ARMADA DEL ECUADOR
DOCUMENTOS DE LA BATALLA PICHINCHA
Conociendo al enemigo
SUBS-IN PACHECO MANYA LUIS
25/07/2009
Documentos que han permanecido olvidados en las estanterías de las bibliotecas, pero que debido a su importancia, me he permitido transcribirlos y sacarlos a luz, a fin de que sirvan para entender la gloriosa Batalla de Pichincha. Se ha conservado la ortografía original.
DOCUMENTOS HISTORICOS SOBRE LA BATALLA DEL PICHINCHA
"Sin energía no resplandece nunca el mérito y sin valor no hay gloria".- Simón
Bolívar.
Luis PACHECO Manya
Suboficial Primero
Armada del Ecuador
La mayoría de los ecuatorianos conocemos detalladamente las actividades del Ejército patriota,
pero no mucho acerca de la actuación de los realistas.
Sabido es que la actual provincia de Bolívar fue un valuarte de primera clase para los Ejércitos
realistas, tanto por las ventajas topográficas como por el arrojo de los jefes que defendían la
causa del Rey. Los documentos transcritos a continuación se refieren a un momento muy difícil
para la causa de la independencia; pues, apenas un mes antes (3 de enero de 1821) al primer
desastre de Huachi se había añadido el de Tanizagua, calificado por varios historiadores como el
más grave que sufrieron las armas republicanas.
El Coronel Miguel de la Piedra y el Cura Benavides destrozaron al Ejército patriota que se
encontraba al mando del argentino José García. La cabeza del infortunado jefe fue expuesta en
una jaula de hierro en el puente sobre el río Machángara de la ciudad de Quito. En el Sur de
Nueva Granada la situación de los patriotas no era mejor. Posteriormente, los republicanos
fueron también derrotados en la región de Pasto. Felizmente la causa de la libertad en febrero,
recibía el apoyo de Bolívar. El General José Mires llegó en dicho mes a Guayaquil y en marzo
recibía el Mariscal Sucre la orden de viajar a Guayaquil a la cabeza del Cuerpo Libertador.
ANTES DE LA BATALLA DEL PICHINCHA
Documentos auténticos que se refieren a las operaciones que efectuaban las tropas de Melchor
Aymerich al mando de su Jefe de Operaciones, Coronel Miguel de la Piedra; la escisión de éste
con el Cura Benavides; los nombres dados a los batallones del Rey; la carencia de lo
indispensable para la subsistencia de la tropa y otros interesantes detalles.
Apenas transcurridos cuatro días de la Revolución del 9 de octubre de 1820, Aymerich,
Presidente de Quito, se encontraba muy preocupado con las noticias que le llegaban de
Guayaquil.
Por los oficios remitidos por el Jefe de Operaciones desde Guaranda, el lector se dará cuenta de
las preocupaciones y seguridades que se tomaban en la hoy provincia de Bolívar. Efectivamente
en Quito y Cuenca existía gran ansiedad y se temía de un momento a otro el avance de las
tropas libertadoras, es decir las que se encontraban en Guayaquil después del 9 de octubre, que
se decía venían a contrarrestar la resistencia de las de Aymerich.
Existen ciertos detalles curiosos que se desarrollaron en aquellos días que se jugaba la suerte
de estos pueblos. Por ejemplo, la ruptura que tuvieron el Coronel de las fuerzas del Rey y el
Cura Benavides, el mismo que prestaba sus servicios en el asiento de Guaranda; el Coronel
defendía con ahínco a unas señoritas Saltos y otras familias y atacaba al señor Cura,
dejándolo malparado con las informaciones que le enviaba a Avmerich.
Cabe recalcar que, por ética y fidelidad histórica, se conserva la ortografía de la época.
“No. 3.-2ª. Sección de Operaciones
Exmo. Sor.
He mandado practicar un reconocimiento, sobre el puerto de Angas, el cual me asegurará si
corresponde el Verano que se nota por esta parte con las Bodegas, para este mes estar en la
mira, de cualquier movimiento del enemigo. También se reconoce la inutilización del camino, y
de todo lo que resulte daré a V. E. parte.
Me hallo sin reserva de piedras de chispas, y espero que V. E. delivere se me remitan el
número de mil.
Dios guarde a V. E. ms. As. Guaranda febo. 6 de 1821.
Exmo. Sor. D. Mítrue! de la Piedra
Emo. Sr. D. Melchor Aymerich.
No. 4.-2ª Sección de Operaciones.
Exmo. Sor.
Para impedir fuertemente, la comunicación, comercio y qualspa. otros auxilios a los rebeldes
de Guayaquil, he mandado poner el Auto que acompaño a V. E. pa. qe. publicándose en esta
Prova. y en las de Riobamba, Hambato y Latacunga consigamos el fruto de ostilisar pr. este
medio a los Enemigos, esperando que esta determinación merezca su superior aprobación
como tan interesante a nuestros proyectos.
Dios qe. a V. E. ms. As. Guaranda Febrero 6 de 1821
Exmo, Sor. Miguel de la Piedra.
Exmo. Sor. D. Melchor Aymerich.
SELLO QVARTO. VN QVARTILLO, AÑOS DE MIL OCHOCIENTOS DIEZ Y OCHO O DIEZ Y
NUEVE.
Habilitado, jurada por el Rey la Constitución en 9 de Marzo de 1820.
Sirva para los años de 1820 y 1821.
En el Asiento de Guaranda, a veinte y siete de Enero de mil ochocientos veinte, y un años. El
Señor Don Miguel de la Piedra, Coronel y Comandante en Gefe de la Columna de Operaciones
dixo: Que exihijiendo las presentes circunstancias el cortar toda comunicación y privar todo
auxilio a los rebeldes de la Ciudad de Guayaquil, que se obstinan en llevar adelante el indigno
sistema de la independencia a pesar de las dos derrotas que han sufrido, y los han cubierto de
un eterno oprobio, que exitará contra ellos la execración de las generaciones futuras; para que
se observe puntualmente lo que en este urgente caso disponen las Ordenanzas Militares y
Leyes del Reyno, manda su Señoría que inviolablemente se guarden y cumplan los artículos
siguientes: Primero. Se proyve rigurosamente a toda clase de personas sin esepción de
blancos, indios, hombres, mujeres, chicos y grandes el que puedan pasar al distrito de Caracol,
Puebloviejo, Bodega de Babahoyo, ni a qualquier otro punto de la Provincia de Guayaquil, ni
llevar Bestias, Víveres,.Cartas, Villetes, recados ni efecto alguno, bajo la pena de que el que
fuere sorprendido se le juzgará militarmente y se le pasará inrremiciblemente por las Armas;
sin que sirva de escusa a los Indios y demás sirvientes al alegar que han sido mandados por
sus Amos.
Segundo. Que la misma pena Capital se impondrá sin recurso a dichos Amos, a los Tenientes
de los Pueblos, a los Alcaldes ordinarios Indios que no aprendieren a las personas y Bestias
que pasaren por sus distritos, presentándolas a esta Comandancia inmediatamente;
incurriendo en la misma pena de muerte los que dando posada en sus casas a esta clase de
Gente, no las aprendieran, dando pronto cuenta el Teniente u Ordinario del distrito.
Tercero. Que todo el que tenga armas ocultas come fusiles, escopetas, carabinas, pistolas,
sables o lanzas, las presente precisamente en esta Comandancia en el término perentorio de
ocho días contactos desde la Publicación de este Auto, denunciando asimismo a los que
contravinieren a este artículo. Los cuales también serán juzgados militarmente para imponer
las penas de las Leyes de Ordenanza.
Quarto. Que toda persona que venga de la Bodega, Caracol o cualquier otro punto de la
Provincia de Guayaquil deberá presentarse indispensablemente al Teniente del primer Pueblo
en donde toque, para que sea remitido a esta Comandancia, en inteligencia de que por la
menor inobservancia, serán juzgados militarmente todos los contraventores como asimismo los
que den alojamiento a semejantes personas y no les adviertan esta precisa obligación. Y para
que este Auto llegue a noticia de todos, nadie alegue ignoranza, y se executen
inrremiciblemente las penas que se decretan: mandó su Señoría se publique por Bando en
este Asiento y pueblos de esta Provincia, sacándose las copias necesarias que se fijarán en
cada uno de ellos, para que todos los Jueces, Vecinos y transeúntes lo guarden y cumplan
literalmente, sin la mas leve contravención. Así lo proveyó, mandó y firmo de que doy fe,—
Miguel de la Piedra — Por mandado del Señor Comandante — Gregorio Coloma,— Escribano
Público.
Es fiel copia de su original a que me remito, y en fe de ello, lo signo y firmo, en Guaranda. v
Febo, cinco de mil ochocientos veinte y un años.
(Hay un signo)
Gregorio Coloma
Esno. Pubco.
No. 7.-2ª. Sección de Operaciones.
Exmo. Sor.
Es muy interesante qe. el R. P. Fr. Fernando Quirola desempeñe en propiedad el curato de
Guanujo en el caso de qe. se le confiera el de este Hasiento al Dor. Dn. Ramón Pizarro pr. que
en estas circunstancias como tengo manifestado a V. E. es indispensable el poner en los
Pueblos hombres decididos por la causa del Rey y de la Nación.
Dios gue. a V. E. ms. as. Quartel de Guaranda, y Fbro. 10 de 1821.
Exmo. Sor. Miguel de la Piedra,
Exmo. Sr. Dn. Melchor Aymerich.
N° 8.-2ª. Sección de Operaciones.
Exmo. Sor.
Por el correo de esta fha, he recibido copia del parte qe. V. E. se sirve dirigirme con oficio de 7
de corriente de la gloriosa acción conseguida en el campo de Genoy pr. las valientes Tropas
de la División del mando de V, E., logrando en ella derrotar completamente, a los Rebeldes del
Reyno qe. intentaron imbadir el precioso suelo de la fiel Ciudad de Pasto.
La noticia fué recibida y al instante se hizo transental pr. medio de un repique gral. de
campanas con vivas y aclamación de estos fieles habitantes. Se publicará por Bando tan
Satisfactoria acción y se solemnizará con la Misa y Te Deum qe. es consiguiente pa. dar
gracias al Dios de los Exercitos.
Dios gue. a V. E., ms. As.
Quartel de Guaranda Fbro. 10 de 1821.
Exmo. Sor. Miguel de la Piedra.
Exmo. Sor. D. Melchor Aymerich.
N° 10.-2ª. Sección de Operaciones
Exmo. Sor
El Dor. Dn. Francisco Benavides practica por si la inutilización de los caminos de esta Prova. y las
demás de la circunferencia que tienen dirección con la de Guayaquil; y para el efecto, y fin qe. V.
E. se ha propuesto, tiene y tendrá todos los auxilios que necesite para este cumplimto. quedando
advertido del bien tanto y comportamto. qe. debe observar pa. la reafirmación de la paz en todos
los pueblos.
Dios gue. a V. E. ms. as. Guaranda Febrero 16 de 1821.
Exmo. Sr.
Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. Dn. Melchor Aymerich
No. 12.-2ª. Sección de Operaciones
Exo. Sor.
Se ha practicado el reconocimiento qe, dije a V. E, en mi ofo. de 6 del corriente sobre el puerto de
Angas sin que haya habido novedad alguna hasta mas ayá de este puerto, experimentándose
por aquella parte un continuo invierno, que experimentamos también en el día por esta.
El Tente. Justa, del Pueblo de Simiato me ha dado parte de que por aquellas inmediaciones
varan varios desertores de Guayaquil y algunos armados. Con este denuncio determine mandar
en correcia. una partida al mando de un oficial de confianza que asegure la tranquilidad, del
Pueblo, recorriendo toda la circunferencia pa. lograr la aprehensión de esos malvados o de algún
desertor de los nuestros que puede también haberse refugiado a aquella guarida. Si logramos lo
primero podremos acaso cerciorarnos de algunos particulares de los Enemigos y sí lo 2º. contar
en lo subsesivo la desersn. que puede haber en las Milicias ce Guaranda, quedando de mi
cuidado dar aviso a V. E. del resultado de esta correría.
Dios gue, a V. E. ms. as Guaranda Febro, 16 de 1821
Exmo. Sor,
Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. Dn. Melchor Aymerich
No. 16.—2ª. Sección de Operacs.
Exmo. Sor.
He recibido los tres oficios qe. V. E. me dirije con la fa. del mismo y enterado de sus contenidos,
ha manifestado al Corregidor de este Asiento lo qe. V. E. me previene relativa a su permanencia
en este punto, con las demás particulares a qe. le contrahe pa, su cumplimiento.
Son continuas las porvidencias qe se libran para inutilizar direcciones del Enemo. y pa. el efecto
el Dr. Dn Franco. Benavides y el Corregidor dan por si las necesarias. El 1° dará a V. E.
conocimiento de todo luego que regrese de los puntos a donde se ha dirigido con este fin. Por
mi parte han sido reconocidos por medio del Capn. D. Antonio Carrasco los caminos no
conocidos y de todos los demás que haga se hará igual inteligencia practicándose lo prevenido
por V. E.
Las mil piedras de chispas qe V. E. me anuncia con la misma fecha se me remitan no las he
recibido hasta aora y me hacen suma falta.
Dios gue. a V. E. ms. as. Guaranda Febrero 22 de 1821
Exmo. Sor. Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. Dn. Melchor Aymerich
No. 19.-2ª. Sección de operaciones
Exmo. Sor.
Las Milicias acuarteladas constan al pie de trescientas plazas; y a pesar de mis insesantes
desvelos poco se adelanta en su diciplina por la falta de un Ayudante experto y zeloso como lo
represento con esta fecha a V. E. He pedido a este Corregor. doscientos hombres más pa. el
mismo acuartelaramento, y aunque no pone dificultad en su recluta. me ha hecho presente que
es imposible su manutención con los solos recursos de esta Prova. que me consta estar
enterarme agotados. Este fuerza, es necesarísima pa. arreglarla y diciplinarla en la presente
estación a fin de que obre en el verano contra Guayaquil. Me parece muy equitativo y fácil el
arbitro que éste propone, de que Ia Tacunga contribuya con mil y quinientos ps. mensuales;
Ámbato con otros tantos, y Rio-Bamba con dos mil del mismo modo. Con esta contribución tan
moderada, y con lo que esta Provincia contribuya, serán bien socorridos estos quinientos
hombres, como las Compañías de la Columna que espero dentro de dos o tres días.
La conquista de Guayaquil no es de absoluta necesidad, pues quitamos al Enmo. este recurso
que le es tan interesante; se ahorran los grandes gastos que causan mas tropas que están solo a
la defensiva. De alli sacaremos auxilios copioso y los pueblos todos de estas provincias servirán
contentos y tranquilos el comercio que tanto existe y cuya, carencia sí acarrearía consecuencias
perjudiciales a la gent. del Reyno.— Dios guarde a V. E. ms. as. Guaranda Febrero 26 de 1821.
Exmo. Sor. Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. Dn. Melchor Aymerich.
No. 20.-5ª. Sección de Operaciones
Exmo. Sor.
Por asegurar la defensa de esta Provincia y evitar toda sorpresa de parte del Enemigo, mandé
construir dos Quarteles cómodos y capases para poner dos destacamentos uno en Piscureo y
otro en Pucará. He elegido estos dos puntos como que son los más ventajosos. Piscureo es una
eminencia en donde terminan todos los caminos que abrasa la línea de Ancas; a saber el de
Tunas, el de Chillanes, el del Salto y el mismo de Angas, y todas las veredas que dependen de
estos; en términos que desde aquella altura se descubre a distancia el Enemigo qualqa. que sea
su dirección por aquella parte. Este Quartel cuarenta varas de long, cinco de ancho y su altura
proporcionada, con las comodidades para oficiales y demás, de suerte que caben trescientos
hombres comodamte. y a pesar de la estación y estrechez del tiempo esta obra sea concluido a
mi satisfacción. Bajo las mismas reglas y dimenciones se está construyendo el de Pucará; puesto
que domina la banda de San Antonio y camino que hay por toda aquella montaña, y el Corregidor
me ha ofrecido que en todo este mes se concluirá sin falta alguna. A más de esta ventaja se
consigue que estos dos Destacamentos cerrar toda comunicación con los pueblos rebeldes de
Guayaquil, quitarles todos los recursos de la sierra, sin los cuales les será difícil organizar,
expedición. Otro Destacamento voy a situar en el Simianto, que en mi concepto es el camino más
expedito en el día, por ser muy extenso, incapaz de cerrarse y comprehender una línea muy
dilatada, que por todos los puestos proporciona una fácil salida al Enemigo; el único obstáculo
que puede detener sus marchas son los Ríos; pero como el presente invierno no es poco
lluvioso, no se consigue que aquellos crescan al estado de no dar vado pa, imposibilitar el paso.
Dios gue. a V. E. ms. as. Guaranda Febrero 23 de 1821.
Exmo. Sor. Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. Dn. Melchor Aymerich.
No. 22.-2ª. Sección de Operaciones
Exmo. Sor.
El día 20 llegó a Rio-bamba la sección de Cazadores que manda , accidentalmte. el Tente.
Coronel Benito Fernz. y con presencia del oficio de VE. fecha 13, le he prevenido con la de tres
continué su marcha hasta este puesto, dejando en aquella Villa los Infantes qe. sean necesarios
pa. seguir la recluta el Tente. Dn. José Prieto, como encargado de ella. La Compa. de Dragones
de Isabel qe. havia mandado se traslade a este Asiento sin conocmto. del movimto. retrasado de
Fernández, tiene la orden pa. qe. no se mueva de aquel cantón, permaneciendo en él como lo
estava anteriormente. Los Dragones de Granada subsisten en el Pueblo de Guano.
Luego que llegue a este puesto la Sección de Cazadores harán con los Milicianos de Guaranda
el servicio abansado por Destacamentos en Ios Quarteles de Píscures y Pucará, estableciendo
otro como he dicho a VE. en Simiato, de modo que nos asegure la vigilancia de estos puestos la
dirección que pueden traher los Enms. La tropa miliciana consigue la ventaja de instruirse en este
Servicio unida a la Veterana. Los Oficiales y Soldados de la 1ª. relacionan en amistad con la 2ª.
y este es el modo de que no se vean etiquetas entre ellas: Se acostumbran al trabajo, y lo
sufrirán tanto como los Soldados diciplinados; y por práctica se enseñan, a hacer un servicio que
es delicado, e interesante en la Milicia. Yo ofresco a VE, que pondré todos los medios que me
sean posibles pa. Afirmar entre todos una concordia, y unos mismos sentimientos, qe. La gran
parte nos prometa rápidos progresos en la defensa de la Causa.
Las Compañías de Milicias no tienen absolutamente caza ni Tambor con qe. indicar los toques de
Ordenanza; y esto es indispensable para su instrcn. en el ejercicio; por ello espero qe. VE. se
sirva mandar se me incorporen dos Tambores con sus corresptes. cajas y repito servirán pa.
estos fines y pa. poner en instrucn. algs. muchachos qe. los hay de propósito; pues ni la Columna
tiene mas que uno que no podrá hacer tanta fatiga.
He comunicado al Sr. Corl. Fco. González la contra marcha de la Sec. Cazadores y no dude VE.
qe. continuaré dándole conocimiento de todas las ocurrencias como lo hago en esta fecha. Dios
gue. a VE. ms. as. Guaranda Febo. 23 de 1821.
Exmo Sor. Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. Dn. Melchor Aymerich
No. 23.– 3ª. Sección de Operaciones
E. Sor.
He tenido noticia que en Ia Savaneta hay un numero de Enemigos, y sin poderme fixar si puede
ser algún destacamto. o cuerpo grueso, he mandado por la dirección Piscurco, Pucará y Simiato
partidas de reconocimiento, y observación qe. se informen de las novedades que puedan haver
con referencia a Enemigos y estaré con cuido. Para dar a VE. aviso de quanto ocurra.
Dios ge. a VE. ms. as. Guaranda Febrero 23 de 1821
Exmo. Sor.
Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. Dn. Melchor Aymerlch.
No. 26.-2ª. Secon. de Ops.
Exmo. Señor
Desde que tomé el mando Militar de este Cantón he dirigido todas mis atenciones a que inutilicen
todos los caminos pa. quitar todo recurso al enemigo privándolo de comunicación y comercio con
estos países. Por mis órdenes se han hecho prolijos reconocmtos. y se han tomado quantas
medidas son excojitables mucho antes de que el Cura Benavides obtuviese la comición que ha
merecido de VE. Mucho antes se inutilizó el Camino Real, Muña, el Salto, Telimbela, Pucará,
Tabacal y Piñanato. Mucho antes se cortaron los puentes y se peinó el importantísimo punto de la
Peña hasta ponerlo en estado de ser inaccible.
Al efecto fueron en persona este Corregidor y el Capn. D. Antonio Carrasco y recorrieron la línea
de Angas por mi orden; con el auxilio de la cosa presente libraron sus providencias, y sí executó
todo quanto permite la localidad del terreno y proporciones qe. brindan dichos caminos los de
San Antonio están también cortados sin qe. Benavides haya tenido en ellos intervención pues
desde el mes de octubre está cortado el de Pucará y desde entonces se dexo el sendero lamado
Tolagavilla. Pero qe. Es mas extraño, es la equivocación con qe. Asegura que mas abaxo de los
Trapiches de San Antonio no hay citio donde se pueda imposibilitar.
Sí hubiera exjido de buena fé la comición que se le confirió, o al menos ya qe. No era práctivo se
hubiera tomado el trabajo de reconocer dichos puntos con algunos de estos, habria visto por si
mismo qe. Más abajo de los Trapiches hay un citio mas ventajoso qual es el Tabacal en donde se
hizo un corte desde el mes de Enero tan excelente que há inutilizado al enemigo tres caminos
que desde alli parten y son el de San Anto. Sarapata, y Tolagavilla, se ha conseguido con esta
operación cerrar todo Comercio y comunicación con los Enemigos dexando a los Trapicheros un
poco francos pues no son solas las Saltos las unicas que sacan de alli su subsistencia, sino
otras muchas familias fieles y honradas como las del Benemérito Capn. D. Pío Flores, la de los
Laras, Montoyas y otras sin contar con tanta gente pobre que subsisten de aquellas producciones
y sin hacerse cargo que la venta de aguardiente de alli se provee de dulces, y cerrada aquella
comunicación no havria este artículo; el Rey se perjudicaría y la Prov. sin este Licor se reduciría
el despacho.
Por el contrario cortado el Tabacal como se ha hecho se consulta el servicio de S.M. con la
utilidad de la Hacienda Pública y el alivio de tantos infelices a quienes se haría odioso con el
proyecto de Benavides y el partido de la fidelidad. Amas de la cortura del Tabacal que está
inutilizado a mi satisfacción el de Pucará pa. qe. en el caso inesperado de ser flanqueado aquí
nuestras Tropas tengan un poco de apoyo en este qe. es inaccecible por esto es que hé
dispuesto y se ha ejecutado la construcción de un Tambo allí y otro en Piscurco.
No puedo desentenderme de la exprecion con qe. este buen clérigo asegura que las Saltos se
comunican con los Tovares; de ella se refiere Exmo. señor ó qe. Benavides está incurso en las
penas del Bando qe. mandé publicar y cuya copia tengo remitida a VE. supuesto que no ha
denunciado una comunicación tan criminal y perjudicial teniendo de ella la evidencia con qe. lo
asegura, o qe. yo me desentiendo de un asunto el mas delicado y en el qe. me arroga una atroz
injuria pues son muy notorias mis incesantes desvelos y las infatigables tareas con qe. me
consagro al servicio de la Nación; pero no es extraño cuando el mismo anuncia a VE. qe. nos
veremos perdidos si no se hace mucho quanto conduce al bien público: quisiera que esta
proposición la amplificase mas para combenzerlo del modo con qe. produce su impostura.
Por lo que respeta a Simiato es falso el parte qe. supone pues lo hé recibido como dixe a VE. en
mi oficio No. 12 por el Tnte. Justicia de aquel Pueblo y por ello fue que mandé en correría la
partida qe. en mi citado oficio anuncié.
Para que VE. se informe cabalmente de todo y qe. su superior ánimo no sea sorprendido por
falsas relaciones marcha mañana el Capn. Dn. Ant. Carrasco a recorrer toda la circunferencia
hasta Simiato y entonces dará a VE. una razón mas prolixa de los trabajos de Benavides y de los
qe. antes se havian practicado por mi disposición y los esfuerzos de este Corregidor.
Dios gue. a VE. ms. as. Guaranda 23 de Fbo. de 1821
Exmo. Ceñor
Miguel de la Piedra
Exmo. Sor. D. Melchor Aymerich.
Conclusiones:
Si incontables fueron las causas que templaron el espíritu libérrimo de hombres y pueblos de la
Presidencia de Quito en pos de la libertad que por décadas de la etapa colonial le arrebató la
corona española, la proclamación de la independencia de Guayaquil, el 9 de Octubre de 1820,
constituyó no solo el más categórico pronunciamiento revolucionario, sino la siembra fecunda
que empujó a ciudades hermanas a emular tal hazaña.
Incluso el aporte de Guayaquil fue mucho más allá de su propia circunscripción, porque apenas
logró su liberación del dominio hispano formó la llamada División Protectora de Quito, para
avanzar a la capital y consolidar la añorada y completa emancipación del territorio quiteño. Allí
se cumplió la ejemplar consigna de ¡Guayaquil por la Patria!
Primeros enfrentamientos
Acción que dio gloria a las bisoñas pero bizarras escuadras patriotas que salieron de
Guayaquil inmediatamente que la ciudad proclamó su independencia, fue el combate de
Camino Real (en la actual provincia de Bolívar) el 9 de noviembre de 1820, al mando de Luis
Urdaneta y León de Febres-Cordero.
Enseguida de aquella victoria ocurrió el combate de Huachi (22 de noviembre de 1820), que si
bien resultó negativo para los propósitos nacionalistas nunca disminuyó el ánimo de sus
aguerridos y visionarios líderes.
Bolívar envía a Sucre
El 3 de enero de 1821 ocurrió otro descalabro para los patriotas en Tanizagua, jurisdicción de
la actual provincia de Tungurahua, lo que los realistas aprovecharon para cometer
vergonzosas tropelías en Ambato, Riobamba y Cuenca.
Por su parte, el Libertador Bolívar apreció en toda su importancia geopolítica e histórica la
revolución guayaquileña y se apresuró a enviar apoyo material y el respaldo anímico para los
planes que impulsaban los dirigentes republicanos en esta ciudad.
El oportuno aporte del Libertador se consolidó de manera total con la presencia aquí del joven
oficial cumanés Antonio José de Sucre, a partir de mayo de 1821. Para reforzar las tropas que
llegaron del Norte, nuestros próceres desplegaron intensa actividad en la región para
incorporar más soldados y pertrechos que garantizaran efectividad en la empresa patriota.
En la población de Samborondón, cerca de Guayaquil, Sucre estableció su cuartel general y
allí concluyó los preparativos del gran plan que lo conduciría en unión de su gente a las
históricas breñas del Pichincha.
Triunfos y reveses
El apego irrenunciable a la causa nacionalista decidió que en Cone, Guayas, el 19 de agosto
de 1821, nuestras tropas aplastan a los realistas que comandados por Francisco González
salieron de Cuenca rumbo a la Costa.
Desafortunadamente, la felicidad fue efímera por esa victoria, pues el 12 de septiembre de ese
mismo año, en Huachi de la actual provincia de Tungurahua, los peninsulares ganaron el
segundo combate de igual nombre a tal punto que el jefe español Carlos Tolrá avanzó a
Sabaneta en la actual provincia de Los Ríos.
Desde esta última población el oficial defensor de la monarquía propuso un armisticio de 90
días, que Sucre de forma inteligente aceptó con el afán de reorganizar su contingente y
solicitar refuerzos al Protector San Martín en el Sur.
Definitiva campaña
Sucre acometió la campaña definitiva desde su cuartel general de Samborondón en enero de
1822. Estuvo en Guayaquil, pasó por Máchala y Pasaje para cruzar la cordillera. Alcanzó Yulug
y siguió a Saraguro, donde recibió los refuerzos que envió San Martín.
Conocedores que los patriotas habían obtenido el auxilio de tropas que llegaron desde el Sur
con los comandantes Juan Lavalle y Andrés Santa Cruz, los monárquicos dirigidos por Carlos
Tolrá optaron por abandonar Cuenca y avanzaron a Riobamba. Ocurrió entonces que el
ejército republicano que permanecía en Cuenca desde el 21 de febrero continuó al Norte. Días
después, el 21 de abril, salió triunfador en la encarnizada batalla del 21 de abril de 1822 en las
calles de Riobamba y sectores aledaños de la ciudad, contra los realistas.
La derrota hizo que los españoles emprendieran la retirada y buscaran situarse más cerca de
Quito, capital de la Presidencia del mismo nombre.
En cambio, Sucre que estaba animado por el reciente triunfo, ordenó en la última semana de
abril que sus escuadras se movilizaran con la cautela necesaria para lograr la anhelada toma
de Quito.
El plan en marcha
Después de cruzar por Ambato las tropas emancipadoras entraron el 2 de mayo en Latacunga,
donde permanecieron un tiempo prudencial mientras llegaban refuerzos.
Posteriormente se ordenó a nuestros soldados que avanzaran de Latacunga a Quito, pero
eludiendo al máximo a las huestes realistas que estaban atrincheradas en Machachi, cerca de
la quebrada Jalupana y del cerro La Viudita.
Tras vencer escabrosa topografía y los glaciares del Cotopaxi y Sincholagua, gracias a la
ayuda oportuna que dieron los indígenas Lucas Tipán y Fermín Padilla, los patriotas
desembocaron sin mayor problema al Valle de los Chillos.
El 21 de mayo, Sucre y sus tropas alcanzaron Turubamba, al sur de Quito, después de cruzar
los Chillos; los monárquicos prefirieron concentrarse en la capital. Los días 22 y 23 de mayo,
los patriotas acamparon en Chillogallo, en un intento de provocación a las huestes defensoras
de la monarquía.
Al promediar la noche del 23 de mayo, los jefes republicanos revisaron las posibilidades de
combate. Sucre, el talentoso estratega venezolano que conocía que sus enemigos ocupaban
El Panecillo, dio la orden de pasar al Ejido norte de Quito y ese fue otro desafío al difícil terreno
del volcán Pichincha.
Los protagonistas
El ejército patriota que peleó en Pichincha fue una verdadera gran legión internacional, porque
lo formaron, además de soldados oriundos de Guayaquil, Quito, Daule, Samborondón, Manabí,
etcétera -parte de la División Protectora de Quito-, guerreros procedentes de Argentina, Solivia,
Colombia, Chile, Inglaterra, Perú, Venezuela y otras naciones de América y Europa.
Alrededor de 3 mil hombres formaban el ejército republicano que dirigió el general de brigada
Antonio José de Sucre. En cambio, el que defendía la corona al mando de Melchor de
Aymerich aglutinó cerca de 2 mil soldados, sin contar aquellos refuerzos apostados en El
Panecillo y otros sitios estratégicos de Quito.
Integraron el ejército emancipador los batallones Paya, Albión, Alto Magdalena, Yaguachi,
Trujillo y Piura, los escuadrones Dragones del Sur, Granaderos a caballos de los Andes,
Cazaderos Montados y una Compañía de Caballería.
Los realistas formaron los batallones Primeros de Aragón, Tiradores de Cádiz, Ligeros
Cazadores de Constitución y los escuadrones Dragones de Granada, Dragones de Reina
Isabel, Dragones Guardia del Presidente y Húsares de Fernando VII.
El momento cumbre
La maniobra audaz pero segura que Sucre se empeñó en concretar lo más pronto desconcertó
al enemigo, ya conocedor de las maniobras por el trabajo de sus atalayas. El joven pero genial
venezolano provocó a las huestes realistas, que cayeron en la estrategia sin advertir las
consecuencias.
Pese a que el batallón Albión con el parque llegó retrasado al generalizarse la contienda, los
patriotas manifestaron su ejemplar coraje al advertir que los españoles intentaban cortarle el
paso para batirlo completamente aprovechando la demora de los soldados y el material bélico.
La batalla se generalizó al promediar las 09h00 y concluyó antes del mediodía: todos los
hombres no entraron en combate por la accidentada topografía del histórico escenario. Los
laureles de la gloria fueron para las escuadras republicanas que lideraron Sucre y ejemplares
oficiales como Luis Urdaneta, Antonio Morales, José Mires, Abdón Calderón, José María
Córdova, Andrés Santa Cruz, Juan Lavalle y muchos otros personajes a quienes debemos
evocación perpetua.
La Capitulación
El 25 de mayo de 1822, es decir al día siguiente de la batalla, se firmó la respectiva
Capitulación entre Melchor de Aymerich, general del ejército español, y Antonio José de Sucre,
general de brigada del Ejército de Colombia y comandante general de la División del Sur de la
República.
Aymerich comisionó a los coroneles Francisco González y Manuel María Martínez de Aparicio,
y teniente coronel Patricio Bray. Sucre nombró representantes a los coroneles Andrés Santa
Cruz, jefe de las tropas del Perú, y Antonio Morales, jefe de Estado Mayor de la División
Libertadora. El trascendental documento se ratificó y aprobó para que se lo cumpla en todas
sus partes fiel y rigurosamente.
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