Luces de Bohemia
Ramón María del Valle-Inclán
Introducción a Luces de Bohemia
Luces de Bohemia es una obra teatral, es el primer esperpento de Ramón de Valle-
Inclán. Apareció por primera vez en la revista España en 1920, en 1924 afloró en forma
de libro, añadiendo las escenas II, VI, XI, y no se estrena en España hasta 1970.
Los años 20 fueron muy importantes para Valle-Inclán. La preocupación por la sociedad
y la política de la época influenciaban y guiaban su evolución literaria. Con Luces de
Bohemia nace un nuevo término retórico para la literatura: el esperpento. Por este nuevo
arte, Valle-Inclán se ha ganado hasta nuestros días la etiqueta de precursor dentro del
teatro mundial.
El esperpento es un género literario hecho para España y por España. Era necesario
buscar un método que se saliese de las normas clásicas que permitiese reflejar la
sociedad desde una perspectiva española. Luces de Bohemia es vista por Valle desde
arriba, desde donde las criaturas se empequeñecen, lo contrario a la norma clásica
creadora de héroes, la cual prefería optar por una perspectiva baja.
Ya había citado el autor a Francisco de Goya anteriormente en varias ocasiones, pero es
en Luces de Bohemia donde el paralelismo entre ambos es más evidente: «El
esperpentismo lo ha inventado Goya» (Esc. XII). Muchas pinturas goyescas trabajan la
trasformación, como el petimetre que ve su imagen troncada en la de un mono, la maja
que contempla una serpiente enredada en una guadaña, o el militar transformado en un
gato enfurecido.
Valle-Inclán, al igual que Goya, crea a pinceladas. Sus descripciones rápidas y coloridas
nos acercan a caricaturas hiperbólicas que perfectamente podríamos reflejar en un
lienzo. Toda la obra en sí es un juego de luces y sombras. La luz es la fuente principal
para crear la deformación esperpéntica. Toda la obra parece estar en penumbras gracias
a otros pequeños momentos clave de iluminación. Valle, a lo largo de la obra, utiliza la
iluminación ambiental como requisito fundamental de la historia. A veces esa
luminosidad transmite calor, otras veces frío de muerte. Francisco de Goya también ha
trabajado esta técnica en muchas de sus obras, donde la luz siempre está presente, pero
no ilumina, deforma.
Las características más importantes de esta obra, las cuales han permitido calificarla
como el primer esperpento literario, son: la deformación, la degradación de los
personajes, la ironía y la sátira, los contrastes, la búsqueda de un humor agrio,
literaturización, y la utilización de un lenguaje inteligente, que no culto.
Además de haberse representado numerosas veces en el teatro, este esperpento fue
llevado al cine en 1985 por Miguel Ángel Díez. Actualmente, y desde el año 2002, la
noche del 26 de marzo es conocida como La noche de Max Estrella. En esta noche
llueven las representaciones teatrales callejeras y los pasacalles carnavalescos en la
capital madrileña, y las bibliotecas permanecen abiertas hasta primera hora de la
mañana.
Luces de Bohemia es un esperpento de la sociedad española de la época. Nos presenta
una crítica grotesca de la realidad madrileña donde Valle es impersonal y objetivo. No
inventa nada, simplemente deforma.
Resumen del Argumento de Luces de Bohemia
Esta obra narra la peregrinación nocturna de Max Estrella, poeta andaluz de odas y
madrigales, guiado por su alter ego, don Latino de Hispalis, por diversos lugares
madrileños, hasta verle morir en el quicio oscuro de su propia casa.
Max Estrella, el protagonista de la obra, sale con Don Latino de su casa por la mañana
para reclamar más dinero del que ha recibido por la novela que ha vendido su amigo
Don Latino. No encontrando lo que buscaban, terminan emborrachándose en una
taberna. Tras esto, Max, embriagado, es detenido por la policía por escándalo público y
lo conducen a la cárcel, donde pasará la noche. Al salir de allí, gracias a la ayuda de un
redactor del periódico “El Popular”, hace una visita al Ministro de Gobernación, antiguo
conocido, para pedirle bienestar por lo ocurrido. Después de acordar una paga mensual
con el Ministro, Max invita a cenar a Don Latino y a Rubén Darío en un café. Acabando
la cena y retirándose ya hacia su casa, acude a Max la visión de la muerte, la cual se
llevará a Estrella antes de la mañana siguiente, momento en el que unas vecinas lo
encuentran muerto. La obra concluye con el entierro de Max Estrella, mientras Don
Latino se emborracha por su pérdida.
Personajes de Luces de Bohemia
Los personajes que Valle utiliza para esta obra no son pura invención, sino que los toma
de la vida real y los somete a un proceso de estilización caricaturesca. Los personajes de
este esperpento no tienen vida, son puramente simbólicos. Son fantoches sujetos a la
voluntad del autor.
Los personajes más importantes de la obra son los siguientes:
Max Estrella
Figura simbólica de Alejandro Sawa, escritor muerto, ciego y loco, en 1909 en Madrid.
Llevaba una importante barba, porte de señorío y buena conversación. Muere en la
miseria lleno de literatura y bohemia. Conmovió a los jóvenes literatos de su tiempo que
luchaban por la fama literaria.
Madame Collet
Esposa de Sawa llamada Jeanne Poirier. Conocida como “Santa Juana” por su
paciencia. Vive varios aprietos durante la obra, rematándola con su suicidio tras la
muerte de su marido.
Claudinita
Hija de Max Estrella y de Madame Collet. Elena en la realidad.
Don Latino de Hispalis
Ha habido problemas con su identificación, pero en Don Latino puede verse al propio
Sawa, una doble personalidad, un segundo yo. El Sawa que engaña a quien puede y
vive del sablazo ocasional.
Zaratustra
Bajo este nombre se esconde el librero Gregorio Pueyo, editor de los escritores
modernistas de principios de siglo. En cuanto al mote Zaratustra, hay que ver en él una
huella de la admiración sentida por la juventud noventayochista hacia Nietszche.
Don Peregrino Gay
Es el escritor Ciro Bayo. A lo largo de su vida recorrió tierras y pueblos de un lado y
otro del Atlántico, de ahí Don Peregrino.
Jóvenes poetas modernistas
Valle-Inclán los agrupa bajo la denominación de Epígonos del Pasado Modernista.
Destacan Dorio de Gadex (Antonio Rey Moliné) y Pedro Luis de Gálvez, personaje
audaz de descarada picaresca. Ambos figuras importantes de la historia literaria.
Ministro de la Gobernación
Se trata del periodista Julio Burell y ministro en 1917. La obra muestra su amabilidad
con los escritores y su gusto por las letras.
Basilio Soulinake
Ernesto Bark, emigrante ruso que escribió varias obras difíciles de catalogar. El propio
Sawa lo calificó de “gran exagerado del pensamiento”. En la presente obra, es Bark-
Soulinake el que cree que Max no está muerto, por eso cree necesaria una
comprobación científica.
Rubén Darío
Poeta guía del Modernismo. En la obra aparece muy bien caracterizado en cuanto a
expresiones y lenguaje.
Marqués de Bradomín
Este personaje de las Sonatas se presenta aquí de nuevo de manos de su creador. Se deja
conocer en la obra por medio de un largo diálogo con Rubén Darío.
Picalagartos
Tabernero madrileño.
La pisa bien
Enriqueta es su nombre. Simboliza la sociedad marginal del Madrid de la época. Es
una chica de baja clase social y poca cultura.
Aparecen otros personajes secundarios que ofrecen dinamismo a la novela. El resto de
personajes son: la chica de la portera; un coime de Taberna; el Rey de Portugal; un
borracho; Pitito, capitán de Los équites municipales; un sereno; la voz de un vecino; dos
guardias del orden; Serafín el Bonito; un celador; un preso; el llavero; el portero de una
redacción; Don Filiberto, redactor del jefe; Dieguito, secretario de su excelencia; un
ujier; una vieja pintada y La Lunares; un joven desconocido; la madre del niño muerto;
el empeñista; el guardia y el otro guardia; la portera; un albañil; una vieja; la trapera; el
retirado, todos del barrio; otra portera; una vecina; un cohero de la funeraria; dos
sepultero; el pollo de Pay-Pay; la periodista; turbas, guardias, perros, gatos y un loro.
Comentario de Luces de Bohemia
Toda la acción de la obra tiene lugar en Madrid, comienza una mañana y finaliza el día
siguiente por la noche. Valle-Inclán nos instala la obra en tiempo real, en un Madrid
literario hambriento de luchas callejeras, fecha en la que Maura era Ministro de
Educación. Valle utiliza el habla popular para designar lo feo y lo ridículo de forma
grotesca y monstruosa, es un nuevo modo de mirar la vida desde la literatura.
Para hablar de esperpento es forzoso nombrar la cita de los espejos del Callejón del
Gato:
«Los héroes clásicos han ido a pasearse en el Callejón del Gato. Los héroes clásicos
reflejados en espejos cóncavos dan el Esperpento. Las imágenes más bellas, en un
espejo cóncavo, son absurdas.»
Para Valle, los espejos cóncavos del Callejón del Gato son la fuente de toda
deformación, espejos que todavía podemos ver en la callejuela madrileña, reclamo de
inocentes miradas y de burlas al pasar. Lo importante es la visión deformadora que
devuelven los espejos:
«El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética
sistemáticamente deformada…; deformemos la expresión en el mismo espejo que nos
deforma las caras y toda la vida miserable de España.»
Valle-Inclán utiliza el espejo como motivo folclórico. Veía aquellos espejos como atajo
para ir a numeroso cafés del centro, al Ateneo, al Teatro Español, y vuelta de
innumerables tertulias donde el escritor vio reflejadas conversaciones y actitudes.
Luces de bohemia se asemeja a los géneros literarios del sainete o la zarzuela en la
utilización de un tonillo de plebe madrileña y ademán desgarrado. El léxico del género
chico aparece en forma de voz de calle madrileña, cultismos y creaciones metafóricas.
Valle aprendió mucho del género chico que se encontró en sus viajes a Madrid, pues
había en esa literatura paródica algo muy próximo a la deformación del esperpento.
Detrás del desventurado personaje de Max Estrella se esconde la figura del poeta y
escritor Alejandro Sawa, que muere ciego, loco y pobre en el Madrid de 1909.
También son reconocibles los personajes más destacados de la obra, como por ejemplo
el librero Pueyo, que aparece en la obra como Zaratustra, o Rubén Darío, retratado en su
papel de gran sacerdote de poesía deslumbradora. Luces de bohemia es un desfile
alucinante de gentes alicaídas, empañadas de nocturnidad, churros y aguardiente, a las
que la vida ha zarandeado como muñecos.
Uno de los rasgos más característicos de Valle- Inclán es el culto a la literatización a
través de citas, recuerdos, alusiones simuladas o nombres concretos. Buenos ejemplos
son los saludos, por ejemplo: « ¡Mal Polonia recibe a un extranjero!», expresión
calderoniana, o « ¡Padre y maestro mágico, salud!», saludo rubeniano. También es un
buen ejemplo de literatización la escena del cementerio, la cual representa una parodia
del entierro de Ofelia en Hamlet, de Shakespeare.
Esta literatización ya estaba presente en las Sonatas en forma de citas artísticas con
absoluta seriedad, pero aquí, por el contrario, domina la desproporción. Esta absoluta
desproporción crea un conflicto mental entre lo que realmente se evoca y la realidad de
la situación que la provoca. Es la raíz de toda comedia y parodia que, al rellenarse con
desencanto y amargura, da lugar al esperpento.
La obra encierra un aire de queja y de protesta. Valle, saturado de una literatura
preciosista, siente la necesidad de apremiarse de visiones directas y sencillas. Su clara
preocupación por España hace que pinte un país caduco y sin aliento, una España que
es la caricatura de sí misma, una España sorprendida en trance de una ruina, en
desmoronamiento irremediable. De su crítica no se libra nada. Desde el monarca hasta
el último plebeyo merecen burla. Las gentes sin metas, sin alientos y sin futuro descritas
en la obra reflejan el afán reformador del autor. Este afán es la diferencia fundamental
entre la crítica valleinclanesca y la de sus compañeros de generación. Se enfrenta a toda
una sociedad donde desaparece el héroe biográfico para centrarse en una colectividad
entera. De ahí ese repertorio variopinto de sus personajes, procedentes de múltiples
escalas sociales.
Ya no vemos en la sátira de Valle-Inclán un ataque contra una España fantasmal, como
la de Azorín o [[Unamuno|/miguel-de-unamuno_7]], sino que es más profunda. Ataca a
todos los que participan en la circunstancia, critica una sociedad, es una queja total, una
crítica colectiva. Todos somos responsables de nuestra verdad histórica.
El arte esperpéntico supone una quiebra del sistema lógico. A veces lo guiñolesco se
superpone a lo personal y los hombres son vistos como fantoches. Otras veces, lo
humano es comparado a lo animal, o viceversa. Esta deformación idiomática permite
que los personajes hablen desde ángulos que no son los acostumbrados. Desaparece
aquel hablar pausado y exquisito para que ahora los héroes simplemente «hablen».
La presencia de la lengua de arrabal madrileño en la obra es indiscutible. Es la lengua
que en esos años utilizaba toda la sociedad española. Esta preocupación por el habla
coloquial, alejada de modernismos, guió a la mayor parte de la creación teatral de
principios de siglo. Valle- Inclán toma este registro como una base a la que va a ir
dando forma. El uso de gitanismos y voces callejeras delatan la vida auténtica, la que no
está sujeta a normal, la vida sincera. Encontramos en la obra una tendencia a la
reducción de las palabras, dejándolas en su primera mitad, lo suficiente para su
reconocimiento, sirviendo para extremar la familiaridad y cercanía: «La Corres» (La
Correspondencia de España). También abundan los usos de “lo cual” con antecedente
amplio, «Habrá que darle para el pelo. Lo cual que sería lástima», o el uso frecuente de
cultismos estridentes en medio de palabras plebeyas, como en « ¡No “introduzcas” tú la
pata, pelmazo!». Valle hace de su obra una exageración llevada al límite, plagada de
léxico y rasgos que delatan la filiación madrileñista, siempre con un regusto popular de
sainete y verbena.
Valle-Inclán utiliza la palabra de una forma sorprendente en esta obra. Son
importantísimas las acotaciones, donde las adjetivaciones crean imágenes sinestéticas,
sinécdoques y comparaciones extravagantes que dan ese toque de animalización
grotesca y macabra, visible también en las obras de Goya.
La obra se compone de quince escenas que podrían dividiste en dos partes. Una primera,
que abarca las doce primeras escenas y comprende el tiempo transcurrido desde el
anochecer hasta la madrugada. Esta parte parodia La Divina Comedia de Dante, es el
viaje de Max a los infiernos de la injusticia y la miseria. La segunda parte recoge las
últimas tres escenas y se conoce como epílogo. El final de la obra teatral remata el
suicidio anunciado al comienzo de la obra.
Si bien este esperpento respeta las normal clásicas en cuanto al tiempo, se desarrolla en
menos de veinticuatro horas y la trama es lineal, no ocurre lo mismo en cuanto a la
unidad de lugar. Es un drama itinerante que constantemente cambia de escenario y
gentes, de esta forma, Valle-Inclán puede mostrarnos varios espacios sociales
madrileños para que percibamos un cuadro general de la realidad de la época.
Con Luches de Bohemia Valle abandona su antigua preocupación por la erudición y el
preciosismo para descubrir la realidad marginada del vivir. Nos presenta todo
encadenado a situaciones concretas de su tiempo, a personas y cosas que dejaron su
huella dolorida sobre España. A través de esas gentes entristecidas que esperan la
presencia de un milagro, el sobrevivir, Valle protesta por “esto y aquello” de una forma
auténtica. Con esta obra no sólo hace una llamada a la ética y a la conducta sana, sino
que busca la creación de una esperanza de mejoramiento, de fe en una convivencia.
Quiere que la noche de Max Estrella no sea más que un viento último de esperanza para
un mundo más cordial.
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