EL PENSAMIENTO DE PERSONA EN LA UNIVERSIDAD AUTONOMA DEL ESTADO DE MEXICO
Elena González Vargas. Cronista de la Facultad de Química.
La Universidad Autónoma del Estado de México al igual que las otras
universidades públicas del país, tiene presencia significativa en el Estado al
poseer autonomía, de acuerdo a la fracción séptima del artículo 3o de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Autonomía como
modo de operar necesario para el mejor funcionamiento y que su
contenido tiene elementos como: (a) Los de índole normativo o legislativo,
pues, la universidad pública plasma en normas jurídicas las políticas
adoptadas por ella misma en lo concerniente a su vida institucional; con
esta facultad la casa de estudio establece su propio derecho universitario
al formular su propia legislación. (b) De gobierno en que el derecho
universitario establece los procedimientos para elegir y renovar sus
autoridades. En México existen las elecciones por claustro académico, es
cualitativa y de designar en vista de que el voto de un académico con
muchos años de desarrollo es diferente al voto de quien es de reciente
ingreso a la universidad. (c) Planificar su actividad académica. Le permite
la organización libre de los estudios, de los programas de investigación y
de difusión de la cultura, a los cuales les otorga validez. También contiene
la libertad de cátedra para cumplir su misión de formar universitarios
1
completos capaces de enfrentar los retos de la vida. (d) Financiero y
administrativo. Ella administra sus recursos según sus prioridades, es decir,
disponer de sus fondos en plena libertad. La universidad pública al ser una
institución del Estado, responde a los ideales de éste porque los
universitarios somos Estado sin ser gobierno. El brazo ejecutor del Estado, el
gobierno, debe proporcionar sostenimiento económico a la universidad
por ser un mandato que proviene del Estado, su deber es otorgar los
fondos que son de la sociedad. Sin olvidar que las negociaciones
comprometan a la integridad humanística y científica de la misma.
Autonomía reseñalada en la Ley Orgánica de la Universidad
Autónoma del Estado de México aprobada por Decreto número 62 de la
H. Legislatura del Estado de México, de fecha 27 de febrero de 1992 y
publicada en la “Gaceta del Gobierno” el 3 de marzo de 1992. Esta Ley es
reformada por el Decreto número 186 de la LV Legislatura del Estado de
México de fecha 15 de noviembre de 2005, publicada en la “Gaceta del
Gobierno” el 25 de noviembre de 2005, y entra en vigor al día siguiente de
su publicación. Dice su Artículo 1o “La Universidad Autónoma del Estado de
México es un organismo público descentralizado del Estado de México,
establecida por esta Ley con personalidad jurídica y patrimonio propios,
dotada de plena autonomía en su régimen interior en todo lo
2
concerniente a sus aspectos académico, técnico, de gobierno,
administrativo y económico”.1
Es de nuestro saber que la Ley Orgánica es donde se establecen los
fines, la estructura, la forma de gobierno, los métodos de administración,
las disposiciones generales acerca de sus funcionamientos, así como los
derechos y obligaciones de su comunidad.
Como las otras universidades públicas, la Universidad Autónoma del
Estado de México también aprueba reglamentos secundarios en donde se
fijan las normas de admisión de estudiantes, profesores, promociones, así
como las facultades, términos y limitaciones de sus grupos colegiados, al
igual que los derechos y las obligaciones de sus autoridades ejecutivas.
La UAEM en su recorrido académico de universidad pública
autónoma, a partir de 1943 siempre ha expresado reconocimiento a su
personal académico, sobre todo a aquel que ha aprendido a vivir su vida,
más el aprendizaje de la ciencia o de técnicas. La historia misma de la
universidad va señalando a quienes con sus cualidades y aptitudes
corresponde ser auténticos y plenos portadores y transmisores de la
tradición académica universitaria a aprendices con voluntad de ser
universitarios simbolistas de nuestra Alma Mater. El doctor en filosofía Juan
1 “Ley de la Universidad Autónoma del Estado de México. Reglamento de la Defensoría de los Derechos Universitarios de la Universidad Autónoma del Estado de México”, en Gaceta Universitaria, Órgano Oficial de Publicación y Difusión de la Universidad Autónoma del Estado de México, núm. Extraordinario, diciembre 2005, Época XII, Año XXI, Toluca, México.
3
María Parent nos dice “la carrera universitaria irá develando poco a poco
las cualidades de aquellos que son los auténticos portadores de la
Tradición académica hecha de sabiduría y de ciencia. Sólo aquellos que
respondan a estas exigencias internas son los que guiarán la Institución”.2
Los auténticos portadores de la tradición académica y los
aprendices, en sí los docentes, son quienes como seres humanos o
personas están con coraje ante la incertidumbre de lo desconocido. Están
conscientes de que el camino del corazón es el camino del coraje, es
decir, ser valientes. Se reconocen como personas en evolución con
autenticidad y no un resultado final estático. Se aceptan como personas
con libertad que se mueven voluntaria y responsablemente para
desempeñar su parte significativa en un mundo con acontecimientos bien
determinados al practicar la reflexión y el compromiso de los mismos.
También, ellos como docentes disciplinados están y continúan definidos
personalmente con el ejercicio de su libertad y optan una axiología y una
línea de pensamiento para referirse en el caso de conflictos entre valores.
Luchan por ser más de lo que son después de haberse definido. Así los
docentes encauzan a sus alumnos hacia sus capacidades de acción, de
voluntad y de juicio propio, así como a vivir una vida con dignidad que
encuentra su origen en la razón. Los encauzan a ser joven con voluntad de
2 Juan María Parent Jacquemin, La universidad ante el desafío de ser, Universidad Autónoma del Estado de México, segunda edición corregida, 2005, p. 51.
4
transformarse y no conservarse, de ver la vida como un deber y no como
un placer.
El referirse a ser humano o persona, sobre todo en la universidad, es
de pensarse en el humanismo que como pensamiento,
fundamentalmente, considera a la naturaleza humana o los límites e
intereses del hombre. En sí es el sentido de la vida humana, es decir, el ser
del hombre. Su panorama histórico nos muestra que ha evolucionado e
integrado a aquellos elementos que posibilitan que la persona adquiera
una visión más completa de sí mismo y de su entorno o mundo.
El humanismo grecolatino nos conecta con la enseñanza y
transmisión de su cultura, la ciencia y las artes. Para los griegos el
humanismo significó el proceso integral de la educación, designada con el
término paideia, que exige el cultivo de todas las disposiciones humanas y
su perfección es de manera gradual.
Aristóteles pensaba que el hombre se educa porque actualiza sus
potencias. Decía que primero hay que desarrollar las disposiciones
corporales e instintivas, antes de ocuparse intensamente de la razón
(nous), en que se basa la vida moral y política, y del carácter.3 El ser
humanista o humanístico, es haber recibido una instrucción adecuada, un
3 Francisco Larroyo. Historia general de la pedagogía, p. 169.
5
proceso de formación en los valores humanos como parte integral de la
paideia.
Los romanos con los elementos esenciales creados por los griegos,
generan la idea de formación humana general con los humanitas, pero
hacia un objetivo político. En base a la idea de la naturaleza común de
todos los hombres, creen fundar un derecho igual a toda la gente
(derecho natural), y de ahí derivar normas de carácter civil, penal,
internacional. Se funda la ciencia del derecho.
Los humanistas del Renacimiento, los estudiosos y conocedores de
los autores clásicos, son quienes piensan que la conciencia no era para
crear cosas nuevas, sino la de desenterrar las antiguas.
La palabra Renacimiento se aplicaba para indicar una renovación
moral, intelectual y política, a través de la vuelta hacia los valores de la
cultura grecorromana a la que se consideraba en que el hombre encontró
su mayor realización. Con ello acontece el reconocimiento del valor del
hombre en su plenitud y el intento de entenderlo en su mundo, que es el
de la naturaleza y de la historia. El reconocimiento de la totalidad del
hombre como ser formado de alma y de cuerpo destinado a vivir en el
mundo y dominarlo. El reconocimiento de que el hombre es un ser natural
para quien el conocimiento de la naturaleza es un elemento indispensable
de vida y de éxito.
6
La dignidad humana es tema recurrente y característico del
momento histórico Renacimiento. Su atención era el ser del hombre. El
dominio de sus instintos mediante la fuerza moral, le da la libertad de su
espíritu y en la expresión de esta libertad está su dignidad.
Se habla del humanista Pico Della Mirandola, que en su discurso
Sobre la dignidad del hombre busca fundamentar y exponer la grandeza y
soberanía del ser humano. Al hombre lo concibe como el ser que ha sido
creado por Dios, con la capacidad para construir su propia vida: no lo ha
hecho Dios “ni celeste ni terreno, ni mortal ni inmortal”, de modo que por su
libre voluntad él puede darse la naturaleza que prefiera. Fundador
“honorario” de su propia esencia, librado enteramente a los dictámenes
de su libre albedrío por expresar disposición divina. La definición piquiana
del hombre es la definición de su libertad, de su soberanía.4
Estos pensamientos en el saber del hombre contemporáneo, le
facilitan que su saber lo proyecte en la búsqueda del ser y del quehacer
plenamente humanos.
En este mundo contemporáneo el humanismo integral enfoca su
atención al hombre en su totalidad, es decir, en todos y en cada uno de
los aspectos que conforman su vida. El Dr. Esquivel Estrada dice que se
trata de un humanismo que rescata, promueve y crea valores, con lo cual
4 Noé Héctor Esquivel Estrada. Humanismo y universidad, p. 22.
7
se forja un ideal del ser humano. Ideal al que deben aspirar todas las
potencialidades humanas.5
Este mismo filósofo presenta el pensamiento del Dr. Juan E. Bazdrech
acerca de la formación humanista, dice que el humanismo puede
entenderse “como el desarrollo integral de los dinamismos fundamentales
del hombre: creatividad, criticidad, libertad, solidaridad, integración
afectiva y conciencia de la incondicionalidad e ilimitación del horizonte
de nuestro actuar”.6 Se trata de la vida integral
Es de notarse que el concepto de humanismo integral promueve la
edificación de una civilización nueva al centrarse en el concepto de
persona como fin en sí misma y no como medio.
Hay confianza en lo humano porque existe ayuda para ser hombres.
Confianza, también, en una realidad donde hay más cosas dignas de
admiración que de desprecio, donde se confía en que todo hombre
puede mejorar si tiene oportunidad.
Cuando se habla de hombre, se le aplican los conceptos de
individuo y de persona. Hay que saber que cada uno representa un nivel
de desarrollo humano y que le corresponde una organización social.
5 Ibidem, p. 8. 6 Ibidem p.8.
8
Las dos nociones aparecen tras la esencia política del cristianismo. El
individuo es sólo un elemento intercambiable y de orden cuantitativo. Para
él sólo hay un transcurrir de momentos sin relación, carece de un fin, de
una meta por alcanzar, de un camino. Está apegado a la materia, sus
comodidades, que, aparentemente, le hace ser original pero el
crecimiento de su conciencia es de egolatría. Existe desdicha que nutre a
su ego. Hay ausencia de razones que expliquen su desdicha o
conformismo. Así su libertad se vuelve un simple poder de afirmarse a sí
mismo. Hay cultivo de conformismo.
Al concepto de persona se le ha dado varias interpretaciones
históricamente. Para Tomás de Aquino, la persona es lo que hay de más
perfecto en toda la naturaleza. Nace perfecta; la perfección es la
naturaleza más íntima de la persona.
La persona es “un fin en sí”, para la que todo el universo concurre. El
fin-en-sí es la propia referencia del deber a la dignidad de la persona
como una persona en general, la humanidad, que se constituye en
principio objetivo. El ser humano es objeto de respeto, que puede
considerarse en nuestras valoraciones como si fuese un fin objetivo, de tal
manera que el objeto de respeto es tanto para la persona individual como
para la humanidad representada en toda persona particular.
9
En este sentido la dignidad de ser humano nos impone alcanzar el
ser persona como único camino abierto para defender y hacer viva esta
dignidad de la que estamos investidos. Sería lo que es superior a todo
precio y que por lo mismo no permite equivalencia alguna.
El conocimiento de la persona, en cuanto conciencia y voluntad, es
el fundamento de todos los conocimientos humanos. Es presencia a sí
misma, que implica capacidad de reflexión y de meditación. Implica
elección, formación y conquista de sí a través del dominio de sí como
ascesis (liberación). La persona toma conciencia de sí misma en una lucha
de fuerzas, siempre está en camino, nunca acabada, progresa
permanentemente. El amor es lucha, la vida es lucha contra la muerte, la
vida espiritual es lucha contra la inercia material y el sueño vital.7 El
conocimiento más auténtico será aquel en que la persona se comprometa
más y más profundamente.
Conocimiento que es vivir en el presente, cuando la actitud
meditativa se refiere a ser consciente, ser alerta. La consciencia no puede
estar ni en el pasado ni en el futuro, sólo sabe del presente, sólo tiene un
tiempo verbal, el presente. Liberarse del pasado y del futuro significa
probar la libertad. Dice Osho “en esa experiencia te haces total, sano;
7 Juan María Parent Jacquemin. El individualismo fenecerá. Mounier ayer, hoy y siempre, p. 42-43.
10
empiezas a sentir un bienestar que surge del interior y deseas compartir.
Éste es el comienzo de la transformación.8
Pasar de un estado llamado individuo a otro estado llamado
persona, requiere estar consciente de sí, en el reconocimiento de sí. Sólo
con el pensar se produce un sujeto. Más la persona, además del encuentro
consigo, también, es un encuentro con el exterior. M. Scheler dice “La
esencia de la persona no es su propio yo vivido, sino el covivir”.9 En estos
encuentros de individuo a individuo o a personas, las interacciones o
relaciones que promueven su desarrollo mismo y el de conformar una
comunidad, son aquellas en las que se reconoce al hombre en su totalidad
y se respeta su integridad.
En las comunidades las personas son valorizadas por lo que son, no
por cumplir su función en la sociedad. Es de importancia que la persona se
encuentre consigo misma y que su consideración de sí misma sea como
objeto de su atención al otro y, además, se reconozca como objeto para
sí mismo con una tercera persona. La relación del tú con el otro tú
acontece. La persona aparece como una presencia dirigida hacia al
mundo y a las otras personas, sin límites, entremezclada entre ellas, en un
horizonte de universalidad. Las otras personas no la ciñen, la hacen ser y
crecer. 8 Osho. Alegría. La felicidad que surge del interior, pp. 112. 9 Margarita González Molina, Exploración de valores según la visión de Max Scheler: Caso del plantes de la escuela preparatoria Angel María Garibay Kintana de la UAEM, p. 32.
11
En la comunidad el vínculo es el amor y el discernimiento. Su
objetivo buscado es la liberación de las personas, es decir, su
autodeterminación lograda en el amor y la capacidad crítica. Al igual que
los cristianos acerca del reto del amor es una aspiración al amor a Dios
(Absoluto), el reto del amor es la más fuerte certeza del hombre en la
comunidad. El cogito (pienso luego existo) de Descartes, es transformado
en amo, luego el ser es y la vida vale la pena ser vivida.
Existen grupos humanos en que se da la relación como medio, como
modo cosificante, para lograr ciertos fines o intereses. En el encuentro con
el otro es buscar su utilidad, afianzar su identidad a través de la repetición
de sí mismos y con ello acentuar la baja autoestima del otro.
Están los grupos que resaltan fuertemente en sus relaciones las
diferencias que encuentran con el otro como un ser distinto, las
coincidencias son mínimas y no tienen mayor valor para reconocer su
semejanza. Sus relaciones son sustento de los racismos. Generalmente es
inaceptable el diálogo que permita alcanzar una comunidad
comunicativa.
Sin embargo, se requiere de estos tipos de encuentro para llegar a
ser persona, aunque implique ruptura. La persona es soy persona en el
continuo acercamiento-distanciamiento con el otro. Además, el individuo
12
se va transformando en persona cuando observa en su conciencia a ser
más, y aparece una llamada y responde a ella para una plena realización.
En un grupo el encuentro de la persona con el otro, cuando desde el
primer contacto se conscientiza el tú, se da la aceptación de las
semejanzas como el medio para lograr dicho encuentro y poder conocer
las diferencias que hacen posible descubrir nuevos horizontes de
comprensión y diversas formas de convivencia.10 Centra las relaciones en
una conjugación de semejanzas y diferencias. Se reconocen como iguales,
aceptan las diferencias como algo complementario al permitir conocer
formas distintas de pensamiento, de vida, en sí de diversas culturas.
También admiten que la verdad puede encontrarse en otra persona
porque ninguna de ellas es poseedora absoluta de la misma.
En este encuentro el dialogar con el tú, enfrentarse a él o afrontarlo,
permite el existir de manera autónoma y descubrirse a sí misma, la persona.
Simultáneamente se dan las relaciones de ella con el ustedes, espacio en
que hay excentricidad al encontrarse fuera de sí misma por naturaleza, así
como tan esencialmente el estar en sí misma.
La persona al afirmarse protesta. Existir es decir sí, es aceptar y
adherir. Existir como persona es a menudo también decir no, protestar y
romper. Una cualidad sustantiva de la persona es el diálogo, con el cual se
10 Agustín Domingo Moratalla. El humanismo del siglo XX: el personalismo, p.113.
13
encuentra el tú del otro. Es vital para la realización de ambos
interlocutores.
Para poder comprender al otro se necesita reconocerlo como un tú
que es capaz de establecer una relación con mi yo, y por eso puedo
descubrirlo como un tú. Relación que siempre tiene implicaciones éticas
porque se acepta la existencia del otro como un involucrado. El diálogo
que se establece se sustenta en el respeto y reconocimiento por la validez
que dice y argumenta. Sólo mediante su palabra y lenguaje se puede
comprender el saber del tú.11
Es de importancia, también, presentar que la persona tiene una
dimensión espiritual. Juan María Parent expone que “El espíritu es capaz de
más y demanda una apertura hacia lo absoluto. El ser se hace cada vez
más hombre gracias a la conciencia que toma de lo que es más grande
que él. El espíritu demanda además de las relaciones interpersonales llenas
de sentimientos una relación con otra fuente de enriquecimiento. En esta
apertura es como el ser humano logra realizarse plenamente y alcanzar la
calidad de persona”.12 Desde la antigüedad esta dimensión siempre ha
sido fuente de pensamiento en la realización plena de la vida de los seres
humanos. Es una necesidad básica. Las mismas inscripciones de los Salmos,
11 Medardo Placencia Castellanos. La relación con el otro en una ética política, p. 246. 12 Juan María Parent Jacquemin. Op. Cit., p. 48.
14
la Sabiduría, el Eclesiástico, los Proverbios, del Antiguo Testamento la
contienen.
El ser humano a todo cuanto le rodea le proporciona una
significación o sentido que parte de su espíritu, así existe. Esto es una
función central del ser humano que le es innata. Requiere que cada vez se
haga más apto para dar respuesta a ella, para atenderla. Es un proceso
educativo que se le llama personalización, el cual se caracteriza por
presentar un porvenir no automático porque ante las dificultades se vuelve
a encauzar tras la voluntad de cada persona. No hay que olvidarse que el
proceso de despersonalización acecha.
Durante la personalización en el ser humano aparece la libertad
hecha conciencia de sí misma, acompañada del buscar su realización
razonable en una acción con sentido. Acontece el compromiso consigo
mismo y con el entorno. Es posible decir que la ética tiene carácter de
obligatorio. Se estima que según el carácter del ser humano, él enfrentará
la vida con ánimo o desánimo, con ilusión y esperanza o con pesimismo o
amargura. El carácter es moldeado y afianzado por la educación,
básicamente, y por la cultura del entorno.
De acuerdo a las circunstancias del ambiente contextual en que
viven las personas, donde su cultura contiene y genera significaciones
judeocristiana como la nuestra, puede decirse que la ética, también, es la
15
manera de vivir conforme a las potencialidades humanas y dentro de los
límites que imponen las relaciones interpersonales, amén de ser ellas
mismas un dinamismo hacia la realización de cada individuo.13 Concepto
con valor principal hacia la persona con autonomía y que es valorado por
el cristianismo.
También puede decirse que el ser persona existe solamente en la
realización de sus actos. Existir es elegir. La intervención de la voluntad, la
capacidad de elegir es lo propio de la existencia. Es cuando por un lado se
presenta la prueba ética de la reacción al mal, al sufrimiento y a la
servidumbre, y por otro la búsqueda de valores que permitan dar respuesta
a la crisis. Así la persona se edifica en los valores: la felicidad, la ciencia, la
ética, el arte. Los valores dan dimensión ética a la existencia. Con este
proceso la persona se rebasa a sí misma y alcanza de alguna forma la
trascendencia, es decir, un ser humano como ser constitutivamente abierto
y capaz de elegir, de ser un ser libre.
En esa realización de los actos de la persona, en que la ética los
guía, está la conducta del deber porque existen acciones que alcanzan
un valor moral. La razón para actuar es sólo la razón. Es referirse a E. Kant,
para quien la única base de la obligación debe buscarse a priori en los
conceptos de la razón.
13 Juan María Parent Jacquemin. Para una ética en la vida universitaria, p. 4.
16
Más F. Hegel muestra que el ser humano, además de la razón
cuenta, también, con sus sentimientos, o sea, la conciencia individual. Su
comportamiento es un transcurrir de vivencias carente de sentido con
apego a la materia, un individuo que se adhiere a las instituciones. Juan
María Parent dice que “Hegel nos indica que el contenido de nuestro
deber moral se encuentra en nuestra posición en la sociedad. Para Hegel
debemos crear una nueva forma de sociedad en la que el problema
moral desapareciera”.14 Esto es equivalente al concepto de deber de
Estado, aún presente en siglo XXI a pesar de la evolución del concepto de
ética sostenido por el pensamiento judeocristiano.
Para ambas formas de pensamiento acerca del deber, es de suma
importancia tomar en cuenta que la vida de la persona en la sociedad, es
donde su naturaleza toma forma. Bajo este enfoque la reflexión de M.
Scheler permite aquilatar al deber como la obligación que nace en el
mandato del valor. Este último intuye en la persona la conciencia de un
deber para realizar lo valioso para ella.
Este deber es un deber de estado de la persona en cada situación
de vivencia en la sociedad misma. Deber como obediencia a leyes de
justicia que me mandan o a lo que el cargo o función que ocupo implica.
Sin embargo, en estas acciones están las que su sentido es de mayor
14 Juan María Parent Jacquemin. Lo cotidiano: el deber y los derechos humanos, p. 215.
17
intensidad o de valor moral más alto que a la misma obediencia, es la
desobediencia a la ley injusta. Es una regla de acción, como obligación
definida, para no permitir aceptar y menos obedecer una ley injusta.
Como se había mencionado, la conducta de la persona al afirmarse
protesta.
Así, los deberes y el deber moral responden a las relaciones de la
persona con el Estado, la familia, la profesión u oficio, la sociedad. En estos
ambientes el deber moral es universal por no adquirir un carácter propio a
causa de las circunstancias, pensamiento afirmativo del doctor Juan María
Parent.15
Emmanuel Mounier16 dice que la dignidad de la experiencia
personal está en la acción. Afirmaría que lo que no actúa no existe. Para él
tres tipos de acción son los que el hombre está llamado a realizar: (a) El
dominio de la materia exterior. Búsqueda y cuidado de los dones; (b)
personalidad que persigue el perfeccionamiento interior. Exploración de los
valores que es contemplativa, y (c) la acción que nos une en comunidad
en una obra común.
El dominio de la materia exterior sería el hacer la acción económica,
la aplicación del conocimiento para la resolución de los asuntos humanos.
15 Ibidem, p. 216. 16 Cfr “Valores promovidos por el personalismo”, en El individualismo fenecerá.Mounier, ayer, hoy y siempre. pp. 105-115.
18
La eficacia es su regla. En el obrar se da la formación del agente porque su
autenticidad o el cómo se hace tendrá sus resultados observados en el
otro agente afectado por su quehacer. Es hacer de manera extraordinaria
lo ordinario.
La acción de la persona es evaluable en el mundo de su vida con los
otros, para así ser captada su significación la cual sería pauta
verdaderamente valorativa. Así es mostrable la calidad humana de la
persona, la asunción de las significaciones de este mundo.
Su mundo de vida con los otros, comunidad, no es que la persona
viva su aventura al lado de los otros para lograr la propia realización. Es
una acción permanente de dar atención a la persona que somos y a las
personas que nos rodean. La persona se entrega y se realiza. Es un esfuerzo
de permanencia, de continuidad por encontrarse y valorizar las
verdaderas virtudes. Es una fidelidad en términos cristianos.
Por lo tanto el proceso de personalización permite crear el mundo en
el que se alcance la plenitud de las potencialidades humanas, porque la
cultura permite avanzar sin tanto retroceso. Crear un medio humano para
ser más humanos es cultura como resultado de acciones de la persona.
Asimismo, el personalismo es un recurso que lleva a la
autoconciencia y al amor en comunidad humana o sociedad. La
19
autoconciencia nos lleva a ser creativos. La autoconciencia nos llama y a
la que debemos responder. La respuesta es con la capacidad de ser
creadores, que es bienestar (bien-estar). El bienestar nos permite ser
plenamente activos por ser independientes de las regulaciones exteriores.
Es calidad de vida como valor social porque los bienes materiales
disponibles con las normas morales están al servicio del hombre como
persona y de la sociedad o de la comunidad.
La misma reflexión tanto de la personalización como del
personalismo, permite el entendimiento de la no-violencia, actualmente
necesaria ante las circunstancias contextuales de la sociedad mexicana
en que vivimos. Desde lo filosófico ésta es la conciencia de la importancia
del valor y del poder de cada ser humano, incluyéndose a sí mismo. Es
sobre todo una manera de ser, de actuar en el conflicto. Una herramienta
que permite construir la armonía entre los seres creando en cada uno la
dignidad y el respeto profundo del otro. Sus prácticas se emplean en el
análisis y la crítica de cuestiones sociales como la pobreza, las
desigualdades, la injusticia. El fin de la no-violencia es la creación y el
sostenimiento de una sociedad plural-multiétnica, multicultural y
multiconfesional.17
17 Boletín No violencia activa AHIMSA, año 1, núm. 0, Comisión de Derechos Humanos del Estado de México-Universidad Autónoma del Estado de México, marzo 2005. Boletín No violencia activa AHIMSA, año 1, núm. 3, Comisión de Derechos Humanos del Estado de México-Universidad Autónoma del Estado de México, junio 2005.
20
El estudio y pensamiento acerca de persona que se ha expuesto,
permiten, también, reaquilatar los derechos fundamentales de dignidad,
libertad e individualidad, existentes desde la antigüedad.18 Sobre todo al
ser respuesta de las necesidades básicas de los individuos y de las
comunidades, e igualmente ser instrumento de la organización social que
favorezca el desarrollo moral de las personas. Enfatizándose la dignidad
por ser la manera de tratar a la humanidad, tanto en su persona como en
la persona de otro. Siempre el trato es como un fin y nunca sólo como un
medio.
La función reflexiva del contenido presentado, también, colabora al
aquilatamiento de la declaración universal de los derechos humanos,
aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de
diciembre de 1948. Donde se proclama que tanto los individuos como las
instituciones promuevan mediante la enseñanza y la educación el respeto
a estos derechos y libertades. Inicia con marcar que todos los seres
humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como
están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos
con los otros.19
La presente reflexión acerca de persona, también, ayuda a la
consideración del hecho “Reglamento de la defensoría de los derechos 18 Gregorio Peces-Barba Martínez, Derecho positivo de los derechos humanos, Colección Universitaria, Editorial Debate, Madrid, 1987. 19 www.un.org/spanish/aboutun/hrights.htm
21
universitarios de la Universidad Autónoma del Estado de México”,
aprobado por el H. Consejo Universitario de la UAEM el 25 de noviembre de
2005. Su artículo 3 señala que la defensoría de los derechos universitarios
fungirá como mediadora o conciliadora en los conflictos individuales que
surjan, por exceso, defecto u omisión en la aplicación de la Legislación
Universitaria, en cuyo contenido se aprecie que los órganos de gobierno,
de autoridad o los servidores universitarios, han menoscabado los
derechos, deberes e intereses legítimos de los universitarios o de los
integrantes de la comunidad universitaria.20
En el aquí y ahora de todo profesor universitario, siempre se le
presenta la oportunidad, de manera escolar y no escolar, de participar en
la formación integral del estudiante. Simplemente al permitir conocer
formas distintas de pensamiento, de vida, de diversas culturas, de que la
verdad pueda estar en la otra persona, es decir, un dialogar en que
acontezca el existir autónomo y de conocimiento de sí mismo.
En la universidad pública el estudiante o el alumno al ser visto como
persona y hombre se le inclina a su autoconstrucción con la educación. Es
de consideración que con la existencia de contextos diversos se ha visto la
necesidad de establecer una misión para la educación y así no
desconectarse de los propósitos que persigue. Por ello se dice que “la
20 Gaceta Universitaria, Órgano oficial de publicación y difusión de la Universidad Autónoma del Estado de México, número extraordinario, Época XII, Año XXI, diciembre 2005.
22
educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer
fructificar todos los talentos y todas las capacidades de creación, lo que
implica que cada uno puede responsabilizarse de sí mismo y de realizar su
proyecto personal. Su realización, larga y difícil, será una contribución
esencial a la búsqueda de un mundo visible más justo”.21
También es de consideración principal que la tarea principal de la
educación es de que cada persona realice sus propias potencialidades, el
de su comunidad y de la situación del ambiente. Esto equivale a efectuar
una educación durante toda la vida en el seno de la sociedad porque
siempre va a requerirse aprender a ser, aprender a conocer, aprender a
vivir juntos y aprender a hacer. Conjuga con la personalización del ser
humano como proceso educativo para la calidad de vida.
Las vertientes presentadas de reflexión acerca de pensamientos y
conocimientos existentes en la Universidad Autónoma del Estado de
México, con respecto a su autonomía propia, sus docentes de educadores
auténticos, y de persona, me permiten decir que es y existe una Alma
Mater para el estudiante con corazón de valiente que desee ser una
persona universitaria con dignidad y con proyecto personal de
21 María del Rosario Guerra González, “La universidad y la educación para la paz y los derechos humanos”, en Universidad y derechos humanos de Noé H. Esquivel Estrada, Juan María Parent Jacquemin, María del Rosario Guerra González y Rodolfo Elizalde Castañeda, Universidad Autónoma del Estado de México, 2001, p. 50.
23
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personalismo, Editorial Cincel, Madrid, España, 1985.
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Autónoma del Estado de México, 1996.
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G. y Rodolfo Elizalde C., Universidad y derechos humanos, Centro de
Estudios de la Universidad, Universidad Autónoma del Estado de
México, 2001.
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Universidad Autónoma del Estado de México, número extraordinario,
Época XII, Año XXI, diciembre 2005.
5. González Molina, Margarita, Exploración de valores según la visión de
Max Scheler: Caso del plantel de la escuela preparatoria Angel María
Garibay Kintana de la UAEM, generación 1994-1997, Tesis de maestría
interinstitucional en educación media superior de la Universidad
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