El nuevo marco normativo: ErP y ELD La entrada de las Directivas de Ecodiseño para los productos relacionados con la energía (ErP,
de las siglas en inglés “Energy related Products”) y Etiquetado Energético (ELD, de las siglas
“Energy Labelling Directive”), de aplicación obligatoria en todos los países miembros de la
Unión Europea desde el pasado
significativo en el diseño de los productos relacionados con la energía (definiendo los niveles
de eficiencia, emisiones de NOx, ruido y aislamiento). Estos reglamentos deben potenciar el
uso de tecnologías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente, que favorezcan el
cumplimiento de acuerdos internacionales (Kyoto y plan EU20).
En relación a las calderas para combustibles
que en el mercado prácticamente solo existan
que son las únicas que pueden alcanzar los exigentes requisitos de rendimiento que marcan
los nuevos Reglamentos (sobre todo
Además de las Directivas indicadas (que marcan a los fabricantes los requisitos
cumplir para poder lanzar al mercado
que olvidar los Reglamentos de Instalación locales para cada país
R.I.T.E. en su versión vigente
indicaban unos requisitos mínimos de rendimiento, sobre todo para el valor a carga parcial,
que obligaban a la instalación de calderas de
nuevas resueltas con calderas de gas). La filosofía de este documento, al igual que de las
nuevas Directivas ErP y ELD, es promover el uso de tecnologías más eficientes y que permitan
reducir el consumo energético en nuestras instalaciones
Respecto a la Directiva de Etiquetado
prestación energética de los productos relacionados con la energía de tipo domestico (hasta
70 kW y 500 litros de acumulación), mediante el uso de
colores tal como ya existe para otros productos de consumo como ele
blanca, bombillas, etc… En la
producto que plantea la Directiva ELD
El nuevo marco normativo: ErP y ELD
Directivas de Ecodiseño para los productos relacionados con la energía (ErP,
de las siglas en inglés “Energy related Products”) y Etiquetado Energético (ELD, de las siglas
”), de aplicación obligatoria en todos los países miembros de la
asado 26 de Septiembre de 2015, han supuesto
significativo en el diseño de los productos relacionados con la energía (definiendo los niveles
misiones de NOx, ruido y aislamiento). Estos reglamentos deben potenciar el
uso de tecnologías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente, que favorezcan el
cumplimiento de acuerdos internacionales (Kyoto y plan EU20).
para combustibles líquidos y gaseosos, estas Directivas van a suponer
prácticamente solo existan calderas con tecnología de
que son las únicas que pueden alcanzar los exigentes requisitos de rendimiento que marcan
sobre todo para el caso de las calderas de gas natural o propano).
Además de las Directivas indicadas (que marcan a los fabricantes los requisitos
cumplir para poder lanzar al mercado estos productos dentro de la Unión Europea
Reglamentos de Instalación locales para cada país. En el caso de España,
R.I.T.E. en su versión vigente a partir de la modificación según Real Decreto 238/2
indicaban unos requisitos mínimos de rendimiento, sobre todo para el valor a carga parcial,
que obligaban a la instalación de calderas de condensación (para el caso de
nuevas resueltas con calderas de gas). La filosofía de este documento, al igual que de las
nuevas Directivas ErP y ELD, es promover el uso de tecnologías más eficientes y que permitan
reducir el consumo energético en nuestras instalaciones.
a la Directiva de Etiquetado, esta establece las bases para indicar de forma gráfica
prestación energética de los productos relacionados con la energía de tipo domestico (hasta
70 kW y 500 litros de acumulación), mediante el uso de etiquetas identificativas
colores tal como ya existe para otros productos de consumo como electrodomésticos de línea
En la figura siguiente se muestran varios ejemplos
que plantea la Directiva ELD (para una caldera sólo calefacción y una caldera mixta
Directivas de Ecodiseño para los productos relacionados con la energía (ErP,
de las siglas en inglés “Energy related Products”) y Etiquetado Energético (ELD, de las siglas
”), de aplicación obligatoria en todos los países miembros de la
han supuesto un cambio
significativo en el diseño de los productos relacionados con la energía (definiendo los niveles
misiones de NOx, ruido y aislamiento). Estos reglamentos deben potenciar el
uso de tecnologías más eficientes y respetuosas con el medio ambiente, que favorezcan el
estas Directivas van a suponer
calderas con tecnología de condensación, ya
que son las únicas que pueden alcanzar los exigentes requisitos de rendimiento que marcan
s natural o propano).
Además de las Directivas indicadas (que marcan a los fabricantes los requisitos mínimos a
dentro de la Unión Europea), no hay
. En el caso de España, en el
a partir de la modificación según Real Decreto 238/2013, ya se
indicaban unos requisitos mínimos de rendimiento, sobre todo para el valor a carga parcial,
ondensación (para el caso de instalaciones
nuevas resueltas con calderas de gas). La filosofía de este documento, al igual que de las
nuevas Directivas ErP y ELD, es promover el uso de tecnologías más eficientes y que permitan
establece las bases para indicar de forma gráfica la
prestación energética de los productos relacionados con la energía de tipo domestico (hasta
etiquetas identificativas con letras y
ctrodomésticos de línea
ejemplos de etiquetas de
y una caldera mixta):
Aprovechando la entrada de las Directivas ErP y ELD, La asociación de fabricantes FEGECA ha
realizado diversas acciones y campañas para la difusión de los beneficios de la tecnología de la
condensación entre el gran público dada la actual situación normativa que favorece este tipo
de calderas. Además de una web específica (http://sicondensacompensa.com/) se ha
reeditado un comic que de forma amable intenta explicar al usuario final los beneficios una
tecnología que será prácticamente la única aceptada a partir de este momento para los
equipos de combustión.
Nuevos criterios para definir el rendimiento de calderas
En la Directiva de Ecodiseño aparecen nuevas formas para valorar y calcular la eficiencia
energética de los productos en relación a los criterios previos. Antes de la ErP se hablaba de
rendimiento instantáneo del aparato para uso de calefacción y A.C.S., y ahora con la ErP se
definen dos rendimientos, uno para servicio de calefacción y otro para A.C.S. (en caso que se
considere un equipo mixto doble servicio). De igual forma, el rendimiento de calefacción se
expresa como un rendimiento estacional para las calderas por debajo de 70 kW (mediante una
media ponderada de rendimientos instantáneos al 30% y al 100%), mientras que el de A.C.S. se
define a partir de un perfil de carga declarado. Para las calderas entre 70 y 400 kW, se utilizan
rendimientos instantáneos a carga total y parcial al 30%. Para todos los casos, los rendimientos
instantáneos utilizados en el cálculo y definición están referidos al PCS del combustible en
lugar del PCI como hasta ahora. Esto supone, que desde el 26 de Septiembre de 2015, ninguna
caldera del mercado tendrá un rendimiento mayor al 100% (por el hecho de referenciarnos al
PCS en que ya se tiene en cuenta el calor latente recuperado en la condensación). Lo anterior
es coherente ya que prácticamente todas las calderas que encontremos en el mercado serán
de condensación, y por tanto, ya aprovecharán el calor latente presente en los humos e
incluido en el PCS del combustible.
Los requisitos de rendimiento estacional que exige la Directiva ErP para calderas de
combustible líquido o gas (tanto sólo calefacción como mixtos), son mínimo el 86% para
calderas de hasta 70 kW, y para calderas entre 70 y 400 kW, un 86% al 100% de carga y un 94%
al 30% de su potencia. Hay que recalcar en que estos rendimientos son prácticamente
imposibles de alcanzar si no se utilizan calderas de condensación. Aunque la Directiva y sus
reglamentos delegados no obligan al uso de este tipo de calderas de forma explícita, el
mercado derivará hacia estas tecnologías ya que son prácticamente las únicas que pueden
cumplir los requisitos solicitados.
Para ayudar a entender el grado de exigencia de las nuevas Directivas, en las tablas siguientes
se comparan los criterios de instalación según R.I.T.E. (transformados a valores de rendimiento
sobre PCS y estacional para el caso de calderas de menos de 70 kW) y lo que se exige a los
fabricantes según la Directiva ErP para el caso de una caldera domestica de 25 kW y una
caldera de tipo terciario de 400 kW:
P = 25 kW
RITE ErP
Obra Nueva
Gas Natural 82,1% 86%
Gasóleo 78,9% 86%
Reforma
Gas Natural 75,9% 86%
Gasóleo 78,9% 86%
P = 400 kW
RITE ErP
Obra Nueva
100% 30% 100% 30%
Gas Natural 86% 89,9% 86% 94%
Gasóleo 89,2% 87,9% 86% 94%
Reforma
100% 30% 100% 30%
Gas Natural 86% 84,7% 86% 94%
Gasóleo 89,2% 87,9% 86% 94%
Calderas de Condensación ¿Cómo funcionan? Las calderas de condensación, tecnología perfectamente desarrollada e implantada en el
sector de la calefacción, son calderas de alto rendimiento basadas en el aprovechamiento del
calor latente de condensación presente en los humos de la combustión. Formalmente, según
la definición de la Directiva de rendimientos 92/42/CE y su transposición según R.D. 275/1995,
una caldera se considera de condensación cuando está diseñada para poder condensar de
forma permanente una parte importante de los vapores de agua contenidos en los gases de la
combustión.
Con una caldera que no sea de tecnología de condensación, una parte no despreciable del
calor latente es evacuada por los humos, lo que implica una temperatura muy elevada de los
productos de combustión que puede alcanzar los 120°C. La utilización de una caldera de
condensación permite recuperar una parte muy grande de ese calor latente y esta
recuperación de la energía reduce considerablemente la temperatura de los gases de
combustión bajándolos hasta valores del orden del 45°C o inferiores, limitando así las
emisiones de gases contaminantes.
En comparación con las calderas convencionales, gracias a esta tecnología se consigue un
ahorro en torno al 25-30% en el consumo de energía y se reducen hasta en un 70%, las
emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2). Generalmente, la mayoría
de calderas de condensación del mercado alcanzan la Clase 5 en cuanto a emisiones de NOx
(máxima clasificación según EN 297/A).
El proceso de condensación es un cambio de fase de una sustancia en estado gaseoso (vapor) a
estado líquido. Este cambio de fase genera una cierta cantidad de energía llamada "calor
latente". El paso de gas a líquido depende, entre otros factores, de la presión y de la
temperatura. La condensación a una temperatura dada conlleva una liberación de energía, así
el estado líquido es más favorable desde el punto de vista energético.
Poder Calorífico Inferior (PCI) y Poder Calorífico Superior (PCS) El poder calorífico inferior (PCI) indica la cantidad de calor que se puede producir con una
cierta cantidad de combustible (sólido, líquido o gaseoso). Con este valor de referencia los
productos de combustión están disponibles en estado gaseoso.
El poder calorífico superior (PCS) contiene, en comparación con el poder calorífico inferior, un
porcentaje de energía añadido en forma de calor por condensación del vapor de agua, el
llamado "calor latente".
La caldera de condensación debe su denominación al hecho de que para producir el calor,
utiliza no sólo el poder calorífico inferior PCI de un combustible sino también su poder
calorífico superior PCS. Hasta la entrada de la Directiva de Ecodiseño, para todos los cálculos
de rendimiento, las normas europeas y española han utilizado como referencia el PCI.
Utilizando el PCI para definir el rendimiento de una caldera de gas de condensación,
conseguimos rendimientos superiores al 100% gracias a la recuperación del calor latente que
representa aproximadamente el 11 %. Ya se ha comentado, que desde la entrada de la
Directiva ErP el criterio de definición de rendimientos ha cambiado, empleando como
referencia para el cálculo el PCS (incluyendo ya el calor latente disponible por el cambio de
fase al producirse la condensación del vapor de agua contenido en los humos de la
combustión).
Con gas natural, la parte de calor por condensación (calor latente) es del orden del 11 % en
relación al PCI. Este valor no puede aprovecharse en calderas que no sean de condensación. La
caldera de gas por condensación permite la utilización continua de este potencial de calor,
gracias a la condensación del vapor de agua presente en los humos.
En las calderas que no son de condensación se producen humos de la combustión a
temperaturas relativamente elevadas que pueden llegar hasta valores del orden de los 160°C,
produciéndose así una pérdida de calor sensible por los humos de alrededor del 6 al 7 %.
La disminución importante de la temperatura de funcionamiento en las calderas de
condensación a gas (temperaturas que pueden descender hasta los 30°C) permite la utilización
de la parte de calor sensible que se pierde por los humos de la combustión, reduciendo de
manera significativa las pérdidas relacionadas por este aspecto en el proceso de la
combustión.
Estado del arte actual de las calderas
Es evidente la evolución tecnológica que han sufrido las calderas de
últimos años, tanto a nivel de diseño y materiales empleados en los cuerpos
como en la tecnología de regulación y control que permite trabajar con
régimen de modulación muy bajo
de la instalación. Existen en el mercado
cuerpos de intercambio que intentar retener
los mismos, en vías de conseguir extraer la má
trabajando con temperaturas
pensadas para circuitos a baja temperatura
intercambio puede enfriar los gases
punto de rocío, permitiendo así la recuperación de
energética de la caldera.
De igual forma, los materiales y procesos de fabricación empleados, permiten conseguir una
elevada resistencia a la corrosión
combustión.
De igual forma, e independientemente de la temperatura de traba
sondas exteriores o termostatos modulantes (
según IT 1.2.4.1.2.1. Requisitos mínimos de rendimientos energéticos de los generadores de
calor), permite que la caldera trabaje adaptando su temperatura de
las condiciones de demanda
control de modulación de la caldera.
Estado del arte actual de las calderas de Condensac
Es evidente la evolución tecnológica que han sufrido las calderas de condensación en los
a nivel de diseño y materiales empleados en los cuerpos
regulación y control que permite trabajar con
muy bajo que repercute favorablemente en el rendimiento estacional
Existen en el mercado calderas con unos diseños muy avanzados
cuerpos de intercambio que intentar retener los humos el máximo tiempo posible
los mismos, en vías de conseguir extraer la máxima energía posible de
ajando con temperaturas de impulsión moderadamente elevadas
circuitos a baja temperatura (60-50°C), un buen diseño de cuerpo de
los gases de combustión hasta una temperatura por debajo del
permitiendo así la recuperación del calor latente y la mejora de la prestación
De igual forma, los materiales y procesos de fabricación empleados, permiten conseguir una
elevada resistencia a la corrosión y a la acidez presente en la condensación de los humos d
De igual forma, e independientemente de la temperatura de trabajo de la caldera, el uso de
ondas exteriores o termostatos modulantes (obligatorio el uso de al menos
Requisitos mínimos de rendimientos energéticos de los generadores de
la caldera trabaje adaptando su temperatura de impulsión en función de
las condiciones de demanda, hecho que repercute en una mayor eficiencia por el mejor
control de modulación de la caldera.
de Condensación
ndensación en los
a nivel de diseño y materiales empleados en los cuerpos de intercambio,
regulación y control que permite trabajar con calderas con un
l rendimiento estacional
diseños muy avanzados de los
posible dentro de
los humos. Aún
no propiamente
un buen diseño de cuerpo de
hasta una temperatura por debajo del
l calor latente y la mejora de la prestación
De igual forma, los materiales y procesos de fabricación empleados, permiten conseguir una
y a la acidez presente en la condensación de los humos de la
jo de la caldera, el uso de
al menos uno de ellos
Requisitos mínimos de rendimientos energéticos de los generadores de
impulsión en función de
, hecho que repercute en una mayor eficiencia por el mejor
Aunque tradicionalmente la posibilidad de trabajar en curva de condensación se ha asociado
exclusivamente al uso con circuitos de calefacción a baja temperatura (suelo radiante, fan-
coils, etc…), en la actualidad también pueden disfrutarse los beneficios de la tecnología de
condensación en circuitos de calefacción a alta temperatura (tanto por el mejor diseño de los
cuerpos de intercambio y emisores de calefacción, como por el mejor diseño de las cargas
térmicas de los edificios cuando se proyectan las instalaciones). Existen incluso en el mercado
calderas específicamente diseñadas para poder trabajar en curva de condensación durante la
producción de agua caliente sanitaria (gracias a recuperadores de humos integrados en estos
equipos).
Todas las tecnologías relacionadas con la condensación comentadas anteriormente, lo que
pretenden es aumentar la eficiencia global de las instalaciones de calefacción y A.C.S., en vías
de reducir tanto el consumo energético como las emisiones de gases contaminantes, en vías
de alcanzar los compromisos medioambientales firmados en su día por los estados miembros
de la Unión Europea (Kyoto y plan EU20). Independiente de la nueva situación normativa que
incide en la instalación de este tipo de productos, hay que entender la tecnología de
condensación como una pequeña aportación tecnológica en vías de intentar conseguir un
planeta más sostenible y duradero.
Gaspar Martín
Director Técnico ACV España.
Miembro de la Comisión Técnica de FEGECA
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