El Pípila No Existió
- Claro que no existió y no debe existir, la sola idea de que sea un personaje
real, de carne y hueso es inconcebible. Los libros de historia cometieron el
gran error de haberlo incluido en los relatos patriotas de aquel septiembre de
1810. En fin, las leyendas a veces se inmiscuyen en la verdad.
- Pero dicen personas de los municipios de Guanajuato que sí existió.
- Mira, te lo voy a explicar lento para que lo entiendas: si el Pípila hubiera
existido eso implicaría que una persona humilde podría cargar la pesada losa
que lo oprime y sería capaz de quemar la puerta de su opresor con el fuego de
la esperanza para liberarse de esa carga. Eso no es permisible de creer.
- O sea, sí existió pero debemos negarlo.
- No debemos negarlo, debemos borrarlo de nuestra imaginación colectiva;
imagina que cualquier persona de los más de 100 millones oprimidos tuviera
la referencia de que se puede ser héroe sin ser capitán, general o cura; sería el
caos, entonces se atreverían a pensar, a razonar, a levantar la mirada contra
quien lo humilla, eso es impensable.
- Entonces, dices que sí existió pero que es conveniente negarlo.
- Mira, entiende, la historia no es un compendio de lo que en verdad ocurrió,
es una recopilación de hechos que están documentados y que se reúnen según
la perspectiva del historiador y la conveniencia de aquellos quienes saben qué
es bueno que el pueblo sepa y qué no.
- ¿Documentados?, entonces la narración oral no cuenta.
- No, porque es imprecisa y nadie nos asegura que no sean mentiras.
- ¿Y quién nos asegura que los documentos no fueron manipulados para que
digan lo que a alguien le interesa que digan según quien esté al turno en el
poder?
- Hay historias que son mejor no contarlas.
- Luego entonces, El Pípila sí existió.
- ¡Que noooooo!, es un invento de alguien quien quiere que el populacho crea
que son capaces de rebelarse contra quien lo esclaviza; imagina nada más por
un momento: un grupo de obreros que trabajan por un mísero sueldo, con
largas jornadas de trabajo, que ellos de pronto tomaran ese ejemplo del tal
Pípila y se encararan con su patrón para exigirle un salario justo y trato digno.
No mi estimado, el Pípila es un error de la mente humana.
- Entonces, ¿Cómo entraron a la Alhóndiga de Granaditas?
- Los españoles les abrieron para regalarles comida, para dialogar con ellos
como gente decente, pero los revoltosos entraron a sangre y fuego, para
justificarse alguien inventó esa tontería de que un trabajador humilde fuera
capaz de una valentía propia de personas de alta alcurnia. Sólo los nobles son
valientes, sólo los españoles, únicamente los de tez blanquizca, únicamente los
ricos pueden hacer proezas, los pobres cometen crímenes.
- O sea, ¿cómo?
- Eres tonto deveras, mira, el pobre es infiel, el rico tiene affairs; el pobre
comete delitos, el rico, errores de administración; el pobre miente, el rico usa
palabras mal entendidas; el poderoso conquista, el pobre hace mitotes; el
pobre va a la cárcel por robar un atún, el rico sale libre aunque se robe
millones de pesos.
- Así pues, El Pípila, por ser pobre y no tener un Herodoto de cabecera, no
existió.
- Ya vas entendiendo un poco. Hay un orden que es el idóneo para que la vida
funcione, como usar lenguajes que el pobre no entienda y así deje el
conocimiento para quien tiene acceso a la educación de calidad. ¿Por qué
crees que los libros son caros?, ¿Por qué crees que no hay facilidad de
imprentas?, para que el escritor los tenga que vender caros y entonces pocos
los puedan adquirir. Así debe ser. Debemos evitar más Pípilas en los surcos de
los libros.
- Ummmm.
- Ummm, ¿Qué?, quieres que luego la gente ya no respete a los curas y les
reclame por no ser humildes o por vender a altos precios los sacramentos,
quieres que cualquier persona pare en la calle a su presidente municipal y le
reclame lo que ha hecho mal, te atreves a sugerir que un alumno deba ser
capaz de reclamar cuando un coordinador no tiene calidad humana a pesar de
su título gringo, ¿esas tonterías sugieres?, ¿y luego qué más?, ahí si quieres le
ponemos un monumento al Pípila que se vea desde todo Guanajuato, es más,
si quieres le ponemos un elevador para que más pronto suban y se estén
acordando que no importa lo pesado de su losa, siempre podrán tomar el fuego
de la esperanza, quemar la puerta del opresor y liberarse. No, claro que no, es
más, grábate esto en tu memoria: El Pípila dejara de ser recordado, eso te lo
firmo hoy: 6 de septiembre de 1899. El Pípila no existió y se olvidará pronto.
Mayo Zamora
septiembre de 2014
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