Facultad de Ciencias HumanasIntegración a la Cultura Académica (ICA)Filosofía
Universidad Nacional de Río CuartoFacultad de Ciencias Humanas
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AUTORIDADES DE LA FACULTAD
Decano: Prof. Fabio Dandrea
Vice-Decano: Prof. Diana Sigal
Secretaria Académica: Prof. Silvina Barroso
PROGRAMA INGRESO, PERMANENCIA Y EGRESO
Responsable: Prof. Mariana Gianotti
Coordinadoras de actividades de ingreso: Prof. Clarisa Pereyra - Prof. Marcela Montero
Coordinadores de ICA: Prof. Pablo Olmedo, Prof. Juan Mauricio Moretti
Contacto: [email protected]
Fotografía de tapa: Carlos Pascual/Claudio Asaad -Departamento de Ciencias de la Comunicación
Descripción: Jóvenes mirando a la cámara sonriendo con libros en la mano.
Importante
Recordatorio, destacar, atención.
Enlaces o link a páginas Web.
Material bibliográfico, lecturas sugeridas.
Material educativo digital elaborado desde el Proyecto de Integración a la Cultura Universitaria, aprobado por Res. CD N 503/2017, en el marco del Programa de Ingreso, permanencia y Egreso en las carreras de Grado de la Facultad de Ciencias Humanas, período 2017-2020, Res. CD N 259/2017.Programa de Ingreso, Continuidad y Egreso de Estudiantes en las carreras de pregrado y grado de la Universidad Nacional de Río Cuarto (Res. Rec 380/15) y el proyecto Mediación de Materiales de Ingreso para las Carreras de la UNRC 2017-2019 “La Valoración Continua para Fortalecer los Procesos Educativos”. (Res. Rec 785/17). UNRC- Secretaría Académica.
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Bibliografía
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¿Cómo leer este material?
Se proponen los siguientes íconos para identificar las actividades y materiales que se utilizarán
en el presente Módulo. Algunos de éstos son esenciales para trabajar en las clases, motivo por el
cual debes contar con ellos para poder utilizarlos en el desarrollo de las actividades presenciales
que los docentes te propongan.
Video
Material audiovisual.
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Índice
Presentación ......................................................................................................................... 5
Eje I: ¿Qué es la filosofía? ..................................................................................................... 6
Actividad 1 ........................................................................................................................ 9
Eje II: ¿Quiénes somos? ...................................................................................................... 10
Actividad 2 ...................................................................................................................... 11
Eje III: ¿Qué es la democracia? ........................................................................................... 11
Actividad 3 ...................................................................................................................... 13
Referencias Bibliográficas .................................................................................................. 14
Bibliografía Obligatoria en orden de aparición en el cuadernillo ....................................... 14
Recursos Audiovisuales ...................................................................................................... 14
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Presentación
Te damos la bienvenida al curso de ingreso de las Carreras Profesorado y
Licenciatura en Filosofía. En las horas que compartiremos en el aula realizaremos una
primera aproximación a algunas problemáticas que, en el transcurso de la carrera, vas a
estudiar con mayor detenimiento.
Estamos a tu disposición por cualquier duda o consulta que quieras hacernos.
Los planes de estudio de ambas carreras están disponibles en la página web de la
Universidad Nacional de Río Cuarto. Podés acceder a través de los siguiente links:
Para el programa del Profesorado en Filosofía:
https://www.unrc.edu.ar/unrc/carreras/hum_prof_en_filosofia.php
Para el programa de Licenciatura en Filosofía:
https://www.unrc.edu.ar/unrc/carreras/hum_lic_en_filosofia.php
Al final de cada eje de trabajo vas a encontrar actividades. Te sugerimos que
escribas todas tus respuestas y las tengas durante las clases del cursillo de
ingreso, así podremos retomar todas las ideas que hayas pensado en el transcurso
de la lectura de este material.
Juan Mauricio Moretti y Pablo Olmedo
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Eje I: ¿Qué es la filosofía?
Podríamos afirmar, sin exagerar, que cada filósofo, en su época y a su manera, se
formuló alguna vez esta pregunta. El ejercicio de la filosofía está siempre acompañado de
la interrogación por la propia tarea. Aún más, cada filósofo define un modo particular de
filosofar en su propio quehacer.
La pregunta acerca de qué sea la filosofía está acompañada de otros
interrogantes. ¿Cuáles son los temas de la filosofía? ¿Hay temas que no son filosóficos?
¿Cuál es la tarea de la filosofía? ¿Debe formular preguntas o brindar respuestas? En caso
de que afirmemos que su tarea consiste en preguntar, ¿qué tipo de preguntas hace el
filósofo? En caso de que nos inclinemos a pensar que debe dar respuesta ¿qué tipo de
respuestas debería dar la filosofía? O, dicho de otra manera, ¿qué nos debería enseñar la
filosofía?
Además de estas preguntas, podemos hacernos otras. ¿Hay géneros propios de la
filosofía? Cuando indagamos en la tradición filosófica nos encontramos con que algunos
filósofos han escrito diálogos, otros ensayos, otros tratados, otros aforismos, encontramos
incluso algunos que han escritos novelas. Todos esos textos, muy diferentes entre sí,
forman parte de la tradición filosófica.
Vemos así que la respuesta a la pregunta ¿qué es la filosofía? no es sencilla.
Debemos tener en cuenta, entonces, todos los matices que encierra el problema para no
agotar nuestra reflexión en definiciones reductivas. Es preciso que nos hagamos esta
pregunta de modo que podamos ahondar en ella, esto es, de modo que ella nos vaya
abriendo un camino por el cual transitar con nuestras reflexiones.
Podemos hacer una primera aproximación a la filosofía a partir de la
caracterización que el filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) hizo de ella. En el libro IV de
su Metafísica afirma que “hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo es, y los
atributos que, por sí mismo, le pertenecen” (Aristóteles, Metafísica, 1003a). ¿Qué significa
aquí “lo que es, en tanto algo es”? La filosofía pregunta por lo que existe. Pregunta: ¿por
qué algo existe? Y con ello indaga las causas de que algo llegue a ser. Pero además,
pregunta ¿por qué algo es cómo es? Y así se interroga también por lo que hace que algo
sea de determinada manera. En esta dirección, Aristóteles señala que la filosofía busca “los
principios y las causas supremas”. Podríamos decir nosotros, la filosofía pregunta por el
fundamento que sostiene a las cosas, a los entes, en la existencia y que determina el modo
en el que existen.
El filósofo alemán Martin Heidegger (1889-1976), en unas clases de introducción a
la filosofía que impartió en 1935, señala que la pregunta fundamental que se hicieron los
diferentes pensadores desde los comienzos de la tradición filosófica en la Grecia antigua
es: “¿Por qué es el ente y no más bien la nada?” (Heidegger, 2003: 11). Con esta
pregunta afirma Heidegger, los filósofos abrieron las sendas para pensar de
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manera radical el por qué de la existencia de las cosas, del mundo, del hombre mismo. Esta
pregunta, que nace del asombro de que las cosas sean, de que haya un mundo, nos da
indicaciones para pensar la actitud filosófica. Del asombro nace la pregunta, y la pregunta
nos obliga a romper los marcos de cotidianidad que nos mantienen ligados a lo habitual, a
lo normal, a lo común, a lo que parece que no merece la pena ser cuestionado. El por qué de
los filósofos despeja el camino para pensar, poniendo en vilo todo aquello que
consideramos seguro, estable. Este es el sentido de la filosofía que esconde la etimología
del término: filo -amor-; sophia -a la sabiduría-. El filósofo no es el que ya está en posesión
del saber, sino aquel que por ser capaz de preguntarse por qué existen las cosas, por qué
las cosas son como son, despierta en él el amor hacia el saber, ese amor que lo impulsa a
pensar permanentemente, sin hacer concesiones que acallen su inquietud.
No obstante, cuando comenzamos a rastrear el modo en que los diferentes
filósofos han desplegado esa pregunta de ¿por qué el ente y no más bien la nada?,
encontramos tanta variedad que nos resulta difícil establecer una definición unívoca de la
filosofía. En otro texto titulado precisamente ¿Qué es eso de filosofía?, Heidegger afirma:
“Lo que el qué significa se lo llama quid est, tí quid: la quídditas, la Washeit [esencia]. Sin
embargo, la quidditas se la determina de distinta manera en las distintas épocas de la
filosofía. Así, por ejemplo, la filosofía de Platón es una peculiar interpretación de lo que
significa el tí (…) Aristóteles da del tí una interpretación distinta de la de Platón. Otra
interpretación del tí la da Kant, otra Hegel. Aquello que es el hilo conductor del tí, del quid,
del «qué» se pregunta en cada caso, ha de determinarse en cada caso” (Heidegger, 1960:
20-21).
Heidegger señala así algo que apuntábamos al comienzo. Cada vez que un filósofo
despliega su pensamiento intentando indagar el fundamento de que las cosas sean como
son, elabora un modo particular de hacer filosofía. Platón (427-347 a.C.), por ejemplo,
sostuvo que el fundamento de los entes eran las Ideas. Estas son las que, presentes en
cada cosa, hacen que cada una sea lo que es. Es la Idea de árbol la que hace que cada
árbol sea un árbol. En este sentido, definió la tarea del filósofo como la de “comprender lo
que existe siempre de una manera inmutable” (Platón, República 484b). Cuando Sócrates,
en los diálogos platónicos, pregunta a los atenienses “¿qué es lo bello?” no espera que le
contesten diciéndole que tal o cual cosa es bella, sino que de digan qué es lo que hace que
cualquier cosa que es bella lo sea.
Sin embargo, esta determinación de la tarea filosófica no permaneció siempre
igual. En la época moderna, a partir del siglo XVI aproximadamente, algunos filósofos
señalaron que no era posible afirmar que el fundamento de las cosas esté en las cosas
mismas, sino que debía estar en el sujeto. Éste paso ser el punto medular para comprender
por qué el mundo es como es. Así, un filósofo alemán del siglo XVIII, Immanuel Kant (1724-
1804), afirmó que la tarea de la filosofía no era la de indagar la esencia de las cosas
buscándola en las cosas mismas, sino la de hacer una crítica -es decir, un análisis- del
modo en que los hombres conocemos para comprender por qué experimentamos el mundo
del modo en que lo hacemos, es decir, por qué percibimos las cosas
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diferenciándolas unas de otras, por qué podemos identificar algunas que permanecen y
otras que cambian, por qué podemos establecer relaciones entre ellas. Así, al comprender
de otro modo cuál es el fundamento de las cosas, se redefine la tarea filosófica.
Esta discusión no se agota aquí. Mencionaremos algún ejemplo más que nos
señala otra imagen de la filosofía. En el siglo XIX, dos pensadores, Karl Marx (1818-1883) y
Friedrich Nietzsche (1844-1900), señalaron que la tarea filosófica debía consistir también
en la crítica, pero a diferencia de Kant, esa crítica no debía circunscribirse al modo en que el
sujeto conoce o experimenta la realidad, sino que debía ser una crítica de la cultura. Tanto
Marx como Nietzsche, aunque con diferencias muy importantes, pensaron que los hombres
y las mujeres llegamos a ser lo que somos por la acción de la cultura a lo largo de la
historia. Por lo tanto, para poder pensar lo que son las cosas, debemos desentrañar el
modo en que hemos sido configurados, el modo en que hemos llegado a ser quienes
somos. Solo una vez que hayamos llevado adelante esa crítica, podremos transformar el
mundo. Aquí la tarea de la filosofía no radica en buscar lo que permanece siempre igual en
medio de lo que cambia. Tampoco consiste en criticar el modo en que conocemos y
experimentamos el mundo. Antes bien, se trata de indagar cómo llegamos a conocer y
experimentar del modo en que lo hacemos para poder transformarnos.
Hemos señalado así, tres determinaciones diferentes de la filosofía que delinean
tres tareas diferentes para ella. Pero con esto no podemos afirmar que hemos cumplido
con nuestro propósito, respondiendo a la pregunta ¿qué es la filosofía? Solamente
realizamos un pequeño recorrido histórico. Entre las tres imágenes de la filosofía que
hemos presentado hay diferencias. Pero también hay puntos en común que no podemos
dejar de señalar. Tanto Platón como Kant, Marx y Nietzsche, son críticos de sus épocas.
Esto nos señala un rasgo propio de la tarea filosófica: el inconformismo con el estado de
cosas. Uno de los motivos que impulsa a los filósofos a pensar es su desacuerdo con los
sentidos instituidos sobre la realidad. Desacuerdo que, en ocasiones, lo pone en peligro: no
debemos olvidar que uno de los primeros filósofos, Sócrates (470-399 a.C.) fue condenado
en Atenas a beber cicuta porque sus conciudadanos consideraban peligrosos sus diálogos
con los jóvenes atenienses.
Otro rasgo fundamental, que comparten las tres imágenes de filosofía que hemos
presentado, es que todas piensan el vínculo entre la filosofía y la vida. Cuando Platón
señala una tarea para el filósofo, y Kant otra, y Marx y Nietzsche otra, los cuatro están
intentado desentrañar lo que sean las cosas para pensar cómo deben vivir los hombres. Así
la filosofía se vuelve una tarea urgente porque es la que nos permite pensar cómo vivir y
cómo morir, tal como lo señaló Sócrates y luego Montaigne (1533-1592) como también
Pierre Hadot (1922-2010) ya en el siglo XX, quien apuntó que para muchos antiguos “el
discurso filosófico no constituye un fin en sí mismo, sino que está al servicio de la vida
filosófica. El aspecto fundamental de la filosofía no es este discurso sino la vida, la acción.
La Antigüedad le concedió a Sócrates el estatuto de filósofo, más por su forma de
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vivir y morir que por sus discursos” (Hadot, 2006: 302).
El filósofo ama la sabiduría. Es alguien que busca permanentemente interrogando
los sentidos instituidos. En esa búsqueda, que los coloca siempre en su situación de
intemperie, construye, paradójicamente, su hogar. Dialoga con los amigos que va
cosechando. Se cuestiona a sí mismo para nunca mentirse. Va tramando, en el curso de
sus días, un pensamiento, una vida.
Actividad 1
La filosofía no es una tradición que se agote en sí misma. Lejos de eso, siempre ha
dialogado con otros discursos, como el arte, la ciencia, la religión. Te proponemos entonces
que leas el cuento “El perseguidor” de Julio Cortázar (1914-1984) y mires el cortometraje
“El Monje y el Pez” de Michaël Dudok de Wit. Tanto en la caracterización que Cortázar hace
en su cuento del personaje principal, Johnny Carter, como en la actitud del personaje
central del cortometraje es posible identificar algunos rasgos que definirían la tarea
filosófica. Elaborá una caracterización del filósofo a partir de estos rasgos, relacionándolos
con lo estudiado en el texto del eje I.
“El perseguidor” de Julio Cortázar (1914-1984). Disponible en:
http://www.literatura.us/cortazar/perseguidor.html
“El Monje y el Pez” de Michaël Dudok de Wit. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=nlFFU-Ikxu4
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Eje II: ¿Quiénes somos?
En este tramo del módulo de alfabetización académica nos ocuparemos de
abordar una interrogación filosófica muy particular, la pregunta acerca de nosotros
mismos.
Si bien la intención de la filosofía siempre ha sido comprender la realidad del modo
más amplio y profundo posible, su verdadero objetivo nunca fue meramente especulativo.
Desde la antigüedad, la preocupación de los filósofos por el ser, la verdad y el sentido del
mundo, se encuentra ligada a la necesidad de poder determinar cómo hay que vivir.
Sócrates, en el Gorgias de Platón, dice varias veces que incluso los hombres de poco
sentido se toman esta pregunta muy en serio, y que tratar de responderla resulta más
valioso que todos los debates que puedan librarse sobre la tierra. Esto significa que el
saber filosófico se encuentra animado por el anhelo de descubrir cuál es la verdadera tarea
del hombre dentro del mundo; o en otras palabras, cuáles son las acciones que una
persona debería realizar para conducir su vida hacia una verdadera plenitud. Podría decirse
que siempre, y en todos los casos, la “pregunta por el ser” se formula en el horizonte de una
preocupación por descubrir quiénes somos nosotros, los humanos, y cuál es la tarea que le
corresponde al hombre como parte de la totalidad del mundo. Para los filósofos, sin este
conocimiento nos vemos privados de toda orientación, y nuestra vida no puede más que
naufragar en el sin sentido.
Nuestra situación actual impone su propia urgencia a esta pregunta que ha
acompañado a la filosofía desde su origen. Por un lado, se han multiplicado los saberes
que de distintos modos se ocupan de conocer la realidad humana. Las disciplinas
científicas cuyo objeto de estudio es el hombre (medicina, sociología, psicología, etc.)
elaboran, cada una a su modo, imágenes diferentes de lo humano. Pero la complejidad de
sus discursos, y el alto nivel de especialización que han alcanzado, vuelven muy difícil (sino
imposible) cualquier intento de síntesis que presente una imagen única y definitiva.
Además, es propio de nuestra época que desconfiemos de las definiciones universales.
Para nosotros, todo lleva la marca de lo transitorio, incluso la misma naturaleza humana.
Nos resulta muy difícil concebir la verdad al margen de la historia que la ha hecho posible.
Pero es justamente esta historia la que nos devuelve una imagen de nosotros mismos
muchas veces desconcertante. Los genocidios, el exterminio, las constantes migraciones
de pueblos enteros por la guerra o el hambre, la indiferencia ante la inminente catástrofe
planetaria, son verdaderos signos de interrogación sobre lo que somos y también sobre lo
que podemos.
Por esta razón, a lo largo del siglo XX, y aún en nuestros días, muchos filósofos
han asumido la responsabilidad de preguntar nuevamente quiénes somos. Sin negar el
saber científico ni la historicidad de la verdad, han buscado a su modo seguir cultivando
una mirada donde el hombre sea comprendido como parte de la totalidad del mundo. Y al
igual que los antiguos, su voluntad no ha sido producir un discurso explicativo acerca de lo
humano. Por el contrario, y como veremos a lo largo de las clases, cada uno de ellos
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intentó señalar una tarea, o al menos una dirección, para que todos nosotros intentemos
cultivar (y proteger) nuestra propia humanidad. Lo que haremos en este tramo del curso,
será acercarnos a distintos modos de modular esa pregunta sobre nosotros mismos. Y lo
haremos buscando una iniciación al ejercicio de la filosofía que nos permita, al mismo
tiempo, vislumbrar el alcance (y la potencia) que posee el discurso filosófico para orientar
las prácticas que determinan nuestros modos de vida.
Actividad 2
En consonancia con la actividad anterior, seguiremos explorando los diálogos que
pueden establecerse entre la literatura y la filosofía. Te proponemos ahora le lectura del
cuento “Pobres Gentes” del escritor ruso León Tolstoi (1828-1910). Caracterizá brevemente
la imagen de humanidad se desprende de este relato.
“Pobres Gentes” del escritor ruso León Tolstoi (1828-1910). Disponible en:
http://ciudadseva.com/texto/pobres-gentes/
Eje III: ¿Qué es la democracia?
La pregunta acerca de cómo debemos vivir implica siempre una dimensión
colectiva. Preguntar ¿cómo hay que vivir? implica preguntar también ¿cómo debo vivir con
los otros? Y el horizonte histórico en el que nosotros nos hacemos esta pregunta es el de la
democracia. Esta forma de organización política -que predomina en los países
occidentales, aunque realizándose de diferentes maneras en cada uno de ellos-, implica
que es el pueblo el que, a través del voto, elige representantes que defenderán los intereses
colectivos. Ahora bien, esta breve caracterización no es suficiente para dar cuenta de la
complejidad que encierra el concepto de democracia.
Como todos los conceptos que aborda la filosofía, el de democracia contiene
muchas aristas que es preciso analizar para evitar caer en definiciones restrictivas y
unilaterales. Democracia es, si atendemos a su etimología, el gobierno (κράτος) del pueblo
(δῆμος). Esta definición nos abre nuevos interrogantes. Por un lado, podríamos preguntar
¿qué es el pueblo?, ¿quiénes lo conforman? Por otro, habría que precisar ¿cómo ejerce el
pueblo el gobierno?, ¿en dónde radica su soberanía?
Las respuestas que podemos dar a estas preguntas no se dirimen solamente
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en el plano especulativo. El concepto de democracia es un concepto práctico. De su
definición se derivan formas de actuar. En este sentido, podemos decir que el significado
de la democracia está en disputa. No es lo mismo definirla como un sistema político que
asegura la libertad de los ciudadanos, que afirmar que su signo distintivo es el de
garantizar los derechos de los ciudadanos.
Si decimos que la democracia es un sistema político que asegura las libertades de
los ciudadanos, no estaremos errados. En efecto, la democracia nace como antagonista de
la tiranía. No obstante, con ello no agotamos su significado. Antes bien, en esta
caracterización podemos encontrar algunos problemas. ¿Cuáles son las libertades que
asegura la democracia? Podríamos contestar: la libertad de expresión, la libertad de
circulación, la libertad de culto, la libertad de mercado. Sin embargo, observamos que
muchas veces el ejercicio de alguna de estas libertades por parte de algún sector de la
ciudadanía atenta contra las libertades de otros. Por ejemplo, la libertad de mercado
permite, si no es regulada por el estado, la concentración de capital en pequeños sectores
sociales en detrimento de la gran mayoría de la población. La democracia definida
solamente como un sistema que asegura la libertad de los ciudadanos, no resuelve el
problema de la desigualdad.
Entonces, podemos decir que una democracia, que se precie de ser tal, debería
garantizar los derechos de todos los ciudadanos: el derecho a la vida, a la salud, a la
educación, al trabajo, a la libre expresión. Pero esto implicaría una mayor presencia del
estado en la regulación del mercado para evitar que se genere una concentración
económica en pequeños sectores de la sociedad y así propiciar la igualdad para que todos
los ciudadanos puedan ejercer sus derechos. Ante esto, alguien que defienda la idea de que
la democracia es fundamentalmente un sistema político que asegura las libertades, podría
decir que un estado que interviene fuertemente en la economía es menos democrático que
uno que permite la libertad de mercado.
Vemos así que la disputa en torno a los significados de la democracia es,
fundamentalmente, una disputa en torno a prácticas políticas. Pensar el significado de este
concepto, implica pensar cómo se constituye una comunidad. En el marco de las
democracias liberales -aquellas se asientan sobre la idea de que la democracia es
fundamentalmente un sistema que debe defender las libertades, en particular la libertad de
mercado-, en las que gran parte de la población está impedida en el ejercicio de sus
derechos por la desigualdad social, ¿podríamos pensar en la conformación de una
comunidad? Desde una posición que entiende que la democracia implica que se garanticen
los derechos de todos los ciudadanos, diríamos que no. Señalaríamos, en cambio, que la
comunidad o el pueblo no antecede al sistema democrático, sino que se va conformando
en la medida en que colectivamente se realizan prácticas democráticas igualitarias.
Frente a esta disyuntiva alguien podría respondernos afirmando que, en última
instancia, estas dos posiciones respecto de la democracia disputarán sus diferencias en
las urnas. Sería entonces el pueblo el que, expresando su voluntad general, elegiría entre
opciones políticas que encarnan alguno de los modos de comprender la democracia que
hemos discutido. No obstante, podríamos aún preguntar: ¿cómo se construye una
voluntad general? ¿Los ciudadanos debaten de manera prístina, es decir, sin
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mediaciones y siendo plenamente conscientes de sus intereses, las ideas políticas? En el
marco de nuestras democracias, en las que los medios de comunicación juegan un papel
fundamental, difícilmente podríamos responder de manera afirmativa a este último
interrogante. Podríamos incluso pensar en la posibilidad de que el voto popular elija un
gobierno que aplica políticas que atentan contra derechos básicos de gran parte de la
ciudadanía. Este gobierno, desde la perspectiva teórica que entiende que la democracia no
es solamente un sistema que garantiza las libertades, sino también, y fundamentalmente,
los derechos, sería considerado como un gobierno poco democrático. Es preciso preguntar
entonces, cómo se constituyen los sujetos políticos que pueden configurar un pueblo o una
comunidad.
Podemos comprender así que pensar la democracia es pensar una serie de disputas
en torno a su significado, asumiendo que de las respuestas que podamos elaborar se
desprenden prácticas específicas que permiten o impiden la conformación de una
comunidad o un pueblo que tenga como presupuesto de su existencia la igualdad y como
horizonte de su acción colectiva la justicia y la libertad.
Actividad 3
En otro de sus cuentos, “La autopista del sur”, Cortázar narra una historia muy particular
sobre un embotellamiento en una autopista. Te proponemos leer el relato y reflexionar
sobre la idea de comunidad o pueblo.
“La autopista del sur” de Julio Cortázar (1914-1984). Disponible en:
http://ciudadseva.com/texto/la-autopista-del-sur/
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Referencias Bibliográficas
Heidegger, M., Introducción a la Metafísica, Gedisa, Barcelona, 2003.
Heidegger, M., ¿Qué es eso de filosofía?, Sur, Buenos Aires, 1960.
Platón, República, Eudeba, Buenos Aires, 2003.
Nietzsche, F., La ciencia jovial, Monte Ávila, Caracas, 1999.
Bataille, G., El erotismo, Tusquets, Buenos Aires, 2006.
Levinas, E., Totalidad e Infinito, Sígueme, Salamanca, 2002.
Bibliografía Obligatoria en orden de aparición en el cuadernillo
Para el programa del Profesorado en Filosofía: Disponible en:
https://www.unrc.edu.ar/unrc/carreras/hum_prof_en_filosofia.php
Para el programa de Licenciatura en Filosofía. Disponible en:
https://www.unrc.edu.ar/unrc/carreras/hum_lic_en_filosofia.php
Cortázar, J. (1914-1984). “El perseguidor”. Disponible en:
http://www.literatura.us/cortazar/perseguidor.html
Tolstoi, L (1828-1910). “Pobres Gentes”. Disponible en:
http://ciudadseva.com/texto/pobres-gentes/
Cortázar, J. (1914-1984). “La autopista del sur”. Disponible en:
http://ciudadseva.com/texto/la-autopista-del-sur/
Recursos Audiovisuales
“El Monje y el Pez” de Michaël Dudok de Wit. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=nlFFU-Ikxu4
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