By Fabiana Andrea
Mendez
Comunidad Encontradores
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Elogio de la Frustración
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Dedicado a mi frustración,
a la frustración de la gente que quiero
y a la frustración de todos aquellos y aquellas
que se esforzaron, esfuerzan y esforzarán por
encontrarse en el poder de su enseñanza.
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Desde hace tiempo, en mis capacitaciones, propongo cuestionar la creencia sobre el efecto negativo de la frustración; y por el contrario, considerar el aprendizaje que ella posibilita, a partir de entrenar su tolerancia.
Y si bien desde lo racional esto es aceptado, suelo encontrar una gran resistencia a conectarse con el sentimiento de dolor, que la simple mención del tema promueve:
Sea por el mal uso de la palabra frustración, o su mala prensa.
Sea por las experiencias negativas – propias o ajenas- que lleva a muchas personas a asociarla al destino de los perdedores, o a la vivencia del fracaso.
Es entonces, cuando destaco las consecuencias de
ese rechazo, a partir de la siguiente afirmación: Frustración y Motivación, son dos caras de una misma moneda. No es posible una sin la otra.
Si motivación se asocia a deseo, es impensable no toparse con una historia de frustraciones, al decidir ponerlo en juego.
Si apostamos a “seguir participando”, debemos iniciar un camino sensible, abandonar las explicaciones
racionales y enfrentar el pánico por acercarse al dolor. Tres jugadas escenciales, incluidas en este
texto, garantía del crecimiento profesional y personal.
Una reivindicación poco tradicional
Contenido Elogio de la
Frustración
Una Reivindicación poco
Tradicional
Conociendo la
Frustración 4
En el principio…
La frustración. 6
En el Reino de la
frustración. 9
Frustración
y Adicciones 13
Entrenado la
frustración. 17
Conclusiones 21
Bibliografía 22
Elogio de la Frustración
Encontradores - [email protected]
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Conociendo la Frustración.
Cuando hago referencia a una palabra, elijo presentarla rastreando su
definición en el diccionario de la Real Academia Española y
alguna de las definiciones más reconocidas:
frustrar. (Del lat. frustrare ).
1. tr. Privar a alguien de lo que esperaba.
2. tr. Dejar sin efecto, malograr un intento. U. t. c. prnl.
3. tr. Der. Dejar sin efecto un propósito contra la intención de
quien procura realizarlo. Frustrar un delito. U. t. c. prnl.
Dollard, Doob, Millar, Mower y Sears en Lahey (1999) sostienen
que a la frustración se la define como el bloqueo de algún
comportamiento dirigido a alcanzar una meta, por lo tanto
todas aquellas situaciones en nuestra vida que donde se nos vea
bloqueado algún comportamiento, meta, necesidad que no sea
satisfecha o una situación donde nos veamos coartados, será un factor
que nos llevara en más de alguna medida a sufrir de frustración.
Otra definición de frustración:
Para que exista una frustración debe haber una motivación, o
necesidad, no satisfecha. De acuerdo a la importancia del motivo será
la intensidad de la frustración. (Castro 2002).
Por lo general, se piensa a la frustración a un sentimiento
desagradable, producto de expectativas no satisfechas
al no conseguir lo pretendido.
En esta línea, la frustración se asocia al dolor por una
pérdida y es allí, cuando -aún sin saberlo- operan
creencias negativas sobre la tristeza y los duelos.
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Es imposible no toparse cara a cara con el dolor. Aunque parezca una
obviedad escribirlo, sólo es lo es desde la óptica de la razón.
Emocionalmente, en muchas ocasiones, queremos a toda costa negar esto.
¿Quién de nosotros, contra toda lógica, alguna vez no actuó
como si el dolor no existiese, no fuese importante o
simplemente no lo afectase?
Sin embargo, la negativa al dolor, no proviene de la frustración que conlleva,
sino en nuestra actitud ante la pérdida. ¿O acaso, no prevalece la lógica que
no hay por qué aceptar las pérdidas? Incluso aquellas propias del vivir, como
la vejez, la enfermedad, la imposibilidad, el abandono o la soledad.
Hasta la misma muerte se parece cada vez más a una arruga, que con una
cirugía barata, alguien logrará que desaparezca por arte de magia.
Superar la frustración, es ser capaces de enfrentar los problemas y
limitaciones, a pesar de las molestias o incomodidades que nos causen y más
allá de lo que hubiésemos deseado que sucediese.
Ni más ni menos que "saber perder".
Algo que bien conocen los ganadores.
Serrat nos lo dice de una forma bellísima...
“Nuca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.
Creemos que "no perder" nos protege del dolor,
cuando justamente es la pérdida, quien nos garantiza la posibilidad de
sentirnos ganadores, al menos por un ratito.
La Fe de los perdedores, es el gran regalo que nos ofrece la vida.
¿Vaya a saber sino será algo así la felicidad?
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En el pincipio, la frustración.
El impacto de la frustración en las personas se relaciona con la
personalidad y está condicionado por diversas variables, difíciles de
controlar.
Al no lograr el objetivo o el deseo esperado, en general aparece
una sensación de desánimo y decepción, que implica la necesidad
de realizar un duelo.
Sin embargo, como las personas vivencian esto de forma
diferente; algunas se deprimen y desesperan, y sólo ven el
resultado negativo de esa experiencia sin aprender nada de ella.
Otras, por el contrario salen fortalecidas porque han reflexionado
sobre esa experiencia
Las consecuencias de una situación frustrante, pueden ser muy diferente y
esto dependerá en parte del grado de madurez de la persona o del impacto
que determinada situación pudo causar en ella.
Este grado de madurez lo asociamos a la posibilidad de “tolerar la
frustración”, una capacidad que podemos desarrollar en la infancia,
o bien aprender, en el momento en que decidamos hacerlo.
La intolerancia o baja tolerancia a la frustración se asocian,
a dos cuestiones, condicionadas por aspectos culturales y
determinadas por los vínculos más intuimos en nuestra
primera infancia:
1. Una percepción equivocada, distorsionada o exagerada de la situación
que estamos viviendo, y sus consecuencias sobre nuestras vidas.
2. La creencia de que es horrible vivir el malestar, que nos enfermaremos
de tristeza y no lo podemos ni queremos aguantar.
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Generalmente es en la infancia cuando aprendemos a tolerarla.
Allí creemos que el mundo gira alrededor nuestro. Pensamos que
merecemos todo lo que queremos, en el momento en que lo
queremos.
No poder esperar, es normal en esa etapa. Aún no ha internalizado
el concepto de tiempo, ni la capacidad de pensar en deseos y
necesidades ajenas. Cualquier límite impuesto o cualquier
negativa, es vivenciada como algo injusto e insoportable. No
existen posibilidad de razonar porqué no obtiene lo que desea.
Esto se debe a que los niños, no cuentan con herramientas para
eliminar, disminuir, o tolerar su malestar. Necesitan que un adulto
los ayude a procesar esos sentimientos.
La dificultad, se presenta si es el adulto quien no puede soportar el
malestar de ver a un niño sufriendo, es incapaz de sostener ese NO, y
accede siempre a colmar la demanda. En consecuencia, el niño no
enfrentará el malestar que le provoca la negativa (o el aplazo), a la
satisfacción inmediata de su deseo y no aprenderá a tolerar nuevas
frustraciones que indefectiblemente deberá enfrentar- en mayor o
menor media- a lo largo de su vida.
La Tolerancia a la Frustración, sino fue aprendida en la
primera infancia, puede serlo en cualquier otra momento.
Las pérdidas y los duelos, en ese sentido, son una
excelente oportunidad para hacerlo.
Tolerar la frustración” es una habilidad que se
desarrolla, educa y aprende y reaprende, muchas veces
“desaprendiendo” viejas creencias limitantes sobre lo
“negativo de frustrarse”.
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Creencias que la condicionan
Las personas con baja tolerancia a la frustración, sostienen una serie de
creencias que condicionan su modo de ver el mundo e interpretar la realidad
de un modo automático, casi infantil, con una lógica propia donde todo es
posible:
Creen que tienen que obtener todo lo que quieren y para ello exigen,
ordenan e insisten para satisfacer sus deseos a cualquier costo.
Creen que es necesario que la vida sea fácil y cómoda.
No importa lo que quiera, pero deben tenerlo "ya”.
Creen que cualquier dificultad, demora, fracaso, es demasiado terrible
para soportarla.
Creen que nunca merecen nada de lo que les pasa. - ¿Por qué a mí es la
pregunta que los atormenta?
Si bien la frustración puede retrasarnos en algún
momento la satisfacción de un deseo;
negarla, garantiza abandonarlo.
No hay demasiadas opciones: aprendemos a convivir
con ella, o tarde o temprano nos condenamos a la
insatisfacción eterna.
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En el Reino de la Frustración.
Una persona frustrada puede reaccionar de diferentes maneras;
por ej, a través de una conducta constructiva, una conducta
defensiva, puede desahogar la frustración o reservarla; pero
siempre hará algo. Más allá de sus creencias al respecto, se
verá afectado él mismo y su entorno.
La Frustración se traduce en Conducta, siempre es Observable.
Cerremos un momento los ojos y pensemos en una persona con baja tolerancia
a la frustración.
Los perfiles comunes – y siempre vale aclarar que lo nos
caracteriza son las excepciones – nos hablan de personas con una
sensibilidad excesiva hacia todo lo desagradable, que funciona
como una lente de aumento, magnificando el lado malo de cada
situación.
Lo feo es espantoso, lo malo es horrible, lo molesto se torna
insoportable.
De este modo, la vida de estas personas está llena de tragedias.
Con frecuencia se sienten de mal humor, agitados, ansiosos, tristes,
resentidos, humillados o enfadados con el mundo que debería estar
ahí para satisfacer todos sus deseos.
Se sienten víctimas, se quejan continuamente, culpan a los demás y
al mundo. Por supuesto, esos sentimientos horribles e insoportables
han de se evitados a toda costa. Se centran más en el ahora, en
eliminar ese malestar en vez de centrarse en el bienestar que
conseguirían a largo plazo si lograran tolerar la frustración.
Si algo los caracteriza, es “creer que nada tienen
que ver con lo que les pasa….”
Una definición de locura para el mismísimo Lacan
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Cuando la intolerancia o baja tolerancia dominan la escena, las reacciones
pueden ser diversas, siempre nocivas, tanto para los otros como para nosotros
mismos. En ese sentido, voy a compartir con ustedes, las reacciones más
comunes, descriptas en los manuales de entrenamiento para la empleabilidad,
utilizados en los programas de formación de jóvenes
1. Agresiva y/o Violenta. La derrota nos saca de nuestra rutina, y
reaccionamos negativamente:
a) Según el medio, en que agredimos, puede ser física, psíquica,
verbal, económica, etc.
b) Según el objeto al que sobre el que se ejerce; puede ser directa,
en tanto arremete contra el origen del conflicto (persona u objeto), o
indirecta donde agredimos o violentamos a una persona u objeto que
en nada está relacionada con nuestra frustración.
2. Retracción. La derrota nos lleva a un estado en que nos encerramos en
nosotros mismos. Las variantes pueden ser:
a) En relación al conocimiento:
- represión: se anulan voluntariamente sensaciones o experiencias;
- idealización: nos manejamos en un mundo idealizado, distinto al
concreto, en el que nada es como parece ni sucedió.
b) En relación al sentimiento:
- aislamiento: nos apartamos socialmente del entorno; por ejemplo, no
participamos a fiestas del sector al que pertenecemos;
- involución: el fracaso comienza con una resignación, continúa con
apatía, y termina con ausencia de sentimientos.
3. Manipulación de comportamiento.
a) Racionalización. Justificamos con argumentos poco sostenibles (o
enteramente falsos) el fracaso.
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b) Reemplazo. Cambiamos nuestro objetivo (el que no conseguimos por
el fracaso), por otro más fácilmente alcanzable, a fin de compensar las
motivaciones y esfuerzos que nos llevaron a actuar.
4. Tolerancia.
Es reacción constructiva. Tolerar un fracaso, y hacer de ello un motor de
progreso, es, en definitiva, una necesidad para el mercado laboral actual.
Veamos a continuación por qué.
Cada vez que menciono el tema de la frustración, me tomo un segundo para
destacar la importancia de fortalecer nuestra capacidad de tolerancia a la
frustración, como un camino posible en la prevención de adicciones y la
promoción de vínculos amorosos.
En ocasiones, la incapacidad de tolerar la espera aparece en
personalidades impulsivas, donde no hay
mediatización posible frente al deseo inmediato:
seles impone, de una manera imperiosa, hacer lo que
desean, en el instante mismo que ese deseo aparece en
su mente.
Si quieren algo, lo quieren ya; tal como lo que mencionábamos como
normal en el bebé.
Por este motivo, la baja tolerancia a la frustración suele estar presente
en personalidades violentas, relacionados con las adicciones, juego
patológico, compra compulsiva, cleptomanía, piromanía, etc.
La Frustración: Un motor de la RENUNCIA
¿Alguna vez quisiste aprender algo - como un lenguaje diferente o un
instrumento musical y renunciaste ante la primera sensación que no podrías
lograrlo?
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Renunciar, creo una de las formas más negativa de quedar preso en la
frustración. No son los talentosos los privilegiados en esta carrera, sólo los
persistentes logran llegar al podio, ellos aprendieron a no retroceder a la
mitad de camino. Se levantaron cada vez que se cayeron y así aprendieron a
levantarse. Siguieron hasta el final y disfrutaron de una victoria.
Considerá cuántos proyectos comenzaste - y después te
diste por vencido - porque te frustraste y perdiste la
paciencia. Hacé una lista de las cosas que empezaste y
abandonaste porque parecían muy difíciles.
Ahora calcula la decepción y la pérdida que sufriste
al no aceptar la frustración. Evitamos una
frustración para no sufrir... y sufrimos porque
encontramos la frustración como una forma de vida.
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Frustración y Adicciones
Cuando hablamos de adicciones, en general lo asociamos a las drogas, pero
esa es sólo una de sus múltiples caras: el alcohol, el tabaco, los fármacos, la
obsesión por el sexo, el aspecto físico, el trabajo, el juego y hasta los propios
adictos pueden ser una adición para su entorno. Lo común en estos casos, nos
dice un especialista español, José Luis Cañas, es la existencia de una
experiencia buscada con tal ansiedad que lleva a perder el control cerebral y
emocional.
Al plnatear en este concepto de adicción, es necesario no confundir con la
idea de que todas las adicciones conllevan el mismo riesgo. Sería ridículo
comparar la adicción a la limpieza con el consumo de pasta base, lo
destructivo de esta última y la cercanía al delito son un capítulo aparte.
Simplemente quiero transmitirles que lo importante es la persona del adicto,
de ahí la imposibilidad de reducir el tema al abandono de una sustancia o a la
simple modificación de una conducta.
La palabra adicto viene de addictus. Se llmaba así al
ciudadano al que el juez adjudicaba como esclavo a su acreedor
por no tener ya nada con que pagar sus deudas. La
addictio (adicción) era la sentencia por la cual se lo
condenaba a la esclavitud.
En la esclavitud, lo mismo da estar atado por un hilo
que por una cadena de hierro: No se puede volar.
Muchas veces me pregunté qué lo endeudó al adicto de tal manera, que
entregó su propia vida, pues era conciente que nunca era el "objeto droga",
nadie paga por él.
El adicto se empeña, por ocultar su angustia. Y no se trata, de aquella que
inspiraba a los poetas y a los filósofos existencialistas; sino la cotidiana, esa
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que queremos tapar a cualquier costo con lo primero que tenemos a mano.
Por eso llamo a los adictos “esclavos de la angustia”, un punto en el que creo
se hermanan con el sentimiento de frustración.
Las personas con baja tolerancia a la frustración tienen varias características
que los hacen más vulnerables al abuso de sustancias y a los comportamientos
compulsivos.
El no poder soportar la mínima espera, los hace víctimas de sus impulsos. Si
quieren algo, lo quieren ya y sino lo logran se desestabilizan.
Por esto, la intolerancia a la frustración suele estar presente en problemas
relacionados con la dificultad en el control de los impulsos, como adicciones,
juego patológico, compra compulsiva, cleptomanía, piromanía, etc.
Las creencias más frecuentes que limitan a los adictos en su recuperación
son:
Mi cuerpo no soporta no tomar.
Sino consumo no puedo salir a la calle.
No tengo la fuerza necesaria para evitar consumir
Es insoportable no responder a mis deseos.
Me siento morir sino tomo.
Cuando fumo, no puedo soportar la espera.
Tengo la necesidad de consumir, no es que lo quiera.
No quiero sufrir con lo que me pasa, la vida duele mucho.
Me voy a morir sino tomo cuando me angustio.
Estás creencias, más allá de intensificar la sensación frustrante, nos impiden
imaginar que tolerarla no es algo milagroso, sino que es un aprendizaje que
todos y todas podemos hacer.
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Por tener baja tolerancia a la frustración, los adictos
tienden a presentar bajos niveles de ejecución, o errores
en su comportamiento y capacidades. Estos procesos
incluyen ideas sobre el poco valor de uno mismo,
como consecuencia de las ejecuciones o
comportamientos fallidos, por lo que huyen de
los problemas cuando tiene que enfrentarlos
(Ellis y Bernard, 1985).
Al intentar controlar su hábito y no lograrlo, los adictos llegarán a la
conclusión de que son incapaces de cambiar su conducta. Sufren lo que Albert
Bandura (1977) denominó baja auto-eficacia, la creencia de que pueden hacer
muy poco para obtener lo que desean. Los adictos llegan a percibir su baja
auto-eficacia cuando, aplicando nuevas estrategias de rehabilitación, se da
cuenta del gran esfuerzo que deben hacer para contrarrestar su hábito.
Cuando concluyen que son incapaces de cambiar dejan de esforzarse,
incrementando o manteniendo el abuso de la sustancia que les afecta.
La doctora Patricia Leal V. y el doctor Arturo Heman Contreras son Directora
General y Director Académico, respectivamente del Instituto de Terapia
Racional Emotiva en México , plantean que la dinámica de la adicción varía de
individuo a individuo, pero existen varias formas de romper el hábito de baja
tolerancia a la frustración. Los siguientes nueve pasos son una forma de
aproximarse a la superación del hábito:
1. Educarse a sí mismo sobre sus problemas del hábito.
2. Enfrentar hechos y evitar excusas.
3. Tratar de ver al hábito como un sistema del problema.
4. Describir metas razonables y posibles.
5. Usar su imaginación para visualizar paso a paso y lograr sus
metas.
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6. Hacer del hábito un reto y tratar de vencerlo.
7. Sustituir el hábito por algo constructivo.
8. No plantearse falsas expectativas.
9. Solicitar ayuda cuando se esté en dificultades o no se puedan
cubrir los progresos.
Más allá de de lo incorrecto de la asociación, desde lo terapéutico resulta
muy sabio asociar la palabra adicción con adictun , que significa: a: sin /
dictun: dicho : sin dicción - sin palabra - lo no dicho .
'El poder de la palabra' resultará entonces un camino hacia la libertad.
La palabra crea mundos, el necesita crearlos porque no aprendió a creer que
'se puede' convivir con la angustia y hacer algo maravilloso con ella.
Pero el adicto adicto (y me animaría a decir que al igual que el intolerante a
la frustración) no las tiene y ni siquiera suele soñar con ellas.
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Entrenando la Frustración.
Según sea nuestra relación con la frustración, determinará que
nuestra respuesta a situaciones frustrantes:
1. Un no, leído como “yo no puedo, no es para mí” puede
desencadenar sentimientos negativos como la agresión, la
tristeza, la depresión, el retraimiento y la resignación, o
la renuncia el escepticismo y la falta de ilusiones que son
caras menos tradicionales de este sentimiento.
2. Un no, leído como un “todavía no” nos moviliza con
mayor fervor en la búsqueda de realización de un deseo y
nos ayuda a la superación personal.
Posicionarnos en “el todavía no” nos
habla de la motivación, la contracara de
la frustración.
No casualmente, si observamos el ciclo
de la motivación, tarde o temprano, nos
toparemos con la frustración y
dependerá de nuestra tolerancia a ella,
la conducta a seguir.
La tolerancia a la frustración, bien puede
convertirse en un como sinónimo de
motivación.
Las maneras de enfrentar la frustración, da cuenta de varios factores:
Estado madurativo del individuo
Desarrollo del pensamiento e inteligencia
Desarrollo y autorregulación emocional
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Aprendizajes frente al rendimiento y el fracaso
Contexto familiar
Internalización de la cultura
Configuración de personalidad
Parta que esto sea posible, hay quienes sugieren pasos para hacerlo:
1. Tomar conciencia, profundizar en un modo subjetivo de vivenciarla
(pensamientos, sentimientos y actos), analizar las creencias que nos
condicionan y ser capaces de poder aislarla de frustraciones pasadas.
2. Distinguir deseos de necesidades. Si reaccionas de forma demasiado
intensa ante las frustraciones, preguntate sino estás reaccionando
como si tus deseos fuesen necesidades orgánicas, que necesitan
satisfacción y alivio inmediato, lo cual es erróneo y exagerado. Recordá
que una necesidad es respirar, alimentarse, tener con qué vestirse,
etc. De este modo sabrás distinguir lo que de verdad necesitas de lo
que no, pero queres obtenerlo pues es un deseo.
3. Controlar tus impulsos. Cuando sientas un impulso a hacer algo que es
perjudicial, preguntate si de verdad lo necesitas y pensa en los
resultados que tuviste cuando reaccionas así. Tratá de diferenciar si
podes detenerte a pensar o ya es tan automático que ni siquiera sos
conciente de tu “hacer”. Si realmente no podes detenerte, pedí ayuda
y fundamentalmente dejate ayudar.
4. Aprender a transitar el dolor y entender el malestar. Trabajá en
fortalecer tus pensamientos y tu madurez emocional para lograrlo. El
aprendizaje nos obliga a disciplinarnos y avanzar paso a paso son una
buena opción para vivir más felices.
5. Controlar el ambiente. En el caso de problemas en el control de los
impulsos, además de aprender a tolerar lo desagradable, es
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conveniente que controles también el ambiente que te rodea: mejorá
tu alimentación, revisá el tema del consumo de cigarrillos, alcohol o
drogas Revisá tu relación con el juego, con el manejo del dinero y el
uso de tarjetas de crédito, así como también con tus reacciones
nerviosas (taquicardia, sudoración, morderte las uñas, etc.)
Un Proceso de Entrenamiento
La tolerancia a la frustración se fortalece, como cualquier músculo,
trabajándola y practicando.
Seguramente hay muchas formas de hacerlo, en mi caso,
En mi caso lo planteo desde el Entrenamiento de las Capacidades Emocionales,
que parten del conocimiento
de uno mismo, pasando luego
al dominio personal y al
conocimiento de los otros,
para finalmente trabajar en
la gestión de las relaciones;
siendo todo este proceso el
que impacta en forma
positiva o negativa en los
demás.
Mi puesta en práctica de este tipo de entrenamiento, se apoya en mi formación
profesional como psicóloga y capacitadora, mi experiencia en procesos de coach, la
coordinación de variados grupos humanos y fundamentalmente, por las
investigaciones prácticas que realizo sobre diferentes modos de aprendizaje en
relación a las funcionalidades de Cerebro Izquierdo y Cerebro Derecho, tema sobre
el cual encontrarán mucha información en mi página web
(www.encontradores.com.ar).
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En el caso particular de la tolerancia a la frustración, apoyo mi trabajo en el
modelo de “formación por competencias” que comparto a continuación, junto
con los indicadores que nos permitirán diagnosticar la misma, elaborar un
programa de trabajo, medir los resultados alcanzados y poder realizar todos
los ajustes que se requieran
Competencia Nº 1: Capacidad de aceptar fallas en el desempeño.
Indicador A: Implicarse en la actividad realizada.
Indicador B: Aceptar un “no” como respuesta
Competencia Nº 2: Encontrar salidas a los problemas generados por las
propias debilidades.
Indicador A: Tolerar la impulsividad.
Indicador B: Posibilitar el desarrollo de la capacidad analítica.
Competencia Nº 3: Capacidad de autocrítica.
Indicador A: Identificar logros y fallas.
Indicador B: Analizar la propia posición y situación.
Competencia Nº 4: Reconocer y analizar errores, y poder reencaminar el
curso de la acción.
Indicador A: Identificar la procedencia de los fallos de la acción.
Indicador B: Tolerancia a la frustración como motor del cambio.
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Conclusiones.
Si algo aprendí de las personas que realmente
manejan muy bien su frustración, fue la valentía para
relativizar el éxito y el fracaso, y su capacidad para
abstraerse de ellos, focalizándose en el camino hacia el
logro de sus deseos.
Si algo aprendí entrenado competencias socio-
emocionales, fue la importancia de desarrollar la
tolerancia a la frustración, pues la creo uno de los puntos
claves – junto al fortalecimiento de la autoestima- que
debemos trabajar a diario.
Por eso, al escribir este texto, me propuse tres objetivos básicos, sobre los
conceptos a transmitir:
1. Cuestionar la idea de Frustración como algo negativo.
2. Asociar el concepto de motivación al de Frustración, a partir del
“todavía no”.
3. Plantear la tolerancia a la frustración, como una capacidad socio-
afectiva, que puede entrenarse en cualquier momento de la vida.
En ese sentido, llegado al final, sólo resta esperar que hayas reflexionado
sobre los tres. Más allá que compartas o no mi mirada al respecto, el sólo
hecho de instalar el tema, contribuye a poner en jaque las creencias y
preconceptos que tenías; sea para afirmarlas o descartarlas.
Si eso sucedió, podré decir “tarea cumplida”. Sino fu así, deberé
convivir con mi “todavía no”, y seguiré participando.
22
Bibliografía.
*La Inteligencia Emocional
Daniel Goleman.
*La Salud Emocional
Daniel Goleman
*Venza sus Temores
Reneau Peurifo
* El Desarrollo de la Personalidad y la Inteligencia
Emocional.
Celso Antunes
*Educar en las Emociones
Celso Antunes
*Conversando con un Coach
Patricia Hashuel
* Felicidad y Deseo
Constantino Esposito Giovanni Maddalena Paolo Ponzio
*Necesidad, Deseo y Expectativa.
Publicado en la web de Roberto de Vries
*Sentimientos de insatisfacción
Alfonso Aguiló
*La baja tolerancia a la frustración y las adicciones
LiberAddictus núm. 17- Doctora Patricia Leal V. y doctor
Arturo Heman Contreras
* FORMACIÓN PARA LA EMPLEABILIDAD: “TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN”
Porgrma: Jóvenes con más y mejor trabajo
Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social -
Argentina
Dirección y elaboración: Juan María Rodrigues
Coordinación: Romina Paula Lo Schiavo
Edición: Pablo Adrián Rodrigues
23
*Tolerar la Frustración - Una Posibilidad de Prevenir las
Adicciones
* Elogio de lo posible – La justa medida de la
insatisfacción
*Frustrados pero contentos – Un aprendizaje poco
tradicional
*Esclavos de la Angustia – En el Reino de los Murtos
vivos
Web de Encontradores
* Un Secreto no tan Secreto: Mi mirada sobre
la Ley de Atracción
E- Book - Fabiana A. Mendez
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“Elogio de la Frustración” es una propuesta tradicional que plantea
un parendizaje sobre sobre la frustración y las posibilidades de entrenar
su tolerancia.
“Elogio de la Frustración” es una de las caras de una misma moneda;
la que me gusta llamar “racional”.
“Elogio de la Frustración”
y “Frustrada pero Contenta”,
son dos caras de la misma propuesta .
Mi propuesta, presentada en materiales con estilos bien diferenciados.
Elogio de la Frustración, un e-book tradicional- en el cual te
propongo un recorrido por los conceptos claves sobre el tema.
Frustrada pero Contenta, una propuesta donde comparto el
proceso de mis propias frustraciones, con el objetivo espejar la
singularidad de las tuyas.
Vale si aclararte, que si bien elegí aquí mostrarlo como dos caminos
alternativos, sepan que en un entrenamiento, no existe tal separación.
En mi caso siempre es una propuesta única, que promueve vivencias
grupales e individuales de fuerte impacto,
tanto a nivel racional como emotivo.
Elogio de la Frustración
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