5/21/2018 Complacer a Una Sombra
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jOSEPH RODSKY
COMPL CER
AUNA SOMBRA
1
Cuando un escritor recurre a un idioma distinto a su lengua
materna, lo hace ya sea por necesidad, como Conrad, o debi
do a una ardiente ambicin, comoNabokov, o por lograr un
mayor extraamiento, como Beckett. Perteneciente a otro
bando, en el verano de 1977, en Nueva York, y despus de
haber vividocinco aos en Estados Unidos, me compr en
una pequea tienda de la Sexta Avenida una Lettera 22 por
ttil y me puse a escribir en ingls (ensayos, traducciones y
ocasionalmente algn poema) por una razn que tena muy
poco que ver con
~ s
anteriores. Mi nico propsito enton
ces, corno ahora, era sentirme ms cerca del hombre al que
consideraba el ms grande del sigloXX Wystan Auden.
Por supuesto que era perfectamente consciente de la futili
dad de mi.empresa, no tanto por haber nacido en Rusia y en
su
l e ~ g u a e q ~ e
nu.nca
~ b n d o n r y
espero que vicever
sa), .smo
~ o r
la inteligencia de este poeta que, en mi opinin,
no tiene nval. Era consciente de la futilidad de este esfuerzo
adems, porque Auden haba muerto haca entonces cuatro
aos. Sin embargo y para m, escribir en ingls era la mejor
ma :lera de
~ e r c r m e
a l, de trabajar en sus trminos, de
ser Juzgado
no de acuerdo con su cdigo de conciencia al
menos por lo que tiene el idioma ingls que hizo posible ese
cdigodeconciencia.
Estas palabras, la misma estructura de estas oraciones
mue.strana cualquiera que haya ledo una simple estrofa
un
Simple
prrafo deAuden en qu medida puedo fallar. Pe
ro, para m,
u ~
fracaso en sus trminos es preferible a un xi
to en lostrmmos deotros. Por otra parte, desde el principio
s ~ b a que estaba destinado a fallar; ya no puedo decir si este
tipo de sobriedad es ma o si la he tomado prestada de su es
c r i ~ u r a Lo
nico que
d e s ~ o
al escribir en su lengua es no re
bajar su nivel de operacin mental, su plano de atencin.
Esto.es todo lo que uno puede hacer por un hombre mejor:
con.tmuar en su vena; esto es, creo, de lo que tratan las civili
zaciones,
Saba
q ue
por temperamento y por otras cosas yo era un
hombre .dlferente, y q ~ e
~ n
el mejor de los casos posibles se
ra considerado como Imitador suyo. Aun as, eso sera para
~
un halago. Tambin tena una
s e g ~ n d
lnea de defensa:
siempre podra retroceder a mi escritura en ruso de la cual
e s ~ a ~ a
bastante seguro y que incluso l, si hubie:a conocido
el.ld
lOma:
probablemente habra apreciado. Mi deseo de es
c n ~ l r
en
mg ls n ~
tena nada .que vercon ningn tipo de se
gundad, satisfaccin o comodidad; era simplemente el deseo
de complacer a una sombra. Por supuesto que donde l esta
ba entonces, las barreras lingsticas importaban muy poco,
:)
nl}Fair
Traduccin de Marina Fe
pero de alguna manera yo pensaba que le gustara ms que
yo me hiciera entender
por
l en ingls. (A pesar de que
cuando
lo intent, en los verdes pastos de Kirchstetten hace
once aos, no funcion; mi ingls en esa poca era mejor
para leer y escuchar que para hablar. Menos mal.)
En otras palabras, al ser incapaz de devolver todo lo que
se ha recibido, uno trata
por
lomenos de pagar con la misma
moneda. Despus de todo, l mismo lo hizo al tornar presta
da la estrofa del
on
an
para su Carta a Lord Byron o
los hexmetros para su Escudo de Aquiles . El cortejo
siempre requiere un grado de autosacrificio y asimilacin,
sobre todo si uno est corteja ndo a un espritu puro. Cuando
viva, este hombre hizo
tanto
que resulta inevitable creer en
la inmortalidad de su a lma . Lo que nos dej equivale a un
evangelio que surge y est lleno de un amor que es todo me
nos finito -res decir, un amor que de ninguna manera puede
ser
amparado
en su total idad por la carne y que, por lo tan
to, requiere de palabra s. Si no hubiera iglesias, fcilmentese
habra podido crear una con este poeta, y su precepto funda
mental sera algo como lo que l dijo:
equal affection cannot be,
Let the more lovingone be me.
(Si el afecto igual no puede ser;que sea yo el que ms ame.)
Si alguna obligacin tiene el poeta hacia la sociedad, es lade
escribir bien. Al pertenecer a una minora no tiene otra op
cin . Si fracasa en esta obligacin, se hunde en el olvido. La
sociedad, por otra parte, no tiene ninguna obligacin hacia
el poeta . Siendo por definicin
una
mayora, la sociedad se
piensa a s misma conotras opciones que la de leer versos, no
importa cun bien escritos estn. No tener opciones da corno
resultado el rebajarse a ese nivel de locucin mediante el
cual la sociedad es presa fcil
para
un demagogo o un tirano.
Este es el equivalente del olvido
para
la sociedad; un tirano
puede, por supuesto,
tratar
de salvar a su sociedad del olvido
por medio de un espectacular derramamiento de sangre.
Le a Auden por primera vez hace veinticuatro aos ,
en Rusia , en unas traducciones bastante flojas y desapa
sionadas que encontr en una antologa de poesa inglesa
contempornea subtitulada
De
Browning a nuestros das .
Nuestros das eran los de 1937, cuando el volumen fue
publicado. Para qu decir que casi todo elequipode traducto
res,junto con su editor,M.Gutner, fuearrestado poco tiempo
despus ymuchos murieron. Paraqu decir que en lossiguien
tes cuarenta aos ninguna otra antologa de poesa inglesa
contempornea sepublic en rusia y el volumen mencionado
se convirti en una especie de objeto de coleccin.
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Sin
embargo
un verso de
Auden
en esa antologa
atrajo
mi atencin. Perteneca, como me enter despus, a la lti
ma estrofa de uno de sus primeros poemas, Ningn cambio
de lugar ,
que
describa un paisaje
un
tanto claustrofbico
donde n o one goes / Further than ra ilhead or the ends of
piers, / WiII
neither
go nor send his son . .. (Nadie va / ms
all de los rieles o el final de los muelles.Z no ir ni
mandar
a su hijo .. . )
Esta
ltima parte, no
ir
ni
mandar
a su hi
jo . . . me impresion con su mezcla de extensin negativa y
sentido comn.
Criado
con la dieta esencialmente enftica y
autoafirmativa del verso ruso,
pude
reconocer rp
idamente
esta receta
cuyo
ingrediente principal era la autorestriccin.
Aun as, los versos poticos tienen la mana de vagar de un
contexto a una significacin universal, y el amenazante to
que de absurdo contenido en no ir ni
mandar
a su hijo
empezaba a vibrar en el fondo de mi mente cada vez que me
decida a escribir algo.
Esto es, supongo, lo que llaman una influencia, excepto
que el sentido del absurdo nunca es una invencin del poeta
sino un reflejo de la realidad; las invenciones pocas veces se
pueden reconocer. Lo
que
uno puede deberle al poeta no es
el sentimiento mismo sino su tratamiento: silencioso , sin n
fasis, sin demasiado esfuerzo, casi como enp ss tEste tra
tamiento fue especialmente significativo
para
rnl justamente
porque me top con esta tendencia a principios de los sesen
ta , cuando el
Teatro
del Absurdo estaba en pleno apogeo. El
manejo del tema en Auden destacaba contra ese fondo, no
slo porque haba tumbado a muchos de un slo golpe, sino
debido a un mensaje tico considerablemente distinto. La
manera como
manejaba
el verso deca, por lo menos a m,
algo como No grites el lobo aunque el lobo est en la
puerta. (Yo aadira , aunque sea exactamente como t : es
pecialmente
por
eso no grites el lobo )
A
pesar
de que para un escritor mencionar sus expe rien
cias en presidio o , para el caso, cualquier tipo de penuria
equivale a soltar nombres en el caso deja gente normal, su
cedi
que
mi siguiente
oportunidad
de
mirar
ms de cerca a
Auden tuvo lugar cuando estuve preso en el norte, en un pe
queo poblado perdido entre pantanos y bosques, cerca del
crculo
polar
.
Esta
vez la antologa
que
tena era en ingls,
enviada por
un
amigo' de Mosc. T ena bastantes cosas de
Yeats, a quien entonces yoconsideraba demasiado retrico y
descu idado en sus metros, y de Eliot , que en esos tiempos
reinaba
soberanamente
en
Europa
Oriental. Yo estaba tra
tando
de leer a Eliot .
Pero por
mera
casual
idad
, el libro se abri en A la me
moria de W.B. Yeats , de Auden. Entonces yo era
jo
ven y
por lo tanto particularmente entusiasta de las elegas como
gnero, sin tener
cerca a alguien
que
se muriera
para
escri
birle una .
Por
eso las lea quizs con ms avidez que cual
quier
otra
cosa, y frecuentemente pensaba que el rasgo ms
interesante del gnero era el esfuerzo inconsciente de los au
tores por
autorretratarse
con
que
casi
cada
poema in m:-
moriam est salpicado o manchado. Por muy comprensr
ble que sea esta tendencia, muchas veces hace que un poema
se convierta en la meditacin del autor sobre el tem de la
muerte, por lo cual aprendemos ms de l que del fallecido .
El poema de Auden no tena
nada
de
t ~
ms, pronto
di
cuenta
que aun su
estructura
estaba dise ada pa:a ren.dlr
homenaje al poeta muerto, imitando ~ un orden invertido
las formas de desarrollo estilstico propias del gran hombre
irlands, desde las ltimas a las primeras: los trimetros de la
tercera y ltima-
parte
del poema.
Debido a estos trimetros, y en particular a ocho versos de
esta tercera parte,
ente
nd a qu clase de poeta estaba leyen
do. Estos versos ensombrecan
para
m aquella asombrosa
descripcin de el oscuro da fro , el lt imo de Yeats , con
su estremecedor:
The mercury sank in the mouth of the dying day . (El mer
curio se hundi en la boca del da
moribundo
.) Ensombre
can esa inolvidable rendi cin del cue rpo derribado como
una
ciudad cuyos
suburb
ios y plazas se han vaciado gra
dualmente despus de una rebelin
aplastada
. Ensombre
can aun la declaracin de la era :
. .. poet ry makes nothing happen ...
(la poesa no hace que nada suceda )
Esos ocho versos en trimetro que had an que e ta tercer
parte del poema sonara como la mezcla de un himno del
Ejrcito de Sa lvacin , un canto fn
ebr
e y una can in d u
na, decan
as :
Time that is intolerant
Of the brave and innocent ,
And indifferent in a week
To a beautiful physique,
Worships language
and
forgive
Everyone by whom it lives:
Pardons cowardice, conceit,
Lays its honours at their feet.
(El tiempo que es intolerante/ con lo valiente lo inocen-
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t s j e indiferente en una semanal a un fsico hermoso., /
adora al lenguaje y perdona/ a cualquiera que vive
por
l
;/
perdona la cobarda, la arrogancia.Z pone sus honores a sus
pies .)
Recuerdo haber estado sentado all, en la pequea
cabaa
de madera, mirando a travs del tragaluz el camino mojado
y lodoso y algunos pollos extraviados, sin saber si creer lo
que acababa
de leer o
dudar
si mi comprensin del ingls es- .
taba
hacindome
trampa
. Tena conmigo un enorme diccio
nario de ingls-ruso y revisaba sus pginas una y otra vez,
verificando cada palabra, cada alusin, esperando que me
ayudara
a evitar el significado que me miraba desde la hoja .
Creo que simplemente me rehusaba a creer que tiempo
atrs, en 1939, un poeta ingls hubiera dicho, El tiempo.. .
adora al lenguaje , y que aun as el mundo a mi alrededor si
guiera siendo loque era.
Pero esta vez el diccionario no triunf sobre m. Auden ha
ba ciertamente dicho que el tiempo adora el lenguaje , y la
serie de pensamientos que esa declaracin puso en movi
miento en m sigue vigente hasta hoy. Porque adorar es
una
acti tud de lo ms pequeo hacia lo ms grande. Si el
tiempo adora al lenguaje, quiere decir que el lenguaje es ms
grandioso, o ms viejo, que el tiempo, el cual es, a su vez,
ms viejo y grandioso que el espacio . As me ensearon y
realmente as lo senta. De modo que si el tiempo
-que e s si
nnimo de, mejor dicho, que hasta absorbe lodivino- adora
al lenguaje, de dnde entonces surge el lenguaje? Puesel re
galo es siempre ms pequeo que el que lo ofrece. Y adems,
no es el lenguaje un depositario del tiempo ? Y no es por
ello
que
eltiempo lo adora? Yno es una cancin , un poema,
o sin duda el habla misma, con sus cesuras, pausas, espon
deos , etc., un juego que juega el lenguaje para reestructurar
el t iempo? Y no son aquellos gracias a quienes el lenguaje
vive
losmismos por los que tambin viveel tiempo?Ysiel
tiempo los perdona , lo hace por generosid ad o por nece
sidad?
Y no es la generosidad de todos modos una necesi
dad?
Cortos y horizontales como eran, estos versos me parecie
ron increblemente verticales. Tambin eran muy espont
neos casi locuaces : la metafsica disfrazada de sentido co
mn el sentido comn disfrazado de estrofa de cancin de
cun;.
Por
s mismas estas caps de disfraces me estaban di
ciendo lo que el lenguaje es, y me d cuenta de que estaba le
yendo a un poeta que hablaba la verdad a travs de quien
la verdad se haca escuchar. Por lo menos se pareca ms a la
verdad que cualquier otra cosa que
pude
e n t e n d ~ r
en esa an
tologa. Y quizs me lopareca
p r e l s m ~ n t e
debido al.toque
de irrelevancia que percib en la descendiente entonacin de
perdona/ a cualquiera que vive con l ;/ p e ~ d o ~ la cobar
da, la arrogancia,j pone sus honores a sus pies . Pens que
estas palabras estaban ah simplemente para compensar la
ascendente gravedad de
El
tiempo. .. adora al lenguaje .
Pude
seguir y seguir con estos versos, pero slo puedo ha
cerlo de verdad ahora. Entonces y en ese lugar estaba sim
plemente pasmado. Entre otras cosas, lo que me result evi
dente era que haba que tener cuidado cuando Auden hace
sus ingeniosos comentarios y observaciones, pendiente.
~ e
la
civilizacin sin .importar cul sea su tema (o su
cond
ici n)
inmediato. Pens que estaba tratando con un nuevo tipo de
poeta metafsico, un hombre de tremendas dotes lricas que
se disfrazaba de observador de la moral pblica. Y sospecha
ba
que
esta eleccin de una mscara, la eleccin de esta ha
bla tena menos que ver con problemas de estilo y tradicin
que con la humildad personal impuesta, no tanto por un ere-
do particular, como por su sentido de la naturaleza del len
guaje. La humildad nunca se escoge.
Toda
va ten a que leer a Auden. Sin embargo, y despus
de A la memoria de W.B. Yeats , supe que estaba frente a
un
autor
ms humilde que Yeats o Eliot, con un alma menos
petulante que cualquiera de ellos, pero, me lo tema , no me
nos t r g i Gracias a la perspectiva del tiempo puedo decir
ahora que no estaba del todo equivocado, y quesialguna vez
hubo un drama en la voz de Auden, no era su drama perso
nal sino un drama pblico y existencial. l nunca se habrla
puesto en e l centro del cuadro trgico; en el mejor de los ca
sos habra solamente reconocido su presencia en la escena .
Me faltaba todava escuchar de su propia boca que .S.
Bach fue tremendamente afortunado. Cuando querla alabar
alseor, escriba una cora l o una cantata dirigindoseal To
dopoderoso directamente. Hoy, si un poeta quiere hacer lo
mismo, tiene que emp
lear el discurso ind irecto .
Lo
mismo,
supongo, podrla decirse de la plegaria .
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contenido sino tambin por el olor dulzn de sus portadas y
sus hojas
bordeadas
de amarillo. Se sentan
tan
norteame-
ricanas
y
en realidad
eran
tamao de bolsillo. Se podan
meter dentro
del bolsillo en un tranva o en un
parque
p-
blico, y
aunque
el texto fuera comprensible slo a medias o
en una tercera parte, desdibujaba instantneamente la rea
lidad local. Sin embargo, mis favoritas eran la de Louis Un-
termeyer
y la de Osear Williams, porque
tenan
fotografas
de sus colaboradores que
llenaban
la imaginacin como lo
hacan
los versos mismos. Por horas y horas me sentaba re
visando escrupulosamente fotografas en
blanco
y
negro con
tales o cuales rasgos de un poeta,
tratando
de descubrir qu
tipo de persona era, tratando de darle vida , de hacer coinci
dir la cara con sus versos entendidos a medias o a tercias.
Ms
tarde, acompaado de amigos,
intercambibamos
nuestras
locas conjeturas y los fragmentos de chismes que en
.ocasiones llegaban a nosotros
para,
despus de haber llegado
a un
comn
denominador,
pronunciar
nuestro veredicto.
Una vez ms con el beneficio de la retrospectiva, puedo decir
que nuestras intuiciones no estaban tan lejos de la realidad.
As fue como vi la cara de
Auden
por
primera
vez.
Era
una fotografa tremendamente reducida
u
poco estudia
da, con un manejo de la sombra demasiado didctico: deca
ms
del fotgrafo
que
de su modelo. De esa foto se tena que
concluir, o bien que el primero era un esteta ingenuo, o que
los rasgos del segundo eran demasiado neutros tratndose
de un poeta. Prefer la segunda versin, en
parte porque
la
neutralidad del tono era un rasgo muy de la poesa de Au
den, en parte porque la postura antiheroica era la i
ix
de
nuestra generacin. La idea era parecerse a todos los de
ms: zapatos sencillos, gorra de
trabajador
, chamarra
y
cor
bata, de preferencia grises sin
barba
ni bigote. Wystan era
reconocible.
Tambin
reconocibles, hasta el punto de
causar
escalo
fros, eran los versos de Septiembre 10, 1939 , que explica
ban
claramente los orgenes de la guerra que haba acunado
a nuestra generacin pero que , efectivamente, nos describa
a nosotros mismos con la misma justeza de
una
fotografa en
blanco y negro :
1 and the public know
What
all schoolchildren learn,
Those
to whom evil is done
Do evil in re turn.
(El pblico Yyo sabemos/ lo que todos los nios
aprendem/
aquellos a los que se hace
mal/
hacen mal a
cambio
.)
Sin duda este cuarteto se sala de contexto, igualando a los
vencedores y a las vctimas, y creo que deber a ser
tatuado
por el gobierno federal en el pecho de cada recin nacido, no
slo por su mensaje sino por su entonacin. El nico argu
mento aceptable contra tal procedimiento sera que hay me
jores versos de Auden.
Qu
podra hacerse con los siguien
tes? :
Faces along the
ba r
Cling to their average day :
The lights must never go out,
The music must always play ,
All the conventions conspire
To make this fort assume
The
furniture of home ;
Lest we should see where we are,
Lost in a haunted wood ,
Children afraid of the night
Who have never been happy or good.
(Las caras a lo largo de la
barra/
se aferran a su da nor
mal
i
las luces nunca deben apagarse, / la msica debe sa
nar
siempre ;
todas las convenciones conspiran/ para que
esta fortaleza
adopte/
el amueblado del hogar
;/
para que
no
sepamos dnde
estamos.j' perdidos en un bosque
ern ru-
jada ; nios con miedo a la noche/ que nunca han sido
eli-
ces ni buenos.)
O si consideran que esto suena demasiado a Nueva York,
demasiado
norteamericano, intentemos con este pareado de
E l
escudo de Aquiles que, para mi gusto, suena un poco
como epitafio dantesco a un puado de naciones de Europa
Oriental
:
.. . they lost their pride
And died as men befare their bodies died.
(. ..perdieron su orgullo/ y murieron como hombres antes
de que sus cuerpos murieran.)
O si todava estn contra tal barbaridad, si quieren librar
a la piel tierna de esta her ida, hay otros siete versos en
l
mismo poema
que
deberan
grabarse
en las rejas de todo es
tado
existente, sin
duda
en las rejas del mundo entero:
A ragged urchin, aimless and alone,
Loitered about that vacancy; a bird
Flew up to safet y from his well-aimed stone;
That
girls are raped, that two boys knife a third,
Were axioms to him , who 'd never heard
Of any
world where promises were kept ,
Or one could weep because another wept,
(Un nio harapiento, sin rumbo y solo ; vagaba por ese bal
do; un pjaro/ vol para escapar de su bien dirigida pie
dra
:/
que las nias son violadas,
que
dos nios acuchillan a
un te rc
ero ;
eran axiomas para l, que nunca haba odo ha
blar/
de algn
mundo donde
se mantuvieran las promesas';
o que algu ien pudiera llorar porque otro llora.)
De esta manera, el recin l legado no se engaar sobre la
naturaleza de este mundo; de esta manera, el habitante del
mundo no tomar a los demagogos por semidioses.
No es preciso ser un gitano o un Lombroso
para
creer en
la relacin
entre
la apariencia de un individuo y sus accio
nes : despus de todo , en esto se basa nuestro sentido de la
belleza. Sin embargo, qu aspecto tendra que tener el poe
ta que escribi esto?:
Altogether elsewhere, vast
Herds of reindeer move across
Miles and miles of golden moss,
Silentl y and very fast.
(Del todo en otra parte, vastas/ manadas de renos cruzan/
millas y millas de musgo
dorado ;
en silencio y muy rpida
mente. )
Qu
aspecto tendra que tener un hombre al que le gusta
ba
tanto
traduc ir verdades metafsicas al lenguaje pedestre
del sentido comn como detectar a las primeras en el segun
do ? Q u asp ecto tendra que tener alguien que siendo muy
cuidadoso sobre la creacin dice ms del
Creador
que cual
quier agonista impertinente que toma un atajo a travs de
las esferas? No sera que
una
sensibilidad nica en su com
binacin de honestidad, alejamiento clnico y lirismo con
trolado tendra que dar por resultado, si no un arreglo nico
de los rasgos faciales, entonces, por lo menos, una expresin
especfica, fuera de lo comn ?
Yesos
rasgos o esa expre
6
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sin podran ser captadas por un pincel? Registrados por
una cmara?
Me gustaba mucho el proceso de extrapolacin a partir
de esapequea f o t ~ g r a f i a Uno siempre busca a ciegas una
c r siempre se quiere tener un ideal que materializar, yen
esetiempo Auden estaba muy cerca de representar un ideal.
(Otros dos
eran
Beckett y Frost, pero yo ya saba cmo
eran; aunque fuera aterrador, la correspondencia entre sus
rostros y sus acciones era obvia.) Por supuesto que
tarde
o
temprano llegu a ver otras fotografas de Auden : en una re
vista de contrabando o en otras antologas. Pero no agrega
ban nada; el hombre eluda las lentes, o stas se rezagaban
detrs de l. Empec a preguntarme si una forma de arte era
capaz de describir a otra, si lovisual poda aprehender lo se
mntico.
Entonces un da creo que fue en el invierno de 1968 o
1969-, en Mosc, Nadezhda Mandelstam, a quien fui a vi
sitar, me dio otra antologa ms de poesa moderna, un libro
muy bonito ilustrado generosamente con grandes fotogra
f s
en blanco y negro de, si mal no recuerdo, Rollie Me
Kenna. Encontr lo que estaba buscando. Unos meses ms
tarde, alguien me pidi prestado el libro y nunca
volv
a ver
la fotografia ; aun as, la recuerdo bastante bien.
La foto pareca haber sido tomada en algn lugar de Nue
va York, en algn paso a desnivel y a fuera el que est cer
ca de
Grand
Cent ra l o el de la Universidad de Columbia
que llega hasta la avenida Amsterdam. Ah estaba Auden
parado , como si lo hubieran agarrado desprevenido , de pa
so, con las cejas levantadas en expresin de aturdimiento.
Los ojos mismos, sin embargo, eran terriblemente serenos y
penetrantes.
Era
, probablemente, el final de la dcada de
loscuarenta o principio de los cincuenta, antes de que la
famosa etapa de las arrugas de la cama sin hacer
triunfara sobre sus rasgos. Todo, o casi todo, me pareci
claro.
El contraste o, mejor
an
,
grado de disparidad entre
esascejas levantadas con un aturdimiento formal y lo pene
trante de su mirada corresponda, a mi modo de ver, a los
aspectos formales de sus versos (dos cejas levantadas - dos
vrsos y a la deslumbrante precisin de su contenido. Lo
que me miraba desde la hoja era
equivalente facial de un
pareado, de la verdad que el corazn conoce mejor. Los ras
goseran normales, hasta muy simples. No haba nada espe
cficamente potico en su cara, nada byronesco, demoniaco,
irnico, aguileo, romntico, herido, etc. Ms bien era la
cara de un mdico que est interesado en nuestra historia a
pesar de saber que estamos enfermos. Una cara bien prepa
rada para todo, la suma total de una cara.
Era un resultado. Su mirada en blanco era el producto di
recto de esa cegadora proximidad de cara a objeto que pro
duca expresiones como no un fracaso importante , asesi
nato necesario , oscuridad conservadora , tumba apti
ca o desierto bien administrado .
Daba la impresin de un miope cuando se quita los an
teojos, excepto que la mirada penetrante de ese par de ojos
no tena nada
que
ver ni con la miopa ni con la pequeez de
losobjetos a su alrededor, sino con sus firmemente arraiga
das amenazas.
Era
la mirada de un hombre que saba que
no sera capaz de desyerbar esas amenazas, pero que se in
clinaba a describir los sntomas as como la enfermedad
misma. No era lo que se llamaba crtica social aunque
slofuera porque la enfermedad no era social: era existen
cial.
En trminos generales, creo que como comentarista social
o diagnosticador o algo semejante, este hombre estaba terri-
b l e m e n t ~
equivocado. El cargo que se le ha hecho con ms
~ r e c u e n c l a es que no ofreca un remedio . Creo que en part
se lo busc al r e c ~ r r i r primero a la terminologa f r e u d i a ~
na , I.ueg?a la marxista y finalmente a la eclesistica. El re
medio,
s m e m b ~ g o
radicaba precisamente en su empleo de
estas
terminologas,
porque son simplemente dialectos dife
rentes con que se puede hablar de
una
y la misma cosa : el
amor. Es el tono con que uno habla a los enfermos lo que
puede curarlos Este Pl?eta se mova entre los casos graves y
a veces terminales del mundo, no como cirujano sino como
e n f r r r ~ e ~ a
y todo paciente sabe que son las enfermeras y no
las m C l S l ~ n e s las que tarde o temprano hacen que uno vuel
va a carrunar. Es la voz de una enfermera, es decir , la del
amor, la que se escucha en el ltimo dilogo de Alonso y
Ferdinando en El
mar
y el espejo :
But should you fail to keep your kingdom
And, like your father before you, come
Where thought accuses and feeling mocks,
Believe your pain. . .
(Pero si fracasaras en conservar tu reino/ y, como tu padre
antes que t, llegaras/ donde el pensamiento acusa y sen
timiento burla.j cree en tu dolor . ..)
Ni un mdico ni un ngel , ni
menos an
un amante o
pariente, dira esto en el momento de nuestra derrota final;
slo una enfermera o un poeta , a partir de la experiencia y
tambin a par tir del amor. .
Y yo me maravillaba ante ese amor. No saba nada de la
vida de Auden : nada sobre su homosexualidad, ni sobre su
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matrimonio por conveniencia (para ella) con Erika Mann,
etc.
-nada. Una
cosa que intua muy claramente
era
que
este amor rebasara su objeto. En mi mente -ms bien, en
mi imaginacin- se trataba del
amor
desplegadoo acelerado
por el lenguaje, por la necesidad de expresarlo; y el len
guaje -eso ya lo saba yo- tiene su propia dinmica y es
capaz
especialmente en la poesa, de usar sus propios re
cursos de autogeneracin: metros y estrofas que llevan al
poeta
mucho ms all de su destino original. Y la otra ver
dad sobre el amor en la poesa que uno recoge de la lectura
es
que
los sentimientos de un escritor se subordinan inevita
blemente a la progresin linear e irreversible del arte. Este
hecho garantiza, en el arte, un mayor grado de lirismo; en la
vida , un equivalente en el aislamiento. Aunque slo fuera
por
su versatilidad estilstica, este hombre debe
haber
cono
cido un grado de desesperacin extraordinario, como lo de
muestran
muchos de sus ms bellos y hechizantes poemas.
Porque en el arte los rasgos de ligereza surgen, con mucha
frecuencia, de la misma oscuridad de su ausencia.
y
sin embargo, era de todos modos
amor
, perpetuado por
el lenguaje, olvidado
-porque
el lenguaje era el
ingls-
del
gnero, asistido de la ms profunda agona, porque la ago
na , a fin de cuentas, tendra que ser articulada. El lenguaje,
despus de todo, es consciente de s mismo por definicin, y
quiere apropiarse de cada nueva situacin. Mientras mira
ba la fotografa de Rollie McKenna, me agradaba que el
rostro no revelara una tensin neurtica ni de ningn otro
tipo, que fuera plido, ordinario, que no expresara, sino al
contrario, que absorbiera lo que tena lugar frente a esos
ojos.
Qu
maravilloso sera, pens, tener esa cara, y trat de
imitar su gesto en el espejo. Obviamente fall, pero saba
que fallara porque una
cara
as estaba destinada a ser una
en su gnero. No haba necesidad de imitarla: ya exista en
el mundo, y el mundo me pareca de algn modo ms agra
dable debido a que esa cara estaba en alguna parte.
Son cosas raras las caras de los poetas. En teora, el aspec
to de los autores debera de ser irrelevante
para
sus lectores :
la lectura no es una actividad narcisista, ni tampoco lo es la
escritura, pero sucede que cuando a uno le gusta un buen
nmero de los versos de un poeta se empieza a preguntar so
bre la apariencia del escritor. Esto seguramente tiene que
ver con la sospecha de que gustar de una obra de arte es re
conocer la verdad, o el grado de verdad , que el arte expres a.
Inseguros por naturaleza, queremos ver al artista, al que
identificamos con su obra, para que la prxima vez podamos
saber a qu se parece la verdad en la vida real. Slo los auto
res de la antigedad escapan a este escrutinio, y es por eso,
en parte, que son considerados clsicos, y sus generalizados
rasgos de mrmol esparcidos en nichos de bibliotecas estn
en relacin directa con el significado absolutamente arquet
pico de su ouu e Pero cuando leemos:
...To visit
The grave of a friend, to make an ugly scene,
To count the loves one has grown out of,
Is not nice,
but
to chirp like a tearless bird ,
As though no one dies in part icular
And gossip were never true, unthinkable ...
(. ..Visitar/ la tumba de un amigo' hacer una escena desa
gradable.Zcontar los amores de los que uno seha desprendi
do /
no es placentero, pero piar como un ave sin lgrimas
/
como si nadie en particular se
muriera/
y la murmuracin
nunca
fuera verdad, impensable.. .) empezamos a sentir que
detrs de estos versos se encuentra no un autor concreto, ru-
bio, castao, plido, moreno, arrugado o de piel lisa, sino la
vida misma; y o quisiramos conocer, con eso nos gustarla
encontrarnos en proximidad humana. Detrs de este eseo
no hay vanidad sino cierta fsica
humana
que empuja una
partcula pequea hacia un gran imn, aunque podamos
terminar
repitiendo con Auden:
He
conocido a tres gran
des poetas, cada uno un
gran
hijo de
puta .
Yo: Quines?
l: Yeats , Frost, Brecht . (Pero con Brecht seequivocaba:
Brecht no era un gran poeta.)
El 6 de junio de 1972, unas cuarenta y ocho horas despus
de dejar Rusia algo precipitadamente, me encontr con mi
amigo Carl Proffer, profesor de literatura rusa en la univer
sidad de Michigan (que haba volado a Viena para reunirse
conmigo), frente a la casa de veraneo de Auden en elpeque
o pueblo de Kirchstetten, explicando a su propietario la
razn por la que estbamos all. Este encuentro por poco no
tuvo lugar.
Hay tres Kirch stettens en Austria del norte , habamos pa
sado por los tr es y estbamos a punto de regresar cuando
coche pas por una angosta y silenciosa pradera donde
VI
mos una flecha de madera que deca : Audenstrasse . Antes
se haba llamado (si mal no recuerdo) Hinterholz , porque
la pradera daba, detrs del bosque, al cementerio local. El
darle un nuevo nombre tena seguramente mucho que ver
con la disposicin de los habi tantes a deshacerse de este
memento moti as como con su respeto por el gran poeta
que viva entre ellos. El poeta consideraba la situacin con
una mezcla de orgullo y de vergenza . Senta, sin
e m r ~ o
mucho aprecio por el sacerdote local, que sellamaba Schic
kelgruber: Auden no poda resistir la tentacin de llamarlo
Padre Schicklgruber .
De todo eso me enterara ms tarde. Por elmomento , Carl
Proffer estaba tratando de explicar la razn de nuestra visita
a un hombre rechoncho que sudaba abundantemente, con
camisa roja y tirantes anchos, una
chamarra
sobre el bra.zoy
una pila de libros debajo de ella. Acababa de.llegar de l e ~
por tren y, tras subir la colina , le faltaba el ahento y no t e m ~
ganasdeconversar. Estbamosa punto de darnos por venci
dos cuando de pronto entendi lo que Carl Proffer deca, ex
clam Imposible
Y
nos invit a la casa . Era Wystan Au
den , y sucedi menos de dos aos antes de su muerte.
Djenme tratar de aclarar cmo surgi todo esto. En 1969,
George Kline, un profesor de filosofa de Bryn Mawr, me
hab a visitado en Leningrado . El profesor Kline estaba tra
duciendo mis poemas al ingls
para
la editorial Penguin y
mientras revisbamos
el
contenido del futuro libro me pre
gunt a quin escogera idealmente
para
escribir la intro
duccin. Suger a Auden
orque Inglaterra y Auden eran
sinnimos para m. Pero, en aquel momento, todo el proyec
to de que mi libro se publi car a en Inglaterra era bastante
irreal. Lo nico que confera una apariencia de realidad a
esta aventura era su tota l ilegalidad bajo la ley sovitica.
Aun as, las cosas seecharon a andar. Se le dio a Auden
el
manuscrito para que lo leyera y le gust lo suficiente como
para escribir la introduccin. Asque cuando llegu a Viena,
llevaba conmigo la direccin de Auden en Kirchstetten. l
recordar y pensar en las conversaciones que sostuvimos du
rante las tres semanas siguientes en Austria y ms tarde en
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Londres, escucho ms su voz que la ma, a pesar de que,
debo decirlo, lo atorment demasiado extensamente con el
tema de la poesa contempornea, especialmente sobre los
poetas mismos.
Aun
as, esto era bastante comprensible, ya
que la nica frase inglesa con la que saba que no me estaba
equivocando era
Sr.
Auden, qu piensa usted sobre.. . ?
seguida de un nombre.
Quizs
era
lo mejor, porque qu poda yo decirle que l
no supiera ya de
una
u otra manera? Por supuesto poda de
cirle cmo haba traducido algunos poemas suyos al ruso
para
llevarlos a una revista en Mosc; pero resulta que el
ao haba sido 1968, los soviticos haban invadido Checos
lovaquia y
una
noche la BBC transmiti : El Ogro hace lo
que los ogros pueden... de Auden, y ah haba terminado
mi aventura. La historia probablemente habra provocado
su simpata hacia m, pero de todos modos yo no tena muy
buena opinin sobre esas traducciones.) Que nunca haba
ledo ninguna buena traduccin de su obra en alguna de las
lenguas que conoca? Eso l
ya
lo saba, quiz demasiado
bien . Que me haba entusiasmado enterarme un da de su
devocin a la
trada
kierkegaardiana, que tambin
para
mu
chos de nosotros era la clave de la especie humana? Pero te
ma que no sera capaz de art icular lo.
Era
mejor escuchar. Como yo era ruso , Auden
hablaba
de
los escritores rusos . No me gustara vivir bajo el mismo te
cho con Dostoyevsky, deca . O: El mejor escritor ruso es
Chejov -
Por
qu? Es el nico de ustedes
que
tiene
sentido comn . O me preguntaba sobre lo que pareca
asombrarlo ms de mi tierra: Me dijeron que los rusos
siempre se roban los limpiaparabrisas de los coches estacio
nados.
Por qu?
Pero mi respuesta -porque no venden
piezas
sueltas-
no lo satisfaca: obviamente l pensaba en
una razn ms inescrutable, y despus de haberlo ledo yo
mismo empec a pensarlo. Entonces se ofreci a traducir al
gunos de mis poemas. Esto me impresion .sobremanera.
Quin
era yo
para
ser traducido por Auden? Yo saba que
grac ias a sus traducciones algunos de mis compatriotas ha
ban logrado ms de lo que sus versos merecan; sin embar
go, no poda permitirme
pensar
que
l
trabajara para m.
Por eso dije Sr . Auden, qu piensa usted de.:. Robert Lo
well?
No
me gustan los hombres , respondi,
que
dejan
tras ellos un rastro fresco de mujeres llorando.
u r a n t ~
esas semanas en Austria cuid de mis asuntos
con la diligencia de
una mam
gallina. En primer lugar, em
pezaron a llegarme, inexplicablemente, cartas y telegramas
a la direccin de Auden. Despus escribi a la Academia de
Poetas Norteamericanos pidiendo que me otorgaran alguna
ayuda financiera. As fue como recib mi primer dinero nor
teamericano
-mil
dlares,
para
ser
exacto-
que me
dur
hasta mi
primer
da de pago en la Universidad de Michigan.
Me haba recomendado con su agente, me haba instruido
sobre quin conocer y a quin evitar, presentado amigos,
protegido de los periodistas, y explicado con tristeza
que
ha
ba dejado su departamento en StoMark s Place
-como
si
yo
planeara
vivir en su Nueva York. Sera bueno
para
ti .
Aunque slo fuera porque hay
una
iglesia armenia muy cer
ca, y la misa es mejor cuando no se ent ienden las
palabras
.
No sabes armenio, verdad? Yo no saba armenio.
Entonces lleg de Londres l direccin de W. H . Au
den-
una
invitacin
para
que yo participara en el encuentro
de Poesa Internacional en el Queen Elizabeth Hall , y reser
vamos el mismo vuelo en British European Airways. Aqu
tuve la oportunidad de pagarle un poco en especie. Sucedi
que durante mi estancia en Viena haba sido protegido por
9
la familia Razumovsky descendientes del Conde Razu
~ s ~ de los Cuartetos de Beethoven). Un miembro de esa
f ~ l h lga Razumovsky, trabajaba entonces con la Aus
trIan.Airlines,
Cuando
supo que W. H . Auden y yo volara
mosJuntos a Londres, habl a BEA y sugiri que les dieran a
estos dos pasajeros un trato real. Naturalmente lo recibimos.
Auden estaba contento y yo estaba orgulloso.
.En esa poca me pidi varias veces que lo llamara por su
primer ~ o m b r e Por supuesto .me resist
y
no slo por lo
que
~ e n t I a
por el como poeta ,
sino tambin
por nuestra dife
rencIa.de edades : los rusos son muy respetuosos de esas co
s ~
m ~ l m e n t ~ me dijo en Londres : No podemos seguir
asi. O tu me dices Wystan, o yo tendr que llamarte Mr.
Brodsky . Esta amenaza me son tan grotesca que me di por
vencido. S, Wystan , respond. Lo que t digas, Wys
tan
. Despus fuimos a la lectura . Se incl in sobre el
at r
il y
durante una media hora llen la habitacin con los versos
que conoca de memoria . Si alguna vez dese que el tiempo
se detuviera, fue entonces, dentro de aquella gran habitacin
oscura en la orilla
sur
del
Trness.
Desgraciadamente no fue
as. Sin embargo, un ao despus, tres meses an tes de que
muriera en un hotel austriaco, lemos juntos otra vez. En la .
misma habitacin.
v
En aquel tiempo, tena casi sesenta y seis aos . que ve
nir a Oxford. Tengo buena salud , pero necesito tener a al
guien que me cuide. Lo que yo
pude
ver cuando fui a visi
tarlo , en enero de 1973, era que lo
cuidaban
nicamente las
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cuatro paredes de la cabaa del sigloXVI
que
le haba dado
la ~ e r s i d d y la sirvienta. En
el
comedor, los miembros
de la facultad lo empujaban fuera de la barra. Supuse que
simplemente era la costumbre en las escuelas inglesas los
chicos siempre son chicos. Sin embargo, al verlos no
pude
evitar recordar una ms de esas frases deslumbrantes de
Wystan: t rivial idad en la arena.
Esta bobera no era ms que una variacin sobre el tema
de que la sociedad no tiene ninguna obligacin hacia el poe
ta, especialmente hacia un poeta viejo. Es decir que la socie
dad
puede escuchar a un poltico de edad
madura
, o hasta
viejo, pero no a un poeta. Hay una serie de razones
para
esto ,
desde las antropolgicas hasta las del servilismo. Pero la
conclusin es simple e inevitable: la sociedad no tiene dere
cho a quejarse si un poltico la engaa. Porque, como Auden
escribi una vez en su Rimbaud ,
But in that child the rhetorician's lie
Burst like a pipe : the cold had made a poet .
(Pero en ese nio la mentira del retrico/ explot como una
caera: el fro haba creado a un poeta.)
Si la mentira explota de esta manera en ese nio qu
pasa con ella en el viejo que siente el fro ms agudamente?
Por muy presuntuoso que suene viniendo de un extranjero,
el logro trgico de Auden como poeta fue precisamente ha
ber
deshidratado a su verso de cualquier tipo de engao, sea
retrico o brdico. Este tipo de cosas aleja a uno no slo de
losmiembros de la facultad , sino tambin de loscolegas en el
rea, porque cada uno de nosotros albergamos a ese joven
con espinillas sediento de la incoherencia de la elevacin.
Esta apoteosis de barros, al volverse crtica, considera la
ausencia de elevacincomo debilidad , descuido , charlatane
ra, decadencia . A este tipo de gente no se le ocurrira que un
poeta envejecidotiene el derecho de escribir peor i en rea
lidad lo hace , que no hay nada tan desagradable como la
vejez que descubre el amor y los trasplantes de glndula
de mono. Entre la impetuosidad y la sabidura, el pblico
siempre escoger la primera (y no porque esa opcin refleje
su composicin demogrfica o por la costumbre romnti
ca
de los poetas de morirse jvenes, sino debido a la aver
sin innata de la especie por pensar en la 'vejez, sin hablar de
sus consecuencias). Lotriste de este aferrarse a la inmadurez
es que la condicin misma est lejosde ser permanente. Ah,
si por lomenos lofuera Entonces todo podra explicarse por
el miedo de la especie a la muerte. Entonces todos
esos
Poe
mas selectos de tantos poetas seran inofensivos como los
ciudadanos de Kirchstetten que rebautizaron su Hinter
holz . Si slose tratara del miedo a la muerte, los lectores, y
especialmente los crticos agudos tendran que haberse sui
cidado uno tras otro, siguiendo el ejemplo de sus queridos
autores jvenes. Pero eso no sucede.
La verdadera historia del aferramiento de nuestra especie
a la inmadurez es mucho ms triste. Tiene que ver no con la
renuencia del hombre a saber de la muerte, sino con su no
estar dispuesto a oir hablar de la vida. Sin embargo, la ino
cencia es lo ltimo que puede sostenerse naturalmente. Por
eso es que los poetas -especialmente los que han vividomu
cho
deben ser leidos en su totalidad, no en selecciones. El
comienzo tiene sentido slo en la medida en que hay un fi
nal. Porque a diferencia de los escritores de ficcin, los poe
tas nos cuentan toda la historia : no slo en trminos de sus
propias experiencias y sentimientos, sino y esto es lo ms
importante para
nosotros
en trminos del lenguaje mismo,
en trminos de las palabras que escogen finalmente.
Un hombre que envejece, si todava sostiene una pluma
tiene una opcin: escribir sus memorias o llevar un
diario
:
Por la misma naturaleza de su arte, los poetas son diaristas.
Muchas veces contra su propia voluntad, siguen la pista de
lo que est sucediendo: a ) a sus almas, ya sea la expansin
de un alma o
con
ms frecuen
cia
su encogimiento, y b)a
su sentido del lenguaje , porque son los primeros para quie-
nes las palabras se comprometen o se devalan. Nos gusteo
no, estamos aqu para
aprender
no' slo lo que el tiempo le
hace al hombre, sino lo que el lenguaje le hace al tiempo. Y
los poetas, no hay que olvidarle, son aquellos por loscuales
(el lenguaje) vive. Esta es la ley que le ensea a un poeta
mayor rect itud que cualquier credo.
Es por esto que se puede construir mucho con W. H. u-
den . No slo porque muri cuando tena el doble de la edad
de Cristo o deb ido al principio de repeticin de ierke-
gaard. Simplemente estuvo al servicio de una infinidad ma
yor de la que normalmente reconocemos, y es testigo de su
disponibilidad ; lo que es ms , l hizo que fuera hospitalaria.
Lo menos que se puede decir es que cada individuo debera
conocer
por
lo menos a un poeta de principio a fin: si no
como un gua en el mundo, entonces como un patrn para
medir el lenguaje. W. H. Aud en servira muy bien para
bos fines, aunque slo fuera por sus respecti vas semejanzas
con el Infierno y el Limbo .
Fue un gran poeta (lo nico que est mal en esta oracin
es l tiempo, ya que la naturaleza del lenguaje pone los lo
gros -personales invariablemente en el presente), y yo me
considero inmensamente afortunado de haberlo conocido.
Pero aunque no lohubiera conocido, siempre estara lareali
dad
de su trabajo. Uno debera sentirse agradecido con el
destino por haber sido expuesto a esta realidad, por la prodi
galidad de estos dones,
an
ms inapreciables por no haber
sido designados a nadie en particular. Se puede llamar a esto
una generosidad del espritu, excepto que el espritu necesita
a un hombre a travs del cual refractarse. No esel hombre
el
que se vuelve sagrado debido a esta refraccin: es el espritu
el que se vuelve humano y comprensible. Esto - y el hecho
de que los hombres son finito
es suficiente para que uno
idolatre a este poeta . ,
Cualesquiera que sean las razones por las cuales cruz
el Atlntico y se hizo norteamericano, el resultado fue que
fusion ambas lenguas inglesas y se convirti para para
frasear uno de sus propi os versos- en nuestro Horacio
trasatlntico. De una u ot r
a manera, todos los viajes que
emprendi por tierras , cuevas de la psique , doctrinas, cre
dos sirvieron no tanto para mejorar su razonamiento
como para expander su diccin . Si alguna vez la poesa fue
para l un medio de ambicin, vivi lo suficiente para que se.
convirtiera simplemente en un medio de existencia. De ah
su autonoma, su cordura, su equilibrio, su irona, su des
prendimiento
en
suma, su sabidura. Sea lo que sea, leerlo
es una de las pocas maneras (si no la nica) a nuestro alcan
ce
para
poder sentirnos decentes . Me pregunto, sin embar
go, si ese fue su propsito .
Lo vipor ltima vez en julio de 1973, en una cena en casa
de Stephen Spender, en Londres. Wystan estaba ah sentado
a la mesa, con un cigarro en su mano derecha y una copa en
la izquierda, hablando sobre el tema del salmn fro. Como
la silla era demasiado baja, la duea de casa le haba puesto
dos viejos volmenes del Oxford nglish icton
ry par..
sentarse. Pens entonces que estaba viendo al nico hom
bre que tena derecho de usar esos volmenes como
asiento .
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