A NIVEL DE PRODUCTO
Se ha pasado de una separación total
entre producto y comprador a una
relación casi exclusiva entre el producto
y comprador.
Había un mostrador y un vendedor, y
detrás de éste donde casi no podía
verse estaba el producto, bajo estas
circunstancias la argumentación del
vendedor era muy importante, casi
decisiva para la operación de
intercambio.
Los productos colocados detrás del vendedor salen a la luz para ponerse al alcance de la mano, aparece el autoservicio.
La acción del vendedor no es tan importante y su papel disminuye.
Ahora, es el producto el que tiene que venderse así mismo, rodeado de competidores se encuentra frente a frente al consumidor.
A NIVEL DE CONSUMIDOR
Ahora, se compra más de lo previsto,
se tiende a disponer de más libertad en
la elección y se acepta mejor la técnica
de autoservicio que la clásica.
Esto es debido a la sensación de
libertad en la elección y por la
disociación entre el momento de la
compra y del pago que proporciona una
cierta impresión o espejismo de compra
gratuita, pero esto exige que el
consumidor sea seducido por el
producto.
A NIVEL DE FABRICANTE
El merchandising es el mejor vendedor
complementario pues según donde se
coloque, cómo si coloque y la atracción
que provoque en el comprador, así se
venderá más o menos.
Hay fabricantes que pagan grandes
cantidades de dinero para que sus
productos estén colocados en lugares
estratégicos dentro del lineal.
A NIVEL DE DISTRIBUIDOR
Los distribuidores encuentran cada
vez más dificultades por rentabilizar
sus inversiones.
Por lo que gestionan la presentación
de su producto de tal forma que se
optimice el margen.
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