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DESORDENES SOCIALES Y SEDICIONES
Todo se encuentra en agitación_______________________________________________________________
La visión que presento Cristo sobre las condiciones que imperarían sobre la
tierra antes que termine el tiempo de gracia, son de lo más variada, desde los
engaños relacionados en el plano religioso, Cristo presenta eventos en el
mundo de la política, lo social y desastrosas manifestaciones de la naturaleza,
todo esto se cuentan como señales de los últimos días.
Sin embargo, Cristo revela que uno de los aspectos dentro del campo de lo
social y que tiene que ver con el comportamiento de las masas en los postreros
días, en que los desordenes sociales se presentarían como evidencias o
señales del fin de todas las cosas, Y cuando oigáis de guerras y de sediciones,
no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan primero; pero
el fin no será inmediatamente. (Luc. 21: 9)
De forma clara Jesús presenta, que las multitudes en un estado de completa
agitación y desorden social, pasarían a convertirse en los eventos que
prepararían el escenario de la segunda venida, escenario que bien podemos
traducir como nuevas condiciones sociales sobre la tierra en el marco de un
nuevo orden mundial (NOM), el desarrollo de tales eventos serían necesarios
para reconfigurar la sociedad, pero que no marcarían de manera inmediata el
fin del mundo.
Estas sediciones bien pueden ser interpretadas como revueltas, protestas,
huelgas y todo tipo de tumultos donde las masas encolerizadas exigiendo sus
derechos producirían un clima de extrema agitación, cuyos movimientos serian
difíciles de sofocar por parte de la autoridad. Una sociedad completamente en
desequilibrio y en desorden, una sociedad agresiva a la hora de exigir que se
cumplan sus demandas, fuertes movimientos sindicales y laborales moverían a
multitudes a la excitación de los sentimientos y el trastorno de la vida común
en las ciudades.
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Los grandes tumultos en las ciudades como producto de la conglomeración de
las masas, obedeciendo a la voz de los sindicatos, los llamados a huelga, o
conocidos como paros laborales, crean tumultos en las ciudades que
fácilmente terminan en graves disturbios, y capítulos de violencia. Esta
expresión, tumultos, bien podemos definirla desde su raíz griega:
Tumultos.
Gr. akatastasía, "desorden", "agitación", "confusión". La misma palabra
se ha traducido como "sediciones" en Luc. 21: 9. Pablo y sus
compañeros con frecuencia fueron el blanco de esos "tumultos", y por lo
general fueron acusados de haberles dado origen. En tales circunstancias los
apóstoles estaban en grave peligro. Pasaron por tales tumultos en Antioquía
de Pisidia (Hech. 13: 50), en Listra (cap. 14: 8-19), en Tesalónica (cap. 17: 5),
en Corinto (cap. 18: 12), en Éfeso (cap. 19: 23-41) y en Jerusalén (cap. 21: 28-
31; 23: 7-10). (CBA. T6. 2ª Corintios. 5.6)
Debido a la actuación de compañías monopolizadoras y a los resultados de las
confederaciones obreras y las huelgas, las condiciones de la vida en las
ciudades se hacen cada vez más difíciles. Graves disturbios nos aguardan,
y muchas familias se verán en la necesidad de abandonar la ciudad. (El hogar
Cristiano VI El nuevo hogar. cap. 20 la familia y la ciudad)
Cristo nos revela que en el tiempo final estas manifestaciones serían cada vez
más frecuentes y más violentas en las ciudades del fin, muchos de estos
eventos terminaran con la vida de cientos de personas en las calles, por lo cual
vivir en las ciudades se convertirá en muy peligroso.
El poder de los sindicatos
Se nos advierte y revela que los gremios laborales y los sindicatos serán una
poderosa señal de los últimos días, estas asociaciones de hombres y mujeres
que exigen sus derechos laborales, pasarían a ocupar un papel significativo en
el desarrollo de la profecía en el campo de lo social.
Apocalipsis nos revela un aspecto interesante en el establecimiento del nuevo
orden mundial sobre la tierra, donde los sindicatos y agrupaciones laborales de
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todas las clases sociales se mantendrán para esos momentos y sobre ellos se
impondrán las señales y las nuevas condiciones mundiales imperantes. Y hacia
que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les
pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente. (Apoc. 13: 16) , el texto
revela claramente como el mundo estará unido en diferentes clases sociales y
sindicatos, donde el aspecto laboral y las nuevas regulaciones sobre el trabajo
afectaran a los gremios y sindicatos.
La profecía revela que estos grupos recibirán la marca de la bestia y se
convertirán en los grandes reguladores e influyentes asociaciones para la
adoración de la bestia. De esta forma se nos advierte en relación a los gremios
laborales y sindicatos que serán la peor trampa si nos llegamos a unir a ellos,
trampa que podría convertirse en muy peligros y cuando queramos dar un pie
atrás podría ser demasiado tarde.
Bajo la influencia de sindicatos de patrones y obreros y de las huelgas, las
condiciones de vida en las ciudades empeoran constantemente. (Joyas de los
Testimonios T3 Condiciones actuales en las ciudades. Apasionados por los
placeres.)
Durante años me ha sido dada luz especial acerca de nuestro deber de no
centralizar nuestra obra en las ciudades. El ruido y el bullicio que las llenan,
las condiciones que en ellas crean los sindicatos y las huelgas, impedirán
nuestra obra. Ciertos individuos tratan de logra que las personas de diferentes
oficios se sindicalices. Tal no es el plan de Dios, sino de una potencia
que de ningún modo debemos reconocer. La Palabra de Dios se
cumple: los malos parecen juntarse en haces para ser quemados.
(Consejos sobre la salud. Sección VI obra institucional de éxito.)
El desorden social, graves disturbios en las ciudades convertirán la atmosfera,
y de la vida en ellas en una extrema agitación que será muy difícil el desarrollo
de la vida en las ciudades, cada vez más se convertirán estas en peligrosas
para las actividades cotidianas aun para el mismo pueblo de Dios que habita
en ellas.
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Huelgas y tumultos
Estas sediciones serán graves, Cristo presenta un panorama profético, cuyo
cumplimiento será muy drástico y agresivo donde la autoridad se verá
enfrentada a resolver graves incidentes y donde los elevados puestos
quedaran a disposición tras la incompetencia frente a tan severas demandas y
movimientos sociales.
A causa de sus frecuentes triunfos, Satanás se está tornando más atrevido y
desafiante en su rebelión contra Dios. El rápido progreso del mal, la confusión
entre las clases trabajadoras, revelan que los hombres están tomando partido
con celeridad. Están siendo atados en manojos para ser quemados. Los
gremios laborales son incitados rápidamente a la violencia si no se satisfacen
sus demandas.
Se ve cada vez más claramente que los habitantes del mundo no están en
armonía con Dios. Pero aun cuando la maldad llegue a su máxima altura,
podemos saber que nuestro Ayudador está a nuestro lado (Carta 250, del 16 de
noviembre de 1903, dirigida a su hijo J. E. White que estaba trabajando entre la
gente de color en los estados del sur). 333 (Alza tus ojos 16 de Noviembre.
Conductores del conflicto invisible.)
Ángeles malos en cada tumulto
Resulta muchas veces que por cada concentración masiva de personas tras
paros y huelgas o cualquier tipo de manifestación ya sea social, laboral, política
o de celebraciones en masa, en muchas ocasiones terminan en graves
incidentes donde personas son detenidas o bien resultan heridas.
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Estas manifestaciones de violencia en ocasiones son producidas o instigadas
por ángeles caídos, ángeles demoniacos que en forma de personas,
materializándose, instigan a la violencia y luego los verdaderos culpables
“desaparecen.
Ninguna teoría científica puede explicar la marcha constante de los
obradores de maldad bajo el mando de Satanás. En cada tumulto hay
ángeles malos que trabajan para excitar a los hombres a cometer
actos de violencia. . . La perversidad y la crueldad de ellos llegarán a tal
grado que Dios se revelará en toda su majestad. Muy pronto la maldad del
mundo habrá llegado a su límite, y como en los días de Noé, Dios derramará
sus juicios. (Alza tus ojos 16 de Noviembre. Conductores del conflicto invisible.)
A veces nadie se explica de que manera comenzaron los desordenes en estas
peligrosas aglomeraciones, nadie puede precisar con claridad cuáles fueron los
motivos, cada uno especula o cree conocer los motivos, pero si conociéramos
estas tremendas verdades que nos revelan la realidad y los peligros que se
oculta detrás de estas marchas comprenderíamos que ángeles en forma de
personas provocan a los desordenes y violencias extremas.
El mundo se encuentra en un estado de agitación
Se aprecia todo tipo de eventos y manifestaciones del mal
Hoy, por todas partes podemos ver señales claras de convulsiones en nuestra
sociedad, trastornos sociales producidos por las mismas demandas de los
gremios laborales, manifestaciones de grupos radicales y anárquicos,
manifestaciones políticas etc.
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Poco a poco vemos como los eventos se están tornando más agresivos y por si
fuera poco, los terribles y crueles crímenes que se comenten donde los
delincuentes son enjuiciados y al momento quedan en completa impunidad
revelan a las claras como todo el fundamento y los pilares que sostiene a
nuestra sociedad parecen una mole tambaleante a punto de derrumbarse. Los
fraudes, los negocios fraudulentos, los vicios, las fiestas, los extremos y el
consumo de bebidas alcohólicas nos hablan de tiempos tormentosos que se
avecinan sobre la tierra.
No cabe la menor duda que el mundo se encuentra madurando rápidamente y
preparándose para su destrucción final, las condiciones sociales que vivimos
en la actualidad superan con creses el índice de maldad en todas las esferas de
la vida, vivimos en medio de una sociedad que desprecia los mandamientos de
Dios y con ello los valores y principios sólidos cristianos que Dios ha
establecido para normar las conductas y la vida del ser humano.
Hoy las señales de los tiempos declaran que estamos en el umbral de
acontecimientos grandes y solemnes. En nuestro mundo, todo está en
agitación. Ante nuestros ojos se cumple la profecía por la cual el Salvador
anunció los acontecimientos que habían de preceder su venida: "Y oiréis de
guerras y rumores de guerras... Se levantará nación contra nación, y reino
contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares"
(Mat. 24: 6-7).
El momento actual es de interés abrumador para todos los que viven. Los
gobernantes y los estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y
autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las clases, tienen la
atención fija en los acontecimientos que se producen en derredor nuestro.
Observan la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal, y reconocen
que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se encuentra en
vísperas de una crisis estupenda.
La Biblia, y tan sólo la Biblia, presentan una visión correcta de estas cosas. En
ella se revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo...
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Cuya aproximación hace temblar la tierra y desfallecer de temor los corazones
de los hombres. Hoy los hombres y las naciones son probados por la plomada
que está en la mano de Aquel que no comete error. Por su propia elección,
cada uno decide su destino, y Dios lo rige todo para cumplir sus propósitos.
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el
mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudiando
diligentemente la Palabra de Dios y esforzándose por conformar su vida con
sus preceptos. 351 (Dios nos cuida. Diciembre ¡Maranata el Señor viene!
Diciembre 7 Enfrentamos una crisis.)
El perfil que tendría la sociedad en el tiempo del fin, la conducta impía y cuyo
índice de maldad superaría todo lo imaginado, fueron claramente perfilados
por el apóstol san Pablo, También debes saber esto: que en los postreros días
vendrán tiempos peligrosos. Porque habrá hambres amadores de sí mismos,
avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres,
ingratos, impíos, sin afecto natural, implacables, calumniadores,
intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que tendrán apariencia
de piedad, pero negarán la eficacia de ella, a estos evita. (2ª Tim. 3: 1 – 5)
Estamos viviendo en el tiempo del fin. El presto cumplimiento de las señales de
los tiempos proclama la inminencia de la venida de nuestro Señor. La época en
que vivimos es importante y solemne. El Espíritu de Dios se está retirando
gradual pero ciertamente de la tierra. Ya están cayendo juicios y plagas sobre
los que menosprecian la gracia de Dios. Las calamidades en tierra y mar, la
inestabilidad social, las amenazas de guerra, como portentosos presagios,
anuncian la proximidad de acontecimientos de la mayor gravedad.
Las agencias del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran
crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el
mundo, y los movimientos finales serán rápidos. El estado actual de
las cosas muestra que tiempos de perturbación están por caer sobre
nosotros. Los diarios están llenos de alusiones referentes a algún formidable
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conflicto que debe estallar dentro de poco. Son siempre más frecuentes los
audaces atentados contra la propiedad. Las huelgas se han vuelto asunto
común. Los robos y los homicidios se multiplican. Hombres dominados por
espíritus de demonios quitan la vida a hombres, mujeres y niños. El vicio
seduce a los seres humanos y prevalece el mal en todas sus formas… Todas
estas cosas testifican que la venida de Cristo se halla a las puertas. . . (Joyas de
los Testimonios, tomo 3, pág. 280). (El ministerio de la bondad. Instrucciones
para la obra de asistencia social. V parte cap. 16 La preparación para la crisis y
desastres de los últimos días.)
La crisis se aproxima gradualmente a nosotros. El sol brilla en el cielo,
siguiendo su derrotero acostumbrado, y los cielos aún declaran la gloria de
Dios. Los hombres aún comen y beben, plantan y edifican, se casan y se dan
en casamiento. Los comerciantes todavía venden y compran. Los hombres se
incitan unos contra otros, contendiendo por el puesto más elevado.
Los amadores de los placeres aún colman los teatros, las carreras de caballos,
las casas de juego. Prevalece la mayor excitación, y sin embargo la hora de
gracia está próxima a su fin, y cada caso está por ser decidido para la
eternidad. Satanás ve que su tiempo es corto. Ha puesto a todos sus agentes
a la obra, para que los hombres sean engañados, ilusionados, ocupados y
hechizados, hasta que el día de gracia concluya y la puerta de la misericordia
se cierre para siempre.
Estamos llegando a un tiempo cuando habrá una tristeza que ningún bálsamo
humano podrá mitigar. Los ángeles guardianes están ahora reteniendo los
cuatro vientos para que no soplen hasta que los siervos de Dios sean sellados
en sus frentes; pero cuando Dios les ordene que los suelten, predominará una
situación de contienda de tal naturaleza que ninguna pluma puede describirla
(Review and Herald, 14 de marzo, 1912). 343 (En ligares celestiales. Domingo
1 de diciembre. La crisis de los siglos Pág. 344)
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El mundo, lleno de orgías, de placeres impíos, está dormido en la seguridad
carnal. Los hombres están postergando la venida del Señor. Se burlan de las
amonestaciones. Orgullosamente se jactan diciendo: "Todas las cosas
permanecen así como desde el principio." "Será el día de mañana como éste, o
mucho más excelente."* Nos hundiremos aun más en el amor a los deleites.
Pero Cristo dice: "He aquí, yo vengo como ladrón."* En el mismo tiempo en
que el mundo pregunta con desprecio: "¿Dónde está la promesa de su
advenimiento?"
Se están cumpliendo las señales. Mientras claman: "Paz y seguridad," se
acerca la destrucción repentina. Cuando el escarnecedor, el que rechaza la
verdad, se ha vuelto presuntuoso; cuando la rutina del trabajo en las diversas
formas de ganar dinero se lleva a cabo sin consideración a los principios;
cuando los estudiantes procuran ávidamente conocerlo todo menos la Biblia,
Cristo viene como ladrón.
En el mundo todo es agitación. Las señales de los tiempos son
alarmantes. Los acontecimientos venideros proyectan ya sus sombras
delante de sí. El Espíritu de Dios se está retirando de la tierra, y una
calamidad sigue a otra por tierra y mar. Hay tempestades, terremotos,
incendios, inundaciones, homicidios de toda magnitud.
¿Quién puede leer lo futuro? ¿Dónde hay seguridad? No hay seguridad en nada
que sea humano o terrenal. Rápidamente los hombres se están colocando bajo
la bandera que han escogido. Inquietos, están aguardando y mirando los
movimientos de sus caudillos. Hay quienes están aguardando, velando y
trabajando por la aparición de nuestro Señor. Otra clase se está colocando bajo
la dirección del primer gran apóstata. Pocos creen de todo corazón y alma que
tenemos un infierno que rehuir y un cielo que ganar.
La crisis se está acercando gradual y furtivamente a nosotros. El sol brilla en
los cielos y recorre su órbita acostumbrada, y los cielos continúan declarando
la gloria de Dios. Los hombres siguen comiendo y bebiendo, plantando y
edificando, casándose y dándose en casamiento. Los negociantes siguen
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comprando y vendiendo. Los hombres siguen luchando unos con otros,
contendiendo por el lugar más elevado.
Los amadores de placeres siguen atestando los teatros, los hipódromos, los
garitos de juego. Prevalece la más intensa excitación, y sin embargo el tiempo
de gracia está llegando rápidamente a su fin, y cada caso está por ser decidido
para la eternidad. Satanás ve que su tiempo es corto. Ha puesto todos sus
agentes a trabajar a fin de que los hombres sean engañados, seducidos,
ocupados y hechizados hasta que haya terminado el tiempo de gracia, y se
haya cerrado para siempre la puerta de la misericordia.
Solemnemente llegan hasta nosotros, a través de los siglos, las palabras
amonestadoras de nuestro Señor desde el monte de las Olivas: "Mirad por
vosotros, que vuestros corazones no sean cargados de glotonería y
embriaguez, y de los cuidados de esta vida, y venga de repente sobre vosotros
aquel día." "Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos
de evitar todas estas cosas que han de venir y de estar en pie delante del Hijo
del hombre." 592 (El deseado de Todas las gentes. Cap. 69 En el monte de los
Olivos. pág. 589, 590, 591)
Estas ciudades están llenas de toda clase de impiedad: huelgas, asesinatos y
suicidios. Satanás está en ellas y domina a los hombres en su obra destructiva.
Bajo su influencia matan por el placer de matar, y harán esto cada vez más. . .
(Mensajes selectos T2 VIII parte consejos varios. 45 Una invitación a vivir en el
campo.)
"En su ceguera, los hombres se jactan de haber alcanzado maravillosos
progresos e ilustración; pero su culpabilidad y depravación interior son
manifiestas por el ojo de la Omnisciencia. Los vigilantes celestiales ven la tierra
llena de violencia y crimen. Se obtienen riquezas robando de todas las
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maneras posibles, no sólo a los hombres sino también a Dios. Los hombres
emplean sus recursos para satisfacer su egoísmo. . . .
La avaricia y la sensualidad prevalecen. Los hombres aprecian los atributos del
primer gran engañador. . . . En las visiones de las cosas venideras, el profeta
Juan contempló esta escena. . . . Pero mientras miraba con intenso interés,
contempló la compañía del pueblo que guarda los mandamientos de Dios.
Tenían sobre sus fuentes el sello del Dios vivo, y dijo: 'Aquí está la paciencia de
los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de
Jesús'".-JT 2, 369, 370.
"Toda alma debe estar en su tarea y en su lugar, pensando, hablando y
obrando en armonía con el Espíritu de Dios".-T 6, 293. 310 (La fe por la cual
vivo octubre. Una iglesia purificada. La iglesia militante. Miércoles 28 de
octubre. Un pueblo que guarda la ley de Dios.)
ESTAMOS en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. Las profecías
se están cumpliendo. La historia, extraña y llena de sucesos, está
registrándose en los libros del cielo. Todo en nuestro mundo está en agitación.
Hay guerras y rumores de guerras. Las naciones están airadas, y ha llegado el
tiempo en que deben ser juzgados los muertos. Los acontecimientos están
cambiando para traer el día de Dios, que se apresura grandemente. Queda, por
así decirlo, solamente un momento de tiempo. Pero aunque ya se levanta
nación contra nación, y reino contra reino, no hay todavía conflagración
general. Todavía los cuatro vientos son retenidos hasta que los siervos de Dios
sean sellados en sus frentes. Entonces las potencias de la tierra ordenarán sus
fuerzas para la última gran batalla.
Satanás está haciendo activamente sus planes para el postrer gran conflicto,
en el que todos tomarán posiciones. Después que el Evangelio se ha venido
proclamando en el mundo durante casi dos mil años, Satanás presenta todavía
a los hombres y mujeres la misma escena que presentó a Cristo. En forma
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prodigiosa despliega ante ellos los reinos de este mundo en su gloria. Los
promete a todos los que quieran postrarse y adorarle. Así trata de poner a los
hombres bajo su dominio.
Satanás está obrando con suma intensidad para presentarse como Dios, y para
destruir a todos los que se oponen a su poder. Y hoy el mundo se está
postrando delante de él. Se recibe su poder como poder de Dios. Se está
cumpliendo la profecía del Apocalipsis, de que "se maravilló toda la tierra en
pos de la bestia." (Apoc. 13: 3.) (Joyas de los testimonios T2 La obra para este
tiempo)
La naturaleza se encuentra en un estado de agitación
En los accidentes y las calamidades que ocurren en la tierra y en el mar, en las
grandes conflagraciones, en los terribles tornados y en las horribles granizadas,
en las tempestades, inundaciones, ciclones, maremotos y terremotos, en todo
lugar y en miles de formas Satanás está ejerciendo su poder. . . (Review and
Herald, 14 de marzo, 1912). 343 (En ligares celestiales. Domingo 1 de
diciembre. La crisis de los siglos Pág. 344)
No solamente el hombre se encuentra en una actitud de rebelión y de
apostasía, cuyos actos asombran a cualquiera que tenga principios cristianos
en su vida, sino que la naturaleza misma se encuentra en un continuo estado
de agitación y tremendas convulsiones, Porque sabemos que toda la creación
gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora… (Rom. 8: 22) , este
estado en que se encuentra la naturaleza por causa de la maldición del hombre
y del pecado de este, muy bien se pueden traducir en los eventos de los cuales
estamos siendo participes en la tierra, el calentamiento global y el cambio
climático.
Desastres y catástrofes nunca antes vistas se precipitan sobre la tierra con una
frecuencia e intensidad que están despertando el asombro y el terror de la
gente, eventos desastrosos y tan devastadores que la muerte finalmente cae
sobre hombres y animales.
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Hoy la naturaleza ha pasado a ocupar un papel fundamental y un rol
protagónico en las agendas mundiales, nunca antes lo ecológico había
despertado tanta preocupación e interés de los hombres, pues los
devastadores eventos naturales bien pueden transformarse en poderosos
motivos de crisis mundiales que pueden llevar a los hombres a la guerra y
luchar por su supervivencia, todo se encuentra en terrible agitación.
Falsas esperanzas
Frente a todo este terrible escenario no existe esperanza en ninguna parte,
todo lo que el hombre ha levantado se encuentra corrompido y es de poca
estabilidad, está llegando el tiempo en que no se puede confiar en ninguna
persona o institución, todo se encuentra perturbado y en agitación.
Los hombres se asocian entre sí creyendo que en tales actos otros podrán
confiar plenamente pero transcurrido el tiempo se revelan las verdaderas
intensiones que hay detrás, interese personal y egoísta, amor al dinero y el
placer de figurar y ocupar los primeros puestos en las altas esferas del poder.
Hoy los hombres y mujeres de todos los tiempos están depositando su
esperanza en el mismo hombre, la ciencia, la educación, la política como si
aquellas prestaran las garantías como para enfrentar lo venidero, muchos se
refugian en ideales, filosofías, dogmas, corrientes políticas, ponen sus
esperanzas en proyectos que de paso pueden ser muy nobles y dignos de
admiración pero todo esto no servirá de nada frente a los terribles eventos que
sobrevendrán en la tierra.
Todo lo que hay en nuestro mundo se halla en agitación. Los
acontecimientos futuros arrojan sus sombras con anticipación. Las
señales de los tiempos son ciertamente ominosas. No hay seguridad en
nada que sea humano o terreno. Los vientos son retenidos por los cuatro
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ángeles; un momento de respiro nos ha sido dado generosamente por Dios.
Toda facultad que nos sea confiada por Dios, ora sea física, mental o moral, ha
de ser utilizada en forma sagrada para hacer la obra que se nos ha asignado en
favor de nuestros semejantes que perecen en su ignorancia. La amonestación
es a seguir adelante a todas partes del mundo. No debe haber demora.
Rápidamente están los hombres alistándose bajo la bandera que han escogido,
esperando impacientes y aguardando los movimientos de sus dirigentes. Hay
personas que están vigilando y aguardando y trabajando por el aparecimiento
de nuestro Señor; mientras que la otra parte sigue con rapidez la corriente bajo
el generalato del primer gran apóstata. Ellos buscan a un Dios en la
humanidad, y Satanás personifica a aquel a quien buscan. Multitudes
serán tan engañadas por su rechazo de la verdad, que aceptarán la
falsificación. La humanidad es aclamada como Dios. (Testimonios para
los ministros. 14. exhortaciones a la verdad y a la lealtad. ¿Bajo cuál
estandarte?)
En los eventos que están ocurriendo en la actualidad, podemos ver el fiel
cumplimiento de las profecías, todo está en una terrible agitación, cada vez
son más frecuentes los desastres y catástrofes sobre el planeta, amenazas de
guerras, demandas políticas y limítrofes entre naciones, la declaración oficial
de la OMS de pandemia por primera vez en cuarenta años y la primera del
siglo, una severa crisis económica sobre la tierra, los devastadores y
catastróficos eventos protagonizados por la naturaleza revelan que el estado
actual de las cosas sobre la tierra es de tiempos turbulentos, ¿Quién no
reconocerá que todo se encuentra en una terrible agitación?, ¿hacia dónde nos
llevará finalmente todo esto?
Recordemos que los grandes cambios sobre la tierra en materia de lo social
han surgido por grandes conflagraciones y movimientos sociales que ejercen
terribles presiones, junto con el factor de la naturaleza y las amenazas que
esta trae sobre la vida en la actualidad muy pronto veremos grandes cambios
sobre la tierra, cambios tan radicales que nunca más volveremos hacer los
mismos, un nuevo orden mundial se visualiza en el horizonte cercano.
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“Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo y los movimientos
finales serán rápidos.”