Cinep-Programa por la PazDirectores:Mauricio García, S.J.Carolina TejadaCarrera 5ª. No. 33 A 08Tel. 2456181
Producción:
Claudia Lucia MoraOficina de Responsabilidad Social UniversitariaPontificia Universidad Javeriana de Cali
Silvia Patricia BohorquézInstituto Pensar Pontificia Universidad Javeriana Bogotá
Luis Fernando GómezServicio Jesuita a Refugiados (SJR)
María del Carmen Muñoz Cinep-Programa por la Paz.
Agradecimientos especiales:
Jorge Julio Mejía S.J.Ana Cristina FuentesSecretariado Nacional de Pastoral SocialSandra PorrasErika Potes Cinep-Programa por la Paz.
Diseño y DiagramaciónPENSÁ/ Diseño [email protected] García Viviana Wilches
De la ciudadanía a la solidaridad en el Valle del Cauca.Un documento para la reflexiónEscuela de Paz y Convivencia Ciudadana.
En el mundo contemporáneo pareciera que las palabras pierden rápidamente su vigencia y cualquier texto corre el riesgo de ser un objeto que queda, en el mejor de los casos, en la lista de los pendientes para algún día ser leído. Sin embargo, existen aquellos escritos que adquieren un valor profundo ya que se hacen testigos de los sueños y de todas las posibilidades que germinan cada día en las manos y corazones de hombres y mujeres que creen en la vida.
Es por eso que en el marco del proceso de formación política y ciudadana que se ha emprendido desde la Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana en las cinco jurisdicciones eclesiásticas del Valle del Cauca (Arquidiócesis de Cali y Diócesis de Buga, Buenaventura, Palmira y Cartago), las obras de la Compañía de Jesús que actúan en la región:
El Servicio Jesuita a Refugiados, la Pontificia Universidad Javeriana de Cali , El Instituto Pensar de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y El Cinep-Programa por la Paz, con el apoyo del Secretariado Nacional de Pastoral Social, se han articulado con el ánimo de recoger, a través de un ejercicio de exploración, las diferentes expresiones que manifiestan las y los vallecaucanos sobre la forma de
implementar mejores prácticas ciudadanas y la manera de darle vida a los sueños de región que se empiezan a trazar desde escenarios colectivos.
Este documento cumple justamente con esta condición, cada una de sus palabras recoge no sólo la experiencia de trabajo de estas jurisdicciones realizada en el año 2009 en el Valle del Cauca., sino que se constituye en la voz de quienes creen que es posible transformar una dura realidad para dar espacio a una vida social fundamentada en el amor, la solidaridad, la justicia, la inclusión y la equidad.
En cada uno de sus apartes va mostrando la manera como las personas de esta región del país viven la democracia, la ciudadanía, lo público y los derechos, siempre con la pregunta por la coherencia entre las acciones cotidianas y la existencia de un sentido profundo de la vida que nace de la experiencia de un Dios amoroso.
Esperamos que esta herramienta sirva para profundizar sobre la participación política del cristiano/a y su responsabilidad en el fortalecimiento democrático de la región y del país.
Carolina Tejada B.Subdirección CINEP Programa por la Paz
PRESENTACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
Pensa r en la Escuela de Paz y Convivencia
Ciudadana en el Valle del Cauca, nos rem ite
a dos h itos fundam entales: uno , es el
incremento de las violencias y el
recrudecimiento de la gue rra en Colombia, lo
que plantea grandes retos a la Iglesia
Cató lica, pues “no había rincón de Co lomb ia
en donde e l clam or de viudas y huérfanos,
de desplazados, no pid iera que cesara el
derramam ien to de tan ta sangre”1 y a pesa r
de se r Co lomb ia un pa ís en su mayoría
católico, e l valor supremo de la vida es
olvidado, po r no decir despreciado.
Desgraciadam ente la vio lencia se convirtió
en un instrumento muy ef icaz para alcanza r
fines egoístas, estab leciendo como norma
de comportam iento social el principio de que
“el fin justif ica los medios”. El otro hito surge
de la necesidad de insta lar capacidades en
las comunidades que les sirvie ran de
herramienta para trabajar por la Defensa de
la Vida y la construcción de una cultura de
paz sostenib le y durade ra. Ta rea ésta que se
desarrollaría a través de la Escuela de Paz y
Convivencia dentro de la
1 Palabras escr itas p or e l pad re Jorg e Julio Me jía
SJ., p ara una refle xión sobre la situ ación política del
país, en u n espacio de la E scuela de Paz y
Convivencia.
a lia n z a d e l S e cre ta r ia d o N a c io n a l d e
P a s to ra l S o c ia l d e la C o n fe r e n c ia
E p isc o p a l co n e l P ro g ra m a p o r la P a z
d e la C o m p a ñ ía d e J e sú s , a h o r a
v in cu la d o a l C e n t ro d e In ve s tig a c ió n y
E d u c a c ió n P o p u la r C IN E P .
C o n c lu id o e l p rim e r c ic lo d e tr a b a jo d e
o n c e a ñ o s , la E s cu e la d e c id e re c o g e r
lo s a p re n d iza je s q u e c o m o p r o ye c to
p e d a g ó g ic o fu e se m b r a n d o e n 4 9
ju ris d icc io n e s E c le s iá s t ica s , a lo la r g o y
a n c h o d e l p a í s . A tra vé s d e e s te
e je r c ic io s e e n cu e n tr a q u e n o f u e ro n
p o c a s la s e n s e ñ a n za s q u e d e jó la
e x p e rie n c ia e n d if e re n te s a sp e c to s : e l
a p o rt e e n la re c u p e r a c ió n d e la
h u m a n id a d q u e va d e s a p a r e c ie n d o u n a
ve z la v io le n c ia g o b ie rn a la v id a d e la s
p e r so n a s , u n a ru ta p e d a g ó g ica m a d u ra
q u e p o s ib i l i ta d a r c u e n ta d e la s
t ra n s fo rm a c io n e s q u e v ive n la s
p e r so n a s u n a ve z so n t o c a d a s p o r e l
p r o ce s o , e l va lo r d e u n a e sp iri t u a l id a d
co m o la fu e rza q u e e m e rg e d e lo m á s
í n tim o y p ro fu n d o d e lo s s e re s
h u m a n o s y q u e a yu d a a m a n te n e r v iv a
la e sp e ra n za d e co n s t ru ir
co le c t iva m e n te u n m e jo r v iv ir. D e ig u a l
m a n e r a , se e v id e n c ia ro n a s p e c to s q u e
a m e r it a b a n re fu e r zo , c o m o la
n e c e s id a d d e d iv e rs ific a r la e s tr a te g ia
d e a c o m p a ñ a m ie n to u n a v e z t e rm in a d o
el pr imer añ o de fo rma ción y de pro fundizar
“en la impo rta ncia de d ign ific ar e l e jerc ic io de
la pol ític a en el país y d arle un nuev o
s igni fic ado a la res pons abil id ad ciudad ana
c omo parte e senc ia l del c omp ro mis o
c ristiano”1.
Las bonda des rec ogid as en es a
reco nst ruc c ión d el c amino rec orrido po r la
Es c uela durante 11 año s m otiv aron la
real iz ación de u na se gunda versión de l
proc eso fo rma tiv o denom inado : Es cuela de
Pa z y Conv iv enc ia C iudad ana, d isp onie ndo a sí
de to da su c apa cidad hum ana, pe dagógica y
met odológic a ins talad a en e l fo rta lec im iento de
la s p osibil ida des de ac ción des de la
c iuda danía y la gene rac ió n de una cu ltura
pol ítica c omp rom etida e insp irada e n un
s entido p rofu ndo de lo huma no q ue h unde su s
raíc es e n lo s v alores del ev angel io.
Pa ra es ta e xpe riencia se con tinuó c on e l
apo yo de ins titu ciones c omo la Po ntif ic ia
Univers ida d J ave riana de B ogotá a tra vés de l
Ins tit uto Pen sar, ya q ue est a diná mic a des de
el año 200 2 s e h a c ert ificad o c omo un
D ip lom ado, pero se su maron o tra s fuerza s
2 To mad o de La Intro ducc ión elabo rada por El pa dre
Jorge Juli o M ejía, S.J para la publicac ión Germ ina la
Esperanza.
v iv as c omo lo es la Pont ificia Univ ersidad
J ave riana
s ede Cali y el Se rv ic io J esui ta a Refug iado s
qu e trabaja en e sta z ona d el p aís.
E xiste otro elemento que ha llenad o de s entido
a e sta v ersión de la Es cue la de Paz y
Con viven cia C iudad ana en el V alle d el Cauc a,
el re-enc ontrarse co n ho mbres y mujeres que
ha bían hec ho p arte de es te proce so en su
pr im era ve rs ión y qu e aún se e nco ntra ban
ac tiv os en los equ ipos pa storales y e n la vida
c omun itar ia de los M unic ip ios c omo fue el
c aso de la A rq uidióc esis de Cali y las D ióce sis
de Bu ga, P alm ira , Cartago y Bu enav entura;
las que c ongregad as com o P rovinc ia
E clesiás tic a de l V alle de l Cau ca, hic ie ron parte
de la primera d inám ic a de Formac ió n Po lítica y
C iudada na de la Es cuela pa ra es te año de
20 09.
Fue motivo de muc ha a legría re-e ncon tra rno s
c on un p asa do que se hac ía p re sent e a travé s
de ro stros co n nom bres c onc re tos de qu iene s
en el añ o 1.999 , se cong reg aron co mo fam il ia
alre dedor de la Es cue la de P az y Conv iv enc ia
y que, de spu és de 1 0 años , es tán
disp uest os/a s- bue na pa rte de e llo s/as -, a
s eguir s uman do fortale zas , visiones y
ho rizon tes para hac er pos ible el sue ño de la
V ida D igna en la Región y en el Paí s.
2. ¿POR QUÉ SE REALIZA ESTE DOCUMENTO?
Durante el año 2009 fue posib le que tres ob ras
de la Compañ ía de Je sús1 se en cont raran en el
acompa ñamiento del proceso forma tivo d e la
Escuela de Paz y Co nviven cia Ciu dadana e n 5
ju risd iccio nes ecle siales en el Valle d el Cauca.
Se re con oce la complejidad del contexto que v ive
el Valle del Cauca , principa lmen te por las m arcas
profun das qu e viene dejando el con flicto arma do
en las distinta s subregiones y por la can tidad de
realidad es q ue de jan ver la existencia de
rela ciones so ciales injustas, exclusiones
histó ricas qu e permane cen y, ante to do, retos
comune s que con vocan.
Las person as y procesos co munitarios
ben efic ia rios de e sta propue sta d e construcció n
de paz positiva, algu nos de los territorios
im plica dos en e l de sarrollo de la Escue la d entro
de las diversas sub reg ione s del depa rta mento, y
ante todo las apu esta s centrad as e n apo rtar al
fortalecimiento de una ciu dadanía activa q ue
participe de los proceso s polí ticos y so ciale s de
constru cción de reg ión soste nible, nos
convocaron a recoger algu nas impresion es de lo
sentido y a prendido po r los partic ipa ntes del
proceso y a p ro yectar, en c la ve de esperanza,
una s p istas para contin uar el ca mino de la
reco nciliac ión y la paz. 3 Unive rsid ad Javeriana Cali, Servicio Jesu ita a Refug iados
y Cinep/Progra ma por la Paz.
En esta misma lín ea y como una b uena
coincidencia, la po sib il idad de co mpartir
conversacio nes y espacios de ntro de l d esa rrollo
d e la Escue la en el Valle del Ca uca no s ha
p erm itido reco noce r con ma yor c larid ad aque llos
e scenarios, temá ticas y metod olog ías do nde un
p roceso de Regionalización de obras d e la
Co mpañía de Je sús p ueda lleva rse a cabo2. Una
idea inic ial a p art ir d e esta y o tra s experiencia s
d e trabajo compa rtido tiene que ver con qu e la s
a puestas reg ion ales de trab ajo coo rdinado entre
los distintos actores so ciales qu e apu esta n por la
p az y la dignidad d e la s p ersona s, d eberían
responde r precisamen te a problemáticas de
carácter reg iona l.
Se trata evidente mente de u n compromiso de
Ig lesia ofrecida desinte resadam ente a hom bre s y
m ujeres diverso s s in importar su e tnia, credo
religioso o partid o po lítico, en 5 jurisdicc ion es
e clesiale s del depa rta mento lo que implican la s
subregiones del Norte, Cent ro, Pací fico y área
M etro politana de la re gión del Valle de l Cauca,
s ie ndo ésta un a a puesta comp re nsiva e
incluyente. Un a Escu ela que pre tende la
construcción de espacio s partic ipa tivos para
p ensa r el país a p art ir de la re gión que se habita,
u na verd adera asamblea o iglesia pa ra con struir
la po sibil idad de la Paz y la Con viven cia.
4 A partir de l año 200 9 en el Valle de l Cau ca se ha ven ido
de sarr ollando un proceso de regionalización, qu e implica el
re cono cimiento y encu entr o en tre las distintas obras de la
Compañía de Jesús en la perspectiva de caminar hacia
espacios comunes de trabajo en la región.
“…en la Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana, construimos
pensamiento, compartimos sentimientos, nos formamos en valores e
identidad. Se espera mucho deseo de superación y cambio”. ( Diócesis de
Buenaventura)
3. LA GENTE3. LA GENTE
En los tiempos modernos, donde el desarrollo
tecnológico nos hace crear la falsa idea del valor
inmensurable que tiene la máquina, los procesos
comunitarios nos muestran con toda su fuerza
que las personas tienen una capacidad infinita
para la construcción de pequeñas redes que
ayudan a darle sentido al día a día de las
comunidades donde están insertas. Gracias a las
manifestaciones de solidaridad, empatía y
generosidad, se mantiene el sentido de lo humano
presente en tantos rincones de nuestro territorio.
Cada una de las diócesis tiene características
diferentes, producto de su propia historia y de su
tradición, pero también existen unos factores
comunes que queremos destacar con el fin de
potenciar el trabajo realizado por la Escuela de
Paz y Convivencia Ciudadana en el Valle del
Cauca, durante el año 2009.
Caracterizar el grupo humano que hizo parte de la
Escuela de Paz y Convivencia en el Valle del
Cauca nos lleva, en primera instancia, a
reconocer la diversidad étnica y cultural que
constituye este departamento. En muchas
ocasiones, en la vida sencilla de las comunidades
y en los escenarios académicos, perdemos de
vista que el Valle del Cauca es uno de los
departamentos del país con mayor diversidad
étnica: 1.096.167 personas, es decir el 27.21% de
los vallecaucanos se denomina afro-
descendiente, y Cali es la ciudad donde más afros
hay, 542.936, es decir el 26.2% de su población.
La población indígena en Colombia está
distribuida en más de 80 etnias, en el
departamento del Cauca se encuentran 248.000
indígenas pertenecientes a los Nasa, Paeces,
Guambianos; en el Valle del Cauca se encuentran
21.845 indígenas pertenecientes a los Embera
Wounnan; en el Chocó se encuentran 41.214 y en
Nariño 154.7761.
Con relación a las etnias en la Escuela se
encuentran representados todos los grupos -
mestizos, indígenas, afros y blancos- con mayor
presencia de mestizos, excepto en la jurisdicción
de Buenaventura donde la mayoría es afro
descendiente.
La edad de los participantes tiene una distribución
amplia, entre los 22 y los 60 años, dependiendo
1 Información tomada del DANE Informe sobre el
censo en Colombia 2005
cada jurisdicción se tiene una concentración
en un rango u ot ro. En Cali, por ejemplo, la
mayoría se sitúa en un rango de edad
predominante entre 41 a 50 años; en
Buenaventura la g ran mayoría se encuent ra en
el rango de edad de 21 a 40 años; en Cartago
al igual que en Palmira la mayoría está entre
los 30 y 50 años; m ient ras que en Buga la
mayoría está en un rango de edad entre los 20
y 30 años. Asociada a la edad está la
presencia de los hijos e hijas,
independien temente del estado civil. El rango
de edad de los hijos de mayor concentración
está entre los 15 y 30 años, situación que
dem anda otro tipo de p resencia de las figu ras
paternas y que sin duda facilita la participación
en los procesos comunitarios.
En términos genera les participa ron 229
personas de ellos 143 muje res y 86 hombre;
como se evidencia m ás m uje res que hombres.
Esta dist ribución confirm a la hipótesis que se
tiene frente a la mayor part icipación de
mujeres en procesos com unita rios, en tan to su
rol socia l facilita el establecim ien to de redes de
apoyo en las comun idades donde están
inmersas. Adiciona lmente, esto se une al tipo
de trabajos que ejercen – profesoras, madres
comunitarias, auxiliares de salud , etc-
potencia, aún más, su presencia en los grupos
sociales con los que trabajan. S in embargo e l
número de hombres que participó en la
Escuela no es nada despreciable , en la
jurisdicción de Buga las dos terceras partes
eran hombres y en Buenaventura la
distribución entre hombres y mujeres era
bastante similar.
El oficio a l que se dedica buena parte del
grupo es la docencia, la d istribución de
profesionales en las jurisd icciones es bastante
homogénea , encon trándose un matiz que va
desde e l secto r salud y socia l, pasando por el
de educación , hasta e l de la industria y e l
comercio. E l dato an terior coincide con que la
mayoría de l g rupo son profesionales segu idos
por bach illeres, no se encuentra en el grupo
población desescolarizada o po r debajo de
formación secundaria. Seguramente de
acuerdo con su nive l de formación a la
mayoría le gusta mucho lee r, escuchar música
y traba jar con la gente , b ien sea la familia o el
grupo parroqu ial o comunitario.
El 75% de los pa rticipantes p ro fesan la religión
ca tólica y el 25% restante, pe rtenecen a
grupos cristianos. E l 70% de los participantes
están vinculados a acciones o programas
sociales y/o pastorales.
“La escuela de Paz y Convivencia ya no
puede ser para nosotros un ejercicio
académico, sino una experiencia de
integración regional, de compartir,
participar y visualizar nuestra
realidad”
(Diócesis de Cali)
3.1 EL SENTIDO DE LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA 3.1 EL SENTIDO DE LA CONSTRUCCIÓN DEMOCRÁTICA
Escuela pa sa por confronta r una se rie d e
conceptos como : justic ia, respeto, de rechos,
c iuda danía, convivencia con la cotidian idad . El
propó sito ú ltimo es afectar e l nicho familiar y
vecinal en el que se mu even los partic ip antes,
para d esde ahí, avan zar en la t ran sformació n
de las estructu ra s de injustic ia y v io lencia qu e
se viven. Se parte de la s iguiente prem isa : e n
la m edida que se logre gen erar la
transformación person al se de be y pued e
buscar e l in flujo en el desarrollo de las
comunidade s. En este sentido, un a
participante de Cartago decía: “cuand o
ten emos una convicción de lo q ue realmente
que re alm ente so mos y nos queremo s tal y
com o somos, sere mos cap ace s d e perdon ar
nuestros erro res, con el firme propósito de
aprender de ellos… y ava nzar en la
perspe ctiva de la reconcil iació n” (Nelly,
Diócesis de Cartago ).
En este proce so de s istematiza ción de la
exp eriencia en el Valle del Ca uca , se siguen
las reflexiones del grupo en torno a u nas
pistas que facil ita n centrar la ate nción, las
cua les se presen tan a m anera de pre guntas.
La experiencia pedagóg ica de la EPCC “ha
mantenido como punto de referencia el sujeto
que desarrolla su condición humana a través
de la espiritua lidad y la hace vida en la acción
con los otros y las otras: ah í es donde se
centra la capacidad transformadora de la
experiencia”1 . En este sentido , p retende
comprometer a lo largo del proceso, la
transformación de la vida cotid iana de
quienes se vinculan al proyecto y están
dispuestos a de jarse afectar en todas sus
dimensiones: afectiva, espiritual, socia l,
política y cultural sobre el eje articu lador de la
defensa de la vida digna.
En general las personas participantes
plantean que la Escuela ha permitido
espacios de análisis y discusión en relación
con la realidad que viven en sus
comunidades, aportando elementos teóricos y
prácticos que permiten actuar, desde una
resignificación de la política en los espacios
cotid ianos de su entorno social.
1 Germina la Esperanza. Once años dedicados a crear
alternativa de paz. Escuela de Paz y Convivencia
Ciudadana. Bogotá, Julio 2009 pág . 22
Tres elementos se resaltan en sus
reflexiones: e l fortalecim iento de su
participación desde las d imensiones política,
social y espiritual; el desarrollo de ejercicios
prácticos que facilitan la reflexión sobre lo que
significa una verdadera sociedad
democrática ; y la responsab ilidad que cada
persona tiene de convertirse en agente activo
de la misma.
En este sentido , reconocen la importancia de
poder recrear en sus comunidades de
referencia o grupos con los cuales trabajan,
partiendo de la propia familia; los procesos
comunitarios de los cuales hacen parte, e l
deseo por continuar ampliando la mirada
sobre lo público, y la posib ilidad de acción
desde y con la comunidad.
3.1.1 ¿De qué manera la Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana le ha aportado herramientas para ejercer la
ciudadanía en la vida cotidiana?
Para los participantes, los elementos que les
indican que sus actuaciones son democráticas
tienen que ver básicamente con dos aspectos:
por un lado muchas de las personas resaltan
la importancia de la participación,
relacionándola principalmente con el ejercicio
del voto en las elecciones y en la forma de
expresar ideas y hacer aportes físicos a
determinados procesos. Y por otro lado, de
manera menos evidente, con el ejercicio
consciente de los derechos y deberes;
complementario a la participación. Plantean la
importancia de valorar a las otras personas, su
pensamiento e identidad y su nivel cultural, así
como también, la actitud de escucha, el
respeto y la tolerancia de las opiniones de
otras personas, como una práctica
democrática.
Sin embargo, el paso de la teoría a la práctica
toma su tiempo. Los participantes
reflexionaron en torno a sus propias prácticas
cotidianas en la toma de decisiones,
reconocen el modelo autocrático en el que
viven y la tensión entre el deseo de poner en
práctica lo aprendido y la forma como en
ocasiones se resuelven las diferencias. Llama
posit ivamente la atención, cómo algunos de
ellos relatan el proceso de discernimiento -
identificación de pros y contras- que emplean
para tomar decisiones familiares o personales.
3.1.2 ¿Cómo sabe que sus actuaciones son democráticas? ¿En su casa, cómo se toman las decisiones?
Los participantes de la Escuela de Paz y
Convivencia Ciudadana reconocen que sus
derechos han sido violados especialmente en
lo que tiene que ver con la prestación de
servicios púb licos, la deficiente calidad de los
servicios de sa lud, de educación y e l derecho
al trabajo. Un grupo significativo, y ten iendo en
cuenta que traba jan en oficios que dependen
del Estado, hacen referencia a la demora en
los pagos de sus sala rios. Un pequeño grupo
rela tó su vulnerab ilidad cuando se ha visto
involucrado en tomas armadas que han
amenazado su integridad personal y la lib re
movilidad.
De igual manera, reportan que algunos
espacios como el in tra -familiar y e l laboral son
generadores de violencia y ma ltrato. Re latan
que han violado los derechos de otras
personas vulnerando su dignidad cuando
autocráticamente los hacen callar, no
reconocen sus aportes, ni su propia
cosmovisión e iden tidad cultu ra l. De esta
manera se con firma que está en proceso la
asimilación de nuevos re ferentes para
mod ificar las prácticas co tidianas en función de
lograr art icular una cultura de paz.
La mayoría de los part icipan tes manifestó que
utilizan procedimientos fo rma les e informales
para denunciar, reclamar o so licitar a las
autoridades competentes la pro tección y
garantía de sus derechos, o para reclamar lo
que consideran justo e imp lementar procesos
de resistencia y organización para superar e l
temor que genera sentirse frágil f ren te a la
acción de otros. Algunos afirman no hacer
nada para reclamar sus derechos, y de manera
interesante , otros reconocen que la
capacitación hace parte de las acciones para
reclamar sus derechos.
Finalmente , los participantes reconocen que la
Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana ha
aportado herramien tas para ejercer la
ciudadanía en la vida cotid iana, cuando
resaltan que el proceso estimuló e l
conocimiento de los deberes y derechos
ciudadanos, no sólo para saber cómo exigir
cuando son vio lados, sino para hacerlos vida
en la cot idianidad de la familia, la escuela y el
t rabajo parroquial. En esta perspectiva, se
valora e l trabajo pedagógico adelantado,
porque aborda e lementos claves y
fundamentales que permiten ampliar la visión
sobre el conflicto colombiano, manteniendo e l
refe rente sobre la dimensión personal, una
perspectiva de esperanza en el entorno
inmediato y un reconocim iento del lugar socia l
para promover un comportam ien to de mayor
a rticu lación organizacional. La mayoría de los
participantes manifiesta que ha logrado aplicar
en su entorno inmediato el proceso aprendido
en la Escue la.
3.1.3 ¿Le han violando sus derechos? ¿Qué ha hecho para reclamar sus
derechos? ¿Ha violado los derechos de
3.2. EL SENTIDO DE LA CONSTRUCCIÓN DE LO PÚBLICO
Expresar una sola mira da q ue dé cuen ta d e lo
que las p ersona s vinculad as a la Escuela de Paz
y Convivencia Ciudadan a, e n la P ro vincia
Ecle siást ica del Valle del Cau ca, p or su
experie ncia, comprende n por dem ocracia, sería lo
mismo que pretender que haya un solo sen tido de
constru cción de lo púb lico, cuando e ste aspecto
ha obe decido a coyuntu ra s y construcciones
sociale s, culturales y políticas diversas a lo largo
de la historia de la región y del país.
La pregunta que pod ríamo s hace rn os para
abo rda r este tema es: ¿Qu é ha ce que e stas
personas em pie cen a descub rir el lu gar q ue e n la
vida social tiene lo púb lico? Pod ría mos responder
que la e xperie ncia cotid iana les va colo can do
im ágen es y situacione s e n do nde encuentran q ue
lo s e spa cios que a ntes eran de todos aho ra están
encerrados en ala mbre o muros, cuan do
encuen tran e n todos los sitios vigilantes armados
o con perros qu e limita n el a cceso o la mo vilid ad
de la gente , cuando perciben que todo se está
privatizan do y, m ás aún, cuando lo que antes
concebían como bien común-de todos/as-, ahora
está en
mano s de unos pocos. Esos he cho s cot idianos
dejan la sen sación d e que ha y una cant idad d e
depreda dores sociales encarg ados de ag otar
todo lo que pueda causar bie nestar y felic ida d
tanto personal como colectiva sustituyéndo la por
una profun da deshumanización en dond e
sobre vive el más fu erte, o en el caso co lomb iano ,
el má s “a vispa do”. O, bien podría aplicarse “El
jue go de sum a ce ro ”1 q ue consiste en q ue mi
gana ncia tiene qu e ser tu pérdid a. Esta realida d
no e s pe rceptible a co rto plazo pe ro cuan do aflora
deja ver su rostro más de vastado r. En esa misma
din ámica todo lo qu e no s ro dea está sujeto a un a
compra venta: se vend en lo s sent imientos, la
ide olog ía, la religión y los va lores aún el más
preciado, com o el de la solidarid ad, se va
desdib ujand o an te el man dato de “gana r”. La
codicia y la sobe rb ia gobie rna n las alm as y los
co razone s de la s pe rsonas, ya no im porta el
otro/a, solo im porto yo .
1 El cristia no y lo p úblico. Documen to elaborado por el
Padre Alejan dro Angulo, S .J., para el p roye cto E scuela de
Paz y Convivencia Ciudad ana. Pá g. 1. La letra cursiva y las
palabra s su brayadas se tomaron del documento orig inal.
“Si queremos acabar con la violencia tenemos que querer vivir de
otro modo; en el respeto mutuo y no en la negación del otro, en la
colaboración en un deseo compartido y no en la exigencia y la
obediencia, en todas las dimensiones de nuestra existencia” .
Biología y Violencia. Maturana, 1.977:90.
Ese comportamiento arraigado por los/las
Vallecaucanas en particular y los colombianos en
general, frente a lo público, obedece a varias
atribuciones como la que expresa Angela María
Reyes de la Escuela de Palmira y que recoge a
muchos otros participantes, quienes le dan una
connotación histórica en donde según ellos “en
Colombia lo público se ha construido desde la
violencia”, ese fenómeno sería el responsable de
haber roto los pactos construidos colectivamente
para la convivencia, de favorecer espacios de
individualismo que reiteran comportamientos
clasistas, excluyentes e intolerantes, y a su vez, es
la responsable de instrumentalizar lo que es
considerado como “bien común”. Fernán González1
hace una atribución desde la religión: en la medida
en que se siga considerando que lo público emana
de un “orden el cual es consagrado por Dios, por
ser reflejo del orden divino y deducible por la
razón”, en concordancia con un bien común
establecido de antemano, no es posible entender lo
público y por ende la política como una
1 Fernán González, “Relación entre Cultura y Política. Aproximación a los modelos culturales implícitos en nuestra concepción de la política”, en Imágenes y reflexiones de la Cultura en Colombia. Regiones, Ciudades y Violencia. COLCULTURA, 1990. , Cfr.
construcción colectiva de lo social, sino más bien,
motiva a la búsqueda de soluciones “mesiánicas”,
apartando a los terrenales de sus responsabilidades
ciudadanas. Bajo esta mirada se podría justificar el
comportamiento que asume buena parte de la
Comunidad Eclesial frente a los temas políticos y su
bajo nivel de compromiso.
De otro lado, hay quienes consideran que ese
“quemimportismo” mencionado por el sacerdote
Agustín Herrera de la Diócesis de Buenaventura,
para referirse a la indiferencia que gobierna a las
personas frente al tema de lo público, tiene su
origen en las “leyes del mercado”2 encargadas de
quebrar las construcciones colectivas, de ahondar
más la brecha entre lo público y lo privado, de
romper los vínculos y las relaciones establecidas
para instalar otras enmarcadas en la dinámica de
producción y consumo en donde se vale por lo que
se produce y tiene y no, por lo que se es.
2 Norbert Lechner, 1994,” La (problemática) invocación de la sociedad civil”. Ponencia presentada en el VIII Encuentro Internacional de Ciencias Sociales, en la Feria Internacional del libro de Guadalajara, publicada en Perfiles Latinoamericanos, pp. pp.131-144
3.2.1 Algunas atribuciones desde el Valle del Cauca
Estos sentidos de lo público, según las experiencias
de las personas citadas anteriormente, son el reflejo
de lo que la sociedad Vallecaucana comprende por
la política, en donde se evidencia la fijación de unos
hábitos de pensamiento que expresan la cultura
política (no responsabilizarse de nada, romper las
reglas y los acuerdos, ser avispado, el
“quemimportismo”), cultura política poco o nada
promovida en los currículos académicos, una vez
que ha sido apropiada por las personas y las
comunidades, como una práctica aprendida de
generación en generación como un patrimonio
emanado de la politiquería y no de un verdadero
sentido de un orden social construido
colectivamente.
Esos hábitos de pensamiento y actuación, referidos
al orden social, minimizan la comprensión sobre la
responsabilidad personal y colectiva y limita el
entendimiento de la vida política en clave de
sociedad. Impide valorar la necesidad de generar
mecanismos de control social a la acción política-al
poder político-. Si le sumamos a esto la
combinación de estos hábitos, leídos desde la
conformación de un orden preexistente, de pronto
idealizado, dará como resultado la provocación de
sentimientos de incertidumbre y expectativa, que
poco contribuyen a desarrollar competencias para el
ejercicio responsable de la ciudadanía. De ahí que
se plantee la necesidad de re-establecer ese orden,
construido bajo deliberaciones y consensos, en
donde haya presencia de todos los sectores:
Estado, sociedad civil, partidos políticos etc.,
buscando además de la integración y cohesión
social, avanzar hacia la búsqueda de sentidos en
donde se construya una comunidad, que en
palabras de Nora Rabotnikof “no se fundamente en
tradiciones ni en una base étnica y religiosa sino en
una identidad colectiva basada en los valores
públicos”. Implicaría, en suma, respetar los
derechos de los otros/as y cumplir los que le
conciernen a cada uno/a; pues no solo son el
fundamento del orden social sino del orden público
que no admite abusos ni violaciones de los
Derechos, ni propios, ni ajenos.
Llama la atención que este tipo de anomalías -
violación a los derechos de las personas- esté tan
presente en su vida cotidiana. Visto está que en las
encuestas la mayoría manifestó que les habían
violado sus derechos de diferente manera-
negándoles el pago del salario, restringiendo el
acceso a la salud, agrediéndoles física o
verbalmente-, a su vez, esas mismas personas
refirieron haber violado los Derechos de otras
personas, también de diferente manera. Pero, aún
más llamativo, es que ni los unos, ni los otros
hicieron nada, ni por denunciar, ni por reclamar sus
derechos. Ese es un claro ejemplo de la fractura
que hay frente a lo público, pues una sociedad que
no tiene la capacidad de resolver por la vía del
diálogo y la concertación sus conflictos y en donde
la violación a estos Derechos Humanos es
sistemática, produce un fuerte cuestionamiento a su
pacto de convivencia.
De ahí que el planteamiento de la Escuela en ese
aspecto se haya cuidado de no asumir posturas
totalmente estatalistas o societalistas frente a las
cuales Nora Rabotnikof nos da la razón cuando las
encuentra “problemáticas porque considera que
ninguna de las dos valora suficientemente el
espacio público como institucionalización de una
crítica moral de la política”1; la invitación ha sido a
contemplar otras posibilidades como la integración
de variables sociales y la búsqueda de sentidos.
Para esta autora la búsqueda de sentido en el caso
latinoamericano, que aplica para el caso del Valle,
1 Programa de Formación Política y Ciudadana, 2009,o.c.,pág. 81
surge de la reacción contra una modernización
traumática y excluyente, “una modernidad sin
modernidad”. Frente a estas amenazas, el espacio
público integraría las individualidades en un
colectivo que separa el aislamiento del ámbito
privado, por medio del reconocimiento recíproco
que integrara la pluralidad y la diferencia. Ese es el
camino más corto para avanzar hacia verdaderos
ejercicios ciudadanos en cuanto que “la pluralidad
es un referente obligado en la apertura al diálogo
con el otro y sus significaciones socioculturales”, en
palabras del padre Agustín Herrera participante de
la Escuela.
Para el caso de la Escuela, según los participantes,
ha resultado útil contemplar la concepción que se
ha planteado anteriormente ya que permite a las
personas que afirmaron “tener una dificultad para
construir con los diferentes a ellos, especialmente
los jóvenes, discapacitados, drogadictos y
ancianos”2, y abrir espacios de reflexión compartida
que faciliten la integración de otras visiones. Esta
actitud superaría la dificultad de hacer coherente los
principios de la Doctrina Eclesial en cuanto invita a 2 Tomado de los instrumentos aplicados a 118 personas vinculadas a la Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana, en la Provincia Eclesiástica del Valle del Cauca, 2009.
trabajar de manera incluyente y pluralista. Este
último comentario se sostiene sobre las respuestas
de las personas cuando af irman no “querer” y no
“poder” trabajar con personas d istintas a e llos/as.
Estas apuestas invitan a re-significar el valor de la
convivencia, lo que en términos Eclesiales y/o
Evangélicos nos llevaría a “construir la comunidad
de los creyentes, que, retomando a Alejandro
Angulo, S.J.,1 no es lo mismo que edificar un
templo. Es decir, que se recupere el espacio de
discusión pública sobre aspectos comunes, se
avance en el ejercicio de reconstruir los pactos de
convivencia en lo micro para ser llevados a los
espacios macro -en los que se desenvuelven
cotid ianamente los/las participantes-, se trabaje
sobre el cambio en los hábitos de pensamiento: el
que no está conmigo está contra mí, cambiar la
visión d icotómica de lo público y lo privado por el
fortalecimiento de espacios en donde los conf lictos
se tramiten por la vía política, transformar el juego
de la suma cero, la cultura del oportunismo, el
“quemimportismo” para reemplazarlas por prácticas
solidarias que nos recuerden en dónde se
encuentra el verdadero sentido de la ciudadanía,
1 El Cristiano y lo Público. Ale jandro Angulo , S.J.
leg itimado con rostros de hombres y mujeres que
se esfuerzan por reconstruir los espacios públicos
desde e l concepto de bien común aplicado por el
Concilio Vaticano II : “ es el conjunto de
condiciones de vida social que permite a los
grupos, lo mismo que a los miembros alcanzar su
propia perfección más plenamente y más
expeditamente ”. Esta noción invita a configurar la
prevalencia del b ienestar de las personas por
encima de las cosas y a tener muy presente de
dónde surgen las necesidades y e l valor de las
re laciones, así como la incidencia que estas
mismas tienen sobre la construcción del orden de
todo lo existente.
En concreto, la apuesta con los Vallecaucanos/as
ha consistido en ir recuperando el valor de la
solidaridad. La Doctrina Social de la Ig lesia (DSI)
fundamenta el bien común como prueba de la
solidaridad; de ahí que se rechacen todas las
formas de vio lencia y las contradicciones que
amenacen destruirla. Ese valor solo le da cita al
amor, a la libertad, al respeto, a los cuáles no le
apuesta mucha gente porque vivir en estas
regiones en medio de la vio lencia, del sin sentido, le
conviene a todos/as aquellos/as que viven con sed
de poder. No es gratu ito que el profundo sentido de
la solidaridad que contiene el Concilio en su
constitución Gaudium et Spes (Gozo y Esperanza)
una vez que lo invoca desde la naturaleza de las
relaciones entre las personas y no desde conceptos
abstractos, externos y fríos vincula una concepción
de lo público a la de Ciudadanía y Derecho, en
donde la primera hace las veces de “civilización”, la
cual constantemente está amenazada por lo que
hemos mencionado anteriormente y por la manera
como en el Valle se atenta frecuentemente contra la
vida y la libertad de las personas.
Esta concepción de solidaridad niega todo tipo de
abusos contra la Dignidad y los Derechos de los
seres humanos, en condición de víctimas o de
victimarios. La sociedad no actúa suficientemente
frente a ello y no es visible la intervención del
Estado por lo que se hace necesario recurrir a otros
caminos que dimensionen y cohesionen todas las
formas que puedan cristalizarse en el
fortalecimiento ciudadano.
En términos generales la Escuela ha logrado lo que
se propuso, en palabras de Agustín Herrera
“reflexionar sobre los problemas que se han dado
cita en el escenario social con criterios políticos,
como también preparar la acción (…)”
Para finalizar, podemos afirmar que lo “público”
desde la experiencia de los/las participantes de las
Escuelas del Valle los está llevando a esa forma de
organizar la convivencia que llamamos Democracia.
3.3 ¿Cuáles son los sueños de región?
“Nosotros no podemos renunciar a nuestro principio que
está fundamentado en el amor que todo lo puede, que todo
lo alcanza” (Diócesis de Cali)
P a ra p o d e r h a ce r u n a l e c tu ra c o m p re n s i va d e
la s o p in i o n e s d a d a s p o r la s y lo s p a rt i c i p a n t e s
e n re la c ió n co n lo s S u e ñ o s d e R e g i ó n , e s
im p o r ta n te te n e r e n cu e n ta la s e sp e c if ic id a d e s
d e c a d a u n a d e la s d i ó c e s i s y l a s su b re g io n e s
e n l a s c u a l e s t ie n e n in c id e n c i a . E n co n t ra m o s
r e to s c o m u n e s q u e re sp o n d e n a d if ic u lta d e s
s e n t i d a s a n i ve l d e p a r ta m e n ta l c o m o s o n la
e d u ca c ió n , l a sa lu d , e l e m p l e o , l a c o n v iv e n c ia , la
p a r t i c i p a c ió n ; s in e m b a r g o d i ch o s a s p e c to s se
h a c e n m á s c o m p l e jo s c u a n d o s o n
m a t e ri a l iz a d o s e n l o s d i s t i n to s e sc e n a r io s d e la
v id a va l le c a u c a n a . C o m o l o d i ce e l In f o rm e d e
D e s a r ro llo H u m a n o d e l P N U D e n e l 2 0 0 9 : “E l
V a ll e d e l C a u c a e s u n a d e l a s re g io n e s m á s
p r ó s p e r a s d e l p a ís , e n va ri o s in d ic a d o r e s e s tá
m u y p o r e n c im a d e l r e s to , y e xh ib e u n a p u ja n za
n o t o ri a . P e r o a l m is m o t ie m p o e s u n a r e g ió n
s ig n a d a p o r e v i d e n te s d e s ig u a l d a d e s y p o r l a s
b a r r e r a s a u n a so c ie d a d ve r d a d e ra m e n te
e x c l u y e n te . Y e s tá , a d e m á s, le j o s d e se r
p a c íf i ca . S i b i e n a lg u n o s d e su s in d ic a d o r e s d e
v io l e n c ia h a n d e s ce n d i d o , va r io s m u n i c i p i o s ,
c o m o B u e n a v e n tu ra , m u e s tra n ta s a s m u y a lta s ” .
U n in te r e sa n te r e s u l ta d o d e la E s c u e la d e P a z y
C o n v iv e n c ia , e n r e l a c i ó n co n e s te a s p e c to , e s e l
r e co n o c im i e n to d e l a s d i s t in ta s m i r a d a s q u e
te n e m o s co m o h a b i ta n te s d e l a m i sm a r e g ió n
p e r o s i tu a d o s e n p u n to s d is ta n te s d e n tr o d e su
g e o g ra fía e h is to r ia , d e te r m in a n te s q u e
d e f in i t iv a m e n te h a n i d o m a rc a n d o l a s
p a r t ic u la ri d a d e s d e la s d ife re n te s s u b r e g i o n e s
d e l d e p a r ta m e n to .
E n e s te se n t id o e s m u y va l io s o d e s t a ca r q u e , e n
l a s o p i n io n e s d a d a s p o r l a s y l o s p a r t ic ip a n te s
d e la E sc u e l a e n e l V a l le , e x is te n d o s m i r a d a s
q u e s e c o n tr a s ta n : u n a e s p e r a n z a d o r a e n la c u a l
s e p la n te a n a q u e ll o s o b je t iv o s g ru e so s , e so s
p u n to s c e n tr a le s q u e p e r m i t ir ía n u n d e s a r ro ll o
h u m a n o y s o s te n ib le e n e l V a lle d e l C a u ca , y
o tra , q u e p la n te a a lg u n a s a le r ta s e n re la c ió n co n
a sp e c to s d e u n a re a lid a d u n ta n to
d e se sp e ra n za d o ra , q u e u b ic a re a li d a d e s
e sp e c íf i ca s s o b r e l a s c u a l e s h a b r ía q u e a c tu a r
c o m o co le c t iv o e n u n a p e r s p e c t iv a d e r e g i ó n .
F i n a l m e n te , y p a r a d a r la p a la b r a d i re c ta m e n te a
l a s y lo s p a rt i c i p a n t e s , e s in te re s a n te re sa l ta r
q u e cu a n d o s e h a b la d e l o s su e ñ o s d e r e g ió n s e
t ie n e n d o s p e r sp e c t i va s , u n a e n la cu a l s e
r e s a l ta n lo s d e re c h o s y s e r v i c i o s q u e s e
r e q u ie r e n p a r a a l ca n za r u n a r e g i ó n s o ñ a d a ,
a sp e c to s q u e r e s p o n d e ría n a lo s lo g r o s
c o m u n e s q u e s e p r o ye c ta n e n e l fu tu r o , y o tr a
q u e h a ce re fe re n c i a a l a s tr a n s fo r m a c io n e s q u e
s e n e ce s ita n a n i ve l p e r so n a l p a ra l o g r a r d ic h o s
o b je t iv o s . E s p re c is a m e n te e s ta r e la c ió n e n tre e l
i n d i v i d u o , s u s va l o r e s y a c t itu d e s , y e l c o l e c t iv o ,
d o n d e l a s y l o s p a r t ic ip a n te s u b ic a n l a
i m p o rta n c i a d e la fe e n l a c o n s tru cc ió n d e l a
i d e n t id a d p o l í t ic a y d e la v i d a e n co m u n id a d .
En primera medida se p lantean una serie de
aspectos que se habrán alcanzado durante
estos años, como contar con acceso a un
sistema de educación que garantice la no
existencia de personas analfabetas en el
departamento, e igualmente se cuente con la
prestación de servicios de salud de calidad
para todas y todos.
En esta región proyectada existen
oportunidades de empleo digno para todas las
personas, que redunda en una calidad de vida
muy alta para los habitantes de la región.
Importantes desarro llos en la industria y las
tecnologías aplicadas en la misma permiten
vislumbrar un futuro esperanzador donde
también es importante una producción agrícola
diversificada y manejada armónicamente.
Complementa esta visión el contar con una
exce lente inf raestructura vial en toda la región
que facilite la vida de los campesinos y su
in tegración al sistema product ivo. Y como
requisitos de estos desarro llos identifican un
manejo integrado del medio ambiente donde
haya producción industrial limpia, uso de
energía solar y una fuerte organización
comunitaria de la producción.
Todos estos aspectos van acompañados, o si
se quiere traerán consigo, una disminución de
la violencia en todos los f rentes.
Estos e lementos soñados sobre la realidad de
la región en el fu turo, implican unas
trasformaciones en el ser humano que la
habita; lograr una región líder desarrollada
integra lmente y que sea sostenible en el
tiempo implica la construcción de una
infraestructura para vivir en paz y convivencia.
Se identifican a lgunos rasgos característ icos
de esa región como son la justicia, equidad,
armonía, solidaridad y un espíritu incluyente,
elementos todos que favorecen la posibilidad
de una región pacífica. Dicha reg ión próspera y
ejemplo para todo el país se configura a partir
de comunidades y personas organizadas, que
han recuperado el liderazgo en las diferentes
dimensiones mediante una convivencia que
implica e l pensar co lectivamente; con actitudes
transformadoras donde cada persona tiene la
posibilidad de aportar en la consecución del
sueño común.
Esta región en continuo desarrollo, con sentido
de pertenencia y alta valoración de la vida,
implica la existencia de proyectos de vida
3.3.1. ¿Cómo ven su región en el 2015 las personas que participan en el Escuela de Paz y Convivencia Ciudadana del
Valle del Cauca?
divers os (d esde la plu ricu lturalidad ex is tente en
es te terr i tor io) q ue s e integran en el respe to y
el go ce de lo s derech os de todas y t odos . E n
es ta p erspec tiva la partic ipa ción ciudada na y e l
c omprom iso ac tiv o c on la c omu nida d s on
real idad es que nac en de una ser ie de v alo res
c larame nte def inidos en la s pe rs onas de la
región, y que repercu ten en la ex iste ncia de un
Va lle dem ocrático , don de s e tiene con fian za en
lo s dirigente s prec is amente po rqu e nace n de
lo s pro ces os c omunitar ios y resp onden co n
trans parenc ia a lo s proy ec tos de región
c omunitar ia mente c ons truido s.
Sin e mbargo lla man la at ención una s er ie de
elemen tos que nos ind ica n un a pe rs pec tiv a
más real is ta sobre la m anera com o es tá
diseñ ado el futuro de las di ferentes
c omunidade s y la rela ción qu e es tablece n co n
el Va lle de l C a uca en general : po r una p arte s e
afi rm a que s e im agin an la integ rac ió n de
B u en aven tu ra al Pac ífic o co lomb iano y no a l
Va lle del C auc a c omo reg ión ; y por otro s e
prev ien e s obre la im plem entac ión d e M ega
proy ect os q ue c ontinuaran a fecta ndo a las
c omunidade s más v ulnera das (ante to do
rurales ), trayen do c onsigo un “de sarrollo
apa ren te, don de algunas perso nas perderán
has ta lo que no tiene n” se gún com entár io s de
lo s m is mos habi tante s de Buena ven tura. E n
una pers pect iv a s im i lar y en partic ular para u na
región co mo el N o rte de l Valle s e hac e
referenc ia a la fal ta de oportunidade s, la
co rrupc ión y e l dom inio de lo s pode res de las
mafias del narco trá fic o. A nte e stas s itua ciones
las pe rs onas pla ntean que pa ra cons truir una
re gión l ibre de esta s rea lidades s e hace
nec esa ria una t ran sforma ció n en las m aneras
de p ensa r y a ctu ar, que con sid ere n la
tolera ncia y el serv ic io den tro d e las
co munidades .
En general exist e co nfian za e n la pos ibi lidad de
co nstrui r una región c on mejor c alidad de v ida ,
empleo y oportun idade s, p articipac ión
co munitar ia y co ncienc ia c iud adana , siempre y
cu ando se imp lem enten proces os de formac ión
co mo la E PC C , don de se apu este por un
crec im iento ético y es pir i tual que redund e en
una riquez a en el ser hu mano y e n ac ciones
co nsec uen tes c on e stos elemento s.
Esos sueño s de reg ión, y la s posibilidades de
su consecución, no solo para e l futuro sino
tam bién para el presente de quienes ha bita n e l
Va lle del Cau ca, plantean p reg untas pro fundas
a las y los partic ip antes de la Escuela de Paz y
Convivencia Ciu dadan a en rela ción con las
im plica cio nes práctica s de la fe cris tiana.
An te estas disyuntivas se plantea que la fe no
pue de se r alg o a bst racto, sino que m ovidos y
movid as por la e xpe riencia de Dios que ésta
supone , las perso nas y co munidades
transforman sus p rá cticas políticas y
reco nst ruyen su ide ntid ad encarn ando valo res
cristianos de: justicia, equ idad , ve rdad , amo r y
solidarida d. Desafortunadam ente es o tra la
realidad evid ente en el país y en la región en
particular, donde p or solo d ar u n ejem plo reina
la corrup ción; surge e ntonces la refle xió n sobre
¿cu ál es el im agin ario religioso y de rela ció n
con el otro cuan do se aceptan dichas prá cticas
y n o se logra con solida r un código ético de l
bien común ?
Se plante a que la fe inc ide para que las
perso nas sea n más conscie ntes de sus
re spo nsab il idad es como ciudad anos,
inv itá ndolos con am or a te ner sen tido de
pertenen cia sobre lo s d erechos y deb ere s de
todo s y tod as, e igualmente se reconoce que la
fe fortalece los va lores de la s pe rsonas en el
cu mplimie nto y la protección de la dig nidad
huma na.
En definitiva , la fe aporta la fuerza para realizar
toda s las activ ida des de la vida tan to a nivel
ind iv idua l co mo socia l, y en este sen tido la fe
re pre sen ta una po tencia transformadora de las
re alidades que se le presentan a l ser h umano :
así lo e xpresan las pala bras d e Je sús: ser en la
so cie dad Luz, Le vedura y Sal (Mt.5,13-1 : 13 .
31). Esto es: “la fe en Dios nos d a la fuerza
para bata llar y no s da confianza para lograr
esas transformacio nes que soñam os”.
“El hombre por naturaleza es religioso, vive para un ser supremo y tiene que dar
razón de ello viviendo en convivencia con los demás, aportando ideas y proyectos
para el bienestar de todos.”
(Diócesis de Buenaventura)
3.3.2 La fe y la vida en comunidad
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