Terapeuta y del Centro:
1. Nombre del Terapeuta Ocupacional: Aitor Fernández Arizmendi
2. Nombre del centro: AMMA El Encinar del Rey
3. Número de residentes del centro: 170 (160 aprox. de Residencia y
Apartamentos y 10 de Centro de Día)
4. Servicios que oferta el centro además de Terapia Ocupacional: Servicio
médico (mañana y tarde), servicio de Enfermería, Fisioterapia, Trabajo Social,
Lavandería, Comidas, Limpieza, servicio religioso, Animación Sociocultural
(entre T.O. y T.S.), Peluquería, Podología, Farmacia, Centro de Día.
Sesiones:
1. ¿Qué tipo de sesiones realizas? (físicas, cognitivas…): Se desarrollan
programas de actividades que comprenden componentes de desempeño
cognitivos, psicosocialessociales, motores y neuromusculares. Programas: de
Prensa, de Gerontogimnasia, de Estimulación Funcional y Cognitiva, de Ocio y
Tiempo Libre (cine, taller de manualidades, bingo,...)... y en vías de introducir
un nuevo programa de Entrenamiento en AVD (aún no implementado).
2. ¿Cuántos residentes acuden a las sesiones de los servicios de Terapia
Ocupacional?: De media acuden 120, contando todos los programas en los que
pueden llegar a participar. El protocolo interno de calidad nos exige a los
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servicios de Fisioterapia y Terapia Ocupacional que atendamos al menos al
70% de los usuarios (tanto residentes como de centro de día).
3. Cuando realizas las actividades, ¿crees que los ancianos están
conformes y participan de manera activa?: Por lo general, la inmensa mayoría
se sienten conformes con las actividades que realizan; aunque no siempre
participen de manera activa (también depende del grado de dependencia). Lo
que sí es cierto es que una muy pequeña (pero no irrelevante, sino lo contrario)
minoría no se conforma con lo que hacen y piden más. Éstos últimos participan
tan activamente y con un grado de autonomía tan alto que a veces lo que se
prepara para todos les sabe a poco y hay que proporcionarles un plus.
4. ¿Cómo crees que influyen las actividades realizadas en las sesiones en
la calidad de vida de los residentes?: Todas las actividades se plantean desde
un paradigma puramente terapéutico (lo que tiene la T.O.) y todas las
actividades que se desarrollan pueden influir positiva o negativamente en la
calidad de vida de los residentes. Esta es una premisa a mi entender. Ahora
bien, según los programas en los que participen y según los objetivos
individualizados que haya planteado para cada uno, influirán esas actividades
en mayor o en menor grado.
Hay residentes que participan en ciertas actividades con mayor frecuencia que
otros (según sus intereses); así como hay quienes participan en más de un
programa y quienes solo participan de un programa terapéutico.
5. ¿Qué actividad de los distintos servicios ofertados crees que influyen a
mejorar la calidad de vida de los residentes?: Del servicio de Terapia
Ocupacional, cualquier actividad del programa de Ocio y Tiempo Libre, por
ejemplo, ya suponen una mejora de la calidad de vida de los residentes. El
cine, el bingo, las manualidades,... son actividades que de por sí contribuyen a
mantener el área ocupacional del ocio y del tiempo libre que en muchos
momentos de nuestra vida han cobrado especial significado a nivel personal
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(porque además de entretenernos logramos en cierto momento de nuestra vida
algún triunfo, porque en aquella actividad de ocio o de tiempo libre conocimos a
nuestro actual o ya difunto cónyuge, etc.).
Del servicio de Fisioterapia, el entrenamiento de la marcha, por la importancia a
nivel tanto del neurodesarrollo y como humano de mantener la marcha (con la
dignidad que eso supone, incluso para las personas con un gran deterioro
cognitivo).
Del servicio de Trabajo Social tanto la acogida a residentes y familiares como la
tramitación de solicitudes (de prestaciones sociales, etc.).
[De otros servicios anteriormente indicados... ¿también señalo qué actividades
me parecen que influyen a mejorar la calidad de vida?]
6. ¿Qué grado de dependencia tienen los ancianos que acuden a las
sesiones de TO?: En las sesiones de T.O. participan ancianos de cualquier
grado de dependencia (grado I a III), e incluso quienes tienen un grado leve de
dependencia y también quienes no refieren dependencia y son autónomos (una
buena parte de los usuarios de Apartamentos). Dentro del grado III de
dependencia, suelen participar hasta un grado GDS 6 (del Global Deterioration
Scale, de Reisberg).
Calidad de vida:
1. ¿Cómo crees que influye el grado de dependencia en la calidad de
vida?: Cuando yo entré a trabajar en la residencia ya estaba organizado el
departamento de Terapia Ocupacional y ya habían trabajado distintos
terapeutas desde su apertura (hará unos diez años). Por lo tanto ya se
trabajaba desde un inicio la calidad de vida de los residentes. Ahora bien,
además de las certificaciones de calidad de AENOR (ISO 9001) recientemente
recibidas, la empresa (Grupo Amma) trabaja internamente con protocolos de
calidad que nos van exigiendo continuas mejoras.
Al margen de la teoría, la calidad se hace efectiva. Y pienso que la introducción
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de nuevos programas terapéuticos y de animación sociocultural van cambiando
la calidad de vida a mejor.
2. ¿Crees que la calidad de vida ha cambiado desde que entraste a
trabajar a este centro?: Algunas variables que estimo determinantes en la
calidad de vida del anciano son:
- el grado de dependencia (tanto a nivel físico como a nivel cognitivo),
- el nivel cultural (Es fácil observar el amplio abanico ocupacional que se abre
entre los ancianos con conocimientos de informática frente a quienes presentan
analfabetismo),
- la estabilidad socio-afectiva (no ya en cuanto a amplitud de redes sociales
sino en cuanto a calidad de sus relaciones y de sus habilidades sociales...
mejor o peor conservadas),
- la adaptabilidad del entorno residencial (habitaciones con posibilidad de
decorarlas personalmente y amueblarlas con alguna incorporación que traigan
de sus casas, que dispongan de zonas verdes, zonas recreativas y de
descanso, biblioteca, capilla para cuidar el ámbito espiritual,... todas estas con
diseño universal, adaptadas a cada patología.
No son para mí variables que influyan en la calidad de vida la edad por
ejemplo; si bien es cierto que muchas enfermedades evolucionan
desfavorablemente asociadas a la edad. La edad sólo nos habla de años de
vida de las personas, no de la calidad que puedan llegar a disfrutar.
3. ¿Cómo valoras la calidad de vida de los residentes actualmente?: Me
parece difícil valorar la calidad de vida global de los residentes sin poder
compararla con otro grupo de muestra (de otras residencias, de otras
regiones,...). En todo caso estimo una calidad de vida global ALTA para los
residentes de nuestro centro: por el nivel de dependencia (no ya el nivel de
dependencia que presentan a su edad, que puede ser bajo, sino que
mantienen a lo largo del tiempo) y por la calidad y la cantidad de los servicios
que se les ofrece (lo más próximo al entorno desinstitucionalizado, esto es, a
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cuando estaban en sus calas, anterior a ingresar en algún centro
gerontológico).
4. ¿Qué variables crees que influyen en la calidad de vida de los ancianos
en este centro?: Como ya he añadido en la pregunta 8., el nivel de
dependencia creo que influye directamente en la calidad de vida del anciano.
Con un nivel bajo de dependencia la persona va a poder conservar mejor sus
áreas de desempeño ocupacional (AVD, ocio y tiempo libre, actividades
productivas, actividades educativas,...), disfrutando dignamente de su
autonomía sin las limitaciones que puede presentar una persona con un nivel
de dependencia alto (para la cual las actividades van dejando de tener la
significatividad que tenían como cuando las hacía por sí misma).
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