El romancero
a través del cómic
Trabajo realizado por alumnos
de 2.º de ESO
del IES Complutense
(Alcalá de Henares)
Los romances
Los romances son los poemas más característicos de la tradición
literaria española. Estos poemas no estróficos están compuestos por una
serie indeterminada de versos generalmente octosílabos (aunque también
podemos encontrar romancillos, de versos hexasílabos; romances endecha,
formados por heptasílabos; romances heroicos, con versos
endecasílabos…) que mantienen rima asonante en sus versos pares,
quedando sueltos los impares.
Son la forma poética más popular en los siglos XIV y XV y son
generalmente narrativos (de temática diversa, dependiendo del momento
histórico y del lugar).
Su transmisión era oral (principalmente eran cantados o
declamados por juglares y juglaresas, por ciegos, etc., que conseguían
con su declamación algunas viandas o monedas en las plazas, castillos y
posadas). La oralidad es la principal causa de que surjan distintas
versiones del mismo romance. Así, por ejemplo, se adaptan los nombres
de los personajes, los topónimos y algunos de los acontecimientos
narrados a la zona geográfica, al momento histórico y a los gustos del
público. El “Romance del Conde Olinos”, del que se conocen más de 75
versiones, es un claro ejemplo de esta gran variedad derivada de la
oralidad.
Los romances han sido recogidos en diversas colecciones,
denominadas romanceros. En el Romancero Viejo se recogen poemas de
origen medieval, derivados de los Cantares de Gesta, a partir del siglo
XIV y que persisten hasta el siglo XIX. Estos romances son de autores
anónimos.
Desde el siglo XVI, autores conocidos y reconocidos, atraídos por
esta forma poética, crean nuevos romances (Romancero Nuevo), de
transmisión escrita –por ello, no ofrecen variantes-, en los que se tratan
nuevos temas y presentan nuevas formas (cuartetas asonantadas),
añadiéndoles estribillos y adaptándolos a las letrillas (composiciones
poéticas breves, divididas en estrofas simétricas al final de las cuales se
repite un mismo pensamiento en uno o más versos denominados estribillo,
y que se desarrollan a partir del siglo XVI. Artículo tomado de
Wikipedia).
Como textos narrativos que son, generalmente encontramos en ellos
las tres partes típicas:
1. Presentación de los personajes, del marco (muy breve) y
planteamiento del problema.
2. Nudo: Complicación del problema.
3. Desenlace: El problema se soluciona positiva o
negativamente (salvo en aquellos poemas de final abierto o truncado).
Por su estructura, podemos hablar de tres tipos de romances:
a) Romances escena: En ellos aparece solo el momento más
dramático, culminante, de la historia, obviando el inicio y final de la
misma. Ejemplos de este tipo son “El romance del prisionero” o “El
conde Arnaldos”.
b) Romances historia: Contienen la historia completa. Así lo
vemos, por ejemplo, en el “Romance del Conde Olinos”.
c) Romances con estribillo. Ejemplos: “La esposa infiel” o el
“Romance de la conquista de Alhama”.
Por su temática, suelen clasificarse en:
• Romances históricos: Temas históricos o legendarios:
“Bernardo el Carpio”, el ciclo de “El Cid”…
• Romances carolingios: Basados en los cantares de gesta
franceses: “Romance de Roncesvalles”.
• Romances fronterizos: Narran hechos acontecidos durante la
Reconquista en las zonas fronterizas entre cristianos y árabes.
• Romances novelescos: Diversos temas tomados del folclore
nacional o indoeuropeo.
• Romances líricos: Priman los sentimientos sobre los aspectos
narrativos: “El romance del prisionero”, “El enamorado y la
muerte”…
• Romances épicos: Cuentan hazañas de los héroes históricos
de los Cantares de Gesta.
• Romances de ciego: En ellos se cuentan hechos truculentos y
sensacionalistas, así como milagros o portentos.
La lengua empleada en estos poemas abunda en una serie de
recursos comunes:
Repetición léxica, especialmente, anafórica: Reiteración de
una o varias palabras.
Derivación: Empleo de palabras de la misma familia léxica.
Aliteración (y onomatopeya).
Paralelismo, tanto sintáctico (repetición de estructuras
gramaticales) como semántico (reiteración de significados).
Empleo de imágenes sensoriales.
Otros recursos son:
Comienzo del romance con un personaje en movimiento (uso
del gerundio).
Localización temporal mediante una fecha religiosa o
significativa: “… mañanita de San Juan…”
Localización topográfica (breve y, normalmente, genérica):
“… a las orillas del mar…”
Partiendo de la elección y estudio de diversos romances y de sus
características, los alumnos de 2.º de ESO del IES Complutense de
Alcalá de Henares se han propuesto, y creo poder afirmar que han
logrado, retomar nuestro añejo romancero y actualizarlo a través de una
fórmula narrativa más próxima a ellos: la del CÓMIC.
Esperamos disfruten de su trabajo y aporten sus ideas al
Cuaderno de bitácora de aula: Tenemos la palabra
(lenguaeso12.blogspot.com).
A las puertas del palacio de una señora de bien, llega un lindo caballero corriendo a todo correr. Como el oro es su cabello, como la nieve, su tez; sus ojos, como dos soles y su voz, como la miel. –Que Dios os guarde, señora. –Caballero, a vos también. –Ofrecedme un vaso de agua,
que vengo muerto de sed. –Tan fresca como la nieve, caballero, os la daré. La cogieron mis tres hijas al punto de amanecer. –¿Son hermosas vuestras hijas? –Como un sol de Dios las tres. –Decidme, ¿cómo se llaman?, si en ello gusto tenéis. –La mayor se llama Elena, y la segunda Isabel, y la más pequeña de ellas Rosalinda la nombré.
–Decid a las tres que salgan, que las quiero conocer. –La mayor y la mediana al punto aquí las tendréis. Rosalinda, caballero, os ruego la perdonéis; por vergüenza y cobardía no quiere dejarse ver.
–Lindas son las dos que veo,
lindas son como un clavel, pero más linda será la que no se deja ver. A las puertas del palacio de la señora de bien, llegan siete caballeros, siete semanas después. –Preguntadme, caballeros, que yo os sabré responder. –Tres hijas como tres rosas nos han dicho que tenéis, la más pequeña de todas
sin temor nos la entreguéis, que en los palacios reales va a casarse con el rey.
Romance de Rosalinda
Adaptación a cómic realizada
por Andrea Gómez de la Vara
Madrugaba el Conde Olinos, mañanita de San Juan, a dar agua a su caballo a las orillas del mar. Mientras el caballo bebe, canta un hermoso cantar; las aves que iban volando se paraban a escuchar. Bebe, mi caballo, bebe, Dios te me libre del mal; de los vientos de las sierras y de las furias del mar. Desde las torres más altas la Reina le oyó cantar. –Mira hija, como canta la sirena de la mar.
–No es la sirenita, madre, que esa tiene otro cantar;
que es la voz del Conde Olinos que por mí penando está. –Si es la voz del Conde Olinos yo le mandaré matar; que para casar contigo le falta la sangre real. –No le mande matar, madre, no le mande usted matar; que si mata al Conde Olinos a mí la muerte me da. Guardias mandaba la Reina al Conde Olinos buscar, que le maten a lanzadas y echen su cuerpo a la mar. La infantina, con gran pena,
no cesaba de llorar. Él murió a la media noche y ella, a los gallos cantar.
Romance del Conde Olinos
Adaptación a cómic realizada
por Inmaculada Pérez Martín
Camina la Virgen pura, camina para Belén; el camino, como es largo, pide el Niño de beber. Las aguas están muy turbias, que no se pueden beber. En lo algo de aquel cerro
ricas naranjas se ven; las está guardando un ciego, ciego de rica vejez. –Ciego, deme una naranja, que mi Niño tiene sed. –Cójala usté, gran señora,
que yo no la puedo ver. La Virgen, con cortedad, no ha cogido más que tres; una le dio a su niñito, otra a su esposo José, otra se quedó en la mano para el Niño entretener.
Apenas se va la Virgen el ciego comienza a ver. –Ciego, ¿quién te ha dado la vista? –Me la ha dado una mujer: no sé si será la Virgen o su esposo San José.
Romance de la huida a Egipto
Adaptación a cómic realizada por
Enrique Martínez González
Voces daba un marinero que el agua se le llevaba. Le ha respondido el demonio al otro lado del agua: -¿Qué me darías, marinero, si la vida te salvara? -Te daré mis tres navíos cargados de oro y de plata. -Yo no quiero tus navíos ni tu oro ni tu plata.
-Yo te daré mis tres hijas y mi mujer por esclava. -Yo no quiero tus tres hijas ni tu mujer por esclava, que quiero que cuando mueras a mí me entregues el alma.
Voces daba un marinero
Adaptación a cómic realizada por
Soraya Gallego
En los reinos de León el casto Alfonso reinaba; hermosa hermana tenía, doña Jimena se llama; enamorárase de ella ese conde de Saldaña, mas no vivía engañado, porque la infanta lo amaba. Muchas veces fueron juntos, que nadie lo sospechaba; de las veces que se vieron la infanta quedó preñada. La infanta parió a Bernardo, y luego monja se entraba. Mandó el rey prender al conde y ponerle muy gran guarda.
El nacimiento de Bernardo
Adaptación a cómic realizada por
Emanuel Savulescu
En el tiempo que me vi más alegre y placentero, encontré con un palmero
que me habló y dijo así: -¿Dónde vas, el caballero? ¿Dónde vas, triste de ti? Muerta es tu linda amiga, muerta es, que yo la vi; las andas en que ella iba de luto las vi cubrir, duques, condes la lloraban todos por amor de ti; dueñas, damas y doncellas llorando dicen así: -¡Oh triste del caballero que tal dama pierde aquí!
Romance de amor (¿Dónde vas, el caballero?)
Adaptación a cómic realizada por
Kaike Prado
Por la montañita arriba
camina la serranilla con la falda arregazada y la nieve a la rodilla. La nieve caía a copos y agua menudita y fría. Con el pie pisa la nieve, con el zapato la trilla. Echó la vista hacia atrás por ver si alguno venía; la estaba viendo un galán de los que la pretendían. La niña de que le vio, dejó de andar y corría; mucho corría el caballero, pero más corría la niña. Donde la vino a alcanzar, al pie de la verde oliva, la oliva como era amarga, amargamente decía. –¿Dónde va la niña blanca, dónde va la blanca niña? –Voy a bodas de mi hermano que casarse pretendía. –Si tú me quieres a mí yo iría en tu compañía.
–Yo no te quería a ti, que mis padres no querían;
no me quites el honor,
aunque me quites la vida. –Te he de quitar el honor, no te he de quitar la vida. Estando en estas palabras el puñal se le caía, la serrana que no es torpe con su mano le cogía. Se lo clavó por la espalda, a un costado le salía, con las ansias de la muerte estas palabras decía: –No te vayas alabando ni en tu tierra ni en la mía que has dado muerte a un galán con las armas que él traía. Se le cogió en el caballo, sube montañas arriba donde había un ermitaño ganando su santa vida. –Por Dios te pido, ermitaño, por Dios te lo pediría, que me dejes enterrar un cuerpo que aquí traía. – Entiérrale, niña blanca, entiérrale, blanca niña.
Con el puñal dorado, la sepultura le hacía.
La serrana
Adaptación a cómic realizada por
Carlos Robles
Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía, soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía. Vi entrar señora tan blanca,
muy más que la nieve fría. —¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida? Las puertas están cerradas, ventanas y celosías. —No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía. —¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día! —Un día no puede ser, una hora tienes de vida.
Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía; ya se va para la calle, en donde su amor vivía.
—¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña! —¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida? Mi padre no fue al palacio,
mi madre no está dormida. —Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida; la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería. —Vete bajo la ventana donde labraba y cosía, te echaré cordón de seda para que subas arriba, y si el cordón no alcanzare, mis trenzas añadiría.
La fina seda se rompe; la muerte que allí venía: —Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.
Romance del enamorado y la muerte
Adaptación a cómic realizada por
Roberto Puente
En Sevilla a un sevillano siete hijas le dio Dios; todas siete fueron hembras y ninguno fue varón. A la más chiquita de ellas le llevó la inclinación de ir a servir a la guerra vestidita de varón. Al montar en el caballo la espada se le cayó, por decir maldita sea, dijo: “Maldita sea yo.” El rey que lo estaba oyendo de amores se cautivó:
–Madre, los ojos de Marcos son de hembra no de varón.
–Convídala tú, hijo mío, a los ríos a nadar que si ella fuese hembra no se querrá desnudar. Toditos los caballeros se empiezan a desnudar. y el caballero Don Marcos se ha retirado a llorar. –¿Por qué llora usted Don Marcos? –Porque debo de llorar, por un falso testimonio que me quieren levantar. –No llores, alma querida; no llores, mi corazón,
que eso que tú tanto sientes eso lo deseo yo.
Romance de la doncella guerrera
Adaptación a cómic realizada por
Laura García
Yo me levantara, madre, mañanica de San Juan, vide estar una doncella ribericas de la mar. Sola lava y sola tuerce, sola tiende en un rosal; mientras los paños se enjugan dice la niña un cantar: –¿Dó los mis amores, dó los, ¿dó los andaré a buscar? Mar abajo, mar arriba, diciendo iba el cantar, peine de oro en las sus manos por sus cabellos peinar: –Dígasme tú, el marinero, sí, Dios te guarde de mal, si los viste mis amores, si los viste allá pasar.
Yo me levantara, madre…
Adaptación a cómic realizada por
Amparo Cabezas
En Madrid hay un palacio que le llaman de oropel y en él vive una señora que la llaman Isabel. No la quieren dar sus padres a ningún conde o marqués por más dinero que cuenten tres contadores al mes. Una noche muy oscura,
al juego del alfiler la ha ganado un bello mozo, bello mozo aragonés. Para casarse con ella mató a sus hermanos tres mató a su padre y a su madre, y luego con ella fue. En el medio del camino llora la niña Isabel
–¿Por qué lloras, niña mía, por qué lloras, Isabel? Si lloras por tus hermanos, por tus hermanitos tres, a tu padre y a tu madre también muertos los dejé. –No lloro por mis hermanos, por mis hermanitos tres, que lloro por el puñal de oro
que quiero que me le des. –Dime para qué lo quieres, dime cómo y para qué. –Para partir una pera que vengo muerta de sed. Se lo ha dado del derecho lo ha cogido del revés. –Si tú mataste a mis padres, yo también te mataré.
Romance de Isabel
Adaptación a cómic realizada por
Raúl Domínguez
Un cura que dice misa en la iglesia del Pastor se enamoró de una niña, desde que la bautizó. Mientras vivieron sus padres,
no la pudo lograr, no. Cuando murieron sus padres, la niña sola quedó. Un día del mes de mayo, peinándose estaba al sol; pasó por allí el mal cura, pasó por allí el traidor. – Vente conmigo, Pepita; Pepita del corazón. La ha agarrado de la mano y a su casa la llevó. Un día de Jueves Santo,
con la niña se acostó la puso la mano al pecho, y el cuerpo muerto quedó. –Vecinos, los mis vecinos, si tenéis buen corazón, sacadme de aquí esta niña, donde no la vea Dios.
A la mañana siguiente, a decir misa marchó y al tiempo de alzar el cáliz, del cielo bajó una voz. –Detente, traidor, detente;
detente padre traidor, que no puedes decir misa, ni consagrar al Señor. A la mañana siguiente, para Roma se marchó a que le confiese el Papa y le eche la absolución. –Que te arrasten cuatro potros desde Roma hasta Aragón. –Esa es poca penitencia; más grande la quiero yo. –Que te suban a una torre
y te pongan por reloj. –Esa es poca penitencia; más grande la quiero yo. –Que te metan en un horno hasta que te hagas carbón. –Como era una niña santa, esa me merezco yo.
El cura y su penitencia
Adaptación a cómic realizada por
Alberto García Vallejo
Caballeros de Moclín, peones de Colomera, entrado habían en acuerdo, en su consejada negra, a los campos de Alcalá donde irían a hacer presa. Allá la van a hacer, a esos molinos de Huelma. Derrocaban los molinos, derramaban la cibera, prendían lo molineros, cuantos hay en la ribera. Ahí les hablara un viejo
que era discreto en la guerra: –Para tanto caballero chica cabalgada es esta; soltemos un prisionero que a Alcalá lleve la nueva; démosle tales heridas, que en llegando luego muera; cortémosle el brazo derecho, porque no nos haga guerra. Por soltar un molinero un mancebo les saliera
que era nacido y criado en Jerez de la Frontera, que corre más que un gamo y salta más que una cierva. Por los campos de Alcalá va gritando: –¡fuera, fuera! caballeros de Alcalá no os alabaréis de aquesta, que por una que hicisteis y tan caro como cuesta, que los moros de Moclín corrido os han la ribera, robado os han vuestro campo,
y llevado os han gran presa. Oídolo ha don Pedro, por su desventura negra; cabalgara en su caballo, que le dicen Boca–negra. Al salir de la ciudad Encontró con Sayavedra: –No vayades allá, hijo, si mi maldición os venga, que si hoy fuere la suya, mañana será la vuestra.
Caballeros de Moclín
Adaptación a cómic realizada por
Carlos Bernal
Nunca fuera caballero de damas tan bien servido como fuera Lanzarote
cuando de Bretaña vino, que dueñas curaban de él, doncellas del su rocino. Esa dueña Quintañona, ésa le escanciaba el vino, la linda reina Ginebra se lo acostaba consigo; y estando al mejor sabor, que sueño no había dormido, la reina toda turbada un pleito ha conmovido: –Lanzarote, Lanzarote, si antes hubieras venido,
no hablara el orgulloso
las palabras que había dicho, que a pesar de vos, señor, se acostaría conmigo.
Ya se arma Lanzarote de gran pesar conmovido, despídese de su amiga, pregunta por el camino. Topó con el orgulloso debajo de un verde pino, combátense de las lanzas, a las hachas han venido. Ya desmaya el orgulloso, ya cae en tierra tendido. Cortárale la cabeza, sin hacer ningún partido; vuélvese para su amiga
donde fue bien recibido.
Lanzarote y el orgulloso
Adaptación a cómic realizada por
Miryan Pauliuc
Era una doncella ....
que se querían (2) Ella lo quiere, ella lo ama, ella tiene un vestido de desposada (2) Y el día de su santo fueron al campo a pasear Juan que no tenía ganas y con ella va (2) ¿Qué tienes Juan, que estás tan triste? Si tú a mí no me quieres tú me lo dices (2) Yo no te quiero a ti que quiero a otra, (2) que mis ojos han visto, que es más hermosa (2) Márchate Juan con tu Dolores que era la contraria de sus amores (2) Y al otro día siguiente ella le ha preguntado con mucho agrado (2) Que si han visto a Juan por algún lado (2) Piensa en ponerte buena yo te lo digo (2), porque el amor de Juan ya lo has perdido (2) Porque tu Juan (2)
con la amiga Dolores se va a casar (2) Madre cierra la puerta vente a mi lado (2) que antes de morir quiero, madre querida, darte un encargo Si viene Juan después de muerta no le dejes de pasar madre querida por esa puerta Al otro día siguiente doblan campanas. (2) Era la pobre Adela que suspiraba, que suspiraba Al otro día siguiente pasó el entierro, (2) todas las amiguitas iban de negro (2) Iban de negro menos Dolores que llevaba un vestido de mil colores (2) Juan que estaba en la puerta se entró pa dentro se arrodilló (2) delante de un retrato que ella le dio (2) Y al otro día siguiente fue al cementerio (2) salió el sepulturero
...... Márchate Juan, deja a la muerta que los restos que ya quedan son pa la tierra (2)
La pobre Adela
Adaptación a cómic realizada por
Amanda Correa
Estaba una señorita sentadita en su balcón que que con el oritín, que que con el oritón, sentadita en su balcón, esperando que pasara el segundo batallón. Pasó por allí un soldado de muy mala condición. – Suba, suba, caballero, dormirá una noche o dos. Mi marido está de caza en los montes de León, y para que no regrese, le echaré una maldición: que se caiga del caballo y muera sin confesión. Estando en estas palabras, el maridito llegó.
–Ábreme la puerta luna, ábreme la puerta sol, que te traigo un conejito de los montes de León.
Bajaba por la escalera, cambiadita de color. Al entrar en el portal, el marido preguntó: –¿De quién es aquella capa que en mi percha veo yo? – Tuya, tuya, maridito, que te la he comprado yo. –¿De quién es aquel sombrero que en mi percha veo yo? –Tuyo, tuyo, maridito, que te lo he comprado yo. Se fueron para la cama, y una cabeza encontró. –¿De quién es esa cabeza que en mi cama veo yo? –Del niño de la vecina que en mis brazos se durmió. –Caramba con el chiquillo,
tiene barba como yo. Le cogió por la cabeza le tiró por el balcón.
La esposa infiel
Adaptación a cómic realizada por
Luisa Giraldo
Grandes guerras se publican entre España y Portugal y al conde Flores lo eligen de capitán general. La condesa que lo supo no paraba de llorar. -¡Por Dios decidme, buen conde, cuánto tiempo tardará! -Condesa, no cuentes días; por años hay que contar. Si en siete años no vuelvo, Condesa, te casarás. Pasan siete, pasan ocho, pero el conde no vendrá y llorando la condesa pasa así su soledad. Estando un día en su habitación su padre le vino a hablar. -Cartas del conde no llegan. Hija, te has de casar. -No lo quiera el Dios del cielo ni la Santa Trinidad. Mientras mi marido viva, yo no me podré casar. Dadme licencia, buen padre, para el conde ir a buscar. -Mi licencia tienes, hija. Hágase tu voluntad. Se quita el rico vestido,
se pone un tosco zagal, coge un bastón en la mano y se va a peregrinar. Anduvo de villa en villa y de ciudad en ciudad. Anduvo tierras y tierras y al conde no pudo hallar. Estando ya desesperada ya pensaba en regresar cuando un gran rebaño halló un día en un ancho pinar. -Pastorcillo, pastorcillo, por la Santa Trinidad que me niegas la mentira, más dime tú la verdad. ¿De quién es este rebaño de tanto hierro y señal? - Del conde Flores, romera. que hoy está para casar-. -¿Dónde vive ese conde? ¿En dónde lo podré hallar? -En aquel alto palacio, en aquel palacio real. Ya ha llegado la romera y con el conde fue a dar. -Dadme limosna, buen conde, por Dios o por caridad. Mete la mano en su bolsa y un real de plata le da.
-Qué corta limosna es esta con la que solíais dar. -¿De dónde eres tú , romera? ¿De qué pueblo, qué ciudad? - De la ciudad de Sevilla, de España natural. -¿Y quién eres tú, romera, que tantas riñas me das? -¿No me conoces, buen conde? pues mira y conocerás el anillo que me diste el día de separar. Al oír estas palabras, cae desmayado hacia atrás. Ni con agua ni con vinos e le puede levantar, si no es con dulces palabras que la romera le da. Allá arriba está la novia en un alta ventanal -¡Mal haya la romerita! ¿Quién la trajo para acá? - o la maldiga ninguno, que es mi esposa natural. Con ella vuelvo a mi tierra. En paz señores, quedad, que los amores primeros son muy malos de olvidar
.
Romance del Conde Flores
Adaptación a cómic realizada por
Sandra Puente
Estaba el señor Don Gato sentadito en su tejado, marramamiau, miau, miau, sentadito en su tejado. Ha recibido una carta por si quiere ser casado, marramamiau, miau, miau, por si quiere ser casado. Con una gatita blanca sobrina de un gato pardo, marramamiau, miau, miau, sobrina de un gato pardo. Al recibir la noticia, se ha caído del tejado, marramamiau, miau, miau, se ha caído del tejado.
Se ha roto siete costillas el espinazo y el rabo, marramamiau, miau, miau, el espinazo y el rabo. Ya lo llevan a enterrar por la calle del pescado, marramamiau, miau, miau, por la calle del pescado. Al olor de las sardinas el gato ha resucitado, marramamiau, miau, miau, el gato ha resucitado. Por eso dice la gente siete vidas tiene un gato, marramamiau, miau, miau, siete vidas tiene un gato.
Estaba el señor Don Gato
Adaptación a cómic realizada por
Andrada Condurache
¡¡¡Marramamiau!!!
¡¿?!
¡Ah!
Estaba el señor Don Gato sentadito en su tejado… Ha recibido una carta por si quiere ser casada con una gatita
blanca…
Al recibir la noticia, se ha caído del tejado… Se ha roto siete costillas, el espinazo y el rabo.
Ya lo llevan a enterrar por la calle del pescado… Al olor de las sardinas, el gato ha resucitado.
Por eso dice la gente
siete vidas tiene un gato,
marramamiau, miau, miau,
siete vidas tiene un gato.
Que por mayo era, por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan y están los campos en flor, cuando canta la calandria y responde el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor; sino yo, triste, cuitado, que vivo en esta prisión; que ni sé cuándo es de día ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla que me cantaba el albor. Matómela un ballestero; dele Dios mal galardón.
Romance del prisionero
Adaptación a cómic realizada por
Patricia Sobral
A cazar va don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, con la grande siesta que hace arrimádose ha a una haya, maldiciendo a Mudarrillo, hijo de la renegada, que si a las manos le hubiese que le sacaría el alma. El señor estando en esto, Mudarrillo que asomaba: -Dios te salve, caballero, debajo la verde haya. -Así haga a ti, escudero, buena sea tu llegada. -Dígasme tú, el caballero, ¿cómo era la tu gracia? -A mí me dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, cuñado de Gonzalo Gustos,
hermano de doña Sancha; por sobrinos me los hube los siete infantes de Salas;
espero aquí a Mudarrillo, hijo de la renegada; si delante lo tuviese, yo le sacaría el alma. -Si a ti te dicen don Rodrigo, y aun don Rodrigo de Lara, a mí Mudarra González, hijo de la renegada; de Gonzalo Gustos hijo y alnado de doña Sancha; por hermanos me los hube los siete infantes de Salas. Tú los vendiste, traidor, en el val de Arabiana, mas si Dios a mí me ayuda, aquí dejarás el alma. -Espéresme, don Gonzalo, iré a tomar las mis armas. -El espera que tú diste
a los infantes de Lara. Aquí morirás, traidor, enemigo de doña Sancha.
La venganza de Mudarra
Adaptación a cómic realizada por
Alejandro Gómez
En Santa Águeda de Burgos, do juran los hijosdalgo, le toman jura a Alfonso por la muerte de su hermano;
tomábasela el buen Cid, ese buen Cid castellano, sobre un cerrojo de hierro y una ballesta de palo y con unos evangelios y un crucifijo en la mano. Las palabras son tan fuertes que al buen rey ponen espanto. —Villanos te maten, Alfonso, villanos, que no hidalgos, de las Asturias de Oviedo, que no sean castellanos;
mátente con aguijadas, no con lanzas ni con dardos; con cuchillos cachicuernos, no con puñales dorados; abarcas traigan calzadas, que no zapatos con lazo; capas traigan aguaderas, no de contray ni frisado; con camisones de estopa, no de holanda ni labrados; caballeros vengan en burras, que no en mulas ni en caballos; frenos traigan de cordel,
que no cueros fogueados. Mátente por las aradas, que no en villas ni en poblado, sáquente el corazón por el siniestro costado, si no dijeres la verdad de lo que te fuere preguntando, si fuiste, o consentiste en la muerte de tu hermano. Las juras eran tan fuertes que el rey no las ha otorgado.
Allí habló un caballero que del rey es más privado: —Haced la jura, buen rey, no tengáis de eso cuidado,
que nunca fue rey traidor, ni papa descomulgado. Jurado había el rey que en tal nunca se ha hallado; pero allí hablara el rey malamente y enojado: —Muy mal me conjuras, Cid, Cid, muy mal me has conjurado, mas hoy me tomas la jura, mañana me besarás la mano. —Por besar mano de rey no me tengo por honrado,
porque la besó mi padre me tengo por afrentado. —Vete de mis tierras, Cid, mal caballero probado, y no vengas más a ellas dende este día en un año. —Pláceme, dijo el buen Cid, pláceme, dijo, de grado, por ser la primera cosa que mandas en tu reinado. Tú me destierras por uno, yo me destierro por cuatro. Ya se parte el buen Cid,
sin al rey besar la mano, con trescientos caballeros, todos eran hijosdalgo; todos son hombres mancebos, ninguno no había cano; todos llevan lanza en puño y el hierro acicalado, y llevan sendas adargas con borlas de colorado. Mas no le faltó al buen Cid adonde asentar su campo.
Juramento que tomó el Cid al rey don Alfonso
Adaptación a cómic realizada por
Moisés Cañal
Fin
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