7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
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CONVERSION FILOSFIC
Y CONVERSION CRISTI N
[PHILOSOPHIC L CONVERSION N D CHRISTI N CONVE RSION]
JU N LONSO
S U M A R I O :
1. I N T R O D U C C I N . 2 . U N A C O N S T A N T E A N T R O P O L G IC A . 3 . C O N V E R -
SIN
COMO
VUELT H CI UNOMISMO.
3 . 1 .
Conversin
religiosa.
3.2.
Conversin filo
sfica. 3 .3 . Platn. 3.4. Helenismo. 4. LACONVERSIN CRISTIANA. 5. CONCLUSIN.
Resumen:
En los orgenes del cristianis-
mo se observa una cierta prevencin
de los cristianos hacia la prctica filo-
sofa del mo m en to , pues Cristo , el ver-
dadero Filsofo y el autntico Pastor,
ofreca las respuestas adecuadas a las
cuestiones fundamentales de la exis-
tencia humana. Este artculo analiza la
novedad radical de la cosmovision cris-
tiana a partir del anlisis de la nocin
de conversin.La comparacin entre
conve rsin filosfica y conversin cris-
tiana ofrece una explicacin sobre esa
inicial desconfianza del cristianismo
hacia la filosofa. Indirectamente, este
estudio pone de manifiesto el alcance
de la categora conversin c om o piedra
de toque para el anlisis de las distintas
Abstract: In the origins of Christianity
we observe a certain wariness of Ch ris-
tians toward the philosophical practice
of that moment, because Chris t , the
true Philosopher and authentic She-
pherd, offers the right answers to fun-
damental aspects of human existence.
This article analyzes the radical no-
velty of the Christian worldview from
an analysis of the notion ofconversion.
The comparison between philosophi-
cal conversion and Christian conver-
sion oflFers an explanation of the initial
distrust of the first Christians towards
philosophy. Indirectly, this research
shows the importance of the category
of conversion as a central issue when
analyzing the different currents of
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J U A N A LO N SO
1. INTRODUCCIN
El encuentro
de la fe
cristiana
con el
pensamiento griego
no fue ni
inmediato ni fcil. Como seala laencclica idesetratio (FR)despus
de trazar
un
panorama sinttico
de ese
encuentro,
la
prctica
de la
filo-
sofa y laasistenciaa sus escuelas eran para losprimeros cristianosms
un inconveniente
que una
ayuda. Para ellos,
la
primera
y
ms urgente
ta-
rea era elanunciode Cristo resucitado medianteun encuentro personal
capaz
de
llevar
al
interlocutor
a la
conversin
del
corazn
y a la
peticin
del Bautismo (FR38).Esaprevencin, almenos inicial,delcristianis-
mo primitivo hacia laeruditayprestigiosa sabidura griegano provena
deuna renunciao de un rechazoa larazn comova de profundizacin
en lasrazonesym otivaciones de la fe (cfr. 1 Pe 3,15) . La desconfianza
hacialafilosofa provenamsbiendelhechode que lEvangelio ofre-
ca una respuesta tan satisfactoria a la cuestin, hasta entonces no re-
suelta, sobre elsentidode lavida,que elseguimientode losfilsofos les
pareca como algo lejano
y, en
ciertos aspectos, superado
(FR 38).
Esta radical novedad de lareligin cristiana se manifiestaen la apa-
ricin de una nueva idea de
conversin
muydistinta de la conversin
filosfica presenteen la cultura antigua.Un examen comparativo entre
estasdosnociones aunq uesea de unm odo sintticoygeneral apor-
tar luces sobre esa inicial prevencin cristiana hacia lafilosofay per-
mitir penetrar con mayor hondura en la novedad de la cbsmovisin
cristiana. Indirectamente, este estudio podr revelarnos elalcancede la
misma categoradeconversin como piedradetoque paraelanlisisde
las corrientes depensamientoo de lasvisionesdelmundo.
Realizamos nuestra exposicin en tres momentos. Primeramente
nos interesa mostrar cmo la necesidad de conversin constituye una
constante antropolgica universal ligada a la bsqueda de verdad y de
sentido. Despus exponemos los rasgos caractersticosde la conversin
como nocin clave
de la
filosofa antigua
en sus
diversas formas.
Por l-
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CO N V ERSI O N FI LO S FI CAYCO N V ERSI N CRI STIA N A
2. UNA CONSTANTE ANTROPOLGICA
La bsquedadelsentidode laexistenciaes unaexperiencia huma-
na universal.Lahistoriade la humanidad atestigua un inconformismo
generaldelhombrey de lamujer antelaignorancia,elerroro lamenti-
ra, tantoen elorden terico comoen elprctico. Respectoalordente-
rico seala idesetratio nadie puede permanecer sinceramentein-
diferentea laverdadde susaber.Sidescubreque esfalso,lorechaza;en
cambio,
si
puede confirmar
su
verdad,
se
siente satisfecho
(FR
25)
El
progreso efectivodelsaber tericoserealiza siempre segnunadinmi-
cade continua renovacinyrectificacin delrumbo,ya sea en elmbi-
to personal
o en el
amplio m undo
de las
ciencias.
Pero tambinen laesfera prcticalaspersonas buscanque sulibre
obrar ticoserija conformealos valores au tnticos.Elcontraste entreel
escenario actualde laexistencia personaly lasituacin idealde unavida
verdadera
a la que el
hombre
se
siente llamado, crea
en l un
constante
deseodeperfeccionamiento. Laconversin,en susentidomsbsicoy
general,seinscribeenesta tendencia interiordelsujeto hacialavidaper-
fecta,ypuedeserdescrita comounmovimiento desdeunestado imper-
fecto, deteriorado omalogradoaotromsperfecto, renovadoy purifi-
cado.La
tensin entre
lo que soy y lo que
debera
ser es el
detonante,
desde
el
punto
de
vista antropo lgico,
de la
aspiracin constan te
de con-
versin
y de
mejora
renovarse
o
morir
del ser
humano.
La
diferen-
cia entreunavida verdaderay unavida superficial ofrivola sedirimeen
funcinde laintensidaddeldeseodeconversin .Cabe hablar,por tan-
2. Es la
leccin
de san
Agustn cuando escribe:
He
encontrado muchos
que que-
ran engaar, pero ninguno
que
quisiera dejarse engaar
{Confesiones X, 23,
33:
L
27,
173).
Con
razn
se
considera
que una
persona
ha
alcanzado
la
edad adulta cuan do
pued e discernir,
con los
propios m edios, entre
lo que es
verdadero
y lo que es
falso,
for-
mndose
un
juicio propio sobre
la
realidad objetiva
de las
cosas. ste
es el
motivo
de
tantas investigaciones, particularmente
en el
campo
de las
ciencias,
que han
llevado
en
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J U A N A L O N S O
to , de la co nversin co mo una co nstante antro po lgica universal ligada
a la cuestin del sentido de la existencia *.
La aspiracin a la felicidad y a la perfeccin es, en ltim o t rm ino ,
una manifestacin del deseo y la nostalgia de Dio s que, co m o dice laFi-
des e t ratio el ho m bre ha expresado de m ltiples m aneras a lo largo de la
historia: la literatura, la msica, la pintura, la escultura, la arquitectura y
cualquier o tro fruto de su inteligencia creado ra se co nvierten en cauces a
travs de lo s cuales puede m anifestar su afn de bsqueda (FR 24 ).
En los pueblos antiguos encontramos algunas de estas expresiones
ligadas al hecho religioso. La fenomenologa religiosa y la antropologa
cultural han descubierto en los ritos de expiacin una de las manifes-
taciones ms remotas del deseo humano de purificacin y conversin.
Estos ritos buscaban reparar las rupturas de la comunidad con los dioses
que se supo nan ligadas a la aparicin de una det erm inada desgracia n a-
tural. Esa fatalidad era considerada como una consecuencia del que-
brant amien to del o rden establecido , bien po r la irrupcin de unas fuer-
zas malignas tras la violacin de un tab, bien por el incumplimiento de
algunas prescripciones de la tribu. La purgacin del mal causado, a tra-
vs de diversos ritos de purificacin abluciones, sangras, confesin
del pecado , et c. , vena a restablecer la separacin arm nica ent re lo
profano y lo sagrado
'.
Por su parte, los ritos de iniciacin (de puber-
tad, de investidura) expresaban la rupt ura co n la antigua vida y la ent ra-
da en la nueva: el iniciado muere a lo natural y ordinario, para nacer a
lo sobrenatural y extraordinario; abandona lo pasado, para introducirse
en un futuro que es el lugar del misterio y el m bit o de lo sagrado ^
Otra importante expresin cultural del deseo de conversin, como
rasgo inherent e a la naturaleza hum ana , es la tragedia griega, a travs de su
peculiar dimensin catrtica ^ Segn Aristteles, el significado de este g-
4.
So n muy sugerentes las ideas que ofrece Go nzalo Flrez so bre el fundam ento an-
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CONV E RS IN F IL OSF ICA Y CONV E RS IN CRIST IANA
ero teatral se halla ligado a los conceptos demimesis(mimesis, imitacin)
y de
katharsis
(catarsis, purificacin) ^ El primero de ellos hace referencia
a la simpata que provoca en el espectador la contemplacin de las pasio-
nes y los sentimientos del hroe trgico, de manera que la deplorable si-
tuacin representada aparece como posible en la propia existencia de
quien la contem pla. El espectador se convierte de alguna m anera en el per-
sonaje que el actor representa, reviviendo las virtudes y los defectos del h-
roe. El proscenio
proskenion)
del teatro es un espejo para contrastar la pro -
pia vida. El espectador ve proyectada su vida en la representacin de los
actores: las propias pasiones salen a la luz sin tapujos y las propias culpas
reclaman castigo. La impresin que la tragedia provoca en la vida personal
del espectador hace nacer en l una mezcla de sentimientos de piedad y
temor que impulsan a la catarsis, es decir, a la purificacin interior de las
propias pasiones y, por tanto, a la toma de conciencia de la necesidad de
conversin para alcanzar un renovado estado existencial.
La participacin
methexis)
activa y vital en la tragedia griega era as
una va privilegiada de retorno hacia los orgenes, encaminada a la rees-
tructuracin de la unidad interior humana. Ms que un mero espectcu-
lo, la tragedia posea un carcter cuasi religioso, no slo por su probable
origen en ritos sagrados arcaicos o por su realizacin en un espacio con-
sagrado en cuyo centro estaba el altar dedicado a Dioniso, sino so-
bre todo por constituir un rito colectivo de la
polis
celebrado en determ i-
nadas fiestas dedicadas a los dioses. La tragedia abre una importante va
para la expresin cultural del deseo humano de conversin, al sintetizar
la tensin entre el deseo de Dios inscrito en el corazn del hombre y la
constatacin
hic et nunc
de un estado de existencia imperfecto.
Los ejemplos mencionados apuntan a la misma cualidad antropo-
lgica que estamos considerando: la bsqueda de sentido y el consi-
guiente afn de transformacin hacia la plenitud de verdad y de bien .
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3. CONVERSIN FILOSFICA COMO
VUELTA HACIA
UNOMISMO
Todos
los
hombres desean saber ' , encontrar
la
verdad capaz
de
orientar la propia vida segn unos valores autnticos para alcanzar la
felicidad
y la
perfeccin
.
Este movimiento de bsqueda se relaciona esencialmentecon la
toma
de
conciencia
del
propio lugar
en el
m undo.
La
filosofa se
lee
enla ides
et
ratio
haasumidodemanera peculiar este movimientoy
ha expresado,
con sus
medios
y
segn
sus
propias m odalidades cientfi-
cas, este deseo universaldelhombre(FR 24).
Si
en el
apartado anterior
se ha
m ostrado
el
arraigo
de un
anhelo
de conversin
en la
persona humana,
se
trata ahora
de
exponer
la ma-
neraen que esaidea estaba presenteen el contexto culturaldel Mundo
Antiguo,queprecediyacogielnacimientode lareligin cristiana.
3 . 1 .
Conversin
religiosa
El fenmenode laconversinen elM un do A ntiguo aparece sobre
todo
en los
mbitos po ltico
y
filosfico, pero escasamente
en el
religio-
so.Laconversin religiosa,enefecto, apenasesconocida.Laausenciaen
el griego clsico
de un
trmino para designar
la
religin,
tal
como
la en-
tendemoshoy, es un dato iluminador eneste sentido. Comoessabido,
la palabra
ensbela
(piedad) apuntaba, sobre todo,
a la
realizacin
co-
rrectade losactosdel culto, conteniendo tambin un cierto sentimien-
to
de
temor
y
respeto inspirados
por la
divinidad.
Las religiones antiguas,aexcepcindelBudismo,son religionesde
equilibrio(Van derLeeuw),en elsentidode que enellaslosritos estable-
cenunareciprocidaddeprestaciones entrelosdiosesy loshombres'^.El
lugar delafe es ocupadoporel m itoyelrito,yla actitud externa delhom-
bre religioso prevalece
en
importancia sobre
su
conviccin personal. Todo
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cluyente de diversos cultos en la religiosidad griega, los cuales no exigen
conversin
sino slo una
adhesin
a sus frmulas rituales
.
Las religiones
no reivindican para s universalismo y exclusividad, puesto que represen-
tan casi nicamente un intercambio ritual entre Dios y el hombre en el
que la experiencia inte rior del adepto es generalmente de escasa relevancia.
Ciertam ente, en la poca que consideramos el caso del judaismo era
una excepcin, pues reclamaba a quien deseaba ser proslito la renuncia
total a lo viejo y la adopcin de una nueva vida; no meramente la acep-
tacin de un rito, sino la adhesin a una fe y la incorporacin a un nue-
vo pueblo. Y tambin en el mundo antiguo encontramos algunos ejem-
plos de lo que se podra llamar conversin religiosa, como la conversin
al bud ismo del rey indio Asolea (268 a. C .) , o la conversin de Lucio Ap u-
leyo (t ca. 180 d.C. ) al culto de Isis. Sin em bargo, com o veremos, slo a
partir de la expansin del cristianismo la nocin de conversin religiosa
adquirir el sentido fuerte que actualmente se le atribuye '^
3 .2 . Conversin filosfica
Si los hechos de conversin religiosa son poco significativos en la
Antigedad Clsica, no ocurre lo mismo en los rdenes poltico y filo-
sfico. En este ltimo, la conversin llega a forjarse como un concepto
clave para la interpretacin de la estructura del mundo y del hombre.
En la Grecia Antigua la poltica tuvo entre sus actividades princi-
pales la bsqueda de la conversin del adversario. Se trataba de ganarle
para la propia causa m edian te la fuerza persuasiva del lenguaje. La socie-
dad ateniense era un estado retrico hasta la mdula, segn ha seala-
do W. Jaeger, al referirse a la retrica como a uno de los instrumentos
esenciales de la cultura griega para la transformacin del ciudadano .
Siendo esto cierto, es sin embargo en el terreno filosfico donde la
nocin de conversin cobra mayor importancia. La filosofa asume el pro -
tagonismo en el intento de comprender el universo y guiar la conducta de
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los hombres, quedando las expresiones religiosas histricas relegadas a ser,
como hemos visto, meros cultos rituales y no tanto caminos de salvacin
y de otorgamiento de sentido. La autntica transformacin del hom bre no
viene por el culto, que slo en cierta medida es capaz de cambiar el alma
mediante una cierta respuesta emocional; la conversin real es actuada por
la filosofa * . La literaturaprotrptica empleada por autores como Aris-
tteles, Cicern y Jmblico tiene como finalidad la exhortacin a la
conversin filosfica; de este gnero literario se servir tambin Clem ente
de Alejandra para proponer la conversin al cristianismo.
3 . 3 .
Platn
La inscripcin deifica concete a ti mismo
^
est en la base de la
refiexin filosfica de Platn. Este adagio expresa una condicin necesa-
ria para que el sabio pueda com prend er su propia dign idad su relacin
con lo d ivino y as vivir conforme a la verdad y al bien.
En este contexto. Platn despliega el tema de la conversin a tra-
vs de la nocin epistroph^^. Segn su pensamiento, la conversin es el
resultado de un proceso con tres momentos necesarios. Convertirse
epistrephein)consiste primeram ente en apartarsedelas
apariencias,
de lo
perecedero. En segundo lugar, exige al hombre retomar a s mis mopara
constatar la propia ignorancia y decidirse a ocuparse de s mismo. Final-
mente, a partir del retorno a s, la conversin culmina con el
regreso
a la
patria ontolgica, es decir, al lugar de las esencias, de la verdad, del ser,
que es el lugar de lo divino.
16 . Cfr. A .D . NoCK, Conversion, cit. , 185.
17. PLATN,
Protagoras, 3 4 3 b .
18. El verbo griego epistrephein expresa en su acepcin ms comn la idea de volver
hacia
en el sentido de mov imiento fsico. Ms all de este sentido q ue ap unta a un cam-
bio de orientacin fsica, puede significar un cambio de orientacin existencial cuando
es em pleado en los contextos filosfico o religioso. En estos casos, el mo vim iento se rea-
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La nocin platnica de conversin se rige por una oposicin fun-
damental entre dos mundos, este mundo y el otro el mundo de las
sombras y el mu nd o de las ideas, el m un do sensible y el m un do inteli-
gible; al mismo tiempo, consiste en una liberacin del alma con res-
pecto al cuerpo al que est encadenada; esa liberacin tiene lugar por
medio del conocimiento y, ms concretamente, por medio de la remi-
niscencia
anamnesis)
puesto que para Platn conocer es recordar.
En un segundo momento. Platn desarrolla una importante ense-
anza de la conversin filosfica ligada a una teora poltica y a u na teo-
ra de la educacin . En un texto de la Repblica expresa grficamente
esta doctrina:
Cmo el ojo no puede volverse hacia la luz y dejar las tinieblas si
no gira todo el cuerpo, del mismo modo hay que volverse desde lo que
tiene gnesis con toda el alma, hasta que llegue a ser capaz de soportar la
contemplacin de lo quees, ylo ms luminoso de lo quees [...]. La edu-
cacin sera el arte de volver este rgano del alma del modo ms fcil y
eficaz en que puede servu lto ''.
La educacin entraa una forma de conversin. Se trata de cam-
biar la orientacin de la mirada hacia la buena direccin, para que se
produzca un cambio en el alma. El fiandador de la Academia de Atenas
quiere transformar la ciudad a travs de la transformacin de los indivi-
duos.Y slo el filsofo est en condiciones de convertir a las almas ha-
cia el bien. Por eso, el filsofo es un converso que , habien do logrado sa-
lir desde la caverna de sombras a la luz del da, asume la misin de
gobernar la ciudad convirtiendo a su vez las almas de los ciudadanos.
3.4. Helenismo
El pensamiento filosfico posterior modific sustancialmente las
caractersticas de la
epistroph
platnica. Una primera distincin est en
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que la conversin en la cultura helenstica
y
romana no pivota sobre una
oposicin entre dos m und os, hacia un o de los cuales hay que retornar li-
berndose previamente del otro; en la poca helenstica la conversin se
asienta al contrario en una liberacin que se realiza dentro del mismo eje
de inmanencia del individuo, y que consiste en un desplazamiento desde
lo que no depende de uno mismo hacia lo que depende de uno mismo,
hasta obtener la plena adecuacin con uno mismo ^ . En la conversin he-
lenstica se da una ruptura en el sujeto, pero no es una ruptura de uno
mismo respecto al yo, sino respecto a lo que rodea al yo, es decir, respec-
to a todos aquellos elementos que hacen a la persona esclava y depen-
diente de lo externo. Para que el hombre pueda retornar al puerto donde
enco ntrar refugio le es necesario volver la mirada hacia s mismo ^ .
Ello significa desviar la mirada de los otros, rechazar la curiosidad,
con el objeto no tanto de examinar los propios defectos o descifrarse in-
teriorm ente, sino para concentrar el pensamiento en las propias acciones
y en la propia meta: el individuo ha de adquirir una conciencia perma-
nente del esfuerzo por alcanzar la meta. Para que el sujeto sea capaz de
dominar la situacin, debe situarse en un mbito que le permita con-
trolar su vida. Q uizs por este motivo la filosofa helenstica es ms prc-
tica que terica, y se erige a s misma como un modo de vida, como un
arte de vivir tekhne tou
2 1 . Vid.
al respecto, p. ej., el
Manual t
Epicteto o sus
isertacionespor Arriano,
especialmente I, 1 y III, 8.
2 2 . Por ejemp lo, Marco Aurelio em plea la expresin blepes e (mrate): Meditaciones,
VII,
55 y V III, 38. En Sneca se hallan expresiones como
excute,observa te{Epistulae
Morales
ad Lucilium, L ib. II, XV I; XX ), .ff
respicere
{ibid Lib. X, LXXXIII). M. Fou-
cault recoge cuatro familias de expresiones en torn o a la expresin can nica fund am en-
tal
epimeleisthai heautou
(ocuparse de s m ism o, ten er in qu ietu d de s): las referidas a los
actos de con ocim iento (prestar la atencin a s mismo , volver la m irada hacia s mism o,
examinarse), las referidas a un movimiento global de la existencia (convertirse, volver
hacia s, concentrarse en uno mismo como lugar de refugio); las que apuntan a activi-
dades y conductas particulares con respecto a s mismo (curarse, reivindicarse, emanci-
parse, honrarse, respetarse, tener vergenza ante s mismo); las que designan un tipo de
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CON VER SI N FI LOSFI CA Y CON VER SI N CRI STIANA
La cuestin que se plantean las corrientes filosficas de estos siglos
(epicureismo, estoicismo, neoplatonismo, etc.) es la siguiente: cmo
debo transformar mi prop io yo para ser capaz de acceder a la verdad y de
obrar el bien? La filosofa desarrolla entonces unas doctrinas dirigidas no
tanto al menos prim ariamen te a la transformacin de la ciudad sino
a la conversin del individuo. La utilidad prctica le lleva a ocuparse de
las cuestiones relativas al logro de una vida buena y feliz. La va elegida
consiste fundamentalm ente en ofrecer u n mtodo de ejercicio y progreso
espiritual encaminado a la formacin
paideia)^^
de uno mismo, con ob-
jeto de que el hom bre viva conforme a su naturaleza. Se trata de ensear
a renunciar a los falsos valores riquezas, honores, placeres com o pa-
so previo para alcanzar una sabidura, una vida autntica y dichosa que
trae consigo la paz de espritu ataraxia, apatheia)^^, la libertad interior
autarkeiay^ y la consciencia csmica ^^. Habr que entender la filosofa
como un acontecimiento provocado en el espritu del oyente en virtud
de la palabra del filsofo. Implica as una ruptura absoluta con la forma
habitual de vida: cambio de vestimenta y a menudo de rgimen alimen-
ticio,
a veces acompaado de la renuncia a la participacin en asun tos po -
lticos, constituyendo una total transformacin de la vida moral median-
te la prctica asidua de numerosos ejercicios espirituales. De este modo el
filsofo accede a la tranquilidad espiritual y a la libertad interior, en una
palabra, a la bea titud . D esde esta perspectiva la enseanza filosfica tien-
de a adoptar forma de predicacin, en la cual los recursos de la retrica o
de la lgica son puestos al servicio de la conversin del alma^^ De este
modo, la filosofa deviene una va de conversin.
La ascesis
asksis)
ser el medio prctico que la filosofa helensti-
ca promueva y ensee para la conversin del alma. Es ste un rasgo dis-
tintivo de la conversin en la cultura helenstica respecto a la
epistroph
2 4 .
Vid.
W.
JAEGER,
Paideia: lo sIdealesde la Cul tura Griega,
3 vols., Fondo de Cul-
tura Econmica, Mxico-Buenos Aires (vol. I: 1942; vol. II: 1944; vol. 3: 1945).
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platnica en la que el elemento esencial era, como hemos sealado, el co-
nocim iento a travs de la reminiscencia^'. Pierre H ad ot ha sistematizado
en cuatro grupos o actitudes fundamentales las prcticas ascticas o espi-
rituales desarrolladas en lafilosofaantigua, ms notab lemente por los es-
toicos; la atencin prosoche), la meditacin
melete)
y la memorizacin
mneme), los ejercicios intelectuales (lectura, escucha, estudio y examen)
y aqullos encaminados a crear hbitos prcticos (indiferencia ante lo in-
diferente, autodominio, cumplimiento de los deberes sociales, etc.).
El ejercicio de estas prcticas ascticas implicaba una inversin de
los valores comnmente admitidos: el rechazo de riquezas, honores y
placeres, y la aceptacin de autnticos valores como la virtud, la con-
templacin o la sencillez de vida. No es extrao que esta radical trans-
formacin del orden establecido produjera reacciones enrgicas de los
no-filsofos, como se observa en el tono jocoso de la obras de los cmi-
cos, o en la hostilidad que llegara a provocar la muerte de Scrates' .
Para sintetizar las ideas expuestas hasta aqu, nos preguntamos
ahora: cules son los rasgos principales de la idea de conversin filos-
fica en el contexto cultural de la poca en la que nace el cristianismo?
1) Lo primero que interesa subrayar es que en este tiemp o las doc-
trinas filosficas por su papel prim ordial en la respuesta a la cuestin
del sentido ocupaban el lugar que hoy ostenta la religin, y no slo
para las clases cultas sino tam bin para las grandes masas popu lares. Si es
verdad que algunos antiguos buscaron en la astrologa un refugio seguro
ante los cambios de fortuna en una poca problemtica y compleja^', es
2 9 . Cfr. M . FOUCAULT, .C , 212. Bardy comparte esta misma opinin: En la poca
imperial, casi todas ellas [lasfilosofas]concuerdan en las respuestas prcticas que han de
darse a los problemas de la existencia. Se puede ser estoico, o epicreo, pitagrico o c-
nico:
de h echo , desde qu e se es filsofo, se sabe que hay que soportar el dolor, despreciar
la muerte, tener paciencia en la enfermedad, no dejar que el alma se turbe, contentarse,
para ser feliz, con la sola virtud. G.
BARDY,
La
conversin
al
cristianismo
durante los pri-
meros
siglos,
D escle de Brouwer, Bilbao 1 9 61 , 82 [ttulo original:
La
conversion
au chris-
tianismedurant lespremierssicles.Aubier M ontaigne, Paris 19 47]. Estos cinco preceptos
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CONV E RS ION F IL OSF ICA Y CONV E RS IN CRIST IANA
igualmente cierto que fue sobre todo en la filosofa donde sondearon las
respuestas a sus inquietudes existenciales y don de hallaron una especie de
salvacin
soteria)
de carcter casi religioso.
De ah que en la tradicin filosfica griega, llegue a hablarse de una
conversin
a
lafilosofiaen un sen tido similar en el que hoy en tendem os la
conversin religiosa. Filsofos antiguos como Pitgoras, Scrates, Dioge-
nes el Cn ico, Epicuro, Ep icteto, Marco Aurelio, Plotino y muchos otros,
buscan reformar el m un do con sus doctrinas y convertir a los hombres de
su tiempo. Ellos mismos se consideran muchas veces
conversos
y procu-
ran que sus ideas manifiesten con obras lo que ensean en sus di scu rsos'I
Aveces se sienten deudores de una misin universal encomendada por los
dioses, y su mismo lenguaje cobra tonos profiindamente religiosos .
No parece que el pitagorismo ganase muchos conversos. Caso muy
distinto fue el de Scrates quien, por las calles de Atenas, no cej en su
empeo de convertir a sus conciudadanos. Mostrndose muy orgulloso
de esa actitud'^ lleg a persuadir con su doctrina a jvenes atenienses
como Apolodoro o a hombres m und ano s com o Alcibades, e infiuy de-
32 . Muchos de ellos se creen llamados a ensear, a conver tir a los dems y ejercen
un verdadero apostolado. Scrates predica su Evangelio en la plaza pblica y en las calles
de Atenas. Los cnicos recorren el mundo, sucios, desarrapados, orgullosamente cubier-
tos con los andrajos de una vieja capa. Sneca se convierte en el director de conciencia
escuchado por la nobleza romana. Plotino cuida con esmero de todas las necesidades de
sus discpulos, velando sobre la gestin de sus bienes y sobre su salud, recogiendo des-
pus de su muerte a sus hurfanos, para criarlos, al mismo tiempo que se esfuerza por
conducirlos a la vida divina. Una palabra, la filosofa (...), para gran nmero de los
antiguos es una regla y un mtodo de vida y ocupa a sus ojos el lugar que hoy en da
tiene la religin. G.
BARDY,
o.e. 55-56.
33 . En este sentido dice Epicteto: He aqu que yo os he sido enviado por la divini-
dad como ejemplo no ya sin hacienda ni casa ni mujer ni hijos, sino incluso sin techo
ni ropa ni ajuar. EPICTETO,D isertaciones por Arriano IV, VIII, 31 (Biblioteca Clsica
Gredos, 185; traduccin, introduccin y notas de Paloma Ortiz Garca, Editorial Gre-
dos,
Madrid 1993).
34.
Si, com o digo, fuerais a absolverme con esta condicin , os tend ra que hab lar
asi:
yo,atenienses, os aprecio y os quiero bien, pero he de obedecer antes al Dios que a vo-
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
14/25
J U A N A LO N SO
cisivamente en la vida de otros muchos como Platn o Diogenes el C-
nico .
Es interesante en este sentido considerar los testimonios en los
que la decisin de adoptar una vida filosfica evoca una experiencia psi-
colgica de conversin similar a la de la conversin religiosa: la com pos-
tura de Lucrecio hacia el epicureismo, la impresin que el Hortensio de
Cicern provoca en san Agustn, as como otros ejemplos hallados en
crculos filosficos prximos al hermetismo o al neopitagorismo ,
muestran cmo la filosofa era un medio de respuesta a las aspiraciones
espirituales e intelectuales de los hombres'^
2) Una segunda idea es que la filosofa helenstica indepen-
dientemente de la expresin filosfica concreta que pueda tomar se
presenta como u n acto y un instrum ento para la conversin del hombre
a travs de un volverse hacia si mismo epistrephein pros heauton, converte-
re
ad
se), es decir, de la reconquista de s mismo por medio del retorno
hacia la esencia original y la ruptura con el modo anterior de vida. Te-
nemos aqu un aspecto esencial de la conciencia occidental, un factor
que ha marcado e impulsado desde entonces a la misma filosofa ^l Sin
embargo, como apunta Foucault, el nico problema gran problema
sin resolver en el pensamiento helenstico es saber si elyohacia el que
se retorna en la conversin filosfica es algo dado previamente o ms
bien una meta que uno debe proponerse para intentar despus alcan-
zar''. sta es la incertidumbre fundamental que plantea la conversin
entendida como una prctica del yo.
3) Finalm ente y sta es la cuestin que ms nos interesa, nos
hallamos en ltima instancia ante un hecho inquietante: la incapacidad
de la filosofa para alcanzar la verdad en su plenitud y, por tanto, para
ensear al hombre el autntico arte de vivir. Tras muchos siglos de in-
ten tos, en los albores del cristianismo la filosofa no pareca haber logra-
do responder a las preguntas esenciales; es ms, incluso las respuestas de
las diversas escuelas se oponan entre s con relativa frecuencia.
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
15/25
CONVER SION FILOSFICA Y CONVERSIN CRISTIANA
La incertidumbre escondida
en las
palabras
de
Cicern
al
final
del
De natura deorum
(IH,
95)
puede resumir
el
panorama desalentador
de
una cultura ansiosa
de
sabidura
cfr.
1
Cor 1,22)
que,
con una
larga ex-
perienciade tentativasyescasos xitos parciales,no haba logradosin
embargo resolver
la
cuestin fundamental. Festugire
ha
resumido
esa
cruda situacinde lasiguiente manera:
(...) se trata de saber si hayunDiosysi este Dios se interesapor
los hombres,sihayunvnculo entre l ynosotros.Se trata de saber qu
es
el almahumana si guarda alguna conexin con Dios, si procede de l,
sia lvuelve.En unapalabra,setratadenuestra felicidad,denuestro
todo.
Esto
es lo que los
mejores preguntan
a
los filsofos.
Las
negacio-
nes las dudas, las sonrisas,
el
ruido de palabras
no
bastan.Sequiere
una
certeza,
una luz que
irradie, convenza, sostenga, consuele. Pero
los
fil-
sofos se devuelven
la
pelota' '.
4. LA
CONVERSIN CRISTIANA
Eneltranscursode lostres primeros siglosdenuestraeratuvolu-
gar
un
proceso
de
transformacin cultural
sin
precedentes.
El
factor
ms
significativo
de ese
cambio
ue el
progresivo desarrollo
de la
nueva reli-
gin cristiana, hasta
la
definitiva conversin
del
Imperio romano
al
cris-
tianismo.
La
proporcin
de
elementos
de la
civilizacin grecorromana
que fueron integrados, transformados
o
rechazados
por el
cristianismo
sigue siendo
hoy
objeto
de
investigacin desde
muy
diversas ciencias .
40. A.J. FESTUGIRE,L idal
religieux
desGrecs,
Paris
1932, 99; cit. en G. BARDY,o.e.,
81-82.
4 1. Vid.algunos estudiosyaclsicos:W.J AEGER
Early Christianity
and
Greek
pai-
deia
Oxford University Press, London
1962; A.D.
NOGK,
Early Gentile Christianity
and its Hellenistic Background, cit.; J. DAN1LOU, Teologa del judeocristianismo. Cris-
tiandad, Madrid 2004 [original francs: 1958]; IDEM,Mensaje
evanglico
ycultura hele-
nstica: siglos
Lly
IL I
Cristiandad, Madrid 2002 [original francs: 1961]; DEM,
L os
or-
genesdelcristianismo latino.
Cristiandad, Madrid 2006 [original francs: 1978];
H.
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
16/25
J U A N A LO N SO
En todo caso, llamalaatencin elsorprendente crecimientodelcristia-
nismo
en
este periodo:
El mundo greco-romano
no
se convirti
a
ninguna de las religio-
nes orientales que,
una
tras otra
o
simultneamente, solicitaron
su
adhe-
sin;no seconvirtia lafilosofa apesarde lapredicaciny losejem-
plosde losestoicosy de loscnicos;no seconvirtialjudaismo, como
quieraquehaya sidolapropagandade la leymosaica; sinoque se con-
virti al cristianismo (...). La rapidez, la profundidad incluso de esta con-
versin, plantean graves problemas
y,
ante todo, el siguiente: Por qu
ha
tenido xito
el
cristianismo donde todas
las
dems tentativas
de
trans-
formacin
o de
conquista
han
fracasado?''^
La nueva religin satisfaca plenamente tantolosanhelos religiosos
de
la
poca com o
las
cuestiones fundam entales planteadas
por el
pensa-
miento fdosfico' . Enefecto,por unlado,elanhelode unareligiosidad
ms personal
y
espiritual presente sobre todo
en las
religiones
de los
misterios, caracterizadas
por su
universalidad,
su
llamada
a la
conversin
y
por una
determinada orientacin moral, vena colmado
a
travs
de
un culto perfecto que inclua tambin laexperienciadecomunin fra-
ternal entre los hombres religiosos''^ Las tendencias msticas
de
ese tiem -
po tambin pudieron encontraren la fecristianaunpue rto seguroen el
que alcanzar
un
conocimiento superior gnosis),
una
iluminacin divina
que, para mayor satisfaccin, estaba mediadapor el encuentrocon un
Dios personal,
con
frecuencia ausente
en los
cultos helensticos*'.
Por otro lado,laBuena Nueva alum brabaconclaridadlasrealida-
des indagadas
por los
filsofos: Dios,
el
mundo
y el
hombre. Pero
no
slo eso:elacontecimiento salvadordeJesucristo implicabaen elbauti-
zado
una
transformacin
tan
profunda
y
novedosa
que
poda llegar
a
yL.M.
W H I T E
(eds.).
Early Christianity
andclassicalculture:comparative studiesin ho-
nor ofAbraham J. M alherbe,Brill, Le iden-Boston, 2003 ;J.J.FERNANDEZ SANGRADOR
(ed.).DeBabiloniaaN icea: metodologa para elestudiodeorgenesdelCristianismo y p a-
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
17/25
CONV E RS IN F ILOS F ICA Y CON VE RS IN CRIST IANA
presentar com o superfluos e intiles los intento s filosficos de salvacin
del hombre. Las antiguas filosofas, que haban sido hasta entonces las
vas privilegiadas del aprendizaje del arte de vivir
(tekhne tou biou)
y de
liberacin de la ignorancia y de la debilidad, parecan retroceder ante
una nueva filosofa, la verdadera filosofa, que ofreca la ms genu ina for-
ma de vida, el autntico arte de vivir' ^.
Cmo afect la aparicin del cristianismo a la idea de conversin
existente en la poca? De qu manera contribuy la cosmovision cris-
tiana al nacimiento de un nuevo paradigma de conversin? Qu rasgos
caracterizan la nueva idea de conversin cristiana?
4 6 .
Para San Jus tino , el cristianism o es la nica filosofa, pues as com o los filsofos
griegos han participado tan slo de algunas parcelas del Logos, los cristianos poseen al
mismo Logos encarnado en Jesucristo. El cristiano es un filsofo pues lleva una vida
conforme al Logos, a la razn divina QusTlNO, Apologa, I, 46, 1-4). Clemente de Ale-
jandra se refiere al cristianismo como a la verdadera filosofa encargada de la educacin
paideia)
de la humanidad
{Strom.,
I, 13, 57, 1-58; I, 5, 28, 1-32, 4). Otros ejemplos
en A.-M. MALINGREY, Philosophia: tude d ungrouped emotsdans lalittraturegrecque,
Klincksieck, Paris 1961.
4 7.
La respuesta a estas cuestiones requ iere un anlisis del vocah ulario bblico sobre
la conversin, as como de la literatura cristiana de los prime ros siglos. Respecto a lo pri-
mero, vid.H.-J. FABRYyA. G RAUPNER, sb, en
Theological Dictionary
of the Old Tes-
tament,vol. XIV, W illiam B . Eerdmans P ublishing Co ., G rand R apids, Michigan-C am-
bridge U K 1998, 4 6 1-522; A.
GRAUPNER,
Shb, en
Theologisches Wrterbuchzum
Alten Testament, W. Kohlhammer, Stuttgart 1993, 1118-1176; J.
BEHM,
metano,
metnoia, en GLNT,VII, 1183
ss.;
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Supplment,
VII, Letouze & An diteurs, Paris 1966, 628-687; M. CiMOSA, La con-
versione nell'Antico Testamento, en Dizionario di Spiritualit Biblico-Patristica, 9:
Conversione,
ritorno,
riconciliazione. Borla, Roma 1995,
V7-6A;
S.A.
PANIMOLLE,
La
conversione - penitenza negli scritti del Nuovo Testamento, en
Dizionario di Spiritua-
lit Biblico-Patristica, 9: Conversione, ritorno,riconciliazione. Borla, Roma 1995, 124-
131;
M .E . B OISMARD, Conversion et vie nouvelle dans Saint Paul, en Lumire et vie,
4 7 ( I960 ) , 71 -94 ; H .U . VON BALTHASAR, Conversion in the New Testament, en
Communio,
1 (1/1974 ), 47-59; W.
TRILLING,
Metnoia como exigencia fundamental
de la doctrina neotestamentaria de la vida, en
Catequesis ypastoral
(Hom enaje a Kle-
mens Tilmann), Estella 1968; J. PlERRON, La conversin, retorno a Dios, en M.E.
BoiSMARD ET AL.,
Grandes
temas bblicos.
Ediciones Fax, Madrid 1970, 195-198; R.
SCHULTE, La conversin (Metnoia), inicio y forma de la vida cristiana, en J. FEINER
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
18/25
J U A N A LO N SO
Un acercamiento bblico muestra primeramente unaevolucin
significativa entre las nociones de conversin en el Antiguo y en el Nue-
vo Testamento.Si esverdadque lostrminos
epistrephein epistroph
y
metnoein metnoia dela literatura cristianadelos primeros siglospo-
seen significados prximosalos atribuidosaesos mismos vocablospor
el judaismo helenstico en la versin griega de los LXX, tambin es cier-
to que el acontecim iento revelador de Dios Padre en Jesucristo po r el Es-
pritu Santo les imp rime un significado radicalmente novedoso, como se
confirma tambin
a
travs
de
otros trminos
y
expresiones neotesta-
mentarias que expresan
la
idea de conversin.
En lneas generales cabra sealar tres grandes novedades.Enpri-
mer lugar,en laperspectiva cristianalallamadaa laconversin se hace
ms universal (H ch 26,20 ) aplicable a los judos, a los paganos y a los
mismos cristianos, pues todos los hombres forman una nica huma-
nidad salvadaporCristoen el misterio pascual.En segundo lugar,la
conversin
se
relaciona directamente con
la
respuesta del hombre
y de
la mujer al anuncio de Jess sobre la llegada del reino y, por tan to, conla
feen elmensaje de salvacin (cfr.Me1,14-15 .Noes ya slo una pre-
paracino una condicin parala fecomo ocurraenel Antiguo Testa-
m en to, incluso en el mensaje de Juan el Bautista; se trata ms bien dela
reaccin lgica y gozosa del hom bre ante la accin amorosa y salvfica de
Dios. As pues,la conversin neotestamentaria serealizaen la fe, y la
misma
fe es ya
conversin como obediencia plena
a
Dios que
se
hace
presente en Cristo''^ Adems, al estar tan ligadaala fe,laconversinse
presenta como un proceso dinmico de proyeccin escatolgicaque
afecta a todas las dimensiones humanas: moral y religiosa, personal y co-
lectiva' . Einalmente,elorigenyel dinamismo delaconversin cristia-
na es msunfruto de lagraciadeDios que del arranquey elesfuerzo
humanos. La conversin resulta ser,endefinitiva,elconcepto central
de la postura exigida po r ess
' .
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
19/25
CONV E RS ION F IL OSF ICA Y CONV E RS IN CRIST IANA
Pero lo que ms nos interesa ahora es la comparacin entre el uso
filosfico y el uso cristiano de los trminos que designan la conversin,
para extraer as los rasgos distintivos de la conversin cristiana respecto
a la filosfica. Cules son esas principales diferencias?''
a) La conversin cristiana es
conversin h ci elSeor.
Es muy sig-
nificativo que en la literatura cristiana apenas aparezca la expresin con-
versin hacia un o mismo, al contrario de lo que sucede en el m bito fi-
losfico donde es empleada muy frecuentemente. Esto no significa que
los primeros escritores cristianos descuiden la dimensin interior huma-
na en el proceso de conversin; lo que ocurre es que ese aspecto es des-
crito ahora con formulaciones ms apropiadas que tienen a su disposi-
cin como, por ejemplo, la idea de imagen de Dios en el hombre. La
conversin cristiana es hacia el Seor, y los Padres subrayan la necesi-
dad de que el hom bre no pierda de vista que ha de volver con tinuam ente
su mirada hacia Aqul de quien es imagen.
b) La conversin cristiana es coinienzo de una vida nuevaen el
hombre, a travs de la participacin por la fe en el Misterio pascual de
Cristo. La seal eficaz de esta participac in es el bautismo,
met noi
cris-
tiana fundam ental . La teologa de la imagen desarrollada po r san Pa-
blo est en el ncleo de esta conversin fundamental, sintetizada de al-
guna manera en los primeros captulos de su Carta a los Colosenses (Col
1-3) y articulada en tres pasos: Cristo como Imagen de Dios; la trans-
formacin del hombre segn la imagen de Cristo por el bautismo; y la
vida cristiana como identificacin con Cristo. La transformacin del
hombre en hijo de Dios por el bautismo configura as la entraa teol-
gica de la conversin neotestamentaria: el hombre viejo, por medio del
Espritu Santo, se convierte en una nueva criatura, y se hace capaz com o
Cristo de llamarAbba Dios
adre
.
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20/25
J U A N A LO N SO
La
metnoia^
cristiana implica un cambio radical e bistrico en el
ser del sujeto, un paso de la muerte a la vida. Su rasgo ms caracterstico
es la ruptura producida en el creyente: El yo que se convierte es un yo que
ba renunciado a s mismo. Renunciar a s mismo, m orir a s mismo, rena-
cer en otro yo y con una nueva forma, que en cierto m odo no tiene nada
que ver, ni en su ser, ni en su m odo de ser, ni en sus bbitos, ni en su ethos,
con el que lo precedi, constituye uno de los elementos centrales de la
conversin cristiana . Por el contra rio, en la literatura griega de la poca
belenstica el sentido ms frecuente del trmino
metnoia
es el de cambio
de opinin, au nque tambin se emplea para indicar un sentimiento de dis-
gusto o de remordimiento. En cualquier caso, la
metnoia
filosfica posee
siempre un sentido negativo, a diferencia de la
metnoia
cristiana que va-
lora positivamente la renuncia de s en el interior del sujeto como va de
renovacin y renacimiento de s mismo. Slo ms adelante, en la literatu-
ra de los siglos III y IV, aparecer en el mbito filosfico con un sentido
positivo, com o modificacin del sujeto a travs de la huida de toda accin
y discurso irracionales, y como punto de partida para una vida nueva '.
c) La conversin cristiana posee una dimensin de reciprocidad tnut
Dios y el hombre, que repugna a la filosofa antigua. En efecto, una de las
particularidades del verbo
epistrephein
en el contex to bblico es que a veces
tiene a Dios por sujeto, es decir, no slo se relaciona con el movimiento de
retorno del bombre hacia Dios
conversio hominisad
Deum),sino tambin
con el volverse de Dios bacia el hombre
conversioDei ad hominem).
El
Dios bblico es un Dios que se vuelve una y otra vez hacia su pueblo. En el
origen de esta actitud estn la misericordia y el amor divinos, rasgos distin-
tivos del Dios de Israel. En continuidad con el Antiguo Testamento, la'
conversin cristiana es tambin recproca,llegando a su mxima manifesta-
cin con el acontecimiento de la Encarnacin del Verbo de Dios.
54.
Como es sabido, la metnoiacristiana tiene dos principales se ntidos: el de u n
cam bio radical de pensam iento y espritu, y el de penitencia. El prime ro es ms acorde
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
21/25
CON VE RS IO N F ILOS F ICA Y CONV E RS ION CRIS TIANA
Este hecho resulta ser extremadamente escandaloso e inadmisible
para la mentalidad griega. En el campo filosfico, en efecto, no cabe de
ningn modo referirse a una conversin de Dios hacia el hombre, pues
pon dra en tela de juicio la soberana e independencia de la divinidad. Ni
siquiera los autores que otorgan un especial lugar a la nocin de
provi-
denci
(estoicismo, Ep icteto, Celso) mencionan esa idea. La explicacin
es clara: desde la razn filosfica toda conversin hacia lo inferior
ad in-
ferior
supone una imperfeccin: lo superior nunca puede volverse hacia
lo inferior. La posibilidad de que Dios se torne hacia los hombres tiene
evidentes consecuencias en las relaciones religiosas, pues cambia esencial-
mente el itinerario espiritual de unin con Dios. Nociones como la de
oracin, la de pecado o la de mal, pueden mudar drsticamente de senti-
do en funcin de que D ios pueda o no tornarse hacia el hom bre que reza,
que se arrepiente o que sufre. El carcter de reciprocidad
es,
por tanto, un
rasgo inherente a la teologa cristiana de la conversin, de m odo que si se
lo suprime, se perturba y distorsiona todo el clima espiritual.
d) La conversin cristiana es un retorno a la
Nueva Alianza
en la
lnea de la conversin bblica, cuya base es la Alianza. Poco relacionada
con una cosmogona al estilo de la conversin plotiniana, la conversin
cristiana se ancla en la historia y se vincula a los eventos histricos esta-
blecidos entre el hombre y Dios. No es extrao que esta idea de conver-
sin repugne al pensamiento griego, para el que apuntara a una imper-
feccin de Dios a causa de su condescendencia y su abajamiento. En la
perspectiva b blica las cosas se ven d e dis tinto m od o: el volverse de Dios
hacia el hombre no le supone prdida ni manifiesta debilidad o imper-
feccin en Dios, sino que expresa su amorosa condescendencia y su in-
finito poder. En el cristianismo, se subraya ms todava la benevolencia
divina: Dios enva a su propio Hijo para establecer una nueva Alianza
que deja atrs a la Antigua. La conversin cristiana es la entrada en esa
Alianza renovada; es el enlace esponsal de Jesucristo con su Iglesia y del
Seor con el alma cristiana'^
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
22/25
JUAN AL ONS O
e) La conversin cristiana recorreen l esper nz un c m ino rectilneo
h ci
un
met
determinada. Si tanto para los cristianos como para los fi-
lsofos la conversin es un movimiento de sabidura, de cohesin, de in-
teligencia que conduce al reposo y a la uni n con Dios, sin embargo ese
camino se recorre de modo muy diverso desde cada una de esas perspecti-
vas.Los filsofos establecen a menudo una relacin entre la conversin y
el movim iento circular, lo cual tiene poco espacio desde la cosmovision b -
blica. La conversin bblica es siempre un camino rectilneo de retorno a
Dios,
que no se pierde en lo indefinido sino que p arte del pu nto concre-
to y llega hasta una meta precisa: la unin personal con Dios.
Algunos autores cristianos com o C lemente de Alejandra u O rgenes
consideran la conversin como un estado permanente del alma, pero no
como un eterno retorno al estilo de algunas corrientes
filosficas
La con-
versin cristiana va unida indisociablemente a la esperanza en un encuen-
tro efectivo y definitivo con Dios en el ms all. El movimiento de la con-
versin bblica y cristiana
s
de carcter rectilneo hacia un eterno
r poso
.
5 . C O N C L U S I N
Un primer resultado de alcance general se deduce de este estudio:
la validez de la categora de conversin por sus mltiples implicacio-
nes antropolgicas, filosficas, teolgicas, etc. como piedra de toque
para el examen de los sistemas o corrientes de pensamiento.
Refirindonos ya ms concretamente al tema que nos ocupa, he-
mos comprobado que la comparacin de la idea de conversin en la fi-
losofa antigua y en el cristianismo supone una confrontacin entre dos
visiones del mundo y dos actitudes existenciales.
Ciertamente, en ambas perspectivas la idea de conversin compar-
te unos rasgos comunes. 1) Desde el punto de vista antropolgico, con-
vertirse es siempre, en efecto, apartarse del mundo de las apariencias, de
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
23/25
CONVERSIN FILOSFIC
Y
CONVERSION CRISTI N
entonces, un principio elocuente para la descripcin del dinamismo
existencial del hombre: es necesario convertirse, alcanzar la plenitud de
verdad y de sentido. 2) Tambin desde el punto de vista tico, tanto los
filsofos paganos com o los autores cristianos en tiende n
y
alaban la con-
versin como una va de mejora; convertirse es un volverse hacia lo bue-
no ,
hacia lo que es superior en el plano tico ^.
Sin embargo, el nuevo orden establecido a partir de la plenitud de
la revelacin en Jesucristo ha transformado radicalmen te el con cepto de
conversin que alcanza un sentido totalmente original, prolongando y
superando el de la perspectiva filosfica.
a) En la perspectiva cristiana, la conversin no es en prim er trm i-
no fidelidad a un o m ismo , sino fidelidad a D ios; no es conversin hacia
uno mismo, sino conversin hacia Dios, hacia el Seor; no es encuentro
con un o m ism o, sino encuen tro co n Aqul que es la fuente de la Verdad
y del Bien. Si hasta el comienzo de la era cristiana la filosofa pon a al su-
jeto frente a la grave responsabilidad de convertirse a s mismo para rea-
lizarse plenamente, a partir de entonces el cristianismo ensear que slo
a travs del retorno a Dios puede alcanzarse en plenitud la realizacin
existencial, resolviendo de ese modo el problema del sentido.
b) El ideal de la conversin en la filosofa antigua ap un ta a la conse-
cucin de una mayor autenticidad del ser personal. Se trata de un movi-
miento tendencialmente autorreferencial, cuyo trmino a
quo
coincide con
el trmino ad
quem.
El motor de este movimiento es el mismo sujeto que
intuye su perfeccin en la vuelta a sus orgenes existenciales, a su ser pri-
mitivo una vez liberado de las adherencias contingen tes y limitadoras. Por
el contrario, la dinmica de la conversin cristiana consiste en una salida
desde s mismo para ir hacia el Seor. El punto de partida del proceso de
conversin es la llamada g ratuita del Dios viviente al ho m bre .Yesto es algo
sorprenden te y novedoso: la
conversio
hominis adDeum viene precedida en
cierto sentido por una conversioD ei ad
homines.
Q ue D ios, tom ando la ini-
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
24/25
J U A N A LO N SO
c) Si tanto la conversin filosfica como la conversin cristiana se
presentan como una tarea ardua y exigente renuncia a uno mismo,
prcticas ascticas, ejercicio de la virtud, etc., la perspectiva cristiana
abre un panorama de verdad y de esperanza. La teologa de la Cruz ilu-
mina la skesiscon una claridad nueva, le otorga su verdadero sen tido y la
libra de las huellas de resignacin o pesimismo que posee en el estoicismo.
La conversin cristiana sobrepasa y eclipsa a la conversin filosfi-
ca. Aun coincidiendo con ella en algunos aspectos, se distingue sobre
todo en el hecho de su referencia esencial a Cristo: la conversin es un
encu entro con l y una respuesta a su llamamiento^'. El cambio de pers-
pectivas ha sido grande: la conversin ya no consiste en un proceso ha-
cia una perfeccin que a fin de cuentas sera precaria, insegura y proble-
mtica, sino en un cambio radical en el sujeto, en un nuevo nacimiento
obrado por Dios, que resuelve en su raz la cuestin del sentido y ofrece
una respuesta satisfactoria a las preguntas fundamentales de la existencia
humana . Se entiend e as el entusiasmo de las primeras comunidades cris-
tianas al ver satisfechos sus anhelos ms hondos, aun en medio de difi-
cultades y persecuciones.
La actitud de los primeros cristianos ante la prctica filosfica de su
tiempo no fiie de simple rechazo hacia la filosofa en s misma com o bs-
queda del sentido la verdad y el arte de vivir, sino ms bien una des-
confianza hacia las explicaciones de la realidad ofrecidas por la sabidura
greco-romana; no una suspicacia hacia las preguntas que planteaban los
filsofos, sino hacia las soluciones que ofrecan. Cristo era el verdadero
Filsofo y el autntico Pastor que enseaba el arte esencial: el arte de ser
hombre de manera recta, el arte de vivir y morir . La revelacin cristia-
na era la verdadera estrella (cfr. FR 15 b) que orientaba a la razn sobre
las cuestiones filosficas fundamentales, y ofreca una salvacin creble,
capaz de llenar de esperanza las ansias del corazn humano.
7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana
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