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El agua y la traza urbana de Xalapa hasta comienzos del siglo XIX. Una
mirada desde la historia ambiental
Dra. Nelly Josefa León Fuentes Mtra. Blanca Irene Valdivia Salas
Dr. Alfonso Velásquez Trejo1
Hablar desde la perspectiva de la Historia ambiental es partir de la comprensión
del concepto que hoy día se define como el estudio de las relaciones humanas en
el mundo físico, con el ambiente como objeto, agente o influencia de la historia
humana2. En este sentido, Mc. Neill3 dice que la naturaleza no es un escenario
pasivo e indiferente de las acciones humanas “sino un actor histórico que
construye relaciones de mutua influencia con los seres humanos, que cambia
debido a sus propias dinámicas y a las trasformaciones provocadas por la
humanidad y que, al mismo tiempo, tiene un impacto sobre la vida de las
sociedades”. Por ende la historia ambiental representa el estudio de las
interacciones del hombre con la naturaleza, de la percepción que los seres
humanos construimos sobre el mundo físico que nos rodea, a la que damos
valores, atributos y significados en momentos históricos particulares.
La tradición histórica de carácter ambientalista surgió de la preocupación
que los estudiosos observaron sobre los daños que los humanos hemos hecho al
medio físico, afectándonos a nosotros mismos. En el caso específico de la historia
de las ciudades es importante analizar el impacto de las acciones humanas sobre
el medio ambiente, cada vez más artificializado en sus entornos4. De ahí, que esta
comunicación tenga como propósito presentar algunos cambios sucedidos en el
1 Profesores de la Facultad de Sociología en el Sistema de Enseñanza Abierta de la Universidad
Veracruzana y miembros del Cuerpo Académico: Estudios sociales e Interdisciplinariedad. 2 David Arnold, La naturaleza como problema histórico. El medio, la cultura y la expansión de
Europa, Trad. De Roberto Elier, México, 2000, FCE, Colección de obras de ciencia y tecnología..
3 John R McNeil, “Naturaleza y cultura de la historia ambiental”, en Revista. Nómadas, Colec.,
Colombia, 2005, Núm. 22, Universidad central de Bogotá, pp. 12-25. Consultada 1 de junio 2011y disponible en URL: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/ pdf/1051/105116726002.pdf, p. 13.
4 Donald Worster, (Trad.) Transformaciones de la tierra, Montevideo, 2008, Guillermo Castro
Herrera, Colección Biblioteca Latinoamericana de Ciencias Sociales, Coscoroba Ediciones, del Centro Latinoamericano de Ecología Social CLAES), Consultado en septiembre de 2011: Disponible en URL: http://www.ecologiapolitica.net/worster/worstertransformacionestierra.pdf, p. 7.
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espacio construido y habitado por los grupos étnicos desde la llegada de los
españoles hasta los primeros años del siglo XIX, observando como a través de las
interacciones entre la sociedad y la naturaleza se fue interviniendo el espacio para
dar forma al trazado urbano, de la ciudad de Xalapa, considerando dos recursos
básicos indispensables para su desarrollo: la tierra y el agua
Un paisaje vivido, moldeado y vinculado a las relaciones de poder donde
confluyen elementos culturales y naturales, como son todas las adaptaciones
hechas por el hombre en el contexto espacio temporal con el objeto de lograr la
supervivencia de su grupo5.
El estudio se apoyará en la metodología de la Larga Duración de Braudel
porque la evolución histórica de la población al principio vive una drástica
reducción demográfica y posterior recuperación gradual, la colonización española,
impactó lentamente en los cambios en el uso de la tierra, el agua, los bosques y
de otros recursos. Al obedecer a imperativos económicos, naturales y geográficos
que motivaron un movimiento poblacional encaminado al aprovechamiento de las
actividades productivas que se fueron implantando en el territorio.
En la traza urbana influyen diversos factores: los españoles fueron ocupando
los espacios abandonados por la población indígena; las ferias comerciales, las
reformas borbónicas, la influencia de militares, el librecambio, y el primer auge
industrial. El espacio se recrea, mostrando continuidades o rupturas en la
permanente transformación y apropiación del medio. En una nueva concepción del
espacio construido se trata de aproximarnos a las transformaciones operadas en
las relaciones espaciales-sociales, tanto de la ciudad de Xalapa como del área
central de la Cd. de México, fundadas en la interacción sociedad-naturaleza (tierra
y agua).
5 Pedro S. Urquijo Torres y Narciso Barrera Bassols, Historia y paisaje. Explorando un concepto
geográfico monista, Andamios revista de investigación social, vol.5 núm.10, abril, México, 2009, UAEM, p. 232.
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Xalapa: de núcleo prehispánico a villa colonial.
Federico Fernández y Pedro Urquijo6, señalan que los pueblos prehispánicos
antes de establecerse en algún lugar, observaban el ambiente: planicies o laderas;
existencia de agua; aseguramiento de recursos como madera y piedra para sus
construcciones; flora y fauna; leña, hierbas medicinales; clima apto para la
sobrevivencia de grupo, etc. Es decir, se buscaba que el sitio fuese funcional para
la reproducción social.
Se dice que a la llegada de los españoles “Xalapa era una población
montuosa y áspera, que no se puede correr a caballo, no tiene calles en orden, los
habitantes indios derrámanse por estar con sus sementeras” [y] “sus casas eran
de paredes de piedra y lodo y cubiertas de paja”. Hacia 1580, con el
establecimiento de la población hispana solo había tres edificios de cal y piedra
dos casas de justicia y el convento de san Francisco7.
Xalapa, posee una altura de 1,400 metros sobre el nivel del mar en la
tierra templada, justo en las faldas del Cofre de Perote. Su suelo tiene vetas de
arena blanquecina y de basalto poroso por donde circula una gran cantidad de
“veneros de agua delgada, saludable y abundante8 producto de la filtración del
agua de lluvia, lo que favoreció la formación de mantos freáticos subterráneos.
6 Federico Fernández Christlieb y Pedro Segio Urquijo Torres, “Los espacios del pueblo Indios
tras el proceso de congregación 1560-1625”, Boletín de Investigaciones geográficas, México, 2006, Núm. 60, UNAM, consultado en octubre 2011 Disponible en URL http://redalyc.uaemex.mx/pdf/569/56906012.pdf, p. 149.
7 Gustavo A. Rodríguez Sainz, Historia sumaria de la ciudad de Xalapa, Ez. México: 1970,
Editorial Presente, p. 17. 8 José Antonio de Villaseñor y Sánchez, Theatro Americano, Descripción general de los reinos de
la Nueva España y sus jurisdicciones, dedicados a Don Felipe Quinto, Monarcas de las Españas, T. I, México, 1746, Imprenta de la Viuda de Joseh Bernardo de Hogal, p.281.
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El sistema hidrológico de la región xalapeña, está limitado por las cuencas
de los ríos de Actopan y la Antigua. La cuenca del río Actopan comienza al
Noroeste del Cofre de Perote, en la barranca de La Loba donde nace la corriente
perenne del río Sedeño único río que, atraviesa la hacienda de Lucas Martín al
noroeste fuera del núcleo urbano de Xalapa, luego desciende por terrenos
montañosos, alimentando varios afluentes hasta llegar al río Actopan. La cuenca
del río La Antigua, se
origina en el lado Este del
Cofre de Perote en la
Laguna de Tilapa y la
barranca de Pedro Martín,
donde emergen las aguas
de abundantes manantiales
que al unirse dan vida a la
corriente continua del rio
Pixquiac y la del Sordo.
Ambos atraviesan de
Oriente a Sur, en tierras de
la hacienda de la Orduña,
distante de la población9. A
Xalapa únicamente llegaba
un afluente del Pixquiac, el
río de Santiago --del Paso o
Carneros según zona de tránsito-, cuyo caudal no era muy abundante, pero
proporcionaba agua la población, sobre todo en el verano cuando su caudal era
copioso y formaba uno o más arroyos. Mientras que en el estiaje se reducía
considerablemente a diferencia del Sedeño que todo el año contaba con agua, y
únicamente servía a la escasa población ribereña y a las distintas actividades de
la hacienda de Lucas Martín.
9 Carmen Blázquez Domínguez, Veracruz, informes de sus gobernadores, 1826-1986. Tomo I, V,
VI, X, & XIII. (22 tomos). Xalapa, 1986, Gobierno del Estado de Veracruz.(123-148)
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Entonces, los grupos indígenas que vivieron en la región xalapeña como la
mayoría de los pueblos mesoamericanos, eran labradores y consideraban el agua
un elemento muy importante para su vida productiva, social y religiosa.
En la geografía mesoamericana Xalapa, tenía una localización estratégica,
por ello se ha reconocido como una frontera étnica y cultural, donde confluyeron
varios grupos. En la época preclásica los Olmecas fueron los primeros en
asentarse al oeste, junto al manantial de Tecajetes, posteriormente por el año de
1313, otros grupos étnicos se asentaron y dieron origen a la población de Xalapa:
estableciéndose alrededor de los manantiales más abundantes: al Norte en el
Jalitic se asentaron, los totonacas; al Este junto al manantial de Techacapa y al
suroeste junto al rio Axomotl se establecieron los tolteca chichimecas, mientras
que al Sur y sureste, del Tecuanapa se asentaron los nahuas, pero como este
grupo fue el más dominante también ocupó la parte Oriental del cerro de
Macuiltepec donde fundaron la población de Macuilxochitlán10.
La región era de dominio totonaco, pero tributario del imperio Mexica, esto
indica que la población mantenía una “situación de poderes que se enfrentan” 11 A
pesar de ello, cada grupo lograba aprovechar los recursos naturales y los que
cultivaban para su sobrevivencia, de acuerdo al ciclo estacional; en verano, otoño
e invierno lograban obtener más productos que, en primavera cuando la población
sufría algo de estiaje, sin embargo, este problema se ha de haber atenuado con
agua de otras fuentes, por ello, no es de extrañar que los grupos étnicos
construyeron sus chozas y jacales dispersos pero junto a sus sembradíos o
10
Gustavo A. Rodríguez Sainz, Historia sumaria de la ciudad de Xalapa, Ez. México: 1970, Editorial Presente. p. 13-14; Francisco Xavier Azcoitia, Reseña de la ciudad de Xalapa, Xalapa, 1943, Antropología y talleres gráficos del Estado de Veracruz. Mario Navarrete Hernández, & Et al, “Xalapa en la época prehispánica”, En Bermúdez Gorrochotegui, Gilberto. (Coord), Sumaria Historia de Xalapa; Colección de Estudios de Antropología e Historia. México, 2000, Gobierno del Estado de Veracruz. Gilberto Bermúdez Gorrochotegui, (Coord). Sumaria Historia de Xalapa; Colección de Estudios de Antropología e Historia, México, 2000, Gobierno del Estado de Veracruz. (37)
11 Odile Hoffman, Tierras y Territorio en Xico, Col, V Centenario entre dos mundos, Xalapa, 1992,
num.16, Gobierno del Estado, p.32 y Francisco, González de Cossio, Breve Reseña histórica de Xalapa, México, 1957, Talleres Gráficos de la Nación, p. 28.
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sementeras, pero regularmente alrededor de los manantiales, que les ayudaba a
mantener su vida ritual, su diaria alimentación y el mantenimiento de su salud12.
Los materiales del caserío eran de piedra y lodo con madera y techos de
palmas y zacate quedaban alineados dentro de los solares cercados con bardas
de piedra o “pie junto” que es sinónimo de cercas vivas hechas con arbustos o
árboles locales.13. Excepción hecha de los palacios o templos de sus dioses que
eran de estuco, piedra labrada y ocasionalmente de ladrillo que tenía un uso de
carácter ornamental. El uso de estos materiales representa una expresión
significativa de su jerarquía social y de la intensión ceremonial de los edificios. Lo
que se pretende subrayar es que usaban los recursos naturales y minerales
existentes en el medio ambiente, especialmente, la piedra, cantera y barro cocido,
afectando mínimamente al medio.
La gente común que habitaba el caserío construía los edificios
ceremoniales según acuerdos preestablecidos. Estos grupos, al parecer,
desarrollaron sistemas normativos y solidarios en la distribución del trabajo,
utilización y reparto de los recursos básicos, cuyo fin era el bien común con
acuerdos tácitos de cuidado y respeto a la naturaleza. Se procuraba prevenir
“riesgos no como un plan fijo, sino como un programa localmente organizado para
disipar disturbios sagrados y concretos”14.
“Antes de la conquista española en 1512, Bermúdez señala que los cuatro
grupos étnicos de Xalapa sumaban aproximadamente 4, 154 habitantes”15, que
vivían en un ecosistema abierto que solo requería del agua y de los suelos para su
desarrollo. Al basarse en el uso de una tecnología básica de cultivo, los bosques
eran el enemigo a vencer, porque la única forma de abrir espacios al cultivo del
12
Constantino Bravo de Lagunas, Relación de Xalapa, 1580, México, 1969, colecc. Summa Veracruzana, editorial Citlaltepetl, p.11 13
Francisco Tena Ramírez, Leyes fundamentales de México. (1812-1979). México, 1980, Porrúa. (5).
14 Víctor Manuel Toledo, y Narciso Barrera-Bassols, La Memoria biocultural. La importancia
ecológica de las sabidurías tradicionales, Colec. Perspectivas Agroecológicas, España, 2008, Junta de Andalucía/Icaria, ed. Barcelona España. Consultado en URL http://era-mx.org/biblio/Toledo-_y_Barrera_2008.pdf, p.107.
15 Gilberto, Bermúdez Gorrochotegui, Xalapa en el siglo XVI, Xalapa, 1984, Gobierno del Estado
de Veracruz, p.41.
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maíz y otros granos, y a la misma vez complementar las necesidades básicas de
habitación y alimento de las personas, era derribando secciones de bosques y
montes con la técnica básica de tumba, quema y roza, siempre evitando la
destrucción de mayores espacios que los requeridos. En el periodo prehispánico,
se puede observar, que la gente se adaptaba a su espacio y lo sometía de forma
genta y gradual a su influencia.
La traza urbana y el agua en los inicios de etapa colonial.
Cuando se inicia la conquista y colonización de la Nueva España en el siglo XVI,
los españoles se interesaron por habitar la población xalapeña, porque cubría los
requerimientos normativos que los españoles esperaban de una “ciudad interior” al
estar cerca de las montañas, de los cuerpos de agua “orientada a vientos
favorables y adyacentes a tierras ricas”16. Esto es, que los elementos
característicos urbanos del pueblo prehispánico en general trascienden la etapa
de la conquista.
La ubicación estratégica de Xalapa en la principal vía de comunicación -a
medio camino entre la costa y el altiplano-, aunado a sus condiciones climáticas y
de salud imperantes, contribuía en la decisión de la población española de
establecerse en ese lugar. En el Puerto de Veracruz, cuando la gente
desembarcaba se encontraba con fiebres y enfermedades, por lo cual preferían
trasladarse a Xalapa para recuperarse antes seguir en su viaje a la ciudad de
México; y mientras algunos sanaban y continuaban su trayectoria hasta el
altiplano, otros se avecindaban en esta localidad. De modo, que desde el siglo
XVI, Xalapa comenzó a poblarse de españoles, y pronto se convirtió en un lugar
de tránsito, hospital y posada de la gente que circulaba entre el puerto
veracruzano, el Altiplano y la Metrópoli hispana.
16
Richard Morse Mcgee, Las Ciudades Latinoamericanas. Antecedentes, trad. Por el Seminario de Historia Urbana., México, 1973 (Sepsetentas núm. 96) Depto. De Investigaciones Históricas del INAH, p. 90.
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Para el siglo XVI, la población nativa disminuyó considerablemente por
diversas causas, entre ellas, el trabajo forzado o las epidemias17. Para 1570
quedaban 900 pobladores, 10 años después en 1580 se redujeron a 639
habitantes; y en 1609 solo se mencionan 370 indios y 50 españoles18 La
disminución de la población nativa dio paso gradual a la población hispana de
modo que, para 1580, Xalapa era sede de la alcaldía mayor y autoridad religiosa –
de carácter regional-, que no sólo buscaba la salud espiritual y material de los
pobladores, pues se encargaban de la sanación de los enfermos que ascendían
de la tierra caliente.
Esto implicó un cambio en el paisaje local y en la arquitectura de las
construcciones (templos, casa de gobierno y hospitales) donde se utilizaron
materiales extraídos del medio ambiente regional (madera, cal, cantera, barro,
arena y piedra), explotando de manera intensiva algunos recursos como los
montes. La población indígena sirvió como fuerza de trabajo para edificar el
templo de San Francisco; entre 1642 y 1648 se edificó la iglesia de la Virgen de la
Concepción (actual catedral de Xalapa) y el hospital de San Juan de Dios, dos
edificios que regularmente se construían juntos19, para la sanación del cuerpo y
alma. Cabe señalar que por esos años, se registraron 185 tributarios, es decir un
aproximado de 925 habitantes20, lo que indica que la población nativa se iba
recuperando y que fueron llegando más españoles.
¿Cómo se avecindaron los españoles, en los espacios ocupados por los
indios, transformándose en los 4 barrios que dieron origen a la actual traza urbana
17
Aunque según la tradición oral muchos indígenas se sobre estresaron tanto con la presencia intempestiva de los españoles, y en varias partes se suicidaron aventándose de las barrancas. (Blanca R. Noriega, Geografía Mítica en el Municipio de Xico, Tesis Licenciatura en Antropología, UV, Xalapa, 1987, p. 35).
18 Silvio Zavala, 1994 y mota y escobar
19 Francisco, González de Cossio, Breve Reseña histórica de Xalapa, México, 1957, Talleres
Gráficos de la Nación, p. 13-28 20
Cabe apuntar que el número de tributarios de Xalapa, fue encontrado en las aportaciones que dieron los caciques, principales y comunidades indígenas para la edificación de la catedral de Tlaxcala en 1642-43. (Zavala 1994 p. 209-217). Aunque desde aquí hay que apuntar que multiplicar por un número de 5 considerando una familia “normal”, según Cook y Borah, para ese momento, es solo un intento de aproximación poblacional que con frecuencia resultaba errado porque la mortalidad –a veces en exceso- estaba asociada a las epidemias, los trabajos forzados, el hambre u otros factores.
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de Xalapa? Primero, a través del sistema de encomiendas promovidas desde
1512 en las Ordenanzas de Burgos21, que por los abusos cometidos por los
españoles se suprimieron en 154222 . A partir de ese momento la forma más
importante de acceso a la tierra fue a través de mercedes de tierras23, que
instituyó la propiedad de la tierra y no de los habitantes como sucedía con la
encomienda. La adquisición de mercedes de tierras fue la forma en que los
españoles se apropiaron de los terrenos mejor situados y al alcance del agua y
manantiales más abundantes y perennes, justo en el espacio vivido por los grupos
originarios que al irse disminuyendo dieron paso a que los españoles compraran
mercedes de tierra en torno a los manantiales para aprovechar la cercanía del
agua, tan útil para el uso doméstico y el riego del huerto que formaron parte del
solar de la casa edificada. En el huerto producían verduras, oleaginosas, cereales,
legumbres y frutas, y en la otra parte del solar tenían animales domésticos
(gallinas, vacas o borregos) para su alimentación.
De modo, que los españoles construyeron sus casas siguiendo el diseño
irregular que ya existía, obedeciendo al “diseño” dispuesto por el patrón
prehispánico de las casas y “sementeras” de los indios en lomas escarpadas, en
torno a los manantiales y, aunque los colonos fueron trazando una que otra calle
de forma perpendicular, la traza urbana de Xalapa fue construyéndose de forma
irregular24. La traza se fue adecuando a lo accidentado del terreno y a los lugares
donde estaban los principales manantiales, precisamente donde la población
originaria de los cuatro grupos dejó espacios vacíos, debido a las recurrentes 21
Fueron las primeras leyes promulgadas por la monarquía hispánica, para aplicar justamente los títulos de dominio en los territorios conquistados, pero sin derecho a explotar al indio; que era hombre libre y podía tener propiedades, pero como súbdito debía trabajar a favor de la Corona (Derecho indiano, Enciclopedia libre universal.)
22 Alejandra Moreno Toscano, “El Siglo de la Conquista”, en Historia General de México, México,
1976, El Colegio de México, pp.1-82.
23 Fueron donaciones de tierras realengas para premiar a algún vasallo, posteriormente consistían
en cesiones o ventas de tierras baldías y mercedes de agua que el virrey realizaba de acuerdo con “Las Ordenanzas del Rey Felipe II en 1563” a favor de las comunidades o de los particulares. (Lanz, 1982: p. 122 y De solano, 1991: p. 17)
24 Richard Morse Mcgee, Las Ciudades Latinoamericanas. Antecedentes, trad. Por el Seminario
de Historia Urbana., México, 1973 (Sepsetentas núm. 96) Depto. De Investigaciones Históricas
del INAH, p. 83.
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epidemias de los siglos XVI y XVII. Los pocos sobrevivientes, se juntaban en las
llamadas zonas de refugio, como lo menciona el Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán.
Así, se fue imponiendo la propiedad privada del suelo, vía los misioneros,
los españoles o los criollos que continuaban arribando y/o circulando por la zona.
Estos nuevos propietarios aprovecharon las pendientes del relieve del suelo para
aprovechar las caídas de agua, y por lo tanto no requería de obras monumentales
para la canalización del agua
Según las ordenanzas del Rey Felipe II Ambos recursos se consideraban
cesiones absolutas, porque el agua era inherente a la tierra, por eso los que
compraban mercedes de tierra si ésta tenía alguna fuente de agua quedaban
como únicos dueños. Pero al modificarse la Recopilación de la Legislación de
Indias, en 1647, estas pasaron a ser dos recursos con derechos distintos. 25 El
agua ya no era considerada dentro de los derechos definitorios, y el agua al igual
que la tierra se vendió mediante mercedes.
Mientras los dos recursos se reglamentaban bajo las normas hispanas,
desde el siglo XVI los terrenos que habían sido ocupados por los grupos étnicos
se fueron convirtiendo en los primeros cuatro barrios: Tecuanapa o Xallapan,
Techapan, Xallitic y Tlalmecapan, españoles por su ubicación y porque disponían
de alguna fuente de agua cercana o en la propiedad. El agua comenzó a ser
controlada por las órdenes religiosas, posadas, hospitales y particulares.
La tierra y el agua del barrio de Tecuanapa o Xallapan, fueron ocupadas por
los españoles; los franciscanos encerraron entre las paredes del convento de San
Francisco al manantial, para garantizar el agua que compartían con la Casa Real
de Justicia, el hospital de San Juan de Dios y el tianguis. En Xallapan, el barrio
más poblado del siglo XVI, los frailes y familias hispanas desarrollaron “una buena
25
José trinidad Lanz Cárdenas, Legislación de aguas en México Estudio histórico-legislativo de (1521 a 1981), Tomo I (V Tomos), México, 1982, Consejo Editorial del Gobierno del Estado de Tabasco, pp. 204-205. & Guillermo F Margadant, “El régimen de aguas den el Derecho Indiano” Icaza Dofour coordinación, Recopilación de leyes de los Reynos de Las Indias, estudio Histórico-Jurídico, México, 1987, Edición Conmemorativa, p. 502,503.
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huerta donde se recogen muchos duraznos e higos y [...] berros como los de
Castilla; riégase todo con un buen golpe de agua que entra en ella”26.
El barrio de Techapan se desarrolló junto al manantial que lleva su nombre,
y tenía su propio tianguis. Sus abundantes veneros provenían de la loma más alta
de la mitad de la calle por la salida del poblado, por el oeste donde más tarde se
edificó el panteón “antiguo”. Este vino a completar la imagen hispana de barrio en
el siglo XVIII (1770) cuando se edificó el templo de San José, con recursos
numerarios del grupo español comerciante y militar, que prohibió el ingreso de
indios a esta iglesia27. Al manantial de Techapan acudían las familias para colectar
agua para consumo doméstico y también “Los aguadores”28 que de aquí llevaban
el agua a los mesones y hospitales, para venderla a visitantes y viajeros que la
tomaban por ser más limpia y “pura”, calidad con la que esperaban evitar las
enfermedades29.
Xallitic fue el tercer barrio, localizado en la barranca de Xallitic o Chorro de
San Pedro, donde los manantiales abastecían a los españoles que se iban
avecindando en el barrio, al tianguis y los temascales o baños que usaban los
indígenas, para su sanación y limpieza. Su agua se utilizó en la Plaza del Rey
durante las ferias comerciales. Las fronteras de la población por el norte se fijaron
desde 1541 cuando se construyó la ermita de la virgen del Calvario, para mostrar
que se continuaba con la evangelización de los indios, que se iban empujando
hacia esta zona. Este barrio se conoció como del Calvario, desde 1691, cuando se
promovió la redistribución de las parcelas de los indios. En él se construyó la
26
Antonio de Ciudad Real, “Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España”, en
Martha Poblett 1, Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos, Tomo I, 1518-1697, (Comp.),
Xalapa, 1992, Col Veracruz en la Cultura, Encuentros y Ritmos, Gobierno del Estado. P. 97.
27 Adriana Naveda, Chávez-Hita y Fernanda Núñez Becerra, “División del Curato de Jalapa 1769-
1773”, Documento inédito, Xalapa, 2009: Editora del Gobierno del Estado de Veracruz. 28
Esta actividad como en otras ciudades, se realizaba previo acuerdo con la corporación local, que autorizaba a los aguadores la explotación del recurso a cambio de mantener limpia la fuente de donde se surtían. AHMX, Actas de Cabildo Núm. 53 de 1841, f.35 y Dávalos, 1998, p.287
29 Gilberto Bermúdez Gorrochotegui, Jalapa en el Siglo XVII, Xalapa, 1995, Gobierno del Estado,
p. 17.
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Capilla del Calvario, para que la población étnica avecindada en su entorno,
acudiera a esta iglesia30. La iglesia fue construida con bastante sobriedad, con
piedra, madera y ladrillo obtenidos del entorno, con mano de obra indígena.
El barrio de Santiago o de Tlamecapam se ubicó en el vega del rio del
mismo nombre. Tlamecapam era escasamente poblado, bastante disperso y
distante; allí los españoles empujaron a los indígenas en los terrenos más
apartados del poblado. Estas tierras fueron la reserva agrícola o tierras de labor,
pues sus ocupantes dispusieron de grandes propiedades junto al río para
garantizar el riego de sus siembras de maíz, verduras, frijoles chile y otros frutos.
Las poblaciones étnicas se limitaban a salvaguardar la sobrevivencia de la
tierra y el agua, mismos que eran bienes comunales y que prevalecieron de
manera paralela a los derechos de propiedad de los colonizadores. Los cultivos
introducidos por los españoles se fueron desarrollando tanto en los terrenos de la
comunidad india, como en las propiedades de los españoles. Antonio de Ciudad
Real,31 como testigo de esos años escribe esta es una “tierra caliente y húmeda y
dase en el mucha abundancia de duraznos […] que tienen los indios sus casas
cercada con ellos”.
La incorporación en el paisaje de iglesias, casas consistoriales y viviendas
de españoles representan las primeras modificaciones al medio natural. Se
observan cambios en el patrón de asentamiento bastante disperso en la época
prehispánica, a uno ordenado bajo un trazado perpendicular de calles con solares
–huertos-, donde no se pierde el diseño original de algunos callejones dadas las
características del suelo (pedregoso, arenoso y con un relieve de pie de monte) y
su conexión con los manantiales. Así, comenzó a regularse la construcción de
casas más concentradas delimitadas por calles alineadas y solares colindantes
30
Gilberto Bermúdez Gorrochotegui, Jalapa en el Siglo XVII, Xalapa, 1995, Gobierno del Estado, pp. 15-18.
31 Antonio de Ciudad Real, “Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España”, en
Martha Poblett 1, Cien viajeros en Veracruz. Crónicas y relatos, Tomo I, 1518-1697, (Comp.), Xalapa, 1992, Col Veracruz en la Cultura, Encuentros y Ritmos, Gobierno del Estado. Pp. 97-98.
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bien marcados.32 Los barrios confluyeron en la plaza mayor, la iglesia de la
Concepción y el convento de San Francisco, los hospitales, mesones y hosterías,
observándose un trazado radial. Derivado de la interacción social con el medio
físico y natural, el paisaje se fue transformando durante el siglo XVI.
El mercado y la iglesia son dos elementos del paisaje que funcionaron
como un intercambio de productos y de cohesión social donde se fomentaba la
participación de la comunidad en la convivencia cotidiana misma que se
complementaba o reforzaba con las distintas solemnidades rituales33.
El paisaje rural desde finales del siglo XVI también se modificó; de ser una
tierra áspera y montañosa, gradualmente se abrió a la siembra de caña de azúcar.
Se reconocen tres plantaciones con ingenios azucareros: San Cayetano (Pacho),
San Pedro Buenavista (La Orduña) y el Grande, mismas que fueron dotadas a
través de mercedes de tierras y aguas, reguladas por las leyes de Indias hasta
constituirse en haciendas. 34
Durante los dos primeros siglos coloniales, en la región xalapeña, se
conformaron 8 haciendas. Lucas Martín y el Encero fueron dos haciendas
ubicadas en el camino real México-Veracruz, que mantuvieron el binomio
económico caña de azúcar/ganadería, y el servicio de ventas y posadas de los
viajeros. Entonces, parte de los cambios al paisaje fueron los edificios que se
construyeron para la casa familiar, el albergue para la gente y las recuas que
32
Federico Fernández Christlieb y Pedro Segio Urquijo Torres, “Los espacios del pueblo Indios
tras el proceso de congregación 1560-1625”, Boletín de Investigaciones geográficas, México,
2006, Núm. 60, UNAM, consultado en octubre 2011 Disponible en URL
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/569/56906012.pdf., p.13
33 Federico Fernández Christlieb y Pedro Segio Urquijo Torres, “Los espacios del pueblo Indios
tras el proceso de congregación 1560-1625”, Boletín de Investigaciones geográficas, México,
2006, Núm. 60, UNAM, consultado en octubre 2011 Disponible en URL
http://redalyc.uaemex.mx/pdf/569/56906012.pdf., p.13.
34 Nelly Josefa León Fuentes, Los debates y disputas por el agua en Xalapa, Xalapa, 2009, Serie
Historia y Sociedad, Universidad Veracruzana, p. 25. Cabe señalar que las solicitudes de mercedes, eran dirigidas al virrey, con un plano anexo donde se especificaba su ubicación, linderos y accidentes naturales (ríos, lagunas). Si la tierra era baldía, el alcalde mayor o corregidor y los comisionados firmaban los títulos de propiedad mercedada a nombre de quien lo solicitaba.
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trasportaban sus mercancías y menesteres en el intercambio comercial. En el
camino de Xalapa a Coatepec, tierra adentro, se desarrollaron las haciendas
Molino de Pedreguera, La Orduña, Tuzamapam, Pacho, La Laguna, y Mahuixtlán.
Todas pervivían de la explotación ganadera bovina y la caña de azúcar. Los
bosques se redujeron dando paso a las plantaciones cañeras que se regaban con
la humedad del ambiente y el agua de lluvia, a veces canalizada por acueductos
de tierra y troncos, pues no se reconocen en el espacio acueductos de piedra y
cemento de mayor antigüedad que no sean algunos construidos a principios del
siglo XIX.
La afectación al medio ambiente no tuvo mayores problemas en los dos
primeros siglos después de la conquista española, sin embargo, la lentitud de los
cambios, si provocó afectaciones al medio al ir introducir la ganadería y los
cultivos de plantación en el campo, destruyendo bosques, dejando un ambiente
menos húmedo, toda vez que arrasaron con muchos árboles y arbustos.
De Xalapa de las ferias comerciales monopólicas al libre comercio
En el siglo XVIII, las haciendas regionales se vieron fortalecidas con la presencia
de los comerciantes que se avecindaron en Xalapa, pues por su privilegiada
ubicación favoreció entre 1720 y 1778 la realización de una decena de ferias.
El intercambio mercantil se celebraba en la Plaza del Rey donde se
resguardaban los productos traídos de ultramar en almacenes y bodegas
construidas exprofeso, además de los productos manufacturados perecederos e
imperecederos traídos del interior de la Nueva España. En el paisaje se veían
nuevas calles y edificios construidas por los comerciantes españoles que venían
en las flotas y por aquellos avecindados en Xalapa. A estos se sumaban los
migrantes que alquilaban casas en esta población, en su mayoría "traficantes,
marineros de la flota, arrieros y comerciantes del interior, que transitaban por
calles empinadas y sus abajaderos", como la calle de La Amargura, San
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Francisco, Tecuanapa, o los callejones de Jesús te Ampare, La Acequia, del
Suspiro o San Cristóbal.”35
En Xalapa, durante la feria había un movimiento intermitente de gente y
mercancía que daba una imagen de bastante movilidad humana y material al
núcleo urbano, pero al finalizar la feria, se retornaba a las actividades
agropecuarias: plantaciones de caña de azúcar o tabaco, explotación del ganado –
(vacuno, mular y ovino), y de bosques maderables –pino y ocote-, o la elaboración
de manufacturas de maderas, pieles.36
Durante el tiempo de las ferias el registro poblacional resulta escaso, pero
el cuadro siguiente es representativo del movimiento poblacional de la época.
FECHA POBLACIÓN GRUPOS FUENTE REGISTROS DEMOGRÁFICOS
1746
786 familias
243 (de españoles),
182 mestizas y
361 de indios) =
Villaseñor Sánchez, José Antonio‚ Teatro
Americano, Descripción General de la Provincia de
la Nueva España, Imprenta de la Vda. De Joseph
Bernardo de Hogal, España, 1746, pp283
Según cálculos multiplicados x 5 Resultan aproximadamente de 3,930 habitantes37
1769 1680 familias 1280 no indias y
400 indios =
Santiésteban Manuel, Relación del camino México-
Perote, AGN, Ramo indiferente de Guerra, l769,
Nº329 )
1784 7,264 S/E. Trens, Manuel, t. 2 p. 569. (Documento anónimo
localizado por Trens en Coatepec
1791 7,300 2,368 españoles
500 castizos
925 mestizos
2,310 indios
Nieto, Vicente, Padrón de Xalapa,
regional 2,211 fams
4,174 H
4, 811 M
Padrón de Revillagigedo, 1791,
AGN padrones, vols 20, f.245-337
35
Abel Juárez Martínez, “Las ferias del Xalapa 1720-1778”, Primer Anuario, Xalapa, 1977, Centro de Estudios Históricos, Universidad Veracruzana, p. 15.
36 José Antonio de Villaseñor y Sánchez, Theatro Americano, Descripción general de los reinos de
la Nueva España y sus jurisdicciones, dedicados a Don Felipe Quinto, Monarcas de las Españas, T. I, México, 1746, Imprenta de la Viuda de Joseh Bernardo de Hogal, p.281-300. & Blázquez Dominguez, C. Veracruz, informes de sus gobernadores, 1826-1986. Tomo I, V, VI, X, & XIII. (22 tomos). Xalapa, 1986, Gobierno del Estado de Veracruz.
37 El aumento de las familias españolas en Xalapa obedece a su participación en las ferias
comerciales, pero sobretodo porque el puerto que estaba a merced de los ingleses que se encontraban en guerra con España (Blázquez Xalapa..…)
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13,007 hbas 2,140 niños
1, 882 niñas
1804 15,000 habs. 4,500 Españoles Otros grupos Indios
Relación estadística de Bernardo de Cobos, Relaciones estadísticas de la N.E. de principios del siglo XIX
La población se fue recuperando, en parte gracias a la actividad mercantil, y
a migraciones de distinto tipo como el arribo de militares de distinto rango y
número, pues Xalapa al igual que Orizaba y Córdoba fueron centros de
concentración de milicianos.
Desde luego, la actividad más importante de la provincia era la agricultura, y
estaba graduada por etapas y fechas de apertura y roturación del terreno,
siembra, cosecha y distribución del producto. En este trabajo, los indígenas eran
los que corrían los mayores riesgos, provocados por las condiciones climáticas
adversas: inundaciones, heladas, sequías o incendios. La mayoría de españoles
residentes generalmente se ocupaba en actividades comerciales o de servicios a
los viajeros en las ventas, mesones, y hospitales, y sólo unos cuantos estuvieron
interesados en las actividades agrícolas (eran los hacendados que producían para
el autoconsumo y el mercado regional)
De la época de las ferias en 1773, se tiene un mapa que representa el
ordenamiento de la población: con un trazado de las manzanas, calles y casas
que constituían el centro urbano con sus construcciones representativas (iglesia,
casa consistorial, plazas, bodegas y mesones) y los solares donde los indios
fueron construyendo sus viviendas (con material lábil, hacían sus chozas, de una
mezcla piedra y lodo con zacate colocado sobre paredes de caña, con postes de
árboles locales, y techos de palma o tejamanil). Regularmente las chozas se
continuaron edificando junto a los solares donde tenían sus huertas cercadas con
piedra, arbustos y árboles frutales, ahora ya con varios frutos y hortalizas traídas
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por los españoles, y combinadas con productos locales. Así se configuró el tipo
de poblamiento a considerar como parte del desarrollo urbano38.
Uno, de los efectos de las ferias comerciales, fue la movilidad de los de
españoles hacia el núcleo poblacional, donde varios de ellos establecieron su
residencia, comprando solares, que contenían caídas de agua, como se muestra
en la escritura de propiedad que heredó el Capitán Bartolomé de Castro y Medina
que contenía los manantiales de Techacapa, misma que al venderse convino con
el comprador, la donación de los manantiales, bajo la condición de que se
construyeran lavaderos para “el bien común” de la población39. El citado militar,
daba cuenta de la necesidad de establecer servicios y asegurar el abasto de agua
para la población que se concentraba en Xalapa cuando ocurría cada feria.
El acuerdo cayó en el olvido, por lo demorado de las ferias, pero se retomó en
1758 cuando se vendió una fracción de dicho terreno a Cristóbal Peña y se
insistió, en que la entrega de la escritura, se daría bajo la condición de que
costeara la edificación de lavaderos, tendederos y provisión de agua de los
manantiales en dicho solar y dejara libre el espacio donde se construiría el
equipamiento de referencia, puesto que un grupo de personas había invadido la
propiedad, por interés del agua de los manantiales, mismos que debían pasar al
bien común40. Los lavaderos al fin se edificaron en la década de 177041 y sirvieron
al menos para las dos últimas ferias celebradas en Xalapa. Esta primera
infraestructura de uso público, no recibió mantenimiento alguno, y como las ferias
terminaron por decreto del libre comercio, el espacio de los manantiales fue
invadido nuevamente, por lo que el alguacil “tomó cartas” en el asunto a fin
38
Martín Sánchez Rodríguez, “Agua y sistemas agrícolas en los pueblos huerteros americanos” López, en Rosalva Loreto (Coord.), Ciudad y Naturaleza, Tensiones ambientales en Latinoamérica, siglos XVIII_XXI, Colec. Estudios urbanos y ambientales Núm. 3, 2012, México, BUAP, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vlez Pliego, p. 85.
39 Archivo Notarial de Xalapa, Año 1733, F. 17-18. XALAPA.
40 Archivo Notarial de Xalapa, Año 1758, F. 172 y 173. XALAPA.
41 según una inscripción existente en una casa de la 2ª. calle Juan Soto, y en 1779 se obligó a Sr.
Joaquín del Castillo a darles mantenimiento. (AGN de Xalapa 1779 véase león 2009)
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conservarlo como un servicio público42. Máxime que la villa de Xalapa había
alcanzado a posicionarse como cabecera de ayuntamiento en 1794.
La actividad comercial fomentó la movilidad de población en tránsito y con ello
el aumento de los servicios de hostales o posadas, ubicadas en el camino y en el
centro de la población, de modo que la construcción y ordenamiento de calles y
puentes fue en aumento sin perder la idea aplicada por los españoles desde inicio
de la colonia de un plano ortogonal, ajustado a los desniveles del suelo y la
vinculación con los manantiales. Cabe señalar que estas se hicieron con mano de
obra y materia prima obtenida de los recursos naturales de la región (vigas de
madera, cal), de modo que para esta época se logró la construcción del cuartel del
vecindario.43
42
Archivo Notarial de Xalapa, Año 1781, F. 368. XALAPA. 43
AHMX, 1801, AGN, consulado vol. 179, exp. 1
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La construcción de la red hidráulica en la población xalapeña.
El periodo finisecular del siglo XVIII y principios del XIX, resulta significativo de la
modernización en las formas de conducción y administración del agua,
básicamente como servicio de carácter público, que se había comenzado a
fomentar en las ciudades europeas, como en Paris donde se construyeron fuentes
y lavaderos a orillas del río Sena. Además de canalizar el agua mediante bombas
y canales subterráneos a las casas particulares previo acuerdo entre gobierno,
empresas y comunidad44, prácticas modernas no ajenas a las poblaciones de las
provincias dependientes aun del imperio español.
Así se observa, que cuando se concentraron los más de 7,000 milicianos en
las poblaciones de Perote, Xalapa, Orizaba y Córdoba.45 (para resguardar el reyno
de la Nueva España de las invasiones extranjeras) El incremento poblacional
implicó un cambio de metabolismo social de corta, pero brusca duración pues trajo
consigo un nivel de apropiación del suelo y de sus recursos (Toledo y González:
2007: 104) y un cambio en uso del espacio, gracias a la intervención de estos
grupos humanos en la población de referencia.
El grupo directivo de militares que estableció su domicilio en la población
xalapeña se interesó en la compra de mercedes de agua para su servicio
particular, como una forma de establecer una distinción de su jerarquía social,
pero también porque traían algunas ideas higienistas promovidas por la ilustración
como era el de tener el agua limpia y en casa como una forma de preservar la
salud y vida de sus familias (Vigarello, 1985: 62).46
Los capitanes y tenientes de milicia para conducir el agua a su casa se
apegaron a la normatividad colonial vigente, que exigía una justificación escrita,
44
Furon (1967, p. p.142 y 161) 45
Además aumentaron las plazas del Batallón de Oaxaca de 465 a 758 (esto es, 293 plazas); del regimiento de Córdoba de 991 a 1,464 con la integración del Regimiento de Xalapa (incrementó 473 plazas), creándose nuevas unidades como el Rendimiento de Valladolid (Michoacán), la Legión Infantería del Príncipe, en Guanajuato y la Legión de Infantería de San Carlos en San luís Potosí. De modo que el número de reclutados pasó de 9,244 a 16,755 en los años mencionados. León , 2009: 46
Vigarello, también señala, que Ideas sobre la limpieza se fueron generando lentamente, y se fueron promoviendo como respuesta a las grandes oleadas de pestes ocurridas en Europa.
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bajo tres condiciones: a) si algún miembro de la familia padecía alguna
enfermedad, b) si había frecuente desperdicio de las fuentes naturales y c) porque
la corriente pasaba cerca de su domicilio, lo que facilitaba la conducción y
aprovechamiento del agua, tal como lo planteaban las Leyes de Indias (Lanz,
1982: 125). Bajo esta reglamentación obtenían una respuesta favorable a su
demanda, considerando que los solicitantes eran tenientes o capitanes de milicia
que venían de España con ideas de fortalecer su desarrollo económico y que más
que, manifestando la internalización de los recursos naturales (Toledo y González,
2007: 95)
Así se inició la distribución privada del agua, recurso que se obtenía de los
ríos o de otros cuerpos de aguas que había en la población xalapeña en este
caso. Por ejemplo, en 1743 en una venta de una casa entre José Antonio del
Castillo y Francisco Torres se hace referencia a un caño o canal construido para
direccionar las aguas de Tecuanapa. Para 1778 se mencionan otras
construcciones, una acequia (o canal a “cielo abierto”) y un puente, para controlar
el curso de una corriente. (ANX, protocolos de 1778 a 1779, fs. 339v-340v.) En
1782 la acequia recibió mantenimiento y además cubierta, para dar paso a la calle
nueva más transitable, próxima a lo que hoy es Barragán (ANX, protocolos 1782
al 1783, fs. 183v.-184.) Así se observa un cambio urbano en un relativo corto
tiempo de cuatro años, que da sentido al trazado de tipo ortogonal de que se hizo
referencia.
Otro ejemplo referente a la cuesta de Xallitic donde nacían 16 manantiales,
varios de los cuales se concentraron en una atarjea y tanque para canalizar el
líquido a las casas de la familia del teniente de milicias José Gorozpe, quien en
1779 pagó una merced de agua y otras contribuciones. Posteriormente, en 1800,
el teniente de milicias Joaquín Del Castillo y Bustamante obtuvo una merced del
agua que descendía al barrio de Techapa, y canalizó el recurso para su hogar.
En ambos casos, los mercedados establecieron un acuerdo con el
municipio; de que a cambio de la dotación particular y el beneficio que obtenían,
cada uno de los interesados, daría mantenimiento o construiría los conjuntos de
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20 lavaderos y al menos construiría una fuente de agua pública para el servicio del
pueblo. Así Gorozpe cumplió con la edificación de 2 fuentes públicas y construyó
toda la estructura de los lavaderos de Xallitic; y el Sr. Del Castillo se vio obligado a
reconstruir y dar mantenimiento a la fuente y al conjunto de lavaderos de
Techacapa.47
Los convenios realizados entre las corporaciones municipales y los
“mercedados” con la dotación de agua” no fue un hecho fortuito sino que obedecía
a las Leyes de Indias que indicaban que, “las obras públicas debían costearse
entre los lugares y las personas que gozaran del agua, de acuerdo al beneficio o
provecho que de ello tuviere” (De León Pinelo; 1992; 2099), pues de hecho era
lugar común la escasez de recursos con los que contaba el ayuntamiento, para
cumplir sus funciones de servicio al pueblo. Entonces, con las obras públicas, que
los demandantes pagaron de su peculio en la construcción o recomposición de
fuentes y lavaderos con todas sus estructuras lograban su anhelo de instalar una
caja y canales para llevar el agua del manantial hasta su domicilio y la comunidad
lograba un beneficio, pues los propietarios y el ayuntamiento les estaban
proporcionando un lugar con suministro del agua que antes corría libremente, y se
desperdiciaba.
Esta reglamentación justificaban la expropiación de las principales fuentes
de agua a los grupos indígenas y los gastos realizados por los nuevos propietarios
de mercedes de agua, representaban el pago en especie de los impuestos a la
institución local por el recurso y esta a su vez, satisfacía la presión que ejercían
los milicianos y demás grupos populares. Que se habían concentrado en Xalapa,
quienes ahora tenían a su alcance el suministro cotidiano del agua en las fuentes
públicas.
El traslado del agua de los manantiales a los domicilios particulares, la
construcción y mantenimiento de lugares públicos para el lavado, y el
47
La fuente de Gorozpe instalada en la parte alta del Callejón del Diamante y la Gomila en la calle de dicho nombre en lo que hoy es la calle de Hidalgo y Zaragoza. Los lavaderos y fuente de Jalitic ubicada muy cerca de la Plazuela del rey (en el espacio que hoy va de la plazuela del carbón al mercado Jáuregui. (León, 2009: 89-92)
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aprovechamiento de las fuentes, en los usos domésticos de la población,
representan los primeros pasos en la construcción de una red de distribución del
agua, como parte de las funciones del ayuntamiento xalapeño.
En estos primeros momentos de colocación de la red de distribución de las
corrientes de agua se observan algunos pequeños conflictos suscitados entre las
autoridades que ejercían el poder, la elite local y los grupos sociales afectados.
Por ejemplo, en 1805, el alcalde Mateo Badillo, solucionó con recursos propios, el
problema de escasez de agua de la comunidad, pues los habitantes de la zona de
Xallitic habían presentado sus quejas al cabildo municipal sobre las ruinosas
condiciones de las fuentes que había construido Gorozpe quien tampoco le daba
mantenimiento a los lavaderos, pero sí gozaba de agua en sus propiedades.
La escasez del recurso se debía a la falta de mantenimiento de las fuentes,
porque había desperdicio, pero también al factor demográfico, que se observaba
por la movilidad de los milicianos que mantenía una población fluctuante pero
superior a los 5,000 habitantes.48 Esta movilidad fluctuante de la población
ocasiona muestra escasez de agua, especialmente durante los meses de sequía -
marzo, abril, y mayo-, cuando la población con frecuencia elevaba sus quejas a las
autoridades municipales. Esta situación y las necesidades del Ayuntamiento local,
hizo que se anunciara a Gorozpe y con ello a los demás propietarios, la
disposición que formalizara el virrey Iturrigaray para la ciudad de México, en 1802,
que dice que:
“El vecindario de las ciudades es el único dueño de todas las aguas que se
conducen por las cañerías públicas y siempre que la necesiten para su
surtimiento, deben quedar privados de ella los particulares [… y a partir de]
esta fecha se prohíbe que ni por precio ni sin el, pueda hacer nuevas
concesiones [o más ventas de] mercedes [de] agua” (Rodríguez, T.II, 1991;
279)
48
En 1784, Trens (1950:369 -370) dice que Xalapa y sus congregaciones y rancherías, contaban con 7,264 de pobladores. Ya para 1791 el padrón de Nieto indica la suma de 5,923 de igual manera y ya para 1808 Humbold (1978) reporta la existencia de 13,000 habitantes.
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Con estas medidas el Virrey Iturrigaray puso énfasis en que el agua es un
bien público más que privado. Es más en 1813 las leyes gaditanas de corte liberal
refrendan la intención de mantener el agua como bien público y hacer la
diferencia, con la apropiación particular del suelo49. Ambas normativas perfilaron
el agua más como un bien de carácter público pero por usos y costumbres se
mantuvo el uso privado y comunal en varias regiones de México, entre las que se
encontraba Xalapa.
Luego de la independencia, la Constitución Mexicana de 1824 refrenda la
propiedad privada de la tierra en el Artículo 20 (título III, sección 2ª y sección 3ª,
Art. 28) (Tena, 1980: 171-174). En este tenor, la Constitución del estado de
Veracruz de 1825 en su Decreto 39 (fracciones 1 a 17), confirma que la tierra es
un bien privado, como lo indica en su fracción 3ª indica que todos los terrenos de
la comunidad de indios se reducirán a propiedad particular, incluyendo las tierras
baldías, pero se respetan las tierras del ejido de cada comunidad. En su fracción
5ª se indica que las propiedades se pueden cercar y utilizar libremente con los
cultivos y usos que les acomode pero sin “perjuicio de las cañadas, travesías
abrevaderos y servidumbre”.
En estos artículos, la constitución estatal decretó la forma de convertir en
propiedad privada las tierras de los indios, porque se confirma la propiedad
individual de los individuos al formalizar la posibilidad de proteger la propiedad de
la tierra y lo que hubiere cultivado en ella, más no el agua, que se confirma como
un bien al que todos tienen derecho al expresar la libre circulación de las
corrientes naturales que incluía los caminos para llegar a ella. Si esto se analiza
bajo la metodología del metabolismo social (Toledo, 2007: 108-110), se considera
el criterio normativo y el de la intervención de otras sociedades, primero; porque
se observa que las decisiones dimanadas de las nuevas instituciones, sobre el
control de los dos recursos más importantes en el desarrollo social de los grupos
49
Así que la normatividad gaditana decreta que: todos los terrenos baldíos, realengos y comunes, excepto los ejidos de los pueblos, pasen a ser propiedad privada y se cerquen para desarrollar la agricultura o la industria, siempre y cuando se dejen libres la cañadas, travesías y servidumbres (Rodríguez, T.II, 991:302-304).
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étnicos que vivían en la zona porque se altera ante la interferencia directa de otra
sociedad con sus formas jurídicas de ejercer el control social sobre los bienes
comunales, pues con la privatización de sus tierras, se fue trastocando el sentido
del trabajo comunitario y el del uso del agua en sus diversas actividades, incluso el
espacio que ellos ocupaban entro en competencia por la propiedad de la tierra que
los grupos hispanos ejercieron(Morse, 1973: 23), con lo que se empujaron a los
grupos nativos hacia los espacios que ya el Dr. Gonzalo Aguirre Beltrán había
reconocido como zonas de refugio.
Consideraciones finales:
En este trabajo se ha destacado como una población al pie de monte como
Xalapa, que al disponer de diversos manantiales, la ubicación de estos
coadyuvaron en la distribución de la traza urbana a la llegada de los españoles,
quienes trataron de establecer una organización ortogonal es decir con calles -en
ángulo horizontal y vertical- que convergieran a la casa de gobierno, la iglesia el
hospital y el tianguis. Esta distribución del trazado se logró en la medida en que lo
permitieron las principales fuentes de agua habrían de servirles a los distintos
grupos
Los españoles en la población desarrollaron huertos con los productos
traídos ex profeso para su reproducción estos fueron diversos frutos que se
mencionan en el contexto del trabajo, así como ganado de diversos tipos (vacuno,
lanar, caballar, mular) además de animales domésticos como gallinas y otros. Así
la traza urbana se fue diseñando, en las tierras que se apropiaron los españoles
en estas construyeron sus casas alineadas pero conservaron espacios para
huertos y ganado, ya hasta entrado en siglo XIX. De modo que dados los diversos
usos del agua, varios de ellos compraron mercedes que condujeron a su domicilio
previo acuerdo con autoridades, así ellos ejercían un control sobre el agua.
Mientras los otros grupos quedaban sujetos a esta dependencia o encontraban el
recurso en otras fuentes.
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El medio ambiente se fue modificando con la presencia de otros animales,
otros frutos y hierbas. Ese no fue el problema sino que fue talando bosques para
el desarrollo de la población, misma que se ocupó en el comercio, y la milicia,
actividades que a su vez promovieron otras manufacturas como la tenería, o el
hilado algodón. En especial la primera fue muy contaminante del agua, una de las
fuertes quejas de la gente, y aunque existían reglamentos de estas actividades se
colocasen al margen de la población de todos se constituyó en los primeros focos
de infección del agua y el aire.
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