INFOGRAFÍA DE LA LECTURA 3: EN EL CORAZÓN DE LOS
ANDES
Nombre: Jonathan Cristian Apellidos: Sánchez Méndez Año y Sección: 3E Área: Módulo 4 Profesora: Doris Anaya Anaya Colegio: Nuestra Señora del Carmen-Huaral-
Esta historia recorre el espinazo del Perú (el
espinazo del Perú son los departamentos de
Huancavelica, Junín, Pasco, Huánuco, San
Martin, Amazonas, Apurímac, etc.) que discurre lo
comercial por el valle del Mantaro para luego dirigirse a través del tren macho por la olvidada
Huancavelica que tiene danzantes de tijera. El
viaje terminó con la bendición de al Beatita de
Huamay cerca al mar de pisco.
Una multitud de gente y toros se
apareció de improviso en la vía e
hizo que Valois Llanos, nuestro
conductor, tuviera que frenar en
seco. Se trataba de la feria que se escenificaba en Chupaca, tradición
vacuna pura y antigua; eso fue lo
que se nos cruzó en el camino.
La soleada mañana nos llevó hasta la
laguna Ñahuimpuquio (“ojo de agua”)
en los predios del distrito de Ahuac,
donde reina el pato real de pico crema
, naranja y azul. Del restaurante La Sirena viene aromas a truchas y cuyes
que inevitablemente te conducen a
sentarte en una mesa de este
simpático local.
Esa misma mañana conocimos
Arwaturo, un complejo
Arqueológico a 3460 metros de
altura, un excelente mirador
para apreciar el nevado Huaytapallana y buena parte del
valle del Mantaro.
Luego aterrizamos en un sito
alucinante: el Centro Cultural
Catalina Huanca. Un museo privado
que han levantado los esposos
Enrique Morales y Zoraida Alvarado luego de veinte años de recolectar
todo tipo de vestigios de los huancas.
A medida que vamos tomando
distancia con Huancayo, el
paisaje empieza a pintarse de
flores de retama, a la vez que
acompañamos al río Mantaro hasta el pueblo L a Mejorada;
allí seguimos el curso del río
Ichu hasta Huancavelica.
El famosos sobrenombre de
“macho” le viene a este tren
porque “salía cuando quería y
llegaba cuando quería y llegaba
cuando le daba la gana". Lo que muy pocos saben es que el
ferrocarril fue originariamente
diseñado para unir Huancayo y
Ayacucho. Y ahora Huancayo y
Huancavelica.
Llegamos a Sacsamarca, un
poblado cuyas paredes y techos son
íntegramente de piedra. Seguimos
la cuesta y encontramos
Chaccllatacana, la comunidad donde se suelta a los toros para que
persigan a los borrachos, tipo San
Fermín andino.
Más adelante, con menos oxigeno en el aire, nos
topamos con una de las entradas a la mina Santa
Bárbara. Aseguran que en su interior hay calles y
plazas y hasta un anfiteatro; un pueblo entero
bajo tierra. Santa Bárbara fue una mina fue una mina de mercurio que trabajaron los españoles a
partir de 1570.
Al siguiente día partimos en dirección
sur; encontramos los últimos tramos
del ferrocarril en la comunidad de
Lachoc y luego el punto de desvío a
Huaytará y Chincha. El nevado Huamanrazu sale a nuestro
encuentro y con él, su aliento gélido.
Fue en el quieto poblado de Humay
donde no pudimos evitar la tentación
de ingresar al santuario en el cual se
venera a Luisa de la Torre, mas
conocida como la Batita de Humay. Otros rumoran que resucitó a su
amigo Gregorio Montoya. Así,
momentáneamente purificados, nos
dirigimos a Lima que, gris y todo,
sigue siendo nuestra ciudad.
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