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CIENCIA
CENTENARIO DEL HOMBRE
HACE AÑOS, en ]912, Marcellin Boule escribió en la introducción a
lo que todavía es la mejor memoriasobre uno de Jos restos de Neandertal :"La Antropología tiene la disculpa de haber llegado demasiado tarde a un mundoque es demasiado viejo." En agosto seconmemoró en todo el mundo, y particuIannente en AI,emania, el centenario delprimer descubrimiento de restos de homínidos en Europa Occidenta!.
A partir del descubrimiento de 1856,paleontólogos y antropólogos no han cejado en la ardua labor ele tratar de desenmarañar, entender y explicar la historia de nuestro árbol genealógico a travésde las Edades. Para ello, el investigadortiene que hacer el mejor uso posible de]escaso material óseo, por lo general fragmentario y fosilizado, que arqueólogos oantropólogos hallan al realizar excavaciones con ese propósito u otros similares, y
F.I luyar de N eandertal en Renania
más generalmente de los restos que apar,ecen como resultado fortuito de cualquiera de las excavaciones o perforaciones aque el hombre se dedica hoy en día con elpropósito de vivir más confortablementeen la superficie terrestre.
El mes de agosto pasado se cumplieroncien años a partir del día en que dostrabajadores durante una de estas últimas excavaciones descubrieron por casualidad, dentro de una pequeña cueva,situada a orillas del río Dussel en el vallede Neander, entre las ciudades de Elberfeld y Dusseldorf, en Westphalia, Alemania, unos cuantos restos de huesos fosilizados, a saber: la calota craneana, los fémures, los húmeros, los peronés, el radioderecho, una porción del hueso coxal izquierdo, una porción del homóplato derecho, una porción de la clavícula derecha, ycinco pedazos de costillas. Los restos pasaron a manos del Dr. FuhJ:rott de Elberfeld, sin que se tuviese todavía idea de quese trataba de restos de homínidos, hastaque después de un breve examen y un reporte oficial, publicado al año siguiente, sereconoció, aunque no sin disputas y desacuerdos que durarán algunos ::\ños. suverdadero status, Es así, que estos poéti-
de
NEANDERTALPor Santiago GENOVES T.
cos restos -el poeta Neander sol ía darlargos paseos en dicho lu~ar a orillas delDussel entre 1674 y 1679, Y de él tomónombre el valle- por ser los primeros enrecibir atención oficial, han venido a darnombre a un grupo de homínidos, que indudablemente poseen U1i papel importantedentro del campo de estudios de la fi!ogenia humana. Decimos que no fueron losprimeros porque en 1848 al realizar excavaciones para el emplazamiento de una batería en la cantera de Forbes, en la vertiente norte del Peñón de Gibraltar, lostrabajadores descubrieron un cráneo fosilizado, que Falconer, que se hizo cargode él, describió cómo: "un ejemplar deun tipo de humanidad muy primitiva, muyincipiente y salvaje, y de gran antigüedad ... pero humano no obstante". Elcráneo no llegó a Inglaterra hasta 1862y la primera descripción que se conoce delmismo es del año 1869. Este valiosísimoejemplar fue cuidadosamente envuelto ysituado en los sótanos del Real Colegiode Cirujanos en Londres, escapando asía ser destruído como sucedió con muchosotros valiosos ejemplares de las colecciones de dicha institución, al caer una bomba en el museo durante la última guerra.En la actualidad se halla en el Museo deHistoria Natural, South Kensington, Londres.
A partir de 1848 y 1856 se han halladootros restos de características similares, y
Reconstrucc'ión del esqueleto del hombre deN eandel'tal comparado al de uno moderno
que igualmente han recibido el numbre dela localidad en que se descubriel'on. Es asíque tenemos: La Chapelle-aux-Saints, LaQuina, La Ferrasie (los tres en Francia),Spy (en Bélgica), Saccopastore y MonteCirceo (los dos en Italia), y algunos más.Entre éstos, La Chapelle-aux-Saints es,probablemente, la reliquia más valiosa tanto por el número ele piezas del esqueletoque cu.e,nta, por su estado general de preservaClOn, como por la evidencia faunís1ica y geológica de su edad ahsolula.
I':ste grupo de homínidos, al ql1\' se hadado impropiamente ('n llamar "la raza"~eandertal, .vivieron, principalIncntc, ,'11
I~uropa OCCIdental ("l1 la época dc la pri~l1era fa~e de la última glaciación y 3er.lIlterglaclal de la Edad de los Glaciares.Esto es, aproximac!an1l'nte, entre ] 25,000Y 90,00 años alltes de la (;poca acl ua!. Lascaracterísticas métricas y morfo]c)gicas detodos los individuos Nealldertal hallados1I0S permiten situarlos dentro del campode los homínidos aunque fuera, () :·[parte,ele la especie homo sapicl1s a la que pertenece toda la humanidad actua!. En otraspalabras, la evidencia que se ha ido acumulando durante los últimos setenta ycinco añüs desecha, sin dejar lIingún lugar a duda, las hipótesis y puntos de vistade más de un antropólogo. emitidas a raízdel descubrimiento de Dussddorf, en lasque se mantenía que los restos de Neandertal no eran otra cosa que formas patológicas o anormales. Los restos de Neanderta! se conservan en el Museo Provincial de Bonn, y constituyen una de laspiezas más valiosas y clásicas para el estudio de Paleoantropología.
¿ Cuáles son las características ele estegrupo? Todos ellos poseen cráneos grandes, con fuertes prominencias óseas sobrelas órbitas (a modo de visera), frente huidiza, bóveda craneana casi plana, fuertesrugosidades en la región occipital (parteposterior de la cabeza) que dan insercióna poderosos músculos en la región posterior del cuello. El agujero occipital (estoes, el agujero en la base del cráneo por elque la médula entra en conexión con lamasa encefálica) tiene una localizaciónposterior. indicativa de una cierta inclinación de la cabeza hacia delante. Poseíanuna capacidad craneana elevada, de aproximadamente 1450 c.c. en comparacióncon ]350 c.c. que seria la media de loseuropeos actuales. Los huesos de la cara.alrededor ele la boca, se proyectan haciadelante, dándole a esa región un aspectohinchado. En conjunto la cal'a es relativamente grande con respecto al cráneo. Lamandíbula es masiva, sin mentón, y losdientes son relativamente graneles, I.oshuesos ele las extremidades presentanfuertes curvaduras y sus extremidadcs songrandes. Las proporciones y aspecto delos huesos de las extremidades nos facilitan la predicción de un aspecto nadaelegante y una estatura de 1555 cm. aproximadamente. Los huesos dcl pie y lasvértebras poseen ciertas característicasque encontramos también en monos y ;l\l
tropoides actuales.Este conjunto de características que'
acabamos de enumerar y algunas otras, nose encuentran nunca en ninguna de lasrazas actuales en que siguíendo ulla ·cl
otra clasificación Se' puede dividir la humanidad. Es más, se perciben o se apuntan las mismas características en los po-
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Tra::;a(/o de !,erfil de: .. , Francés 1IIoderno;... NeandertaJ; .,. Chilll!'ancé
cos restos de seres juveniles <¡ue del grupoN eandertal se han hallado.
Se han formulado principalmente dosteorías con d fín de explicar la secuenc'aevolutiva del grupo Neandertal. Una, poniendo en realce las afínidades homínidasdel grupo. 10 sitúa dentro de una etapaevolutiva relacionada directamente connuestra línea ancestral. Este punto de vísta, mantenido princípalmente por H rdlivcka y por Weidenreich aún e~1 .1945, estaría en desacuerdo con las op1l11Ones de lamayor parte de las autoridades actuales eneste campo. La menor capacidad craneanadel hombre moderno, así como la temprana evolución de los huesos de las extremidades que se encuentra en homínidos decronología anterior al grupo N eanclertal,serían, entre otras, características bien difíciles de explicar siguiendo el punto devista expuesto. La teoría más generalmente aceptada hoy en día formula que el movimiento de masas ele hielo Alpino y Escandinavo dejó aislado el Oeste de Europa casi por completo, con la excepciónde un estrecho correelor entre los dos glaciares, sujeto, no obstante, a condicionesclimáticas bien frías. La península italiana estaba también, en la misma época, ais~
laela elel Este, y en Espar:a los Pirineoseran la única porción de tierra no cubierta por los hielos. En estos momentos de laprimera fase de la última glaciación fuecuando vivieron los seres de que nos ocupamos. Un tal aislamiento, sin a fluenci:lele nuevos grupos (lo que se conoce genéticamente como inbrceding)' unido a losefectos de las condiciones climáticas "'xtremas a que nos hemos referido, pudieron muy bien actuar conjuntamente, d:ndo como resultado las características morfológicas que hemos señalado.
Incluídos bajo la dcnominación gencral de Neandertal, pero de aparición cronológica anterior (que podría akanzaraIgo así como 435,000 años), con. tal vez,una distribución geográfica más periférica y con un cierto número de características anatómicas tales. como cráneosmás pequcños y relativamente más estrechos, viseras supraorbitarias de menorprominencia, esqueleto facial más-pequeño y menos prominente, etc., se hanido hallando, particularmente en lus últimos treinta años, algunos restos: St'.'inheim (Alemania), Swanscombe (Inglaterra), Fontéchevade (Francia) que, :lllll
que semejantes a los Neandertal típicosdescritos anteriormente, se encuentran,sin lugar a duda. mucho más cerca ele!aspecto que presenta un hombre actual.Uno se pregunta si estas criaturas se podrían pasear por las calles ele Méxicovestidos con la moda actual, mientras quelos Neanc1ertal típicos. ciertamente seríanseñalados inmuliatan1l'nte con el dedo porsu extraña apariencia: esto es, dado quecualquiera de los dos hubiese alcanzado el
nivel de inteligencia necesario para lograrsobrevivir a los ruleteros, lo que yo nocreo daelas mis experiencias personales,a pesar de que poseo un esqueleto concaracterísticas "modernas".
Se ha opinado, y con buenos argumentos, que los Neandertal típicos, puedenhaber evolucionado a partir de los descritos aquí en segundo lugar, esto es, apartir de los Neandertal de cronología anterior y de características más generales ymenos especializadas. En otras palabras,los Neandertal existían con anterioridada la primera fase de la última glaciaciónpero sin haber adquirido todavía las características de especialización que les conocemos y por las que se distinguen. Tanto unos Neandertal como los otros muestran una gradación que haría dicha explicación plausible.
Otro punto de vista mantiene que ambos tipos pueden haber surgido de un homínido todavía más primitivo, tal comoel Pitecantropo, que se desarrolló en AsiaOriental, poseyendo una capacidad craneana muy inferior, pero extremidadesque sería bien di fícil distingui r de las deun hombre moderno. Así, de acuerdo conésta hipótesis, ambos tipos de N eanelertal
Vista lateral de Jos cráneos de: Francés actual.Neandertat }' Chimpancé .
habrían surgido de un ancestro común, losdel tipo "clásico" o digamos Dusse1dorfhabiendo adquirido las mencionadas características debido a aislamiento (inbrccding) , unido a los efectos del rigor deun clima frío en extremo. Cualquiera quesea el caso, y yo me inclino ~n favor deesta hipótesis, T. McCown y Sir ArthnrKeith. norteamericano el primero, inglésel segundo, hallaron en 1939 que un buennúm~ro de restos fósiles producto de excavaciones apropiadas realizadas por arqueólogos en Monte Cannelo, Palestina,podían ser situados, sobre bases cronológicas generales, entre los N eanclertal típicos, v los Neandertal que llamaremostempra~os. Este grupo de restos de homínidos hallados en Palestina poseen, además, características anatómicas, que aunque afines al grupo Neanclcrtal típico. lossitúan, en conjunto, en un slaJus morfológico intermedio entre éstos y el hall/Osapiens, esto es, el hombre moderno.
Desde luego, hay que hacer notar quese ha presentado aquí un esquema muysimpli ficaelo, y que se necesita todavÍ:lmucho trabajo de campo y mucha inves-
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tiganon en el laboratorio, antes de quelas hipótesis y puntos de vista aquí' expuestos puedan pretender haber alcanzado la categoría de conclusiones estables.
En lo que se refiere al grupo N eandertal típico, existe todavía, no obstante, unpunto que representa mucho interés. ¿Cómo y por qué desaparecieron? Si desaparecieron de súbito, como podía haber sucedido, por exterminio, debido a la penetración de la forma más temprana deNeandertal, al receso de las masas glaciares, entonces serí'a razonable suponerque hubiésemos encontrado evidencia deello en osarios, y hasta ahora no se haencontrado ninguno. Claro que ello noelimina la posibilidad de que investiga-
dores afortunaclos o circunstancias fortuitas los hagan aparecer en el futuro.Es más, los inclividuos del PaleolíticoSuperior que aparecen cronológicamentedespués ele los Neandertal típicos no presentan ningún carácter de hibridación conlos N eanclertal que nos lleve a suponer4.ue hubo mezcla que explicase la desaparición paulatina clel grupo objeto clelactual centenario. N o obstante, si sabemos que el andino de la Sierra absorbe detal manera al blanco que es normal encontrar, ya en la s·eguncla o tercera generación, clesaparecidos casi tocios los rasgosde la raza blanca dentro cle los rasgos dominantes de la morfología indígena, entonces poclemos suponer que 110 se hanhallaclo restos Neanclertal correspondientes a cualquiera que sea el número degeneraciones necesarias para que los nractC'res típicos de e~te grupo estuvieran
Cráneo descubierto cerca deLa Chapelle-aux-Saints
CON FRANCISCA SANCHEZ
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todavía patentes. Aunque es ésta una posibilidad bien remota, debido a otras razones que no caben dentro de las posibilidades de estas líneas, hemos creído útilseñalarla, recordando al mismo tiempo quese han encontrado asociados a restos óseosdel Paleolítico Superior implementosMusterienses de! tipo usado por el Neandertal más próximo a nosotros.
Es evidente que todavía quedan muchos problemas que resolver dentro delcampo general de la Paleoantropología ydel particular del grupo N eanderta1. N oobstante, la situación se diferencia mucho de la que prevaleda en 1877, cuando,en ocasión de otorgárse!e en la Universidad de Cambridge un grado honoríficoa Charles Darwin, veintiún años ya después de! descubrimiento de Neandertal,todavía, en el momento de la ceremonia,y entre gran algazara, algunos estudiantes extendieron cuerdas de una galería ala otra, en las que inmediatamente despuésse balanceaba primero un mono, y luego
QUÉ humilde es la aldea donde vive
¡Francisca Sánchez! Al pie de unaI de las más bravas sierras de España, veinte, treinta, cuarenta casas talvez, se agrupan en 10aIto de la laderadel monte. Para Ilegal' allí, desde Avila,hay que pasar por pueblos de nombresextraordinarios como sólo los tiene Castilla: Solosalllcho, La Hija de Dios;hay que coronar un puerto, desde el. ~uede pronto, en los días azules, se dIvIsala blanca mole de Gredas; hay que lIeval' el coche por .caminos en los que másque el zéjel o el melisma del arabesco,suena el pie de romance y el cant<? lIanomedioeva1. Se cruza sobre el Adaja, eserío familiar de Santa Teresa, tan puro ycristalino. Se pasa por El Salobral, f:ontero de Avila, y en donde los campesmosde España conocen la historia de Francisca y de Rubén, como los payeses deValldemosa en Mallorca, la de Jorge Saódy la del d~lce y desgarrado Chopin delos nocturnos.
En Navalsáuz un automóvil constituyeun insólito espoc'táculo. Hasta allá arriba,únicamente suelen subir los carros, lascarretas o las caballerías. Pero ¡cuántacortesía en sus moradores!
-Sí, sí, Francisca Sánchez ... Nosotros les acompañaremos.
Ya en la casa, a quien primero vimosfue a una niña de siete u ocho años, hijade Carmen VilIacastín Sánchez y, por tanto, nieta de Francisca. Sobre una mesa, enel recibidor, apenas traspasado el umbral,reparamos en la fotografía hecha en París de una joven maravillosa: la hermanade Francisca, la que entre 1910 y 1914vivió varias temporadas bajo el mismotecho que Francisca y Rubén. A la derecha del recibidor, una amplia cocinade campo abría su intimidad hogareñaal visitante. Al rato, saludábamos a lapropia Francisá que, sencilla. modesta,delgada, vestía un hábito de la Virgen delCarmen.-j Somos unos viejos amigos suyos
le dijimos - que sólo hemos venido porconocerla y abrazarla!
un gran aro con lazos simbolizando eleslabón perdido.
El doctor J. C. Trevor de la 'mismaUniversidad suele definir la Antropología, en charlas informales, como "el estudio del hombre ... que abraza, desdeluego, a la mujer", yo añadiría, "y atodas las formas relacionadas", quedandoimplícito que el Hombre ele Neandertalqueda dentro de dicho abrazo. Los hallazgos de 1856 han contribuído enormemente a avanzar en el conocimiento delas ramas que constituyen la filogeniahumana, y si las palabras de MarcellinBoule con las que cierra su monumentalmemoria sobre el Hombre N eandertal deLa Chapelle-aux-Saints: "Esto es loque sabemos hoy sin apartarnos de laciencia positiva. Es poco en comparacióna lo que todavía nos queda por aprender.Es, sin embargo, bastante en relación alo que antes desconocíamos, o a lo quesabíamos mal", eran al caso en 1912,lo son mucho más todavía hoy.
Por Antonio OLIVER BELMAS
Francisca conmovida desde el primerinstante por la sorpresa, repetía como esasviejas de Azorín:-j Ay, Dios mío! i Ay, Dios mío!
j Verme a mí! i Venir a verme a mí! Y,de cuando en cuando, se le escapaba Unsollozo contenido.
'Fmnc;'sca Súnche::, con Carwen Cunde yAntonio O/iver
Francisca casi frisando los ochenta, erguida todavía sin embargo, muestra en lafrente las largas y profundas besanas deltiempo. Cuando los humanos van prontoa ser tierra, sus caras se pueblan de surcos hondos y dolorosos. Pero, en estosseres, ya casi térreos, hay algo de generosidad y espíritu, que aunque parezcaparadójico, la juventud no posee. Los jóvenes son árboles plenos y frondosos qUé:
resisten pujantes ,todas las furias de lanaturaleza; los viejos,' son troncos arnlgados, ramas sin hojas, corazones próximos a disolverse en lo telúrico. Arb01frondoso era Francisca cuando Rubén laamó. Arbol que dió al poeta cuatro frutos,alguno como el primer Rubén Darío Sánchez -Phocás el Campesino- que duerme eternamente en el breve cementerio deNavalsáuz; alguno, como el segundo Rubén Daría que muere en México de iJ.2años y cuyos retratos de adolescentes, conlargas y afiladas manos, adornan por todaspartes las paredes de la casa; otros, como
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Carmen y Angelita, muertas las dos bienniñas: la primera y primogénita nacidaen España; Angelita abierta apenas unasalbas, en París. Arbol frondoso era Francisca, tronco de juventud ceñido y apetecible, cuando se modelaba como arcillacon el mantón de Manila para quizá motivar directamente el "Elogio de la Seguidilla" del gran poeta hispánico.. Arbolfrondoso y jugoso, cuando en París seretrató con un Rubén Daría treintañero,de pulida barba, al contrario de los existencialistas de hoy.
A este árbol entonces exuberante, ahora soplo casi, presto a disolverse en elviento, la escuchamos, en esa tarde inolvidable del 13 de mayo de 1956, hablaremocionadamente de su pasado. Ella nosmostró sus más queridas reliquias íntimas.Ella nos dijo cómo Rubén trabajaba preferentemente en la larga noche, en vigilia dura y solitaria, sin excitantes alcohólicos ni paraísos arti ficiales, en partomental a veces ungido de dolor y a vecesfeliz. Ella es la que nos dijo con ternuraamorosa: i Rubén! Rubén era como unniño.
Cuando vimos las fotografías más queridas, cuando contemplamos respetuosamente silenciosos los autógrafos del poeta, en el momento en el cual se extinguíala luz de la tarde, a mis instancias, Carmen Conde leyó los versos del inmortalnicaragüense titulados "A Francisca", queel poeta escribió ya en trance de la definitiva separación, al regresar para siempre a Améri'ca. Sonaban como en una impresionante letanía los
"Francisca Sánchez, acompáñame!"
que todos escuchamos con sobrecogimiento.
Francisca lloró largamente. Lloramostodos con ella, desde la autora de "Mujersin Edén", hasta Carlos Lozano, el discípulo de Arturo Torres Ríoseco; desdeNorma Parchment, la jamaiquina universitaria en Madrid hasta Antonio Figares,el buen granadino. Y, claro está, hastaCarmen Villascastín, tan fiel a su madreen todo. Como en el Poema de Rubén, seencendió la noche a esta lectura.
-Volveremos, Francisca, i Volveremos!, le advertimos con el abrazo de despedida.
Frente a la puerta de la casa, casi rozando el monte, cuando salimos brillabaVenus en el cielo desnudo y puro comoun inmenso diamante.
Carmen Villacastín, portando una luz,nos alumbró, como en un culto milenario,por la única calleja de la aldea, hasta ellúgar donde el coche nos esperaba. Asíla vimos todavía, rodeada de los expectantes niños del pueblo, como en un frisoclásico, cuando empezamos a descenderde la sierra en retorno a Madrid. Casininguno hablaba. Silenciosamente, con '~s
ta visita inolvidable, se había coronadoun cursillo "Poesía del Modernismo" explicado por mí en la Facultad de Filosofía y Letras, en el curso 1955-56. Se había cumplido un rito y, además, habíamosbebido en la linfa misma de la biografíadel poeta.-j Oh, sí! Volveremos; i volveremos a
Navalsáuz!, nos prometimos todos en silencio. Con éstos o con otros amigos, yotambién sé que volveré.