Compañía Jabonera de La LagunaDe los orígenes a la Revolución
•MARIO
1. Antes tklfen'ocarril
Según Emiliano Saravia, La Laguna era hasta mediados de si
glo XIX una comarca inexplotada, en la que sólo se levantaban
"algunos ranchos de pastores". "Por los años de 1840 a 1850
-recordaba en vísperas de la Revolución- empezaron a cul
tivarse las tierras en muy pequeña escala."
El suelo de La Laguna, empero, ocultaba una poderosa rique
za: formado por profundas capas de aluvión, se caracterizaba
por una gran fertilidad y, a la vez, una notoria facilidad para
la construcción de canales. Gracias a que fluían hacia esa zona
desértica los ríos Nazas y Aguanaval, este suelo estaba preparado
para cultivos intensos en los que podía realizarse, en cualquier
momento, un vigoroso desarrollo agrícola.
La Reforma, la lucha contra la intervención francesa y las po
líticas liberales modificaron el sistema de propiedad y de tenen
cia de la tierra preexistente. Surgieron nuevos y numerosos pro
pietarios, se subdividió la tierra, se generalizó' e! sistema de
aparceros y arrendatarios y se incrementó el flujo de jornaleros.
Capitales mercantiles provenientes de Monterrey, Saltillo,
Durango, Chihuahua y la Ciudad de México habrían de esti
mular, desde comienzos de la década de los setentas, un cultivo
que marcó la historia de la comarca: el algodón.
Mucho antes de que llegara e! ferrocarril, pues, La Lagu
na se había definido ya como una región especializada: su
producto básico se orientaba con fuerza hacia un mercado
interior en proceso de articulación. La industria textil-insta
lada en e! centro y en e! norte del país- había gestado deman
das suficientes para impulsar e! auge de! algodón.
2. Las novedades del Porfiriato
El Porfiriato traería grandes novedades. Una de las principa
les fue e! ferrocarril. En 1883 llegó el Central Mexicano, que
unía la Ciudad de México con El Paso. Fue cuando se fun-
CERUTTI
daron Estación Lerdo -la futura Gómez Palacio- y la pe
queña estación de! Torreón. Cinco años después, desde Piedras
Negras y rumbo a la ciudad de Durango, arribó otra gran
línea: e! Internacional. Para 1910, La Laguna -y Torreón en
particular- era uno de los dos nudos ferroviarios fundamen
tales de! norte de México.
Una segunda novedad fue que La Laguna llegó finalmente
a imponerse como e! principal distrito algodonero de México.
Según cifras de la época, llegó a generar alrededor de setenta
y cinco por ciento de la producción nacional. El algodón se
extendió siguiendo las presas, canales y acequias que se fueron
bifurcando por decenas de miles de hecráreas en los municipios
de Lerdo, Gómez Palacio, Mapimí, Viesca, Matamoros, Torreón
y San Pedro. El ferrocarril, es obvio, contribuyó a que la fibra
lagunera llegara con rapidez y competitividad a los expansivos
mercados de la industria textil situados en e! Distrito Federal, el
Estado de México, Puebla y Veracruz.
Otro dato impresionante de las décadas porfirianas fue
el demográfico. La Laguna se transformó en un auténtico imán
migratorio. La etapa de expansión demográfica rural había
estado relacionada con e! auge algodonero. La explosión ur
bana, algo posterior, se vinculó al brote industrial y bancario
que germinó en su corazón citadino: Gómez Palacio, Lerdo
y Torreón.
3. La Laguna: eslabón empresarial
Las investigaciones más recientes sobre la historia económica
y empresarial del norte de México han terminado de poner
en evidencia una llamativa cualidad de la comarca lagunera en
los tiempos porfirianos: haber sido punto de confluencia,
asociación y expansión de capitales nacidos en las áreas más
dinámicas de! México septentrional.
Tanto e! desarrollo de! cultivo algodonero como buena
parte del desenvolvimiento bancario e industrial local florecieron
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UNIVERSIDAD DE MiOxlCO
gracias al estímulo de capitales procedentes de Chihuahua yMonterrey, a los que se sumaron otros provenientes de Saltillo
y, quizás en menor medida, de la ciudad de Durango.La impresionante transformación que vivió La Laguna entre
1870 y la Revolución gestó un empresariado tegional que nosólo reinvirtió en la propia comarca, sino que también bifurcó
sus capitales hacia el norte y hacia el oriente y, de esta manera,
sumó sus energías al notable crecimiento económico que sevivía en el Chihuahua de los Terrazas y el Monterrey de los
tiempos de Bernardo Reyes. Proyectos como Cementos Hi
dalgo (1907), Vidriera Monterrey (1909) y Banco Refaccionario de La Laguna (1908) se contaron entre los más signi
ficativos.
4. La Esperanza (J887)
consecuencia de la operación, Brittingham y Terrazas (hijo del
gobernador de Chihuahua) quedaron ligados a La Esperanza,
y Brittingham se trasladó a Gómez Palacio y se convirtió en
director general de La Esperanza. Desde ese año y hasta 1924,
éste uniría su apellido y su gestión empresarial a la vivaz comarca lagunera.
Para septiembre de 1895, un grupo ampliado de accionistas resolvió reconocer que el capital real de La Esperanza
ascendía a cuatrocientos mil pesos plata (unos doscientos mil
dólares). Entre los accionistas figuraban, ahora, Juan y Luis Terra
zas, Jesús E. Luján, Jobo F. Brittingham, Eduardo Kelly, Robetto
Law, Daniel Milmo y Francisca Muguerza de Calderón. La Junta
Directiva electa en septiembre de 1895 fue encabezada porJuan Terrazas.
5. Una política de alianzas
Fábrica la Esperanza, vista parcial. Principios de siglo
El eje empresarial Chihuahua-La Laguna-Monterrey quedaría
reafirmado con la creación, en 1898, de la Compañía Industrial Jabonera de La Laguna. Su puesta en marcha no sólo ilus
tró un momento decisivo de la articulación de capitales de
extracción norteña, sino que además resultó un claro ejemplode asociación de capitales de diversas esferas de la actividadeconómica.
Una parte importante de los cambios vividos en las décadas de los setentas y los ochentas fue el establecimiento de
la fábrica La Esperanza, impulsada por capitales provenientesde Monterrey (cien mil pesos oro). Fue gestada en 1887 como
una sociedad anónima que se dedicaría a "extraer de la semillade algodón el aceite, [al] aprovechamiento de este caldo y des
pojos de la semilla citada, y [a] la fabricación de jabón". Buenoes recordar a sus fundadores: Patricio Milmo (su primer presidente), José Calderón (vicepresidente), Hernández Hermanos
Sucesores, Félix Mendirichaga (secretario y representante deHernández Hermanos), Justo Maíz (tesorero), Francisco Belden(gerente-administrador), Pedro yÁn
gel Maíz y José Negrete. De todos
los citados, sólo José Negrete y Francisco Belden no residían en Mon
terrey: el primero vivía en Saltilloy Belden en Nuevo Laredo.
Tres años antes de constituirseLa Esperanza, pero en Chihuahua,
Juan Terrazas y Juan F. Brittingham -un joven estadounidense
que había llegado de San Luis,Missouri, en diciembre de 1883
fundaron La Nacional, pequeñaplanta instalada para abastecer ve
las y jabones a un mercado regional
en plena expansión.Para evitar "una competen
cia ruinosa", ambas compañías decidieron aliarse en 1892. Como
La Esperanza mostró signos evidentes de crecimiento en los no
ventas. La marcada integración del mercado interior ---derivada
en buena medida de la extensión del sistema ferroviario
permitía colocat con mayor regularidad y presteza su producción en múltiples lugares de la geografía mexicana.
La correspondencia de Brittingham de esos años destaca
ventas de jabón en puntos tan distantes entre sí como CiudadJuárez y Cuernavaca, o localidades de Veracruz y Jalisco.
No debe extrañar, pues, que el informe que el gerenteBrittingham rindió a la Junta General de accionistas el 27 de
setiembre de 1897 hilvanara datos auspiciosos sobre la evolución
de la compañía. Si en el año comercial 1892-1893 La Esperanzahabía vendido poco más de tres millones y medio de libras,
en el ciclo inmediatamente anterior a la creación de Jabonera(1896-1897) sus ventas habían superado los 8350000 de li
bras. Es decir: un aumento de 130%.Brittingham explicó una de las causas recientes de tan
"o~>(l~
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U IVERSIDAD DE MÉxICO
férril desenvolvimiento: los contratos de asociación que había
realizado con una firma comperidora -La A1ianza- y con
una proveedora de aceite, Srephens y Cía., ambas ubicadas
en la misma comarca lagunera.Una escritura asentada en Monterrey esbozó el tipo de
convenios que se esraban concrerando. Las bases del acuerdo
a realizarse con La Alianza, según la propuesra de su compe
ridora, tenían como fin "unificar los precios y condiciones
para la venta de productos, y particularmente de jabón". El
punto 6 fijaba que La Esperanza rendría derecho a elaborar
58.3% del máximo de producción a dererminar, y La Alian
za se haría cargo del resto (41.7%). Con estas negociaciones
se repetía, en síntesis, e! procedimiento que en 1892 habían
delineado La Esperanza y La Nacional: en lugar de comperir
y enfrentarse, con los riesgos que ello suponía, se trabajaba
"en complera armonía, tal como si fuera un solo negocio". Dicha
concepción sería una de las claves para la configuración,
meses después, de la Compañía Indusrrial Jabonera.
6. Un agente en Liverpool
De la mano de John F. Brittingham, 1897 había traído otra nove
dad destinada a perdurar: la apertura de una agencia en Liverpool,
Inglaterra. En enero, Britringham decidió enviar aJ. H. Livaudais
-hermano de! propietario de una casa consignataria de
Nueva Orléans- a ese puerto británico "con e! objeto de ver
a los consumidores de pasta (harinolina, Me) y estudiar la
mejor manera de mejorar el rendimiento en precio de esteartículo".
La harinolina era un derivado marginal de la semilla de
algodón, destinado a la alimentación animal. Si parte del pro
ducto se solía colocar en e! mercado nacional, desde febrero y
marzo de 1897 quedaron asentadas constancias de que se exportaban "grandes cantidades".
La iniciariva exportadora de Brittingham -una antigua
cualidad de los productores del norte de México- perfiló
ganancias interesanres a corto plazo. La tarea de Livaudais en
Liverpool se extendía a la importación de insumas que La
Esperanza necesitaba para su funcionamiento cotidiano. Con
los valores derivados de la exporración de la pasra, depositados
en Londres, se pagaban "nuesrras facturas de soda cáustica,
soda ash, sacos de yute, pelo de camello, etc., que compra
mos en Inglaterra, evitando comisiones y situación sobre estos
pagos... ", artículos que en Inglaterra resultaban "más econó
micos que en Estados Unidos".
Duranre 1897 las funciones del agente tendieron a en
grosar los beneficios de La Esperanza. Más rarde se agregaría
la venta de la pasta aceitosa o cake, insumo destinado a la ela
boración de! aceite necesario para la fabricación de jabón. Si la
producción y exportación del cake constituyó un renglón
complementario en la primera década de! siglo xx, durante los
cruciales años de la Revolución se tornarían decisivas para la sobrevivencia de la Compañía Jabonera.
7. Semilla, jabón y sindicato
Al regresar de un viaje familiar, en noviembre de 1897, Brirting
ham se encontró "con algunas nuevas" que le ocasionaron
especial inquietud. "Algunos rancheros del lado del Torreón
-le confiaba a Juan Terrazas el 3 de ese mes- han formado
una sociedad para rrabajar su propia semilla." Es decir: parecían
dispuestos a instalar sus propias fábricas de aceite y jabón.
La reacción de Brirtingham fue inmediata: propuso repetir
con esos agricultores -y con quienes los alentaban a llevar
ade!ante un proyecto que suponía competencia en el mismo cora
zón de La Laguna-las experiencias de integración empresarial
vividas ya con La Nacional, La Alianza y 5tephens y Cía.
Comenzó allí una renaz labor de convencimiento que se
prolongó luego, con rapidez, a otros protagonisras: los propios
accionistas de La Esperanza, los dueños de La Alianza, los prin
cipales hacendados algodoneros de la comarca lagunera, los más
destacados comerciantes y empresarios de Durango, Monterrey,
Saltillo, Chihuahua y hasta de la Ciudad de México.
Sus con~ersaciones con los hacendados locales desembo
caron en la necesidad de llevar a cabo un minucioso proyec
to de asociación entre industriales y agricultores de! algodón.
La tendencia de esta comarca -le sintetizaba por carta a Enrique
C. Creel- es hoya unir en [un] sindicato a wdos los pwduc
wres de tierras algodoneras y ser dueños de todos los negocios
que se relacionan con el algodón y la semilla, así como [de] fábri
cas de manta, de jabón y aceite, harinas, un Banco y una o dos
casas comerciales para surrir sus propios ranchos.
La idea vertebral era formar de inmediato "un nuevo sin
dicato" con los propietarios de tierras algodoneras, al que se
vendería "a su costo nuestra finca y maquinaria". Al asociarse
direcramente con ellos, se eviraría cualquier intento de los agri
cultores, "como dueños absolutos de la semilla", de insralar más
fábricas.A principios de diciembre de 1897, e! gerente de La Es
peranza trabajaba arduamente para establecer las bases de "una
consolidación entre San Pedro, Torreón y nosotros y [la] for
mación de una nueva compañía entre los fabricantes y [los]
hacendados con un capital de dos millones de pesos". En su
plan para constituir un sindicato de los hacendados y las fá
bricas La Alianza, La Favorita, La Esperanza y La Nacional des
tacaban los siguientes enunciados: 1) proponer "de la manera
más liberal" a los hacendados propietarios de La Laguna que
participaran en "la formación de una gran compañía" para ex
plotar "el negocio de la fabricación de aceire y jabón"; 2) las
tres fábricas en funcionamiento (La Esperanza, La Alianza y
La Favorita) entrarían en liquidación y entregarían a la nueva
sociedad, "a su costo, las fincas, maquinarias, muebles y útiles".
El valor de tales bienes representaría la participación de las ex
fábricas en la compañía a formar; 3) los hacendados propie
tarios de rierras algodoneras tomarían la mitad de! paquete
accionario, las fábricas liquidadas la mitad restante; 4) los
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UNIVERSIDAD DE M~xlcO
AsISTENTES A LA REUNiÓN DEL 20 DE FEBRERO DE 1898
8. Los cimientos de febrero
hacendados propietarios pagarían sus acciones con semilla;
5) las fábricas distribuirían las acciones de manera propor
cionada al costo de sus respectivas plantas.
La reunión que gestó los cimientos iniciales de la futura y po
derosa Compañía Industrial Jabonera de La Laguna se con
cretó, finalmente, el 20 de febrero de 1898. Ese día se adop
taron "las bases generales para la organización del sindicato" y
se firmó una minuta que comprendía "puntos vitales".
Entre los invitados --quienes deliberaron en La Esperan
za- se contaron agricultores, propietarios, fabricantes y hom
bres de negocios del narre porfiriano.
En un entorno de clara expansión, e! 10 de setiembre de
1898 quedó formalmente fundada la Compañía Industrial
Jabonera de La Laguna, S. A. Su capital sumó dos millones de
pesos (alrededor de un millón de dólares de la época), frac
cionado en veinte mil acciones.
Su sede se mantuvo en Gómez Palacio, en la antigua Es
peranza. Su objetivo -según detallaba la escritura redactada
el4 de octubre por el notario José Zurita, en Ciudad Lerdo
era "la explotación amplia y conveniente de las fábricas de
aceite y jabones denominadas La Esperanza, La Nacional, La
Alianza y la conocida con el nombre de La Favorita, cuyos
establecimientos industriales adquirió la Compañía".
De acuerdo con los peritos que estudiaron los bienes e ins
talaciones de cada una de las fábricas incorporadas, los corres
pondientes a La Esperanza fueron valuados en 525 300 pesos.
Por lo tanto, recibió 5 523 de las veinte mil acciones. Es de
cir, más de 25%.
Los agricultores debían cubrir su participación con semilla:
por cada mil toneladas se asignaban 333 acciones, lo que
hace suponer la imporrancia de propietarios como la familia
Luján, los españoles Rafael Arocena y Leandro Urruria, o los
herederos del también español Santiago Lavín.
9. Jabonera de La Laguna
El 26 de febrero, Brirtingham describía a Enrique C. Cree!
la organización de! sindicato, "que es ya un hecho". A Juan
Terrazas le aseguraba que se habían recibido "las mejores firmas
de San Pedro". Era optimista: "Los que quedan entrarán en
seguida, pues son muy pocos los que faltan. Tenemos firmas
que representan 9/10 de las tierras de La Laguna."
A mediados de abril señalaba en su correspondencia
que ya habían firmado los siguientes hacendados y socieda
des agrícolas: Ramón R. Luján, Arocena y Urruria, Pragedis
de la Peña, Torres Hermanos, Manuel Yana, Gurza Her
manos, Ulpiano Ruiz Lavín, Guillermo Purcell, Francisco
Madero, Evaristo Madero, Federico Rirter, Carlos Herrera,
José Ángel Benavidez, Herederos de Regalado y Bautista, An
drés Regalado, J. H. Bahnsen y Cía., Adalberro Viesca, Jiménez
Hermanos, Aure!io Corral, Bernardo Elozúa, Gerónimo Ber
langa, P. Medellín, Bustamante Hermanos, Carlos Gonzá
lez, Feliciano Cobián, Andrés Eppen, Anastasia Mesa, José
González Braña, Félix Ramírez, Doroteo Ramírez, Donato
Guriérrez, E. Velilla, Frumencio Fuentes, Gonzalo Siller,
Gonzalo Chávez, Pedro Saurat, Adolfo Aymes, José Gardé y
Refugio Tarín. El sector de fabricantes incorporados incluía
a Saturnino A. Sauro, Sucesores de Hernández Hermanos,
Maíz Hermanos, J. Calderón y Cía. Sucesores, Francisco
Belden, Patricio Milmo, José Negrete, Juan Terrazas, Pedro
Torres, Manuel Sánchez Aguirre, Hugo Francke, J. H. Bahn
sen y Cía., Francisco Marrínez Arauna, José Romero Rodil,
Bruno Harzer, Daniel Milmo, Eduardo Kelly, Roberto Law
y Migue! Sánchez Aguirre.
Agricultor/Hacienda de Noé
Agricultor/Hacienda Sta. Teresa
Agricultor/Hacienda Sacramento
Agricultor/Hacienda Concordia
Agricultor-industrial/San Pedro
Agricultor/Hacienda Bilbao
Agricultor/Hacienda La Concha
Agricultor/Hacienda Pilar
AgricuI tor/Hacienda La Loma
Agricultor/Rancho Santo Niño
Agricultor/Hacienda Sta. Lucía
Agricultor/Hacienda Jimulco
Agricultor/Hacienda El Coyote
Agricultor/Hacienda El Alamito
Agricultor/Haciendas San Ignacio
y Bolívar
Agricultor-industrial/México D. F.Industrial-banquero/Chihuahua
Industrial/México D. F.Industrial/La Laguna
Industriales/La Laguna
Industrial/La Laguna
Industrial/La Laguna
Negocios-agricultor/Saltillo
Negocios/Saltillo
Industrial/Monterrey
Industrial/Monterrey
Negocios/Monterrey
Negocios/Parras
Negocios/Monterrey
Industriales/La Laguna
Banquero/Laredo, Texas
Industrial/La Laguna
Referencia adicional
Fe!iciano Cobián
Juan Terrazas
Saturnino Sauro
Manuel Sánchez Aguirre
Torres Hermanos
Bruno Harzer
José Romero Rodil
Guillermo Purcell
José NegreteTomás Mendirichaga
Francisco Belden
Patricio Milmo
Evaristo Madero
Hermanos Maíz
Stephens y Cía.
Daniel Milmo
John F. Brittingham
Nombre
Gilberto Lavín
Rafael Arocena
Ramón R. Luján
Ventura G. Saravia
Francisco Madero
Dlpiano Ruiz Lavín
Carlos González
Pragedis de la Peña
José Gardé
Pedro Sourat
Adolfo Aymes
Amador Cárdenas
Andrés Eppen
Gonzalo Siller
Federico Rirter
rI
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UNIVERSIDAD DE MÉxICO --- _
ACCIONES DE LOS PRI CIPALES PROPIETARIOS/AGRICULTORES
(1898)
ACCIONISTAS DE LA COMPA ·'lA JABO 'ERA
(1907-1908)
Propietario Acciones Accionista Procedencia
La sociedad proyectada por Brittingham pudo ejercer
una influencia casi monopólica sobre el flujo comercial y la
utilización industrial de la semilla del algodón que se cultiva
ba en La Laguna. En parte, gracias a ese control de la materia
prima la empresa vivió una comprobada expansión en el mer
cado mexicano y sometió a decenas de fábricas desparrama
das por todo el país. Su andadura -respaldada por la creciente
producción de harinolina, pasta aceitosa y, desde principios
de siglo, glicerina- había resultado lo suficientemente ágil
y sólida como para afrontar desajustes tan enérgicos como los
generados por la crisis de 1907, que arreció duramente con
tra otros sectores de la actividad productiva.
Más aún, en medio de aquella coyuntura, la Compañía Ja
bonera había efectuado su tercer aumento de capital desde 1898.
Cuando en octubre de 1907 fue elevado a cinco millones de
pesos (alrededor de dos millones y medio de dólares), la aso
ciación lagunera mostró la pujanza de sus operaciones y la
calidad de su dirección.
Es importante destacar que la sociedad mantenía hacia
1907 una de sus principales características: la de constituir
un punto de reunión de industriales, banqueros, comercian
tes, mineros, propietarios, ganaderos, agricultores y promi
nentes figuras sociales del gran norre oriental de México.
Técnica y organizativamente, por otro lado, la Com
pañía Jabonera alcanzó perfiles llamativos. A fines de 1908
f~e recorrida y analizada por un ingeniero de la Buckeye leon
and Brass Works, de Ohio. Su informe fue muy reconfor
tante para Brirringham. En resumen, le contaba a su amigo
Juan Terrazas,
Quince años después de su fundación, en plena Revolu
ción (que trajo problemas de diferente envergadura), Brirringham
resumía la vitalidad y prosperidad que la sucesora de La Es
peranza había mostrado.
el Sr. Sheppard [...] afirma que tenemos una planta para la fabrica
ción de aceite de semilla de algodón que es número uno en todos
los sentidos [que] es una cadena bien combinada [y] de lo más
económico que es posible tener en una fábrica de esta naturaleza, y
que se encuentra aquí la maquinaria más moderna [y] bien instala
da. [Dijo por fin] que no tenía ninguna recomendación que hacer
nos para mejorar la planta ni para introducir una sola economía.
Chihuahua
Chihuahua
Durango
Durango
Durango
Durango
Durango
México D. F.Viesca
Celaya
Celaya
Durango
Chihuahua
Gómez Palacio
Saltillo
Monterrey
México D. F.Monrerrey
Monterrey
Monterrey
Monrerrey
Monrerrey
Parras
Torreón
Laredo, Texas
Torreón
Parras
Comarca lagunera
Comarca lagunera
Gómez Palacio
Durango
Monterrey
San Luis Potosí
Chihuahua
Durango
Manuel Prieto
Enrique C. Creel
Ventura G. Saravia
Testamentaria de Ignacio Bracho
Carlos Bracho
Julio Bracho
Francisco Asúnsolo
Saturnino A. Sauto
Severiano Rodríguez
Sucesores de E. González
Eusebio González
Luis Gurza
Juan Terrazas
Juan Brirringham
Guillermo Purcell
Ramón Echavarrí
Banco Central Mexicano
Sucesores de Hernández Hnos.
Patricio Milmo e Hijos Sucs.
Francisco Armendáiz Sucs.
Maíz Hnos.
Ernesto Madero
Andrés Eppen
Carlos Marrínez
Daniel Milmo
Carlos González
Francisco Madero
Pedro Torres Saldaña
Federico Rirrer
Gilberro Lavín
Rafael Bracho
José Belden
Emeterio V. Lavín
Banco Minero de Chihuahua
Guillermo Peters
1 128
607
541
493
468
358
350
300
293
229
150
125
118106
103100
100
98
Ramón R.Luján
Rafael Arocena/Leandro Urrutia
Herederos de Santiago Lavín
Torres Hnos. y Cía.
Gurza Hnos. y Cía.
Francisco Madero
Guillermo Purcell
Feliciano Cobián
Práxedis de la Peña
Federico Rirrer
Francisco Marrínez Arauna
Aurelio Corral/Bernardo Elosúa
Pedro Saurat
Adolfo Aymes
Dolores Urquiza de Ríos
Juan Francisco Flores
Amador Cárdenas
Evaristo Madero
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la Esperanza, almacén de cajas para jabón. Principios de siglo
Jabonera ha dado -le escribía a Thomas Brittingham-Ios más
grandes dividendos en México y ha pagado su capital seis veces
a sus accionistas; tiene un capital de cinco millones de pesos y
fondos de reserva y existencia por más de tres millones. Conti
nuará pagando anualmente al menos un 25% sin problemas.•
Bibliografía
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Archivos consultados
Archivo Brittingham (Monterrey).
Archivo de Notarías del Estado de Durango.
Archivo General del Estado de Nuevo León.
Barker Texas History Center (Austin).
la Esperanza, interior de la refinería de glicerina. Principios de siglo
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